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CURSO ACCION PSICOSOCIAL EN LA COMUNIDAD CODIGO: 403028

DOCUMENTO MODELO DE INTERVENCION PSICOSOCIAL 2021

1. Modelo de Empoderamiento (Empowerment)

El concepto de Empowerment refleja el interés por proporcionar protagonismo en la


vida social, tanto de los individuos como de las organizaciones y las comunidades. Una de
las primeras consecuencias de esta forma de analizar los problemas es cómo se manejan los
valores de los participantes y cómo se trabaja con la diversidad cultural, puesto que aquí el
objetivo no consiste en asimilar a las personas a sistemas de valores mantenidos por los
profesionales o por la sociedad. De lo que se trata, precisamente, es de buscar conjuntamente
espacios de acción y reflexión que permitan restaurar o alcanzar el protagonismo de personas,
organizaciones y comunidades, independientemente de sus valores y creencias. (Ochoa,
2012)

El modelo de empoderamiento generalmente nos permite hacer un acercamiento al


análisis de los problemas sociales frente a la distribución de los recursos y como a partir de
ahí se pueden generar problemáticas sociales tales como delincuencia, mendicidad,
embarazos en adolescentes entre otras problemáticas de tipo social.

Comprender estas conductas es situarse en un nivel de análisis y de intervención que


va más allá del individuo, que se interesa por los sistemas sociales, que comprende desde
factores micro sociales como la familia, los sistemas de apoyo informal o los grupos de
ayuda mutua, hasta factores macro sociales como la ideología dominante o el tipo de
política social desarrollada, que inhibe o promueve una red institucional en sectores de
riesgo -instituciones sanitarias, sociales y culturales El interés del Empowerment se dirige
específicamente a la influencia mutua que se produce entre la persona y los sistemas
ambientales en los que esta se desarrolla. (Ochoa, 2012, pág. 99).
Según Montero, (2009). Empoderamiento comunitario: es el proceso mediante el cual
los miembros de una comunidad (individuos interesados y grupos organizados) desarrollan
conjuntamente capacidades y recursos para controlar su situación de vida, actuando de
manera comprometida, consciente y crítica, para lograr la transformación de su entorno según
sus necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismos (Montero,
2009, p. 7). De esta manera, el concepto de empoderamiento comunitario se relaciona a
promover la capacidad de trabajar en equipo, de compromiso y reconocimiento de sus
debilidades y fortalezas, lo que permite generar un trasformación social positiva en los
cambios de calidad de vida y logre efectivo de sus acciones.

Lo anterior, Según Escudero, E., Royo, R., & Silvestre, M. (2014). Empoderar es el
poder concebido como la capacidad de materializar deseos, producir cambios y cubrir
necesidades. Se manifiesta en la fuerza, jerarquías, control de recursos, roles, definición de
espacios para mujeres y hombres, presentes en las estructuras sociales, políticas y en las
costumbres, que interiorizamos como personas. Por otra parte. Empoderar, en el proceso de
intervención, es guiar acciones, que generen transformación y auto gestión que contribuyan
a mejorar las condiciones sociales de las comunidades.

Por consiguiente. Según Rocha (2001), “el empoderamiento es un proceso que se


realiza en dos niveles: El nivel individual, como desarrollo del sentido del yo, de la confianza
y la capacidad individual, en un planteamiento proactivo de la vida y una comprensión crítica
del entorno sociopolítico; y el nivel colectivo, que tiene lugar dentro de las familias,
organizaciones y comunidades, e implica el aumento de la competencia de sus integrantes
para operar el cambio, desde la participación en las estructuras políticas y la acción colectiva
basada en la cooperación”. De esta manera, podemos decir que el Modelo de
empoderamiento busca generar pensamiento crítico y comprender su entorno de manera
objetiva en todos los aspectos culturales, sociales, económicos, políticos que permiten
potencializar capacidades de autogestión , lo cual genera ser visibilizado y por ende el
desarrollo de cambios a sus necesidades prioritarias.

Teniendo en cuenta lo anterior. El modelo de Empoderamiento, nos permite


potencializar capacidades de acción, que contribuyen a generar poderes desde un nivel
comunitario, que permiten unir fuerzas en un tema de interés colectivo. El término
empoderamiento, nos invita a pensar a unir fuerzas para obtener poder y es ese cambio de
pensamiento comunitario que se genera resultados positivos, no es igual un par de
hormiguitas, que tener un panal de hormigas gestionado lo mismo, siempre el bien colectivo,
prima sobre el individual.

