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Día de Muertos
Ensayo
Elaboró:
Filomena García García
Profesora:
Lic. Alicia Guzmán
DIA DE MUERTOS
En México existen una gran variedad de tradiciones entre las cuales una que lleva
mucho tiempo y además es importante es la de la celebración del día de muertos, donde los
mexicanos lo esperan año con año, utilizando papel picado, flores de cempasúchil,
calaveras de chocolate y azúcar, pan de muerto, agua, sal, veladoras y los alimentos
favoritos de sus antepasados, llenan altares en casas y espacios públicos con el único
objetivo de recordarlos y recibirlos en su regreso para compartir con los vivos.
Sin embargo, también es importante conocer como ha ido cambiando esta celebración a
través del tiempo y que significado tiene para la sociedad, por que como hemos visto, los
tiempos cambian, las ideas de cada persona son diferentes, la juventud de ahora con las
anteriores generaciones ya no son las mismas, actualmente los jóvenes ya no siguen esta
tradición, por lo que ha ido perdiendo importancia poco a poco, manteniéndose solo en la
gente adulta y sobre todo en la gente mayor que es la que mas esta apegada a ella. Por lo
tanto, a través de este ensayo quiero dar a conocer a cada persona, empezando por el origen
de esta tradición, dando a conocer detalladamente como se celebra, tomando en cuenta los
diferentes puntos de vista de las comunidades, porque eso sí, cada sociedad, lo celebra de
diferente manera o tiene algunas características diferente para celebrarlo, no obstante, el
objetivo de esta siempre es el mismo, “honrar a sus muertos”.
Por consiguiente, es importante exponer más a profundidad esta tradición para darle el
valor que se merece, para que nosotros comprendamos que es algo que este arraigado a
nuestra persona, forma parte de nuestra identidad cultural como Mexicano, y además
comprometernos para transmitir esta tradición a las futuras generaciones para que no se
vaya perdiendo, por que en nosotros esta el que esta tradición se siga manteniendo, siempre
y cuando tomando en cuenta los orígenes de esta.
La celebración del día de muertos tiene muchos años que es llevada a cabo y en muchos
estados de nuestro país, dicha tradición lleva realizándose desde la llegada de los españoles,
pero antes, esta celebración se realizaba de una manera diferente a como es ahora, porque
antes de la llegada de los españoles, en la época prehispánica, el culto a la muerte era uno
de los elementos básicos de la cultura, cuando alguien moría era enterrado envuelto en un
petate y sus familiares organizaban una fiesta con el fin de guiarlo en su recorrido, de igual
forma le colocaban comida que le agradaba en vida, con la creencia de que podría llegar a
sentir hambre.
Es decir que las ofrendas formaban parte más bien del rito funerario, no se colocaban en
una fecha especial después de la muerte de la persona, sino formaban parte de su entierro,
además al difunto lo enterraban con joyas y ropajes, con vasijas con alimentos, agua, y
otros elementos que podrían servirle al ánima en su camino, los cadáveres también eran
enterrados con perros que servían de guían para el viaje al inframundo; y, en el caso de los
gobernantes o personajes de clases privilegiadas, se les enterraba con sus esclavos para que
lo acompañaran en su camino.
Los mexicas, una de las culturas más grandes de nuestro país y Latinoamérica, tenían una
interpretación muy particular de la muerte, ellos creían en el Mictlán, el inframundo al que
llegan la mayoría de los fallecidos, cuyo nombre significa “lugar de los muertos”, y que
además lo dividían en 9 niveles por los que hay que pasar superando sus pruebas y así
llegar al descanso eterno, estos niveles eran: Cruzar el río Apanoayan, pasar desnudo en el
Tepétl Monanamicyan, un lugar en el que constantemente chocan dos cerros, enfrentar a
una culebra que resguarda un camino, atravesar el Iztepétl o cerro de navajas, recorrer ocho
cimas en las que cae nieve constantemente llamadas Cehuecayan, transitar otros ocho
caminos en Itzehecayan, lugar donde el viento corta como navajas, caminar sobre el
Apanhuiayo, un canal de aguas negras en el que habita una temida lagartija llamada
Xochitonal, atravesar otro río, el Chiconahuapan, con la ayuda de un perro xoloitzcuintle, y
finalmente, llegar al Itzmitlanapochcalocan, el recinto donde moran los dioses de la muerte,
es este último lugar en el que el difunto se encontraba con Mictlantecuhtli, el dios del
inframundo, para darle algo especial.
