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GA 195: “Año Viejo del mundo y pensamientos del Año Nuevo”-

Ciclo de 5 conferencias dadas por Rudolf Steiner en Stuttgart entre el 21 de


diciembre 1919 y el 1º de enero 1920.

*
Traducción sin pulir realizada por Norma Priemer en Rosario en febrero/marzo del 2021 para ser leída en el programa semanal de
lecturas de los miércoles a las 17 h de la Fundación “Dar Calor” entre el 17 de febrero y el 17 de marzo, y para todos los amigos
de la antroposofía.

Cuarta Conferencia
31 de diciembre 1919

En esta noche nos corresponde siempre recordar cómo en la vida y en la vida cósmica se
encadenan pasado y futuro, cómo se encadenan pasado con el futuro en toda la vida cósmica
en la que el ser humano está entretejido, cómo se encadenan pasado y futuro en cada unidad
de vida en la que por ahora está encapullada (eingesponnen: introducido dentro de un hilado, o dentro del
capullo que va haciéndose el gusano de seda) nuestra propia existencia individual , a través de todo
aquello que ha podido hacer, ha podido pensar durante el decurso del año transcurrido y de
lo que se propone hacer en el decurso del año próximo. En el sentido de nuestra Ciencia
Espiritual, estos pensamientos - que en cierto sentido necesariamente nos ponemos ante el
alma acerca de cómo nos hemos conducido en el decurso del año pasado y cómo nos
proponemos de conducirnos en el siguiente - han de ser compenetrados con la seriedad
correspondiente, con la dignidad correspondiente debido a que los esclarecemos con una luz
superior por medio de lo que justamente podemos acoger científico-espiritualmente a través
de la contemplación de los magnos aconteceres cósmicos. ¿Cómo se presenta en realidad
pues esta nuestra vida humana en relación a pasado y futuro? Es como un espejo. Sí, esta
comparación con un espejo se corresponde mucho más a la realidad de como uno quisiera
representárselo por ahora. De hecho, precisamente entonces cuando aspiramos a un poco de
autoconocimiento, estamos como delante de un espejo. Delante del espejo donde nosotros
mismos nos encontramos y miramos en él, ahí está lo del pasado del que sabemos: eso se
refleja en el espejo. Y detrás del espejo está en lo que no se puede ver por ahora; en lo que
no se puede mirar así como espacialmente no se puede ver lo que está detrás de un espejo.
Entonces quizás ahí hay que formularse especialmente la pregunta: ¿Qué es realmente en
nuestro espejo cósmico el azogamiento o la capa de depósito del espejo, debido al cual lo
trasparente se convierte precisamente en un espejo? En el espejo espacial , tridimensional, el
vidrio está por detrás azogado. De modo que nuestra mirada no atraviesa el vidrio. ¿Con qué
está cubierto entonces este espejo cósmico que reflejando nos muestra el pasado, que nos
esconde por de pronto detrás suyo lo futuro? Mis queridos amigos, está cubierto por nuestro
propio ser, está cubierto por nuestra propia entidad humana.

Nos basta recordar que ante el conocimiento cotidiano no logramos de hecho hacernos
evidente lo que somos nosotros mismos. No nos trasvemos, así como no trasvemos un espejo.
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Mucho se nos refleja de vuelta cuando miramos dentro de nosotros mismos. Lo que hemos
vivenciado, lo que hemos aprendido, eso se refleja; pero nuestro propio ser se esconde,
porque nosotros en nuestro propio yo (Selbst) por ahora podemos trasvernos tanto como
podemos ver a través de un espejo en el espacio. Visto en grande, en general, y
abstractamente, podemos tomar en cuenta esta comparación con el espejo como se las
acabo de exponer; pero en lo que es lo singular se modifica algo. Si en primer lugar miramos a
nuestra vida e intentamos por el espejarse - pues el mirar hacia atrás en nuestra vida es un
espejo, en vista de lo que es reflejado por nuestro interior anímico - mirar hacia atrás en
nuestra vida, entonces tenemos que confesarnos: pero eso, lo que ahí se nos aparece, lo que
ahí se refleja, no es más que una parte de lo que hemos vivenciado. Si intentan mirar hacia
atrás en sus vivencias, entonces sus vivencias están siendo constantemente interrumpidas.
Ustedes se retrotraen a lo que les trajo el día de hoy, pero ustedes no se retrotraen a lo que
les ha traído la noche anterior. Las vivencias de la noche son una interrupción. Y nuevamente
se retrotraen al día de ayer y nuevamente no ven a lo que trajo la noche de anteanoche, y así
sucesivamente. Constantemente se están insertando los espacios de tiempo nocturnos no
colmados de pensamientos sobre las vivencias. Es una equivocación cuando nos retrotraemos
y creemos que tenemos la visión completa de toda nuestra vida: nosotros en cierto modo
estamos uniendo aquellas fracciones que contienen los días; pero ante al alma, en realidad,
tendríamos que presentarnos a nuestro viaje por la vida con interrupciones permanentes.

