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Tabla 8-8 MÚSCULOS EXTRÍNSECOS DEL BULBO OCULAR

Músculo Origen Inserción Inervación Acción Principal


Elevador del Ala menor del Tarso superior y piel del Nervio oculomotor Eleva el párpado superior
párpado superior esfenoides, párpado superior (NC III); la capa
superior y anterior profunda (músculo
al conducto óptico tarsal superior) está
inervada por fibras
simpáticas
Oblicuo Superior Cuerpo del El tendón pasa a través del Nervio troclear (NC Abduce, desciende y rota
esfenoides anillo o tróclea fibrosa, IV) medialmente el bulbo ocular
cambia de dirección y se
inserta en la esclera,
profundo al músculo recto
superior.
Oblicuo Inferior Porción anterior de Esclera profunda al Nervio Oculomotor Abduce, eleva y rota medialmente el
la pared de la órbita músculo recto lateral (NC III) bulbo ocular
Recto Superior Eleva, abduce y rota mediamente el
Anillo tendinoso Esclera, justo posterior a la bulbo ocular
Recto Inferior común unión escleromedial Desciende, aduce y rota lateralmente
el bulbo ocular
Recto Medial Aduce el bulbo ocular
Recto Lateral Nervio abducens (NC Abduce el bulbo ocular
VI)

Tabla 8-9 ARTERIAS DE LA ÓRBITA

Arteria Origen Recorrido y Distribución


Oftálmica Arteria carótida interna Atraviesa el conducto óptico para alcanzar la cavidad orbitaria

Arteria central de la retina Atraviesa la vaina externa (dural) del nervio óptico y discurre hacia el bulbo
ocular; se ramifica en el centro del disco óptico; irriga la porción óptica de la
retina (excepto los conos y bastones)
Supraorbitaria Discurre superior y posteriormente desde el foramen supraorbitario, para
irrigar la frente y la piel cabelluda
Supratroclear Arteria oftálmica Pasa desde el borde supraorbitario hacia la frente y la piel cabelluda
Lagrimal Pasa a lo largo del borde superior del musculo recto lateral para irrigar la
glándula lagrimal, la conjuntiva y los parpados
Dorsal de la nariz Discurre a lo largo de la cara dorsal de la nariz e irriga su superficie
Ciliares posteriores cortas Atraviesan la esclera en la periferia del nervio óptico para irrigar la coroides,
al tiempo que irrigan los conos y bastones de la porción óptica de la retina
Ciliares posteriores largas Atraviesan la esclera para irrigar el cuerpo ciliar y el iris
Etmoidal posterior Pasa a través del foramen etmoidal posterior hacia las celdillas etmoidales
posteriores
Etmoidal anterior Pasa a través del foramen etmoidal anterior hacia la fosa craneal anterior;
irriga las celdillas etmoidales anteriores y medias, el seno frontal, la cavidad
nasal y la piel del dorso de la nariz
Ciliar anterior Ramas musculares de la Atraviesa la esclera a nivel de las inserciones de los músculos rectos y forma
arteria oftálmica una red en el iris y el cuerpo ciliar
Infraorbitaria Tercera porción de la Pasa a lo largo del surco y el foramen infraorbitarios hacia la cara
arteria maxilar
Tabla 9-1 REGIONES/TRIÁNGULOS CERVICALES Y CONTENIDOS

Región Principales contenidos y estructuras subyacentes


Región Músculo esternocleidomastoideo; porción superior de la vena yugular externa; nervio auricular mayor;
esternocleidomastoidea nervio transverso del cuello
Fosa supraclavicular menor Porción inferior de la vena yugular interna
Región cervical posterior Músculo trapecio; ramos cutáneos de los ramos posteriores de los nervios espinales cervicales; la región
o triángulo suboccipital se sitúa profunda a la porción superior de esta región
Región cervical lateral (triángulo posterior)
Triángulo occipital Parte de la vena yugular externa; ramos posteriores del plexo nervioso cervical; nervio accesorio (NC XI);
troncos cervicodorsal; nódulos linfáticos cervicales
Triángulo omoclavicular Arteria subclavia (tercera porción); parte de la vena subclavia (en algunos casos); arteria supraescapular;
(subclavio) nódulos linfáticos supraclaviculares
Región cervical anterior (triángulo anterior)
Triángulo submandibular La glándula submandibular casi llena el triángulo; nódulos linfáticos submandibulares; nervio hipogloso
(digástrico) (NC XII); nervio milohioideo; porciones de la arteria y venas faciales
Triángulo submentoniano Nódulos linfáticos submentonianos y pequeñas venas que se unen para formar la vena yugular anterior
Triángulo carotideo Vaina carotídea que contiene la arteria carótida común y sus ramas; vena yugular interna y sus tributarias,
nervio vago; arteria carótida externa y algunas de sus ramas; nervio hipogloso (NC XII) y raíz superior del
asa cervical; nervio accesorio (NC XI); glándula tiroides, laringe y faringe; nódulos linfáticos cervicales
profundos; ramos del plexo cervical
Triángulo muscular Músculos esternotiroideo y esternohioideo; glándulas tiroides y paratiroides
(omotraqueal)
Tabla 9-2 MÚSCULOS CUTÁNEOS Y SUPERFICIALES DEL CUELLO

Músculo Inserción Inserción Inervación Acción (es) Principal (es)


superior/medial inferior/lateral
Platisma Borde inferior de la Fascia que cubre las Ramo cervical del Tira de las comisuras de los labios inferiormente y
mandíbula, piel y porciones nervio facial (NC ensancha la boca en las expresiones de tristeza o miedo;
tejido subcutáneo superiores de los VII) con los dientes apretados, tracciona de la piel del cuello
de la porción músculos pectoral superiormente
inferior de la cara mayor y deltoides
Esternocleid Cara lateral del • Cabeza Nervio accesorio • Contracción unilateral: inclina la cabeza hacia el
omastoideo proceso mastoides esternal: cara (NC XI; motor); mismo lado (es decir, flexiona el cuello lateralmente)
del hueso temporal anterior del nervios C3 y C4 y lo rota, de manera que la cara gira superiormente
y mitad lateral de la manubrio del (dolor y hacia el lado opuesto
línea nucal superior esternón propiocepción) • Contracción bilateral:
• Cabeza 1. Extiende el cuello al nivel de las articulaciones
clavicular: cara atlanto-occipitales
superior del 2. Flexiona las vertebras cervicales de manera que
tercio medial el mentón se acerca al manubrio
de la clavícula 3. Extiende las vertebras cervicales superiores al
tiempo que flexiona las inferiores, de manera
que el mentón es empujado hacia delante y se
mantiene la cabeza nivelada
Con las vertebras cervicales fijadas, puede elevar el
manubrio y los extremos mediales de las clavículas
ayudando a la acción de “palanca de bomba de agua” en
respiración profunda
Trapecio Tercio medial de la Tercio lateral de la Nervio accesorio Eleva, retrae y rota la escápula superiormente
línea superior, clavícula, acromion (NC XI; motor); • Fibras descendentes (superiores): eleva la cintura
protuberancia y espina de la nervios C3 y C4 escapular, mantiene el nivel del hombro contra
occipital externa, escápula (dolor y resistencia o contra la gravedad
ligamento nucal, propiocepción) • Fibras transversales (medias): retraen la escápula
procesos espinosos • Fibras ascendentes (inferiores): desciende la
de las vertebras C7- escápula/hombro
T12 y procesos • Fibras ascendentes y descendentes juntas: rota la
espinosos lumbares espina de la escápula superiormente
y sacros Con los hombros fijos, la contracción bilateral extiende el
cuello; la contracción unilateral produce flexión lateral
hacia el mismo lado
Tabla 9-3 MÚSCULOS DE LA REGIÓN CERVICAL ANTERIOR (MÚSCULOS
EXTRÍNSECOS DE LA LARINGE)

Músculo Origen Inserción Inervación Acción (es) Principal (es)


Músculos Suprahioideos
Milohioideo Línea milohioidea Rafe milohioideo Nervio milohioideo, ramo del Eleva el hioides, el suelo de la boca y
de la mandíbula y cuerpo del nervio alveolar inferior (del la lengua durante la deglución y el
hioides nervio mandibular, NC V3) habla
Genihioideo Espina mentoniana C1 a través del nervio Tira del hioides
inferior de la hipogloso (NC XII) anterosuperiormente; acorta el suelo
mandíbula Cuerpo del de la boca; ensancha la faringe
Estilohioideo Proceso estiloides hioides Ramo estilohioideo Eleva y retrae el hioides, alargando así
del hueso temporal (preparatiroideo) del nervio el suelo de la boca
facial (NC VII)
Digástrico Vientre anterior: Nervio milohioideo, ramo del Junto con los músculos infrahioideos,
fosa digástrica de la nervio alveolar inferior desciende la mandíbula contra
mandíbula Tendón resistencia; eleva y fija el hioides
Vientre posterior: intermedio en el Ramo digástrico del nervio durante la deglución y el habla
incisura mastoidea cuerpo y cuerno facial (NC VII)
del hueso temporal mayor del hioides
Músculos Infrahioideos
Esternohioideo Manubrio del Cuerpo del Desciende el hioides, tras la
esternón y hioides elevación, durante la deglución
extremidad medial
de la clavícula C1-C3 mediante un ramo del
Omohioideo Borde superior de la Borde inferior del asa cervical Desciende, retrae y fija el hioides
escápula cerca de la hioides
incisura de la
escápula
Esternotiroideo Cara posterior del Línea oblicua del C1 y C3 mediante un ramo del Desciende el hioides y la laringe
manubrio del cartílago tiroides asa cervical
esternón
Tirohioideo Línea oblicua del Borde inferior del C1 a través del nervio Desciende el hioides y eleva la laringe
cartílago tiroides cuerpo y cuerno hipogloso (NC XII)
mayor del hioides
Tabla 9-4 MÚSCULOS PREVERTEBRALES

Músculo Origen Inserción Inferior Inervación Acción Principal


Músculos vertebrales anteriores
Largo del cuello Tubérculo anterior de la Cuerpos de las Ramos anteriores de Flexiona el cuello con rotación
vertebra C1 (atlas): vértebras C5-T3 los nervios espinales (torsión) hacia ellado opuesto si actúa
Cuerpos de C1-C3 y procesos C2-C6 unilateralmente
procesos transversos de transversos de las
las vértebras C3-C6 vértebras C3-C5
Largo de la cabeza Porción basilar del hueso Tubérculos Ramos anteriores de
occipital anteriores de los los nervios espinales
procesos trasversos C1-C3
de C3-C6
Recto anterior de la Base del cráneo, justo Cara anterior de la Ramos del asa entre Flexionan la cabeza
cabeza anterior al cóndilo masa lateral del los nervios espinales
occipital atlas (vértebra C1) C1 y C2
Escaleno anterior Procesos transversos de Primera costilla Nervios espinales
las vértebras C3-C6 C4-C6
Músculos vertebrales laterales
Recto lateral de la Proceso yugular del Proceso transverso Ramos del asa entre Flexiona la cabeza y ayuda a
cabeza hueso occipital del atlas (vértebraC1) los nervios espinales estabilizarla
C1 y C2
Esplenio de la Mitad inferior del Cara lateral del Ramos posteriores de Flexiona lateramente y rota la
cabeza ligamento nucal y proceso mastoides y los nervios espinales cabeza y el cuello hacia el mismo
procesos espinosos delas tercio lateral de la cervicales medios lado; si actúa bilateralmente,
seis vértebras torácicas línea nucal superior extiende la cabeza y el
superiores cuello
Elevador de la Tubérculos posteriores Porción superior del Nervio dorsal de la Rota la escápula hacia abajo e
escápula de los procesos borde medial de la escápula (C5) y inclina la cavidad glenoidea
transversos de las escápula nervios espinales C3 inferiormente,
vértebras C2-C6 y C4 rotando la escápula
Escaleno medio Cara superior de la Ramos anteriores de Flexiona lateramente al cuello; eleva
primera costilla: los nervios espinales la primera costilla durante la
Tubérculos posteriores posterior al surco cervicales inspiración forzada
de los procesos de ja arteria
transversos de las subclavia
Escaleno posterior vértebras C5-C7 Borde externo de la Ramos anteriores de Flexiona lateralmente el cuello;
segunda costilla los nervios espinales eleva la segunda
C7 y C8 costilla durante la inspiración forzada
Tabla 9-5 MÚSCULOS DE LA LARINGE

Músculo Origen Inserción Inervación Acción (es) Principal (es)


Cricotiroideo Porción Borde inferior y Nervio laríngeo Tracciona y tensa elligamento vocal
anterolateral del cuerno inferior del externo (del NC X)
cartílago cricoides cartílago
tiroides
Tiroaritenoideo Mitad inferior de Cara anterolateral del Relaja el ligamento vocal
la cara posterior aritenoides
del ángulo de la
lámina del
cartílago tiroides y
ligamento
cricotiroideo
Cricoaritenoideo Cara posterior de la Proceso vocal del Abduce el pliegue vocal
posterior lámina del cartílago cartílago aritenoides Nervio laríngeo
cricoides inferior (porción
Cricoaritenoideo Arco del cartílago terminal del nervio Aduce el pliegue vocal
lateral cricoides laríngeo recurrente, (porción Interligamentosa)
del NC X)
Aritenoideos Un cartílago Cartílago aritenoides Aducen los cartílagos aritenoides
transverso y aritenoides contralateral (aduciendo laporción Intercartilaginosa
oblicuo de los pliegues vocales, cerrando la
hendidura
glótica posteriormente)
Vocal Cara lateral del Ligamento vocal Relaja la porción posteriordel ligamento
proceso vocal del homolateral vocal mientras mantiene (o incrementa)
cartílago la tensión de la porción anterior
aritenoides
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desembocan en los senos transverso y sigmoideo (v. fig. 8-32).

OJO, ÓRBITA, REGIÓN ORBITARIA Y BULBO OCULAR


El ojo es el órgano de la visión y está formado por el bulbo ocular y el nervio óptico.
La órbita contiene el ojo y sus estructuras visuales accesorias. La región orbitaria
es el área de la cara superpuesta a la órbita y al bulbo ocular, e incluye los párpados
superior e inferior y el aparato lagrimal.

FIGURA 8-44. Órbitas y ubicación en ellas de los bulbos oculares. A) Obsérvese la disposición de las
órbitas entre sí y con respecto a los ejes ópticos (línea de mirada). Las órbitas están separadas por celdillas
etmoidales y la parte superior del septo y la cavidad nasal. B) Paredes óseas de la órbita. La vista anterolateral
ofrece una imagen de la órbita y el vértice, que se encuentran en el plano sagital y no se aprecian bien en la
vista anterior.

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FIGURA 8-45. Órbita, bulbo ocular y párpados. A) Sección sagital de la órbita que muestra su contenido.
Recuadro, sección transversal del nervio óptico (NC II). El espacio subaracnoideo que rodea al nervio óptico
se continúa con el espacio entre la aracnoides y la piamadre que cubre el encéfalo. Los números se refieren a
las estructuras identificadas en B. B) Resonancia magnética que muestra una sección sagital similar a A. M,
seno maxilar; S, vena oftálmica superior; arco, conducto óptico. C) Detalle del párpado superior. El tarso
constituye el esqueleto del párpado y contiene las glándulas del tarso. (Parte B por cortesía del Dr. W.
Kucharczyk, Professor and Neuroradiologist Senior Scientist, Department of Medical Imaging, University
Health Network, Toronto, Ontario, Canada.)

Órbitas
Las órbitas son cavidades óseas bilaterales en el esqueleto facial. Su aspecto es
semejante al de pirámides cuadrangulares huecas, con sus bases dirigidas
anterolateralmente y sus vértices posteromedialmente (fig. 8-44 A). Las paredes
mediales de ambas órbitas, separadas por las celdillas etmoidales y las porciones
superiores de la cavidad nasal, son casi paralelas, mien-tras que sus paredes laterales

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forman aproximadamente un ángulo recto (90º).


Por lo tanto, los ejes de las órbitas divergen unos 45º. Sin embargo, los ejes
ópticos (ejes de la mirada, dirección o línea visual) de ambos bulbos oculares son
paralelos, y en la posición anatómica van dirigidos anteriormente («mirada al
frente»). La posición de los bulbos oculares se conoce como posición primaria. Las
órbitas y la región orbitaria anterior a ellas contienen y protegen los bulbos oculares
y las estructuras visuales accesorias (fig. 8-45), que son:

Los párpados, que están unidos a las órbitas anteriormente y controlan la


exposición del bulbo ocular anterior.
Los músculos extrínsecos del bulbo ocular, que posicionan el bulbo ocular y
elevan el párpado superior.
Los nervios y vasos en tránsito hacia los bulbos oculares y los músculos.
La fascia orbitaria que rodea los bulbos oculares y los músculos.
La mucosa (conjuntiva) que tapiza los párpados, la cara anterior de los bulbos
oculares y la mayor parte del aparato lagrimal que la lubrifica.

Todo el espacio en el interior de las órbitas que no está ocupado por estas
estructuras contiene la grasa orbitaria (cuerpo adiposo de la órbita), que forma una
matriz en la cual están inmersas las estructuras de la órbita.
La órbita, con forma de pirámide cuadrangular, posee una base, cuatro paredes y
un vértice (fig. 8-44 B):

La base de la órbita está limitada por el borde de la cavidad orbitaria, que


rodea la entrada de la órbita. El hueso que forma el borde está reforzado para
proteger el contenido orbitario, y proporciona inserción al septo orbitario, una
membrana fibrosa que se extiende hacia los párpados.
La pared superior (techo) es aproximadamente horizontal y está formada por
la porción orbitaria del hueso frontal, que separa la cavidad orbitaria de la fosa
craneal anterior. Cerca del vértice de la órbita, la pared superior está formada
por el ala menor del esfenoides. Anterolateralmente, una depresión superficial
en la porción orbitaria del hueso frontal, denominada fosa de la glándula
lagrimal (fosa lagrimal), aloja dicha glándula.
Las paredes mediales de ambas órbitas son casi paralelas y están formadas
principalmente por la lámina orbitaria del etmoides, además de recibir
contribuciones del proceso frontal del maxilar, y los huesos lagrimal y
esfenoides. Ante-riormente, la pared medial presenta incisuras para el surco
lagrimal y la fosa del saco lagrimal; la tróclea (polea) para el tendón de uno
de los músculos extrínsecos del bulbo ocular está localizada superiormente.
Gran parte del hueso que forma la pared medial es delgado como un papel; el
hueso etmoides está muy neumatizado por las celdillas etmoidales, a menudo
visibles a través del hueso en un cráneo desecado.
La pared inferior (piso orbitario) está formado principalmente por el maxilar y
en parte por los huesos cigomático y palatino. La delgada pared inferior es
compartida por la órbita y el seno maxilar. Se inclina inferiormente desde el
vértice hacia el borde inferior de la órbita. La pared inferior está delimitada de

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la pared lateral de la órbita por la fisura orbitaria inferior, un hiato entre las
caras orbitarias del maxilar y el esfenoides.
La pared lateral está formada por el proceso frontal del hueso cigomático y
el ala mayor del esfenoides. Es más fuerte y gruesa, hecho importante porque es
la que se halla más expuesta y es más vulnerable a un traumatismo directo. Su
porción posterior separa la órbita de las fosas temporal y craneal media. Las
paredes laterales de ambas órbitas son casi perpendiculares entre sí.
El vértice de la órbita se halla en el conducto óptico en el ala menor del
esfenoides, inmediatamente medial a la fisura orbitaria superior.

La parte más ancha de la órbita corresponde al ecuador del bulbo ocular (fig. 8-45
A), una línea imaginaria que lo rodea y se halla equidistante a sus polos anterior y
posterior. Los huesos que forman la órbita están tapizados por la periórbita, el
periostio orbitario. La periórbita se continúa:

En el conducto óptico y la fisura orbitaria superior, con la capa perióstica de la


duramadre.
Sobre el borde de la cavidad orbitaria y a través de la fisura orbitaria inferior,
con el periostio que cubre la superficie externa del cráneo (pericráneo).
Con el septo orbitario en los bordes de la órbita.
Con las vainas fasciales de los músculos extrínsecos del bulbo ocular.
Con la fascia orbitaria que forma la vaina fascial del bulbo ocular.

Párpados y aparato lagrimal


Los párpados y el líquido lagrimal secretado por las glándulas lagrimales protegen la
córnea y los bulbos oculares frente a los traumatismos y la irritación (p. ej., por el
polvo y las pequeñas partículas).

PÁRPADOS
Los párpados son repliegues móviles que cubren el bulbo ocular anteriormente
cuando están cerrados, y por tanto protegen frente a los traumatismos y la luz
excesiva. También mantienen la córnea húmeda al extender sobre ella el líquido
lagrimal. Los párpados están cubiertos externamente por una piel delgada, e
internamente por una mucosa transparente, la conjuntiva palpebral (fig. 8-45 A y
C). Esta parte de la conjuntiva se refleja sobre el bulbo ocular, donde se continúa con
la conjuntiva bulbar, delgada y transparente, que se halla unida laxamente a la cara
anterior del bulbo ocular (esclera o «parte blanca»), que contiene pequeños vasos
sanguíneos visibles. La conjuntiva bulbar se adhiere a la periferia de la córnea (fig. 8-
46 B). Las líneas de reflexión de la conjuntiva palpebral sobre el bulbo ocular forman
unos profundos fondos de saco, los fórnix conjuntivales superior e inferior (figs. 8-
45 A y 8-46).

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FIGURA 8-46. Aparato lagrimal y parte anterior del bulbo ocular. A) Componentes del aparato lagrimal,
por los que las lágrimas fluyen desde la cara superolateral del saco conjuntival (líneas de trazos) hasta la
cavidad nasal. B) Anatomía de superficie del ojo. La capa fibrosa externa del bulbo ocular incluye la firme
esclera blanca y la córnea transparente central, a través de la cual puede apreciarse el iris pigmentado con su
abertura, la pupila. Se ha realizado la ever-sión del párpado inferior para mostrar la reflexión de la conjuntiva
desde la cara anterior del bulbo ocular hacia la cara interna del párpado. El pliegue semilunar es un pliegue
vertical de conjuntiva junto al ángulo medial, en la carúncula lagrimal.

El saco conjuntival es el espacio limitado por las conjuntivas palpebral y bulbar;


es un espacio cerrado cuando los párpados están cerrados, pero presenta una abertura
anterior, la hendidura palpebral, cuando el ojo está abierto (los párpados se hallan
separados) (fig. 8-45 A). El saco conjuntival es una forma especializada de «bolsa»
mucosa que permite que los párpados se muevan libremente sobre la superficie del
bulbo ocular cuando se abren y cierran.
Los párpados superior e inferior están reforzados por unas láminas densas de

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tejido conectivo, los tarsos superior e inferior, que forman el «esqueleto» de los
párpados (figs. 8-45 C y 8-47 A). Algunas fibras de la porción palpebral del músculo
orbicular del ojo (el esfínter de la hendidura palpebral) se hallan en el tejido
conectivo superficialmente con respecto a estos tarsos y profundamente a la piel de
los párpados (fig. 8-45 C). Incluidas en los tarsos se hallan las glándulas tarsales,
que producen una secreción lipídica que lubrifica los bordes de los párpados y les
impide adherirse entre sí al cerrar los ojos. Además, esta secreción forma una barrera
que no cruza el líquido lagrimal cuando se produce en cantidades normales. Si la
producción es excesiva, se desparrama sobre la barrera y aparece en las mejillas en
forma de lágrimas.

FIGURA 8-47. Esqueleto de los párpados y vista anterior de la órbita. A) Tarsos superior e inferior con
sus inserciones. Los bordes ciliares están libres, aunque se fijan periféricamente al septo orbitario (fascia

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palpebral en el párpado). B) En esta disección de la órbita se han retirado los párpados, el septo orbitario, el
elevador del párpado superior y parte del tejido adiposo. Se observa parte de la glándula lagrimal entre la
pared ósea de la órbita, lateralmente, y el bulbo ocular y el músculo recto lateral, medialmente. Se observan de
forma medial las estructuras que reciben el drenaje lagrimal desde el saco conjuntival.

Las pestañas se encuentran en los bordes de los párpados. Las grandes glándulas
sebáceas asociadas con las pestañas son glándulas ciliares. Las uniones de los
párpados superior e inferior constituyen las comisuras palpebrales medial y lateral,
que definen los ángulos medial y lateral del ojo, o cantos (figs. 8-46 B y 8-47 A).
Entre la nariz y el ángulo medial del ojo se halla el ligamento palpebral medial,
que conecta los tarsos al borde medial de la órbita (fig. 8-47 A). El músculo orbicular
del ojo se origina e inserta en este ligamento. El ligamento palpebral lateral, similar
al anterior, une los tarsos al borde lateral de la órbita, pero no proporciona ninguna
inserción muscular directa.
El septo orbitario es una membrana fibrosa que se extiende desde los tarsos
hasta los bordes de la órbita, donde se continúa con el periostio (figs. 8-45 A y 8-47
A). Sirve de contención para la grasa orbitaria y, debido a su continuidad con la
periórbita, puede evitar que una infección se propague hacia la órbita y desde ella. El
septo constituye en gran parte la fascia posterior del músculo orbicular del ojo.

APARATO LAGRIMAL
El aparato lagrimal (figs. 8-46 A y 8-47 B) se compone de:

Glándula lagrimal. Secreta el líquido lagrimal, una solución salina fisiológica


acuosa que contiene lisozima, una enzima bactericida. El líquido humedece y
lubrifica las superficies de la conjuntiva y la córnea, y proporciona a esta
algunos nutrientes y oxígeno disuelto; cuando se produce en exceso constituye
las lágrimas.
Conductos excretores de la glándula lagrimal. Transportan el líquido
lagrimal desde las glándulas lagrimales al saco conjuntival (fig. 8-46 A).
Conductillos lagrimales. Comienzan en el punto lagrimal (abertura) de la
papila lagrimal, cerca del ángulo medial del ojo, y drenan el líquido lagrimal
desde el lago lagrimal (un espacio triangular en el ángulo medial del ojo donde
se acumulan las lágrimas) al saco lagrimal (la parte superior dilatada del
conducto nasolagrimal) (figs. 8-46 A y 8-47 B).
Conducto nasolagrimal. Conduce el líquido lagrimal al meato nasal inferior
(parte de la cavidad nasal, inferior a la concha o cornete nasal inferior, la más
inferior de las crestas curvadas hacia abajo en la pared lateral de la cavidad
nasal).

La glándula lagrimal, de forma almendrada y unos 2 cm de longitud, está situada


en la fosa de la glándula lagrimal, en la parte superolateral de la órbita (figs. 8-44 B,
8-46 A y 8-47 B). La glándula está dividida en una parte superior orbitaria y otra
inferior palpebral por la expansión lateral del tendón del elevador del párpado
superior (fig. 8-46 A). También se encuentran glándulas lagrimales accesorias, a
veces en la parte media del párpado o a lo largo de los fórnix superior o inferior del
saco conjuntival. Son más numerosas en el párpado superior que en el inferior.

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La producción de líquido lagrimal se estimula por impulsos parasimpáticos del


NC VII. El líquido se secreta a través de 8 a 12 conductos excretores, que se abren en
la parte lateral del fórnix conjuntival superior del saco conjuntival. El líquido fluye
inferiormente dentro del saco por la fuerza de la gravedad. Cuando la córnea se seca,
el ojo parpadea. Los párpados se ponen en contacto en una secuencia lateral a medial,
lo que empuja una película de líquido medialmente sobre la córnea, de modo algo
parecido a lo que ocurre con un limpiaparabrisas. De esta manera, el líquido lagrimal
con material extraño, como polvo, es impulsado hacia el ángulo medial del ojo y se
acumula en el saco lagrimal. El efecto capilar hace que el líquido drene hacia los
canalículos lagrimales. La acción del músculo orbicular de los ojos, unido en parte al
saco lagrimal, facilita el traslado del líquido al saco (figs. 8-46 A y B, y 8-47 B;
Fernández-Valencia et al., 1990).

FIGURA 8-48. Inervación de la glándula lagrimal. El nervio facial (NC VII), el nervio petroso mayor y el
nervio del conducto pterigoideo proporcionan fibras parasimpáticas presinápticas al ganglio pterigopalatino.
Aquí se producen las sinapsis entre fibras presinápticas y postsinápticas. Los nervios maxilar, infraorbitario,
cigomático y lagrimal conducen las fibras postsinápticas a la glándula.

Desde dicho saco, el líquido pasa al meato nasal inferior de la cavidad nasal por el
conducto nasolagrimal, y drena posteriormente a través de la pared inferior (piso) de
la cavidad nasal a la nasofaringe, y más tarde se deglute. Además de limpiar las
partículas y el material irritante del saco conjuntival, el líquido lagrimal aporta
nutrientes y oxígeno a la córnea.
La inervación de la glándula lagrimal se realiza por parte del simpático y el
parasimpático (fig. 8-48). Las fibras secretomotoras parasimpáticas presinápticas
llegan desde el nervio facial por el nervio petroso mayor, y luego por el nervio del
conducto pterigoideo al ganglio pterigopalatino, donde establecen sinapsis con los
cuerpos celulares de las fibras postsinápticas. Las fibras simpáticas postsinápticas

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vasoconstrictoras, que llegan desde el ganglio cervical superior por el plexo


carotídeo interno y el nervio petroso profundo, se unen a las fibras parasimpáticas
para formar el nervio del conducto pterigoideo y atravesar el ganglio pterigopalatino.
El ramo terminal comunicante del nervio cigomático (del NC V2) lleva ambos tipos
de fibras al ramo lagrimal del nervio oftálmico, por el cual penetran en la glándula (v.
cap. 10).

Bulbo ocular
El bulbo ocular contiene el aparato óptico del sistema visual (fig. 8-45 A). Ocupa la
mayor parte de la porción anterior de la órbita, suspendido por seis músculos
extrínsecos, que controlan sus movimientos, y por un aparato suspensor fascial. Mide
unos 25 mm de diámetro. Todas las estructuras anatómicas intraocu-lares adoptan una
disposición circular o esférica. El bulbo ocular propiamente dicho posee tres capas,
aunque existe una capa adicional de tejido conectivo que rodea el bulbo ocular y lo
mantiene dentro de la órbita. Esta capa de tejido conectivo está compuesta
posteriormente por la vaina fascial del bulbo ocular (fascia bulbar o cápsula de
Tenon), que forma el cuenco real para el bulbo ocular, y anteriormente por la
conjuntiva bulbar. La vaina fascial es la parte más importante del aparato suspensor.
Una capa de tejido conectivo muy laxo, el espacio epiescleral (un espacio potencial),
situada entre la vaina fascial y la capa más externa del bulbo ocular, facilita los
movimientos oculares dentro de la vaina fascial.
Las tres capas del bulbo ocular son (fig. 8-49):

1. La capa fibrosa (externa), formada por la esclera y la córnea.


2. La capa vascular (media), formada por la coroides, el cuerpo ciliar y el iris.
3. La capa interna, formada por la retina, que posee las porciones óptica y ciega.

CAPA FIBROSA DEL BULBO OCULAR


La capa fibrosa del bulbo ocular es su esqueleto fibroso externo, que le aporta
forma y resistencia. La esclera (esclerótica) es la parte dura y opaca de la capa fibrosa
del bulbo ocular; cubre posteriormente sus cinco sextas partes (figs. 8-49 A y 8-50), y
proporciona inserción a los músculos extrínsecos (extraoculares) e intrínsecos del
bulbo ocular. La parte anterior de la esclera es visible a través de la conjuntiva bulbar
transparente y constituye «el blanco del ojo» (v. fig. 8-46 B). La córnea es la parte
transparente de la capa fibrosa, que cubre anteriormente la sexta parte del bulbo
ocular (figs. 8-49 A y 8-50). La convexidad de la córnea es mayor que la de la
esclera, por lo que sobresale del bulbo ocular cuando se contempla lateralmente.
Las dos partes de la capa fibrosa difieren principalmente en cuanto a la
regularidad con que se disponen las fibras de colágeno que las componen, así como
en el grado de hidratación de ambas. Mientras que la esclera es relativamente
avascular, la córnea carece totalmente de vasos y se nutre a partir de lechos capilares
en torno a su periferia y de los líquidos existentes sobre su superficie externa e
interna (líquido lagrimal y humor acuoso, respectivamente). El líquido lagrimal
también proporciona oxígeno, absorbido del aire.
La córnea es extremadamente sensible al tacto y su inervación proviene del nervio

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oftálmico (NC V1). Incluso cuerpos extraños muy pequeños (p. ej., partículas de
polvo) provocan parpadeo, lagrimeo y a veces dolor intenso. Su alimento procede de
los lechos capilares en su periferia, el humor acuoso y el líquido lagrimal. Este
último también proporciona oxígeno absorbido del aire. La desecación de la
superficie corneal puede provocar la aparición de úlceras.

FIGURA 8-49. Capas del bulbo ocular. Se han añadido por orden las tres capas. A) Capa fibrosa externa. B)
Capa vascular media. C) Capa interna (retina).

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FIGURA 8-50. Bulbo ocular con una cuarta parte extirpada. A) La cara interna de la porción óptica de la
retina está irrigada por la arteria central de la retina, mientras que la cara externa, sensible a la luz, lo está por
la lámina de capilares de la coroides (fig. 8-62). La arteria central discurre por dentro del nervio óptico y se
divide en el disco óptico en ramas superior e inferior. Las ramas de la arteria central son arterias terminales
que no se anastomosan entre sí ni con otros vasos. B) Detalles estructurales de la región ciliar. El cuerpo ciliar
tiene componentes musculares y vasculares, al igual que el iris; este último presenta dos músculos: el esfínter
de la pupila y el dilatador de la pupila. La sangre venosa de esta región y el humor acuoso de la cámara
anterior drenan en el seno venoso de la esclera.

El limbo de la córnea es el ángulo formado por la intersección de las curvaturas


de la córnea y la esclera en la unión esclerocorneal. Esta unión constituye un círculo
gris translúcido, de 1 mm de ancho, que incluye numerosas asas capilares que actúan

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para nutrir la córnea, que es avascular.

CAPA VASCULAR DEL BULBO OCULAR


La capa vascular media del bulbo ocular (también denominada úvea o tracto uveal)
se compone de coroides, cuerpo ciliar e iris (fig. 8-49 B). La coroides, una capa de
color marrón rojizo oscuro situada entre la esclera y la retina, es la parte de mayor
tamaño de la capa vascular del bulbo ocular y tapiza la mayor parte de la esclera (fig.
8-50 A). Dentro de su lecho vascular, denso y pigmentado, hay vasos más gruesos
situados externamente (cerca de la esclera). Los vasos más finos (la lámina
coroidocapilar, un extenso lecho capilar) son más internos, adyacentes a la capa
avascular de la retina, sensible a la luz, a la cual aportan oxígeno y nutrientes.
Ingurgitada de sangre en vida (posee el ritmo de perfusión más elevado, por gramo de
tejido, de todos los lechos vasculares del organismo), esta capa es la causante de la
reflexión de «ojos rojos» que se produce en las fotografías con flash. La coroides se
une firmemente a la capa pigmentaria de la retina, pero puede desprenderse con
facilidad de la esclera. La coroides se continúa anteriormente con el cuerpo ciliar.
El cuerpo ciliar es un engrosamiento anular de la capa vascular posterior a la
unión esclerocorneal, y es tanto muscular como vascular (v. figs. 8-49 B y 8-50).
Conecta la coroides con la circunferencia del iris. El cuerpo ciliar proporciona
inserción a la lente. La contracción y la relajación del músculo liso del cuerpo ciliar,
dispuesto circularmente, controla el grosor de la lente y, por lo tanto, su enfoque. Los
pliegues existentes en la superficie interna del cuerpo ciliar, los procesos ciliares,
secretan el humor acuoso que llena la cámara anterior del bulbo ocular, el interior
del bulbo ocular anterior a la lente, el ligamento suspensorio y el cuerpo ciliar (v. fig.
8-50 B).
El iris, que descansa literalmente sobre la superficie anterior de la lente, es un
delgado diafragma contráctil con una abertura central, la pupila, para transmitir la luz
(figs. 8-49 B, 8-50 y 8-51 A). En estado de vigilia, el tamaño de la pupila varía
continuamente para regular la cantidad de luz que penetra en el ojo (fig. 8-51 B). Dos
músculos involuntarios controlan el tamaño de la pupila: el esfínter de la pupila,
dispuesto circularmente y estimulado de forma parasimpática, disminuye su diámetro
(contrae la pupila, miosis pupilar), y el dilatador de la pupila, dispuesto radialmente
y estimulado simpáticamente, aumenta su diámetro (dilata la pupila). La naturaleza
de las respuestas pupilares es paradójica: las respuestas simpáticas generales suelen
ocurrir de inmediato, pero pueden transcurrir hasta 20 min para que la pupila se dilate
en respuesta a una luz débil, como en un teatro oscuro. Las respuestas parasimpáticas
son típicamente más lentas que las simpáticas, pero la constricción pupilar estimulada
parasimpáticamente suele ser instantánea. Puede ocurrir una dilatación pupilar
(midriasis) demasiado prolongada en ciertas enfermedades, o bien por traumatismos
o al consumir ciertas drogas.

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FIGURA 8-51. Estructura y función del iris. A) Disección in situ. El iris separa las cámaras anterior y
posterior del segmento anterior del bulbo ocular al rodear la pupila. B) Dilatación y constricción de la pupila.
Con escasa luz, las fibras simpáticas estimulan la dilatación de la pupila. Con luz intensa, las fibras
parasimpáticas estimulan la constricción pupilar.

CAPA INTERNA DEL BULBO OCULAR


La capa interna del bulbo ocular es la retina (v. figs. 8-49 C y 8-50), o capa nerviosa
sensorial del bulbo ocular. Grosso modo, la retina se compone de dos porciones
funcionales, con localizaciones distintas: la porción óptica y la porción ciega (retina
no visual). La porción óptica de la retina es sensible a los rayos de luz visibles y
posee dos capas: una nerviosa y otra pigmentaria. La capa nerviosa es receptiva para
la luz. La capa pigmentaria está compuesta por una capa única de células que
refuerzan la propiedad de absorber la luz que posee la coroides, al reducir la

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dispersión de la luz en el bulbo ocular. La porción ciega es la continuación anterior


de la capa pigmentaria y es una capa de células de soporte. La porción ciega se
extiende sobre el cuerpo ciliar (porción ciliar de la retina) y la superficie posterior
del iris (porción iridiana de la retina) hasta el borde pupilar.

FIGURA 8-52. Fondo del ojo derecho. Desde el centro del disco óptico, de forma oval, irradian vénulas
(más anchas) y arteriolas (más estrechas) retinianas. El área oscura lateral al disco óptico es la mácula. Hacia
esta zona se extienden ramas de los vasos retinianos, aunque no alcanzan su centro, la fóvea, que es el área de
visión más aguda.

Clínicamente, la cara interna de la parte posterior del bulbo ocular, cuando enfoca
la luz que entra en él, se denomina fondo de ojo. La retina del fondo incluye un área
circular particular denominada disco del nervio óptico o disco óptico (papila óptica),
lugar donde penetran en el bulbo ocular las fibras sensitivas y los vasos vehiculados
por el nervio óptico (NC II) (figs. 8-49 C, 8-50 A y 8-52). Como no contiene
fotorreceptores, el disco óptico es insensible a la luz; por lo tanto, esta parte de la
retina suele recibir la denominación de punto ciego.
Inmediatamente lateral al disco óptico se halla la mácula de la retina, o mácula
lútea. El color amarillo de la mácula sólo es aparente cuando se examina la retina con
luz exenta del componente rojo. La mácula lútea es una pequeña área ovalada de la
retina con conos fotorreceptores especializados en la agudeza visual. Normalmente
no se observa con un oftalmoscopio (instrumento para observar el interior del bulbo
ocular a través de la pupila). En el centro de la mácula lútea existe una depresión, la
fóvea central, el área de mayor agudeza visual. La fóvea tiene aproximadamente 1,5
mm de diámetro; su centro, la fovéola, carece de la red capilar que se aprecia en otros

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lugares en la profundidad de la retina.


La porción óptica de la retina finaliza anteriormente a lo largo de la ora serrata,
o borde posterior irregular del cuerpo ciliar (v. figs. 8-49 C y 8-50 A). A excepción
de los conos y bastones de la capa nerviosa, la retina recibe irrigación de la arteria
central de la retina, rama de la arteria oftálmica. Los conos y bastones de la capa
nerviosa externa reciben nutrientes desde la lámina coroidocapilar (comentada en
«Vascularización de la órbita»), donde se encuentran los vasos más finos de la cara
interna de la coroides, contra la que se aplica la retina. Un sistema correspondiente de
venas retinianas se une para formar la vena central de la retina.

MEDIOS DE REFRACCIÓN Y COMPARTIMENTOS DEL BULBO


OCULAR
En su paso hacia la retina, las ondas luminosas atraviesan los medios de refracción
del bulbo ocular: córnea, humor acuoso, lente y humor vítreo (v. fig. 8-50 A). La
córnea es el medio de refracción primario del bulbo ocular; es decir, desvía la luz en
grado máximo y la enfoca como una imagen invertida sobre la retina fotosensible del
fondo del bulbo ocular.
El humor acuoso (término que clínicamente a menudo se abrevia como
«acuoso») ocupa el segmento anterior del bulbo ocular (figs. 8-50 B y 8-51 A). El
segmento anterior está subdividido por el iris y la pupila. La cámara anterior del ojo
es el espacio entre la córnea anteriormente y el iris/pupila posteriormente. La cámara
posterior del ojo se halla entre el iris/pupila anteriormente y la lente y el cuerpo
ciliar posteriormente. El humor acuoso se elabora en la cámara posterior, en los
procesos ciliares del cuerpo ciliar. Esta solución, acuosa y transparente, proporciona
nutrientes a la córnea y a la lente, que son avasculares. Después de atravesar la pupila
hacia el interior de la cámara anterior, el humor acuoso drena, a través de una red
trabecular situada en el ángulo iridocorneal, en el seno venoso de la esclera (fig. 8-
51 A). El humor acuoso se extrae en el plexo límbico, una red de venas esclerales
próximas al limbo de la córnea que drenan a su vez en tributarias de las venas
vorticosas y de las venas ciliares anteriores (v. fig. 8-50 B). La presión intraocular
refleja el equilibrio entre la producción y la salida del humor acuoso.

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FIGURA 8-53. Cambios de forma de la lente (acomodación). A) Visión lejana.

La lente (cristalino) es posterior al iris y anterior al humor vítreo del cuerpo


vítreo (figs. 8-50 y 8-51 A). Es una estructura transparente y biconvexa que se halla
encerrada en una cápsula. La cápsula de la lente, muy elástica, está anclada a los
procesos ciliares circundantes por las fibras zonulares (que constituyen
colectivamente la zónula ciliar [ligamento suspensorio de la lente]). Aunque la
mayor parte de la refracción se produce en la córnea, la lente cambia constantemente
su convexidad, sobre todo en su cara anterior, para afinar el enfoque sobre la retina de
los objetos cercanos o distantes (fig. 8-53). La lente aislada, desprovista de sus
fijaciones, asume una forma casi esférica; es decir, en ausencia de inserciones y
tracciones externas, se hace casi redondo. El músculo ciliar del cuerpo ciliar
modifica la forma de la lente. En ausencia de estímulos nerviosos, aumenta el
diámetro del anillo muscular relajado. La lente, suspendida en el anillo, se halla a
tensión, pues su periferia queda sometida a estiramientos que la adelgazan (la hacen
menos convexa). Esta menor convexidad sirve para enfocar los objetos más distantes
(visión lejana). La estimulación parasimpática por vía del nervio oculomotor (NC III)
provoca una contracción esfinteriana del músculo ciliar. El anillo se estrecha y

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disminuye la tensión sobre la lente. La lente relajada aumenta de grosor (se hace más
convexa), lo que sirve para enfocar los objetos cercanos (visión próxima). El proceso
activo de modificar la forma de la lente para la visión próxima se denomina
acomodación. El grosor de la lente aumenta con la edad, de modo que la capacidad
de acomodarse disminuye típicamente después de los 40 años.
El humor vítreo es un líquido acuoso englobado en la trama del cuerpo vítreo,
una sustancia transparente gelatinosa situada en las cuatro quintas partes posteriores
del bulbo ocular, posteriormente a la lente (segmento posterior del bulbo ocular,
también denominado cámara postrema o vítrea) (v. fig. 8-50 A). Además de
transmitir la luz, el humor vítreo mantiene la retina en su lugar y soporta la lente.

Músculos extrínsecos del bulbo ocular


Los músculos extrínsecos del bulbo ocular son el elevador del párpado superior,
cuatro rectos (superior, inferior, medial y lateral) y dos oblicuos (superior e
inferior). Estos siete músculos actúan conjuntamente para mover el párpado superior
y el bulbo ocular. Se ilustran en las figuras 8-54 y 8-58, y las inserciones, inervación
y acciones principales de los músculos orbitarios, a partir de su posición primaria, se
exponen en la tabla 8-8. En las secciones siguientes se aportan detalles adicionales.

ELEVADOR DEL PÁRPADO SUPERIOR


El elevador del párpado superior se ensancha para constituir una amplia
aponeurosis bilaminar al aproximarse a sus inserciones distales. La lámina superficial
se une a la piel del párpado superior, y la lámina profunda al tarso superior (fig. 8-54
B). Este músculo se opone la mayor parte del tiempo a la gravedad y es el antagonista
de la mitad superior del músculo orbicular del ojo, el esfínter de la hendidura
palpebral. La lámina profunda de la parte distal (palpebral) del músculo incluye fibras
musculares lisas, el músculo tarsal superior, que amplían adicionalmente la
hendidura palpebral, en especial durante una respuesta simpática (p. ej., al miedo).
Sin embargo, parece ser que funcionan continuamente (en ausencia de respuesta
simpática), porque al interrumpirse la inervación simpática se produce una ptosis
constante (caída del párpado superior).

MOVIMIENTOS DEL BULBO OCULAR


Los movimientos del bulbo ocular se producen por rotación en torno a tres ejes —
vertical, transverso y anteroposterior (fig. 8-54 A)— y se describen según la
dirección del movimiento de la pupila desde la posición primaria, o del polo superior
del bulbo ocular desde la posición neutra. La rotación del bulbo ocular en torno al eje
vertical desplaza la pupila medialmente (hacia la línea media, aducción) o
lateralmente (alejándose de la línea media, abducción). La rotación en torno al eje
transversal mueve la pupila superiormente (elevación) o inferiormente (descenso).
Los movimientos alrededor del eje anteroposterior, que corresponde al eje de la
mirada en la posición primaria, desplazan el polo superior del bulbo ocular
medialmente (rotación medial, o intorsión) o lateralmente (rotación lateral, o
extorsión). Estos movimientos de rotación acomodan los cambios producidos al
ladear la cabeza. La ausencia de estos movimientos, por lesiones nerviosas,

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contribuye a la visión doble. Pueden producirse movimientos en torno a los tres ejes
simultáneamente, lo que obliga a emplear tres términos para describir la dirección del
movimiento a partir de la posición primaria (p. ej., la pupila se eleva, se aduce y rota
medialmente).

