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Tercera Parte:

EL DESARROLLO HISTÓRICO DE LA CIENCIA POLITICA *

Autor: Carlos Flores Palacios

Economista, investigador de las ciencias sociales y profesor del curso de


Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Económicas, Universidad de
San Carlos de Guatemala. (QEPD)

Como un atributo a su memoria y un agradecimiento por su dedicación a la


investigación social y a la docencia universitaria.

* Tomado de la edición original por la Coordinación del curso de Ciencia Política, con fines
exclusivamente didácticos y sin ánimo de lucro, para su desarrollo como parte de los temas del curso
referido, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Guatemala, junio de 2011.

No se permite la reproducción de este documento con ánimos de lucro.

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Contenido de la tercera parte

Página
La periodización 43
1 Etapa Antigua 45
1.1 Platón 46
1.2 Aristóteles 49
2 Etapa Medieval 51
2.1 El orden medieval 53
2.2 Teorías políticas 59
3 Etapa Moderna 62
3.1 Época de desintegración del Feudalismo en los siglos XXV y XVI 62
A. Hechos económicos y políticos más importantes 62
B. Teorías políticas 65
Nicolás de Maquiavelo 67
Juán Bodín 73
3.2 Época de las revoluciones burguesas de los siglos XVII y XVIII 78
A. Carlos Luis Montesquieu 78
B. El Materialismo Francés del siglo XVIII 84
4. Etapa Contemporánea 87
4.1 Evolución del capitalismo hasta mediados del siglo XIX 87
A. Augusto Comte 88
B. Alexis de Tocqueville 98
4.2 Nacimiento del Marxismo (sus fuentes y sus aportes) 100
A. La Filosofía Clásica Alemana 102
B. La Economía Política Clásica Inglesa 111
C. El Socialismo Utópico Francés 114
D. Aporte de Marx al desarrollo de la Ciencia Politica 117
4.3 El Leninismo 119

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 La periodización
Maurice Duverger divide el desarrollo histórico de la ciencia política en dos períodos: la
prehistoria y la historia de la Ciencia Política. La primera, según él, se extiende desde
los orígenes de la humanidad hasta final del siglo XIX y calificarla de prehistoria no es
un juicio de valor, porque, aunque algunas de sus obras son de primer orden, no se
estudiaba objetivamente el poder, los problemas políticos “eran” estudiados desde el
punto de vista moral (se trata de justificar una forma de poder, considerada “buena” y
vilipendiar otra, considerada “mala”) y sólo algunos hombres excepcionales, según él,
descartan el método deductivo, que partía de juicios a priori, para inclinarse por la
observación de los hechos. Aristóteles, Maquiavelo, Bodín y Montesquieu son para
Duverger los cuatro grandes de la prehistoria y entre los autores que hacen salir a la
Ciencia Política de su prehistoria están Augusto Comte, Alexis de Tocqueville y K. Marx.

Por lo tanto, no sólo su enfoque es positivista y él mismo no deja de emplear juicios de


valor sino le hizo falta una observación histórica, pues a pesar de su desarrollo, en el
marxismo posterior al de Marx, uno de sus rasgos más importantes fue la adopción del
fanatismo y del dogmatismo (voluntarismo), en mayor o menor grado, en todas sus
tendencias y lo cual puede comprobarse en los fracasos que ha tenido que padecer el
movimiento obrero y por lo cual consideramos realizada una extensión de la prehistoria
dentro de la historia.

Siguiendo la división de Duverger, desde nuestro punto de vista, la historia de la


Ciencia Política parte del aparecimiento del marxismo, a mediados del siglo XIX, debido
a que anteriormente predominaba el idealismo en el estudio de los fenómenos sociales
y las teorías burguesas, al igual que ahora, ocultaban y justificaban los privilegios de la
clase dominante, con lo cual las teorías sociales se matizan de un carácter anticientífico
y los descubrimientos científicos constituían hechos aislados, que no llegaban a ser
verdaderas ciencias, o sea, sistemas de conocimientos científicos. La periodización de
Duverger tiene el mérito de descubrir a la mayor parte de los autores y precursores más
importantes de la Ciencia Política y tiene el mérito de presentar en forma muy simple
(dicotómica) el desarrollo histórico de la Ciencia Política, pues a partir de su dicotomía
puede encontrarse el término medio, o sea, la reproducción de la doctrina burguesa y
del dogmatismo marxista, durante la historia de la Ciencia Política.

A pesar de ello, y no tanto porque el pensamiento político no se inicia desde los


orígenes de la humanidad, consideramos que no debe emplearse esta división
dicotómica (en sólo dos períodos) para realizar el análisis del desarrollo histórico de la
Ciencia Política, pues tanto la historia como la prehistoria tienen elementos científicos y
no científicos, aunque en la segunda, al menos dentro del marxismo, llegaron a
predominar los elementos científicos, y porque la ciencia consiste en una aproximación
a la realidad económico – social, de tal manera que teniendo en cuenta su desarrollo es
recomendable el empleo de cuatro etapas de análisis (antigua, medieval, moderna y
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contemporánea), adoptadas de manera general para realizar análisis históricos y
diferenciados en consonancia con el desarrollo y evolución de los modos de
producción, que han sido el objetivo principal de las luchas ideológicas y políticas.

Debemos indicar que no consideramos que el pensamiento político se inicie desde los
orígenes de la humanidad, porque tal pensamiento lo consideramos relativo al poder de
clase y que, en consecuencia, nazca en el planeta, en forma desigual, con el proceso
de formación de las clases (y del Estado). En relación a este criterio, consideramos que
distintas formas de poder existentes en la vida social precedieron a su forma política y
debemos reconocer que durante la etapa antigua, en Europa Occidental, el objeto
principal de nuestro análisis, no sólo se realizaba el esclavismo (sino también, como
hasta la fecha, resabios inevitables de la comunidad primitiva, del modo de producción
germano y del asiático), pero, a pesar de que tratamos el estudio del desarrollo histórico
de la ciencia política, la periodización adoptada comprende, en realidad, una historia
que es muy reciente de la humanidad y que periodiza sobre todo, la historia de la
civilización, existente a partir del aparecimiento de la escritura, dentro de la tecnología
de producción de los procesos mentales, aunque ello, desde luego, no imposibilita su
análisis científico, con fundamento en el conocimiento de la realidad económico –
social.

El tema tratado requiere mucho esfuerzo de investigación, que esperamos evitar, al


menos en alguna medida al lector y al apreciar su complejidad es necesario considerar
los siguientes hechos:

a) El desarrollo histórico de la Ciencia Política es algo estrechamente relacionado


con la historia de las ideas políticas, pero comprende algo más circunscrito, en
cuanto no abarca a toda la teoría política, sino sólo a la obtenida por medio de
procedimientos científicos, pero si aparentemente el objeto de estudio es más
circunscrito, no abarca sólo a la teoría política sino también al método para
producirla y que como procedimiento teórico, filosófico y político, a pesar de sus
digresiones o desviaciones lógicas también ha existido generalmente sin un
carácter arbitrario, es decir, es la observación de los hechos y el análisis crítico
con fines de lucha y práctica social los instrumentos mediante los cuales el
hombre no sólo tiene sus desviaciones lógicas sino también los instrumentos
mediante los cuales logra ir desarrollando y conociendo la teoría política y la
realidad social.

b) Generalmente son muy extensos los tratados sobre la historia de las ideas
políticas que deben consultarse y es muy extensa la producción de cada autor en
la historia del pensamiento político y generalmente referido a la propia realidad
política del autor.

Para recorrer la obra teórica de la humanidad en materia política, sin embargo, no nos
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encontramos ante una utopía y a pesar del gran esfuerzo que implica su análisis y que
generalmente comprende varios años, los tratados de teorías políticas y de historia de
las ideas políticas simplifican en mucho el problema y para lo cual es necesario adecuar
el método de la abstracción, del análisis crítico y de la observación, de tal manera que
podamos cotejar sus coincidencias y desacuerdos, formulados en sus generalizaciones.

Así, el método de la abstracción (mediante mecanismos de simplificación), nos permite


alcanzar el conocimiento de aspectos esenciales, formular una reelaboración del
desarrollo de la teoría política y lograr un gran recorrido histórico sin haber empleado
una extensión muy grande de exposición.

1. ETAPA ANTIGUA

Nuestro objetivo de estudio de la etapa antigua se limita a la Grecia antigua, pues bajo
el influjo del medio oriente y del norte del África, los orígenes de la ciencia moderna y
de nuestra cultura occidental se encuentran en ella, debido a que militarmente fue
conquistada por Roma, pero la vencedora es conquistada culturalmente por la vencida
y ello dará origen a la cultura del imperio romano, por medio del cual se uniforma la
cultura occidental, a través del alfabeto latino.

El pensamiento político de la antigua Grecia nace en su comunidad primitiva y


caracteriza a su desintegración. En la antigua Grecia, hubo partidarios de la
aristocracia, la oligarquía, la monarquía y la democracia. O sea, existían distintas
teorías políticas, pero cuando la clase dominante no se propone aun la construcción del
feudalismo, tiene en ella varios rasgos en común:

a) Partir de la inamovilidad de las relaciones esclavistas de producci6n.


b) Afirmar la inevitable necesidad de la desigualdad social.
6) Afirmar la ausencia total de derechos de los esclavos.
d) Fijar la forma ideal de Gobierno en las polis para el dominio de los esclavos.

Estos rasgos esenciales de la ideología de la clase dominante de la antigua Grecia


tienen como causa principal la necesidad de reproducir el modo esclavista de
producción y, en condiciones de esclavitud, los esclavos, como tales, no formularon, o
sea, no elaboraron teorías políticas en forma escrita, pero su forma de pensar (su
ideología) se refleja en la lucha de clases: las rebeliones de esclavos. O sea, estaban
descontentos con el régimen esclavista imperante.

En las doctrinas políticas de la clase dominante de la antigua Grecia, han destacado,


por su fama, las doctrinas de Platón y de Aristóteles.

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1.1 Platón (427-347 A.C.)

Platón era un ideólogo de la nobleza esclavista griega: del lado de su padre descendía
del rey Kodros y su madre descendía de la familia del rey Solón.

Sus obras mas famosas de teoría política son “La República” y ~'Las leyes” y varios
autores lo consideran el máximo representante del idealismo objetivo de la antigüedad.

El idealismo objetivo de Platón consiste en que, según él, existen dos mundos: el
mundo terrenal de las cosas sensibles que perciben nuestros sentidos y el mundo de
las ideas. Así, para Platón las cosas sensibles del mundo terrenal que perciben
nuestros sentidos no tienen realidad auténtica, sine solo son un pálido reflejo del mundo
real, del mundo de las ideas.

En Platón, el mundo terrenal es una obra de Dios de carácter imperfecto, caduco o


mutante (las cosas dejan de ser lo que son) y caracterizado por la apariencia, a causa
de su materialidad, o sea, a causa de haber sido hecho en la materia eterna. En
cambio, el mundo de las ideas es perfecto y, por ello, no cambian las ideas acerca de
las cosas, sino tienen una existencia objetiva en su propio mundo, o sea, en el topos
uranos. Para Platón, en el hombre estas ideas, o sea, el conocimiento humano, no es
otra cosa que la reminiscencia o recuerdo del alma, cuando habitaba el mundo de las
ideas. Así, el carácter aparencial del mundo material lleva a Platón a exagerar la
realidad del mundo de las ideas y a convertirlo en uno de los máximos representantes
del idealismo objetivo en la historia de la filosofía.

Por lo tanto, una de las causas del idealismo objetivo de Platón consiste en que para él
la realidad y, sobre todo, la realidad social que debe existir y que concibe en su
pensamiento no corresponde al mundo terrenal de las cosas sensibles que perciben
nuestros sentidos, de lo cual dedujo que el mundo terrenal solo es un pálido reflejo del
mundo de las ideas.

En su teoría política, Platón es un moralista, que se preocupa que la política, tenga por
objetivo alcanzar el mejor gobierno posible, así:

a) Según él, el objetivo de su teoría política es la justicia, el bien general, o sea, como
afirma Catlin, “eticiza su política” y coloca a la ciencia política en una senda
enteramente moralista que dura dos mil años (aunque, en realidad, abarca y trasciende
al propio Maquiavelo).

b) Para ello, busca una organización de la sociedad que sea un acercamiento del
mundo terrenal al mundo de las ideas. O sea, para él, “la política debe ser la
organización mundana de una verdad ultramundana”, como afirma U. Cerroni.

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c) Por lo cual es partidario de la sofocracia y concibe la política como sapiencia, o sea,
los sabios deben hacerse reyes y los reyes hacerse sabios.

La sofocracia es el Gobierno de los sabios y según Platón es una forma de


organización de la sociedad en tres castas libres y los esclavos. Esas tres castas libres
son:

1º. Los sabios que gobiernan al Estado y a la sociedad.


2º. Los militares que lo protegen.
3º. Los campesinos, artesanos y pequeños comerciantes, que suministran los
bienes requeridos por la sociedad, pero sin derecho a voto y sin derecho a ser parte
constitutiva del Estado.

O sea, Platón procura distinguir claramente la función pública de la privada, en la


práctica social, pero este proyecto descrito en La República nunca se realizó, fue
utópico, entre otros hechos, porque para realizarlo los sabios carecían del derecho de
propiedad sobre los medios de la producción, que por el contrario sería un derecho de
campesinos y artesanos. O sea, la teoría de Platón contiene un comunismo en la clase
dominante.

Sin embargo, en “Las-leyes”, que según Platón es una obra destinada a poner en
práctica su proyecto descrito en “La República”, abandona en lo esencial la sofocracia,
que el mismo considera digna de ser alcanzada, pero inalcanzable, debido a su
perfección y reconoce que estaría ideado mas bien para dioses o hijos de dioses, que
para seres del mundo terrenal, o sea, imperfecto.

Platón rechazaba la democracia y abandona el proyecto descrito en “La República”, a


través de un Gobierno, bajo la dirección de un consejo de ancianos (sabios en “La
República”) elegidos para gobernar, en que los militares se convertirían en propietarios,
sin comunismo de las mujeres, o sea, con su familia propia (se trataba para Platón de
una forma intermedia de Gobierno entre la democracia ateniense y la monarquía
persa).

O sea, su conocimiento limitado a la antigüedad y a su filosofía, moralista y política, le


impidieron observar que al menos en forma limitada se ha realizado el Gobierno de los
sabios y para ello le hizo falta observar con más atención la distancia entre la casta
gobernante y las clases inferiores de la sociedad.

En su obra “Desarrollo Histórico del Pensamiento Político”, según Rubén Salazar


Mallén, la concepci6n aristocrática de Platón no se basa en la aristocracia de la riqueza,
sino en la aristocracia del talento, pero debe argüirse que ello sería meramente formal,
pues los propietarios reales serían los sabios, de haberse puesto en práctica lo que se
le ocurrió a Platón, y sus propietarios formales serían los campesinos y artesanos, pero
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en condición relativamente privilegiada frente a los esclavos, bajo la propiedad social y
real de la clase de los sabios y, por lo tanto, innecesariamente privada o particular.

“La República” de Platón, como forma de Estado (y de Gobierno) tiene como


característica muy especial, que no es una democracia, o sea, no pretendió que fuera
un Gobierno del pueblo, sino el Gobierno de los mejores, por medio de una forma
republicana de gobierno y realizada a través de la elección de los gobernantes.

Platón Alega a descubrir que su imagen de un Estado en que todos cumplen sus
deberes o funciones para lograr el bienestar general tiene un carácter utópico y solo
constituye un objetivo social, pero esta imagen es el resultado de su enfoque filosófico,
en el cual los sabios son quienes mas recuerdan el mundo de las ideas y en tanto en
ese mundo la idea suprema es el bien y forma parte de la naturaleza de Dios. A pesar
de ello, esta teoría desarrollada en “La República” no logra en “Las leyes” humanizar la
obra de Dios en la tierra, mediante la condena de la esclavitud. Por el contrario, deja
definitivamente caracterizado el mundo terrenal como imperfecto y que constituye una
noción que todavía reproduce el pensamiento religioso y que a no dudar tiene influjo
platónico por el desarrollo y discusión del neo platonismo, durante la formación del
pensamiento cristiano como ideología dominante.

Con la caída del mundo social en el mal, o sea, en la oligarquía, la democracia y la


tiranía, la construcción de imitación en el mundo terreno a imagen del mundo de las
ideas cayó en degradaci6n y al observar tal caída , la solución filosófica que “descubrió”
Platón fue la de reconocer la separación de los dos mundos, de tal manera que no
concedió importancia a la reminiscencia de cosas terrenales, que tan solo son, en su
doctrina, el estímulo para reminiscencias del mundo de las ideas, y llega a presentar el
mundo terrenal como castigo y al castigo como algo eterno, de tal forma que con su
creación no se pretendió forma alguna de perfección, sino lo contrario, pues en él las
almas tienen un descenso al castigo y al final de “La República” describe un juicio de
almas, para la asignación de premios y castigos y, por ello, considera que la filosofía y
la vida social deben ser una preparación para la muerte, pero evita la formulación de
una creación intencionada de perfección (Adán y Eva en el paraíso), que resulta en
creación de imperfección divina, por acción diabólica.

En Platón, el bien es castigo en el mundo terrenal y el mal es acción, dentro o fuera de


éste, pero la mala acción tiene solución con el descenso del alma al mundo terreno. O
sea, formuló un idealismo objetivo, con mayor rigor lógico que el del cristianismo, por lo
cual no carece de mérito el considerarlo el máximo representante del idealismo objetivo
de la antigüedad, en la historia de la cultura occidental, pero su doctrina careció del
humanismo del cristianismo, que condenó al infierno al esclavista, sin afectar sus
privilegios terrenales. Con este humanismo triunfó sobre el platonismo, tanto por la
naturaleza de su predicación (dar al César lo que es del César y dar a Dios lo que es de
Dios), que buscaba la superación del conflicto social, como por el hecho que este
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conflicto social llegó a ser muy agudo, conoció en la práctica social formas de vida
superiores al esclavismo y conduce a adoptar el cristianismo como religión oficial del
imperio esclavista romano, pero esta distinción lleva al abandono de prescripciones
bíblicas, a justificar la esclavitud, bajo el influjo de Platón, durante la época de los
padres de la iglesia, y también de Aristóteles, durante la escolástica medieval.

En conclusi6n, la superación del platonismo por el cristianismo fue de orden sociológico


y político, pero no de orden lógico o filosófico. No obstante a pesar de sus similitudes y
parentesco, el cristianismo de la actualidad, principalmente de origen protestante,
presenta el mundo actual formado por un grupo de “perfectos hijos de Dios e
imperfectos pecadores” y de un grupo de “perfectos pecadores” y retoma la idea en
contra de las tendencias materialistas que brotaron en la época del Renacimiento de
que el derecho de entrada al reino de los cielos no deviene del buen comportamiento,
sino de la simple creencia en Dios y del arrepentimiento. Asimismo, concibe una
felicidad terrenal santificada por Dios y complementada por una felicidad eterna de
carácter ultra terrenal, aunque sea como ciudadano de segunda categoría en el cielo,
por su mal comportamiento en la tierra. O sea, todo esto se encuentra
predominantemente ajeno a la doctrina de Platón, por su contexto social, y salvo por el
hecho de que también es una forma de idealismo objetivo o religioso.

En todo caso, con la evolución del idealismo objetivo, “La Biblia” y el pensamiento
religioso han sido objeto de múltiples interpretaciones y han dado lugar a muchas
sectas. Más de 3000 se encuentran autorizadas actualmente en la República de
México, de tal forma que con esta diversidad de pensamientos resulta muy difícil el
conocimiento de la realidad social y lograr la construcción de una mayor felicidad
terrenal, principalmente cuando se sigue prescribiendo el sufrimiento terrenal como
castigo y como derecho a la felicidad eterna y se reproduce un sin fin de intransigencias
innecesarias, en todas las direcciones políticas, aun cuando no se debe negar ni se
puede evitar la lucha de los seres humanos para superar sus problemas.

1.2 Aristóteles (384-322 A.C.)

Sus obras más famosas de teoría política son “La Política” y “La Constitución de los
atenienses”.

Aristóteles es considerado el creador de la lógica formal y que para Kant no había


avanzado un paso después de su creador, pero aunque en su método de estudio es
menos idealista que Platón, también es un pensador monoteísta (o mas bien desarrolla
el pensamiento monoteísta de su maestro, porque Platón aceptaba la posibilidad de
existencia de dioses menores, pero el Dios de Aristóteles es un ser limitado a
contemplar su perfección y que solo sirve al ser humano de modelo abstracto para
moverse a su perfección) y como él defiende la esclavitud y la considera como algo
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necesario y natural. En “La Política” se refiere a los esclavos como seres inferiores que
deben obedecer a quienes han nacido para mandar y como seres que incluso llegan a
amar la esclavitud.

Alumno de Platón, posteriormente discrepa de su maestro, de tal manera que podemos


descubrir, entre otras, las siguientes diferencias:

a) Muchas de sus ideas siguieron usándose durante el feudalismo y se emplean


todavía en la actualidad, particularmente la idea de la desigualdad social por naturaleza
y la idea de la familia como célula de la sociedad [con el desarrollo del pensamiento
lógico logrado por Aristóteles, la doctrina de Platón ha sido menos “valorada” que la de
su discípulo, pero adquirió gran importancia académica en la obra de Hegel, Su
idealismo religioso llegó a tener gran simpatía en el mundo cristiano y, a pesar de su
enfoque (teoría de la reminiscencia), al describir el método de Sócrates logra uno de los
antecedentes mas importantes acerca de la abstracción).

b) Según Duverger, comparado con su maestro, Aristóteles se apoya en la experiencia


y, por ello, “crea el primer elemento de la ciencia política”, o sea, el uso del método de
la observación. Así, desde la teoría actual se ha sobre apreciado el “positivismo” del
pasado.

c) Es decir, para Duverger, Platón observa poco los hechos y define la imagen del
buen Gobierno mediante reflexión interior (usando el método de la abstracción),
mientras Aristóteles lo busca empleando el método experimental, a través de la
observación de todas las formas de Estado que le fue posible examinar según
Aristóteles, debe estudiarse cada pueblo para determinar la forma de Gobierno que le
corresponde, pero concluye en que los pobres son por todas partes la inmensa
mayoría, que la verdadera diferencia entre oligarquía y democracia consiste en que la
primera es el gobierno de los ricos y la segunda es el gobierno de los pobres, de tal
manera que la mejor sería la forma de Estado que logre el predominio de la clase
media, entre hombres libres, y, como Platón, excluye del derecho a voto y a la
constitución del Estado a campesinos, artesanos y comerciantes con lo cual también
concluye en otro Estado ideal e intermedio).

d) Logrando una mayor penetración en el estudio de la vida social que la de su


maestro (que también se ocupa del estudio de las clases sociales), Aristóteles utiliza en
forma incipiente la teoría de la lucha de clases para explicar la historia griega, indicando
que los cambios en la organización política de Atenas se debieron a la lucha entre
nobles y plebeyos, o sea, entre ricos y pobres, con lo cual puede decirse que Aristóteles
penetró al campo de la historia, con mas aproximaci6n que Platón.

e) Para Aristóteles, la ciudad-Estado surge de la asociaci6n de familias, a causa del


instinto gregario y para Platón se origina de la división del trabajo (o cualidades
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humanas) y de la diversidad de necesidades humanas, es decir, a pesar de sus
diferencias llegaron a dar explicaciones causales satisfactorias acerca de la vida social.

En su obra “Breve Historia del Pensamiento Antiguo”, Rodolfo Mondolfo sostiene que
Aristóteles esboza los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial).
Desafortunadamente su indicación carece de referencia al pensamiento de
Montesquieu y no precisa si se trata de una propuesta política o de una observación de
Aristóteles. En todo caso, ello nos indica que el problema de los tres poderes es
connatural a la organización de todo Estado y de atención indispensable para el
perfeccionamiento de la administración pública.

2. ETAPA MEDIEVAL

La etapa medieval es el período de la historia humana que va de la caída del imperio


romano de occidente en poder de los bárbaros germanos, en el año 476, hasta la caída
de Constantinopla, capital del imperio romano del oriente, en poder de los turcos, en el
año 1453. Muchos autores prolongan esta etapa hasta el “descubrimiento” de América,
en el año de 1492, y, algunos autores, principalmente de la escuela soviética, la
prolongan hasta la revolución burguesa en Inglaterra. Sin embargo, se caracteriza más
unitariamente a esta etapa prolongándola solamente hasta el año de 1453 y
empleando, para ello, la delimitación que, entre otros autores, realizan 0. Secco Ellauri
y Pedro D. Baridón.

Al atender el desarrollo de Europa Occidental (que es nuestro objetivo de análisis),


frecuentemente se presenta el desarrollo alcanzado por la etapa medieval
caracterizándolo por el predominio del feudalismo y por el dominio del cristianismo. Ello
fue aproximadamente válido, sin embargo, durante toda la edad media para los lugares
más avanzados de Europa Occidental, pero por efecto de la presencia de los bárbaros
en grandes partes de ella, tal caracterización no es válida o exacta para Europa
occidental en su conjunto.

Marx, en sus análisis, se ocupa, desde luego, de esta realidad y llega, a calificar de
germana a la etapa medieval y, en consecuencia, hace referencia a un tipo o modo de
vida germano, que considera derivado de la Comunidad primitiva, mediante un análisis
que ciertamente resulta poco claro, pero que no había depurado para destinarlo a la
publicación (“Formaciones económicas precapitalistas”), aunque fundamental para el
estudio de la etapa medieval, principalmente para superar el problema de que se han
argüido dificultades de conocimiento acerca del origen, desarrollo y operación del
feudalismo en esta etapa.

Los bárbaros son, por Supuesto, cristianizados, latinizados y orientados al feudalismo.


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No obstante, el hecho que llegue a predominar el feudalismo en Europa Occidental
significa que la caída del imperio romano en poder de los bárbaros constituyó una
verdadera revolución social y confirmó que el esclavismo se habrá convertido en un
modo de producción obsoleto e inconveniente de vida, que la propia clase dominante
tendía a cambiar, por su carácter violento y conflictivo y de lo cual fue un ejemplo el
colonato romano y que no era otra cosa que una forma de feudalismo sin influjo
bárbaro. Asimismo, formas de descomposición del esclavismo dentro del imperio
habían sido la adopción del cristianismo como religión oficial del mismo y la liberación
de esclavos realizada durante el período de terminación del imperio romano de
occidente.

Aún en la antigua Grecia, durante la época pre-socrática del pensamiento filosófico, la


clase dominante griega ya había percibido el carácter anti - humano del esclavismo y
frecuentemente era manifestado en expresiones artísticas y en pensamientos
filosóficos, aunque de forma muy asistemática y con un carácter anti-esclavista muy
limitado.

El feudalismo representó un gran progreso, pues a cambio de pagar la renta de la tierra


(en trabajo, en especie o en dinero) al esclavo se le dio tierra en usufructo, de tal
manera que la producción pudo desarrollarse con menos conflictos y en forma menos
anti-humana.
El cristianismo bendijo a este proceso y llegó a convertirse en la ideología
dominante de la etapa medieval, pero la filosofía sufrió con él un retroceso científico,
pues la explicación razonada del hombre acerca de los hechos de su vida fue sustituida
por el predominio de una explicación dogmática (a través de una dominación
deliberadamente religiosa). Más exactamente, teniendo en cuenta la idea de los
'pensadores cristianos de considerar a la filosofía como sirvienta de la teología, la
filosofía sufre un retroceso, pues su carácter racional se orientó a “demostrar” la
divinidad de los dogmas religiosos y no a la explicación de la realidad objetiva.

Así, por ejemplo, el pensamiento de Sócrates constituye un antecedente muy


importante de los descubrimientos metodológicos que realizará el marxismo en la
posteridad (para conocer fácilmente este aspecto del pensamiento socrático es
recomendable consultar la “Historia de las Ideas Políticas” de Pokrovski y otros
autores), Sin embargo, sólo en lo que toca al aspecto filosófico podemos observar un
retroceso de la edad media respecto a la etapa antigua, ya que, a pesar de todo, la
ciencia y todas las actividades sociales siguieron una orientación de progreso social.

La causa más importante del ascenso del cristianismo a ideología dominante en Europa
Occidental fue su conversión en doctrina oficial del imperio esclavista romano, pues
predicaba, entre otros hechos, que había que “dar al César lo que es del César y a Dios
lo que es de Dios”, o sea, que debían pagarse los impuestos al César y las
contribuciones a la iglesia, Era una forma de no morir en la oposición, pero había
52
predicado la igualdad entre los hombres como creaciones de Dios y en este sentido fue
revolucionario y residió su origen en la clase y capa de los pobres libres y que, como
consecuencia del dominio político de los esclavistas, se convierte en ideología de la
clase dominante, porque en el mundo terreno no proponía más que de una forma
puramente moral y voluntaria la eliminación del esclavismo y prescribía varias formas
de sumisión hacia los esclavistas.

Otra de las causas de la aceptación del cristianismo en el mundo romano fue el hecho
que el monoteísmo se encontraba consolidado de manera muy desarrollada, desde las
doctrinas de Platón y Aristóteles y que el monoteísmo fue la evolución inevitable del
politeísmo griego, que llegó a reconocer en Zeus al padre de los dioses. Asimismo, no
debemos dejar de tener en cuenta que el monoteísmo fue la solución lógica de la falta
de comprobación práctica de la existencia física de los dioses y que desde la
antigüedad se convierte en una solución sencilla de explicación, dominación y
ordenamiento de la vida social para adoptar normas adecuadas y necesarias para la
convivencia humana (los diez mandamientos de Moisés), pero el costo de ello fue el
dogmatismo oficial.

Con la alianza de los esclavistas a la iglesia, y viceversa, se reconstruye el cristianismo


no para efectos de la liberación del hombre del esclavismo (San Agustín) sino para su
dominación feudal (las doctrinas de los padres de la iglesia y las tendencias de la
escolástica medieval) y en cuanto ello se hizo necesario a causa del poder económico,
político e ideológico que llegó a tener la iglesia católica en la etapa medieval,
principalmente por su conversión en el mayor de los terratenientes feudales. O sea, la
filosofía oficial no se orientó solamente a “demostrar” la divinidad de los dogmas
religiosos sino a justificar la desigualdad social. Llega, incluso, en Santo Tomás de
Aquino, con antecedentes en San Agustín, a justificar la esclavitud sobre los pueblos
vencidos y también en oposición al pensamiento cristiano original condena la
democracia y se inclina por la monarquía. Más en defensa de los jerarcas de la iglesia,
frente a los nobles seculares, este pensador llega a prescribir que el pueblo debe tener
el derecho a sublevarse, cuando los reyes incumplieran las “leyes” divinas. O sea, el
cristianismo, por medio del poder adopta toda forma de agresividad social y bajo el
poder del Papa, inicialmente tan sólo el obispo de Roma, llegan a existir toda clase de
recursos económicos y políticos, que hacen efectivos reyes, señores y vasallos y, desde
entonces, se descubre la diferencia entre el poder temporal (o político) y el poder
espiritual, o sea, ideológico.

2.1 El Orden Medieval

Durante la edad media, en Europa Occidental, llegó a predominar un feudalismo, cuyas


características mas importantes fueron:

53
a) Propiedad del señor feudal sobre la tierra.
b) Los campesinos poseen tierra en usufructo, a cambio del pago de la renta feudal.
c) Propiedad parcial del señor feudal sobre los campesinos siervos.
d) Predomina la economía natural y la coerción extraeconómica obliga a los
campesinos siervos a trabajar para la clase dominante.
e) Mediante el vasallaje el cristianismo adopta una forma de organización social muy
opresiva y violenta.

La prueba de que los señores feudales eran los propietarios de la tierra reside en la
obligación de los campesinos de pagar la renta feudal a cambio del usufructo de la
tierra.

La renta de la tierra es una forma de explotación humana que no tiene un carácter


oculto, como la plusvalía capitalista, ya que es un pago que recibe el señor feudal (en
trabajo, en especie y/o en dinero) sin dar nada a cambio, es decir, tan sólo el derecho a
usufructo de la tierra, pero que de ordinario no adoptó forma de transacción, sino de
institución feudal, o sea, de derecho consuetudinario y en que con la renta el siervo
pagaba su “protección”.

El campesino para tener derecho a la tierra no sólo pagaba una renta a su amo sino
incluso también contribuciones a la iglesia e impuestos al rey. Desde luego, el siervo ya
no es un esclavo, o sea, no pertenecía al señor feudal, ni era considerado un
instrumento que habla, pero carecía de toda clase de derechos y de manera inevitable,
como clase, estaba adscrito a la tierra, que al ser vendida o transferida, se adquiría
incluyendo a los siervos que la trabajaban. Por esta dependencia hacia la tierra se ha
considerado que existía una propiedad parcial del señor feudal sobre los campesinos
siervos, pero que no es un rasgo esencial para la existencia del feudalismo, tanto
dentro como fuera de Europa, no obstante la forma descubierta tan importante que
adquirió en ella.

Con el escaso desarrollo de las fuerzas productivas, en estas condiciones de


explotación, caracterizadas por la ausencia y la escasez de pago de salarios,
predominaba la economía natural, o sea, los valores de uso no se convertían en valores
de cambio y estaban destinados principalmente al consumo de su productor o de su
amo. Más con el derecho a usufructo de la tierra y con el crecimiento de la clase
dominante y de sus necesidades era necesaria, como complemento, una coerción
extraeconómica y el sistema social se orientó hacia la renta feudal en especie y en
dinero. Esta coerción extraeconómica se manifestó en la ausencia de toda clase de
derechos a favor de los campesinos y en su opresión por medio de las huestes
feudales, los tribunales eclesiásticos y no eclesiásticos y el vasallaje.

El vasallaje es una institución económica, política y jurídica, que comprende un conjunto


de relaciones sociales que llevaron a K. Marx a F. Engels a calificar el sistema feudal
54
como una “asociación dirigida contra la clase oprimida y productora”.

El vasallaje consiste en la dependencia de un señor feudal (llamado vasallo) respecto a


uno mayor (llamado señor) y que se manifiesta en su obligación de prestarle servicio
militar por la tierra que ha recibido de él (en propiedad, en arrendamiento o
simplemente en usufructo) para luchar contra las sublevaciones de siervos, realizar
conquistas o defenderse de conquistadores. Así, por el fenómeno del vasallaje se
derivan los siguientes hechos:

a) Tanto el siervo como el señor de un feudo podían ser arrendatarios, pero al


menos un señor feudal tenía propiedad sobre la tierra y al menos un señor feudal
tenía una propiedad real (aunque no fuera formal) sobre ella, pues disponía de
su explotación y del siervo, aunque el excedente generado podía ser recibido por
más de un señor feudal.

c) Podía suceder que la tierra dada a un siervo por un señor feudal, a su vez
provenía de un conde, que a su turno la recibía de un duque, quien podía
haberla recibido de un rey, pero a veces se iba más lejos, pues un rey la había
recibido de otro rey.

Así, se estableció una vinculación directa entre la propiedad territorial y el poder


político, pues cuanto más poderoso era territorialmente un señor feudal era un rey más
poderoso. En estas condiciones, varios nobles sólo eran dueños de uno o pocos
feudos. En Italia, pocos y grandes señores feudales, se ha llegado a contabilizar que
alcanzaron a ser dueños de más de mil feudos y se ha llegado a describir que un rey,
aunque nominalmente era considerado el dueño de toda la tierra, no era el propietario
real de todos los feudos de su reino, ya que no todos sus nobles eran arrendatarios
suyos.

En su “Compendio de Historia y Economía”, según Kedrov y otros, las relaciones de


vasallaje se establecieron por medio de actos de derecho privado hasta la segunda
mitad del siglo IX, en que adquirieron un carácter obligatorio, en virtud de edictos
reales”. Sin embargo, no debemos desdeñar el hecho que el sistema impositivo
convertía a todos los nobles y a otros agentes sociales en arrendatarios del rey.