El empoderamiento puede ser visto como una manera de ganar más poder en la vida
del sujeto o puede ser estudiado desde una connotación política, que implica una conciencia
crítica de clase que adquieren los grupos discriminados (Pobres, negros, inmigrantes,
homosexuales, mujeres, adultos mayores, con discapacidad entre otros), para luchar contra
el poder que los oprime (Montero, 2003). Coincidimos con esta última perspectiva, que
implica un posicionamiento político del sujeto que conlleve una transformación de la
sociedad en que vive en pos de lograr un mayor bienestar y equidad social.

De acuerdo con la definición de Maritza Montero del empoderamiento o


fortalecimiento, concebido como: el proceso mediante el cual los miembros de una
comunidad (individuos interesados y grupos organizados) desarrollan conjuntamente
capacidades y recursos para controlar su situación de vida, actuando de manera
comprometida, consciente y crítica, para lograr la transformación de su entorno según sus
necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismos (Montero, 2009,
p. 7).

Empoderamiento comunitario: es el proceso mediante el cual los miembros de una


comunidad (individuos interesados y grupos organizados) desarrollan conjuntamente
capacidades y recursos para controlar su situación de vida, actuando de manera
comprometida, consciente y crítica, para lograr la transformación de su entorno según sus
necesidades y aspiraciones, transformándose al mismo tiempo a sí mismos (Montero, 2009,
p. 7).

Según (Montero, 2009, p. 7). Sus dimensiones son:

Participación comunitaria: se visualiza en la presencia activa de los individuos en las


diferentes actividades comunitarias.
Participación democrática en la toma de decisiones: hace referencia a que las
decisiones sobre las actividades a realizar en la comunidad son construidas en conjunto desde
el consenso.

Conocimiento sobre la comunidad: implica tener información sobre la historia de la


comunidad, así como sobre su actualidad.

Satisfacción con el trabajo comunitario: evidencia una actitud positiva y conforme


con el trabajo realizado en la comunidad, lo cual puede estimular la motivación a seguir
participando en otras actividades comunitarias.

Sentido de pertenencia a la comunidad: se evidencia en el vínculo afectivo de la


persona hacia su comunidad ya que se siente parte y comprometida con ella.

Autogestión: incluye la formación de estrategias para llevar a cabo las acciones


comunitarias.

Poder legítimo: si la persona cuenta con algún cargo en la comunidad que le permita
la asunción de responsabilidades y el control sobre las actividades de las cuales se
responsabiliza.

Interés político: hace referencia al posicionamiento político, a la conciencia crítica de


la realidad social y a la voluntad para transformar esa realidad.

Aspiraciones comunitarias: incluyen las ideas que poseen los adultos mayores para
mejorar la realidad comunitaria en la que viven.
Finalmente este modelo pretende mejorar la calidad y el bienestar no solamente a
nivel individual, grupal sino también comunitario, es un modelo que permite ser un referente
de la psicología comunitaria, además de ser un enfoque comprometido con la solución de los
problemas sociales como lo manifiesta (Buelga, 2001, Misitu y Buelba 2004).
Referencias Bibliográficas

MUSITU OCHOA, G. (2012). Introducción a la psicología comunitaria. Introducción a la


Psicología comunitaria, 0-0.

BUELGA, S. (2007). El empowerment: la potenciación del bienestar desde la psicología


comunitaria. Psicología Social y Bienestar: una aproximación
interdisciplinar, 154173.

GIL, ENRIQUE (2004): «El empoderamiento y la participación social. Una llamada desde
las personas mayores a la sociedad», trabajo presentado en el SeminarioTaller Las
personas mayores en el umbral del siglo XXI, Bilbao.

MONTERO, MARITZA (2003): Teoría y práctica de la Psicología Comunitaria: la tensión


entre comunidad y sociedad, Editorial Paidós, Buenos Aires.

MONTERO, MARITZA (2009): «El fortalecimiento en la comunidad, sus dificultades y


alcances», Intervención Psicosocial, vol. 13, n.o 1, Madrid, pp. 5-19.
2. MODELO DE REDES

Para tener una vision más clara, completa y detallada del modelo de intervención de
redes; será necesario socializar algunos conceptos previos de la conformación de una red.
Inicialmente se determina el concepto de red como un eje significativo en el aporte a las
comunidades, de igual forma como una manera de validarse el individuo y validar la misma
en torno a un grupo, es por medio de la interacción entre las personas que se establecen
relaciones significativas alrededor del reconocimiento de un territorio compartido de forma
comunitaria, vinculando a la persona, la familia y la comunidad en general.
En ese orden de ideas se puede anotar además que la red es un sistema de vínculos
entre nodos orientados hacia el intercambio de apoyo social. Hay cinco componentes básicos
en esta definición:

1. Nodo
2. Vinculo
3. Sistema de vínculos
4. Intercambio
5. Apoyo social

1. Nodos: Son los componentes entre los cuales se establecen los vínculos. Los nodos
pueden ser personas, actores sociales, grupos u organizaciones (institucionales y
comunitarias).