MÚSCULOS RECTOS Y OBLICUOS


Los cuatro músculos rectos discurren anteriormente al bulbo ocular; se originan en
un manguito fibroso, el anillo tendinoso común, que rodea el conducto óptico y
parte de la fisura orbitaria superior en el vértice de la órbita (figs. 8-54 B y C, y 8-55
A). Las estructuras que penetran en la órbita a través de este conducto y la parte
adyacente de la fisura se sitúan inicialmente en el cono de los músculos rectos (figs.
8-54 B y C, y 8-55 B). Los cuatro músculos rectos reciben sus denominaciones según
su posición respecto al bulbo ocular. Debido a que discurren sobre todo anteriormente
para insertarse en las caras superior, inferior, medial y lateral del bulbo ocular,
anteriormente a su ecuador, las acciones primarias de los cuatro rectos para producir
elevación, descenso, aducción y abducción pueden deducirse intuitivamente.
Diversos factores dificultan la comprensión de las acciones de los músculos
oblicuos y de las acciones secundarias de los músculos rectos superior e inferior. El
vértice de la órbita está situado medialmente a ella, de modo que el eje de la órbita
no coincide con el eje óptico (figs. 8-44 A y 8-54 C). Así pues, cuando el ojo se halla
en la posición primaria, el recto superior y el recto inferior también abordan el
bulbo ocular desde su lado medial, y su línea de tracción pasa medialmente al eje
vertical. Ello otorga a ambos músculos una segunda acción, la aducción. El recto
superior y el recto inferior también se extienden late-ralmente y pasan superior e
inferiormente al eje anteroposterior, respectivamente, lo que confiere al recto superior
la acción secundaria de rotación medial, y al recto inferior la acción secundaria de
rotación lateral.
Si la mirada se dirige primero lateralmente (abducida por el recto lateral), de
modo que la línea visual coincida con el plano del recto inferior y el recto superior, el
recto superior produce sólo elevación (y es el único causante de este movimiento)
(fig. 8-56 A), y el recto inferior produce sólo descenso (y de igual modo es el único
causante) (fig. 8-56 B). En la exploración física, el médico indica al paciente que siga
el dedo lateralmente (con lo que comprueba el recto lateral y el nervio abducens [NC
VI]), y luego superior e inferiormente para aislar y comprobar la función de los rectos
superior e inferior y la integridad del nervio oculomotor (NC III) que los inerva (fig.
8-56 E).
El oblicuo inferior es el único músculo que se origina en la parte anterior de la
órbita (inmediatamente lateral a la fosa lagrimal) (v. fig. 8-47 B). El oblicuo superior
se origina en la zona del vértice, al igual que los músculos rectos (pero
superomedialmente al anillo tendinoso común) (fig. 8-55 A); sin embargo, su tendón
atraviesa la tróclea justo por dentro del borde superomedial de la órbita, lo que
reorienta su línea de tracción (figs. 8-54 B y C, y 8-55 B). Así pues, los tendones de
inserción de los músculos oblicuos están situados en el mismo plano vertical oblicuo.
Al contemplar dichos tendones anterior (v. fig. 8-47 B) o superiormente (fig. 8-54 C),
con el bulbo ocular en la posición primaria, puede observarse que los tendones de los

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músculos oblicuos discurren sobre todo lateralmente para insertarse en la mitad


lateral del bulbo ocular, posteriormente a su ecuador. Debido a que transcurren
inferior y superiormente al eje anteroposterior al pasar lateralmente, el oblicuo
inferior es el principal rotador lateral, y el oblicuo superior es el principal rotador
medial del ojo. Sin embargo, en la posición primaria, los oblicuos también discurren
posteriormente por el eje transverso (fig. 8-54 B) y posteriormente al eje vertical (fig.
8-54 C), lo que otorga al oblicuo superior una función secundaria de descenso, al
oblicuo inferior una función secundaria de elevación, y a ambos una función
secundaria de abducción (fig. 8-54 B y C).
Si la mirada se dirige primero medialmente (aducida por el recto medial) de
modo que la línea visual coincida con el plano de los tendones de inserción de los
oblicuos superior e inferior, el oblicuo superior produce sólo descenso (y es el único
causante de este movimiento) (fig. 8-56 C) y el oblicuo inferior produce sólo
elevación (y de igual modo es el único causante) (fig. 8-56 D). En la exploración
física, el médico indica al paciente que siga el dedo medialmente (con lo que
comprueba el recto medial y el nervio oculomotor), y luego inferior y superiormente
para aislar y comprobar la función del oblicuo superior y el recto inferior, y la
integridad del nervio troclear (NC IV), que inerva el oblicuo superior, y de la división
inferior del NC III, que inerva el oblicuo inferior (fig. 8-56 E). En la práctica:

La acción principal del oblicuo superior es el descenso de la pupila en la


posición aducida (p. ej., al mirar hacia la parte baja de la página cuando la
mirada de ambos ojos se dirige medialmente [convergencia] para la lectura).
La acción principal del oblicuo inferior es la elevación de la pupila en la
posición aducida (p. ej., al mirar hacia la parte alta de la página durante la
convergencia para la lectura).

Aunque las acciones producidas por los músculos extrínsecos del bulbo ocular se
han considerado por separado, todos los movimientos requieren la acción de varios
músculos del mismo ojo, que se ayudan entre sí como sinérgicos o se oponen como
antagonistas. Los músculos sinérgicos para una acción determinada pueden ser
antagonistas para otra diferente. Por ejemplo, no existe ningún músculo que por sí
solo pueda elevar la pupila directamente desde la posición primaria (fig. 8-54 D). Los
dos elevadores (recto superior y oblicuo inferior) actúan sinérgicamente para realizar
esa acción. Sin embargo, estos dos músculos son antagonistas como rotadores y se
neutralizan entre sí, de modo que no se produce ninguna rotación cuando actúan
conjuntamente para elevar la pupila. De modo similar, ningún músculo puede
descender la pupila directamente por sí solo desde la posición primaria. Los dos
depresores, oblicuo superior y recto inferior, producen depresión cuando actúan
solos, y también dan lugar a acciones opuestas de aducción-abducción y rotación
medial-lateral. Sin embargo, cuando el oblicuo superior y el recto inferior actúan
simultáneamente, sus acciones sinérgicas descienden la pupila, debido a que sus
acciones antagonistas se neutralizan entre sí; por lo tanto, se produce un descenso
puro.

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FIGURA 8-54. Músculos extrínsecos del bulbo ocular y sus movimientos. A) Ejes alrededor de los cuales
se producen los movimientos del bulbo ocular. B) Posición de los músculos en la órbita derecha. Flechas,
movimientos del bulbo ocular alrededor del eje transverso C) Posición de los músculos en las órbitas derecha
e izquierda. Flechas a la izquierda, movimientos del bulbo ocular alrededor del eje anteroposterior; flechas a
la derecha, movimientos del bulbo ocular alrededor del eje vertical. Para entender las acciones producidas por
los músculos empezando desde la posición primaria, es necesario observar la colocación y la línea de tracción
del músculo con respecto a los ejes sobre los que se produce el movimiento. D) Demostración unilateral y
bilateral de las acciones de los músculos extrínsecos, empezando desde la posición primaria. En los
movimientos de cualquiera de las seis direcciones cardinales (flechas grandes), el músculo indicado es el
principal motor. Los movimientos en las direcciones situadas entre las flechas grandes necesitan la acción
sinérgica de los músculos adyacentes. Por ejemplo, la elevación directa necesita las acciones sinérgicas del
oblicuo inferior y el recto superior; el descenso directo necesita la acción sinérgica del oblicuo superior y el
recto inferior. Flechas pequeñas, músculos que producen movimientos de rotación alrededor del eje
anteroposterior. Para dirigir la mirada se necesita la acción coordinada de músculos contralaterales
emparejados. Por ejemplo, para dirigir la mirada a la derecha, se emparejan los músculos recto lateral derecho
y recto medial izquierdo.

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FIGURA 8-55. Relaciones en el vértice de la órbita. A) El anillo tendinoso común se forma por el origen de
los cuatro músculos rectos y envuelve la vaina óptica del NC II, las divisiones superior e inferior del NC III, el
nervio nasociliar (NC V1) y el NC VI. Los nervios que inervan los músculos extrínsecos del bulbo ocular
entran en la órbita a través de la fisura orbitaria superior: oculomotor (NC III), troclear (NC IV) y abducens
(NC VI). B) Estructuras (menos la fascia membranosa y el tejido adiposo) tras la enucleación del bulbo
ocular.

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FIGURA 8-56. Pruebas clínicas de los músculos extrínsecos del bulbo ocular. A y B) Cuando el recto
lateral (RL) aduce el ojo, sólo los músculos rectos pueden producir elevación y depresión. C y D) Cuando el
recto medial (RM) abduce el ojo, sólo los músculos oblicuos pueden producir elevación y depresión. E)
Siguiendo los movimientos del dedo del examinador, la pupila se desplaza según un patrón en H ampliada,
para aislar y comprobar los músculos extrínsecos individuales y la integridad de sus nervios.

Para dirigir la mirada debe lograrse la coordinación de ambos ojos mediante la


acción doble de los músculos «conjugados» (músculos extrínsecos del bulbo ocular
contralaterales funcionalmente emparejados) contralaterales. Por ejemplo, al mirar a
la derecha, el recto lateral derecho y el recto medial izquierdo actúan como músculos
uncidos (v. fig. 8-59).

APARATO DE SOPORTE DEL BULBO OCULAR


La vaina fascial del bulbo ocular lo envuelve, se extiende posteriormente desde los
fórnix conjuntivales hasta el nervio óptico y forma un verdadero cuenco para el bulbo
ocular (v. fig. 8-45 A). La vaina fascial, en forma de copa, está perforada por los
tendones de los músculos extrínsecos del bulbo ocular y se refleja sobre cada uno de
ellos a modo de vaina muscular tubular. Las vainas musculares del elevador del
párpado superior y el recto superior están fusionadas; así pues, cuando se mira hacia
arriba, el párpado superior se eleva más y se aparta de la línea visual. Los ligamentos

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de contención medial y lateral son unas expansiones triangulares de las vainas de


los músculos rectos medial y lateral, que se unen a los huesos lagrimal y cigomático,
respectivamente. Estos ligamentos limitan la abducción y la aducción. Al mezclarse
los ligamentos de contención con la fascia de los músculos recto y oblicuo inferiores
se forma una banda de suspensión, semejante a una hamaca: el ligamento
suspensorio del bulbo ocular. Un ligamento de contención inferior similar
procedente de la vaina fascial del recto inferior retrae el párpado inferior al dirigir la
mirada hacia abajo (v. fig. 8-45 A). En conjunto, los ligamentos de contención actúan
con los músculos oblicuos y la grasa retrobulbar para resistir frente a la tracción
posterior sobre el bulbo ocular producida por los músculos rectos. En procesos
patológicos o situaciones de caquexia que reducen la grasa retrobulbar, el bulbo
ocular se retrae en la órbita (enoftalmos).

Inervación de la órbita
Los grandes nervios ópticos son nervios puramente sensoriales que transmiten los
impulsos generados por los estímulos ópticos (v. figs. 8-45 A y 8-50 A).
Convencionalmente se consideran como nervios craneales (NC II), aunque se
desarrollan como dos extensiones anteriores del prosencéfalo; en realidad, son tractos
de fibras del sistema nervioso central (SNC) formados a partir de neuronas de
segundo orden. Los nervios ópticos se inician en la lámina cribosa de la esclera,
donde las fibras nerviosas amielínicas perforan la esclera, y luego se mielinizan
posteriormente al disco óptico. Salen de las órbitas a través de los conductos ópticos.
A su paso por la órbita, el nervio óptico está rodeado por extensiones de las meninges
craneales y el espacio subaracnoideo, este último ocupado por una delgada capa de
LCE (v. fig. 8-45 A, recuadro). Las extensiones intraorbitarias de la duramadre
craneal y la aracnoides constituyen la vaina del nervio óptico, que se continúa
anteriormente con la vaina fascial del bulbo ocular y la esclera. Una capa de piamadre
cubre la superficie del nervio óptico dentro de la vaina.
Además del nervio óptico (NC II), los nervios de la órbita incluyen los que
penetran a través de la fisura orbitaria superior e inervan los músculos oculares: los
nervios oculomotor (NC III), troclear (NC IV) y abducens (NC VI) (figs. 8-55 y 8-
57). Los nervios troclear y abducens pasan directamente al músculo inervado por
cada uno. El nervio oculomotor se fracciona en una división superior y otra inferior.
El ramo superior inerva los músculos recto superior y elevador del párpado superior.
El ramo inferior inerva los músculos rectos medial e inferior y el oblicuo inferior, y
lleva fibras parasimpáticas presinápticas al ganglio ciliar (fig. 8-58). Los
movimientos binoculares estimulados por los nervios oculomotor, troclear y
abducens, a partir de la posición primaria en las órbitas derecha e izquierda, se
exponen en la figura 8-59.

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FIGURA 8-57. Nervios de la órbita. Los siete músculos extrínsecos del bulbo ocular voluntarios están
inervados por tres nervios craneales (NC III, IV y VI). El NC IV inerva el oblicuo superior, el NC VI inerva el
recto lateral y el NC III inerva los cinco músculos restantes. El NC III también proporciona fibras
parasimpáticas presinápticas al ganglio ciliar. El nervio trigémino (NC V) proporciona fibras sensitivas a la
órbita, la región orbitaria y el bulbo ocular.

FIGURA 8-58. Distribución de las fibras nerviosas hacia el ganglio ciliar y el bulbo ocular. El ganglio
ciliar recibe tres tipos de fibras nerviosas de tres orígenes diferentes. Toda la inervación parasimpática y sólo
parte de la inervación sensitiva y simpática del bulbo ocular atraviesa el ganglio. Fibras simpáticas y
sensitivas del nervio ciliar largo evitan el ganglio ciliar.

Los tres ramos terminales del nervio oftálmico (NC V1) (los nervios frontal,
nasociliar y lagrimal) atraviesan la fisura orbitaria superior e inervan estructuras
relacionadas con la parte anterior de la órbita (p. ej., la glándula lagrimal y los
párpados), la cara y la piel cabelluda (fig. 8-60). Los ramos cutáneos del NC V1 (los

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nervios lagrimal, frontal e infratroclear) se describen en «Nervios cutáneos de la cara


y la piel cabelluda» y en la tabla 8-5.
El ganglio ciliar es un pequeño grupo de cuerpos neuronales parasimpáticos
postsinápticos asociados con el NC V1. Se localiza entre el nervio óptico y el
músculo recto lateral, hacia el límite posterior de la órbita. Este ganglio recibe fibras
nerviosas de tres procedencias (fig. 8-58):

1. Fibras sensitivas del NC V1 por vía de la raíz sensitiva o nasociliar del ganglio
ciliar.
2. Fibras parasimpáticas presinápticas del NC III por vía de la raíz parasimpática
u oculomotora del ganglio ciliar.
3. Fibras simpáticas postsinápticas del plexo carotídeo interno por vía de la raíz
simpática del ganglio ciliar.

FIGURA 8-59. Movimientos binoculares y músculos que los producen. Todos los movimientos se inician
desde la posición primaria.

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FIGURA 8-60. Disección de la órbita. En esta vista superior se ha retirado la porción orbitaria del hueso
frontal. En el lado derecho se observan tres nervios destinados a la raíz de la órbita (troclear, frontal y
lagrimal). En el lado izquierdo se han seccionado y reflejado el elevador del párpado superior y el recto
superior, y se ha retirado grasa orbitaria para mostrar los nervios que atraviesan el tejido adiposo intraconal.

Los nervios ciliares cortos surgen del ganglio ciliar y se consideran como ramos
del NC V1 (figs. 8-58 y 8-60). Llevan fibras parasimpáticas y simpáticas al cuerpo
ciliar y el iris. Los nervios ciliares cortos se componen de fibras parasimpáticas
postsinápticas que nacen en el ganglio ciliar, fibras aferentes del nervio nasociliar que
pasan a través del ganglio, y fibras simpáticas postsinápticas que pasan también a
través de él. Los nervios ciliares largos, ramos del nervio nasociliar (NC V1) que
llegan al bulbo ocular sin pasar por el ganglio ciliar, llevan fibras simpáticas
postsinápticas al dilatador de la pupila, y fibras aferentes del iris y la córnea.
Los nervios etmoidales posterior y anterior, ramos del nervio nasociliar que
surgen en la órbita, salen por aberturas de la pared medial de la órbita para inervar las
mucosas del seno esfenoidal y las celdillas etmoidales y de las cavidades nasales, así
como la duramadre de la fosa craneal anterior.

Vascularización de la órbita
ARTERIAS DE LA ÓRBITA
La irrigación sanguínea de la órbita corre a cargo principalmente de la arteria
oftálmica, rama de la arteria carótida interna (fig. 8-61; tabla 8-9); la arteria
infraorbitaria, rama de la arteria carótida externa, también irriga estructuras
relacionadas con la pared inferior de la órbita. La arteria central de la retina, rama
de la arteria oftálmica, surge inferiormente al nervio óptico, perfora su vaina y
discurre dentro de él hasta el bulbo ocular, donde emerge en el disco óptico (v. fig. 8-

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45 A, recuadro). Sus ramas se extienden por la cara interna de la retina (figs. 8-52 y
8-62). Las ramas finales son arterias terminales (arteriolas) y constituyen la única
irrigación que recibe la cara interna de la retina.
La cara externa de la retina está irrigada también por la lámina coroidocapilar.
De las aproximadamente ocho arterias ciliares posteriores (que también son ramas
de la arteria oftálmica), seis arterias ciliares posteriores cortas irrigan directamente
la coroides, que nutre la capa externa no vascular de la retina. Las arterias ciliares
posteriores largas, una a cada lado del bulbo ocular, discurren entre la esclera y la
coroides para anastomosarse con las arterias ciliares anteriores (continuaciones de
las ramas musculares de la arteria oftálmica a los músculos rectos) e irrigar el
plexo ciliar.

VENAS DE LA ÓRBITA
El drenaje venoso de la órbita se realiza a través de las venas oftálmicas superior e
inferior, que atraviesan la fisura orbitaria superior y penetran en el seno cavernoso
(fig. 8-63). La vena central de la retina (fig. 8-62) suele penetrar directamente en el
seno cavernoso, aunque puede unirse antes a una de las venas oftálmicas. Las venas
vorticosas, procedentes de la capa vascular del bulbo ocular, drenan en la vena
oftálmica inferior. El seno venoso de la esclera es una estructura vascular que rodea
la cámara anterior del bulbo ocular; constituye la vía de retorno del humor acuoso a la
circulación sanguínea.

FIGURA 8-61. Arterias de la órbita.

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FIGURA 8-62. Sección parcial horizontal del bulbo ocular derecho. Se muestra la arteria que irriga la
parte interna de la retina (arteria central de la retina) y la coroides, que a su vez nutre la capa no vascular
externa de la retina. La coroides se dispone de forma que los vasos que la irrigan y los vasos coroideos
mayores se sitúan externamente, y los vasos menores (lámina coroidocapilar) son más internos, adyacentes a

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la capa no vascular de la retina. La vena vorticosa (una de cuatro o cinco) drena sangre venosa desde la
coroides a las venas ciliar posterior y oftálmica. El seno venoso de la esclera retorna el humor acuoso,
secretado en la cámara anterior por los procesos ciliares, a la circulación venosa.

FIGURA 8-63. Venas oftálmicas. La vena oftálmica superior drena en el seno cavernoso, y la vena oftálmica
inferior lo hace en el plexo venoso pterigoideo. Se comunican anteriormente con las venas facial y
supraorbitaria, y entre sí posteriormente. La vena oftálmica superior acompaña a la arteria oftálmica y sus
ramas.

Anatomía de superficie del ojo y el aparato lagrimal


Para una descripción de la anatomía de superficie de los párpados, véase «Anatomía
de superficie de la cara». La parte anterior de la esclera (el «blanco» del ojo) está
cubierta por la conjuntiva bulbar, transparente, que contiene vasos sanguíneos
conjuntivales, minúsculos pero visibles (fig. 8-64 B). Cuando está irritada, los vasos
pueden ingurgitarse notablemente y la conjuntiva bulbar puede adquirir un aspecto
rosado al inflamarse (ojos «rojos»). La esclera normal, dura y opaca, puede aparecer
ligeramente azulada en el lactante y el niño, y presenta una tonalidad amarillenta en
muchos ancianos.
La parte anterior transparente del ojo es la córnea, que se continúa en sus bordes
con la esclera. En una vista lateral (fig. 8-64 A), la mayor parte visible del ojo hace
una ligera prominencia a través de la hendidura palpebral. Se observa que la córnea
tiene una mayor curvatura (convexidad) que el resto del bulbo ocular (la parte
cubierta por la esclera); por lo tanto, existe un ligero ángulo en la unión
esclerocorneal, el limbo de la córnea (fig. 8-64 B). La prominencia de la córnea da
lugar también a que se pongan de manifiesto los movimientos del bulbo ocular
cuando los párpados están cerrados.

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FIGURA 8-64. Anatomía de superficie del ojo (A) y el aparato lagrimal (B).

La abertura oscura circular a través de la cual penetra la luz en el bulbo ocular, la


pupila, está rodeada por el iris, un diafragma pigmentado circular. El tamaño relativo
de la pupila y el iris varía según la intensidad de la luz entrante; sin embargo, el
tamaño de la pupila y el iris contralaterales deben guardar uniformidad.
Normalmente, con los ojos abiertos y la mirada dirigida hacia delante, la parte
superior de la córnea y del iris están cubiertos por el borde del párpado superior, la
parte inferior de la córnea y del iris se hallan plenamente expuestos por encima del
párpado inferior, y suele quedar al descubierto un estrecho borde de esclera. Incluso
ligeras variaciones en la posición de los bulbos oculares resultan perceptibles y
ocasionan cambios en la expresión facial; por ejemplo, un aspecto de sorpresa cuando
se eleva el párpado superior (como ocurre en el exoftalmos, o protrusión de los bulbos
oculares, causado por el hipertiroidismo), o una apariencia somnolienta (como al caer
el párpado superior, o ptosis, por ausencia de inervación simpática en el síndrome de
Horner).
La conjuntiva bulbar se refleja desde la esclera a la superficie profunda del

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párpado. La conjuntiva palpebral es normalmente roja y vascular; con experiencia, la


exploración puede aportar una cierta valoración sobre el nivel de hemoglobina. Suele
examinarse cuando se sospecha una anemia, afección de la sangre que habitualmente
se manifiesta por palidez de las mucosas. Cuando el párpado superior se coloca en
eversión («volteado» de forma que puede observarse la conjuntiva palpebral), pueden
apreciarse el tamaño y la extensión del tarso superior englobado en él, y en general,
se ponen de manifiesto las glándulas tarsales a través de la conjuntiva palpebral, en
forma de bandas verticales amarillentas. En un examen detenido pueden observarse
las aberturas de estas glándulas (unas 20 en cada párpado) sobre los bordes de los
párpados, posteriormente a las dos o tres filas de cilios emergentes, o pestañas. En la
continuación de la conjuntiva bulbar con el epitelio anterior de la córnea y la
conjuntiva palpebral se forma el saco conjuntival. La hendidura palpebral es la
«boca», o abertura anterior, del saco conjuntival.
En el ángulo medial del ojo se halla un reservorio de las lágrimas, superficial y
rojizo, el lago lagrimal, dentro del cual se halla la carúncula lagrimal, un pequeño
acúmulo de piel húmeda modificada. Lateralmente a la carúncula se encuentra un
pliegue conjuntival semilunar que se superpone ligeramente al bulbo ocular. Al situar
los bordes de los párpados en eversión, se aprecia un pequeño hoyuelo en su extremo
medial, el punto lagrimal, situado en la cúspide de una pequeña elevación, la papila
lagrimal.

CUADRO CLÍNICO
REGIÓN ORBITARIA, ÓRBITA Y BULBO OCULAR
Fracturas de la órbita
El borde de la órbita es fuerte y protege el contenido orbitario. Sin embargo,
si un golpe es lo suficientemente potente y el impacto es directo sobre dicho
borde, las fracturas resultantes suelen producirse en las tres suturas entre los
huesos que forman la región orbitaria. Debido a que las paredes medial e inferior
de la órbita son delgadas, un golpe sobre el ojo puede fracturarlas, mientras que el
borde permanece intacto (fig. C8-23). Las lesiones traumáticas indirectas que
desplazan las paredes orbitarias se denominan fracturas por «estallido». Las
fracturas de la pared medial pueden interesar las celdillas etmoidales y el seno
esfenoidal, mientras que las fracturas de la pared inferior (piso de la órbita)
pueden afectar al seno maxilar.
Aunque la pared superior es más fuerte que la medial y la inferior, es lo
suficientemente translúcida como para poder penetrarla con facilidad. Así pues,
un objeto puntiagudo puede atravesarla y llegar al lóbulo frontal del cerebro2.

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FIGURA C8-23. Fractura por estallido de la órbita.

Las fracturas de la órbita dan lugar con frecuencia a una hemorragia


intraorbitaria, que ejerce presión sobre el bulbo ocular y produce exoftalmos
(protrusión del bulbo ocular). Todo traumatismo sobre el ojo puede afectar a las
estructuras adyacentes; por ejemplo, hemorragia en el seno maxilar,
desplazamiento de los dientes maxilares, o fractura de los huesos nasales, con
hemorragia, obstrucción de las vías aéreas e infección, que puede propagarse al
seno cavernoso a través de la vena oftálmica.

Tumores orbitarios
Debido a la cercanía del nervio óptico al seno esfenoidal y a la celdilla
etmoidal posterior, un tumor maligno en estos senos puede erosionar las
delgadas paredes óseas de la órbita y comprimir el nervio óptico y el contenido
orbitario. Los tumores de la órbita producen exoftalmos (protrusión del bulbo
ocular). La entrada más fácil de los tumores de la fosa craneal media a la cavidad
orbitaria es a través de la fisura orbitaria superior. Los tumores de la fosa
temporal o infratemporal acceden a dicha cavidad a través de la fisura orbitaria
inferior. Aunque la pared lateral de la órbita es casi tan larga como la pared
medial debido a que se extiende lateral y anteriormente, no llega tan
anteriormente como la pared medial, que ocupa esencialmente un plano sagital
(fig. 8-44 A). Casi 2,5 cm del bulbo ocular quedan expuestos cuando se dirige la
pupila todo lo posible medialmente. Por este motivo, la parte lateral constituye
una buena vía para las intervenciones sobre el bulbo ocular.

Traumatismos de los nervios que inervan los párpados


Debido a que inerva el elevador del párpado superior, una lesión del nervio
oculomotor causa parálisis de este músculo, con caída del párpado superior
(ptosis). La lesión del nervio facial da lugar a parálisis del orbicular del ojo e
impide el cierre completo de los párpados. Se pierde también el parpadeo rápido

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que normalmente protege al ojo.


La pérdida de tono muscular en el párpado inferior da lugar a su caída, con
separación (eversión) de la superficie del bulbo ocular y desecación de la córnea.
El ojo queda sin protección frente al polvo y las pequeñas partículas. La irritación
del ojo no protegido da lugar a un lagrimeo excesivo, aunque ineficaz. También
se forma un exceso de líquido lagrimal cuando se obstruye el aparato lagrimal, lo
que impide que el líquido alcance la parte inferior del bulbo ocular. El paciente a
menudo se seca los ojos constantemente para enjugar las lágrimas, lo que
aumenta la irritación.

Inflamación de las glándulas palpebrales


Cualquiera de las glándulas palpebrales puede inflamarse y quedar
tumefacta por infección u obstrucción de sus conductos. Si se obstruyen los
conductos de las glándulas ciliares, aparece en el párpado una tumefacción
supurada (con producción de pus) roja y dolorosa, un orzuelo. También pueden
formarse quistes de las glándulas sebáceas del párpado, denominados chalazión.
La obstrucción de una glándula tarsal produce una inflamación, o chalazión
tarsal, que protruye hacia el bulbo ocular y roza contra él en el parpadeo.

Hiperemia de la conjuntiva
La conjuntiva es incolora, excepto cuando sus vasos están dilatados y
congestionados («inyectados en sangre»). La hiperemia conjuntival se
produce por irritación local (p. ej., por la acción del polvo, el cloro o el humo). La
conjuntivitis, o inflamación de la conjuntiva («ojo rosado»), es una infección
contagiosa frecuente del ojo.

Hemorragias subconjuntivales
Las hemorragias subconjuntivales son frecuentes y se manifiestan en forma
de manchas de color rojo claro u oscuro, situadas profundamente a la
conjuntiva bulbar o en su interior. Las hemorragias pueden ocurrir por
traumatismos o inflamación. Los golpes en el ojo, el sonarse la nariz con excesiva
violencia, los paroxismos de tos o los estornudos demasiado intensos pueden
producir hemorragias por rotura de pequeños capilares subconjuntivales.

Desarrollo de la retina
La retina y el nervio óptico se desarrollan a partir de la copa óptica, una
evaginación del prosencéfalo embrionario, la vesícula óptica (fig. C8-24
A). Al evaginarse del prosencéfalo (fig. C8-24 B), la vesícula óptica arrastra
consigo las meninges en desarrollo. Por lo tanto, el nervio óptico está revestido
por las meninges craneales y constituye una extensión del espacio subaracnoideo
(fig. C8-24 C). La arteria y la vena centrales de la retina cruzan el espacio
subaracnoideo y discurren dentro de la parte distal del nervio óptico. La capa
celular pigmentaria de la retina se desarrolla a partir de la capa externa de la copa
óptica, y la capa nerviosa a partir de la capa interna (Moore et al., 2016).

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Desprendimiento de retina
En el embrión, las capas de la retina en desarrollo están separadas por un
espacio intrarretiniano (fig. C8-24 B). Durante el período fetal precoz se
fusionan las capas y obliteran dicho espacio. Aunque la capa celular pigmentaria
queda firmemente unida a la coroides, su fijación a la capa nerviosa no es firme.
Por consiguiente, la retina puede desprenderse a causa de un golpe en el ojo (fig.
C8-25). El desprendimiento de la retina suele producirse por filtración de líquido
entre sus capas nerviosa y pigmentaria, quizás días o incluso semanas después
deltraumatismo ocular. Los pacientes con desprendimiento de retina pueden tener
la sensación de percibir resplandores de luz o manchas flotantes delante del ojo.

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FIGURA C8-24. Desarrollo de la retina.

FIGURA C8-25. Desprendimiento de retina.

Reflejo fotomotor
El reflejo fotomotor se explora con una linterna de bolsillo durante el
examen neurológico. Este reflejo, en el cual intervienen el NC II (ramo
aferente) y el NC III (ramo eferente), consiste en la constricción rápida de la
pupila en respuesta a la luz. Bajo la acción de la luz se contraen ambas pupilas,
pues cada retina emite fibras a los tractos ópticos de uno y otro lado. El músculo
esfínter de la pupila está inervado por fibras parasimpáticas; por lo tanto, la
interrupción de estas fibras produce dilatación pupilar, por la acción sin oposición
del músculo dilatador de la pupila, inervado por fibras simpáticas. El primer
signo de la compresión del nervio oculomotor es una lentitud homolateral en la
respuesta pupilar a la luz.

Uveítis
La uveítis, o inflamación de la capa vascular del bulbo ocular (úvea), puede
progresar hasta una grave alteración visual y ceguera, si el oftalmólogo no
corrige la inflamación.

Oftalmoscopia

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El médico utiliza un oftalmoscopio para ver el fondo de ojo (v. fig. 8-52). Las
arterias y venas retinianas irradian sobre el fondo a partir del centro del
disco óptico, pálido y ovalado, que se localiza en el lado medial de la retina.
Suelen ser visibles las pulsaciones de las arterias retinianas. Centralmente, en el
polo posterior del bulbo ocular, la mácula tiene un aspecto más oscuro que el tinte
rojizo de las áreas retinianas circundantes, porque el pigmento negro melanina en
la coroides y en la capa celular pigmentaria de la retina no es filtrado por la
sangre capilar.

Papiledema
El aumento de presión del LCE enlentece el retorno venoso de la retina, lo
que ocasiona un edema de la retina (acumulación de líquido). En la
oftalmoscopia, el edema aparece como una tumefacción del disco óptico, que se
denomina papiledema. Normalmente, el disco es plano y no forma una papila. El
papiledema obedece a un aumento de la presión intracraneal y la presión del LCE
en la extensión del espacio subaracnoideo en torno al nervio óptico (v. fig. 8-50
A).

Presbiopía y cataratas
Al envejecer, la lente se endurece y aplana. Estos cambios reducen
gradualmente su capacidad de enfoque, proceso conocido como presbiopía
(del griego presbyos, viejo). En algunos individuos se produce además una
pérdida de transparencia (enturbiamiento) del cristalino por la aparición de áreas
de opacidad (cataratas). La extracción de la catarata, combinada con el implante
de una lente intraocular, se ha convertido en una operación frecuente. En la
extracción extracapsular de la catarata se elimina la lente sin retirar su cápsula, en
la cual se coloca a continuación una lente intraocular sintética (fig. C8-26 A y B).
En la extracción intracapsular se retiran la lente y su cápsula y se implanta una
lente intraocular sintética en la cámara anterior (fig. C8-26 C).

FIGURA C8-26. Implante sintético de lente de contacto.

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Coloboma del iris


La ausencia de una sección del iris (fig. C8-27) puede producirse por un
defecto congénito en el que la fisura coroidea (retiniana) (fig. C8-24 B) no
se cierra adecuadamente por traumatismos penetrantes o no penetrantes en el
bulbo ocular, o por una iridectomía quirúrgica. Cuando se lesiona el iris por este
motivo, la fisura iridiana no se cura.

FIGURA C8-27. Coloboma del iris.

Glaucoma
El flujo de salida del humor acuoso a través del seno venoso de la esclera
hacia la circulación sanguínea debe producirse al mismo ritmo con que se
elabora. Si el flujo de salida disminuye significativamente por bloqueo de la vía

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de drenaje (fig. C8-28), aumenta la presión en las cámaras anterior y posterior del
ojo, proceso denominado glaucoma. Si no se reduce la producción de humor
acuoso para mantener normal la presión intraocular, puede producirse ceguera por
compresión de la capa interna del bulbo ocular (retina) y de las arterias retinianas.

Hemorragia en la cámara anterior


La hemorragia en la cámara anterior del bulbo ocular (hipema) suele
producirse por traumatismos cerrados, como los debidos a un golpe con una
raqueta o pelota de squash o con un palo de hockey (fig. C8-29). Al principio, la
cámara anterior queda teñida de rojo, pero la sangre pronto se acumula en ella. La
hemorragia inicial suele detenerse en unos pocos días, y la recuperación
generalmente es buena.

FIGURA C8-28. Glaucoma de ángulo abierto versus ángulo cerrado.

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FIGURA C8-29. Hipema (flecha).

Ojo artificial
Cuando debe extirparse (enuclearse) el bulbo ocular, su vaina fascial
constituye una cuenca adecuada para alojar un ojo artificial. Después de la
operación, los músculos oculares no pueden retraerse tanto, debido a que sus
vainas fasciales permanecen unidas a la vaina fascial del bulbo ocular, aunque es
posible un cierto movimiento coordinado si el ojo artificial está colocado
correctamente. Dado que el ligamento suspensorio soporta el bulbo ocular (v. fig.
8-62), debe conservarse al extirpar quirúrgicamente la pared inferior de la órbita
ósea (p. ej., al extraer un tumor).

Reflejo corneal
En la exploración neurológica, el examinador toca la córnea con una
torunda de algodón (fig. C8-14), y la respuesta normal (positiva) es un
parpadeo. La falta de esta respuesta sugiere una lesión del NC V1; una lesión del
NC VII (el nervio motor del orbicular del ojo) también puede alterar este reflejo.
El examinador debe asegurarse de que toca la córnea (y no simplemente la
esclera) para provocar el reflejo. La presencia de una lente de contacto puede
dificultar o abolir el reflejo.

Erosiones y desgarros corneales


Los cuerpos extraños, como partículas de arena o metálicas, producen
erosiones corneales que causan un súbito dolor lancinante en el bulbo
ocular y lagrimeo. La apertura y el cierre de los párpados también causan dolor.
Los desgarros corneales se producen por objetos agudos, como las uñas o la
esquina de una página de libro.

Úlceras y trasplantes corneales


El trastorno de la inervación sensitiva corneal por parte del NC V1 deja la
córnea vulnerable a las lesiones por cuerpos extraños. Los individuos con
lesiones corneales (cicatrices u opacidades corneales) pueden recibir un
trasplante de córnea de donantes o implantes de material plástico no reactivo.

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Síndrome de Horner
El síndrome de Horner se produce por la interrupción de un tronco
simpático cervical y se manifiesta por la ausencia de las funciones
estimuladas por el simpático sobre el lado homolateral de la cabeza. El síndrome
incluye los siguientes signos: constricción de la pupila (miosis), caída del párpado
superior (ptosis), enrojecimiento y aumento de temperatura de la piel
(vasodilatación), y ausencia de sudoración (anhidrosis). La constricción de la
pupila ocurre al quedar sin oposición el esfínter pupilar, estimulado por el
parasimpático. La ptosis es consecuencia de la parálisis de las fibras musculares
lisas que se intercalan con la aponeurosis del elevador del párpado superior, que
constituyen colectivamente el músculo tarsal superior, inervado por fibras
simpáticas.

Parálisis de los músculos extrínsecos del bulbo ocular/parálisis de los


nervios orbitarios
Uno o más músculos extrínsecos del bulbo ocular pueden paralizarse por
procesos del tronco del encéfalo o traumatismos craneales, con diplopía
(visión doble). La parálisis de un músculo se pone de manifiesto por la limitación
del movimiento del bulbo ocular en el campo de acción del músculo, y por la
producción de dos imágenes al tratar de utilizar ese músculo.

PARÁLISIS DEL NERVIO OCULOMOTOR


La parálisis completa del nervio oculomotor afecta a la mayor parte de los
músculos oculares, al elevador del párpado superior y al esfínter de la
pupila. El párpado superior cae y no puede elevarse voluntariamente debido a la
actividad sin oposición del orbicular del ojo (inervado por el nervio facial) (fig.
C8-30 A). Además, la pupila está completamente dilatada y no reactiva, por la
acción sin oposición del dilatador de la pupila. Esta queda en completa abducción
y descendida («hacia abajo y afuera») por la actividad sin oposición del recto
lateral y el oblicuo superior, respectivamente.

PARÁLISIS DEL NERVIO ABDUCENS


Cuando se paraliza el nervio abducens (NC VI), que inerva sólo el recto
lateral, no puede realizarse la abducción de la pupila en el lado afectado.
Esta se halla en aducción completa por la acción sin oposición del recto medial
(fig. C8-30 B).

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FIGURA C8-30. Parálisis del nervio orbital.

Bloqueo de la arteria central de la retina


Dado que las ramas finales de la arteria central de la retina son arterias
terminales, su obstrucción por un émbolo causa una ceguera inmediata y
total. El bloqueo de la arteria suele ser unilateral y se produce generalmente en
personas de edad avanzada.

Bloqueo de la vena central de la retina


Como la vena central de la retina llega al seno cavernoso, la tromboflebitis
de este seno puede originar el paso de un trombo a dicha vena y bloquear
una de las pequeñas venas retinianas. La oclusión de una rama de la vena central
suele originar una pérdida de visión, lentamente y de forma indolora.

Puntos fundamentales
REGIÓN ORBITARIA, ÓRBITA Y BULBO OCULAR
Órbitas. Las órbitas son cavidades piramidales con bases y vértices dirigidos anterior y posteriormente,
respectivamente, que albergan los bulbos oculares y las estructuras visuales accesorias. ● Las paredes
mediales de las órbitas contralaterales son paralelas, y las paredes laterales son perpendiculares entre sí. ●
Los bordes y las paredes laterales de las órbitas, más expuestas a los traumatismos directos, son fuertes. ●

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Las paredes superior (techo) e inferior (piso) son compartidas con la fosa craneal anterior y el seno
maxilar, respectivamente; gran parte de la pared medial, delgada como un papel, es común con las
celdillas etmoidales. ● La pared medial y la pared inferior, por lo tanto, son vulnerables a la propagación
de procesos patológicos desde los senos paranasales, y a fracturas por estallido en los traumatismos
cerrados sobre el contenido orbitario, por aumento súbito de la presión intraorbitaria. ● El conducto
óptico y la fisura orbitaria superior, en el vértice de la órbita, son las vías primarias por las cuales entran y
salen de la órbita estas estructuras.
Estructuras visuales accesorias. Los párpados y el aparato lagrimal son dispositivos protectores del
bulbo ocular. ● El saco conjuntival es una clase especial de bolsa mucosa que permite a los párpados
desplazarse sobre la superficie del bulbo ocular al abrirse y cerrarse, lo que extiende una película
humectante y lubrificante de líquido lagrimal dentro del saco. ● El líquido se secreta en el fórnix superior
lateral del saco y se disemina por la parte anterior del bulbo ocular por la acción de la gravedad y el
parpadeo, con el fin de limpiar la córnea y proporcionarle nutrientes y oxígeno al empujar el líquido hacia
el ángulo medial del ojo. ● El líquido y las sustancias irritantes que contiene se acumulan en el lago
lagrimal. ● Desde aquí drenan por capilaridad, a través de los puntos lagrimales superior e inferior, a los
conductillos lagrimales, que pasan al saco lagrimal. ● El saco drena por vía del conducto nasolagrimal a
la cavidad nasal, donde el líquido fluye posteriormente y luego se deglute. ● Aunque el saco conjuntival
se abre anteriormente por vía de la hendidura palpebral, el líquido lagrimal acuoso no atraviesa la barrera
lipídica secretada por las glándulas tarsales en los bordes de la hendidura, a menos que se produzca en
exceso, como durante el llanto.
Bulbo ocular. El bulbo ocular contiene el aparato óptico del sistema visual. ● Presenta una estructura
trilaminar con: 1) una capa externa fibrosa de soporte, compuesta por la esclera, opaca, y la córnea
anterior, transparente; 2) una capa vascular media, que se compone de la coroides (encargada
principalmente de nutrir los conos y bastones de la retina), el cuerpo ciliar (que produce el humor acuoso
y ajusta la lente) y el iris (que protege la retina), y 3) una capa interna que consta de las porciones óptica y
ciega de la retina. ● La córnea es el principal elemento de refracción del bulbo ocular; la lente efectúa los
ajustes del enfoque. ● La estimulación parasimpática del cuerpo ciliar reduce la tensión de la lente y
permite su engrosamiento para la visión próxima. ● La relajación del cuerpo ciliar en ausencia de
estímulos estira la lente y la adelgaza para la visión lejana. ● La estimulación parasimpática también
contrae el esfínter de la pupila, que cierra la pupila en respuesta a la luz intensa. ● La estimulación
simpática del dilatador de la pupila abre la pupila para admitir más luz. ● El segmento anterior del bulbo
ocular está lleno del humor acuoso, elaborado por los procesos ciliares de la cámara posterior. ● El humor
acuoso atraviesa la pupila hacia la cámara anterior y se absorbe por la circulación venosa en el seno
venoso de la esclera. ● El segmento posterior, o cámara vítrea, está lleno del humor vítreo, que mantiene
la forma del ojo, transmite la luz y conserva la retina en su lugar contra la coroides.
Músculos extrínsecos del bulbo ocular. Hay siete músculos extrínsecos: cuatro rectos, dos oblicuos
y un elevador del párpado superior. ● Seis músculos se originan en el vértice de la órbita; los cuatro
músculos rectos salen de un anillo tendinoso común. ● Sólo el oblicuo inferior surge anteriormente en la
órbita. El elevador del párpado superior efectúa la acción que indica su nombre. ● El músculo liso
asociado (músculo tarsal superior) ensancha aún más la hendidura palpebral durante las respuestas
simpáticas; se produce ptosis en ausencia de inervación simpática de la cabeza (síndrome de Horner). ●
Con los ojos en aducción (convergencia), como en la lectura de cerca, los músculos oblicuos superior e
inferior producen descenso y elevación, respectivamente, con dirección de la mirada hacia abajo o arriba
de la página. ● La coordinación de los músculos extrínsecos contralaterales es necesaria para dirigir la
mirada en una determinada dirección.
Nervios de la órbita. Todos los músculos de la órbita reciben inervación del NC III, excepto el
oblicuo superior y el recto lateral, inervados por los NC IV y VI, respectivamente.
Vascularización de la órbita. La circulación extraocular proviene principalmente de las arterias
oftálmica (carótida interna) e infraorbitaria (carótida externa); esta última irriga estructuras próximas a la
pared inferior de la órbita. ● Las venas oftálmicas superior e inferior drenan anteriormente en la vena
facial, posteriormente en el seno cavernoso e inferiormente en el plexo venoso pterigoideo. ● La
circulación intraocular se realiza sólo a partir de la arteria oftálmica, con la arteria central de la retina que
irriga toda la retina a excepción de la capa de conos y bastones, nutrida por la lámina coroidocapilar de la
coroides. ● Las estructuras ciliares del iris reciben sangre de las arterias ciliares anteriores (desde las
ramas de la arteria oftálmica al músculo recto) y de dos arterias ciliares posteriores largas. ● Múltiples
arterias ciliares posteriores cortas irrigan la coroides. ● Las venas vorticosas superior e inferior drenan los
bulbos oculares a las venas oftálmicas respectivas.

