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INFORME SOBRE LA SITUACION DE LOS ANTIGUOS HORNOS

DE CAL DE MALAGUEÑO

Fundación CIEU (Centro de Investigación Espeleológico Urbano)


Córdoba, Argentina, Octubre 2021

INTRODUCCION
El siguiente informe es el producto de una investigación documental y un trabajo de campo
realizado sobre las ruinas de los hornos para producir cal; que existen en la localidad de
Malagueño; con la finalidad de servir como aporte a la conservación y rescate de este patrimonio
industrial; como así también enriquecer el acervo cultural de Córdoba.
Entre los meses de Febrero y Mayo del año 2021 se relevaron las ruinas de seis antiguos hornos,
todos situados en la localidad de Malagueño, Departamento Santa María, Provincia de Córdoba,
Argentina. El trabajo de campo se completó con una búsqueda documental en Archivos Históricos
y bibliografía referida al tema, para contextualizar la evidencia material observada.
La conclusión de este trabajo determinó los tipos de hornos y su funcionamiento, época en que
fueron construidos y quienes fueron sus propietarios, entre otros datos relevantes.

IMPORTANCIA HISTÓRICA
LA INDUSTRIA DE LA CAL EN CÓRDOBA
La cal fue un elemento clave para el desarrollo de nuestra sociedad; utilizada en la construcción
de viviendas y diferentes edificios; y obras de ingeniería como puentes y canales, algunas
monumentales como el primer Dique San Roque (Construido en Córdoba entre los años 1884 y
1891, el embalse de agua más grande del mundo en esa época y la obra de ingeniería más
importante de América). Podríamos afirmar que la importancia de este elemento y su industria,
siguió a la del manejo del agua.
La producción de cal en Córdoba se remonta a los albores de la colonia Española. La
documentación histórica hace referencia del uso de la cal ya desde finales del Siglo XVI, y aún
existen vestigios de algunos hornos para quemar cal del período colonial en Córdoba (Como las
hornillas Jesuíticas de las Estancia de Alta Gracia, San Ignacio y Caroya o de la estancia La
Lagunilla de Jerónimo Luis de Cabrera II).
En la Provincia de Córdoba abunda la piedra caliza, por lo que no solo se autoabasteció de cal
desde hace más de 400 años; sino que la exportó a otros puntos del actual territorio Nacional.
Uno de los yacimientos más importantes de piedra caliza que se explotó, principalmente desde
fines del Siglo XIX y hasta avanzado el Siglo XX, es el de Malagueño. Si bien la explotación de
piedra caliza y su quema para producir cal, se remonta al siglo XVIII en esta zona denominada
originalmente como Yocsina, en el siglo pasado las canteras de Malagueño llegaron a ser una de
las más importantes del país, por la magnitud de la producción y la calidad de sus minerales. (1)
1- Riquelme N., Vera de Flachs C., La Quimera del oro, Tomo II, Cap. V. Facultad de Derechos y
Ciencias Sociales. UNC. 2004.

1
LAS MERCED DE YOCSINA: EL ORIGEN DE MALAGUEÑO
Como ocurrió en prácticamente todo nuestro territorio Provincial, los primeros pobladores de la
región donde se sitúa actualmente Malagueño, fueron nuestros pueblos originarios; los cuales
dejaron vestigios de su asentamiento en morteros excavados en rocas de la zona.
Con la llegada de los primeros Españoles a esta geografía, las tierras conquistadas fueron
adjudicadas en primer término a los conquistadores, según posición y méritos. Este derecho,
denominado merced, era otorgado por los diferentes Gobernadores de turno. La merced de
Yocsina fue otorgada a Don Pedro de Villalba, el 16 de Marzo de 1576, por el Gobernador General
Don Lorenzo Suarez de Figueroa (2). El 28 de Mayo de 1588 la merced fue ampliada hasta “La
Cañada del Cabildo” (3) (Lo que hasta hace algunos años se conocía como “La cañada de
Martinoli”). Esta merced que derivó en la Estancia Yocsina, luego se dividió en dos partes; siendo
más o menos la fracción sur de donde deriva la estancia Malagueño, origen de la otrora Villa
Ferreyra y actual ciudad de Malagueño.

LOS PRIMEROS PROPIETARIOS DE YOCSINA


En el año 1593, tras fallecer Pedro de Villalba, Yocsina pasó a manos de su única hija Lucrecia
de Villalba, quien estaba casada con Francisco Pérez de Aragón (4), encomendero y dueño de la
Estancia Punilla (Que abarcaba gran parte de lo que conocemos actualmente como el valle de
Punilla).
En 1594 fallece Pedro de Aragón, y Lucrecia de Villalba es desposada en segunda nupcias con
Gabriel García de Frías, comerciante de mulas y traficante de esclavos; y desde 1597 escribano
del Cabildo y a partir del año 1600, síndico del Convento de San Francisco. En el año 1630,
“Lucrecia vistió nuevamente el velo de las viudas por la muerte de su último consorte, que la
había hecho madre de tres hijas y dejándola en posesión de los terrenos de su dote, aumentados,
eso sí, con los de propiedad del difunto”. (5)

Con el fallecimiento de Lucrecia en Noviembre de 1639, sus posesiones pasaron a sus hijas
Engracia, Ventura y Mariana.
Engracia de Frías y Villalba había nacido en Córdoba en 1615, casada con el Capitán Juan de
Angulo y Velasco (procedente de Burgos, España); y fallecida el 10 de Agosto de 1681 en el Perú.
Mariana de Frías y Villalba se había desposado con Don Juan de Heredia; y Ventura de Frías y
Villaba, nacida en Córdoba en 1608, se casó con Don Pedro Moyano Cornejo en 1625. (6)
Juan de Heredia había recibido en el año 1631, en dote, la parte sur de Yocsina; que lindaba con
la Estancia La Lagunilla de Cabrera. El resto de la estancia es heredada en partes iguales por
Mariana, Ventura y Engracia.

Un litigio de Juan de Heredia contra Ventura de Frías por posesión de las tierras, sumado a un
embargo de los bienes que sufre Engracia por un hecho criminal ejecutado por su hijo, y la mala
administración del propio Juan de Heredia; terminan con la estancia hipotecada a favor del
Convento de San Francisco, al que se le solicitó un censo para costear las deudas. (7)
La merced de Yocsina permaneció indivisa y fue adquirida en el año 1686 por Don Diego Pereira
de Mercado, quien asumió el pago de la hipoteca al Convento Franciscano.

2- Lazcano Colodrero, Arturo G. Linajes de la Gobernación del Tucumán, los de Córdoba. Vol. 2,
Pág. 361. Córdoba, 1936.
3- Grenón Pedro, Libro de Mercedes, en Archivos de Gobierno, Documentos Históricos, Tomo 19,
Serie Geográfica, Pág. 197. Córdoba, 1930.
4- AHPC, Protocolos Notariales, Reg. 1, Inv. 7, Año 1593, f. 56 r.
5- Cabrera Pablo, Córdoba del Tucumán, pre-hispana y proto-histórica, pág. 225. UNC. 1931.
6- Cabrera Pablo, Córdoba del Tucumán, pre-hispana y proto-histórica, pág. 218. UNC. 1931.
7- Molina Juana María, Fuimos Mar, Pág. 33, Córdoba, 2019.

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LA ESTANCIA YOCSINA

A fines del Siglo XVII, la merced figuraba como Estancia Yocsina perteneciente al matrimonio
conformado por el Alférez Diego Pereira de Mercado y Dña. Jacinta Bazán de Córdoba, que
habían contraído enlace en Córdoba el 1 de Noviembre de 1683. Diego Pereira fallece en el año
1703 y su esposa, como única heredera de Yocsina, el 21 de Octubre de 1710. El matrimonio tuvo
diez hijos, entre ellos Diego y Bartholina. (8)
Antes de morir, Dña. Jacinta Bazán expresando su voluntad, adjudica la Estancia Yocsina a su
hijo Diego de Pereira y Bazán. Este cede la fracción norte de Yocsina para su usufructo, a su
hermana Bartholina Pereyra y Bazán, casada con el capitán Miguel de Vilches y Montoya; con la
condición que pague la mitad del censo al Convento Franciscano.
El 20 de Agosto de 1737 fallece Miguel de Vilches, y Bartolina deja de pagar el censo a los
Franciscanos; por lo que el Convento ese mismo año, vende la fracción Norte de Yocsina al
General Don Ignacio de Ledesma y Ceballos. (9)
Al fallecer Diego Pereira la estancia de Yocsina es adjudicada a su hijo Don Juan Crisóstomo
Pereyra. Bartholina Pereira fallece el 17 de Octubre de 1753, y la fracción norte de Yocsina pasa
a ser usufructuada por su hijo Manuel de Vilches y Montoya, casado en 1746 con Rita Ferreyra
(Manuel Vilches era primo hermano de Juan Crisóstomo Pereira). Ignacio Ledesma también ha
fallecido y la fracción norte de Yocsina pasa a su hija Hipólita de Ledesma, quien tendrá un largo
litigio por posesión de las tierras con la hija de Manuel Vilches: Pabla Vilches.
Juan Crisóstomo Pereira había nacido en Pocho en el año 1722. Se había desposado con Dña.
Cándida Calderón y Ochoa, vecina también de Pocho, nacida en 1726. Siempre vivieron en el
Sauce, Pocho; y no tenían interés en la estancia Yocsina.
El 9 de Marzo de 1771, Juan Crisóstomo Pereyra vende un terreno denominado “Cañada de
Calderón” a su primo Manuel Vilches, que era parte de la Estancia Yocsina (10). La cañada de
Calderón corre de sur a norte, por el costado oeste de la sierra de la Cruz (esta última al SO de
Malagueño). Estas tierras conformaron luego la “Estancia Calderón”. Posteriormente los
herederos de Vilches la venderán el 8 de Julio de 1801 a Antonia Moynos. (11).
El 15 de Diciembre de 1775, Juan C. Pereyra reconoce un censo a favor del Convento de San
Francisco. (12). La mitad de esa obligación la pagará Manuel Vilches.
En 1789, Juan C. Pereyra decide vender su fracción de Yocsina, ya conformada en una estancia
independiente de la de Manuel Vilches, siendo este el origen de la estancia Malagueño.

LA ESTANCIA DE MALAGUEÑO
LAS SUCESIONES HASTA MEDIADOS DEL SIGLO XIX
La primera mención de Malagueño como unidad independiente de la de Yocsina, la encontramos
en una escritura de venta realizada el 11 de Diciembre de 1789, en donde “Don Juan Crisóstomo
Pereyra vende a Don Miguel Jerónimo Argûello la estancia de Malagueño que se encuentra sin
deslindar de la de Yocsina, la que está usufructuando su primo Don Manuel Vilches”. (13).
Las estancias de Malagueño y Yocsina, tenían el censo a favor del Convento de San Francisco
por 600 pesos; de los cuales pagaba 300 pesos Manuel Vilches por la fracción de Yocsina, y los
otros 300 pesos, de la fracción de Malagueño, los pagaba Juan Crisóstomo Pereyra.
Vilches y Pereyra tenían los derechos sobre las Estancias de Yocsina y de Malagueño, por
herencia de sus respectivos padres, como vimos anteriormente.
8- Revista JPH, Vol. 8, pág. 130, Córdoba, Año 1978.
9- Lazcano Colodrero G. Linajes de la Gobernación del Tucumán, pág. 361, vol. II, 1936, Córdoba.
10- AHPC, Protocolos Notariales, Reg. 3, Tomo 6, Año 1771, f. 47v.
11- AHPC, Protocolos Notariales, Reg. 4, Tomo 9, Año 1801, f. 617v.
12- AHPC, Protocolos Notariales, Reg. 1, Tomo 6, Año 1775, f. 366 v.
13- AHPC, Protocolos Notariales, Reg. 2, Tomo 1, Año 1790, f. 365.

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Pero en el caso de Vilches, le correspondía el usufructo y el pago del censo al Monasterio de San
Francisco; mientras que la posesión, estaba en disputa con los herederos de Ignacio de Ledesma;
quienes decían tener derechos por compra de las tierras al Convento de San Francisco.
Esto llevó a un litigio entre Manuel Vilches (que luego continuó su hija y única heredera, Pabla
Vilches) e Hipólita de Ledesma (heredera de Don Ignacio de Ledesma, quien había comprado la
fracción de Yocsina).
Dicho pleito culminó con la sentencia del Gobernador Marques de Sobremonte, otorgando los
derechos de Yocsina a Pabla Vilches. (14)
Finalmente, el 3 de Junio de 1813, Pabla Vilches transfirió los derechos acordados por la sentencia
de Sobremonte, a los descendientes de Hipólita de Ledesma: Doña Antonia Moynos, Don Ruperto
Flores y Don Fernando Flores. (15)

Don Miguel Jerónimo Argûello, se había desposado el 22 de Septiembre de 1773 con Antonia
Moynos, hija del Maestre de Campo Don Pedro Moynos (oriundo de Sevilla) e Hipólita de
Ledesma, nacida en 1757. Dicho matrimonio vivió en el paraje “Casas Viejas” de Yocsina y
fueron quienes erigieron en 1742 la Capilla de Nuestra Sra. de los Dolores, cuyas ruinas aún
subsisten a la vera norte de la Ruta Provincial Número 20.
Otros hijos del matrimonio Moynos-Ledesma fueron: Manuel, Josefa, Marcelina, Petrona y María
de la Concepción Moynos, que juntos a Antonia recibieron en herencia alguna fracción de
Yocsina.

Primer documento oficial, del año 1.789, donde se menciona a Malagueño (16)

Manuel Moynos heredó “Casas Viejas”, y al fallecer en 1808 y no tener descendencia, esta
fracción paso a su hermana Antonia. A su vez Antonia legó esta tierra a su hijo Juan Antonio José
Arguello el 8 de Mayo de 1813 (17). En 1825 le vendió una parte de Malagueño (Calderón) a su
otro hijo Cipriano Arguello (18) y el resto pasó como herencia a su otra hija Josefa Arguello.

14- Tribunales de Córdoba, Mensura de Malagueño, pág. 6, El Eco de Córdoba, Córdoba, 1884.
15- AHPC. Protocolos Notariales, Reg. 1, Tomo 5, Año 1813, f. 43.
16- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 2, Tomo 1, Año 1790, f. 365.
17- Tribunales de Córdoba, Mensura de Malagueño, pág. 7, El Eco de Córdoba, Córdoba, 1884.
18- Cuadernos de Historia, Serie Economía y Sociedad, Número 7, Año 2005, Romano Silvia,
Operaciones de compra venta de propiedades rurales en Córdoba, 1820-1855, Pág. 241. UNC.

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Josefa Ignacia Moynos, nacida en 1740, se desposo con Don José Manuel Salguero de Cabrera,
nacido en 1739. Manuel Salguero falleció en 1799 y Josefa Moynos en 1820. El matrimonio
tuvo un único hijo, José Manuel Salguero de Cabrera y Moynos que falleció a los 5 años, y no
dejó descendencia. (19)
Marcelina y Petrona tampoco dejaron herederos. Y María de la Concepción Moynos se desposo
con Don Francisco Flores (nacido en San Juan en 1759). A su vez este matrimonio tuvo tres hijos:
Ruperto, Fernando y Eugenio Flores. Ruperto Flores Moynos, nacido en San Juan en 1780, se
casó con Doña Carmen Maldonado.
La primera división formal entre Malagueño y Yocsina, es realizada por el agrimensor Benito
Zavalía, a pedido de Don Juan A. Arguello y Fernando Flores, en 1833.
Don Juan Antonio José Arguello Moynos, nacido el 11 de Junio de 1788, estaba en posesión junto
a su hermanos Cipriano y Josefa, de Malagueño (por parte de su madre Antonia Moynos); y
Fernando Flores, con otros coherederos; poseía Yocsina por sucesión por parte de sus padres,
Fernando Flores y María Moynos; como ya fue visto anteriormente.
Esta mensura, sin embargo, no prosperó; ya que 50 años después debió realizarse otra mensura
con deslinde de las dos estancias por un nuevo litigio entre los propietarios posteriores; aunque
sirvió para la misma. (20)
Cipriano Arguello venderá su parte de Malagueño a Don Crescencio Sosa en 1825. Josefa
Arguello Moynos, (nacida en Córdoba en 1804 y fallecida en Rio Cuarto el 29 de noviembre de
1874), se desposará el 16 de Abril de 1819, con José María Cabezón Ortiz. De dicha unión nace
en 1820, Doña Martina Cabezón Arguello, que a su vez contraerá enlace con Don Martín Ferreyra
Pérez (nacido en Villa del Rosario en 1815) el 26 de Noviembre de 1844. (21) Aquí inicia la
generación de los Ferreyra como propietarios de Malagueño y parte de Yocsina.
Micaela Arguello, hija de Juan Antonio José Arguello casado con Josefa Maldonado González,
venderá en 1856 a Martín Ferreyra su parte de Malagueño, que le correspondió en herencia. Ese
mismo año; Carmen Maldonado, viuda de Ruperto Flores; también le venderá a Martín Ferreyra
una fracción que su esposo le había comprado a Marcelina Moynos; quedando Ferreyra como
dueño exclusivo de la estancia Malagueño. El 22 Agosto de 1874, Martín Ferreyra venderá su
estancia de Yocsina a Mamerto Loza, Bernardino Caballos y Rosa Ortiz (22); y se abocará de
lleno a la explotación minera y a la fabricación de cal; las que llevará a magnitudes industriales,
haciendo de Malagueño un verdadero polo industrial y minero.