En torno a la forma de vasallaje descrita anteriormente, debe tenerse en cuenta que se


trata de una institución correspondiente al feudalismo Europeo y que en tanto los
campesinos eran usufructuarios de tierras y no propietarios, también eran considerados
vasallados. Ciertamente no fue la única forma de desarrollo del feudalismo que adoptó
la historia Europa y la humanidad, pero muestra un rasgo fundamental de toda forma de
feudalismo, o sea, que la apropiación de renta feudal tiene un carácter individual o
privado, antes de su apropiación por la función estatal (o Estado) y que, por esta forma
privada de apropiación del plus – producto, el feudalismo se constituye en fundamento
55
para la reproducción del capitalismo en el seno de la sociedad feudal.

Ciertamente también es evidente que en los señores feudales se depositó y atomizó la


función estatal y con ello se produjo una aparente descomposición y desaparición del
Estado, pero no fueron los únicos en ejercerla, ni ello da lugar a confundir las funciones
del Estado con las funciones económicas, destinadas en primer lugar a la formación y
apropiación de rentas y que, en segundo lugar, serán empleadas en forma estatal, tanto
en los feudos como fuera de ellos.

Hay dos causas absolutamente reales del feudalismo descrito anteriormente:

b) Descomposición del esclavismo antiguo (causa de origen greco-latino y hebreo,


que comprende la cristianización de los bárbaros, pero también la destrucción de
éstos ejercida sobre el imperio).

c) Descomposición de la propiedad comunal sobre la tierra para su uso privado y


del pago de impuestos para la guerra y defensa (causa de origen bárbaro, pero
que comprende la cristianización de los bárbaros).

En ambas causas, el papel más dinámico y efectivo fue de las clases dominantes (de la
clase dominante de origen esclavista o imperial y de la nobleza teocrático-militar,
germana o bárbara). La primera consiste en la descomposición del esclavismo de
origen imperial y realizada en forma feudal por la clase esclavista, mediante el colonato
y la liberación de esclavos a que condujeron las crisis del imperio romano de occidente
y que ante su destrucción se realizó con el visto bueno y promoción de los padres de la
iglesia.

La segunda causa es una descomposición de lo que podemos denominar modo de


producción germano, mediante una forma de modo de producción asiático y en que, por
lo tanto, de manera directa tal descomposición no significa feudalismo, pero que en su
evolución inmediata condujo directamente a él y realizada, al menos durante dos o tres
siglos, para dar por resultado el predominio del feudalismo en Europa Occidental.

Para la comprensión de este proceso partimos de una de las caracterizaciones que no


con mucha claridad llega a alcanzar Marx y conforme a la cual una tribu germana sería
un conjunto de casas o de unidades autosuficientes, así: “El todo económico está
contenido en cada casa individual, la cual constituye para sí un centro autónomo de
producción (manufactura solo como ocupación doméstica accesoria de las mujeres,
etc.)” Esta “forma de producción” en oposición a la interpretación de Marx por algunos
de sus seguidores, parece considerarla él como derivada y no como manifestación de la
comunidad primitiva, en tanto considera a la “propiedad común” como “fundamento
oculto”, aunque “antitético”', “de la propiedad antigua y germana”. Ateniéndonos al texto
56
escrito, ciertamente de carácter provisional, concluimos que Marx consideraba sin dudar
a la producción germana, al esclavismo y al modo de producción asiático como
derivados de la comunidad primitiva y que sus observaciones históricas tienen
suficiente sensatez, en tanto implican modelos cualitativamente distintos y
perfectamente posibles en la realidad económico-social y emparentados en gran
medida al feudalismo, aunque debido a la simplificación de la exposición del desarrollo
social, que no pudo actualizar la escuela soviética, solo han sido conocidos y aceptados
de manera universal los modelos correspondientes a la comunidad primitiva, al
esclavismo y al feudalismo y en cuanto, en realidad, ellos ya eran muy conocidos,
aunque de manera muy especulativa.

Sin embargo, hasta donde sabemos, .Marx .subestima la descomposición del modo de
producción germano hacia el feudalismo, por intermedio del modo de producción
asiático, y no directamente hacia él, pero la desintegración de tal modo de producción,
desde nuestro punto de vista, consistiría en el desarrollo de la tributación para la guerra
(y defensa) y en la conversión y/o adopción de los tributos como obligación fiscal para
tener derecho al uso de la tierra, o sea, para tener derecho a vivir en la comunidad.
Hasta aquí tenemos un modo de producción asiático o tributario, mediante propiedad
comunal, tributación privada o familiar y uso privado o familiar de la tierra, en propiedad
del Estado y representante de esa propiedad comunal o social, con su propia nobleza
teocrático militar, pero no propietaria de la tierra ni de manera privada ni de manera
colectiva, sino la tierra sería un derecho de la función estatal, por su conducción de la
comunidad al lugar de producción y de reproducción de la vida social.

Llegar a esta condición social es un proceso muy rápido a partir de la disposición


estatal de satisfacer necesidades de conquista y/o de defensa, pero detrás de esta
disposición se encuentra toda la historia de la humanidad y el modo de producción
asiático puede reproducirse durante varios siglos, aunque en el caso de las agresiones
bárbaras se encontraba motivado grandemente por acciones de rapiña y no había
encontrado en ellos todavía una reproducción menos violenta, o sea, más productiva y
así' la palabra bárbaro tiene, desde la época esclavista hasta la fecha, un carácter muy
despectivo.

Por lo tanto, aceptamos la posibilidad de sobrevivencia de un modo germano de


producción, predominante en la vida social, mediante un modo de producción asiático
pequeño, dependiente, secundario o escaso, así como sin él, pero en la que entonces
su “nobleza teocrático-militar” no representaría la apropiación de plusproducto alguno
creado por la comunidad y aceptamos la idea de una comunidad primitiva con
propiedad individual (privada) sobre los instrumentos de producción, pero carente aun
de unidades familiares autónomas de producción, con reconocimiento o no (tribus
nómadas) de apropiación del lugar de trabajo de la comunidad, o sea, de la propiedad
comunal sobre la tierra y sin relaciones de explotación, salvo por fenómenos de rapiña
o canibalismo, no practicados de manera ordinaria al interior del comunismo primitivo,
57
como mecanismo de autodefensa social.

Hasta aquí, en consecuencia, salvo por lo relativo al mecanismo de paso al feudalismo


no nos hemos apartado de manera esencial del pensamiento de Marx sino, por el
contrario, consideramos haberlo fundamentado, hasta donde sabemos de esta materia.
Subyace, sin embargo, en nuestro análisis una oposición al marxismo, que
consideramos de carácter secundario en cuanto a los efectos de la teoría del valor
trabajo y que consiste en que pensamos que aún el trabajo del militar es productivo, no
para prestigiarlo en la izquierda o en la derecha, sino para reconocerlo como trabajo
abstracto que no deja invariable la realidad material del mundo de los objetos que nos
rodea, pero que en relación a la explicación del mecanismo de paso al feudalismo
carece de importancia.

En todo caso, en la condición de un modo de producción asiático o tributario


desarrollado para la guerra, el paso siguiente para llegar al feudalismo reside en
convertir tales tributos o renta de la tierra estatal en renta personal o privada y ello sólo
implica la disposición pública de realizarla en forma de bienes y servicios para la familia
real y para las de guerreros sobresalientes, que heredan la dominación de familias y el
beneficio de esta dominación, de tal forma que con ello se reproduciría el modo feudal
de producción de carácter germánico y la forma germánica de la etapa medieval, por
medio del aseguramiento o reproducción estatal de huestes de guerra bajo su mando,
primero todavía en vida de sus jefes y seguidamente después de su muerte, a través
de sus hijos varones y con el fin de reproducir huestes de guerra, que, a su vez,
cumplen el papel de huestes feudales y de siervos con su trabajo. Esta sería la forma
germánica, al menos inicial, de la etapa medieval, apreciando una imprecisión de Marx,
que no detalla fuentes históricas en el material que consultamos (“Formaciones
económicas precapitalistas”).

Aun cuando la fuente de comprobación de este proceso debiera ser directamente el


derecho escrito (no importa para el efecto que los bárbaros sean analfabetos o
desconozcan la escritura), a falta de fuentes históricas, tenemos como forma de
comprobación a la abstracción y a la observación histórica, en las que tenemos como
hilo conductor un modo de producción asiático o tributario desarrollado para la guerra
(la realización de invasiones bárbaras es un hecho plenamente comprobado, bajo el
mando de guerreros muy conocidos) y el modo de producción feudal como destino
histórico inevitable. En torno a estos dos hechos sólo falta otra observación y evidencia
y que consiste en que entre ellos hay una relación histórica y que esta relación es de
carácter causal y fundamental, porque la renta privada feudal y la renta estatal del
feudalismo son la misma cosa, tienen el mismo origen (la familia obrera) y el mismo
destino (la familia noble). O sea, el relato realizado no se aleja del terreno de los
hechos, aun con desconocimiento de la naturaleza del modo de producción germano
(cuya realidad, aún subapreciada, carece de sentido negarla, pues todos los modos de
producción referidos anteriormente se encuentran aun imbricados o combinados en la
58
realidad económico – social de cualquier país). Sirven de apoyo a este descubrimiento
histórico el hecho que la renta feudal se realizó primero en trabajo o en especie y
seguidamente en dinero, así como la continua convulsión que va de la caída del imperio
romano de occidente (476) al año 847, en que se establece el feudalismo como sistema
oficial de vida, a través del edicto de Mercen, en el mundo de origen germánico, durante
el reinado de Carlos El Calvo y el recientemente desintegrado imperio de Carlomagno, y
que no fue sino el reconocimiento oficial de un proceso que de forma progresiva vino
desarrollándose desde antes de la caída del imperio romano de occidente y que nos
indica que el proceso de formación del feudalismo se desarrolló en forma muy desigual
en los países de Europa occidental.

Tampoco debe desestimarse la apreciación de varios autores, según los cuales el


medio milenio lleno de guerras, que va del 400 al 900 y en el cual se desarrollan, para
ellos, luchas hasta de grandes terratenientes por el principal medio de producción, que
es la tierra, y que conduce a los pequeños campesinos a buscar protección de
príncipes, reyes, terratenientes y de la Iglesia y que para tener esta protección deben
pagarla y hasta entregar la tierra, conservando su derecho a trabajarla, a cambio del
pago de renta feudal. El problema aquí reside en que se deja sin explicación el origen
del campesino y que no se debiera omitir (liberto, artesano-campesino, familia germana,
etc.), pero, en todo caso, debemos entender que el rol fundamental lo desempeñaron
las clases dominantes y no las clases dominadas, o sea, la administración pública y por
ello el proceso de transición al feudalismo fue relativamente rápido, al menos en
comparación con la historia previa a la formación de la sociedad dividida en clases
sociales.

2.2 Teorías políticas

El hecho que la religión de la Iglesia Católica se convirtió en la ideología dominante en


la sociedad significó que la filosofía era cristiana, que la religión era cristiana, que la
ideología era cristiana, que el arte era cristiano, y que las teorías políticas fueran
cristianas y, en este sentido, de carácter religioso y moral, en Europa Occidental. Sin
embargo, reflejan:

a) La lucha entre los señores feudales y la masa de trabajadores explotados, a


través de las teorías teocráticas y la manifestación de las llamadas herejías.

b) La lucha entre los señores feudales seculares y los señores feudales


eclesiásticos por el poder estatal, aspirando los primeros a liberarse de la
tutela de de la Iglesia, mediante sus propias teorías sociales.

Las teorías teocráticas son aquellas teorías destinadas a justificar el poder ideológico,
económico y político de la Iglesia Católica e, inclusive, sus pretensiones por ejercer una
59
dominación económica y política a nivel mundial. Las cruzadas constituyen al respecto,
una manifestación de su dominación en la sociedad y de sus pretensiones de
dominación mundial. Son varias las teorías teocráticas. Entre ellas se consideran a la
“teoría del sol y la luna” y la “teoría de las dos espadas”, pero en realidad comprenden a
todo el movimiento cristiano, o sea, a las doctrina de los padres de la iglesia y a las
tendencias de la escolástica, entre las cuales debemos ubicar en gran proporción a las
teorías de los señores feudales seculares que también llegaron a alcanzar el calificativo
de herejías. Estas últimas también tienen en general, un carácter teocrático, en la
medida en que reconocen el poder de Dios sobre el universo.

Todo ello fue en gran medida una manifestación del poder económico y político que
llegó a alcanzar la Iglesia Católica, gracias a su poder espiritual y a que gracias a
contribuciones, indulgencias y donaciones de tierras llegó a convertirse en el mayor de
los terratenientes feudales. Así, algunos analistas consideran que llegó a poseer las
tres cuartas partes cultivables del mundo católico.

Las herejías son teorías y prácticas que se oponían a los privilegios de la Iglesia
Católica y a las injusticias de los señores feudales. Como teorías frecuentemente eran
de carácter religioso y llegaban a proponer que la Iglesia abandonara el lujo, la violencia
y la opulencia, que re tornara al pasado, cuando era humilde y apegada al pensamiento
cristiano y hasta llegaron a considerar que el Papa no era el representante de Dios en
la tierra, sino de Satanás. Como prácticas, se conocen las herejías de valdenses,
cataros, albingenses, Arnaldo de Brescia, Juan Ball, Fradolcino, etc., y adoptaban la
forma de rebeliones, negación a pagar rentas feudales, a aceptar ritos de la Iglesia
Católica, a aceptar el feudalismo, etc.

Con el desarrollo del poder económico y político de la Iglesia, así como del feudalismo,
aparecen las teorías de los señores feudales seculares, realizando una severa crítica a
las teorías teocráticas; aspirando a liberarse de la tutela de la Iglesia Católica y con
ellas se entabla una aguda lucha ideológica por el poder estatal y aparece en la Edad
Media Europea la tendencia a considerar como objeto de estudio el fenómeno del
poder.

Entre las teorías políticas de los feudales seculares destaca la de Dante Alighieri y,
sobre todo, la de Marcelo de Padúa, rector de la Universidad de París, quien clasifica
las leyes en jurídicas y religiosas, pero ante el interés del Papado de gobernar al
mundo, sostiene que el evangelio no es una ley sino una enseñanza y que en materia
de fe no debe haber coacción, o sea, su argumentación sigue teniendo un carácter
religioso, pero indudablemente llegó a tener un carácter herético, por denunciar el poder
anti – cristiano de la Iglesia Católica, y constituye un antecedente del futuro desarrollo
del movimiento protestante en Europa, durante el Renacimiento.

60
Con la desintegración del feudalismo, intensificada a fines de la etapa medieval, sobre
todo con el desarrollo de las relaciones capitalistas de producción, se desarrolló una
oposición a la doctrina de la Iglesia Católica, es decir, los ideólogos de estas nuevas
relaciones tienden a apartarse en mayor o menor grado de la concepción religiosa del
mundo y llegan a sustentar concepciones materialistas, que de manera inmediata se
presentarán en forma mas desarrollada en el primer período de la etapa moderna, pero
empezaron a constituirse en la edad media, a partir de las doctrinas de los señores
feudales seculares y, entre las cuales, es de gran importancia el nominalismo.

Ciertamente, hasta donde hemos podido conocer, el pensamiento humano no pudo


apartarse del idealismo, de manera definitiva, hasta el aparecimiento del marxismo (y
ello aun teniendo en cuenta las formas más desarrolladas de materialismo, o sea, las
de D. Diderot, A. Comte y L. Feuerbach), pero en la medida en que la teoría de los
feudales seculares fue anti-eclesiástica y el nominalismo se impulsó con el desarrollo de
las ciudades medievales, debe ser considerado su materialismo como reflejo ideológico
del desarrollo de relaciones visiblemente materiales, como lo fue en las ciudades el
desarrollo de las relaciones capitalistas de producción, de tal manera que los feudales
seculares y sus ideólogos, entre ellos Guillermo de Occam, jugaron no sólo un papel
anti – idealista sino también, sin saberlo, anti – feudal, por el carácter eclesiástico que
adoptó el feudalismo Europeo.

El materialismo del referido nominalismo medieval reside en reconocer que las ideas
que poseemos acerca de los objetos no son mas que nombres de las cosas concretes y
particulares y que lo real solo son objetos individuales, por lo cual declaraban que “las
cosas existen antes de la ideas generales” y “las ideas generales no son mas que
nombres”

Este materialismo es importante en cuanto desbroza un camino hacia la investigación


científica y materialista del mundo. No debe hacerse apología de él y las cosas deben
llevar un nombre adecuado, pero en la historia de la filosofía representa una nueva
etapa, nacida en el seno de la edad media. Constituye una forma de progreso social y
en la práctica política llegan a triunfar los feudales seculares, porque de manera natural
al papado, a la Iglesia Católica y al cristianismo le correspondía el poder espiritual y a
los reyes el poder político – militar y la administración del orden económico, debido a la
naturaleza moral y sagrada de la forma de poder espiritual predominante en la edad
media (en contraste con una sociedad muy anti-humana) y del cual todavía hay
vestigios de predominio muy importantes en el mundo actual.

La lucha entre feudales seculares y feudales eclesiásticos implicó conflictos armados,


pero el papado nunca llegó a tener bajo su dominio y propiedad de la Iglesia a todos los
reinos y a todos los feudos, debió delegar al orden secular poder económico, político,
militar y administrativo y el propio orden secular los redujo sobre todo al poder espiritual,
hasta que su poderío económico fue reducido a una parte de Italia y sus ultimas
61
propiedades fueron confiscadas por las revoluciones burguesas, no sin antes haber
sido reducidas por el movimiento protestante, por las reformas en el propio orden
eclesiástico (negando poder temporal al Papa) y por el influjo del mundo árabe en
Europa.

En conclusión, la sociedad dividida en clases sociales nos presenta una forma muy
dinámica de vida, al tener conciencia de sus cambios y porque se reprodujo sobre la
base inicial de un elevado desarrollo de las fuerzas productivas y agregó al hombre
como instrumento de progreso, pero así lo privó en gran medida de bienestar y de
realizar su propio progreso.

3. ETAPA MODERNA

Esta etapa va de la caída de Constantinopla (1453) a la Revolución Francesa de 1789


comprende dos períodos sucesivos de análisis, que hemos denominado “época de
desintegración del feudalismo” y “época de las revoluciones burguesas”. Por lo tanto,
en realidad, ambos períodos son de desintegración del feudalismo y en el primero
encontramos a la primera de las revoluciones burguesas, en Holanda, pero su
denominación corresponde a sus rasgos más sobresalientes, en Europa Occidental,
nuestro objetivo de estudio.

3.1 Época de la desintegración de Feudalismo en los siglos XV Y XVI

Al analizar este período y conforme al principio fundamental del Materialismo Histórico,


primero atendemos sus hechos económicos y políticos más importantes y
seguidamente sus teorías políticas (el pensamiento individual).

A. Hechos económicos y políticos más importantes.

Continúa la desintegración del feudalismo, iniciada en la etapa medieval, principalmente


a través del desarrollo de las relaciones capitalistas de producción, como consecuencia
del desarrollo de las fuerzas productivas y de la acumulación originaria de capital.
Ambos desarrollos conducen a descomponer la economía natural, a establecer lazos
comerciales cada vez más fuertes entre las partes de los diferentes países (a la
formación de los mercados nacionales) y a un creciente modo de vida burguesa.

Como manifestación de esta desintegración, en el plano político, a fines del siglo XV se


establece (en Francia, España e Inglaterra) la monarquía feudal absoluta, a principios
del siglo XVI se realiza la conquista y dominación de las colonias americanas y a fines
62
del siglo XVI la burguesía conquista el poder político en Holanda. No dejan de
realizarse insurrecciones de campesinos durante la etapa moderna, pero tienen menos
importancia ante los hechos descritos, por la orientación que adopta la evolución social.

Es decir, la desintegración del feudalismo en Europa Occidental fue un fenómeno


caracterizado y causado por el desarrollo de las relaciones mercantiles e implicó un
desarrollo de las fuerzas productivas aplicadas a la producción mercantil, en tanto el
capitalismo es una forma de producción mercantil (D - M - D'), de manera que
presupone suficientemente desarrolladas, en alguna medida, a las relaciones
mercantiles.

El desarrollo de estas relaciones lo impulsó, sobre todo, el desarrollo de las fuerzas


productivas, fundado en la división del trabajo y que consistió en el desarrollo de la
industria en las ciudades y en el desarrollo de la producción agropecuaria en el campo,
facilitados por el crecimiento de la población (la industria de la ciudad absorbió
trabajadores del campo) y que contribuyeron a desarrollar el intercambio comercial
entre el campo y la ciudad, entre ciudades y entre países.

Así, este desarrollo de las fuerzas productivas y de la producción mercantil se manifestó


en la edad media a través de un rápido crecimiento del número de ciudades y mediante
un crecimiento muy notorio de ciertas ciudades a partir de los siglos XII y XIII.

Para comprender el desarrollo de las relaciones capitalistas de producción, debemos


partir de que estas consisten básicamente en la existencia de dos clases sociales, los
capitalistas y los obreros asalariados, carentes de medios de vida y que, por ello, se
ven obligados a vender su fuerza de trabajo al capitalista por un salario, que es menor
al valor creado por ellos mediante su trabajo y del cual se apropia el capitalista.

Para que se produzcan relaciones capitalistas de producción se realiza un proceso que


se conoce con el nombre de acumulación originaria de capital y que consiste en el
proceso mediante el cual los medios de consumo y de producción se transforman en
capital y los productores directos en obreros asalariados. O sea, el proceso de
acumulación originaria de capital es el proceso mediante el cual surgen las dos clases
sociales del capitalismo y que, por ello, recibe precisamente el nombre de acumulación
originaria de capital y forman parte de este proceso los siguientes fenómenos:

a) La actividad de prestamistas acumulando capital, que es una actividad que se ha


considerado de carácter precapitalista, pero que no puede desarrollarse sin
relaciones mercantiles, o sea, con presencia del dinero y que al implicar la
apropiación de un plusvalor debe ser considerada como una actividad capitalista,
o sea, un antecedente real de las modernas relaciones capitalistas, realizado
cuando no predominaba el modo de producción capitalista.

63
b) En forma similar a la anterior debe considerarse la actividad de comerciantes
acumulando capital, pero esta es mas representativa aun del modo de
producción capitalista, porque en lugar de la fórmula D - D' se eleva a la fórmula
D - M - D' y señala, inclusive, que las formas asalariadas de producción de
bienes y/o servicios en realidad son muy antiguas.

c) La conversión de artesanos en comerciantes y de sus aprendices en obreros


asalariados.

d) La conversión de comerciantes en propietarios de industrias.

e) El traslado de campesinos a las ciudades para emplearse como obreros


asalariados.

f) La diferenciación de los productores en la industria, mediante el desplazamiento


y la competencia empresarial.

g) El despojo violento de los campesinos de sus tierras para el desarrollo de la


producción pecuaria.

h) El licenciamiento de las huestes feudales como efecto de la conversión de los


campesinos en obreros asalariados del campo.
i) La conquista y explotación de las colonias americanas, que facilitó el desarrollo
de la industria, del comercio y de la acumulación del capital en Europa
Occidental.

Así, el proceso de acumulación originaria de capital se caracteriza y tiene por resultado


dos fenómenos muy importantes: la disociación del productor directo de sus medios de
producción (principalmente de la tierra y de sus instrumentos de producción) y la
formación de una clase muy poderosa económicamente y con intereses políticos bien
definidos para si, o sea, con la necesidad de un Estado que proteja su riqueza. Será,
por lo tanto, desde comienzos de la etapa moderna en que la burguesía se verá
obligada a luchar por la conquista del poder político y desarrollar el tipo de Estado
burgués. O sea, estos hechos explican causalmente la conquista del poder político que
realiza la burguesía en Holanda, a fines del siglo XVI, mediante la unificación de los
Países Bajos.

Sin embargo, cuando se sintió imposibilitada de realizar una conquista amplia del poder
político, sus ideólogos se declararon partidarios de la monarquía feudal absoluta, que
es una forma de Estado feudal, representada por la frase de Luis XIV: “El Estado soy
yo”. Es decir, se trata de una forma de Estado feudal, a la cabeza del cual se
encuentra un rey muy poderoso (en lo económico y en lo político), con la misión de
cumplir en lo político la función de dar unidad y orden a los mercados nacionales o
64
países, caracterizados, sin embargo, todavía por el fraccionamiento feudal.

Conforme a las características del Renacimiento, la monarquía feudal absoluta fue un


mecanismo de oposición del desarrollo del Estado autonomizado de manera relativa de
la actividad económica privada y un proyecto de la naciente burguesía, cuando no se
dispuso conquistar en forma amplia el poder estatal y para el establecimiento del orden
social que representa un Gobierno fuerte, basado en una burocracia y ejército a nivel
nacional. Para ello, promete impuestos al rey y los paga, pero el conflicto social siguió
caracterizando a la vida social y el predominio de las relaciones feudales de producción,
sin pago de salarios, siguieron dificultando sus actividades económicas y el acceso al
principal medio de producción, o sea, a la tierra, de tal manera que fue necesario
conquistar el poder político y bajo la bandera del liberalismo económico, con la idea de
minimizar la intervención del Estado en la actividad económica, realiza las revoluciones
burguesas, confiscando las últimas posiciones feudales en propiedad de la Iglesia
Católica.

O sea, el establecimiento de la monarquía feudal absoluta implica la formación y


desarrollo de un ejército a nivel nacional que tiende a sustituir y a eliminar (licenciar en
palabras de Marx) el ejército que cada señor feudal y cada reino tenía en su propio
feudo o conjunto de feudos, con lo cual se tendía a subordinar bajo un solo rey a todos
los señores feudales y, por lo cual, la monarquía feudal absoluta representa la
formación de un Estado nacional centralizado, que hereda el Estado burgués.·

La burguesía, atomizada en cada reino, era partidaria de la monarquía feudal absoluta,


entre otros hechos, porque se encontraba obligada a pagar impuestos en cada reino de
un país e, inclusive, a cada señor feudal, para poder vender, producir o negociar y
frecuentemente era asaltada por las huestes o ejércitos de los señores feudales e,
inclusive, por estos mismos “señores”, de tal forma que dio su apoyo al nuevo rey
poderoso y la monarquía feudal absoluta representa un antecedente importante,
aunque no predominara, del tipo de Estado burgués en la actividad del Gobierno feudal,
que en la ideología de la nobleza feudal no fue concebido para autodestruirse, sino
para ordenar la vida social y para proteger la propiedad sobre el principal medio de
producción hasta ahora conocido y que es la tierra, objeto de disputas entre
campesinos y terratenientes, entre terratenientes, entre reinos y, sobre todo, entre
países. Así, el consenso social llega a viabilizar a la monarquía feudal absoluta, no sin
disputas de orden teórico y político, de tal forma que se establece de manera desigual
en los países de Europa Occidental, pero teniendo como antecedente inmediato el
propio reino Europeo.

 B. Teorías políticas

Aunque la monarquía feudal absoluta no fue la única propuesta política de Gobierno, ni


65
la única propuesta política realizada, las teorías políticas de la naciente burguesía
justificaran la realización de esta forma de Gobierno como parte de un movimiento que
se conoce con el nombre de Renacimiento, que es un movimiento cultural, científico y
político, que se desarrolló en Europa en el período de descomposición del feudalismo,
que en materia política propugnaba por el desarrollo de las relaciones capitalistas de
producción y cuyos ideólogos mas importantes en el campo de la teoría política fueron
Nicolás Maquiavelo en Italia y Juan Bodín en Francia.

En el plano ideológico y filosófico, el Renacimiento es el abandono, en elevada


proporción, de la Escolástica, o sea, de la filosofía enseñada en las escuelas o centros
de enseñanza y que se orientaba a tratar de demostrar la autenticidad de los dogmas
de la fe cristiana y las desigualdades sociales como obra de Dios.

O sea, el Renacimiento implica el abandono en gran medida de la atención y promoción


de un mundo religioso y dogmático, e inclusive feudal, para estudiar la naturaleza y a lo
cual contribuye grandemente la invención de la imprenta a fines de la edad media y el
descubrimiento de la redondez de la tierra, por medio de los descubrimientos
geográficos, a principios de la etapa moderna.

En los pensadores renacentistas pasan a primer plano el estudio de los intereses


mundanos y de las alegrías terrenales, por lo cual contiene un humanismo que resalta
el valor de la persona humana, al mostrar que los hechos sociales no son solo obra de
Dios, sino también de los hombres.

Así, con el Renacimiento se reinicia una investigación científica, basada en la


observación de los hechos y no en los dogmas de la fe cristiana y que, finalmente, por
medio de otras tendencias, viabilizará en el futuro el aparecimiento del marxismo.

Sin embargo, el Renacimiento debe entenderse también como un efecto y desarrollo


del pensamiento de los señores feudales seculares, que dentro de la tendencia
renacentista abren un espacio al abandono del ascetismo, o sea, de la perfección moral
del alma y Lorenzo Valla, ridiculizando a la Iglesia, dice: “las mujerzuelas y las
prostitutas merecen más aprecio del género humano que las monjas, con su virginidad
y su continencia”. O sea, el Renacimiento, como la monarquía feudal absoluta, no son
solamente una promoción, consciente e inconsciente, de las relaciones capitalistas de
producción, sino también la forma de consolidación de las teorías de los feudales
seculares y cuya actitud crítica dará por resultado el aparecimiento de la Reforma
Protestante, pero sin suficiente conciencia que la selección y manipulación de textos
contenidos en la Biblia carecía de origen divino.

En relación al abandono del ascetismo, Jean Touchard, en su “Historia de las Ideas


Políticas”, hace referencia a que la elevación de las actividades paganas incide e
impulsa la crítica de Nicolás Maquiavelo hacia la Iglesia Católica.
66
 Nicolás de Maquiavelo (1469 – 1527)

Autor italiano, nacido en Florencia, cuyas obras mas famosas de teoría política son
“Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio” y “El Príncipe”, que le dio fama
universal, tal que en su teoría política se tiene que:

a) El genio de Maquiavelo consiste en lograr una noción autónoma de la política, o


sea, como fenómeno distinto de la religión y la moral.

b) “El Príncipe”, considerada una obra de técnica de Gobierno, contiene recetas


fundamentales para la conquista, conservación y ejercicio del poder estatal: “El fin
justifica los medios”, “la fuerza es justa cuando es necesaria”, etc.

c) Observa, por lo tanto, la política y su efectividad, como un arte, como una técnica,
aun cuando tengan un carácter inmoral.

d) Aun cuando la idea de que “el fin justifica los medios” se convierte en Maquiavelo en
un juicio de naturaleza moral, su moralidad radica en ser partidario del Estado Nacional
Centralizado, al menos por medio de la monarquía feudal absoluta para pasar a una
forma republicana y democrática de Gobierno.

e) Basa su investigación en la observación de los hechos, en los datos de la historia y


en la psicología humana. O sea, su método y teoría han tenido simpatías en la
actualidad por la izquierda y la derecha y, según Duverger, aporta el segundo elemento
de la ciencia política, o sea, el método objetivo desligado de las preocupaciones
morales.

En las condiciones del Renacimiento y como una parte muy importante de su impulso, a
través del pensamiento italiano, la doctrina de Maquiavelo tiene como causa importante
el haber sido educado desde su infancia y el haber desempeñado cargos estatales
desde muy joven, donde se elevó a puestos muy importantes y entró en contacto de
manera directa con la vida política de Italia.

Todo ello fue posible, además, porque descendía de una familia de nobles
empobrecidos y, apropiándose con trabajo propio de la cultura más avanzada de su
época, cultivó la literatura y el estudio de la política, del arte militar y de las relaciones
internacionales.

Por sus obras de teoría política debe ser considerado un historiador y uno de los
pensadores más importantes del Renacimiento. Más analizada y comentada, a pesar
de todo, “El Príncipe” debe ser considerada su obra principal, pues a pesar de una
aparente contradicción entre concepciones monarquistas en ella y concepciones
democráticas en sus “Discursos”, según George H. Sabine, en su “Historia de la Teoría
67
Política”, quien ha leído los “Discursos“, no se extraña de lo que Maquiavelo dice en “El
Príncipe”, o sea, subyace en ella el objetivo de Maquiavelo de lograr la unidad italiana,
fraccionada en distintos estados y, como consecuencia de ello, a pesar de su progreso
económico, en las ciencias y en las artes, era un país débil, lleno de conflictos y
amenazado por la disputa de Francia y España. Así, Maquiavelo se muestra en “El
Príncipe” como partidario de monarquía la feudal absoluta, a fin de lograr la unidad
italiana y ulteriormente establecer la república.

Para el efecto no se preocupa de describir la mejor forma de Gobierno o ejercicio del


poder político, sino de los medios que son efectivos para el ejercicio y conservación del
poder, por lo cual aun sin elaborar una teoría acerca del Estado o del poder, o sea, sin
teorizar la vida política, descubre que la política es la actividad humana destinada a la
conquista, conservación y ejercicio del poder político y que los medios pueden ser
violentos y pacíficos, legales e ilegales, morales e inmorales. Maquiavelo, por lo tanto,
a diferencia de los pensadores que le precedieron ya no es un filósofo o un pensador
moralista o religioso, sino un politicólogo, con el fin de buscar para su país la unidad
italiana y enfrentar el desorden social y su debilidad política internacional.

La violencia y la demagogia que llega a recomendar Maquiavelo pueden parecer


deleznables, pero no las inventó y su “moralidad” tiene un carácter transitorio, en
función de los objetivos de lucha política, y su prescripción se encuentra acorde al texto
de su concepción de la vida social y política. Además, si bien no es un moralista
tampoco es un pensador inmoral, o sea, “El Príncipe”, no es ni siquiera en su conjunto
una predicación de violencia, demagogia e inmoralidad y era ajeno a enseñarlas a todo
gobernante, pues no estaba destinada a la publicación, sino sólo para recuperar su
puesto de funcionario. También se estima que su prescripción de violencia no era para
su aplicación sobre el pueblo, sino, sobre todo, a la relación del gobernante, con los
miembros de la clase dominante, a fin de conservar el poder político, pero en este punto
hay que tener en cuenta que Maquiavelo considera al hombre, sin importar su posición
social, malo por naturaleza, pero digno de perfeccionamiento y mediante la república,
como forma de Gobierno, considera que pueden prolongarse los períodos de la historia
humana que se caracterizan por el ascenso de la virtud, pero los cuales son seguidos
por un período de descenso y corrupción.

Por sus análisis históricos (uso del método histórico) ha sido considerado el creador del
método comparativo histórico, pero más bien hay que negar esta apreciación, por el
esfuerzo realizado por los antiguos griegos y romanos en esta materia. Sin embargo,
Duverger le otorga un gran mérito y sería para él un precursor del positivismo, al
desligar el estudio de la política de las preocupaciones morales. Aunque no se desliga
de manera absoluta de tales preocupaciones morales, le corresponde el mérito
asignado por Duverger, en tanto trató de ser objetivo en sus análisis, pero el tocar los
terrenos de la historia y de la psicología humana, le permite especular acerca de le
naturaleza humana y decir que las pasiones humanas son siempre las mismas
68
(egoísmo, envidia, hipocresía, etc.) y sostener que el hombre es malo por naturaleza y
se corrompe con facilidad, de tal manera que en su teoría (“maquiavélica”), disculpa a
Rómulo de haber asesinado a su hermano Remo, por el bien de Italia.

Asimismo, en el terreno histórico, sus análisis no dejan de tener influjo del pensamiento
político precedente y, en este sentido, considera que la monarquía degenera en tiranía
y, por ello, da origen a la aristocracia, que a su vez degenera en oligarquía y, por ello,
da origen a la democracia, que degenera en oclocracia y, por ello, da origen a la
monarquía. Así, para Maquiavelo seis formas de Gobierno (tres sanas y tres
degeneradas) se suceden una a la otra y se repiten en un ciclo político que caracteriza
a la historia humana.

Según Maquiavelo, lo único que puede hacerse para bienestar de la humanidad es


prolongar una forma de Gobierno, que como la antigua república romana pudo
combinar las tres formas sanas de Gobierno, con lo cual queda resuelta la posible
combinación de monarquía y república, que pueda observarse en su teoría.

Por lo tanto, hay en la teoría de Maquiavelo dos teorías, una “maquiavélica” y otra
humanista, en la que subordina la primera a la segunda, para el “juicio” de su moralidad
política y para reconocer que no existen contradicciones fundamentales entre “El
Príncipe” y sus “Discursos”.