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Capa endocrina de las vísceras cervicales


Capa respiratoria de las vísceras cervicales
TABLA 9-5. Músculos de la laringe
Capa alimentaria de las vísceras cervicales
TABLA 9-6. Músculos de la faringe
Anatomía de superficie de las capas endocrina y respiratoria de las vísceras cervicales

LINFÁTICOS DEL CUELLO


CUADRO CLÍNICO: Vísceras y linfáticos del cuello

CLAVES DEL CUADRO CLÍNICO

Variantes anatómicas

Procedimientos diagnósticos

Ciclo vital

Procedimientos quirúrgicos

Traumatismo

Patología

VISIÓN GENERAL
El cuello es la zona de transición entre la base del cráneo superiormente y las
clavículas inferiormente. El cuello une la cabeza al tronco y los miembros, actuando
como zona de paso principal para las estructuras que pasan entre ellos. Además, en él
se localizan algunos órganos importantes con funciones únicas, como por ejemplo la
laringe y las glándulas tiroides y paratiroides.
El cuello es relativamente delgado, de forma que permite la flexibilidad necesaria
para posicionar la cabeza y maximizar la eficiencia de sus órganos sensoriales
(principalmente los bulbos oculares, pero también los oídos, la boca y la nariz). Por
tanto, en el cuello se juntan muchas estructuras importantes, tales como músculos,
glándulas, arterias, venas, nervios, linfáticos, tráquea, esófago y vértebras. En
consecuencia, el cuello es un área de vulnerabilidad bien conocida. Además, varias
estructuras vitales, como la tráquea, el esófago y la glándula tiroides, carecen de la
protección ósea de que disfrutan otras partes de los sistemas a los que estas
estructuras pertenecen.
En el cuello, anterolateralmente, se encuentran el principal flujo sanguíneo
arterial hacia la cabeza y el cuello (las arterias carótidas) y el principal drenaje
venoso (las venas yugulares) (fig. 9-1). Las principales estructuras que habitualmente
se lesionan en los traumatismos penetrantes del cuello son los vasos sanguíneos

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carotídeos/yugulares. Los plexos nerviosos braquiales se originan en el cuello y


discurren inferolateralmente para acceder a las axilas e introducirse e inervar los
miembros superiores.
El cartílago tiroides, el mayor de los cartílagos de la laringe, y la tráquea se
encuentran en el centro de la cara anterior del cuello. La linfa procedente de las
estructuras de la cabeza y el cuello drena en los nódulos linfáticos cervicales.

HUESOS DEL CUELLO


El esqueleto del cuello está constituido por las vértebras cervicales, el hueso hioides,
el manubrio del esternón y las clavículas (figs. 9-2 y 9-3). Estos huesos forman parte
del esqueleto axial, a excepción de las clavículas, que son parte del esqueleto
apendicular.

Vértebras cervicales
La región cervical de la columna vertebral está formada por siete vértebras
cervicales, que engloban la médula espinal y las meninges. Los cuerpos vertebrales,
apilados y localizados centralmente, sostienen la cabeza, y las articulaciones
intervertebrales —especialmente las articulaciones craneovertebrales en su extremo
superior— proporcionan la flexibilidad necesaria para poder posicionar la cabeza.

FIGURA 9-1. Disección del cuello anterior. La fascia ha sido retirada y los músculos del lado izquierdo han
sido reclinados para mostrar el hueso hioides, la glándula tiroides y las estructuras relacionadas con la vaina
carotídea: arteria carótida común, vena yugular interna, nervio vago (NC X) y nódulos linfáticos cervicales
profundos.

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FIGURA 9-2. Vértebras cervicales. A) De la 3.a a la 6.a vértebras cervicales son vértebras cervicales
«típicas»; la 1.a, 2.a y 7.a son «atípicas». B y C) Ilustración y radiografía de las vértebras cervicales
articuladas. D) Vértebras cervicales típicas que muestran un cuerpo rectangular con procesos unciformes
articulares en sus caras laterales, un foramen vertebral triangular, un proceso espinoso bífido y forámenes
transversos.

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FIGURA 9-3. Huesos y cartílagos del cuello. A) Los puntos de referencia óseos y cartilaginosos del cuello
son las vértebras, los procesos mastoides y estiloides, los ángulos de la mandíbula, el hueso hioides, el
cartílago tiroides, las clavículas y el manubrio del esternón. B y C) Se muestran el hueso hioides y sus
características.

Las vértebras cervicales, las articulaciones intervertebrales cervicales y el


movimiento de la región cervical de la columna vertebral se tratan en el capítulo
dedicado al dorso (v. cap. 2); por tanto, a continuación sólo se ofrece un breve repaso.
Las cuatro vértebras cervicales típicas (3.a a 6.a) presentan las siguientes
características (v. fig. 9-2 A y D):

El cuerpo vertebral es pequeño y más largo de lado a lado que


anteroposteriormente; la cara superior es cóncava y la cara inferior es convexa.
El foramen vertebral es grande y triangular.
Los procesos (apófisis) transversos de todas las vértebras cervicales (típicas o
atípicas) cuentan con forámenes transversos para los vasos vertebrales (las
venas vertebrales y, excepto en la vértebra C7, las arterias vertebrales).
Las caras superiores de los procesos articulares se dirigen superior y
posteriormente, y las caras inferiores lo hacen inferior y anteriormente.
Sus procesos espinosos son cortos y, en los individuos de ascendencia europea,
bífidas.

Hay tres vértebras cervicales atípicas (C1, C2 y C7) (fig. 9-2 A):

1. La vértebra C1 o atlas: un hueso con forma de anillo arriñonado que carece de


proceso espinoso y de cuerpo, y que consiste en dos masas laterales conectadas
por los arcos anterior y posterior. Sus caras articulares superiores cóncavas
reciben los cóndilos occipitales.
2. La vértebra C2 o axis: desde su cuerpo se proyecta un diente con forma de
clavija (proceso odontoides).
3. La vértebra prominente (C7): llamada así debido a su largo proceso espinoso,

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que no es bífido. Sus procesos transversos son grandes, pero sus forámenes
transversos son pequeños.

Hueso hioides
El hueso hioides (o simplemente hioides) es móvil y se sitúa en la parte anterior del
cuello a nivel de la vértebra C3, en el ángulo entre la mandíbula y el cartílago tiroides
(fig. 9-3). Se encuentra suspendido por músculos que lo conectan a la mandíbula, los
procesos estiloides, el cartílago tiroides, el manubrio y las escápulas.
El hioides es único entre los huesos debido a que está aislado del resto del
esqueleto. El nombre del hioides, que tiene forma de U, deriva del griego hyoeidçs,
que significa «con forma de letra ípsilon», la vigésima letra del alfabeto griego. El
hioides no se articula con ningún otro hueso. Se encuentra suspendido de los procesos
estiloides de los huesos temporales mediante los ligamentos estilohioideos (fig. 9-3
A), y está adherido firmemente al cartílago tiroides. Consta de un cuerpo y de cuernos
mayor y menor. Funcionalmente, el hioides sirve de inserción para los músculos
anteriores del cuello y como apoyo para mantener la vía aérea abierta.
El cuerpo del hioides, en su porción media, está orientado anteriormente y tiene
unos 2,5 cm de anchura y 1 cm de grosor (fig. 9-3 B y C). Su cara anterior convexa se
proyecta anterosuperiormente; su cara posterior cóncava se proyecta
posteroinferiormente. Cada extremo de su cuerpo está unido a un cuerno (asta)
mayor que se proyecta posterosuperiormente y lateralmente al cuerpo. En el joven,
los cuernos mayores están unidos al cuerpo por fibrocartílago. En el anciano, suelen
estar unidos por hueso. Cada cuerno menor es una pequeña proyección ósea
procedente de la porción superior del cuerpo del hioides cerca de su unión al cuerno
mayor. Está conectada al cuerpo del hioides por tejido fibroso, y a veces al cuerno
mayor por una articulación sinovial. El cuerno menor se proyecta
superoposteriormente hacia el proceso estiloides; en algunos adultos puede ser parcial
o completamente cartilaginoso.

CUADRO CLÍNICO
HUESOS DEL CUELLO
Dolor cervical
El dolor cervical (dolor de cuello) tiene varias causas, como inflamación de
nódulos linfáticos, desgarro muscular y protrusión de discos
intervertebrales. El agrandamiento de los nódulos linfáticos cervicales puede
indicar un tumor maligno en la cabeza; sin embargo, el tumor primario puede
estar en el tórax o el abdomen, dado que el cuello conecta la cabeza al tronco (p.
ej., el cáncer de pulmón puede metastatizar a través del cuello hasta el cráneo). La
mayoría de los casos crónicos de dolor cervical se producen por alteraciones
óseas (p. ej., artrosis cervical) o por traumatismos. El dolor cervical normalmente
se ve afectado por el movimiento de la cabeza y el cuello, y puede aumentar
durante la tos o el estornudo, por ejemplo.

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Lesiones de la columna vertebral cervical


Las fracturas y luxaciones de las vértebras cervicales pueden lesionar la
médula espinal y/o las arterias vertebrales y los plexos simpáticos que pasan
a través de los forámenes transversos. Véanse los cuadros clínicos «Luxación de
las vértebras cervicales», «Fractura y luxación del atlas» y «Fractura y luxación
del axis» en el capítulo 2.

Fractura del hueso hioides


La fractura del hioides (o del proceso estiloides del hueso temporal; v. cap.
8) se produce en personas estranguladas manualmente por compresión de la
garganta. Esto provoca la depresión del cuerpo del hioides en el cartílago tiroides.
La incapacidad de elevar el hioides y moverlo anteriormente bajo la lengua
dificulta la deglución y el mantenimiento de la separación de los tractos
alimentario y respiratorio, y puede producir una neumonía por aspiración.

FASCIA DEL CUELLO


Las estructuras del cuello están rodeadas por una capa de tejido subcutáneo (fascia
superficial) y compartimentadas por láminas de la fascia cervical profunda. Los
planos fasciales determinan la dirección en que puede propagarse una infección en el
cuello.

Tejido subcutáneo del cuello y platisma


El tejido subcutáneo del cuello (fascia cervical superficial) es una lámina de tejido
conectivo adiposo que se sitúa entre la dermis cutánea y la lámina superficial de la
fascia cervical profunda (fig. 9-4 A). Este tejido normalmente es más delgado que en
otras regiones, en especial anteriormente. Contiene nervios cutáneos, vasos
sanguíneos y linfáticos, nódulos linfáticos superficiales y cantidades variables de
grasa. Anterolateralmente contiene el platisma (fig. 9-4 B).

PLATISMA
El platisma (del griego, plato plano) es una lámina muscular ancha y delgada
localizada en el tejido subcutáneo del cuello (figs. 9-4 B y 9-5). Como otros músculos
faciales y de la piel cabelluda, el platisma se desarrolla a partir de una capa continua
de musculatura derivada del mesénquima del 2.º arco faríngeo del embrión, y es
inervado por ramos del nervio facial, NC VII. La vena yugular externa (VYE)
desciende desde el ángulo de la mandíbula hasta la mitad de la clavícula (v. fig. 9-1),
y los principales nervios cutáneos del cuello son profundos al platisma.
El platisma recubre la cara anterolateral del cuello. Sus fibras se originan en la
fascia profunda cubriendo las porciones superiores de los músculos deltoides y
pectoral mayor, y se extienden superomedialmente sobre la clavícula hasta el límite
inferior de la mandíbula. Los límites anteriores de los dos músculos se decusan sobre
el mentón y se fusionan con los músculos faciales. Inferiormente, las fibras divergen,
dejando un hueco anterior a la laringe y la tráquea (fig. 9-5). En términos de

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continuidad (integridad), existe una gran variación en esta capa muscular, que a
menudo consiste en tiras aisladas. El platisma está inervado por el ramo cervical del
NC VII.

Puntos fundamentales
HUESOS DEL CUELLO
Vértebras cervicales. El cuello es un tallo «móvil de conexión» con un esqueleto axial segmentado. ●
Los cuerpos vertebrales apilados y colocados centralmente sostienen la cabeza. ● Las articulaciones
invertebrales —especialmente las articulaciones craneovertebrales en su extremo superior— proporcionan
la flexibilidad necesaria para permitir el posicionamiento de la cabeza, de manera que se maximiza el uso
de sus órganos sensoriales. ● Múltiples procesos vertebrales aportan tanto las inserciones como el efecto
de palanca necesario para mover y mantener la cabeza en esas posiciones. ● Los forámenes de las
vértebras cervicales proporcionan un paso seguro para la médula espinal y las arterias vertebrales que
nutren los huesos, y constituyen uno de los componentes principales del aporte sanguíneo encefálico. ●
Las vértebras aportan una pequeña protección para otras estructuras del cuello.
Hueso hioides. Único teniendo en cuenta su aislamiento del resto del esqueleto, el hioides en forma
de U se encuentra suspendido entre el cuerpo de la mandíbula superiormente y el manubrio inferiormente.
● El hioides proporciona una base móvil para la lengua e inserción para la porción media de la faringe. ●
También mantiene la permeabilidad de la faringe, necesaria para la deglución y la respiración.

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FIGURA 9-4. Secciones de la cabeza y el cuello que muestran la fascia cervical. A) La mitad derecha de la
cabeza y el cuello se han seccionado en el plano medio. El detalle ilustra la fascia en la región retrofaríngea.
B) Esta sección transversal del cuello pasa a través del istmo de la glándula tiroides a nivel de la vértebra C7,
como se indica en la parte A. La lámina más externa de la fascia cervical profunda, la lámina superficial, se
separa para incluir los músculos trapecio y esternocleidomastoideo en las cuatro esquinas del cuello. La
lámina superficial y los músculos que incluye rodean dos columnas fasciales principales. La lámina
pretraqueal (visceral) incluye los músculos y vísceras del cuello anterior; la lámina prevertebral
(musculoesquelética) rodea la columna vertebral y los músculos asociados. Las vainas carotídeas son
conductos vasculonerviosos relacionados con ambas columnas fasciales. C) Se muestran los compartimentos
fasciales del cuello para ilustrar un abordaje anterior en la línea media a la glándula tiroides. Como la laringe,
la tráquea y la glándula tiroides son prácticamente subcutáneas en la línea media, para alcanzarlas se han de
seccionar dos láminas de fascia cervical profunda (las láminas superficial y pretraqueal).

Actuando desde su inserción superior a la mandíbula, el platisma tensa la piel,


provocando arrugas cutáneas verticales y liberando presión de las venas superficiales
(tabla 9-2). Los hombres normalmente usan esta función del platisma cuando se
afeitan el cuello y cuando se aflojan una corbata ajustada. Actuando desde su

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inserción inferior, el platisma ayuda a bajar la mandíbula y tira de las comisuras de la


boca inferiormente, como en una mueca. Como músculo de expresión facial, el
platisma sirve para expresar tensión o estrés.

FIGURA 9-5. Platisma. El delgado músculo platisma se extiende subcutáneamente como una lámina, pasa
sobre las clavículas y es atravesado por nervios cutáneos. Existe una gran variación en la continuidad de esta
lámina muscular.

Fascia cervical profunda


La fascia cervical profunda consta de tres láminas fasciales (capas): superficial (de
revestimiento), pretraqueal y prevertebral (fig. 9-4 A y B). Estas láminas sujetan
vísceras cervicales (p. ej., la glándula tiroides), músculos, vasos y nódulos linfáticos
profundos. La fascia cervical profunda también se condensa en torno a las arterias
carótidas comunes, las venas yugulares internas (VYI) y los nervios vagos, formando
la vaina carotídea (fig. 9-4 B y C).
Estas tres láminas fasciales forman planos naturales de separación, que permiten
la separación de los tejidos durante la cirugía y que limitan la propagación de
abscesos (colecciones de pus) provocados por infecciones. Las láminas fasciales
cervicales profundas también proporcionan el deslizamiento que permite el
movimiento y el desplazamiento sin dificultad de unas estructuras del cuello sobre las
otras, como por ejemplo en la deglución y en la rotación de la cabeza y el cuello.

LÁMINA SUPERFICIAL DE LA FASCIA CERVICAL PROFUNDA


La lámina superficial (de revestimiento) de la fascia cervical profunda, la más
externa de las láminas de la fascia cervical profunda, rodea todo el cuello en
profundidad a la piel y el tejido subcutáneo. En las «cuatro esquinas» del cuello se

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separa en hojas superficial y profunda para incluir (rodear) los músculos


esternocleidomastoideo y trapecio (fig. 9-4 B y C). Estos músculos derivan de la
misma capa muscular embrionaria y están inervados por el mismo nervio (NC XI).
Básicamente tienen inserciones continuas en la base del cráneo superiormente y en la
espina y el acromion de la escápula y la clavícula inferiormente.
Superiormente, la lámina superficial de la fascia cervical profunda se une a:

Las líneas nucales superiores del hueso occipital.


Los procesos mastoides de los huesos temporales.
Los arcos cigomáticos.
El borde inferior de la mandíbula.
El hueso hioides.
Los procesos espinosos de las vértebras cervicales.

Justo por debajo de su inserción en la mandíbula, la lámina superficial de la fascia


profunda se divide para envolver la glándula submandibular; en la zona posterior a la
mandíbula se separa para formar la cápsula fibrosa de la glándula parótida. El
ligamento estilomandibular es un engrosamiento de esta lámina fascial (v. fig. 8-69).
Inferiormente, la lámina superficial de la fascia cervical profunda se inserta en el
manubrio del esternón, las clavículas, los acromion y las espinas de las escápulas. La
lámina superficial de la fascia cervical profunda se continúa posteriormente con el
periostio que cubre el proceso espinoso de C7 y con el ligamento nucal, una
membrana triangular que forma un tabique fibroso intermedio entre los músculos de
los dos lados del cuello (fig. 9-4 B).
Inferiormente entre las cabezas esternales de los esternocleidomastoideos e
inmediatamente superior al manubrio, la lámina superficial de la fascia cervical
profunda sigue dividida en dos hojas que rodean al esternocleidomastoideo: una hoja
se une a la cara anterior y la otra a la posterior del manubrio. Entre estas hojas se
sitúa un espacio supraesternal (v. fig. 9-4 A). Rodea los extremos inferiores de las
venas yugulares anteriores, el arco venoso yugular, grasa y unos pocos nódulos
linfáticos profundos.

LÁMINA PRETRAQUEAL DE LA FASCIA CERVICAL PROFUNDA


La delgada lámina pretraqueal de la fascia cervical profunda está limitada a la
porción anterior del cuello (v. fig. 9-4). Se extiende inferiormente desde el hioides
hacia el interior del tórax, donde se fusiona con el pericardio fibroso que recubre el
corazón. La lámina pretraqueal de la fascia incluye una porción muscular delgada,
que rodea a los músculos infrahioideos, y una porción visceral, que envuelve a la
glándula tiroides, la tráquea y el esófago, y se continúa posterior y superiormente con
la fascia bucofaríngea de la faringe. La lámina pretraqueal de la fascia profunda se
fusiona lateralmente con las vainas carotídeas. Por encima del hioides, un
engrosamiento de la fascia pretraqueal forma una polea o tróclea a través de la cual
pasa el tendón intermedio del músculo digástrico, suspendiendo el hioides.
Envolviendo el borde lateral del tendón intermedio del omohioideo, la lámina
pretraqueal también une el músculo omohioideo de dos vientres, redirigiendo el

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trayecto del músculo entre los vientres.

LÁMINA PREVERTEBRAL DE LA FASCIA CERVICAL PROFUNDA


La lámina prevertebral de la fascia cervical profunda forma una vaina tubular
para la columna vertebral y los músculos asociados con ella, como el largo del cuello
y el largo de la cabeza anteriormente, los escalenos lateralmente y los músculos
profundos del cuello posteriormente (fig. 9-4 A y B).
La lámina prevertebral de la fascia profunda está fijada superiormente a la base
del cráneo. Inferiormente, se mezcla de forma periférica con la fascia endotorácica y
se fusiona centralmente con el ligamento longitudinal anterior del cuello hasta
aproximadamente la vértebra T3 (v. cap. 2) (v. fig. 9-4 A). La lámina prevertebral se
extiende lateralmente como vaina axilar (v. cap. 3), que rodea los vasos axilares y el
plexo braquial. Las porciones cervicales de los troncos simpáticos están rodeadas por
la lámina prevertebral de la fascia cervical profunda.

FIGURA 9-6. Vaina carotídea.

Vaina carotídea. La vaina carotídea es un recubrimiento tubular fascial que se


extiende desde la base del cráneo hasta la raíz del cuello. Esta vaina se fusiona
anteriormente con las láminas superficial y pretraqueal de la fascia, y posteriormente
con la lámina prevertebral de la fascia (v. fig. 9-4 B y C). La vaina carotídea contiene:

Las arterias carótidas común e interna.


La vena yugular interna (VYI).
El nervio vago (NC X).
Algunos nódulos linfáticos cervicales profundos.
El nervio del seno carotídeo.
Fibras nerviosas simpáticas (plexos periarteriales carotídeos).

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La vaina carotídea se comunica con el mediastino torácico a nivel inferior y se


extiende hasta la base del cráneo (base del occipucio) en la parte superior. Estas
comunicaciones representan potenciales vías para la propagación de infecciones o la
extensión de sangre extravasada.
Espacio retrofaríngeo. El espacio retrofaríngeo es el mayor y más importante
espacio interfascial del cuello (fig. 9-6). Es un espacio virtual formado por tejido
conectivo laxo entre la porción visceral de la lámina prevertebral de la fascia cervical
profunda y la fascia bucofaríngea, que rodea superficialmente la faringe.
Inferiormente, la fascia bucofaríngea se continúa con la lámina pretraqueal de la
fascia cervical profunda.

CUADRO CLÍNICO
FASCIA CERVICAL
Parálisis del platisma
La parálisis del platisma, consecuencia de la lesión del ramo cervical del
nervio facial (v. fig. 9-16 B), provoca que la piel caiga del cuello formando
arrugas laxas. Por tanto, durante las disecciones quirúrgicas del cuello es preciso
tener especial cuidado para preservar el ramo cervical del nervio facial. En la
sutura de heridas del cuello, los cirujanos suturan con cuidado la piel y los bordes
del platisma. Si esto no se realiza, la piel herida será retraída (estirada en
diferentes direcciones) por las fibras contráctiles musculares del platisma, y
puede generarse una cicatriz antiestética.

Propagación de infecciones cervicales


La lámina superficial (de revestimiento) de la fascia cervical profunda ayuda
a prevenir la propagación de abscesos (infecciones purulentas) causados por
la destrucción tisular. Si se produce una infección entre la lámina superficial de la
fascia cervical profunda y la porción muscular de la lámina pretraqueal que rodea
a los músculos infrahioideos, normalmente la infección no se propagará más allá
del borde superior del manubrio del esternón. No obstante, si la infección se
produce entre la lámina superficial y la porción visceral de la lámina pretraqueal,
puede propagarse hacia la cavidad torácica, anteriormente al pericardio.
El pus de un absceso posterior a la lámina prevertebral de la fascia cervical
profunda puede extenderse lateralmente en el cuello y formar una tumefacción
posterior al esternocleidomastoideo. El pus puede perforar la lámina prevertebral
de la fascia cervical profunda, penetrar en el espacio retrofaríngeo y formar un
abultamiento en la faringe (absceso retrofaríngeo). Este absceso puede causar
dificultad para la deglución (disfagia) o el habla (disartria).
Las infecciones de la cabeza también pueden propagarse inferiormente por
detrás del esófago y entrar en el mediastino posterior, o pueden propagarse
anteriormente a la tráquea y entrar en el mediastino anterior. Las infecciones del
espacio retrofaríngeo también pueden extenderse inferiormente dentro del
mediastino superior. Del mismo modo, el aire procedente de una rotura de la

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tráquea, de un bronquio o del esófago (neumomediastino) puede pasar


superiormente hacia el cuello.

Puntos fundamentales
FASCIA CERVICAL
Tejido subcutáneo cervical y platisma. El tejido subcutáneo (fascia superficial cervical) es normalmente
más delgado en el cuello que en otras regiones, en especial anteriormente. ● Contiene el platisma, un
músculo de expresión facial.
Fascia cervical profunda. Como cualquier fascia profunda, la función de la fascia cervical profunda
es: 1) proporcionar contención para los músculos y vísceras en compartimentos con grados variables de
rigidez, 2) aportar el deslizamiento que permite a las estructuras resbalar unas sobre otras, y 3) servir
como un conducto de paso de estructuras vasculonerviosas. ● Los dos principales compartimentos del
cuello se encuentran separados por el espacio retrofaríngeo. ● Anteriormente, la lámina pretraqueal rodea
las vísceras cervicales y la musculatura extrínseca asociada con ellas (músculos suprahioideos e
infrahioideos). ● Posteriormente, la lámina prevertebral rodea los elementos musculoesqueléticos del
cuello que se asocian e incluyen a las vértebras cervicales. ● Estos dos compartimentos fasciales se
encuentran incluidos dentro de la tercera y más superficial lámina de la fascia cervical profunda, la lámina
superficial, que abarca los músculos superficiales (trapecio y esternocleidomastoideo). ● La lámina
superficial se inserta en el cráneo superiormente y en la cintura escapular inferiormente. ● Los principales
conductos vasculonerviosos, las vainas carotídeas, se sitúan anterolaterales a las uniones comunes de
estas tres láminas. ● Los límites y continuaciones superiores e inferiores de estas láminas fasciales,
compartimentos y espacios interfasciales, constituyen vías de extensión o propagación de infecciones,
líquidos, gases o tumores.

La fascia alar forma otra subdivisión del espacio retrofaríngeo. Esta delgada
lámina se inserta a lo largo de la línea media de la fascia bucofaríngea desde el cráneo
hasta el nivel de la vértebra C7. Desde esta inserción, se extiende lateralmente y
termina en la vaina carotídea. El espacio retrofaríngeo permite el movimiento de la
faringe, el esófago, la laringe y la tráquea respecto a la columna vertebral durante la
deglución. Este espacio está cerrado superiormente por la base del cráneo y a cada
lado por la vaina carotídea. Inferiormente se abre dentro del mediastino superior (v.
cap. 4).

ESTRUCTURAS SUPERFICIALES DEL CUELLO: REGIONES


CERVICALES
Para definir con claridad la localización de las estructuras, lesiones o patologías, el
cuello se divide en regiones (fig. 9-7; tabla 9-1). Entre el cráneo (la mandíbula
anteriormente y el hueso occipital posteriormente) y las clavículas, el cuello se divide
en cuatro regiones principales de acuerdo con los bordes normalmente visibles y/o
palpables de los músculos esternocleidomastoideo y trapecio, grandes y relativamente
superficiales, que se encuentran en el interior de la lámina más externa (superficial)
de la fascia cervical profunda.

Región esternocleidomastoidea

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El músculo esternocleidomastoideo (ECM) es un punto de referencia muscular


clave del cuello, constituyendo la región esternocleidomastoidea. Divide
visiblemente cada lado del cuello en las regiones cervicales anterior y lateral
(triángulos cervicales anterior y posterior). El ECM es un músculo ancho con forma
de cinta que tiene dos cabezas: el tendón redondeado de la cabeza esternal se inserta
en el manubrio, mientras que la cabeza clavicular, carnosa y gruesa, se inserta en la
cara superior del tercio medial de la clavícula (figs. 9-7 y 9-8; tabla 9-2).

FIGURA 9-7. Regiones y triángulos cervicales.

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FIGURA 9-8. Músculos del cuello.

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Las dos cabezas del ECM están separadas inferiormente por un espacio, visible
superficialmente como una pequeña depresión triangular, la fosa supraclavicular
menor (fig. 9-7 B). Las cabezas se unen superiormente a medida que discurren en
sentido oblicuo ascendente hacia el cráneo. La inserción superior del ECM es el
proceso mastoides del hueso temporal y la línea nucal superior del hueso occipital. La
lámina superficial de la fascia cervical profunda se separa para formar una vaina para
el ECM (v. fig. 9-4 B).
Los ECM mueven las articulaciones craneovertebrales, las articulaciones
intervertebrales cervicales o ambas (fig. 9-8; tabla 9-2). Sus inserciones craneales se
sitúan posteriores al eje de las articulaciones atlanto-occipitales. Partiendo de la
posición anatómica, con una contracción tónica que mantiene la posición de la
columna vertebral cervical, la contracción bilateral de los ECM (especialmente de sus
fibras más posteriores) provocará la extensión de la cabeza en las articulaciones
atlanto-occipitales, elevando el mentón (fig. 9-8 D).
Actuando bilateralmente, los ECM también pueden flexionar el cuello. Pueden
hacerlo de dos maneras diferentes:

1. Si la cabeza está al inicio flexionada anteriormente en las articulaciones atlanto-


occipitales por acción de los músculos prevertebrales (y/o los músculos
suprahioideos e infrahioideos) contra resistencia, los ECM (específicamente las
fibras anteriores) flexionan toda la columna vertebral cervical, de manera que el
mentón se acerca al manubrio (v. fig. 9-8 E). Sin embargo, la gravedad es
normalmente la fuerza motriz de este movimiento en posición erecta.
2. Actuando antagónicamente con los extensores del cuello (es decir, los músculos
cervicales profundos), la contracción bilateral de los ECM puede flexionar la

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porción inferior del cuello mientras produce una extensión limitada en la


articulación atlanto-occipital y la porción superior del cuello, protruyendo el
mentón mientras mantiene la cabeza al mismo nivel. Estos movimientos de
flexión también se dan cuando se levanta la cabeza del suelo desde la posición
de decúbito supino (con la gravedad proporcionando la resistencia en lugar de
los músculos cervicales profundos).

Es probable que la mayoría de las veces músculos sinérgicos más pequeños y/o
una contracción excéntrica (relajación controlada del músculo, cediendo
gradualmente a la gravedad) se relacionen con la iniciación de la flexión o la
extensión, aportando el ECM la potencia y el alcance del movimiento una vez
iniciado.
Actuando unilateralmente, el ECM flexiona lateralmente el cuello (tuerce el
cuello de lado) y rota la cabeza aproximando la oreja al hombro homolateral (mismo
lado), al tiempo que rota la cabeza de forma que el mentón gira hacia el lado
contralateral (opuesto) y se eleva. Si la cabeza y el cuello se mantienen fijos, la
contracción bilateral de los ECM eleva las clavículas y el manubrio, y por tanto las
costillas anteriores. De esta forma, los ECM actúan como músculos respiratorios
accesorios, ayudando en la generación del movimiento de «palanca de bomba de
agua» de la pared torácica.
Para explorar el esternocleidomastoideo, la cabeza se gira hacia el lado opuesto
contra resistencia (mano contra el mentón). Si actúa de forma normal, se puede ver y
palpar el músculo.

Región cervical posterior


La región posterior a los bordes anteriores del trapecio (es decir, correspondiente a su
área) es la región cervical posterior (v. fig. 9-7; tabla 9-1). La región suboccipital es
profunda a la porción superior de esta región (v. fig. 9-8). El trapecio es un músculo
triangular ancho, plano, que cubre la cara posterolateral del cuello y el tórax (v. fig.
9-8 F). El trapecio es un:

Músculo superficial del dorso (v. cap. 2).


Músculo axioapendicular posterior que actúa sobre la cintura escapular (v. cap.
3).
Músculo cervical, que puede producir movimientos del cráneo.

El trapecio une la cintura escapular al cráneo y la columna vertebral, y colabora


en su suspensión. Sus inserciones, inervación y acciones principales se describen en
la tabla 9-2. La piel de la región cervical posterior está inervada de forma segmentaria
por ramos posteriores de los nervios espinales cervicales que atraviesan, pero no
inervan, el trapecio (v. fig. 2-28).
Para explorar el trapecio se encoge el hombro contra resistencia. Si el músculo
actúa de forma normal, se puede ver y palpar su borde superior. Si el trapecio está
paralizado, el hombro cae; sin embargo, las acciones combinadas del elevador de la
escápula y las fibras superiores del serrato anterior ayudan a mantener el hombro y en

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cierta medida pueden compensar la parálisis (v. cap. 3).

Región cervical lateral


La región cervical lateral (triángulo posterior) está limitada (figs. 9-7 y 9-9):

Anteriormente, por el borde posterior del ECM.


Posteriormente, por el borde anterior del trapecio.
Inferiormente, por el tercio medio de la clavícula, entre el trapecio y el ECM.
Por un vértice, donde se unen el ECM y el trapecio, sobre la línea nucal superior
del hueso occipital.
Por un techo, formado por la lámina superficial de la fascia cervical profunda.
Por un suelo, formado por músculos cubiertos por la lámina prevertebral de la
fascia cervical profunda.

La región cervical lateral se enrolla en torno a la cara lateral del cuello a modo de
espiral. La región está cubierta por la piel y el tejido subcutáneo que contiene el
platisma.

MÚSCULOS DE LA REGIÓN CERVICAL LATERAL


El suelo de la región cervical lateral está formado generalmente por la fascia
prevertebral que recubre cuatro músculos (figs. 9-9 y 9-10): esplenio de la cabeza,
elevador de la escápula, escaleno medio y escaleno posterior. En ocasiones, la
porción inferior del escaleno anterior aparece en el ángulo inferomedial de la región
cervical lateral, donde habitualmente está oculta por el ECM. Una división ocasional
del escaleno anterior, el escaleno mínimo, pasa posterior a la arteria subclavia para
insertarse en la 1.a costilla (Agur y Dalley, 2017).

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FIGURA 9-9. Disección superficial de la región cervical lateral. El tejido subcutáneo y la lámina
superficial de la fascia cervical profunda se han retirado, conservando la mayor parte del platisma y de los
nervios cutáneos. Entre el trapecio (en la región cervical posterior) y el esternocleidomastoideo, la lámina
prevertebral de la fascia cervical profunda constituye el suelo de la región cervical lateral. El nervio accesorio
(NC XI) es el único nervio motor superficial a esta fascia.

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FIGURA 9-10. Disección profunda de la región cervical lateral. La lámina superficial de la fascia cervical
profunda se ha retirado. Aunque el nervio accesorio (NC XI) es superficial a ella, el plexo braquial y los
nervios motores de los plexos cervicales discurren profundos a la lámina prevertebral de la fascia cervical
profunda que recubre el suelo del triángulo.

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FIGURA 9-11. Disección más profunda de la porción inferior de la región cervical lateral. Se han
retirado todas las fascias, el músculo omohioideo y la porción clavicular del pectoral mayor para mostrar la
vena subclavia y la tercera porción de la arteria subclavia. La vena yugular interna, profunda al
esternocleidomastoideo, no se encuentra en la región cervical lateral pero está cerca de ella. El plexo braquial
y los vasos subclavios pasan hacia el miembro superior; el nombre de los vasos cambia a axilares por debajo
de la clavícula en el borde lateral de la 1.a costilla.

Para una localización más precisa de las estructuras, la región cervical lateral está
dividida por el vientre inferior del músculo omohioideo en un gran triángulo
occipital, superiormente, y un pequeño triángulo omoclavicular, inferiormente (v. fig.
9-7; tabla 9-1).

El triángulo occipital se denomina así porque la arteria occipital aparece en su


vértice (figs. 9-8 y 9-9; v. fig. 9-13). El nervio más importante que cruza el
triángulo occipital es el nervio accesorio (NC XI).
El triángulo omoclavicular (subclavio) está marcado en la cara lateral del
cuello por la fosa supraclavicular. La porción inferior de la VYE cruza este
triángulo superficialmente; la arteria subclavia se encuentra en su profundidad
(figs. 9-11; v. fig. 9-13). Estos vasos están separados por la lámina superficial
de la fascia cervical profunda. Dado que la tercera porción de la arteria
subclavia se localiza en esta región, el triángulo omoclavicular normalmente se
conoce como triángulo subclavio (v. fig. 9-7).

ARTERIAS DE LA REGIÓN CERVICAL LATERAL


Las arterias de la región cervical lateral son las ramas del tronco tirocervical, la
tercera porción de la arteria subclavia y parte de la arteria occipital (figs. 9-10 a 9-12).

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El tronco tirocervical, rama de la arteria subclavia, habitualmente da lugar a la arteria


supraescapular y a la arteria cervical transversa (un tronco cervicodorsal) desde sus
caras laterales; sus ramas terminales son la arteria cervical ascendente y la tiroidea
inferior.
La arteria supraescapular cruza inferolateralmente el músculo escaleno anterior
y el nervio frénico (fig. 9-11). Después cruza la tercera porción de la arteria subclavia
y los fascículos del plexo braquial, y pasa posterior a la clavícula para irrigar los
músculos de la cara posterior de la escápula. De forma alternativa, la arteria
supraescapular puede originarse directamente de la tercera porción de la arteria
subclavia.
También originándose lateralmente, la arteria cervical transversa (tronco
cervicodorsal) (Weiglein et al., 2005) se bifurca de nuevo en la arteria cervical
superficial (rama superficial de la arteria cervical transversa) y la arteria dorsal de la
escápula (rama profunda de la arteria cervical transversa). Estas ramas discurren
superficial y lateralmente cruzando el nervio frénico y el músculo escaleno anterior,
2-3 cm superior a la clavícula. Luego cruzan o pasan a través de los troncos del plexo
braquial, dando ramas para sus vasa nervorum (vasos sanguíneos de los nervios). La
arteria cervical superficial pasa profunda (anterior) al trapecio acompañando al
nervio accesorio (NC XI). La arteria dorsal de la escápula puede originarse de
manera independiente, directamente de la tercera (o con menor frecuencia la segunda)
porción de la arteria subclavia. Cuando es una rama de la subclavia, la arteria dorsal
de la escápula pasa lateralmente a través de los troncos del plexo braquial, anterior al
escaleno medio. Independientemente de su origen, su porción distal corre profunda a
los músculos elevador de la escápula y romboides, irrigando ambos y participando en
la anastomosis arterial que rodea la escápula (v. cap. 3). La arteria occipital, una
rama de la arteria carótida externa, entra en la región cervical lateral al nivel de su
vértice y asciende por la cabeza para irrigar la mitad posterior de la piel cabelluda (v.
fig. 9-10).

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FIGURA 9-12. Arteria subclavia: porciones y ramas. La arteria subclavia tiene tres porciones: medial (1),
posterior (2) y lateral (3) respecto al músculo escaleno anterior. El tronco cervicodorsal (arteria cervical
transversa) y la arteria supraescapular se originan ocasionalmente de forma directa (o a través de un tronco
común) de la segunda o tercera porción de la arteria subclavia en vez de hacerlo directamente desde el tronco
tirocervical, como se muestra aquí, o independientemente.

La arteria subclavia irriga el miembro superior. La tercera porción se inicia


aproximadamente a un través de dedo de ella, al otro lado del borde lateral del
músculo escaleno anterior. Se encuentra oculta en la porción inferior de la región
cervical lateral, posterosuperior a la vena subclavia. La tercera porción de la arteria es
la porción más larga y más superficial. Descansa sobre la 1.a costilla y sus
pulsaciones pueden palparse haciendo una presión profunda en el triángulo
omoclavicular. La arteria está en contacto con la 1.a costilla cuando pasa posterior al
músculo escaleno anterior; en consecuencia, la compresión de la arteria subclavia
contra la costilla puede controlar una hemorragia en el miembro superior. El tronco
inferior del plexo braquial se sitúa directamente posterior a la tercera porción de la
arteria. Las ramas que se originan ocasionalmente de la tercera porción (arteria
supraescapular, arteria dorsal de la escápula) son formas aberrantes de patrones más
típicos en los cuales nacen de cualquier localización (del tronco tirocervical a través
de un tronco cervicodorsal en particular).

VENAS DE LA REGIÓN CERVICAL LATERAL


La vena yugular externa empieza cerca del ángulo de la mandíbula (justo inferior a
la oreja) mediante la unión de la división posterior de la vena retromandibular con la
vena auricular posterior (fig. 9-13). La VYE cruza oblicuamente el ECM, profunda
al platisma, y entra en la porción anteroinferior de la región cervical lateral (v. fig. 9-
8). Luego perfora la lámina superficial de la fascia cervical profunda, que forma el

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techo de esta región al nivel del borde posterior del ECM. La VYE desciende hacia la
porción inferior de la región cervical lateral y termina en la vena subclavia (figs. 9-11
y 9-13). Drena la mayoría de la piel cabelluda y el lado de la cara.
La vena subclavia, el principal conducto venoso de drenaje del miembro
superior, se curva a través de la porción inferior de la región cervical lateral. Pasa
anterior al músculo escaleno anterior y al nervio frénico, y se une en el borde medial
del músculo con la VYI para formar la vena braquiocefálica, posterior a la
extremidad esternal de la clavícula. Inmediatamente por encima de la clavícula, la
VYE recibe las venas cervicales transversas (cervicodorsales), supraescapulares y
yugular anterior.

FIGURA 9-13. Venas superficiales del cuello. Las venas temporal superficial y maxilar confluyen formando
la vena retromandibular, cuya división posterior se une con la vena auricular posterior para formar la vena
yugular externa. La vena facial recibe la división anterior de la vena retromandibular antes de desembocar en
la vena yugular interna, profunda al esternocleidomastoideo. Las venas yugulares anteriores pueden
localizarse superficiales o profundas a la lámina superficial de la fascia cervical profunda.

NERVIOS DE LA REGIÓN CERVICAL LATERAL


El nervio accesorio (NC XI) discurre profundo al ECM y lo inerva antes de entrar en
la región cervical lateral al mismo nivel que la unión de los tercios superior y medio
del borde posterior del ECM, o bien inferior a ella (v. figs. 9-9 y 9-10). El nervio pasa
posteroinferiormente, en el interior de la fascia superficial de la fascia cervical
profunda o profundo a ella, hasta alcanzar el elevador de la escápula, del cual está
separado por la lámina prevertebral de la fascia. Luego, el NC XI desaparece
profundo al borde anterior del trapecio, al nivel de la unión de sus dos tercios
superiores con su tercio inferior.
Las raíces del plexo braquial (ramos anteriores de C5-C8 y T1) aparecen entre
los músculos escalenos anterior y medio (v. fig. 9-11). Los cinco ramos se unen para

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formar los tres troncos del plexo braquial, que descienden inferolateralmente a través
de la región cervical lateral. Luego, el plexo pasa entre la 1.a costilla, la clavícula y el
borde superior de la escápula (el conducto cervicoaxilar) para entrar en la axila,
proporcionando la inervación para la mayor parte del miembro superior (v. cap. 3).
El nervio supraescapular, que se origina del tronco superior del plexo braquial
(no del plexo cervical), discurre lateralmente a través de la región cervical lateral para
inervar los músculos supraespinoso e infraespinoso en la cara posterior de la
escápula. También proporciona ramos articulares a la articulación del hombro.
Los ramos anteriores de C1-C4 forman las raíces del plexo cervical (fig. 9-14).
El plexo cervical está constituido por una serie irregular de asas nerviosas
(primarias), y los ramos se originan en las asas. Cada ramo participante, excepto el
primero, se divide en ramos ascendentes y descendentes que se unen con los ramos
del nervio espinal adyacente para formar las asas. El plexo cervical se sitúa
anteromedial a los músculos elevador de la escápula y escaleno medio, y profundo al
ECM. Los ramos superficiales del plexo, que en su inicio discurren posteriormente,
son ramos cutáneos (sensitivos) (fig. 9-14 A, C y D). Los ramos profundos, que pasan
anteromedialmente, son ramos motores e incluyen las raíces del nervio frénico (para
el diafragma) y el asa cervical (fig. 9-14 A y B).
La raíz superior del asa cervical, que transporta fibras de los nervios espinales
C1 y C2, se une brevemente y luego desciende desde el nervio hipogloso (NC XII) en
su trayecto por la región cervical lateral (fig. 9-14 A y B). La raíz inferior del asa
cervical se origina de un asa entre los nervios C2 y C3. Las raíces superior e inferior
del asa cervical se unen, formando un asa secundaria, el asa cervical, constituida por
fibras de los nervios espinales C1-C3, que se ramifican del asa secundaria para
inervar los músculos infrahioideos, incluyendo el omohioideo, el esternotiroideo y el
esternohioideo (figs. 9-14 A, 9-15 A y 9-16). El cuarto músculo infrahioideo, el
tirohioideo, recibe fibras de C1, que descienden de forma independiente desde el
nervio hipogloso, distal a la raíz superior del asa cervical (nervio tirohioideo) (figs.
9-14 A y B, y 9-15 B).
Los ramos cutáneos del plexo cervical emergen alrededor de la mitad del borde
posterior del ECM, a menudo denominado punto nervioso del cuello (v. fig. 9-9), e
inervan la piel del cuello, la pared torácica superolateral y la piel cabelluda entre la
oreja y la protuberancia occipital externa (fig. 9-14 A, C y D). Cerca de su origen, las
raíces del plexo cervical reciben ramos comunicantes grises, la mayoría de los cuales
descienden desde el gran ganglio cervical superior, en la porción superior del cuello.
Los ramos del plexo cervical que se originan del asa nerviosa entre los ramos
anteriores de C2 y C3 son:

El nervio occipital menor (C2), que inerva la piel del cuello y la piel cabelluda
porterosuperior a la oreja.
El nervio auricular mayor (C2 y C3), que asciende verticalmente a través del
ECM oblicuo al polo inferior de la glándula parótida, donde se divide e inerva
la piel que cubre —y la vaina que rodea— la glándula, el proceso mastoides y
ambas caras de la oreja y un área de piel que se extiende desde el ángulo de la
mandíbula hasta el proceso mastoides.

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El nervio transverso del cuello (C2 y C3), que inerva la piel que cubre la
región cervical anterior. El nervio se incurva alrededor de la mitad del borde
posterior del ECM, inferiormente al nervio auricular mayor, y pasa anterior y
horizontalmente a este, cruzándolo profundo a la VYE y el platisma,
dividiéndose en ramos superiores e inferiores.

Los ramos del plexo cervical que se originan del asa formada por los ramos
anteriores de C3 y C4 son los:

Nervios supraclaviculares (C3 y C4), que emergen como un tronco común por
debajo del ECM, enviando pequeños ramos a la piel del cuello que cruzan la
clavícula e inervan la piel que recubre el hombro.

Además del asa cervical y los nervios frénicos, que se originan de las asas del
plexo, los ramos motores profundos del plexo cervical incluyen ramos que se
originan de las raíces que inervan los romboides (nervio dorsal de la escápula; C4 y
C5), el serrato anterior (nervio torácico largo; C5-C7) y los músculos prevertebrales
próximos.
Los nervios frénicos se originan principalmente en el nervio C4, aunque reciben
contribuciones de los nervios C3 y C5 (figs. 9-11 y 9-14 A y B). Los nervios frénicos
contienen fibras nerviosas motoras, sensitivas y simpáticas. Estos nervios
proporcionan la única inervación motora para el diafragma, y también la sensibilidad
para su porción central. En el tórax, cada nervio frénico inerva la pleura mediastínica
y el pericardio (v. cap. 4). En el cuello, reciben fibras comunicantes variables de los
ganglios simpáticos cervicales o de sus ramos; cada nervio frénico se forma cerca de
la porción superior del borde lateral del músculo escaleno anterior, a nivel del borde
superior del cartílago tiroides. El nervio frénico desciende oblicuamente con la VYI
cruzando el escaleno anterior, profundo a la lámina prevertebral de la fascia cervical
profunda y a las arterias cervical transversa y supraescapular.
En el lado izquierdo, el nervio frénico cruza anterior a la primera porción de la
arteria subclavia; en el lado derecho, se sitúa anterior al músculo escaleno anterior y
cruza anterior a la segunda porción de la arteria subclavia. En ambos lados, el nervio
frénico discurre posterior a la vena subclavia y anterior a la arteria torácica interna
cuando entra en el tórax.