Según la cultura mexica, los difuntos hacen un viaje de 4 años para llegar al Mictlán y son
guiados por un Xoloitzcuintle, raza de perro única en el mundo y originaria de México,
además también existían otros 3 lugares a los que las almas pueden llegar, según la causa
de su muerte: El Tonatiuhichan: También conocido como “Casa del Sol”, es el lugar de
descanso de los guerreros que murieron en batalla, los sacrificados y las mujeres
embarazadas; El Tlalocan: Las almas cuyas muertes se relacionan con agua encuentran aquí
su último lugar de descanso; El Chichihualcuahuco: Lugar en donde los que fallecieron de
bebés son amamantados por un gran árbol hasta el momento en que les toca nacer de
nuevo.
Los mexicas celebraban a sus muertos después de la temporada de cosecha, entre los meses
de septiembre a noviembre, es por estas fechas que los conquistadores españoles celebraban
el Día de todos los santos y el de los fieles difuntos.
La fiesta de Todos Santos inició en Europa en el siglo XIII y durante esta fecha las reliquias
de los mártires católicos eran exhibidas para recibir culto por parte del pueblo. También
había una sincronía con la celebración de los fieles difuntos, realizada justo un día después
de Todos Santos. Fue en el siglo XIV cuando la jerarquía católica incluyó en su calendario
dicha fiesta, cuyo propósito era recordar a todos los fallecidos por diversas pandemias,
como la peste negra que asoló Europa. Fue así como el Día de Muertos se redujo a tan solo
dos días, el 1 y 2 de noviembre, aunque en otras regiones como Oaxaca y Puebla se
extiende a varios días, pues se cree que aquellos que murieron de causas no naturales llegan
días antes al hogar.
Lo que si cambio al fusionarse ambas tradiciones es que las costumbres prehispánicas de
incinerar a los muertos o enterrarlos en el hogar fueron eliminadas y los cadáveres
empezaron a depositarse en las iglesias (los ricos adentro y los pobres en el atrio), además
se adoptaron costumbres españolas, como el consumir postres con forma de huesos que
derivaron en el popular pan de muerto y las calaveritas de azúcar. También comenzó la
costumbre de poner un altar con veladoras o cirios, de esta forma los familiares rezaban por
el alma del difunto para que llegara al cielo y de igual manera, se hizo tradicional la visita a
los cementerios, los cuales fueron creados hasta finales del siglo XVIII, como una forma de
prevenir enfermedades al construirlos a las afueras de las ciudades.
Hay quienes empiezan los festejos el 28 de octubre, cuando recuerdan a quienes perdieron
la vida de manera violenta, mientras que el 30 y 31 de octubre se honra a los niños, en
especial a los que murieron sin ser bautizados y el 1 es el día de Todos los Santos y el 2 el
día de los Fieles Difuntos, en estas dos fechas se reza y en algunas zonas del país se pasa la
noche en los panteones y al terminar la celebración, se degustan todos los platillos y
bebidas de la ofrenda.
La ofrenda del Día de Muertos tienen su características por lo que es importante darlo a
conocer, siendo originalmente que estos, se ponían un par de días antes del 1 y 2 de
noviembre, es decir, el 30 o 31 de octubre y permanecían hasta el 3, pero ahora, es muy
común que, debido al esfuerzo creativo que se invierte en colocarlas, se pongan antes y se
quiten después, aunque los 1 y 2 de noviembre no han dejado de ser los días principales,
porque acuerdo con la tradición, en esas dos fechas nos visitan todas las almas que se
desprendieron de sus cuerpos, es decir, nuestros difuntos. Como mencione anteriormente en
la época prehispánica las ofrendas se ponían al momento de enterrar al difunto, sin
embargo, ahora se pone cada año para honrarlo.