LA ESTANCIA MALAGUEÑO Y LOS FERREYRA


A mediados del Siglo XIX, Martín Ferreyra se asocia con su hermano José Estanislao Ferreyra y
Pérez en la explotación de piedra caliza y producción de cal. Malagueño está situado en un lugar
estratégico, tiene piedra caliza en abundancia al igual que bosque, del que se puede obtener leña
para quemar la piedra y así obtener la cal.
Para el año 1867, la sociedad Ferreyra tenía ocupados 42 peones en trabajos de cantera y cocción
de piedra caliza, los que fueron eximidos del servicio militar obligatorio por decreto de ese mismo
año, ante la necesidad de fomentar la industria en la Provincia de Córdoba.
Para 1871, los hermanos Ferreyra conforman la sociedad Ferreyra y Cía. destinada a la fabricación
de cal. (23)
19- Archivo del Arzobispado, Registros Parroquiales, 1557-1974, Córdoba, Argentina.
20- Tribunales de Córdoba, Mensura de Malagueño, El Eco de Córdoba, Córdoba, 1884.
21- Genealogiafamiliar.net
22- AHPC. Protocolos Notariales, Reg. 4, Tomo 3, Año 1874, f. 528 v.
23- Riquelme N., Vera de Flachs C., La Quimera del oro, Tomo II, Cap. V. Pág. 191 – 192, Facultad
de Derechos y C. Sociales. UNC. 2004.

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La sociedad Ferreyra y Cía. abrió un almacén de ramos generales en Malagueño que proveía de
todo lo necesario a los obreros que trabajaban en las canteras y hornos de dicha sociedad,
descontando cada fin de mes del salario los insumos que habían adquirido dichos obreros y sus
familias; un mecanismo de explotación típico de la época por parte de los dueños de ingenios y
grandes estancias. (24)
Del enlace de Martín Ferreyra Pérez con Doña Martina Cabezón Arguello, nacen Martín
Francisco Ferreyra (nacido en Córdoba el 29 de Enero de 1859) y Rosa María Gertrudis (nacida
en Córdoba el 16 de Noviembre de 1847), quien termina desposándose con Estanislao Ferreyra
(su tío). Martín Ferreyra hijo, médico y político, será quien hará crecer el negocio de la cal
haciendo “famosas” las “cales de Malagueño” en todo el país.

La Sociedad de los Ferreyra explotaba las canteras y vendía las piedras calizas extraídas, a la par
que parte de la producción la quemaban para fabricar cal. También arrendaba las canteras y
permitía a otros construir sus propios hornos en sus terrenos a cambio de que le compraran la
materia prima mientras los trabajaban. El transporte en esos tiempos, tanto de la piedra como de
la cal, se hacía en carretones.
El 25 de Abril de 1878, Martín Ferreyra celebra un contrato con “Luis Cerrano y Cia.” Para el
arriendo de una de las canteras del “Cerro Grande”. Luis Cerrano, trabajará la cantera para extraer
piedra caliza, que venderá y utilizará para sus hornos recién instalados en Córdoba. (25)

Con la llegada del Ferrocarril y al ir aumentando la demanda de cal progresivamente, Estanislao


Ferreyra tomó la iniciativa de construir un ramal ferroviario que uniera Malagueño con la ciudad
de Córdoba para transportar la piedra y la cal en grandes cantidades. Así podría abastecer de
materia prima a los hornos de la ciudad de Córdobas y otros sitios del territorio Nacional, como
así también transportar la cal producida en Malagueño a diferentes puntos.
El 23 de Abril de 1883, Estanislao Ferreyra celebró un contrato con el gerente del Ferrocarril
Central Norte (FFCN) en representación del Ministerio del Interior, en donde adquirió rieles
usados para construir un ramal ferroviario entre las caleras de Malagueño y Córdoba. El 16 de
Mayo del mismo año consigue una concesión del gobierno Provincial para construir este ramal.
Fué la primera concesión otorgada por el ente oficial a un privado. El 16 de Abril de 1884,
Estanislao Ferreyra junto a su hermano Seferino J. Ferreyra y otros accionistas (Tristán Ortiz,
Santiago Lawry, Wenceslao Tejerina y Ramón Aranda) conforman la “Sociedad Anónima
Ferrocarril a Malagueño” (SAFC), en donde Seferino será su presidente; quien se hace cargo de
la obra ferroviaria.
La extensión del ramal fue de 26 Km y la trocha se hizo de 750 mm (medida usada en ferrocarriles
de Montaña e Industriales) y el 1 de Noviembre de 1885 se inauguró para uso de carga y pasajeros.
En 1889 se construyó una estación en Villa Ferreyra, en acuerdo con el Ferrocarril Central
Argentino. El ramal prestó servicio para la Sociedad SAFC hasta 1907, en donde fue vendido al
Ferrocarril Central Argentino (FFCA). (26)
En 1891, Doña Martina Cabezón firma un poder a su hijo Martín F. Ferreyra, para que la
represente y administre la estancia y sus negocios. Finalmente, tras el fallecimiento de su madre
en 1907, Martín Ferreyra como heredero de Malagueño, le da un impulso extraordinario a la
industria calera como ya mencionamos, amasando una de las fortunas más importante de la
provincia.

LOS PLEITOS POR LA EXPLOTACIÓN MINERA

Si bien la explotación de la piedra caliza en la zona se remonta al Siglo XVIII, es a partir de la


segunda mitad del Siglo XIX en donde comienza a cobrar importancia.

24- AHPC. Juzgado 1° Comercial, Año 1872, Legajo 31, Expediente 16.
25- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1878, f. 187.
26- Soares Ernesto E. Ferrocarriles Argentinos: sus orígenes, antecedentes legales, leyes que los rigen
y reseña estadística. Pág. 79, Compañía Impresora Argentina, Año 1937.

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Entre 1879 y 1883 se suceden una serie de pleitos entre Don Martín Ferreyra; (y luego Doña
Martina Cabezón de Arguello, ya viuda en 1881 y dueña de Malagueño, representada por su yerno
Estanislao Ferreyra); y otros colindantes. Estos juicios son por límites y también por la
explotación minera, arrojando valiosos datos de los terrenos, propietarios, sucesiones, geografía
de la zona, entre otros.

El 17 de Abril de 1879, Don Martin Ferreyra como dueño de Malagueño, entabla juicio contra
Doña Ignacia López de Ceballos, comunera de Yocsina; quien había arrendado la cantera “El
Sunchal” perteneciente a Malagueño, al Sr. Santiago Temple para que extrajera piedra caliza. Su
argumento fue que la línea divisoria entre Malagueño y Yocsina no estaba bien definida.
Finalmente Ignacia López reconoció que la Cantera El Sunchal pertenecía a Ferreyra y se abstuvo
de explotarla y/o arrendarla. (27)

El incidente con la cantera El Sunchal, que no sería el único; motivó a Martina Cabezón Arguello
a realizar una mensura de su estancia, para evitar el avance de los comuneros de Yocsina.
En 1881, encontramos un primer pleito, a raíz de la mensura que solicita Estanislao Ferreyra el 4
de mayo de 1881 de la estancia Malagueño por límites; entre Martina Cabezón Arguello y Lino
Acevedo, último curaca del “Pueblito de La Toma” reconocido oficialmente. El Pueblo de La
Toma era un asentamiento originario que venía desde el Siglo XVIII, colindante por el Naciente
con la Estancia Malagueño. (28)

En 1882 vuelve a escena el Sr. Santiago Temple (dueño de una parte de Yocsina que había
adquirido en 1879) reclamando la explotación de la cantera El Sunchal.
Santiago Temple había llegado a nuestro país desde Liverpool, Inglaterra; y se dedicó a varios
negocios. Había adquirido la Estancia La Calera y una parte de Yocsina, interesado en el negocio
calero. Comenzó extrayendo piedra de Yocsina y pasó explotar la cantera El Sunchal. Temple
sabía que dicha cantera pertenecía a Malagueño, pero la explotó de igual manera dilatando el
litigio que le entabló Ferreyra, ya que las ganancias que le proporcionaba compensaba los gastos
judiciales incluso perdiendo la causa.
El 8 de febrero de 1882, Ferreyra denuncia que Temple se había introducido nuevamente en su
cantera El Sunchal para extraer piedra por parte de su capataz Don Abelardo Cuello; que venía
explotando el Sunchal desde 1879. También expone Don Estanislao Ferreyra, que Don Martin
Ferreyra (Su hermano) había explotado El Sunchal por más de 35 años y luego de su muerte
continuó explotándolo su viuda. (29)
El litigio continuó hasta Diciembre de 1882, en donde el juez actuante dictaminó “que la zona en
discusión, las canteras de la loma Sud de la quebrada denominada “Sunchal”, si bien pertenecen
a Ferreyra y hallándose los límites entre Malagueño y Yocsina confundidos, se conservara la
cosa litigiosa en el estado en que se encontraba al comenzar el pleito, hasta tanto se realice la
Mensura de Malagueño”. (30)
El 23 de junio de 1883, presentados los documentos por parte de Estanislao Ferreyra que
fundamentaban la posesión y límites de Malagueño; a la que se oponía Santiago Temple, a su vez
con su propia documentación; el juez de 1° Nominación en lo civil, rechazó la oposición de
Temple sobre el límite Oeste, a la vez que quedó establecido definitivamente el límite Norte de
Malagueño con la estancia Yocsina (y también el limite Este con el pueblo de La Toma y el Oeste
con la estancia Calderón)
El 23 de Abril de 1884, por fallo del Superior Tribunal, se acepta el plano definitivo de mensura
de Malagueño, observando una corrección que se le debía realizar a la línea que marca el límite
norte de Malagueño con Yocsina, y en donde el Sunchal quedaba incluido dentro de la estancia
de Ferreyra. (31)

27- Fallos del Superior Tribunal de Justicia, Causa XLVI, Córdoba 12 de Diciembre de 1882,
Pág.351.
28- Fallos del Superior Tribunal de Justicia, Causa IV, Córdoba 4 de Mayo de 1881, Pág.19.
29- Fallos del Superior Tribunal de Justicia, Causa XVI, 8 de Febrero de 1882, Pág.76.
30- Fallos del Superior Tribunal de Justicia, Causa XLVI, 12 de Diciembre de 1882, Pág. 364 y 365.
31- Tribunales de Córdoba, Mensura de Malagueño, El Eco de Córdoba, Córdoba, 1884

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A continuación analizaremos el plano confeccionado por el Agrimensor Félix M. Olmedo para la
mensura recién tratada, ya que es muy ilustrativo y aporta varios datos interesantes.

En el mismo se observa la Línea de Zavalía, primer límite establecido entre la estancia de


Malagueño y la de Yocsina. Esta gestión había sido solicitada por Miguel Arguello (dueño de
Malagueño) y Fernando Flores (dueño de Yocsina), en el año 1833, con el fin de deslindar ambas
estancias entre sí. El Agrimensor Benito Zavalía realizó las mediciones y estableció la línea,
mensura que nunca se aprobó.
En el extremo izquierdo y sobre la parte superior de la línea de Zavalía (en Yocsina) figura la
Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, ya en ruinas, edificada en 1742 por Pedro Moynos y su
esposa Hipólita de Ledesma.
En el cuadrante superior Izquierdo del cuadro que contiene a la estancia de Malagueño se grafican
las canteras. Es un área de cerros, donde figuran la cantera “Sunchal”, que motivo el litigio entre
Ferreyra y Temple, “Los Pedernales” abierta por Francisco Flores y la cantera de “Góngora”.
El Sunchal, que venía siendo trabajada como beta desde el siglo XVIII, comenzó a ser explotada
masivamente desde 1856 por Martin Ferreyra y su hermano Estanislao.

Plano de Mensura de Malagueño de Félix María Olmedo, confeccionado a raíz del pleito entre Ferreyra y
Temple en 1883 sobre uno anterior de 1881.

Los límites de Malagueño en la mensura de 1883 quedaron establecidos así: Yocsina por el Norte
(con fracciones de varios comuneros), el “Pueblo de La Toma” por el Este, la estancia “La
Lagunilla” por el Sur y por el Oeste, la “Estancia Calderón” (de Emilio Tissera) y la Estancia
Sitón y Chañar (de los Hermanos Sosa). Esta mensura vino a esclarecer el límite Norte con
Yocsina, y modificar el límite Este, cambiando la línea con los comuneros de La Toma; y el límite
Oeste, que dejó la cantera Góngora fuera de la estancia Malagueño.
Otro dato que aporta el plano es la ubicación del casco primitivo de la estancia Malagueño (“casas
antiguas”) y el actual (“casa actual de Malagueño”); también grafica la presencia de algunos
hornos, todos a la vera del camino para facilitar el transporte de la materia prima y su producto;
el camino “a las sierras” que se correspondía con el antiquísimo camino a “La Lagunilla”.

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LOS PRIMEROS HORNOS DE LA ESTANCIA MALAGUEÑO

Como ya dijimos, la explotación de la piedra caliza en Malagueño y las primeras hornillas para
calcinar la piedra y producir cal se remonta al período colonial. El siglo XVIII inicia con los
trabajos mineros y caleros en la estancia Yocsina, hasta ese momento dedicada exclusivamente a
la producción agrícola y ganadera.
En el inventario de bienes realizado por la muerte de Diego Pereira en el año 1703, se mencionan
tres hornillas para quemar cal. De estos hornos había salido parte de la cal para las obras de la
Catedral de Córdoba, realizadas en el transcurso de 1702. A su vez, en el inventario de bienes de
1710, correspondiente a la difunta Doña Jacinta Bazán, esposa de Diego Pereira, se mencionan
dos hornos más en el paraje “Casas Viejas”. (32)
La mención nuevamente de los hornos en “Casas Viejas” y una cantera de piedra, se puede ver
en el inventario de bienes de 1808, confeccionado tras el fallecimiento de Manuel Moynos.
El plano más antiguo que hemos hallado de Malagueño que muestra la presencia de hornos, es el
de la mensura de Félix Olmedo, ya mencionada.
Un primer horno ubicado en donde “el camino a la sierra” intercepta al límite Oeste de la
propiedad; un conjunto de hornos (no especificando cuantos son) donde estaba el casco antiguo
y otros dos más al norte.
El primer plano que realiza el perito Félix María Olmedo, surge por el pedido de mensura de la
estancia Malagueño por parte de Estanislao Ferreyra, como apoderado de su madre política Doña
Martina Cabezón Arguello, el 4 de mayo de 1881. Ese plano de mensura, sin aprobar, acompaña
un expediente en donde se describe el área de trabajo de la estancia. Se mencionan siete hornos,
varios ranchos (dos de los cuales se hicieron aprovechando los muros antiguos del casco primitivo
de la estancia) que en total albergan a 37 peones dedicados a las tareas concernientes a los hornos,
y un pozo de balde. (33)
Otro dato descriptivo de los hornos, lo menciona el propio Ferreyra en el pleito contra Temple de
1882, en donde menciona cuatro hornos que se corresponderían con los del plano de 1883.
Expresa dicho documento que” el Sr. Ferreyra á permitido construir un horno a Don Juan Sosa”
para quemar la piedra que el primero le abastece. (34) También menciona el Sr. Ferreyra al juez
que “existen dos hornos antiguos que se hallan en su posesión y la de sus antepasados”. Uno de
ellos, “llamado “horno chico”, que fue modificado recientemente por el Sr Cesario Boneti”, que
lo explota; y “a dos o tres varas del otro horno antiguo, el Sr. Juan Hilario á construido otro
nuevo”. (35) Hilario integró en 1885 la sociedad “Omarini y Cia”, que construyó los únicos
Hornos tipo Hoffman para cal en Córdoba.
En un Directorio Comercial de 1897, figuran en la sección de Malagueño; algunos productores y
comerciantes, apareiendo por primera vez el nombre de Emilio Perina, que luego entrará en la
lista de los grandes caleros de Córdoba; y que para esa época ya quemaba piedras en sus hornillas.
También el de Luis Luti, arribado de Italia; quien construyó su primer horno en Malagueño en el
año 1886. (36). Para principios del siglo XX ya había una veintena de hornos en Malagueño. (37)
Hay varios nombres más de pioneros dedicados a la quema de la cal y a la extracción de caliza
en Malagueño, que se pierden en el tiempo. Mencionamos solo algunos que nos llegaron
mediante la búsqueda documental.
Es importante tener en cuenta que cuando se mencionan las palabras “horno” y “hornos” en la
documentación antigua, se puede estar haciendo alusión de manera indistinta a más de un horno
que comparten una misma estructura.

