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Despertar Despertar

Al despertar sentí raros mis pies. Los revisé, no parecía haber nada anómalo. Intenté ponerme los zapatos, no entraron. Al despertar sentí raros mis pies. Los revisé, no parecía haber nada anómalo. Intenté ponerme los zapatos, no entraron.
Traté dos veces más. No hubo manera. Quizás mis zapatos habían encogido. La humedad. Traté dos veces más. No hubo manera. Quizás mis zapatos habían encogido. La humedad.
No bajé al desayuno y me quedé a dormitar. Apenas llevaba quince minutos con los ojos cerrados cuando me sacudió un No bajé al desayuno y me quedé a dormitar. Apenas llevaba quince minutos con los ojos cerrados cuando me sacudió un
pinchazo en los talones. Me senté sobre el catre y tomé mi pie derecho para inspeccionarlo. Escuché un leve crujido. Me pinchazo en los talones. Me senté sobre el catre y tomé mi pie derecho para inspeccionarlo. Escuché un leve crujido. Me
agaché para oír mejor. El ruido provenía del empeine, ruido como el de una maceta de barro cuarteándose. Levanté mi agaché para oír mejor. El ruido provenía del empeine, ruido como el de una maceta de barro cuarteándose. Levanté mi
otro pie. Igual, un chirrido constante, apenas perceptible. La humedad, pensé de nuevo. otro pie. Igual, un chirrido constante, apenas perceptible. La humedad, pensé de nuevo.
Se acercaba la primera ronda del almuerzo y ya el hambre me atenazaba. Como bajar descalzo no era opción, me amarré Se acercaba la primera ronda del almuerzo y ya el hambre me atenazaba. Como bajar descalzo no era opción, me amarré
los zapatos a las plantas de los pies y así recorrí los pasillos. En el comedor le pedí a un colega ayuda para servirme. Hizo los zapatos a las plantas de los pies y así recorrí los pasillos. En el comedor le pedí a un colega ayuda para servirme. Hizo
fila y me trajo la sopa y el guisado. Mientras comía, dos fijaron su mirada en mis pies. “¿Qué te pasó?”, me preguntó uno fila y me trajo la sopa y el guisado. Mientras comía, dos fijaron su mirada en mis pies. “¿Qué te pasó?”, me preguntó uno
de ellos. Volteé a verlos. Habían cambiado de color y se notaban unas leves protuberancias. “¿Pie de atleta?” Sonreí de ellos. Volteé a verlos. Habían cambiado de color y se notaban unas leves protuberancias. “¿Pie de atleta?” Sonreí
de nuevo. Al terminar iría al dispensario a consulta. de nuevo. Al terminar iría al dispensario a consulta.

No le di importancia. Terminé de comer y al levantarme sufrí un dolor agudo. Volví la vista a mis pies. De entre los dedos No le di importancia. Terminé de comer y al levantarme sufrí un dolor agudo. Volví la vista a mis pies. De entre los dedos
emergían pequeños tubérculos, y unos tallos crecían en el empeine. La humedad, pensé, o una variedad agresiva de emergían pequeños tubérculos, y unos tallos crecían en el empeine. La humedad, pensé, o una variedad agresiva de
esporas. esporas.
Era largo el trayecto a la enfermería y las punzadas me impidieron llegar. Un par de custodios me ayudaron a subir a mi Era largo el trayecto a la enfermería y las punzadas me impidieron llegar. Un par de custodios me ayudaron a subir a mi
celda. Me recostaron en la cama y prometieron mandar a un médico a revisarme. Uno de los compañeros me dio una celda. Me recostaron en la cama y prometieron mandar a un médico a revisarme. Uno de los compañeros me dio una
viejísima aspirina, ya casi hecha polvo dentro de su envoltura. Aminoró el dolor y logré dormir una siesta. viejísima aspirina, ya casi hecha polvo dentro de su envoltura. Aminoró el dolor y logré dormir una siesta.

