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Se entiende que el reino de Dios, profetizado en las Escrituras por los profetas del antiguo
testamento; acerca del advenimiento de; Cristo, el mesías, el salvador del mundo. Se a
cumplido en el nacimiento, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Los profetas; Isaías y Miqueas, anunciaron su venida diciendo: He aquí la virgen concebirá, y
dará a luz un hijo y llamará su nombre Emanuel. Is. 7;14. Pero tu, Belén Efrata, pequeña para
estar entre las familias de Judá de tì me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son
desde el principio, desde los días de la eternidad. Miq. 5;2.
Su advenimiento se hizo realidad en el nacimiento del hijo de María. Mt. 1; 20-25. Su venida
trajo la inauguración de su reino, el cual está presente atreves de su Iglesia y los sacramentos.
Entonces, la escatología es inaugurada por el mismo Señor, es dando por sentado que èl, es el
comienzo del fin del pecado del mundo, pues el mismo pecado es un reino del mal, que al
venir Cristo está bajo juicio para ser erradicado por completo a su regreso. Es por eso que la
escatología inaugurada es un ya, y un todavía.
Hermano Oscar. Voy a explicarle la razón del porque la señal de la cruz. Los luteranos desde el
comienzo han observado la práctica de inclinarse durante el sanctus, que es una alabanza
angelical en Isaías 6;3. La de; “Santo, Santo, Santo, Señor de los ejércitos; toda la tierra está
llena de tu gloria.
Lutero demuestra que el “Sanctus,” Afirma la presencia corporal de Jesús en la Santa Cena, y al
exclamar Santo, Santo, Santo, los fieles se inclinan con mucha reverencia y hacen la señal de la
cruz. Porque la Santa presencia del Señor, del Cristo crucificado y resucitado, está ahí
perdonando los pecados y dando salvación. La señal de la cruz, la hacemos reconociendo que
somos bautizados y confesando que el Cristo crucificado y resucitado, habita de manera
corporal en nosotros por el bautismo, haciéndonos santos.
Con la señal de la cruz, expresamos con todo nuestro ser, la realidad de la presencia
permanente de Cristo, que mora en nosotros los que somos bautizados.
Solamente para quienes desconocen el significado correcto de la liturgia de la Santa Cena, no
podrán entender ni aceptar la señal de la cruz durante el Benedictus en el santuario.
Ojalá y mi explicación derrumbe dudas.
La invocación con la que inicia el culto litúrgico, y la bendición final del servicio, nos muestra
un espacio de tiempo en el que se desarrolla el cuerpo ceremonial de la liturgia de la Santa
Cena. Durante este espacio se dan pasos, en los que Cristo está presente de principio a fin.
Un ejemplo Bíblico, es el peregrinaje de Cleofas y su compañero, que salen de Jerusalén a
Emaús. Mientras caminan confiesan tener esperanza en Jesús, el Señor les acompaña, les abre
las Escrituras, va con ellos hasta la mesa, les imparte el pan.
Desde el momento de la) invocación, el Señor está presente y paso a paso sigue presente
llevándonos a su mesa para impartirnos su cuerpo, que está en el pan y el vino. La invocación
nos abre la puerta para entrar al espacio, donde el Señor ha venido a nuestro encuentro, para
decirnos, Yo Soy el pan de vida, el que a mi viene nunca tendrá hambre, y el que en mi cree, no
tendrá sed jamás. Recibe nuestra confesión, perdona nuestros pecados, y nos lleva a su mesa.
De esta manera, el viaje que hacemos durante la liturgia de la Santa Cena, es un peregrinaje
escatológico.