Sobre todo por las condiciones sociales de su época, debe reconocerse que aunque no
es un pensador materialista, sus creencias religiosas (y que llegaron a ser anti-
cristianas) no afectan el hecho que trató evidentemente de elaborar su teoría de la
forma más objetiva posible.

El. Marxismo ha descubierto en Maquiavelo el hecho que “En su historia de Florencia


trata un cuadro del antagonismo entre los intereses materiales de la lucha de clases
entre la aristocracia feudal y la burguesía, entre poseedores y desposeídos”. Asimismo,
descubre en él que “se lanza contra la iglesia como organización ideológica del
feudalismo”, porque para Maquiavelo “había privado al mundo de sus fuerzas para
entregarlo a los desalmados” (E. Mölnar, “Fuentes Ideológicas del Materialismo
Histórico”).

Para conocer la obra de Maquiavelo y apreciar su "abandono” de ascetismo y


cristianismo es necesario observar que en Italia, bajo el control directo del Papa se
encontraban solamente los estados pontificios y, en tal condición era demasiado débil
para unirla, pero muy fuerte para que la uniera otro gobernante, de tal forma que su
política le hacía iniciador de la intervención extranjera de Francia y España y es
precisamente en este contexto político e internacional en que Maquiavelo escribe “El
Príncipe” y sus “Discursos”, de tal forma que George H. Sabine, para ilustrar la
situación, realiza la siguiente cita de los “Discursos”:
69
“Así, pues, el primer servicio que los italianos debemos a la sede papal es haber
llegado a ser irreligiosos y malos; pero aún hay otra deuda mayor, deuda que será la
causa de nuestra ruina, a saber, que 1a Iglesia ha mantenido y mantiene dividida Italia.
Jamás hubo ni habrá país unido y próspero, sino se somete todo él a la obediencia de
un Gobierno, ya sea república o principado, como ha ocurrido en Francia o en España”.
O sea, a pesar de que, según él, “el fin justifica los medios” y de que es partidario de
una forma “ideal” y de una forma “necesaria” de Gobierno, su humanismo no condena
el ascetismo, sino descubre en la tiranía religiosa la causa del abandono del mismo y
de la virtud. O sea, como afirma Jean Touchard, la elevación del paganismo, impulsa la
crítica de Maquiavelo hacia la Iglesia Católica, pero no conlleva a promover el
abandono del ascetismo, sino a condenar ese abandono. Más bien su “no-ascetismo”
es de orden político, o sea, hubiera simpatizado con el Papa de haber buscado éste la
unidad italiana y, como Platón, pero sin inspiración en él, o sea con un enfoque “menos”
idealista, reproduce el problema de la forma “ideal” y la “necesaria” de Gobierno y
elabora una teoría elitista del poder y del Estado. Su condición social y su rol político le
impiden adoptar una posición obrera en materia política.

Así, no obstante que considera a la religión como instrumento de poder y de cohesión


social, el rol político de la Iglesia le conduce a una secularización y exaltación del
Estado y, a pesar de las prescripciones políticas contenidas en sus obras, Jean
Touchard, apreciando el esfuerzo científico del gran pensador florentino, cita a Francis
Bacon, quien dice: “Hay que agradecer a Maquiavelo y a los escritores de este género
el que digan abiertamente y sin disimulo lo que los hombres acostumbran a hacer, no lo
que deben hacer”. Es decir, no todo lo que es aparentemente “maquiavélico” en la
doctrina de Maquiavelo es realmente “maquiavélico” y no le causaba gran simpatía
moral, o sea, los medios no se legitiman siempre por cuenta propia en su teoría y
subyace en ella el hecho que Maquiavelo busca al hombre fuerte y capaz de realizar la
unidad italiana, aunque no fuera el mejor de los seres humanos del país.

Para tratar de precisar en forma concreta el contexto social en que se realiza la obra de
Maquiavelo, George H. Sabine llega a citar a Aristóteles: “Cuando el hombre se aparta
de la ley y la justicia es el peor de los animales”. Para George H. Sabine “Los escritos
políticos de Maquiavelo pertenecen mas bien a la literatura diplomática”. No debe
subapreciarse esta opinión, pues Maquiavelo llegó a desempeñar funciones
diplomáticas en su actividad estatal, pensaba al escribir “El Príncipe” recuperar su cargo
público y había observado que en materia de relaciones internacionales se tiene una
jungla en la que todo está permitido y el único problema consiste en dosificar la fuerza y
la astucia en favor del Gobernante. O sea, el flujo de esta situación en su obra es
evidente, pero las consideraciones teóricas de Maquiavelo abarcan no solo a la política
exterior sino también a la política interior y, en todo caso, como indica George H.
Sabine, “nunca dudó que la corrupción moral de un pueblo hace imposible el buen
gobierno”.

70
Para Jean Touchard, Maquiavelo hace poca referencia a asuntos económicos en sus
obras, pero Maquiavelo observa un egoísmo universal, o sea, para él todos los hombres
aspiran a conservar lo que tienen y adquirir mas, el gobernante debe abstenerse de
tocar la propiedad y mujeres de sus súbditos y, al final de “El Príncipe”, podemos
encontrar aspectos de lo que hoy se conoce con el nombre de “liberalismo económico”
y que se encuentra congruente con su observación de egoísmo universal y con los
ideales de la naciente burguesía, a la cual representa en su teoría, a pesar de la
tolerancia hacia la propiedad feudal, en tanto en sus obras muestra odio hacia la
nobleza feudal (secular y eclesiástica).

Aun cuando las ideas no las haya dicho Maquiavelo con las mismas palabras,
controversial o no, mucho de lo que se ha dicho acerca de él es verdadero en menor o
mayor medida, en tanto vivió en una época de transición del feudalismo al capitalismo.
Por ejemplo, considerando que si el gobernante logra conservar su vida y su Estado, la
idea de que “el fin justifica los medios” fue escrita por Maquiavelo de la siguiente forma:
“todos los medios que haya aplicado serán juzgados honorables”. Para precisar este
aspecto relativo al análisis de Nicolás Maquiavelo, reproducimos la siguiente
apreciación de George H. Sabine:

“Se le ha presentado como un cínico total, un patriota apasionado, un nacionalista


ardiente, un jesuita político, un demócrata convencido y un adulador carente de
escrúpulos que buscaba el favor de los déspotas. Probablemente hay algo de verdad
en todas y cada una de estas opiniones, por incompatibles que sean. Pero lo que no es
cierto en modo alguno es que ninguna de ellas dé una visión completa de Maquiavelo ni
de su pensamiento. Este era un verdadero empirista, resultado de una amplísima
observación política y una lectura de historia política todavía mayor; pero el florentino
no tenía un sistema general en el que tratase de relacionar todas sus observaciones”.

A pesar de su conocimiento de Maquiavelo, con esta apreciación de George H. Sabine,


que guarda contradicciones con otras apreciaciones suyas, la teoría de Maquiavelo
sería inferior a la de Platón, pero todo parece que llevando una vida difícil, al igual que
Platón, se mueve lógicamente con el mismo hilo conductor y problema del gran
pensador griego, o sea, con una creación divina de carácter imperfecto en el mundo
terrenal, a pesar de la revelación divina de la virtud. Por lo demás y haciendo énfasis
en el carácter empirista de la obra de Maquiavelo George H. Sabine alcanza una gran
aproximación y nuestro análisis es exacto, en tanto Maquiavelo no se declara ateo, sino
lo contrario. El error lógico de George H. Sabine y de otros autores proviene de
concentrar su atención en el método de Maquiavelo, conforme al cual ya no es un
filósofo ni un pensador religioso ni moralista, pero ello solo es un efecto del mal
comportamiento de la nobleza eclesiástica y no de las concepciones morales que le
inculcó a Maquiavelo.

En un “juicio final” acerca de Maquiavelo, George H. Sabine, dice: “Una filosofía que
71
atribuye principalmente los éxitos y fracasos de la política a la astucia o la ineptitud de
los estadistas tiene que ser forzosamente superficial”. Ello es, desde luego,
absolutamente cierto, pero la ciencia y la vida social no habían avanzado lo suficiente
para realizar un análisis que el mismo George H, Sabine no puede res8olver de manera
completa desde la época actual, en que aun se reproduce el pensamiento de
Maquiavelo y la política observada y recomendada por él, aparte de que lo mencionado
por Maquiavelo es un factor causal, con validez, al menos transitoria, en la vida social y
política de los países. Por lo tanto, un juicio final acerca de la obra de Maquiavelo
reside en que desarrolla la teoría política hacia la ciencia mediante un método objetivo,
a pesar de la necesidad de atender y desatender asuntos morales y religiosos.

Sin embargo, entre los últimos juicios “reflexivos” de un autor muy consciente de la
“Historia de la Teoría Política”, como George H. Sabine, conviene tener en cuenta su
siguiente apreciación:

“En todo caso, es indudable que Maquiavelo no representa el estado del pensamiento
europeo a comienzos del siglo XVI, salvo en un puñado de italianos desilusionados.
Escribió sus dos libros dentro de los diez años siguientes al día en que Martín Lutero
clavó sus tesis a la puerta de la Iglesia de Wittenberg, y la reforma protestante tuvo
como resultado mezclar a la política y al pensamiento político con la religión en forma
mucho más completa de lo que antes había estado durante la mayor parte de la Edad
Media. La indiferencia de Maquiavelo por la verdad o la falsedad de la religión, acabó
por ser una característica común del pensamiento moderno, pero no lo fue del
pensamiento de los siglos posteriores al florentino. En este sentido su filosofía fue
estrechamente local y temporal”.

Con su análisis, George H, Sabine, demuestra ser bueno para describir la teoría de
Maquiavelo, pero no para criticarla y su mayor defecto es considerar estrecha la época
y la república de Maquiavelo, tan solo por el gusto de la crítica, debido a lo cual resultó
oportuna la cita que Jean Touchard realiza del filósofo inglés Francis Bacon (1561-
1626), para el análisis.

George H. Sabine, subaprecia el problema de la ideología, o sea, con todas las


oposiciones teóricas y prácticas se consolidan la monarquía, los reinos y el Estado
Nacional Centralizado, frente al poder político de carácter eclesiástico, que no recuperó
el poder temporal, pero conservó el ideológico y ciertamente mas reducido por la
pérdida de poder estatal. Asimismo, subestima la unidad de la religión a la doctrina de
Maquiavelo para su crítica, no por su ascetismo, sino por la falta de él y que ella
sobrevivió por la lucha política de Papas y escolásticos. También subestima la crítica
del marxismo hacia el enfoque religioso y subestima que el procedimiento empirista de
Maquiavelo solo es un efecto de su propio protestantismo religioso, surgido de su
conocimiento de la “nobleza” feudal ·(o sea, aplicado con menos contradicción lógica
que en Aristóteles) y que si la vida le hubiera permitido a Maquiavelo “demostrar” el
72
carácter divino del mundo no hubiera podido lograrlo y que entonces hubiera sido otro
mas de los pensadores absolutamente escolásticos. No lo fue y la escolástica siguió
teniendo vigencia en el pensamiento católico y protestante.

La vida le impidió ser ateo y materialista, pero la respuesta empirista a las exigencias de
George H. Sabine sobre Maquiavelo sería para Comte que es imposible probar
empíricamente el carácter divino o no del origen del universo, es decir, que éste no es
un problema científico, pero Comte no es Maquiavelo ni Maquiavelo es Comte, porque
ambos son representativos de su época y con el mérito de que su doctrina aún se
reproduce actualmente.

A pesar de los ideales de Maquiavelo y de otros pensadores italianos, la unidad de Italia


no se establece jurídicamente sino hasta la segunda mitad del siglo XIX, entre otros
hechos a través de la supresión del Estado Pontificio (y la reducción posterior del
mismo a la Basílica de San Pedro en Roma y que se conoce en la actualidad con el
nombre de Estado del Vaticano), todo lo cual si refleja la política localista y
conservadora de los estados italianos, a consecuencia de la sobrevivencia del
feudalismo medieval, no refleja los ideales de sus pensadores progresistas. Es decir,
George Sabine suprime la lucha de clases para realizar su apreciación.

Sobre la trascendencia de Maquiavelo, evidentemente el cristianismo y la teología de la


liberación rechazan la predicación de violencia y demagogia que llegó a alcanzar su
doctrina y ante los fracasos del movimiento obrero es evidente que el marxismo debe
revisar sus formas implícitas y explícitas de apología a la violencia, contenidas en su
orientación dogmática, voluntarista y politicista.

Por el momento y hasta la fecha, con el propio mundo de países socialistas, la realidad
política nos enseña que la distinción de Platón, entre un Estado ideal y un Estado
“necesario” sigue siendo una tarea de análisis político imprescindible y que la lucha por
alcanzar ese Estado ideal tiene costos sociales muy elevados, pero se consolida
progresivamente y con altibajos o sea, estamos lejos de la muerte y del canibalismo de
la comunidad primitiva y del esclavismo clásico, pero todavía la lucha de clases con sus
propias formas de violencia económica, política e ideológica caracteriza a la vida social
y el mismo obrero, intelectual o no, sigue siendo un instrumento que habla y tortura a
su propia clase.

 Juan Bodín (1530-1596)

Pensador francés, cuya obra más importante es “Los Seis Libros de la República” y en
su teoría política se tiene que:

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a) La soberanía es un poder libre de sujeción a las leyes, ejercido sobre los
ciudadanos y los súbditos.

b) Nos descubre así la naturaleza del ejercicio del poder y, para él, un soberano
solo está sujeto a las leyes divinas, a las leyes naturales y a varias leyes
humanas, comunes a todos los pueblos.

c) Para conservar el Estado Nacional Centralizado se opone a la democracia y a la


aristocracia, pero se inclina por la Monarquía absoluta.

d) Para elaborar su teoría Política, formula una teoría sobre los climas.

e) Aporta a la teoría política un desarrollo del método de la observación.

La teoría de Bodín es efecto de otro funcionario público, educado desde su infancia,


jurista, consejero del rey y miembro acomodado de la nobleza feudal.

Vivió una época de consolidación, aunque con altibajos, de la monarquía feudal


absoluta en Europa y de guerras religiosas de carácter interno, sobre todo en su país,
que inciden de manera directa en la formulación y naturaleza de su teoría política. O
sea, la presencia de un rey absolutamente poderoso como realidad y necesidad
histórica se reflejan en su teoría, a pesar de que en torno a la forma ideal de Gobierno
estima que debe adecuarse a las condiciones históricas, geográficas, raciales y
culturales de cada país, lo cual se ha considerado ciertamente una imprecisión y
contradicción teórica en su obra, pues con una breve referencia a esta adecuación da
espacio a formas de Gobierno que rechaza (la aristocracia y la democracia), pero para
apreciarlo se ha subestimado el carácter humano y terrenal para la búsqueda del mejor
Gobierno, que llegó a considerar Aristóteles. Infortunadamente, aunque parece que se
encontró ante una forma propia de solución de este problema teórico y político, para
dejar clara su postura ideológica, como Platón, Aristóteles o Maquiavelo, le hizo falta
precisar su análisis político, pero al considerar una adecuación del Estado a las
condiciones históricas y geográficas, la vida política no se presenta como esencial y
predominantemente la presenta Maquiavelo, o sea, como auto evolución del Estado,
sino se reconoce una de las características del Estado “ideal” y su idealismo objetivo no
le impide el reconocimiento de la realidad objetiva, aunque sea como creación divina.

Bodín se opone a la democracia por considerar que el pueblo es incapaz de arribar a


decisiones correctas y de tener juicios sanos y rechaza la aristocracia porque no la
considera defensa segura en contra de la revolución y rebeliones del pueblo y
representa discordias entre partidos y ambiciones.

El juicio más importante de Pokrovski y otros autores soviéticos sobre Bodín reside en
que como defensor de la propiedad privada constituye un ideólogo de la burguesía
74
francesa en formación, que por temor a las rebeliones populares y a las luchas internas
de carácter religioso y político se inclina por la monarquía absoluta. El juicio es
absolutamente exacto, pero debido al carácter feudal de esta monarquía y por la
posición ideológica de Bodín frente al conflicto social (la permisividad del catolicismo
por un protestante) el balance político de su obra se realiza más a favor del feudalismo
que del capitalismo, no solo por las condiciones socio – históricas determinantes, sino
por el mismo rol político del autor, de tal manera que este también constituye un juicio
válido para Nicolás Maquiavelo.

Para Jean Touchard, compatriota de Bodín, se trata de un autor difícil de leer, no solo
por su falta de arte, sino también por su confusión teórica, caracterizado porque define
y razona abstractamente como jurista, pero
en su relato de la historia abandona la deducción y emplea la inducción, por lo cual el
uso de estos dos métodos caracteriza su análisis.

Montesquieu reproducirá mas tarde esta forma de análisis en gran medida pero
mientras tanto Bodín llega a realizar elaboraciones teóricas fundamentales. Según él,
cuando los soberanos prescriben actos contrarios a la ley natural, la desobediencia se
convierte en lícita, aunque la rebelión esté prohibida y, aunque Bodín no explica que
descubre la existencia de la ley natural, razona que es preferible “la mas fuerte tiranía”
a la anarquía.
Por lo tanto, a pesar de su cristianismo, nos reproduce la teoría maquiavélica del autor
de “El Príncipe”.

Para Bodín, la soberanía es única e indivisible y la obligatoriedad de la ley emana de


ella. Para él, según el soberano, la República puede ser monarquía, aristocracia y
democracia, pero niega la posibilidad de una forma mixta, cuando en la práctica pueden
resultar combinadas (tan sólo por mecanismos de orden administrativo, como lo sería
una monarquía de forma, pero aristocracia en materia de las realizaciones políticas) y lo
que tiene mayor interés en el estudio bodiniano de la monarquía, para la apreciación de
su teoría, es la distinción que realiza Bodín de:

a) Monarquía tiránica (el rey no respeta a las leyes).


b) Monarquía señorial (el rey es propietario de bienes y personas).
c) Monarquía real o legítima (los súbditos obedecen las leyes del monarca y el
monarca obedece las leyes naturales).

Por lo tanto, Bodín no sólo nos adelanta una “visión” de su estado “ideal” y, sobre todo,
una teoría aproximada de la soberanía, sino también de la legitimidad y cuando a través
de la deducción realiza los mayores niveles de abstracción en su teoría, logra una
descripción de la sociedad feudal, en la que se generalizan sus observaciones.

Desde luego, ello no implica que desde nuestra época no podamos llegar a considerar
75
como “legítima” a toda forma de poder, pero con el “reconocimiento” de leyes naturales
encamina a la teoría política por una senda humanista. Sin embargo, al atender
abstractamente que los soberanos sólo están sujetos a las leyes de Dios, a las leyes
naturales y a varias leyes humanas, comunes a todos los pueblos, su cristianismo
calvinista le ocasiona dificultades para distinguirlas y pareciera ver en la normatividad
jurídica la existencia de las tres, o sea, pareciera apreciar a las leyes naturales como
manifestación de las leyes de Dios y a las leyes comunes de los pueblos como
expresión de tales leyes naturales. Si este fuera el fondo de su pensamiento, como
diría Jean Touchard, “lo hizo muy mal”. Es decir, si una sociedad, por ejemplo, niega el
alimento o la propiedad privada a los hombres, no solo transgrede una ley de la
naturaleza, “creada por Dios”, e incumple la ley “divina” de amar a los semejantes, sino
también normas de vida que deben ser comunes a todos los pueblos, conforme al
pensamiento cristiano y a su forma humanista inicial.

No es admisible esperar que la imprecisión y falta de análisis de Bodín provenga de


dudar del carácter “natural” de la propiedad privada, en tanto su rol político le llevó a
defenderla y, siguiendo a Aristóteles, con fundamento a la idea que el Estado es un
conjunto de familias, puede apreciar que ciertamente requieren una forma de propiedad
privada y familiar.

En relación al análisis de esta materia y de la monarquía, Jean Touchard indica que


Bodín no conservó la teoría del derecho divino de los reyes como se encuentra en
Pierre Beloy o en William Barclay, según la cual el rey recibe directamente el poder de
Dios a cada instante, sino para Bodín lo recibe porque Dios es el creador de la
naturaleza y de la razón humana, hasta el punto en que examina las cuestiones
políticas con independencia de las relaciones entre el Estado y la Iglesia y prescribe
que se deben prohibir controversias sobre la fe para preservar la necesaria unidad
religiosa.

Con este análisis y, sobre todo, en una monarquía absoluta, prácticamente todas la
normas jurídicas tendrían un origen divino, ya en forma de consentimiento o
prescripción del monarca, siempre que al menos no transgredieran las leyes de Dios,
pero en su teoría no solo trasluce el conflicto entre católicos y protestantes y la
formación del moderno Estado capitalista, sino, como observa Jean Touchard, a pesar
del horror que siente por el autor de “El Príncipe”, comparte con él la percepción de la
necesidad de secularización y nacionalización del Estado.

Sin embargo, cabe reparar a Jean Touchard y a George H. Sabine que ni siquiera
Maquiavelo logró alejarse de manera absoluta del partidismo religioso. Este fenómeno
sólo ocurrirá hasta el aparecimiento del marxismo, pues no lo alcanzan ni siquiera las
formas más desarrolladas de materialismo premarxista y el idealismo subjetivo en estas
formas de materialismo burgués y en otras tendencias de pensamiento fue una
enseñanza del idealismo objetivo. O sea, a pesar de todo, Bodín no logra sacar
76
demasiado a la teoría y práctica política del pensamiento religioso.

A pesar que la teoría de Bodín que se origina directamente de la aplicación del método
de la observación, sin mayor reelaboración propia, adolece de defectos, si se quiere
muchos, tratando de determinar las causes de los fenómenos sociales elaboró una
teoría sobre los climas, en la que trata de demostrar su influencia sobre el carácter y
ocupaciones de los hombres.

Así, para Bodín, el clima del norte aumenta la valentía e impulsa la formación de
destacamentos militares; el clima del sur facilita la actividad intelectual y el florecimiento
de las ciencias; el clima del centro, que considera un promedio de los dos extremos, por
ello, según él, desarrolle políticos y oradores.

Su teoría sobre los climas es evidentemente falsa, pero con ello no aprecia la vida
humana solo como una auto evolución del espíritu y con ello es uno de los primeros
autores que tratan de descubrir la naturaleza del determinismo geográfico, lo cual
constituye un doble mérito. Mas existe otro doble mérito, porque existe influencia del
clima en la vida social y porque Bodín no considera que sea el único determinante de la
vida social y propone que el sistema – jurídico se adecué a las condiciones geográficas.

Bodín es uno de los primeros pensadores que con base a la observación histórica
presentan al Estado y, más exactamente, a la sociedad como comunidad jurídica y
política, pues siguiendo a Aristóteles, descubre el origen del “Estado” en la reunión de
familias, en que la ley es el mandato del soberano, o sea, el rey, la aristocracia o el
pueblo. Así, al considerar las formas del Estado no atiende al mecanismo
administrativo de Gobierno, sino al ente social que este mecanismo representa, lo cual
constituye un progreso respecto a la teoría de Maquiavelo y una anticipación histórica
del marxismo, correspondiente a su teoría del Estado.

Mas de sus observaciones saca otra anticipación histórica del marxismo, o sea, que los
pueblos modernos son superiores a los antiguos por su progreso técnico.

Con las observaciones anteriores es evidente que Bodín aporta a la teoría política un
desarrollo del método de la observación, que tiene como causa el hecho que cuenta
con mas elementos que Maquiavelo, o sea, no se limita la historia de Italia y a la historia
de la antigüedad clásica, sino procura consultar todas las historias, multiplicar las
observaciones y, ante el conflicto hacerlas con objetividad y si tiene menos genio que
Maquiavelo, lo compensa con mas ciencia y, por ello, nos dejó una teoría sobre la
soberanía que tiene plena validez hasta nuestros días.

77
3.2 Época de las revoluciones burguesas en los siglos XVII Y XVIII

Continúan desarrollándose las relaciones capitalistas de produccl6n. Continúa la


centralización de la manufactura y con la revolución industrial se construyen las
grandes empresas capitalistas, facilitadas por la acumulación de capital, la ampliación
del intercambio con los mercados coloniales el fortalecimiento de los lazos comerciales
en Europa y la reproducción del proceso de acumulación originaria de capital.
Ciertamente la revolución industrial marca el triunfo definitivo del capitalismo como
sistema social, pero siguen conservándose las relaciones feudales y el Estado continúa
realizando restricciones que limitan la actividad de los empresarios (y el progreso
social), de tal forma que la burguesía se ve obligada a suprimir en lo posible a la
monarquía absoluta para convertir la propiedad feudal en capitalista.

Con estos objetivos, se realiza la revolución burguesa en Inglaterra a mediados del


Siglo XVII (1640-1660) y a fines del siglo XVIII se realiza la Revolución Francesa (1789-
1794), para lo cual sus ideólogos desarrollan con más claridad las ideas políticas de los
pensadores de Inglaterra.

A. Carlos Luis Montesquieu (1689-1755)

A pesar de su titulo de barón, es uno de los ideólogos más importantes de la burguesía


francesa en su marcha hacia el poder. Su obra más importante es “El Espíritu de las
Leyes” y en la teoría de este enciclopedista francés se tiene que:

a) Como debe ser el pensamiento político, su obra tiene un carácter jurídico-político y


no desdeña el tratamiento de la forma de Gobierno y de organización del Estado.

b) Metodológicamente se mantiene en la línea de Aristóteles, de Maquiavelo y de


Bodin, o sea, emplea el método de la observación y se auxilia para ello, del método
histórico. Con estos métodos limitan la incidencia de su idealismo objetivo y logran
progreso en la teoría social.

c) Sin embargo, no deja de emplear el razonamiento abstracto y considera que una ley
natural impulsa al hombre a buscar sus alimentos y su debilidad lo impulsa a vivir en
sociedad. Así, explica por medio de leyes, que considera naturales, el aparecimiento
de la sociedad humana y descubre relaciones causales, pero su teorización sobre
tales leyes es muy limitada y contradictoria, aunque conduce con facilidad a la
caracterización de la naturaleza de las leyes objetivas: “Toda diversidad es
uniformidad y todo cambio es constancia”; “El hombre en cuanto a ser físico está
gobernado por leyes invariables”· “en cuanto a ser inteligente, quebranta sin cesar
las leyes fijadas por Dios y cambia las que él mismo establece”.

78
d) Siguiendo en su razonamiento abstracto, según Montesquieu, a partir de que los
hombres pierden su sentimiento de debilidad, concluye su igualdad y empieza el
estado de guerra, que engendra a las leyes humanas y el hombre cae en sumisión a
reglas que son su propia obra. Con este razonamiento abstracto no se alejó del
terreno de los hechos, a causa de la necesidades de uso del método histórico para
explicar el origen del régimen jurídico – político.

e) A diferencia de Bodín, que encuentra en la ordenación legal solo el mandato del


soberano, en su explicación causal del sistema político, amplía esta concepción de
la ley y observa que las ramas del derecho se forman de conformidad a la
naturaleza de lo regulado. Así, para él, de las relaciones entre los Estados nace el
derecho internacional, de las relaciones entre gobernantes y gobernados nace el
derecho político y de las relaciones privadas nace el derecho civil. La búsqueda de
determinaciones del sistema político y jurídico lo lleva al campo de la geografía, de
la sociología, de la economía y de la jurisprudencia.

f) No cree en la justicia abstracta, ni en un sistema acabado de leyes, que tan sólo


observa como efecto de las condiciones sociales de vida, y para él todas las formas
de Gobierno pueden corromperse. No hay forma ideal de Gobierno en su teoría.
Así, no dejó de atender las críticas al régimen existente, pero le interesaban más sus
reformas. Por ello, la parte más importante de su obra es la teoría del equilibrio y
separación de poderes, que está destinada a limitar el poder del monarca absoluta,
aunque lleva implícita la concepción de J. Locke (1632-1704) de que las leyes o
derechos naturales del hombre, tales como el derecho a la vida, a la libertad (de
elección de Gobierno y de creencias) y el derecho a la propiedad deben cumplirse y
evitar tener un carácter arbitrario.

g) La propuesta política de Montesquieu es la monarquía constitucional y el equilibrio


de los poderes del Estado (ejecutivo, legislativa y judicial), mediante su separación
en tres órganos distintos: el organismo ejecutivo, el legislativo y el judicial. Esta
propuesta es el desarrollo del Estado francés mediante una forma de Estado que
suponía realizada en gran medida en Inglaterra y para ello propone que en el
parlamento estén representados los tres estados (la nobleza eclesiástica, la nobleza
secular y el estado llano, formado por la burguesía, los campesinos y los obreros) y
propone que el poder judicial sea ejercido por personas de la masa popular, a fin de
asegurar el cumplimiento de la ley y preservándolo de ese derecho.

h) Se ha considerado la propuesta política de Montesquieu como un programa


sumamente moderado, aunque progresista, de Gobierno en tanto no pretende
derrocar del poder a la nobleza feudal ni al monarca absoluto, pero exhortó a crear
órganos de representación popular y; como efecto de todas las revoluciones
sociales, todos los Estados se han organizado en mayor o menor medida bajo el
esquema de Montesquieu.
79
i) Según Maurice Duverger, la aportación de Montesquieu es buscar una
sistematización de sus observaciones, tratando de obtener una visión coherente de
lo real, basada en la inducción y no en el razonamiento deductivo. Sin embargo, no
llegó a descubrir la ley de concatenación universal de todos los fenómenos o ley de
la causalidad y en parte sus descubrimientos se originan del empleo del método
abstracto y, por lo tanto, del uso del razonamiento deductivo, que desdeña
Duverger.

j) Aunque su obra tiene muchas imperfecciones y en sus razonamientos adolece de


frecuentes digresiones, el mérito de la obra de Montesquieu consiste en realizar la
más completa explicación causal, con apego a los hechos, que le fue posible
realizar del sistema jurídico político y con ello realiza un claro y útil esfuerzo en el
descubrimiento de las leyes que rigen los fenómenos de la vida social.

Ha llegado a ser considerado el descubridor de las leyes de la política, pero aunque tal
mérito corresponde al esclavismo, sus descubrimientos no sólo son considerablemente
superiores a los de Platón y de Aristóteles, sino además se orientan hacia la
formulación de un sistema de conocimientos científicos, con base a la ley de la
causalidad, que no pudo descubrir, pero que parece haber presentido en la vida social.

Así, la palabra causa no pertenece a su lenguaje destinado a caracterizar la sujeción a


leyes, que, según él, afecta a todos los entes del universo y en su noción relativa a ellas
domina la forma empírica en que se manifiesta su reproducción , indicando que “las
leyes en su más amplia significación son las relaciones necesarias que se derivan de la
naturaleza de las cosas” y que todos los seres tienen leyes”: “la divinidad, el mundo
material, las inteligencias superiores al hombre, los animales y el hombre mismo”. En
lugar de la palabra causa emplea como sinónimos “producto”, “motivo”, “origen”,
“derivación” y, por lo tanto, la realidad que, en el .mundo físico, es un efecto de los
hechos queda nublada por el fenómeno de su reproducción y por la incidencia de su
idealismo objetivo: “Dios se relaciona con el universo en cuanto que es su creador y su
conservador. Las leyes según las cuales lo creó son las mismas por las que los
conserva”

Su método empirista está claramente descrito en el prefacio de su obra: “No he


sacado mis principios de mis prejuicios, sino de la naturaleza de las cosas”. Es decir, la
teorización anterior es la contraposición a tal método.

Sin embargo, su empirismo lo lleva a considerar al hombre como un violador natural de


toda clase de leyes, sin percibir que con ello negaba la existencia de las mismas y la
“potencia” de la creación divina al establecerlas.

80
No percibe que las leyes que “descubre” (y más exactamente describe) son
absolutamente naturales, que la mano de Dios está siendo negada en el terreno de los
hechos. Por estas digresiones y contradicciones teóricas, infortunadamente su valioso
trabajo ha sido incluso negado, pero, en realidad, aunque su teoría es defectuosa, ella
confirma que antes de Marx, aun limitado por el idealismo objetivo, el empirismo
(conocimiento de hechos) fue el principal instrumento alcanzado para realizar los
descubrimientos científicos.

Afortunadamente, con base a la lectura de J. Locke, Montesquieu se equivocó en


relación a la situación de Inglaterra y las imperfecciones que pertenecen a su teoría son
causadas evidentemente por su empirismo, pero, a través de su abstracción, con base
en éste establece un sistema de ideas orientado hacia la búsqueda de un sistema de
conocimientos científicos, que, no obstante, queda limitado por la falta de
reconocimiento del método de la abstracción, que requiere de empirismo para lograr
las aproximaciones necesarias al mundo real.

La línea de Aristóteles – Maquiavelo – Bodin y Montesquieu es completada por A.


Comte y de la cual sus últimas manifestaciones son el organicismo y el funcionalismo.
Sin embargo, aun cuando ni el mismo Comte logra separarse de manera absoluta del
idealismo objetivo, como, tampoco de la abstracción, que es el momento en que
parecen alcanzar los éxitos mas importantes, lo cual ha sido muy evidente en el caso
de Bodin y Montesquieu, de conformidad con los análisis teóricos.

La línea de Platón, Padres de la Iglesia, Escolástica y J. Locke es completada por


Hegel. Marx, como dice Duverger, representa una nueva cosmogonía, pero la principal
distinción de Duverger se limita a señalar que Marx “Desjuridiza al Estado” y sin explicar
la desjuridización respectiva, que en el sentido más benéfico de interpretación de
Duverger consistiría en entender al Estado y a los intereses políticos como
manifestación de intereses económicos de clase. Sobre todo por los datos de la
historia actual, hay si embargo, en esta interpretación de Marx y en teoría un desdén
hacia la forma de Estado, pero, a cambio, produjo el gran descubrimiento de los
intereses de clase en su noción del Estado, que revoluciona la teoría política, por lo
cual el descubrimiento de Duverger es meritorio. La nueva cosmogonía de Marx
proviene también no solo de oponerse al empirismo (aunque no de manera absoluta),
sino también a la tendencia Hegeliana, con la gran ayuda que recibe de L. Feuerbach.

Omitir nombres de autores importantes en ambas líneas no altera de manera alguna el


análisis anterior, como tampoco el reconocimiento de un termino medio entre los
autores o el hecho de que Marx recibió influjo de ambas tendencias, pero de
colocar a Marx en una de las dos líneas le correspondería la de Hegel y Platón, pues la
distinción de líneas pone énfasis en la actuación del método de la observación o de la
abstracción. Mas si se considera absolutamente irreconciliable la teoría de Marx con la
de los Padres de la Iglesia o de la escolástica, Montesquieu demuestra que empleando
81
el razonamiento, el hombre, puede realizar, desde una posición teocrática, el comienzo
de un análisis científico de la “creación”. Es decir, la distinción de líneas atiende al
orden metodológico para el estudio de los fenómenos sociales y no tanto al resultado
del método aplicado, pero si la teoría de Platón o la de los Padres de la Iglesia pueden
llegar a parecer a un “marxista” absolutamente insatisfactorias entonces debe indicarse
que Platón tiene razón cuando prescribe que debe existir el Gobierno de los sabios y
que desde una perspectiva moral que tiene vigencia, debe existir el Gobierno de los
buenos, aunque el cristianismo no siempre lo afirmó y lo practicó.

En cuanto a sus reconocimientos metodológicos, la vida de Marx tiene dos etapas: la


primera, cuando era predominantemente un filósofo, caracterizada por el
reconocimiento del empirismo (influjo del desarrollo de las ciencias naturales), y la
segunda, cuando se convierte predominantemente en un sociólogo, en la que reconoce
la supremacía del método de la abstracción. Es decir, Marx en su situación intermedia,
tiende más hacia la línea de Platón.

En cuanto a nuestro análisis de líneas metodológicas, cabe reconocer que tampoco


Platón o la Iglesia Cristiana se encuentran ajenos de manera absoluta a los fenómenos
terrenales, pero sus análisis tienden a alejarse del terreno de los hechos (algo similar
sucede, no necesariamente con defecto, cuando se realiza la abstracción, es decir, la
conversión de lo concreto en abstracto, o sea, en razonamiento). Asimismo, cabe
reconocer que varios autores colocan a J. Locke en una línea empirista, tal es el caso,
por ejemplo, de Jean Touchard que lo caracteriza por un “empirismo” “predominante”.