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FIGURA 9-14. Plexo nervioso cervical. A a C) El plexo está constituido por asas nerviosas formadas entre
los ramos anteriores adyacentes de los primeros cuatro nervios cervicales y los ramos grises comunicantes que
reciben del ganglio simpático cervical superior (no se muestra aquí) (fig. 9-25 A). De las asas del plexo se
originan nervios motores (B) y sensitivos (C). El asa cervical (A, B) es un asa de segundo nivel, cuya rama
superior se origina del asa entre las vértebras C1 y C2, pero viaja inicialmente con el nervio hipogloso (NC
XII), que no forma parte del plexo cervical. D) Se muestran las áreas de piel inervadas por los nervios
sensitivos (cutáneos) del plexo cervical (derivados de los ramos anteriores) y por los ramos posteriores de los
nervios espinales cervicales.

La contribución del nervio C5 al nervio frénico puede derivar de un nervio


frénico accesorio (v. fig. 9-11). Frecuentemente es un ramo del nervio subclavio.
Cuando existe, el nervio frénico accesorio se sitúa lateral al nervio principal y
desciende posterior y a veces anterior a la vena subclavia. El nervio frénico accesorio
se une al nervio frénico en la raíz del cuello o en el tórax.

NÓDULOS LINFÁTICOS DE LA REGIÓN CERVICAL LATERAL


La linfa de los tejidos superficiales de la región cervical lateral entra en los nódulos
linfáticos cervicales superficiales que se sitúan a lo largo de la VYE por encima del

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ECM. Los vasos eferentes procedentes de estos nódulos drenan en los nódulos
linfáticos cervicales profundos, que forman una cadena a lo largo del trayecto de la
VYI que está contenida en la fascia de la vaina carotídea (v. figs. 9-4 B y 9-15 A).

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FIGURA 9-15. Disecciones de las regiones cervical anterior y suprahioidea. A) Esta disección superficial
del cuello muestra la glándula y los nódulos linfáticos submandibulares. B) En esta disección de la región
suprahioidea se han retirado la mitad derecha de la mandíbula y la porción superior del músculo milohioideo.
La superficie seccionada del milohioideo va siendo progresivamente más delgada conforme avanzamos
anteriormente.

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FIGURA 9-16. Disección profunda de la región cervical anterior. Se han retirado la vena facial común y
sus tributarias, mostrando arterias y nervios, incluyendo el asa cervical y sus ramos para los músculos
infrahioideos. Las arterias facial y lingual en este individuo se originan de un tronco común que pasa profundo
a los músculos estilohioideo y digástrico para entrar en el triángulo submandibular.

Región cervical anterior


La región cervical anterior (triángulo anterior) (v. tabla 9-1) posee:

Un límite anterior formado por la línea media del cuello.


Un límite posterior formado por el borde anterior del ECM.
Un límite superior formado por el borde inferior de la mandíbula.
Un vértice localizado en la incisura yugular en el manubrio del esternón.
Un techo formado por el tejido subcutáneo que contiene el platisma.
Un suelo formado por la faringe, laringe y glándula tiroides.

Para una localización más precisa de las estructuras, la región cervical anterior
está subdividida en cuatro triángulos más pequeños por los músculos digástrico y
omohioideo: el triángulo impar submentoniano y tres pequeños triángulos pares —
submandibular, carotídeo y muscular.
El triángulo submentoniano, inferior al mentón, es un área suprahioidea
limitada inferiormente por el cuerpo del hioides y lateralmente por los vientres
anteriores de los músculos digástricos derecho e izquierdo. El suelo del triángulo
submentoniano está formado por los dos músculos milohioideos, que se unen en un
rafe fibroso medio (v. fig. 9-15 B). El vértice del triángulo submentoniano está en la
sínfisis mandibular, el punto de unión de las dos mitades de la mandíbula durante la
lactancia. Su base está formada por el hioides (fig. 9-17). Este triángulo contiene
varios pequeños nódulos linfáticos submentonianos y pequeñas vénulas que se unen

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para formar la vena yugular anterior (fig. 9-17).


El triángulo submandibular es un área glandular entre el borde inferior de la
mandíbula y los vientres anterior y posterior del músculo digástrico (v. fig. 9-7 A y
C; v. también fig. 9-12). El suelo del triángulo submandibular está formado por los
músculos milohioideo e hiogloso, y por el constrictor medio de la faringe. La
glándula submandibular ocupa casi todo el triángulo (v. fig. 9-15 A). (Debido a su
asociación funcional con la boca, y a su asociación anatómica con el suelo de la boca,
la glándula y su conducto se describen en el capítulo 8.)
A cada lado de la glándula submandibular y a lo largo del borde inferior de la
mandíbula (v. fig. 9-15 A) se sitúan los nódulos linfáticos submandibulares. El
nervio hipogloso (NC XII) proporciona inervación motora a los músculos intrínsecos
y extrínsecos de la lengua. Pasa por el triángulo submandibular, al igual que el nervio
milohioideo (un ramo del NC V3, que también inerva el vientre anterior del músculo
digástrico), porciones de la arteria y la vena faciales y la arteria submentoniana (una
rama de la arteria facial) (v. figs. 9-15 y 9-16).

FIGURA 9-17. Disección superficial de la región cervical anterior. El triángulo submentoniano limita
inferiormente con el cuerpo del hioides y lateralmente con los vientres anteriores derecho e izquierdo de los
músculos digástricos. El suelo de este triángulo está formado por los dos músculos milohioideos y el rafe que
hay entre ellos (no se muestra aquí) (v. fig. 9-15 B). El triángulo muscular está limitado por el vientre superior
del omohioideo, el borde anterior del ECM y la línea media.

El triángulo carotídeo es un área vascular limitada por el vientre superior del


omohioideo, el vientre posterior del digástrico y el borde anterior del ECM (v. figs. 9-

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7, 9-15 A y 9-16). Este triángulo es importante porque la arteria carótida común


asciende por él. Su pulso puede auscultarse o palparse comprimiéndola ligeramente
contra los procesos transversos de las vértebras cervicales. A nivel del borde superior
del cartílago tiroides, la arteria carótida común se divide en las arterias carótidas
interna y externa (figs. 9-16, 9-18; v. fig. 9-20). Dentro del triángulo carotídeo se
localizan:

El seno carotídeo: una pequeña dilatación de la porción proximal de la arteria


carótida interna (fig. 9-18), que puede incluir la arteria carótida común.
Inervado principalmente por el nervio glosofaríngeo (NC IX) a través del
nervio del seno carotídeo, así como por el nervio vago (NC X), es un
barorreceptor (receptor de presión) que reacciona a los cambios de la presión
arterial.
El glomus (cuerpo) carotídeo: una masa pequeña de tejido de forma ovoide y
color marrón rojizo en vivo, que se sitúa en el lado medial (profundo) de la
bifurcación de la arteria carótida común, en íntima relación con el seno
carotídeo. Inervado principalmente por el nervio del seno carotídeo (NC IX) y
por el NC X, es un quimiorreceptor que controla la concentración de oxígeno en
la sangre. Bajas concentraciones de oxígeno en sangre lo estimulan e inicia un
reflejo que incrementa la frecuencia y la profundidad de la respiración, la
frecuencia cardíaca y la presión arterial.

FIGURA 9-18. Glomus (cuerpo) carotídeo y seno carotídeo. Este pequeño cuerpo epitelioide se localiza en
la bifurcación de la arteria carótida común. Se muestran también el seno carotídeo y la red asociada de fibras
sensitivas del nervio glosofaríngeo (NC IX).

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Las estructuras vasculonerviosas del triángulo carotídeo están rodeadas por la


vaina carotídea: las arterias carótidas medialmente, la vena yugular interna
lateralmente y el nervio vago posteriormente (v. fig. 9-4 B y C). Superiormente, la
carótida común es sustituida por la arteria carótida interna. El asa cervical
normalmente se sitúa sobre (o está rodeada por) la cara anterolateral de la vaina (v.
fig. 9-16). Muchos nódulos linfáticos cervicales profundos se sitúan a lo largo de la
vaina carotídea y la VYI.
El triángulo muscular está limitado por el vientre superior del músculo
omohioideo, el borde anterior del ECM y el plano medio del cuello (figs. 9-7 y 9-17)
músculos y vísceras (p. ej., las glándulas tiroides y paratiroides) infrahioideos.

MÚSCULOS DE LA REGIÓN CERVICAL ANTERIOR


En la porción anterolateral del cuello, el hioides proporciona inserciones para los
músculos suprahioideos, superiormente, y para los músculos infrahioideos,
inferiormente. Estos músculos hioideos fijan o mueven el hioides y la laringe (figs.
9-16, 9-17 y 9-19). A efectos descriptivos, se dividen en músculos suprahioideos e
infrahioideos, cuyas inserciones, inervación y acciones principales se presentan en la
tabla 9-3.
Los músculos suprahioideos se localizan superiores al hueso hioides y lo
conectan con el cráneo (figs. 9-15 A, 9-16, 9-17 y 9-19; tabla 9-3). El grupo de
músculos suprahioideos incluye los músculos milohioideo, genihioideo, estilohioideo
y digástrico. Como grupo, estos músculos constituyen la masa muscular del suelo de
la boca y sostienen el hueso hioides, con lo que proporcionan una base para las
funciones de la lengua y elevan el hueso hioides y la laringe para la deglución y la
producción del tono de voz. Cada músculo digástrico tiene dos vientres unidos por
un tendón intermedio, que desciende hacia el hueso hioides. Un asa fibrosa
derivada de la lámina pretraqueal de la fascia cervical profunda permite al tendón
deslizarse anterior y posteriormente, ya que lo conecta al cuerpo y al cuerno mayor
del hueso hioides.
La diferente inervación de los vientres anterior y posterior de los músculos
digástricos es consecuencia de su diferente origen embrionario a partir del 1.º y el 2.º
arcos faríngeos, respectivamente. El NC V inerva a los derivados del 1.er arco y el
NC VII inerva los del 2.º arco.
Los músculos infrahioideos, frecuentemente denominados músculos acintados
debido a su apariencia de cinta, se encuentran inferiores al hioides (figs. 9-16 y 9-19;
tabla 9-3). Estos cuatro músculos fijan el hueso hioides, el esternón, la clavícula y la
escápula, y descienden el hueso hioides y la laringe durante la deglución y el habla.
También actúan con los músculos suprahioideos para estabilizar el hueso hioides,
proporcionando una base firme a la lengua. El grupo de músculos infrahioideos se
dispone en dos planos: un plano superficial, constituido por el esternohioideo y el
omohioideo, y un plano profundo, compuesto por el esternotiroideo y el tirohioideo.
Al igual que el digástrico, el omohioideo posee dos vientres (superior e inferior)
unidos por un tendón intermedio. La banda fascial para el tendón intermedio conecta
con la clavícula.
El esternotiroideo es más ancho que el esternohioideo, bajo el que se encuentra.

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El esternotiroideo cubre el lóbulo lateral de la glándula tiroides. Su inserción en la


línea oblicua de la lámina del cartílago tiroides, inmediatamente superior a la
glándula, limita la expansión superior del tiroides hipertrofiado (v. cuadro clínico
«Aumento de tamaño de la glándula tiroides»). El tirohioideo parece ser la
continuación del músculo esternotiroideo, que discurre superiormente desde la línea
oblicua del cartílago tiroides hasta el hioides.

ARTERIAS DE LA REGIÓN CERVICAL ANTERIOR


La región cervical anterior contiene el sistema arterial carotídeo, compuesto por la
arteria carótida común y sus ramas terminales, las arterias carótidas interna y externa.
También contiene la VYI y sus tributarias, y las venas yugulares anteriores (figs. 9-20
y 9-21). La arteria carótida común y una de sus ramas terminales, la arteria carótida
externa, son los principales vasos arteriales del triángulo carotídeo. En el triángulo
carotídeo también se originan ramas de la carótida externa (p. ej., la arteria tiroidea
superior). Cada arteria carótida común asciende dentro de la vaina carotídea junto
con la VYI y el nervio vago, hasta el nivel del borde superior del cartílago tiroides.
Ahí, cada arteria carótida común se divide finalmente en las arterias carótidas interna
y externa. La arteria carótida interna no tiene ramas en el cuello; la arteria carótida
externa tiene varias.
La arteria carótida común derecha empieza en la bifurcación del tronco
braquiocefálico. La arteria subclavia derecha es la otra rama de este tronco. Desde el
arco de la aorta, la arteria carótida común izquierda asciende por el cuello. En
consecuencia, esta arteria tiene un trayecto de unos 2 cm por el mediastino superior
antes de entrar en el cuello.
Las arterias carótidas internas son la continuación directa de las arterias
carótidas comunes por encima del origen de la arteria carótida externa, a la altura del
límite superior del cartílago tiroides. La porción proximal de cada arteria carótida
interna es donde se localiza el seno carotídeo, ya descrito previamente en este
capítulo (figs. 9-18 y 9-20). El glomus (cuerpo) carotídeo se localiza en la hendidura
entre las arterias carótidas interna y externa. Las arterias carótidas internas entran en
el cráneo a través de los conductos carotídeos de las porciones petrosas de los huesos
temporales, y se convierten en las principales arterias del encéfalo y de las estructuras
de las órbitas (v. cap. 8). A nivel del cuello no se desprende ninguna rama con
nombre de las arterias carótidas internas.
Las arterias carótidas externas irrigan la mayoría de las estructuras externas al
cráneo; la órbita y parte de la frente, y la piel cabelluda, irrigadas por la arteria
supraorbitaria, son las excepciones más notables. Presenta, además, una cierta
distribución profunda (p. ej., la arteria meníngea media). Cada arteria carótida externa
discurre posterosuperiormente por la región entre el cuello de la mandíbula y el
lóbulo de la oreja, donde está rodeada por la glándula parótida y termina por dividirse
en dos ramas: la arteria maxilar y la arteria temporal superficial (fig. 9-20). Antes de
estas ramas terminales, seis arterias se originan de la arteria carótida externa:

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FIGURA 9-19. Músculos de la región cervical anterior.

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FIGURA 9-20. Arterias subclavia y carótida con sus ramas. A) Se muestran las posiciones de las vainas
carotídeas. B) Los músculos (vientre posterior del digástrico y omohioideo) indican los límites superior e
inferior del triángulo carotídeo.

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FIGURA 9-21. Vena yugular interna. Es la principal estructura venosa del cuello. Se origina como una
continuación del seno sigmoideo (seno venoso de la duramadre) en forma de S. En su descenso por el cuello
va incluida dentro de la vaina carotídea. Termina a la altura de la vértebra T1, superiormente a la articulación
esternoclavicular, al unirse a la vena subclavia para formar la vena braquiocefálica. Una gran válvula cerca de
su final impide el reflujo de sangre.

1. La arteria faríngea ascendente se origina como la primera o segunda rama de


la arteria carótida externa y es su única rama medial. Asciende sobre la faringe,
profunda (medial) a la arteria carótida interna, y proporciona ramas a la faringe,
los músculos prevertebrales, el oído medio y las meninges craneales.
2. La arteria occipital se origina en la cara posterior de la arteria carótida externa,
superior al origen de la arteria facial. Pasa posteriormente, inmediatamente
medial y paralela a la inserción del vientre posterior del músculo digástrico en
el surco occipital del hueso temporal, y termina dividiéndose en múltiples
ramas en la porción posterior de la piel cabelluda. A lo largo de su recorrido
pasa superficial a la arteria carótida interna y a los NC IX a XI.
3. La arteria auricular posterior, una pequeña rama posterior de la arteria
carótida externa, que normalmente es la última rama preterminal. Asciende
posteriormente entre el meato acústico externo y el proceso mastoides para
irrigar los músculos adyacentes, la glándula parótida, el nervio facial y las
estructuras del hueso temporal, la oreja y la piel cabelluda.

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4. La arteria tiroidea superior, la más inferior de las tres ramas anteriores de la


arteria carótida externa, que discurre anteroinferiormente profunda a los
músculos infrahioideos hasta alcanzar la glándula tiroides. Además de irrigar
esta glándula, proporciona ramas para los músculos infrahioideos y el ECM, y
da origen a la arteria laríngea superior, que irriga la laringe.
5. La arteria lingual se origina en la cara anterior de la arteria carótida externa,
donde se sitúa sobre el músculo constrictor medio de la faringe. Se arquea
superoanteriormente y pasa profunda al nervio hipogloso (NC XII), al músculo
estilohioideo y al vientre posterior del músculo digástrico. Desaparece profunda
al músculo hiogloso, proporcionando ramas para la porción posterior de la
lengua. A continuación gira superiormente al nivel del borde anterior de este
músculo y se bifurca en las arterias lingual profunda y sublingual.
6. La arteria facial se origina anteriormente en la arteria carótida externa, ya sea
junto con la arteria lingual o inmediatamente superior a ella (v. figs. 9-16 y 9-
20). Después de dar lugar a la arteria palatina ascendente y a una arteria
tonsilar, la arteria facial pasa superiormente bajo los músculos digástrico y
estilohioideo y el ángulo de la mandíbula. Se curva anteriormente y entra por un
surco profundo en la glándula submandibular, a la que irriga. Luego da origen a
la arteria submentoniana para el suelo de la boca y se curva alrededor de la
porción media del borde inferior de la mandíbula para entrar en la cara.

Regla mnemotécnica para las seis ramas de la arteria carótida: 1-2-3 —una rama
se origina medialmente (faríngea ascendente), dos ramas se originan posteriormente
(occipital y auricular posterior), y tres ramas se originan anteriormente (tiroidea
superior, lingual y facial).

VENAS DE LA REGIÓN CERVICAL ANTERIOR


La mayoría de las venas de la región cervical anterior son tributarias de la VYI,
normalmente la vena más grande del cuello (figs. 9-16 y 9-21). La VYI drena sangre
del encéfalo, la parte anterior de la cara, las vísceras cervicales y los músculos
profundos del cuello. Empieza en el foramen yugular en la fosa craneal posterior
como continuación directa del seno sigmoideo (v. cap. 8).
Desde una dilatación en su origen, el bulbo superior de la vena yugular
interna, la vena desciende en la vaina carotídea (fig. 9-20 A), acompañando a la
arteria carótida interna, superior a la bifurcación carotídea, y la arteria carótida común
y el NC X inferiormente (fig. 9-26). La vena se sitúa lateral dentro de la vaina, con el
nervio localizado posteriormente.
El tronco simpático cervical se sitúa posterior a la vaina carotídea. Aunque se
encuentra en estrecha relación con ella, el tronco no está dentro de la vaina carotídea;
por el contrario, está rodeado por la lámina prevertebral de la fascia cervical
profunda. La VYI abandona la región cervical anterior pasando profunda al ECM. El
extremo inferior de la vena pasa profundo al espacio entre las cabezas esternal y
clavicular de este músculo. Posterior a la extremidad esternal de la clavícula, la VYI
se une con la vena subclavia para formar la vena braquiocefálica (fig. 9-21). El
extremo inferior de la VYI también se dilata para formar el bulbo inferior de la vena

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yugular interna. Este bulbo tiene una válvula bicúspide que permite que la sangre
fluya hacia el corazón e impide su retorno hacia la vena, lo cual puede ocurrir si se
invierte (p. ej., haciendo el pino o cuando se aumenta la presión intratorácica).
Las tributarias de la VYI son el seno petroso inferior y las venas facial y lingual
(habitualmente mediante un tronco común), faríngeas y tiroideas superior y media. La
vena occipital suele drenar en el plexo venoso suboccipital, drenado a su vez por la
vena cervical profunda y la vena vertebral, aunque también puede hacerlo en la VYI.
El seno petroso inferior abandona el cráneo a través del foramen yugular y entra
en el bulbo superior de la VYI. La vena facial desemboca en la VYI frente o
inmediatamente inferior a la altura del hioides. La vena facial puede recibir las venas
tiroidea superior, lingual o sublingual. Las venas linguales forman una única vena
desde la lengua, que desemboca en la VYI a la altura del origen de la arteria lingual.
Las venas faríngeas se originan del plexo venoso de la pared faríngea y desembocan
dentro de la VYI al nivel del ángulo de la mandíbula. Las venas tiroideas superior y
media salen de la glándula tiroides y drenan en la VYI.

NERVIOS DE LA REGIÓN CERVICAL ANTERIOR


En la región cervical anterior se localizan varios nervios, incluyendo ramos de los
nervios craneales.

El nervio transverso del cuello (C2 y C3) inerva la piel que cubre la región
cervical anterior. Este nervio ha sido descrito previamente con el plexo cervical
en este capítulo (v. figs. 9-9 y 9-14 A, C y D).
El nervio hipogloso (NC XII), el nervio motor de la lengua, entra en el
triángulo submandibular profundo al vientre posterior del músculo digástrico
para inervar los músculos intrínsecos y cuatro de los cinco músculos extrínsecos
de la lengua (figs. 9-14 A, 9-16 y 9-22). El nervio pasa entre la carótida externa
y los vasos yugulares, proporcionando la raíz superior del asa cervical y luego
un ramo para el músculo genihioideo (v. fig. 9-14). En ambos casos, el ramo
transporta sólo fibras del nervio espinal C1, que se unen en su porción proximal;
en estos ramos no se transportan fibras del hipogloso (v. detalles en cap. 10).
Ramos de los nervios glosofaríngeo (NC IX) y vago (NC X) en los triángulos
submandibular y carotídeo (figs. 9-18 y 9-22). El NC IX está relacionado
principalmente con la lengua y la faringe. En el cuello, el NC X da lugar a
ramos faríngeos, laríngeos y cardíacos.

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FIGURA 9-22. Relaciones de los nervios y los vasos para los músculos suprahioideos de la región
cervical anterior. El vientre posterior del músculo digástrico, que discurre desde el proceso mastoides hasta
el hioides, ocupa una posición superficial y clave en el cuello.

Anatomía de superficie de las regiones cervicales y los triángulos del


cuello
La piel del cuello es delgada y flexible. El tejido conectivo subcutáneo contiene el
platisma, una capa delgada de músculo estriado que asciende hacia la cara (figs. 9-5 y
9-23 A). Sus fibras pueden ser visibles, especialmente en personas delgadas,
solicitándoles que contraigan los músculos platisma intentando aflojar un collar
ceñido.
El esternocleidomastoideo es la principal referencia muscular del cuello. Define
la región esternocleidomastoidea y divide el cuello en regiones cervicales anterior y
lateral (fig. 9-23 B). Este músculo extenso y prominente es fácil de observar y palpar
en toda su longitud a medida que discurre superolateralmente desde el esternón y la
clavícula. Su inserción superior en el proceso mastoides es palpable posterior al
lóbulo de la oreja. Podremos explorar el ECM si pedimos al paciente que rote la
cabeza hacia el lado contralateral y eleve el mentón. En este estado de contracción,
los límites anterior y posterior del músculo se definen claramente.
La incisura yugular del manubrio forma el límite inferior de la fosa entre las
cabezas esternales de los ECM (fig. 9-23 C y D). El espacio supraesternal y el arco
venoso yugular se localizan por encima de esta incisura (v. figs. 9-4 A y 9-17). La
fosa supraclavicular menor, entre las cabezas esternal y clavicular del ECM, cubre el
extremo inferior de la VYI (fig. 9-23 B y D). En este punto puede accederse a ella
con una aguja o un catéter (v. cuadro clínico «Punción de la vena yugular interna»).
La vena yugular externa discurre verticalmente y cruza el ECM en dirección al
ángulo de la mandíbula (fig. 9-23 D). Esta vena puede ser prominente, especialmente
si está distendida, por ejemplo cuando solicitamos al paciente que respire
profundamente y mantenga la respiración, espirando contra resistencia (maniobra de
Valsalva), o aplicando una presión suave sobre la porción inferior de la vena. Estas
acciones impiden el retorno venoso al lado derecho del corazón. La VYE es menos

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aparente en niños y mujeres de mediana edad, dado que su tejido subcutáneo tiende a
ser más grueso que en los varones.
El nervio auricular mayor discurre paralelo a la VYE, aproximadamente un través
de dedo por detrás de la vena. El plexo cervical se sitúa profundo a la mitad superior
del ECM, mientras que la VYI, la arteria carótida común y el nervio vago de la vaina
carotídea se encuentran profundos a la mitad inferior del ECM.
El trapecio, que define la región cervical posterior, puede observarse y palparse
si solicitamos al paciente que eleve los hombros contra resistencia (fig. 9-23 B a D).
Superiormente, donde se inserta en la protuberancia occipital externa, el músculo
cubre la región suboccipital (v. fig. 2-37).
El vientre inferior del músculo omohioideo apenas puede verse o palparse cuando
cruza superomedialmente la porción inferior de la región cervical lateral. Más fácil
de observar en gente delgada, el músculo omohioideo a menudo puede verse cuando
se contrae al hablar.

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FIGURA 9-23. Anatomía de superficie del cuello. A) Contracción del platisma. B) Regiones (A-E) y
triángulos (2-7) del cuello. C) Trayecto del nervio accesorio (NC XI). D) Puntos de referencia del cuello
anterolateral. E) Exploración del pulso de la arteria subclavia. F) Palpación de los nódulos linfáticos
submandibulares.

Justo inferior al vientre inferior del omohioideo se encuentra la fosa


supraclavicular mayor, la depresión situada sobre el triángulo omoclavicular (fig. 9-
23 C y D). La tercera porción de la arteria subclavia pasa a través de este triángulo
antes de continuar posterior a la clavícula y cruzar la 1.a costilla. La fosa
supraclavicular mayor es clínicamente importante debido a que aquí se pueden palpar
las pulsaciones de la arteria subclavia en la mayor parte de las personas. El trayecto

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de la arteria subclavia por el cuello se representa por una línea curva desde la
articulación esternoclavicular hasta el punto medio de la clavícula. Para sentir las
pulsaciones de la subclavia hay que presionar inferoposteriormente (abajo y detrás)
justo por detrás de la unión de los tercios medial y medio de la clavícula (fig. 9-23 E).
Este es el punto de presión de la arteria subclavia; aplicando una mayor presión,
comprimiendo la arteria contra la 1.a costilla, puede ocluirse la arteria en caso de una
hemorragia distal en el miembro superior.
Los principales contenidos del triángulo occipital, más grande, superior al
músculo omohioideo, son el nervio accesorio (NC XI), ramos cutáneos de los nervios
C2, C3 y C4, y nódulos linfáticos. Dada la vulnerabilidad y la frecuencia de lesiones
yatrógenas de este nervio, es importante ser capaz de estimar la localización del NC
XI en la región cervical lateral. Su recorrido coincide aproximadamente con una línea
que corta la unión de los tercios superior y medio del borde posterior del ECM y la
unión de los tercios medio e inferior del borde anterior del trapecio (fig. 9-23 C).
Las vísceras del cuello y las arterias carótidas y sus ramas son accesibles
quirúrgicamente a través de la región cervical anterior, entre el borde anterior del
ECM y la línea media (fig. 9-23 B). De los cuatro triángulos más pequeños en que se
subdivide esta región, los triángulos submandibular y carotídeo son especialmente
importantes en clínica.
La glándula submandibular ocupa casi todo el triángulo submandibular. Puede
palparse como una masa blanda por debajo del cuerpo de la mandíbula,
especialmente cuando se fuerza el vértice de la lengua contra los dientes incisivos
maxilares. Los nódulos linfáticos submandibulares se sitúan superficiales a la
glándula (v. fig. 9-15 A). Estos nódulos reciben linfa de la cara por debajo del ojo y
de la boca. Si están hipertrofiados, estos nódulos pueden palparse moviendo los dedos
desde el ángulo de la mandíbula a lo largo de su borde inferior (fig. 9-23 D y F). Si se
continúa hasta que los dedos se sitúan por debajo del mentón, en el triángulo
submentoniano pueden palparse los nódulos linfáticos submentonianos agrandados
(fig. 9-23 B).
El sistema arterial carotídeo se localiza en el triángulo carotídeo. Esta área es
importante para el acceso quirúrgico a la vaina carotídea que contiene la arteria
carótida común, la VYI y el nervio vago (v. figs. 9-16 y 9-22). El triángulo carotídeo
también contiene el nervio hipogloso (NC XII) y el tronco simpático cervical. La
vaina carotídea puede localizarse mediante una línea que une la articulación
esternoclavicular a un punto en la línea media entre el proceso mastoides y el ángulo
de la mandíbula. El pulso carotídeo puede palparse poniendo los dedos índice y
medio sobre el cartílago tiroides y apuntándolos posterolateralmente entre la tráquea
y el ECM. El pulso se palpa justo medial al ECM. La palpación se realiza en un punto
bajo en el cuello para evitar comprimir el seno carotídeo, lo que podría causar una
caída refleja de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca (figs. 9-18 y 9-23 B).

CUADRO CLÍNICO
ESTRUCTURAS SUPERFICIALES DEL CUELLO: REGIONES

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interviene en múltiples movimientos de la escápula, dependiendo de si los músculos actúan unilateral o


bilateralmente, así como de si lo hacen de forma independiente o en conjunción con la contracción
concéntrica o excéntrica de otros músculos.
Región cervical lateral. La región cervical lateral está limitada por el ECM, el trapecio y el tercio
medio de la clavícula, con un suelo muscular formado por los músculos cervicales profundos laterales. ●
Se encuentra subdividida por el vientre superior del omohioideo, dispuesto diagonalmente. ● La
estructura más aparente del triángulo occipital superior es la mitad inferior de la VYE. ● Lo más
importante clínicamente es el nervio accesorio (NC XI), localizado superficialmente. ● En el triángulo
omoclavicular, inferior y mucho más pequeño, el plexo braquial emerge entre los músculos escalenos
medio y anterior; este último es cruzado anteriormente por el nervio frénico. ● Superior al plexo braquial
y en el mismo plano se encuentra el plexo cervical. ● Los ramos cutáneos de este plexo emergen del
punto medio del borde posterior del ECM e irradian hacia la piel cabelluda, la oreja, el cuello anterior y el
hombro.
Región cervical anterior. La región cervical anterior se encuentra por debajo del cuerpo de la
mandíbula, extendiéndose anteriormente desde el ECM hasta la línea media. ● Los vientres del digástrico,
el vientre anterior del omohioideo y el hioides subdividen la región en triángulos más pequeños. ● El
triángulo submentoniano es superficial al suelo de la boca. ● El triángulo submandibular, superior a los
vientres del digástrico, está ocupado por la glándula salivar submandibular y por los nódulos linfáticos
submandibulares. ● La arteria facial, que discurre dentro de este triángulo, es palpable cuando emerge de
él y cruza el cuerpo de la mandíbula. ● El triángulo carotídeo, situado entre el vientre posterior del
digástrico, el vientre superior del omohioideo y el ECM, contiene la mayoría de la vaina carotídea y
estructuras relacionadas, incluyendo la bifurcación de la arteria carótida común, el seno y el glomus
(cuerpo) carotídeos, así como las ramas iniciales de la arteria carótida externa. ● El triángulo muscular
está formado y ocupado por los músculos infrahioideos.

ESTRUCTURAS PROFUNDAS DEL CUELLO


Las estructuras profundas del cuello son los músculos prevertebrales, situados
posteriormente a las vísceras cervicales y anterolaterales a la columna vertebral
cervical, y las vísceras que se extienden a través de la apertura torácica superior en la
parte más inferior o la raíz del cuello.

Músculos vertebrales anteriores y laterales (prevertebrales)


Los músculos prevertebrales o vertebrales anteriores y laterales se encuentran
profundos a la lámina prevertebral de la fascia cervical profunda. Los músculos
vertebrales anteriores, constituidos por los músculos largo del cuello y largo de la
cabeza, el recto anterior de la cabeza y el escaleno anterior (fig. 9-24 A), se sitúan
directamente posteriores al espacio retrofaríngeo (v. fig. 9-5 A y B) y mediales al
plano vasculonervioso de los plexos cervical y braquial y la arteria subclavia. Los
músculos vertebrales laterales, constituidos por los músculos recto lateral de la
cabeza, el esplenio de la cabeza, el elevador de la escápula y los escalenos medio y
posterior, se sitúan posteriores a este plano vasculonervioso (salvo el recto lateral de
la cabeza, ubicado a un nivel superior) y constituyen el suelo de la región cervical
lateral. Estos músculos están ilustrados en la figura 9-24; sus inserciones,
inervaciones y principales acciones se detallan en la tabla 9-4.

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FIGURA 9-24. Músculos prevertebrales.

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FIGURA 9-25. Raíz del cuello y región prevertebral. A) Se muestra una disección de la raíz del cuello. El
plexo braquial y la tercera porción de la arteria subclavia emergen entre los músculos escalenos anterior y
medio. Las venas braquiocefálicas, las primeras porciones de las arterias subclavias y las arterias torácicas
internas, que se originan de las arterias subclavias, tienen una relación estrecha con la pleura cervical (cúpula).
El conducto torácico termina en la raíz del cuello cuando entra en el ángulo venoso izquierdo. ASD, arteria
subclavia derecha; ASI, arteria subclavia izquierda; C, carótida común; E, esófago; T, tráquea; TB, tronco
braquiocefálico; VBD, vena braquiocefálica derecha; VBI, vena braquiocefálica izquierda; VSD, vena
subclavia derecha; VSI, vena subclavia izquierda; VYI, vena yugular interna B) En esta disección de la región
prevertebral y de la raíz del cuello, la lámina prevertebral de la fascia cervical profunda, las arterias y los
nervios del lado derecho se han extirpado; el músculo largo de la cabeza se ha resecado en el lado derecho. En
el lado izquierdo se visualizan el plexo cervical, que se origina de los ramos anteriores de C1-C4; el plexo
braquial, que se origina de los ramos anteriores de C5-C8 y T1, y las ramas de la arteria subclavia.

Raíz del cuello


La raíz del cuello es la zona de unión entre el tórax y el cuello (fig. 9-25 A). Es el
lado cervical de la apertura superior del tórax, a través de la cual pasan todas las
estructuras que van desde el tórax a la cabeza o el miembro superior, y viceversa (v.
fig. 4-7). El límite inferior de la raíz del cuello es la apertura superior del tórax,
formada lateralmente por el 1.er par de costillas y sus cartílagos costales,

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anteriormente por el manubrio del esternón y posteriormente por el cuerpo de la


vértebra T1. Las estructuras viscerales de la raíz del cuello se describen en «Vísceras
del cuello». Aquí sólo se describirán los elementos vasculonerviosos de la raíz del
cuello.

ARTERIAS DE LA RAÍZ DEL CUELLO


El tronco braquiocefálico está cubierto anteriormente por los músculos
esternohioideo y esternotiroideo derechos; es la rama más grande del arco de la aorta
(fig. 9-25). Se origina en la línea media desde el comienzo del arco de la aorta,
posterior al manubrio. Pasa superolateralmente hacia la derecha, donde se divide
posterior a la articulación esternoclavicular en las arterias carótida común derecha y
subclavia derecha. El tronco braquiocefálico normalmente no tiene ramas
preterminales.
Las arterias subclavias irrigan los miembros superiores; además, envían ramas al
cuello y al encéfalo (figs. 9-20 y 9-25). La arteria subclavia derecha se origina en el
tronco braquiocefálico. La arteria subclavia izquierda se origina en el arco de la
aorta, aproximadamente 1 cm distal a la arteria carótida común izquierda.
El nervio vago izquierdo discurre paralelo a la primera porción de la arteria (fig.
9-25 A). Aunque las arterias subclavias de ambos lados tienen orígenes diferentes,
sus trayectos en el cuello se inician posteriormente a sus respectivas articulaciones
esternoclaviculares cuando ascienden a través de la apertura superior del tórax y
entran en la raíz del cuello.
Las arterias se arquean superolateralmente, alcanzando su punto más alto cuando
pasan posteriormente a los músculos escalenos anteriores. A medida que las arterias
empiezan a descender, desaparecen por detrás de la parte central de las clavículas.
Cuando las arterias subclavias cruzan el borde externo de las primeras costillas, sus
nombres cambian y se convierten en las arterias axilares. En relación con el músculo
escaleno anterior se describen tres partes de cada arteria subclavia: la primera porción
es medial al músculo, la segunda posterior a él y la tercera lateral (figs. 9-12 y 9-25
B). Las pleuras cervicales, los vértices de los pulmones y los troncos simpáticos se
sitúan posteriores a la primera porción de las arterias. La tercera porción de la arteria
subclavia se ha descrito previamente en este capítulo.
Las ramas de la arteria subclavia son:

La arteria vertebral, la arteria torácica interna y el tronco tirocervical.


El tronco costocervical.
La arteria dorsal de la escápula.

La porción cervical de la arteria vertebral se origina en la primera porción de


la arteria subclavia y asciende por el espacio piramidal formado entre los músculos
escalenos y largos (del cuello y de la cabeza) (fig. 9-25). En el vértice superior del
espacio, la arteria pasa profundamente para discurrir a través de los forámenes
transversos de las vértebras C1-C6. Esta es la porción vertebral de la arteria
vertebral. En ocasiones, la arteria vertebral puede entrar por un foramen más
superior que el de la vértebra C6. En un 5 % de la población la arteria vertebral se

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origina del arco de la aorta.


La porción suboccipital (atloidea) de la arteria vertebral discurre por un surco
en el arco posterior del atlas antes de entrar en la cavidad craneal a través del foramen
magno. La porción craneal de la arteria vertebral aporta ramas para la médula
oblongada y la médula espinal, porciones del cerebelo y la duramadre de la fosa
craneal posterior. En el borde inferior del puente en el tronco del encéfalo, las arterias
vertebrales se unen para formar la arteria basilar, que participa en la formación del
círculo arterial del cerebro (v. cap. 8).
La arteria torácica interna se origina en la cara anteroinferior de la arteria
subclavia y pasa inferomedialmente hacia el interior del tórax. La porción cervical de
esta arteria no tiene ramas en el cuello; su distribución torácica se ha descrito en el
capítulo 4 (v. figs. 4-14 y 4-15 A).
El tronco tirocervical se origina en la cara anterosuperior de la primera porción
de la arteria subclavia, cerca del borde medial del músculo escaleno anterior. Tiene
cuatro ramas, de las cuales la mayor y más importante es la arteria tiroidea inferior,
la principal arteria visceral del cuello, que irriga la laringe, la tráquea, el esófago y las
glándulas tiroides y paratiroides, así como músculos adyacentes. Las otras ramas del
tronco tirocervical son la arteria cervical ascendente, la arteria supraescapular y el
tronco cervicodorsal (arteria cervical transversa). Las ramas de la arteria cervical
transversa se han descrito previamente con la región cervical lateral. Las ramas
terminales del tronco tirocervical son las arterias tiroidea inferior y cervical
ascendente. Esta última es una pequeña arteria que envía ramas musculares a la
porción superior del cuello y ramas espinales al interior de los forámenes
intervertebrales.
El tronco costocervical se origina de la cara posterior de la segunda porción de la
arteria subclavia (posterior al músculo escaleno anterior en el lado derecho [v. fig. 9-
12] y, normalmente, justo medial a este músculo en el lado izquierdo). El tronco
discurre posterosuperiormente y se divide en las arterias intercostal superior y
cervical profunda, que irrigan los dos primeros espacios intercostales y los músculos
cervicales posteriores profundos, respectivamente.

VENAS DE LA RAÍZ DEL CUELLO


Las dos grandes venas que terminan en la raíz del cuello son la VYE, que drena la
sangre proveniente sobre todo de la piel cabelluda y la cara, y la variable vena
yugular anterior, normalmente la más pequeña de las venas yugulares (v. figs. 9-16
y 9-21). La vena yugular anterior se origina habitualmente cerca del hueso hioides
por confluencia de las venas submandibulares superficiales. Desciende por el tejido
subcutáneo o profunda a la lámina superficial de la fascia cervical profunda entre la
línea media anterior y el borde anterior del ECM. En la raíz del cuello, la vena
yugular anterior gira lateralmente, posterior al ECM, y desemboca en la terminación
de la VYE o en la vena subclavia. Superior al manubrio, las venas yugulares
anteriores derecha e izquierda se unen generalmente a través de la línea media para
formar el arco venoso yugular en el espacio supraesternal (v. fig. 9-17).
La vena subclavia, la continuación de la vena axilar, empieza en el borde lateral
de la 1.a costilla y termina cuando se une con la VYI (v. fig. 9-25 A). La vena

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subclavia pasa sobre la 1.a costilla anterior al tubérculo escaleno en paralelo a la


arteria subclavia, pero está separada de ella por el músculo escaleno anterior.
Normalmente sólo tiene una tributaria con nombre, la vena yugular externa (v. fig. 9-
21).
La VYI termina posterior a la extremidad esternal de la clavícula, uniéndose con
la vena subclavia para formar la vena braquiocefálica. Normalmente, esta unión se
denomina ángulo venoso y es el punto donde el conducto torácico (lado izquierdo) y
el tronco linfático derecho (lado derecho) drenan en la circulación venosa la linfa que
se ha recogido de todo el cuerpo (v. fig. 9-49). A lo largo de su recorrido, la VYI está
rodeada por la vaina carotídea (v. fig. 9-22).

NERVIOS DE LA RAÍZ DEL CUELLO


En la raíz del cuello hay tres pares de nervios principales: 1) los nervios vagos, 2) los
nervios frénicos y 3) los troncos simpáticos.

FIGURA 9-26. Nervios del cuello. A) Se muestran el tronco y los ganglios simpáticos cervicales, las arterias
carótidas y los plexos periarteriales simpáticos que los rodean. B) En esta vista de la raíz del cuello (lado

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derecho) se ha extirpado la clavícula y se han extraído secciones de la arteria carótida común y la vena
yugular interna. El lóbulo derecho de la glándula tiroides se ha reclinado para mostrar los nervios y el ganglio
(simpático) cervical medio.

Nervios vagos (NC X). Tras su salida por el foramen yugular, cada nervio vago
discurre inferiormente por el cuello en la parte posterior de la vaina carotídea, en el
ángulo entre la VYI y la arteria carótida común (figs. 9-22 y 9-26). El nervio vago
derecho pasa anterior a la primera porción de la arteria subclavia y posterior a la vena
braquiocefálica y la articulación esternoclavicular para entrar en el tórax. El nervio
vago izquierdo desciende entre las arterias carótida común izquierda y la subclavia
izquierda, y posterior a la articulación esternoclavicular para entrar en el tórax.
Los nervios laríngeos recurrentes se originan de los nervios vagos en la porción
inferior del cuello (fig. 9-26). Tienen esencialmente la misma distribución en ambos
lados; sin embargo, forman un asa alrededor de diferentes estructuras y a diferentes
niveles a cada lado. El nervio laríngeo recurrente derecho gira inferior a la arteria
subclavia derecha aproximadamente en el nivel vertebral T1-T2. El nervio laríngeo
recurrente izquierdo gira inferior al arco de la aorta aproximadamente en T4-T5.
Tras formar el asa, los nervios laríngeos recurrentes ascienden superiormente hacia la
cara posteromedial de la glándula tiroides (figs. 9-25, 9-27 B y 9-28), donde
ascienden por el surco traqueoesofágico, inervando la tráquea y el esófago, y todos
los músculos intrínsecos de la laringe excepto el cricotiroideo.
Los ramos cardíacos del NC X se originan en el cuello (fig. 9-25 B) y en el
tórax, y transportan fibras parasimpáticas presinápticas y aferentes viscerales hacia el
plexo nervioso cardíaco (v. fig. 4-69 C).
Nervios frénicos. Los nervios frénicos se forman en los bordes laterales de los
músculos escalenos anteriores (v. figs. 9-25 A y 9-26 B), principalmente a partir del
nervio C4, con contribuciones de C3 y C5. Los nervios frénicos descienden anteriores
a los músculos escalenos anteriores, cubiertos por las VYI y los ECM. Pasan
profundos a la lámina prevertebral de la fascia cervical profunda, entre las arterias y
venas subclavias, y continúan a través del tórax para inervar al diafragma. Los
nervios frénicos son importantes porque, además de su distribución sensitiva,
proporcionan la única inervación motora de su mitad correspondiente del diafragma
(v. detalles en cap. 4).
Troncos simpáticos. La porción cervical de los troncos simpáticos se sitúa
anterolateral a la columna vertebral y se extiende superiormente hasta el nivel de la
vértebra C1 o de la base del cráneo (figs. 9-25 B y 9-26). Los troncos simpáticos no
reciben ramos comunicantes blancos en el cuello (recuérdese que los ramos
comunicantes blancos no están asociados a los nervios espinales cervicales T1-L2 o
3). La porción cervical de los troncos contiene tres ganglios simpáticos cervicales:
superior, medio e inferior. Estos ganglios reciben fibras presinápticas conducidas al
tronco por los nervios espinales torácicos superiores y sus ramos comunicantes
blancos asociados, que luego ascienden a través del tronco simpático hacia los
ganglios. Después de establecer sinapsis con las neuronas postsinápticas en los
ganglios simpáticos cervicales, las neuronas postsinápticas envían fibras a:

1. Los nervios espinales cervicales, a través de ramos comunicantes grises.

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2. Las vísceras torácicas, a través de los nervios esplácnicos cardiopulmonares.


3. La cabeza y las vísceras del cuello, a través de ramos arteriales cefálicos.

Las últimas fibras acompañan a las arterias como plexos periarteriales


simpáticos, especialmente las arterias vertebral y carótidas interna y externa (fig. 9-
26).
En un 80 % de la población, el ganglio cervical inferior se fusiona con el primer
ganglio torácico para formar el gran ganglio cervicotorácico (ganglio estrellado).
Este ganglio con forma de estrella se sitúa anterior al proceso transverso de la
vértebra C7, justo superior al cuello de la 1.a costilla a cada lado y posterior al origen
de la arteria vertebral (v. fig. 9-25 B). Algunas fibras postsinápticas pasan desde el
ganglio a través de ramos comunicantes grises hacia los ramos anteriores de los
nervios espinales C7 y C8 (raíces del plexo braquial), y otras fibras pasan hacia el
corazón a través del nervio cardíaco cervical inferior (un nervio esplácnico
cardiopulmonar), que pasa a lo largo de la tráquea hacia el plexo cardíaco profundo.
Otras fibras pasan a través de ramos arteriales y contribuyen al plexo nervioso
periarterial simpático situado alrededor de la arteria vertebral mientras discurre hacia
el interior de la cavidad craneal (fig. 9-26 A).
El ganglio cervical medio, el más pequeño de los tres ganglios, en ocasiones está
ausente. Cuando está presente, se sitúa en la cara anterior de la arteria tiroidea
inferior, a nivel del cartílago cricoides y del proceso transverso de la vértebra C6,
inmediatamente anterior a la arteria vertebral (figs. 9-26 y 9-28). Las fibras
postsinápticas pasan desde el ganglio a través de ramos comunicantes grises hacia los
ramos anteriores de los nervios espinales C5 y C6, y a través de un nervio cardíaco
cervical medio (esplácnico cardiopulmonar) hacia el corazón; a partir de ramos
arteriales, forman los plexos periarteriales para la glándula tiroides.
El ganglio cervical superior se localiza al nivel de las vértebras C1 y C2 (v. figs.
9-25 B y 9-26 A). Debido a su gran tamaño, constituye un buen punto de referencia
para la localización del tronco simpático, pero puede ser necesario distinguirlo del
gran ganglio inferior (nodoso) del vago (NC X) cuando está presente. Las fibras
postsinápticas pasan desde este ganglio a través de ramos arteriales cefálicos para
formar el plexo simpático carotídeo interno y entrar luego en la cavidad craneal (v.
fig. 9-26). Este ganglio también envía ramos arteriales para la arteria carótida externa
y ramos grises para los ramos anteriores de los cuatro nervios espinales cervicales
superiores. Otras fibras postsinápticas pasan desde el ganglio hacia el plexo nervioso
cardíaco a través de un nervio cardíaco cervical superior (esplácnico
cardiopulmonar; v. cap. 4).