32- AHPC. Registros Notariales. Reg. 1, Caja 8, Inv. 61, Año 1703. Testamentaria de Diego
Pereira.
33- Archivo Histórico de la DGC., Mensuras Judiciales, Dpto. Sta. María, SA16, Año 1881.
34- Fallos del Superior Tribunal de Justicia, Causa XXXVI, Córdoba 22 de Junio de 1882, Pág.166.
35- Fallos del Superior Tribunal de Justicia, Causa XXXVI, Córdoba 22 de Junio de 1882, Pág.167.
36- International Bureau of The American Republics 1897. Pág. 134. EEUU. 1897.
37- Massé, J. Bialet. El estado de las clases obreras Argentinas a comienzos del siglo. Pág. 211. UNC.
1968.

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TIPOLOGIA DE LOS HORNOS CALEROS

El horno de cal es una estructura que calcina la piedra caliza (a una temperatura que varía entre
los 900 y 1.000 °C), para que el carbonato de calcio que es el componente de esta piedra, se
disocie en su oxido y en anhídrido carbónico que se libera como gas, transformándose la caliza
en cal viva. (38)
Los primeros hornos para quemar cal eran del tipo hornilla, de estructura circular confeccionados
en general con piedras unidas con barro, con una abertura en la parte superior para echar la piedra
y otra en la base donde se hacía el fuego y luego se extraía la piedra calcinada.
Ingresando por la abertura inferior el calero iba levantando un murete de un metro de altura
aproximadamente con piedras calizas, que lo cerraba en la parte superior con una bóveda (como
los hornos de barro) echa también con piedras calizas pequeñas encastradas entre sí.
Luego se rellenaba la cavidad del horno echando las piedras más grandes desde la boca superior.
En el espacio inferior debajo de la bóveda, se encendía un fuego con leñas, que se lo mantenía
entre 10 a 15 días. Estas hornillas son la tecnología utilizada en nuestra Provincia durante el
período colonial.
Actualmente puede visitarse las hornillas de las estancias Jesuíticas de Caroya y de Alta Gracia;
y existen en terrenos privados los vestigios de la hornillas de la Estancia San Ignacio (También
Jesuítica y ubicada en Calamuchita) y de la antigua estancia La Lagunilla (en las cercanías de
Malagueño).

Vista de la hornilla Jesuítica de Alta Gracia (Izquierda) donde se aprecia la boca de ingreso a la base del
horno por donde se encendía la fogata y luego se extraía la cal; y vista del interior de las ruinas de la
hornilla de la antigua estancia La Lagunilla (Derecha). Relevamiento del GST- Grupo Speleo Túnel –
Fundación CIEU.

Las hornillas son un tipo de hornos de producción discontinua, en donde una vez calcinada la
piedra, debe apagarse el fuego (dejando de abastecerle combustible), esperar que se enfríe para
luego limpiar los restos de cenizas de la base y posteriormente extraer la piedra calcinada,
convertida en cal. Este procedimiento era lento y limitaba la producción casi exclusivamente al
tamaño del horno (donde se podían hacer solo dos a tres cocciones por mes).
En el Siglo XIX, se inventa una nueva tecnología en Europa, de hornos continuos; donde la
producción no necesitaba ser interrumpida mientras los hornos eran abastecidos de materia prima
y combustible. El primer horno continuo en nuestro país, lo construyó Luis Cerrano en 1874. (39)

38- Academia Nacional de Ciencias, Miscelánea N° 86, Embriones de ciencia en la antigua Córdoba
del Tucumán Segunda mitad del Siglo XVI y principios del Siglo XVII, Córdoba, 1992.
39- Chueco Manuel, Los Pionners de la Industria Nacional, Pág. 319. Bs. As. 1886.

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Cerrano había patentado en Italia su diseño de horno continuo vertical, mientras Hoffman había
hecho lo propio en Alemania, con su invento de horno continuo circular (del cual derivan los
hornos tipo Hoffman, horizontales y circulares como fueron en la ciudad de Córdoba los hornos
Omarini, ya demolidos)
En estos primeros hornos continuos verticales, “la piedra alimentada por la parte superior, cae
gradualmente en la zona de cocción, luego en la zona de enfriamiento, y finalmente es extraída
por debajo, dejando sitio para la siguiente carga, y así sucesivamente. La capa superior es
precalentada por los gases de evacuación y el aire que ingresa por debajo es precalentado por
la cal viva en enfriamiento, obteniendo así, el máximo uso del calor disponible.
El calor es proporcionado por combustibles adecuados que pueden ser colocados en capas entre
la piedra caliza o mezclados con ésta, o en cámaras anexas de combustión desde las cuales los
gases calientes ingresan al horno” (quemadores o fogatas). (40)
Los hornos verticales tenían dos o tres niveles, que se correspondían con aberturas al exterior,
según tuvieran o no quemador/es.
Los primeros en construirse no tenían quemadores, y contaban con dos niveles: uno superior por
lo general sobre elevado del terreno, por donde se realizaba la carga de piedra y combustible (ya
sea mezclados o en capas alternas); y uno inferior por donde se extraía la cal.
Una parrilla de hierro (confeccionada con rieles) evitaba que la piedra cayera al túnel de descarga,
hasta tanto no estaba cocida (en donde se disgregaba). Luego se reemplazó por una base de hierro
(también echa de rieles juntos), con una compuerta lateral para extraer la cal (tasa del horno).
El nivel inferior podía estar casi a nivel del terreno (como es el caso de tres de los hornos del
antiguo Barrio Montevideo en Malagueño) o ser subterráneo como es el caso del horno “La
Primera Argentina” construido por J. Bialet Massé para fabricar la cal con el que se realizaron
las obras de Irrigación de los Altos de Córdoba y el primer Dique San Roque.
Bajo esta reja de hierro circulaban vagonetas sobre rieles de “decauville” mediante las cuales se
extraía el material fuera del horno.

Horno La Primera Argentina y corte del mismo para explicar su funcionamiento. (41)

40- http://wgbis.ces.iisc.ernet.in/energy/HC270799/HDL/spanish/sk01ms/sk01ms08.htm
41- Ansaldi Waldo, Una Industrialización fallida: Córdoba 1880 – 1914. Pág. 139. Córdoba 2000.

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Este tipo de horno tenía dos problemas: uno era el mayor consumo de combustible, y el otro que
la cal producida no era perfectamente limpia, por contener restos de la combustión mezclada en
su composición. También podía ocurrir que la cal no saliera bien cocida, y el material necesitara
un segundo ciclo de calcinación. Para minimizar estos efectos indeseables se usaba como
combustible el carbón de piedra en lugar de leña.
Los hornos verticales con quemadores laterales eran mucho más eficientes: ahorraban
combustible, ya sea por que gestionaban mejor la temperatura del horno o evitaban un segundo
ciclo de cocción; y además podían usarse como combustibles materiales de desechos; ya que al
estar separado de la cal, esta última se extraía limpia.
Estos tenían tres niveles, el superior por donde se cargaba la piedra; al igual que los anteriores
por lo general sobre elevado del terreno; un nivel intermedio donde estaba el o los quemadores y
un tercer nivel por donde se extraía la cal. Cuando la salida del horno estaba a nivel del terreno
los quemadores se colocaban a unos tres metros del nivel de suelo (como es el caso de uno de los
Hornos de Barrio Montevideo y de los Hornos de la Estancia Calderón, en cercanías de los
primeros). Cuando la extracción de cal era por un nivel subterráneo, los quemadores se disponían
a nivel del terreno (como es el caso del resto de los Hornos relevados en Malagueño).
Los hornos verticales con quemadores estaban basados en los Hornos Simonneau; un primer tipo
de horno continuo vertical con cuatro fogatas, creados a mediados del siglo XIX.
En nuestro medio, la tecnología de hornos verticales es traída desde Italia por Luis Cerrano, quien
patenta un desarrollo propio en 1874 (42) construyendo el primero de su tipo ese mismo año en
Buenos Aires.
Los hornos verticales siguieron evolucionando en cuanto al uso del combustible. Los primeros,
al igual que las hornillas u hornos discontinuos, usaban la leña como combustible. Luego se pasó
a usar la huya (carbón de piedra) y en el siglo XX se adaptaron los quemadores para combustibles
líquidos (fueloil) y gaseosos (gas envasado o natural).

Hornos continuos verticales continuos sin quemador (Izq.) (43) y con quemador/es (Der.) (44)

42- Memoria de la Oficina de Patentes de Invención del año de 1874. Pág. 31. Bs. As. 1875.
43- Idem. 40.
44- https://www.emison.com/vertical%20cal.htm

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LAS RUINAS ACTUALES DE LOS HORNOS DE MALAGUEÑO:
ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y RELEVAMIENTO

Se realizó un exhaustivo trabajo de campo en Malagueño, sobre los vestigios de los antiguos
hornos que aún quedan en pie, para establecer el grado de conservación y obtener datos técnicos
de los mismos; y así comprender su funcionamiento, intervenciones y reformas realizadas durante
su vida útil, etc.
El relevamiento se acompañó de una búsqueda documental para establecer quienes y cuando se
habían construido cada uno de ellos, cuál fue su vida útil y otros datos de interés.
Todos los hornos estudiados fueron construidos por diferentes propietarios durante la primera y
segunda década del Siglo XX.
Martin Ferreyra junto a su hermano Estanislao arrendaban parcelas de la estancia para la
explotación maderera (cuyo principal objetivo era el combustible para los hornos), la explotación
minera (extracción de la piedra caliza) y autorizando a otros a construir hornos en su propio
terreno a cambio de que le compraran exclusivamente la piedra de sus canteras.
Ya viuda Da. Martina Cabezón, nombra como su representante para toda gestión administrativa
y judicial referentes a la estancia, primeramente a su yerno y cuñado Estanislao Ferreyra, como
ya dijimos. Y desde 1891, la representación pasó a su hijo el Dr. Martín Ferreyra.
A principios del siglo XX, Doña Martina comenzó un loteo en parte de las tierras y a vender
parcelas de terrenos, para formar una villa. Esta villa se denominó “Villa Ferreyra” y es el inicio
de lo que fue luego la comuna y posteriormente la ciudad de Malagueño.
Dentro del loteo surgieron los primeros espacios y edificios públicos, como la Plaza Belgrano y
la Capilla (1904); y del arrendamiento de los hornos se pasó a otra estrategia: la venta de terrenos
a terceros con la condición de que los compradores construyeran uno o más hornos para quemar
cal con la piedra que abasteciera Doña Martina. De esta modalidad surgen los hornos que fueron
estudiados en este informe, con excepción del horno en el ex - Barrio Montevideo, cuya
construcción fue concesionada.
Tras el fallecimiento de Doña Martina en 1907, Martín Ferreyra siguió en representación suya y
de su hermana Rosa. (Rosa y Martin Ferreyra quedaron como únicos herederos de la estancia
Malagueño, en autos del 25 de Septiembre de 1907); quien siguió con la misma política. En 1914
fallece Rosa y queda como único heredero Martín (declarado único heredero en autos del
30/03/1914). Martín Ferreyra falleció en 1918. (45)
Las últimas transacciones relacionadas con los hornos relevados, son la realizada en el año 1920,
por Mercedes Navarro Ocampo de Ferreyra, viuda de Martín Ferreyra; y otra en 1921 en donde
ya participan sus hijos, como veremos más adelante.

Imagen de la Fábrica N° 1 (46)

45- Archivo del Arzobispado, Registros Parroquiales, 1557-1974, Córdoba, Argentina.


46- Ferreyra y Navarro Ocampo, Memorias Cordobesas, Pág. 391. Bs. As. 2014.

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En la década del 40 del siglo pasado, los sucesores de Ferreyra levantaron la fábrica de cal más
importante de Sudamérica. Años después, canteras Malagueño (la empresa fundada por los
Ferreyra) fue adquiriendo la totalidad de los hornos que estaban en funcionamiento en Malagueño,
denominándolos como fábricas “2” al “7” y reservando el número “1” para la fábrica que habían
construido. Usaremos esta nomenclatura numérica para presentar el resultado de los
relevamientos y búsqueda documental de los hornos estudiados en este informe.

LOS HORNOS DE LAS FÁBRICAS NÚMERO 2, 3, 4, 5, 6 y 7


Primeramente se expondrá la documentación encontrada referida a cada horno, en su orden
cronológico; y luego se hará una descripción y explicación de los vestigios materiales hallados.

ANTECEDENTES DOCUMENTALES

HORNOS DE LOS BALESTRINI (FABRICA NUMERO 7)


El 16 de Febrero del año 1907, Martín Ferreyra celebra un contrato con la sociedad “Saint Girons
Hnos.” para la construcción de unos hornos para quemar cal, en la zona de lo que fue luego el
Barrio Montevideo en Malagueño.
La sociedad “Saint Girons Hnos.”, estaba conformada por dos hermanos Franceses, Enrique y
Juan Pablo Saint Girons, quien había conseguido por decreto del Poder Ejecutivo del 12 de Enero
de 1907, le transfierieran una concesión para establecer hornos de cal en el puerto de Rosario qué
había sido otorgada al Sr. F. Garabaglia el 22 de Octubre de 1898. (47)
El 25 de Abril de 1908, se celebra un segundo contrato entre Martin Ferreyra y los Hermanos
Saint Girons (con domicilio en Rosario y Buenos Aires respectivamente) y el Sr. Jorge L. Doncel,
oriundo de Rosario; en donde se especifican varios items. Para esta época ya están construidos
los hornos. Mencionaremos algunos puntos de importancia detallados en el contrato: 1- La
sociedad “Saint Girons Hnos.” transfiere el contrato celebrado con el Dr. Martin Ferreyra el año
anterior a la nueva sociedad “Saint Girons Hnos. y Doncel”. 2- Se le entrega a la sociedad las
canteras 31 y 23 para que extraigan piedra exclusivamente para quemar en los hornos recién
construidos. Estas canteras, ubicadas en el llamado “Cerro Grande”, las venía explotando Luis
Cerrano (la número 23, también conocida antiguamente como “cantera del Túnel”, abierta en
1878) y Miguel Thea (la número 31). Ambos arrendatarios tenían hornos en Córdoba (Los de
Thea eran los conocidos hornos del Pucará, hoy declarados Patrimonio Industrial de la Ciudad de
Córdoba). 3- Se le obliga a la Sociedad a producir un mínimo de 1.500 toneladas mensuales de
cal, y la piedra mal cocida será devuelta a los hornos para una segunda cocción. Otros puntos
especifican el modo de trabajar las canteras, el permiso para construir dependencias para los
trabajadores, las regulaciones si se amplía la infraestructura, etc. Este contrato tenía como límite
el 1 de mayo de 1913, en donde los hornos pasaban a manos de Ferreyra. (48)
En el año 1912, el Sr. Juan Balestrini concesionó los hornos de la sociedad Saint Girons y celebró
un nuevo contrato con Martín Ferreyra. Balestrini acuerda vender la cal que producirá en los
hornos a Ferreyra, fijándose diferentes condiciones como el precio, el transporte, nuevas obras de
infraestructura, respuesta a los reclamos de los clientes hacia Ferreyra si la cal no está bien cocida,
etc. Dicho contrato se establece hasta el 13 de Abril de 1913. (49)
47- Registro Nacional de la República Argentina, Año 1911, Parte 1, Pág. 103. Talleres Gráficos de
la Penitenciaria Nacional. Bs. As. 1911.
48- Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1908. f. 287 v.
49- Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1912, f. 219.