Ciertamente Locke es un filósofo, que estudió y practicó la medicina y que llegó a ser
considerado ateo y materialista, pero, al mismo tiempo, se sub - aprecia que ha sido
considerado predominantemente filósofo (que en alguna medida no dejó de atender el
asunto relativo a los fenómenos naturales) y que, por ejemplo, aparte de la sola
mención de empirismo, el resto del análisis de Jean Touchard sobre su teoría niega su
apreciación, tanto en lo relativo al nombre de las obras de Locke (“Tratado sobre el
Gobierno Civil”, “Ensayo sobre el Entendimiento Humano”, “Carta sobre la Tolerancia”,
“El Cristianismo Razonable”), como en la calificación de su teoría: “Defensa de la
propiedad privada y llamamiento a la moral, preocupación por un poder eficaz y
necesidad del consentimiento, un individualismo que se inclina ante la mayoría,
empirismo y racionalismo, tolerancia y dogmatismo”.

Es decir, sólo una palabra discorda con el resto de adjetivos, para un autor que
“descubre” dos etapas: el estado de la naturaleza y la sociedad civil. Con base a esta
dicotomía, que no es la del cielo y la tierra, elaboró toda su teoría y justificación de la
propiedad privada, pero al distinguirlas, reproducir el pasado, su evolución y el
presente, el empirismo se encuentra ajena a ellas.

La primera etapa es un estado de igualdad social, fundada en la razón humana, creada


82
por Dios, pero en la que existe la posibilidad de violar las normas dictadas por la razón,
porque el ser humano busca de manera egoísta su bienestar individual, de tal manera
que el estado de la naturaleza tiene una realidad que hace pasar a la segunda etapa,
pero en la que Locke no explica como ni cuando se produce el paso. Es decir, carece
de empirismo “la descripción” de su “historia” y predominantemente es ajeno al método
histórico, sobre todo porque en el “estado de la naturaleza” cada uno es juez y no
existe juez superior, aunque en su teoría la potencialidad o realidad de un “estado de
guerra” conduce a la “sociedad civil”, cuyo objetivo es la conservación de la vi da, la
propiedad privada, la libertad, caracteres que se constituyen en motivos que
factualizan es establecimiento de la “sociedad civil” y del Gobierno. Es decir, a pesar de
sus avances a través de un procedimiento especulativo, la diferencia entre Platón y
Locke reside en que el segundo cuenta con dos realidades ultramundanas y ambas
relativas al mundo terrenal. Comte consideraría su análisis propio de la metafísica y
ajeno al empirismo. Sin embargo, la colocación de Comte en el empirismo no reside
tanto en que lo emplea (como los autores precedentes a él en su línea, sino porque
como filósofo lo justifica, de manera brillante, en su filosofía de carácter metodológico,
pero fundada en sus observaciones.

En tales condiciones teóricas de Locke es evidente que Montesquieu lo avanza, tanto


en materia de empirismo como de relato de vida política. Montesquieu privilegia la
explicación del origen y operación de la sociedad terrena no tanto su evolución, y logra
aproximación, mientras en Locke la sociedad ya está creada y solo atiende su evolución
(las dos etapas, por medio del estado de guerra), pero no logra empirismo alguno.
Montesquieu evita la esquematización de etapas, la simple debilidad humana engendra
la sociedad y un simple estado de guerra engendra el orden social existente hasta la
fecha, sin diferir el aparecimiento del Estado hasta la “sociedad civil”. Ciertamente, no
alcanza Montesquieu una distinción entre aparato de dirección de la sociedad y Estado,
pero ello constituye una exigencia improcedente a un constructor de la teoría política
sobre bases objetivas. Locke al distinguir un “estado de naturaleza” y un “estado de
guerra”, que para Thomas Hobbes (1588-1679) eran uno solo entra en un error de
abstracción que no comete Montesquieu, con una mejor reelaboración de la teoría de
Locke.

A pesar de ser beneficiario del renacimiento, Montesquieu ya no es un pensador


renacentista, sino pertenece al movimiento de la ilustración, que se deriva del
renacimiento y dentro de ella pertenece a su grupo de enciclopedistas, que según F.
Engels “Ilustraron las cabezas de los hombres para realizar la revolución burguesa que
debía desencadenarse”.

La derecha y la izquierda ha criticado con dureza y aproximación su teoría acerca de


los “principios” que sustentan a las formas del Estado (temor, honor, virtud) y aunque su
doctrina acerca del determinismo geográfico tiene un carácter anticientífico,
Montesquieu, al igual que Bodin, no considera inevitable el influjo del medio geográfico,
83
ni tampoco el único determinante de la vida social y con toda honradez considera la
posibilidad de actuar sobre ella, mediante el sistema político y las normas jurídicas.

B. El Materialismo Francés de siglo XVIII

El movimiento de la Ilustración no fue constituido por una sola tendencia de


pensamiento. En el plano político tenía partidarios del feudalismo (Montesquieu), del
capitalismo (en parte Montesquieu, pero sobre todo el resto de pensadores
enciclopedistas) y del socialismo (Meslier, Morelli y Mably).

Aunque no todos los pensadores de la Ilustración deben ser considerados materialistas,


se desarrolla en ella una tendencia materialista, caracterizada por el empirismo, pero
que no logra separarse de manera absoluta del idealismo y que se conoce con el
nombre de Materialismo Francés del Siglo XVIII.

Este constituye un desarrollo del materialismo del siglo XVII, una etapa superior de
desarrollo del materialismo y entre sus fuentes ideológicas se han considerado el
materialismo de Gassendi, de Descartes y del pensamiento inglés y, dentro de este
último, el “materialismo” de J. Locke. Con esta apreciación puede decirse que tampoco
el materialismo del siglo XVII pudo apartarse en medida importante del idealismo, pues
J. Locke era predominantemente idealista, ni siquiera empirista. El sostenimiento de
este “materialismo” en todas sus formas provenía de verdaderos sistemas materialistas,
o sea, del desarrollo de las ciencias naturales y, constituidos desde principios de la
etapa moderna a través del Renacimiento. No obstante, este materialismo filosófico,
existente al menos como ciertos rasgos en el pensamiento humano, llegó a desarrollar
ideas muy notables, tales como rechazar el compromiso entre la burguesía y la
nobleza feudal, rechazar el racionalismo cartesiano, elaborar elementos de dialéctica en
D. Diderot (1713-1784), la consideración del intelecto humano como el motor
específicamente humano de la conducta del hombre (con lo cual Helvecio y Holbach, en
forma atea, se oponen al idealismo objetivo), el rechazo del panteísmo y el deísmo.

Así, con la Ilustración, en el plano filosófico y científico el progreso más notable se


encuentra del lado de los materialistas y en el marco de la teoría sociológica y política el
progreso más notable se encuentra en los pensadores idealistas, sobre todo
Montesquieu y J. .J. Rouseau (1712-1778).

En todo caso, unificaba a los pensadores de la Ilustración un gran afán por el


conocimiento de la ciencia y de la vida social, la idea de realizar proyectos de reforma o
de revolución social y el hecho que todos estaban imbuidos de ideas promovidas por el
desarrollo de las relaciones capitalistas de producción.
De conformidad con el marxismo, dos fueron las principales limitaciones del
Materialismo Francés del Siglo XVIII: El carácter metafísico de su método de estudio y
84
su explicación idealista del progreso social.

El concepto de metafísica varió desde la época de los griegos y la forma más


circunscrita y consecuente de caracterizarla es la de Comte, o sea, la de atribuir a los
fenómenos de la naturaleza (y de la sociedad) cualidades que no tienen. Sin embargo,
en el marxismo, lo metafísico no ha sido exacta ni solamente lo que la palabra
metafísica expresa (más allá de lo físico), sino ha llegado a definirse como el método
opuesto al método opuesto al método de la dialéctica materialista y que consistiría en
estudiar los fenómenos sin vinculación con los demás, con carácter invariable y/o sin
cambios cualitativos.

En la práctica política tampoco el marxismo ha sido ajeno a estos defectos, pero


ciertamente el método dialéctico no se limita a analizar y clasificar los fenómenos, como
sucede en la metafísica, de conformidad con la crítica marxista, pues en tales límites se
tiende a subestimar su cambio y a considerarlos independientes, originando nociones
en las que no se reconocen las contradicciones entre ellos ni entre sus elementos y es
correcto agregar que tampoco puede llegar a reconocerse su parentesco.

Esta forma de “reconocimiento” consiste en reconocer los fenómenos con cualidades


que no tienen y lo que no es otra cosa que atribuir a la realidad objetiva una forma que
no posee, de tal manera que la noción comtiana de la metafísica es aproximada a la
realidad y efectivamente constituyó un defecto de la Ilustración, pero reaparecen el
mismo Comte, principalmente cuando enfrenta el problema de la revolución.

El análisis descrito de la metafísica tiene una superación por el idealismo, a través de la


crítica hegeliana a la filosofía de la Ilustración y que es adoptada por el marxismo,
mediante la crítica que sufre la dialéctica de Hegel
a través del análisis teórico realizado por K. Marx y F. Engels.

Sin embargo, a pesar de que el marxismo ha reconocido elementos de dialéctica en el


pensamiento de Diderot, hasta aquí tenemos un panorama muy limitado aun de la
filosofía de la Ilustración y para evitar que sea considerada absolutamente metafísica es
necesario tener en cuenta el pensamiento de este ideólogo de la burguesía francesa,
quien forma un sistema filosófico, predominantemente materialista y científico, mediante
los siguientes descubrimientos:

a) La existencia de la materia en eterno movimiento tiene un carácter objetivo (el


reposo absoluto es sólo una abstracción).

b) Todas las modificaciones que se operan en la naturaleza están determinadas por la


ley de la causalidad.

85
c) Los fenómenos están indisolublemente ligados entre sí, no existe límite
infranqueable entre la materia orgánica y la materia inorgánica, la una se convierte
en la otra, la sensación o sensibilidad es una cualidad de toda forma de materia y
e1 pensamiento humano es sólo una forma evolucionada de la sensibilidad de la
materia.

d) El desarrollo de la naturaleza desemboca en el hombre y “es preciso comenzar por


clasificar los seres vivos, desde la molécula inerte, si existe como tal hasta la
molécula viva, el animal microscópico, el animal planta, el animal, el hombre”.

Por lo tanto, descubrió la ley de la causalidad y con ello un aspecto de todas las leyes
de la dialéctica, no se alejó del terreno de los hechos (empirismo) y su clasificación de
la evolución es una aplicación de la abstracción al estudio de los cambios cualitativos,
que parece presentir la ley del tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos (y
viceversa), pues contaba ya con muchos elementos para formularla.

La filosofía de Diderot recorrió con rapidez el tránsito del deísmo al materialismo,


reconoció el progreso de la técnica y de la industria en el desarrollo del conocimiento y
pensamiento humanos, pero con ello no formuló de manera completa, al parecer, el
principio fundamental del Materialismo Histórico, ni parece haber podido periodizar el
desarrollo social con base al progreso técnico. Sin embargo, es evidente que, por lo
menos, sentó las bases teóricas para hacerlo con facilidad, debido a lo cual se hace
necesario revisar su teoría.

En materia política, sus análisis son una continuación y desarrollo notable de las teorías
de Bodin y Montesquieu, pero confiaba en un espíritu humano de solidaridad entre los
hombres, era partidario del monarca ilustrado (neoplatonismo político burgués), o sea,
de la reforma y no de la revolución social y en su “concepción idealista” (relativa a la
vida social) estimaba que el orden social solo podía ser efecto de la voluntad del
Gobernante. No se equivocó demasiado en esta apreciación, pero le hizo falta
teorización acerca de la condición social.

A pesar de todo, su teoría se encuentra al menos en los límites del Materialismo


Histórico y para llegar al Materialismo Dialéctico le hizo falta, al parecer, formular que la
conciencia no es un reflejo pasivo de la vida social, aun cuando llegó a descubrir ello en
los hechos.

En todo caso, el marxismo le ha negado hasta la fecha el mérito de primer descubridor


de las leyes de la Dialéctica, que sin demasiadas demostraciones, reconoce en Hegel,
tan solo por indicaciones de Marx.

Por lo tanto, para evaluar la apreciación que el marxismo ha realizado de su


pensamiento, es necesario tener en cuenta que aunque Marx no es francés, llegó a
86
conocer en alguna forma su teoría, pero no tuvo, al menos la oportunidad de apreciar la
caracterización objetiva de las relaciones causales como cumplimiento de la ley de
causalidad, lo que precisamente hs tenido que llegar a ser reconocido por el marxismo
posterior, desafortunadamente en forma escasa y poco frecuente, por el influjo de Marx.
O sea, la caracterización realizada por Marx de las leyes objetivas como tendencias es
insuficiente si no se reconocen también como leyes de causalidad. Ello tiene gran
importancia dentro del marxismo, pues el método dialéctico no es otra cosa que el
descubrimiento de leyes objetivas.

4. ETAPA CONTEMPORÁNEA.

Parte de la Revolución Francesa de 1789, hasta nuestros días, pues, a pesar de las
revoluciones técnicas, no existe suceso histórico que haya decretado la terminación de
esta etapa. Por el contrario, con los retrocesos y aperturas de los países socialistas
hacia el mundo capitalista: se consolida un proceso denominado globalización y que, a
pesar de la internacionalización económica y de nuevas condiciones sociales,
reproduce procesos mundiales constituidos precisamente en la época del
Renacimiento. Sin embargo, aunque la esencia de este proceso sea la
internacionalización del capitalismo, no puede reconocerse hasta la apertura del mundo
socialista hacia el capitalismo, pues la globalización ya había adoptado una forma
socialista, por efecto de la revolución bolchevique, realizada en Rusia en 1917, y por
efecto de la segunda guerra mundial. Pero, a pesar del inicio de la época de las
revoluciones socialistas, la época de las revoluciones burguesas se prolongó en
Europa hasta la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, mientras en el
mundo subdesarrollado se prolongó hasta la segunda mitad del siglo XX, existiendo
resabios todavía muy importantes de relaciones precapitalistas.

En esta etapa, la humanidad aparece precipitada al socialismo, pero nuestro objetivo


principal de análisis sigue siendo Europa Occidental, aunque a partir del tratamiento
del leninismo es evidente que queda referido también a Europa Oriental y a todo el
planeta, y, con el propósito de conocerla finalizamos su análisis con el tema del
Desarrollo del Marxismo.

4.1 Evolución del capitalismo hasta mediados del siglo XIX

Los triunfos, a nivel político, de la burguesía la fortalecieron considerablemente, pero el


desarrollo del capitalismo llevó un empeoramiento general de los trabajadores, porque
no estaban organizados en sindicatos, no existían leyes de protección al trabajador y
las jornadas de trabajo eran muy extensas.

87
Con el aumento de las luchas obreras y dueña del poder político, para la burguesía su
principal enemigo deja de ser la nobleza feudal, al menos, en los países más
avanzados de Europa y, por efecto de estos hechos, reconstruye su ideología:
descarta los principios de soberanía popular como derecho positivo en favor de todos,
conserva el liberalismo económico, pero la idea dominante ahora será la de “solidaridad
o alianza de clases”, que constituye una especie de “socialismo espiritual limitado”,
expresado así:

a) Se niega el carácter clasista del Estado y este carácter no se reconoce más que
como hecho incidental, secundario y hasta ilegal.

b) A la teoría de la igualdad social entre los hombres (inclusive burguesía) se opone la


teoría de, la desigualdad social por naturaleza.

c) O sea, la desigualdad sociológica del capitalismo es presentada como realidad


natural.

d) A la idea de revolución, que apareció en la mente de los hombres, se opone la idea


de evolución gradual y pacífica.

e) La teoría de la solidaridad social o alianza de clases trata de evitar la lucha de los


obreros, pero no la de los capitalistas.

Cualquiera de estos rasgos caracteriza a toda ideología burguesa de la actualidad y,


en esta condición, por su afán de justificar o legitimar el sistema social, las teorías
políticas burguesas pierden en gran medida su carácter progresista, para explicar y
promover el desarrollo social, pero, a consecuencia del progreso que continuamente
alcanzan las fuerzas productivas y el desarrollo de las ciencias naturales, tienden a
desarrollarse los métodos experimentales de conocimiento y, entre ellos el método de la
observación de los fenómenos sociales. A la promoción y formación de estas ideas
contribuyó Augusto Comte, por lo cual ha tenido gran influjo, divulgación y defensa,
hasta nuestros días, entre los pensadores burgueses, pero sin reconocer,
frecuentemente, al autor de sus ideas ni sus ideales políticos.

A. Augusto Comte (1738-1857)

Las obras más importantes de este gran pensador francés son “Curso de Filosofía
Positiva” (1830-1842) y “Sistema de Política Positiva” (1851-1854), y en su teoría
filosófica, sociológica y política se tiene que:

a) Completa la línea empirista de Aristóteles, Maquiavelo, Bodin y Montesquieu y, de


la cual, entre sus últimas manifestaciones, están el organicismo y el funcionalismo,
88
pero la filosofía comtiana se caracteriza además' por un materialismo absoluto,
similar al de Diderot, que reconoce a la conciencia como propiedad de la materia, o
sea, del cerebro humano, y que no merece el calificativo de idealismo enmascarado,
sino de materialismo enmascarado, por su idealismo subjetivo y de centrismo
filosófico (agnosticismo) muy limitado, por su empirismo y vocación científica.

b) Su pensamiento es una continuación de las concepciones de la filosofía de la


Ilustración, pero con las cuales tiene importantes divergencias, considerándolas
teológicas y metafísicas, y mediante las cuales logra superar la teoría del contrato
social, promocionada inicialmente por los ingleses y desarrollada por los franceses.

c) Es el fundador de una tendencia que se conoce con el nombre de positivismo y que


brevemente puede definirse como la tendencia que niega la supremacía del
conocimiento lógico y filosófico en el proceso de conocimiento para superar el
razonamiento teológico y metafísico y que se opone a las tendencias socialistas que
niegan a la sociedad capitalista. Esta negación de negaciones constituye a su
positivismo y lo que no es sino la aceptación indiferenciada para el estudio de la
realidad objetiva del método de las ciencias naturales (el privilegio del método de la
observación) y la aceptación de las relaciones capitalistas consolidadas a través de
la Revolución Francesa de 1789.

d) Así, el principal defecto del positivismo, en el plano metodológico, radica en no


reconocer que el razonamiento teológico y metafísico pueden ser superados por el
razonamiento lógico y filosófico (la abstracción) y en el plano sociológico radica en
no reconocer el carácter anti – humano (y anti-orgánico) de la sociedad dividida en
clases sociales y la posibilidad del triunfo de la lucha que genera esta desigualdad,
para lograr su superación.

e) Sin embargo, el positivismo contiene es una reacción al socialismo utópico, mientras


el positivismo posterior ha sido principalmente una reacción en contra del
marxismo. Mas hay otra diferencia muy importante, pues en el positivismo posterior
frecuentemente se omite expresar la necesidad de superación del razonamiento
teológico y metafísico, pero en la práctica se adopta la metodología comtiana. No
obstante, para Comte la superación del Estado teológico y metafísico no forma parte
solamente de ideales cientistas sino también políticos, en su deseo de una
sociedad positiva o científica.

f) Para evaluar su aporte científico, es necesario tener en cuenta que antes de Comte,
aun en el mundo académico, prevalecía la idea de que fenómenos sociales no
podían ser objeto de estudio científico como fenómenos de la naturaleza, o sea, la
forma de los fenómenos sociales y de la vida social era explicada por la voluntad e
ideas de los hombres o como resultado de la voluntad de un ser divino.

89
g) Posiblemente bajo el influjo directo de Saint-Simon, Comte adopta y aporta la idea
que la vida social puede ser objeto de un conocimiento similar al que se había
desarrollado en el campo de las ciencias naturales y sin mas error que el
anteriormente descrito, sostiene que ello puede realizarse, mediante el método de
formulación de hipótesis y mediante el método de la observación. Así, crea el
término sociología, como “el estudio positivo de las leyes fundamentales propias de
los fenómenos sociales”. O sea, a pesar de todo, hay en Comte, la búsqueda de
una disciplina específica para el estudio de la vida social y orientada precisamente al
descubrimiento de sus leyes, de tal forma que la aplicación indiferenciada del
método no invalida una orientación de su teoría hacia el Materialismo Histórico.

h) Ciertamente, Comte no fue el único autor de estas ideas antes del aparecimiento
del marxismo, pero mientras Saint-Simon, a pesar de su vocación científica, no dejó
de ser religioso (idealismo objetivo), el descubrimiento de Diderot, según el cual
todas las modificaciones de la naturaleza se operan determinadas por la ley de la
causalidad, fue más apreciado de orden filosófico que sociológico, de tal forma que
no contribuyó, sino de manera muy limitada, a autonomizar el estudio de la vida
social y al realizar una explicación idealista de la vida social no reconoció de
manera suficiente la forma de cumplimiento de la ley de la causalidad.

i) Por lo tanto, Comte contribuye a la formación de la idea que puede formarse una
ciencia específica de la vida social, a la idea que está regida por leyes objetivas y
que su estudio puede ser absolutamente científico, o sea, libre de prejuicios
filosóficos, religiosos y políticos.

j) Comte reconoce los límites del método de la observación, o sea, el hecho que la
validez y extensión de las leyes descubiertas queda limitada por observaciones del
sujeto, pero no comprenden causas metafísicamente concebidas, sino observadas
en la majestad de los hechos, porque su propuesta metodológica obedece a que
busca un conocimiento de lo que son las cosas por lo que hacen y no de lo que se
piensa que son las cosas por medio del razonamiento religioso o filosófico, o sea,
por medio del método de la abstracción y que ciertamente puede conducir a error
sino se tiene en cuenta al mundo empírico, de los hechos.

k) En su enunciado de la ley de los tres estadios no reconoce de manera literal la ley


de causalidad y realiza, sin intención, una descripción idealista del desarrollo
social, en que quedan subapreciadas las fuerzas motrices de orden económico,
mediante el desarrollo teórico de la ley de los tres estadios reconoce relaciones de
causalidad, aporta una aplicación del método histórico al estudio del desarrollo
social y un enfoque macro sociológico del progreso social, que se aproxima al
desarrollo del saber humano o historia de la ciencia y mediante su teoría
metodológica aporta la descripción que, en términos generales, realiza todo
investigador para obtener un. conocimiento de carácter científico.
90
l) Adopta un idealismo subjetivo (no religioso), que nunca trató de enmascarar y que
se manifiesta en una apreciación del desarrollo social como desarrollo del saber
humano, pero en este “idealismo” la conciencia humana solo es un efecto de la vida
social, pues sustenta un sociologismo y materialismo absoluto, en el que afirma que
el cerebro humano es impotente sin estímulos exteriores y sin apreciarlos es
peligroso, porque da lugar a teorías teológicas y metafísicas. Así, resta validez al
proceso subjetivo de conocimiento (abstracción) y en su concepción (materialismo y
sociologismo absoluto) las teorías son falsas o verdaderas tan solo por efecto de la
vida social y la metafísica solo una etapa transitoria, que es definitivamente
sustituida por la positiva o científica (para ello, tiene como comprobación empírica
el desarrollo desigual de las ciencias, en cuanto no todas han alcanzado la etapa
positiva de desarrollo). Su exceso de materialismo y sociologismo, es un efecto de
muchos resabios de origen feudal y de la falta de desarrollo de las ciencias
sociales, que no le conducen a apreciar la metafísica como un método (lo cual une
al estadio teológico con el metafísico) sino tan solo como etapa transitoria de la
humanidad.

m) Con aproximación a la realidad, es considerado uno de los ideólogos de la


burguesía que, a mediados del siglo XIX, propagaron la teoría de la paz y
solidaridad de clases y la inmutabilidad de las relaciones capitalistas de producción,
de tal forma que efectivamente “el orden y el progreso son los dos temas de su
filosofía social, porque, a consecuencia de una falsa conciencia que “arrancaban de
la historia, por medio del método de la observación, creía en la colaboración entre
las clases y también creía que la sociedad capitalista se encontraba en las
condiciones de tránsito hacia un estado positivo de desarrollo, o sea, hacia una
sociocracia o armonía social, pero, para lograr esa armonía, no era precisamente
liberal, por lo que no vio con demasiado desdén la problemática de la vida social.

n) Con otras imperfecciones teóricas, un agnosticismo práctico y limitado caracteriza


a su filosofía, pero ha sido excesiva la crítica que ha recibido, por enunciar el
carácter limitado del conocimiento humano y por desechar prejuicios filosóficos,
religiosos y políticos, ya que no se propone ocultar la problemática social ni
justificarla moralmente. En esta materia, por el contrario, se ha subestimado que por
su lucha contra el razonamiento teológico y metafísico si no pudo revolucionar trató,
al menos, de ser revolucionario en materia científica y que, a pesar de todo, dejó
una teoría filosófica, política, sociológica y metodológica. O sea, por estos cuatro
aspectos o elementos de su teoría debe ser considerado el padre de la sociología
burguesa moderna, pero sin dejar de tener en cuenta que, a consecuencia de una
falsa conciencia, enajenó su teoría social en la realización de los intereses de una
clase a la que no pertenecía, pues en todo tiempo vivió penurias económicas.

Refleja su teoría, sobre todo, el ideal político de las clases explotadas, bajo la
91
dominación de la ideología de la clase dominante, de esperar una cooperación de
clases, que el percibe como tendencia histórica, sin reparar en la falta de observación
de la lucha de clases y considerando que la agravación de los conflictos es sólo un
síntoma de un proceso de transición social hacia una mejor sociedad.

Como en cualquier autor, su teoría es producto de una educación que nace desde una
corta edad y que él logra prolongar hasta sus estudios inconclusos de medicina en la
Universidad. Le ayudó mucho el trabajo que desempeñó como secretario de Saint-
Simon y con el cual llegó a una enemistad, que explica solo parcialmente su negación
absoluta de las tendencias socialistas, pues tal negación también fue un efecto de la
elaboración de su propia teoría, en la que considera que la historia humana muestra
que el progreso social logra una mayor cooperación entre las clases, por lo cual la
etapa positiva de desarrollo se caracterizará porque la humanidad no sólo estará libre
del razonamiento teológico y metafísico sino será una sociocracia o armonía social.

Comte no entendía la observación limitada a un orden empírico, sino comprendía


dentro de ella a la observación histórica y, por lo tanto, con fundamento en el método
histórico, observa que la sociedad humana pasa por tres estadios o estados: el
teológico, el metafísico y el positivo. En el primero, la humanidad explica los fenómenos
por la acción de seres sobrenaturales, En el segundo, la metafísica consiste en
atribuir propiedades, cualidades o efectos que no tienen los fenómenos de la
naturaleza. El tercero, en el plano teórico, consiste en el descubrimiento de leyes
científicas.

Para él, no todas las disciplinas científicas, ni todas las actividades sociales han llegado
a su etapa positiva de desarrollo. No manifiesta un desdén absoluto por la etapa
teológica o metafísica, sino son, para él, etapas necesarias en el desarrollo del
pensamiento humano, y cada una es el fundamento del desarrollo de la siguiente. La
teológica es una forma embrionaria del saber y en la metafísica el hombre ya no
descubre las causas de los fenómenos fuera de la naturaleza. Sin embargo, a causa
de privilegiar los meros actos del procedimiento científico, su materialismo no lo lleva a
reconocer plenamente la realidad objetiva (principalmente económica) y formula el
desarrollo de la vida social en los límites de un real, aunque parcialmente aparente,
idealismo subjetivo, pero no en los límites de un idealismo enmascarado (por ejemplo,
no toma lo económico para enmascarar), o sea, a pesar de todo, sobre – estimó el
papel de la conciencia en la vida social, aunque sólo fuera de manera muy limitada y, a
pesar de privilegiar los actos del procedimiento científico, a causa de su empirismo, no
reparó que el método de la formulación de hipótesis es un encaminamiento lógico por
la vía de la abstracción y consideró que el razonamiento metafísico era solamente una
etapa transitoria en la historia de la humanidad. Es decir, no reparó en que los
resultados válidos de su propia teoría eran, sobre todo, resultado de su propio
razonamiento y muy poco de su confirmación, mediante el método de la observación.

92
Para un pensador que observa de manera tan empírica la construcción del medio
social, con toda permisividad divina, es evidente que las doctrinas materialistas lo
llevarán también a una concepción atea. Sin embargo, el hecho que teniendo en
cuenta la religión llegue a pensar en la necesidad de un Papa positivo o científico no
implica que trate de enmascarar un idealismo subjetivo ni que su objetivo principal fuera
unir materialismo con idealismo, sino que su objetivo era encausar a la humanidad,
mediante reforma social, por un sendero sin carácter teológico o metafísico, o sea, con
carácter de una revolución científica, lo cual casi no tiene nada que ver con la unión
entre materialismo e idealismo, pero si con la evidencia de utopías comtianas.

Aunque no todos los marxistas son iguales, por estas apreciaciones, no es aplicable a
Comte y resulta demasiado exagerado identificarlo con la apreciación del marxismo de
considerar a todo positivismo como idealismo subjetivo enmascarado, partido centrista
en filosofía o tendencia que simplemente trata de unir al materialismo con el idealismo.
Estas apreciaciones, que afortunadamente no son de todo el marxismo, no solo son
exageradas sino que no entran en oposición, frecuentemente, con el pensamiento
burgués, cuando se evalúa la obra de Comte, pues aun su centrismo es muy limitado y
no político.

En su utopía, ciertamente, para Comte, debe reformarse el poder espiritual, pero lo


propone a través del medio adecuado, o sea, de la ciencia y que en el mundo moderno
precisamente ha sido negación de la Iglesia. Mas lo propone rechazando ideas de
socialistas utópicos y de utopistas que imaginaban que todos los datos de la vida
humana podían ser arbitrariamente transformados. Esta es la razón del espacio que
concede a la Iglesia y de su propia utopía, pero, al tener en cuenta la condición social,
estimó que los pensadores de la Ilustración se equivocaron cuando pensaban que la
cooperación y la solidaridad humana solo existen porque los individuos sacan ventajas
de ellas y, para él, no menos potente que las aspiraciones egoístas de los hombres es
el instinto de vida social (Aristóteles) y solo gracias a él es posible la conciliación de
intereses privados y la cooperación de los seres humanos en el contrato social.

Su análisis superficial, que en esta materia subaprecia la lucha de clases, lo lleva a la


digresión del Papa positivo o científico, y a otros errores, pero señala un aspecto
biológico, que no solo es indispensable sino mas explicativo de vida de conjunto que la
sola y mera lucha por intereses egoístas, que contenía la teoría del contrato social.
Mas las dificultades vividas para construir el socialismo, pero que no limitan su
necesidad, le dan la razón a Comte para que al proponernos proyectos de reforma
social no dejemos de tener en cuenta los caracteres de la vida humana, aunque nunca
llegue a existir un Papa positivo, etc. Como ciertas formas de socialismo utópico,
criticadas por Marx, el socialismo real subapreció al individuo, en la diversidad de sus
necesidades.

Por lo tanto, para evitar universalizar una crítica metafísica de la filosofía positivista, con
93
rasgos que solo pueden llegar a ser válidos a algunos autores positivistas, es
necesario partir de lo que específicamente merece llevar el nombre de positivismo en la
doctrina comtiana y que es lo que precisamente hicimos en el inciso c) anterior, de
nuestro análisis de Comte, en el que quedan precisamente reunidas las apreciaciones
de dos grupos de autores, que han definido el positivismo:

a) Los que consideran que el positivismo es negación de la especulación filosófica, que


niega a la majestad de los hechos.

b) Los que consideran que el positivismo es la negación de las tendencias socialistas,


que niegan a la sociedad capitalista.

Sin embargo, para enfrentar el problema acerca de la noción y origen del positivismo,
debemos partir de que antes de Saint – Simon, Montesquieu hace referencia al
“derecho positivo”, caracterizado por él no tanto como el derecho que se cumple en la
vida social, como efectivamente se considera en la actualidad, sino considerado en
Montesquieu como un derecho (humano) de carácter racionalmente necesario
(derecho de pueblos, derecho político y derecho civil) y que Montesquieu no idealiza en
su teoría. Con este antecedente el positivismo de Comte también hace referencia a
leyes necesarias, carácter jurídico, sino de carácter objetivo.

La noción más importante de positivismo que encontramos en Saint-Simon es la idea


adaptada y aportada por Comte a la sociología de que la vida social puede ser objeto
de un estudio similar al que se había desarrollado en el campo de las ciencias
naturales. Así, Saint-Simon llega a exclamar: “Que las abstracciones cedan paso por
fin a las ideas positivas” y a concluir que la ciencia de las sociedades tiene, desde
ahora, un principio. Por fin, llega a ser una ciencia positiva” (citas de Jean Touchard).
Sin embargo, mientras Saint – Simon solo es universalmente conocido como socialista
utópico, Comte no solo es conocido como universalmente positivista, sino que,
conforme Leszek Kolakowski, a pesar de todas las particularidades de su teoría, a su
obra no se le puede negar el calificativo de positivista y si los numerosos escritos de
Comte no le proporcionaron posición social, le dieron celebridad.

O sea, nos encontramos, ante dos sistemas ideológicos y dos tendencias de


pensamiento diferentes, en el que el rasgo aislado no hace identificar al comtismo con
el saint – simonismo. Así, el punto de partida del positivismo es Comte.

Aun cuando solo deriva de Saint-Simon el positivismo de Comte, conviene agregar otra
cita de Jean Touchard, quien indica que el. comtismo, como el saint – simonismo,
termina en una religión, pero en un “catolicismo sin cristianismo”, según palabras de
Jean Lacroix. Es decir, la apreciación de unificación de idealismo y materialismo en la
doctrina comtiana es un hecho de poca importancia para ver en ella nociones
esenciales de positivismo e, incluso, para apreciar una unión muy efectiva. Esta
94
“unión”, como hecho importante, solo indica el penoso estado en que se encontraba la
sociología y aun se encuentra el conocimiento de la vida social por la mayoría de seres
humanos, y no la forma usual en que los hombres de ciencia (Marx, Engels, etc.)
llegaron a usar el término positivo, o sea, como sinónimo de ciencia y que era
precisamente el objetivo de Comte.

Tenemos que tanto el saint – simonismo como el comtismo terminan en religión, pero
no en la misma religión, y Comte es de los pocos autores que se declara abiertamente
positivista. Asimismo, tenemos que mientras con todas sus limitaciones, Saint – Simon
es abiertamente socialista (defensor limitado de la clase obrera), Comte es
abiertamente partidario del mundo empresarial de la clase capitalista y que con el
desarrollo social la noción de positivismo llegará a adoptarse como negación del
pensamiento socialista, tal como sucedió, por ejemplo, en la doctrina de E. Durkheim
(1858-1917). Además, tenemos que mientras el empirismo es un rasgo materialista, el
pensamiento de Saint – Simon se orientó con fundamento en un idealismo religioso,
dentro del cual militó, como divulgador del cristianismo. No sucedió lo mismo con
Comte y, por ello, son los saint – simonianos los primeros en reaccionar en contra del
ateísmo de la filosofía comtiana, por lo cual, con ella, se construye de manera completa
el positivismo, aunque efectivamente Saint – Simon fue “creador” del término “positivo”
para hacer referencia a la necesidad de un conocimiento empírico y científico de la vida
social.

Saint – Simon debe ser aceptado como el precursor más importante del positivismo,
pero todavía, en realidad, carente de un sistema (completo) positivista de ideas, aun
cuando limitemos el problema al orden filosófico y metodológico. Saint – Simon y los
saint – simonianos buscaban la industrialización francesa, basada en las relaciones
capitalistas de producción, pero desestimaban el carácter opresor de la revolución
francesa, lo que Comte desdeña y, por lo cual, espera mas de 80 mil gendarmes en la
ciudad de París, para asegurar el orden social.