Al despertar, descubrí más brotes en mi cuerpo. En el dorso de la mano, en los hombros, en los muslos. ¿Qué extraña Al despertar, descubrí más brotes en mi cuerpo. En el dorso de la mano, en los hombros, en los muslos. ¿Qué extraña
enfermedad era esa? Los tallos en el empeine habían crecido y ahora poseían la forma de ramas. Los tubérculos diminutos enfermedad era esa? Los tallos en el empeine habían crecido y ahora poseían la forma de ramas. Los tubérculos diminutos
se habían convertido en raíces. Era imperativa una exploración clínica. se habían convertido en raíces. Era imperativa una exploración clínica.

Intenté ponerme de pie. Los rizomas en la planta de los pies me hicieron perder el equilibrio. A gatas recorrí el pasillo y Intenté ponerme de pie. Los rizomas en la planta de los pies me hicieron perder el equilibrio. A gatas recorrí el pasillo y
bajé las escaleras a trompicones. Salí al patio rumbo al dispensario. Lloviznaba. Nadie a la vista para socorrerme. bajé las escaleras a trompicones. Salí al patio rumbo al dispensario. Lloviznaba. Nadie a la vista para socorrerme.

Avancé reptando entre los charcos. A mitad del patio me detuve. Los minúsculos retoños en mis brazos se habían Avancé reptando entre los charcos. A mitad del patio me detuve. Los minúsculos retoños en mis brazos se habían
transformado en follaje. Una textura marrón y áspera invadía mi torso. ¿Había comido semillas de una planta agresiva? transformado en follaje. Una textura marrón y áspera invadía mi torso. ¿Había comido semillas de una planta agresiva?
¿Un hongo me atacaba? La lluvia arreció. Entre la fronda de mis brazos, apenas distinguí el camino a la enfermería. ¿Un hongo me atacaba? La lluvia arreció. Entre la fronda de mis brazos, apenas distinguí el camino a la enfermería.

Debían atenderme. Con seguridad los médicos podarían el ramaje hasta eliminar la invasión arbórea. Intenté serpentear Debían atenderme. Con seguridad los médicos podarían el ramaje hasta eliminar la invasión arbórea. Intenté serpentear
entre el asfalto, pero mi cuerpo me desvió hacia el único pedazo ajardinado de la prisión. Al mero contacto, las raíces en entre el asfalto, pero mi cuerpo me desvió hacia el único pedazo ajardinado de la prisión. Al mero contacto, las raíces en
las plantas de mis pies se hundieron en el fango. Quise pedir auxilio, solo emití gemidos apagados. De mi lengua surgieron las plantas de mis pies se hundieron en el fango. Quise pedir auxilio, solo emití gemidos apagados. De mi lengua surgieron
brozas. brozas.

Alrededor de mis ojos crecieron apéndices rugosos. Quedé clavado en el lodo. Pasaron junto a mí tres conocidos. Trotaban Alrededor de mis ojos crecieron apéndices rugosos. Quedé clavado en el lodo. Pasaron junto a mí tres conocidos. Trotaban
para evitar empaparse. Quise estirar mi mano para detenerlos, implorar su ayuda. Nada. Mi voluntad se había anulado. para evitar empaparse. Quise estirar mi mano para detenerlos, implorar su ayuda. Nada. Mi voluntad se había anulado.

Desde dentro de mí un tronco comenzó a expandirse. Alcancé a ver corteza, musgo. Cuando terminó de llover la Desde dentro de mí un tronco comenzó a expandirse. Alcancé a ver corteza, musgo. Cuando terminó de llover la
alteración vegetal se había completado. Me convertí en un árbol. No pude pronunciar palabra, mas no era un ser silente. alteración vegetal se había completado. Me convertí en un árbol. No pude pronunciar palabra, mas no era un ser silente.

