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Respuestas:
1. ¿Se encuentra facultado el poder ejecutivo para dictar esta clase de decretos?
Los decretos de necesidad y urgencia -DNU- fueron receptados en forma expresa
en el inciso 3º del artículo 99 del texto constitucional a través de la reforma de
1994.
La Constitución Nacional, como principio general, prohíbe al Poder Ejecutivo
emitir disposiciones legislativas pero, bajo determinadas circunstancias, autoriza
a dictarlas a través de los decretos delegados y los decretos de necesidad y
urgencia, como sería este caso. El art. 99. inciso 3º de la Constitución Nacional
establece cuándo el Presidente puede emitir decretos de necesidad y urgencia.
Y el art. 76 de la Constitución Nacional establece cuándo el Presidente puede
emitir decretos delegados.
La potestad otorgada al Presidente de la Nación, en este caso, es excepcional;
por lo que su interpretación deberá realizarse siempre con carácter sumamente
restrictivo. Hay que tener en cuenta que en este caso el Poder Ejecutivo ejerce
atribuciones que no le son propias, sino que son exclusivas del Poder Legislativo.
Por ende la norma indica que solo es posible en el caso de tratarse de una notoria
y verdadera emergencia, y solo bajo esas circunstancias habilita al Poder
Ejecutivo a traspasar la esfera de separación de poderes, para hacer uso de
facultades privativas del órgano legislativo.
2. ¿Qué requisitos deberá cumplir el DNU para ser válido? ¿Este DNU carece de
algún requisito que ponga en duda su validez?
Los requisitos de desprenden del art.99 inc. 3 de la CN:
Una necesidad que coloque al gobernante ante la decisión extrema de emitir
normas para superar una grave crisis o situación que afecte la subsistencia y
continuidad del Estado o de grave riesgo social, en tal sentido, la emisión del
acto ha de ser inevitable e imprescindible y su no dictado ser susceptible de
generar consecuencias de muy difícil, sino imposible, reparación ulterior;
Una proporción adecuada entre la finalidad perseguida y las medidas que
prescribe el reglamento; y
La premura con que deben dictarse las normas para evitar o prevenir graves
riesgos comunitarios.
Supuesto 1: Una vez aprobada en ambas Cámaras, la ley es enviada al Poder Ejecutivo,
quien decide vetarla totalmente. ¿Qué sucede con el proyecto de ley? Justifica utilizando
el procedimiento de sanción y formación de las leyes.
Respuesta supuesto 1:
Cuando la ley es enviada al presidente de la Nación este puede:
Aprobar y promulgar la ley. Se completa así el proceso legislativo. Esto lo puede
hacer por medio de un decreto o bien “promulgación de hecho”, ya que si el
presidente no se pronuncia pasados diez días hábiles desde que se le comunicó
la norma se promulga automáticamente. En ambos casos, la ley se publica luego
en el Boletín Oficial y entra en vigencia de acuerdo con los plazos legales.
Vetar la ley, de forma total o parcial. En caso de veto parcial, puede promulgar
parcialmente la parte no vetada cuando no desvirtúe el espíritu del proyecto
sancionado por el Congreso.
En caso de que el presidente vete la ley, el proyecto vuelve al Poder Legislativo, que
puede aceptar el veto o insistir en su sanción. Si ambas cámaras cuentan con dos tercios
de los votos para imponer su criterio inicial, la ley se promulga, aunque el presidente no
esté de acuerdo. Si no lo consiguen, se mantiene el veto del presidente y el proyecto no
puede volver a tratarse en las sesiones de ese año.
Así lo establece el Artículo 83 de la CN que dispone: “Desechado en el todo o en parte
un proyecto por el Poder Ejecutivo, vuelve con sus objeciones a la Cámara de su origen:
ésta lo discute de nuevo, y si lo confirma por mayoría de dos tercios de votos, pasa otra
vez a la Cámara de revisión. Si ambas Cámaras lo sancionan por igual mayoría, el
proyecto es ley y pasa al Poder Ejecutivo para su promulgación. Las votaciones de ambas
Cámaras serán en este caso nominales, por si o por no; y tanto los nombres y
fundamentos de los sufragantes, como las objeciones del Poder Ejecutivo, se publicarán
inmediatamente por la prensa. Si las Cámaras difieren sobre las objeciones, el proyecto
no podrá repetirse en las sesiones de aquel año”.
Supuesto 2: Cuando le ley es enviada al Poder Ejecutivo, este decide vetarla totalmente
y en su lugar, emitir un decreto de necesidad y urgencia. ¿El DNU es válido
materialmente? ¿Cuál sería la consecuencia jurídica que aparejaría la improcedencia del
DNU en análisis?