El altar de muertos es un elemento fundamental en esta celebración, puesto que se cree que
el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con la familia ese
día y degustar los alimentos de la ofrenda.
El altar, se coloca en una habitación (o depende también de la región), sobre una mesa o
repisa cuyos niveles representan los estratos de la existencia, los más comunes son los
altares de dos niveles, que representan el cielo y la tierra, en cambio, los altares de tres
niveles añaden a esta visión el concepto del purgatorio, a su vez, en un altar de siete niveles
se simbolizan los pasos necesarios para llegar al cielo y así poder descansar en paz, siendo
este considerado como el altar tradicional por excelencia, en su elaboración se deben
considerar ciertos elementos básicos que son los escalones y cada uno de los escalones se
forra en tela negra y blanca y tienen un significado distinto: En el primer escalón va
colocada la imagen de un santo del cual se sea devoto; El segundo se destina a las ánimas
del purgatorio; es útil porque por medio de él el alma del difunto obtiene el permiso para
salir de ese lugar en caso de encontrarse ahí; En el tercer escalón se coloca la sal, que
simboliza la purificación del espíritu para los niños del purgatorio; En el cuarto, el
personaje principal es otro elemento central de la festividad del Día de Muertos: el pan, que
se ofrece como alimento a las ánimas que por ahí transitan; En el quinto se coloca el
alimento y las frutas preferidas del difunto; En el sexto escalón se ponen las fotografías de
las personas ya fallecidas y a las cuales se recuerda por medio del altar; Por último, en el
séptimo escalón se coloca una cruz formada por semillas o frutas, como el tejocote y la
lima.
Sin embargo, en México no solo lo celebramos poniendo ofrendas, a nivel social, los
mexicanos la expresan de una manera divertida mediante pequeñas rimas llamadas
“calaveritas” en donde en tono burlón hablan de varios personajes y de su muerte, estas
comenzaron a escribirse durante el siglo XIX y se volvieron muy populares en el XX y
fueron hechas con el fin de hablar sobre la muerte con un buen sentido del humor, por lo
que usualmente, las dedicamos a personas allegadas aunque también se utilizan con
temáticas sociales e históricas.
Ahora vemos que en esos días de celebración aparte de poner ofrendas siguiendo la
tradicional celebración, lo que hacen los mexicanos es disfrazarse ya sean desde adultos
hasta niños, además también lo que hacen los niños es ir a pedir calaveritas de casa en casa,
bien sabemos que esto de disfrazarse y pedir calaveritas es parte de la cultura
estadounidense.
Finalmente concluyo que la tradición del día de muertos ha ido cambiando a lo largo del
tiempo debido a que esta celebración anteriormente, las personas mayores hacían que sus
hijos siguieran esta tradición tan importante, en cambio ahora ya con el Halloween esta
tradición ha cambiado a beneficio de que ahora ya no le toman mucha importancia a esos
días en los que deben de visitar a sus muertos y tratar de convivir un rato con ellos y sobre
todo que demostrarle todo el cariño que les tenían antes, porque el Día de Muertos hace
emerger sentimientos de gusto por nuestras tradiciones, nostalgia y esperanza, mientras que
el Halloween es sencillamente diversión y es por esa causa que a los niños les interesa más
ir a pedir el Halloween que ir a ver a sus familiares difuntos y así recordarlos en esos días
en los cuales debemos de saber que es muy importante estar en familia para comprender
que los muertos no solo deben ser recordados esos días si no tener en cuenta lo importante
que ellos fueron para nosotros y además que los recordemos como si ellos no hubieran
fallecido.
Por lo tanto, es importante comprender que está en nosotros mantener viva esta tradición y
pese a que nuestro país está fuertemente influenciado por la cultura estadounidense, la
festividad del Día de Muertos ha resistido y coexistido con la celebración de Halloween.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS