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¿Qué fue el Pacto por la Democracia?

A un cuarto de siglo de la firma del Pacto por la Democracia que puso fin a
la crisis post electoral originada en el fraude contra el Partido
Revolucionario Dominicano y su candidato presidencial, José Francisco
Peña Gómez, en las elecciones del 16 de mayo de 1994 y que mantuvo al
país al borde de una gran crisis política, se dio paso a una nueva
generación de líderes políticos y se establecieron avances institucionales
como la no reelección presidencial.

Los resultados oficiales del proceso electoral atribuían al candidato


presidencial del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) una victoria
con apenas 20 mil votos por encima de su contendor más cercano, Peña
Gómez, quien alegó que en su contra se cometió un “fraude colosal”, ya
que a su entender se afectaron los votos de 45 mil electores.

Los fraudes e irregularidades fueron detectados por la llamada Comisión


de Verificación, designada para investigar la denuncia. Fue presidida por
Julio Brea Franco, entonces director de Elecciones; Rafael Toribio, rector
del Instituto Tecnológico de Santo Domingo y Francisco L. García Olivo,
subdirector del Registro Electoral, de la Junta Central Electoral.
Las “irregularidades, vicios y anomalías” en las elecciones fueron de tal
magnitud que la Junta Electoral del Distrito Nacional, presidida por Octavio
Amiama Castro, anuló las votaciones en los niveles Presidencial,
Congresional y Municipal el 22 de julio.

El entonces cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez calificó el anuncio


de anulación de las elecciones en la capital dominicana como “extraño”. El
PRD en el boletín número 17 del 22 de junio, otorgaba 34, 395 votos de
ventaja sobre los demás partidos.
La crisis política se prolongó por varios meses y mantuvo al país a borde
de una guerra civil. Pese a ello, el doctor Joaquín Balaguer fue proclamado
por la Junta Central Electoral como ganador de los comicios el 2 de agosto
de 1994 con una ventaja de 20 mil sufragios sobre su contendor más
cercado, el Acuerdo de Santo Domingo, una coalición de partidos
encabezada por el PRD.

En medio de la crisis una comisión de mediadores, presidida por el


embajador de Canadá, John Grahan, quien fungió como jefe de los
observadores electorales de la Organización de Estados Americanos
(OEA), e integrada por monseñor Agripino Núñez Collado y otros, tendió
un puente de plata para facilitar un acercamiento entre Balaguer y Peña
Gómez.

Fruto de la mediación

Como resultado de la mediación de la comisión se produjo un acuerdo


entre Balaguer y Peña Gómez, que puso fin a la crisis política. A tal efecto
el líder del perredeísmo envió una misiva al candidato reformista en la que
decía que “una crisis política es para la sociedad como un dolencia de un
enfermo que reclama una operación de emergencia”.

En su carta, de fecha 9 de agosto de 1994, propuso una reforma política


para la cual se incluía la convocatoria de la Asamblea Nacional antes del
16 de agosto del 1994 para prohibir la reelección presidencial y
congresional consecutivas y la abreviación del próximo periodo de
gobierno a un año y la celebración de elecciones en 1995.

Además, la designación de una nueva Junta Central Electoral y la


destitución y enjuiciamiento de todos los funcionarios que permitieron la
cedulación irregular de miles de ciudadanos y la falsificación del padrón
electoral. “Solo procediendo así, estaremos en condiciones de
salvaguardar la confianza de los dominicanos en el sistema democrático y
evitar que las presentes y futura generaciones se vean precisadas a
buscar el poder por vías distintas a las establecidas por la soberanía
nacional”, dijo Peña Gómez en la carta.

En dos oportunidades se reunieron Balaguer y Peña Gómez para buscar


una salida a la crisis en la Biblioteca Dominicana, ubicada en la calle
Doctor Delgado, próxima al Palacio Nacional. El primer encuentro lo
celebraron con la mediación de Grahan y Núñez Collado, y el segundo
solo con la presencia de ambos líderes.

Producto del avenimiento entre Peña Gómez y Balaguer, este envió al


Congreso Nacional un proyecto de convocatoria de la Asamblea Revisora
de la Constitución para establecer la reforma política que pusiera fin a la
crisis. El proyecto fue consensuado entre el entonces consultor jurídico del
Poder Ejecutivo, Pedro Romero Confesor, y los juristas Enmanuel Esquea
Guerrero y Milton Ray Guevara, quienes fungieron como representantes
de Peña Gómez.

La firma del Pacto se llevó a cabo en el Palacio Nacional las 10:00 de la


mañana con la presencia de Joaquín Balaguer, Peña Gómez, monseñor
Nicolás de Jesús López Rodríguez, el embajador John Grahan, el
secretario general del Partido de la Liberación Dominicana, Lidio Cadet,
monseñor Nicolás de Jesús López Rodriguez, quien firmaron el mismo.