Respuesta supuesto 2:
No, no es válido. Si bien se cumplen los requisitos indicados por el art.99 : a) Una
necesidad que coloque al gobernante ante la decisión extrema de emitir normas para
superar una grave crisis o situación que afecte la subsistencia y continuidad del Estado
o de grave riesgo social, en tal sentido, la emisión del acto ha de ser inevitable e
imprescindible y su no dictado ser susceptible de generar consecuencias de muy difícil,
sino imposible, reparación ulterior; b) Una proporción adecuada entre la finalidad
perseguida y las medidas que prescribe el reglamento; y c) La premura con que deben
dictarse las normas para evitar o prevenir graves riesgos comunitarios; desde el punto
de vista material no cumple con los límites que prescribe la norma.
El artículo 99 inc.3 establece que: “no se trate de normas que regulen materia penal,
tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos”. En esta situación se trata de
la reforma del código penal por ende no sería procedente que el Poder ejecutivo
emitiera un DNU sobre esta materia.
La consecuencia jurídica que aparejaría sería la nulidad. La CN establece la. Artículo 99.-
“…El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable,
emitir disposiciones de carácter legislativo ...”
Respuesta supuesto 3:
Como abogado del Sr. Rodriguez invocaría el art.19 de la CN, haciendo mención del
principio de reserva y el principio de privacidad.
En el sistema constitucional argentino, las acciones privadas reguladas en el art. 19 de
la CN, conforman un ámbito de intimidad y reserva.
El principio de reserva se encuentra consagrado por el 2° párrafo del art. 19 CN que reza:
“Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que la ley no manda, ni privado
de lo que ella no prohíbe”.
Implica la idea política de reservarles a los individuos, como zona exenta de castigo, la
de aquellos hechos que no están configurados y castigados por una ley previa a su
acaecer. Este principio exige que la punibilidad de un hecho, sólo puede ser establecida
por una ley anterior a su comisión.
Se trata de una garantía individual se logra mediante la enumeración taxativa por la ley,
de los hechos punibles y de las penas pertinentes, estableciendo de manera tal, un
catálogo legal de delitos y penas absolutamente circunscripto (numerus clausus).
Si bien la Constitución Argentina no menciona la palabra “privacidad,” sí se refiere a
“acciones privadas” en su artículo 19, el cual ha sido interpretado por la Corte Suprema
de Argentina como consagrando el derecho a la privacidad. El artículo dice “Las acciones
privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni
perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios y exentas de la autoridad de los
magistrados”.
El artículo 19 se ha utilizado en los antecedentes “Arriola” y “Bazterrica” de la CSJN.
Caso "Arriola S. y otros s/ Causa Nº 9080": En esta sentencia, la Corte declaró la
inconstitucionalidad de la norma que sanciona penalmente la tenencia de
estupefacientes para consumo personal por ser incompatible con el principio de reserva
contenido en el artículo 19 de la Constitución Nacional que protege las acciones privadas
que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero.
La defensa de los detenidos sostuvo que el artículo 14, segundo párrafo, de la ley 23.737,
que reprime la tenencia de estupefacientes para consumo personal, es incompatible con
el principio de reserva contenido en el artículo 19 de la Constitución Nacional y señaló
que la intervención punitiva cuando no media un conflicto jurídico, entendido como la
afectación a un bien jurídico total o parcialmente ajeno, individual o colectivo, no es
legítima.
Una norma similar había sido declarada inconstitucional por la Corte en 1986 en el caso
“Bazterrica”. Allí el tribunal había destacado que la protección constitucional de los
valores de la intimidad y la autonomía personal impedían castigar la mera tenencia de
drogas para consumo.
Respuesta supuesto 4:
Concordante con la teoría de Supremacía Constitucional se concatena el instituto de
Control de Constitucionalidad. La doctrina de la supremacía exige, para su eficacia, la
existencia de un sistema garantista que apunte a la defensa de la constitución y al
control amplio de constitucionalidad.
En nuestro país el control de constitucionalidad tiene las siguientes características:
1. En cuanto al órgano que lo ejerce el sistema es judicial y difuso: Es decir que
todos los jueces (cualquiera sea la jerarquía del tribunal al que pertenezcan)
tienen el deber de defender la supremacía de la Constitución
2. La forma de acceder al control de constitucionalidad es la vía incidental: Esto
quiere decir que los jueces solo podrán juzgar la constitucionalidad de las normas
cuando esto sea necesario para resolver un caso concreto. No se puede iniciar
un proceso con el solo objetivo de que el juez analice la constitucionalidad de
una norma.
3. La declaración de inconstitucionalidad produce efectos limitados: cuando un juez
declara inconstitucional a una norma, no la deroga. Solamente dejara de
aplicarse en ese caso concreto.
Por ende, los efectos que tiene la declaración de la inconstitucionalidad de esa norma
es que la misma no se aplica al caso concreto, pero la norma no se deroga y sigue
vigente. Para que pierda vigencia la norma es necesario que el Congreso de la nación la
derogue.
La doctrina tradicional de la Corte Suprema argentina es que la declaración de
inconstitucionalidad de una norma tiene solamente efectos Inter partes. Las sentencias
dictadas en procesos relativos a derechos de incidencia colectiva extienden sus efectos
de forma directa a todas las personas “representadas” por el sujeto activo que inició la
demanda colectiva (el defensor del pueblo, las asociaciones del art. 43 o el afectado.