Está en la página 1de 11

BREVÍSIMA INTRODUCCIÓN

A LAS INTERVENCIONES PSICOLÓGICAS NO PRESENCIALES (INP)


EN EL MARCO DE PANDEMIA POR COVID-19
Lic. MARÍA MARTA CRISTANTE – Mayo 2020

1- LA (NO) PRESENCIALIDAD
A pesar de que pueda parecer una obviedad, voy a comenzar este escrito recordando
que psicólogos y psicólogas hemos sido formados académicamente para la presencialidad,
con énfasis en la consideración de datos que se obtienen del otro a partir de su discurso
corporal, gestual, el uso del espacio físico, y de la información que nos provee, esencialmente,
nuestra visión, integrado con múltiples aportes provenientes de otros sentidos, todo lo cual
alimenta lo que desde algunos posicionamientos teóricos llamamos lo contratransferencial.

Es decir, que aunque solemos afirmar que nuestra especificidad es la escucha, parece
ser que con frecuencia olvidamos que esa escucha es una “escucha mirando”, y podemos
reflexionar ahora mejor que antes, sobre el sentido que sustenta la expresión “ver un
paciente” en nuestra actividad clínica cotidiana.

Hay algo que se pone en evidencia al pensar en Intervenciones No Presenciales (INP) y


es que en estas situaciones la clínica estará mediada por las TIC´s (tecnologías de la
comunicación y la información), y que la mirada, en los casos en que se incluya la transmisión
de la imagen, estará limitada y condicionada (distorsionada?) por alguna tecnología. En otros
casos, en los que no haya cámara, la mirada estará ausente, aparecerá como faltando, lo que
constituye una barrera que insiste como incomodidad para intervenir desde el ámbito de la
salud mental en este contexto de pandemia por Covid-19.

La mirada, como componente elemental de cualquier vínculo, y especialmente en la


actual era de la imagen que enfatiza ver más que escuchar, se hace presente como incógnita
en colegas de la salud, que viven con dificultades variables la adaptación de las prácticas a
estas nuevas exigencias. Entonces, la importancia de la presencialidad se hace más evidente
cuando está impedida, de modo que definiremos estas intervenciones remotas por esa falta:
NO presenciales, ya que en nuestro medio al menos, aún no tienen una identidad legitimada,
que posibilite nombrarlas de otro modo.

Podemos decir que así como en las INP nos faltan variables, al mismo tiempo debemos
ajustar el vínculo a nuevos elementos que surgen, procedimientos y condiciones que afectan
la interacción de maneras no tradicionales, entre otras:

 el lugar físico en el que cada interlocutor se encuentra


 interferencias posibles
 habilidades o barreras personales en el uso de las TIC´s
 interrupciones, escuchas que atentan contra la intimidad
 calidad de los dispositivos
 características de la accesibilidad

Si bien los desarrollos que en estos momentos alcanzan las TIC´s posibilitan modos de
comunicación eficaz, la distribución del alcance de las mismas es despareja en la población.
La accesibilidad es variada incluso dentro de las grandes ciudades, no digamos ya en los
pequeños poblados alejados de los centros urbanos y ubicados en geografías difíciles.

De modo que no resultará adecuado planificar nuestras intervenciones considerando


solamente los mejores escenarios comunicacionales, donde existe un buen internet, que no
se corta ni produce desfasajes o baches, y unos dispositivos adecuados, equipados con
cámaras de alta definición y micrófonos de gran fidelidad. Muchas veces esas condiciones no
se dan, en uno, o en ambos extremos del vínculo que pretendemos establecer. Además de
todo ello, resulta interesante no descuidar que las INP requieren unas habilidades y
capacidades técnicas en todos los involucrados, que muchas veces cometemos el error de
dar por supuestas.

Todos estos aspectos confluyen, configurando modalidades diversas y novedosas para


una gran mayoría, que pueden generar desconfianza y sospecha al instalarse drásticamente
en nuestras prácticas habituales, dado que su desconocimiento quizás lleve a suponer que de
alguna manera los componentes de las INP “distraen“ de la clínica, y que en comparación con
las estrategias presenciales, las INP constituyen prácticas profesionales de “menor valor”.

