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LOS 12 AÑOS DE BALAGUER
LA BANDA COLORA
Para el año 1972, estaba en pleno apogeo «La Banda», una organización de corte
terrorista que se dedicaba a asesinar e implantar el terror contra los enemigos del
gobierno y sembró el miedo diurno y nocturno. Con sus acciones criminales llenó de
pánico a todo el país, situación que debía ser enfrentada.
Para orientar a las masas y hacer comprender a los sectores marginados lo que eran sus
derechos y libertades, por medio de charlas y conferencias, traté de mantener viva las
aspiraciones de los que en nuestro país son los más, aunque nunca han estado
representados en el poder del Estado.
Las charlas y conferencias las dictaba en horas del día y de la noche, ante conocidos y
desconocidos. Nunca me autocensuré para no decir lo que creía sobre el tema que en un
club o sindicato me habían solicitado que abordara.
La tolerancia del gobierno con mis actividades de educación cívica molestaba a los
grupos de poder. Sabía que el gobierno no iba a permitir que por mucho tiempo
continuara con la labor de orientación en forma pública. El día 3 de marzo de 1972 fui
convocado para comparecer ante el Servicio Secreto de la Policía Nacional en la ciudad
capital, donde fui interrogado por el coronel Caonabo Reynoso Rosario, por orden del
jefe del Servicio Secreto de la P. N., Rolando Martínez Fernández.
La charla que, al parecer, rebosó la copa fue una que dicté en Esperanza con el tema
«Los trabajadores en la liberación nacional». En ella precisé, como lo reseñó el
periódico El Sol del 4 de marzo de 1972: Los sectores democráticos y progresistas del
país deben dar su apoyo al movimiento de «liberación nacional» del pueblo dominicano.
El doctor Ramón Antonio Veras habló en el local del sindicato de trabajadores del
ingenio Esperanza, sobre el tema «Los trabajadores en la liberación nacional». Dijo que
no importa su credo político, religioso e ideológico, en la lucha por liberar al pueblo
dominicano deben participar todos los sectores del pueblo. Los dominicanos sensibles y
honestos, aun con diferencias ideológicas, están conscientes en que no se puede permitir
que el extranjero se apodere de las mejores tierras, de las minas, que domine el
comercio, la banca e inclusive que dirija la política nuestra…”
En las elecciones de 1994 el líder reformista Joaquín Balaguer puso de manifiesto nueva
vez su astucia para lograr retorcer la voluntad del electorado y mantenerse en el poder,
aunque en esta oportunidad, que sería la última, su mandato fue reducido a dos años.
En las elecciones de 1994 el líder reformista Joaquín Balaguer puso de manifiesto nueva
vez su astucia para lograr retorcer la voluntad del electorado y mantenerse en el poder,
aunque en esta oportunidad, que sería la última, su mandato fue reducido a dos años.
Era evidente entonces el desgaste del gobierno, encabezado por el líder reformista, de
87 años de edad, ciego y con una disminuida capacidad para caminar. El caudillo
llevaba ya ocho años consecutivos en el Gobierno en esta última etapa (1986- 1994).
Anteriormente había gobernado 12 años (1966-1978).
Balaguer se hizo acompañar en la boleta electoral por Jacinto Peynado. El PRSC tenía
el respaldo de los partidos Quisqueyano Demócrata, Liberal de la República
Dominicana, Nacional de Veteranos y Civiles, Democrático Institucional, del Pueblo
Dominicano, Demócrata Popular, Renacentista Nacional y Movimiento de Conciliación
Nacional.
Veredicto
Los resultados finales del proceso fueron emitidos por la Junta Central Electoral (JCE)
el 2 de agosto de 1994, a las 2:35 de la tarde, casi tres meses después, luego de un duro
proceso de impugnación, dando a Balaguer como ganador, con una ventaja de apenas
22,281 votos sobre el PRD. El boletín ofrecido indicaba que el PRSC y aliados
obtuvieron 1,275,460 votos; el PRD y aliados 1,253,179; el PLD y aliados 395,653; el
Partido Revolucionario Independiente (PRI) 68,910 y el Movimiento Independencia,
Unidad y Cambio (MIUCA) 22,548.
Concurrieron a las urnas 3,015,750 electores, de una matrícula del Registro Electoral de
3,598,328, de acuerdo a datos oficiales.
El organismo electoral estaba integrado por Manuel García Lizardo, presidente, y Luis
Nelson Pantaleón González, suplente del presidente. Y en calidad de miembros:
Pompilio Bonilla Cuevas, Fulgencio Robles López, José Henríquez Almánzar y
Leonardo Matos Berrido. Amable Díaz Castillo era el secretario.
Vientos de fraude. Desde los primeros boletines se presumía que algo anormal estaba
sucediendo. Peña Gómez advirtió que no permitiría que le arrebataran el triunfo y se
auxilió de sus buenas relaciones internacionales, ya que era vicepresidente de la
Internacional Socialista, para llevar sus argumentos hasta las más altas instancias tanto a
nivel local como internacional.
