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hace 3 meses
Maurizio Gucci
En la entrada anterior os hemos hablado de la apasionante biografía de Guccio Gucci y de cómo este
gran diseñador llegó a crear la famosa casa de moda italiana que alcanzó la cúspide de la moda con su
doble GG entrelazada.
Como ya adelantamos en aquella entrada, Guccio tuvo seis hijos. Y uno de los más conocidos fue
Rodolfo, quien, junto con sus dos hermanos Aldo y Vasco Gucci, gestionaron la empresa familiar tras la
muerte de su padre. Pero, cuando también falleció Rodolfo, que poseía ni más ni menos que el
cincuenta por ciento de la compañía, su parte fue heredada por su único hijo: Maurizio Gucci.
Maurizio Gucci fue el hijo de Rodolfo Gucci y nieto del fundador de la firma de lujo Gucci, Guccio Gucci.
Nacido en Florencia el 26 de septiembre de 1948, Maurizio destaca por su misteriosa e impactante
historia. Desde su paso por la compañía de su abuelo como uno de los grandes accionistas principales,
pasando por la dirección de la casa de moda, y hasta su trágico asesinato a la corta edad de 46 años.
Como heredero de uno de los imperios de la moda más importantes del mundo, Maurizio Gucci fue uno
de los personajes más destacados y sonados durante su paso por la empresa familiar.
Tras la muerte de Rodolfo Gucci en el año 1983, siendo este en aquel momento uno de los accionistas
principales de la compañía fundada por su padre, Maurizio Gucci, primogénito de Rodolfo, pasa a
heredar todas las acciones y cargos que tenía su padre en la compañía.
De este modo, Maurizio se convierte en la mitad del corazón de la casa Gucci. Mientras que, la otra
mitad de las acciones, correspondían a Aldo Gucci, hermano de Rodolfo y tío de Maurizio, quien,
además, repartió su cincuenta por ciento entre sus tres hijos. Entre ellos, se encontraba Paolo (primo de
Maurizio), conocido como uno de los más creativos de su generación y que reclamaba su independencia
de la compañía con una firma propia.
Aldo Gucci
A raíz de esta situación, y como era predecible, no tardaron mucho en comenzar las disputas familiares –
que no eran las primeras – por el mando y la dirección de la compañía. Aldo y Maurizio tenían
discusiones por la gestión de la firma, mientras que Paolo, descontento con las reiteradas negativas de
su padre a su petición de independizarse de la empresa, buscaba trapos sucios para acabar con su
mandato.
Durante el transcurso de estas disputas familiares (e incluso con anterioridad a la muerte de Rodolfo
Gucci) Maurizio conoció a Patrizia Reggiani, mujer con la que se terminó casando.
Patrizia Reggiani era hija de un magnate del transporte y, desde pequeña, se había mostrado propensa
al poder y al escándalo. De hecho, a Rodolfo nunca le hizo demasiada gracia que su hijo fuese pareja de
esta joven. Sin embargo, Maurizio nunca hizo caso de este desencanto que su padre tenía hacia su
novia, lo cual acabó lamentado unos años después, pero no nos adelantemos.
Imagen de Maurizio y Patrizia.
Patrizia era una mujer con porte y mucho carácter que arrasaba por allí por donde pasaba, pero no
siempre había sido así. La que fue mujer de Maurizio Gucci tuvo una infancia difícil y pobre. Sin
embargo, cuando se trasladó a vivir a Milán, el lujo y la excepcionalidad se hicieron eco de su
personalidad. De hecho, fue en una de las fiestas de la casta italiana donde conoció a Maurizio Gucci.
En aquel momento, Maurizio y Patrizia eran una de las parejas más codiciadas de la élite italiana, aun
con toda la familia Gucci en contra de su relación.
En 1973 la pareja decide casarse y esto provoca una fuerte discusión entre Maurizio y su padre Rodolfo,
que vivió para ver el inicio del matrimonio, pero no el final.
Quizás no era de extrañar el rechazo que Rodolfo Gucci en su día sintió por Patrizia, puesto que ella, que
estaba al tanto de las disputas familiares por la dirección de la compañía tras la muerte del padre de su
marido, fue la primera en insistir a Maurizio para que luchase por la presidencia de Gucci. Y, tal y como
estaba el ambiente en aquellos momentos, no le resultó difícil convencerlo.