Por el contrario, mediante este breve repaso podremos acceder a un micro-panorama


actualizado acerca de INP, sus beneficios y desventajas, recaudos, modalidades de
implementación y sus despliegues en diferentes épocas y escenarios, para reconocer que el
uso de las tecnologías en el cuidado de la salud se potencia y se complejiza cada vez más, y
que, habilitadas con mayor fuerza por esta situación de pandemia por Covid-19, proponen
unas modalidades de interacción entre usuarios y profesionales que no admiten vuelta atrás.

2- ALGUNOS ANTECEDENTES

Buscando antecedentes de INP, lo primero que se nos aparece son esos extensos y
fértiles intercambios epistolares que cultivaba Sigmung Freud, tanto con pacientes como
colegas, mediante el uso de la carta como tecnología remota disponible en esa época, a fines
del siglo XIX y principios del XX, metodología que vuelve a reutilizarse posteriormente con la
masificación del uso del correo electrónico. De esta manera, podemos afirmar que el correo
tradicional, el teléfono fijo, y más recientemente el correo electrónico son los medios con los
cuales se inician las intervenciones psicológicas a distancia.

Más recientemente, se incorpora la videoconferencia y pasa a ser el método de


preferencia para psicoterapia no presencial, aunque existe registro de que esta tecnología se
utiliza en otros países desde 1960 para asuntos psicológicos, aunque con fines diferentes a
los terapéuticos (Soto-Pérez, Franco, Monardes; 2016). Ya en el año 1980 surge la División
“Medios y tecnología” en la APA (Asociación Americana de Psiquiatría) y en 1998 aparece
una publicación en una revista especializada de EEUU, titulada “Cyberpsichology”, pero recién
en el año 2001 surgen las primeras investigaciones acerca de tratamientos psicológicos on-
line (Guía… 2019).

Si bien la videoconferencia rápidamente se ubica en el método de elección para las INP,


por ser el que posibilita condiciones más parecidas a las intervenciones presenciales, o
comparte más características con la vinculación presencial entre profesional y usuario,
también puede funcionar como una trampa dado que la semejanza es solo una ilusión, que
puede conducir a pensar que no es necesario tomar mayores recaudos al utilizar esta
tecnología. De cualquier modo, no existe en la actualidad evidencia científica disponible que
afirme de manera determinante una mayor o menor eficacia entre el uso de diferentes
soportes tecnológicos para realizar intervenciones psicológicas remotas

En mi experiencia y en el contexto donde me desempeño profesionalmente, las INP


estaban ligadas, inicialmente a procesos terapéuticos con pacientes que realizaban
eventualmente viajes de duración variable, por motivos personales o laborales, en los que la
continuidad del tratamiento se ponderaba como algo necesario y conveniente, dado que las
características de su cuadro requería sostén y acompañamiento profesional. También se
asociaron a aquellos profesionales psicólogos/as o psiquiatras que por lo reducido de la
comunidad psi dentro de la provincia, buscaban terapeutas o analistas en ciudades más
grandes, y viajaban regularmente para sus sesiones, y sólo accedían a sesiones virtuales en
aquellos meses que alguna razón les imposibilitaba asistir de manera presencial, o cuando
requerían sumar una sesión extra entre sesiones regulares.

Más cercano en el tiempo, con el aterrizaje de la megaminería en nuestra Provincia, se


instalaron campamentos en altura para cantidades inusitadas de trabajadores y trabajadoras,
con regímenes laborales de varios días “arriba”, por varios días “abajo”, lo que produjo una
novedad en la comunidad ya que, si bien existían antecedentes de trabajos en altura por
grandes obras viales, por ejemplo, no había ocurrido antes este fenómeno en tal magnitud.

Este sistema de trabajo actualmente está normalizado, pero en un principio constituyó


una fuente de mucho sufrimiento psíquico que requirió atención profesional, de modo que la
modalidad que se implementó entonces fue alternar sesiones presenciales de consultorio para
los períodos de “abajo”, con sesiones por Skype para los momentos de “arriba”. Esto inauguró
una modalidad de trabajar que era aceptada por las obras sociales en ese momento, aunque
todas las sesiones se facturaban como presenciales, ahora podemos pensarlo de otras
maneras.

