Está en la página 1de 4

primera escena: la doctora cuando era enfermera

set: el mismo de todas la escenas


vestuario: doctora ramona- peluca negra larga con una trenza-gafas de nerd-kit de
bdsm
*master: pantalón, camisa de vestir, bata de doctora, peinado para otras, una versión
tomboy/masculina, correa

- ramona: Buenas tardes, soy Ramona Flowers.


(hablando mientras hacen una toma de mi) Tengo 23 años de edad. Curso el último
año de enfermería en la universidad estatal. Escogí esta profesión porque me gusta
ayudar, me gusta servir a los demás. Ayudarlos a sentirse mejor y estén satisfechos
con los resultados de la evolución de su salud en general.

- doctora MASTER: Así que te gusta servir. Perfecto, srta Flowers busqueme en el
consultorio 13 después de su turno. Todos dicen que quieren servir y mejorar vidas,
pocos entienden realmente qué es el servicio. Veremos si de verdad tiene la vocación
del servicio. - Me decía la doctora mirándome fijamente con severidad.
(dialogo hablado en mi mente) Me hacía sentir intimidada, expuesta, desnuda ante la
intensidad oscura de sus ojos café. Mis piernas se tensaron y en mi entrepierna
comenzó a palpitar mi vientre.

- Dije algo malo Doctora? - dije con voz de niña regañada mientras bajaba la mirada,
juntaba mis tensos muslos y mis manos cerradas se aprietan.

- doctora master: Buscame después de terminar su turno Srta. Flowers.

Había llegado hace 30 min y la doctora me tenía arrodillada frente a ella. Con las manos
atadas por unas pulseras con cadenas que había sacado de la biblioteca. Tenía las bolas
china en el interior mientras ella jugaba a su criterio con mi lovense, haciendo vibrar en
diferentes niveles. haciendo que mi vientre se contraiga y me moje tanto que llegaba al suelo
mis fluidos vaginales.

Sin previo aviso sentí unos tacones en mi espalda haciendo que mi pecho quedara contra el
suelo. Sentí sus pies separando mis piernas y levantando mis caderas. Tenía expuesto mis
orificios hacia ella. Sentía como el líquido bajaba entre mis piernas.

- Al parecer tienes ciertas aptitudes para el servicio Srta. Flower

Su voz produce un estremecimiento en mi ser. Nunca había estado con una mujer y no me
imaginé jamás estar así con una. Me sentía excitada. Mi respiración estaba agitada y mis
mejillas ardían tanto como mi coño humedecido.
- Por favor, no. No sé qué está haciendo pero no. Yo no sé… - Mi frase se ve
interrumpida por un zaz en el aire acompañado del sonido de algo contra mis nalgas
dejándome una sensación de ardor y picor. Pero qué está pasando? porque me
golpea? y lo más importante, ¿por qué me excita? Zaz Otro azote en la misma zona,
haciendo que el ardor sea más intenso y más excitante

- No? ¿Te atreves a decirme que no Srta Flower?

Negué con la cabeza y de nuevo otro azote, esta vez en mi otra nalga. Sentía como ardía.
Sentía como se calentaba la zona. Sé que sentí algo duro rozando mi clítoris. Era duro pero
flexible, parecía tener cierta textura. Trate de mirar hacia atrás para mirar que era. Justo
cuando mire hacia atras senti un golpe seco y ardiente en mi sexo (azote en la cocorochis).
¡Me había golpeado en mi clítoris! El choque no tardó en llegar a mi cerebro haciendo que
liberara un gemido de dolor y placer. Sentía el cuadro del cuero de nuevo en mi clítoris para
ser seguido de otros dos azotes.

- Eres una pequeña perra, te gustan los azotes, el dolor, la humillación, el ser follada
bestialmente. - Su voz pausada e intimidante llena con la más lasciva intención de
convertirme en su mascota sexual. - En mis manos descubrirás tus placeres más
perversos.

Me sentía culpable por sentir tal placer. No era correcto sentir esto. No es correcto disfrutar
de ser tratada así.. como una cosa.

Me había puesto boca arriba. Mis manos y pies estaban atados a cada esquina de la mesa.
Era imposible moverme. Tenía mordaza en la boca. Va a un estand y se coloca unos guantes
quirúrgicos, su forma de introducir sus dedos, sus manos eran tan amenazantes como
cautivadoras. En cada mano hacía que el látex sonará contra su piel.

- Haremos un pequeño tacto para examinar su zona vaginal srta Flowers.

Su voz maliciosa acompañada por sus dedos entre mis labios vaginales fueron una mezcla de
miedo y excitación. Comencé a sentir como sus dedos entraban y salían de mi haciendo que
mi vientre se contrajera. Siento como ingresa más dedos… quizás tres y extrae de mi útero
las bolas china acompañado por un gemido de placer culposo. No podía más que respirar
agitada tratando de mantener al margen el mar de sensaciones en mi cuerpo. Ella
continuaba masturbandome, introduciendo sus dedos con firmeza y a velocidades desiguales.
Mis gemidos salian sin que pudiera controlarlo. Sentía como mis senos rebotaban tras cada
embestida de sus dedos a mi útero. Ella tomó uno de mis pezones y lo apretó mientras
continuaba penetrando haciendo que el dolor fuera causa de la adrenalina en mi. Sus dedos
en el interior se movían hacia arriba y abajo, masajeando mi interior. Una ola de calor
invade mi cuerpo, casi no puedo razonar, ella sigue, no puedo resistirlo, sus dedos cada vez
me penetran con mas fuerza y agilidad… estoy llegando a mi limite. (se escucha un
chapoteo) la doctora saco sus dedos
Frase de dominante

(Me pone una venda en los ojos)

*escucho un vibrador* y pum me lo introduce por completo

Cerca al escritorio había una máquina sujetando un dildo de apariencia extraña. Escucho
como ella lo lleva al extremo de mis piernas. Siento algo en mi coño entrando forzado.

Era vertiginoso el abismo oscura hacia mi más oscura fantasía, mi ser más lasciva aparece
y da rienda suelta a aquella mujer dispuesta a servir por y para el placer de quien tuviera la
gentileza de mostrarme el camino hedonista.

Hubo un pequeño silencio que trajo mi mente de nuevo a la realidad. Estaba sentada en el
despacho de la doctora más prestigiosa de la ciudad. Mi oficina es: un escritorio de cedro
con algunas utilidades de oficina, una figura del cerebro humano. Me cuelga un
estetoscopio a través del cuello de la bata blanca. Entre mis piernas se encontraba una
pasante de enfermeria haciendome sexo oral.
lista de compras
*medias negras,

También podría gustarte