Tanto fue así, que Maurizio finalmente inició una batalla legal contra su tío Aldo Gucci. ¿El objetivo?
Apartar a sus socios y encargarse él mismo de la casa Gucci. Lo que en este caso Aldo no sabía era que,
su propio hijo, Paolo, también le traicionaría.
Ya hemos comentado que Paolo era uno de los Gucci más creativo – a la par que problemático – y no
fueron pocas las veces que le hizo saber a su padre, Aldo, que quería independizarse de la compañía
para fundar la suya propia. Sin embargo, la respuesta era una negativa constante, lo que a la larga puso
muy furioso a Paolo.
Mientras esto ocurría, paralelamente también continuaban las disputas y discusiones familiares entre
Aldo y su sobrino, Maurizio, por la dirección de la casa de moda. Desde luego, las relaciones entre la
familia pendían de un hilo, y el reciente matrimonio entre Maurizio y Patricia, no ayudaba.
Y es que fueron precisamente aquellos documentos los que consiguieron condenar a Aldo Gucci por
evasión de impuestos finalmente en el año 1986 con una pena de prisión, a sus 81 años. Esto fue lo que
llevó a Maurizio a la presidencia de Gucci.
Tan solo un año antes de que Maurizio alcanzase la presidencia de Gucci, en 1985, el famoso de los
Gucci decide dejar a la que en aquel momento era su mujer, Patrizia Reggiani, tras doce años de
matrimonio. El italiano había conocido a otra mujer, Paola Franchi.
Esta separación fue carne de cañón para la prensa, las noticias se volvieron locas y Patrizia, enfurecida,
se fue de la casa que compartía con Maurizio por un viaje de negocios. La italiana no volvió.
Evidentemente la ruptura no le sentó bien a Patrizia, y más cuando Maurizio estaba a punto de
conseguir la presidencia de Gucci. El matrimonio había tenido dos hijas, Allegra y Alessandra.
En fin, renunciar a la comodidad – lo que hoy comúnmente conocemos como salir de la zona de confort
– no resulta una tarea fácil para nadie, pero más difícil se vuelve todavía cuando hablamos de Patrizia.
Una mujer orgullosa y obstinada a la que le encantaba el poder y la excentricidad.
Reggiani se puso muy furiosa con la ruptura, y celosa de la nueva novia por la que Maurizio la había
dejado, y todo empeoró cuando el italiano decidió casarse (por segunda vez) con Paola Franchi.
Se dice incluso que la nueva mujer de Maurizio, Paola, afirmó que Patrizia seguía utilizando el apellido
Gucci, aun cuando ya no estaba con Maurizio:
Ella era la Sra. Gucci y quería mantener este estatus y nombre, incluso cuando estaban divorciados, pero
Maurizio le había pedido más de una vez que no utilizara el apellido Gucci, porque ya ni siquiera tenía el
derecho.
Patrizia era clara con sus intenciones y sentimientos hacia Gucci y no se cortaba en enviar calificativos
muy poco a amables a Maurizio en público. Nunca escondió su odio hacia él, e incluso llegó a manifestar
que estaba buscando a alguien para matar a su marido, sin ningún tapujo, aunque nadie se lo tomó
realmente en serio. La relación, desde luego, no terminó bien.
Cuando Maurizio consiguió la presidencia de Gucci, no todo fue de color de rosa. Las cosas no le fueron
del todo bien dadas las recientes polémicas familiares que venía arrastrando con su tío Aldo, su primo
Paolo, y, ahora, con su futura ex mujer Patrizia.
Por si fuera poco, comenzó a producirse un cambio en la industria de la moda y el street style empezó a
coger fuerza en las pasarelas y en las calles. En 1988, Maurizio vendió el 47,8%de Gucci al fondo de
inversión Baréin Investcorp. Pero ni aún así consiguió salvar la compañía.
Y es que no todos los motivos que hicieron que la casa Gucci se desplomase en aquel momento fueron
ajenos a Maurizio, sino que él también tuvo algo que ver.
Maurizio había mandado construir dos proyectos fuera de su alcance (y del de la casa Gucci en aquel
momento) en las ciudades de Florencia y Milán –invirtió cantidades económicas desorbitadas–, lo que
contribuyó a que la firma de moda llegase a estar en números rojos.
