Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Las estancias que fundó la Compañía de Jesús en Córdoba (como en otros sitios),
estaban conformadas por grandes extensiones de tierra, lo que obligaba a instalar
“puestos” y señalar parajes para su mejor organización, control y producción. Estos
sitios se ubicaban más o menos alejados del casco, donde estaba la administración y la
actividad principal de la hacienda.
Muchos de estos puestos se han perdido en el tiempo tras la expulsión de la orden
Jesuítica; otros dieron origen a nuevas estancias, parajes que conservan el nombre hasta
el día de hoy e incluso el nacimiento de pueblos y comunas en algunos casos.
Extremo este. Se aprecia el techo entejado a dos aguas de la casa y el techo a media agua de la
galería.
Las columnas que soportan el techo de la galería, son circulares (típico de las casas de
patio romanas, modelo que utilizaron también los Friulanos que se asentaron en Caroya,
en algunas construcciones como la casa Copetti), sobre bases cuadrangulares; todo de
ladrillo asentado en cal, al igual que las paredes de la casa.
Detalles de las columnas de la galería.
Detalles del techo de la galería: armazón de madera (entramado de vigas y tirantes) sobre el
que asientan ladrillos de plano.
Pisos de baldosas de barro cocido en la galería (Izq.) y ladrillos en sardinel hacia el patio (Der.)
Lo más curioso de la construcción, es sin dudas, el sótano. Como ya se mencionó, una
de las puertas que dan a la galería, comunica con una escalera que desciende a un
pequeño recito subterráneo, que comunica con otros dos. Uno pequeño, que
denominaremos “sótano” propiamente dicho; y otro mayor que denominaremos “sala
subterránea”. El primero debió cumplir con la función típica de los sótanos de época:
almacenar alimentos y bebidas para su conservación.
Descenso a los recintos subterráneos (Izq.). Espacio que comunica al frente con el sótano y a la
izquierda con la sala subterránea (Der.)
La Sala subterránea es rectangular, orientada en sentido S.O. – N.E. Tiene su ingreso por el Este,
y bajo tres grandes arcos apoyan tres bóvedas que conforman el techo. En el muro del fondo (al
Oeste), existen dos hornacinas; y una tercera en el muro contralateral al costado del ingreso.
Cuatro tragaluces (hoy cerrados) proveían iluminación y ventilación al recinto. La orientación,
morfología y las hornacinas, nos recuerdan a las antiguas capillas.
Examinando las hornacinas del muro oeste de la sala subterránea
Uno de los tragaluces del recinto subterráneo (Izq.) Detalles de la decoración de los muros de la
sala subterránea (Der.)
Parte superior del pozo, se observan los detalles de una de las paredes con la fábrica mixta
(Calicanto y ladrillos) y los mechinales (huecos para andamios), elementos típicos de la
arquitectura colonial.
A un lado del mismo están enterrados los muros de la alberca (pileta que almacenaba el agua
extraída del pozo, mediante maquinaria).
Restos de muros de ladrillos antiguos de la casa u oratorio en las cercanías del pozo
El fondo de la cañada no está al mismo nivel de profundidad que hace 200 años. Un
relleno arcilloso, arrastrado por las lluvias a través del tiempo, han dejado el brocal del
pozo casi al nivel actual del terreno, cubriendo también las paredes de la alberca y los
cimientos de las construcciones Franciscanas, cuyas paredes ya no existen. Aparte del
pozo (una verdadera joya de la arquitectura colonial), el lugar es un sitio arqueológico
que seguramente guarda artefactos de valor.
UBICACIÓN DEL POZO: 31° 04´ 15.70” Sur / 64° 51´ 53.60” Oeste.
UBICACIÓN DE LA CASA Y ORATORIO: No se revelará hasta que finalicen los estudios.