Ahora podemos preguntarnos: ¿Son necesarias estas interrupciones en el decurso de


nuestra vida? Sí, son necesarias. Si no tuviésemos estas interrupciones en el curso de nuestra
vida, mejor dicho en la retrospectiva del curso de nuestra vida, entonces como seres humanos
no podríamos percatarnos de nuestro yo. Entonces veríamos el curso de nuestra vida
(Lebenslauf: curso de la vida, biografía) colmado meramente del mundo exterior y en nuestro curso de
vida no aparecería la consciencia del yo, la consciencia yoica. Que nosotros percibamos, que
sintamos a nuestro yo, eso resulta debido a que este cuso de la vida siempre está siendo
interrumpido de a trozos. Precisamente con respecto a esta percepción del yo - producida por
las interrupciones en el curso de la vida - la humanidad del presente está en una época crítica.
Cuando el ser humano del presente mira hacia atrás y por esa mirada hacia atrás tiene su yo
en la manera recién descrita, entonces este yo del ser humano del presente está en un cierto
sentido vacío; únicamente sabemos de nuestro yo. Las personas de épocas anteriores de la
evolución de la Tierra sabían más. Así como en el curso del día a cada una de las personas se le
aparecen vagamente como en un tenue vislumbrar los ensueños de su vivencia nocturna, del
mismo modo a la gente de épocas antiguas les llegaban desde el yo las percepciones de
clarividencia atávica. Estas percepciones clarividentes atávicas sólo por la forma eran
parecidas a ensueños; lo que contenían en sí eran realidades. Puede decirse: El yo, para los
seres humanos del presente, ha sido vaciado de su contenido atávico-clarividente que
portaban los seres humanos de épocas transcurridas, que los había compenetrado con el
convencimiento que tenían algo en común con lo divino , que ellos estaban relacionados con
algo divino. A partir de estas visiones atávico-clarividentes, al ser humano le había brotado lo
que para la vida del sentimiento se ha condensado como sentimiento religioso y como
devoción religiosa para con aquellos, a los que se les consagraba el culto religioso, el servicio
religioso.

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¿Cómo está la situación hoy en día? Hoy el yo está vaciado de estas visiones atávico-
clarividentes, y cuando pasamos revista a nuestro yo, en cierto modo más o menos sólo es un
punto en nuestra vida anímica. Para cada uno en particular, el contenido de este yo le resulta
un punto de apoyo firme, pero precisamente únicamente un punto. Pero al mismo tiempo
vivimos en la época en que el punto ha de volver a convertirse en círculo, en la que el yo ha de
recibir nuevamente contenido. Para que el yo vuelva a tener contenido es que desde el último
tercio del siglo 19 el mundo espiritual penetra tan descollantemente en nuestro mundo
sensorial; por eso es que desde el final de la década del 70 del siglo 19, el mundo espiritual en
sus revelaciones quiere otra vez entrar de manera nueva en nuestra existencia física. Y lo que
nosotros queremos sobre los fundamentos de la Ciencia Espiritual antroposóficamente
orientada es: acoger voluntariosamente todo eso y revestirlo de formas que hagan
humanamente comunicable lo que quiere entrar por medio de revelaciones espirituales desde
otro mundo, pero que ciertamente es el mundo que sostiene a este mundo. ¿Qué es eso que
quiere entrar ahí? Oh, es nada menos que lo que desde un cierto aspecto nos garantiza el
futuro humano. Es, podríamos decir, no por cierto la mirada directa detrás del espejo, pero es
una garantía que cuando nosotros como humanidad vayamos a toda prisa al encuentro el
futuro, es decir iniciemos el camino detrás del espejo - y eso es vivir al encuentro del futuro - ,
que entonces pueda ocurrir vigorosamente lo que hemos de hacer en el futuro, lo que
nosotros y todos los seres humanos han de consumar, cuando a las fuerzas primeramente las
hayamos templado como acero, primeramente las hayamos fortalecido por medio de lo que
se nos revela antroposóficamente a partir del mundo espiritual . Así como para el ser humano
del pasado el yo se había colmado con contenido atávico-clarividente que le había garantido
su relación con lo divino, así en nuestra época nuestro yo ha de colmarse con un contenido
nuevo acogido con plena consciencia, que nos entregará de nuevo el lazo que enlaza nuestra
alma con la esencia anímica divina. Los seres humanos del pasado habían tenido la
clarividencia atávica, y lo que ha quedado como última herencia de la clarividencia atávica es el
reflexionar abstracto, el saber abstracto de las personas del presente. Esto ha quedado diluido
(verdünnt: diluido, enflaquecido) a partir de la antigua clarividencia atávica. El ser humano del
presente puede tener la sensación que esta dilución, esta dilución lógico-dialéctica de la
antigua esencia atávico-clarividente, ya no es capaz de sostener lo anímico suyo. Entonces le
sobrevendrá el ansia de conseguir algo nuevo dentro de su yo. Pero con lo que ha formado el
final de la evolución de la humanidad desde tiempos primordiales hasta el presente, con eso
tiene ahora que hacerse el inicio.