En 1993 Gucci renunció a su puesto de CEO de la firma y vendió el resto de sus acciones nuevamente a
Investcorp, por más de 150 millones de dólares. Tan solo un año después, y con Maurizio fuera de juego,
la llegada de Tom Ford a la firma italiana como director creativo – bajo la dirección de Dawn Mello – hizo
que la casa Gucci volviese a convertirse en un icono de moda de prestigio internacional.
Con Maurizio Gucci fuera de la dirección de la casa Gucci, lo lógico sería pensar que su vida a partir de
aquel momento sería más tranquila o, al menos, no tan ajetreada. Sin embargo, no fue así.
La mañana del 27 de marzo de 1995 a las 08.30 horas de la mañana, cuando Maurizio se dirigía a su
puesto de trabajo situado en las oficinas del número 20 de la calle Vía Palestro en el centro de Milán, el
italiano fue brutalmente asesinado. Cuatro disparos – tres en la espalda y uno en la sien – acabaron con
su vida a las puertas de su trabajo.
Los médicos trasladan el cuerpo sin vida de Maurizio Gucci ante la mirada de periodistas, fotógrafos y
ciudadanos italianos.
Italia amanecía desolada y conmocionada por el asesinato del nieto de Gucci.
El portero del edificio, Giuseppe Onorato, que recibió también dos disparos en un brazo, fue testigo de
cómo acabaron con la vida de Maurizio Gucci. Y, aunque trató de hacer lo posible para que el nieto del
diseñador sobreviviera, aquello ya no era factible. El último de los disparos que recibió en la sien hizo
que Maurizio se desplomase en el hall del edificio sin que ya nada se pudiera hacer por él.
La muerte de Maurizio fue inesperada para todo el mundo, tenía tan solo 46 años y había sido
asesinado. Por ello, se inició una investigación policial. Sorprendentemente – al menos en un principio –
la principal sospechosa del asesinato fue Patrizia Reggiani, la ex mujer de Gucci.
Maurizio acababa de vender la totalidad de sus acciones de la compañía de moda y lujo a la gigante
árabe de inversión por más de 150 millones de dólares, y parece ser que eso no gustó tampoco a
Patrizia. Años luchando junto a Gucci para que el nieto del diseñador consiguiese la presidencia de la
firma, para que ahora renunciase a todas sus acciones y ella no recibiese ni un solo dólar.
Y parece ser, que así fue. En 1997 Patrizia fue arrestada y en 1998 fue declarada culpable de organizar la
muerte de su ex esposo.
El asesino, Benedetto Ceraulo, fue el sicario que contrató la mismísima Patricia Regianni para matar a su
ex marido. Él fue condenado a cadena perpetua, y ella a 26 años de prisión. Actualmente y desde 2014,
Patrizia Regianni se encuentra en libertad.
Resulta sorprendente uno de los muchos testimonios que la ex de Gucci ha concedido a la prensa tras su
salida de prisión, en este caso a la revista The Guardian en una entrevista en el año 2016, en la que a la
pregunta: “¿Por qué contrataste a alguien para matar a tu marido?” La italiana respondió:
My eyesight is not so good. I didn’t want to miss (Mi vista no es tan buena. No quería fallar).
La película está basada (por supuesto en hechos reales) y en el libro The House of Gucci: A Sensational
Story of Murder, Madness, Glamour, and Greed, escrito por Sara Gay Gorden.
El papel de Mauricio será interpretado por Adam Driver y, el de Patrizia, por Lady Gaga. Otros actores
que participarán en la película son Jared Leto, Al Pacino, Jeremy Icons, Jack Huston o Salma Hayek.
Desde luego, una película que no nos podemos perder.
SI QUIERES SABER MÁS SOBRE GUCCI, TE RECOMENDAMOS, ENTRE OTRAS, LAS SIGUIENTES ENTRADAS:
GUCCIO GUCCI.
GUCCI: LA EMPRESA
MAURICIO GUCCI
GUCCI: LA HISTORIA.
Titular: Social Media, Community Manager y redactora (especialidad en marcas & IP)
Master en Marcas, Patentes y Propiedad Intelectual (OBS Business School). Especializada en Social
Media Marketing y Community Management (AdveiSchool). Actualmente es la Social Media Manager y
redactora de la firma de IP GIRÓ MARTÍNEZ.
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Etiquetas: Gucci
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