CUADRO CLÍNICO
ESTRUCTURAS PROFUNDAS DEL CUELLO
Bloqueo del ganglio cervicotorácico
La inyección de un anestésico alrededor del gran ganglio cervicotorácico
bloquea la transmisión de estímulos a través de los ganglios cervicales y

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torácico superior. Este bloqueo ganglionar puede eliminar espasmos vasculares


que afectan al encéfalo y a los miembros superiores. También es útil para decidir
si la resección quirúrgica del ganglio beneficiará a un paciente con una excesiva
vasoconstricción en el miembro homolateral.

Lesión del tronco simpático en el cuello


Una lesión del tronco simpático en el cuello provoca una alteración
simpática denominada síndrome de Horner, que se caracteriza por:

Contracción de la pupila (miosis), provocada por la parálisis del músculo


dilatador de la pupila (v. cap. 8).
Caída del párpado superior (ptosis), provocada por parálisis del músculo
liso (tarsal) entremezclado con el músculo estriado del elevador del párpado
superior.
Depresión del ojo (enoftalmos), probablemente causada por parálisis del
músculo liso (orbitario) rudimentario en el suelo de la órbita.
Vasodilatación y ausencia de sudoración en la cara y el cuello (anhidrosis),
provocadas por pérdida de la inervación simpática (vasoconstrictora) de los
vasos sanguíneos y las glándulas sudoríparas.

Puntos fundamentales
ESTRUCTURAS PROFUNDAS DEL CUELLO
Músculos prevertebrales. Los músculos prevertebrales, profundos a la lámina prevertebral de la fascia
cervical profunda, están divididos en músculos vertebrales anteriores y laterales por el plano
vasculonervioso de los plexos cervical y braquial y la arteria subclavia. ● Los músculos vertebrales
anteriores flexionan la cabeza y el cuello; sin embargo, este movimiento normalmente se produce por
acción de la gravedad junto con la contracción excéntrica de los extensores del cuello. ● Por tanto, los
músculos vertebrales anteriores se utilizan principalmente cuando este movimiento se realiza contra
resistencia, iniciando probablemente el movimiento, mientras que la fuerza de este corre a cargo del
ECM. ● Los músculos vertebrales laterales flexionan lateralmente el cuello, participan en la rotación del
cuello y fijan o elevan las costillas más altas durante la inspiración forzada.
Raíz del cuello. Las ramas del arco de la aorta se bifurcan y/o atraviesan la raíz del cuello, y las ramas
de la arteria subclavia también se originan aquí. ● La VYI y la vena subclavia convergen en la raíz del
cuello para constituir las venas braquiocefálicas. ● Los troncos linfáticos principales (conducto linfático
derecho y conducto torácico) se introducen en los ángulos venosos formados por la convergencia de estas
venas. ● Los nervios frénico y vago entran en el tórax pasando anteriores a las arterias subclavias y
posteriores a las venas braquiocefálicas. ● Los troncos simpáticos y los nervios laríngeos recurrentes
atraviesan la raíz del cuello por detrás de las arterias, al igual que las estructuras viscerales (tráquea y
esófago). ● La porción cervical de los troncos simpáticos incluye tres ganglios simpáticos cervicales
(inferior, medio y superior), en los cuales las fibras presinápticas de la médula espinal torácica superior
hacen sinapsis con las neuronas postsinápticas. ● Estas neuronas envían fibras a los nervios espinales
cervicales, a través de ramos comunicantes grises; a la cabeza y las vísceras del cuello, a través de ramos
arteriales cefálicos y plexos periarteriales, y a las vísceras torácicas, a través de nervios cardíacos
(esplácnicos cardiopulmonares).

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VÍSCERAS DEL CUELLO


Las vísceras cervicales están dispuestas en tres capas, denominadas según su función
principal (fig. 9-27). De superficial a profunda son:

1. La capa endocrina: las glándulas tiroides y paratiroides.


2. La capa respiratoria: la laringe y la tráquea.
3. La capa alimentaria: la faringe y el esófago.

Capa endocrina de las vísceras cervicales


Las vísceras cervicales de la capa endocrina forman parte del sistema endocrino
corporal de glándulas secretoras de hormonas sin conducto excretor. La glándula
tiroides es la glándula endocrina más grande del organismo. Produce hormonas
tiroideas, que controlan la tasa de metabolismo, y calcitonina, una hormona que
controla el metabolismo del calcio. Esta glándula actúa sobre todas las áreas del
organismo, con excepción de ella misma y del bazo, los testículos y el útero. La
hormona producida por las glándulas paratiroides, la parathormona (PTH), controla
el metabolismo del fósforo y el calcio en la sangre. Las glándulas paratiroides actúan
sobre el esqueleto, los riñones y el intestino.

GLÁNDULA TIROIDES
La glándula tiroides se sitúa profunda a los músculos esternotiroideos y
esternohioideos, localizándose anteriormente en el cuello, a nivel de las vértebras C5-
T1 (fig. 9-27). Está compuesta sobre todo por los lóbulos derecho e izquierdo,
anterolaterales a la laringe y la tráquea. Un istmo relativamente delgado une los
lóbulos sobre la tráquea, normalmente anterior a los anillos traqueales segundo y
tercero. Se encuentra rodeada por una delgada cápsula fibrosa, que envía tabiques
hacia la profundidad de la glándula. La cápsula está fijada mediante tejido conectivo
denso al cartílago cricoides y a los anillos traqueales superiores. Externa a la cápsula
hay una vaina fascial laxa formada por la porción visceral de la lámina pretraqueal de
la fascia cervical profunda.
Arterias de la glándula tiroides. La glándula tiroides, altamente vascularizada,
se encuentra irrigada por las arterias tiroideas superiores e inferiores (figs. 9-27 B y
9-28). Estos vasos se sitúan entre la cápsula fibrosa y la vaina fascial laxa.
Normalmente, las primeras ramas de las arterias carótidas externas, las arterias
tiroideas superiores, descienden hacia los polos superiores de la glándula, perforan
la lámina pretraqueal de la fascia cervical profunda y se dividen en ramas anterior y
posterior, que irrigan principalmente las caras anterosuperiores de la glándula.
Las arterias tiroideas inferiores, las ramas más grandes de los troncos
tirocervicales que se originan de las arterias subclavias, discurren superomedialmente
posteriores a las vainas carotídeas para alcanzar la cara posterior de la glándula
tiroides. Se dividen en varias ramas que perforan la lámina pretraqueal de la fascia
cervical profunda e irrigan la cara posteroinferior, incluyendo los polos inferiores de
la glándula. Las arterias tiroideas inferiores y superiores derechas e izquierdas se
anastomosan ampliamente dentro de la glándula y aseguran su irrigación, además de

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proporcionar una posible circulación colateral entre las arterias subclavias y carótidas
externas.
En un 10 % de la población, una pequeña arteria tiroidea ima impar se origina
del tronco braquiocefálico (v. cuadro clínico «Arteria tiroidea ima»); no obstante,
puede originarse del arco de la aorta o de las arterias carótida común derecha,
subclavia derecha o torácica interna derecha. Cuando está presente, esta pequeña
arteria asciende por la cara anterior de la tráquea, proporcionando pequeñas ramas
para ella. La arteria continúa hasta el istmo de la glándula tiroides, donde se divide y
la irriga.

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FIGURA 9-27. Relaciones de la glándula tiroides. A) Los músculos esternotiroideos se han seccionado para
mostrar los lóbulos de la glándula tiroides normal. El istmo se localiza anterior a los anillos traqueales
segundo y tercero. B) Las glándulas paratiroides normalmente se encuentran rodeadas por la cápsula fibrosa
de la cara posterior de la glándula tiroides. C a E) Se indican las láminas funcionales de las vísceras
cervicales. Los niveles de las imágenes radiológicas son cercanos al indicado en la parte C. (Parte D por
cortesía del Dr. M. Keller, Medical Imaging, University of Toronto, Toronto, Ontario, Canada. Parte E por
cortesía del Dr. W. Kucharczyk, Professor and Neuroradiologist Senior Scientist, Department of Medical
Resonance Imaging, University Health Network, Toronto, Ontario, Canada.)

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FIGURA 9-28. Disección del lado izquierdo de la raíz del cuello. Las vísceras (glándula tiroides, tráquea y
esófago) se han reclinado hacia la derecha, y los contenidos de la vaina carotídea izquierda se han reclinado
hacia la izquierda. La vena tiroidea media no se ve debido a que se ha seccionado para permitir las citadas
maniobras. Se muestran las glándulas paratiroides izquierdas en las caras posteriores del lóbulo izquierdo de la
glándula tiroides. El nervio laríngeo recurrente asciende al lado de la tráquea, en el ángulo entre la tráquea y el
esófago. El conducto torácico pasa lateralmente, posterior a los contenidos de la vaina carotídea, mientras que
el tronco tirocervical discurre medialmente. VYI, vena yugular interna.

Venas de la glándula tiroides. Normalmente, tres pares de venas tiroideas


constituyen el plexo venoso tiroideo en la cara anterior de la glándula tiroides y la
tráquea (figs. 9-28 y 9-29). Las venas tiroideas superiores acompañan a las arterias
tiroideas superiores y drenan los polos superiores de la glándula tiroides; las venas
tiroideas medias discurren por trayectos esencialmente paralelos al de las arterias
tiroideas inferiores sin acompañarlas, y drenan la porción media de los lóbulos. Las
venas tiroideas inferiores, normalmente independientes, drenan los polos inferiores.
Las venas tiroideas superiores y medias desembocan en las VYI, y las inferiores
drenan en las venas braquiocefálicas posteriormente al manubrio.
Drenaje linfático de la glándula tiroides. Los vasos linfáticos de la glándula
tiroides discurren por el tejido conectivo interlobulillar, normalmente cerca de las
arterias; comunican con una red capsular de vasos linfáticos. Desde aquí, los vasos
pasan inicialmente hacia los nódulos linfáticos prelaríngeos, pretraqueales y
paratraqueales. Los nódulos prelaríngeos drenan a su vez en los nódulos linfáticos
cervicales superiores, y los nódulos pretraqueales y paratraqueales drenan en los
nódulos cervicales profundos inferiores (fig. 9-30). Lateralmente, vasos linfáticos
localizados a lo largo de las venas tiroideas superiores pasan directamente a los
nódulos linfáticos cervicales profundos inferiores. Algunos vasos linfáticos pueden
drenar en los nódulos linfáticos braquiocefálicos o en el conducto torácico (fig. 9-
28).
Nervios de la glándula tiroides. Los nervios de la glándula tiroides derivan de
los ganglios (simpáticos) cervicales superior, medio e inferior (figs. 9-26 y 9-28).

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Llegan a la glándula a través de los plexos periarteriales cardíacos y tiroideos


superior e inferior que acompañan a las arterias tiroideas. Estas fibras son
vasomotoras, no secretomotoras. Causan constricción de los vasos sanguíneos. La
secreción endocrina de la glándula tiroides es regulada hormonalmente por la
hipófisis.

GLÁNDULAS PARATIROIDES
Las glándulas paratiroides, pequeñas, aplanadas y ovoides, normalmente se sitúan
fuera de la cápsula tiroidea en la mitad medial de la cara posterior de cada lóbulo de
la glándula tiroides, dentro de su vaina (figs. 9-27 B, 9-28 y 9-31 A). Las glándulas
paratiroides superiores habitualmente se localizan a poco más de 1 cm superiores al
punto de entrada de las arterias tiroideas inferiores en la glándula tiroides. Las
glándulas paratiroides inferiores suelen encontrarse a poco más de 1 cm inferiores
al punto de entrada arterial (Skandalakis et al., 1995).
La mayor parte de la población tiene cuatro glándulas paratiroides. Un 5 % tiene
más, y algunos sólo tienen dos. Las glándulas paratiroides superiores, de posición
más constante que las inferiores, se localizan con frecuencia a nivel del borde inferior
del cartílago cricoides. Normalmente, las glándulas paratiroides inferiores suelen
estar cerca de los polos inferiores de la glándula tiroides, aunque pueden situarse en
localizaciones diversas (fig. 9-31 B). En el 1 % a 5 % de la población se encuentra
una glándula paratiroides inferior profunda en el mediastino superior (Norton y
Wells, 1994).

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FIGURA 9-29. Glándula tiroides. Se muestra una disección de la cara anterior del cuello. En este espécimen
hay una pequeña glándula tiroides accesoria a la derecha, localizada sobre el músculo tirohioideo, lateral al
cartílago tiroides. La arteria tiroidea superior se distribuye principalmente por la porción anterosuperior de la
glándula.

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FIGURA 9-30. Drenaje linfático de la glándula tiroides, la laringe y la tráquea. Las flechas indican la
dirección del flujo de linfa.

Vasos de las glándulas paratiroides. Dado que las arterias tiroideas inferiores
proporcionan la irrigación principal de la cara posterior de la glándula tiroides donde
se localizan las glándulas paratiroides, normalmente las irrigan ramas de estas arterias
(figs. 9-27 B y 9-31 A). Sin embargo, también pueden estar irrigadas por ramas de las
arterias tiroideas superiores, la arteria tiroidea ima o las arterias laríngeas, traqueales
y esofágicas. Las venas paratiroideas drenan en el plexo venoso tiroideo de la
glándula tiroides y la tráquea (fig. 9-29). Los vasos linfáticos de las glándulas
paratiroides drenan, con los de la glándula tiroides, en los nódulos linfáticos
cervicales profundos y los nódulos linfáticos paratraqueales (fig. 9-30).
Nervios de las glándulas paratiroides. La inervación de las glándulas
paratiroides es abundante; deriva de ramos tiroideos de los ganglios simpáticos
cervicales (v. fig. 9-26). Al igual que los nervios de la glándula tiroides, son
vasomotores, pero no secretomotores, ya que estas glándulas se regulan
hormonalmente.

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FIGURA 9-31. Glándulas tiroides y paratiroides. A) La vaina tiroidea se ha disecado desde la cara
posterior de la glándula tiroides para mostrar las tres glándulas paratiroides que engloba. Las dos glándulas
paratiroides del lado derecho están bastante bajas, y la glándula inferior se encuentra por debajo de la glándula
tiroides. B) Se muestran los lugares y las frecuencias del tejido glandular paratiroideo aberrante.

Capa respiratoria de las vísceras cervicales


Las vísceras de la capa respiratoria, la laringe y la tráquea, participan en las
funciones respiratorias corporales. Las principales funciones de las vísceras
cervicales respiratorias son:

Dirigir el aire y el alimento hacia la vía respiratoria y el esófago,


respectivamente.
Proporcionar una vía aérea permeable y un mecanismo que permita sellarla de
manera temporal (una «válvula»).
Producir la voz.

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FIGURA 9-32. RM sagital media de la cabeza y el cuello. Dado que los trayectos del aire y la comida
comparten la bucofaringe, debe producirse la separación de la comida y el aire para continuar en la tráquea
(anterior) y el esófago (posterior). (Cortesía del Dr. W. Kucharczyk, University Health Network, Toronto,
Ontario, Canada.)

LARINGE
La laringe es el complejo órgano de producción de la voz (la «caja de voz»); se
compone de nueve cartílagos conectados por membranas y ligamentos, y contiene los
pliegues (cuerdas) vocales. La laringe se encuentra en la parte anterior del cuello, a
nivel de los cuerpos de las vértebras C3-C6 (fig. 9-32). Conecta la porción inferior de
la faringe (bucofaringe) con la tráquea. Aunque habitualmente es más conocida por
su papel como mecanismo de fonación para la producción de la voz, su función más
esencial es proteger las vías respiratorias, especialmente durante la deglución, cuando
actúa como un «esfínter» o «válvula» del tracto respiratorio inferior y mantiene así
una vía aérea permeable.
Esqueleto laríngeo. El esqueleto de la laringe está constituido por nueve
cartílagos: tres son impares (tiroides, cricoides y epiglótico) y los otros tres pares
(aritenoides, corniculado y cuneiforme) (fig. 9-33 A y B).
El cartílago tiroides es el mayor de los cartílagos; su borde superior se sitúa
frente a la vértebra C4. Los dos tercios inferiores de sus dos láminas, con forma de
escudo, están fusionados anteriormente en el plano medio y forman la prominencia
laríngea (fig. 9-33 A y D). Esta prominencia («nuez de Adán») se encuentra
claramente marcada en los hombres, pero en las mujeres es raramente visible. Por
encima de esta prominencia, las láminas divergen para formar una incisura tiroidea
superior en forma de V. La incisura tiroidea inferior, menos profunda, es una
ligera hendidura en el centro del borde inferior del cartílago.
El borde posterior de cada lámina se proyecta superiormente como el cuerno
superior e inferiormente como el cuerno inferior. El borde superior y los cuernos
superiores se unen al hioides mediante la membrana tirohioidea (fig. 9-33 A y B).
La porción media, gruesa, de esta membrana constituye el ligamento tirohioideo
medio; sus porciones laterales forman los ligamentos tirohioideos laterales.
Los cuernos inferiores se articulan con las caras laterales del cartílago cricoides
mediante las articulaciones cricotiroideas (fig. 9-33 B). Los movimientos
principales en estas articulaciones son la rotación y el deslizamiento del cartílago
tiroides, que provocan cambios en la longitud de los pliegues vocales. El cartílago
cricoides tiene una forma parecida a un anillo de sello con su aro orientado
anteriormente. Esta abertura anular del cartílago tiene el diámetro de un dedo de
tamaño medio. La porción posterior (sello) del cartílago cricoides es la lámina, y la
porción anterior (aro) es el arco (fig. 9-33 A). Aunque es mucho más pequeño que el
cartílago tiroides, el cartílago cricoides es más grueso y más fuerte, y es el único
anillo completo de cartílago que rodea una parte de la vía aérea. Se une al borde
inferior del cartílago tiroides mediante el ligamento cricotiroideo medio y al primer
anillo traqueal mediante el ligamento cricotraqueal. El ligamento cricotiroideo
medio puede notarse como una zona blanda durante la palpación inferior al cartílago
tiroides, en la zona en que la laringe está más próxima a la piel y es más accesible.
Los dos cartílagos aritenoides son cartílagos piramidales con tres caras que se

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articulan con las porciones laterales del borde superior de la lámina del cartílago
cricoides (fig. 9-33 B). Cada cartílago tiene superiormente un vértice, un proceso
vocal anteriormente y un gran proceso muscular que se proyecta lateralmente desde
su base. El vértice soporta al cartílago corniculado y se une al pliegue
aritenoepiglótico. El proceso vocal proporciona la inserción posterior para el
ligamento vocal, y el muscular actúa como palanca en la cual se insertan los
músculos cricoaritenoideos posterior y lateral. Las articulaciones cricoaritenoideas,
localizadas entre las bases de los cartílagos aritenoides y las caras superolaterales de
la lámina del cartílago cricoides (fig. 9-33 B y E), permiten el deslizamiento de los
cartílagos aritenoides, alejándose o aproximándose entre sí, la basculación anterior y
posterior, y la rotación. Estos movimientos son importantes en la aproximación, la
tensión y la relajación de los pliegues vocales.
Los ligamentos vocales, elásticos, se extienden desde la unión de las láminas del
cartílago tiroides anteriormente hasta el proceso vocal del cartílago aritenoides
posteriormente (fig. 9-33 E). Forman el esqueleto submucoso de los pliegues vocales.
Los ligamentos vocales son el borde superior libre engrosado del cono elástico o
membrana cricovocal. Las porciones de la membrana que se extienden lateralmente
entre los pliegues vocales y el borde superior del cricoides son los ligamentos
cricotiroideos laterales. El fibroelástico cono elástico se fusiona anteriormente con
el ligamento cricotiroideo medio. El cono elástico y la mucosa que lo recubre cierran
la entrada a la tráquea, excepto por la hendidura glótica central (abertura entre los
pliegues vocales).
El cartílago epiglótico, constituido por cartílago elástico, proporciona
flexibilidad a la epiglotis, un cartílago con forma de corazón recubierto de mucosa
(figs. 9-33 B, E y 9-35). Situado posterior a la raíz de la lengua y al hioides, y anterior
a la entrada de la laringe, el cartílago epiglótico forma la porción superior de la
pared anterior y el borde superior de la entrada. Su extremo superior, ancho, es libre.
Su extremo inferior afilado, el pecíolo de la epiglotis (tallo de la epiglotis), se une al
ángulo formado por las láminas tiroideas mediante el ligamento tiroepiglótico (fig.
9-33 E). El ligamento hioepiglótico une la cara anterior del cartílago epiglótico al
hueso hioides (fig. 9-34). La membrana cuadrangular (figs. 9-33 B y 9-35) es una
delgada lámina submucosa de tejido conectivo que se extiende entre las caras
laterales de los cartílagos aritenoides y epiglótico. Su borde inferior libre constituye
el ligamento vestibular, que está cubierto laxamente por mucosa para formar el
pliegue vestibular (fig. 9-35). Este pliegue se sitúa superior al pliegue vocal y se
extiende desde el cartílago tiroides hasta el cartílago aritenoides. El borde superior
libre de la membrana cuadrangular forma el ligamento aritenoepiglótico, que se
recubre de mucosa para formar el pliegue aritenoepiglótico. Los cartílagos
corniculados y cuneiformes aparecen como pequeños nodulillos en la porción
posterior de los pliegues aritenoepiglóticos. Los cartílagos corniculados se unen a los
vértices de los cartílagos aritenoides; los cartílagos cuneiformes no se unen
directamente a los otros cartílagos. La membrana cuadrangular y el cono elástico son
las porciones superior e inferior de la membrana fibroelástica submucosa de la
laringe.
Interior de la laringe. La cavidad laríngea se extiende desde la entrada de la

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laringe, a través de la cual se comunica con la laringofaringe, hasta el nivel del borde
inferior del cartílago cricoides. Ahí, la cavidad laríngea se continúa con la cavidad de
la tráquea (figs. 9-35 y 9-36 A y B). La cavidad de la laringe incluye:

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FIGURA 9-33. Esqueleto de la laringe. A) El hioides no es parte de la laringe, aunque está conectado
firmemente a ella. La laringe se extiende verticalmente desde la punta de la epiglotis, que tiene forma de
corazón, hasta el borde inferior del cartílago cricoides. B) El cartílago tiroides protege los cartílagos más
pequeños de la laringe, y el hioides protege la porción superior del cartílago epiglótico. C) Se muestran tres
vistas de un cartílago aritenoides aislado. 1, cartílago corniculado; 2, vértice del cartílago aritenoides; 3, cara
anterolateral; 4, proceso vocal (se proyecta anteriormente, proporciona inserción al ligamento vocal); 5,
proceso muscular (se proyecta lateralmente, para la inserción de los músculos cricoaritenoideos posterior y
lateral); 6, fosita oblonga (para la inserción del músculo tiroaritenoideo); 7, base; 8, cara medial; 9, cara
articular; 10, cara posterior. D) Se muestran el cartílago tiroides y el músculo cricotiroideo. El músculo mueve
la articulación cricotiroidea. E) El cartílago epiglótico está agujereado por las glándulas mucosas y su pecíolo
(tallo) está unido, por el ligamento tiroepiglótico, al ángulo del cartílago tiroides por encima de los ligamentos
vocales. El ligamento vocal, que forma el esqueleto del pliegue vocal, se extiende desde el proceso vocal del
cartílago aritenoides hasta el «ángulo» del cartílago tiroides, y allí se une a su pareja por debajo del ligamento
tiroepiglótico.

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FIGURA 9-34. Epiglotis y ligamento hioepiglótico. La epiglotis es una lámina de fibrocartílago elástico en
forma de hoja, que está cubierta con mucosa (rosa) y está insertada anteriormente al hioides mediante el
ligamento hioepiglótico (gris). La epiglotis actúa como una válvula derivadora sobre la abertura superior de la
laringe durante la deglución.

El vestíbulo laríngeo: entre la entrada de la laringe y los pliegues vestibulares.


La porción media de la cavidad laríngea: la cavidad central (vía aérea) entre
los pliegues vestibulares y vocales.
Los ventrículos laríngeos: recesos que se extienden lateralmente desde la
porción media de la cavidad laríngea, entre los pliegues vestibular y vocal. El
sáculo laríngeo es un saco ciego que desemboca en cada ventrículo y que está
tapizado con glándulas mucosas.
La cavidad infraglótica: la cavidad inferior de la laringe entre los pliegues
vocales y el borde inferior del cartílago cricoides, donde se continúa con la luz
de la tráquea.

Los pliegues vocales regulan la producción de sonido (figs. 9-36 y 9-37). El


vértice de cada pliegue, con forma de cuña, se proyecta medialmente hacia la cavidad
laríngea. Cada pliegue vocal contiene:

Un ligamento vocal, formado por tejido elástico engrosado que es el borde


medial libre del cono elástico (figs. 9-33 E, 9-35 y 9-36 A).
Un músculo vocal, formado por fibras musculares excepcionalmente delgadas,
justo laterales a los ligamentos vocales y que terminan a intervalos relacionados
con la longitud de los ligamentos vocales (fig. 9-36 A).

Los pliegues vocales son los pliegues afilados de mucosa que rodean e incluyen
los ligamentos vocales y los músculos tiroaritenoideos. Son la fuente de los sonidos
(tonos) procedentes de la laringe. Estos pliegues producen vibraciones audibles
cuando sus bordes libres se acercan mucho (pero sin juntarse) durante la fonación y el
aire es espirado de forma intermitente y forzada (fig. 9-37 C). Los pliegues vocales
también actúan como esfínter inspiratorio principal de la laringe cuando están
fuertemente cerrados. La aducción completa de los pliegues forma un esfínter eficaz
que impide la entrada de aire.

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FIGURA 9-35. Interior de la laringe. La pared posterior de la laringe está hendida en el plano medio, y las
dos caras se han separado y se mantienen así utilizando una aguja quirúrgica. En el lado izquierdo, la mucosa
está intacta. En el lado derecho, las capas mucosa y submucosa se han despegado, y su esqueleto —que consta
de cartílagos, ligamentos y membrana fibroelástica— no está revestido.

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FIGURA 9-36. Pliegues y compartimentos de la laringe. A) Esta sección coronal muestra los
compartimentos de la laringe: el vestíbulo, el compartimento medio con los ventrículos izquierdo y derecho, y
la cavidad infraglótica. B) Esta RM muestra las valléculas epiglóticas de la bucofaringe, los recesos piriformes
de la laringofaringe y los pliegues vestibulares y vocales de la laringe. C) La hendidura glótica (el espacio
entre los pliegues vocales) es visible a través de la entrada de la laringe y el vestíbulo. La entrada de la laringe
está limitada: 1) anteriormente por el borde curvado libre de la epiglotis; 2) posteriormente por los cartílagos
aritenoides, los cartílagos corniculados que los tapan y los pliegues interaritenoideos que los unen, y 3) en
cada lado por el pliegue aritenoepiglótico que contiene el extremo superior del cartílago cuneiforme. D y E)
Los planos de estos estudios transversales, orientados en la misma dirección que la parte C, pasan por encima
(D) y por debajo (E) de la hendidura glótica. (Las imágenes de RM son cortesía del Dr. W. Kucharczyk,
University University Health Network, Toronto, Ontario, Canada.)

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FIGURA 9-37. Variaciones en la forma de la hendidura glótica. A) La forma de la hendidura glótica, la


apertura entre los pliegues vocales, varía en función de la posición de estos pliegues. Durante la respiración
normal, los músculos laríngeos se relajan y la hendidura glótica asume una posición estrecha en forma de
rendija. B) Durante una inspiración profunda, los ligamentos vocales se abducen al contraerse los músculos
cricoaritenoideos posteriores, abriendo la hendidura glótica ampliamente en forma de cometa invertida. C)
Durante la fonación, los músculos aritenoideos aducen los cartílagos aritenoides al mismo tiempo que los
músculos cricoaritenoideos laterales aducen moderadamente. El aire forzado entre los ligamentos vocales
aducidos produce el tono. Una contracción más fuerte de los mismos músculos sella la hendidura glótica
(maniobra de Valsalva). D) Durante el susurro, los ligamentos vocales son aducidos fuertemente por los
músculos cricoaritenoideos laterales, pero los músculos aritenoideos relajados permiten el paso de aire entre
los cartílagos aritenoideos (porción intercartilaginosa de la hendidura glótica), que dan lugar a un habla atonal.
No se produce tono.

La glotis (el aparato vocal de la laringe) comprende los pliegues y procesos


vocales, junto con la hendidura glótica, la abertura entre los pliegues vocales (fig. 9-
36 C). La forma de la hendidura glótica varía según la posición de estos pliegues (fig.
9-37). Durante la respiración normal, esta hendidura es estrecha y cuneiforme;
durante la respiración forzada, es ancha y de forma trapezoidal. Tiene forma de
hendidura cuando los pliegues vocales se aproximan estrechamente durante la
fonación. La variación en la tensión y longitud de estos pliegues, en la anchura de la
hendidura glótica y en la intensidad del esfuerzo espiratorio, produce cambios en el
tono de voz. La escala de tonos más baja de la voz masculina pospuberal se debe a la
mayor longitud de los pliegues vocales.
Los pliegues vestibulares, que se extienden entre los cartílagos tiroides y
aritenoides (v. figs. 9-35 y 9-36), participan poco o nada en la fonación; su función es
de protección. Están formados por dos gruesos pliegues de mucosa que envuelven a
los ligamentos vestibulares. El espacio entre estos ligamentos es la hendidura del
vestíbulo. Los recesos laterales entre los pliegues vocales y vestibulares son los
ventrículos laríngeos.
Músculos de la laringe. Los músculos laríngeos se dividen en dos grupos,
extrínsecos e intrínsecos:

Los músculos laríngeos extrínsecos mueven la laringe como un todo (v. fig. 9-
19; tabla 9-3). Los músculos infrahioideos son depresores del hioides y la
laringe, mientras que los músculos suprahioideos (y el estilofaríngeo, un
músculo faríngeo descrito más adelante en este capítulo) son elevadores del
hioides y la laringe.
Los músculos laríngeos intrínsecos mueven los componentes de la laringe,

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modificando la longitud y la tensión de los pliegues vocales, así como el tamaño


y la forma de la hendidura glótica (fig. 9-37). Todos los músculos intrínsecos de
la laringe menos uno están inervados por el nervio laríngeo recurrente (figs. 9-
38, 9-40 y 9-41), un ramo del NC X. El músculo cricotiroideo está inervado por
el ramo externo del nervio laríngeo superior, uno de los dos ramos terminales
de este nervio.

Las acciones de los músculos laríngeos intrínsecos son más fáciles de entender
cuando se consideran como grupos funcionales: aductores y abductores, esfínteres, y
tensores y relajadores. Los músculos intrínsecos se ilustran en las figuras 9-36 A, 9-
38 y 9-39; sus inserciones, inervaciones y principales acciones se resumen en la tabla
9-5.

FIGURA 9-38. Músculos y nervios de la laringe y la articulación cricotiroidea. El cartílago tiroides ha


sido serrado a la derecha del plano medio. La articulación cricotiroidea se ha desarticulado y la lámina derecha
del cartílago tiroides se ha vuelto hacia delante (como al abrir un libro), desprendiendo los músculos
cricotiroideos del arco del cartílago cricoides.

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FIGURA 9-39. Músculos de la laringe.

Aductores y abductores. Estos músculos mueven los pliegues vocales para abrir
y cerrar la hendidura glótica. Los aductores principales son los músculos
cricoaritenoideos laterales, que tiran de los procesos musculares
anteriormente, rotando los cartílagos aritenoides de manera que sus procesos
vocales se balancean medialmente. Cuando esta acción se combina con la de los
músculos aritenoideos transversos y oblicuos, que juntan los cartílagos
aritenoides, el aire empujado a través de la hendidura glótica produce
vibraciones de los ligamentos vocales (fonación). Cuando los ligamentos
vocales se encuentran aducidos pero los músculos aritenoides no actúan, los

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cartílagos aritenoides permanecen separados y el aire puede evitar los


ligamentos. Esta es la posición al susurrar, cuando la respiración se convierte en
voz en ausencia de tono. Los únicos abductores son los músculos
cricoaritenoideos posteriores, que tiran de los procesos musculares
posteriormente, rotando los procesos vocales lateralmente y, por tanto,
ensanchando la hendidura glótica.
Esfínteres. Las acciones combinadas de la mayoría de los músculos de la
entrada de la laringe se traducen en una acción de esfínter que cierra la entrada
laríngea como un mecanismo de protección durante la deglución. La
contracción de los músculos cricoaritenoideos laterales, aritenoideos
transversos y oblicuos, y aritenoepiglóticos junta los pliegues aritenoepiglóticos
y tira de los cartílagos aritenoides hacia la epiglotis. Esta acción ocurre de forma
refleja en respuesta a la presencia de líquido o partículas acercándose o dentro
del vestíbulo laríngeo. Es quizá nuestro reflejo más fuerte, que sólo disminuye
tras la pérdida de la consciencia, como al ahogarse.
Tensores. Los principales tensores son los músculos cricotiroideos, que
inclinan o tiran de la prominencia o el ángulo del cartílago tiroides anterior e
inferiormente hacia el arco del cartílago cricoides. Esto aumenta la distancia
entre la prominencia tiroidea y los cartílagos aritenoides. Dado que los extremos
anteriores de los ligamentos vocales se insertan en la cara posterior de la
prominencia, los ligamentos vocales se alargan y retraen, elevando el tono de la
voz.
Relajadores. Los músculos principales de este grupo son los músculos
tiroaritenoideos, que tiran de los cartílagos aritenoides anteriormente, hacia el
ángulo (prominencia) tiroideo, relajando de esta forma los ligamentos vocales
para disminuir el tono de la voz.

Los músculos vocales se localizan mediales a los músculos tiroaritenoideos y


laterales a los ligamentos vocales dentro de los pliegues vocales. Los músculos
vocales producen ajustes mínimos de los ligamentos vocales, tensando y relajando de
forma selectiva las porciones anterior y posterior, respectivamente, de los pliegues
vocales durante un discurso animado y al cantar.

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FIGURA 9-40. Vasos, nervios y nódulos linfáticos de la laringe. Las arterias tiroideas superior e inferior
dan lugar a las arterias laríngeas superior e inferior, respectivamente; se anastomosan unas con otras. Los
nervios laríngeos derivan del vago (NC X) a través de los ramos internos y externos del nervio laríngeo
superior y del nervio laríngeo inferior procedente del nervio laríngeo recurrente. El nervio laríngeo recurrente
izquierdo pasa por debajo del arco de la aorta.

Arterias de la laringe. Las arterias laríngeas, ramas de las arterias tiroideas


superior e inferior, irrigan la laringe (fig. 9-40). La arteria laríngea superior
acompaña al ramo interno del nervio laríngeo superior a través de la membrana
tirohioidea y se ramifica para irrigar la cara interna de la laringe. La arteria
cricotiroidea, una pequeña rama de la arteria tiroidea superior, irriga el músculo
cricotiroideo. La arteria laríngea inferior, una rama de la arteria tiroidea inferior,
acompaña al nervio laríngeo inferior (porción terminal del nervio laríngeo recurrente)
e irriga la mucosa y los músculos de la porción inferior de la laringe.
Venas de la laringe. Las venas laríngeas acompañan a las arterias laríngeas.
Generalmente, la vena laríngea superior se une a la vena tiroidea superior y a través
de ella drena en la VYI (fig. 9-40). La vena laríngea inferior se une a la vena
tiroidea inferior o al plexo venoso de la cara anterior de la tráquea, que drena en la
vena braquiocefálica izquierda.

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Linfáticos de la laringe. Los vasos linfáticos de la laringe superiores a los


pliegues vocales acompañan a la arteria laríngea superior a través de la membrana
tirohioidea y drenan en los nódulos linfáticos cervicales profundos superiores. Los
vasos linfáticos inferiores a los pliegues vocales drenan en los nódulos linfáticos
pretraqueales o paratraqueales, que drenan en los nódulos linfáticos cervicales
profundos inferiores (fig. 9-40).
Nervios de la laringe. Los nervios de la laringe son los ramos laríngeos superior
e inferior del nervio vago (NC X). El nervio laríngeo superior se origina en el
ganglio inferior del vago, en el extremo superior del triángulo carotídeo (figs. 9-40
y 9-41). El nervio se divide en dos ramos terminales en el interior de la vaina
carotídea: el ramo interno (sensitivo y autónomo) y el ramo externo (motor).

FIGURA 9-41. Ramos laríngeos del nervio vago (NC X) derecho. Los nervios de la laringe son los ramos
interno y externo del nervio laríngeo superior y el nervio laríngeo inferior procedente del nervio laríngeo
recurrente. El nervio laríngeo recurrente derecho pasa por debajo de la arteria subclavia derecha.

El ramo interno (nervio laríngeo interno), el mayor de los ramos terminales del
nervio laríngeo superior, atraviesa la membrana tirohioidea junto con la arteria
laríngea superior, aportando fibras sensitivas a la mucosa laríngea del vestíbulo
laríngeo y de la porción media de la cavidad laríngea, incluida la cara superior de los
pliegues vocales. El ramo externo (nervio laríngeo externo), el más pequeño de los
ramos terminales del nervio laríngeo superior, desciende posterior al músculo

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esternotiroideo acompañado de la arteria tiroidea superior. Al principio, el ramo


externo se sitúa sobre el constrictor inferior de la faringe, después atraviesa el
músculo, contribuyendo a su inervación (junto con el plexo faríngeo), y a
continuación a la del músculo cricotiroideo.
El nervio laríngeo inferior, la continuación del nervio laríngeo recurrente (un
ramo del nervio vago), entra en la laringe pasando profundo al borde inferior del
constrictor inferior de la faringe y medial a la lámina del cartílago tiroides (figs. 9-38,
9-40 y 9-41). Se divide en ramos anterior y posterior, que acompañan a la arteria
laríngea inferior hacia el interior de la laringe. El ramo anterior inerva los músculos
cricotiroideo lateral, tiroaritenoideo, vocal, aritenoepiglótico y tiroepiglótico. El ramo
posterior inerva los músculos cricoaritenoideo posterior y los músculos aritenoideos
transverso y oblicuo. Dado que inerva todos los músculos intrínsecos excepto el
cricotiroideo, el nervio laríngeo inferior es el nervio motor principal de la laringe. Sin
embargo, también aporta fibras sensitivas a la mucosa de la cavidad infraglótica.

TRÁQUEA
La tráquea se extiende desde la laringe hacia el tórax y termina inferiormente al
dividirse en los bronquios principales derecho e izquierdo. Transporta el aire hacia y
desde los pulmones, y su epitelio propulsa el moco cargado de desechos hacia la
faringe para su expulsión por la boca. La tráquea es un tubo fibrocartilaginoso,
sostenido por cartílagos traqueales incompletos (anillos), que ocupan una posición
media en el cuello (v. fig. 9-38). Los cartílagos traqueales mantienen la tráquea
permeable; son incompletos posteriormente, donde la tráquea contacta con el esófago.
Las aberturas posteriores de los anillos traqueales están cubiertas por el músculo
traqueal involuntario, un músculo liso que conecta los extremos de los anillos (fig.
9-42). Por ello, la pared posterior de la tráquea es plana.
En los adultos, la tráquea tiene 2,5 cm de diámetro, aproximadamente, mientras
que en los lactantes tiene el diámetro de un lápiz. La tráquea se extiende desde el
extremo inferior de la laringe, a nivel de la vértebra C6, y termina a la altura del
ángulo del esternón o el disco intervertebral T4-T5, donde se divide en los bronquios
principales derecho e izquierdo (v. cap. 4).
Laterales a la tráquea se encuentran las arterias carótidas comunes y los lóbulos
de la glándula tiroides (v. fig. 9-40). Inferiores al istmo de la glándula tiroides están el
arco venoso yugular y las venas tiroideas inferiores (v. figs. 9-17 y 9-29). El tronco
braquiocefálico se relaciona con el lado derecho de la tráquea en la raíz del cuello. A
menudo, la desviación de la tráquea de la línea media, apreciable superficialmente o
radiológicamente, señala la presencia de un proceso patológico. Un traumatismo en la
tráquea normalmente afecta al esófago, debido a su estrecho contacto.

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Los procesos transversos de las vértebras C1, C6 y C7 son palpables.


Los tubérculos de la vértebra C1 pueden palparse mediante presión profunda
posteroinferior a las puntas de los procesos mastoides.

FIGURA 9-50. Anatomía de superficie de las capas endocrina y respiratoria del cuello.

LINFÁTICOS DEL CUELLO


La mayoría de los tejidos superficiales del cuello son drenados por vasos linfáticos
que entran en los nódulos linfáticos cervicales superficiales, localizados a lo largo
del recorrido de la VYE. La linfa de estos nódulos, al igual que la linfa de toda la
cabeza y el cuello, drena en los nódulos linfáticos cervicales profundos inferiores
(figs. 9-51 y 9-52). El grupo específico de nódulos linfáticos cervicales profundos
inferiores implicado aquí desciende a través de la región cervical lateral junto con el
nervio accesorio (NC XI).
La mayor parte de la linfa de estos seis a ocho nódulos drena luego en los nódulos
linfáticos supraclaviculares, que acompañan a la arteria cervical transversa. El grupo
principal de nódulos cervicales profundos forma una cadena a lo largo de la VYI,
mayoritariamente cubiertos por el ECM. Otros nódulos cervicales profundos incluyen
los nódulos prelaríngeos, pretraqueales, paratraqueales y retrofaríngeos. Los vasos
linfáticos eferentes de los nódulos cervicales profundos se unen para formar los
troncos linfáticos yugulares, que normalmente se unen al conducto torácico en el
lado izquierdo, mientras que en el lado derecho entran en la unión de las venas
yugular interna y subclavia (ángulo venoso derecho) directamente o a través de un
corto conducto linfático derecho.

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FIGURA 9-51. Drenaje linfático de la cabeza y el cuello. A y B) Se muestran los trayectos de los drenajes
linfáticos superficial y profundo, respectivamente. C) Se muestran los nódulos linfáticos, los troncos linfáticos
y el conducto torácico.

FIGURA 9-52. Vasos linfáticos de la raíz del cuello. A) Visión general que muestra el trayecto del conducto

1856

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torácico y el lugar de terminación de los conductos torácico y linfático derecho. B) Disección del lado
izquierdo que muestra los nódulos linfáticos cervicales profundos y la terminación del conducto torácico en la
unión de las venas subclavia y yugular interna (ángulo venoso izquierdo). El tronco cervicodorsal se denomina
a menudo arteria cervical transversa.

El conducto torácico pasa superiormente atravesando la abertura superior del


tórax a lo largo del borde izquierdo del esófago. Se arquea lateralmente en la raíz del
cuello, posterior a la vaina carotídea y anterior al tronco simpático y a las arterias
vertebral y subclavia (fig. 9-52 B). El conducto torácico drena en la vena
braquiocefálica izquierda en la unión de la vena subclavia y las VYI (ángulo venoso
izquierdo). Cuando los troncos linfáticos yugular derecho, subclavio y
broncomediastínico se unen para formar el conducto linfático derecho, este entra en
el ángulo venoso derecho, como hace el conducto torácico en el lado izquierdo (v.
fig. 9-52 A). Sin embargo, a menudo estos troncos linfáticos desembocan en el
sistema venoso de forma independiente, en la región del ángulo venoso derecho.

CUADRO CLÍNICO
VÍSCERAS Y LINFÁTICOS DEL CUELLO
Arteria tiroidea ima
En un 10 % de la población se origina del tronco braquiocefálico la arteria
tiroidea ima, pequeña e impar (fig. C9-5); no obstante, también puede
originarse del arco de la aorta o de las arterias carótida común derecha, subclavia
o torácica interna. Esta pequeña arteria asciende sobre la cara anterior de la
tráquea hacia el istmo de la glándula tiroides, proporcionando ramas a ambas
estructuras. Debe considerarse la posibilidad de la existencia de esta arteria
cuando se realicen intervenciones en la línea media del cuello por debajo del
istmo, ya que es una posible causa de sangrado (v. cuadro clínico
«Traqueostomía»).

Quistes del conducto tirogloso


El desarrollo de la glándula tiroides comienza en el suelo de la faringe
embrionaria, en el lugar señalado con una pequeña depresión, el foramen
ciego, en el dorso de la lengua posnatal (v. cap. 8). Posteriormente, la glándula en
desarrollo se traslada desde la lengua al interior del cuello, pasando anterior a los
cartílagos hioides y tiroides hasta alcanzar su posición final anterolateral a la
porción superior de la tráquea (Moore et al., 2016). Durante esta reubicación, la
glándula tiroides se une al foramen ciego a través del conducto tirogloso.
Normalmente este conducto desaparece, pero pueden persistir restos de epitelio y
formar un quiste del conducto tirogloso en cualquier punto a lo largo de su
trayecto de descenso (fig. C9-6 A). Este tipo de quiste se localiza generalmente
en el cuello, cercano o justo inferior al cuerpo del hueso hioides, y forma una
tumefacción en la porción anterior del cuello. Puede ser necesaria la resección
quirúrgica del quiste (fig. C9-6 B).

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El oído, órgano de audición y equilibrio, se divide en oído externo, medio e interno


(fig. 8-109). El oído externo y el oído medio están relacionados principalmente con la
transferencia del sonido al oído interno, que contiene el órgano del equilibrio además
del órgano de la audición. La membrana timpánica separa el oído externo del oído
medio. La tuba auditiva conecta el oído medio con la nasofaringe.

Oído externo
El oído externo está compuesto por la oreja, que recoge el sonido, y el meato
acústico externo, que lo conduce hacia la membrana timpánica.

