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* Tomado de la edición original por la Coordinación del curso de Ciencia Política, con fines
exclusivamente didácticos y sin ánimo de lucro, para su desarrollo como parte de los temas del curso
referido, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Guatemala, junio de 2011.
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Contenido de la tercera parte
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La periodización 43
1 Etapa Antigua 45
1.1 Platón 46
1.2 Aristóteles 49
2 Etapa Medieval 51
2.1 El orden medieval 53
2.2 Teorías políticas 59
3 Etapa Moderna 62
3.1 Época de desintegración del Feudalismo en los siglos XXV y XVI 62
A. Hechos económicos y políticos más importantes 62
B. Teorías políticas 65
Nicolás de Maquiavelo 67
Juán Bodín 73
3.2 Época de las revoluciones burguesas de los siglos XVII y XVIII 78
A. Carlos Luis Montesquieu 78
B. El Materialismo Francés del siglo XVIII 84
4. Etapa Contemporánea 87
4.1 Evolución del capitalismo hasta mediados del siglo XIX 87
A. Augusto Comte 88
B. Alexis de Tocqueville 98
4.2 Nacimiento del Marxismo (sus fuentes y sus aportes) 100
A. La Filosofía Clásica Alemana 102
B. La Economía Política Clásica Inglesa 111
C. El Socialismo Utópico Francés 114
D. Aporte de Marx al desarrollo de la Ciencia Politica 117
4.3 El Leninismo 119
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La periodización
Maurice Duverger divide el desarrollo histórico de la ciencia política en dos períodos: la
prehistoria y la historia de la Ciencia Política. La primera, según él, se extiende desde
los orígenes de la humanidad hasta final del siglo XIX y calificarla de prehistoria no es
un juicio de valor, porque, aunque algunas de sus obras son de primer orden, no se
estudiaba objetivamente el poder, los problemas políticos “eran” estudiados desde el
punto de vista moral (se trata de justificar una forma de poder, considerada “buena” y
vilipendiar otra, considerada “mala”) y sólo algunos hombres excepcionales, según él,
descartan el método deductivo, que partía de juicios a priori, para inclinarse por la
observación de los hechos. Aristóteles, Maquiavelo, Bodín y Montesquieu son para
Duverger los cuatro grandes de la prehistoria y entre los autores que hacen salir a la
Ciencia Política de su prehistoria están Augusto Comte, Alexis de Tocqueville y K. Marx.
Debemos indicar que no consideramos que el pensamiento político se inicie desde los
orígenes de la humanidad, porque tal pensamiento lo consideramos relativo al poder de
clase y que, en consecuencia, nazca en el planeta, en forma desigual, con el proceso
de formación de las clases (y del Estado). En relación a este criterio, consideramos que
distintas formas de poder existentes en la vida social precedieron a su forma política y
debemos reconocer que durante la etapa antigua, en Europa Occidental, el objeto
principal de nuestro análisis, no sólo se realizaba el esclavismo (sino también, como
hasta la fecha, resabios inevitables de la comunidad primitiva, del modo de producción
germano y del asiático), pero, a pesar de que tratamos el estudio del desarrollo histórico
de la ciencia política, la periodización adoptada comprende, en realidad, una historia
que es muy reciente de la humanidad y que periodiza sobre todo, la historia de la
civilización, existente a partir del aparecimiento de la escritura, dentro de la tecnología
de producción de los procesos mentales, aunque ello, desde luego, no imposibilita su
análisis científico, con fundamento en el conocimiento de la realidad económico –
social.
b) Generalmente son muy extensos los tratados sobre la historia de las ideas
políticas que deben consultarse y es muy extensa la producción de cada autor en
la historia del pensamiento político y generalmente referido a la propia realidad
política del autor.
Para recorrer la obra teórica de la humanidad en materia política, sin embargo, no nos
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encontramos ante una utopía y a pesar del gran esfuerzo que implica su análisis y que
generalmente comprende varios años, los tratados de teorías políticas y de historia de
las ideas políticas simplifican en mucho el problema y para lo cual es necesario adecuar
el método de la abstracción, del análisis crítico y de la observación, de tal manera que
podamos cotejar sus coincidencias y desacuerdos, formulados en sus generalizaciones.
1. ETAPA ANTIGUA
Nuestro objetivo de estudio de la etapa antigua se limita a la Grecia antigua, pues bajo
el influjo del medio oriente y del norte del África, los orígenes de la ciencia moderna y
de nuestra cultura occidental se encuentran en ella, debido a que militarmente fue
conquistada por Roma, pero la vencedora es conquistada culturalmente por la vencida
y ello dará origen a la cultura del imperio romano, por medio del cual se uniforma la
cultura occidental, a través del alfabeto latino.
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1.1 Platón (427-347 A.C.)
Platón era un ideólogo de la nobleza esclavista griega: del lado de su padre descendía
del rey Kodros y su madre descendía de la familia del rey Solón.
Sus obras mas famosas de teoría política son “La República” y ~'Las leyes” y varios
autores lo consideran el máximo representante del idealismo objetivo de la antigüedad.
El idealismo objetivo de Platón consiste en que, según él, existen dos mundos: el
mundo terrenal de las cosas sensibles que perciben nuestros sentidos y el mundo de
las ideas. Así, para Platón las cosas sensibles del mundo terrenal que perciben
nuestros sentidos no tienen realidad auténtica, sine solo son un pálido reflejo del mundo
real, del mundo de las ideas.
Por lo tanto, una de las causas del idealismo objetivo de Platón consiste en que para él
la realidad y, sobre todo, la realidad social que debe existir y que concibe en su
pensamiento no corresponde al mundo terrenal de las cosas sensibles que perciben
nuestros sentidos, de lo cual dedujo que el mundo terrenal solo es un pálido reflejo del
mundo de las ideas.
En su teoría política, Platón es un moralista, que se preocupa que la política, tenga por
objetivo alcanzar el mejor gobierno posible, así:
a) Según él, el objetivo de su teoría política es la justicia, el bien general, o sea, como
afirma Catlin, “eticiza su política” y coloca a la ciencia política en una senda
enteramente moralista que dura dos mil años (aunque, en realidad, abarca y trasciende
al propio Maquiavelo).
b) Para ello, busca una organización de la sociedad que sea un acercamiento del
mundo terrenal al mundo de las ideas. O sea, para él, “la política debe ser la
organización mundana de una verdad ultramundana”, como afirma U. Cerroni.
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c) Por lo cual es partidario de la sofocracia y concibe la política como sapiencia, o sea,
los sabios deben hacerse reyes y los reyes hacerse sabios.
Sin embargo, en “Las-leyes”, que según Platón es una obra destinada a poner en
práctica su proyecto descrito en “La República”, abandona en lo esencial la sofocracia,
que el mismo considera digna de ser alcanzada, pero inalcanzable, debido a su
perfección y reconoce que estaría ideado mas bien para dioses o hijos de dioses, que
para seres del mundo terrenal, o sea, imperfecto.
Platón Alega a descubrir que su imagen de un Estado en que todos cumplen sus
deberes o funciones para lograr el bienestar general tiene un carácter utópico y solo
constituye un objetivo social, pero esta imagen es el resultado de su enfoque filosófico,
en el cual los sabios son quienes mas recuerdan el mundo de las ideas y en tanto en
ese mundo la idea suprema es el bien y forma parte de la naturaleza de Dios. A pesar
de ello, esta teoría desarrollada en “La República” no logra en “Las leyes” humanizar la
obra de Dios en la tierra, mediante la condena de la esclavitud. Por el contrario, deja
definitivamente caracterizado el mundo terrenal como imperfecto y que constituye una
noción que todavía reproduce el pensamiento religioso y que a no dudar tiene influjo
platónico por el desarrollo y discusión del neo platonismo, durante la formación del
pensamiento cristiano como ideología dominante.
En todo caso, con la evolución del idealismo objetivo, “La Biblia” y el pensamiento
religioso han sido objeto de múltiples interpretaciones y han dado lugar a muchas
sectas. Más de 3000 se encuentran autorizadas actualmente en la República de
México, de tal forma que con esta diversidad de pensamientos resulta muy difícil el
conocimiento de la realidad social y lograr la construcción de una mayor felicidad
terrenal, principalmente cuando se sigue prescribiendo el sufrimiento terrenal como
castigo y como derecho a la felicidad eterna y se reproduce un sin fin de intransigencias
innecesarias, en todas las direcciones políticas, aun cuando no se debe negar ni se
puede evitar la lucha de los seres humanos para superar sus problemas.
Sus obras más famosas de teoría política son “La Política” y “La Constitución de los
atenienses”.
c) Es decir, para Duverger, Platón observa poco los hechos y define la imagen del
buen Gobierno mediante reflexión interior (usando el método de la abstracción),
mientras Aristóteles lo busca empleando el método experimental, a través de la
observación de todas las formas de Estado que le fue posible examinar según
Aristóteles, debe estudiarse cada pueblo para determinar la forma de Gobierno que le
corresponde, pero concluye en que los pobres son por todas partes la inmensa
mayoría, que la verdadera diferencia entre oligarquía y democracia consiste en que la
primera es el gobierno de los ricos y la segunda es el gobierno de los pobres, de tal
manera que la mejor sería la forma de Estado que logre el predominio de la clase
media, entre hombres libres, y, como Platón, excluye del derecho a voto y a la
constitución del Estado a campesinos, artesanos y comerciantes con lo cual también
concluye en otro Estado ideal e intermedio).
En su obra “Breve Historia del Pensamiento Antiguo”, Rodolfo Mondolfo sostiene que
Aristóteles esboza los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial).
Desafortunadamente su indicación carece de referencia al pensamiento de
Montesquieu y no precisa si se trata de una propuesta política o de una observación de
Aristóteles. En todo caso, ello nos indica que el problema de los tres poderes es
connatural a la organización de todo Estado y de atención indispensable para el
perfeccionamiento de la administración pública.
2. ETAPA MEDIEVAL
Marx, en sus análisis, se ocupa, desde luego, de esta realidad y llega, a calificar de
germana a la etapa medieval y, en consecuencia, hace referencia a un tipo o modo de
vida germano, que considera derivado de la Comunidad primitiva, mediante un análisis
que ciertamente resulta poco claro, pero que no había depurado para destinarlo a la
publicación (“Formaciones económicas precapitalistas”), aunque fundamental para el
estudio de la etapa medieval, principalmente para superar el problema de que se han
argüido dificultades de conocimiento acerca del origen, desarrollo y operación del
feudalismo en esta etapa.
La causa más importante del ascenso del cristianismo a ideología dominante en Europa
Occidental fue su conversión en doctrina oficial del imperio esclavista romano, pues
predicaba, entre otros hechos, que había que “dar al César lo que es del César y a Dios
lo que es de Dios”, o sea, que debían pagarse los impuestos al César y las
contribuciones a la iglesia, Era una forma de no morir en la oposición, pero había
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predicado la igualdad entre los hombres como creaciones de Dios y en este sentido fue
revolucionario y residió su origen en la clase y capa de los pobres libres y que, como
consecuencia del dominio político de los esclavistas, se convierte en ideología de la
clase dominante, porque en el mundo terreno no proponía más que de una forma
puramente moral y voluntaria la eliminación del esclavismo y prescribía varias formas
de sumisión hacia los esclavistas.
Otra de las causas de la aceptación del cristianismo en el mundo romano fue el hecho
que el monoteísmo se encontraba consolidado de manera muy desarrollada, desde las
doctrinas de Platón y Aristóteles y que el monoteísmo fue la evolución inevitable del
politeísmo griego, que llegó a reconocer en Zeus al padre de los dioses. Asimismo, no
debemos dejar de tener en cuenta que el monoteísmo fue la solución lógica de la falta
de comprobación práctica de la existencia física de los dioses y que desde la
antigüedad se convierte en una solución sencilla de explicación, dominación y
ordenamiento de la vida social para adoptar normas adecuadas y necesarias para la
convivencia humana (los diez mandamientos de Moisés), pero el costo de ello fue el
dogmatismo oficial.
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a) Propiedad del señor feudal sobre la tierra.
b) Los campesinos poseen tierra en usufructo, a cambio del pago de la renta feudal.
c) Propiedad parcial del señor feudal sobre los campesinos siervos.
d) Predomina la economía natural y la coerción extraeconómica obliga a los
campesinos siervos a trabajar para la clase dominante.
e) Mediante el vasallaje el cristianismo adopta una forma de organización social muy
opresiva y violenta.
La prueba de que los señores feudales eran los propietarios de la tierra reside en la
obligación de los campesinos de pagar la renta feudal a cambio del usufructo de la
tierra.
El campesino para tener derecho a la tierra no sólo pagaba una renta a su amo sino
incluso también contribuciones a la iglesia e impuestos al rey. Desde luego, el siervo ya
no es un esclavo, o sea, no pertenecía al señor feudal, ni era considerado un
instrumento que habla, pero carecía de toda clase de derechos y de manera inevitable,
como clase, estaba adscrito a la tierra, que al ser vendida o transferida, se adquiría
incluyendo a los siervos que la trabajaban. Por esta dependencia hacia la tierra se ha
considerado que existía una propiedad parcial del señor feudal sobre los campesinos
siervos, pero que no es un rasgo esencial para la existencia del feudalismo, tanto
dentro como fuera de Europa, no obstante la forma descubierta tan importante que
adquirió en ella.
c) Podía suceder que la tierra dada a un siervo por un señor feudal, a su vez
provenía de un conde, que a su turno la recibía de un duque, quien podía
haberla recibido de un rey, pero a veces se iba más lejos, pues un rey la había
recibido de otro rey.
En ambas causas, el papel más dinámico y efectivo fue de las clases dominantes (de la
clase dominante de origen esclavista o imperial y de la nobleza teocrático-militar,
germana o bárbara). La primera consiste en la descomposición del esclavismo de
origen imperial y realizada en forma feudal por la clase esclavista, mediante el colonato
y la liberación de esclavos a que condujeron las crisis del imperio romano de occidente
y que ante su destrucción se realizó con el visto bueno y promoción de los padres de la
iglesia.
Sin embargo, hasta donde sabemos, .Marx .subestima la descomposición del modo de
producción germano hacia el feudalismo, por intermedio del modo de producción
asiático, y no directamente hacia él, pero la desintegración de tal modo de producción,
desde nuestro punto de vista, consistiría en el desarrollo de la tributación para la guerra
(y defensa) y en la conversión y/o adopción de los tributos como obligación fiscal para
tener derecho al uso de la tierra, o sea, para tener derecho a vivir en la comunidad.
Hasta aquí tenemos un modo de producción asiático o tributario, mediante propiedad
comunal, tributación privada o familiar y uso privado o familiar de la tierra, en propiedad
del Estado y representante de esa propiedad comunal o social, con su propia nobleza
teocrático militar, pero no propietaria de la tierra ni de manera privada ni de manera
colectiva, sino la tierra sería un derecho de la función estatal, por su conducción de la
comunidad al lugar de producción y de reproducción de la vida social.
Las teorías teocráticas son aquellas teorías destinadas a justificar el poder ideológico,
económico y político de la Iglesia Católica e, inclusive, sus pretensiones por ejercer una
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dominación económica y política a nivel mundial. Las cruzadas constituyen al respecto,
una manifestación de su dominación en la sociedad y de sus pretensiones de
dominación mundial. Son varias las teorías teocráticas. Entre ellas se consideran a la
“teoría del sol y la luna” y la “teoría de las dos espadas”, pero en realidad comprenden a
todo el movimiento cristiano, o sea, a las doctrina de los padres de la iglesia y a las
tendencias de la escolástica, entre las cuales debemos ubicar en gran proporción a las
teorías de los señores feudales seculares que también llegaron a alcanzar el calificativo
de herejías. Estas últimas también tienen en general, un carácter teocrático, en la
medida en que reconocen el poder de Dios sobre el universo.
Todo ello fue en gran medida una manifestación del poder económico y político que
llegó a alcanzar la Iglesia Católica, gracias a su poder espiritual y a que gracias a
contribuciones, indulgencias y donaciones de tierras llegó a convertirse en el mayor de
los terratenientes feudales. Así, algunos analistas consideran que llegó a poseer las
tres cuartas partes cultivables del mundo católico.
Las herejías son teorías y prácticas que se oponían a los privilegios de la Iglesia
Católica y a las injusticias de los señores feudales. Como teorías frecuentemente eran
de carácter religioso y llegaban a proponer que la Iglesia abandonara el lujo, la violencia
y la opulencia, que re tornara al pasado, cuando era humilde y apegada al pensamiento
cristiano y hasta llegaron a considerar que el Papa no era el representante de Dios en
la tierra, sino de Satanás. Como prácticas, se conocen las herejías de valdenses,
cataros, albingenses, Arnaldo de Brescia, Juan Ball, Fradolcino, etc., y adoptaban la
forma de rebeliones, negación a pagar rentas feudales, a aceptar ritos de la Iglesia
Católica, a aceptar el feudalismo, etc.