Según narran Angela Peña y Sandino Grullón en sus obras: Campañas y Crisis
Electorales – la Experiencia Dominicana e Historia de las Elecciones en la República
Dominicana, respectivamente, durante el proceso se presentaron pruebas fehacientes de
las irregularidades.
El 18 de mayo el embajador John Graham, jefe de la misión de observadores de la
Organización de Estados Americanos (OEA), solicitó a la JCE la adopción de medidas
necesarias, dentro del marco de las normas legales, para resolver la situación creada por
el dislocamiento del listado de votantes en las mesas electorales. En esa misma
dirección se pronunció Stephen Solarz, del Instituto Nacional Democrático (IND).
La prensa internacional, al igual que la local, se hizo eco de lo sucedido. Los periódicos
The New York Times y The Washington Post, en sus ediciones, destacaban que en las
elecciones dominicanas se había cometido un fraude.
Comisión de Verificación
Malestar general
Todo este mar de confusiones, quejas y tensiones que se registraron durante todo ese
intervalo postelectoral obligó a Balaguer a reunirse con Peña Gómez para buscar una
salida a la crisis, para lo cual contaron con la mediación del embajador de la OEA,
John Graham, y de la Iglesia Católica, representada por Agripino Núñez Collado.
Agobiado por las presiones, Balaguer propuso la firma de un Pacto por la Democracia
en el que planteó la reducción de su mandato a dos años para luego entregarlo a su más
cercano contendor. Esa propuesta fue rechazada por el candidato del PRD. Ante esta
situación, Balaguer aceptó reducir su período a 18 meses y cedió a la celebración de
elecciones presidenciales el 16 de noviembre de 1995.
Cierra ciclo. Con las elecciones de 1994 se cerró un ciclo en la historia política
dominicana. Sería el último proceso electoral en el cual se enfrentarán los tres grandes
caudillos que dominaron el quehacer político de los últimos 30 años.
Ardiente proselitismo
Los ánimos en este proceso electoral estuvieron caldeados de principio a fin. Los
enfrentamientos verbales de los candidatos fueron de lo más peculiares. Esto repercutió
en los militantes y con frecuencia se registraban casos de enfrentamientos físicos entre
seguidores de uno y otro.
Aún se recuerdan singulares frases como el doctor José Francisco Peña Gómez se hizo
pupú fuera del cajón, pronunciada por Joaquín Balaguer para refutar las
argumentaciones de su contendor de que utilizaba los recursos del Estado en campaña;
si toca esa tecla, se hunde, habría advertido el experimentado dirigente político en
respuesta a su excompañero de partido Álvarez Bogaert, quien había dicho que si
continuaba la campaña infame contra Peña Gómez revelaría papeles tan
comprometedores que harían caer santos. Todo quedó en palabras. Otra frase que
caracterizó el florido ambiente fue erró el tiro y le salió por la culata, manifestada por
Peña Gómez ante las acusaciones de Balaguer de que el PRD recibió financiamiento
internacional.
Entre los horrores de la dictadura de Trujillo cita a pobres campesinos a quienes les
quitaban sus tierras y eran enterrados vivos.
Balaguer, quien llegó al poder el 1 de julio de 1966, tras ganar las elecciones realizadas
en el país meses después de terminar la Revolución de abril de 1965, gobernó con
manos duras. Llegó como inquilino del Palacio Nacional como candidato por el Partido
Reformista, pero provenía del grupo que gobernó junto a Trujillo durante su larga
tiranía.
Los primeros cuatro años del gobierno balaguerista fueron “terribles”, según opiniones
de personas que vivieron la violenta época. Durante esos años se violentaron las
libertades públicas, las ideas democráticas y revolucionarias. El siguiente período
resultó mucho más sangriento.
La década de 1970, tal vez, fue donde el gobierno balaguerista de los 12 años actuó sin
piedad contra la oposición, especialmente poniendo énfasis en los grupos comunistas.
Las cúpulas de las organizaciones de izquierda eran dirigidas por los jóvenes más
decididos en sacar del poder a Balaguer y sus “secuaces”.
Pero también dentro de esos mismos dirigentes revolucionarios hubo quienes eran
partidarios de las ideas de la Revolución China, dirigida por Mao Tse Tung y que
triunfó en 1949. Además, otro segmento de la izquierda dominicana seguía la posición
comunista de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El PCD fue el
partido (comunista) que seguía esos lineamientos del Marxismo Leninismo.
Otto Morales, Amín Abel Hasbún, Maximiliano Gómez (El Moreno), Amaury Germán
Aristy, Baldemiro Castro, Winston Vargas (Platón), Tito Móntez, Jorge Puello (El
Men), Homero Hernández, Onelio Espaillat, Julio de Peña Valdez, Rafael “Fafa”
Taveras, Eligio Blanco Peña, Plinio Matos Moquete y el abogado Guido Gil, eran los
revolucionarios que con más firmeza combatieron al régimen balaguerista de los 12
años.