2. Vínculo: Es la relación o lazo que se establece entre los nodos. Un vínculo es un


episodio de una relación social.
En el siguiente cuadro encontramos los distintos tipos de lazos que potencialmente pueden
existir entre las personas (Borgatti, citado en Hanneman, 2000)
CAMPO AMBITO AMBITO AMBITO
COMUNITARIO INSTITUCIONAL INSTITUCIONAL
PRIVADO PUBLICO
Vida cotidiana Poblaciones, villas, Centros de
condominios, reclusión, cárceles
pueblos, aldeas, etc. etc.
Trabajo Empresas Empresas, servicios
públicos.
Educación Colegios, jardines Universidades
etc.
Recreación Clubes deportivos Centro de recreación
Política Partidos políticos, Ministerios,
movimientos, municipios, etc.
agrupaciones.
Religión Comunidades Iglesias
religiosas
Otros Barras deportivas,
tribus urbanas etc.

3. Sistema de vínculos
Lo central en la red es el conjunto de vínculos entre los nodos. La red, entonces, no
es un conjunto de nodos, sino más bien un sistema de vínculos. Así, por ejemplo, si queremos
describir una red social personal, no nos debemos centrar en las características específicas de
cada uno de los individuos que la componen (nodos), sino en las características de las
relaciones que se establecen entre ellos (vínculos).
El análisis de redes se centra en la relación entre los actores y no en los actores
individuales y sus atributos. Es un conjunto de lazos diádicos, todos del mismo tipo, entre
una serie de actores.
4. Intercambio En la relación entre nodos se produce un intercambio. Este intercambio
recíproco puede darse en el plano afectivo/emocional, material, financiero, social,
simbólico, etc. Las redes son estructuras a través de las cuales fluyen los recursos
(Borgatti, citado en Hanneman, 2000); dicho de otro modo, es la forma que en lo
social adoptan los intercambios entre las personas, grupos y organizaciones.

5. Apoyo social: Como resultado de este proceso de intercambio se produce apoyo


social para los nodos. La red social proporciona así el marco indispensable para que
el apoyo social sea accesible a los nodos. Las dimensiones del apoyo social incluyen
apoyo emocional o afectivo; ayuda material y financiera; asistencia física;
información y contactos sociales positivos.

El modelo de red determina la posibilidad de aunar esfuerzos significativos entre los


pobladores de un sector determinado, que se reconocen en sus subjetividades para conseguir
aspectos importantes que redunden en un beneficio para sus miembros, partiendo claro está
del conocimiento y valor de actuación que se presenta en cada una de las comunidades.
Desconocer esta posibilidad con la que cuentan dichas comunidades, es determinar que se
dependa siempre de un agente externo para solucionar los problemas que posiblemente estén
aquejando a los pobladores, por consiguiente se hace supremamente indispensable y vital que
se entienda la fuerza con la que cuenta cada una de las comunidades de nuestro territorio y
de cualquier otro, para partir de la base que el conocimiento y las posibilidades de generar
nuevos procesos revitalizadores que sumen a solventar dichas problemáticas, parten del saber
con el que cuentan los habitantes de la comunidad.
De nada serviría postular propuestas traídas de afuera a una comunidad para
solucionar alguna problemática comunitaria, por más novedosa y exitosa que haya sido en
otro contexto, pues su efectividad estaría predispuesta al fracaso. Sin el adecuado
acercamiento que nos brinda el saber comunitario establecido por las interrelaciones que
facilita el modelo de red, sistema que entre otras cosas moviliza dinámicas de interacción
hacia la satisfacción de necesidades material, instrumentales, emocionales entre otras. De
igual forma se hace necesario distinguir entre dos tipos de redes, las informales donde la
interacción se da entre el grupo familiar y personas más cercana al individuo, en esta
interacción se brinda el apoyo necesario básico de un individuo para solventar cualquiera de
las necesidades antes descritas y es el soporte para mantener cubiertos aspectos importantes
de la persona. También existen las redes formales, donde la interacción es a través de grupos,
asociaciones, organizaciones, las cuales corresponderían a otra esfera del individuo, pero que
de igual forma podrían aportar para satisfacer o contener las necesidades de la persona.