Con el desarrollo del poder económico y político de la Iglesia, así como del feudalismo,
aparecen las teorías de los señores feudales seculares, realizando una severa crítica a
las teorías teocráticas; aspirando a liberarse de la tutela de la Iglesia Católica y con
ellas se entabla una aguda lucha ideológica por el poder estatal y aparece en la Edad
Media Europea la tendencia a considerar como objeto de estudio el fenómeno del
poder.
Entre las teorías políticas de los feudales seculares destaca la de Dante Alighieri y,
sobre todo, la de Marcelo de Padúa, rector de la Universidad de París, quien clasifica
las leyes en jurídicas y religiosas, pero ante el interés del Papado de gobernar al
mundo, sostiene que el evangelio no es una ley sino una enseñanza y que en materia
de fe no debe haber coacción, o sea, su argumentación sigue teniendo un carácter
religioso, pero indudablemente llegó a tener un carácter herético, por denunciar el poder
anti – cristiano de la Iglesia Católica, y constituye un antecedente del futuro desarrollo
del movimiento protestante en Europa, durante el Renacimiento.
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Con la desintegración del feudalismo, intensificada a fines de la etapa medieval, sobre
todo con el desarrollo de las relaciones capitalistas de producción, se desarrolló una
oposición a la doctrina de la Iglesia Católica, es decir, los ideólogos de estas nuevas
relaciones tienden a apartarse en mayor o menor grado de la concepción religiosa del
mundo y llegan a sustentar concepciones materialistas, que de manera inmediata se
presentarán en forma mas desarrollada en el primer período de la etapa moderna, pero
empezaron a constituirse en la edad media, a partir de las doctrinas de los señores
feudales seculares y, entre las cuales, es de gran importancia el nominalismo.
El materialismo del referido nominalismo medieval reside en reconocer que las ideas
que poseemos acerca de los objetos no son mas que nombres de las cosas concretes y
particulares y que lo real solo son objetos individuales, por lo cual declaraban que “las
cosas existen antes de la ideas generales” y “las ideas generales no son mas que
nombres”
En conclusión, la sociedad dividida en clases sociales nos presenta una forma muy
dinámica de vida, al tener conciencia de sus cambios y porque se reprodujo sobre la
base inicial de un elevado desarrollo de las fuerzas productivas y agregó al hombre
como instrumento de progreso, pero así lo privó en gran medida de bienestar y de
realizar su propio progreso.
3. ETAPA MODERNA
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b) En forma similar a la anterior debe considerarse la actividad de comerciantes
acumulando capital, pero esta es mas representativa aun del modo de
producción capitalista, porque en lugar de la fórmula D - D' se eleva a la fórmula
D - M - D' y señala, inclusive, que las formas asalariadas de producción de
bienes y/o servicios en realidad son muy antiguas.
Sin embargo, cuando se sintió imposibilitada de realizar una conquista amplia del poder
político, sus ideólogos se declararon partidarios de la monarquía feudal absoluta, que
es una forma de Estado feudal, representada por la frase de Luis XIV: “El Estado soy
yo”. Es decir, se trata de una forma de Estado feudal, a la cabeza del cual se
encuentra un rey muy poderoso (en lo económico y en lo político), con la misión de
cumplir en lo político la función de dar unidad y orden a los mercados nacionales o
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países, caracterizados, sin embargo, todavía por el fraccionamiento feudal.
B. Teorías políticas
Autor italiano, nacido en Florencia, cuyas obras mas famosas de teoría política son
“Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio” y “El Príncipe”, que le dio fama
universal, tal que en su teoría política se tiene que:
c) Observa, por lo tanto, la política y su efectividad, como un arte, como una técnica,
aun cuando tengan un carácter inmoral.
d) Aun cuando la idea de que “el fin justifica los medios” se convierte en Maquiavelo en
un juicio de naturaleza moral, su moralidad radica en ser partidario del Estado Nacional
Centralizado, al menos por medio de la monarquía feudal absoluta para pasar a una
forma republicana y democrática de Gobierno.
En las condiciones del Renacimiento y como una parte muy importante de su impulso, a
través del pensamiento italiano, la doctrina de Maquiavelo tiene como causa importante
el haber sido educado desde su infancia y el haber desempeñado cargos estatales
desde muy joven, donde se elevó a puestos muy importantes y entró en contacto de
manera directa con la vida política de Italia.
Todo ello fue posible, además, porque descendía de una familia de nobles
empobrecidos y, apropiándose con trabajo propio de la cultura más avanzada de su
época, cultivó la literatura y el estudio de la política, del arte militar y de las relaciones
internacionales.
Por sus obras de teoría política debe ser considerado un historiador y uno de los
pensadores más importantes del Renacimiento. Más analizada y comentada, a pesar
de todo, “El Príncipe” debe ser considerada su obra principal, pues a pesar de una
aparente contradicción entre concepciones monarquistas en ella y concepciones
democráticas en sus “Discursos”, según George H. Sabine, en su “Historia de la Teoría
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Política”, quien ha leído los “Discursos“, no se extraña de lo que Maquiavelo dice en “El
Príncipe”, o sea, subyace en ella el objetivo de Maquiavelo de lograr la unidad italiana,
fraccionada en distintos estados y, como consecuencia de ello, a pesar de su progreso
económico, en las ciencias y en las artes, era un país débil, lleno de conflictos y
amenazado por la disputa de Francia y España. Así, Maquiavelo se muestra en “El
Príncipe” como partidario de monarquía la feudal absoluta, a fin de lograr la unidad
italiana y ulteriormente establecer la república.
Por sus análisis históricos (uso del método histórico) ha sido considerado el creador del
método comparativo histórico, pero más bien hay que negar esta apreciación, por el
esfuerzo realizado por los antiguos griegos y romanos en esta materia. Sin embargo,
Duverger le otorga un gran mérito y sería para él un precursor del positivismo, al
desligar el estudio de la política de las preocupaciones morales. Aunque no se desliga
de manera absoluta de tales preocupaciones morales, le corresponde el mérito
asignado por Duverger, en tanto trató de ser objetivo en sus análisis, pero el tocar los
terrenos de la historia y de la psicología humana, le permite especular acerca de le
naturaleza humana y decir que las pasiones humanas son siempre las mismas
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(egoísmo, envidia, hipocresía, etc.) y sostener que el hombre es malo por naturaleza y
se corrompe con facilidad, de tal manera que en su teoría (“maquiavélica”), disculpa a
Rómulo de haber asesinado a su hermano Remo, por el bien de Italia.
Asimismo, en el terreno histórico, sus análisis no dejan de tener influjo del pensamiento
político precedente y, en este sentido, considera que la monarquía degenera en tiranía
y, por ello, da origen a la aristocracia, que a su vez degenera en oligarquía y, por ello,
da origen a la democracia, que degenera en oclocracia y, por ello, da origen a la
monarquía. Así, para Maquiavelo seis formas de Gobierno (tres sanas y tres
degeneradas) se suceden una a la otra y se repiten en un ciclo político que caracteriza
a la historia humana.
Por lo tanto, hay en la teoría de Maquiavelo dos teorías, una “maquiavélica” y otra
humanista, en la que subordina la primera a la segunda, para el “juicio” de su moralidad
política y para reconocer que no existen contradicciones fundamentales entre “El
Príncipe” y sus “Discursos”.
Sobre todo por las condiciones sociales de su época, debe reconocerse que aunque no
es un pensador materialista, sus creencias religiosas (y que llegaron a ser anti-
cristianas) no afectan el hecho que trató evidentemente de elaborar su teoría de la
forma más objetiva posible.
Para tratar de precisar en forma concreta el contexto social en que se realiza la obra de
Maquiavelo, George H. Sabine llega a citar a Aristóteles: “Cuando el hombre se aparta
de la ley y la justicia es el peor de los animales”. Para George H. Sabine “Los escritos
políticos de Maquiavelo pertenecen mas bien a la literatura diplomática”. No debe
subapreciarse esta opinión, pues Maquiavelo llegó a desempeñar funciones
diplomáticas en su actividad estatal, pensaba al escribir “El Príncipe” recuperar su cargo
público y había observado que en materia de relaciones internacionales se tiene una
jungla en la que todo está permitido y el único problema consiste en dosificar la fuerza y
la astucia en favor del Gobernante. O sea, el flujo de esta situación en su obra es
evidente, pero las consideraciones teóricas de Maquiavelo abarcan no solo a la política
exterior sino también a la política interior y, en todo caso, como indica George H.
Sabine, “nunca dudó que la corrupción moral de un pueblo hace imposible el buen
gobierno”.
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Para Jean Touchard, Maquiavelo hace poca referencia a asuntos económicos en sus
obras, pero Maquiavelo observa un egoísmo universal, o sea, para él todos los hombres
aspiran a conservar lo que tienen y adquirir mas, el gobernante debe abstenerse de
tocar la propiedad y mujeres de sus súbditos y, al final de “El Príncipe”, podemos
encontrar aspectos de lo que hoy se conoce con el nombre de “liberalismo económico”
y que se encuentra congruente con su observación de egoísmo universal y con los
ideales de la naciente burguesía, a la cual representa en su teoría, a pesar de la
tolerancia hacia la propiedad feudal, en tanto en sus obras muestra odio hacia la
nobleza feudal (secular y eclesiástica).
Aun cuando las ideas no las haya dicho Maquiavelo con las mismas palabras,
controversial o no, mucho de lo que se ha dicho acerca de él es verdadero en menor o
mayor medida, en tanto vivió en una época de transición del feudalismo al capitalismo.
Por ejemplo, considerando que si el gobernante logra conservar su vida y su Estado, la
idea de que “el fin justifica los medios” fue escrita por Maquiavelo de la siguiente forma:
“todos los medios que haya aplicado serán juzgados honorables”. Para precisar este
aspecto relativo al análisis de Nicolás Maquiavelo, reproducimos la siguiente
apreciación de George H. Sabine:
En un “juicio final” acerca de Maquiavelo, George H. Sabine, dice: “Una filosofía que
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atribuye principalmente los éxitos y fracasos de la política a la astucia o la ineptitud de
los estadistas tiene que ser forzosamente superficial”. Ello es, desde luego,
absolutamente cierto, pero la ciencia y la vida social no habían avanzado lo suficiente
para realizar un análisis que el mismo George H, Sabine no puede res8olver de manera
completa desde la época actual, en que aun se reproduce el pensamiento de
Maquiavelo y la política observada y recomendada por él, aparte de que lo mencionado
por Maquiavelo es un factor causal, con validez, al menos transitoria, en la vida social y
política de los países. Por lo tanto, un juicio final acerca de la obra de Maquiavelo
reside en que desarrolla la teoría política hacia la ciencia mediante un método objetivo,
a pesar de la necesidad de atender y desatender asuntos morales y religiosos.
Sin embargo, entre los últimos juicios “reflexivos” de un autor muy consciente de la
“Historia de la Teoría Política”, como George H. Sabine, conviene tener en cuenta su
siguiente apreciación:
“En todo caso, es indudable que Maquiavelo no representa el estado del pensamiento
europeo a comienzos del siglo XVI, salvo en un puñado de italianos desilusionados.
Escribió sus dos libros dentro de los diez años siguientes al día en que Martín Lutero
clavó sus tesis a la puerta de la Iglesia de Wittenberg, y la reforma protestante tuvo
como resultado mezclar a la política y al pensamiento político con la religión en forma
mucho más completa de lo que antes había estado durante la mayor parte de la Edad
Media. La indiferencia de Maquiavelo por la verdad o la falsedad de la religión, acabó
por ser una característica común del pensamiento moderno, pero no lo fue del
pensamiento de los siglos posteriores al florentino. En este sentido su filosofía fue
estrechamente local y temporal”.
Con su análisis, George H, Sabine, demuestra ser bueno para describir la teoría de
Maquiavelo, pero no para criticarla y su mayor defecto es considerar estrecha la época
y la república de Maquiavelo, tan solo por el gusto de la crítica, debido a lo cual resultó
oportuna la cita que Jean Touchard realiza del filósofo inglés Francis Bacon (1561-
1626), para el análisis.
La vida le impidió ser ateo y materialista, pero la respuesta empirista a las exigencias de
George H. Sabine sobre Maquiavelo sería para Comte que es imposible probar
empíricamente el carácter divino o no del origen del universo, es decir, que éste no es
un problema científico, pero Comte no es Maquiavelo ni Maquiavelo es Comte, porque
ambos son representativos de su época y con el mérito de que su doctrina aún se
reproduce actualmente.
Por el momento y hasta la fecha, con el propio mundo de países socialistas, la realidad
política nos enseña que la distinción de Platón, entre un Estado ideal y un Estado
“necesario” sigue siendo una tarea de análisis político imprescindible y que la lucha por
alcanzar ese Estado ideal tiene costos sociales muy elevados, pero se consolida
progresivamente y con altibajos o sea, estamos lejos de la muerte y del canibalismo de
la comunidad primitiva y del esclavismo clásico, pero todavía la lucha de clases con sus
propias formas de violencia económica, política e ideológica caracteriza a la vida social
y el mismo obrero, intelectual o no, sigue siendo un instrumento que habla y tortura a
su propia clase.
Pensador francés, cuya obra más importante es “Los Seis Libros de la República” y en
su teoría política se tiene que:
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a) La soberanía es un poder libre de sujeción a las leyes, ejercido sobre los
ciudadanos y los súbditos.
b) Nos descubre así la naturaleza del ejercicio del poder y, para él, un soberano
solo está sujeto a las leyes divinas, a las leyes naturales y a varias leyes
humanas, comunes a todos los pueblos.
d) Para elaborar su teoría Política, formula una teoría sobre los climas.
El juicio más importante de Pokrovski y otros autores soviéticos sobre Bodín reside en
que como defensor de la propiedad privada constituye un ideólogo de la burguesía
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francesa en formación, que por temor a las rebeliones populares y a las luchas internas
de carácter religioso y político se inclina por la monarquía absoluta. El juicio es
absolutamente exacto, pero debido al carácter feudal de esta monarquía y por la
posición ideológica de Bodín frente al conflicto social (la permisividad del catolicismo
por un protestante) el balance político de su obra se realiza más a favor del feudalismo
que del capitalismo, no solo por las condiciones socio – históricas determinantes, sino
por el mismo rol político del autor, de tal manera que este también constituye un juicio
válido para Nicolás Maquiavelo.
Para Jean Touchard, compatriota de Bodín, se trata de un autor difícil de leer, no solo
por su falta de arte, sino también por su confusión teórica, caracterizado porque define
y razona abstractamente como jurista, pero
en su relato de la historia abandona la deducción y emplea la inducción, por lo cual el
uso de estos dos métodos caracteriza su análisis.
Montesquieu reproducirá mas tarde esta forma de análisis en gran medida pero
mientras tanto Bodín llega a realizar elaboraciones teóricas fundamentales. Según él,
cuando los soberanos prescriben actos contrarios a la ley natural, la desobediencia se
convierte en lícita, aunque la rebelión esté prohibida y, aunque Bodín no explica que
descubre la existencia de la ley natural, razona que es preferible “la mas fuerte tiranía”
a la anarquía.
Por lo tanto, a pesar de su cristianismo, nos reproduce la teoría maquiavélica del autor
de “El Príncipe”.
Por lo tanto, Bodín no sólo nos adelanta una “visión” de su estado “ideal” y, sobre todo,
una teoría aproximada de la soberanía, sino también de la legitimidad y cuando a través
de la deducción realiza los mayores niveles de abstracción en su teoría, logra una
descripción de la sociedad feudal, en la que se generalizan sus observaciones.
Desde luego, ello no implica que desde nuestra época no podamos llegar a considerar
75
como “legítima” a toda forma de poder, pero con el “reconocimiento” de leyes naturales
encamina a la teoría política por una senda humanista. Sin embargo, al atender
abstractamente que los soberanos sólo están sujetos a las leyes de Dios, a las leyes
naturales y a varias leyes humanas, comunes a todos los pueblos, su cristianismo
calvinista le ocasiona dificultades para distinguirlas y pareciera ver en la normatividad
jurídica la existencia de las tres, o sea, pareciera apreciar a las leyes naturales como
manifestación de las leyes de Dios y a las leyes comunes de los pueblos como
expresión de tales leyes naturales. Si este fuera el fondo de su pensamiento, como
diría Jean Touchard, “lo hizo muy mal”. Es decir, si una sociedad, por ejemplo, niega el
alimento o la propiedad privada a los hombres, no solo transgrede una ley de la
naturaleza, “creada por Dios”, e incumple la ley “divina” de amar a los semejantes, sino
también normas de vida que deben ser comunes a todos los pueblos, conforme al
pensamiento cristiano y a su forma humanista inicial.