El positivismo de Saint – Simon es, por lo tanto, demasiado limitado, demasiado inicial,
como para poder ser apreciado como fundador del positivismo. En las teorías
posteriores a Comte, puede aceptarse la combinación de empirismo e idealismo
objetivo, como parte de un positivismo metodológico, aplicado al estudio de la vida
social y que tendría por objetivo desechar ese idealismo objetivo o religioso para
estudiarla, pero se trata de una postura positivista todavía muy excepcional e influida
grandemente por el desarrollo de la ciencia, pero en la anticipación de la teoría
comtiana las ideas de Saint – Simon solo significan la continuación de las ideas de la
Ilustración, o sea, la promoción del estudio científico de la creación, desde una posición
teocrática, sin rompimiento con dicha Ilustración. Por el contrario, el positivismo
metodológico era, en general, una actitud propia del campo de las ciencias naturales y
no de las ciencias sociales y que residía en estudiar la naturaleza sin el empleo de la
creencia religiosa, aun cuando el investigador tenía convicciones cristianas, pero no
95
habían en dichas ciencias pensadores que se declaraban partidarios del positivismo
metodológico, en tanto es una categoría que hemos creado para analizar al positivismo.
Sin embargo, las apreciaciones de Saint – Simon demuestran que tal positivismo
metodológico fue precursor del positivismo contiene y de todas las formas de
positivismo posteriores.

La crítica de los saint – simonianos hacia el ateísmo contiene muestra oposición hacia
la parte más representativa del positivismo metodológico, o sea, a la que tenía un
carácter absolutamente materialista y que, en realidad, el positivismo de Saint – Simon
se limitaba a una simple promoción de empirismo.

Varias formas de marxismo han tendido a negarle a Comte el gramo racional de su


teoría y con fundamento en algún estereotipo de positivismo se ha puesto en duda el
carácter positivista de su obra, no obstante que reclamó el calificativo de positivo para
su pensamiento. Así, esta obstinación deja fuera de su contexto social al pensamiento
humano.

O sea, Aristóteles, aunque fuera empirista, no hizo ciencia social porque no había
ciencia social, sino, simplemente, porque era necesario explicar la realidad. Ni se le
ocurrió la existencia de un estado armónico de vida social y científica, que negara al
esclavismo. Tampoco la sofocracia de Platón tiene similitud con el Papa positivo o los
definidores de la política en el Estado positivo.

Algo más, con la idea de sociocracia o armonía social, la teoría de Comte no es menos
socialistas o utopista que la de Saint – Simon, pero tiene el propósito de luchar en
contra de estos dos rasgos. Igualmente, por lo tanto, los antecedentes del positivismo
(empirismo, idealismo subjetivo, agnosticismo) no son precisamente positivismo sino
sólo antecedentes y ver en la doctrina de Comte al menor de los positivismos significa
no apreciar el desarrollo del positivismo, es decir, la existencia de un positivismo inicial.
Por ello, muchos autores no se declaran positivistas ni reconocen el calificativo de
positivistas que se les confiere.

Así, el positivismo generó necesariamente nuevas reacciones, pero cierto agnosticismo,


aunque limitado y práctico, caracteriza a la doctrina comtiana por declarar el carácter
limitado del conocimiento humano y porque para Comte es inútil y dificultoso el estudio
correspondiente al origen y fines del universo y el estudio correspondiente a muchas
disciplinas científicas de la actualidad, a pesar de que se ha propuesto descubrir leyes
de validez universal y de carácter reiterativo, cuya validez quedó limitada en su teoría a
las observaciones del sujeto. O sea, con estas apreciaciones también Comte abusó de
la abstracción y de la metafísica.

Aunque el “agnosticismo” agrega elementos de estereotipo para “positivizar” a la


doctrina comtiana, no debemos tener, en este aspecto, un juicio tan severo contra
96
Comte, pues el marxismo ha tratado de resolver este problema negando la posibilidad
de un conocimiento absoluto de la realidad objetiva y afirmando que el conocimiento
verdadero solo constituye una aproximación a ella. Sin embargo, si el conocimiento es
verdadero entonces es absoluto y la solución a este problema reside en reconocer que
el conocimiento humano tiene un carácter limitado.

Ello no significa negar la existencia de la realidad objetiva ni negar que sea


cognoscible, pero no siempre es necesario conocer, en todos sus detalles, a un objeto,
aunque sean cognoscibles, y este es el primer aspecto para reconocer el carácter
limitado del conocimiento humano. Un segundo aspecto reside, sobre todo, en el
carácter subjetivo del conocimiento humano, o sea, está limitado a las observaciones y
abstracciones del sujeto, a la vida útil de investigador que poseen los hombres y a su
contexto histórico. Es decir, ha sido excesiva la crítica contra Comte, por enunciar el
carácter limitado del conocimiento humano, cuando, por el contrario, en esta materia,
se aproximó, en gran medida, a la realidad objetiva, O sea, el conocimiento humano no
es absolutamente ilimitado, sino limitado, pero no la convierte en incognoscible y que es
algo que Comte no parece haber afirmado en forma alguna, teniendo arraigadas
convicciones científicas, contrarias a la teología y a la metafísica. Su positivismo es,
realidad, materialismo enmascarado.

Por lo tanto, al observar algún estereotipo de positivismo, fundado en rasgos como


idealismo subjetivo, idealismo subjetivo enmascarado, agnosticismo e, incluso,
idealismo objetivo, es evidente que se encuentran en Comte con un carácter muy
limitado y secundario, debido a su vocación científica y empirista. Así, de haber vivido
más tiempo, hubiera indicado que afirmar solo por la vía de la abstracción que el
universo es creación o no es obra de Dios no prueba nada, pues en el descubrimiento
de cuerpos celestes en formación y en desintegración no puede observarse
empíricamente la mano divina de la creación. Es decir, este descubrimiento le hubiera
causado simpatía, por la confirmación de su ley de los tres estadios y de su doctrina
empirista.

Para evitar la excesiva e innecesaria intransigencia, que se convirtió en el marxismo en


fuente de limitaciones teóricas, recomendamos leer el capítulo III del libro “La Filosofía
Positivista” de Leszek Kolakowski, que es de pequeña extensión y que con todas
nuestras divergencias hacia él lo consideramos elaborado dentro de los límites del
marxismo, pero muy ajeno a otras interpretaciones “marxistas” del positivismo.

En cuanto a un supuesto carácter conservador de la doctrina comtiana, hay que


evaluar que su desechar de prejuicios no está motivado en Comte por el fin de ocultar
la problemática social, sino por el fin de estudiarla científicamente, a pesar de que su
empirismo le condujo a la metafísica de aceptar la existencia de problemas sociales
incurables, pero si sus relatos no son de un revolucionario y llegan a ser metafísicos, no
son de un conservador, menos de un liberal. Según Jean Touchard, para Comte el
97
individuo es una abstracción y, por ello, hay que luchar en contra del individualismo
liberal. Además conforme a la imagen que forja de la nueva sociedad, su teoría es
elitista y, en ella, no reconoce a los individuos otro derecho que el de cumplir con su
deber, lo cual, según Jean Touchard, permitió a J. Stuart Mill (1806-1873) escribir que
el positivismo era un completo despotismo espiritual y temporal.

Sin embargo, sin Hegel y, sobre todo, sin Feuerbach, el materialismo de Comte anticipa
al de Marx, aunque no deja de contener una dialéctica de la auto evolución del espíritu,
pues ya en 1822 pudo exponer su ley de los tres estadios, así: “Cada rama del
conocimiento, por la naturaleza misma del espíritu humano, está necesariamente sujeta
a pasar por tres estados teóricos diferentes: el estado teológico; el estado metafísico o
abstracto; por último, el estado científico o positivo”. A pesar de ello, también para
Comte fue difícil escapar de la metafísica, pero si el espíritu es una forma de desarrollo
en su teoría, no deja en ella de ser efecto, a su vez, de la vida social, lo cual es una
dialéctica muy simple, pero verdadera.

O sea, Comte no trató de ser un revolucionario, pero trató de ser un científico y, por ello,
su genio tiene un espacio en la historia de la ciencia política y muchos de los elementos
de su pensamiento han sido objeto de atención y preocupación hasta nuestra época, de
tal forma que el saint – simonismo solo fue el elemento de inspiración del positivismo
contiene, pero carece de influjo directo sobre el pensamiento burgués contemporáneo
de nuestra época, que no puede negarse a Comte.

B. Alexis de Tocqueville (1804 – 1859)

Autor francés, contemporáneo y compatriota de Comte, contribuye a la difusión de las


ideas democráticas en Europa, pero heredero de una tradición aristocrática y
terrateniente, según Jean Touchard, en una nota íntima, encontrada por J.P. Mayer,
dirá: “Tengo una inclinación racional por las instituciones democráticas, pero soy
aristócrata por instinto y temo a la multitud. Amo con pasión la libertad, la legalidad, el
respeto de los derechos, pero no la democracia. Este es el fondo del hombre”.

Jean Touchard observa que los liberales alcanzan el poder en Francia y evaluando esta
conquista del poder político por la burguesía cita a Tocqueville: “La clase media,
dueña de todo, como nunca lo fue, y como tal vez nunca lo será ninguna aristocracia,
convertida en Gobierno, tomó un aire de empresa privada”. Marx también empleó, con
alguna frecuencia, el término clase media para referirse a la burguesía, debido a los
procesos de transición que se efectuaban en Europa, pero es evidente que las
manifestaciones actuales del liberalismo no son nuevas y es evidente que el
liberalismo, como tendencia burguesa, no renuncia, de manera absoluta, a la
intervención estatal, aunque sea anarquista en gran medida.

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Para Tocqueville, la sociedad evoluciona necesariamente hacia la igualdad, o sea, a la
democracia y esta evolución lo atemoriza, pero le parece ilusorio oponerse a ella, por lo
cual su mayor preocupación reside en evitar que la democracia caiga en anarquía y
despotismo, lo que debiéramos entender que llegue, incluso, a un socialismo absoluto.

Según Maurice Duverger, la obra de Tocqueville, “De la Democracia en América” (1835-


1840) marca una nueva etapa en la historia de la ciencia política y explica en forma muy
clara esta apreciación, que resumimos de la siguiente forma: “Antes de Tocqueville la
observación de los hechos era casi únicamente te libresca. El inicia la observación
directa de los hechos, aplicando la técnica de la entrevista, al realizar sus
investigaciones. En ella formula lo que hoy podemos denominar hipótesis de trabajo y
se preocupa de verificar los hechos observados. Es decir, inicia una observación
sistemática de los hechos”.

Por lo tanto, con respecto a Comte no puede negarse un desarrollo del método de la
observación y una menor inclinación hacia la especulación filosófica, que manifiesta el
carácter triunfante del positivismo en el mundo académico. Sin embargo, la postura
apologética que, desde la actualidad, adopta Maurice Duverger, hacia la obra de
Tocqueville, muestra el carácter predominantemente ahistórico, empirista y subjetivo,
que orienta a los análisis sociológicos de la teoría burguesa, desde el siglo XIX hasta la
fecha. Tal empirismo es positivismo en dicha teoría y en nuestra época alguna obra ha
llegado a alcanzar el título de “La política en la época científica”, con lo cual estaría
prácticamente “realizada” la utopía comtiana del estado positivo, pero, por razones de
orden político, en el positivismo posterior a Comte frecuentemente se ha omitido
explicitar la necesidad de superar el pensamiento .teológico y metafísico, lo que, desde
luego, tiene gran dosis de positivismo metodológico.

En todo caso, las décadas de 1840 y 1850 marcan el inicio del triunfo del positivismo
en los análisis sociológicos, sosteniendo Jean Touchard que Spencer afirma el
liberalismo en nombre de la ciencia y Marx sustituye al socialismo utópico. Leszek
Kolakowski, en relación al positivismo triunfante, efectúa un análisis similar al de Jean
Touchard y es evidente que los socialistas utópicos y Comte, a pesar de su utopismo,
contribuyeron a forjar la necesidad de contar con una disciplina científica para el
estudio de la vida social y realizaron valiosos aportes para la existencia de esta
disciplina.

Así, desde una perspectiva socialista, el “positivismo” del marxismo hizo realidad el
ideal de Comte de una ciencia de las sociedades, a través del Materialismo Histórico, y
entre los elementos que tiene de positivismo se encuentran el uso del método empírico
o método de la observación y el fin de descubrir leyes objetivas, pero, realmente, no
es positivismo y se opone a él por su carácter socialista y porque privilegia el método de
la abstracción para el análisis de los fenómenos sociales y a través de la cual superó
las limitaciones científicas de la filosofía comtiana. Sin embargo, no puede negarse que
99
Marx pasa por una primera etapa de materialismo filosófico muy agudo, en que
muestra gran desdén hacia la especulación filosófica y en que estaba, por lo tanto,
apegado a una apreciación filosófica y metodológica similar a la comtiana.

En cambio, el liberalismo económico, no obstante que tiene antecedentes en el


mercantilismo, desde la época del Renacimiento, y se constituye a partir del
pensamiento fisiócrata, pudo perfectamente llegar a adoptar la metodología comtiana y,
por su carácter burgués, o sea, anti – socialista, adoptar así los elementos esenciales
del positivismo y sin que para el efecto inicialmente existiera necesariamente el influjo
de Comte. Así, la doctrina de Alexis de Tocqueville no parece comtismo, pero reúne
los dos elementos esenciales del positivismo, a causa de la aceptación de la
democracia burguesa.

4.2 Nacimiento del Marxismo (sus fuentes y sus aportes)

Para analizar su nacimiento, debemos partir de su definición: El marxismo es un


movimiento político e ideológico, que contiene un sistema de conocimientos científicos
en desarrollo, que constituye la concepción del mundo de la clase obrera y cuyos
fundadores fueron K. Marx y .F. Engels, a mediados del siglo XIX. Así, para Lenin sólo
es marxista quien acepta la Dictadura del Proletariado, o sea, el Estado o aparato de
Estado que a nivel nacional e internacional defiende los intereses de la clase obrera.
Así, no es exagerado lo apuntado acerca del marxismo, que a pesar de los “fracasos”
en la construcción del socialismo, sigue contando con prestigio intelectual en el mundo
académico y político, por su postura científica y humanista. Sin embargo, a pesar de su
naturaleza, el marxismo no llegó evidentemente a tener suficiente consenso obrero en
el planeta y su dogmatismo politizó en exceso a la ciencia, subestimó la debilidad
subjetiva de la clase obrera, subestimó la fuerza de la clase dominante capitalista y
adoptó formas muy violentas de promoción del socialismo y la construcción del
socialismo se hizo también una tarea muy violenta, que acumuló demasiados fracasos:
guerra de comunismo de guerra, N.E.P. (reconstrucción, cuyo inicio, en 1921, parte
con y por millones de muertos de hambre en ese año), guerra contra la pequeña y
mediana propiedad, segunda guerra mundial, reconstrucción, caída de las tasas de
crecimiento económico, aumento de la lucha anti – humana por la apropiación de
riqueza social, derrocamiento del partido comunista y de la forma de socialismo
adoptada.

El marxismo, como concepción del mundo de la clase obrera, surge en la cuarta década
del siglo XIX y tiene tres causas principales:

a) No puede aparecer sin la presencia de la clase obrera y sin que ésta se manifieste
agudamente, tratando de realizar sus intereses de clase.
100
b) No puede surgir sin el avance de la filosofía, de las ciencias y, por ello, Lenin
señala que el marxismo “es el legítimo heredero de todo lo mejor que creó la
humanidad en el siglo XIX: la filosofía clásica alemana, la economía política clásica
inglesa y el socialismo utópico francés, que son las tres fuentes del marxismo”.

d) Finalmente, el marxismo no podía surgir sin un método adecuado de conocimiento


científico, que, entre otros aspectos, consiste en el análisis crítico del pensamiento
humano, o sea, cotejándolo con la realidad económico – social.

Por lo tanto, en función de su método y de sus fuentes, el marxismo es el resultado de


una reelaboración de la filosofía clásica alemana, la economía política clásica inglesa y
el socialismo utópico francés.

Marx, refiriéndose a la crítica valiosa de la economía, realizada por pocos autores


alemanes (Weitling, Hess y Engels), indica que “tiene que agradecer su verdadera
fundamentación a los descubrimientos de Feuerbach” y agrega “cuanto menos ruidoso,
tanto más seguro, amplio y permanente es el efecto de los escritos feuerbachianos, los
únicos, desde La Lógica y La Fenomenología de Hegel, en los que se contenga una
revolución teórica real”, por lo cual en el Prólogo de los Manuscritos de 1844 también
indica: “He considerado indispensable el capítulo final del presente escrito, la discusión
de la dialéctica hegeliana en general, pues tal trabajo no ha sido realizado, lo cual
constituye una falta de sinceridad”. Poco antes, en dicho Prólogo, había indicado: “Mis
resultados han sido alcanzados mediante un análisis totalmente empírico, fundado en el
estudio crítico de la economía política” También indica: “Es obvio que, además de los
socialistas franceses e ingleses, también he utilizado los trabajos de los socialistas
alemanes”.

Por lo tanto, es evidente que las tres fuentes del marxismo, según el propio Marx, son
la filosofía clásica alemana, la economía política clásica (inglesa y francesa) y el
socialismo utópico (francés, inglés y alemán). Así, es evidente que la síntesis de Lenin
parece tratar de privilegiar lo mejor o más valioso de las tres fuentes, pues es obvio que
más desarrollada es la economía política clásica inglesa que la francesa y que el
fundador del socialismo científico antepone, en materia de socialismo utópico, a los
franceses. Sin embargo, “es obvio” que, al menos inicialmente, el mayor influjo inicial
proviene de los autores alemanes, principalmente en materia de socialismo, pues
Weitling, Hess y Engels son socialistas, mientras Feuerbach es un pensador
materialista.

Sobre las fuentes del marxismo, Erick Mölnar, en su obra “Las Fuentes Ideológicas del
Materialismo Histórico”, indica que de uno u otro modo se derivan del movimiento
intelectual, de origen francés, que se conoce con el nombre de Ilustración, ya que la
economía política clásica inglesa desarrolló las enseñanzas de los fisiócratas
101
franceses, el socialismo utópico crítica a la filosofía de la Ilustración, desde posiciones
de izquierda (por ejemplo, los efectos limitados de la violencia para resolver los
problemas sociales) y la filosofía alemana (por ejemplo, Hegel propugnaba por la
evolución lenta del capitalismo en la sociedad alemana).

Es necesario apreciar dos cambios cualitativos en el desarrollo de Marx: el paso a


materialista y comunista y el paso a privilegiar el método de la abstracción. En relación
al primero, es de tener en cuenta que, conforme observa Jean Touchard, todavía en
1842, Marx declara que el comunismo, permanece en Alemania en el campo de la
especulación y que el peligro no reside tanto en la tentativa de poner en práctica el
comunismo (que puede ser destruido por el cañón) como en la seducción que las
ideas comunistas ejerzan sobre las almas y las conciencias. Es decir, todavía en 1842,
era anticomunista e idealista y el cambio cualitativo se realiza de 1843 a 1844, a través
de la “Crítica a la Filosofía del Estado de Hegel”. El autor alemán que más influye,
para ello, en su pensamiento es Feuerbach, pero es evidente que también su propio
trabajo y el influjo previo de los pensadores socialistas alemanes, según lo indicado.

Su segundo cambio cualitativo también es de primera importancia para el desarrollo de


la ciencia política y de todas las ciencias sociales, pero, según lo indicado, todavía en
los Manuscritos de 1844 escribe, con orgullo, que ha empleado el método empírico
para realizar sus investigaciones. Es la época del positivismo triunfante, muy visible en
Marx también en sus “Tesis sobre Feuerbach” (1845) y que sitúan sus investigaciones
a través de un materialismo filosófico muy agudo, pero, por su objetivo político, el
estudio de la vida social lo orienta hacia un progresivo abandono de tal positivismo, que
le lleva a proclamar en “El Capital” el privilegio de la abstracción para el estudio de los
fenómenos sociales, de tal forma que el cambio fundamental se produjo en Marx de
1957 a l958, o sea, durante el período de redacción de los “Grundrisse”, destinados a
preparar la elaboración de la “Crítica de la Economía Política” y “El Capital” y que
contiene su trabajo sobre “Formaciones Económicas Precapitalistas”, que implicaron
necesariamente privilegiar el análisis macro sociológico de la vida social y, por lo tanto,
privilegiar la abstracción para estudiarla y de tal forma que dichos “Grundrisse” van a
contener su teoría acerca del método de la economía política, en correspondencia con
tal análisis.

A. La Filosofía Clásica Alemana

La filosofía clásica alemana es la filosofía burguesa que en el siglo XIX alcanzó su


mayor desarrollo en Alemania y cuyos autores mas destacados fueron G. W. F. Hegel y
Ludwig Feuerbach.

Una de las causas que la filosofía burguesa haya alcanzado su máximo desarrollo en
Alemania radicó en la debilidad de la burguesía alemana, ya que se encontraba muy
102
subordinada a los señores feudales, porque eran los principales compradores de sus
productos, a causa del escaso poder adquisitivo de la masa de campesinos y obreros,
por falta de desarrollo del capitalismo. O sea, la burguesía alemana era débil
económicamente y, por lo tanto, también políticamente, de tal forma que la unidad y
desarrollo de Alemania se fundaba en la fuerza de la monarquía feudal y todo esto
condujo al espíritu alemán a una abundante teorización filosófica sobre el desarrollo de
la sociedad alemana, que su burguesía no podía resolver en forma práctica, mediante
la revolución. A consecuencia de esta teorización filosófica y falta de práctica
revolucionaria, Marx caracterizó irónicamente a la filosofía clásica alemana, diciendo
que era la “teoría alemana de la revolución francesa”. Sin embargo la filosofía clásica
alemana, como reacción, a favor o en contra de la filosofía de la Ilustración, alcanza un
desarrollo dialéctico, que Marx llega a apreciar explícitamente.

 Georg Wilhem F. Hegel (1770-1831)

Todo lo que Marx indicaba deber a Hegel en los Manuscritos de 1844 se limita a tres
aspectos:

a) La idea de que el hombre no es un producto pasivo de la naturaleza, sino que el


hombre es su propio creador, producto de su propio trabajo.

b) La idea de la enajenación.

c) La idea de las leyes del desarrollo.

Estos aportes no provienen del materialismo, sino del idealismo objetivo y es necesario
tener en cuenta que estas ideas tomadas de la filosofía de Hegel son consideradas por
Marx como una “revolución teórica real”. Sin embargo, no parece que Marx haya
podido explicar el significado de tal revolución, pero en su crítica al materialismo pre
dialéctico de Feuerbach podemos “descubrir” el significado de esa revolución.

En Hegel la conciencia humana no es una capacidad dada por Dios o por la naturaleza
al hombre, ni una simple copia o reflejo del mundo natural o social del hombre, sino el
espíritu tiene una evolución y gracias a esa evolución se modifica el medio natural y
social del hombre. O sea, la modificación del medio natural o social del hombre no es
otra cosa que la evolución del espíritu. Desde luego, en Hegel esa evolución es sólo
una evolución o desarrollo del espíritu y su filosofía consiste en un idealismo absoluto y
radical, en que todo es evolución del espíritu, de tal forma que para Hegel todo lo real
es racional y cuando deja de ser racional, o sea, necesario entonces deja de ser real.
Así, lo real y lo racional se encuentran absolutamente identificados en la filosofía
hegeliana.
103
Pero, en su historia, unos pueblos vencen a otros y los vencedores son, a su vez,
vencidos por otros pueblos, de tal manera que llega a formarse un espíritu universal y la
conciencia de cada hombre llega a formar parte de ese espíritu universal, que tiene la
capacidad de evolucionar y más exactamente de auto evolucionar, por lo cual Hegel,
con este idealismo evolutivo o dialéctico es uno de los principales representantes del
idealismo objetivo, en la historia de la filosofía. Sin embargo, la dialéctica de la
filosofía hegeliana y la revolución que conlleva no se limita a estas apreciaciones y
descubre tres leyes lógicas opuestas a la lógica formal, descubre los principios
relativos a las leyes de la dialéctica que contiene la filosofía marxista (la ley de la unidad
y lucha de contrarios, la ley de la negación de la negación y la ley del paso de los
cambios cuantitativos a cualitativos) y descubre que el desarrollo del pensamiento
humano se realiza por medio de antinomias sucesivas, de tesis, antitesis y síntesis.
Así, cada síntesis origina una nueva antitesis y una nueva síntesis. O sea, la dialéctica
hegeliana se encuentra lógicamente construida y resulta falta de reconocimiento
negarle méritos a la filosofía hegeliana, excluyendo, desde luego, su carácter idealista
(teocrático y metafísico).

Idealistas objetivos son los pensadores que consideran que todo lo que existe es
creado por un espíritu, idea o conjunto de ideas. A este espíritu, idea o conjunto de
ideas, por “apreciarse” fuera de la conciencia de cada hombre, se le denomina en la
teoría filosófica “conciencia objetiva”. Como ya analizamos anteriormente, en Platón
esa conciencia objetiva era el mundo de las ideas, en la religión es Dios y en Hegel es
la idea, espíritu absoluto o Dios, como él le llama algunas veces.

El idealismo objetivo de Hegel consiste en que, para él, antes del aparecimiento del
mundo, existe una idea absoluta que tiene la propiedad de transformarse y adquirir un
cuerpo en la naturaleza, dando origen a todos los objetos y fenómenos naturales. En
una etapa posterior, esta idea absoluta evoluciona y, a través de la naturaleza, tiene la
propiedad de producir la sociedad humana, cuya historia, por lo tanto, sería una
evolución más de la idea absoluta, que también tiene la capacidad de conocer su
propia evolución, cuando el hombre descubre que la naturaleza del mundo es
esencialmente espiritual y que él es un efecto de la evolución de la idea absoluta, o sea,
de Dios.

Así, el idealismo hegeliano es panlogista, o sea, sostiene que existe una igualdad entre
ser y conciencia, pero, se trata, además, de un panlogismo teológico, porque ese ser y
esa conciencia es Dios, pero un Dios que sólo se autodescubre, según Hegel, cuando
el hombre descubre la esencia espiritual del mundo, o sea, cuando descubre que es
parte integrante de ella y, por lo tanto, se trata de un Dios que sólo se autodescubre,
cuando el hombre llega a descubrir que es parte integrante de él.

En conclusión, Hegel, como los demás filósofos alemanes importantes que le


104
precedieron (Kant, entre ellos), está fuertemente influido por la religión y por el
idealismo. Ahora, no es difícil advertir de que si partimos de que en lugar de la
existencia inicial de une idea absoluta tenemos materia absoluta, lo que evoluciona es
la materia y que, en consecuencia, el espíritu sólo es una propiedad de la materia, o
sea, la síntesis hegeliana conduce a una antítesis de carácter materialista, que
adoptaron Feuerbach y otros materialistas premarxistas y a la síntesis dialéctico –
materialista, adoptada por el marxismo.

La antítesis de tal síntesis reside en que dicha síntesis ha llegado en forma escasa y
deformada a la clase obrera, o sea, en que se subaprecia el papel de la ideología en el
desarrollo social, por privilegiar las formas más agudas de expresión obrera, con lo cual
se subapreciaron varias ideas de plena madurez existentes en Marx, por sus ideas de
militancia materialista y promoción del materialismo.

Por lo tanto, con relación a su primer aporte, Hegel solo reconoce el trabajo como
actividad espiritual. Con relación a su segundo aporte, debemos tener en cuenta que la
palabra “enajenación” literalmente significa “en ajeno”. Por ello, en el marxismo es el
acto mediante el cual el hombre atribuye o cede a una potencia ajena lo que es su
propia obra, a consecuencia, entre otras causas, de una falsa conciencia que, por ello,
es un hecho fundamental del proceso de enajenación.

Hay, en la actualidad, varias formas de enajenación y casi todas ellas son importantes.
La enajenación religiosa consiste en atribuir a Dios las obras, buenas o malas, de los
hombres. Entre las enajenaciones de tipo económico destaca la enajenación del
trabajo, a través de la venta de la fuerza de trabajo, y lo que tiene por efecto que la obra
creada quede ajena a su productor.

No obstante que las religiones han desarrollado tendencias humanitarias, en favor del
ser humano, una de las formas más importantes de enajenación es la religión, en la
cual el hombre atribuye a Dios las obras y aspiraciones de los hombres. Así, el hombre
quiere ser poderoso, entonces crea un Dios omnipotente; quiere ser perfecto,
entonces crea un Dios perfecto, etc. El descubrimiento de esta forma de enajenación
es de Feuerbach, quien, mediante análisis critico, descubre que la filosofía hegeliana es
una explicación y justificación filosófica, no cristiana, de la religión, con lo cual pone fin
a toda a toda forma de idealismo objetivo en el pensamiento científico.

En la filosofía de Hegel, el problema de la enajenación, no tiene el significado


descubierto por Febuerbach y que permitió a Marx la adopción de una filosofía
materialista, pero de carácter dialéctico, por el influjo que también recibió de Hegel.

El problema de la enajenación en Hegel es el hecho transitorio que el espíritu no puede


reconocer su naturaleza espiritual, debido a materialidad comportamiento que ha
105
adoptado, pero esa enajenación queda suprimida, cuando el hombre descubre la
esencia espiritual del mundo y que es parte integrante de Dios, sin que, por lo tanto, tal
cambio de conciencia requiera cambio fundamental en las relaciones de producción.
Así, no obstante que Hegel percibe la existencia de otras formas de enajenación,
realiza una inversión del problema de la enajenación.

Sin embargo, para él, la superación de tal enajenación abarcaría una liberación de la
totalidad de la especie humana, a través de la vida social (Estado) y del desarrollo del
espíritu universal, con lo cual su filosofía no deja de contener también un humanismo
teológico, que debía conducir a desarrollar la felicidad terrenal que había posibilitado
la superación de la edad media, o sea, la superación de la arbitrariedad de la Iglesia
Católica. Pero la Revolución Francesa no pudo llegar a tener el efecto liberador que
deseaba y las desdichas que causó lo llevan a considerar que lo trágico (el dolor)
“debe aceptarse como ley del mundo” y que en el universo existe la contradicción
necesaria o inevitable entre dolor y felicidad, pues la segunda sólo es para él (como en
el cristianismo), la superación del dolor y la desdicha. Se reconcilió así con la religión,
pero nunca abandono su panlogismo teológico. O sea, el Dios de Hegel no es, como
en Platón o los cristianos, un ser perfecto y dado, sino en desarrollo, a través del
hombre.

Hegel percibió que el hombre se ve obligado a enajenarse en el trabajo, porque, para


él, las necesidades van siempre adelante de la producción y esta, aunque no eterna,
sería, al menos, una forma transitoria de enajenación, pues se ha observado una
tendencia hacia la reducción de la jornada de trabajo, que Hegel desconoció. Por el
contrario, la reelaboración de la crítica marxista, busca a través del socialismo o
comunismo, la superación de todas las formas de enajenación, con fundamento en el
desarrollo de la vida económica de la sociedad.

Con relación a su tercer aporte, o sea, la idea de las leyes del desarrollo, una parte del
marxismo ha considerado a Hegel el descubridor de las leyes de la dialéctica, mientras
Marx indicó que se trataba de la idea acerca de ellas. El marxismo ha observado que
Hegel las descubrió como principios, o sea, como cualidades de la realidad universal y,
con ello, no ha existido diferencia esencial a su uso en el enfoque general del
marxismo. Sin embargo, mientras Hegel resuelve que el espíritu antecede a la materia
y Comte deja sin solución este problema, aunque para él la solución de Hegel no sería
solución, este problema se resuelve por la vía lógica y empírica el mundo que
observamos no es creación de Dios y, por lo tanto, tampoco existencia de Dios.

El marxismo ha insistido en que las ideas que Marx y Engels tomaron de Hegel y que
tras despojarlas del idealismo le sirvieron para formar el Materialismo Histórico y
Dialéctico no fue una simple incorporación de las leyes de la dialéctica a una
concepción materialista, sino que Marx las puso de pie, lo que debiéramos interpretar
que esas leyes operan como consecuencia del cambio de la materia y no como efecto
106
del desarrollo del espíritu o idea absoluta, lo que no fue solo el paso del idealismo al
materialismo, sino el paso de la especulación metafísica a la ciencia, por lo cual la
condena de la especulación por el positivismo tenía un objetivo científico.

La especulación, según R. Juárez, es la actitud del espíritu, mediante la cual, un


filósofo o pensador, trata de adaptar el mundo a sus conceptos, en lugar de adaptar
sus conceptos a la realidad del mundo. Por lo tanto, R. Juárez, se está refiriendo a
dicha especulación metafísica y, en estos límites, la especulación filosófica de Hegel
proviene del influjo idealista que posee y consiste en su interpretación idealista. Así,
según Hegel, el desarrollo social y real de los hombres es un desarrollo racional, pero,
a pesar de toda la evolución que pueda tener ella, termina en la sociedad burguesa,
en la que era privilegiado o relativamente privilegiado, por su calidad de catedrático
universitario y de funcionario del Estado feudal alemán.

Asimismo, la filosofía especulativa de Hegel está causada por la situación


semicapitalista de Alemania, que le conduce a simpatizar con un desarrollo lento del
capitalismo y considerando que el aplastamiento de millones de hombres es una
contradicción que pertenece a toda sociedad humana no tomó partido en favor de la
clase obrera. Sin embargo, no considera al Estado semifeudal de Alemania ni a la
sociedad burguesa que conoció como las formas más desarrolladas y últimas de vida
social, sólo deja sin efecto la dialéctica correspondiente a la evolución del espíritu
universal, considerando que la existencia de las clases, de la pobreza y de la riqueza
son fenómenos propios de la naturaleza del hombre.

 Ludwing Feuerbach (1804-1872)

Los aportes de Feuerbach al marxismo son, al menos, resumidamente, dos:

a) El principio fundamental de toda filosofía materialista, según el cual lo primario es la


materia y lo derivado o derivado es el espíritu.

b) La crítica a la teoría de la enajenación en Hegel, que es la causa del primer aporte


y con la cual, como ya se indicó, Feuerbach pone fin a toda forma de idealismo
objetivo en el pensamiento científico.

Su primer aporte no significa, desde luego, que Feuerbach sea el único filósofo
materialista premarxista, sino que fue su teoría la que permitió a Marx adoptar una
filosofía materialista.

Feuerbach formula el principio fundamental de toda filosofía materialista así: “El


hombre no se distingue del animal únicamente por el pensar. Antes bien su ser total se
distingue del animal. Desde luego, quien no piensa no es hombre, pero no porque el
107
pensar sea causa del ser, sino únicamente porque el pensar es una consecuencia y
una propiedad necesaria del ser humano” (Principios de la Filosofía del Espíritu). O
sea, es bien claro en la filosofía de Feuerbach que la conciencia es una propiedad de la
materia humana, nacida de la transformación de la naturaleza (Hegel). Esta posición
doctrinal, en un neohegeliano de izquierda, como Feuerbach, esta causada por la
situación política de Alemania, que lo obligó a luchar contra el idealismo hegeliano, que,
a pesar de su carácter opresivo, presentaba al Estado alemán como una entidad
racional, o sea, necesaria para el bienestar y la convivencia germana.

Sin embargo, es difícil apreciar no sólo a Feuerbach sino también a Marx por las
apreciaciones de Marx como militante inicial del materialismo y del comunismo, pues
están cargadas de exceso de materialismo y de comunismo, para apreciar con
exactitud la filosofía de Feuerbach. Este es el caso de las siguientes expresiones:

a) “Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de distintas maneras; se
trata de transformarlo”

b) “En la medida en que es materialista no aparece en él la historia y en la medida en


que toma en consideración la historia no es materialista”.

Ciertamente, en las “Tesis sobre Feuerbach”, Marx demuestra la existencia en


Feuerbach de un idealismo, por sobre – estimación de la conciencia (en tanto
Feuerbach sólo ve dos etapas en la historia humana: una religiosa y una no religiosa)
y ella sería una muestra real y, suficientemente representativa de idealismo en el
materialismo premarxista, pero si tenemos en cuenta la caracterización, anteriormente
descrita, que Feuerbach realiza del ser humano, en la cita que F. Rubio Llorente realiza
para analizar los Manuscritos de 1844, su caracterización del hombre no niega el
materialismo en la historia. Asimismo, no desvirtúa a Feuerbach ni al materialismo
premarxista considerar lo teórico, lo racional y la capacidad contemplativa del mundo
como lo autentica y exclusivamente humano, pues existe una cualitativa entre el
limitado conocimiento animal y el humano. Desvirtúan al materialismo pre – marxista
su carácter pre – dialéctico y su idealismo al estudiar la historia o vida social.