Con excepción de Onelio Espaillat, Jorge Puello y Blanco Peña, todos eran jóvenes
revolucionarios cuyas edades oscilaban entre los 20 y 28 años... ¡comunistas en la flor
de la juventud!
El Moreno, a quien muchos consideran como “el revolucionario más ilustre”, con
absoluto dominio de los preceptos teóricos del Marxismo Leninismo, con menos de 25
años, se desempeñó como secretario general del MPD, el cargo más alto de esa
organización.
El Moreno, quien era un obrero nato de San Pedro de Macorís -su oficio era tornero-,
durante mucho tiempo no pudo desarrollar sus ideas comunistas. Fue apresado de
actividades subversivas. Por lo regular, las acusaciones eran porte ilegal de armas de
guerra, atentar contra la seguridad interna del Estado y asociación de malhechores, no
necesariamente por comunismo, que aunque estaba prohibido, se omitía para no darle
carácter político al expediente.
Matos Moquete, quien a los 23 años ya era doctor en Derecho, llegó a ser el comunista
más buscado. Hasta que fue también apresado y acusado de cargos similares. Purgó
poco más de un año en una solitaria de Mao y posteriormente trasladado a Elías Piña,
torturado y donde apenas recibía pequeñas porciones de alimentos. Se afirma que “hasta
carne de ratas” le servían en la cárcel.
Tito Móntez, Onelio Espaillat, Jorge Puello, Winston Vargas, Otto Morales y otros
jóvenes dirigentes revolucionarios corrieron la misma suerte. Fueron apresados y
golpeados de manera salvaje, mientras Balaguer justificaba esas actuaciones “porque
esos comunistas atentaban contra su gobierno”.
El más peligroso, que era El Moreno, ya estaba preso.... igual que otros comunistas
como Winston Vargas (Platón), Marte Polanco, Efraín Sánchez Soriano (Pocholo)...
Otros revolucionarios, que lograron eludir el apresamiento, decidieron formar un
organismo rebelde que bautizaron como Comando Unificado Antirreleccionista. En esa
organización, se dijo, también había militares progresistas. El Comando Unificado
Antirreleecionista se propuso liberar a los presos políticos comunistas.
¿Y cuál era el plan estratégico? Realizar una acción militar. Y esa acción, ya
“madurada”, fue la de secuestrar al coronel del ejército de Estados Unidos Donald
Joseph Crowley, quien era el agregado militar de la embajada de EE.UU. en República
Dominicana.
Los presos políticos liberados fueron los siguientes: Maximiliano Gómez, Alexis
Ramírez o Roberto Matos Vallejo, Ángel Darío Alcántara, Clodomiro Gautreaux,
Daniel Valdez Vizcaíno (Barón), Efraín Sánchez Soriano (Pocholo), Farouk Miguel
Castillo, Héctor Dumariel Santana, Hugo Alfonso Hernández Alvarado, José Gil Torres,
José Ignacio Marte Polanco, Juan Pablo Gómez, Luis Emilio Arias, Luis Larancuent
Morris, Freddy Díaz (Manolo Plata), Manuel Antonio de Los Santos, Marco Antonio
Santana, Maximiliano Gómez (El Moreno) , Miguel Reyes Santana (Santanita), Rafael
Villa Cartagena (Villita o El Viejo), Ricardo Martínez y Winston Franklin Vargas
Valdez (Platón).
A partir de esa acción, el régimen de Balaguer organizó una cacería humana. Fueron
cayendo la mayoría de los presos políticos liberados... y otros que gozaban de libertad.
La muerte más sentida, por parte del MPD, fue la de su secretario general (El Moreno),
quien murió en un apartamento de Bruselas. Dicen que fue envenenado junto a Miriam
Pineno, hermana de Ramón -Monchín- Pinedo, quien también era dirigente del MPD.
Otto Morales, quien tras la muerte de El Moreno fue nombrado secretario general del
MPD, también cayó asesinado al igual que Amín Abel Hasbún, Tito Móntez. Otto
Morales fue quien dirigió el comando que secuestró al coronel Crowley.
Los rebeldes forman parte del grupo bautizado como “Comandos de la Resistencia”,
también conocido como “Los Palmeros”. Se dijo que lucharon durante unas 15 horas,
pero en una batalla desigual. Murieron los cuatro.
Los otros tres revolucionarios muertos en la batalla campal fueron Virgilio Perdomo,
Bienvenido Leal Prandy (La Chuta) y Ulises Cerón Polanco.
Balaguer, quien después de su duro régimen de los 12 años volvió al poder en 1986,
para gobernar por otros diez años, se anotó un gran triunfo político al convertirse en el
“aniquilador” de la joven izquierda revolucionaria dominicana.
CONCLUSIÓN
Al leer esta biografía, se hace difícil pensar que un intelectual de esa altura, haya
permitido tantas atrocidades.
BIBLIOGRAFÍAS
http://historia.filos.unam.mx/
https://www.lacrisisdelahistoria.com/
http://hispanianova.rediris.es/
https://revistas.unr.edu.ar/
https://www.revistalarazonhistorica.com/