Con este análisis y, sobre todo, en una monarquía absoluta, prácticamente todas la
normas jurídicas tendrían un origen divino, ya en forma de consentimiento o
prescripción del monarca, siempre que al menos no transgredieran las leyes de Dios,
pero en su teoría no solo trasluce el conflicto entre católicos y protestantes y la
formación del moderno Estado capitalista, sino, como observa Jean Touchard, a pesar
del horror que siente por el autor de “El Príncipe”, comparte con él la percepción de la
necesidad de secularización y nacionalización del Estado.
Sin embargo, cabe reparar a Jean Touchard y a George H. Sabine que ni siquiera
Maquiavelo logró alejarse de manera absoluta del partidismo religioso. Este fenómeno
sólo ocurrirá hasta el aparecimiento del marxismo, pues no lo alcanzan ni siquiera las
formas más desarrolladas de materialismo premarxista y el idealismo subjetivo en estas
formas de materialismo burgués y en otras tendencias de pensamiento fue una
enseñanza del idealismo objetivo. O sea, a pesar de todo, Bodín no logra sacar
76
demasiado a la teoría y práctica política del pensamiento religioso.
A pesar que la teoría de Bodín que se origina directamente de la aplicación del método
de la observación, sin mayor reelaboración propia, adolece de defectos, si se quiere
muchos, tratando de determinar las causes de los fenómenos sociales elaboró una
teoría sobre los climas, en la que trata de demostrar su influencia sobre el carácter y
ocupaciones de los hombres.
Así, para Bodín, el clima del norte aumenta la valentía e impulsa la formación de
destacamentos militares; el clima del sur facilita la actividad intelectual y el florecimiento
de las ciencias; el clima del centro, que considera un promedio de los dos extremos, por
ello, según él, desarrolle políticos y oradores.
Su teoría sobre los climas es evidentemente falsa, pero con ello no aprecia la vida
humana solo como una auto evolución del espíritu y con ello es uno de los primeros
autores que tratan de descubrir la naturaleza del determinismo geográfico, lo cual
constituye un doble mérito. Mas existe otro doble mérito, porque existe influencia del
clima en la vida social y porque Bodín no considera que sea el único determinante de la
vida social y propone que el sistema – jurídico se adecué a las condiciones geográficas.
Bodín es uno de los primeros pensadores que con base a la observación histórica
presentan al Estado y, más exactamente, a la sociedad como comunidad jurídica y
política, pues siguiendo a Aristóteles, descubre el origen del “Estado” en la reunión de
familias, en que la ley es el mandato del soberano, o sea, el rey, la aristocracia o el
pueblo. Así, al considerar las formas del Estado no atiende al mecanismo
administrativo de Gobierno, sino al ente social que este mecanismo representa, lo cual
constituye un progreso respecto a la teoría de Maquiavelo y una anticipación histórica
del marxismo, correspondiente a su teoría del Estado.
Mas de sus observaciones saca otra anticipación histórica del marxismo, o sea, que los
pueblos modernos son superiores a los antiguos por su progreso técnico.
Con las observaciones anteriores es evidente que Bodín aporta a la teoría política un
desarrollo del método de la observación, que tiene como causa el hecho que cuenta
con mas elementos que Maquiavelo, o sea, no se limita la historia de Italia y a la historia
de la antigüedad clásica, sino procura consultar todas las historias, multiplicar las
observaciones y, ante el conflicto hacerlas con objetividad y si tiene menos genio que
Maquiavelo, lo compensa con mas ciencia y, por ello, nos dejó una teoría sobre la
soberanía que tiene plena validez hasta nuestros días.
77
3.2 Época de las revoluciones burguesas en los siglos XVII Y XVIII
c) Sin embargo, no deja de emplear el razonamiento abstracto y considera que una ley
natural impulsa al hombre a buscar sus alimentos y su debilidad lo impulsa a vivir en
sociedad. Así, explica por medio de leyes, que considera naturales, el aparecimiento
de la sociedad humana y descubre relaciones causales, pero su teorización sobre
tales leyes es muy limitada y contradictoria, aunque conduce con facilidad a la
caracterización de la naturaleza de las leyes objetivas: “Toda diversidad es
uniformidad y todo cambio es constancia”; “El hombre en cuanto a ser físico está
gobernado por leyes invariables”· “en cuanto a ser inteligente, quebranta sin cesar
las leyes fijadas por Dios y cambia las que él mismo establece”.
78
d) Siguiendo en su razonamiento abstracto, según Montesquieu, a partir de que los
hombres pierden su sentimiento de debilidad, concluye su igualdad y empieza el
estado de guerra, que engendra a las leyes humanas y el hombre cae en sumisión a
reglas que son su propia obra. Con este razonamiento abstracto no se alejó del
terreno de los hechos, a causa de la necesidades de uso del método histórico para
explicar el origen del régimen jurídico – político.
Ha llegado a ser considerado el descubridor de las leyes de la política, pero aunque tal
mérito corresponde al esclavismo, sus descubrimientos no sólo son considerablemente
superiores a los de Platón y de Aristóteles, sino además se orientan hacia la
formulación de un sistema de conocimientos científicos, con base a la ley de la
causalidad, que no pudo descubrir, pero que parece haber presentido en la vida social.
80
No percibe que las leyes que “descubre” (y más exactamente describe) son
absolutamente naturales, que la mano de Dios está siendo negada en el terreno de los
hechos. Por estas digresiones y contradicciones teóricas, infortunadamente su valioso
trabajo ha sido incluso negado, pero, en realidad, aunque su teoría es defectuosa, ella
confirma que antes de Marx, aun limitado por el idealismo objetivo, el empirismo
(conocimiento de hechos) fue el principal instrumento alcanzado para realizar los
descubrimientos científicos.
Ciertamente Locke es un filósofo, que estudió y practicó la medicina y que llegó a ser
considerado ateo y materialista, pero, al mismo tiempo, se sub - aprecia que ha sido
considerado predominantemente filósofo (que en alguna medida no dejó de atender el
asunto relativo a los fenómenos naturales) y que, por ejemplo, aparte de la sola
mención de empirismo, el resto del análisis de Jean Touchard sobre su teoría niega su
apreciación, tanto en lo relativo al nombre de las obras de Locke (“Tratado sobre el
Gobierno Civil”, “Ensayo sobre el Entendimiento Humano”, “Carta sobre la Tolerancia”,
“El Cristianismo Razonable”), como en la calificación de su teoría: “Defensa de la
propiedad privada y llamamiento a la moral, preocupación por un poder eficaz y
necesidad del consentimiento, un individualismo que se inclina ante la mayoría,
empirismo y racionalismo, tolerancia y dogmatismo”.
Es decir, sólo una palabra discorda con el resto de adjetivos, para un autor que
“descubre” dos etapas: el estado de la naturaleza y la sociedad civil. Con base a esta
dicotomía, que no es la del cielo y la tierra, elaboró toda su teoría y justificación de la
propiedad privada, pero al distinguirlas, reproducir el pasado, su evolución y el
presente, el empirismo se encuentra ajena a ellas.
Este constituye un desarrollo del materialismo del siglo XVII, una etapa superior de
desarrollo del materialismo y entre sus fuentes ideológicas se han considerado el
materialismo de Gassendi, de Descartes y del pensamiento inglés y, dentro de este
último, el “materialismo” de J. Locke. Con esta apreciación puede decirse que tampoco
el materialismo del siglo XVII pudo apartarse en medida importante del idealismo, pues
J. Locke era predominantemente idealista, ni siquiera empirista. El sostenimiento de
este “materialismo” en todas sus formas provenía de verdaderos sistemas materialistas,
o sea, del desarrollo de las ciencias naturales y, constituidos desde principios de la
etapa moderna a través del Renacimiento. No obstante, este materialismo filosófico,
existente al menos como ciertos rasgos en el pensamiento humano, llegó a desarrollar
ideas muy notables, tales como rechazar el compromiso entre la burguesía y la
nobleza feudal, rechazar el racionalismo cartesiano, elaborar elementos de dialéctica en
D. Diderot (1713-1784), la consideración del intelecto humano como el motor
específicamente humano de la conducta del hombre (con lo cual Helvecio y Holbach, en
forma atea, se oponen al idealismo objetivo), el rechazo del panteísmo y el deísmo.
85
c) Los fenómenos están indisolublemente ligados entre sí, no existe límite
infranqueable entre la materia orgánica y la materia inorgánica, la una se convierte
en la otra, la sensación o sensibilidad es una cualidad de toda forma de materia y
e1 pensamiento humano es sólo una forma evolucionada de la sensibilidad de la
materia.
Por lo tanto, descubrió la ley de la causalidad y con ello un aspecto de todas las leyes
de la dialéctica, no se alejó del terreno de los hechos (empirismo) y su clasificación de
la evolución es una aplicación de la abstracción al estudio de los cambios cualitativos,
que parece presentir la ley del tránsito de los cambios cuantitativos a cualitativos (y
viceversa), pues contaba ya con muchos elementos para formularla.
En materia política, sus análisis son una continuación y desarrollo notable de las teorías
de Bodin y Montesquieu, pero confiaba en un espíritu humano de solidaridad entre los
hombres, era partidario del monarca ilustrado (neoplatonismo político burgués), o sea,
de la reforma y no de la revolución social y en su “concepción idealista” (relativa a la
vida social) estimaba que el orden social solo podía ser efecto de la voluntad del
Gobernante. No se equivocó demasiado en esta apreciación, pero le hizo falta
teorización acerca de la condición social.
4. ETAPA CONTEMPORÁNEA.
Parte de la Revolución Francesa de 1789, hasta nuestros días, pues, a pesar de las
revoluciones técnicas, no existe suceso histórico que haya decretado la terminación de
esta etapa. Por el contrario, con los retrocesos y aperturas de los países socialistas
hacia el mundo capitalista: se consolida un proceso denominado globalización y que, a
pesar de la internacionalización económica y de nuevas condiciones sociales,
reproduce procesos mundiales constituidos precisamente en la época del
Renacimiento. Sin embargo, aunque la esencia de este proceso sea la
internacionalización del capitalismo, no puede reconocerse hasta la apertura del mundo
socialista hacia el capitalismo, pues la globalización ya había adoptado una forma
socialista, por efecto de la revolución bolchevique, realizada en Rusia en 1917, y por
efecto de la segunda guerra mundial. Pero, a pesar del inicio de la época de las
revoluciones socialistas, la época de las revoluciones burguesas se prolongó en
Europa hasta la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, mientras en el
mundo subdesarrollado se prolongó hasta la segunda mitad del siglo XX, existiendo
resabios todavía muy importantes de relaciones precapitalistas.
87
Con el aumento de las luchas obreras y dueña del poder político, para la burguesía su
principal enemigo deja de ser la nobleza feudal, al menos, en los países más
avanzados de Europa y, por efecto de estos hechos, reconstruye su ideología:
descarta los principios de soberanía popular como derecho positivo en favor de todos,
conserva el liberalismo económico, pero la idea dominante ahora será la de “solidaridad
o alianza de clases”, que constituye una especie de “socialismo espiritual limitado”,
expresado así:
a) Se niega el carácter clasista del Estado y este carácter no se reconoce más que
como hecho incidental, secundario y hasta ilegal.
Las obras más importantes de este gran pensador francés son “Curso de Filosofía
Positiva” (1830-1842) y “Sistema de Política Positiva” (1851-1854), y en su teoría
filosófica, sociológica y política se tiene que:
f) Para evaluar su aporte científico, es necesario tener en cuenta que antes de Comte,
aun en el mundo académico, prevalecía la idea de que fenómenos sociales no
podían ser objeto de estudio científico como fenómenos de la naturaleza, o sea, la
forma de los fenómenos sociales y de la vida social era explicada por la voluntad e
ideas de los hombres o como resultado de la voluntad de un ser divino.
89
g) Posiblemente bajo el influjo directo de Saint-Simon, Comte adopta y aporta la idea
que la vida social puede ser objeto de un conocimiento similar al que se había
desarrollado en el campo de las ciencias naturales y sin mas error que el
anteriormente descrito, sostiene que ello puede realizarse, mediante el método de
formulación de hipótesis y mediante el método de la observación. Así, crea el
término sociología, como “el estudio positivo de las leyes fundamentales propias de
los fenómenos sociales”. O sea, a pesar de todo, hay en Comte, la búsqueda de
una disciplina específica para el estudio de la vida social y orientada precisamente al
descubrimiento de sus leyes, de tal forma que la aplicación indiferenciada del
método no invalida una orientación de su teoría hacia el Materialismo Histórico.
h) Ciertamente, Comte no fue el único autor de estas ideas antes del aparecimiento
del marxismo, pero mientras Saint-Simon, a pesar de su vocación científica, no dejó
de ser religioso (idealismo objetivo), el descubrimiento de Diderot, según el cual
todas las modificaciones de la naturaleza se operan determinadas por la ley de la
causalidad, fue más apreciado de orden filosófico que sociológico, de tal forma que
no contribuyó, sino de manera muy limitada, a autonomizar el estudio de la vida
social y al realizar una explicación idealista de la vida social no reconoció de
manera suficiente la forma de cumplimiento de la ley de la causalidad.
i) Por lo tanto, Comte contribuye a la formación de la idea que puede formarse una
ciencia específica de la vida social, a la idea que está regida por leyes objetivas y
que su estudio puede ser absolutamente científico, o sea, libre de prejuicios
filosóficos, religiosos y políticos.
j) Comte reconoce los límites del método de la observación, o sea, el hecho que la
validez y extensión de las leyes descubiertas queda limitada por observaciones del
sujeto, pero no comprenden causas metafísicamente concebidas, sino observadas
en la majestad de los hechos, porque su propuesta metodológica obedece a que
busca un conocimiento de lo que son las cosas por lo que hacen y no de lo que se
piensa que son las cosas por medio del razonamiento religioso o filosófico, o sea,
por medio del método de la abstracción y que ciertamente puede conducir a error
sino se tiene en cuenta al mundo empírico, de los hechos.
Refleja su teoría, sobre todo, el ideal político de las clases explotadas, bajo la
91
dominación de la ideología de la clase dominante, de esperar una cooperación de
clases, que el percibe como tendencia histórica, sin reparar en la falta de observación
de la lucha de clases y considerando que la agravación de los conflictos es sólo un
síntoma de un proceso de transición social hacia una mejor sociedad.
Como en cualquier autor, su teoría es producto de una educación que nace desde una
corta edad y que él logra prolongar hasta sus estudios inconclusos de medicina en la
Universidad. Le ayudó mucho el trabajo que desempeñó como secretario de Saint-
Simon y con el cual llegó a una enemistad, que explica solo parcialmente su negación
absoluta de las tendencias socialistas, pues tal negación también fue un efecto de la
elaboración de su propia teoría, en la que considera que la historia humana muestra
que el progreso social logra una mayor cooperación entre las clases, por lo cual la
etapa positiva de desarrollo se caracterizará porque la humanidad no sólo estará libre
del razonamiento teológico y metafísico sino será una sociocracia o armonía social.
Para él, no todas las disciplinas científicas, ni todas las actividades sociales han llegado
a su etapa positiva de desarrollo. No manifiesta un desdén absoluto por la etapa
teológica o metafísica, sino son, para él, etapas necesarias en el desarrollo del
pensamiento humano, y cada una es el fundamento del desarrollo de la siguiente. La
teológica es una forma embrionaria del saber y en la metafísica el hombre ya no
descubre las causas de los fenómenos fuera de la naturaleza. Sin embargo, a causa
de privilegiar los meros actos del procedimiento científico, su materialismo no lo lleva a
reconocer plenamente la realidad objetiva (principalmente económica) y formula el
desarrollo de la vida social en los límites de un real, aunque parcialmente aparente,
idealismo subjetivo, pero no en los límites de un idealismo enmascarado (por ejemplo,
no toma lo económico para enmascarar), o sea, a pesar de todo, sobre – estimó el
papel de la conciencia en la vida social, aunque sólo fuera de manera muy limitada y, a
pesar de privilegiar los actos del procedimiento científico, a causa de su empirismo, no
reparó que el método de la formulación de hipótesis es un encaminamiento lógico por
la vía de la abstracción y consideró que el razonamiento metafísico era solamente una
etapa transitoria en la historia de la humanidad. Es decir, no reparó en que los
resultados válidos de su propia teoría eran, sobre todo, resultado de su propio
razonamiento y muy poco de su confirmación, mediante el método de la observación.
92
Para un pensador que observa de manera tan empírica la construcción del medio
social, con toda permisividad divina, es evidente que las doctrinas materialistas lo
llevarán también a una concepción atea. Sin embargo, el hecho que teniendo en
cuenta la religión llegue a pensar en la necesidad de un Papa positivo o científico no
implica que trate de enmascarar un idealismo subjetivo ni que su objetivo principal fuera
unir materialismo con idealismo, sino que su objetivo era encausar a la humanidad,
mediante reforma social, por un sendero sin carácter teológico o metafísico, o sea, con
carácter de una revolución científica, lo cual casi no tiene nada que ver con la unión
entre materialismo e idealismo, pero si con la evidencia de utopías comtianas.