OREJA
La oreja se compone de una lámina de cartílago elástico de forma irregular, cubierto
por una piel delgada (fig. 8-110). La oreja presenta varias depresiones y elevaciones.
La concha de la oreja es la depresión más profunda. El borde elevado de la oreja es
el hélix. Las otras depresiones y elevaciones se exponen en la figura 8-110. El
lobulillo (lóbulo), no cartilaginoso, está formado por tejido fibroso, grasa y vasos
sanguíneos. Se perfora fácilmente para tomar pequeñas muestras de sangre o insertar
pendientes. El trago (del griego tragos, cabra; en alusión a los pelos que tienden a
crecer en esta formación, parecidos a la barba de una cabra) es una proyección en
forma de lengüeta que recubre el poro del meato acústico externo. La irrigación
arterial de la oreja deriva principalmente de las arterias auricular posterior y
temporal superficial (fig. 8-111 A).
Los principales nervios de la piel de la oreja son los nervios auricular mayor y
auriculotemporal. El nervio auricular mayor inerva la cara craneal (medial;
habitualmente denominada «dorso de la oreja») y la parte posterior (hélix, antihélix y
lóbulo) de la cara lateral («parte frontal del oído»). El nervio auriculotemporal, ramo
del NC V3, inerva la piel de la cara anterior de la superficie lateral de la aurícula,
incluyendo el borde de la concha, la cruz del hélix y el trago (figs. 8-109 y 8-111 A).
La piel de la concha está inervada en su mayoría por la rama auricular del vago, con
una contribución menor del nervio facial.
El drenaje linfático de la oreja se realiza, en la cara lateral de la mitad superior
de la oreja, hacia los nódulos linfáticos parotídeos superficiales (fig. 8-111 B); la cara
craneal de la mitad superior de la oreja drena en los nódulos linfáticos mastoideos y
en los nódulos linfáticos cervicales profundos; el resto de la oreja, incluido el lóbulo,
drena en los nódulos linfáticos cervicales superficiales.

1733

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FIGURA 8-109. Partes del oído. Sección frontal del oído, con un dibujo orientativo acompañante, que
muestra que consta de tres partes: externa, media e interna. El oído externo está formado por la oreja y el
meato acústico externo. El oído medio es un espacio aéreo en el que se localizan los huesecillos del oído. El
oído interno contiene el laberinto membranoso, cuyas principales divisiones son el laberinto coclear y el
laberinto vestibular.

FIGURA 8-110. Oído externo. Partes de la oreja habitualmente utilizadas en la descripción clínica. El oído
externo está formado por la oreja y el meato acústico externo.

MEATO ACÚSTICO EXTERNO Y MEMBRANA TIMPÁNICA


El meato acústico externo se extiende hacia el interior a través de la porción
timpánica del hueso temporal, desde la oreja hasta la membrana timpánica, una
distancia de 2-3 cm en el adulto (fig. 8-109). El tercio lateral de este conducto,
ligeramente en forma de S, es cartilaginoso y está recubierto de piel que se continúa

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con la piel de la oreja. Los dos tercios mediales son óseos y están revestidos de piel
delgada que se continúa con la capa externa de la membrana timpánica. Las glándulas
ceruminosas y sebáceas, en el tejido subcutáneo de la porción cartilaginosa, producen
cerumen.
La membrana timpánica (tímpano), aproximadamente de 1 cm de diámetro, es
delgada, de forma ovalada y semitransparente; se halla situada en el extremo medial
del meato acústico externo (figs. 8-109 y 8-112). La membrana establece una
separación entre el meato acústico externo y la cavidad timpánica del oído medio. La
membrana timpánica está recubierta de piel delgada externamente, y de la mucosa del
oído medio internamente. Observada a través de un otoscopio, presenta una
concavidad hacia el meato acústico externo, con una depresión cónica superficial en
el centro, el ombligo (fig. 8-112 A) (v. cuadro clínico «Exploración otoscópica»). El
eje central de la membrana timpánica discurre perpendicularmente a través del
ombligo como el mango de un paraguas, en sentido anteroinferior mientras se dirige
lateralmente. Así pues, la membrana timpánica está orientada como un minúsculo
radar para recibir las señales procedentes del ambiente situado delante y al lado de la
cabeza.
Superiormente al proceso lateral del martillo (uno de los huesecillos del oído
medio), la membrana es delgada y se denomina porción fláccida. Carece de las
fibras radiales y circulares que están presentes en el resto de la membrana,
denominada porción tensa. La porción fláccida forma la pared lateral del receso
superior de la cavidad timpánica.
La membrana timpánica se mueve en respuesta a las vibraciones del aire que
llegan hasta ella a través del meato acústico externo. Los movimientos de la
membrana se transmiten mediante los huesecillos del oído a través del oído medio
hacia el oído interno (fig. 8-109).
La piel de las paredes superior y anterior del meato acústico externo y los dos
tercios anterosuperiores de la superficie externa de la membrana timpánica son
inervados principalmente por el nervio auriculotemporal (fig. 8-111 A), un ramo del
NC V3. La piel de las paredes posterior e inferior del meato y el tercio posteroinferior
de la superficie externa de la membrana timpánica son inervados por el ramo
auricular del vago (NC X). La super-ficie interna de la membrana timpánica recibe
inervación del nervio glosofaríngeo (NC IX).

Oído medio
La cavidad timpánica, o cavidad del oído medio, es la estrecha cámara llena de aire
situada en la porción petrosa del hueso temporal (figs. 8-109 y 8-113). Tiene dos
porciones: la cavidad timpánica propiamente dicha, o espacio directamente interno
a la membrana timpánica, y el receso epitimpánico, o espacio superior a la
membrana. La cavidad timpánica está conectada anteromedialmente con la
nasofaringe por la tuba auditiva, y posterosuperiormente con las celdillas mastoideas
por el antro mastoideo (figs. 8-113 A y 8-114). La cavidad timpánica está revestida
de una mucosa que se continúa con la mucosa que recubre la tuba auditiva, las
celdillas mastoideas y el antro mastoideo.

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición
ACTIVIDAD ASINCRÓNICA
OIDO
Es el órgano de audición y equilibrio, se divide en Oído Externo, Medio e Interno. El oído externo y el oído medio están
relacionados principalmente con la transferencia del sonido al oído interno, que contiene el órgano del equilibrio además
del órgano de la audición. La Membrana Timpánica separa el oído externo del oído medio. La tuba auditiva conecta el oído
medio con la nasofaringe.

Oído Externo: compuesto por la OREJA, que recoge el sonido, y el MEATO ACUSTICO EXTERNO, que lo conduce hacia la
membrana timpánica.
• Oreja: se compone de una lámina de cartílago elástico de forma irregular, cubierto por una Piel Delgada. La oreja
presenta varias depresiones y elevaciones.
Concha de la Oreja: es la depresión más profunda.
Hélix: es el borde elevado de la oreja.
Lobulillo (lóbulo): no cartilaginoso, está formado por tejido fibroso, grasa y vasos sanguíneos. Se perfora fácilmente
para tomar pequeñas muestras de sangre o insertar pendientes.
Trago (del griego tragos, cabra; en alusión a los pelos que tienden a crecer en esta formación, parecidos a la barba de
una cabra): es una proyección en forma de lengüeta que recubre el poro del meato acústico externo.

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición
Irrigación Arterial de la oreja: deriva principalmente de las Arterias Auricular Posterior y Temporal Superficial.
Principales Nervios de la Piel de la Oreja: son los Nervios Auricular Mayor y Auriculotemporal.
➢ Nervio Auricular Mayor: inerva la cara craneal (medial; habitualmente denominada «dorso de la oreja») y la parte
posterior (hélix, antihélix y lóbulo) de la cara lateral («parte frontal del oído»).
➢ Nervio Auriculotemporal: ramo del NC V3: inerva la piel de la ☺ anterior de la superficie lateral de la aurícula,
incluyendo el Borde de la Concha, la Cruz del Hélix y el Trago.
➢ La Piel de la Concha está inervada en su mayoría por la RAMA AURICULAR DEL VAGO, con una contribución menor
del Nervio Facial.
Drenaje Linfático de la oreja: se realiza en la ☺ lateral de la mitad superior de la oreja, hacia los nódulos linfáticos
parotídeos superficiales; la ☺ craneal de la mitad superior de la oreja drena en los nódulos linfáticos mastoideos y en
los nódulos linfáticos cervicales profundos; el resto de la oreja, incluido el lóbulo, drena en los nódulos linfáticos
cervicales superficiales.

Meato Acústico Externo y Membrana Timpánica: el Meato Acústico Externo se extiende hacia el interior a través de la
porción timpánica del hueso temporal, desde la oreja hasta la membrana timpánica, una distancia de 2-3 cm en el adulto.
El tercio lateral de este conducto, ligeramente en forma de S, es cartilaginoso y está recubierto de piel que se continúa con
la piel de la oreja.
Los dos tercios mediales son óseos y están revestidos de Piel Delgada que se continúa con la capa externa de la membrana
timpánica.
Las glándulas ceruminosas y sebáceas, en el tejido subcutáneo de la porción cartilaginosa, producen cerumen.
• Membrana Timpánica (tímpano): aproximadamente de 1 cm de diámetro, es delgada, de forma ovalada y
semitransparente; se halla situada en el extremo medial del meato acústico externo. Establece una separación entre el
meato acústico externo y la cavidad timpánica del oído medio.
La membrana timpánica está recubierta de piel delgada externamente, y de la mucosa del oído medio internamente.
Observada a través de un otoscopio, presenta una concavidad hacia el meato acústico externo, con una depresión
cónica superficial en el centro, el ombligo. El eje central de la membrana timpánica discurre perpendicularmente a
través del ombligo como el mango de un paraguas, en sentido anteroinferior mientras se dirige lateralmente. Así pues,
la membrana timpánica está orientada como un minúsculo radar para recibir las señales procedentes del ambiente
situado delante y al lado de la cabeza.
Superiormente al proceso lateral del martillo (uno de los huesecillos del oído medio), la membrana es delgada y se
denomina porción fláccida. Carece de las fibras radiales y circulares que están presentes en el resto de la membrana,
denominada porción tensa.
La porción fláccida forma la pared lateral del receso superior de la cavidad timpánica.
La membrana timpánica se mueve en respuesta a las vibraciones del aire que llegan hasta ella a través del meato
acústico externo. Los movimientos de la membrana se transmiten mediante los huesecillos del oído a través del oído
medio hacia el oído interno.
La piel de las paredes superior y anterior del meato acústico externo y los dos tercios anterosuperiores de la
superficie externa de la membrana timpánica son inervados principalmente por el nervio auriculotemporal, un ramo
del NC V3
La piel de las paredes posterior e inferior del meato y el tercio posteroinferior de la superficie externa de la
membrana timpánica son inervados por el ramo auricular del vago (NC X).
La superficie interna de la membrana timpánica recibe inervación del nervio glosofaríngeo (NC IX).

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.

Págs. 897-915 y 974-975


Ojo, Órbita, Región Orbitaria y Bulbo Ocular:
• OJO: es el órgano de la visión, está formado por el Bulbo Ocular y el Nervio Óptico.
• Órbita: contiene el ojo y sus estructuras visuales accesorias.
• Región Orbitaria: es el área de la cara superpuesta a la órbita y al bulbo ocular, e incluye los párpados superior e inferior
y el aparato lagrimal.
Órbitas: son cavidades óseas bilaterales en el esqueleto facial.
• CONFIGURACIÓN: pirámide cuadrangular hueca con 1 Base, 1 Vértice y 4 Paredes (Superior, Medial, Inferior y Lateral).
• EJES DE LAS ORBITAS: divergen unos 45°.
• EJES OPTICOS (ejes de la mirada, dirección o línea visual): de ambos bulbos oculares, son paralelos. En la posición
anatómica van dirigidos anteriormente («mirada al frente»).
• Posición Primaria: así se le conoce a la posición de los bulbos oculares.
Las Órbitas y la Región Orbitaria anterior a ellas contienen y protegen los Bulbos Oculares y las Estructuras
Visuales Accesorias, que son:
1. Párpados: unidos a las órbitas anteriormente, controlan la exposición del bulbo ocular anterior.
2. Músculos Extrínsecos del Bulbo Ocular: posicionan el bulbo ocular y elevan el párpado superior.
3. Nervios y Vasos en tránsito hacia los bulbos oculares y los músculos.
4. Fascia Orbitaria: rodea los bulbos oculares y los músculos.
5. Mucosa (CONJUNTIVA): tapiza los párpados, la cara anterior de los bulbos oculares y la mayor parte del aparato
lagrimal que la lubrifica.
Todo el ESPACIO en el interior de las órbitas que NO está OCUPADO por estas estructuras, contiene grasa orbitaria (cuerpo
adiposo de la órbita) que forma una MATRIZ en la cual están inmersas las estructuras de la órbita.

La órbita, con forma de pirámide cuadrangular, posee una base, cuatro paredes y un vértice:
• Base: las bases de las órbitas están dirigidas ANTEROLATERALMENTE. Está limitada por el Borde de la Cavidad
Orbitaria, que rodea la entrada de la órbita. El hueso que forma el borde está reforzado para proteger el

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.

contenido orbitario, y proporciona inserción al Septo Orbitario (una membrana fibrosa que se extiende hacia
los párpados).
• Pared Superior (techo): aproximadamente horizontal, formada por la Porción Orbitaria del Hueso Frontal,
que separa la cavidad orbitaria de la fosa craneal anterior. Cerca del vértice de la órbita, está formada por el
Ala Menor del Esfenoides. ANTEROLATERALMENTE, una depresión superficial en la porción orbitaria del hueso
frontal: la fosa de la glándula lagrimal (fosa lagrimal), aloja dicha glándula.
• Paredes Mediales: de ambas órbitas, están separadas por las Celdillas Etmoidales y las Porciones Superiores
de la Cavidad Nasal, son casi paralelas. Estas paredes casi paralelas, están formadas principalmente por la
Lámina Orbitaria del Etmoides, además de recibir contribuciones del Proceso Frontal del Maxilar, y los
huesos Lagrimal y Esfenoides. ANTERIORMENTE, la Pared Medial presenta incisuras para el Surco Lagrimal y
la Fosa del Saco Lagrimal; la tróclea (polea) para el tendón de uno de los músculos extrínsecos del bulbo
ocular está localizada SUPERIORMENTE.
Gran parte del hueso que forma la Pared Medial es delgado como un papel; el hueso etmoides está muy
neumatizado por las celdillas etmoidales, a menudo visibles a través del hueso en un cráneo desecado.
• Pared Inferior (piso orbitario): formada principalmente por el Maxilar y en parte por los huesos Cigomático y
Palatino. La delgada Pared Inferior es compartida por la Órbita y el Seno Maxilar. Se inclina inferiormente
desde el Vértice hacia el Borde Inferior de la órbita. Está delimitada de la Pared Lateral de la órbita por la
Fisura Orbitaria inferior (un hiato entre las caras orbitarias del maxilar y el esfenoides).
• Pared Lateral: las Paredes laterales forman aproximadamente un ángulo recto (90°). La Pared Lateral está
formada por el Proceso Frontal del Hueso Cigomático y el Ala Mayor del Esfenoides.
Es más fuerte y gruesa porque es la que se halla más expuesta y es más vulnerable a un traumatismo directo.
Su Porción Posterior separa la órbita de las fosas temporal y craneal media. Las Paredes Laterales de ambas
órbitas son casi perpendiculares entre sí.
• Vértice de la órbita: los Vértices de las Órbitas están dirigidos POSTEROMEDIALMENTE.
Se halla en el Conducto Óptico en el Ala Menor del Esfenoides, inmediatamente MEDIAL a la Fisura Orbitaria
Superior.
• Ecuador del Bulbo Ocular: parte más ancha de la órbita, es una línea imaginaria que rodea el bulbo ocular y
se halla equidistante a sus polos anterior y posterior.
• Periórbita: es el periostio orbitario, tapiza los huesos que forman la órbita.
La periórbita se continúa:
En el Conducto Óptico y la Fisura Orbitaria Superior: con la Capa Perióstica de la Duramadre.
Sobre el Borde de la Cavidad Orbitaria y a través de la Fisura Orbitaria Inferior: con el Periostio que cubre
la superficie externa del cráneo (pericráneo).
Con el Septo Orbitario en los bordes de la órbita.
Con las Vainas Fasciales de los músculos extrínsecos del bulbo ocular.
Con la Fascia Orbitaria que forma la Vaina Fascial del bulbo ocular.

Párpados y Aparato Lagrimal: los párpados y el líquido lagrimal secretado por las glándulas lagrimales protegen la
Córnea y los Bulbos Oculares frente a los traumatismos e irritación (P. ej., el polvo y partículas pequeñas).
Parpados: son repliegues móviles que cubren el bulbo ocular anteriormente cuando están cerrados, protegen
frente a los traumatismos y la luz excesiva. También mantienen la córnea húmeda al extender sobre ella el líquido
lagrimal. Los párpados están cubiertos externamente por una piel delgada, e internamente por una mucosa
transparente: la conjuntiva palpebral.
• Conjuntiva Palpebral: se refleja sobre el bulbo ocular, donde se continúa con la Conjuntiva Bulbar, delgada y
transparente. La línea de reflexión de la conjuntiva palpebral sobre el bulbo ocular forma unos profundos
fondos de saco: los Fórnix Conjuntivales Superior e Inferior.
• Conjuntiva Bulbar: se halla unida laxamente a la cara anterior del bulbo ocular (ESCLERA o “parte blanca”),
que contiene pequeños vasos sanguíneos visibles. La conjuntiva bulbar se adhiere a la periferia de la córnea.

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.

• Saco conjuntival: es el espacio limitado por las conjuntivas palpebral y bulbar; es un espacio cerrado cuando
los párpados están cerrados, pero presenta una abertura anterior, la Hendidura Palpebral, cuando el ojo está
abierto (párpados separados). Es una forma especializada de «bolsa» mucosa que permite que los párpados
se muevan libremente sobre la superficie del bulbo ocular cuando se abren y cierran.

• Tarsos Superior e Inferior: láminas densas de tejido conectivo que refuerzan los parpados superior e inferior,
forman el «esqueleto» de los párpados. Algunas fibras de la Porción Palpebral del Músculo Orbicular del Ojo
(el Esfínter de la Hendidura Palpebral) se hallan en el tejido conectivo superficialmente con respecto a estos
tarsos y profundamente a la piel de los párpados.
Incluidas en los tarsos se hallan las Glándulas Tarsales, que producen una secreción lipídica que lubrifica los
bordes de los párpados y les impide adherirse entre sí al cerrar los ojos. Además, esta secreción forma una
barrera que NO cruza el líquido lagrimal cuando se produce en cantidades normales. Si la producción es
excesiva, se desparrama sobre la barrera y aparece en las mejillas en forma de lágrimas.
• Pestañas: se encuentran en los bordes de los párpados. Las grandes glándulas sebáceas asociadas con las
pestañas son: glándulas ciliares.
• Comisuras Palpebrales Medial y Lateral: están constituidas por las uniones de los párpados superior e
inferior, definen los Ángulos Medial y Lateral del Ojo, o Cantos.
• Ligamento palpebral medial: se halla entre la nariz y el ángulo medial del ojo, conecta los tarsos al Borde
Medial de la órbita. En este ligamento se inserta y origina el Músculo Orbicular del ojo.

3
Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.

• Ligamento Palpebral Lateral: similar al anterior, une los tarsos al Borde Lateral de la órbita, pero NO
proporciona ninguna inserción muscular directa.
• Septo Orbitario: membrana fibrosa, se extiende desde los Tarsos hasta los Bordes de la órbita, donde se
continúa con el Periostio. Sirve de contención para la grasa orbitaria y, debido a su continuidad con la
Periórbita, puede evitar que una infección se propague hacia la órbita y desde ella. El Septo constituye en
gran parte la Fascia Posterior del Músculo Orbicular del ojo.

Aparato Lagrimal: se compone de:


✓ Glándula Lagrimal: secreta el líquido lagrimal (solución salina fisiológica acuosa que contiene lisozima, una
enzima bactericida). El líquido humedece y lubrifica las superficies de la Conjuntiva y la Córnea, y proporciona
a ésta algunos nutrientes y oxígeno disuelto; cuando se produce en exceso constituye las lágrimas.
✓ Conductos Excretores de la glándula lagrimal: transportan el líquido lagrimal desde las Glándulas Lagrimales
al Saco Conjuntival.
✓ Conductillos lagrimales: comienzan en el Punto Lagrimal (abertura) de la Papila Lagrimal, cerca del Ángulo
Medial del ojo, y drenan el líquido lagrimal desde el Lago Lagrimal (un espacio triangular en el Ángulo Medial
del ojo donde se acumulan las lágrimas) al Saco Lagrimal (la parte superior dilatada del Conducto
Nasolagrimal).
✓ Conducto Nasolagrimal: conduce el líquido lagrimal al Meato Nasal Inferior (parte de la cavidad nasal, inferior a
la concha o cornete nasal inferior, la más inferior de las crestas curvadas hacia abajo en la pared lateral de la cavidad
nasal).

• Glándula Lagrimal: de forma almendrada y unos 2 cm de longitud, está situada en la Fosa de la Glándula
Lagrimal, en la parte superolateral de la órbita. Está DIVIDIDA en una Parte Superior Orbitaria y otra Inferior
Palpebral por la expansión lateral del Tendón del Elevador del Párpado Superior.
Glándulas Lagrimales Accesorias: a veces en la Parte Media del párpado o a lo largo de los Fórnix Superior o
Inferior del Saco Conjuntival. Son más numerosas en el Párpado Superior que en el Inferior.
Producción de Líquido Lagrimal: se estimula por Impulsos Parasimpáticos del NC VII. El líquido se secreta a
través de 8 a 12 Conductos Excretores, que se abren en la parte lateral del Fórnix Conjuntival Superior del
saco conjuntival. El líquido fluye inferiormente dentro del saco por la fuerza de la gravedad.
Cuando la Córnea se seca, el ojo parpadea. Los párpados se ponen en contacto en una secuencia lateral a
medial, lo que empuja una película de líquido medialmente sobre la córnea. De esta manera, el líquido
lagrimal con material extraño, como polvo, es impulsado hacia el Angulo Medial del ojo y se acumula en el
Saco Lagrimal. El efecto capilar hace que el líquido drene hacia los Canalículos Lagrimales. La acción del
Músculo Orbicular de los ojos, unido en parte al Saco Lagrimal, facilita el traslado del líquido al Saco. Desde
dicho saco, el líquido pasa al Meato Nasal Inferior de la cavidad nasal por el Conducto Nasolagrimal, y
DRENA POSTERIORMENTE a través de la Pared Inferior (PISO) de la Cavidad Nasal a la Nasofaringe, y más
tarde se deglute. Además de limpiar las partículas y el material irritante del saco conjuntival, el líquido
lagrimal aporta nutrientes y oxígeno a la córnea.
Inervación de la Glándula Lagrimal: se realiza por parte del Simpático y el Parasimpático.
➢ Fibras Secretomotoras Parasimpáticas Presinápticas: llegan desde el Nervio Facial por el Nervio Petroso
Mayor, y luego por el Nervio del Conducto Pterigoideo al Ganglio Pterigopalatino, donde establecen
sinapsis con los cuerpos celulares de las fibras postsinápticas.
➢ Fibras Simpáticas Postsinápticas Vasoconstrictoras: las que llegan desde el Ganglio Cervical Superior por
el Plexo Carotídeo Interno y el Nervio Petroso Profundo, se unen a las fibras parasimpáticas para formar
el Nervio del Conducto Pterigoideo y atravesar el ganglio pterigopalatino.
➢ Ramo Terminal Comunicante del Nervio Cigomático: ramo del nervio maxilar, lleva ambos tipos de fibras
al Ramo Lagrimal del Nervio Oftálmico, por el cual penetran en la glándula.

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.

Bulbo Ocular: contiene el aparato óptico del sistema visual. Ocupa la mayor parte de la porción anterior de la
órbita, suspendido por seis 6 músculos extrínsecos, que controlan sus movimientos, y por un Aparato Suspensor
fascial. Mide unos 25 mm de diámetro. Todas las estructuras anatómicas intraoculares adoptan una disposición
circular o esférica.
• BULBO OCULAR PROPIAMENTE DICHO: posee 3 capas, aunque existe 1 capa adicional de Tejido Conectivo
que rodea el bulbo ocular y lo mantiene dentro de la órbita. Esta capa de tejido conectivo está compuesta
POSTERIORMENTE por la Vaina Fascial del bulbo ocular (Fascia Bulbar o Cápsula de Tenon), que forma el
CUENCO REAL para el bulbo ocular, y ANTERIORMENTE por la Conjuntiva Bulbar.
La Vaina Fascial es la parte más importante del aparato suspensor.
• Espacio Epiescleral (un espacio potencial): capa de tejido conectivo muy laxo, situada entre la Vaina Fascial y
la capa más externa del bulbo ocular, facilita los movimientos oculares dentro de la vaina fascial.
Las 3 capas del bulbo ocular son:
1. Capa Fibrosa (externa): formada por la esclera y la córnea.
2. Capa Vascular (media): formada por la coroides, el cuerpo ciliar y el iris.
3. Capa Interna: formada por la retina, que posee las Porciones Óptica y Ciega.

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.

CAPA FIBROSA DEL BULBO OCULAR:


Es el esqueleto fibroso externo del bulbo ocular, le aporta forma y resistencia.
• Esclera (Esclerótica): es la parte dura y opaca de la capa fibrosa del bulbo ocular; cubre posteriormente sus
5/6 partes, y proporciona inserción a los Músculos Extrínsecos (Extraoculares) e Intrínsecos del bulbo ocular.
La parte anterior de la esclera es visible a través de la conjuntiva bulbar transparente y constituye «el blanco
del ojo».
• Córnea es la parte transparente de la capa fibrosa, que cubre anteriormente la sexta parte del bulbo ocular.
La convexidad de la córnea es mayor que la de la esclera, por lo que sobresale del bulbo ocular cuando se
contempla lateralmente.
Inervación: es extremadamente sensible al tacto y su inervación proviene del Nervio Oftálmico (NC V1).
Alimento de la Córnea: procede de los lechos capilares en su periferia, el humor acuoso y el líquido lagrimal.
Este último también proporciona oxigeno no absorbido del aire. La desecación de la superficie corneal
puede provocar la aparición de ulceras.
Limbo de la Córnea: es el ángulo formado por la intersección de las curvaturas de la córnea y la esclera en la
unión esclerocorneal. Esta unión constituye un círculo gris translúcido, de 1 mm de ancho, que incluye
numerosas asas capilares que actúan para nutrir la córnea, que es avascular.
• Comparación Esclera – Córnea: ambas partes de la capa fibrosa difieren principalmente en cuanto a la
regularidad con que se disponen las fibras de colágeno que las componen, así como en el grado de
hidratación de ambas. Mientras que la ESCELRA es relativamente avascular, la CÓRNEA carece totalmente de
vasos y se nutre a partir de lechos capilares en torno a su periferia y de los líquidos existentes sobre su
superficie externa e interna (líquido lagrimal y humor acuoso, respectivamente). El líquido lagrimal tambien
proporciona oxígeno, absorbido del aire.

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CAPA VASCULAR DEL BULBO OCULAR:


También denominada Úvea o Tracto Uveal, se compone de COROIDES, CUERPO CILIAR e IRIS.
• Coroides: capa de color marrón rojizo oscuro situada entre la Esclera y la Retina, es la parte de mayor tamaño
de la Capa Vascular del bulbo ocular y tapiza la mayor parte de la Esclera. Dentro de su lecho vascular, denso
y pigmentado, hay vasos más gruesos situados externamente (cerca de la esclera). Los vasos más finos (la
lámina coroidocapilar, un extenso lecho capilar) son más internos, adyacentes a la capa avascular de la
retina, sensible a la luz, a la cual aportan oxígeno y nutrientes. Ingurgitada de sangre en vida (posee el ritmo
de perfusión más elevado, por gramo de tejido, de todos los lechos vasculares del organismo), esta capa es la
causante de la reflexión de «ojos rojos» que se produce en las fotografías con flash. La coroides se une
firmemente a la Capa Pigmentaria de la retina, pero puede desprenderse con facilidad de la Esclera. La
coroides se continúa ANTERIORMENTE con el Cuerpo Ciliar.
• Cuerpo Ciliar: engrosamiento anular de la capa vascular posterior a la unión esclerocorneal, y es tanto
muscular como vascular. Conecta la coroides con la circunferencia del iris. El cuerpo ciliar proporciona
inserción a la lente. La contracción y relajación del músculo liso del cuerpo ciliar, dispuesto circularmente,
controla el grosor de la lente y por tanto, su enfoque.
Procesos Ciliares: son pliegues existentes en la superficie interna del cuerpo ciliar, secretan el Humor
Acuoso que llena la Cámara Anterior del bulbo ocular, el interior del bulbo ocular anterior a la lente, el
Ligamento Suspensorio y el Cuerpo Ciliar.
• Iris: descansa literalmente sobre la superficie anterior de la lente, es un delgado diafragma contráctil con una
abertura central: la Pupila, para transmitir la luz. En estado de vigilia, el tamaño de la pupila varía
continuamente para regular la cantidad de luz que penetra en el ojo.
2 músculos involuntarios controlan el tamaño de la pupila:
1. Esfínter de la pupila: dispuesto circularmente y estimulado de forma parasimpática, disminuye su
diámetro (contrae la pupila, miosis pupilar).
2. Dilatador de la pupila: dispuesto radialmente y estimulado simpáticamente, aumenta su diámetro (dilata
la pupila) (midriasis).
La naturaleza de las respuestas pupilares es paradójica: las respuestas simpáticas generales suelen ocurrir de
inmediato, pero pueden transcurrir hasta 20 min para que la pupila se dilate en respuesta a una luz débil,
como en un teatro oscuro. Las respuestas parasimpáticas son típicamente más lentas que las simpáticas,
pero la constricción pupilar estimulada parasimpáticamente suele ser instantánea. Puede ocurrir una
dilatación pupilar (midriasis) demasiado prolongada en ciertas enfermedades, o bien por traumatismos o al
consumir ciertas drogas.

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CAPA INTERNA DEL BULBO OCULAR:


La capa interna del bulbo ocular es la Retina, o Capa Nerviosa Sensorial del bulbo ocular. A grosso modo, la retina
se compone de 2 porciones funcionales con localizaciones distintas: la PORCIÓN ÓPTICA y la PORCIÓN CIEGA
(retina no visual).
• Porción Óptica: es sensible a los rayos de luz visibles. La porción óptica de la retina FINALIZA
ANTERIORMENTE a lo largo de la Ora Serrata, o Borde Posterior irregular del cuerpo ciliar. Posee 2 capas: una
Nerviosa y otra Pigmentaria.
Capa Nerviosa: es receptiva para la luz.
Capa Pigmentaria: está compuesta por una capa única de células que refuerzan la propiedad de
absorber la luz que posee la coroides, al reducir la dispersión de la luz en el bulbo ocular.
A excepción de los conos y bastones de la capa nerviosa, la retina recibe irrigación de la Arteria Central de la
retina, RAMA de la Arteria Oftálmica. Los conos y bastones de la Capa Nerviosa Externa reciben nutrientes
desde la Lámina Coroidocapilar, donde se encuentran los vasos más finos de la cara Interna de la coroides,
contra la que se aplica la retina. Un sistema correspondiente de venas retinianas se une para formar la Vena
Central de la retina.
• Porción Ciega: es la continuación anterior de la capa pigmentaria y es una capa de células de soporte. Se
extiende sobre el Cuerpo Ciliar (porción ciliar de la retina) y la Superficie Posterior del Iris (porción iridiana
de la retina) hasta el Borde Pupilar.
• Clínicamente, la cara interna de la parte posterior del bulbo ocular, cuando enfoca la luz que entra en él, se
denomina FONDO DE OJO. La retina del fondo incluye un área circular particular denominada: disco del
nervio óptico.
Disco del Nervio Óptico o Disco Óptico (Papila Óptica): lugar donde penetran en el bulbo ocular las fibras
sensitivas y los vasos vehiculados por el nervio óptico (NC II). Como NO contiene fotorreceptores, el disco
óptico es insensible a la luz; por lo tanto, esta parte de la retina suele recibir la denominación de PUNTO
CIEGO.
Mácula de la Retina (Mácula Lútea): se halla inmediatamente lateral al disco óptico, es una pequeña área
ovalada de la retina con CONOS fotorreceptores especializados en la agudeza visual. Normalmente NO se
observa con un oftalmoscopio.
➢ Fóvea Central: depresión ubicada en el centro de la mácula lútea. Es el área de mayor agudeza visual. La
fóvea tiene aproximadamente 1,5 mm de diámetro; su centro: la Fovéola, carece de la red capilar que se
aprecia en otros lugares en la profundidad de la retina.

Medios de Refracción y Compartimientos del Bulbo Ocular: los medios de refracción del bulbo ocular son: la
Córnea, Humor Acuoso, Lente (cristalino) y Humor Vítreo.
1) Córnea: es el medio de refracción primario del bulbo ocular; es decir, desvía la luz en grado máximo y la
enfoca como una imagen invertida sobre la retina fotosensible del Fondo del Bulbo Ocular.

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2) Humor Acuoso: clínicamente, se abrevia como “acuoso”. Ocupa el Segmento Anterior del bulbo ocular. El
Segmento Anterior está subdividido por el Iris y la Pupila.
• Cámara Anterior del ojo: es el espacio entre la córnea ANTERIORMENTE y el iris/pupila POSTERIORMENTE.
• Cámara Posterior del ojo: se halla entre el iris/pupila ANTERIORMENTE y la lente y el cuerpo ciliar
POSTERIORMENTE. El Humor Acuoso se elabora en la Cámara Posterior, en los Procesos Ciliares del Cuerpo
Ciliar. Esta solución, acuosa y transparente, proporciona nutrientes a la Córnea y a la Lente, que son
AVASCULARES. Después de atravesar la pupila hacia el interior de la Cámara Anterior, el Humor Acuoso
drena, a través de una red trabecular situada en el Ángulo Iridocorneal, en el Seno Venoso de la Esclera.
El Humor Acuoso se extrae en el PLEXO LÍMBICO (una red de venas esclerales próximas al limbo de la córnea
que drenan a su vez en Tributarias de las Venas Vorticosas y de las Venas Ciliares Anteriores).
La PRESIÓN INTRAOCULAR refleja el equilibrio entre la producción y la salida del humor acuoso.
3) Lente (Cristalino): es POSTERIOR al Iris y ANTERIOR al Humor Vítreo del Cuerpo Vítreo.
Es una estructura transparente y biconvexa que se halla encerrada en una cápsula.
Cápsula de la lente: muy elástica, anclada a los Procesos Ciliares circundantes por las Fibras Zonulares (que
constituyen colectivamente la Zónula ciliar [Ligamento Suspensorio de la lente]). Aunque la mayor parte de
la refracción se produce en la córnea, la lente cambia constantemente su convexidad, sobre todo en su ☺
anterior, para afinar el enfoque sobre la retina de los objetos cercanos o distantes. La lente desprovista de
sus fijaciones, asume una forma casi esférica.
Músculo Ciliar del cuerpo ciliar: modifica la forma de la lente. En ausencia de estímulos nerviosos, aumenta
el diámetro del anillo muscular relajado. La estimulación parasimpática por vía del Nervio Oculomotor (NC
III) provoca una contracción esfinteriana del Músculo Ciliar.
• Acomodación: proceso activo de modificar la forma de la lente para la visión próxima.
El grosor de la lente aumenta con la edad, de modo que la capacidad de acomodarse disminuye típicamente
después de los 40 años.
4) Humor Vítreo: líquido acuoso englobado en la trama del Cuerpo Vítreo, una sustancia transparente
gelatinosa situada en las cuatro quintas partes posteriores del bulbo ocular, posteriormente a la lente
(segmento posterior del bulbo ocular, también denominado Cámara Postrema o Vítrea). Además de
transmitir la luz, el humor vítreo mantiene la retina en su lugar y soporta la lente.

Músculos Extrínsecos del Bulbo Ocular: son el Elevador del Párpado Superior, 4 Rectos (Superior, Inferior,
Medial y Lateral) y 2 Oblicuos (Superior e Inferior). Estos 7 músculos actúan conjuntamente para mover el
párpado superior y el bulbo ocular.

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Elevador del Parpado Superior: se ensancha para constituir una amplia aponeurosis bilaminar al aproximarse a
sus inserciones distales.
• Lámina Superficial (del músculo): se une a la piel del párpado superior.
• Lámina Profunda (del músculo): se une al Tarso Superior.
Este músculo se opone la mayor parte del tiempo a la gravedad y es el ANTAGONISTA de la mitad superior del
Músculo Orbicular del ojo, el esfínter de la hendidura palpebral.
La Lámina Profunda de la parte distal (Palpebral) del músculo incluye fibras musculares lisas, el Músculo Tarsal
Superior, que amplían adicionalmente la Hendidura Palpebral, en especial durante una respuesta simpática (p.
ej., al miedo). Sin embargo, parece ser que funcionan continuamente (en ausencia de respuesta simpática),
porque al interrumpirse la inervación simpática se produce una Ptosis constante (caída del párpado superior).

Movimientos del Bulbo Ocular: se producen por rotación en torno a 3 ejes: Vertical, Transverso y
Anteroposterior y se describen según la dirección del movimiento de la pupila desde la Posición Primaria, o del Polo Superior
del bulbo ocular desde la Posición Neutra.
• Rotación del bulbo ocular en torno al EJE VERTICAL: desplaza la pupila medialmente (hacia la línea media, aducción) o
lateralmente (alejándose de la línea media, abducción).
• Rotación del bulbo ocular en torno al EJE TRANSVERSAL: mueve la pupila superiormente (elevación) o inferiormente
(descenso).
• Los Movimientos alrededor del EJE ANTEROPOSTERIOR, que corresponde al EJE DE LA MIRADA en la Posición Primaria,
desplazan el Polo Superior del bulbo ocular medialmente (rotación medial, o intorsión) o lateralmente (rotación lateral,
o extorsión).
Estos movimientos de rotación acomodan los cambios producidos al ladear la cabeza. La ausencia de estos movimientos
por lesiones nerviosas, contribuye a la visión doble.

Músculos Rectos y Oblicuos:

• Los 4 MÚSCULOS RECTOS: discurren anteriormente al bulbo ocular; se originan en un manguito fibroso, el Anillo
Tendinoso Común, que rodea el conducto óptico y parte de la fisura orbitaria superior en el vértice de la órbita. Las

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estructuras que penetran en la órbita a través de este conducto y la parte adyacente de la fisura se sitúan inicialmente
en el Cono de los músculos rectos. Los 4 Músculos Rectos reciben sus denominaciones según su posición respecto al
bulbo ocular. Debido a que discurren sobre todo ANTERIORMENTE para insertarse en las CARAS Superior, Inferior,
Medial y Lateral del bulbo ocular, anteriormente a su Ecuador, las acciones primarias de los 4 rectos para producir
elevación, descenso, aducción y abducción pueden deducirse intuitivamente.

Diversos factores dificultan la comprensión de las acciones de los Músculos Oblicuos y de las acciones secundarias de
los Músculos Rectos Superior e Inferior.
El vértice de la órbita está situado medialmente a ella, de modo que el eje de la órbita NO coincide con el eje óptico. Así
pues, cuando el ojo se halla en la Posición Primaria, el Recto Superior y el Recto Inferior también abordan el bulbo
ocular desde su lado medial, y su línea de tracción pasa medialmente al eje vertical. Ello otorga a ambos músculos una
SEGUNDA ACCIÓN, la aducción. El Recto Superior y el Recto Inferior también se extienden lateralmente y pasan superior
e inferiormente al eje anteroposterior, respectivamente, lo que confiere al Recto Superior la acción secundaria de
rotación medial, y al Recto Inferior la acción secundaria de rotación lateral.
Si la mirada se dirige primero lateralmente (abducida por el Recto Lateral), de modo que la línea visual coincida con el
plano del Recto Inferior y el Recto Superior, el Recto Superior produce sólo elevación (y es el único causante de este
movimiento), y el Recto Inferior produce sólo descenso (y de igual modo es el único causante).

En la EXPLORACIÓN FISICA, el médico indica al paciente que siga el dedo lateralmente (con lo que comprueba el Recto
Lateral y el Nervio Abducens [NC VI]), y luego superior e inferiormente para aislar y comprobar la función de los Rectos
Superior e Inferior y la integridad del Nervio Oculomotor (NC III) que los inerva.

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El OBLICUO INFERIOR es el único músculo que se origina en la parte anterior de la órbita (inmediatamente lateral a la
fosa lagrimal).
El OBLICUO SUPERIOR se origina en la zona del vértice, al igual que los músculos rectos (pero superomedialmente al
anillo tendinoso común); sin embargo, su tendón atraviesa la tróclea justo por dentro del borde superomedial de la
órbita, lo que reorienta su línea de tracción.
Así pues, los tendones de inserción de los músculos oblicuos están situados en el mismo plano vertical oblicuo. Al
contemplar dichos tendones anterior o superiormente, con el bulbo ocular en la Posición Primaria, puede observarse
que los tendones de los músculos oblicuos discurren sobre todo lateralmente para insertarse en la mitad lateral del
bulbo ocular, posteriormente a su ecuador. Debido a que transcurren inferior y superiormente al eje anteroposterior al
pasar lateralmente, el Oblicuo Inferior es el PRINCIPAL ROTADOR LATERAL, y el Oblicuo Superior es el PRINCIPAL
ROTADOR MEDIAL DEL OJO. Sin embargo, en la Posición Primaria, los oblicuos también discurren posteriormente por el
eje transverso y posteriormente al eje vertical, lo que otorga al Oblicuo Superior una función secundaria de descenso, al
Oblicuo Inferior una función secundaria de elevación, y a ambos una función secundaria de abducción.
Si la mirada se dirige primero medialmente (aducida por el recto medial) de modo que la línea visual coincida con el
plano de los tendones de inserción de los oblicuos superior e inferior, el Oblicuo Superior produce sólo descenso (y es el
único causante de este movimiento), y el Oblicuo Inferior produce sólo elevación (y de igual modo es el único causante).

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En la EXPLORACIÓN FISICA, el médico indica al paciente que siga el dedo medialmente (con lo que comprueba el Recto
Medial y el Nervio Oculomotor), y luego inferior y superiormente para aislar y comprobar la función del Oblicuo
Superior y el Recto Inferior, y la integridad del Nervio Troclear (NC IV), que inerva el Oblicuo Superior, y de la división
inferior del NC III, que inerva el Oblicuo Inferior.

EN LA PRÁTICA:
• La Acción Principal del Oblicuo Superior es el DESCENSO de la pupila en la posición aducida (p. ej., al mirar hacia la parte
baja de la página cuando la mirada de ambos ojos se dirige medialmente [convergencia] para la lectura).
• La Acción Principal del Oblicuo Inferior es la ELEVACIÓN de la pupila en la posición aducida (p. ej., al mirar hacia la parte
alta de la página durante la convergencia para la lectura).

Aunque las acciones producidas por los Músculos Extrínsecos del bulbo ocular se han considerado por separado, todos los
movimientos requieren la acción de varios músculos del mismo ojo, que se ayudan entre sí como SINÉRGICOS o se oponen

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como ANTAGONISTAS. Los Músculos Sinérgicos para una acción determinada pueden ser Antagonistas para otra diferente.
Por ejemplo, NO existe ningún músculo que por sí solo pueda elevar la pupila directamente desde la Posición Primaria. Los
dos elevadores (Recto Superior y Oblicuo Inferior) actúan sinérgicamente para realizar esa acción. Sin embargo, estos dos
músculos son ANTAGONISTAS como Rotadores y se neutralizan entre sí, de modo que NO se produce ninguna rotación
cuando actúan conjuntamente para elevar la pupila. De modo similar, ningún músculo puede descender la pupila
directamente por sí solo desde la posición primaria. Los dos depresores, Oblicuo Superior y Recto Inferior, producen
depresión cuando actúan solos, y también dan lugar a acciones opuestas de aducción-abducción y rotación medial-lateral.
Sin embargo, cuando el Oblicuo Superior y el Recto Inferior actúan simultáneamente, sus acciones sinérgicas descienden la
pupila, debido a que sus acciones antagonistas se neutralizan entre sí; por lo tanto, se produce un descenso puro.

Para dirigir la mirada debe lograrse la coordinación de ambos ojos mediante la acción doble de los músculos «conjugados»
(músculos extrínsecos del bulbo ocular contralaterales funcionalmente emparejados) contralaterales. Por ejemplo, al mirar a
la derecha, el recto lateral derecho y el recto medial izquierdo actúan como músculos uncidos.

Aparato de Soporte del Bulbo Ocular: la Vaina Fascial del bulbo ocular lo envuelve, se extiende
POSTERIORMENTE desde los Fórnix Conjuntivales hasta el Nervio Óptico y forma un verdadero cuenco para el
bulbo ocular. La vaina fascial, en forma de copa, está perforada por los tendones de los Músculos Extrínsecos del
bulbo ocular y se refleja sobre cada uno de ellos a modo de VAINA MUSCULAR tubular. Las Vainas Musculares del
Elevador del Párpado Superior y el Recto Superior están fusionadas.
• Ligamentos de Contención Medial y Lateral: son unas expansiones triangulares de las vainas de los músculos
rectos medial y lateral, que se unen a los huesos lagrimal y cigomático, respectivamente. Estos ligamentos
limitan la abducción y la aducción. Al mezclarse los Ligamentos de Contención con la Fascia de los Músculos
Recto y Oblicuo Inferiores se forma una banda de suspensión, semejante a una hamaca: el Ligamento
Suspensorio del bulbo ocular.
• Ligamento de Contención Inferior: similar procedente de la Vaina Fascial del Recto Inferior retrae el Párpado
Inferior al dirigir la mirada hacia abajo.

En conjunto, los ligamentos de contención actúan con los Músculos Oblicuos y la grasa retrobulbar para resistir
frente a la tracción posterior sobre el bulbo ocular producida por los Músculos Rectos. En procesos patológicos o
situaciones de caquexia que reducen la grasa retrobulbar, el bulbo ocular se retrae en la órbita (Enoftalmos).

Inervación de la Órbita:
• Nervios Ópticos: grandes, son nervios puramente sensoriales que transmiten los impulsos generados por los
estímulos ópticos. Convencionalmente se consideran como nervios craneales (NC II), aunque se desarrollan
como dos extensiones anteriores del Prosencéfalo; en realidad, son tractos de fibras del sistema nervioso

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central (SNC) formados a partir de neuronas de 2do orden. Los nervios ópticos se INICIAN en la Lámina
Cribosa de la Esclera, donde las fibras nerviosas amielínicas perforan la esclera, y luego se mielinizan
posteriormente al Disco Óptico. Salen de las órbitas a través de los conductos ópticos.
A su paso por la órbita, el nervio óptico está rodeado por extensiones de las meninges craneales y el espacio
subaracnoideo, este último ocupado por una delgada capa de LCE

Las extensiones intraorbitarias de la duramadre craneal y la aracnoides constituyen la Vaina del Nervio
Óptico, que se continúa anteriormente con la Vaina Fascial del bulbo ocular y la esclera. Una capa de
piamadre cubre la superficie del Nervio Óptico dentro de la vaina.