Indudablemente, la proliferación de la telefonía celular y el auge de los dispositivos


personales móviles aceleró la accesibilidad a la comunicación a distancia como nunca antes,
y esta expansión posibilitó, entre infinidades de tranformaciones, que las INP se hicieran
extensivas a otras situaciones de pacientes, especialmente aquellos con residencias
“móviles”: transportistas, choferes de larga distancia, guardaparques, trabajadores de
observatorios astronómicos, empleados de empresas multinacionales y otros. Sin embargo,
ocurre con este fenómeno la siguiente paradoja: frecuentemente los y las profesionales más
jóvenes son quienes muestran una mayor apertura a incorporar tecnología y transformar las
prácticas, aunque son quienes también presentan menores trayectorias clínicas para sostener
esas novedades de maneras seguras.

Como vemos, todos los ejemplos mencionados tienen en común la ALTERNANCIA y la


COMPLEMENTARIEDAD entre sesiones presenciales y remotas. Hasta ahora, que todo lo
conocido cambia ante el escenario de declaración de pandemia por Covid-19, en que aparece
la necesidad de asistir profesionalmente sujetos no pacientes y desconocidos, de diferentes
maneras no presenciales y por motivos diversos asociados al aislamiento social obligatorio.

De hecho, las primeras pautas que recibimos para atención de pacientes por parte de
organismos oficiales en el marco de la pandemia, señalaban que sólo debían ser atendidos de
modos remotos pacientes en tratamiento previo, es decir, siguiendo el modelo de alternancia y
complementariedad, con el objetivo de dar continuidad a los procesos psicoterapéuticos ya
iniciados. Lineamiento que descuidaba gran parte de la población necesitada de atención
profesional, por cuanto, con el transcurrir de los días, esto debió ser revisado, como casi todas
las medidas que fueron tomándose dentro de la incertidumbre y la ausencia de parámetros
confiables.

Como por ejemplo, algunas obras sociales no cubrían inicialmente esta modalidad de
atención de pacientes, luego fueron accediendo al reconocimiento sólo para urgencias, para
incluir más recientemente cobertura de sesiones remotas exclusivamente en pacientes con
tratamiento previo; si bien es cierto que algunas obras sociales se resisten a reconocer estas
prácticas y las que lo hacen, ofrecen pagar sólo un porcentaje de los honorarios pactados por
sesiones presenciales.

Es así que las INP nos habilitan a plantearnos algunos cuestionamientos: ¿aseguran las
prácticas profesionales no presenciales la misma calidad que las no presenciales?, ¿cuál será
la eficacia de las INP?, ¿cuáles los riesgos y cuáles los beneficios?
3- CLASIFICACIONES

Según una definición propuesta por la APA (Asociación de Psiquiatría Americana, 2013)
se propone el nombre de Intervenciones Telepsicológicas para abarcar “la provisión de
servicios psicológicos mediante tecnologías que permiten la comunicación no presencial,
entre las que se incluyen: teléfono, e-mail, texto, videoconferencia, aplicaciones móviles y
programas estructurados por una web” (de la Torre-Pardo, 2020 P. 20), a partir de los cual es
posible intentar realizar algunas clasificaciones, que consideran la predominancia de diversas
características que estas intervenciones presentan, aunque sus límites exactos no resultan
tan claros en la práctica. Mencionamos los siguientes tipos de intervenciones no presenciales,
agrupadas de acuerdo a:

3-1. Los objetivos que se propone alcanzar.