Mi expresión había mutado a otro lenguaje. Con la brisa mis hojas comunicaban ideas, sentimientos, emociones y un Mi expresión había mutado a otro lenguaje. Con la brisa mis hojas comunicaban ideas, sentimientos, emociones y un
afónico pedido de auxilio. afónico pedido de auxilio.
Al no responder al pase de lista, los custodios activaron las alarmas. Por altavoces exigieron mi inmediata presencia. Los Al no responder al pase de lista, los custodios activaron las alarmas. Por altavoces exigieron mi inmediata presencia. Los
pastores belgas ladraron al soltarlos. Se encendieron las luces seguidoras. Inútiles medidas. Deseé aclararles mi nuevo pastores belgas ladraron al soltarlos. Se encendieron las luces seguidoras. Inútiles medidas. Deseé aclararles mi nuevo
estado, convencerlos de cuán en balde perseguían a un fugitivo. Continuaron con su búsqueda frenética. Desde mi silencio estado, convencerlos de cuán en balde perseguían a un fugitivo. Continuaron con su búsqueda frenética. Desde mi silencio
arborescente los observé. Son curiosos los seres humanos. Una especie predecible, histérica. Corrían de un lado arborescente los observé. Son curiosos los seres humanos. Una especie predecible, histérica. Corrían de un lado
a otro sin voltear una sola vez en mi dirección. Si lo hubieran hecho, se cuestionarían la súbita aparición de un nuevo a otro sin voltear una sola vez en mi dirección. Si lo hubieran hecho, se cuestionarían la súbita aparición de un nuevo
árbol. Y si se acercaran quizás podrían escuchar el sordo rumor de mi idioma vegetal. Me reconocerían y reirían por su árbol. Y si se acercaran quizás podrían escuchar el sordo rumor de mi idioma vegetal. Me reconocerían y reirían por su
error. Llamarían a especialistas, quienes me auscultarían para determinar la causa de mi transformación y me dosificarían error. Llamarían a especialistas, quienes me auscultarían para determinar la causa de mi transformación y me dosificarían
medicinas para revertir el proceso y que volviera a ser yo. Siguieron de largo. medicinas para revertir el proceso y que volviera a ser yo. Siguieron de largo.

A pesar de mi condición, no negué mi naturaleza asesina. Mis raíces crecieron y con lentitud estrangularon las de los A pesar de mi condición, no negué mi naturaleza asesina. Mis raíces crecieron y con lentitud estrangularon las de los
árboles vecinos. Pronto vencí y quedaron junto a mí sus restos marchitos. Me elevé frondoso, sin rival que me arrebatara árboles vecinos. Pronto vencí y quedaron junto a mí sus restos marchitos. Me elevé frondoso, sin rival que me arrebatara
oxígeno, agua, minerales. oxígeno, agua, minerales.
Llevo años en este estado. Con cada temporada cambio. En verano mi follaje es tupido e impenetrable, de un verde Llevo años en este estado. Con cada temporada cambio. En verano mi follaje es tupido e impenetrable, de un verde
enceguecedor. En otoño mis ramas quedan expuestas y frágiles, y bajo mi tronco revolotea la hojarasca. Perdí la enceguecedor. En otoño mis ramas quedan expuestas y frágiles, y bajo mi tronco revolotea la hojarasca. Perdí la
esperanza de reconvertirme en humano. No lo deseo más. ¿Para qué volver al barullo de los hombres? Hay en nosotros, esperanza de reconvertirme en humano. No lo deseo más. ¿Para qué volver al barullo de los hombres? Hay en nosotros,
los árboles, una quietud envidiable. Un día llegará un invierno brutal y me secaré por siempre. Quebradizo y mudo, seré los árboles, una quietud envidiable. Un día llegará un invierno brutal y me secaré por siempre. Quebradizo y mudo, seré
usado como leña y ahí, en el fuego, renaceré. usado como leña y ahí, en el fuego, renaceré.

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