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Cuando el contrato entre Martin Ferreyra y la sociedad “Saint Girons Hnos. y Doncel” finalizó,
Balestrini prorrogó el suyo y siguió trabajando los hornos.
En el año 1915, Martín Ferreyra vendió el terreno donde estaban los hornos construidos por los
hermanos Saint Girons, a José Balestrini, que ya venía trabajándolos hacía un par de años.
La escritura de venta menciona lo siguiente: “Escritura Número 268, 13 de Julio de 1915. Don
Martin Ferreyra (oriundo de Córdoba, domiciliado en calle 27 de Abril 433 de esta ciudad) vende
a Don Juan Balestrini (Salteño, radicado en Capital Federal); en representación de la sociedad
“Jose Balestrini e hijos”, por la suma de 3.401 pesos con 64 centavos nacionales un terreno”. Se
fijó en la escritura una condición: “si los compradores sacaran piedra de cal del terreno vendido,
deberán pagarle a Ferreyra por la piedra, al precio que el la vende”. También menciona el
documento que a los compradores “se les cede los materiales de los hornos que están en el
terreno”. (50)
J. Balestrini continuó utilizando los hornos y el ramal ferroviario que estaban en el terreno
adquirido. También arrendó la cantera “La Yocsina” por lo que logró autoabastecerse de piedra.
La sociedad José Balestrini e hijos, fue conformada por José Balestrini y sus dos hijos, Juan y
Enrique, en el año 1906, con sede en la Capital federal para la explotación, compra y venta de
maderas. Luego se dedicó a la explotación de piedra caliza y fabricación de cal. Años más tarde
la firma se disolvió y se reagrupó como Balestrini Hnos. (51)
En 1944, los hornos fueron adquiridos por la sociedad “Canteras Malagueño”, y siguieron
trabajando hasta la década del 70 del siglo pasado. Posteriormente en la zona se desarrolló un
barrio de la ciudad de Malagueño llamado Montevideo, que actualmente ya no existe.

Mensura del terreno adquirido a Ferreyra por parte de J. Balestrini, donde figuran los hornos y dos
ramales ferroviarios. Plano de 1914. (52)

50- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Inv. 177, Año 1915, fs. 644 - 650 v.
51- Informe de la Comisión Nacional de los Trusts, Setiembre de 1919, Pág. 181. Bs. As. 1919.
52- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Inv. 177, Año 1915, fs. 650 v.

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Hornos de la Sociedad Saint Girons Hnos. y Doncel trabajados por Juan Balestrini en al año 1913 (53)

HORNOS DE LOS HERMANOS PERINA (FABRICA NUMERO 3)


A fines del Siglo XIX ya figura Emilio Perina, un Austríaco radicado en Malagueño, produciendo
cal en algunos de los antiguos hornos que existían en la estancia Malagueño.
Una primera escritura de venta fechada en el año 1908, menciona a Emilio Perina junto a su
hermano Héctor: “Escritura Numero 169, 18 de Mayo de 1908, Martin Ferreyra (y en
representación también de su hermana Rosa), vende a los Sres. Emilio y Héctor Perina,
Austríacos y vecinos de Malagueño, un terreno ubicado en la Villa Ferreyra, Estancia
Malagueño; de 41,15 metros de frente por 62,50 metros de fondo, venta realizada por 500 $
nacionales”. Los límites de dicho terreno según lo describe el documento eran: “Linda al oeste
con Luis Cerrano, al Este y Norte con calles públicas y al sur con de los compradores”. (54)
A posterior, la sucesión de Ferreyra les vendió otros lotes donde construyeron hornos en dos de
ellos: uno en la actual calle Tucumán esquina Quiroga (hoy hay 1 galpón); y otros dos más en
calle Juan Bogacki esquina de los Mineros (aquí construyeron los hornos de la Fábrica Número
tres) de la actual ciudad de Malagueño.
Los hermanos Perina, constituyeron una empresa dedicada a la producción de cal en Malagueño
denominada “Perina Hnos.” Años después la firma cambió su nombre a Emilio Perina y Cía. (55)
En la década del 40 del siglo XX el horno fue adquirido por Canteras Malagueño (la firma de la
sucesión Ferreyra), y con la denominación de Fábrica Número 3, trabajaron hasta su cierre a fines
de la década del 70. Posteriormente fueron demolidos.

53- Revista Caras y Caretas, Año VXI, Número 786, Pág. 72. Bs. As. 1913.
54- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1908, f. 394.
55- Informe de la Comisión Nacional de los Trusts, Setiembre de 1919, Pág. 181. Bs. As. 1919.

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HORNOS DE PICCININI y CANTONE (FÁBRICA NUMERO 5)
En el año 1909, Martín Ferreyra vende otro terreno, esta vez a Doña Balbina Alvarez. La escritura
de venta expresa: “Escritura Número 187, 13 de Diciembre de 1909, Don Martín Ferreyra (y en
representación de su hermana Rosa Ferreyra), venden un terreno de su propiedad (parte de la
Estancia Malagueño) a Doña Balbina Alvarez de Piccinini (Española, viuda, residente en
Rosario), próximo a la Estación Malagueño junto al paso a nivel que comunica con la plaza
pública de esta Villa Ferreyra, al lado sud del Ferrocarril Central Argentino, de 50 metros por
50 metros, lindando al Norte con la vía del FCCA, al Sud con camino público, al Oeste con más
terrenos de los vendedores y al Este con una fracción vendida al Sr. A. Becerra en esta fecha”.
Continúa el documento: “Lo descripto es parte de la Estación Malagueño y la Villa Ferreyra,
que los vendedores heredaron de su madre Doña Martina Cabezón de Ferreyra” (únicos
herederos en autos del 25 de Septiembre de 1907).
Finalmente quedó expresada la condición de venta: “que la vendedora debe construir un horno
para la quema de cal en el terreno, debiendo emplear exclusivamente la piedra que tienen los
vendedores, quienes se obligan a suministrar la piedra que necesite la compradora, al precio que
la tengan las Canteras de Malagueño”. La venta se efectuó por 1.750 pesos Nacionales. (56)
El 4 de Marzo de 1910, Dña. Balbina adquiere una fracción más de terreno de 1.500 metros
cuadrados, por una segunda compra a Ferreyra; ampliando así el límite Este del que ya poseía por
compra anterior. (57)
En el año 1920, la viuda de Ferreyra vende dos fracciones de terrenos a Doña Balbina Alvarez,
que se había asociado a Fioravanti Ravenna Cantone, una a cada lado del primero que había
comprado en el año 1909 y ampliado en 1910, en donde había construido 5 hornos.
Una primera escritura reza: “Escritura Numero 177, 15 de Julio de 1920, (Sucesión de Martin
Ferreyra) Mercedes Navarro Ocampo de Ferreyra, viuda de Don Martin Ferreyra, (con la
autorización de los herederos menores-hijos: Rosa Malbina y Jorge Enrique) y la sra. Maria
Isabel Ferreyra casada con Dr. Luis Roberto Pinto, quien le acuerda su venia marital prescripta
y tiene la autorización de sus hermanos políticos: Martín, Ramón y Horacio Ferreyra, todos de
Córdoba; venden a Doña Balbina A. de Piccinini dos fracciones de terrenos, con todo lo
edificado, clavado y plantado. A ambos lados de un terreno de su propiedad donde esta una
Fábrica de cal, al norte el ramal Malagueño del ferrocarril Central Argentino y al sur el camino
público de Córdoba a Malagueño, por 7.000 y 7.500 pesos nacionales”. (58)
Una segunda escritura expresa: “Escritura Numero 178, 15 de Julio de 1920, Mercedes Navarro
Ocampo de Ferreyra, viuda de Don Martin Ferreyra, y la sra. Maria Isabel Ferreyra casada con
Dr. Luis Roberto Pinto; venden a Doña Balbina Alvarez de Piccinini, viuda, de Rosario (Santa
Fe); dos fracciones de terrenos…” y continúa con los mismos datos de la escritura 177. (59)
En los documentos de esta transacción figura un plano del primer terreno y las porciones de
terrenos laterales que se acaban de vender; en donde esta graficada la vista de planta de los hornos
que construyó Balbina Alvarez. El plano es muy ilustrativo, muestra el Horno original (en realidad
eran 5 hornos, luego se le adicionaron dos más), las vías de “decauville” por donde se transportaba
el producto de los hornos, el ramal del ferrocarril que vinculaba las anteriores con la vía férrea
Malagueño - Córdoba, las edificaciones de las casas de los obreros, la administración y el galpón
para depósito de la cal.

56- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Inv. 142, Año 1909, fs. 484 r - 486 r.
57- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1910, f. 273.
58- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Inv. 192, Año 1920, fs. 459 - 468.
59- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Inv. 192, Año 1920, fs. 469 - 474 v.

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Mesura de los terrenos vendidos a Balbina Alvarez y vista de planta del establecimiento calero (60)

En la década del 40 del siglo pasado los hornos pasaron a manos de Canteras Malagueño bajo la
denominación de Fábrica Número 5, donde siguieron trabajando hasta su cierre definitivo a
comienzos de la década del 80.

HORNOS DEL SR. BECERRA (FABRICA NUMERO 6)


Otra venta condicionada ocurre en el mismo año de 1909, donde Martín Ferreyra vende a José
Becerra un terreno. La escritura pertinente expresa: “Escritura número 397 del 13 de Diciembre
de 1909, el Dr. Martin Ferreyra de esta ciudad de Córdoba (en representación de sí mismo y de
su hermana Rosa Ferreyra de Ferreyra, viuda) vende a Don José A. Becerra, vecino de esta
ciudad, un lote de terreno de Villa Ferreyra, que está próximo a la Estancia Malagueño; junto al
paso a nivel que comunica a la plaza Pública de la Villa Ferreyra, al lado sud del ferrocarril
central Argentino (FCCA); compuesto de 50 metros de frente de Norte a Sur, por 150 metros de
Este a Oeste, lo que hace una superficie de 7.500 metros cuadrados”.
Continúa el documento deslindando dicha superficie: “los que lindan al Norte con la vía del
ferrocarril, al Sud con camino público, al Este con más terreno de los vendedores y al Oeste con
una fracción de los mismos que hoy pertenecen a la Sra. Alvares de Piccicini”. “Los vendedores
poseen el terreno como herederos de Martina Cabezón de Ferreyra”. Finalmente la condición
siempre presente en estas ventas: “La venta tiene como condición que el comprador se
compromete a construir un horno para la quema de cal, para lo cual empleará exclusivamente
la piedra que le abastecerá el vendedor”. (61)
El 22 de febrero de 1910, Becerra permuta el terreno adquirido a Ferreyra por otro situado al
Oeste del terreno recientemente comprado por Balbina Alvares. En este último terreno adquirido
es donde cumple la obligación pactada con Ferreyra de construir un horno. (62)
60- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Inv. 192, Año 1920, f. 474.
61- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4. Escritura 397. Año 1909.
62- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4. Tomo 3, Año 1910. f. 197 v.

18
El 16 de Noviembre de 1921, la sucesión de Ferreyra le vende una fracción más de terreno a J.
Becerra, para ampliar el terreno adquirido en 1910, donde ya está construido el horno.
La escritura menciona que el Ingeniero civil Ramón Ferreyra (en representación de todos los
sucesores del Dr. Martín Ferreyra), vende al Sr. Juan José A. Becerra, una fracción de terreno
“con destino a ampliación de la fábrica de cal que el dicho Señor (Becerra) tiene construida en
terreno de setenta metros de frente por setenta metros de fondo y que adquirió de su causante
Dr. Martín Ferreyra en escritura del 22 de Febrero de 1910”.
Con esta ampliación el primer terreno adquirido por Becerra, con una superficie de 4.900 metros
cuadrados, quedo ampliado a 13.537 metros cuadrados, “quedando en el medio la expresada
fábrica de cal”, agrega el documento. (63)
Un plano acompaña la escritura de venta, donde se observa la superficie total del terreno de J. A.
Becerra, adquirido en dos partes y los ramales ferroviarios de los hornos de Pedrotti y Luchi (y
sus 4 hornos), de Balestrini y del propio Becerra. También se muestran las planchadas para
hidratar la cal viva recién extraída de los hornos y su posterior secado.

Plano del terreno propiedad de J. A. Becerra en el año 1921. (64)

Al igual que ocurrió con los hornos anteriores, en la década del 40 del siglo pasado, estos pasaron
a manos de Canteras Malagueño bajo la denominación de Fábrica Número 6, quien los concesionó
al Sr. Mamerto Martínez para que los siguiera trabajando. En ese período eran conocidos estos
hornos como “Las Malvinas”. La fábrica produjo cal hasta su cierre definitivo acaecido alrededor
del año 1980.
63- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1921. fs. 1334 v - 1337.
64- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1921. f. 1338.

19
HORNOS DE LOS SRES. PEDROTTI Y LUCHI (FÁBRICA NÚMERO 4)
En otro documento fechado en el año 1920, encontramos la siguiente información:
En una escritura que lleva el número 177, con fecha del 15 de Julio de 1920, Mercedes Navarro
Ocampo de Ferreyra, viuda de Don Martin Ferreyra, (con la autorización de los herederos
menores-hijos: Rosa Malbina y Jorge Enrique) y la Sra. María Isabel Ferreyra casada con Dr. Luis
Roberto Pinto, quien le acuerda su venia marital prescripta y tiene la autorización de sus hermanos
políticos: Martin, Ramón y Horacio Ferreyra, todos figurando con domicilio en la ciudad de
Córdoba: “venden a Don Raymundo Pedrotti (de Malagueño) y don Rafael Luchi (de Capital
Federal y de tránsito por Córdoba), un terreno de su propiedad por 7.385 pesos con 25 centavos
Nacionales con todo lo edificado, clavado y plantado”.
También hace referencia el documento a condiciones que pone el vendedor: “A los compradores
se les obliga a construir sobre el terreno vendido un horno nuevo para la fabricación de cal,
dentro de los siguientes cuatro meses (de firmada la escritura) y otro horno más un año después
de terminado el primero, siempre y cuando la venta de cal por el Centro Fabricantes Cal Córdoba
llegara a 10.000 toneladas mensuales”. “También, si los compradores o sus sucesores,
descubrieran mineral de cualquier categoría en el terreno y deciden explotarlo, deberán venderlo
a la sucesión de Martin Ferreyra si estos lo exigieran, por el precio de 20 centavos Nacionales
la tonelada”.
Aclaran al final de la escritura, los contratantes, que el horno que deben construir los compradores
a los cuatro meses de firmada la escritura, ya está en construcción en el sitio del viejo horno que
ya fue demolido. (65)
Un plano acompaña el documento anterior, donde se ve la estación ferroviaria de Malagueño, el
camino a La Lagunilla, tres hornos antiguos, dos galpones, tres casas y un ramal del ferrocarril,
para carga de material:

Plano del terreno adquirido a Ferreyra por Pedrotti y Luchi (66)


65- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Inv. 192, Año 1920, fs. 469 - 473 v.
66- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Inv. 192, Año 1920, f. 474.

20
Posteriormente construyeron el segundo horno estipulado en las condiciones, ya que en un plano
de 1921 se visualizan cuatro hornos, que se corresponden con las ruinas que se ven actualmente:

Fracción de Plano de 1921 (67)

En la década del 40 del siglo XX los hornos pasaron a manos de Canteras Malagueño (la firma
de la sucesión Ferreyra), y trabajaron como Fábrica Número 4 hasta su cierre entre los años 1979
y 1981.

HORNOS DE SEBASTIAN DIANDA (FÁBRICA NUMERO 2)


El 11 de Octubre de 1921, Ramón Ferreyra celebra un contrato de venta de un terreno con el Sr.
Sebastián Dianda. Ramón Ferreyra también representa los derechos de su madre Mercedes
Navarro de Ferreyra, y de sus hermanos Jorge Enrique y Rosa Malvina. Expresa la escritura:
“Dicho terreno, parte de la estancia Malagueño, de forma irregular con una superficie de 10.000
metros cuadrados, linda al norte con el ramal del Ferrocarril Central Argentino (Antes
Ferrocarril Malagueño) de los Sres. Balestrini e hijos; y por el sur, este y oeste con terrenos de
los vendedores”.
Este contrato de venta tenía condiciones, entre las que destacamos: 1- “El uso que le puede dar el
Sr. Dianda al sitio, es exclusivamente para construir hornos, quemar cal y levantar dependencias
pertinentes a tal fin”. 2- “El comprador se compromete a construir un horno para quemar cal en
el primer año a partir de esta venta, con una capacidad mínima de 10 toneladas diarias de
producción”. 3- El comprador deberá “construir un segundo horno pasado los 9 meses desde la
construcción del primer horno”. 4- En el sitio existen construcciones “las que deberá abonar a
su precio”. 5- Como materia prima para los hornos sólo adquirirá “la que le vendan los
vendedores” mientras que estos se comprometen a abastecerle la que necesite. (68)
Cuando el Ferrocarril Central Argentino adquirió en el año 1907 el ramal de Malagueño a
Córdoba, este último tenía aún su trocha de 75 cm (trochita).
67- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1921. f. 1339.
68- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1921, fs. 1234 v. 1246 v.