Aunque no todos los marxistas son iguales, por estas apreciaciones, no es aplicable a
Comte y resulta demasiado exagerado identificarlo con la apreciación del marxismo de
considerar a todo positivismo como idealismo subjetivo enmascarado, partido centrista
en filosofía o tendencia que simplemente trata de unir al materialismo con el idealismo.
Estas apreciaciones, que afortunadamente no son de todo el marxismo, no solo son
exageradas sino que no entran en oposición, frecuentemente, con el pensamiento
burgués, cuando se evalúa la obra de Comte, pues aun su centrismo es muy limitado y
no político.
Por lo tanto, para evitar universalizar una crítica metafísica de la filosofía positivista, con
93
rasgos que solo pueden llegar a ser válidos a algunos autores positivistas, es
necesario partir de lo que específicamente merece llevar el nombre de positivismo en la
doctrina comtiana y que es lo que precisamente hicimos en el inciso c) anterior, de
nuestro análisis de Comte, en el que quedan precisamente reunidas las apreciaciones
de dos grupos de autores, que han definido el positivismo:
Sin embargo, para enfrentar el problema acerca de la noción y origen del positivismo,
debemos partir de que antes de Saint – Simon, Montesquieu hace referencia al
“derecho positivo”, caracterizado por él no tanto como el derecho que se cumple en la
vida social, como efectivamente se considera en la actualidad, sino considerado en
Montesquieu como un derecho (humano) de carácter racionalmente necesario
(derecho de pueblos, derecho político y derecho civil) y que Montesquieu no idealiza en
su teoría. Con este antecedente el positivismo de Comte también hace referencia a
leyes necesarias, carácter jurídico, sino de carácter objetivo.
Aun cuando solo deriva de Saint-Simon el positivismo de Comte, conviene agregar otra
cita de Jean Touchard, quien indica que el. comtismo, como el saint – simonismo,
termina en una religión, pero en un “catolicismo sin cristianismo”, según palabras de
Jean Lacroix. Es decir, la apreciación de unificación de idealismo y materialismo en la
doctrina comtiana es un hecho de poca importancia para ver en ella nociones
esenciales de positivismo e, incluso, para apreciar una unión muy efectiva. Esta
94
“unión”, como hecho importante, solo indica el penoso estado en que se encontraba la
sociología y aun se encuentra el conocimiento de la vida social por la mayoría de seres
humanos, y no la forma usual en que los hombres de ciencia (Marx, Engels, etc.)
llegaron a usar el término positivo, o sea, como sinónimo de ciencia y que era
precisamente el objetivo de Comte.
Tenemos que tanto el saint – simonismo como el comtismo terminan en religión, pero
no en la misma religión, y Comte es de los pocos autores que se declara abiertamente
positivista. Asimismo, tenemos que mientras con todas sus limitaciones, Saint – Simon
es abiertamente socialista (defensor limitado de la clase obrera), Comte es
abiertamente partidario del mundo empresarial de la clase capitalista y que con el
desarrollo social la noción de positivismo llegará a adoptarse como negación del
pensamiento socialista, tal como sucedió, por ejemplo, en la doctrina de E. Durkheim
(1858-1917). Además, tenemos que mientras el empirismo es un rasgo materialista, el
pensamiento de Saint – Simon se orientó con fundamento en un idealismo religioso,
dentro del cual militó, como divulgador del cristianismo. No sucedió lo mismo con
Comte y, por ello, son los saint – simonianos los primeros en reaccionar en contra del
ateísmo de la filosofía comtiana, por lo cual, con ella, se construye de manera completa
el positivismo, aunque efectivamente Saint – Simon fue “creador” del término “positivo”
para hacer referencia a la necesidad de un conocimiento empírico y científico de la vida
social.
Saint – Simon debe ser aceptado como el precursor más importante del positivismo,
pero todavía, en realidad, carente de un sistema (completo) positivista de ideas, aun
cuando limitemos el problema al orden filosófico y metodológico. Saint – Simon y los
saint – simonianos buscaban la industrialización francesa, basada en las relaciones
capitalistas de producción, pero desestimaban el carácter opresor de la revolución
francesa, lo que Comte desdeña y, por lo cual, espera mas de 80 mil gendarmes en la
ciudad de París, para asegurar el orden social.
El positivismo de Saint – Simon es, por lo tanto, demasiado limitado, demasiado inicial,
como para poder ser apreciado como fundador del positivismo. En las teorías
posteriores a Comte, puede aceptarse la combinación de empirismo e idealismo
objetivo, como parte de un positivismo metodológico, aplicado al estudio de la vida
social y que tendría por objetivo desechar ese idealismo objetivo o religioso para
estudiarla, pero se trata de una postura positivista todavía muy excepcional e influida
grandemente por el desarrollo de la ciencia, pero en la anticipación de la teoría
comtiana las ideas de Saint – Simon solo significan la continuación de las ideas de la
Ilustración, o sea, la promoción del estudio científico de la creación, desde una posición
teocrática, sin rompimiento con dicha Ilustración. Por el contrario, el positivismo
metodológico era, en general, una actitud propia del campo de las ciencias naturales y
no de las ciencias sociales y que residía en estudiar la naturaleza sin el empleo de la
creencia religiosa, aun cuando el investigador tenía convicciones cristianas, pero no
95
habían en dichas ciencias pensadores que se declaraban partidarios del positivismo
metodológico, en tanto es una categoría que hemos creado para analizar al positivismo.
Sin embargo, las apreciaciones de Saint – Simon demuestran que tal positivismo
metodológico fue precursor del positivismo contiene y de todas las formas de
positivismo posteriores.
La crítica de los saint – simonianos hacia el ateísmo contiene muestra oposición hacia
la parte más representativa del positivismo metodológico, o sea, a la que tenía un
carácter absolutamente materialista y que, en realidad, el positivismo de Saint – Simon
se limitaba a una simple promoción de empirismo.
O sea, Aristóteles, aunque fuera empirista, no hizo ciencia social porque no había
ciencia social, sino, simplemente, porque era necesario explicar la realidad. Ni se le
ocurrió la existencia de un estado armónico de vida social y científica, que negara al
esclavismo. Tampoco la sofocracia de Platón tiene similitud con el Papa positivo o los
definidores de la política en el Estado positivo.
Algo más, con la idea de sociocracia o armonía social, la teoría de Comte no es menos
socialistas o utopista que la de Saint – Simon, pero tiene el propósito de luchar en
contra de estos dos rasgos. Igualmente, por lo tanto, los antecedentes del positivismo
(empirismo, idealismo subjetivo, agnosticismo) no son precisamente positivismo sino
sólo antecedentes y ver en la doctrina de Comte al menor de los positivismos significa
no apreciar el desarrollo del positivismo, es decir, la existencia de un positivismo inicial.
Por ello, muchos autores no se declaran positivistas ni reconocen el calificativo de
positivistas que se les confiere.
Sin embargo, sin Hegel y, sobre todo, sin Feuerbach, el materialismo de Comte anticipa
al de Marx, aunque no deja de contener una dialéctica de la auto evolución del espíritu,
pues ya en 1822 pudo exponer su ley de los tres estadios, así: “Cada rama del
conocimiento, por la naturaleza misma del espíritu humano, está necesariamente sujeta
a pasar por tres estados teóricos diferentes: el estado teológico; el estado metafísico o
abstracto; por último, el estado científico o positivo”. A pesar de ello, también para
Comte fue difícil escapar de la metafísica, pero si el espíritu es una forma de desarrollo
en su teoría, no deja en ella de ser efecto, a su vez, de la vida social, lo cual es una
dialéctica muy simple, pero verdadera.
O sea, Comte no trató de ser un revolucionario, pero trató de ser un científico y, por ello,
su genio tiene un espacio en la historia de la ciencia política y muchos de los elementos
de su pensamiento han sido objeto de atención y preocupación hasta nuestra época, de
tal forma que el saint – simonismo solo fue el elemento de inspiración del positivismo
contiene, pero carece de influjo directo sobre el pensamiento burgués contemporáneo
de nuestra época, que no puede negarse a Comte.
Jean Touchard observa que los liberales alcanzan el poder en Francia y evaluando esta
conquista del poder político por la burguesía cita a Tocqueville: “La clase media,
dueña de todo, como nunca lo fue, y como tal vez nunca lo será ninguna aristocracia,
convertida en Gobierno, tomó un aire de empresa privada”. Marx también empleó, con
alguna frecuencia, el término clase media para referirse a la burguesía, debido a los
procesos de transición que se efectuaban en Europa, pero es evidente que las
manifestaciones actuales del liberalismo no son nuevas y es evidente que el
liberalismo, como tendencia burguesa, no renuncia, de manera absoluta, a la
intervención estatal, aunque sea anarquista en gran medida.
98
Para Tocqueville, la sociedad evoluciona necesariamente hacia la igualdad, o sea, a la
democracia y esta evolución lo atemoriza, pero le parece ilusorio oponerse a ella, por lo
cual su mayor preocupación reside en evitar que la democracia caiga en anarquía y
despotismo, lo que debiéramos entender que llegue, incluso, a un socialismo absoluto.
Por lo tanto, con respecto a Comte no puede negarse un desarrollo del método de la
observación y una menor inclinación hacia la especulación filosófica, que manifiesta el
carácter triunfante del positivismo en el mundo académico. Sin embargo, la postura
apologética que, desde la actualidad, adopta Maurice Duverger, hacia la obra de
Tocqueville, muestra el carácter predominantemente ahistórico, empirista y subjetivo,
que orienta a los análisis sociológicos de la teoría burguesa, desde el siglo XIX hasta la
fecha. Tal empirismo es positivismo en dicha teoría y en nuestra época alguna obra ha
llegado a alcanzar el título de “La política en la época científica”, con lo cual estaría
prácticamente “realizada” la utopía comtiana del estado positivo, pero, por razones de
orden político, en el positivismo posterior a Comte frecuentemente se ha omitido
explicitar la necesidad de superar el pensamiento .teológico y metafísico, lo que, desde
luego, tiene gran dosis de positivismo metodológico.
En todo caso, las décadas de 1840 y 1850 marcan el inicio del triunfo del positivismo
en los análisis sociológicos, sosteniendo Jean Touchard que Spencer afirma el
liberalismo en nombre de la ciencia y Marx sustituye al socialismo utópico. Leszek
Kolakowski, en relación al positivismo triunfante, efectúa un análisis similar al de Jean
Touchard y es evidente que los socialistas utópicos y Comte, a pesar de su utopismo,
contribuyeron a forjar la necesidad de contar con una disciplina científica para el
estudio de la vida social y realizaron valiosos aportes para la existencia de esta
disciplina.
Así, desde una perspectiva socialista, el “positivismo” del marxismo hizo realidad el
ideal de Comte de una ciencia de las sociedades, a través del Materialismo Histórico, y
entre los elementos que tiene de positivismo se encuentran el uso del método empírico
o método de la observación y el fin de descubrir leyes objetivas, pero, realmente, no
es positivismo y se opone a él por su carácter socialista y porque privilegia el método de
la abstracción para el análisis de los fenómenos sociales y a través de la cual superó
las limitaciones científicas de la filosofía comtiana. Sin embargo, no puede negarse que
99
Marx pasa por una primera etapa de materialismo filosófico muy agudo, en que
muestra gran desdén hacia la especulación filosófica y en que estaba, por lo tanto,
apegado a una apreciación filosófica y metodológica similar a la comtiana.
El marxismo, como concepción del mundo de la clase obrera, surge en la cuarta década
del siglo XIX y tiene tres causas principales:
a) No puede aparecer sin la presencia de la clase obrera y sin que ésta se manifieste
agudamente, tratando de realizar sus intereses de clase.
100
b) No puede surgir sin el avance de la filosofía, de las ciencias y, por ello, Lenin
señala que el marxismo “es el legítimo heredero de todo lo mejor que creó la
humanidad en el siglo XIX: la filosofía clásica alemana, la economía política clásica
inglesa y el socialismo utópico francés, que son las tres fuentes del marxismo”.
Por lo tanto, es evidente que las tres fuentes del marxismo, según el propio Marx, son
la filosofía clásica alemana, la economía política clásica (inglesa y francesa) y el
socialismo utópico (francés, inglés y alemán). Así, es evidente que la síntesis de Lenin
parece tratar de privilegiar lo mejor o más valioso de las tres fuentes, pues es obvio que
más desarrollada es la economía política clásica inglesa que la francesa y que el
fundador del socialismo científico antepone, en materia de socialismo utópico, a los
franceses. Sin embargo, “es obvio” que, al menos inicialmente, el mayor influjo inicial
proviene de los autores alemanes, principalmente en materia de socialismo, pues
Weitling, Hess y Engels son socialistas, mientras Feuerbach es un pensador
materialista.
Sobre las fuentes del marxismo, Erick Mölnar, en su obra “Las Fuentes Ideológicas del
Materialismo Histórico”, indica que de uno u otro modo se derivan del movimiento
intelectual, de origen francés, que se conoce con el nombre de Ilustración, ya que la
economía política clásica inglesa desarrolló las enseñanzas de los fisiócratas
101
franceses, el socialismo utópico crítica a la filosofía de la Ilustración, desde posiciones
de izquierda (por ejemplo, los efectos limitados de la violencia para resolver los
problemas sociales) y la filosofía alemana (por ejemplo, Hegel propugnaba por la
evolución lenta del capitalismo en la sociedad alemana).
Una de las causas que la filosofía burguesa haya alcanzado su máximo desarrollo en
Alemania radicó en la debilidad de la burguesía alemana, ya que se encontraba muy
102
subordinada a los señores feudales, porque eran los principales compradores de sus
productos, a causa del escaso poder adquisitivo de la masa de campesinos y obreros,
por falta de desarrollo del capitalismo. O sea, la burguesía alemana era débil
económicamente y, por lo tanto, también políticamente, de tal forma que la unidad y
desarrollo de Alemania se fundaba en la fuerza de la monarquía feudal y todo esto
condujo al espíritu alemán a una abundante teorización filosófica sobre el desarrollo de
la sociedad alemana, que su burguesía no podía resolver en forma práctica, mediante
la revolución. A consecuencia de esta teorización filosófica y falta de práctica
revolucionaria, Marx caracterizó irónicamente a la filosofía clásica alemana, diciendo
que era la “teoría alemana de la revolución francesa”. Sin embargo la filosofía clásica
alemana, como reacción, a favor o en contra de la filosofía de la Ilustración, alcanza un
desarrollo dialéctico, que Marx llega a apreciar explícitamente.
Todo lo que Marx indicaba deber a Hegel en los Manuscritos de 1844 se limita a tres
aspectos:
b) La idea de la enajenación.
Estos aportes no provienen del materialismo, sino del idealismo objetivo y es necesario
tener en cuenta que estas ideas tomadas de la filosofía de Hegel son consideradas por
Marx como una “revolución teórica real”. Sin embargo, no parece que Marx haya
podido explicar el significado de tal revolución, pero en su crítica al materialismo pre
dialéctico de Feuerbach podemos “descubrir” el significado de esa revolución.
En Hegel la conciencia humana no es una capacidad dada por Dios o por la naturaleza
al hombre, ni una simple copia o reflejo del mundo natural o social del hombre, sino el
espíritu tiene una evolución y gracias a esa evolución se modifica el medio natural y
social del hombre. O sea, la modificación del medio natural o social del hombre no es
otra cosa que la evolución del espíritu. Desde luego, en Hegel esa evolución es sólo
una evolución o desarrollo del espíritu y su filosofía consiste en un idealismo absoluto y
radical, en que todo es evolución del espíritu, de tal forma que para Hegel todo lo real
es racional y cuando deja de ser racional, o sea, necesario entonces deja de ser real.
Así, lo real y lo racional se encuentran absolutamente identificados en la filosofía
hegeliana.
103
Pero, en su historia, unos pueblos vencen a otros y los vencedores son, a su vez,
vencidos por otros pueblos, de tal manera que llega a formarse un espíritu universal y la
conciencia de cada hombre llega a formar parte de ese espíritu universal, que tiene la
capacidad de evolucionar y más exactamente de auto evolucionar, por lo cual Hegel,
con este idealismo evolutivo o dialéctico es uno de los principales representantes del
idealismo objetivo, en la historia de la filosofía. Sin embargo, la dialéctica de la
filosofía hegeliana y la revolución que conlleva no se limita a estas apreciaciones y
descubre tres leyes lógicas opuestas a la lógica formal, descubre los principios
relativos a las leyes de la dialéctica que contiene la filosofía marxista (la ley de la unidad
y lucha de contrarios, la ley de la negación de la negación y la ley del paso de los
cambios cuantitativos a cualitativos) y descubre que el desarrollo del pensamiento
humano se realiza por medio de antinomias sucesivas, de tesis, antitesis y síntesis.