En épocas antiguas las personas tuvieron revelaciones clarividentes y no las habían


entendido; recién después aprendieron a entenderlas. Hoy el ser humano primeramente tiene
que entender, tiene que esforzar su intelectualidad, tiene que esforzar su razón, y cuando la
ha esforzado por medio de lo que hay en la Ciencia Espiritual, en la antroposofía, entonces la
humanidad se desarrollará nuevamente hacia la adquisición clarividente de lo espiritual. Esto
ciertamente es algo que todavía hoy en día la mayoría de las personas quisiera eludir: de
aplicar su sentido común sano para entender la Ciencia Espiritual. Si se lo quisiese eludir,
entonces también se querría eludir el permitir entrar a las revelaciones espirituales en nuestro
mundo terrenal.

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Así se encadenan pasado y futuro en el presente en este día de San Silvestre1, en este día
cósmico de Silvestre. Es una especie de Silvestre cósmico,lo que hay hoy. El futuro está ante
nosotros como un poderoso interrogante, pero no como un interrogante indeterminado,
abstracto, sino como una pregunta concreta. ¿Cómo nos acercamos a aquello, que como un
interrogante a la humanidad precisamente como revelación espiritual quiere entrar cada vez
más en nuestro mundo terrenal desde el último tercio del siglo 19? Y ¿cómo hemos de colocar
eso en relación con lo que se había revelado en el pasado? Esto tendría que sentirse
vivamente, entonces se sentiría qué importancia que tiene el de inclinarse con sus ansias hacia
lo que aquí se intenta con la Ciencia Espiritual orientada antroposóficamente. Entonces se
sentiría la seriedad y la dignidad de la aspiración científico-espiritual. Justamente en el
presente sería necesario tener este sentimiento; pues nosotros en realidad no apelamos a una
arbitrariedad humana cualesquiera, sino que apelamos a lo que se nos quiere revelar como
conocimiento del mundo a partir de la evolución misma del mundo, en cierto modo apelamos
a aquello que los dioses quieren con el ser humano. Pero ahí está el hecho que cuando uno se
dirige hacia el lado hacia el espíritu, entonces por el otro lado las personas que sólo quisieran
adorar lo pasado, son atraídas hacia el espíritu de la contradicción, hacia al espíritu de la
resistencia, de la oposición. Y cuanto más busquemos de tomar con toda fuerza al Espíritu del
ser-humano-del-futuro, tanto más las personas ,por decirlo así, del pasado serán poseídas por
el espíritu de la oposición.