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Fracción del plano General del expediente de venta del terreno al Sr. Dianda con su ramal proyectado;
donde también figuran los ramales ferroviarios de los Sres. Balestrini, Pedrotti y Luchi y Becerra. (69)

En el año 1915 se amplió la trocha. Figura en el Boletín Oficial un decreto del 17 de marzo de
1915 que establecía: “aprobando los planos del cambio de trocha de 0,75 metros del ramal
Malagueño por la de 1,676 metros”. B.O. 6359. Ese mismo año, se publicó otro decreto con fecha
del 18 de septiembre, en donde se aprobaba también la construcción de un ramal que conectara
con el ferrocarril de Malagueño la zona de los hornos, así los fabricantes de cal podían cargar
directamente en los vagones que circulaban por el ramal Malagueño - Córdoba. En el Boletín
Oficial se puede leer lo siguiente: “aprobando el plano en virtud a lo dispuesto que propone
construir en las proximidades de la estación Malagueño un desvío de 235 metros para el servicio
de los hornos de cal existentes al lado oeste de la mencionada estación” B.O. 6505. (70)
Sobre este ramal nuevo, los propietarios de los hornos se fueron enganchando con sus propios
ramales y Dianda proyectó el propio.
En la década del 40 del siglo XX el horno fue adquirido por Canteras Malagueño (la firma de la
sucesión Ferreyra), y trabajó hasta su cierre el 26 de Diciembre de 1979.

69- AHPC. Protocolos Notariales. Reg. 4, Tomo 3, Año 1921, fs. 1247.
70- Estadística de los ferrocarriles en explotación, Dirección de vías de comunicación. Argentina.
Tomo XXIV, Bs. As. 1920. Pág. 107.

22
RELEVAMIENTOS DE LAS FÁBRICAS

GENERALIDADES
En nuestra vasta experiencia en relevamientos de estructuras antiguas, en lo referido a hornos para
producir cal, podemos establecer algunas generalidades observadas en nuestro medio. (71)

Nos referiremos a los hornos construidos desde finales del Siglo XIX y hasta el primer cuarto del
Siglo XX. Todos hornos del tipo continuo y verticales, y anteriores a la utilización del cemento
como mortero. Si bien, no había reglas fijas en lo referente a métodos constructivos, tipologías y
materiales empleados, se pueden fijar algunas pautas en esta diversidad.

En la fabricación de los hornos se aprovechaban los materiales disponibles en el sitio. Así


podemos observar el uso de la piedra para los muros del edificio del horno en las zonas donde la
misma abunda (como es el caso de nuestras sierras). Las estructuras en las que se requeriría
cantear las piedras para poder ensamblarlas, se confeccionaban con ladrillo cocido; nos referimos
puntualmente a los arcos y bóvedas, ya sea de las cámaras de combustión (quemadores) y a los
túneles de descarga. Los túneles caleros que pudimos recorrer, salvo algunass excepciones, tienen
sus paredes laterales de calicanto y están cerrados con una bóveda en cañón corrido confeccionada
con ladrillos.

El cuerpo de los hornos, de forma cilíndrica con su diámetro inferior mayor al superior, y sección
interna muchas veces de forma elíptica; en general es de ladrillos. En su interior con un
revestimiento refractario (denominado camisa), y en el exterior envuelto con anillos de hierro que
lo circunvalan y otras barras del mismo material dispuestas en forma transversal (denominados
tractores) para evitar las fracturas del horno por las presiones ejercidas por las piedras y la alta
temperatura, mientras el mismo está trabajando. Si el cuerpo del horno está rodeado de muros
hechos con piedras, no requiere de los tractores de hierro.

En hornos más antiguos y donde hay abundancia de piedras y difícil acceso para transportar
materiales de construcción o escases de tierra para hacer ladrillos “in situ”, hemos visto que el
cuerpo del horno es íntegramente confeccionado con piedras.

Las cámaras de combustión, son nichos directamente incluidos en el espesor de las paredes del
cuerpo del horno (en general cuando estos muros son de gran espesor, en los edificios hechos con
piedras), o cobijados bajo estructuras abovedadas (en los hornos hechos con ladrillos en donde la
base del edificio es de mayor volumen que el cuerpo del horno, el que también está
confeccionados íntegramente de ladrillos). En todos los casos, estas cámaras están debajo de arcos
de ladrillos, para soportar los muros que se continúan sobre estas estructuras. También se utilizó
este mismo material para las bóvedas y paredes de los nichos (donde están los quemadores, con
su revestimiento refractario) y las tomas de aire (aberturas en la parte inferior de los quemadores).

También se aprovechó la geografía en muchos casos, armando el horno junto a una barranca o
cerrillo, para facilitar la carga en la parte superior; evitando así la construcción de rampas, puentes
y/o complejos aparejos para subir la piedra hasta las bocas de carga.

71- Relevamientos realizados en la Ciudad de Córdoba, La Calera, Dumesnil y La Falda, entre los
años 2010 y 2020. GST - Grupo SpeleoTúnel, hoy Fundación CIEU.

23
Las cámaras de combustión y sus quemadores, en general se situaban a nivel del terreno, lo que
obligaba a la extracción del material cocido por vía subterránea. Esta disposición era más eficaz
que ubicar las bocas de descargas a nivel del terreno y tener que disponer los quemadores a cierta
altura. Esto se debe a que la descarga del horno se hacía cada ocho horas aproximadamente,
mientras que la combustión era continua, por lo que se requería estar elevando material
combustible permanentemente hasta la zona de los quemadores. En los casos donde el horno se
construía en terreno pedregoso, por el tremendo trabajo que implicaba excavar un túnel en la roca,
en general se ubicaban los quemadores en altura.
En zonas rurales, aparte de las ruinas de los hornos, hay vestigios de construcciones
habitacionales, cuyos muros también están confeccionados con piedras, y no falta la presencia de
algún pozo de balde para extraer agua. El trabajo continuo de estos hornos requería que los
trabajadores vivieran en las inmediaciones.

Los hornos relevados en Malagueño no escapan a lo observado en otras zonas, aunque aquí
tenemos todas las modalidades juntas: Hornos con y sin quemadores; algunos completamente
hechos con piedras y otros solo de ladrillos, los hay de fábrica mixta y con piedras canteadas;
hornos con túneles de extracción y otros sin estos; hornos de plantas cuadrangulares y circulares;
etc. La zona es una verdadera escuela de historia del patrimonio industrial, por lo que debería
conservarse cada uno de estos hornos.

A continuación se describen los diferentes hornos, siguiendo el orden de número de fábrica que
les asignó Canteras Malagueño, cuando terminó adquiriendo la totalidad de estos.

FÁBRICA NÚMERO 2
UBICACIÓN: 31° 28´ 12.30” S / 64° 21´ 42.40” O
NOMENCLATURA CATASTRAL DE LA PARCELA: 31 - 01 -190101 - 200001
La Fábrica número dos, contiene cuatro hornos. Está conformada por dos estructuras (que
denominaremos bloque mayor y bloque menor) de morfología cuadrangular y construidas en su
mayor parte de calicanto, una de mayor envergadura al sur (SSO) y otra de menor volumen al
norte (NNE); separadas entre sí por escasos metros, conteniendo dos hornos (horno sur y horno
norte) cada una. La primera tiene un volumen de unos 200 metros cuadrados, y la segunda de
unos 120 metros cuadrados, con sus bases más anchas que sus chimeneas, como es la tipología
de los hornos caleros.

Izq.: Vista aérea de las ruinas de los dos bloques correspondientes a la denominada fábrica N° 2. (Google
Earth). Der.: Espacio entre los dos bloques de los hornos (CIEU)

24
El perímetro de ambas estructuras se encuentra cubierto en sus bases por maleza, tierra y
pedregullo, producto del desmonte y limpieza del área donde están las vías de carga del material
extraído de las canteras actualmente; el cual fue barrido hacia los hornos.
En el espacio entre los dos bloques, el nivel de suelo fue rebajado, para dar salida al túnel de
extracción de cal del bloque mayor. Debido a que en este sitio también hay relleno, no se pudo
determinar la profundidad original, pero se estima que sería de unos tres a cuatro metros.

Izq.: Croquis de la vista de planta de los hornos a escala. En el bloque mayor se dibuja el túnel de
descarga. Der.: Croquis de la vista del frente sur de los bloques mayor y menor. Un murallón a la
izquierda del bloque mayor a modo de “terraplén” que llevaba los rieles para las vagonetas de carga. Un
corte en el dibujo muestra los cuerpos de los hornos y el túnel. (Cuadernos de campo – CIEU)

En este espacio subterráneo, sobre el muro norte del bloque mayor, se visualiza el único quemador
visible, con su arco superior (donde se le añadió un dintel de hormigón) a un metro por debajo
del nivel de suelo; y al costado y más abajo la boca del túnel que comunica con las tasas de los
hornos.

Izq.: Vista del muro norte del bloque mayor en el espacio subterráneo entre los bloques de edificación. A
la izquierda se observa la salida del túnel de extracción y a la derecha una boca de quemador. Der.:
Detalles del quemador, con su bóveda de ladrillo y revestimiento interno con ladrillos refractarios.
(CIEU)

El túnel es de paredes de calicanto, sobre las que apoya una bóveda en cañón corrido
confeccionada con ladrillos; en el interior se bifurca para conectarse, mediante dos pasadizos
diferentes, a ambas bases de los hornos del bloque. La cámara de combustión del quemador, como
es lo habitual, también está confeccionada con ladrillos.

25
Vista del túnel de extracción. Izq.: Boca de salida. Centro: Interior del túnel con sus paredes de calicanto
y bóveda de ladrillo. Der.: Punto donde el túnel se se conecta con la tasa del horno norte (frente) y se
bifurca (a la izquierda) para llegar hasta la base del horno sur, ambos del bloque mayor. (CIEU)

En el bloque menor hay dos boquetes sobre el muro sur, que permiten visualizar el interior de los
hornos, e impresiona que estos no tenían quemadores.
Tampoco se puede observar el túnel de descarga de estos hornos en el espacio subterráneo entre
los bloques. Testimonios orales refieren que la descarga se hacía por un túnel que se conectaba al
pasadizo que nace de la bifurcación del túnel de descarga del bloque mayor. Esto deberá ser
confirmado, aunque sería impráctico. Las otras posibilidades son que la boca de salida está
sepultada bajo el talud de relleno que hoy existe en el espacio subterráneo o el túnel emergía del
costado norte del bloque menor y ha quedado soterrado.
También hay que dilucidar, en el caso de que existieran, donde esta o están los quemadores del
horno sur del bloque mayor. Lo mismo respecto a los hornos del bloque menor.
Para aclarar todos los puntos mencionados, es necesario limpiar el perímetro de los hornos, hasta
llegar al nivel original del terreno; incluyendo el espacio subterráneo entre los bloques.

Izq.: Interior del horno norte del bloque mayor con su camisa de revestimiento refractario (visto desde el
quemador). Centro: Interior con su revestimiento del horno norte del bloque menor. Der.: Tasa del mismo
horno anterior, no se observan bocas de quemadores. (CIEU)

26
En el bloque mayor, entre los hornos, corre un túnel en todo el ancho del edificio que fue tapiado.
Dicho pasadizo, al igual que el túnel de descarga, está confeccionado con paredes de calicanto y
bóveda de ladrillos. Era un túnel técnico que permitía a los operarios pasar de un lado al otro del
edificio sin la necesidad de rodearlo.

Izq.: Vista de uno de los accesos tapiado al túnel que corre al medio del bloque mayor. Der.: Vista del
interior del pasadizo. (CIEU)

Mencionaremos a continuación algunas intervenciones constructivas realizadas durante la vida


útil de estos hornos, que se extendió por 50 años.
Una pasarela de hormigón armado, montada posteriormente, cruza sobre todo el largo del espacio
subterráneo entre los bloques. Esta estructura que oficiaba de puente, seguramente permitió tapiar
el túnel que corre por el medio del bloque mayor, ya que cumple el mismo objetivo.
También se puede observar una viga de Hormigón bajo el arco de ladrillos del quemador que está
visible, a modo de dintel; y como submuración de la pared norte del bloque mayor.

Izq.: Pasarela de Hormigón (cuadrante inferior izquierdo) sobre el espacio subterráneo entre los bloques,
debajo se observan la salida del túnel de descarga y el quemador del horno norte del bloque mayor., sobre
el que se montó otra viga de hormigón. Der.: Detalle de la viga de hormigón, a modo de dintel del
quemador y como sub-muarción del muro superior. (CIEU)

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Hacia el costado sur del bloque mayor, a unos 20 metros arranca un murallón de piedra que se
extiende unos 50 metros, en línea recta hacia el SSO; por donde circulaban las vagonetas de carga
para transportar las piedras hasta los brocales de los hornos. El tramo entre el final de este
murallón y el bloque mayor, se completaba con un puente de hierro.
Un segundo puente de hierro permitía pasar del bloque mayor al menor. Actualmente por el
primer espacio pasan los camiones y maquinas que realizan la descarga y posterior carga a los
vagones ferroviarios, del material extraído de las canteras. El puente es un impedimento para el
tránsito de estos vehículos; razón por la que seguramente se removió y para reciclar el metal. Otra
intervención moderna es una tolva montada sobre una estructura de hormigón por donde se
cargaban las vagonetas, con las piedras que echaban los camiones volcadores.

Izq.: Murallón por donde circulaban las vagonetas de carga. Centro: Tolva de carga de para las vagonetas.
Der.: Vestigios de un caño de gas natural para los quemadores del bloque mayor. (CIEU)

Finalmente podemos mencionar que estos hornos, originalmente quemaban leña, pero luego se
adaptaron a gas. Lo confirma un tramo de caño para conducción de gas natural, existente al
costado sur del bloque mayor.
Los hornos del bloque menor (denominados Horno número 1 de la Fábrica número 2), dejaron de
prestar servicio el 1 de Noviembre de 1977. Los hornos del bloque mayor (denominados Horno
número 2 de la fábrica número 2), se apagaron el 21 de febrero de 1982.

ESTADO ACTUAL Y PROPUESTA


El estado de conservación de estas estructuras es excelente. Hay que considerar que son los hornos
más nuevos y están facturados prácticamente en su totalidad con piedras.
Para salvaguardar este patrimonio y comenzar a ponerlo en valor, una primera intervención es
limpiar el perímetro de ambos bloques y extraer el relleno del espacio subterráneo existente entre
los mismos. Esto último debería incluir una limpieza del túnel, al cual se podría ingresar con
seguridad, y posteriormente construir algún acceso para que pueda ser visitado.
Un cerco perimetral con una servidumbre de paso (el bien está en una propiedad privada) evitaría
el vandalismo a la vez que permitiría el acceso al público para que pueda ser visitado.
También se podría incluir un par de ventanas en los boquetes existentes en la pared sur del bloque
menor, para mostrar el interior de los hornos.

28
FÁBRICA NUMERO 3
UBICACIÓN: 31° 28´ 00.50” S / 64° 21´ 45.80” O
NOMENCLATURA CATASTRAL DE LAS PARCELAS: 31 - 01 -190101 – 033022/023/024
Los hornos de la denominada fábrica número tres; absorbidos por la traza urbana de la ciudad,
lamentablemente fueron demolidos; quedando como único vestigio visible un muro lateral de
calicanto de la edificación, y posiblemente los túneles de extracción del material cocido por ser
una obra subterránea.
En una antigua fotografía se puede observar que eran dos hornos, con al menos un quemador
doble cada uno que abocaban al sur; similares tipológicamente a los conocidos hornos de Thea (o
Pucará) de la ciudad de Córdoba; y a los más antiguos de la fábrica número cuatro como veremos
luego.

Fotografía: Gentileza del Sr. Gustavo Agustín Coronel

El muro existente de esta fábrica, debería conservarse (e incluirlo en alguna edificación moderna
si se necesitara construir en el futuro), colocando una carteleria explicativa sobre el mismo.

Muro lateral de los hornos de Perina, único vestigio visible que sobrevivió a la demolición, ubicado en la
calle Juan Bogacki esquina De los mineros de la ciudad de Malagueño. (CIEU)

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El túnel de extracción, según testimonios orales recogidos, salía por el sur del terreno y sería otro
elemento patrimonial que podría rescatarse. Otro dato interesante, recogido también en forma
oral, es la existencia de un segundo túnel que conectaba este complejo con el otro horno, también
de Perina, que estaba situado a 100 metros, en la esquina de calle Tucumán con Juan Quiroga. Un
hundimiento ocurrido hace algunos años atrás, en el patio de una propiedad sobre calle De los
mineros, pareciera confirmar esta versión.

FÁBRICA NUMERO 4
La denominada Fábrica N° 4 hacía mención a dos edificaciones independientes; separadas entre
sí por unos 40 metros de distancia y que denominaremos Norte y Sur por su situación geográfica.
Cada edificio contaba con dos hornos, por lo que la fábrica cuatro tenía cuatro hornos en total.