Así, cada síntesis origina una nueva antitesis y una nueva síntesis. O sea, la dialéctica
hegeliana se encuentra lógicamente construida y resulta falta de reconocimiento
negarle méritos a la filosofía hegeliana, excluyendo, desde luego, su carácter idealista
(teocrático y metafísico).
Idealistas objetivos son los pensadores que consideran que todo lo que existe es
creado por un espíritu, idea o conjunto de ideas. A este espíritu, idea o conjunto de
ideas, por “apreciarse” fuera de la conciencia de cada hombre, se le denomina en la
teoría filosófica “conciencia objetiva”. Como ya analizamos anteriormente, en Platón
esa conciencia objetiva era el mundo de las ideas, en la religión es Dios y en Hegel es
la idea, espíritu absoluto o Dios, como él le llama algunas veces.
El idealismo objetivo de Hegel consiste en que, para él, antes del aparecimiento del
mundo, existe una idea absoluta que tiene la propiedad de transformarse y adquirir un
cuerpo en la naturaleza, dando origen a todos los objetos y fenómenos naturales. En
una etapa posterior, esta idea absoluta evoluciona y, a través de la naturaleza, tiene la
propiedad de producir la sociedad humana, cuya historia, por lo tanto, sería una
evolución más de la idea absoluta, que también tiene la capacidad de conocer su
propia evolución, cuando el hombre descubre que la naturaleza del mundo es
esencialmente espiritual y que él es un efecto de la evolución de la idea absoluta, o sea,
de Dios.
Así, el idealismo hegeliano es panlogista, o sea, sostiene que existe una igualdad entre
ser y conciencia, pero, se trata, además, de un panlogismo teológico, porque ese ser y
esa conciencia es Dios, pero un Dios que sólo se autodescubre, según Hegel, cuando
el hombre descubre la esencia espiritual del mundo, o sea, cuando descubre que es
parte integrante de ella y, por lo tanto, se trata de un Dios que sólo se autodescubre,
cuando el hombre llega a descubrir que es parte integrante de él.
La antítesis de tal síntesis reside en que dicha síntesis ha llegado en forma escasa y
deformada a la clase obrera, o sea, en que se subaprecia el papel de la ideología en el
desarrollo social, por privilegiar las formas más agudas de expresión obrera, con lo cual
se subapreciaron varias ideas de plena madurez existentes en Marx, por sus ideas de
militancia materialista y promoción del materialismo.
Por lo tanto, con relación a su primer aporte, Hegel solo reconoce el trabajo como
actividad espiritual. Con relación a su segundo aporte, debemos tener en cuenta que la
palabra “enajenación” literalmente significa “en ajeno”. Por ello, en el marxismo es el
acto mediante el cual el hombre atribuye o cede a una potencia ajena lo que es su
propia obra, a consecuencia, entre otras causas, de una falsa conciencia que, por ello,
es un hecho fundamental del proceso de enajenación.
Hay, en la actualidad, varias formas de enajenación y casi todas ellas son importantes.
La enajenación religiosa consiste en atribuir a Dios las obras, buenas o malas, de los
hombres. Entre las enajenaciones de tipo económico destaca la enajenación del
trabajo, a través de la venta de la fuerza de trabajo, y lo que tiene por efecto que la obra
creada quede ajena a su productor.
No obstante que las religiones han desarrollado tendencias humanitarias, en favor del
ser humano, una de las formas más importantes de enajenación es la religión, en la
cual el hombre atribuye a Dios las obras y aspiraciones de los hombres. Así, el hombre
quiere ser poderoso, entonces crea un Dios omnipotente; quiere ser perfecto,
entonces crea un Dios perfecto, etc. El descubrimiento de esta forma de enajenación
es de Feuerbach, quien, mediante análisis critico, descubre que la filosofía hegeliana es
una explicación y justificación filosófica, no cristiana, de la religión, con lo cual pone fin
a toda a toda forma de idealismo objetivo en el pensamiento científico.
Sin embargo, para él, la superación de tal enajenación abarcaría una liberación de la
totalidad de la especie humana, a través de la vida social (Estado) y del desarrollo del
espíritu universal, con lo cual su filosofía no deja de contener también un humanismo
teológico, que debía conducir a desarrollar la felicidad terrenal que había posibilitado
la superación de la edad media, o sea, la superación de la arbitrariedad de la Iglesia
Católica. Pero la Revolución Francesa no pudo llegar a tener el efecto liberador que
deseaba y las desdichas que causó lo llevan a considerar que lo trágico (el dolor)
“debe aceptarse como ley del mundo” y que en el universo existe la contradicción
necesaria o inevitable entre dolor y felicidad, pues la segunda sólo es para él (como en
el cristianismo), la superación del dolor y la desdicha. Se reconcilió así con la religión,
pero nunca abandono su panlogismo teológico. O sea, el Dios de Hegel no es, como
en Platón o los cristianos, un ser perfecto y dado, sino en desarrollo, a través del
hombre.
Con relación a su tercer aporte, o sea, la idea de las leyes del desarrollo, una parte del
marxismo ha considerado a Hegel el descubridor de las leyes de la dialéctica, mientras
Marx indicó que se trataba de la idea acerca de ellas. El marxismo ha observado que
Hegel las descubrió como principios, o sea, como cualidades de la realidad universal y,
con ello, no ha existido diferencia esencial a su uso en el enfoque general del
marxismo. Sin embargo, mientras Hegel resuelve que el espíritu antecede a la materia
y Comte deja sin solución este problema, aunque para él la solución de Hegel no sería
solución, este problema se resuelve por la vía lógica y empírica el mundo que
observamos no es creación de Dios y, por lo tanto, tampoco existencia de Dios.
El marxismo ha insistido en que las ideas que Marx y Engels tomaron de Hegel y que
tras despojarlas del idealismo le sirvieron para formar el Materialismo Histórico y
Dialéctico no fue una simple incorporación de las leyes de la dialéctica a una
concepción materialista, sino que Marx las puso de pie, lo que debiéramos interpretar
que esas leyes operan como consecuencia del cambio de la materia y no como efecto
106
del desarrollo del espíritu o idea absoluta, lo que no fue solo el paso del idealismo al
materialismo, sino el paso de la especulación metafísica a la ciencia, por lo cual la
condena de la especulación por el positivismo tenía un objetivo científico.
Su primer aporte no significa, desde luego, que Feuerbach sea el único filósofo
materialista premarxista, sino que fue su teoría la que permitió a Marx adoptar una
filosofía materialista.
Sin embargo, es difícil apreciar no sólo a Feuerbach sino también a Marx por las
apreciaciones de Marx como militante inicial del materialismo y del comunismo, pues
están cargadas de exceso de materialismo y de comunismo, para apreciar con
exactitud la filosofía de Feuerbach. Este es el caso de las siguientes expresiones:
a) “Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de distintas maneras; se
trata de transformarlo”
Según F. Rubio LLorente, Marx coincide con Feuerbach en que la naturaleza humana
ha sido corrompida y en la necesidad de restaurarla, pero para Feuerbach es
únicamente una tarea de pensamiento y amor, una vez se haya desenmascarado a la
religión, evidenciando que Dios no es otra cosa que una creación del género humano y
cuando el amor a Dios se sustituya por el amor al hombre, lo cual para Feuerbach “es
en verdad religión” (Principios de la filosofía del futuro). Sin embargo, tanto la
propuesta de Comte como la de Feuerbach no son, en realidad, religiones, pues los
caracteriza un materialismo ateo.
Sin embargo, no hacía falta esta ironía de Engels para el mayor precursor del
marxismo, pues como indica Ernest Mandel, al tratar “La Formación del Pensamiento
Económico de Marx”, citando a J. Plejanov, que “Si Marx comenzó la obra de la
interpretación materialista de la historia, mediante la crítica a la filosofía hegeliana del
derecho, no lo pudo hacer sino porque la crítica de la filosofía de Hegel ya había sido
hecha por Feuerbach”
Por lo tanto no debe extrañar que Engels pudo llegar a observar la falta de efectividad
contrariamente a lo que en forma general había sido el marxismo, por ello, llegará a
110
aceptar las formas legales de lucha, pero pesó mas la indignación y el dogmatismo, de
tal forma que continuó la apología a las formas mas agudas de expresión obrera. Es
decir, no era necesario solamente aceptar y demostrar que el idealismo era falso sino
también atender sus causas y una de ellas reside en reconocer que las ideas tienen un
papel muy importante en el desarrollo social, simplemente porque el hombre es un ser
inteligente. O sea, el materialismo pre - marxista solo incurrió en idealismo (subjetivo
o no religioso), cuando sobre apreció el papel de las ideas en el desarrollo social,
mientras tanto no pudo caer en idealismo. Ciertamente, el marxismo llegó a descubrir
esta dialéctica, pero fue subapreciada, de formas muy diferentes, por lo cual resulta
muy importante distinguir las dos etapas o saltos cualitativos en el pensamiento de
Marx, que hemos podido presentar en nuestro análisis y observar que, en plena
madurez, Marx llegó, por lo menos, a pensar que la ideología es la forma mediante la
cual los hombres toman conciencia de sus conflictos sociales y luchan por resolverlos.
O sea, Marx posiblemente nos haría un detalle mas analítico de estos pensadores en
111
su teoría y que llegaron a ser de constante atención en sus estudios, principalmente a
partir de 1851, pero nos interesa atenderlos en sus aspectos mas conocidos, o sea,
sobresalientes y que, en realidad, son esenciales para apreciar su aporte y
diferenciarlos de Marx.
Adam Smith ya no considera que la riqueza del hombre sea solo un don de la
naturaleza (como los mercantilistas y los fisiócratas), sino es, para él, resultado del
trabajo humano y descubre la plusvalía no sólo en la agricultura (como los fisiócratas),
sino también en la industria, donde el obrero produzca más valor del que representa su
salario. Plantea así las sólidas bases de la teoría de la plusvalía y la vincula a su teoría
de las clases sociales, que elaboró partiendo de su teoría de la distribución de la renta
nacional: los obreros por recibir un salario constituyen una clase; los capitalistas, por
recibir su beneficio, constituyen otra clase y los propietarios agrícolas constituyen otra
clase, por percibir la renta de la tierra.
Adam Smith, descubre así, según Marx, las tres grandes clases de la sociedad
burguesa. O sea, es evidente que Marx simpatiza con este análisis de Adam Smith, por
descubrir el origen económico de las clases sociales y es evidente que no se preocupa
de emplear análisis crítico porque el pequeño campesino y el asalariado agrícola se
pueden contar dentro de la clase obrera. Pero, en Adam Smith, las relaciones de clase
no son relaciones de explotación, ni reconoce antagonismo entre ellas. A su modo de
ver, las clases se complementan en el proceso social de producción: el salario es la
remuneración al obrero por proporcionar su trabajo, la renta de la tierra es el pago al
terrateniente por proporcionar la productividad natural de su tierra y la ganancia es el
pago al capitalista por aportar su capital. Para Marx, en cambio, la plusvalía es un
efecto de prolongar la jornada de trabajo más allá del tiempo en que el obrero
reproduce el valor de su fuerza de trabajo.
David Ricardo superó la teoría de Adam Smith, desarrollando su teoría sobre las clases
sociales, al considerar que a un nivel dado del producto social global, el salario y la
ganancia, así como la ganancia y la renta, de la tierra, son magnitudes opuestas, con
lo cual descubrió la base económica del antagonismo entre las clases, pero tampoco
reconoció relaciones de explotación, en tanto, según Ricardo, el obrero recibe un
salario por su trabajo.
Así, dos errores fundamentales tiene la teoría de Adam Smith y de David Ricardo: uno
es que no diferencian trabajo de fuerza de trabajo y el otro es que no reconocen
relaciones de explotación.
Por lo tanto, el más importante de todos los aportes de los economistas clásicos al
pensamiento de Marx es su teoría del valor trabajo, ya que le permitió colocarse en una
senda predominantemente objetiva de análisis de la vida social y hacerlo en favor de
los intereses de la clase obrera.
112
Sin embargo, aun cuando el primer influjo de la economía política inglesa lo recibió
Marx por intermedio de la filosofía de Hegel, hay que tener en cuenta dos aspectos:
O sea, los socialistas utópicos de la primera mitad del siglo XIX, que ejercieron gran
influjo en la formación inicial del pensamiento económico de Marx, forman parte del
desarrollo de la economía política clásica (francesa e inglesa), ejercieron influjo notable
sobre los pensadores alemanes y aun cuando siempre pudieron contar con suficiente
base científica, son los primeros en percibir la existencia de “explotación del hombre
por el hombre” , de trabajo no remunerado al obrero y la necesidad de una “nueva”
sociedad. Así, incidieron de manera notable, junto a Feuerbach, para que Marx
adoptara su militancia en el materialismo y el comunismo. En cambio, su privilegio del
método de la abstracción es todo descubrimiento propio de Marx, causado por su
trabajo de investigación sociológica, con énfasis en la economía política, y porque su
paso a la militancia en el materialismo fue una reacción contra la especulación filosófica
de Hegel y que, por lo tanto, era en Hegel, sobre todo, abstracción. Es decir, cuando se
observa que Marx no parte de los conceptos, debemos entender que adoptó una línea
empirista, y cuando se observa que, en cuanto a conceptos, al igual que Kant o Hegel,
considera que no son simples copias de la realidad, sino síntesis del trabajo teórico,
no debemos aceptar que existe un reconocimiento o reproducción por Marx de la
filosofía clásica alemana, sino la superación de sus formas de abstracción, mediante
una línea empirista que no abandonó, pero desarrollo, privilegiando el método de la
abstracción. Así, mientras la dialéctica de Hegel es una enajenación de Dios (Idea
absoluta) en el hombre para que lo reconozca como parte integrante de él y la de
Platón es el método para conocer (recordar) ideas eternas (del mundo de Dios), la
dialéctica de Marx es el movimiento o desarrollo, regido por leyes, de la realidad
objetiva y que, en plena madurez de Marx, requiere, para conocerla, como método de
análisis, a la abstracción (El Capital).
En conclusión, la reacción de Marx contra la filosofía clásica alemana lo fue solo contra
el contenido de su filosofía sino también contra su método, mientras la reacción de Marx
113
en contra del socialismo utópico no fue tanto contra sus apreciaciones e ideales
sociológicos sino, sobre todo, contra su carácter utópico y es hacia este aspecto al que
va también dirigida su crítica contra Feuerbach (Tesis sobre Feuerbach). En cambio, su
crítica hacia la economía política inglesa no socialista (A. Smith y D. Ricardo) va dirigida
principalmente contra su carácter burgués, que oculta y justifica la explotación
capitalista. Así, no debe extrañar que Adam Smith, poco antes de morir, pidiera que
quemaran sus obras.
Las obras de los grandes socialistas utópicos franceses, de principios del siglo XIX, es
decir de Saint-Simon y C. Fourier (1772-1837), representan una continuación del
socialismo utópico, contenidas en las doctrinas de la Ilustración (Meslier, Morelly y
Mably), pero, conforme a las indicaciones de Marx, relativas a la formación de su teoría,
debemos tener en cuenta , al conjunto del socialismo utópico pre – marxista y cuyos
primeros antecedentes, excluyendo a Platón (comunismo formal en la clase dominante)
son T. Moro (1478-1535) y T. Campanella (1568 - 1639), cuyas teorías son todavía de
le época del Renacimiento. En sus Manuscritos de 1844 Marx excluye referencia a
estos pensadores renacentistas, que elaboraron teorías muy incipientes acerca de la
sociedad socialista, pero descubren, desde los inicios importantes del capitalismo, los
efectos de miseria que ocasiona el desarrollo de la sociedad divida en clases sociales y
escriben, por ello, un relato de dos sociedades inexistentes: “La Utopía” de T. Moro y
“La Ciudad del Sol” de T. Campanella. Estas obras literarias son de gran valor histórico,
pero carecen de utilidad para explicar el desarrollo social. Más útil es la de Moro y más
agradable es el relato de Campanella. A pesar de ello, contienen más socialismo que
la obra de muchos autores posteriores, considerados precisamente como socialistas
utópicos, pero que no se reconocen utopistas. Así, la idea de utopismo, que desde un
comienzo vino siendo adoptada por sus propios autores dejó de ser reconocida por los
socialistas utópicos posteriores.
Con todo, el mayor mérito del socialismo utópico fue poner al descubierto el carácter
transitorio de la sociedad capitalista, a causa de su carácter anti-humano y muchas
lecciones para caracterizarlo, aunque no sean válidas para todos los socialistas
utópicos y, entre ellas, las más valiosas son las de Lenin, por su gran aproximación y
síntesis: “socialismo sin lucha de clases”, o sea, ''el socialismo utópico no supo señalar
una salida efectiva. No supo dilucidar la esencia de la esclavitud asalariada, bajo el
capitalismo, ni descubrir las leyes de su desarrollo, ni encontrar la fuerza capaz de
convertirse en creadora de la nueva sociedad”.