En la humanidad es perceptible hoy cómo el sentimiento religioso en sí intenta lograr que


entre una nueva vida. Reiteradamente son búsquedas a tientas. Las experiencias científico-
espirituales no han de ser titubeantes; por medio de ellas ha de ser captado el mundo
espiritual verdadero, concreto. Pero -casi diría - con un presentimiento de que así ha de ser,
están ante nosotros las personas diciendo: La mera tradición religiosa no nos basta, queremos
tener una vida religiosa interior, íntima; no queremos solamente oír los mensajes acerca de
que Cristo según las tradiciones, según lo que ha sido trasmitido, ha vivido y ha muerto hace
tantos años atrás en Palestina, nosotros queremos vivenciar en la propia alma la vivencia-del -
Cristo. - En muchos ámbitos vemos aparecer esto en personas que creen que en lo íntimo de
sus almas ha surgido algo de la vivencia-del-Cristo. Son intentos titubeantes, que a veces hasta
son dudosos, preocupantes, porque entonces las personas enseguida están satisfechas en su
egoísmo anímico y rechazan toda inclinación hacia el espíritu. Pero ellas están, estas ansias de
una vivencia interior espiritual, y es de poner atención también a los intentos ciertamente
titubeantes hacia una semejante vivencia espiritual íntima, hacia un nuevo interés por el
mundo espiritual. Entonces empero se ponen en movimiento los espíritus de la oposición.

Y de acuerdo a lo que ha sido publicado sobre esto, lo que él mismo mandó a imprimir, ha
hablado el otro día aquí en Stuttgart un representante de ese espíritu del pasado con
expresiones muy curiosas sobre estos intentos - que por un lado son intentos titubeantes - de
lograr un nuevo interés religioso, una nueva vivencia religiosa, que por el otro lado son
intentos de realmente llegar a nuevos conocimientos concretos del mundo espiritual como
quieren hacerse valer por medio de la Ciencia Espiritual orientada antroposóficamente. No sé

1
Día de San Silvestre: [Nota de N.P.] el 31 de diciembre se celebra el día de San Silvestre, y en los países
de lengua germana al último día del año, a la Noche Vieja del año, se la nombra directamente así, sin
distinción de credos: Silvester .
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cuántos de ustedes han visto la pastorela2 que ha sido representada ahora en la escuela
Waldorf, donde uno de los pastores, que tiene ahí una aparición espiritual, dice, que casi
hubiese perdido el habla. Bueno, cuando leí la última página de “Ciencia Espiritual y el
cristianismo” de Gogarten 3 tuve que decir, yo también casi hubiese perdido el habla; pues
uno está realmente asombrado que sea posible que se digan semejantes cosas en el presente.
Precisamente estas cosas debieran estimular para una contemplación de Silvestre del mundo
[= Fin de Año del mundo o Noche Vieja del mundo], para la comparación de lo pasado con lo futuro
necesario. ¿Pues qué ha dicho en realidad el susodicho hombre de la religión? No sé si ha sido
percibido en todo su peso. Ha dicho: “Es hoy - qué digo hoy, ha sido siempre la tarea más
importante de la devoción (Frömmigkeit: devoción, religiosidad, piedad) de mantener esto elemental de
lo que hablé. Nos falta prácticamente del todo hoy. Estamos metidos en el “interés” religioso
y en la “vivencia” religiosa. Y debido a que la antroposofía es un tema tan bueno para el
“interés” y un medio tan bueno para la “vivencia”, por eso frente a ella uno está
prácticamente sin ayuda ni resistencia. Justamente apenas se sabe poco más de aquella
última tensión elemental que es llevada a la vida por la devoción (Frömmigkeit) y que ahuyenta
todo “interés” religioso y que hace estallar todo “vivenciar” religioso, aquella tensión entre
Dios y creatura. Y porque se sabe poco de esta tensión, por eso se sabe tan poco de lo otro, del
incondicional, directo Ser-Uno de Dios y hombre.” Aquí en nombre de la religión vemos
prohibido o mal visto todo interés religioso, estallada toda vivencia religiosa; y una tensión
totalmente imprecisa - que naturalmente no puede ser diferenciada pero que él tampoco
quiere diferenciar específicamente - ha de tomar lugar en vez del interés religioso, de la
vivencia religiosa. ¡Se podría perder el habla cuando un hombre de la religión habla de tal
manera que dice, la verdadera devoción tendría que ahuyentar todo interés religioso y hacer
estallar toda vivencia religiosa! ¡Hasta este punto hemos llegado! Y hasta este punto hemos
llegado que no se percibe para nada lo que en realidad está ahí dentro, cuando de un
representante religioso oficial se dice:¡ Fuera con el interés religioso, fuera con la vivencia
religiosa!