Podemos afirmar entonces que el modelo de redes proporciona instrumentos para


desarrollar intervenciones planificadas en este mundo social. su lugar en la sociedad, un
trabajo, una vivienda, una familia, calidad de vida, satisfacción de necesidades,
oportunidades, protección, seguridad, apoyo, desarrollo psicosocial; y allí radica su
importancia y funcionalidad al proporcionar y facilitar instrumentos para desarrollar
intervenciones planificadas en este mundo social las cuales conectan la vida privada del
individuo con sus amigos, la familia, sus compañeros de trabajo, y con actores sociales
pertenecientes a instituciones y organizaciones, configurando así un espacio amplio de
circulación constructiva de apoyo social; y en esta práctica social el individuo se desarrolla
en tres matrices fundamentales que actúan como estados de integración de las personas:

1. Matriz Comunitaria
2. Matriz Institucional
3. Matriz Reticular

1. La matriz comunitaria es el espacio de vida de la gente que proporciona seguridad,


estabilidad, permanencia, identidad, historia, sentido de pertenencia, sentido
psicológico de comunidad y conexión afectiva con un territorio.
2. La matriz institucional es el espacio del trabajo, de las relaciones más estructuradas,
jerarquizadas e instrumentalizadas entre los individuos para la obtención de fines
específicos.
3. La matriz reticular en cambio es un sistema más abierto, móvil, flexible,
heterogéneo, de menor estabilidad y permanencia más efímera
Podemos decir entonces que el hombre moderno vive cada vez menos en situación
comunitaria; los imperativos de la modernidad lo llevan a desarrollar su existencia social en
una matriz de redes y en una matriz institucional.
Por lo anterior se puede determinar la pertinencia del modelo de red al trabajo que se
está desarrollando teniendo en cuenta el acercamiento que los estudiantes están realizando a
las comunidades de manera simulada, les permite identificar claramente las interacciones que
se establecen entre los pobladores de la comunidad escogida, como también plantear
estrategias que aporten significativamente a los posibles problemas que existan.

Para finalizar este análisis; se vincula el artículo de Análisis de redes sociales y trabajo
social por Rúa, Ainhoa de Federico en el cual plantea un acercamiento teórico, donde
inicialmente plantea que el concepto de red se encuentra en todas las disciplinas científicas
entre ellas de forma precisa las ciencias sociales. En el artículo en mención se destaca los
aportes realizados de dos autores a principios de los años 30 en Estados Unidos, en primera
instancia, Jacob Moreno Psicólogo social, sugirió describir o pensar no solo al individuo,
sino al individuo en sus relaciones sociales como “átomo social” en las interrelaciones que
se establecen de aceptación o no en esta dinámica. Lo cual se puede evidenciar en el momento
en el que se está trabajando, donde las relaciones entre los protagonistas de las comunidades
seleccionadas son fundamentales en el momento de identificar su territorio, sus
representaciones, subjetividades, intereses, entre otros. Para Jacob también es importante los
diálogos que se establecen entre sí, las personas establecen de esta manera a lo que él llama
la opinión pública, la cual cumple una función de regulación social.
La perspectiva del modelo de redes entonces se basa en la visión de la práctica social
centrada en la interacción social. Afirmando que el capital social prevalece sobre el capital
humano e investiga las consecuencias sobre una persona de su posición en la estructura de
una red. Las redes, los lazos, añaden valor a los individuos y los grupos. Las relaciones
permiten a la gente acceder a recursos: eres tan bueno como lo es tu red.
Referencias:
Rúa, Ainhoa de Federico, A. (2008). Análisis De Redes Sociales Y Trabajo Social,
Portularia, pp. 9-21Universidad de Huelva, España

Martinez Ravanal, V. (2006). El enfoque comunitario. Estudio de sus modelos de base


Recuperado de: http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/122235/martinez-
ravanal_el-enfoque-comunitario.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Andradre Gyllen, C., García Ojeda, M., y Zambrano Constanzo, A. (2016). Modelo
Operativo de gestión de redes sociales para el sistema penal adolescente, Chile.
Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 14(1). Recuperado
de: http://www.scielo.org.co/pdf/rlcs/v14n1/v14n1a17.pdf
Gallardo Peralta, L. P., y Sánchez Moreno, E., Arias Astray, A., y Barrón López de Roda, A.
(2015). Elementos estructurales de la red social, fuentes de apoyo funcional,
reciprocidad, apoyo comunitario y depresión en personas mayores en Chile. Anales
de Psicología, 31 (3). Recuperado
de: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_abstract&pid=S0212-
97282015000300028

Elaborado por la red de curso Acción psicosocial en la comunidad,Código 403028


Año 2021

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