Además del nervio óptico (NC II), los nervios de la órbita incluyen los que penetran a través de la fisura
orbitaria superior e inervan los músculos oculares: los nervios Oculomotor (NC III), Troclear (NC IV) y
Abducens (NC VI).
• Nervios Troclear y Abducens: pasan directamente al músculo inervado por cada uno.
• Nervio Oculomotor: se fracciona en una División Superior y otra Inferior.
El Ramo Superior: inerva los músculos Recto Superior y Elevador del Párpado Superior.
El Ramo Inferior: inerva los músculos Rectos Medial e Inferior y el Oblicuo Inferior, y lleva fibras
parasimpáticas presinápticas al GANGLIO CILIAR.

• Los 3 Ramos Terminales del Nervio Oftálmico (NC V1): los nervios frontal, nasociliar y lagrimal, atraviesan la
fisura orbitaria superior e inervan estructuras relacionadas con la parte anterior de la órbita (p. ej., la glándula
lagrimal y los párpados), la cara y el cuero cabelludo.
• Ganglio Ciliar: es un pequeño grupo de cuerpos neuronales parasimpáticos postsinápticos asociados con el
NC V1. Se localiza entre el Nervio Óptico y el Músculo Recto Lateral, hacia el Límite Posterior de la órbita. Este
ganglio recibe fibras nerviosas de 3 procedencias:
1. Fibras sensitivas del NC V1 por vía de la raíz sensitiva o nasociliar del ganglio ciliar.

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2. Fibras parasimpáticas presinápticas del NC III por vía de la raíz parasimpática u oculomotora del ganglio
ciliar.
3. Fibras simpáticas postsinápticas del plexo carotídeo interno por vía de la raíz simpática del ganglio ciliar.

✓ Nervios Ciliares Cortos: surgen del ganglio ciliar y se consideran como ramos del NC V1. Llevan fibras
parasimpáticas y simpáticas al cuerpo ciliar y el iris. Los nervios ciliares cortos se componen de fibras
parasimpáticas postsinápticas que nacen en el ganglio ciliar, fibras aferentes del nervio nasociliar que pasan a
través del ganglio, y fibras simpáticas postsinápticas que pasan también a través de él.
✓ Nervios Ciliares Largos: ramos del nervio nasociliar (NC V1) que llegan al bulbo ocular sin pasar por el ganglio
ciliar, llevan fibras simpáticas postsinápticas al dilatador de la pupila, y fibras aferentes del iris y la córnea.
✓ Nervios Etmoidales Posterior y Anterior: ramos del nervio nasociliar que surgen en la órbita, salen por
aberturas de la Pared Medial de la órbita para inervar las mucosas del seno esfenoidal y las celdillas
etmoidales y de las cavidades nasales, así como la duramadre de la fosa craneal anterior.

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Vascularización de la Órbita:
Arterias de la Órbita:
La irrigación sanguínea de la órbita corre a cargo principalmente de la ARTERIA OFTÁLMICA, rama de la Arteria
Carótida Interna.
• Arteria Infraorbitaria: rama de la arteria Carótida Externa, también irriga estructuras relacionadas con la
Pared Inferior de la órbita.
• Arteria Central de la retina: rama de la Arteria Oftálmica, surge inferiormente al nervio óptico, perfora su
vaina y discurre dentro de él hasta el bulbo ocular, donde emerge en el disco óptico. Sus ramas se extienden
por la cara interna de la retina. Las ramas finales son Arterias Terminales (arteriolas) y constituyen la única
irrigación que recibe la ☺ interna de la retina.
La cara externa de la retina está irrigada también por la Lámina Coroidocapilar.
• Arterias Ciliares Posteriores: son 8 (que también son ramas de la Arteria Oftálmica).
6 Arterias Ciliares Posteriores Cortas: irrigan directamente la coroides, que nutre la capa externa no
vascular de la retina.
2 Arterias Ciliares Posteriores Largas: una a cada lado del bulbo ocular, discurren entre la esclera y la
coroides para anastomosarse con las Arterias Ciliares Anteriores (continuaciones de las Ramas Musculares
de la Arteria Oftálmica a los músculos rectos) e irrigar el plexo ciliar.

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Venas de la Órbita: el drenaje venoso de la órbita se realiza a través de las Venas Oftálmicas Superior e Inferior,
que atraviesan la fisura orbitaria superior y penetran en el Seno Cavernoso.
• Vena Central de la retina: suele penetrar directamente en el seno cavernoso, aunque puede unirse antes a
una de las venas oftálmicas.
• Venas Vorticosas: procedentes de la capa vascular del bulbo ocular, drenan en la vena oftálmica inferior.
• Seno Venoso de la Esclera: es una estructura vascular que rodea la cámara anterior del bulbo ocular;
constituye la vía de retorno del humor acuoso a la circulación sanguínea.

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EDP: págs. 991-1014; CUELLO.

Cuello

Visión General: zona de transición entre la base del cráneo superiormente y las clavículas inferiormente. Une la
cabeza al tronco y los miembros, actuando como zona de paso principal para las estructuras que pasan entre
ellos. En él se encuentran algunos órganos importantes con funciones únicas (laringe, glándulas tiroides y
paratiroides). Es relativamente delgado, lo que le permite tener la flexibilidad necesaria para posicionar la cabeza
y maximizar la eficiencia de sus órganos sensoriales (principalmente los bulbos oculares). El cuello es un área de
vulnerabilidad bien conocida debido a las estructuras importantes que se unen en él, como músculos, glándulas,
arterias, venas, nervios, linfáticos, tráquea, esófago y vertebras.

• Cartílago Tiroides: el mayor de los cartílagos de la laringe. El cartílago tiroides y la tráquea se encuentran en
el centro de la cara anterior del cuello.
• Algunas estructuras vitales que carecen de protección ósea son: la tráquea, el esófago y la glándula tiroides.

ANTEROLATERALMENTE, en el cuello, se encuentra el principal flujo sanguíneo arterial hacia la cabeza y el cuello
(Arterias Carótidas) y el principal drenaje venoso (Venas Yugulares).
Las principales estructuras que habitualmente se lesionan en traumatismos penetrantes del cuello son los vasos
sanguíneos carotideos/yugulares.

• Plexos Nerviosos Braquiales: se originan en el cuello y discurren inferolateralmente para acceder a las axilas
e introducirse e inervar los miembros superiores.

Huesos del Cuello

• Esqueleto del Cuello: se conforma de 7 Vértebras Cervicales, el hueso Hioides, el Manubrio del Esternón y
las Clavículas. Estos huesos, forman parte del Esqueleto Axial, a excepción de las clavículas, que pertenecen al
Esqueleto Apendicular.
• Vértebras Cervicales:
Región Cervical: formada por 7 vértebras cervicales.
Cuerpos Vertebrales: apilados y de localización central, sostienen la cabeza.

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Articulaciones Intervertebrales: -especialmente las CRANEOVERTEBRALES en su extremo superior-
proporcionan la flexibilidad necesaria para posicionar la cabeza.
Vértebras Cervicales Típicas: 3ª-6ª. Presentan las siguientes características:
➢ El Cuerpo Vertebral es pequeño y más alargado de lado a lado que anteroposteriormente; la cara superior
es cóncava y la cara Inferior es convexa.
➢ Foramen Vertebral grande y triangular.
➢ Sus Procesos Transversos tiene Forámenes Transversos (excepto en C7).
➢ Caras Superiores de los Procesos Articulares dirigidas superior y posteriormente, y las Caras Inferiores
inferior y anteriormente.
➢ Procesos Espinosos cortos y, en personas con ascendencia europea, bífidos.
Vértebras Cervicales Atípicas: C1, C2 y C7.
➢ Vertebra C1 (Atlas): hueso con forma de anillo arriñonado (reniforme), carece de Proceso Espinoso y
Cuerpo Vertebral; consiste en 2 Masas Laterales conectadas por los Arcos Anterior y Posterior. Sus Caras
Articulares Superiores reciben los Cóndilos Occipitales.
➢ Vértebra C2 (Axis): desde su cuerpo se proyecta un Diente (Proceso Odontoides) con forma de clavija.
➢ Vértebra Prominente (C7): así llamada debido a su largo Proceso Espinoso NO bífido. Sus Procesos
Transversos son grandes pero sus Forámenes Transversos son pequeños.
• Hueso Hioides (significa “con forma de letra épsilon”): móvil y con forma de U, situado en la parte anterior del
cuello a nivel de la vértebra C3, en el ángulo entre la mandíbula y el cartílago tiroides. Funcionalmente sirve
de inserción para los músculos anteriores del cuello y como apoyo para mantener la vía aérea abierta. Es
único entre los huesos ya que está aislado del resto del esqueleto (no se articula con ningún hueso) y
suspendido por MÚSCULOS que lo conectan a la mandíbula, procesos estiloides, cartílago tiroides, manubrio y
escápulas. Está suspendido de los Procesos Estiloides de los huesos temporales mediante Ligamentos
Estilohiodeos, y está adherido firmemente al Cartílago Tiroides.
Conformación: 1 Cuerpo y Cuernos Mayor y Menor.

➢ Cuerpo: en su porción media, orientado ANTERIORMENTE y tiene 2.5 cm de anchura y 1 cm de grosor.


Cada extremo del cuerpo está unido a un Cuernos (asta) Mayor.
✓ Cara Anterior: convexa, se proyecta ANTEROSUPERIORMENTE.
✓ Cara Posterior: cóncava, se proyecta POSTEROINFERIORMENTE.
➢ Cuerno Mayor: se proyecta POSTEROSUPERIORMENTE y LATERALMENTE al cuerpo.
En el joven, los cuernos mayores están unidos al cuerpo por fibrocartílago; en el anciano, por hueso.
➢ Cuerno Menor: pequeña proyección ósea procedente de la porcion superior del cuerpo del hioides cerca
de su unión al Cuerno Mayor. Se proyecta SUPEROPOSTERIORMENTE hacia el Proceso Estiloides; en
algunos adultos puede ser parcial o completamente cartilaginoso.

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.
Se conecta al cuerpo del hioides por Tejido Fibroso, y a veces al Cuerno Mayor por una Articulación
Sinovial.
• Puntos de Referencia Óseos y Cartilaginosos del Cuello: vértebras, procesos mastoides y estiloides, ángulos
de la mandíbula, hueso hioides, cartílago tiroides, clavículas y manubrio del esternón.

Fascia del Cuello: las estructuras del cuello están rodeadas por una capa de Tejido Subcutáneo (Fascia
Superficial) y compartimentadas por Laminas de la Fascia Cervical Profunda.
Los PLANOS FASCIALES determinan la dirección en que puede propagarse una infección en el cuello.

• Tejido Subcutáneo del Cuello (FASCIA CERVICAL SUPERFICIAL): lámina de Tejido Conectivo Adiposo situada
entre la Dermis Cutánea y la Lámina Superficial de la Fascia Cervical Profunda. Este tejido normalmente es
más delgado que en otras regiones, en especial anteriormente. Contiene nervios cutáneos, vasos sanguíneos
y linfáticos, nódulos linfáticos superficiales y cantidades variables de grasa. ANTEROLATERALMENTE contiene
el Platisma.
• Platisma (del griego plato plano): lámina muscular ancha y delgada localizada en el tejido subcutáneo del
cuello. Recubre la Cara Anterolateral del Cuello. Sus fibras se originan en la Fascia Profunda cubriendo las
porciones superiores de los músculos deltoides y pectoral mayor, y se extienden superomedialmente sobre la

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.
clavícula hasta el límite inferior de la mandíbula. Los límites anteriores de los 2 músculos se decusan sobre el
mentón y se fusionan con los músculos faciales.
INFERIORMENTE, las fibras divergen, dejando un hueco anterior a la laringe y la tráquea. En términos de
continuidad (integridad), existe una gran variación en esta capa muscular, que a menudo consiste en tiras
aisladas.
➢ Embriología: se desarrolla a partir de una capa continua de musculatura derivada del mesénquima del 2º
Arco Faríngeo del embrión.
➢ Inervación: por Ramos del Nervio Facial (NC VII), específicamente por su Ramo Cervical. Vena Yugular
Externa (VYE) desciende desde el ángulo de la mandíbula hasta la mitad de la clavícula, y los principales
nervios cutáneos del cuello son profundos al platisma.
➢ Algunas Acciones:
✓ Desde su Inserción Superior a la Mandíbula: tensa la piel, provocando arrugas cutáneas verticales y
liberando presión de las venas superficiales. Los hombres normalmente usan esta función del platisma
cuando se afeitan el cuello y cuando se aflojan una corbata ajustada.
✓ Desde su Inserción Inferior: ayuda a bajar la mandíbula y tira de las comisuras de la boca inferiormente,
como en una mueca.
✓ Músculo de Expresión Facial: sirve para expresar tensión o estrés.

• Fascia Cervical Profunda: consta de 3 Láminas Fasciales (Capas): SUPERFICIAL (de revestimiento),
PRETRAQUEAL y PREVERTEBRAL. Estas láminas sujetan vísceras cervicales (p. ej., la glándula tiroides),
músculos, vasos y nódulos linfáticos profundos. Estas tres láminas fasciales forman planos naturales de
separación, que permiten la separación de los tejidos durante cirugía y limitan la propagación de abscesos
(colecciones de pus) provocados por infecciones. Las láminas fasciales cervicales profundas también
proporcionan el deslizamiento que permite el movimiento y el desplazamiento sin dificultad de unas
estructuras del cuello sobre las otras, como por ejemplo en la deglución y en la rotación de la cabeza y el
cuello. La fascia se condensa en torno a las Arterias Carótidas Comunes, Venas Yugulares Internas (VYI) y los
Nervios Vagos, formando la Vaina Carotídea.
Lámina Superficial (de Revestimiento) de la Fascia Cervical Profunda: la más externa, rodea todo el cuello
en profundidad a la piel y el tejido subcutáneo. En las “4 esquinas” del cuello se separa en Hojas Superficial
y Profunda para incluir (rodear) los Músculos Esternocleidomastoideo y Trapecio. Estos músculos derivan de
la misma capa muscular embrionaria y están inervados por el mismo Nervio (NC XI). Básicamente tienen

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.
inserciones continuas en la Base del Cráneo SUPERIORMENTE y en la Espina y el Acromion de la Escápula y
la Clavícula INFERIORMENTE.
Superiormente, la Lámina se une a: Líneas Nucales Superiores del hueso occipital, Procesos Mastoides de
los huesos temporales, Arcos Cigomáticos, Borde Inferior de la Mandíbula, Hueso Hioides y Procesos
Espinosos de las vértebras cervicales.
- Justo por debajo de su inserción en la mandíbula, la lámina superficial se divide para envolver la glándula
submandibular.
- En la zona posterior a la mandíbula se separa para formar la cápsula fibrosa de la glándula parótida.
El Ligamento Estilomandibular es un engrosamiento de esta lámina fascial.
Inferiormente, la lámina se inserta en el manubrio del esternón, las clavículas, los
acromion(es) y las espinas de las escápulas. La lámina superficial de la fascia cervical profunda se continúa
posteriormente con el periostio que cubre el proceso espinoso de C7 y con el ligamento nucal, una
membrana triangular que forma un tabique fibroso intermedio entre los músculos de los dos lados del
cuello.
Inferiormente entre las cabezas esternales de los esternocleidomastoideos e inmediatamente superior al
manubrio, la lámina superficial sigue dividida en 2 hojas que rodean al esternocleidomastoideo: una hoja se
une a la cara anterior y la otra a la posterior del manubrio.
o Espacio Supraesternal: situado entre estas hojas. Rodea los extremos inferiores de las venas yugulares
anteriores, el arco venoso yugular, grasa y unos pocos nódulos linfáticos profundos.
Lámina Pretraqueal de la Fascia Cervical Profunda: delgada y limitada a la porcion anterior del cuello. Se
extiende inferiormente desde el hioides hacia el interior del tórax, donde se fusiona con el pericardio
fibroso que cubre el corazón.
➢ Porción Muscular: delgada, rodea los Músculos Infrahioideos.
➢ Porción Visceral: envuelve la Glándula Tiroides, la Tráquea, el Esófago, y se continúa posterior y
superiormente con la Fascia Bucofaríngea de la faringe.
La Lámina Pretraqueal se fusiona lateralmente con las Vainas Carotídeas.
Por encima del hioides, un engrosamiento de la fascia pretraqueal forma una polea o tróclea a través de la
cual pasa el tendón intermedio del músculo digástrico, suspendiendo el hioides. Envolviendo el borde
lateral del tendón intermedio del omohioideo, la lámina pretraqueal también une el músculo omohioideo
de dos vientres, redirigiendo el trayecto del músculo entre los vientres.
Lámina Prevertebral de la Fascia Cervical Profunda: forma una vaina tubular para la columna vertebral y los
músculos asociados con ella, como el largo del cuello y el largo de la cabeza ANTERIORMENTE, los escalenos
LATERALMENTE y los músculos profundos del cuello POSTERIORMENTE. La lámina prevertebral está fijada
superiormente a la base del cráneo. Inferiormente, se mezcla de forma periférica con la Fascia Endotorácica
y se fusiona centralmente con el ligamento longitudinal anterior del cuello hasta aproximadamente la
vértebra T3. La lámina prevertebral se extiende lateralmente como vaina axilar, que rodea los vasos axilares
y el plexo braquial. Las porciones cervicales de los troncos simpáticos están rodeadas por la lámina
prevertebral de la fascia cervical profunda. El Nervio Accesorio (NC XI) es el único nervio motor superficial a esta fascia.
Vaina Carotídea: recubrimiento tubular fascial, se extiende desde la Base del Cráneo hasta la Raíz del
Cuello. Se fusiona ANTERIORMENTE con las Láminas Superficial y Pretraqueal de la Fascia, y
POSTERIORMENTE con la Lámina Prevertebral de la Fascia. La vaina contiene:
- Arterias Carótidas Común e Interna.
- Vena Yugular Interna (VYI).
- Nervio Vago (X).
- Algunos Nódulos Linfáticos Cervicales Profundos.

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- Nervio del Seno Carotídeo.
- Fibras Nerviosas Simpáticas (Plexos Periarteriales Carotídeos).

Espacio Retrofaríngeo: es el mayor y más importante espacio interfascial del cuello. El espacio retrofaríngeo
permite el movimiento de la faringe, el esófago, la laringe y la tráquea respecto a la columna vertebral
durante la deglución. Este espacio está cerrado superiormente por la base del cráneo y a cada lado por la
vaina carotídea. Inferiormente se abre dentro del mediastino superior.
Es un espacio virtual formado por tejido conectivo laxo entre la Porción Visceral de la Lámina Prevertebral y
la Fascia Bucofaríngea.
➢ Fascia Bucofaríngea: rodea superficialmente la faringe. Inferiormente, se continúa con la Lámina
Pretraqueal de la Fascia.
➢ Fascia Alar: forma otra subdivisión del espacio retrofaríngeo. Es delgada, se inserta a lo largo de la línea
media de la fascia bucofaríngea desde el cráneo hasta el nivel de la vértebra C7. Desde esta inserción, se
extiende lateralmente y termina en la vaina carotídea.

Estructuras Superficiales del Cuello: Regiones Cervicales: entre el cráneo (la mandíbula anteriormente y el hueso
occipital posteriormente) y las clavículas, el cuello se divide en 4 Regiones principales de acuerdo a los bordes
normales visibles y/o palpables de los músculos grandes y relativamente superficiales: esternocleidomastoideos y
trapecio, que se encuentran en el interior de la Lámina más externa (superficial) de la Fascia Cervical Profunda.

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1) Región Esternocleidomastoidea:

• Músculos Esternocleidomastoideo (ECM): músculo ancho con forma de cinta de 2 cabezas (cabeza esternal y
cabeza clavicular). Es un punto de referencia muscular clave del cuello, constituye la Región
Esternocleidomastoidea. Divide visiblemente cada lado del cuello en Regiones Cervical Anterior y Lateral
(Triángulos Cervicales Anterior y Posterior). El tendón redondeado de la cabeza esternal se inserta en el
manubrio, y la cabeza clavicular lo hace en la ☺ superior del tercio medial de la clavícula.
Fosa Supraclavicular Menor: espacio visible superficialmente como una pequeña depresión triangular que
separa inferiormente las 2 cabezas del ECM.
La Lámina Superficial de la Fascia Cervical Profunda se separa para formar una vaina para el ECM. Los ECM
mueven Articulaciones Craneovertebrales, Intervertebrales Cervicales o ambas. Sus inserciones craneales se
sitúan posteriores al eje de las Articulaciones Atlanto-Occipitales. Los ECM también actúan como músculos
respiratorios accesorios, ayudando en la generación del movimiento de “palanca de bomba de agua” de la
pared torácica.

2) Región Cervical Posterior: es la región posterior a los bordes anteriores del trapecio.

• Región Suboccipital: profunda a la porcion superior de la Región Cervical Posterior.


• Trapecio: músculo triangular ancho y plano que cubre la ☺ posterolateral del cuello y tórax. Une la cintura
escapular al cráneo y la columna vertebral, y colabora en su suspensión.
El trapecio es un MÚSCULO: superficial del dorso, axioapendicular posterior que actúa sobre la cintura
escapular, y cervical, que puede producir movimientos del cráneo.
La piel de la región cervical posterior está inervada de forma segmentaria por Ramos Posteriores de los
Nervios Espinales Cervicales que atraviesan, pero NO inervan, el trapecio.

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3) Región Cervical Lateral (TRIÁNGULO POSTERIOR): se enrolla en torno a la ☺ lateral del cuello a modo de espiral.
Está cubierta por la piel y el tejido subcutáneo que contiene el Platisma.

Está limitada:
- Anteriormente: por el Borde Posterior del ECM.
- Posteriormente: por el Borde Anterior del Trapecio.
- Inferiormente: por el tercio medio de la Clavícula, entre el Trapecio y el ECM.
- Por un Vértice, donde se unen el ECM y el Trapecio, sobre la Línea Nucal Superior del Hueso Occipital.
- Por un Techo, formado por la Lámina Superficial de la Fascia Cervical Profunda.
- Por un Suelo, formado por los músculos cubiertos por la Lámina Prevertebral.
• Músculos de la Región Cervical Lateral: el suelo de la región cervical lateral está formado generalmente por la fascia
prevertebral que recubre 4 músculos: esplenio de la cabeza, elevador de la escápula, escaleno medio y escaleno
posterior. En ocasiones, la porción inferior del escaleno anterior aparece en el ángulo inferomedial de la región cervical
lateral, donde habitualmente está oculta por el ECM. Una división ocasional del escaleno anterior, el escaleno mínimo,
pasa posterior a la arteria subclavia para insertarse en la 1ª costilla.
Para una localización más precisa de las estructuras, la región cervical lateral está dividida por el vientre inferior del
músculo omohioideo en un gran Triángulo Occipital, SUPERIORMENTE, y un pequeño Triángulo Omoclavicular,
INFERIORMENTE.
Triángulo Occipital: se denomina así porque la Arteria Occipital aparece en su vértice. El nervio más importante que
cruza el triángulo occipital es el nervio accesorio (NC XI).
Triángulo Omoclavicular (subclavio): está marcado en la ☺ lateral del cuello por la fosa supraclavicular. La porción
inferior de la VYE cruza este triángulo superficialmente; la Arteria Subclavia se encuentra en su profundidad. Estos
vasos están separados por la lámina superficial de la fascia cervical profunda. Dado que la tercera porción de la arteria
subclavia se localiza en esta región, el triángulo omoclavicular se conoce como triángulo subclavio.

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• Arterias de la Región Cervical Lateral: son las Ramas del Tronco Tirocervical, Parte de la Arteria Occipital y la
Tercera Porción de la Arteria Subclavia.

Tronco Tirocervical:
➢ Origen: arteria subclavia.
➢ Ramas: habitualmente da lugar a la Arteria Supraescapular y a la Arteria Cervical Transversa (tronco
cervicodorsal) desde sus caras laterales; Las ramas terminales del tronco tirocervical son la ARTERIA
CERVICAL ASCENDENTE y la TIROIDEA INFERIOR.
✓ Arteria Supraescapular: cruza inferolateralmente el músculo escaleno anterior y el nervio frénico.
Después cruza la tercera porción de la arteria subclavia y los fascículos del plexo braquial, y pasa
posterior a la clavícula para irrigar los músculos de la cara posterior de la escápula. De forma alternativa,
puede originarse directamente de la tercera porción de la arteria subclavia.

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✓ Arteria Cervical Transversa (Tronco Cervicodorsal): también se origina lateralmente, se bifurca de nuevo
en la Arteria Cervical Superficial (rama superficial de la arteria cervical transversa) y en la Arteria Dorsal
de la Escápula (rama profunda de la arteria cervical transversa).
Estas ramas (Supraescapular y Cervical Transversa) discurren superficial y lateralmente cruzando el nervio
frénico y el músculo escaleno anterior, 2-3 cm superior a la clavícula. Luego cruzan o pasan a través de los
troncos del plexo braquial, dando ramas para sus vasa nervorum (vasos sanguíneos de los nervios).
o Arteria Cervical Superficial: pasa profunda (anterior) al Trapecio acompañando al Nervio Accesorio (NC
XI).
o Arteria Dorsal de la Escápula: puede originarse de manera independiente, directamente de la tercera
(o con menor frecuencia la segunda) porción de la Arteria Subclavia.
Cuando es una rama de la subclavia, pasa lateralmente a través de los troncos del plexo braquial,
anterior al escaleno medio. Independientemente de su origen, su porción distal corre profunda a los
músculos: elevador de la escápula y romboides, irrigando ambos y participando en la anastomosis
arterial que rodea la escápula.
Eso quiere decir entonces que la Arteria Dorsal de la Escápula puede originarse tanto de la Segunda o
Tercera Porción de la Arteria Subclavia como de la Arteria Cervical Transversa.

Arteria Occipital:
➢ Origen: arteria carótida externa.
➢ Recorrido y Distribución: entra en la región cervical lateral al nivel de su vértice y asciende por la cabeza
para irrigar la mitad posterior de la piel cabelluda.
Arteria Subclavia: irriga el miembro superior.
➢ Origen: subclavia derecha (TRONCO BRAQUIOCEFÁLICO), subclavia izquierda (ARCO DE LA AORTA)
➢ Porciones: subclavia derecha (3 porciones), subclavia izquierda (4 porciones).
➢ Recorrido: está en contacto con la 1ª costilla cuando pasa POSTERIOR al músculo escaleno anterior; en
consecuencia, la compresión de la arteria subclavia contra la costilla puede controlar una hemorragia en el
miembro superior.
➢ Tercera Porción: se inicia aproximadamente a un través de dedo de ella (subclavia), al otro lado del borde
lateral del músculo escaleno anterior. Se encuentra oculta en la porción inferior de la región cervical
lateral, posterosuperior a la vena subclavia. La Tercera Porción es la porción más larga y más superficial,
descansa sobre la 1ª costilla y sus pulsaciones pueden palparse haciendo una presión profunda en el
triángulo omoclavicular.
El Tronco Inferior del Plexo Braquial se sitúa directamente posterior a la tercera porción de la arteria. Las
ramas que se originan ocasionalmente de la tercera porción (arteria supraescapular, arteria dorsal de la
escápula) son formas aberrantes de patrones más típicos en los cuales nacen de cualquier localización (del
tronco tirocervical a través de un tronco cervicodorsal en particular).

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• Venas de la Región Cervical Lateral:


Vena Yugular Externa: empieza cerca del ángulo de la mandíbula (justo inferior a la oreja) mediante la
unión de la división posterior de la vena retromandibular con la vena auricular posterior. La VYE cruza
oblicuamente el ECM, profunda al platisma, y entra en la porción anteroinferior de la región cervical lateral.
Luego perfora la lámina superficial de la fascia cervical profunda (techo de esta región) al nivel del borde
posterior del ECM. Desciende hacia la porción inferior de la región cervical lateral y termina en la Vena
Subclavia.
Drena la mayoría de la piel cabelluda y el lado de la cara. Inmediatamente por encima de la clavícula, la VYE
reciba las Venas Cervicales Transversas (Cervicodorsales), Supraescapulares y Yugular Anterior.
Vena Subclavia: el principal conducto venoso de drenaje del miembro superior, se curva a través de la
porción inferior de la región cervical lateral. Pasa anterior al músculo escaleno anterior y al nervio frénico, y
se une en el borde medial del músculo con la VYI para formar la Vena Braquiocefálica, posterior a la
extremidad esternal de la clavícula.

• Nervios de la Región Cervical Lateral:


Nervio Accesorio (NC XI): discurre profundo al ECM y lo inerva antes de entrar a la Región Cervical Lateral al
mismo nivel que la unión de los tercios superior y medio del borde posterior del ECM, o bien inferior a ella.
Pasa posteroinferiormente, en el interior de la fascia superficial de la fascia cervical profunda o profundo a
ella, hasta alcanzar el elevador de la escápula, del cual está separado por la lámina prevertebral de la fascia.
Luego, el NC XI desaparece profundo al borde anterior del trapecio, al nivel de la unión de sus dos tercios
superiores con su tercio inferior.
Raíces del Plexo Braquial (ramos anteriores de C5-C8 y T1): aparecen entre los músculos escalenos anterior
y medio. Los 5 ramos se unen para formar los 3 troncos del plexo braquial, que descienden
inferolateralmente a través de la región cervical lateral.
Nervio Supraescapular: se origina del tronco superior del plexo braquial (NO del plexo cervical), discurre
lateralmente a través de la región cervical lateral para inervar los músculos supraespinoso e infraespinoso
en la cara posterior de la escápula. También proporciona ramos articulares a la articulación del hombro.
Ramos Anteriores de C1-C4: forman las raíces del plexo cervical.
Plexo Cervical: está constituido por una serie irregular de Asas Nerviosas (primarias), y los Ramos se
originan en las asas. Cada ramo participante, excepto el primero, se divide en Ramos Ascendentes y

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Descendentes que se unen con los Ramos del Nervio Espinal adyacente para formar las asas. El plexo
cervical se sitúa anteromedial a los músculos elevador de la escápula y escaleno medio, y profundo al ECM.
➢ Los Ramos Superficiales del plexo: que en su inicio discurren posteriormente, son ramos cutáneos
(sensitivos).
➢ Los Ramos Profundos: que pasan anteromedialmente, son ramos motores e incluyen las raíces del nervio
frénico (para el diafragma) y el asa cervical.
La Raíz Superior del Asa Cervical que transporta fibras de los nervios espinales C1 y C2: se une brevemente
y luego desciende desde el nervio hipogloso (NC XII) en su trayecto por la región cervical lateral.
La Raíz Inferior del Asa Cervical: se origina de un asa entre los nervios C2 y C3.
Las raíces superior e inferior del asa cervical se unen, formando un asa secundaria, el asa cervical,
constituida por fibras de los nervios espinales C1-C3, que se ramifican del asa secundaria para inervar los
músculos infrahioideos, incluyendo el omohioideo, el esternotiroideo y el esternohioideo. El cuarto músculo
infrahioideo, el tirohioideo, recibe fibras de C1, que descienden de forma independiente desde el nervio
hipogloso, distal a la raíz superior del asa cervical (nervio tirohioideo).
Ramos Cutáneos del Plexo Cervical: emergen alrededor de la mitad del borde posterior del ECM, a menudo
denominado punto nervioso del cuello, e inervan la piel del cuello, la pared torácica superolateral y la piel
cabelluda entre la oreja y la protuberancia occipital externa. Cerca de su origen, las raíces del plexo cervical
reciben ramos comunicantes grises, la mayoría de los cuales descienden desde el gran ganglio cervical
superior, en la porción superior del cuello.
Ramos del Plexo Cervical que se originan del asa nerviosa entre los ramos anteriores de C2 y C3 son:
➢ El nervio occipital menor (C2), que inerva la piel del cuello y la piel cabelluda posterosuperior a la oreja.
➢ El nervio auricular mayor (C2 y C3), que asciende verticalmente a través del ECM oblicuo al polo inferior
de la glándula parótida, donde se divide e inerva la piel que cubre —y la vaina que rodea—la glándula, el
proceso mastoides y ambas caras de la oreja y un área de piel que se extiende desde el ángulo de la
mandíbula hasta el proceso mastoides.
➢ El nervio transverso del cuello (C2 y C3), que inerva la piel que cubre la región cervical anterior. Se dividen
en Ramos Superiores e Inferiores.
Ramos del Plexo Cervical que se originan del asa formada por los ramos anteriores de C3 y C4 son:
➢ Nervios supraclaviculares (C3 y C4), que emergen como un tronco común por debajo del ECM, enviando
pequeños ramos a la piel del cuello que cruzan la clavícula e inervan la piel que recubre el hombro.
Además del asa cervical y los nervios frénicos, que se originan de las asas del plexo, los Ramos Motores
Profundos del Plexo Cervical incluyen ramos que se originan de las raíces que inervan los romboides (nervio
dorsal de la escápula; C4 y C5), el serrato anterior (nervio torácico largo; C5-C7) y los músculos
prevertebrales próximos.

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Nervios Frénicos: se originan principalmente en el nervio C4, aunque reciben contribuciones de los nervios
C3 y C5. Los nervios frénicos contienen fibras nerviosas motoras, sensitivas y simpáticas. Estos nervios
proporcionan la única inervación motora para el diafragma, y también la sensibilidad para su porción
central. En el tórax, cada nervio frénico inerva la pleura mediastínica y el pericardio. En el cuello, reciben
fibras comunicantes variables de los ganglios simpáticos cervicales o de sus ramos; cada nervio frénico se
forma cerca de la porción superior del borde lateral del músculo escaleno anterior, a nivel del borde
superior del cartílago tiroides.
En el lado izquierdo, el nervio frénico cruza anterior a la primera porción de la arteria subclavia; en el lado
derecho, se sitúa anterior al músculo escaleno anterior y cruza anterior a la segunda porción de la arteria
subclavia. En ambos lados, el nervio frénico discurre posterior a la vena subclavia y anterior a la arteria
torácica interna cuando entra en el tórax.
• Nódulos Linfáticos de la Región Cervical Lateral:

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Nódulos Linfáticos Cervicales Superficiales: se sitúan a lo largo de la VYE por encima del ECM, en ellos entra
la linfa de los tejidos superficiales de la región cervical lateral.
Nódulos Linfáticos Cervicales Profundos: forman una cadena a lo largo del trayecto de la VYI que está
contenida en la fascia de la vaina carotidea. En ellos drenan los vasos eferentes procedentes de los nódulos
linfáticos cervicales superficiales.

4) Región Cervical Anterior (TRIÁNGULO ANTERIOR): está subdividida en 4 Triángulos más pequeños por los
Músculos Digástrico y Omohioideo: 1 triángulo impar SUBMENTONIANO, y 3 pequeños triángulos pares
(SUBMANDIBULAR, CAROTÍDEO y MUSCULAR).

La región cervical anterior posee:


* Límite Anterior: formado por la línea media del cuello.
* Límite Posterior: formado por el borde anterior del ECM.
* Límite Superior: formado por el borde inferior de la mandíbula.

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* Un vértice: localizado en la incisura yugular en el manubrio del esternón.
* Un techo: formado por el tejido subcutáneo que contiene el platisma.
* Un suelo: formado por la faringe, laringe y glándula tiroides.
1. Triángulo Submentoniano: inferior al mentón, es un área suprahioidea limitada INFERIORMENTE por el
cuerpo del hioides y LATERALMENTE por los vientres anteriores de los músculos digástricos derecho e
izquierdo.
Suelo: formado por los 2 músculos milohioideos, que se unen en un Rafe Fibroso medio.
Vértice: ubicado en la Sínfisis Mandibular, el punto de unión de las 2 mitades de la mandíbula durante la
lactancia.
Base: formada por el hioides.
Este triángulo contiene varios pequeños nódulos linfáticos submentonianos y pequeñas vénulas que se unen
para formar la Vena Yugular Anterior.
2. Triángulo Submandibular: área glandular entre el borde inferior de la mandíbula y los vientres anterior y
posterior del músculo digástrico.
Suelo: formado por los músculos milohioideo e hiogloso, y por el constrictor medio de la faringe.
Glándula Submandibular: ocupa casi todo el triángulo submandibular.
Nódulos Linfáticos Submandibulares: ubicados a cada lado de la glándula submandibular y a lo largo del
borde inferior de la mandíbula.
Nervio Hipogloso (NC XII): proporciona inervación motora a los músculos intrínsecos y extrínsecos de la
lengua. Pasa por el triángulo submandibular, al igual que el nervio milohioideo (un ramo del NC V3, que
también inerva el vientre anterior del músculo digástrico), porciones de la arteria y vena faciales y la arteria
submentoniana (rama de la arteria facial).
3. Triángulo Carotídeo: área vascular limitada por el vientre superior del omohioideo, el vientre posterior del
digástrico y el borde anterior del ECM. Este triángulo es importante porque la arteria carótida común
asciende por él. Su pulso puede auscultarse o palparse comprimiéndola ligeramente contra los procesos
transversos de las vértebras cervicales. Los músculos (vientre posterior del digástrico y omohioideo) indican
los límites superior e inferior del triángulo carotídeo.
A nivel del borde superior del cartílago tiroides, la arteria carótida común se divide en las Arterias Carótidas
Interna y Externa. Dentro del triángulo carotídeo se localizan:
Seno Carotídeo: pequeña dilatación de la porción proximal de la arteria carótida interna, que puede incluir
la arteria carótida común. Es un barorreceptor (receptor de presión) que reacciona a los cambios de la
presión arterial. Está inervado principalmente por el nervio glosofaríngeo (NC IX) a través del nervio del
seno carotídeo, así como por el nervio vago (NC X).
Glomus Carotídeo: masa pequeña de tejido de forma ovoide y color marrón rojizo en vivo, que se sitúa en el
lado medial (profundo) de la bifurcación de la arteria carótida común, en íntima relación con el seno
carotídeo. Es un quimiorreceptor que controla la concentración de oxígeno en la sangre. Es INERVADO
principalmente por el Nervio del Seno Carotídeo (NC IX) y por el NC X.
Las estructuras vasculonerviosas del triángulo carotídeo están rodeadas por la vaina carotídea: las arterias
carótidas MEDIALMENTE, la vena yugular interna LATERALMENTE y el nervio vago POSTERIORMENTE.
Superiormente, la carótida común es sustituida por la arteria carótida interna. El asa cervical normalmente se
sitúa sobre (o está rodeada por) la cara anterolateral de la vaina.
Muchos nódulos linfáticos cervicales profundos se sitúan a lo largo de la vaina carotídea y la VYI.
4. Triángulo Muscular: está limitado por el vientre superior del músculo omohioideo, el borde anterior del ECM
y el plano medio del cuello músculos y vísceras (p. ej., las glándulas tiroides y paratiroides) infrahioideos.

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• Músculos de la Región Cervical Anterior: en la porción anterolateral del cuello, el hioides proporciona
inserciones para los músculos suprahioideos, superiormente, y para los músculos infrahioideos,
inferiormente. Estos músculos hioideos fijan o mueven el hioides y la laringe.

Músculos Suprahioideos: se localizan superiores al hueso hioides y lo conectan al cráneo. incluyen los
músculos milohioideo, genihioideo, estilohioideo y digástrico. Como grupo, estos músculos constituyen la
masa muscular del suelo de la boca y sostienen el hueso hioides, con lo que proporcionan una base para las
funciones de la lengua y elevan el hueso hioides y la laringe para la deglución y la producción del tono de
voz.
➢ Cada músculo digástrico: tiene dos vientres unidos por un tendón intermedio, que desciende hacia el
hueso hioides. Un asa fibrosa derivada de la lámina pretraqueal de la fascia cervical profunda permite al
tendón deslizarse anterior y posteriormente, ya que lo conecta al cuerpo y al cuerno mayor del hueso
hioides. La diferente inervación de los vientres anterior y posterior de los músculos digástricos es
consecuencia de su diferente origen embrionario a partir del 1º y el 2º arcos faríngeos, respectivamente.
El NC V inerva a los derivados del 1er Arco y el NC VII inerva los del 2do Arco.

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.
Músculos Infrahioideos: frecuentemente denominados músculos acintados debido a su apariencia de cinta,
se encuentran inferiores al hioides. Estos 4 músculos fijan el hueso hioides, el esternón, la clavícula y la
escápula, y descienden el hueso hioides y la laringe durante la deglución y el habla. También actúan con los
músculos suprahioideos para estabilizar el hueso hioides, proporcionando una base firme a la lengua.
El grupo de músculos infrahioideos se dispone en dos planos: un plano superficial, constituido por el
esternohioideo y el omohioideo, y un plano profundo, compuesto por el esternotiroideo y el tirohioideo.
Al igual que el digástrico, el omohioideo posee dos vientres (superior e inferior) unidos por un tendón
intermedio. La banda fascial para el tendón intermedio conecta con la clavícula.
➢ Esternotiroideo: es más ancho que el esternohioideo, bajo el que se encuentra.
Cubre el lóbulo lateral de la glándula tiroides. Su inserción en la línea oblicua de la lámina del cartílago
tiroides, inmediatamente superior a la glándula, limita la expansión superior del tiroides hipertrofiado.
➢ Tirohioideo: parece ser la continuación del músculo esternotiroideo, que discurre superiormente desde la
línea oblicua del cartílago tiroides hasta el hioides.

• Arterias de la Región Cervical Anterior: la región cervical anterior contiene el sistema arterial carotídeo,
compuesto por la arteria carótida común y sus ramas terminales, las arterias carótidas interna y externa.
También contiene la VYI y sus tributarias, y las venas yugulares anteriores.

La Arteria Carótida Común y una de sus ramas terminales, la Arteria Carótida Externa, son los principales
vasos arteriales del triángulo carotídeo.
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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.
➢ Arteria Carótida Común DERECHA: empieza en la bifurcación del tronco braquiocefálico. La arteria
subclavia derecha es la otra rama de este tronco.
➢ Arteria Carótida Común IZQUIERDA: desde el arco de la aorta, asciende por el cuello. Por ello, esta arteria
tiene un trayecto de unos 2 cm por el mediastino superior antes de entrar en el cuello.
En el triángulo carotídeo también se originan ramas de la carótida externa (p. ej., la arteria tiroidea
superior). Cada arteria carótida común asciende dentro de la vaina carotídea junto con la VYI y el nervio
vago, hasta el nivel del borde superior del cartílago tiroides. Ahí, cada arteria carótida común se divide
finalmente en las Arterias Carótidas Interna y Externa.
➢ Arteria Carótida Interna: no tiene ramas en el cuello.
Las arterias carótidas internas son la continuación directa de las arterias carótidas comunes por encima del
origen de la arteria carótida externa, a la altura del límite superior del cartílago tiroides. La porción
proximal de cada arteria carótida interna es donde se localiza el seno carotídeo.
Las arterias carótidas internas entran en el cráneo a través de los conductos carotídeos de las porciones
petrosas de los huesos temporales, y se convierten en las principales arterias del encéfalo y de las
estructuras de las órbitas. A nivel del cuello NO se desprende ninguna rama con nombre de las arterias
carótidas internas.
➢ Arteria carótida externa tiene varias ramas.
El glomus (cuerpo) carotídeo se localiza en la hendidura entre las arterias carótidas interna y externa.
Las arterias carótidas externas irrigan la mayoría de las estructuras externas al cráneo; la órbita y parte de
la frente, y la piel cabelluda, irrigadas por la arteria supraorbitaria, son las excepciones más notables.
Presenta, además, una cierta distribución profunda (p. ej., la arteria meníngea media). Cada arteria
carótida externa discurre posterosuperiormente por la región entre el cuello de la mandíbula y el lóbulo
de la oreja, donde está rodeada por la glándula parótida y termina por dividirse en dos ramas: la arteria
maxilar y la arteria temporal superficial. Antes de estas ramas terminales, 6 arterias se originan de la
arteria carótida externa:
1. Arteria Faríngea Ascendente: se origina como la primera o segunda rama de la arteria carótida externa y
es su única rama medial. Asciende sobre la faringe, profunda (medial) a la arteria carótida interna, y
proporciona ramas a la faringe, los músculos prevertebrales, el oído medio y las meninges craneales.
2. Arteria Occipital: se origina en la ☺ posterior de la arteria carótida externa, superior al origen de la
arteria facial. Pasa posteriormente, inmediatamente medial y paralela a la inserción del vientre posterior
del músculo digástrico en el surco occipital del hueso temporal, y termina dividiéndose en múltiples
ramas en la porción posterior de la piel cabelluda. A lo largo de su recorrido pasa superficial a la arteria
carótida interna y a los NC IX a XI.
3. Arteria Auricular Posterior: pequeña rama posterior de la arteria carótida externa, que normalmente es
la última rama preterminal. Asciende posteriormente entre el meato acústico externo y el proceso
mastoides para irrigar los músculos adyacentes, la glándula parótida, el nervio facial y las estructuras del
hueso temporal, la oreja y la piel cabelluda.
4. Arteria Tiroidea Superior: la más inferior de las tres ramas anteriores de la arteria carótida externa, que
discurre anteroinferiormente profunda a los músculos infrahioideos hasta alcanzar la glándula tiroides.
Además de irrigar esta glándula, proporciona ramas para los músculos infrahioideos y el ECM, y da origen
a la arteria laríngea superior, que irriga la laringe.
5. Arteria Lingual: se origina en la ☺ anterior de la arteria carótida externa, donde se sitúa sobre el músculo
constrictor medio de la faringe. Se arquea superoanteriormente y pasa profunda al nervio hipogloso (NC
XII), al músculo estilohioideo y al vientre posterior del músculo digástrico. Desaparece profunda al
músculo hiogloso, proporcionando ramas para la porción posterior de la lengua. A continuación gira

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.
superiormente al nivel del borde anterior de este músculo y se bifurca en las arterias: lingual profunda y
sublingual.
6. Arteria Facial: se origina anteriormente en la arteria carótida externa, ya sea junto con la arteria lingual o
inmediata-mente superior a ella. Después de dar lugar a la arteria palatina ascendente y a una arteria
tonsilar, la arteria facial pasa superiormente bajo los músculos digástrico y estilohioideo y el ángulo de la
mandíbula. Se curva anteriormente y entra por un surco profundo en la glándula submandibular, a la que
irriga. Luego da origen a la arteria submentoniana para el suelo de la boca y se curva alrededor de la
porción media del borde inferior de la mandíbula para entrar en la cara.

Regla mnemotécnica para las seis ramas de la arteria carótida: 1-2-3 —una rama se origina medialmente
(faríngea ascendente), dos ramas se originan posteriormente (occipital y auricular posterior), y tres ramas se
originan anteriormente (tiroidea superior, lingual y facial).