Vean ustedes, sin tener en cuenta que este hombre no sabe que él mismo en realidad nunca
podría hablar de una religión si no hubiese habido antes un atávico interés religioso y vivenciar
religioso; sin tener en cuenta que el señor como representante oficial de la religión nunca
estaría ante oyentes si no hubiese entrado la religión en la evolución por la vía del interés
religioso y la vivencia religiosa; sin tener en cuenta que lo que les acabo de exponer indica
que precisamente hoy las personas que se creen ser los correctos representantes de la
esencia religiosa obran en pro de la exterminación de toda esencia religiosa. ¿Es que estas
personas han perdido toda posibilidad de comprender todavía a lo anímico-humano? ¿Es que
no pueden entender estas personas que todo a lo que el ser humano se dirige con su
atención tiene que estar conducido por su interés, que todo lo que ha de entrar en la
consciencia humana tiene que estar sostenido por la vivencia? Es como si de una consciencia
de esa índole ya no hablara más la esencia humana, sino únicamente el espíritu de la

2
la pastorela: Se trata por la así llamada “pastorela del Palatinado”. Tomado de “Comunicaciones a los miembros de la Asociación
de la Escuela Waldorf Stuttgart” Nº 17 (febrero 1938), pág. 15 (Dr. Rudolf Treichler)
3
La última página de “Ciencia Espiritual y cristianismo” de Gogarten: Friedrich Gogarten (1887-1931), teólogo protestante
alemán, un representante principal de la Teología Dialéctica. “La ‘Ciencia Espiritual’ de Rudolf Steiner y el cristianismo”,
Investigaciones sobre cuestiones de fe y de vida para las personas cultas de todas las clases sociales, Cuaderno 2, Editorial de la
Alianza Popular Evangélica, Stuttgart 1920. Pág. 22
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oposición. Esto es lo que con toda seriedad debería aparecer ante nuestra alma cuando
miramos en el espejo que tan misteriosamente nos revela lo pasado y nos oculta lo futuro,
pero que en cierta manera no obstante lo manifiesta, sobre todo en aquella manera como la
que acabo de explicar.

Sí, pero entonces ahí la Ciencia Espiritual orientada antroposóficamente quiere servir al
interés religioso, ahí la Ciencia Espiritual orientada antroposóficamente quiere suministrar
contenido a la vivencia religiosa. ¿Y qué sucede? Vean ustedes, a la Congregación Romana le
fue presentada en el curso de este año la pregunta, si las enseñanzas que hoy se denominan
teosóficas, se dejan aunar con las enseñanzas católicas, y si entonces es permitido asociarse a
sociedades teosóficas y leer revistas y diarios teosóficos. La respuesta fue: No en todos los
puntos, “negative in ómnibus”. Este es el espíritu de la oposición, y el jesuita Zimmermann4 lo
interpreta a tal punto especialmente, que esta resolución de la Santa Congregación Romana
la aplica a la antroposofía. Bueno, lo que escribe este Zimmermann a ustedes ya les será
conocido y no necesito explicárselos especialmente; sin embargo todos ustedes tienen que
saber qué viento sopla hoy impregnado por el espíritu de la oposición en contra de la Ciencia
Espiritual orientada antroposóficamente desde un lado determinado.

Qué espíritu pasa por el mundo en este viento, eso también se lo puede sentir cuando se
sabe que de la pluma de ese mismo Zimmermann, que durante años ha divulgado (kolportiert:
vendido por las calles) la mentira de que soy un sacerdote desertado, provienen las siguientes
palabras: “Por la apostasía de su secretario general el Dr. Rudolf Steiner, que arrastró consigo
a la mayoría de los miembros, al principio muy debilitada, ella se ha “ - la Sociedad Teosófica -
“recuperado bastante con los años, cuenta actualmente con unas 25 logias, entre ellas
aproximadamente un quinto ciertamente ‘durmientes’, y edita la “Aspiración teosófica” en
Düsseldorf como su órgano para Alemania y Austria. Sobre Steiner, quien a su Teosofía la
denominó ‘Antroposofía ‘después de su apostasía , se lamentaban últimamente en su
entorno que se estaba volviendo estéril, que no tenía más nuevas ‘visiones’ y exponía nada
más que siempre lo mismo; que posiblemente se arrojaría sobre algo nuevo” y así
sucesivamente. Con esto se prepara el próximo artículo, que entonces de la misma manera
sesuda trata sobre la trimembración social. Ustedes ven, por cuál espíritu de la verdad está
sustentado este jesuita. Un jesuita no sostiene meramente su propia opinión, sino la opinión
de la Iglesia Católica. Por eso, lo que dice ha de ser remitido a la Iglesia Católica. Estas cosas
tienen que ser juzgadas hoy también desde el punto de vista moral. Desde el punto de vista
moral hay que preguntar si alguien, que tiene este tipo de relación con la verdad como este
hombre - que de todas formas por las circunstancias actuales entra sumamente en
consideración para una determinada Sociedad religiosa aquí en la Tierra - si es que puede ser
tomado en consideración por el auténtico espíritu de la humanidad. Mientras que no se