EDIFICACION NORTE
UBICACIÓN: 31° 28´ 9.20” S / 64° 21´ 46.00” O
NOMENCLATURA CATASTRAL DE LA PARCELA: 31 - 01 -190101 - 200001
La edificación Norte está formada por dos grandes hornos (que denominaremos N.E. y S.O., por
su ubicación en el terreno) facturados en casi su totalidad con ladrillos asentados en cal y arena
con traba inglesa. Se utilizó piedra (calicanto) para los cimientos de la edificación y en superficie
hasta diferentes niveles del suelo en la mayor parte de la estructura, donde asientan los muros de
ladrillos. También se confeccionó con piedras las paredes del túnel de descarga del horno S.O.

Izq.: Vista Panorámica del conjunto (la vista es de Norte a Sur). Der.: Vista del Horno S.O, en su cara
Sur, donde se observa el arco de uno de los quemadores. (CIEU)

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Las bases de las estructuras de los hornos son cuadrangulares, en donde están los arcos que cobijan
a los quemadores, que a su vez comunican con la parte inferior de cada horno; por sobre estos
arrancan la parte central y chimenea de cada horno, a modo de dos grandes torres; estructuras
cilíndricas, con diámetro decreciente hacia lo alto y sección elíptica en su interior.
Ambos hornos tienen sus túneles de descarga con sus bocas de salida hacia el sur y son de corto
trayecto, lo suficiente como para el desarrollo de una rampa que partiendo de la superficie llegue
hasta las tasas de cada horno.

Izq.: Boca de salida del túnel de descarga del horno S.O., su arco de presentación esta derrumbado. Por
encima uno de los quemadores del mismo horno. Der.: Boca de salida del túnel del horno N.E. (CIEU)

El Túnel Este (del horno N.E.) tiene sus paredes laterales de calicanto y la bóveda de ladrillo. El
túnel Oeste (del horno S.O.) es completamente de ladrillos y no tiene el arco de presentación, ya
que está parcialmente demolido en su tramo inicial. Ambos fueron rellenados con piedras, el
túnel Oeste desde un boquete hecho en su bóveda y el túnel Este a través de su boca de salida.

Izq.: Túnel de extracción del horno N.E. con sus paredes de piedra, visto desde su boca de salida. Centro:
Mismo túnel anterior visto desde el fondo, se observa un talud de piedras que cubre la rampa de salida.
Der.: Vista desde la boca de salida del túnel S.O. con sus paredes y bóveda de ladrillos. (CIEU)

En cuanto a la cantidad de quemadores, el horno S.O. consta de cinco, dos que abocan al Este (a
un espacio que hay entre los dos hornos), dos que abocan hacia el Oeste y un quinto que mira al
sur, en línea con el túnel de extracción. (es un horno vertical de tipo Simonneau). Por su parte el
horno N.E. consta de un quemador doble que mira al sur (también en línea con el túnel de
extracción). En el costado este de este horno existe un derrumbe que no permite ver su pared
lateral, por lo que podría existir un segundo quemador más en este punto.

31
Izq.: Bóveda del horno S.O. que cobija uno de los quemadores que aboca al este, al costado izquierdo una
salida de un tiraje. Der.: Detalles del quemador, al fondo se ve la luz que ingresa por la chimenea del
horno. (CIEU)

Izq.: Bóveda que contiene el quemador doble del horno N.E. Der.: Detalles de uno de los quemadores con
su revestimiento refractario. (CIEU)

El cuerpo de los hornos, como ya mencionamos, es un cilindro confeccionado íntegramente con


ladrillos asentados en cal y arena. En su interior se observan las camisas que los revisten con
ladrillos refractarios, en este caso de marca “Perla”.

Vista del interior de uno de los hornos, Se aprecia la cavidad elíptica con su revestimiento refractario.
(CIEU)

32
Ambos cuerpos cilíndricos, al ser hechos de ladrillos, poseen bandas de tracción de hierro que
se disponen de manera horizontal cruzadas por otras verticales (que envuelven sus perímetros).
El objetivo de las bandas de hierro es reforzar las paredes. El empuje de las piedras y la alta
temperatura pueden ocasionar fracturas en las paredes del horno que pueden evitarse con estos
refuerzos férreos.
Esta tecnología era utilizada en los hornos cuyas paredes eran construidas solo con ladrillos; en
lugar de utilizar piedra para las mismas o cubrir con estas la estructura de ladrillo. Observamos
lo mismo en la fotografía de los hornos de la fábrica número tres y en los hornos de la fábrica
número siete. Actualmente, también podemos ver esta tipología, en las ruinas de los conocidos
hornos Combes o de Thea, patrimonio de la ciudad de Córdoba.

Det al l es de l as bandas de t r acci ón

Detalle de las bandas de tracción de hierro envolviendo la cara externa de los muros de los hornos.
(CIEU)
La zona de carga era por la parte norte, donde se extienden dos muros en “V”, con su ángulo
hacia el norte, y los brazos hacia los brocales de cada horno; dando estabilidad al conjunto, y en
su parte superior jugando el rol de puente entre los hornos y un punto común donde se subía la
piedra. Esta estructura, en la parte posterior, no es original porque está hecha de hormigón.
Una escalera caracol se despliega envolviendo al horno N.E. desde su base hasta el brocal del
mismo, desde donde se aprecia el borde reforzado con una plancheta de hierro por donde se
descargaba la piedra; y la morfología elíptica del diámetro interno del horno.

Izq.: Vista de la escalera caracol que lleva a la zona de carga del horno N.E. Der.: Base del horno S.O.
visto en su esquina S.O. (CIEU)

33
Izq.: Vista desde del brocal del horno N.E. Der.: Vista del interior del horno. Se aprecia la forma elíptica
del diámetro interno y la plancheta de hierro desde donde se volcaba la piedra. (CIEU)

Aquí también se observan intervenciones posteriores sobre el edificio primitivo, con el objeto
de reforzar la estructura, durante su vida útil. Específicamente nos referimos a contrafuertes y
muros de hormigón armado, adosados a la estructura original.
Estos hornos serían los más antiguos de la fábrica número cuatro; y funcionaron hasta el 26 de
Diciembre de 1979.

Izq.: Contrafuerte adosado a uno de los muros de la estructura original. Centro: Muro de Hormigón
Armado como revestimiento de pared de ladrillos. (CIEU). Der.: Croquis de la disposición de los
quemadores en una vista de planta de los hornos (Cuadernos de Campo – CIEU)

ESTADO ACTUAL Y PROPUESTA

El estado de conservación es bueno. Los refuerzos de hormigón le han dado una gran estabilidad
a la estructura en su conjunto.
La limpieza del perímetro y su cercado son acciones inmediatas, a ejecutarse, como primeras
medidas de conservación, a la vez que permiten al público conocer este patrimonio sin riesgos.
Primero hay que delimitar una “zona de seguridad” perimetral al complejo, para establecer donde
fijar el cerco que impida traspasar los límites de esta, evitando posibles daños por el
desprendimiento de elementos constitutivos, como ladrillos. Pensamos en algo similar a lo que se
hizo en la ciudad de Córdoba con los hornos Pucará.
En una segunda intervención, previo desmalezado del área circundante a los hornos y la limpieza
de los túneles; se puede determinar los puntos que puedan implicar desprendimientos de
materiales y fijar los elementos inestables (tomar juntas con cemento).
En lo particular, se puede mencionar con respecto al horno N.E, la existencia de una fractura
vertical, sobre el muro que descansa sobre el arco de la bóveda del quemador que mira al N.E.
Habría que determinar si esta última puede comprometer o no a dicho muro para planificar una
solución. También existe un derrumbe en su costado Este, que hay que inspeccionar. Bajo el
montículo conformado por el material desprendido, podría existir o no un quemador más.

34
La escalera caracol que lleva al brocal de este horno, tiene rotas las huellas de los peldaños, por
lo que requeriría una reconstrucción y la colocación de una baranda que acompañe el trayecto de
toda la escalera.
En relación al horno S.O. la bóveda de uno de los quemadores que miran al Este, tiene derrumbado
su arco y la boca del mismo está cerrada con un murete de ladrillos (aparentemente en algún
momento, este quemador se anuló, quedando este horno con cuatro quemadores disponibles).
El túnel de extracción también presenta un derrumbe en su arco de presentación en la boca de
salida y un boquete en su bóveda, equidistante entre la boca y la tasa del horno.

Izq.: Pared lateral Este del horno S.O con sus dos quemadores. Una de las bóvedas parcialmente
desmoronada. Der.: Fragmento de mampostería desprendido del lateral Este del horno N.E. (CIEU)

EDIFICACION SUR
UBICACIÓN: 31° 28´ 10.50” S / 64° 21´ 45.00” O
La edificación Sur es un horno doble, de planta rectangular, en donde tenemos un horno al Oeste
y otro al Este insertos en un mismo volumen, este último orientado en sentido este-oeste en su eje
largo. Toda la construcción está íntegramente hecha con ladrillos, siendo la única que hemos
observado en estos relevamientos, con esta característica.
Sobre la base con forma hexaédrica, se posan las chimeneas y por el costado norte corre un puente
de carga sostenido con arcos romanos.

Izq.: Vista panorámica de la fábrica, de Sur a Norte. (CIEU). Der.: Croquis a escala de la vista de planta
de la fábrica, donde se dibujan las bocas de carga de los hornos y el túnel que corre por la mitad del
edificio. También se grafica el ingreso y salida del túnel de descarga, y los apoyos de la rampa y puente
de carga. (Cuadernos de campo – CIEU)

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Por el medio de la estructura, corre un túnel de sur a norte, que atraviesa todo el espesor del
edificio, comunicando la parte posterior con la anterior del mismo.

Vistas del túnel técnico que atraviesa la estructura en su parte media. El mismo se extiende en todo el
espesor del edificio y tiene su bóveda en arco apuntado. (CIEU)

El túnel permitía a los operarios pasar de un lado al otro del edificio, para controlar los
quemadores, sin tener que rodearlo. Una curiosidad es la morfología de la bóveda, en arco
apuntado, al estilo gótico.

Izq.: Vista del frente sur de la fábrica. Se grafica el túnel subterráneo de extracción y el quemador del
horno oeste, una de las bocas del túnel que atraviesa el ancho del edificio, los apoyos de la rampa de
carga; y en la parte superior en primer plano las chimeneas. Der.: Vista del frente norte. Se grafica el
quemador del horno este, la otra boca del túnel de paso y arriba en primer plano el puente de carga
apoyado sobre tres arcos romanos. (Cuadernos de campo – CIEU)

Cada horno tiene un único quemador, ubicados en sentidos contrapuestos. El horno situado al
Oeste tiene su quemador mirando hacia el Sur y el horno ubicado al Este, su quemador mirando
al Norte.
La bóveda del quemador del horno Oeste está parcialmente derrumbada, y a cada costado de la
boca se han dispuesto un par de contrafuertes de hormigón armado, a modo de apuntalamiento de
la pared Sur de este horno. Es una intervención posterior, como ya hemos observado en las otras
fábricas, con el fin de prolongar su vida útil.
Un derrumbe de menor grado presenta el quemador Este. El pasadizo que atraviesa la
edificación está intacto, al igual que el túnel subterráneo de extracción

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Izq.: Boca del quemador del horno Oeste, semi derrumbado. A los laterales se observan los contrafuertes
de hormigón añadidos posteriormente. Der.: Detalles del nicho del quemador. (CIEU)

El túnel de extracción corre debajo del edificio, de Oeste a Este, dando acceso a las tasas de ambos
hornos. Tiene un ingreso peatonal con una escalera por el extremo Oeste y la rampa de salida para
las vagonetas por el extremo Este (actualmente esta salida esta tapada por sedimento que ingreso
por la boca). Al igual que el resto de la construcción, el túnel está confeccionado íntegramente
con ladrillos, no solo en su bóveda, sino también en sus paredes laterales.

Izq. y Centro: Ingreso Oeste al túnel de extracción. Es un acceso peatonal mediante una escalera. Der.:
Vista de la salida del túnel de extracción. Se observa un talud formado por sedimento y escombros que
ingreso por la boca de salida. (CIEU)

Una vez recorrida la escalera, se accede al túnel (cuyo piso está a unos cuatro metros de
profundidad), que corre debajo de las tasas de ambos hornos. En la cumbre de la bóveda de dicho
túnel, existen dos chimeneas de ventilación (tirajes), que permitían evacuar el aire caliente que
provenía de los hornos al abrir las compuertas de las tasas para extraer la cal. La primera está
ubicada en el espacio entre las tasas de los dos hornos, y la segunda entre la tasa del horno Este y
el arranque de la rampa de salida del túnel.

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Izq.: Tiraje para la boca de descarga del horno Oeste. Der.: Tasa del horno Este, por detrás se ve la luz
que ingresa por el tiraje de la segunda chimenea. (CIEU)

Izq.: Marco de la compuerta de la boca de descarga de la tasa del horno Este. Der.: Chimenea de
ventilación de la boca anterior. (CIEU)

Por el extremo Oeste estaba situada la rampa de carga, que apoyaba sobre dos estructuras de
mampostería que aún están presentes. Una rampa en el arranque y una columna eran los apoyos
de los rieles que se continuaban sobre un puente con arcos romanos, a su vez situado sobre el
cuerpo de los hornos.

Rampa (Izq.) y columna (Centro) donde apoyaba la rampa de carga. Vista del conjunto (Der.). (CIEU)

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Todas estas estructuras confeccionadas con ladrillos asentados en cal y arena, igual al resto de
las construcciones como ya expresamos.
El puente de carga está situado sobre el frente norte de la edificación, soportado por tres arcos
romanos. Daba acceso a las bocas de carga de los hornos.

Izq. Vista general de la estructura con arcos romanos que soportan el puente de carga. Der.: detalles de
uno de los arcos romanos. (CIEU)

Las chimeneas y bocas de carga de los hornos se aprecian desde la fachada sur del edificio. Ambas
están parcialmente derrumbadas. Se observan las canaletas labradas en los muros de ladrillos,
donde estaban colocados los tractores de hierro.

Izq.: Vista de una de las chimeneas, detrás uno de los arcos del puente de carga. Debajo de la chimenea el
quemador y a la izquierda el pasadizo que atraviesa el edificio. Der.: Detalle de una de las chimeneas,
semi derrumbada, donde se ven las canaletas donde estaban embutidos los tractores de hierro (CIEU)

Estos hornos se apagaron el 20 de Mayo de 1981.

ESTADO ACTUAL Y PROPUESTA


Al igual que el resto de las fábricas, la primera intervención consistiría en el desmalezado y
limpieza del área circundante; y la colocación de un cercado perimetral.
Esta fábrica presenta, a excepción de los túneles y los basamentos de la rampa y puente de carga,
bastante deterioro.
Ambos nichos de quemadores y las chimeneas están parcialmente derruidos. El cuerpo principal
del edificio se ha conservado y presenta estabilidad gracias a los contrafuertes adosados.
Los dos túneles (tanto el pasadizo que atraviesa el edificio en superficie como el túnel de descarga
subterráneo) están intactos; requiriendo solo una limpieza. En el acceso peatonal al túnel de
descarga, una vez limpia la escalera, se determinará el estado de los peldaños de esta.

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FÁBRICA NUMERO 5
UBICACIÓN: 31° 28´ 03.30” S / 64° 21´ 25.30” O
NOMENCLATURA CATASTRAL DE LA PARCELA: 31 - 01 - 518357 - 371079
La fábrica cinco se encuentra a la vera sur del ferrocarril de Malagueño (En donde hace
intersección la calle José Hernández con calle De los mineros). Está fábrica es la que ocupa la
mayor superficie (con casi 600 metros cuadrados) y contiene siete hornos, de los cuales seis están
en un mismo bloque edilicio y un séptimo apartado por escasos metros del anterior.

El edificio principal de planta rectangular orientado en sentido Este - Oeste, tiene la salida del
túnel de extracción por su extremo Oeste y cada horno contaba con dos quemadores (ya sea bajo
un mismo arco, quemador doble, o por separado). Si enumeramos los hornos de Oeste a Este, con
los números del uno al siete, el primero (uno) tiene sus quemadores abocando hacia el Oeste, los
cuatro hornos siguientes (dos al cinco) tienen sus quemadores hacia el Norte, el último horno del
edificio principal (seis) tiene un quemador hacia el Norte y otro hacia el Sur; y el último horno
(siete), que está edificado aparte hacia el Este, tiene un quemador con su boca mirando al Oeste
(hacía el cuerpo mayor de la edificación) y otro hacia el Sur (parte posterior).
La rampa y puente de carga están situados en la fachada Sur de la edificación, conectando ambos
cuerpos mediante un puente.
Primitivamente el edifico albergaba cinco hornos (según plano presentado del año 1920) (72). Los
hornos seis y siete (este último en un cuerpo apartado) son un agregado posterior, al igual que la
rampa de carga, ya que originalmente se accedía a la parte superior de los hornos mediante un
puente situado en el ángulo SO. del edificio original.