La reforma constitucional fue aprobada el 10 de agosto del 1994 con dos


modificaciones que no fueron aprobadas en las discusiones del Palacio
Nacional como creación de colegios electorales cerrados y la doble vuelta.

Además, la nueva reforma estableció eliminar la pérdida de la nacionalidad


dominicana por la adquisición de otra, crear el Consejo Nacional de la
Magistratura, reducir la duración del período constitucional que se inicia el
16 de agosto de 1994 para que terminara el 27 de febrero de 1996.

Los frutos

El Pacto por la Democracia abrió paso a una nueva institucionalidad en el


país, con la conformación del Consejo Nacional de la Magistratura, que
Milton Ray Guevara, actual presidente del Tribunal Constitucional, calificó
como una “verdadera novedad en el mundo constitucional dominicano”.

Otro hito que marcó fue el establecimiento de la no reelección, un reclamo


de los sectores democráticos que atribuyen a la misma el origen de
muchos males políticos el país.

El Pacto por la Democracia facilitó la emergencia de un nuevo liderazgo en


el país, propiciando la salida de la escena de Juan Bosch y Balaguer y
emergiendo líderes como Leonel Fernández, Danilo Medina, Hipólito
Mejía, entre otros.

¿Qué fue Operación Limpieza?

Mientras los políticos de la Casa Blanca soñaban con una rápida solución diplomática
al conflicto bélico dominicano de abril de 1965, las autoridades locales daban apoyo
moral y probablemente logístico a las tropas del Gobierno de Reconstrucción Nacional
(GRN) para emprender la operación limpieza en la zona Norte de la Capital.
El GRN, presidido por el general Antonio Imbert Barreras, inició su gestión tras ser
juramentado el 7 de mayo de 1965, pero la vida económica en la zona Norte había
llegado a un punto muerto ya que las fábricas cerraron.
Disturbios por los alimentos no tardaron en estallar. Era una situación preocupante para
el GRN, que consideraba que era intolerable y que había que tratar con rapidez para
evitar un caos mayor.
Sobre la base de sus propias observaciones la Comisión de la OEA que se encontraba
en el país preparó un sombrío informe en el que no albergaba muchas esperanzas de
una solución política a la crisis.
El 10 de mayo, las fuerzas rebeldes arreciaron el ataque a las tropas del GRN
estacionadas en la sede de Transporte del Ejército Nacional, ubicada en lo que hoy el
residencial Ortega y Gasset, del ensanche La Fe.
Ante el avance rebelde, el 13 de mayo, el comandante militar de las tropas de Estados
unidos en el país, general James Palmer y el embajador William Taplay Bennett
recomendaron al Departamento de Estado una acción militar unilateral de EE.UU. para
restaurar el orden en el Norte.
La operación se llevaría a cabo en tres fases. Fase I implicaría la ampliación del cordón
de seguridad en una operación que se apoderaría de Radio Santo Domingo. La fase II
implicaría ampliar este cordón hacia el norte hasta la avenida San Martín, que serviría
como la línea de partida para la Fase III, un barrido del norte hasta el río Isabela.
De acuerdo al plan, durante la última fase las fuerzas rebeldes serían capturadas o
destruidas, y así se aseguraría el complejo industrial dominado por las fuerzas
constitucionalistas.
El plan no fue bien recibido en la Casa Blanca, quienes a diferencia de los funcionarios
de Estados Unidos en la escena local abogaban por una solución diplomática al
conflicto dominicano.
Pero por lo delicado de la situación en la zona en que estaba enclavada la actividad
económica de la Capital, una gran confrontación militar con los rebeldes, que sería
iniciada por las fuerzas de EEUU o las tropas del GNR, o los dos juntas, parecían cosa
de cuestión de horas.
La oposición de los políticos de Washington para extender la confrontación era vista
por los funcionarios estadounidenses locales como otro ejemplo de la interferencia de
esas autoridades que carecían de una apreciación profunda de la complejidad de la
“visión local”.
El 15 de mayo, el mismo día en que Imbert monta una ofensiva masiva contra los
rebeldes en el Norte, denominada Operación Limpieza, llega al país una comisión
enviada por el presidente Lyndon B. Jonson, presidida por su consejero de Seguridad
Nacional, McGeorge Bundy.
La mayoría de los funcionarios y oficiales militares de Estados Unidos en Santo
Domingo sabían de la inminencia de ataque y le dieron su bendición tácita.
Las acusaciones de que las tropas estadounidenses en realidad ayudaron en la
operación, ya sea activa o por permitir que las tropas del GNR cruzar hacia el Norte por
el cordón de seguridad nunca fue fundamentada. Al parecer Imbert eludió la zona de
seguridad para el transporte de sus fuerzas hacia el norte.
Contrariamente a las expectativas de los oficiales estadounidenses, la ofensiva de
Imbert resultó con éxito, aunque a un costo muy sangriento en la vida de civiles
rebeldes e inocentes.
Decenas de combatientes cayeron en el Cementerio Nacional, ubicado en la avenida
Tiradentes, hoy Máximo Gómez y miles resultaron heridos. Otros combatientes
sufrieron igual suerte en la cercanía de la fortaleza de Transportación del Ejército.
Bundy consultó a Washington sobre el envío de tropas de Estados Unidos hacia el
norte para establecer una nuevo cordón de seguridad como el que había aislado a los
combatientes de Ciudad Nueva.
Aunque Palmer indicó que esto podría hacerse, se mostró escéptico sobre el envío de
tropas estadounidenses en medio de una situación en la que podrían ser atacados por
los dos lados. Al final resultó que, la planificación para el nuevo corredor no pudo seguir
el ritmo por los avances de las tropas del GNR.