4
El jesuita Zimmermann: Otto Zimmermann polemizó durante años contra Rudolf Steiner y la antroposofía en las revistas
católicas “Voces de María Laach” y “Voces de la época” .
Con respecto al decreto del 18 de julio 1919: la cuestión presentada ante la Congregación del Santo Oficio del 18 de julio 1919
decía: “Si las enseñanzas, que hoy se denominan enseñanzas teosóficas, se dejan aunar con la enseñanza católica, y si en ese caso
esté permitido asociarse a sociedades teosóficas, asistir a sus reuniones, leer sus libros, revistas, diarios, escritos (libros,
efemérides, diaria, scripta)” . La respuesta fue: “No en todos los puntos” - Negative in ómnibus (Acta Apostolica Sedis 11, 1919,
317). Ver “La condena eclesiástica de la Teosofía” en “Voces de la época”, Revista Mensual Católica para la Vida Espiritual del
Presente, Freiburg i.Br. , tomo 98, año 50, cuaderno 2, nov. 1919, pág 150.
Otto Zimmermann y otros religiosos católicos extendieron entonces dicha resolución también a los escritos antroposóficos.
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contemplen con la debida severidad las cuestiones de esta índole, no se llegará a la correcta
contemplación del Silvestre cósmico, del Año Viejo cósmico. Pero hoy es necesario que
nosotros lleguemos a esta correcta contemplación del Año Viejo cósmico. Es necesario que a
esta así llamada compasión - que lamentablemente a menudo proviene de orígenes egoístas -
la extendamos a las grandes relaciones de la humanidad y sintamos aquella compasión
humanitaria que nos impulse a hacer fructífero para la evolución de la humanidad un
movimiento espiritual como el nuestro. ¡Quieran ustedes, mis queridos amigos sentir
precisamente en este día, que es el Espíritu mismo del Mundo el que desde hace décadas
quiere entrar; quieran ustedes sentir en la noche de hoy, que aquí se quiere servir a este
Espíritu que quiere entrar en la humanidad; quieran ustedes sentir que aquí se quiere servir a
este Espíritu de tal manera que las almas, que ahí sienten y piensan con esta ciencia espiritual
orientada antroposóficamente, sienten su unión con el nuevo Espíritu que quiere entrar en el
mundo, que sólo él puede traer al mundo terrenal que se está destruyendo el nuevo impulso
de edificación que actúa desde el cielo!
¡Quieran ustedes en esta hora, que siempre es simbólica en cada año, porque en cierto modo
nos exhorta a sentirla como la hora divisoria entre el pasado y el futuro, quieran ustedes en
esta hora unir sus almas con el nuevo Espíritu; quieran ustedes en el alma sentir el contacto
del año transcurrido con el año venidero de tal manera que ahí se están tocando el año
cósmico transcurrido con el año cósmico que despunta!

El año cósmico transcurrido todavía seguirá enviando sus repercusiones en el futuro; serán
fuerzas destructivas espirituales y jurídicas y económicas. Tanto más será necesario que el
mayor número posible de seres humanos sean tomados en lo más profundo de sus almas por
el Año Nuevo del futuro espiritual y desarrollen una voluntad que puede ser el fundamento
para un construir de un nuevo mundo espiritual en el futuro de la evolución de la humanidad.
No aquellos se ocuparán por el futuro de la humanidad que quieren exterminar el interés
religioso, que quieren eliminar la vivencia religiosa, sino pura y exclusivamente aquellos que
trasvén cómo por nuestra era intelectualista se ha ido apagando el antiguo interés religioso, se
ha paralizado la antigua vida religiosa, cómo un nuevo vivenciar religioso tiene que brotar en la
humanidad, para que los seres humanos puedan llevar al cosmos nuevos gérmenes de una
existencia futura.

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