Con absoluta aproximación a la realidad, desde su militancia inicial en el materialismo,


apreciaba a la práctica como criterio de verdad y no se equivocó al llegar a observarla
unida a la teoría (Tesis de Feuerbach), pero no parece que Feuerbach la subestimara
en forma alguna, más que en el hecho de no adoptar una práctica revolucionaria, ni
siquiera burguesa, pues Feuerbach se encontraba en los límites del socialismo utópico.
Esta “subestimación”, intolerable para Marx, era de carácter político, pero no contenía
error filosófico. Marx, por el contrario, se encontraba enajenado en la realización de
revoluciones de toda clase, tan sólo porque el socialismo no se había extendido y
desarrollado de manera suficiente. Sin embargo, Marx, a pesar de su “juventud” y en el
camino de la ciencia no se equivocó al considerar, desde esa época, que el proceso
108
subjetivo del conocimiento también forma parte de la realidad objetiva, pero sólo a partir
del privilegio de la abstracción para el estudio de los fenómenos sociales pudo superar
el empirismo pre – marxista y filosófico, gracias a un empirismo sociológico.

En todo caso, si el “joven” Marx encuentra defectos en el materialismo de Feuerbach,


es evidente que el mas valioso aporte de Feuerbach al marxismo no será su
materialismo pre – dialéctico o escasamente dialéctico, sino propiamente la crítica que
realiza en él a la filosofía hegeliana, a través del análisis del proceso de enajenación, R.
Juárez describe esa crítica, aproximadamente, en los siguientes términos: “Feuerbach
define que la enajenación consiste en que el hombre transforma lo subjetivo (lo que
solo existe en su pensamiento o imaginación) en algo fuera de su pensamiento o
imaginación. Así, para Feuerbach, los cristianos arrancan del cuerpo del hombre el
espíritu, el alma, y hacen de ese espíritu arrancado su Dios, agregando que deducir de
Dios la naturaleza equivale a derivar el original de la imagen, de la copla (Dios). En
Hegel, dice Feuerbach, el hombre es una enajenación o creación de Dios y hay que
invertir la fórmula: Dios es una enajenación o creación del hombre, el ideal que el
género humano proyecta mas allá de si mismo”

Según F. Rubio LLorente, Marx coincide con Feuerbach en que la naturaleza humana
ha sido corrompida y en la necesidad de restaurarla, pero para Feuerbach es
únicamente una tarea de pensamiento y amor, una vez se haya desenmascarado a la
religión, evidenciando que Dios no es otra cosa que una creación del género humano y
cuando el amor a Dios se sustituya por el amor al hombre, lo cual para Feuerbach “es
en verdad religión” (Principios de la filosofía del futuro). Sin embargo, tanto la
propuesta de Comte como la de Feuerbach no son, en realidad, religiones, pues los
caracteriza un materialismo ateo.

Apunta R. Juárez que el fin de Feuerbach es liberar al hombre de la región y a este


humanismo le llama comunismo, pero que se trata de un “comunismo filosófico”, que no
tiene como fin luchar por los intereses del proletariado, ni transformar la sociedad, solo
sustituir en la conciencia humana una religión por otra, que se dice materialista y atea y
que con ello “no se ha salido de la jaula hegeliana”.

Evidentemente, esa “jaula hegeliana” es el idealismo. Sin embargo, Feuerbach ya se


encontraba en los límites del socialismo utópico, o sea, actuaba en favor de la clase
obrera, sin afectar los intereses de la clase dominante. A pesar de ello, muy exacta es
la apreciación de R. Juárez, según la cual, solo Marx podrá salirse de esa jaula,
romperla, al rechazarla, trasladándose al mundo real de los hombres, de su trabajo y de
sus luchas, con lo cual logró expulsar al idealismo de su último reducto, o sea, del
campo de la historia. O sea, para Feuerbach, la naturaleza humana es idéntica a través
de los tiempos y lugares y cuando toma la diversidad de la vida social, la explica en
función de la variación de ideas, subestimando y haciendo caso omiso de las
transformaciones económicas de vida.
109
Por lo tanto, humanismo significa en Feuerbach no atribuirle a Dios lo que es obra del
hombre y comunismo sólo significa que todos los hombres deben estar liberados de la
religión. Sin embargo, aunque no reconocía al marxismo, desde 1870, militó en el
partido social-demócrata de Alemania y para él la palabra religión no tenía el sentido
despectivo que le asignan la mayoría de pensadores materialistas y como promoción
de relaciones amorosas para la armoniosa convivencia humana acepta la noción de
que religión viene de “religare”, que originariamente significaba unión, por lo cual F.
Engels comenta, en forma irónica, que para Feuerbach el amor es “el hada maravillosa
que ayuda a vencer siempre y en todas partes las dificultades de la vida práctica” y así
“volvemos a la vieja canción: amaos los unos a los otros, abrazaos sin distinción
de sexo y posición social”.

Sin embargo, no hacía falta esta ironía de Engels para el mayor precursor del
marxismo, pues como indica Ernest Mandel, al tratar “La Formación del Pensamiento
Económico de Marx”, citando a J. Plejanov, que “Si Marx comenzó la obra de la
interpretación materialista de la historia, mediante la crítica a la filosofía hegeliana del
derecho, no lo pudo hacer sino porque la crítica de la filosofía de Hegel ya había sido
hecha por Feuerbach”

Además, es evidente que ni siquiera la dialéctica marxista pudo escapar de manera


absoluta de la prisión del espíritu hegeliano, pues si bien descubrió en la clase obrera
una fuerza propulsora importante de la historia (y con ello puso al descubierto a casi
todas las formas de socialismo utópico), con el criterio de que la violencia es la partera
de la historia, de espíritu auténticamente hegeliano, no solo se adoptó un exceso de
inmoralidad sino también de utopismo, por exceso de practicismo ideológico al
promocionarla y, en consecuencia, practicarla, con efectos contraproducentes.

En efecto, Hegel pensaba que la historia de la humanidad es la historia de la lucha


entre los pueblos, que “la maldad es la forma en que toma cuerpo la fuerza propulsora
de la historia” (F. Engels), “que se dice algo mucho mas grande cuando se dice que el
hombre es malo por naturaleza”, que la maldad es una forma de enajenación de Dios
en la conducta humana y que el espíritu universal no se comporta moralmente.
Evidentemente estos hechos llevaron al marxismo a subapreciar los factores no
violentos que determinan el proceso revolucionario, a subapreciar las formas legales de
lucha de clases, a la apología de la violencia y a la promoción de formas de
materialismo metafísico, que subapreciaron el papel de las ideas en el desarrollo social,
todo lo cual polarizó, en forma muy aguda, a las fuerzas sociales, de tal forma que la
contraviolencia o violencia de los oprimidos fue replicada, en forma amplia, con el terror
y, al conquistar el poder político, también el marxismo se vio obligado a aplicarlo.

Por lo tanto no debe extrañar que Engels pudo llegar a observar la falta de efectividad
contrariamente a lo que en forma general había sido el marxismo, por ello, llegará a
110
aceptar las formas legales de lucha, pero pesó mas la indignación y el dogmatismo, de
tal forma que continuó la apología a las formas mas agudas de expresión obrera. Es
decir, no era necesario solamente aceptar y demostrar que el idealismo era falso sino
también atender sus causas y una de ellas reside en reconocer que las ideas tienen un
papel muy importante en el desarrollo social, simplemente porque el hombre es un ser
inteligente. O sea, el materialismo pre - marxista solo incurrió en idealismo (subjetivo
o no religioso), cuando sobre apreció el papel de las ideas en el desarrollo social,
mientras tanto no pudo caer en idealismo. Ciertamente, el marxismo llegó a descubrir
esta dialéctica, pero fue subapreciada, de formas muy diferentes, por lo cual resulta
muy importante distinguir las dos etapas o saltos cualitativos en el pensamiento de
Marx, que hemos podido presentar en nuestro análisis y observar que, en plena
madurez, Marx llegó, por lo menos, a pensar que la ideología es la forma mediante la
cual los hombres toman conciencia de sus conflictos sociales y luchan por resolverlos.

B. La Economía Política Clásica Inglesa

La noción de “Economía Política Clásica” es un término creado por Marx, para


identificar a los pensadores que se ocuparon de estudiar la esfera de la producción en
el capitalismo, indicando que “la verdadera ciencia de la economía moderna sólo
comienza el día que el estudio teórico pasa del proceso de circulación al de
producción”, incluyendo en la economía política clásica de pensadores como Sir William
Petty (1623-1687), los fisiócratas franceses hasta pensadores ingleses como A. Smith y
D. Ricardo.

En efecto, antes de los economistas clásicos, existían pensadores denominados


mercantilistas y estos se ocupaban principalmente de estudiar la esfera de la circulación
de mercancías y no la de su creación. Agrega Marx que la economía política clásica
inglesa “es esencialmente hija... de los grandes filósofos franceses ilustrados”, o sea
entre ellos se está refiriendo a los fisiócratas franceses del siglo XVIII, que, según Marx,
encabezados por F. Quesnay (1696-1774), “buscaban el origen de la plusvalía no ya en
el proceso de circulación de mercancías sino en el de la esfera de la producción”.

Como se trata de un desarrollo del pensamiento de los fisiócratas franceses, la


economía política clásica inglesa es la teoría económica clásica que alcanzó su máximo
desarrollo en las doctrinas de Adam Smith (1723-1790) y David Ricardo (1772-1832),
quienes sentaron las bases científicas de la teoría del valor – trabajo, de la plusvalía y
del capital, que resumidamente constituyen sus aportes al marxismo, aun cuando no
parece que Marx haya podido precisarlos, por necesidades de lucha política,
generalmente teórica. Así, no es de extrañar que estas categorías sean esencialmente
económicas y sean fundamentales para el análisis del capitalismo y del socialismo.

O sea, Marx posiblemente nos haría un detalle mas analítico de estos pensadores en
111
su teoría y que llegaron a ser de constante atención en sus estudios, principalmente a
partir de 1851, pero nos interesa atenderlos en sus aspectos mas conocidos, o sea,
sobresalientes y que, en realidad, son esenciales para apreciar su aporte y
diferenciarlos de Marx.

Adam Smith ya no considera que la riqueza del hombre sea solo un don de la
naturaleza (como los mercantilistas y los fisiócratas), sino es, para él, resultado del
trabajo humano y descubre la plusvalía no sólo en la agricultura (como los fisiócratas),
sino también en la industria, donde el obrero produzca más valor del que representa su
salario. Plantea así las sólidas bases de la teoría de la plusvalía y la vincula a su teoría
de las clases sociales, que elaboró partiendo de su teoría de la distribución de la renta
nacional: los obreros por recibir un salario constituyen una clase; los capitalistas, por
recibir su beneficio, constituyen otra clase y los propietarios agrícolas constituyen otra
clase, por percibir la renta de la tierra.

Adam Smith, descubre así, según Marx, las tres grandes clases de la sociedad
burguesa. O sea, es evidente que Marx simpatiza con este análisis de Adam Smith, por
descubrir el origen económico de las clases sociales y es evidente que no se preocupa
de emplear análisis crítico porque el pequeño campesino y el asalariado agrícola se
pueden contar dentro de la clase obrera. Pero, en Adam Smith, las relaciones de clase
no son relaciones de explotación, ni reconoce antagonismo entre ellas. A su modo de
ver, las clases se complementan en el proceso social de producción: el salario es la
remuneración al obrero por proporcionar su trabajo, la renta de la tierra es el pago al
terrateniente por proporcionar la productividad natural de su tierra y la ganancia es el
pago al capitalista por aportar su capital. Para Marx, en cambio, la plusvalía es un
efecto de prolongar la jornada de trabajo más allá del tiempo en que el obrero
reproduce el valor de su fuerza de trabajo.

David Ricardo superó la teoría de Adam Smith, desarrollando su teoría sobre las clases
sociales, al considerar que a un nivel dado del producto social global, el salario y la
ganancia, así como la ganancia y la renta, de la tierra, son magnitudes opuestas, con
lo cual descubrió la base económica del antagonismo entre las clases, pero tampoco
reconoció relaciones de explotación, en tanto, según Ricardo, el obrero recibe un
salario por su trabajo.

Así, dos errores fundamentales tiene la teoría de Adam Smith y de David Ricardo: uno
es que no diferencian trabajo de fuerza de trabajo y el otro es que no reconocen
relaciones de explotación.

Por lo tanto, el más importante de todos los aportes de los economistas clásicos al
pensamiento de Marx es su teoría del valor trabajo, ya que le permitió colocarse en una
senda predominantemente objetiva de análisis de la vida social y hacerlo en favor de
los intereses de la clase obrera.
112
Sin embargo, aun cuando el primer influjo de la economía política inglesa lo recibió
Marx por intermedio de la filosofía de Hegel, hay que tener en cuenta dos aspectos:

a) Que, conforme hemos indicado, sus Manuscritos de 1844, constituyen un análisis


“fundado en el estudio crítico de la economía política” y que en este aspecto, el
influjo de los socialistas utópicos fue fundamental para el análisis económico
realizado por Marx sobre los economistas ingleses.

b) Que, en general, a causa de la naturaleza de su teoría, los socialistas utópicos


privilegiaron el análisis económico de la vida de la sociedad, a tal punto que logran,
por intermedio de Saint-Simon y C.Fourier, periodizar, en forma muy aproximada el
desarrollo social, desde el punto de vista económico, lo que constituye un anticipo
de la teoría marxista relativa a las formaciones sociales y modos de producción.

O sea, los socialistas utópicos de la primera mitad del siglo XIX, que ejercieron gran
influjo en la formación inicial del pensamiento económico de Marx, forman parte del
desarrollo de la economía política clásica (francesa e inglesa), ejercieron influjo notable
sobre los pensadores alemanes y aun cuando siempre pudieron contar con suficiente
base científica, son los primeros en percibir la existencia de “explotación del hombre
por el hombre” , de trabajo no remunerado al obrero y la necesidad de una “nueva”
sociedad. Así, incidieron de manera notable, junto a Feuerbach, para que Marx
adoptara su militancia en el materialismo y el comunismo. En cambio, su privilegio del
método de la abstracción es todo descubrimiento propio de Marx, causado por su
trabajo de investigación sociológica, con énfasis en la economía política, y porque su
paso a la militancia en el materialismo fue una reacción contra la especulación filosófica
de Hegel y que, por lo tanto, era en Hegel, sobre todo, abstracción. Es decir, cuando se
observa que Marx no parte de los conceptos, debemos entender que adoptó una línea
empirista, y cuando se observa que, en cuanto a conceptos, al igual que Kant o Hegel,
considera que no son simples copias de la realidad, sino síntesis del trabajo teórico,
no debemos aceptar que existe un reconocimiento o reproducción por Marx de la
filosofía clásica alemana, sino la superación de sus formas de abstracción, mediante
una línea empirista que no abandonó, pero desarrollo, privilegiando el método de la
abstracción. Así, mientras la dialéctica de Hegel es una enajenación de Dios (Idea
absoluta) en el hombre para que lo reconozca como parte integrante de él y la de
Platón es el método para conocer (recordar) ideas eternas (del mundo de Dios), la
dialéctica de Marx es el movimiento o desarrollo, regido por leyes, de la realidad
objetiva y que, en plena madurez de Marx, requiere, para conocerla, como método de
análisis, a la abstracción (El Capital).

En conclusión, la reacción de Marx contra la filosofía clásica alemana lo fue solo contra
el contenido de su filosofía sino también contra su método, mientras la reacción de Marx
113
en contra del socialismo utópico no fue tanto contra sus apreciaciones e ideales
sociológicos sino, sobre todo, contra su carácter utópico y es hacia este aspecto al que
va también dirigida su crítica contra Feuerbach (Tesis sobre Feuerbach). En cambio, su
crítica hacia la economía política inglesa no socialista (A. Smith y D. Ricardo) va dirigida
principalmente contra su carácter burgués, que oculta y justifica la explotación
capitalista. Así, no debe extrañar que Adam Smith, poco antes de morir, pidiera que
quemaran sus obras.

C. El Socialismo Utópico Francés

Las obras de los grandes socialistas utópicos franceses, de principios del siglo XIX, es
decir de Saint-Simon y C. Fourier (1772-1837), representan una continuación del
socialismo utópico, contenidas en las doctrinas de la Ilustración (Meslier, Morelly y
Mably), pero, conforme a las indicaciones de Marx, relativas a la formación de su teoría,
debemos tener en cuenta , al conjunto del socialismo utópico pre – marxista y cuyos
primeros antecedentes, excluyendo a Platón (comunismo formal en la clase dominante)
son T. Moro (1478-1535) y T. Campanella (1568 - 1639), cuyas teorías son todavía de
le época del Renacimiento. En sus Manuscritos de 1844 Marx excluye referencia a
estos pensadores renacentistas, que elaboraron teorías muy incipientes acerca de la
sociedad socialista, pero descubren, desde los inicios importantes del capitalismo, los
efectos de miseria que ocasiona el desarrollo de la sociedad divida en clases sociales y
escriben, por ello, un relato de dos sociedades inexistentes: “La Utopía” de T. Moro y
“La Ciudad del Sol” de T. Campanella. Estas obras literarias son de gran valor histórico,
pero carecen de utilidad para explicar el desarrollo social. Más útil es la de Moro y más
agradable es el relato de Campanella. A pesar de ello, contienen más socialismo que
la obra de muchos autores posteriores, considerados precisamente como socialistas
utópicos, pero que no se reconocen utopistas. Así, la idea de utopismo, que desde un
comienzo vino siendo adoptada por sus propios autores dejó de ser reconocida por los
socialistas utópicos posteriores.

En todo caso, de conformidad con su indicación en el prólogo de los Manuscritos de


1844, Marx había analizado, aunque fuera limitadamente, a los grandes socialistas
utópicos de principios del siglo XIX (Saint-Simon, C. Fourier y R. Owen) y a otros
socialistas utópicos. Se enfrenta a otros socialistas posteriores, como Proudhon,
Blanqui, etc., que en gran medida también son socialistas utópicos, pero es evidente
que para la formación inicial de su pensamiento como socialista, el influjo más
importante proviene, de manera natural, de su medio social, o sea, del socialismo
alemán, formado bajo el influjo del exterior, pues al fin de cuentas los países de Europa
Occidental son muy próximos entre si y el desarrollo del capitalismo los había unificado
aun más en torno a dicho capitalismo.

No se debe a Marx el descubrimiento del carácter utópico de los pensadores


114
socialistas. Por ejemplo, Comte y otros autores habían descubierto ese utopismo en las
ideas de socialistas franceses. Asimismo, hay que tener en cuenta que resulta una
tarea demasiado difícil de definir en su conjunto al socialismo utópico partiendo de las
teorías de los pensadores socialistas, pues sus teorías y formas de utopismo son muy
diversas, de tal manera que cuando el marxismo ha pretendido varias veces definirlo
en su conjunto precisa ideas que no son válidas o absolutamente válidas para todos
los socialistas utópicos. Hay, sin embargo, en ellos una defensa de la clase obrera,
frecuentemente sin dejar en efecto a la sociedad capitalista, por lo cual precisamente
no se declaran utopistas, ni frecuentemente reconocen a la dictadura del proletariado,
como forma de desarrollo social y que ha sido rasgo fundamental de toda forma de
socialismo no proletario.

Jean Touchard escribe que el término socialismo apareció simultáneamente en Francia


e Inglaterra, entre 1830 11840, pero con un significado muy vago. Así, para Pierre
Leroux, el socialismo se opone al individualismo (1833). Para R. Owen, es un sistema
de asociaciones cooperativas y en su obra “¿Qué es el socialismo?” responde que es
“el sistema racional de la sociedad, fundado en la naturaleza”.

Para identificar a su teoría, Marx y Engels se oponen a la categoría de socialismo, por


no dejar sin efecto a la sociedad capitalista y ella es una noción válida para caracterizar
de manera general, al socialismo utópico y a todas las formas de ·socialismo no
proletario, existentes hasta la fecha, pues desde el enfoque marxista se busca una
liberación total de la clase obrera, no obstante que los métodos “marxistas” de lucha de
clase, por su exceso de violencia, han tendido también a adoptar formas de utopismo,
al menos relativas a la forma deseada de construcción del socialismo y al fracaso de
muchas revoluciones socialistas, con un carácter deliberadamente violento.

Con todo, el mayor mérito del socialismo utópico fue poner al descubierto el carácter
transitorio de la sociedad capitalista, a causa de su carácter anti-humano y muchas
lecciones para caracterizarlo, aunque no sean válidas para todos los socialistas
utópicos y, entre ellas, las más valiosas son las de Lenin, por su gran aproximación y
síntesis: “socialismo sin lucha de clases”, o sea, ''el socialismo utópico no supo señalar
una salida efectiva. No supo dilucidar la esencia de la esclavitud asalariada, bajo el
capitalismo, ni descubrir las leyes de su desarrollo, ni encontrar la fuerza capaz de
convertirse en creadora de la nueva sociedad”.

Sin embargo, tanto Saint – Simon como C. Fourier y R. Owen nunca pretendieron la
supresión de la sociedad capitalista, como tampoco se limitaron a criticarla, ni sus
críticas fueron puramente negativas, o sea, propusieron medidas concretas de reforma
social y, además, de posible aplicación en la sociedad burguesa, de tal forma que su
utopismo no reside en que se hayan realizado o puedan realizarse, sino en que no
liberan en su conjunto a la clase obrera de la explotación y de los problemas relativos a
la división de la sociedad en clases sociales.
115
Desde luego, también sus análisis incluyeron utopías efectivas, principalmente en
relación al momento histórico o estructura capitalista que tenían como dato pero
encontramos utopistas que buscaban la igualdad humana, como Pierre-Joseph
Proudhon (1809 – 1865), de clara convicción revolucionaria, pero su anarquismo
negaba al Estado y a toda forma de autoridad, por lo cual su socialismo también adoptó
carácter utópico, es decir, no encontró a la fuerza creadora de la nueva sociedad, lo
que evidentemente conllevaba en su teoría a no dejar sin efecto a la sociedad
capitalista.

Así. a pesar de la diversidad de utopismos, Marx no sólo observa un socialismo


utópico de carácter burgués sino también un socialismo utópico de carácter proletario,
pero, dentro de este último observa un socialismo que rechaza al Estado, otro que
rechaza la violencia y otro que tiene una imagen muy limitada de la sociedad socialista.
Así, no confía en el socialismo utópico, aunque éste llegue a reconocer a la clase
obrera como fuerza revolucionaria. Sin embargo, Marx no pudo llegar a esta síntesis de
su trabajo teórico, para someter a suficiente autocrítica el problema relativo a la
violencia y el problema relativo a la imagen – objetivo de construcción del socialismo,
que ciertamente pudo llegar a desarrollar, en plena madurez, a través de la “Crítica al
Programa de Gotha”, pero, aun con ella, el desarrollo resultó insuficiente. En todo caso,
no puede negarse su mérito, pero quedó limitado al descubrimiento y lucha contra el
utopismo y, con ello, dogmatizó al marxismo, en los límites de la realización de la
Dictadura del Proletariado, sin suficiente revisión de la estrategia relativa a la
construcción del socialismo.

Proudhon llegó a descubrir el dogmatismo de Marx y Marx llegó a descubrir el


anarquismo de Proudhon y con fundamento en estas dos verdades científicas no
pudieron ponerse de acuerdo entre sí, y todavía podemos encontrar dentro del
marxismo, acusaciones de “dogmático” o “anarquista”, lo cual es, evidentemente
subdesarrollo científico en el mundo académico.

A pesar de todo, la lucha teórica de Marx, contra el carácter utópico del socialismo,
convirtió al marxismo en la fuerza que pasó a representar a la clase obrera, por
miembros de su misma clase. Así, el marxismo posibilitó la continuidad del socialismo
en el socialismo proletario, pero no pudo evitar la reproducción del socialismo de
carácter burgués e, incluso, llegar a estimularlo, frente a las fuerzas más
conservadoras de la sociedad capitalista, pero, por efecto de los retrocesos y aperturas
de los países socialistas hacia el capitalismo, el socialismo burgués se derechizó más,
en forma liberal y fascista, o sea, a través de una actuación más abierta y más
acentuada, en favor de la burguesía monopolista.

Sin embargo, la causa del origen y reproducción de toda forma de socialismo,


incluyendo al socialismo utópico y al marxismo, han sido las condiciones de miseria y
116
explotación a que ha sido sometida la clase obrera, pero en la medida en que se
desarrolló el capitalismo y sus contradicciones (la clase y la lucha obrera) apareció el
marxismo, de tal manera que es connatural a la existencia de capitalismo la existencia
de socialismo como movimiento político y en la medida en que se agudizan los
problemas de la clase obrera genera condiciones fértiles para el desarrollo del
marxismo, pero la reproducción del socialismo utópico no deja de seguir siendo una
necesidad histórica, con buena, aunque limitada, voluntad.

D. Aportes de Marx al desarrollo de la teoría Política

Lenin fue uno de los primeros autores marxistas en reconocer que el marxismo no era
una obra perfecta ni acabada y ello no pudo ser apreciado en forma suficientemente
amplia, debido a la proclamación universal de ortodoxia, es decir, de dogmatismo
marxista. Además, ello no podía ser de otra forma, a causa que la teoría de Marx fue el
primer esfuerzo de formulación del marxismo y realizado a través de la lucha en contra
de apreciaciones acientíficas y anti – obreras acerca de la vida social.

En su plena madurez científica, Marx pensaba que el método de investigación debía ser
diferente al de exposición, pero frecuentemente no pudo simplificar sus análisis en favor
de la clase obrera. En estas condiciones, la elaboración de un inventario de su obra y
de sus aportes ha sido una tarea difícil de realizar, pero debe apreciarse en su
abundante obra la comprobación de la observación de F. Engels, según la cual sus
descubrimientos son muy numerosos y producto de su propio trabajo científico, que,
desde luego, no pertenece al común de los mortales, sino a un genio que se
engrandece a través de su propio trabajo.

El marxismo nos ha permitido descubrir la idea que en tanto las teorías sociales
defienden los intereses de determinada clase, sin importar su naturaleza, se convierten
en teorías políticas, a pesar de la existencia de teorías sociales específicamente
relativas a la vida política de la sociedad, por lo cual consideramos que el análisis de
sus aportes, principalmente en su caso, debe reconocerse en el plano filosófico,
metodológico, sociológico, económico y político. Así, destacamos sus siguientes
aportes:

a) Desvinculación absoluta del análisis científico a todo “fundamento” religioso.

b) Desjuridización del Estado, entendida como el hecho de mostrar que la esencia del
Estado es tener un carácter de clase, aun cuando la actividad estatal sea
esencialmente derecho (y aun cuando el propio Marx no parece haber asimilado
plenamente que la misma administración pública es derecho).

117
c) Formulación de la forma más desarrollada de humanismo (frente al humanismo
religioso, al humanismo del materialismo burgués y al humanismo del socialismo
utópico) y que busca liberar a la clase obrera de toda forma de explotación.

d) Elaboración de los fundamentos de la filosofía dialéctico – materialista.

e) Descubrimiento que el cambio económico es el motor de la historia.

f) Elaboración de los fundamentos del Materialismo Histórico.

g) Elaboración de los fundamentos de la teoría del socialismo científico o proletario, no


obstante que llegó a la convicción que el Manifiesto Comunista requería
actualización.

h) Elaboración de la síntesis más completa acerca de la evolución y desarrollo de las


sociedades humanas, a través de las categorías de formación económico – social,
modo de producción, base económica, superestructura social, fuerzas productivas y
relaciones de producción.

i) Elaboración de los fundamentos de la ciencia económica, sobre bases objetivas, a


través del desarrollo de la teoría del valor trabajo y del desarrollo de la teoría de la
explotación.

j) Descubrimiento del método dialéctico como procedimiento destinado a descubrir las


leyes que rigen el desarrollo de la realidad objetiva.

k) Descubrimiento de los fundamentos de la única metodología científica que existe


para el estudio de los fenómenos sociales, explicitada en una teoría que no tiene
como fin justificar los privilegios de clase social alguna en la teoría social.

l) Práctica de la forma más completa de materialismo filosófico, sustentada a través


del privilegio de la abstracción, del análisis histórico y del análisis crítico
(materialismo práctico).

No llega Marx a la forma más completa de materialismo filosófico si no se convierte


precisamente en un sociólogo, que puede descubrir las peculiaridades de la vida social
y que, por ello, lo llevan a privilegiar el método de la abstracción para estudiarla y en la
medida en que abandona el estudio de la totalidad de la realidad objetiva y abandona
la critica hacia el pensamiento filosófico deja de ser positivista y filósofo, para hacerse
sociólogo, y en la medida en que se hace sociólogo cumple el objetivo de Comte de
realizar la sociología, desde una posición opuesta al positivismo comtiano. Así, desde
Marx, hay una nueva filosofía y sus fuentes ideológicas, a pesar de la juventud de Marx
en el momento que las describe, son, en realidad, tres fuentes y tres partes integrantes
118
del marxismo, desde luego, reelaboradas críticamente en su pensamiento.

Marx tiene el mérito que su teoría fue desarrollada de forma generalmente fiel por sus
seguidores y que su pensamiento influyó notablemente sobre el pensamiento burgués
contemporáneo, pero posiblemente le faltó más reconciliación con la filosofía para la
elaboración de la teoría política relativa a la a la entrada o construcción del socialismo,
pues hay aspectos en su empirismo que lo llevan al subjetivismo, o sea, a exigir el acto
de conciencia, aunque no llega al idealismo subjetivo en el tratamiento de la teoría
acerca del socialismo, sino a un exceso de cientificidad.

4.3 El Leninismo

Debe su nombre al gran pensador ruso, Vladimir Ilich Ulianov, llamado Lenin, líder de la
primera gran revolución socialista duradera de la historia, realizada en Rusia, en 1917.

Según J. Stalin (1879-1953), “El leninismo es el marxismo de la época del imperialismo


y de las revoluciones proletarias”. Por lo tanto, considerar a Stalin como un enemigo
del marxismo-leninismo es una exageración muy grande, que no corresponde a la
realidad. Más bien, con todos sus méritos, Stalin fue una exageración del marxismo,
principalmente en materia de violencia y fundado en el disfrute del ejercicio del poder.

Sin embargo, mientras los autores burgueses niegan méritos a Lenin, sobre todo, en
relación a su teoría sobre el imperialismo, los autores soviéticos estiman que el
leninismo es desarrollo fecundo del marxismo y el conjunto de descubrimientos y
aportes realizados por Lenin para lograrlos. Para ellos, esos aportes se refieren a la
revolución socialista, a la organización del partido comunista, a la fundación del Estado
proletario, a la alianza obrero-campesina y a la lucha contra el imperialismo y el
revisionismo. O sea, al igual que la de Marx, se trata de una obra teórico-práctica y en
virtud de que se funda en la teoría de Marx, el leninismo es, ciertamente, sobre todo,
marxismo llevado a la práctica, según las explicaciones del marxismo ruso.

Estimamos que no debe negarse la fecundidad del marxismo posterior al de Marx, tanto
en el plano teórico como el revolucionario, salvo que el dogmatismo limitó la calidad de
esa fecundidad y, por ello, los países socialistas vivieron los procesos de apertura y
retroceso hacia el capitalismo.

El éxito revolucionario de Lenin dogmatizó aún más al marxismo, pero la situación rusa
era muy favorable para el éxito de la revolución, tan sólo por el hecho de ser una de las
primeras revoluciones socialistas de la historia, pero Lenin se vio obligado a vivir el acto
de conciencia de tener que realizar el proceso revolucionario de construcción del
119
socialismo, con una teoría muy limitada.

Aunque muy riesgosa, sin embargo, la historia ya podía hacer efectiva esa revolución,
tanto porque se disponía de los análisis revolucionarios y aproximados de Marx como
por el hecho que en el último cuarto del siglo XIX se inicia la época del imperialismo y,
con ello, se agravan las contradicciones del capitalismo (primera guerra mundial, por
ejemplo, en la que actuaba Rusia sin aceptación de su pueblo y con descontento y
temor general) que crean condiciones favorables para que triunfen revoluciones
socialistas, por lo cual la definición realizada por Stalin del leninismo resultó
absolutamente aproximada a la realidad, en tanto que alcanzado el triunfo
revolucionario el leninismo pasó a ser adoptado y todavía sigue siendo adoptado como
el marxismo de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, desde
luego, no sin razones vinculadas al contenido de la teoría leninista.

En todo caso, en la mayor parte de su vida, como militante del marxismo, Lenin no dejó
de actuar dentro de los límites del dogmatismo marxista y, por ello, uno de los
problemas que enfrentará al conquistar el poder estará relacionado con la imagen-
objetivo de construcción del socialismo, que hasta Lenin no pudo avanzar de manera
significativa respecto a la de Marx. Sin embargo, gracias a su militancia, toda la obra de
Lenin gira en torno al problema de la revolución y, por lo tanto, sobre el imperialismo,
debido a lo cual entre sus aportaciones más valiosas al análisis político se encuentran
precisamente su teoría sobre el imperialismo y su teoría sobre la revolución proletaria y
la dictadura del proletariado.

Ello no significa que como militante del materialismo dialéctico no se ocupó de atender
asuntos filosóficos, sino que, como marxista consecuente, trató de priorizar el estudio
de la política, sin abandono del criterio que la economía es el fundamento de la vida
social. Muchos de sus análisis tienen avances, al menos de carácter didáctico,
respecto a la obra de Marx y algunos; manifiestan retroceso, pero, en general, sobre
todo en materia de análisis político, el avance es mayor que el retroceso, aún cuando
no parece haber podido alcanzar un éxito suficiente en materia de análisis filosóficos y
que Marx tendió a abandonar progresivamente.

A. Teoría sobre el Imperialismo

En 1916 apareció la obra de Lenin “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, “Nuevo
capítulo de El Capital, que versa sobre una etapa de desarrollo capitalista, que Marx no
llegó a conocer: la de los monopolios”.
O sea, Marx pudo observar, a través de las sociedades anónimas, la existencia de los
monopolios, resultantes de los procesos de concentración y centralización del capital,
pero los monopolios todavía no habían adquirido suficiente incidencia en la vida
120
económica y política de las sociedades capitalistas, de tal forma que su manifestación en
la economía internacional era limitada, en tanto la dominación internacional era, sobre
todo, herencia y continuación de los antiguos imperios coloniales, faltaba saturación de
mercados nacionales, la economía internacional no aseguraba proyectos de inversión
suficientemente conocidos y rentables, la extensión de la revolución industrial caminaba
en su primera etapa (la fábrica desplazaba a la manufactura) y faltaban las guerras para la
ampliación y redistribución de dominios imperiales, basados en la dominación económica
y muy poco en la administración política, como sucedía en el caso las monarquías de
origen feudal.
Empíricamente, sin embargo, la época de las revoluciones proletarias se inaugura sin
terminar la época de las revoluciones burguesas, aun cuando el marxismo, no Lenin, trató
de dar la impresión contraria. Esta realidad es ahora más fácil de percibir, con las
dificultades en la construcción del socialismo, y al tener en cuenta el desarrollo lento y
tardío del capitalismo .en muchos países del planeta es evidente que han podido tener
dos alternativas de desarrollo: la revolución burguesa y la proletaria. Este problema lo
resuelve la superestructura social, de conformidad con las determinaciones de su base
económica, pero la extensión progresiva del capitalismo, en todo el planeta, a través de
la vigencia y desarrollo del imperialismo, parece haber dado ya terminación a la época de
las revoluciones burguesas en la mayoría de países del mundo, lo que desde luego no
implica que cualquier país se encuentre en la situación de poder realizar una revolución
socialista, sobre todo si tenemos en cuenta los procesos de apertura y retroceso hacia el
capitalismo de los países socialistas.
En todo caso, la formación e incidencia negativa de los monopolios no pasaron
inadvertidas para los economistas burgueses (y apareció una abundante literatura sobre el
tema), pero, según la escuela soviética, nadie, antes de Lenin, pudo revelar la esencia del
imperialismo y mostrar científicamente la necesidad de combatirlo. En cambio, los
teóricos burgueses piensan que los análisis de Lenin sobre el imperialismo tienen pocos
elementos de carácter original.