• Venas de la Región Cervical Anterior: la mayoría de las venas de la región cervical anterior son tributarias de
la VYI, normalmente la vena más grande del cuello. La VYI drena sangre del encéfalo, la parte anterior de la
cara, las vísceras cervicales y los músculos profundos del cuello. Empieza en el foramen yugular en la fosa
craneal posterior como continuación directa del seno sigmoideo.
Bulbo Superior de la Vena Yugular Interna: desde esta dilatación ubicada en el origen de la VYI, la vena
desciende en la vaina carotídea, acompañando a la arteria carótida interna, superior a la bifurcación
carotídea, y la arteria carótida común y el NC X inferiormente.
La vena se sitúa lateral dentro de la vaina, con el nervio localizado posteriormente. El tronco simpático
cervical se sitúa posterior a la vaina carotídea. Aunque se encuentra en estrecha relación con ella, el tronco
no está dentro de la vaina carotídea; por el contrario, está rodeado por la lámina prevertebral de la fascia
cervical profunda.
La VYI abandona la región cervical anterior pasando profunda al ECM. El extremo inferior de la vena pasa
profundo al espacio entre las cabezas esternal y clavicular de este músculo. Posterior a la extremidad esternal
de la clavícula, la VYI se une con la vena subclavia para formar la vena braquiocefálica.
El extremo inferior de la VYI también se dilata para formar el Bulbo inferior de la vena Yugular Interna. Este
bulbo tiene una válvula bicúspide que permite que la sangre fluya hacia el corazón e impide su retorno hacia
la vena, lo cual puede ocurrir si se invierte (p. ej., haciendo el pino o cuando se aumenta la presión
intratorácica).
Tributarias de la VYI: el seno petroso inferior y las venas facial y lingual (habitualmente mediante un
tronco común), faríngeas y tiroideas superior y media.
➢ Seno Petroso Inferior: abandona el cráneo a través del foramen yugular y entra en el bulbo superior de la
VYI
➢ Vena Facial: puede recibir las venas tiroidea superior, lingual o sublingual. . La vena facial desemboca en
la VYI frente o inmediatamente inferior a la altura del hioides.
➢ Venas Linguales: forman una única vena desde la lengua, que desemboca en la VYI a la altura del origen
de la arteria lingual.
➢ Venas Faríngeas: se originan del plexo venoso de la pared faríngea y desembocan dentro de la VYI al nivel
del ángulo de la mandíbula.
➢ Venas Tiroideas Superior y Media: salen de la glándula tiroides y drenan en la VYI.
Vena Occipital: suele drenar en el plexo venoso suboccipital, drenado a su vez por la vena cervical profunda
y la vena vertebral, aunque también puede hacerlo en la VYI.

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Jorge Luis Raxón Cruz. Moore, 8va edición.

• Nervios de la Región Cervical Anterior: en esta región se localizan varios nervios, incluyendo ramos de los
nervios craneales.
Nervio Transverso del Cuello (C2 y C3): inerva la piel que cubre la región cervical anterior.
Nervio Hipogloso (NC XII): el nervio motor de la lengua, entra en el triángulo submandibular profundo al
vientre posterior del músculo digástrico para inervar los músculos intrínsecos y cuatro de los cinco músculos
extrínsecos de la lengua. El nervio pasa entre la carótida externa y los vasos yugulares, proporcionando la
raíz superior del asa cervical y luego un ramo para el músculo genihioideo. En ambos casos, el ramo
transporta sólo fibras del nervio espinal C1, que se unen en su porción proximal; en estos ramos NO se
transportan fibras del hipogloso.
Ramos de los nervios glosofaríngeo (NC IX) y vago (NC X): en los triángulos submandibular y carotídeo. El
NC IX está relacionado principalmente con la lengua y la faringe. En el cuello, el NC X da lugar a ramos
faríngeos, laríngeos y cardíacos.

Leer Anatomía de Superficie y ¿Raíz del Cuello?

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JORGE LUIS RAXÓN CRUZ
CUELLO MÚSCULOS DEL CUELLO


MÚSCULOS - Platisma

REGIONES
CUTÁNEOS Y - Esternocleidomastoideo

SUPERFICIALES - Trapecio

REGIÓN 

- Esternocleidomastoideo
ESTERNOCLEIDOMASTOIDEA

REGIÓN 

- Trapecio
CERVICAL POSTERIOR

REGIÓN 

CERVICAL LATERAL
(TRIÁNGULO POSTERIOR)
- Digástrico

MÚSCULOS - Estilohioideo

SUPRAHIOIDEOS - Milohioideo

REGIÓN 
MÚSCULOS - Genihioideo - Esternohioideo

Superficiales
CERVICAL ANTERIOR EXTRÍNSECOS DE LA - Homoioideo
(TRIÁNGULO ANTERIOR)
LARINGE

- Omohioideo

MÚSCULOS - Esternohioideo

INFRAHIOIDEOS - Esternotiroideo

- Tirohioideo

- Esternotiroideo 

Profundos
- Tirohioideo
TRIÁNGULO MUSCULAR - Esternotiroideo 

(OMOTRAQUEAL) - Esternohioideo

Jorge Luis 

Raxón Cruz
MÚSCULOS - Largo del Cuello

- Largo de la Cabeza

VERTEBRALES - Recto Anterior de la Cabeza

ANTERIORES - Escaleno Anterior

ESTRUCTURAS MÚSCULOS
PROFUNDAS PREVERTEBRALES
Jorge Luis 

- Recto Lateral de la Cabeza


Raxón Cruz
MÚSCULOS - Esplenio de la Cabeza

VERTEBRALES - Elevador de la Escápula

LATERALES - Escaleno Medio

- Escaleno Posterior

Mueven la Laringe Músculos Laríngeos


como un Todo Extrínsecos

VÍSCERAS DEL
CUELLO
CAPA RESPIRATORIA LARINGE
- Cricotiroideo

- Tiroaritenoideo (sus Fibras Superiores forman al Músculo Tiroepiglótico)

Mueven los - Cricoaritenoideo Posterior

Músculos Laríngeos
Componentes de la - Cricoaritenoideo Lateral

Intrínsecos
Laringe - Aritenoideo Transverso

- Aritenoideo Oblicuo (sus Fibras forman a los Músculos Aritenoepiglóticos)

- Vocal

- Cricoaritenoideos Laterales

Aductores - Aritenoideo Transverso

- Aritenoideo Oblicuo

Abductores - Cricoaritenoideos Posteriores

Jorge Luis 
- Cricoaritenoideos Laterales

Esfínteres - Aritenoideo Transverso

Raxón Cruz - Aritenoideo Oblicuo

Tensores - Cricotiroideos

- Tiroaritenoideos

Relajadores
- Vocal*

- Constrictor Superior de la Faringe

Capa Externa
- Constrictor Medio de la Faringe

(Circular)
- Constrictor Inferior de la Faringe (Músculo Cricofaríngeo y Músculo Tirofaríngeo)

CAPA ALIMENTARIA FARINGE

Capa Interna - Palatofaríngeo

(Músculos Internos - Salpingofaríngeo

Longitudinales) - Estilofaríngeo

Jorge Luis 

Raxón Cruz
Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.
Lab Estructuras Profundas del Cuello y Laringe págs. 1021-1041.
Estructuras Profundas del Cuello: son: los Músculos Prevertebrales situados posteriormente a las vísceras cervicales y
anterolaterales a la columna vertebral cervical, y las Vísceras que se extienden a través de la apertura torácica superior: en
la RAÍZ DEL CUELLO.
• Músculos Prevertebrales (Vertebrales Anteriores y Vertebrales Laterales): profundos a la lámina prevertebral de la
fascia cervical profunda.
Músculos Vertebrales Anteriores (4): constituidos por los músculos Largo del Cuello y Largo de la Cabeza, Recto
Anterior de la Cabeza y Escaleno Anterior, se sitúan directamente POSTERIORES al espacio retrofaríngeo y MEDIALES al
plano vasculonervioso de los plexos cervical y braquial y la arteria subclavia.
Músculos Vertebrales Laterales (5): constituidos por los músculos Recto Lateral de la Cabeza, Esplenio de la Cabeza,
Elevador de la Escápula y los Escalenos Medio y Posterior, se sitúan posteriores a este plano vasculonervioso (salvo el
recto lateral de la cabeza, ubicado a un nivel superior) y constituyen el suelo de la región cervical lateral.

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

Raíz del Cuello: zona de unión entre el tórax y el cuello. Es el lado cervical de la apertura superior del tórax. El
límite inferior de la raíz del cuello es la apertura superior del tórax.

Arterias de la Raíz del Cuello:


• TRONCO BRAQUIOCEFÁLICO (TB): es la RAMA MÁS GRANDE DEL ARCO DE LA AORTA.
Origen: en la línea media desde el comienzo del arco de la aorta, posterior al manubrio.
Recorrido y División: está cubierto anteriormente por los músculos esternohioideo y esternotiroideo
derechos. Pasa superolateralmente hacia la derecha, donde se divide posterior a la articulación
esternoclavicular en las Arterias Carótida Común (C) Derecha y Subclavia Derecha (ASB). El TB
normalmente NO tiene ramas preterminales.
• ARTERIAS SUBCLAVIAS: irrigan los miembros superiores; además, envían ramas al cuello y al encéfalo.
Origen y Recorrido: aunque las arterias subclavias de ambos lados (derecha e izquierda) tienen orígenes
diferentes, sus trayectos en el cuello se inician posteriormente a sus respectivas articulaciones
esternoclaviculares cuando ascienden a través de la apertura superior del tórax y entran en la raíz del
cuello.
➢ Arteria Subclavia Derecha (ASD): se origina en el tronco braquiocefálico.
➢ Arteria Subclavia Izquierda (ASI): se origina en el arco de la aorta, aproximadamente 1 cm distal a la
arteria carótida común izquierda. El Nervio Vago izquierdo discurre paralelo a la primera porción de la
arteria.
Las subclavias se arquean superolateralmente, alcanzando su punto más alto cuando pasan
posteriormente a los Músculos Escalenos Anteriores (músculo respecto al cual se describen sus 3
porciones). A medida que empiezan a descender, desaparecen por detrás de la parte central de las
clavículas. Cuando cruzan el borde externo de las primeras costillas, sus nombres cambian y se convierten
Arterias Axilares.
Porciones (3): la 1ra Porción, medial al Músculo Escaleno Anterior; la 2da, posterior a él; y la 3ra, lateral a
él. Las Pleuras Cervicales, los vértices de los pulmones y los troncos simpáticos se sitúan posteriores a la
1ra porción.
2
Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

➢ Las ramas de las porciones de la subclavia son:


✓ De la 1ra Porcion: Arteria Vertebral, Arteria Torácica Interna y el Tronco Tirocervical.
✓ De la 2da Porción: Tronco Costocervical.
✓ De la 3ra Porción: Arteria Dorsal de la Escápula (aunque recordemos que también puede originarse de la 2da porción).
• Arteria Vertebral: solo en un 5% de la población se origina del arco de la aorta. En el borde inferior del
puente en el tronco del encéfalo, las arterias vertebrales se unen para formar la ARTERIA BASILAR.
Porcion Cervical de la Arteria Vertebral: se origina en la 1ra Porción de la Subclavia y asciende por el
espacio piramidal formado entre los músculos escalenos y largos.
Porción Vertebral de la Arteria Vertebral: en el vértice superior del espacio piramidal anteriormente
descrito, esta porción pasa profundamente para discurrir a través de los forámenes transversos de las
vértebras C1-C6. En ocasiones, la arteria vertebral puede entrar en un foramen más superior que el de la
vértebra C6.
Porción Atloidea de la Arteria Vertebral: discurre por un surco en el arco posterior del atlas antes de entrar
en la cavidad craneal a través del foramen magno.
Porción Craneal de la Arteria Vertebral: aporta ramas para la médula oblongada y medula espinal,
porciones del cerebelo y la duramadre de la fosa craneal posterior.
• Arteria Torácica Interna: se origina en la cara anteroinferior de la subclavia y pasa Inferomedialmente hacia el
interior del tórax.
Porcion Cervical de esta arteria NO tiene ramas en el cuello.
• Tronco Tirocervical: se origina en la cara anterosuperior de la 1ra porción de la subclavia, cerca del borde
medial del músculo escaleno anterior. Tiene 4 ramas:
1. Arteria Tiroidea Inferior: la mayor y más importante ya que es la principal arteria visceral del cuello, que
irriga la laringe, la tráquea, el esófago y las glándulas tiroides y paratiroides, así como músculos
adyacentes.
2. Arteria Cervical Ascendente*.
3. Arteria Supraescapular.
4. Tronco Cervicodorsal (arteria cervical transversa).
• Tronco Costocervical: se origina de la cara posterior de la 2da porción de la subclavia (posterior al músculo
escaleno anterior en el lado derecho y, medial a este músculo en el lado izquierdo). Discurre
posterosuperiormente y se divide en:
Arteria Intercostal Superior: irriga los dos primeros espacios intercostales
Cervical Profunda: irriga los músculos cervicales posteriores profundos.
Venas de la Raíz del Cuello: Las 2 grandes venas que terminan en la raíz del cuello son la VYE, que drena la sangre
proveniente sobre todo del cuero cabelludo y la cara; y la variable Vena Yugular Anterior, normalmente la más
pequeña de las venas yugulares
• Vena Yugular Anterior: se origina habitualmente cerca del hueso hioides por confluencia de las venas
submandibulares superficiales. En la raíz del cuello, gira lateralmente, posterior al ECM, y DESEMBOCA en la
Terminación de la VYE o en la Vena Subclavia. Superior al manubrio, las venas yugulares anteriores derecha e
izquierda se unen generalmente a través de la línea media para formar el Arco Venoso Yugular en el espacio
supraesternal.
• Vena Subclavia: es la continuación de la vena axilar, empieza en el borde lateral de la 1ra costilla y termina
cuando se une con la VYI. La vena subclavia pasa sobre la 1ra costilla, anterior al tubérculo escaleno en
paralelo a la arteria subclavia, pero está separada de ella por el músculo escaleno anterior. Normalmente sólo
tiene una tributaria con nombre: la Vena Yugular Externa.
• La VYI: termina posterior a la extremidad esternal de la clavícula, uniéndose con la vena subclavia para formar
la Vena Braquiocefálica. Normalmente, esta unión se denomina Angulo Venoso y es el punto donde el
Conducto Torácico (lado izquierdo) y el Tronco Linfático Derecho (lado derecho) drenan en la circulación
venosa la linfa que se ha recogido de todo el cuerpo. A lo largo de su recorrido, la VYI está rodeada por la
Vaina Carotídea.

3
Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

Nervios de la Raíz del Cuello: en la raíz del cuello hay 3 pares de nervios principales: 1) Nervios Vagos 2) Nervios Frénicos y
3) Troncos Simpáticos:
• Nervios Vagos: tras su salida por el foramen yugular, cada nervio discurre inferiormente por el cuello en la parte
posterior de la vaina carotídea, en el ángulo entre la VYI y la arteria carótida común.
Nervio Vago Derecho: pasa anterior a la 1ra porción de la arteria subclavia y posterior a la vena braquiocefálica y la
articulación esternoclavicular para entrar en el tórax.
Nervio Vago Izquierdo: desciende entre las arterias carótida común izquierda y la subclavia izquierda, y posterior a la
articulación esternoclavicular para entrar en el tórax.
Ramos Cardíacos del NC X (vago): se originan en el cuello y en el tórax, y transportan fibras parasimpáticas
presinápticas y aferentes viscerales hacia el plexo nervioso cardíaco.
➢ Nervios Laríngeos Recurrentes: se originan de los nervios vagos en la porción inferior del cuello. Tienen
esencialmente la misma distribución en ambos lados; sin embargo, forman un asa alrededor de diferentes
estructuras y a diferentes niveles a cada lado.
➢ Nervio Laríngeo Recurrente Derecho: gira inferior a la arteria subclavia derecha aproximadamente en el nivel
vertebral T1-T2.
➢ Nervio Laríngeo recurrente Izquierdo: gira inferior al arco de la aorta aproximadamente en T4-T5.
Tras formar el asa, los nervios laríngeos recurrentes ascienden superiormente hacia la ☺ posteromedial de la glándula
tiroides, donde ascienden por el Surco Traqueoesofágico, INERVANDO la tráquea y el esófago, y todos los músculos
intrínsecos de la laringe excepto el Cricotiroideo.
• Nervios Frénicos: se forman en los bordes laterales de los músculos escalenos anteriores, principalmente a partir del
nervio C4, con contribuciones de C3 y C5.
Descienden anteriores a los músculos escalenos anteriores, cubiertos por las VYI y los ECM. Pasan profundos a la lámina
prevertebral de la fascia cervical profunda, entre las arterias y venas subclavias, y continúan a través del tórax para
inervar al diafragma. Los nervios frénicos son importantes porque, además de su distribución sensitiva, proporcionan la
única inervación motora de su mitad correspondiente del diafragma.
• Troncos simpáticos:
Porción Cervical de los Troncos Simpáticos: se sitúa anterolateral a la columna vertebral y se extiende superiormente
hasta el nivel de la vértebra C1 o de la base del cráneo. Los troncos simpáticos NO reciben ramos comunicantes
blancos en el cuello (ya que los ramos comunicantes blancos NO están asociados a los nervios espinales cervicales. Esto
cambia a partir de T1-L2 o 3). La porción cervical de los troncos contiene 3 Ganglios Simpáticos Cervicales: Superior,
Medio e Inferior.

El Plexo Cervical
se origina de los
Ramos
Anteriores de
C1-C4; El Plexo
Braquial se
origina de los
Ramos
Anteriores de
C5-C8 y T1

Estos ganglios reciben fibras presinápticas conducidas al tronco por los nervios espinales torácicos superiores y sus ramos
comunicantes blancos asociados, que luego ascienden a través del tronco simpático hacia los ganglios. Después de
establecer sinapsis con las neuronas postsinápticas en los ganglios simpáticos cervicales, las neuronas postsinápticas envían
fibras a:
1. Los Nervios Espinales Cervicales, a través de ramos comunicantes grises.
2. Las Vísceras Torácicas, a través de los nervios esplácnicos cardiopulmonares.
3. La cabeza y las vísceras del cuello, a través de ramos arteriales cefálicos.

4
Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

Las últimas fibras acompañan a las arterias como plexos periarteriales simpáticos, especialmente las arterias: vertebral y
carótidas interna y externa.
➢ Ganglio Cervicotorácico (ganglio estrellado): formado por la fusión del Ganglio Cervical Inferior con el Primer
Ganglio Torácico en un 80% de la población. Tiene forma de estrella se sitúa anterior al proceso transverso de la
vértebra C7, justo superior al cuello de la 1ra costilla a cada lado y posterior al origen de la arteria vertebral.
✓ Fibras y ramos que salen de él:
 Algunas fibras postsinápticas pasan desde el ganglio a través de ramos comunicantes grises hacia los ramos
anteriores de los nervios espinales C7 y C8 (raíces del plexo braquial).
 Otras fibras pasan hacia el ❤ a través del nervio cardíaco cervical inferior (un nervio esplácnico
cardiopulmonar), que pasa a lo largo de la tráquea hacia el plexo cardíaco profundo.
 Otras fibras pasan a través de ramos arteriales y contribuyen al plexo nervioso periarterial simpático situado
alrededor de la arteria vertebral mientras discurre hacia el interior de la cavidad craneal.
➢ Ganglio Cervical Medio: el más pequeño de los tres ganglios, en ocasiones está ausente. Cuando está presente, se
sitúa en la ☺ anterior de la arteria tiroidea inferior, a nivel del cartílago cricoides y del proceso transverso de la
vértebra C6, inmediatamente anterior a la arteria vertebral.
✓ Fibras y ramos que salen de él:
 Las fibras postsinápticas pasan desde el ganglio a través de ramos comunicantes grises hacia los ramos
anteriores de los nervios espinales C5 y C6.
 Otras fibras se dirigen hacia el corazón a través de un nervio cardíaco cervical medio (esplácnico
cardiopulmonar)
 A partir de ramos arteriales, forman los plexos periarteriales para la glándula tiroides.
➢ Ganglio Cervical Superior: se localiza al nivel de las vértebras C1 y C2. Debido a su gran tamaño, constituye un buen
punto de referencia para la localización del tronco simpático, pero puede ser necesario distinguirlo del gran ganglio
inferior (nodoso) del vago (NC X) cuando está presente.
✓ Fibras y ramos que salen de él:
 Fibras postsinápticas: pasan desde este ganglio a través de ramos arteriales cefálicos para formar el plexo
simpático carotídeo interno y entrar luego en la cavidad craneal.
 También envía ramos arteriales para la arteria carótida externa y ramos grises para los ramos anteriores de los
4 nervios espinales cervicales superiores.
 Otras fibras postsinápticas pasan desde el ganglio hacia el plexo nervioso cardíaco a través de un nervio
cardíaco cervical superior (esplácnico cardiopulmonar).

5
Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

Vísceras del Cuello (CLASE VIRTUAL): están dispuestas en 3 capas, denominadas según su función principal. De
superficial a profunda son:
1) Capa Endocrina: glándula TIROIDES y PARATIROIDES.
2) Capa Respiratoria: LARINGE y TRÁQUEA.
3) Capa Alimentaria: FARINGE y ESÓFAGO.

CAPA ENDOCRINA DE LAS VISCERAS CERVICALES: las vísceras cervicales de la capa endocrina forman parte del
sistema endocrino corporal de glándulas secretoras de hormonas SIN CONDUCTO EXCRETOR.
• Glándula Tiroides: glándula endocrina más grande del organismo. Produce hormonas tiroideas, que controlan
la tasa de metabolismo, y calcitonina, una hormona que controla el metabolismo del calcio. Esta glándula
actúa sobre todas las áreas del organismo, con excepción de ella misma y del bazo, los testículos y el útero. Se
sitúa profunda a los músculos esternotiroideos y esternohioideos, localizándose anteriormente en el cuello, a
nivel de las vértebras C5-T1. Está compuesta sobre todo por los Lóbulos derecho e izquierdo,
ANTEROLATERALES a la laringe y la tráquea. Un Istmo relativamente delgado une los lóbulos sobre la tráquea,
normalmente anterior a los anillos traqueales 2do y 3ro.
Cápsula Fibrosa: delgada, rodea a la glándula y envía tabiques hacia su profundidad. La cápsula está fijada
mediante tejido conectivo denso al cartílago cricoides y a los anillos traqueales superiores.
Vaina Fascial Laxa: externa a la cápsula, formada por la porción visceral de la lámina pretraqueal de la fascia cervical
profunda.

Arterias de la Glándula Tiroides: la glándula está altamente vascularizada. Irrigada por:


➢ Arterias Tiroideas Superiores e Inferiores: se sitúan entre la cápsula fibrosa y la vaina fascial laxa.
✓ Arterias Tiroideas Superiores: las primeras ramas de las arterias carótidas externas, descienden hacia los
polos superiores de la glándula, perforan la lámina pretraqueal de la fascia cervical profunda y se dividen
en ramas anterior y posterior, que irrigan principalmente las caras anterosuperiores de la glándula.
✓ Arterias Tiroideas Inferiores: las ramas más grandes de los troncos tirocervicales, discurren
superomedialmente posteriores a las vainas carotídeas para alcanzar la cara posterior de la glándula
tiroides. Se dividen en varias ramas que perforan la lámina pretraqueal de la fascia cervical profunda e
irrigan la cara posteroinferior, incluyendo los polos inferiores de la glándula.
Las arterias tiroideas inferiores y superiores derechas e izquierdas se anastomosan ampliamente dentro de
la glándula y aseguran su irrigación, además de proporcionar una posible circulación colateral entre las
arterias subclavias y carótidas externas.
➢ Arteria Tiroidea IMA: en un 10 % de la población, esta pequeña arteria impar se origina del tronco
braquiocefálico; no obstante, puede originarse del arco de la aorta o de las arterias carótida común
derecha, subclavia derecha o torácica interna derecha. Esta pequeña arteria asciende por la cara anterior
de la tráquea, proporcionando pequeñas ramas para ella. Continúa hasta el istmo de la glándula tiroides,
donde se divide y la irriga.
Venas de la Glándula Tiroides:
➢ Plexo Venoso Tiroideo: en la cara anterior de la glándula tiroides y la tráquea, se forma por 3 pares de
venas tiroideas.
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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

✓ Venas Tiroideas Superiores: acompañan a las arterias tiroideas superiores y drenan los polos superiores.
✓ Venas Tiroideas Medias: discurren por trayectos esencialmente paralelos al de las arterias tiroideas
inferiores sin acompañarlas, y drenan la porción media de los lóbulos. Las venas tiroideas superiores y
medias desembocan en las VYI
✓ Venas Tiroideas Inferiores: normalmente independientes, drenan los polos inferiores. Drenan en las
venas braquiocefálicas posteriormente al manubrio.
Drenaje Linfático de la Glándula Tiroides: los vasos linfáticos de la glándula discurren por el tejido conectivo
interlobulillar, normalmente cerca de las arterias; comunican con una red capsular de vasos linfáticos. Desde
aquí, los vasos pasan inicialmente hacia los Nódulos Linfáticos Prelaríngeos, Pretraqueales y
Paratraqueales.
➢ Nódulos Linfáticos Prelaríngeos: drenan en los nódulos linfáticos cervicales superiores
➢ Nódulos Linfáticos Pretraqueales y Paratraqueales: drenan en los nódulos cervicales profundos inferiores.
Lateralmente, vasos linfáticos localizados a lo largo de las venas tiroideas superiores pasan directamente a
los nódulos linfáticos cervicales profundos inferiores.
Algunos vasos linfáticos pueden drenar en los nódulos linfáticos braquiocefálicos o en el conducto torácico.
Nervios de la glándula tiroides: derivan de los ganglios (simpáticos) cervicales superior, medio e inferior.
Llegan a la glándula a través de los plexos periarteriales cardíacos y tiroideos superior e inferior que
acompañan a las arterias tiroideas. Estas fibras son VASOMOTORAS, no secretomotoras. Causan
constricción de los vasos sanguíneos.
La secreción endocrina de la glándula tiroides es regulada hormonalmente por la hipófisis.

• Glándula Paratiroides: las glándulas paratiroides, pequeñas, aplanadas y ovoides, normalmente se sitúan
fuera de la cápsula tiroidea en la mitad medial de la cara posterior de cada lóbulo de la glándula tiroides,
dentro de su vaina. La hormona producida por ellas, la parathormona (PTH), controla el metabolismo del
fósforo y el calcio en la sangre. Las glándulas paratiroides actúan sobre el esqueleto, los riñones y el intestino.
La mayor parte de la población tiene 4 glándulas paratiroides. Un 5 % tiene más, y algunos sólo tienen 2.
Glándulas Paratiroides Superiores: se localizan a poco más de 1 cm superiores al punto de entrada de las
arterias tiroideas inferiores en la glándula tiroides. Son de posición más constante que las inferiores, se
localizan con frecuencia a nivel del borde inferior del cartílago cricoides.
Glándulas Paratiroides Inferiores: suelen encontrarse a poco más de 1 cm inferiores al punto de entrada
arterial. Normalmente, las glándulas paratiroides inferiores suelen estar cerca de los polos inferiores de la
glándula tiroides, aunque pueden situarse en localizaciones diversas. En el 1 % a 5 % de la población se
encuentra una glándula paratiroides inferior profunda en el mediastino superior.
Vasos de las glándulas paratiroides:

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

➢ Ramas de las Arterias Tiroideas Inferiores: irrigan las glándulas paratiroides ya que estas glándulas se
localizan en la cara posterior de la Tiroides, irrigadas principalmente por las arterias tiroideas inferiores.
Sin embargo, también pueden estar irrigadas por ramas de las arterias tiroideas superiores, la arteria
tiroidea ima o las arterias laríngeas, traqueales y esofágicas.
Venas Paratiroideas: drenan en el plexo venoso tiroideo de la glándula tiroides y la tráquea.
Vasos Linfáticos: drenan, con los de la glándula tiroides, en los nódulos linfáticos cervicales profundos y los
nódulos linfáticos paratraqueales.
Nervios de las Glándulas Paratiroides: la inervación de las glándulas paratiroides es abundante; deriva de
ramos tiroideos de los ganglios simpáticos cervicales. Al igual que los nervios de la glándula tiroides, son
VASOMOTORES, pero no secretomotores.

Capa Respiratoria de las Vísceras Cervicales: conformada por la LARINGE y TRÁQUEA. Participan en las funciones
respiratorias corporales. Las principales funciones de las vísceras son:
• Dirigir el aire y el alimento hacia la vía respiratoria y el esófago, respectivamente. • Proporcionar una vía aérea
permeable y un mecanismo que permita sellarla de manera temporal (una «válvula»). • Producir la voz.
• Laringe: es el complejo órgano de producción de la voz (la «caja de voz») que se encuentra en la parte
anterior del cuello, a nivel de los cuerpos de las vértebras C3-C6; se extiende verticalmente desde la punta de
la epiglotis, hasta el borde inferior del cartílago cricoides; se compone de 9 cartílagos conectados por
membranas y ligamentos, y contiene los pliegues (cuerdas) vocales. Conecta la porción inferior de la faringe
(bucofaringe) con la tráquea. El hioides no es parte de la laringe, pero está conectado firmemente a ella.
Habitualmente, la laringe es más conocida por su papel como mecanismo de fonación, pero su función más
esencial es proteger las vías respiratorias, especialmente durante la deglución, cuando actúa como un
«esfínter» o «válvula» del tracto respiratorio inferior, manteniendo así una vía aérea permeable.
Esqueleto Laríngeo: conformado por 9 cartílagos: 3 IMPARES (TIROIDES, CRICOIDES y EPIGLÓTICO) y 3
PARES (ARITENOIDES, CORNICULADO y CUNEIFORME).
1. CARTÍLAGO TIROIDES: el mayor de los cartílagos, protege los cartílagos más pequeños de la laringe; su
BORDE SUPERIOR se sitúa frente a la vértebra C4.
➢ Láminas: son 2 y tienen forma de escudo, sus 2/3 inferiores, están fusionados anteriormente en el plano
medio y forman la Protuberancia Laríngea (“nuez de Adán”). Por encima de esta prominencia, las
láminas divergen para formar una Incisura Tiroidea Superior en forma de V. La Incisura Tiroidea Inferior,
menos profunda, es una ligera hendidura en el centro del borde inferior del cartílago.
✓ Cuerno Superior: proyección superior del borde posterior de cada lámina.
✓ Cuerno Inferior: proyección inferior del borde posterior de cada lámina. Los cuernos inferiores se
articulan con las caras laterales del cartílago cricoides mediante las articulaciones cricotiroideas. Los
movimientos principales en estas articulaciones son la rotación y el deslizamiento del cartílago tiroides,
que provocan cambios en la longitud de los pliegues vocales.

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

➢ Membrana Tirohiodea: mediante ella se unen el borde superior y los cuernos superiores al hioides. La
porción media gruesa de ésta membrana constituye el Ligamento Tirohiodeo Medio; sus porciones
laterales forman los Ligamentos Tirohiodeos Laterales.
2. CARTILAGO CRICOIDES: tiene una forma parecida a un anillo de sello con su aro orientado anteriormente.
Esta abertura anular del cartílago tiene el diámetro de un dedo de tamaño medio. Aunque es mucho más
pequeño que el cartílago tiroides, es más grueso y más fuerte, y es el único anillo completo de cartílago
que rodea una parte de la vía aérea.
➢ Lámina: es la porción posterior (sello) del cartílago cricoides.
➢ Arco: es la porción anterior (aro).
➢ Ligamento Cricotiroideo Medio: mediante él, el cartílago cricoides se une al borde inferior del cartílago
tiroides. Puede notarse como una zona blanda durante la palpación inferior al cartílago tiroides.
➢ Ligamento Cricotraqueal: une el cartílago cricoides al primer anillo traqueal.

3. Los 2 CARTILAGOS ARITENOIDES: son cartílagos piramidales con 3 caras que se articulan con las porciones
laterales del borde superior de la lámina del cartílago cricoides. Cada cartílago tiene superiormente un
vértice, un proceso vocal anteriormente y un gran proceso muscular que se proyecta lateralmente desde
su base.
➢ Vértice: soporta al CARTÍLAGO CORNICULADO y se une al pliegue aritenoepiglótico.
➢ Proceso Vocal: proporciona la inserción posterior para el ligamento vocal.
➢ Proceso Muscular: actúa como palanca en la cual se insertan los músculos cricoaritenoideos posterior y
lateral.
➢ Articulaciones Cricoaritenoideas: localizadas entre las bases de los cartílagos aritenoides y las caras
superolaterales de la lámina del cartílago cricoides, permiten el deslizamiento de los cartílagos
aritenoides, alejándose o aproximándose entre sí, la basculación anterior y posterior, y la rotación. Estos
movimientos son importantes en la aproximación, la tensión y la relajación de los pliegues vocales.
➢ Ligamentos Vocales: elásticos, se extienden desde la unión de las láminas (ángulo) del cartílago tiroides
ANTERIORMENTE hasta el proceso vocal del cartílago aritenoides POSTERIORMENTE. Forman el
esqueleto submucoso de los pliegues vocales. Los ligamentos vocales son el borde superior libre
engrosado del cono elástico.
➢ Cono Elástico (Membrana Cricovocal): las porciones de la membrana que se extienden lateralmente
entre los pliegues vocales y el borde superior del cricoides son los ligamentos cricotiroideos laterales. El
fibroelástico cono elástico se fusiona anteriormente con el ligamento cricotiroideo medio. El cono
elástico y la mucosa que lo recubre cierran la entrada a la tráquea, excepto por la Hendidura Glótica
central (abertura entre los pliegues vocales).

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

Se muestran tres vistas de un CARTÍLAGO ARITENOIDES aislado. 1,


cartílago corniculado; 2, vértice del cartílago aritenoides; 3, ☺
anterolateral; 4, proceso vocal (se proyecta anteriormente, proporciona
inserción al ligamento vocal); 5, proceso muscular (se proyecta
lateralmente, para la inserción de los músculos cricoaritenoideos
posterior y lateral); 6, fosita oblonga (para la inserción del músculo
tiroaritenoideo); 7, base; 8, ☺ medial; 9, ☺ articular; 10, ☺ posterior.

4. CARTÍLAGO EPIGLÓTICO: constituido por cartílago elástico, proporciona flexibilidad a la epiglotis, un


cartílago con forma de ❤ recubierto de mucosa e insertado anteriormente al hioides; la epiglotis actúa
como una válvula derivadora sobre la abertura superior de la laringe durante la deglución. Situado
posterior a la raíz de la lengua y al hioides, y anterior a la entrada de la laringe, el cartílago epiglótico
forma la porción superior de la pared anterior y el borde superior de la entrada. La porción superior del
cartílago epiglótico está protegida por el Hioides.
➢ EXTREMO SUPERIOR: ancho, es libre.
➢ EXTREMO INFERIOR (pecíolo de la epiglotis) (tallo de la epiglotis): afilado, se une al ángulo formado por
las láminas tiroideas mediante el ligamento tiroepiglótico.
➢ Ligamento hioepiglótico: une la cara anterior del cartílago epiglótico al hueso hioides.
➢ Membrana Cuadrangular: delgada lámina submucosa de tejido conectivo que se extiende entre las caras
laterales de los cartílagos aritenoides y epiglótico.
✓ Borde Inferior Libre (de la membrana cuadrangular): constituye el ligamento vestibular, que está
cubierto laxamente por mucosa para formar el Pliegue Vestibular. Este pliegue se sitúa superior al
pliegue vocal y se extiende desde el cartílago tiroides hasta el cartílago aritenoides.
✓ Borde Superior Libre (de la membrana cuadrangular): forma el ligamento aritenoepiglótico, que se
recubre de mucosa para formar el pliegue aritenoepiglótico.
✓ Membrana Fibroelástica submucosa de la Laringe: sus porciones superior e inferior, están formadas
por la Membrana Cuadrangular, y el Cono Elástico.

5. CARTÍLAGO CORNICULADO: se unen a los vértices de los cartílagos aritenoides.


6. CARTÍLAGO CUNEIFORME: NO se unen directamente a los otros cartílagos
Los Cartílagos Corniculados y Cuneiformes aparecen como pequeños nodulillos en la porción posterior de
los pliegues aritenoepiglóticos.

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

Interior de la laringe:
➢ Cavidad Laríngea: se extiende desde la entrada de la laringe, a través de la cual se comunica con la
laringofaringe, hasta el nivel del borde inferior del cartílago cricoides. Ahí, se continúa con la cavidad de la
tráquea. La cavidad de la laringe incluye:
✓ Vestíbulo Laríngeo: entre la entrada de la laringe y los pliegues vestibulares.
✓ Porción Media de la Cavidad Laríngea: la cavidad central (vía aérea) entre los pliegues vestibulares y
vocales.
✓ Ventrículos Laríngeos: recesos que se extienden lateralmente desde la porción media de la cavidad
laríngea, entre los pliegues vestibular y vocal.
 Sáculo Laríngeo: es un saco ciego que desemboca en cada ventrículo y que está tapizado con glándulas
mucosas.
✓ Cavidad Infraglótica: la cavidad inferior de la laringe entre los pliegues vocales y el borde inferior del
cartílago cricoides, donde se continúa con la luz de la tráquea.

➢ Pliegues Vocales: regulan la producción de sonido. Son los pliegues afilados de mucosa que rodean e
incluyen los ligamentos vocales y los músculos tiroaritenoideos. Son la fuente de los sonidos (tonos)
procedentes de la laringe, producen vibraciones audibles cuando sus bordes libres se acercan mucho (pero
sin juntarse) durante la fonación y el aire es espirado de forma intermitente y forzada. Los pliegues vocales
también actúan como esfínter inspiratorio principal de la laringe cuando están fuertemente cerrados. La
ADUCCIÓN completa de los pliegues forma un esfínter eficaz que impide la entrada de aire.
El vértice de cada pliegue, con forma de cuña, se proyecta medialmente hacia la cavidad laríngea. Cada
pliegue vocal contiene:
✓ Un ligamento vocal: formado por tejido elástico engrosado que es el borde medial libre del cono elástico.
✓ Un músculo vocal: formado por fibras musculares excepcionalmente delgadas, justo laterales a los
ligamentos vocales.

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

Glotis (Aparato Vocal de la Laringe): comprende los pliegues y procesos vocales, junto con la Hendidura
Glótica. Durante la respiración normal, esta hendidura es estrecha y cuneiforme; durante la respiración
forzada, es ancha y trapezoidal. Tiene forma de hendidura cuando los pliegues vocales se aproximan
estrechamente durante la fonación.
➢ Pliegues Vestibulares: se extienden entre los cartílagos tiroides y aritenoides, participan poco o nada en la
fonación; su función es de protección. Están formados por 2 gruesos pliegues de mucosa que envuelven a
los ligamentos vestibulares. El espacio entre estos ligamentos es la hendidura del vestíbulo.
Músculos de la laringe: se dividen en 2 grupos, extrínsecos e intrínsecos:
➢ Músculos Laríngeos Extrínsecos: mueven la laringe como un todo. Los músculos infrahioideos son
depresores del hioides y la laringe, mientras que los músculos suprahioideos (y el estilofaríngeo) son
elevadores del hioides y la laringe.
➢ Músculos Laríngeos Intrínsecos: mueven los componentes de la laringe, modificando la longitud y la
tensión de los pliegues vocales, así como el tamaño y la forma de la hendidura glótica. Todos los
músculos intrínsecos de la laringe menos uno (cricotiroideo, inervado por el ramo externo del nervio
laríngeo superior, uno de los dos ramos terminales de este nervio) están inervados por el nervio laríngeo
recurrente, un ramo del NC X. Los músculos laríngeos intrínsecos también se pueden considerar por
grupos funcionales: aductores y abductores, esfínteres, y tensores y relajadores.

✓ Aductores y abductores: mueven los pliegues vocales para abrir y cerrar la hendidura glótica.

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

❖ Aductores Principales: son los cricoaritenoideos laterales, que tiran de los procesos musculares
anteriormente, rotando los cartílagos aritenoides de manera que sus procesos vocales se balancean
medialmente. Cuando esta acción se combina con la de los músculos aritenoideos transversos y
oblicuos, que juntan los cartílagos aritenoides, el aire empujado a través de la hendidura glótica
produce vibraciones de los ligamentos vocales (fonación).
❖ Abductores: los únicos son los músculos cricoaritenoideos posteriores, que tiran de los procesos
musculares posteriormente, rotando los procesos vocales lateralmente y, por tanto, ensanchando la
hendidura glótica.
✓ Esfínteres: la contracción de los músculos cricoaritenoideos laterales, aritenoideos transversos y
oblicuos, y aritenoepiglóticos junta los pliegues aritenoepiglóticos y tira de los cartílagos aritenoides
hacia la epiglotis. Esta acción ocurre de forma refleja en respuesta a la presencia de líquido o partículas
acercándose o dentro del vestíbulo laríngeo. Es quizá nuestro reflejo más fuerte.
✓ Tensores: Los principales tensores son los músculos cricotiroideos, que inclinan o tiran de la
prominencia o el ángulo del cartílago tiroides anterior e inferiormente hacia el arco del cartílago
cricoides. Esto aumenta la distancia entre la prominencia tiroidea y los cartílagos aritenoides. SE ELEVA
LA VOZ.
✓ Relajadores: los principales son los músculos tiroaritenoideos, que tiran de los cartílagos aritenoides
anteriormente, hacia el ángulo (prominencia) tiroideo, relajando los ligamentos vocales para
DISMINUIR LA VOZ.

➢ Músculos Vocales: mediales a los músculos tiroaritenoideos y laterales a los ligamentos vocales dentro
de los pliegues vocales. Producen ajustes mínimos de los ligamentos vocales, tensando y relajando de
forma selectiva las porciones anterior y posterior, respectivamente, de los pliegues vocales durante un
discurso animado y al CANTAR.
Arterias de La Laringe: las arterias laríngeas, ramas de las arterias tiroideas superior e inferior, irrigan la
laringe.
➢ Arteria Laríngea Superior: acompaña al ramo interno del nervio laríngeo superior a través de la
membrana tirohioidea y se ramifica para irrigar la cara interna de la laringe.
➢ Arteria Cricotiroidea: pequeña rama de la arteria tiroidea superior, irriga el músculo cricotiroideo.
➢ Arteria Laríngea Inferior: rama de la arteria tiroidea inferior, acompaña al nervio laríngeo inferior
(porción terminal del nervio laríngeo recurrente) e irriga la mucosa y los músculos de la porción inferior
de la laringe.
Venas de la Laringe: las venas laríngeas acompañan a las arterias laríngeas:
➢ Vena Laríngea Superior: se une a la vena tiroidea superior y a través de ella drena en la VYI.
➢ Vena Laríngea Inferior: se une a la vena tiroidea inferior o al plexo venoso de la cara anterior de la
tráquea, que drena en la vena braquiocefálica izquierda.
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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

Linfáticos de la Laringe:
➢ Vasos Linfáticos de la Laringe Superiores a los Pliegues Vocales: acompañan a la arteria laríngea
superior a través de la membrana tirohioidea y drenan en los nódulos linfáticos cervicales profundos
superiores.
➢ Vasos Linfáticos Inferiores a los Pliegues Vocales: drenan en los nódulos linfáticos pretraqueales o
paratraqueales, que drenan en los nódulos linfáticos cervicales profundos inferiores.

Nervios de la laringe: los nervios de la laringe son los ramos laríngeos superior e inferior del nervio vago (NC
X).
➢ Nervio Laríngeo Superior: se origina en el ganglio inferior del vago, en el extremo superior del triángulo
carotídeo. Se divide en 2 ramos terminales en el interior de la vaina carotídea: el ramo interno (sensitivo y
autónomo) y el ramo externo (motor).
✓ Ramo Interno (nervio laríngeo interno): el mayor ramo terminal, atraviesa la membrana tirohioidea
junto con la arteria laríngea superior, aportando fibras sensitivas a la mucosa laríngea del vestíbulo
laríngeo y de la porción media de la cavidad laríngea, incluida la ☺ superior de los pliegues vocales.
✓ Ramo externo (nervio laríngeo externo): ramo terminal más pequeño, desciende posterior al músculo
esternotiroideo acompañado de la arteria tiroidea superior. Al principio, se sitúa sobre el constrictor
inferior de la faringe, después atraviesa el músculo, contribuyendo a su inervación (junto con el plexo
faríngeo), y a continuación a la del músculo cricotiroideo.
➢ Nervio Laríngeo Inferior: la continuación del nervio laríngeo recurrente (un ramo del nervio vago), entra
en la faringe pasando profundo al borde inferior del constrictor inferior de la faringe y medial a la lámina
del cartílago tiroides. Se divide en ramos anterior y posterior, que acompañan a la arteria laríngea inferior
hacia el interior de la laringe.
✓ Ramo Anterior: inerva los músculos cricotiroideo lateral, tiroaritenoideo, vocal, aritenoepiglótico y
tiroepiglótico.
✓ Ramo Posterior: inerva los músculos cricoaritenoideo posterior y los músculos aritenoideos transverso
y oblicuo.
Ya que el Nervio Laríngeo Inferior inerva todos los músculos intrínsecos excepto el cricotiroideo, es el
nervio motor principal de la laringe. Sin embargo, también aporta fibras sensitivas a la mucosa de la
cavidad infraglótica.

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Jorge Luis Raxón Cruz Moore, 8va edición.

• Tráquea: se extiende desde la laringe hasta el tórax y termina inferiormente al dividirse en los bronquios
principales derecho e izquierdo, para ser exactos, se extiende desde el extremo inferior de la laringe, a nivel
de la vértebra C6, y termina a la altura del ángulo del esternón o el disco intervertebral T4-T5, donde se divide
en los bronquios principales derecho e izquierdo.
En los adultos, tiene 2.5 cm de diámetro. En los lactantes tiene el diámetro de un lápiz.
LATERALES a la tráquea se encuentran las arterias carótidas comunes y los lóbulos de la glándula tiroides. El
tronco braquiocefálico se relaciona con el lado derecho de la tráquea en la raíz del cuello. A menudo la
desviación de la tráquea de la línea media señala la presencia de un proceso patológico. Un traumatismo en la
tráquea normalmente afecta al esófago, debido a su estrecho contacto.
La Tráquea transporta el aire hacia y desde los pulmones, y su epitelio propulsa el moco cargado de desechos
hacia la faringe para su expulsión por la boca. Es un tubo fibrocartilaginoso sostenido por cartílagos
traqueales incompletos (anillos), que ocupan una posición media en el cuello. Los cartílagos traqueales
mantienen la tráquea permeable; son incompletos posteriormente donde la tráquea contacta con el esófago.
Músculo Traqueal: involuntario, cubre las aberturas posteriores de los anillos traqueales. Músculo liso que
conecta los extremos de los anillos. Por ello, la pared posterior de la tráquea es plana.

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