Imagen aérea (Google Earth) de la Fábrica Número cinco, indicando las dos etapas constructivas. (CIEU)

Cuando comenzaron a trabajar estos hornos utilizaron (como todos los mencionados en este
informe) leña como combustible para su funcionamiento.

72- AHPC. Reg. 4, Inv. 192, Año 1920, fs. 469.

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Cuando fue adquirido por canteras Malagueño en la década del 40 del siglo XX, se hizo una
adaptación para quemar fueloil (al menos a uno de ellos). La presencia de un tanque elevado, al
costado del puente existente entre los hornos seis y siete, queda aún como testigo de esto.
La experiencia con el uso de combustible líquido fracasó y fue breve, y se lo adaptó para
funcionar con gas, como el resto de los hornos que había adquirido Canteras Malagueño. (73)
Del mismo período data una reforma que se le realizó al tercer horno (contando de Oeste a Este),
en donde se le incorporó en su interior una estructura metálica hueca, en forma de prisma, que
llega hasta la tasa de dicho horno, con una boca de salida, que tiene adosada una bandeja de
descarga. Impresiona que esto se usó para descargar algún material desde el brocal del horno hasta
el túnel de extracción, o tal vez este horno fue el escogido para la prueba piloto con el fuel-oil.
Sobre la boca de carga de este mismo horno se colocó una tapa de hierro (que era levantada
mediante un motor). A su vez, las bocas de los quemadores de este tercer horno se ampliaron
para transformarlas en accesos (paso de hombre) a la base del horno, donde se incorporó una
escalera marinera. Estos agregados requieren un estudio detallado, para esclarecer su
funcionalidad.
En la vista de planta de los hornos del plano de 1920 (74), observamos los siguientes detalles: La
salida del túnel de extracción de la cal por el extremo Oeste del edificio, las vías de “decauville”
que comunican el túnel con el galpón de almacenamiento de la cal y de aquí con el ramal del
Ferrocarril de Malagueño; el puente a la zona de carga de la piedra caliza y las cinco bocas de
carga de los hornos. La piedra caliza era subida en vagonetas de madera mediante un montacarga
eléctrico hasta el punto donde nacía el puente, por donde se deslizaban las vagonetas hasta los
brocales de los hornos. (75)

Arriba: Plano de 1920 de la planta del horno original (Idem 74). Abajo: Vista aérea actual (Google Earth)

Comparando el plano en cuestión con una aerofoto actual, se aprecian algunas de las
modificaciones realizadas en el tiempo: La construcción de la rampa de carga que reemplazó al
puente; los dos hornos adosados (número seis y siete), uno al extremo Este del edificio original y
otro separado del anterior, más al Este; la tapa metálica en la boca del horno número tres y el
tanque de combustible entre los hornos nuevos.
73- Entrevista con el Sr. Eduardo Piccicini, nieto de Dña. Balbina Alvarez de Piccicini.
74- AHPC. Reg. 4, Inv. 192, Año 1920, f. 474.
75- Idem 73.

41
El resto de las bocas de carga de los hornos fueron cegadas (se las rellenó con tierra).

Izq.: Vista General de la Fábrica cinco en la actualidad (CIEU). Der.: Fotografía antigua tomada desde el
mismo ángulo. Se puede observar en esta última, los tinglados frentes a los quemadores, con la leña. (76)

Todos los quemadores estructuralmente están intactos, faltando los marcos y/o puertas de hierro.
Los quemadores de los hornos uno al cinco, son dobles (dos quemadores bajo el mismo arco).
Los de los hornos seis y siete (de fabricación posterior), son quemadores simples (dos en cada
horno, situados en puntos diferentes).

Izq.: Vista de los quemadores del horno cinco. Der.: Quemadores del horno cuatro, en este caso los
marcos de hierro de las compuertas están presentes.

Los quemadores del horno uno están actualmente soterrados. Por debajo de los mismos corre el
túnel de descarga hacía su boca de salida. Los quemadores del horno tres, como ya mencionamos,
sufrieron una ampliación de sus bocas.

Izq.: Vista de los quemadores del horno uno, parcialmente soterrados. Der.: Vista de los quemadores del
horno tres, con la reforma descripta.

76- Gentileza del Sr. Gustavo Agustín Coronel

42
Sobre la parte superior de la edificación, semi-cubiertas por vegetación y tierra, persisten aún los
rieles de las vías de decauville, por donde se desplazaban las vagonetas que llevaban las piedras
a los brocales de los hornos.
El acceso es mediante una rampa de mampostería por el lado sur de la edificación mayor. A través
de un puente de vigas de hierro, se puede cruzar al horno siete, que está en una edificación
apartada del edificio principal, como ya se dijo.
Las bocas de carga están rellenadas con tierra y escombro. Sobre la boca de carga del horno tres,
se observa la reforma realizada a la misma, consistente en la construcción de un brocal rectangular
al que se le colocó una tapa de hierro. A un lado esta una base que servía de apoyo a un motor
que utilizando un aparejo de poleas y cadena, abría y cerraba la tapa metálica.

Izq.; Vista de las vías de dacauville sobre la parte superior de los hornos, donde se transportaba la piedra
para alimentar las bocas de carga de los hornos. Der.: Brocal cuadrangular con su tapa de hierro, reforma
hecha sobre la boca de carga del horno tres.

Los hornos seis y siete (vistos de sur a norte) construidos posteriormente. Izq.: Horno seis, se observa en
la parte inferior uno de los quemadores y en la parte superior el puente de cargas. Der.: horno siete, con
sus dos quemadores bajo bóvedas y el puente de carga en la parte superior que lo une al edificio mayor.
(CIEU)

La edificación está construida principalmente en calicanto. Los cuerpos de los hornos y sus tasas;
los quemadores (sus nichos, sus bóvedas cobijas y arcos superiores) en ladrillos asentados en cal
y arena. El túnel de extracción y los pasadizos de acceso como así también las chimeneas de
ventilación, son también hechas íntegramente de ladrillos.
Por el extremo Oeste del edificio estaba la boca de salida de la fábrica, hoy tapada. En el interior
del túnel se observa un talud de tierra en este sector. Un talud similar, pero con una rampa más
pronunciada podemos ver en el extremo Este del horno siete.

43
Probablemente por aquí ingresaban las vagonetas vacías que se iban cargando con la cal que se
descargaba de las tasas de los hornos, y emergían a superficie ya cargadas por la boca Oeste del
túnel. El arrastre de estas vagonetas se hacía con un sistema de malacate. En el siglo XIX, eran
empujadas las vagonetas por el calero, uno de los trabajos más penosos dentro de las actividades
que realizaban los distintos operarios de esta industria.
El acceso actual al subterráneo se logra por una abertura en la pared sudeste, que está en la parte
inferior de una estructura de hormigón que se construyó entre los hornos cinco y seis, y que en su
parte superior arranca el puente de carga para el horno seis. En el interior del habitáculo de paredes
de hormigón, mediante una escalera en dos tramos, se accede al espacio entre los hornos cinco y
seis. En este sector ha quedado una de las vagonetas de las que se usaban para extraer la cal.
También persisten las vías de decauville.

Acceso al túnel de descarga. Izq. y Centro: Boca de acceso cubierta por estructura de hormigón. Der.:
Pasadizo abovedado que aboca transversalmente al túnel, al fondo se ve una vagoneta. (CIEU)

Vagoneta para sacar la cal del túnel. (CIEU)

El túnel con bóveda en cañón corrido, se extiende en línea recta por todo el eje largo del edificio
mayor vinculando todas las tasas de los hornos, con una extensión de 60 metros. El tramo de túnel
que vincula al edificio menor (que contiene al horno siete) con el principal, tiene un trayecto
curvo. Este es más nuevo y presenta intacto su estucado, cubriendo sus paredes y bóveda.
En el interior del túnel hay otro pasadizo de acceso, con su escalera, con una boca entre las tasas
de los hornos dos y tres. Este túnel secundario con salida hacia el norte, está cerrado con una reja
horizontal. En la parte externa del muro Norte del edificio, se observa otra reja, dispuesta de forma
vertical, a nivel de suelo entre los quemadores de los hornos dos y tres. Probablemente al construir
los hornos seis y siete, con su nuevo acceso peatonal al túnel de descarga, este pasadizo se cerró,
para el paso de personas y se lo dejó solo como ventilación para el túnel.

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Vista del Interior del túnel de extracción de la cal en el tramo que une los hornos seis y siete. Izq.: Vista
de Este a Oeste (vista hacia el horno seis). Se puede observar la compuerta de hierro que comunica con la
tasa del horno seis por donde se extraía la cal. Der.: Vista de Este a Oeste, del mismo trayecto de túnel, al
fondo la tasa del horno siete y su compuerta. (vista hacia el horno siete). (CIEU)

Izq.: Pasadizo de acceso al túnel de descarga, visto desde el interior del túnel. Der.: Reja vista en el
exterior, a nivel del suelo del edificio, entre los quemadores de los hornos dos y tres. (CIEU)

Un túnel tan extenso como el de esta fábrica, requiere varias comunicaciones con el exterior para
garantizar una buena ventilación. Sumada a la del pasadizo descripto entre los tasas de los hornos
dos y tres, hay dos pasadizos más de ventilación, que fueron diseñados como tal (tienen un ancho
menor que un paso de hombre); uno entre la tasa del horno uno y el arranque de la rampa de salida
del túnel y otro en el tramo de túnel entre los hornos seis y siete. También están los tiros o
chimeneas para evacuar el aire caliente que se libera al abrir las compuertas de las tasas cuando
se extraía la cal.

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Vista de un tiro de ventilación del túnel. Izq.: Salida sobre el techo del edificio. Centro: vista del mismo
tiro anterior desde la cavidad del túnel. Der.: Otra chimenea, ésta cerrada en su salida (CIEU)

Cada tasa de cada horno tiene dos compuertas para sacar la cal, ubicadas en forma diametralmente
opuestas. Una mira hacia el Oeste y la otra hacia el Este. Bajo las bases de viguetas de hierro que
forman el piso de las tasas, corrían las vagonetas.
Como en casi todos los casos que hemos observado, la mayoría de las compuertas situadas en
subterráneos, están conservadas.

Izq: Detalle de una de las compuertas para sacar la cal de la tasa de los hornos. Der.: Reforma echa al
horno tres, donde se adaptó una bandeja a la boca de salida de la tasa. Esta es otra de las modificaciones

Horno 1 2 3 4 5 6 7
Fecha 4/10/1983 3/12/1981 4/9/1982 13/2/1982 6/8/1981 30/6/1984 5/12/1983

ESTADO ACTUAL Y PROPUESTA


Esta fábrica es la única que está dentro de la traza urbana de la ciudad, rodeada por un espacio
verde, que recibe mantenimiento del Municipio. Esta situación le garantizaría cierta protección.
El estado de conservación es excelente. Habría que colocar su cercado perimetral, cartelería
explicativa y rebajar el terreno en el extremo Oeste, despejando los quemadores y la boca del
túnel; que una vez limpia, permita el ingreso hasta la primera tasa mostrando parte del túnel, con
total seguridad. El resto del túnel debería también limpiarse y acondicionar un segundo acceso
(ya sea por el pasadizo del sur, colocando barandas y/o limpiando la rampa de ingreso Este) para
mostrar parte del túnel, las vías de decauville con la vagoneta (que también puede llevarse hacia
el extremo Oeste del túnel), y el tramo entre los hornos seis y siete, que es el mejor conservado.

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El recorrido del o los tramos de túnel que puedan abrirse a la visita, no deberían pasar por debajo
de las tasas de los hornos por seguridad.
En la parte superior del edificio, también hay que disponer de barandas o un cercado, en todo el
perímetro y en la rampa de acceso. El interior de los hornos deberían limpiarse, así aliviar la carga
sobre las tasas, y poder mostrar las bocas de carga y el interior de los hornos, disponiendo de
barandillas rodeando los brocales.

FÁBRICA NUMERO 6
UBICACIÓN: 31° 28´ 10.60” S / 64° 21´ 38.90” O
NOMENCLATURA CATASTRAL DE LA PARCELA: 31 - 01 -190101 - 200001
Esta fábrica hacía mención a un horno triple que se encuentra a 90 metros al Este de la fábrica
número dos. Es una estructura poligonal orientada en su eje largo en sentido Norte - Sur
(estrictamente NNE - SSO, al igual que la fábrica dos). La estructura, de planta irregular, combina
muros de calicanto con otros de ladrillos; estos últimos presentando contrafuertes.
Hay un horno ubicado en el extremo Sur de la edificación, otro en su porción Central y un tercer
horno de menor capacidad en el extremo Norte, los tres incluidos en un mismo bloque.
Las bóvedas de los quemadores y los cuerpos de los hornos, son de ladrillos, al igual que unos
túneles cortos que dan acceso a un par de quemadores (uno del horno central y otro del horno
sur). También está confeccionado con ladrillos una parte del muro sur, otra parte del lateral Este
(que se corresponde con el horno central) y casi la totalidad del muro lateral Oeste.

Izq.: Vista del lateral Este de la estructura. La parte del muro que se ve a la izquierda de la imagen es de
calicanto y se observan dos bocas de túneles que cobijan quemadores de los hornos sur y central; a la
derecha, el muro es de ladrillos y presenta un contrafuerte. Der.: Bocas de los túneles que cobijan el
quemador Este del horno Sur y el quemador S.E. del horno central. (CIEU)

El horno Sur tiene tres quemadores: uno con su boca hacia el Este (dentro de uno de los túneles
cortos), otro hacia el Sur y el tercero hacia el Oeste. El horno central también dispone de tres
quemadores, uno que mira hacia el Oeste, otro hacia el S.E. (dentro del otro túnel corto) y el
tercero hacia el N.E. El Horno Norte posee un quemador doble con su boca hacia el Oeste.
Casi todos los quemadores presentan una viga de hormigón a modo de dintel sobre los arcos de
sus nichos. Intervención posterior, como las observadas en las otras fábricas.

47
Izq.: Vista de la bóveda del quemador N.E. del horno central, semi cubierto de tierra. Der.: Vista del
quemador Oeste del mismo horno. (CIEU)

Croquis de los hornos de la fábrica número seis. Vista de planta a escala, mostrando la disposición de los
quemadores de cada horno y la constitución de los muros perimetrales (Cuaderno de Campo - CIEU)

Izq.: Vista del muro Oeste del horno Norte con su quemador doble, parcialmente cubierto de relleno.
Der.: Detalles del quemador. (CIEU)

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Izq.: Vista del muro Este del horno Norte. Der.: Vista del muro norte del horno Norte. (CIEU)

A simple vista no se visualiza la boca de salida del o los túneles de extracción (están soterrados).
Tampoco hay vestigios de la rampa de carga, ni pudimos acceder a las chimeneas para relevar la
parte superior del edificio.

Izq.: Muro Sur de la estructura. Se corresponde con el muro sur del horno sur. Se observa el quemador
que aboca a este punto. En la parte superior del muro se ve un derrumbe que dejó expusto el cuerpo
cilíndrico del horno. Centro: Detalles del derrumbe de la parte superior del muro sur. Der.: Detalles de la
fractura sobre el arco del quemador sur. (CIEU)

La presencia de un caño para transporte de gas natural queda como vestigio de la adaptación que
se le hizo a los quemadores de estos hornos para trabajar con este combustible.
Esta fábrica apagó sus hornos el 8 de Diciembre de 1978 y el 28 de Julio de 1981.

ESTADO ACTUAL Y PROPUESTA


El estado de conservación de esta estructura en general es bueno.
El perímetro esta relleno de material que fue empujado desde el playón de carga del ferrocarril
en las sucesivas limpiezas realizadas en el área, que sumado esto a la maleza; ha dejado
semienterrada la base de la estructura con sus quemadores. A su vez estos están parcialmente
destruidos, faltando los marcos y puertas de hierro, y parte del revestimiento refractario.
Los túneles cortos que comunican con los quemadores del Este de los hornos Sur y Central, están
despejados, solo requieren una limpieza para extraer basura.
La parte del muro Sur, que es de ladrillos, en donde está el único quemador de este frente, presenta
un derrumbe en la parte superior y una fractura vertical por debajo de este último, que se extiende
hasta el arco del quemador. Probablemente esto se deba a que no se le hicieron refuerzos con
hormigón, y que originalmente este lateral no tiene contrafuertes; siendo de ladrillos. También es
posible que exista alguna falla en el terreno, por el trazo de la fractura.
El derrumbe de la parte alta del muro ha dejado expuesta la chimenea del horno sur.