3-1.1. Servicio de asesoramiento y orientación


 puede ser realizada a usuarios y/o a instituciones y/u organismos
 los/las sujetos no son definidos como pacientes
 intervenciones breves, generalmente de un encuentro
 se refiere a un asunto específico
 de preferencia en servicios comunitarios y gratuitos para momentos de crisis
sociales y eventos disruptivos
 pueden funcionar como dispositivos regulares en instituciones de salud, para
situaciones específicas
 dentro de un triage, corresponde a usuarios verdes

3-1.2. Servicio de apoyo y acompañamiento


 intervención breve con posible derivación a tratamiento
 puede consistir en más de un encuentro
 de preferencia para situaciones de crisis que no constituyen urgencias
 para acompañamiento de familiares o personas afectivamente relevantes de
otros/as sujetos que presentan diversas problemáticas o patologías crónicas (adicciones,
situaciones de violencia, orgánicos, y otros)
 como espacio de cuidado para la salud mental en equipos de trabajo
 dentro de un triage, corresponde a usuarios amarillos

3-1.3. Abordaje de urgencias


 generalmente líneas telefónicas para intervención ante problemáticas graves de la
salud psíquica, tales como episodios de intentos de suicidio, violencia, crisis agudas por
patologías preexistentes y otros, que requieren asistencia inmediata
 en nuestro medio, existen líneas gratuitas atendidas por equipos de profesionales de la
salud mental (911)
 funcionan también en algunos hospitales con internación psiquiátrica
 dentro de un triage, corresponde a usuarios rojos

3-1.4. Tratamiento psicoterapéutico


 de elección para circunstancias que dificultan la presencialidad, y tampoco pueden
abordarse mediante sistema de atención domiciliaria
 puede requerir intercalar con sesiones presenciales eventualmente
 restringida a cierto tipo de problemáticas

3-1.5. Como complemento de una terapia presencial


 se utiliza cuando es necesario sostener un encuadre mixto, en el que predomina la
presencialidad
 para cuando es necesario tomar contacto con un miembro del entorno del/la paciente, a
quien se le dificulta la participación presencial
 para pacientes que realizan actividades itinerantes, con regímenes de traslados
frecuentes, que viajan habitualmente por períodos prolongados o residen en un lugar distante
del terapeuta

3-1.6. Para seguimiento


 para pacientes que luego de haber sido diagnosticados, y de haber finalizado una etapa
del proceso terapéutico de manera presencial o mixta, llevan adelante una fase de
seguimiento de manera no presencial
 luego de derivaciones hacia especialidades, o profesionales de otros sectores, un
equipo toma contacto con cierta periodicidad de manera remota con el/la paciente y/o sus
familiares para tener conocimiento del estado del tratamiento, conocer la conformidad de los
mismos, la accesibilidad a turnos, provisión de medicación y otros

3-1.7. Para investigación


 creciente existencia de herramientas de uso masivo para evaluación o screening, en
problemas o condiciones psíquicas y sus transformaciones
 programas en línea que permiten registrar y analizar respuestas de usuarios en forma
automática e inmediata, facilitando enviar cuestionarios o realizar encuestas de manera
rápida, y analizar ágilmente los datos obtenidos.

3-1.8. Para actividades de supervisión y formación clínica


 profesionales con mayor trayectoria clínica o especialización en un área realizan
supervisión de casos con colegas menos experimentados, de manera individual o grupal

3-2. Por el soporte que utiliza

Considerando el aspecto temporal como criterio, identificamos:


3-2.1. Comunicación sincrónica: es decir, en tiempo real, mediante teléfono,
videoconferencia, mensajería instantánea y chat.
3-2.2. Comunicación asincrónica: esto es, en diferido, mediante correo, correo electrónico,
videos y audios grabados.

4- BENEFICIOS Y LIMITACIONES DE LAS INP

En el siguiente cuadro se distribuyen las principales ventajas y desaventajas de la


utilización de las intervenciones psicológicas no presenciales:
ASPECTOS BENEFICIO LIMITACIÓN
ACCESIBILIDAD - Facilita el acceso a más - Distribución desigual de la
usuarios. tecnología y su acceso.
- Habilidades desparejas en la
población.
- La recepción inmediata de la
información es poco fiable.
RIESGOS - Facilita tomar contacto en - Limita la posibilidad de
casos de lejanía geográfica, evaluación precisa, y el uso de
problemáticas estigmatizantes o técnicas corporales que
graves. requieren contacto físico, en
casos graves.
- Habilita la falsedad de datos.
RENTABILIDAD - Requiere menos gastos de - La mayoría de las obras
instalación y traslado. sociales no las reconoce, y las
instituciones que las sostienen
son escasas.
REGULARIDAD - Reduce la discontinuidad por - Potencia ciertos tipos de
factores externos: traslados problemáticas (fobias sociales,
que requieren asistencia de otros)
otras personas, dinero y/o - Puede habilitar intromisiones
tiempo extra, otros. en horarios no pautados (al
utilizar Whatsapp, por ej).
SEGURIDAD - Aumenta la seguridad al - Necesidad adicional de
reducir la exposición física. proteger datos e información
confidencial.
- Mensajes grabados o chats
pueden reenviarse.
ELEMENTOS TÉCNICOS - Contando solamente con un - Existen escasas ofertas de
teléfono celular y conectividad formación para profesionales.
para profesional y usuario/a, - Dificultades en habilidades de
es posible realizar INP. manejo de tecnologías.
- Dificultades de expresión oral y
escrita, que puede distorsionar
los mensajes.
CAMPO PROFESIONAL - Ampliación del campo de - Escasa normativa legal.
ejercicio por lo novedoso del - Ausencia de certezas y de
formato y la demanda en evidencia científica en qué
aumento. apoyarse.
CLÍNICA - Posibilita enriquecer las - La escasa formación dificulta
experiencias de profesionales las intervenciones para
con trayectoria en actividad profesionales noveles y/o con
clínica presencial. escasa trayectoria presencial.
5- RECOMENDACIONES GENERALES
Indudablemente, la expansión de internet cambió por completo las maneras de
comunicarse de un gran porcentaje de las poblaciones. También las redes han modificado
el acceso de los usuarios a la salud, siendo los de menos edad quienes más están
familiarizados con su uso, y los/as sujetos de edades más avanzadas quienes mayores
dificultades y resistencias presentan para el manejo de las nuevas tecnologías.
Si bien no contamos con gran evidencia empírica ni suficientes investigaciones
desarrolladas en la actualidad, la información existente hasta el momentop no arroja datos
que desacrediten la eficacia de las INP, más bien por el contrario, todo indica que
considerando ciertas condiciones, en diferentes escenarios y mediante diversos soportes
tecnológicos, es posible alcanzar igual eficacia y mejorías clínicas, mayor alcance y
aumento de la promoción y prevención de la salud mental.
Las principales recomendaciones pueden resumirse como sigue:
 mantener una estricta supervisión de las INP con un/a profesional de la psicología
con experiencia clínica.
 incialmente, la edad de la población destinataria de las INP no resulta relevante.
 situaciones de crisis requieren un plan alternativo de acción presencial en caso de
requerirlo.
 siempre que sea posible, alternar con sesiones presenciales, para favorecer la
alianza terapéutica.
 cultivar habilidades en el manejo de las TIC´s, y asegurarse de que el usuario las
tiene.
 establecer un sólido encuadre y contrato de trabajo desde el principio.
 no se recomiendan para profesionales noveles, sin pertenencia a un equipo de
trabajo o a una institución, ya que esto aumenta el riesgo de intervenciones negligentes,
que pueden empeorar las situaciones de los usuarios.
 destinar un espacio físico adecuado, y solicitar al/la usuario/a que haga lo mismo,
dentro de sus posibilidades, cuidando la privacidad.
 cuidar especialmente los aspectos éticos, legales y deontológicos.
 desarrollar marcos conjuntos de intervención, protocolos o acuerdos
interinstitucionales e intersectoriales, protocolos en conjunto con asociaciones científicas, a
fin de establecer en conjunto modalidades de INP para las prácticas privadas y no privadas.

6- BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
De la Torre, M. y Pardo, R. (2017) Guía para la intervención telepsicológica. Colegio
Oficial de la Psicología: Madrid.
Guía para el abordaje no presencial de las consecuencias psicológicas del brote
epidémico de Covid-19 en la población general. Versión 1.0. (2020) Colegio Oficial de la
Psicología: Madrid.
Soto-Pérez F., Franco M. y Monardes C. (2016) Ciberterapias: tratamientos mediados
por ordenador y otras tecnologías. FOCAD 29 (1) 1-29.

También podría gustarte