Sin embargo, tanto Saint – Simon como C. Fourier y R. Owen nunca pretendieron la
supresión de la sociedad capitalista, como tampoco se limitaron a criticarla, ni sus
críticas fueron puramente negativas, o sea, propusieron medidas concretas de reforma
social y, además, de posible aplicación en la sociedad burguesa, de tal forma que su
utopismo no reside en que se hayan realizado o puedan realizarse, sino en que no
liberan en su conjunto a la clase obrera de la explotación y de los problemas relativos a
la división de la sociedad en clases sociales.
115
Desde luego, también sus análisis incluyeron utopías efectivas, principalmente en
relación al momento histórico o estructura capitalista que tenían como dato pero
encontramos utopistas que buscaban la igualdad humana, como Pierre-Joseph
Proudhon (1809 – 1865), de clara convicción revolucionaria, pero su anarquismo
negaba al Estado y a toda forma de autoridad, por lo cual su socialismo también adoptó
carácter utópico, es decir, no encontró a la fuerza creadora de la nueva sociedad, lo
que evidentemente conllevaba en su teoría a no dejar sin efecto a la sociedad
capitalista.
A pesar de todo, la lucha teórica de Marx, contra el carácter utópico del socialismo,
convirtió al marxismo en la fuerza que pasó a representar a la clase obrera, por
miembros de su misma clase. Así, el marxismo posibilitó la continuidad del socialismo
en el socialismo proletario, pero no pudo evitar la reproducción del socialismo de
carácter burgués e, incluso, llegar a estimularlo, frente a las fuerzas más
conservadoras de la sociedad capitalista, pero, por efecto de los retrocesos y aperturas
de los países socialistas hacia el capitalismo, el socialismo burgués se derechizó más,
en forma liberal y fascista, o sea, a través de una actuación más abierta y más
acentuada, en favor de la burguesía monopolista.
Lenin fue uno de los primeros autores marxistas en reconocer que el marxismo no era
una obra perfecta ni acabada y ello no pudo ser apreciado en forma suficientemente
amplia, debido a la proclamación universal de ortodoxia, es decir, de dogmatismo
marxista. Además, ello no podía ser de otra forma, a causa que la teoría de Marx fue el
primer esfuerzo de formulación del marxismo y realizado a través de la lucha en contra
de apreciaciones acientíficas y anti – obreras acerca de la vida social.
En su plena madurez científica, Marx pensaba que el método de investigación debía ser
diferente al de exposición, pero frecuentemente no pudo simplificar sus análisis en favor
de la clase obrera. En estas condiciones, la elaboración de un inventario de su obra y
de sus aportes ha sido una tarea difícil de realizar, pero debe apreciarse en su
abundante obra la comprobación de la observación de F. Engels, según la cual sus
descubrimientos son muy numerosos y producto de su propio trabajo científico, que,
desde luego, no pertenece al común de los mortales, sino a un genio que se
engrandece a través de su propio trabajo.
El marxismo nos ha permitido descubrir la idea que en tanto las teorías sociales
defienden los intereses de determinada clase, sin importar su naturaleza, se convierten
en teorías políticas, a pesar de la existencia de teorías sociales específicamente
relativas a la vida política de la sociedad, por lo cual consideramos que el análisis de
sus aportes, principalmente en su caso, debe reconocerse en el plano filosófico,
metodológico, sociológico, económico y político. Así, destacamos sus siguientes
aportes:
b) Desjuridización del Estado, entendida como el hecho de mostrar que la esencia del
Estado es tener un carácter de clase, aun cuando la actividad estatal sea
esencialmente derecho (y aun cuando el propio Marx no parece haber asimilado
plenamente que la misma administración pública es derecho).
117
c) Formulación de la forma más desarrollada de humanismo (frente al humanismo
religioso, al humanismo del materialismo burgués y al humanismo del socialismo
utópico) y que busca liberar a la clase obrera de toda forma de explotación.
Marx tiene el mérito que su teoría fue desarrollada de forma generalmente fiel por sus
seguidores y que su pensamiento influyó notablemente sobre el pensamiento burgués
contemporáneo, pero posiblemente le faltó más reconciliación con la filosofía para la
elaboración de la teoría política relativa a la a la entrada o construcción del socialismo,
pues hay aspectos en su empirismo que lo llevan al subjetivismo, o sea, a exigir el acto
de conciencia, aunque no llega al idealismo subjetivo en el tratamiento de la teoría
acerca del socialismo, sino a un exceso de cientificidad.
4.3 El Leninismo
Debe su nombre al gran pensador ruso, Vladimir Ilich Ulianov, llamado Lenin, líder de la
primera gran revolución socialista duradera de la historia, realizada en Rusia, en 1917.
Sin embargo, mientras los autores burgueses niegan méritos a Lenin, sobre todo, en
relación a su teoría sobre el imperialismo, los autores soviéticos estiman que el
leninismo es desarrollo fecundo del marxismo y el conjunto de descubrimientos y
aportes realizados por Lenin para lograrlos. Para ellos, esos aportes se refieren a la
revolución socialista, a la organización del partido comunista, a la fundación del Estado
proletario, a la alianza obrero-campesina y a la lucha contra el imperialismo y el
revisionismo. O sea, al igual que la de Marx, se trata de una obra teórico-práctica y en
virtud de que se funda en la teoría de Marx, el leninismo es, ciertamente, sobre todo,
marxismo llevado a la práctica, según las explicaciones del marxismo ruso.
Estimamos que no debe negarse la fecundidad del marxismo posterior al de Marx, tanto
en el plano teórico como el revolucionario, salvo que el dogmatismo limitó la calidad de
esa fecundidad y, por ello, los países socialistas vivieron los procesos de apertura y
retroceso hacia el capitalismo.
El éxito revolucionario de Lenin dogmatizó aún más al marxismo, pero la situación rusa
era muy favorable para el éxito de la revolución, tan sólo por el hecho de ser una de las
primeras revoluciones socialistas de la historia, pero Lenin se vio obligado a vivir el acto
de conciencia de tener que realizar el proceso revolucionario de construcción del
119
socialismo, con una teoría muy limitada.
Aunque muy riesgosa, sin embargo, la historia ya podía hacer efectiva esa revolución,
tanto porque se disponía de los análisis revolucionarios y aproximados de Marx como
por el hecho que en el último cuarto del siglo XIX se inicia la época del imperialismo y,
con ello, se agravan las contradicciones del capitalismo (primera guerra mundial, por
ejemplo, en la que actuaba Rusia sin aceptación de su pueblo y con descontento y
temor general) que crean condiciones favorables para que triunfen revoluciones
socialistas, por lo cual la definición realizada por Stalin del leninismo resultó
absolutamente aproximada a la realidad, en tanto que alcanzado el triunfo
revolucionario el leninismo pasó a ser adoptado y todavía sigue siendo adoptado como
el marxismo de la época del imperialismo y de las revoluciones proletarias, desde
luego, no sin razones vinculadas al contenido de la teoría leninista.
En todo caso, en la mayor parte de su vida, como militante del marxismo, Lenin no dejó
de actuar dentro de los límites del dogmatismo marxista y, por ello, uno de los
problemas que enfrentará al conquistar el poder estará relacionado con la imagen-
objetivo de construcción del socialismo, que hasta Lenin no pudo avanzar de manera
significativa respecto a la de Marx. Sin embargo, gracias a su militancia, toda la obra de
Lenin gira en torno al problema de la revolución y, por lo tanto, sobre el imperialismo,
debido a lo cual entre sus aportaciones más valiosas al análisis político se encuentran
precisamente su teoría sobre el imperialismo y su teoría sobre la revolución proletaria y
la dictadura del proletariado.
Ello no significa que como militante del materialismo dialéctico no se ocupó de atender
asuntos filosóficos, sino que, como marxista consecuente, trató de priorizar el estudio
de la política, sin abandono del criterio que la economía es el fundamento de la vida
social. Muchos de sus análisis tienen avances, al menos de carácter didáctico,
respecto a la obra de Marx y algunos; manifiestan retroceso, pero, en general, sobre
todo en materia de análisis político, el avance es mayor que el retroceso, aún cuando
no parece haber podido alcanzar un éxito suficiente en materia de análisis filosóficos y
que Marx tendió a abandonar progresivamente.
En 1916 apareció la obra de Lenin “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, “Nuevo
capítulo de El Capital, que versa sobre una etapa de desarrollo capitalista, que Marx no
llegó a conocer: la de los monopolios”.
O sea, Marx pudo observar, a través de las sociedades anónimas, la existencia de los
monopolios, resultantes de los procesos de concentración y centralización del capital,
pero los monopolios todavía no habían adquirido suficiente incidencia en la vida
120
económica y política de las sociedades capitalistas, de tal forma que su manifestación en
la economía internacional era limitada, en tanto la dominación internacional era, sobre
todo, herencia y continuación de los antiguos imperios coloniales, faltaba saturación de
mercados nacionales, la economía internacional no aseguraba proyectos de inversión
suficientemente conocidos y rentables, la extensión de la revolución industrial caminaba
en su primera etapa (la fábrica desplazaba a la manufactura) y faltaban las guerras para la
ampliación y redistribución de dominios imperiales, basados en la dominación económica
y muy poco en la administración política, como sucedía en el caso las monarquías de
origen feudal.
Empíricamente, sin embargo, la época de las revoluciones proletarias se inaugura sin
terminar la época de las revoluciones burguesas, aun cuando el marxismo, no Lenin, trató
de dar la impresión contraria. Esta realidad es ahora más fácil de percibir, con las
dificultades en la construcción del socialismo, y al tener en cuenta el desarrollo lento y
tardío del capitalismo .en muchos países del planeta es evidente que han podido tener
dos alternativas de desarrollo: la revolución burguesa y la proletaria. Este problema lo
resuelve la superestructura social, de conformidad con las determinaciones de su base
económica, pero la extensión progresiva del capitalismo, en todo el planeta, a través de
la vigencia y desarrollo del imperialismo, parece haber dado ya terminación a la época de
las revoluciones burguesas en la mayoría de países del mundo, lo que desde luego no
implica que cualquier país se encuentre en la situación de poder realizar una revolución
socialista, sobre todo si tenemos en cuenta los procesos de apertura y retroceso hacia el
capitalismo de los países socialistas.
En todo caso, la formación e incidencia negativa de los monopolios no pasaron
inadvertidas para los economistas burgueses (y apareció una abundante literatura sobre el
tema), pero, según la escuela soviética, nadie, antes de Lenin, pudo revelar la esencia del
imperialismo y mostrar científicamente la necesidad de combatirlo. En cambio, los
teóricos burgueses piensan que los análisis de Lenin sobre el imperialismo tienen pocos
elementos de carácter original.
Para apreciar esta confrontación, debemos tener en cuenta que Lenin necesariamente se
fundó en análisis anteriores, realizados por autores, con un menor o mayor influjo del
marxismo y que su análisis es la forma marxista de atención del imperialismo, por lo cual
hay una evidente controversia. Sin embargo, también hay que observar que Lenin no tiene
una apreciación absolutamente negativa del imperialismo, o sea, para él, era la “antesala
del socialismo”. Es decir, los monopolios son un efecto de la competencia capitalista que
concentra la riqueza en pocos empresarios y tienen su origen en la asociación de
empresarios, precisamente para evitar los peligros de desplazamiento que origina dicha
competencia capitalista, por lo cual es en la propia clase dominante donde también se
produce un alto grado de concentración de riqueza, lo cual hace que la solución a esta
situación de concentración sea necesariamente el socialismo, por medio de estatización
de la técnica y poder económico de los monopolios, en favor de la mayoría de la sociedad,
121
de tal forma que la antesala señala necesariamente un paso a través de la revolución
socialista, lo cual, desde luego, representa una vía confrontativa, no un paso feliz.
Por lo tanto, desde una perspectiva marxista, Lenin mostró que en el imperialismo se
mantienen las propiedades fundamentales del capitalismo y sus leyes, pero que dan
origen al imperialismo, cuyas características mostró Lenin, así:
b) La fusión del capital bancario con el industrial crea el capital financiero y la oligarquía
financiera.
e) Terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más
importantes.
No existe hecho importante que haya dejado sin efecto la teoría de Lenin anteriormente
descrita, a pesar de la aparente novedad del proceso de globalización. Así, lo moderno es
algo muy antiguo, o sea, desarrollo técnico y más riqueza no hace necesariamente más
capitalista a un empresario. El inciso c) parece el más cuestionable, en tanto que con la
formación y ampliación del mercado mundial puede realizarse una exportación de capital,
durante la primera etapa de desarrollo del capitalismo, o sea, en la etapa de la libre
competencia (libre de monopolios), pero esa exportación es simplemente de carácter
inicial, pues con el imperialismo la acumulación de capital rebasa necesariamente las
fronteras nacionales y fenómenos como mercado del dinero, devaluaciones,
desnacionalización del capital, financiamiento del desarrollo, etc., le dan singularidad al
capital en la etapa imperialista del capitalismo.
El verdadero problema reside en el paso necesariamente confrontativo hacía el
socialismo, sin su aceptación por las fuerzas obreras de dominación capitalista, de tal
manera que la tarea revolucionaria reside en minimizarlo. Lenin, entre sus distintos
aportes, al igual que Engels, llegó a pensarlo, pero no a practicarlo, ya que el acto
revolucionario era, para él, de carácter incuestionable. Sin embargo, no tenía una imagen-
objetivo, de construcción del socialismo, que pudiera minimizar ese carácter confrontativo,
pues únicamente contaba con la de Marx, que se fundaba, sobre todo, en el despojo
122
agudamente violento de los capitalistas, que, en el socialismo real, a causa del
dogmatismo marxista, adoptó no sólo una forma más violenta a la prevista por Marx sino
implicó el despojo violento de toda clase de bienes y de vidas.
En esta materia los aportes de Lenin son muy valiosos, pero los fracasos y dificultades en
la construcción del socialismo conducen necesariamente a apreciar la obra de Lenin, de
manera diferente a la que pudo apreciarse en una época de triunfalismo político del
marxismo, a través del triunfo proletario, realizado bajo la dirección de Lenin, Trotsky y
otros lideres revolucionarios. Por lo tanto, el marxismo habrá penetrado a Rusia y pudo
llevarse a la práctica para realizar la más importante de las revoluciones proletarias, de tal
forma pues este éste es un aporte innegable de Lenin al desarrollo social, bajo el criterio
de que no puede haber práctica revolucionaria sin teoría revolucionaria, o sea, con criterio
de agudo materialista, pero que también llegó a ver en la inteligencia humana el medio de
solución de los problemas sociales.
Desde nuestro punto de vista, el primer gran aporte de Lenin, en relación a su teoría sobre
la revolución proletaria y la dictadura del proletariado, reside en haberse “desviado”, al
menos, en alguna medida, por medio del análisis crítico, del dogmatismo marxista, al
reconocer que el marxismo no era una obra perfecta ni acabada. Para un militante del
marxismo, este es un mérito genial, sobre todo cuando trató de ser y fue uno de los más
consecuentes con la parte más revolucionaria de la teoría de Marx.
Frente a una fracción economicista del marxismo (que sobreestimaba la determinación
económica y no la apreciaba adecuadamente), representada por Kautsky, Plejanov,
Martov, Axelrod y Vera Zasulich, que con fundamento en indicaciones de Marx, esperaban
el desarrollo pleno del capitalismo en la atrasada Rusia para aceptar la realización de la
revolución socialista, Lenin demostró que dicha revolución era posible con una minoría
muy limitada de obreros industriales y una escasa burguesía en la clase dominante. Es
decir, era mayor el dogmatismo de esos dirigentes que el de Lenin.
Asimismo, Lenin demostró que esa revolución era posible mediante la alianza obrero-
campesina, o sea, mediante la “Dictadura revolucionaria-democrática del proletariado y del
campesinado” y que era posible, en las condiciones específicas de Rusia, en forma
violenta, pero no pudo demostrar que esa dictadura iba adoptar la forma necesaria, debido
a su propio dogmatismo. Así, al someter el paso al socialismo por la vía electoral, optó por
la vía de partido único (comunista) ante el fracaso en la contienda por el parlamento
soviético y estableció el fundamento para la ejecución de la política stalinista, basada en la
violencia y represión, o sea, estableció el fundamento para la negación de esa dictadura y
alianza, que se encontraba entre los propios objetivos de Lenin, a causa de considerar a
123
los campesinos con un carácter conservador, para llevar hasta sus últimas consecuencias
la revolución socialista, en virtud de su favorecimiento particular, por expropiación de
terratenientes. Stalin realizó la muerte o represión de los campesinos expropiados.