Para apreciar esta confrontación, debemos tener en cuenta que Lenin necesariamente se
fundó en análisis anteriores, realizados por autores, con un menor o mayor influjo del
marxismo y que su análisis es la forma marxista de atención del imperialismo, por lo cual
hay una evidente controversia. Sin embargo, también hay que observar que Lenin no tiene
una apreciación absolutamente negativa del imperialismo, o sea, para él, era la “antesala
del socialismo”. Es decir, los monopolios son un efecto de la competencia capitalista que
concentra la riqueza en pocos empresarios y tienen su origen en la asociación de
empresarios, precisamente para evitar los peligros de desplazamiento que origina dicha
competencia capitalista, por lo cual es en la propia clase dominante donde también se
produce un alto grado de concentración de riqueza, lo cual hace que la solución a esta
situación de concentración sea necesariamente el socialismo, por medio de estatización
de la técnica y poder económico de los monopolios, en favor de la mayoría de la sociedad,
121
de tal forma que la antesala señala necesariamente un paso a través de la revolución
socialista, lo cual, desde luego, representa una vía confrontativa, no un paso feliz.
Por lo tanto, desde una perspectiva marxista, Lenin mostró que en el imperialismo se
mantienen las propiedades fundamentales del capitalismo y sus leyes, pero que dan
origen al imperialismo, cuyas características mostró Lenin, así:

a) La concentración de la producción y del capital ha llegado a un alto grado de


desarrollo, que ha creado los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo
en la vida económica.

b) La fusión del capital bancario con el industrial crea el capital financiero y la oligarquía
financiera.

c) La exportación de capitales, a diferencia de la de mercancías, adquiere particular


importancia.

d) La formación de asociaciones monopolistas que se reparten el mundo.

e) Terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más
importantes.

No existe hecho importante que haya dejado sin efecto la teoría de Lenin anteriormente
descrita, a pesar de la aparente novedad del proceso de globalización. Así, lo moderno es
algo muy antiguo, o sea, desarrollo técnico y más riqueza no hace necesariamente más
capitalista a un empresario. El inciso c) parece el más cuestionable, en tanto que con la
formación y ampliación del mercado mundial puede realizarse una exportación de capital,
durante la primera etapa de desarrollo del capitalismo, o sea, en la etapa de la libre
competencia (libre de monopolios), pero esa exportación es simplemente de carácter
inicial, pues con el imperialismo la acumulación de capital rebasa necesariamente las
fronteras nacionales y fenómenos como mercado del dinero, devaluaciones,
desnacionalización del capital, financiamiento del desarrollo, etc., le dan singularidad al
capital en la etapa imperialista del capitalismo.
El verdadero problema reside en el paso necesariamente confrontativo hacía el
socialismo, sin su aceptación por las fuerzas obreras de dominación capitalista, de tal
manera que la tarea revolucionaria reside en minimizarlo. Lenin, entre sus distintos
aportes, al igual que Engels, llegó a pensarlo, pero no a practicarlo, ya que el acto
revolucionario era, para él, de carácter incuestionable. Sin embargo, no tenía una imagen-
objetivo, de construcción del socialismo, que pudiera minimizar ese carácter confrontativo,
pues únicamente contaba con la de Marx, que se fundaba, sobre todo, en el despojo
122
agudamente violento de los capitalistas, que, en el socialismo real, a causa del
dogmatismo marxista, adoptó no sólo una forma más violenta a la prevista por Marx sino
implicó el despojo violento de toda clase de bienes y de vidas.

B. Teoría sobre la revolución proletaria y la dictadura del proletariado

En esta materia los aportes de Lenin son muy valiosos, pero los fracasos y dificultades en
la construcción del socialismo conducen necesariamente a apreciar la obra de Lenin, de
manera diferente a la que pudo apreciarse en una época de triunfalismo político del
marxismo, a través del triunfo proletario, realizado bajo la dirección de Lenin, Trotsky y
otros lideres revolucionarios. Por lo tanto, el marxismo habrá penetrado a Rusia y pudo
llevarse a la práctica para realizar la más importante de las revoluciones proletarias, de tal
forma pues este éste es un aporte innegable de Lenin al desarrollo social, bajo el criterio
de que no puede haber práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria, o sea, con criterio
de agudo materialista, pero que también llegó a ver en la inteligencia humana el medio de
solución de los problemas sociales.
Desde nuestro punto de vista, el primer gran aporte de Lenin, en relación a su teoría sobre
la revolución proletaria y la dictadura del proletariado, reside en haberse “desviado”, al
menos, en alguna medida, por medio del análisis crítico, del dogmatismo marxista, al
reconocer que el marxismo no era una obra perfecta ni acabada. Para un militante del
marxismo, este es un mérito genial, sobre todo cuando trató de ser y fue uno de los más
consecuentes con la parte más revolucionaria de la teoría de Marx.
Frente a una fracción economicista del marxismo (que sobreestimaba la determinación
económica y no la apreciaba adecuadamente), representada por Kautsky, Plejanov,
Martov, Axelrod y Vera Zasulich, que con fundamento en indicaciones de Marx, esperaban
el desarrollo pleno del capitalismo en la atrasada Rusia para aceptar la realización de la
revolución socialista, Lenin demostró que dicha revolución era posible con una minoría
muy limitada de obreros industriales y una escasa burguesía en la clase dominante. Es
decir, era mayor el dogmatismo de esos dirigentes que el de Lenin.

Asimismo, Lenin demostró que esa revolución era posible mediante la alianza obrero-
campesina, o sea, mediante la “Dictadura revolucionaria-democrática del proletariado y del
campesinado” y que era posible, en las condiciones específicas de Rusia, en forma
violenta, pero no pudo demostrar que esa dictadura iba adoptar la forma necesaria, debido
a su propio dogmatismo. Así, al someter el paso al socialismo por la vía electoral, optó por
la vía de partido único (comunista) ante el fracaso en la contienda por el parlamento
soviético y estableció el fundamento para la ejecución de la política stalinista, basada en la
violencia y represión, o sea, estableció el fundamento para la negación de esa dictadura y
alianza, que se encontraba entre los propios objetivos de Lenin, a causa de considerar a
123
los campesinos con un carácter conservador, para llevar hasta sus últimas consecuencias
la revolución socialista, en virtud de su favorecimiento particular, por expropiación de
terratenientes. Stalin realizó la muerte o represión de los campesinos expropiados.
Sin embargo, la priorización del estudio de la vida política de la sociedad constituye el
segundo gran aporte de Lenin a la teoría política (relativa a la revolución socialista y la
dictadura del proletariado), es decir, la teoría marxista perdió. el carácter
predominantemente economicista, que venía de la época de Marx, aunque Marx no fue
economicista, al menos desde el momento de redacción del Prólogo de la Contribución a
la Crítica de la Economía Política (1858), pero su positivismo inicial y su lucha contra el
idealismo condujo a subapreciar lo ideológico y lo superestructural. Las expresiones de
Lenin de que no hay revolución sin teoría revolucionaria, de la política como expresión
concentrada de la economía y de que la política debe tener prioridad sobre la economía
indican una forma más dialéctica de exposición del influjo de la base económica sobre la
superestructura de la sociedad, con respecto a la que Marx pudo alcanzar.
Del segundo aporte de Lenin antes indicado se derivan otros aportes que realizó, o sea, la
exposición más dialéctica de la relación entre la política y la economía, el carácter
predominantemente revolucionario que debe tener el partido comunista (por ello, Lenin
realmente pudo crear un partido socialista de nuevo tipo, o sea, con el espíritu
revolucionario del marxismo y del cual carecían los partidos socialistas europeos, con una
imagen incuestionable de la teoría de Marx o que abiertamente negaban su espíritu
revolucionario), la precisión del Estado como aparato de dominación de una clase sobre
otra, la precisión de la localización de la dictadura del proletariado en la primera etapa de
desarrollo comunista, la precisión de la teoría de la revolución permanente (o sea, en un
sólo país, cuando no se puede hacer también en los demás), la precisión de la necesidad
de destruir el Estado burgués (construyendo a través del mismo la dictadura del
proletariado o Estado socialista), la presión de la idea que la revolución socialista tiene su
mejor condición revolucionaria en el país que tiene las peores condiciones de vida (Marx)
en la cadena del imperialismo (Lenin), la precisión de la necesidad del Estado proletario
para reprimir a las clases que se oponen a la construcción del socialismo . etc.

Según R. Juárez, para Lenin, toda revolución social es el resultado de un conjunto de


factores objetivos y subjetivos. El conjunto de factores objetivos necesarios para
desencadenar una revolución, constituyen lo que Lenin denominó situación revolucionaria,
caracterizada por los siguientes rasgos:

a) Imposibilidad de las clases dominantes de mantener sin cambios sus formas de


dominación: crisis en las alturas, que abre paso al descontento e indignación de las
clases oprimidas (no basta que los de abajo quieran la revolución, sino además que los
de arriba no puedan cambiar sus formas de dominación).

124
b) Agudización, por encima de lo corriente, de la pobreza y miseria de las clases
oprimidas.

c) A consecuencia de las causas indicadas, considerable elevación de la actividad de las


masas.

En la teoría de Lenin, la revolución es imposible sin una situación revolucionaria, pero no


toda situación revolucionaria conduce a una revolución, sino sólo en el caso que al
conjunto de factores objetivos se añada un cambio subjetivo, es decir, que la clase
revolucionaria posea la capacidad de llevar acciones de masas lo suficientemente fuertes
para destruir el antiguo régimen, que no se desplomará, ni en momentos de crisis, a
menos que se le obligue a caer. Para Lenin, el factor subjetivo lleva implícito la
concientización y organización de la clase obrera, prever la evolución de las fuerzas
económicas y la conducta de la clase obrera.
De conformidad con la teoría de Lenin, por lo tanto, la revolución es tarea del partido y
consiste en obligar a caer a la burguesía en momentos de crisis. Es decir, se trata de una
revolución con carácter muy violento, cuya respuesta por la clase dominante será violenta,
de tal forma que es muy riesgosa y en que medir la fuerza de acción conservadora es
tarea de difícil aplicación.
Así, su análisis tiene lógica para elegir el momento en que puede tener éxito una
revolución, pero no para asegurarlo y, subapreciando esta realidad, el éxito de la
revolución sólo aparece determinado por el factor subjetivo de una sola de las partes, es
decir, del partido comunista y bajo el supuesto que puede medir las fuerzas en lucha.
Además, con subestimación o no de la fuerza de acción conservadora, es evidente que la
explosión revolucionaria puede fracasar, pues el resultado depende también de la propia
explosión revolucionaria. Así, puede ser necesaria una explosión adicional, de tal forma
que una guerra de menor o mayor intensidad puede tener un costo muy elevado, como
también una revolución victoriosa, pues la revolución armada puede extenderse después
de la conquista del poder (revolución política o estatal), después de la revolución social e
incluso, llegar a la forma de guerra “fría”.
O sea, su análisis se movió principalmente en torno al problema de la posibilidad de la
revolución y no pudo estimar todos los costos de la vía revolucionaria que adoptó, ni pudo
llegar a compatibilizar la imagen-objetivo de Marx relativa a la construcción del socialismo,
con los medios legales de lucha, que aparecieron en sus ideas al final de su vida. Sin
embargo, lo que no puede dejar de reconocerse a la obra de Lenin es su heroísmo en
favor de la clase obrera, a pesar de los procedimientos anti democráticos que se vio
obligado a adoptar e instituir, como efecto de la vía revolucionaria que adoptó.
Finalmente, hay que apreciar que si la contraviolencia o violencia de los oprimidos es
inevitable, los costos de practicarla también son inevitables y deben minimizarse. Esta
parece una estrategia sensata de lucha, aunque precisamente los costos no puedan
125
minimizarse en todos los casos, y que la adopción de una vía deliberadamente violenta
debe tener en cuenta la reacción nacional, el cerco capitalista, la agresión imperialista, etc.
Lenin previó y resolvió muchos asuntos vinculados a esta realidad, en virtud de la vía
socialista que adoptó, de tal forma que con su aporte debe reconocerse que se formó una
teoría más desarrollada acerca de la revolución socialista y la dictadura del proletariado.
Varios autores burgueses, aprecian la teoría leninista vinculada, como preocupación
fundamental de Lenin, no sólo al análisis del partido comunista, sino también a la intención
de elaborar una teoría revolucionaria para sociedades agrarias y de escasa
industrialización, pero lo que no reconocen es que la piensa en las condiciones del
imperialismo, que representan claras relaciones internacionales de explotación y que, por
lo tanto, generan condiciones de situación revolucionaria en los países atrasados.
La observación más valiosa de los autores burgueses es apreciar que Lenin parte de Marx
para realizar sus análisis críticos y revolucionarios, cosa que frecuentemente es poco
realizada por muchas exposiciones marxistas.
O sea, Lenin procuró conocer y fundarse en el marxismo, pero, en todo caso, su teoría
lleva implícita las ideas inexactas de Marx de que la violencia es la partera de la historia y
que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases. Al juzgar estos hechos
hasta nuestros días, y aún con lucha de clases, resulta que es más exacta la teoría de
Hegel, o sea, que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de los pueblos. Sin
embargo, es evidente que Lenin tomó más en cuenta que Marx el aspecto subjetivo y la
fuerza de la clase dominante capitalista, pero, la divulgación del marxismo por el partido
comunista, aunque sea indispensable, no resuelve el problema de la debilidad subjetiva
de la clase obrera, ni asegura que esa divulgación sea de buena calidad, ni que tenga
adecuación y extensión suficientes. Ni asegura la superación de la debilidad subjetiva del
divulgador, aunque tenga muchos conocimientos de divulgación, disciplina, organización,
etc.
Lo que más importaba a Lenin (en los límites de su dogmatismo) era realizar la
revolución, muy poco le importaba la forma democrática de aceptación del marxismo,
por lo cual la alianza obrero-campesina sólo era para él, como buen socialista, un medio
transitorio de lucha, que tan sólo por su carácter transitorio aseguraba la fuerza
[¿subjetiva?] necesaria para la construcción del socialismo. Después de la Perestroika de
Gorbachov, o sea, muchos años después de 1917, puede apreciarse que mientras el
capitalismo crea necesariamente socialismo, aunque sea en forma limitada, el socialismo
real terminó en poco fervor socialista. O sea, el factor subjetivo fue subapreciado y en
Lenin sólo es un factor necesario para la revolución, aunque la práctica de la revolución
incluye a la revolución irrealizada.
Por otra parte, la fuerza de la clase dominante capitalista prácticamente sólo es atendida
como parte del factor subjetivo, o sea, sólo como parte de la estimación de la situación
revolucionaria y muy poco para evaluar la incidencia del cerco capitalista, la agresión
imperialista, el desarrollo de la sociedad burguesa, etc. Por ello, la teoría de la revolución
126
permanente terminó en la idea de socialismo en un solo país, lo cual denota
evidentemente mucho dogmatismo. Es decir, tal factor subjetivo no puede componer al
socialismo real, que requiere un nuevo factor subjetivo.
Así, la teoría de Lenin conllevó los supuestos y fundamentos de carácter dogmático,
contenidos en la teoría de Marx, lo cual explica la actual coyuntura insatisfactoria del
marxismo y hace necesario evaluar su desarrollo, partiendo, sobre todo, de la teoría
política de Marx y Engels.

127
Cuarta Parte:

CATEGORÍAS BÁSICAS PARA EL ESTUDIO DE LA CIENCIA


POLITICA*

* Los temas contenidos en el presente documento fueron tomados, con la debida


autorización de los autorores, de diversas publicaciones de los licenciados Carlos
Noriega Castillo y Jorge Fidel Hernández Andrade, investigadores y ex-profesores
del curso de Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad
de San Carlos de Guatemala, y de otras facultades de esta universidad. El tema sobre
los Movimientos Sociales fue tomado de la versión electrónica original de la obra
titulada “América Latina. Movimientos Sociales y Representación Política” de la autora
Isabel Rauber. Los fines de este documento son exclusivamente didácticos y sin ánimo
de lucro, como parte de los textos del curso referido.

128
Contenido de la cuarta parte
Página

1. La formación económico-social 131


1.1 Concepto 131
1.2 La base económica y la superestructura 131

2. El Estado 135
2.1 Concepto de Estado 135
2.2 Origen del Estado 136
2.3 Funciones del Estado 137
2.4 Tipos de Estado y formas de gobierno 138
2.5 La extinción del Estado 151

3. El poder 153
3.1 El problema teórico 153
3.2 Concepción objetiva del poder 154
3.3 El poder del Estado. Aparato de Estado 155

4. La violencia 156
4.1 La praxis 156
4.2 Praxis productiva y praxis social 156
4.3 Los hechos violentos y la situación de violencia 158
4.4 La contraviolencia 159
4.5 El terror como forma de violencia 159

5. La ideología 161
5.1 El problema teórico de la ideología 161
5.2 Concepción objetiva de la ideología 163
5.3 La ideología y las clases sociales 165
5.4 La formación de la ideología 169
5.5 Los aparatos ideológicos 170
5.6 Principales corrientes ideológicas 171

6. Partidos políticos 174


6.1 Concepto 174
6.2 Origen y evolución de los partidos políticos 178
6.3 Régimen jurídico de los partidos políticos 183
6.4 Conformación y estructura de los partidos 187
6.5 Fines y actividades de los partidos 191
6.6 Sistemas de partidos 193

7. Grupos de presión 200


7.1 Concepto y tipos de grupos de presión 200
7.2 Factores de poder de los grupos de presión 206
129
7.3 Formas de actuación de los grupos de presión 207
7.4 Formas típicas de los grupos de presión 210

8. América Latina. Movimientos sociales y representación política (autora: 213


Isabel Rauber)
8.1 Palabras introductorias 214
8.2 Planteamiento del problema 215
8.3 Hipótesis fundamentales 222
8.4 Claves sociopolíticas 231

130
1. LA FORMACIÓN ECONÓMICO SOCIAL

1.1 Concepto
El término "formación Económico Social" es utilizada por el materialismo histórico para
identificar a la sociedad. M.M. Rosental, citado por Carlos Noriega lo define así: "se
entiende por formación social o formación económico social a un tipo histórico de
sociedad, que se basa en un determinado modo de producción y constituye una etapa del
desarrollo progresivo de la historia mundial de la humanidad...". Es una sociedad
concreta. 75 De acuerdo a Ricardo Juárez, es "un conjunto de fenómenos y procesos
basados en un tipo históricamente determinado de relaciones de producción".
Históricamente debiera entenderse no sólo como el hecho de que las relaciones sociales
son transitorias, sino sobre todo, que se forman a través del tiempo. “Es un conjunto de
individuos que se relacionan de determinada forma, que basan su existencia en
determinadas relaciones de producción, que se forman a través del tiempo y que por ello,
toda sociedad es una formación económico social.” 76
A Marx se debe la creación del concepto formación económico social y se usan
indistintamente los términos formación social o formación económico social. Esta
categoría permite diferenciar los períodos históricos y estudiar a la sociedad humana en
cada uno de ellos como un todo, en su unidad orgánica e interacción entre sus partes. El
paso de una formación social a otra superior se da por medio de una revolución social,
pero no es el hecho político ni la vida política la que determina la naturaleza de la
formación económico - social, sino la naturaleza de las relaciones económicas imperantes
en la sociedad, no sólo porque la sociedad funda su existencia física en las relaciones
económicas, sino porque la vida política de la sociedad está orientada a reproducir en
determinada forma a la vida económica de la sociedad.77

1.2 La base económica y la superestructura


1.2.1 La Base Económica
El concepto de formación económica social hace una diferencia entre la base económica o
material de la sociedad y la superestructura social. La base económica está conformada
por las relaciones sociales de producción, las que a su vez están asentadas en un

75 Noriega Castillo, Carlos. F. Formación Económico Social y Estado. USAC Fac. CCEE. 1994 Pg. 1
76 Flores Palacios Carlos. La Formación Económico Social y el Positivismo y su Desarrollo. 1998. Pg. 5
77 Flores Palacios, Carlos. Op. Cit. Pg. 5
131
determinado nivel del desarrollo de las fuerzas productivas. Ambas integran el modo de
producción.
En la base económica de la sociedad se llevan a cabo los procesos de producción,
distribución, cambio y consumo de los bienes materiales.
La chispa inicial, el motor del desarrollo social es el desarrollo de las fuerzas productivas;
cuando en una sociedad se frena el desarrollo de las fuerzas productivas, se producen
cataclismos sociales, crisis, contradicciones, que conllevan a transformaciones
estructurales y superestructurales que tienden a eliminar los mecanismos de freno e
impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas. Como se indicó, el modo de producción
es la unidad formada por las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción,
pero en el que las relaciones de producción son de un solo tipo: primitivas, asiáticas,
esclavistas, feudales, mercantiles simples capitalistas o socialistas. Cada tipo de
relaciones sociales engendra un modo de producción. La base económica la integran las
diversas relaciones de producción, y otros tantos modos de producción, pero, en ella, un
modo producción es dominante y subordina a los otros. Con el desarrollo de la sociedad,
diferentes modos de producción aparecen articulados entre sí en la base económica de la
sociedad. Esta es la razón por la que frecuentemente se subraya que la base económica
y la formación social son una imbricación o combinación de distintos modos de
producción. En el "Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política", al
referirse Marx a la base económica, únicamente menciona a las relaciones de
producción, porque como movimiento de las fuerzas productivas, considera a las
relaciones de producción como una forma de desarrollo de ellas, que también pueden
convertirse en su traba.
Lo que diferencia fundamentalmente a una formación económico - social de otra son las
relaciones sociales de producción, por ejemplo, lo que diferencia a una sociedad socialista
de una capitalista con similar grado de desarrollo de las fuerzas productivas son las
relaciones sociales de producción, vale decir, la propiedad sobre los medios de
producción; en una predomina la propiedad privada y en la otra la propiedad social y con
ello cambian también las instancias superestructurales. La principal relación social de
producción es la propiedad sobre los medios de producción y ésta tiene una expresión
jurídica, pues el derecho confirma y regula esta propiedad.
Cuando las relaciones de producción no corresponden a las fuerzas productivas, por el
contrario, embrecan su desarrollo, se provocan períodos de revolución social, se dan
transformaciones en la base económica que generan a su vez transformaciones en la
forma de normar y dirigir la sociedad así como en su manera de concebirla. Las
transformaciones afectan principalmente a las relaciones sociales de producción para
instaurar otras cualitativamente superiores en la interactividad humana y que se traduce
en el ascenso o desarrollo a una nueva formación económico social.
132
1.2.2 La Superestructura Social
Esencialmente, la superestructura social es una unidad que comprende un
conjunto de procesos que se derivan de la existencia física de la sociedad, de la base
económica, como lo son los procesos de dirección y regulación de la sociedad en su
conjunto, la reproducción y el reflejo en la conciencia, en la mente de las personas del
mundo real.
La superestructura social es una unidad derivada de la base económica y formada por
relaciones sociales no económicas (políticas, jurídicas, morales, etc.), las instituciones
superestructurales (el Estado, el Derecho, Los Códigos Morales, Etc.) y la conciencia
social. En la consideración de la esencialidad y unidad de la superestructura social, se
debe tener en cuenta que las relaciones superestructurales no sólo son momentos de la
aplicación de la conciencia a la vida social, sino la continuación y el fin del trabajo del
pensar y formas de justificar y legalizar o normar en determinada forma la vida social.

1.2.3 Relación entre la Base y la Superestructura


La base económica es el fundamento de la existencia de la sociedad; los seres humanos
previo a realizar cualquier actividad o relación social, primero satisfacen sus necesidades
vitales económicas, por lo tanto se parte de la producción de esos bienes para la
satisfacción de las necesidades. La base económica es como el cimiento del edificio
social. Pero no existen una determinación mecánica ni unilateral de la base sobre la
superestructura; la superestructura a su vez refluye sobre la estructura económica,
incidiendo decididamente sobre ella, existe entre ambas una relación dialéctica. Muchas
formas de la conciencia social pueden no corresponder a determinado modo de
producción dominante y se dice que existe una relativa autonomía de la superestructura o
de formas de la superestructura con respecto a la base. Pero en todo caso, la base
económica determina en última instancia a la superestructura social, puesto que son los
cambios en la base económica, principalmente en las relaciones sociales de producción
los que van orientando len su conjunto a los procesos superestructurales, aunque
algunos, muy alejados de la base reciban la influencia directa o inmediata de otras
instancias también superestructurales. La superestructura no solamente refleja la base
económica, sino que la confirma, la regula, la reproduce y puede también transformarla.

133
FORMACIÓN ECONÓMICO SOCIAL

S Conciencia Social
U
P
E Otras Relaciones Sociales
R
E
S Regulación Normación
T
R S
U Relaciones Sociales Morales
C E
T
U Regulación Normación R
R
A
Relaciones Sociales Jurídicas
S
O
C Dirección Dominación
I
A Relaciones Sociales Políticas
L
S

B O
A
S C
E
Producción Distribución I
E
C A
O
Cambio Consumo L
N
O
M
I
Relaciones Sociales de Producción
C
A

134
2. EL ESTADO

2.1. Concepto de Estado


El Estado es una institución que se sitúa en la superestructura social, surgida de las
relaciones sociales, cuya misión primordial es dirigir la sociedad
Se han descubierto muchas definiciones de Estado, entre las cuales, las más importantes
son las que plantean que el Estado es la comunidad jurídica, el Estado es la sociedad; así
Harold Laski dice que “cada Estado, en una palabra, es una sociedad territorial dividida en
Gobierno y súbditos, siendo el Gobierno un conjunto de personas dentro de la sociedad
territorial que está capacitado para emplear la coacción con el fin de que sean obedecidos
esos imperativos” 78 Hans Kelsen afirma que existen más de una docena de acepciones de
la palabra Estado enteramente diferentes entre sí. Una de las más corrientes es aquella que
designa como Estado “el conjunto de todos los fenómeno sociales, identificándolo con la
sociedad.”79 En el lenguaje común tiende a identificarse, de manera imprecisa, el
concepto de Estado con el de sociedad y proviene de la idea de que la situación (o estado)
social está determinada principalmente por la acción de los gobernantes80 Pero, de acuerdo
con Umberto Cerroni, el concepto moderno de “Estado”, separado de la sociedad, es una
institución histórica ligada al proceso de liberación de la sociedad civil de las vinculaciones
con los privilegios feudales.81
Lenin dice: “hasta hoy en día se confunde con mucha frecuencia este problema con las
cuestiones religiosas; se fundamenta ideológica y filosóficamente que el Estado es algo
divino, algo sobrenatural, una fuerza gracias a la cual ha vivido la humanidad y que da a las
gentes - o debe darles- algo que lleva en sí y que no proviene del ser humano, sino que le
es dado del exterior, de una fuerza de origen divino. Y es necesario decir que esta teoría está
íntimamente entrelazada con los intereses de las clases explotadoras ...” 82
Sigue diciendo Lenin: “La Teoría del Estado sirve para justificar los privilegios sociales, ...
En el problema del Estado, en la Teoría del Estado se puede ver siempre la lucha de las
distintas clases entre sí, lucha que se refleja o encuentra su expresión en la lucha de
conceptos sobre el Estado, en la apreciación del papel y de la significación del Estado”. 83

78 Laski Harold J. "Naturaleza del Estado". Introducción a la Ciencia Política. Selección de Lecturas. Licda. Edna Elizabeth
González Camargo. (Compiladora) Agosto 1996 Pág. 139. S.N.T.
79 Kelsen Hans. Teoría General del Estado. (Traducido al español del alemán por Luis Legaz Lacambra). México, Editorial
Nacional 1959 Pág. 4
80 Flores P., Carlos A. Estado y Aparato de Estado Pág. Documento fotocopiado S.N.T. Pág. 1
81 Cerroni Umberto. "La Política Como Ciencia Social". Introducción a la Ciencia Política. Ricardo Juárez Gudiel. Colección de
Textos No. 1 Departamento de Publicaciones Facultad de Ciencias Económicas, a segunda edición, marzo de 1985. Pág. 24
82 V. I. Lenin. "Acerca del Estado". Introducción a la Ciencia Política Selección de Textos por Ricardo Juárez Gudiel.
Departamento de Publicaciones Facultad de Ciencias Económicas, segunda reimpresión de la segunda edición, marzo de 1985.
Pág.48- 49.
83 V. I. Lenin. Op. Cit. Pág. 49
135
El Estado se considera algo destinado a resolver los conflictos sociales, un árbitro social,
una institución destinada a la búsqueda del bien común. Estas caracterizaciones niegan la
verdadera naturaleza de clase del Estado y tienen un carácter justificativo de la sociedad
divida en clases sociales.84
La noción objetiva de Estado que sirve de base para el desarrollo de la teoría política, es el
planteado por Lenin en sus diversas obras: “El Estado es una máquina para mantener el
dominio de una clase sobre otra” 85 “El Estado es una máquina destinada a la opresión de
una clase por otra, una máquina llamada a mantener sometidas a una sola clase todas las
demás clases subordinadas”86 “...el Estado es un órgano de dominación de clase, un
órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del orden que legaliza y afianza esta
opresión...”87 “El Estado es el más poderoso instrumento para la dominación de clase.”88

2.2 Origen del Estado

Lenin, aporta una explicación acerca del nacimiento del Estado, tomando en cuenta el
aparecimiento de la propiedad privada y de las clases sociales en su conferencia “Acerca
del Estado”. Para poder abordar adecuadamente este problema, dice, es necesario echar
una breve mirada al surgimiento y desarrollo del Estado. Hubo un tiempo en que el
Estado no existía. Este aparece en el lugar y época en que surge la división de la
sociedad en clases. Hasta que surgió la primera forma de división de la sociedad en
clases: esclavistas y esclavos, hasta este momento existió todavía la familia patriarcal, o
como a veces se suele llamar, el clan, la tribu, la familia. Antes no existía el Estado, no
existía un aparato especial para aplicar sistemáticamente la violencia y para someter a los
hombres a dicha violencia; este aparato es lo que se llama el Estado. En esta sociedad
primitiva en un estado próximo al salvajismo, lo que vemos es el dominio de las
costumbres, el prestigio, el respeto y el poder de que gozaban los viejos de la tribu y
vemos que este poder era reconocido, a veces, a las mujeres; pero no existía una
categoría especial de hombres que se destacaran para gobernar a otros y que en interés y
con fines de gobierno, poseyeran sistemática y permanentemente cierto aparato de
coerción, de violencia, como sucede en la actualidad: destacamentos armados de tropas,
de cárceles y demás medios de someter la voluntad ajena a la violencia, es decir, lo que
constituye la esencia del Estado.
Los esclavistas y los esclavos constituyen la primera gran división clasista. Los primeros
no sólo poseían los medios de producción, sino que también eran dueños de seres
humanos. La ley consolidaba este concepto. A este régimen siguió el feudalismo, la

84 Flores P. Carlos A. Op, Cit. Pág. 1


85 V. I. Lenin Op. Cit Pág. 53
86 IBID. Pág. 55
87 V.I Lenin. EL Estado y La Revolución. Editorial Anagrama, Barcelona 1976 Pág. 7
88 Juárez Ricardo. El Objeto de Estudio de la Ciencia Política. 1979 Pág. 5

136
división fundamental de la sociedad era en señores terratenientes y campesinos siervos
de la gleba, adscritos a la tierra; el señor terrateniente no era considerado ya dueño del
campesino, como de un objeto, sino que sólo tenía derecho a apropiarse de su trabajo y a
obligarle a ciertas prestaciones. En la sociedad feudal, a medida que se desarrollaba el
comercio y surgía el mercado mundial, a medida que se desarrollaba la circulación
monetaria, surgía una clase nueva: de los capitalistas. En el curso del siglo XVIII y
principios del siglo XIX tuvieron lugar revoluciones en todo el mundo; el régimen de la
servidumbre fue eliminado en todos los países de Europa Occidental, la división en clases
adquirió una nueva forma.
A pesar de los enormes cambios históricos y de todas las revoluciones relacionadas con
este desarrollo de la humanidad, se mantiene el Estado. A medida que surge y va
afianzándose la división de la sociedad en clases, surge y se afianza también el Estado.
Este ha sido siempre un aparato destacado de la sociedad y formado por un grupo de
personas que se ocupan únicamente o casi únicamente de gobernar. Este aparato, este
grupo de hombres que gobiernan a los demás, se apodera siempre de cierta máquina de
coerción, de una fuerza física; lo mismo da que esta violencia sobre los hombres se
exprese en las lanzas o espadas de la época de la esclavitud, o en el arma de fuego
aparecida en la edad media o técnicas basadas por entero en las últimas conquistas de la
técnica moderna como en el capitalismo actual. Existe en cada sociedad un grupo de
personas que gobiernan, que mandan, que dominan y que, para conservar el poder, tiene
en sus manos una máquina de coerción física, un aparato de violencia. No es posible
obligar a la mayor parte de la sociedad que trabaje sistemáticamente en beneficio de la
otra parte, sin un aparto permanente de coerción. 89

2.3 Funciones del Estado


Dos funciones fundamentales caracterizan la actividad de todo Estado: una técnico
administrativa y otra de dominación política. 90 La función técnico administrativa la cumple
el Estado cuando coordina la actividad económica de la sociedad y difunde la ideología
dominante a través de sus diversas instituciones. Atiende las demandas de toda la
población para la dotación de bienes y servicios. La función técnico administrativa
consiste en que toda la sociedad, requiere de un aparato de dirección de la misma y de
creación de normas destinadas a reglamentar el funcionamiento de la sociedad en su
conjunto.91 La función de dominación política la realiza el estado cuando protege y
mantiene las relaciones sociales de producción existentes y las reproduce, actuando en
función de los intereses de determinada clase dominante.
Esta última función es la que define propiamente al Estado sobredeterminando la función

89 V. I. Lenin. Op. Cit. Págs. 47 -55


90 Juárez Ricardo. Desarrollo del Programa del Curso: Ciencia Política". Apuntes para la docencia, Facultad de Ciencias
Económicas, Área Común 1979. Pág. 1
91 Flores P. Carlos A. Op. Cit Pág. 2
137
técnico administrativa, es decir, orientándola, poniéndola al servicio de la función de
dominación política. No existen por lo tanto, tareas técnico administrativas con carácter
neutro.92
Nicos Poulantzas y Marta Harnecker aseveran lo siguiente: “el papel global del Estado como
factor de cohesión de una formación social puede, en cuanto tal, diferenciarse en
modalidades particulares relativas a los diversos niveles de una formación, es decir, en
funciones del Estado (técnico económica, ideológica y política), constituyen modalidades del
papel global del Estado. 93

2.4 Tipos de Estado y formas de gobierno


La existencia de determinado tipo de Estado obedece al modo de producción dominante
en una formación económico-social, por lo tanto, sirve a determinada clase social
dominante.
La causa de la existencia de un tipo de Estado, es sobre todo, la necesidad de producir y
reproducir una determinada forma de relaciones sociales de producción y tiene, por lo
tanto, una determinación económica.94 Por otra parte, el control por determinada clase
social del Estado, se caracteriza por realizar los intereses de esa clase y porque
predomine cierto tipo de derecho en la vida social. Han existido históricamente cuatro
tipos de Estado: esclavista, feudal, capitalista y socialista.