49
Este punto de la estructura requiere un estudio, para determinar el estado del cimiento y establecer
una intervención para estabilizar dicho muro, a la vez que debería fijarse las partes sueltas del
sector derrumbado. Habría que determinar si por debajo de esta falla no estaría pasando el túnel
de extracción.
En conclusión hay que despejar el perímetro y las bóvedas de los quemadores, limpiar los túneles
cortos y colocar un cercado. Luego analizar la fractura del muro sur para su tratamiento y
encontrar la/las bocas de el/los túneles de extracción, para despejarlos, limpiarlos y examinarlos.
i s all l l l l vf

FABRICA NÚMERO 7: HORNOS DEL EX - BARRIO MONTEVIDEO


UBICACIÓN: 31° 28´ 15.30” S / 64° 21´ 00.90” O
NOMENCLATURA CATASTRAL DE LA PARCELA: 31 - 01 -190101 - 200001
Estos hornos son monumentales y están en un perfecto estado de conservación. Se trata de
cuatro hornos, contenidos en un edificio cuadrangular cubriendo una superficie aproximada de
230 metros cuadrados, todos verticales continuos de los cuales uno sólo poseía quemador. Los
otros tres hornos usaban la tecnología de carga de combustible junto con la piedra (en capas,
alternando piedra y combustible) por la boca superior.
El combustible utilizado era el carbón de piedra o huya. Este era mejor que la leña cuando el
horno no disponía de quemadores y requería mezclar el mismo con la piedra, así se obtenía una
cal más limpia y mejor cocida.
En un contrato realizado entre M. Ferreyra y J. Balestrini, en su primera clausula, se menciona el
uso de este combustible: El Sr. Balestrini vende al Dr. Ferreyra toda la cal que fabrique
mensualmente, elaborada con carbón de piedra, en los hornos ubicados en Malagueño de
propiedad de los Sres. Saint Girons hermanos y Doncel” (77)
También encontramos una demanda que realizó J. Balestrini e hijos en el año 1913 contra la
sociedad Roma y Cia., proveedora de carbón mineral, por un retraso en una carga que debía enviar
esta última y cuya demora perjudicó la producción de los hornos. (78)

Vista panorámica de la estructura. Izq.: Vista desde el sur hacia el norte. Der.: Vista desde el oeste hacia
el este. (CIEU)
77- AHPC. Reg. 4, Tomo 3, Año 1912, F. 220.
78- Jurisprudencia de los Tribunales Nacionales. Tip. De la Prisión Nacional. Año 1914. Pág. 308.
Argentina.

50
La estructura, levantada a un lado de un cerrillo; está hecha en su base, incluyendo los túneles de
extracción y sus bóvedas, con piedra canteada. Son los únicos hornos en que podríamos decir
que se consideró el aspecto estético además del funcional en su construcción y la fábrica más
antigua del conjunto relevado. Por encima de la estructura basal de piedras, asientan sobre los
cuerpos de los hornos, de fábrica exclusiva de ladrillos.
Las bocas de salida del material calcinado, a diferencia del resto de los hornos de las otras fábricas
ya descriptos, no son subterráneas. Un túnel a nivel del suelo conecta las bases de dos de los
hornos, y un segundo túnel las bases de los otros dos. Estos pasadizos corren paralelos en sentido
norte - sur atravesando todo el espesor del edificio. En su interior están las tasas de los cuatro
hornos, (ubicados en los cuadrantes N.O., N.E., S.O. y S.E.), desde donde se extraía la cal.
El horno que utilizaba quemador, ubicado en el cuadrante N.E., tiene su compuerta metálica en
la tasa del mismo; y su quemador a un costado (con su boca hacia el norte) y elevado del nivel
del suelo.

Vista de la base de los hornos con las bocas de los túneles que miran al Este. Se aprecia el trabajo en
piedra canteada de la estructura. (CIEU)

Vistas de las bocas de los túneles que dan al Este. Izq.: Túnel sur, que comunica con los hornos S.O. y
S.E. sin quemadores. Der.: Túnel norte, que comunica con los hornos N.O y N.E., este último es el único
con quemador, al fondo se observa la compuerta de hierro de la tasa. (CIEU)

51
Como ya mencionamos, la factura de estos hornos es exquisita. La piedra trabajada le da un
aspecto prolijo y estético, a la vez que permitió utilizar este material para conformar las bóvedas
de cañón corrido de los túneles.

Izq.: Vista del interior del túnel sur, desde la boca Este. Der.: Vista del cuerpo del horno S.E. desde el
túnel de extracción. (CIEU)

La parte edilicia, que contiene los cuerpos de los hornos, confeccionada íntegramente con
ladrillos; tiene a su alrededor bandas de tracción de hierro para dar estabilidad a la estructura
(como ya se comentó en los hornos tres y cuatro). Estas bandas de hierro rodean todo el
perímetro de la edificación y son siete.

Detalle de los tractores de hierro. (CIEU)

52
La función de los tractores, como ya mencionamos, evita la fractura de los muros ocasionada por
la expansión de los materiales de las paredes del horno por el calor, y principalmente por soportar
la presión lateral ejercida por la carga de las piedras calizas sobre las mismas.
El edificio fue construido al costado de un cerrillo, que se aprovechó para montar en su cumbre
una vez nivelada, los rieles para las vagonetas de carga (de materia prima y combustible). Desde
la formación natural se extendió un puente por donde corrían los rieles hasta la parte superior de
los hornos. Esta disposición de construir los hornos al lado de un talud, era común si la geografía
lo permitía, así facilitaba la carga de piedra (y combustible en el caso de los hornos sin
quemadores).

Vista del puente de carga desde el cerrillo. Se aprecian los brocales de los hornos. (CIEU)

Sobre los brocales, como se puede observar en la fotografía de la publicación de 1913 (Ver
referencia 51), había unas campanas metálicas rebatibles que se levantaban cuando se cargaba la
piedra, y luego cerraban la boca de carga, dejando una chimenea para que escapen los gases de
la combustión y de la calcinación de la caliza.
Los hornos sin quemadores no muestran evidencia de un cubrimiento o estucado refractario
alguno en su interior. Si, tienen estos, unas barras de hierro transversales que tenían por función
evitar que la piedra se adhiriera a las paredes del horno y a su vez permitían la ventilación del
horno, para mantener avivadas las brasas. De esta manera no requería, como otros hornos
antiguos, atizar el contenido (mezcla de piedras y brazas), mediante huecos que tenían en las
paredes ciertos hornos.

Vista de uno de los hornos sin quemador. No se aprecian vestigios de revestimiento refractario en su
interior. Se observan hierros transversales que evitaban que la piedra semicalcinada se adhiriera a las
paredes del horno y permitiendo la ventilación para mantener activa la brasa. (CIEU)

53
El horno N.E., que disponía de un quemador; en cambio presenta un revestimiento refractario. En
la parte inferior el mismo está confeccionado por un recubrimiento de arcilla.
En la parte media y superior, por ladrillos refractarios. La parte final (chimenea y brocal) está
confeccionada con píedra semicanteada.

Vista del interior del horno con quemador. Izq.: Vista desde el quemador hacia la tasa del horno. Der.:
Vista desde el quemador hacia la chimenea del horno. Se observan restos del revestimiento interior con
ladrillos refractarios y el uso de piedra canteada en la parte superior. (CIEU)

Sobre el costado sur de los hornos, estaba el ramal ferroviario para la sacar la cal. Los rieles
corrían bajo nivel del suelo, en una zanja calzada con paredes de mampostería, que años
después, cuando se formó el Barrio Montevideo, se transformó a esta estructura en una pileta
pública.
La trocha original (conocida como trochita, de 75 cm), se cambió a una trocha de 1,65 metros,
cuando el ferrocarril a Malagueño fue adquirido en 1907 por el Ferrocarril Central Argentino.
Este ramal es el mismo que muestra el plano de 1914 (v er referencia 50) y la fotografía de 1913
(ver referencia 51) que hemos encontrado en la investigación documental.
Estos hornos tienen características únicas; respecto a los otros relevados; de las cuales ya
mencionamos algunas, que citaremos a continuación:
1- Son los hornos más antiguos.
2- Son los únicos que se construyeron en terrenos no propios (El terreno era de Ferreyra).
3- Son los únicos que funcionaban con carbón mineral en lugar de leña.
4- Son los únicos de tipo vertical sin quemadores (tres de ellos).
5- Es la única fábrica que tiene dos tipos de hornos diferentes (con y sin quemadores).
6- Únicos hornos sin rampa de carga, aprovechando un talud natural.
7- Son los primeros que dejaron de funcionar.

ESTADO ACTUAL Y PROPUESTA


El estado de conservación de estos hornos es excelente, a pesar de ser los más antiguos; en parte
por el arte con que fueron construidos y el poco tiempo que trabajaron. Mientras en la segunda
mitad del siglo pasado, el resto de las fábricas estaban en plena producción a manos de Canteras
Malagueño; estos hornos ya no producían.
La intervención sobre este patrimonio para su restauración, es mínima. La boca del único
quemador, es la única parte que esta desmoronada; el resto de la estructura está prácticamente
intacta.

54
Un cercado perimetral y limpieza del entorno y los túneles, como primera medida; sería suficiente
para ponerlo en valor inmediatamente.

Vista aérea de los hornos de la fábrica siete. (Google Earth)

ANEXO

VISTA AEREA Y UBICACIÓN DE LAS FÁBRICAS 2, 4 y 6

Vista aérea donde se ven las fábricas 2, 4A, 4B y 6 (Google Earth)

TABLA COMPARATIVA DE LOS HORNOS CON SUS DATOS BASICOS


A continuación presentamos un resumen con las características más importantes de los hornos.

55
FABRI- Año de Propietario Tipo de Horno Comb. Tipología Fecha de
CA Construcción Original usado constructiva cierre
2 Entre 1921 y S. Dianda 4 Hornos Leña Piedra bruta 1/11/1977
1922 Verticales (bóvedas y (Hornos
Continuos en 2 Gas cuerpos de los del bloque
bloques diferentes hornos en menor)
(Mayor y menor). ladrillo) 21/02/1982
Al menos uno (Hornos
tiene quemador. del bloque
mayor)
3 1908 Hnos. Perina 2 Hornos Leña Piedra bruta y En la
Verticales ladrillos segunda
Continuos. Con 2 Gas? mitad del
quemadores cada siglo XX.
uno.
4A En 1920 ya Se 2 Hornos Leña Piedra bruta y 26/12/1979
estaban desconoce. Verticales ladrillos
construidos Continuos. Uno Gas?
Luchi y con 5 quemadores
Pedrotti y otro con 2
desde 1920 quemadores.
4B En 1921 Luchi y 2 Hornos Leña Ladrillos 20/05/1981
Pedrotti Verticales
Continuos. Con 1 Gas?
quemador cada
uno.
5 Entre 1910 y Balbina de 7 Hornos Leña Piedra bruta y 4/10/1983
1919 (5 Piccinini Verticales ladrillos 3/12/1981
hornos). Entre Continuos. Con 2 Fueloil 4/09/1982
1921 y 1935 (2 quemadores cada 13/12/1982
hornos) uno. Gas 6/08/1981
30/06/1984
5/12/1983
6 Entre 1910 y J. Becerra 3 Hornos Leña Piedra bruta y 8/12/1978
1921 Verticales ladrillos (Horno
Continuos. Uno Gas norte)
(norte) con 2
quemadores y 28/07/1981
otros dos (central (Hornos
y sur) con 3 sur y
quemadores) central)
7 1907 Hnos. Saint 4 Hornos Carbón Piedra Alrededor
Girons. Verticales mineral canteada y de la sexta
Continuos. ladrillos década del
J. Balestrini tres sin siglo XX
(desde 1915) quemadores y uno
con 1 quemador.

SITIOS PREHISPANICOS
En la zona rural de Malagueño, hacia el Oeste, hay vestigios de asentamientos de los primitivos
pobladores de la zona: los pueblos originarios.
Una serie de morteros se despliegan sobre placas de piedras, ubicadas en elevaciones del
terreno. Los dos sitios que pudimos relevar están en unos cerrillos, enmarcados entre quebradas
que seguramente son paleocauces, y algún curso de agua intermitente debió correr aún por estas
a la llegada de los primeros Españoles.

56
Malagueño es un sitio arqueológico, no solo con un importante capitulo dentro de la arqueología
industrial, sino también con sus vestigios precolombinos. Probablemente el intensivo trabajo de
canteras, destruyó algunos sitios; pero aún estamos a tiempo de rescatar algo y dejar una
muestra para la posteridad.
Al Oeste de donde estuvo el antiguo Barrio Montevideo, se encuentran dos sitios con morteros,
que fueron topografiados y geolocalizados con GPS. Los morteros se midieron y fotografiaron.
SITIO 1: Hacia el S.O. del viejo asentamiento de Barrio Montevideo (puede tomarse como
referencia la fábrica siete), sobre una elevación del terreno, en una placa pétrea se observan
cuatro morteros.
COORDENADAS: 31° 28’ 31.34” S / 64° 22’ 25.87” O
MORTEROS: 4
DIMENSIONES:
MORTERO 1 2 3 4
DIAMETRO (en Cm) 5 12 12 20
PROFUNDIDAD (en Cm) 5 10 15 30

Relevamiento del sitio e imagen de los morteros. (CIEU)

SITIO 2: Al N.O. del viejo asentamiento de Barrio Montevideo (puede tomarse como referencia
la fábrica siete), en la ladera de un cerro que baja hacia una quebrada que corre en sentido oeste
- este, encontramos dos morteros sobre una placa de piedra y otros dos más abajo, semicubiertos
de vegetación. Es probable que existan más en la zona.

57
SITIO 2 ALTO
COORDENADAS: 31° 28’ 03.29” S / 64° 22’ 24.79” O
MORTEROS: 1 y 2

SITIO 2 BAJO
COORDENADAS: 31° 28’ 03.19” S / 64° 22’ 24.48” O
MORTEROS: 3 y 4
DIMENSIONES
MORTERO 1 2 3 4
DIAMETRO (en Cm) 27 12,5 15 8,5
PROFUNDIDAD (en Cm) 25 15 10 6

Relevamiento de los morteros del Sitio 2 alto con ubicación topográfica mediante GPS. (CIEU)

CONCLUSION
El patrimonio intangible se rescata recogiendo las crónicas orales y escritas. Con el tiempo si no
se documenta, se pierde. El patrimonio tangible, también se pierde con el tiempo, si no se lo
conserva. Estamos en un momento ideal para proteger y poner en valor los hornos de
Malagueño. Aún están en muy buen estado, lejos de ser una ruina. El deterioro del tiempo, pero
principalmente la acción del hombre pueden cambiar drásticamente esta situación favorable, y
tornar irreversible la recuperación de este patrimonio. Cada horno tiene una historia para contar
y a la vez son verdaderas bibliotecas de piedra que guardan el uso de antiguas tecnologías.
Los hornos son un símbolo, también, del esfuerzo humano y el sacrificio de cientos de
trabajadores que pasaron por allí, para que Córdoba tuviera su cal sobre la que se edificó.
La explotación minera en la zona continúa con un ritmo febril. Es urgente una gestión para
salvaguardar este patrimonio tangible e intangible.

58
La Fundación CIEU colabora de manera desinteresada, en toda acción que ayude a cuidar el
patrimonio en peligro, como así también en aquel que aún no está declarado como tal.
También colabora asesorando sobre construcciones y tecnologías antiguas, y pone a disposición
de cualquier institución oficial, los datos de sus relevamientos, que puedan ayudar a considerar
o declarar un bien como patrimonio.
El trabajo sobre los hornos de malagueño, llevo diez largos meses, entre una minuciosa
búsqueda documental, relevamientos en terreno y entrevistas orales a lugareños. Este informe es
una síntesis de todos los datos recogidos; los que ponemos a disposición de quien o quienes
trabajen para rescatar este patrimonio en peligro.

RELEVAMIENTOS y TRABAJO DE CAMPO:


Dr. Sergio A. Tissera.
Tec. Ronald Arellano Baudat.
Lic. Martín M. González.
Lic. Alejandro Giorgio.
Lic. Marcelo A. Fuentes.

INVESTIGACION DOCUMENTAL Y AUTOR DEL TEXTO:


Dr. Sergio A. Tissera.

FUENTES CONSULTADAS
AHPC (Archivo Histórico de la Provincia de Córdoba)
AAC (Archivo del Arzobispado de Córdoba)
OTRAS FUENTES INEDITAS (Con sus referencias citadas)
FUENTES EDITAS (Con sus referencias citadas)

AGRADECIMIENTO
Se agradece especialmente al Sr. Gustavo Agustín Coronel, quien aportó valiosa información y
acompañó en cada trabajo de campo. Sin su inestimable colaboración, esta investigación no se
habría concretado.

Fundación Centro de Investigación Espeleológico Urbano (CIEU)

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