Sin embargo, la priorización del estudio de la vida política de la sociedad constituye el
segundo gran aporte de Lenin a la teoría política (relativa a la revolución socialista y la
dictadura del proletariado), es decir, la teoría marxista perdió. el carácter
predominantemente economicista, que venía de la época de Marx, aunque Marx no fue
economicista, al menos desde el momento de redacción del Prólogo de la Contribución a
la Crítica de la Economía Política (1858), pero su positivismo inicial y su lucha contra el
idealismo condujo a subapreciar lo ideológico y lo superestructural. Las expresiones de
Lenin de que no hay revolución sin teoría revolucionaria, de la política como expresión
concentrada de la economía y de que la política debe tener prioridad sobre la economía
indican una forma más dialéctica de exposición del influjo de la base económica sobre la
superestructura de la sociedad, con respecto a la que Marx pudo alcanzar.
Del segundo aporte de Lenin antes indicado se derivan otros aportes que realizó, o sea, la
exposición más dialéctica de la relación entre la política y la economía, el carácter
predominantemente revolucionario que debe tener el partido comunista (por ello, Lenin
realmente pudo crear un partido socialista de nuevo tipo, o sea, con el espíritu
revolucionario del marxismo y del cual carecían los partidos socialistas europeos, con una
imagen incuestionable de la teoría de Marx o que abiertamente negaban su espíritu
revolucionario), la precisión del Estado como aparato de dominación de una clase sobre
otra, la precisión de la localización de la dictadura del proletariado en la primera etapa de
desarrollo comunista, la precisión de la teoría de la revolución permanente (o sea, en un
sólo país, cuando no se puede hacer también en los demás), la precisión de la necesidad
de destruir el Estado burgués (construyendo a través del mismo la dictadura del
proletariado o Estado socialista), la presión de la idea que la revolución socialista tiene su
mejor condición revolucionaria en el país que tiene las peores condiciones de vida (Marx)
en la cadena del imperialismo (Lenin), la precisión de la necesidad del Estado proletario
para reprimir a las clases que se oponen a la construcción del socialismo . etc.
124
b) Agudización, por encima de lo corriente, de la pobreza y miseria de las clases
oprimidas.
127
Cuarta Parte:
128
Contenido de la cuarta parte
Página
2. El Estado 135
2.1 Concepto de Estado 135
2.2 Origen del Estado 136
2.3 Funciones del Estado 137
2.4 Tipos de Estado y formas de gobierno 138
2.5 La extinción del Estado 151
3. El poder 153
3.1 El problema teórico 153
3.2 Concepción objetiva del poder 154
3.3 El poder del Estado. Aparato de Estado 155
4. La violencia 156
4.1 La praxis 156
4.2 Praxis productiva y praxis social 156
4.3 Los hechos violentos y la situación de violencia 158
4.4 La contraviolencia 159
4.5 El terror como forma de violencia 159
5. La ideología 161
5.1 El problema teórico de la ideología 161
5.2 Concepción objetiva de la ideología 163
5.3 La ideología y las clases sociales 165
5.4 La formación de la ideología 169
5.5 Los aparatos ideológicos 170
5.6 Principales corrientes ideológicas 171
130
1. LA FORMACIÓN ECONÓMICO SOCIAL
1.1 Concepto
El término "formación Económico Social" es utilizada por el materialismo histórico para
identificar a la sociedad. M.M. Rosental, citado por Carlos Noriega lo define así: "se
entiende por formación social o formación económico social a un tipo histórico de
sociedad, que se basa en un determinado modo de producción y constituye una etapa del
desarrollo progresivo de la historia mundial de la humanidad...". Es una sociedad
concreta. 75 De acuerdo a Ricardo Juárez, es "un conjunto de fenómenos y procesos
basados en un tipo históricamente determinado de relaciones de producción".
Históricamente debiera entenderse no sólo como el hecho de que las relaciones sociales
son transitorias, sino sobre todo, que se forman a través del tiempo. “Es un conjunto de
individuos que se relacionan de determinada forma, que basan su existencia en
determinadas relaciones de producción, que se forman a través del tiempo y que por ello,
toda sociedad es una formación económico social.” 76
A Marx se debe la creación del concepto formación económico social y se usan
indistintamente los términos formación social o formación económico social. Esta
categoría permite diferenciar los períodos históricos y estudiar a la sociedad humana en
cada uno de ellos como un todo, en su unidad orgánica e interacción entre sus partes. El
paso de una formación social a otra superior se da por medio de una revolución social,
pero no es el hecho político ni la vida política la que determina la naturaleza de la
formación económico - social, sino la naturaleza de las relaciones económicas imperantes
en la sociedad, no sólo porque la sociedad funda su existencia física en las relaciones
económicas, sino porque la vida política de la sociedad está orientada a reproducir en
determinada forma a la vida económica de la sociedad.77
75 Noriega Castillo, Carlos. F. Formación Económico Social y Estado. USAC Fac. CCEE. 1994 Pg. 1
76 Flores Palacios Carlos. La Formación Económico Social y el Positivismo y su Desarrollo. 1998. Pg. 5
77 Flores Palacios, Carlos. Op. Cit. Pg. 5
131
determinado nivel del desarrollo de las fuerzas productivas. Ambas integran el modo de
producción.
En la base económica de la sociedad se llevan a cabo los procesos de producción,
distribución, cambio y consumo de los bienes materiales.
La chispa inicial, el motor del desarrollo social es el desarrollo de las fuerzas productivas;
cuando en una sociedad se frena el desarrollo de las fuerzas productivas, se producen
cataclismos sociales, crisis, contradicciones, que conllevan a transformaciones
estructurales y superestructurales que tienden a eliminar los mecanismos de freno e
impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas. Como se indicó, el modo de producción
es la unidad formada por las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción,
pero en el que las relaciones de producción son de un solo tipo: primitivas, asiáticas,
esclavistas, feudales, mercantiles simples capitalistas o socialistas. Cada tipo de
relaciones sociales engendra un modo de producción. La base económica la integran las
diversas relaciones de producción, y otros tantos modos de producción, pero, en ella, un
modo producción es dominante y subordina a los otros. Con el desarrollo de la sociedad,
diferentes modos de producción aparecen articulados entre sí en la base económica de la
sociedad. Esta es la razón por la que frecuentemente se subraya que la base económica
y la formación social son una imbricación o combinación de distintos modos de
producción. En el "Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política", al
referirse Marx a la base económica, únicamente menciona a las relaciones de
producción, porque como movimiento de las fuerzas productivas, considera a las
relaciones de producción como una forma de desarrollo de ellas, que también pueden
convertirse en su traba.
Lo que diferencia fundamentalmente a una formación económico - social de otra son las
relaciones sociales de producción, por ejemplo, lo que diferencia a una sociedad socialista
de una capitalista con similar grado de desarrollo de las fuerzas productivas son las
relaciones sociales de producción, vale decir, la propiedad sobre los medios de
producción; en una predomina la propiedad privada y en la otra la propiedad social y con
ello cambian también las instancias superestructurales. La principal relación social de
producción es la propiedad sobre los medios de producción y ésta tiene una expresión
jurídica, pues el derecho confirma y regula esta propiedad.
Cuando las relaciones de producción no corresponden a las fuerzas productivas, por el
contrario, embrecan su desarrollo, se provocan períodos de revolución social, se dan
transformaciones en la base económica que generan a su vez transformaciones en la
forma de normar y dirigir la sociedad así como en su manera de concebirla. Las
transformaciones afectan principalmente a las relaciones sociales de producción para
instaurar otras cualitativamente superiores en la interactividad humana y que se traduce
en el ascenso o desarrollo a una nueva formación económico social.
132
1.2.2 La Superestructura Social
Esencialmente, la superestructura social es una unidad que comprende un
conjunto de procesos que se derivan de la existencia física de la sociedad, de la base
económica, como lo son los procesos de dirección y regulación de la sociedad en su
conjunto, la reproducción y el reflejo en la conciencia, en la mente de las personas del
mundo real.
La superestructura social es una unidad derivada de la base económica y formada por
relaciones sociales no económicas (políticas, jurídicas, morales, etc.), las instituciones
superestructurales (el Estado, el Derecho, Los Códigos Morales, Etc.) y la conciencia
social. En la consideración de la esencialidad y unidad de la superestructura social, se
debe tener en cuenta que las relaciones superestructurales no sólo son momentos de la
aplicación de la conciencia a la vida social, sino la continuación y el fin del trabajo del
pensar y formas de justificar y legalizar o normar en determinada forma la vida social.
133
FORMACIÓN ECONÓMICO SOCIAL
S Conciencia Social
U
P
E Otras Relaciones Sociales
R
E
S Regulación Normación
T
R S
U Relaciones Sociales Morales
C E
T
U Regulación Normación R
R
A
Relaciones Sociales Jurídicas
S
O
C Dirección Dominación
I
A Relaciones Sociales Políticas
L
S
B O
A
S C
E
Producción Distribución I
E
C A
O
Cambio Consumo L
N
O
M
I
Relaciones Sociales de Producción
C
A
134
2. EL ESTADO
78 Laski Harold J. "Naturaleza del Estado". Introducción a la Ciencia Política. Selección de Lecturas. Licda. Edna Elizabeth
González Camargo. (Compiladora) Agosto 1996 Pág. 139. S.N.T.
79 Kelsen Hans. Teoría General del Estado. (Traducido al español del alemán por Luis Legaz Lacambra). México, Editorial
Nacional 1959 Pág. 4
80 Flores P., Carlos A. Estado y Aparato de Estado Pág. Documento fotocopiado S.N.T. Pág. 1
81 Cerroni Umberto. "La Política Como Ciencia Social". Introducción a la Ciencia Política. Ricardo Juárez Gudiel. Colección de
Textos No. 1 Departamento de Publicaciones Facultad de Ciencias Económicas, a segunda edición, marzo de 1985. Pág. 24
82 V. I. Lenin. "Acerca del Estado". Introducción a la Ciencia Política Selección de Textos por Ricardo Juárez Gudiel.
Departamento de Publicaciones Facultad de Ciencias Económicas, segunda reimpresión de la segunda edición, marzo de 1985.
Pág.48- 49.
83 V. I. Lenin. Op. Cit. Pág. 49
135
El Estado se considera algo destinado a resolver los conflictos sociales, un árbitro social,
una institución destinada a la búsqueda del bien común. Estas caracterizaciones niegan la
verdadera naturaleza de clase del Estado y tienen un carácter justificativo de la sociedad
divida en clases sociales.84
La noción objetiva de Estado que sirve de base para el desarrollo de la teoría política, es el
planteado por Lenin en sus diversas obras: “El Estado es una máquina para mantener el
dominio de una clase sobre otra” 85 “El Estado es una máquina destinada a la opresión de
una clase por otra, una máquina llamada a mantener sometidas a una sola clase todas las
demás clases subordinadas”86 “...el Estado es un órgano de dominación de clase, un
órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del orden que legaliza y afianza esta
opresión...”87 “El Estado es el más poderoso instrumento para la dominación de clase.”88
Lenin, aporta una explicación acerca del nacimiento del Estado, tomando en cuenta el
aparecimiento de la propiedad privada y de las clases sociales en su conferencia “Acerca
del Estado”. Para poder abordar adecuadamente este problema, dice, es necesario echar
una breve mirada al surgimiento y desarrollo del Estado. Hubo un tiempo en que el
Estado no existía. Este aparece en el lugar y época en que surge la división de la
sociedad en clases. Hasta que surgió la primera forma de división de la sociedad en
clases: esclavistas y esclavos, hasta este momento existió todavía la familia patriarcal, o
como a veces se suele llamar, el clan, la tribu, la familia. Antes no existía el Estado, no
existía un aparato especial para aplicar sistemáticamente la violencia y para someter a los
hombres a dicha violencia; este aparato es lo que se llama el Estado. En esta sociedad
primitiva en un estado próximo al salvajismo, lo que vemos es el dominio de las
costumbres, el prestigio, el respeto y el poder de que gozaban los viejos de la tribu y
vemos que este poder era reconocido, a veces, a las mujeres; pero no existía una
categoría especial de hombres que se destacaran para gobernar a otros y que en interés y
con fines de gobierno, poseyeran sistemática y permanentemente cierto aparato de
coerción, de violencia, como sucede en la actualidad: destacamentos armados de tropas,
de cárceles y demás medios de someter la voluntad ajena a la violencia, es decir, lo que
constituye la esencia del Estado.
Los esclavistas y los esclavos constituyen la primera gran división clasista. Los primeros
no sólo poseían los medios de producción, sino que también eran dueños de seres
humanos. La ley consolidaba este concepto. A este régimen siguió el feudalismo, la
136
división fundamental de la sociedad era en señores terratenientes y campesinos siervos
de la gleba, adscritos a la tierra; el señor terrateniente no era considerado ya dueño del
campesino, como de un objeto, sino que sólo tenía derecho a apropiarse de su trabajo y a
obligarle a ciertas prestaciones. En la sociedad feudal, a medida que se desarrollaba el
comercio y surgía el mercado mundial, a medida que se desarrollaba la circulación
monetaria, surgía una clase nueva: de los capitalistas. En el curso del siglo XVIII y
principios del siglo XIX tuvieron lugar revoluciones en todo el mundo; el régimen de la
servidumbre fue eliminado en todos los países de Europa Occidental, la división en clases
adquirió una nueva forma.
A pesar de los enormes cambios históricos y de todas las revoluciones relacionadas con
este desarrollo de la humanidad, se mantiene el Estado. A medida que surge y va
afianzándose la división de la sociedad en clases, surge y se afianza también el Estado.
Este ha sido siempre un aparato destacado de la sociedad y formado por un grupo de
personas que se ocupan únicamente o casi únicamente de gobernar. Este aparato, este
grupo de hombres que gobiernan a los demás, se apodera siempre de cierta máquina de
coerción, de una fuerza física; lo mismo da que esta violencia sobre los hombres se
exprese en las lanzas o espadas de la época de la esclavitud, o en el arma de fuego
aparecida en la edad media o técnicas basadas por entero en las últimas conquistas de la
técnica moderna como en el capitalismo actual. Existe en cada sociedad un grupo de
personas que gobiernan, que mandan, que dominan y que, para conservar el poder, tiene
en sus manos una máquina de coerción física, un aparato de violencia. No es posible
obligar a la mayor parte de la sociedad que trabaje sistemáticamente en beneficio de la
otra parte, sin un aparto permanente de coerción. 89
Las formas de gobierno responden, por su parte, a la forma particular en que cada grupo
gobernante ejerce el poder, según las condiciones concretas de cada país y las
condiciones internacionales, de manera que en cada tipo de Estado se dan diversas
formas de gobierno.
De acuerdo a Marta Harnecker, el carácter del Estado varía en relación con el carácter de
las relaciones de producción de una sociedad determinada. Lo que determina, por lo
tanto, el tipo de Estado es la estructura económica sobre la que el Estado se erige. Es así
como se pueden distinguir distintos tipos de Estado en relación con las diferentes
relaciones de producción: esclavista, feudal, capitalista, etc. 95
Dentro del marco de cada uno de estos tipos de Estado pueden darse diferentes formas
de gobierno, por ejemplo, dentro del tipo de Estado capitalista o burgués pueden existir
formas de gobierno que van desde la república democrática hasta la dictadura militar.
Harnecker también hace distinción entre clase dominante y casta gobernante. Por clase
138
dominante se entiende aquella clase que impone sus intereses al resto de las clases de
una formación social dada. Por casta gobernante: aquel sector social en cuyas manos
están las riendas del Estado, es decir el poder político. 96
En cada tipo de estado se han dado y se dan distintas formas de gobierno o también
llamadas formas de Estado. Para Lenin. “Cada tipo de Estado tiene como propias,
diferentes formas de gobierno, es decir, diversas formas de orden y organización para el
dominio de la clase gobernante”.97.
139
98
el punto de vista del desarrollo universal de la sociedad, constituye un enorme progreso.
Poulantzas señala los siguientes factores de diferenciación de las formas de Estado
capitalista: a) las relaciones de lo económico, de lo político y de la ideología en un estadio
determinado del modo de producción capitalista; b) los caracteres generales de la lucha
de clases en el período correspondiente de las formaciones capitalistas. 99
En el capitalismo se distinguen tres formas de gobierno: el gobierno parlamentario, el
gobierno presidencial y el gobierno fascista o la dictadura militar. ( Poulantzas indica que
el Estado fascista es una forma de estado específica o un Estado de excepción)
Los sistemas parlamentario y presidencialista se forman inspirados en el gobierno burgués
dividido en tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial separados, independientes y
equilibrados entre sí, planteado por Carlos Luis Montesquieu a finales del siglo XVIII, sin
embargo en la práctica, se desarrollan de una manera diferente.