Las formas de gobierno responden, por su parte, a la forma particular en que cada grupo
gobernante ejerce el poder, según las condiciones concretas de cada país y las
condiciones internacionales, de manera que en cada tipo de Estado se dan diversas
formas de gobierno.
De acuerdo a Marta Harnecker, el carácter del Estado varía en relación con el carácter de
las relaciones de producción de una sociedad determinada. Lo que determina, por lo
tanto, el tipo de Estado es la estructura económica sobre la que el Estado se erige. Es así
como se pueden distinguir distintos tipos de Estado en relación con las diferentes
relaciones de producción: esclavista, feudal, capitalista, etc. 95
Dentro del marco de cada uno de estos tipos de Estado pueden darse diferentes formas
de gobierno, por ejemplo, dentro del tipo de Estado capitalista o burgués pueden existir
formas de gobierno que van desde la república democrática hasta la dictadura militar.
Harnecker también hace distinción entre clase dominante y casta gobernante. Por clase

92 Juárez Ricardo. Op. Cit. Pág. 3


93 Harnecker Marta y N. Poulantzas. Lucha de Clases, Poder Político y Estado. Bogotá Colombia. Edit. Platón Pág. 108
94 Flores P. Carlos A. La Formación Económico - Social. Y El Positivismo y su Desarrollo. Enero 1998, S.N.T., Pág.12
95 Harnecker Marta. "Una Aproximación al Fascismo". Introducción a la Ciencia Política. Selección de Lecturas. Licda Edna
Elizabeth González Camargo. (Compiladora) Agosto 1996 Pág. 341 S.N.T.

138
dominante se entiende aquella clase que impone sus intereses al resto de las clases de
una formación social dada. Por casta gobernante: aquel sector social en cuyas manos
están las riendas del Estado, es decir el poder político. 96
En cada tipo de estado se han dado y se dan distintas formas de gobierno o también
llamadas formas de Estado. Para Lenin. “Cada tipo de Estado tiene como propias,
diferentes formas de gobierno, es decir, diversas formas de orden y organización para el
dominio de la clase gobernante”.97.

2.4.1 Formas de Gobierno en el Tipo de Estado Capitalista


Al respecto, Lenin, en su conferencia “Acerca del Estado”, asevera lo siguiente: El
desarrollo del comercio, del intercambio de mercancías, condujo a la formación de una
nueva clase: los capitalistas. El capital surgió a fines de la edad media, cuando el
comercio mundial, después del descubrimiento de América llegó a desarrollarse
enormemente, cuando aumentó la cantidad de metales preciosos, cuando la plata y el oro
se hicieron medio de cambio, cuando la circulación monetaria permitió acumular grandes
riquezas en manos de una sola persona o pocas personas. La transformación de la
sociedad se verificaba, de tal modo, que todos los ciudadanos fueran, como dijéramos,
iguales, que desapareciese la división anterior, que todos, independientemente del capital
que tuvieran - lo mismo si poseían tierra en propiedad privada que si no tenían más
patrimonio que la fuerza de sus brazos-, que todos, fuesen iguales ante la ley. Esta
protege a todos por igual, protege la propiedad de los que la tienen frente a los atentados
contra la propiedad por parte de aquella masa que careciendo de ella y no teniendo más
que sus manos se pauperiza poco a poco, va arruinándose y convirtiéndose en masa
proletaria. Tal es la sociedad capitalista.
El Estado capitalista al enfrentarse con el Estado feudal se lanzó a la batalla enarbolando
la bandera de la libertad. Sin embargo, el Estado seguía siendo la máquina que ayudaba a
los capitalistas a mantener sometidos los campesinos pobres y a la clase obrera, aunque
aparentemente fuese libre. El Estado proclama el sufragio universal y, por medio de sus
partidarios, predicadores, sabios y filósofos declara que no es un Estado de clase.
La forma de dominio del Estado puede ser distinta: el capital manifiesta esta fuerza de
manera distinta según sea la forma de Estado, pero, en esencia, el Poder continúa
siempre en manos del capital, lo mismo da que exista sufragio restringido u otro amplio;
que exista una república democrática.
La república democrática y el sufragio universal, en comparación con el régimen feudal,
constituyeron un enorme progreso, pues permitieron al proletariado alcanzar la unificación,
la cohesión. La república burguesa, el parlamento, el sufragio universal, todo esto, desde

96 IBID. Págs. 343 - 344


97 Noriega Carlos. Formación Económico-Social y Estado. Primer Semestre de 1994, curso de Ciencia Política. Pág. 8

139
98
el punto de vista del desarrollo universal de la sociedad, constituye un enorme progreso.
Poulantzas señala los siguientes factores de diferenciación de las formas de Estado
capitalista: a) las relaciones de lo económico, de lo político y de la ideología en un estadio
determinado del modo de producción capitalista; b) los caracteres generales de la lucha
de clases en el período correspondiente de las formaciones capitalistas. 99
En el capitalismo se distinguen tres formas de gobierno: el gobierno parlamentario, el
gobierno presidencial y el gobierno fascista o la dictadura militar. ( Poulantzas indica que
el Estado fascista es una forma de estado específica o un Estado de excepción)
Los sistemas parlamentario y presidencialista se forman inspirados en el gobierno burgués
dividido en tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial separados, independientes y
equilibrados entre sí, planteado por Carlos Luis Montesquieu a finales del siglo XVIII, sin
embargo en la práctica, se desarrollan de una manera diferente.

2.4.1.1 El Gobierno Parlamentario


El parlamentario es la forma de gobierno más generalmente adoptado en el mundo
capitalista. Y es el sistema que resultó luego de ser derrocada la monarquía absoluta,
principalmente en Europa. Existen grandes variaciones de este régimen de un país a otro,
pero el prototipo es el británico.
En esta forma de gobierno, el parlamento es el órgano de representación de la voluntad
popular y es el foco de poder; ejerce las funciones legislativas, elige al gobierno. El gobierno
realiza las funciones ejecutivas, está constituido regularmente por el Primer Ministro o
Canciller y los ministros. Existe otra instancia que se denomina normalmente “Jefatura de
Estado”, en varios países existen resabios del gobierno feudal, el puesto de “Jefe de Estado”
lo desempeña el “rey” o la “reina”, es un régimen parlamentario monárquico. En los países
donde se ha suprimido o no existe la “realeza”, la jefatura de Estado la desempeña el
Presidente. Las funciones del jefe de Estado van desde funciones formales, ornamentales,
protocolarias, hasta proponer primer ministro al parlamento, disolver el parlamento a
propuesta del gobierno, etc.100
Entre las funciones principales del parlamento están: investir al gobierno y a su jefe; el jefe
de gobierno, líder de la mayoría parlamentaria suele escoger a sus ministros entre los
parlamentarios. Es el poder legislativo, pero participa en la orientación y control de la
política gubernamental, pero la función primordial del parlamento es la legislativa; en el
Reino Unido también desempeña una función judicial. (La Cámara de los Comunes
desempeña la función legislativa y de control de la política gubernamental y la Cámara de
los Lores es el más alto tribunal de apelación). El parlamento puede también disolver el
gabinete y viceversa. (sujeto a procedimientos constitucionales). El gobierno dirige la

98 V. I. Lenin. Acerca del Estado. Págs. 57 – 60.

99 Poulantzas, Nicos. Fascismo y Dictadura. México, Siglo XXI Editores. 5ª. Ed. 1974 Pág. 367
100 Análisis de los Sistemas Políticos S.N.T. Págs. 27 - 43

140
política nacional e internacional. 101 El gobierno es responsable ante el parlamento, éste
puede retirarle su apoyo si lo cree conveniente, por medio de un voto formal de censura o
simplemente no adhiriéndose a una propuesta gubernamental. El parlamento puede
forzar al gobierno a dimitir. El gobierno parlamentario en la práctica no constituye una
separación de poderes sino más bien una fusión de poderes. El parlamento, de acuerdo a
algunos autores, engloba los tres poderes: “es un sistema político en el que el ejecutivo,
en un tiempo separado, ha sufrido el ataque de la Asamblea (cámaras legislativas y a
veces también judiciales), que ha terminado por transformarse en un Parlamento que
incluye tanto al Gobierno como a la Asamblea”102

2.4.1.2 El Gobierno Presidencial


El prototipo de esta forma de gobierno es el de los Estados Unidos de América, pero
existen más de medio centenar de regímenes presidencialistas. En este sistema, el
presidente es electo por sufragio popular, representa la voluntad popular, es electo para
un plazo determinado; esto impide a la Asamblea o poder legislativo a forzar su dimisión -
excepto en caso de condena por delito grave- y así también obliga al presidente a
presentarse a nuevas elecciones si desea continuar en el cargo. El cuerpo legislativo
también es electo simultáneamente con el presidente o en forma alterna. El ejecutivo es
indiviso, el presidente tiene las funciones de Jefe de Estado y Jefe de Gobierno. El
presidente nombra a sus secretarios o ministros y algunas veces son formalmente
ratificados por el legislativo. El poder ejecutivo recae exclusivamente en el presidente, por
lo que el sistema tiende a ser individual. El ejecutivo es responsable ante la Constitución y
ante el electorado, no puede coaccionar a la asamblea ni puede disolverla (ni viceversa).
103
El organismo judicial es electo por la Asamblea Legislativa a través de procesos
constitucionales.
En los EEUU, el poder ejecutivo está integrado por el Presidente, Vicepresidente y los
Secretarios. El Congreso está formado por dos Cámaras: la de los Representantes que
son electos en bloque por el conjunto de la población cada dos años. La otra cámara es el
Senado, representa teóricamente los intereses de los estados y es electo cada seis años.
El modelo presidencialista norteamericano se ha reproducido en un buen número de
países, particularmente ha tenido mayor influencia en América Latina. Pero las
características sui géneris de estos países ha conducido al caciquismo y a la manipulación
política.104 El presidencialismo en esta región ha conllevado a la aparición o reproducción
del caudillaje en cualquiera de sus formulaciones, por ejemplo: el populismo.105

101 Paniagua Soto, Juan Luis. Regímenes Políticos. Aula Abierta Salvat. España, Salvat Editores S. A. 1981. Págs 18-19.
102 Análisis de los Sistemas Políticos Pág. 32

103 Análisis de los Sistemas Políticos. Págs. 48 -60


104 Paniagua Soto, Juan Luis. Op. Cit. Pág. 38
105 Juárez Ricardo. El Populismo. Contenido Mínimo para Catedráticos. Ciencia Política 1978.

141
2.4.1.2.1 El Populismo
Fue un movimiento político que se dio principalmente después de la segunda guerra
mundial en América Latina, políticamente trata de desplazar el centro del poder
oligárquico agroexportador hacia una industrialización y modernismo basado en el
crecimiento del mercado interno. Se trató de una alianza de clases y grupos compuesto
por sectores de la burguesía industrial, pequeña burguesía, profesionales, sectores
militares, trabajadores, campesinos.
Ideológicamente expresa un nacionalismo, antiimperialista, que pretende defender e
interpretar los intereses populares. Busca la justicia social, realizar reformas sociales.
Una de sus características es el liderazgo personal de un jefe, el caudillismo. El líder
populista se presentaba directamente como defensor del pueblo. En Guatemala, el
movimiento populista estuvo representado por los gobiernos de Juan José Arévalo y
Jacobo Arbenz Guzmán, de 1944 a 1954.
De acuerdo con Theotonio Dos Santos, en su artículo “La Superación del Populismo”, las
condiciones sociales que generaron el populismo están en franca descomposición por los
siguientes hechos:
La burguesía industrial ya no es una clase ascendente en lucha contra el gobierno
oligárquico, por el contrario es una clase en el poder que domina el sector dinámico más
fuerte de la economía. Además es una clase más homogénea y concentrada, formada
fundamentalmente por el gran capital internacional, representado por sus gerentes en el
país y que domina frecuentemente el aparato estatal, la mayoría de la opinión publica y la
vida política del país. En estas condiciones, no cabe ya interés alguno en un movimiento
popular progresista que lucha por el industrialismo (ya victorioso), por el nacionalismo
antimperialista (ya superado) y antioligárquico (dado que la oligarquía rural
agroexportadora se ajustó a las reglas del juego del gran capital y lucha por sobrevivir en
cuanto le es posible).
La clase obrera ya no es una clase en formación, recién venida del campo, sus sectores
de base están constituidos por una población urbana con cerca de treinta años de
tradición obrera, sindical y reformista. Se ha desarrollado por ello una concepción de una
clase obrera exclusiva, que lucha primordialmente por mantener sus derechos adquiridos
frente a la mayoría de la población no integrada al sistema.

2.4.1.3 El Fascismo
El fascismo es un fenómeno político que corresponde a la etapa imperialista del
capitalismo y constituye la dictadura terrorista de los sectores más reaccionarios y
agresivos de la burguesía. Los regímenes fascistas surgieron en ciertos países europeos
y Japón que tuvieron un desarrollo tardío en el capitalismo. Fue fundado en Italia por
Benito Mussolini en 1919, en una época de crisis económica después de la primera guerra
mundial; fue un movimiento organizado en forma militar. La organización militar y las
manifestaciones de fuerza, le daban al movimiento un aspecto impresionante de
suficiencia y la apariencia de ofrecer a los pueblos europeos en crisis, un porvenir de
142
estabilidad y seguridad inconmovible.
La palabra fascismo significaba fasci da combatimento: haces o grupos unidos para el
combate, el símbolo del fascismo italiano era un fascio littorio, que era un hacha rodeada
por un haz de varillas.
El fascismo nació invocando la grandeza de la Roma imperial. Estimulado por el triunfo
fácil de Benito Mussolini en Italia, Adolfo Hitler fundó el Partido Nacional Socialista o Nazi
en 1923 al estilo del fascismo italiano. Las características del fascismo clásico fueron: el
delirio de grandeza imperial; así como los italianos pretendían resucitar el imperio romano,
los nazis aspiraban a dominar al mundo durante mil años. El fascismo japonés quería
imponer su dominio en toda Asia, el movimiento falangista español soñaba restaurar el
imperio de los reyes católicos. El fascismo alemán le imprime un nuevo ingrediente: el
racismo, su dominio quería implantarlo a través de la raza aria pura. Otra característica
fue el nacionalismo intenso reforzado que insistía en valores tradicionales de comunidad
de raza, de sangre, de suelo. El nacionalismo se expresaba también a través de una
concepción ultraderechista autoritaria en el sentido militar del término.
El recurso emocional que más utilizaba el fascismo era el engrandecimiento de la patria
mediante la guerra; la demanda de territorios adicionales para cubrir el llamado espacio
vital requería una preparación y propaganda militar permanentes. Efectivamente el eje
nazi - fascista compuesto por Alemania, Italia y Japón, emprendieron la segunda guerra
mundial como una guerra imperialista que pretendía redistribuir el mercado mundial (ya
previamente distribuido) a favor de estos países que llegaron tarde al industrialismo
capitalista. Internamente para garantizar la voluntad nacional, el fascismo tiene que
eliminar toda oposición. El movimiento socialista, por su carácter internacionalista y
democrático, representa su principal enemigo
De acuerdo a Martha Harnecker, “los partidos fascistas son partidos de masas
fuertemente estructurados, cuya base de afiliados, militantes y electores residen
esencialmente en la pequeña burguesía.”106 Las fases del fascismo son las siguientes:
Primera; el fascismo se lanza al hostigamiento del movimiento obrero a través de bandas
armadas que actúan en la práctica como “milicias anti obreras”. Segunda; el fascismo se
decide a conquistar el poder y cuenta con el consentimiento de la fracción más poderosa
de la burguesía y se ha asegurado la complicidad de los jefes de ejército y la policía.
Tercera: una vez conseguido el poder, se instaura la dictadura y se emprende con
despiadada energía la liquidación del equilibrio de clases, destruyendo las organizaciones
de la clase obrera y persiguiendo a sus dirigentes. 107
El fascismo responde a un carácter de clase, es un brazo armado del capital financiero y
de los círculos más agresivos del capitalismo internacionales. El fascismo europeo toma
fuerzas apoyándose en la desilusión de las capas medias, en sectores atrasados del
proletariado y en la juventud sin perspectivas. Estas capas medias pauperizadas por el

106 Harnecker, Marta "Una Aproximación al Fascismo". Introducción a la Ciencia política, Selección de lecturas. Pág. 335.
107 IBID. Págs. 336 - 337.
143
desempleo y la inflación, se convirtieron en la fuente de una masa enorme de gente
desilusionada y optaron por el proyecto fascista que ofrecía oportunidades en la
burocracia, la estabilidad y seguridad económica y social.108
Según Marta Harnecker, la dictadura fascista no es una dictadura cualquiera, es una
dictadura terrorista que se mantiene en el poder gracias a su represión organizada. Se
trata de una nueva forma de Estado que se denomina Estado de Excepción. Se trata de
Estados autoritarios, al servicio de la clase o fracción de clase dominante en que el
ejecutivo concentra en sus manos todo el poder, anulando la participación de la burguesía
en el poder político y sometiendo al resto de las clases a la voluntad del ejecutivo. Nicos
Poulantzas clasifica al Estado fascista como una forma de Estado perteneciente al tipo de
Estado capitalista, pero es una forma de Estado específica, una forma de Estado de
excepción, ya que corresponde a una crisis política. 109

2.4.1.3.1 Las Dictaduras Militares en América Latina


En los Países de América Latina, debido a su atraso capitalista, a las desigualdades
económicas, la extensión de la pobreza que provocaron descontento e inestabilidad
política, se instauraron dictaduras de corte militar o bien para detener el avance de
movimientos socialistas en países en que ya ha habido un avance industrial. Las
dictaduras militares normalmente nacieron de un golpe de Estado, luego de una crisis
política y económica, o bien de un gobierno popularmente electo.
Significaban normalmente un gobierno dictatorial que concentraba el poder en el
ejecutivo; cuando fueron fruto de un golpe de Estado se anulaba el poder legislativo y
judicial y hasta la constitución. Por lo tanto también desaparecían las garantías
constitucionales de las personas.
En las dictaduras militares el poder se ha concentrado en el Jefe de Estado, representante
del ejército, quien ha gobernado con el apoyo de éste, el gobierno se ha instaurado sobre la
base de la represión y persecución de la oposición política y especialmente de los sectores
favorables a las masas populares, ha favoreciendo a los sectores más poderosos y
reaccionarios de las burguesías locales. Sus rasgos han sido muy parecidos al fascismo
europeo.
Al respecto, Agustín Cueva refiriéndose a los Regímenes de la Época de los 70, dice:
“Comencemos por señalar que el hecho de que Chile, Uruguay, Argentina o Brasil no sean
países imperialistas sino por el contrario países sometidos a la dominación imperialista, no es
óbice para que allá puedan darse procesos de facistización, antes bien, la penetración
profunda del capital transnacional en esas economías es el punto de referencia fundamental
para la comprensión de tales procesos. Si ahora podemos hablar con propiedad de
fascismo, seguramente por una vez en la historia del subcontinente, es justamente porque a
través de esa penetración han madurado condiciones económicas necesarias para que dicho

108 Juárez Ricardo. El Fascismo. Contenido Mínimo para Catedráticos, Ciencia Política 1979 Págs. 1 - 5
109 Poulantzas, Nicos. Op. Cit. Pág. 366

144
fenómeno pudiese ocurrir”. 110 Indica también que en otros Países más atrasados de
América Latina no existe propiamente fascismo sino que son tiranías semicoloniales.
Dice que lo que define primordialmente al fascismo es su naturaleza de clase y cambio
cualitativo que impone a las formas del Estado; tampoco es una dictadura de la pequeña
burguesía y que ciertas características ideológicas pueden variar “...pero que siempre se
articulan sobre un eje que les confiere una identidad esencial, reflejo de la estructura básica
del fascismo: el rabioso anticomunismo.” “En cuanto a otros aspectos definitorios del
fascismo, o sea el hecho de que la dictadura terrorista del capital monopólico se ejerce
fundamentalmente en contra de la clase obrera, también parece difícil de impugnar. En
Latinoamérica las dictaduras se han implantado precisamente “contra el comunismo”. “El
proceso es tan brutal y desembozado, que uno puede formular la función del fascismo en
este terreno en términos inequívocos: se trata de producir mano de obra lo más barata
posible, en beneficio del capital monopolista, por métodos terroristas. Incluso es legitimo
afirmar que el fascismo es el eslabón político necesario para la rápida fusión del capital
monopólico nacional con el multinacional...”. “ Se trata de un terror moderno”
institucionalizado y sistemático, que sin duda marca un cambio radical en el funcionamiento
de la superestructura estatal”. La supresión total de las libertades democráticas.
Sin embargo, señala diferencias con el fascismo clásico:
 Imposibilidad de conseguir una base de apoyo popular, o sea de sustentarse en algún
movimiento de masas.
 Imposibilidad de implantar una política de tipo nacionalista, debido a nuestra
configuración dependiente.
 El elemento nacional - chauvinista alemán o japonés se asentaba sobre un elemento
objetivo constituido sobre la posibilidad real de expansión del capital monopólico nativo
más allá de sus fronteras patrias.
 El fascismo latinoamericano es en todo caso la alternativa política más expedita para la
desnacionalización de nuestras economías, como lo prueba el “milagro chileno”.
 Incapaz de poner en marcha un proceso de desarrollo autosustentado, y con reales
posibilidades de expansión, el fascismo latinoamericano dista mucho de resolver la
crisis de las sociedades a las que subyuga.
La debilidad “civil” del fascismo señala su talón de Aquiles y abre la posibilidad de
conformar en un plazo más o menos breve un movimiento de masas, capaz de
derrotarlo.111

110 Cueva, Agustín. “La Cuestión del Fascismo” Revista Economía, IIES Fac. de CC.EE. USAC. Número 59, enero –
marzo 1979. Págs. 26 y 27.
111 Cueva, Agustín. Op. Cit. Págs. 27 – 40.

145
2.4.2 Formas de Gobierno en el Tipo de Estado Socialista
La formación económico-social y el modo de producción socialista se basa en la propiedad
social sobre los medios de producción. En Rusia, luego de la toma del poder por los
bolcheviques en octubre de 1917, se inició la revolución socialista, el Estado inició la
nacionalización de la industria, el comercio, la banca, la energía eléctrica, las
comunicaciones, etc.; en el campo se promovió la propiedad social cooperativa, 20 años
después, el 99% de los medios de producción eran ya de propiedad social. Rusia se
convirtió así en el primer país que adoptó el sistema socialista, fue la cuna del socialismo.
Luego de la toma del poder por los bolcheviques, se dieron diferentes acontecimientos
políticos, elección y disolución de la Asamblea Nacional Constituyente, una guerra civil
que duró 3 años, de 1918 a 1921; en 1922 se fundó la Unión soviética. El Primer
Congreso de los Soviets, celebrado el 30 de diciembre de 1922, decidió por unanimidad la
constitución de la Unión de las Repúblicas Socialistas soviéticas (URSS), formada por
Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Transcaucasia y las Repúblicas de Asia Central.112
La economía socialista se basa en enormes corporaciones que funcionan en a través de
una planificación centralizada. En la Unión soviética, la propiedad social fue inicialmente
de dos formas: 1) la propiedad estatal, donde el representante de la propiedad del pueblo
fue el Estado. 2) la propiedad cooperativa que se dio principalmente en el campo.
Después de la segunda guerra mundial y a raíz de ella, entre 1945 y 1948 se implantaron
en todo el este europeo una serie de gobiernos socialistas. Tales procesos no se llevaron
a cabo por revoluciones, tras la derrota del ejército Nazi por el ejército Rojo, éste hizo su
entrada en esos Países, donde después de instaurar gobiernos provisionales, los partidos
comunistas apoyados por las tropas soviéticas acabaron por hacerse con el poder. La
segunda guerra mundial también dio origen a un nuevo tipo de convulsión revolucionaria,
en los pueblos de Asia y África nacieron numerosos movimientos de liberación de sus
colonizadores y movimientos revolucionarios, por ejemplo en China, Vietnam, Camboya,
Angola, etc., también se dieron esta clase de movimientos en América Latina, por ejemplo
en Cuba, Nicaragua etc. 113 La implantación del socialismo en diversos países propició
que se establecieran dos formas de gobierno:

2.4.2.1 El Sistema de Partido Único o Convencional.


El prototipo fue la Unión Soviética y países como Hungría, Rumania, China, Cuba,
Mongolia. En la ex Unión Soviética, los poderes públicos se articularon en el parlamento o
soviet supremo, compuesto por dos cámaras: el soviet de la Unión y el soviet de las
repúblicas o regiones autónomas. La constitución por otro lado definió el papel del
Presidium del Soviet Supremo, que emanaba por elección entre sus miembros y tenía una
doble función: la de suplir al parlamento en los períodos en los que no se reunía y asumir

112 Enciclopedia Autodidáctica Océano Color.


113 Colección Salvat. Revoluciones del Mundo Moderno. Barcelona, Salvat Editores 1980. Págs 59 - 61
146
la jefatura colegiada de Estado. El partido comunista constituyó la fuerza dirigente y
orientadora de la sociedad soviética de acuerdo a la Constitución, lo cual sigue vigente en
la actualidad en países como Cuba y la República Popular China.

2.4.2.2 Las Democracias Populares o de varios Partidos.


En algunos países, sobre todo en Europa Oriental funcionó este sistema, en éstos se
admitió la existencia de varios partidos políticos, aunque sólo se admitían aquellos que
aceptaban el papel dirigente del Partido Comunista. (Bulgaria, Checoslovaquia, Polonia,
Rep. Democrática Alemana, Vietnam, etc.).114

2.5 La extinción del Estado


Según la teoría Marxista, la construcción de la sociedad socialista conlleva dos fases: En
la primera (fase inferior de la sociedad comunista, período de transición y llamada por
Lenin socialismo) rige el principio: “a cada uno según sus capacidades a cada uno según
su trabajo”. En la segunda etapa rige el principio: “a cada quien según sus capacidades,
a cada uno según sus necesidades” (comunismo).
A la primera fase entraron los países que adoptaron el socialismo real, (aunque
existe oposición a esta afirmación); en ella subsisten todavía las diferencias sociales, pues
el ingreso por el tipo de trabajo es diferente, se paga más el trabajo industrial que el del
campo, el trabajo intelectual que el manual o físico, el trabajo dirigencial que el
subordinado, etc.; subiste el Estado.
De acuerdo a la teoría marxista, esta primera fase es un período de transición, significa el
tránsito del capitalismo al comunismo. “Entre la sociedad capitalista y la sociedad
comunista media el período de transformación revolucionaria de la primera en la segunda.
A este también corresponde un período político de transición en el que el Estado no podrá
ser otra cosa que la dictadura del proletariado”. 115 Durante el tránsito del capitalismo al
socialismo todavía existen los antagonismos de clases, por consiguiente, la lucha de
clases no ha desaparecido, sino que reviste otras formas. El proletariado convertido en
clase dominante se encuentra con la oposición encarnizada de la burguesía, el Estado
proletario debe tomar necesariamente la forma de dictadura contra las clases que se
oponen a la construcción del socialismo.
La dictadura del proletariado tiene la misión de suprimir las relaciones capitalistas y
construir las relaciones socialistas.
En la primera fase se construye la base material y técnica que prepara el advenimiento de

114 Colección Salvat. Regímenes Políticos. Barcelona, Salvat Editores 1981 Págs. 50 - 57
115 Marx, Carlos. “Crítica al Programa de Gotha.” Citado por Ricardo Juárez. El Estado. Pág. 4

147
la segunda fase. La elevación de productividad del trabajo a niveles sin precedentes,
propiciar la producción de una gran cantidad y variedad de satisfactores; Esto, permitirá, a
su vez, ir satisfaciendo las necesidades sociales y las diferencias sociales irán
desapareciendo. En esa misma medida el Estado se irá extinguiendo, como una fuerza
organizada de opresión.
Esta etapa requiere el mayor desarrollo posible de las fuerzas productivas, y que siendo
más desarrollados todos los hombres en un mismo sentido tenderían a ser más iguales
entre sí y a tener necesidades similares.116
La expresión “el Estado se extingue” es muy apropiada pues señala el carácter gradual y
espontáneo del proceso. Sólo la fuerza de la costumbre puede ejercer y ejercerá esa
influencia, pues se puede observar con qué facilidad se habitúa la gente a guardar las
reglas de convivencia necesarias si no hay explotación, si no hay nada que indigne a la
gente y provoque protestas y sublevaciones, creando la necesidad de la explotación.117
La segunda fase o fase superior de la sociedad comunista es pues una sociedad donde
ya no existen las diferencias sociales, el desarrollo de las fuerzas productivas, de la
técnica, de la calificación de la mano de obra, permitirá que en un tiempo corto, se
produzca gran cantidad de bienes para la distribución y el consumo social; el resto del
tiempo se empleará para la formación cultural, científica, deportiva de los seres humanos.
Esta fase es todavía un planeamiento teórico y en cierto sentido, todavía es una utopía.

116 Flores P. Carlos A. Marco Teórico Metodológico. Guatemala, julio de 1998. S.N.T. Pág. 46
117 V. I. Lenin. Op. Cit Pág. 68

148
3. EL PODER

3.1 El problema teórico


Uno de los temas centrales de la ciencia política es el poder, ya que la mayoría de sus
definiciones giran el torno a este concepto. Sin embargo, limitado a la sociedad humana,
respecto al concepto de poder se tiene lo siguiente: a) se sostienen concepciones del
poder muy amplias; b) no todas las relaciones de poder son relaciones políticas
Se exponen a continuación algunas definiciones de poder que se consideran importantes y
de las cuales se puede extraer lo que tienen en común:
Harold Laswell: “ Poder: es el hecho de participar en la adopción de decisiones”. La
crítica a esta definición es verterse en una concepción voluntarista en el proceso de toma
de decisiones, desconociendo la eficacia de las estructuras y no poderse localizar
exactamente los centros efectivos en cuyo interior juega la distribución de poder.
Max Weber: “La probabilidad de que cierta orden de contenido específico sea obedecida
por determinado grupo”. “La probabilidad que tiene un hombre o una agrupación de
hombres, de imponer su propia voluntad, en una acción comunitaria, inclusive contra la
oposición de los demás miembros”. Esta definición está asociada a la problemática
weberiana de la legitimidad, o sea el modo según el cual las estructuras políticas son
aceptadas por los agentes de un sistema.
El fundamento primario de la legitimdad según Weber puede ser:
1) De carácter racional: descansa en la creencia en la legalidad de ordenaciones
estatuidas y de los derechos de mando de los llamados por esas ordenaciones a ejercer la
autoridad legal. 2) De carácter tradicional: descansa en la creencia cotidiana en las
tradiciones que rigieron desde lejanos tiempos y en la legitimidad de los señalados por esa
tradición para ejercer la autoridad. 3) De carácter carismático: que descansa en la entrega
a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona y a las ordenaciones por ella
creadas o reveladas Se obedece al caudillo carismáticamente calificado por razones de
confianza personal.118
Talcott Parsons: Poder; es “la capacidad de ejercer ciertas funciones en provecho del
sistema social considerado en su conjunto”. Esta es una definición funcionalista 119 La
estabilidad depende de la existencia de valores comunes.
J. L. Arangurén: “Poder como pura fuerza, ejercida directamente por coerción (desde el
aparato de Estado) o indirectamente por presión democrática abierta. (huelgas,
manifestaciones), mediante la acción encubierta reservadamente ejercida por los grupos

118 Facultad de Ciencias Económicas. USAC. Corrientes del Pensamiento Social. Mayo 1979 Págs. 78 y 79
119 Poulantzas Nicos. Poder Político y Clases Sociales en el Estado Capitalista. Traducción de Florentino M. Torner.
Colombia, Siglo XXI Editores S. A. 1982, Vigésima edición en español. Pág. 125
149
de presión, o bien poder como revestido de ascendiente, prestigio, glamour, es decir,
poder como autoridad. 120
G. Vedel: Poder; “fenómenos de mando en la sociedad”
De las anteriores definiciones se extraen dos elementos: 1) que las relaciones de poder
son relaciones entre personas, son relaciones sociales; 2) que en esa relación de poder,
una persona o grupo está en la capacidad de imponer su voluntad a otras.

3.2 Concepción objetiva de poder

Se dan a continuación dos definiciones dentro de la concepción marxista del poder:


Nicos Poulantzas: “La capacidad de una clase social para realizar sus intereses objetivos
específicos”121
Roger Bartra: “Poder es el dominio que ejercen las clases o las fracciones de clase sobre
los medios de producción, los medios de control social y en general sobre la
superestructura de la sociedad, con el objeto de asegurar los sistemas de explotación”.
Marx: “Propiamente hablando el poder político es la violencia organizada de una clase
para la opresión de otra.”.
Marta Harnecker: “El poder es la capacidad de utilizar el aparato de Estado para cumplir
los objetivos de la clase dominante”. 122
Se va a hacer referencia aquí a aquellas relaciones de poder que son relaciones políticas:
no todas las relaciones de poder dan lugar a una relación política. El poder tiene su
máxima expresión en el Estado y poder político es el que se ejerce desde el aparato de
Estado.
De acuerdo a Nicos Poulantzas, el concepto de poder se relaciona con el campo de las
prácticas de clase, tiene como marco de referencia la lucha de clases en una sociedad
divida en clases. Precisamente por ello, la capacidad de una de ellas para realizar por su
práctica sus intereses propios está en oposición con la capacidad - y los intereses- de
otras clases. Esto determina una relación de dominio y de subordinación. Por lo demás el
concepto de poder no puede aplicarse a las relaciones “interindividuales” o a las
relaciones cuya constitución se presenta, según las circunstancias determinadas,
independientemente de la lucha de clases; por ejemplo las relaciones de amistad,
relaciones de los socios de una agrupación deportiva, etc. Puede emplearse en su caso
el concepto de potencia: este concepto ha sido empleado sobre todo en la ciencia política
para indicar el elemento de fuerza, empleándose el concepto de poder en el caso de una
fuerza legitimada, es decir ejercida en el marco referencial de un mínimo de

120 Juárez Ricardo. El Poder. Contenido Mínimo para Catedráticos


121 Poulantzas Nicos. Op. Cit. Pág. 124.
122 Flores P. Carlos A. El Estado. Pág. 3
150
“consentimiento” por parte de aquellos sobre quienes se ejerce el poder. Por otra parte,
la capacidad de una clase para realizar sus intereses, cuya condición necesaria es la
organización de poder, depende de la capacidad de otras clases para realizar sus
intereses. El grado de poder efectivo de una clase depende directamente del grado de
poder de las otras clases, en el marco de la determinación de las prácticas de clase,
dentro de los límites señalados por las prácticas de las otras clases. 123
En general, el fundamento del poder hay que buscarlo en última instancia en la situación
económica de los grupos sociales, no es un mero acto de voluntad sino que exige ciertas
condiciones reales: la producción de instrumentos, producción de armas y ésta a su vez
está fundamentada en la producción en general. El instrumento de poder por excelencia
es el Estado, es el aparato de dominio de una clase sobre las demás.
Se pueden diferenciar diversas clases de poder: el poder económico que está
determinado por el control sobre los medios de producción. El poder ideológico que
significa el control de los aparatos ideológicos de la sociedad; y el poder político que se
ejerce a través del manejo de aparato de Estado. La clase que domina económicamente,
normalmente también domina políticamente y se dice que es la clase hegemónica. No
siempre la clase que domina económicamente domina políticamente y cuando se dan
esos períodos no existe una hegemonía de poder de una sola clase.

3.3 El poder del Estado. Aparato de Estado

El aparato de Estado está formado principalmente por los cuerpos políticos (ejército y
policía), la burocracia, los funcionarios. El aparato de Estado es la máquina misma del
Estado compuesta por las instituciones centralizadas, descentralizadas, autónomas y
semiautónomas del Estado.
El Estado no tiene poder en sí mismo, cuando se; habla de poder del Estado, se hace
referencia al poder que ejercen las clases a través del Estado. Las diversas instituciones
sociales y más particularmente el Estado, no tiene poder propiamente hablando. (Juárez
Ricardo). Las instituciones, no pueden sino ser referidas a las clases sociales que
detentan el poder.
Lenin hace una distinción entre poder del estado y aparato de estado. El aparato de
estado indica dos cosas: a) el lugar del Estado en el conjunto de las estructuras de una
formación económico social, en suma, las diversas funciones técnico - económica, política,
ideológica del Estado. b) el personal del Estado, los cuadros de la administración, de la
burocracia, del ejército, etc. Por poder del Estado, indica, la clase social o fracción de
clase que detenta el poder.124

123 Poulantzas Nicos. Op. Cit. Págs. 126 - 130.


124 Poulantzas, Nicos. Op. Cit. Pág. 142

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