¿Qué fue la Banda Colorá?

El Frente Democrático Anticomunista y Antiterrorista Mejor conocido como La Banda


Colorá, fue Grupo parapolicial al servicio de Joaquín Balaguer, que operó en Santo
Domingo con fama nacional e internacional en los años de la década de 1970.
Fue creada por el ex mayor general Enrique Pérez y Pérez para romper huelgas,
También hacía sus aportes al entrenar el personal de los "servicios de seguridad" que
se encargaría luego de perseguir, reprimir, torturar y desaparecer jóvenes
revolucionarios.
Durante la permanencia de esta banda que fue creada y comandada por el Gral.
Enrique Pérez y Pérez, de 1970 a 1978 perdieron la vida a manos de este grupo;
Tito Monte,
Amin Abel Hasbún
Flavio Suero
Sagrario Elcira Díaz Santiago
Gregorio García Castro
Orlando Martínez,
Amaury Germán Aristy y otros tres compañeros del movimiento Los Palmeros.
Uno de los actos mas bochornosos y repudiado de esta banda fue el asesinato de
cinco jóvenes que residían en el barrio 27 de febrero y pertenecían al club Héctor J.
Díaz. Los cinco jóvenes fueron encontrados torturados y mutilados.
Esto origino que el presidente Joaquín Balaguer para acallar las protestas y aparentar
no estar de acuerdo con los hechos, cambio al jefe de la policía el general Pérez y
Pérez y nombro en su lugar Neit Nivar.
Durante mucho tiempo, esta Banda estuvo también dirigida por Ramón Pérez Martínez
- "MACORIS" y la mano operativa la llevaba el ex teniente PN Oscar Núñez Peña.
Macorís, en una entrevista que le hiciera la periodista Yolanda Martínez, primero pone
en claro que su paso de la izquierda revolucionaria al extremo como cabeza del Frente
Reeleccionista y Anticomunista (en ese tiempo, la “Banda colorada”) fue una respuesta
a los golpes, traiciones y desengaños de compañeros que, tras los conflictos en torno
”al carácter de la revolución” y haberlo dejado prácticamente indefenso y en el aire, en
un momento dado lo buscaban y perseguían por un lado, mientras la Policía lo hacía
por el otro.
Pérez Martínez refiere que la creación del cuestionado grupo no fue obra del gobierno
ni de la jefatura policial, como se vendió, sino de agentes de la embajada de Estados
Unidos en el país con una línea de casería de las principales figuras de la izquierda
dominicana, haciendo énfasis en el agregado político de la época. Dijo que estando
preso en la Policía, el general Nivar lo mandó a buscar y le pidió que incriminara a
Pérez y Pérez en la muerte de los cinco jóvenes del Club Héctor J. Díaz, a lo que se
negó porque sabía que el autor era un oficial hijo del general Álvarez, a quien se le fue
la mano y mató a uno de ellos y luego decidió matar a los otros cuatro. Macorís, que
expresó que “la banda” no tenía estructura militar ni armas, sino “un par de revolvitos” e
integrada por “unos pobres diablos”
El día 29 de julio de 1972, el ex teniente Oscar Núñez Peña se suicida de un disparo en
la cabeza. Se le atribuían varios crímenes y atropellos contra dirigentes de izquierda.
El ingeniero Pérez Martínez, esta vivo aún.
Bibliografía

-https://www.diariolibre.com/actualidad/politica/pacto-por-la-democracia-puso-fin-a-la-
crisis-del-1994-y-facilito-la-emergencia-de-nuevos-lideres-KF13708020
-https://www.facebook.com/historiadominicanaengraficas/posts/603271819871305/
-https://www.facebook.com/historiadominicanaengraficas/posts/635884276610059/

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