99 Poulantzas, Nicos. Fascismo y Dictadura. México, Siglo XXI Editores. 5ª. Ed. 1974 Pág. 367
100 Análisis de los Sistemas Políticos S.N.T. Págs. 27 - 43
140
política nacional e internacional. 101 El gobierno es responsable ante el parlamento, éste
puede retirarle su apoyo si lo cree conveniente, por medio de un voto formal de censura o
simplemente no adhiriéndose a una propuesta gubernamental. El parlamento puede
forzar al gobierno a dimitir. El gobierno parlamentario en la práctica no constituye una
separación de poderes sino más bien una fusión de poderes. El parlamento, de acuerdo a
algunos autores, engloba los tres poderes: “es un sistema político en el que el ejecutivo,
en un tiempo separado, ha sufrido el ataque de la Asamblea (cámaras legislativas y a
veces también judiciales), que ha terminado por transformarse en un Parlamento que
incluye tanto al Gobierno como a la Asamblea”102
101 Paniagua Soto, Juan Luis. Regímenes Políticos. Aula Abierta Salvat. España, Salvat Editores S. A. 1981. Págs 18-19.
102 Análisis de los Sistemas Políticos Pág. 32
141
2.4.1.2.1 El Populismo
Fue un movimiento político que se dio principalmente después de la segunda guerra
mundial en América Latina, políticamente trata de desplazar el centro del poder
oligárquico agroexportador hacia una industrialización y modernismo basado en el
crecimiento del mercado interno. Se trató de una alianza de clases y grupos compuesto
por sectores de la burguesía industrial, pequeña burguesía, profesionales, sectores
militares, trabajadores, campesinos.
Ideológicamente expresa un nacionalismo, antiimperialista, que pretende defender e
interpretar los intereses populares. Busca la justicia social, realizar reformas sociales.
Una de sus características es el liderazgo personal de un jefe, el caudillismo. El líder
populista se presentaba directamente como defensor del pueblo. En Guatemala, el
movimiento populista estuvo representado por los gobiernos de Juan José Arévalo y
Jacobo Arbenz Guzmán, de 1944 a 1954.
De acuerdo con Theotonio Dos Santos, en su artículo “La Superación del Populismo”, las
condiciones sociales que generaron el populismo están en franca descomposición por los
siguientes hechos:
La burguesía industrial ya no es una clase ascendente en lucha contra el gobierno
oligárquico, por el contrario es una clase en el poder que domina el sector dinámico más
fuerte de la economía. Además es una clase más homogénea y concentrada, formada
fundamentalmente por el gran capital internacional, representado por sus gerentes en el
país y que domina frecuentemente el aparato estatal, la mayoría de la opinión publica y la
vida política del país. En estas condiciones, no cabe ya interés alguno en un movimiento
popular progresista que lucha por el industrialismo (ya victorioso), por el nacionalismo
antimperialista (ya superado) y antioligárquico (dado que la oligarquía rural
agroexportadora se ajustó a las reglas del juego del gran capital y lucha por sobrevivir en
cuanto le es posible).
La clase obrera ya no es una clase en formación, recién venida del campo, sus sectores
de base están constituidos por una población urbana con cerca de treinta años de
tradición obrera, sindical y reformista. Se ha desarrollado por ello una concepción de una
clase obrera exclusiva, que lucha primordialmente por mantener sus derechos adquiridos
frente a la mayoría de la población no integrada al sistema.
2.4.1.3 El Fascismo
El fascismo es un fenómeno político que corresponde a la etapa imperialista del
capitalismo y constituye la dictadura terrorista de los sectores más reaccionarios y
agresivos de la burguesía. Los regímenes fascistas surgieron en ciertos países europeos
y Japón que tuvieron un desarrollo tardío en el capitalismo. Fue fundado en Italia por
Benito Mussolini en 1919, en una época de crisis económica después de la primera guerra
mundial; fue un movimiento organizado en forma militar. La organización militar y las
manifestaciones de fuerza, le daban al movimiento un aspecto impresionante de
suficiencia y la apariencia de ofrecer a los pueblos europeos en crisis, un porvenir de
142
estabilidad y seguridad inconmovible.
La palabra fascismo significaba fasci da combatimento: haces o grupos unidos para el
combate, el símbolo del fascismo italiano era un fascio littorio, que era un hacha rodeada
por un haz de varillas.
El fascismo nació invocando la grandeza de la Roma imperial. Estimulado por el triunfo
fácil de Benito Mussolini en Italia, Adolfo Hitler fundó el Partido Nacional Socialista o Nazi
en 1923 al estilo del fascismo italiano. Las características del fascismo clásico fueron: el
delirio de grandeza imperial; así como los italianos pretendían resucitar el imperio romano,
los nazis aspiraban a dominar al mundo durante mil años. El fascismo japonés quería
imponer su dominio en toda Asia, el movimiento falangista español soñaba restaurar el
imperio de los reyes católicos. El fascismo alemán le imprime un nuevo ingrediente: el
racismo, su dominio quería implantarlo a través de la raza aria pura. Otra característica
fue el nacionalismo intenso reforzado que insistía en valores tradicionales de comunidad
de raza, de sangre, de suelo. El nacionalismo se expresaba también a través de una
concepción ultraderechista autoritaria en el sentido militar del término.
El recurso emocional que más utilizaba el fascismo era el engrandecimiento de la patria
mediante la guerra; la demanda de territorios adicionales para cubrir el llamado espacio
vital requería una preparación y propaganda militar permanentes. Efectivamente el eje
nazi - fascista compuesto por Alemania, Italia y Japón, emprendieron la segunda guerra
mundial como una guerra imperialista que pretendía redistribuir el mercado mundial (ya
previamente distribuido) a favor de estos países que llegaron tarde al industrialismo
capitalista. Internamente para garantizar la voluntad nacional, el fascismo tiene que
eliminar toda oposición. El movimiento socialista, por su carácter internacionalista y
democrático, representa su principal enemigo
De acuerdo a Martha Harnecker, “los partidos fascistas son partidos de masas
fuertemente estructurados, cuya base de afiliados, militantes y electores residen
esencialmente en la pequeña burguesía.”106 Las fases del fascismo son las siguientes:
Primera; el fascismo se lanza al hostigamiento del movimiento obrero a través de bandas
armadas que actúan en la práctica como “milicias anti obreras”. Segunda; el fascismo se
decide a conquistar el poder y cuenta con el consentimiento de la fracción más poderosa
de la burguesía y se ha asegurado la complicidad de los jefes de ejército y la policía.
Tercera: una vez conseguido el poder, se instaura la dictadura y se emprende con
despiadada energía la liquidación del equilibrio de clases, destruyendo las organizaciones
de la clase obrera y persiguiendo a sus dirigentes. 107
El fascismo responde a un carácter de clase, es un brazo armado del capital financiero y
de los círculos más agresivos del capitalismo internacionales. El fascismo europeo toma
fuerzas apoyándose en la desilusión de las capas medias, en sectores atrasados del
proletariado y en la juventud sin perspectivas. Estas capas medias pauperizadas por el
106 Harnecker, Marta "Una Aproximación al Fascismo". Introducción a la Ciencia política, Selección de lecturas. Pág. 335.
107 IBID. Págs. 336 - 337.
143
desempleo y la inflación, se convirtieron en la fuente de una masa enorme de gente
desilusionada y optaron por el proyecto fascista que ofrecía oportunidades en la
burocracia, la estabilidad y seguridad económica y social.108
Según Marta Harnecker, la dictadura fascista no es una dictadura cualquiera, es una
dictadura terrorista que se mantiene en el poder gracias a su represión organizada. Se
trata de una nueva forma de Estado que se denomina Estado de Excepción. Se trata de
Estados autoritarios, al servicio de la clase o fracción de clase dominante en que el
ejecutivo concentra en sus manos todo el poder, anulando la participación de la burguesía
en el poder político y sometiendo al resto de las clases a la voluntad del ejecutivo. Nicos
Poulantzas clasifica al Estado fascista como una forma de Estado perteneciente al tipo de
Estado capitalista, pero es una forma de Estado específica, una forma de Estado de
excepción, ya que corresponde a una crisis política. 109
108 Juárez Ricardo. El Fascismo. Contenido Mínimo para Catedráticos, Ciencia Política 1979 Págs. 1 - 5
109 Poulantzas, Nicos. Op. Cit. Pág. 366
144
fenómeno pudiese ocurrir”. 110 Indica también que en otros Países más atrasados de
América Latina no existe propiamente fascismo sino que son tiranías semicoloniales.
Dice que lo que define primordialmente al fascismo es su naturaleza de clase y cambio
cualitativo que impone a las formas del Estado; tampoco es una dictadura de la pequeña
burguesía y que ciertas características ideológicas pueden variar “...pero que siempre se
articulan sobre un eje que les confiere una identidad esencial, reflejo de la estructura básica
del fascismo: el rabioso anticomunismo.” “En cuanto a otros aspectos definitorios del
fascismo, o sea el hecho de que la dictadura terrorista del capital monopólico se ejerce
fundamentalmente en contra de la clase obrera, también parece difícil de impugnar. En
Latinoamérica las dictaduras se han implantado precisamente “contra el comunismo”. “El
proceso es tan brutal y desembozado, que uno puede formular la función del fascismo en
este terreno en términos inequívocos: se trata de producir mano de obra lo más barata
posible, en beneficio del capital monopolista, por métodos terroristas. Incluso es legitimo
afirmar que el fascismo es el eslabón político necesario para la rápida fusión del capital
monopólico nacional con el multinacional...”. “ Se trata de un terror moderno”
institucionalizado y sistemático, que sin duda marca un cambio radical en el funcionamiento
de la superestructura estatal”. La supresión total de las libertades democráticas.
Sin embargo, señala diferencias con el fascismo clásico:
Imposibilidad de conseguir una base de apoyo popular, o sea de sustentarse en algún
movimiento de masas.
Imposibilidad de implantar una política de tipo nacionalista, debido a nuestra
configuración dependiente.
El elemento nacional - chauvinista alemán o japonés se asentaba sobre un elemento
objetivo constituido sobre la posibilidad real de expansión del capital monopólico nativo
más allá de sus fronteras patrias.
El fascismo latinoamericano es en todo caso la alternativa política más expedita para la
desnacionalización de nuestras economías, como lo prueba el “milagro chileno”.
Incapaz de poner en marcha un proceso de desarrollo autosustentado, y con reales
posibilidades de expansión, el fascismo latinoamericano dista mucho de resolver la
crisis de las sociedades a las que subyuga.
La debilidad “civil” del fascismo señala su talón de Aquiles y abre la posibilidad de
conformar en un plazo más o menos breve un movimiento de masas, capaz de
derrotarlo.111
110 Cueva, Agustín. “La Cuestión del Fascismo” Revista Economía, IIES Fac. de CC.EE. USAC. Número 59, enero –
marzo 1979. Págs. 26 y 27.
111 Cueva, Agustín. Op. Cit. Págs. 27 – 40.
145
2.4.2 Formas de Gobierno en el Tipo de Estado Socialista
La formación económico-social y el modo de producción socialista se basa en la propiedad
social sobre los medios de producción. En Rusia, luego de la toma del poder por los
bolcheviques en octubre de 1917, se inició la revolución socialista, el Estado inició la
nacionalización de la industria, el comercio, la banca, la energía eléctrica, las
comunicaciones, etc.; en el campo se promovió la propiedad social cooperativa, 20 años
después, el 99% de los medios de producción eran ya de propiedad social. Rusia se
convirtió así en el primer país que adoptó el sistema socialista, fue la cuna del socialismo.
Luego de la toma del poder por los bolcheviques, se dieron diferentes acontecimientos
políticos, elección y disolución de la Asamblea Nacional Constituyente, una guerra civil
que duró 3 años, de 1918 a 1921; en 1922 se fundó la Unión soviética. El Primer
Congreso de los Soviets, celebrado el 30 de diciembre de 1922, decidió por unanimidad la
constitución de la Unión de las Repúblicas Socialistas soviéticas (URSS), formada por
Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Transcaucasia y las Repúblicas de Asia Central.112
La economía socialista se basa en enormes corporaciones que funcionan en a través de
una planificación centralizada. En la Unión soviética, la propiedad social fue inicialmente
de dos formas: 1) la propiedad estatal, donde el representante de la propiedad del pueblo
fue el Estado. 2) la propiedad cooperativa que se dio principalmente en el campo.
Después de la segunda guerra mundial y a raíz de ella, entre 1945 y 1948 se implantaron
en todo el este europeo una serie de gobiernos socialistas. Tales procesos no se llevaron
a cabo por revoluciones, tras la derrota del ejército Nazi por el ejército Rojo, éste hizo su
entrada en esos Países, donde después de instaurar gobiernos provisionales, los partidos
comunistas apoyados por las tropas soviéticas acabaron por hacerse con el poder. La
segunda guerra mundial también dio origen a un nuevo tipo de convulsión revolucionaria,
en los pueblos de Asia y África nacieron numerosos movimientos de liberación de sus
colonizadores y movimientos revolucionarios, por ejemplo en China, Vietnam, Camboya,
Angola, etc., también se dieron esta clase de movimientos en América Latina, por ejemplo
en Cuba, Nicaragua etc. 113 La implantación del socialismo en diversos países propició
que se establecieran dos formas de gobierno:
114 Colección Salvat. Regímenes Políticos. Barcelona, Salvat Editores 1981 Págs. 50 - 57
115 Marx, Carlos. “Crítica al Programa de Gotha.” Citado por Ricardo Juárez. El Estado. Pág. 4
147
la segunda fase. La elevación de productividad del trabajo a niveles sin precedentes,
propiciar la producción de una gran cantidad y variedad de satisfactores; Esto, permitirá, a
su vez, ir satisfaciendo las necesidades sociales y las diferencias sociales irán
desapareciendo. En esa misma medida el Estado se irá extinguiendo, como una fuerza
organizada de opresión.
Esta etapa requiere el mayor desarrollo posible de las fuerzas productivas, y que siendo
más desarrollados todos los hombres en un mismo sentido tenderían a ser más iguales
entre sí y a tener necesidades similares.116
La expresión “el Estado se extingue” es muy apropiada pues señala el carácter gradual y
espontáneo del proceso. Sólo la fuerza de la costumbre puede ejercer y ejercerá esa
influencia, pues se puede observar con qué facilidad se habitúa la gente a guardar las
reglas de convivencia necesarias si no hay explotación, si no hay nada que indigne a la
gente y provoque protestas y sublevaciones, creando la necesidad de la explotación.117
La segunda fase o fase superior de la sociedad comunista es pues una sociedad donde
ya no existen las diferencias sociales, el desarrollo de las fuerzas productivas, de la
técnica, de la calificación de la mano de obra, permitirá que en un tiempo corto, se
produzca gran cantidad de bienes para la distribución y el consumo social; el resto del
tiempo se empleará para la formación cultural, científica, deportiva de los seres humanos.
Esta fase es todavía un planeamiento teórico y en cierto sentido, todavía es una utopía.
116 Flores P. Carlos A. Marco Teórico Metodológico. Guatemala, julio de 1998. S.N.T. Pág. 46
117 V. I. Lenin. Op. Cit Pág. 68
148
3. EL PODER
118 Facultad de Ciencias Económicas. USAC. Corrientes del Pensamiento Social. Mayo 1979 Págs. 78 y 79
119 Poulantzas Nicos. Poder Político y Clases Sociales en el Estado Capitalista. Traducción de Florentino M. Torner.
Colombia, Siglo XXI Editores S. A. 1982, Vigésima edición en español. Pág. 125
149
de presión, o bien poder como revestido de ascendiente, prestigio, glamour, es decir,
poder como autoridad. 120
G. Vedel: Poder; “fenómenos de mando en la sociedad”
De las anteriores definiciones se extraen dos elementos: 1) que las relaciones de poder
son relaciones entre personas, son relaciones sociales; 2) que en esa relación de poder,
una persona o grupo está en la capacidad de imponer su voluntad a otras.
El aparato de Estado está formado principalmente por los cuerpos políticos (ejército y
policía), la burocracia, los funcionarios. El aparato de Estado es la máquina misma del
Estado compuesta por las instituciones centralizadas, descentralizadas, autónomas y
semiautónomas del Estado.
El Estado no tiene poder en sí mismo, cuando se; habla de poder del Estado, se hace
referencia al poder que ejercen las clases a través del Estado. Las diversas instituciones
sociales y más particularmente el Estado, no tiene poder propiamente hablando. (Juárez
Ricardo). Las instituciones, no pueden sino ser referidas a las clases sociales que
detentan el poder.
Lenin hace una distinción entre poder del estado y aparato de estado. El aparato de
estado indica dos cosas: a) el lugar del Estado en el conjunto de las estructuras de una
formación económico social, en suma, las diversas funciones técnico - económica, política,
ideológica del Estado. b) el personal del Estado, los cuadros de la administración, de la
burocracia, del ejército, etc. Por poder del Estado, indica, la clase social o fracción de
clase que detenta el poder.124
151