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El empleado perfecto por Hypnoman

en Control Mental (https://www.miprimita.com/categoria/591)

por Hypnoman (adaptación


libre del cuento The Abenna
Institute, de Chester)

Aaron Adam Luxford había


comenzado con sus negocios en
electrónica cinco años atrás
y le había ido bien, aún en los
tiempos de recesión.
Después de cinco años su compañía había
crecido hasta llegar a tener 20 empleados. Aaron había sido
muy
particular en las contrataciones. Aunque tenía un
problema: no podía
permitirse el lujo de vivir un estilo de vida
abiertamente gay debido a
que algunos de sus principales
clientes seguramente lo abandonarían.
Salvo los primeros cinco
empleados que contrató (absolutamente por
sus capacidades),
se aseguró de incorporar al resto por la atracción
que sentía
hacia ellos (belleza, además de talento). Hasta
donde él sabía,
sin embargo, ninguno de ellos le sería
recíproco si intentaba
algún tipo de avance. Una de las cosas
que lo atraía de un
hombre era su heterosexualidad y "masculinidad".
Frutas
prohibidas, quizás.

Su vida estaba a punto de cambiar....desde


que había conocido
al Dr. William Abenna y habían hablado
acerca del Instituto. El
Instituto era una secreta "casa de retiro"
que convertía a las
personas en lo que los demás querían
que ellas fueran. Era muy
exclusiva, muy costosa, pero era la respuesta
a todos los
sueños de Aaron.

Derek Miles pasó el primer


mes de su nuevo trabajo
capacitándose. Estaba impresionado del tiempo
que había
dedicado al entrenamiento, pero el Sr. Luxford, su jefe,
parecía
preocuparse por sus empleados y quería que ellos
estuvieran
felices y cómodos en su trabajo. El había llegado
a British
Columbia sólo para tomar este empleo, al habérsele
ofrecido el
doble del sueldo que ganaba en Ontario. Su novia de la infancia
había roto su compromiso unos meses antes de que él
consiguiera
el trabajo y no tenía ninguna razón para no empezar
"una
nueva vida" en otra provincia. No dejaba nada atrás.

Cuando fue entrevistado por el Sr.


Luxford, fue tratado como un
rey. Agasajo y cena. El Sr. Luxford se pasó
muchas horas
intentando conocerlo más profundamente. Derek se sintió
muy
cómodo con este hombre, ciertamente no había sido como
cualquier otra entrevista a la que él haya asistido. Le fue
ofrecido
el empleo al fin del día, cuando fue llevado a cenar por
el propio
Sr. Luxford.

Tiene una hermosa sonrisa. Ese fue


el primer pensamiento que
Aaron Luxford tuvo de Derek Myles durante su
primer
encuentro. El segundo pensamiento fue mucho más sexual e
involucraba el trozo muy bien perfilado en los pantalones de
Derek. No
tiene ni la menor idea de la moda, en absoluto, pensó
Aaron, pero
eso sería fácil de solucionar. Por supuesto, él
también
estaba interesado en la inteligencia del hombre -había
sido seleccionado
entre muchos postulantes debido a su
creatividad, habilidad con las computadoras
y ética en el
trabajo. Y por su protuberancia, pensó, mientras
sus ojos se
dirigían a la entrepierna del joven.

Había pasado todo el día


con Derek, notándolo agradable y
conversador, disfrutando de su
compañía. Si este iba a ser un
contrato a largo plazo, en
todos los sentidos, Aaron Luxford
quiso tomarse todo el tiempo para asegurarse
que él era el
hombre correcto. Al finalizar la cena, Aaron se convenció:
Derek
era ordenado, ingenioso, con carácter, independiente.....y
listo.
Definitivamente le ofrecería el empleo.
El Sr. Luxford parecía preocuparse
mucho de la salud física y
mental de sus empleados. Le dijo a Derek
que durante la
jornada diaria de trabajo en Luxford Electrónica
se tomaría una
hora para hacer ejercicios físicos en el gimnasio
y una hora para
almorzar en el comedor de la empresa, atendido por un
proveedor
que servía las más saludables comidas. Le
esperarían,
por el próximo par de años, muchas horas de trabajo
extra,
pero también habría oportunidades de viajar y gozar de un
descanso obligatorio por año para darle al trabajador el tiempo
necesario para descansar y proyectar el futuro. Todo parecía
demasiado
bueno para ser cierto. Si le ofrecían el empleo,
seguramente lo
aceptaría.

Aaron estaba seguro que los intereses


sexuales del muchacho
desafortunadamente estaban volcados hacia el otro
sexo, pero
él se encargaría de eso después. Quería
conocer realmente al
chico, saber cuáles eran sus defectos, probarlo
en varios
aspectos del negocio para ver donde estaban sus mayores
virtudes.
Le dio tareas difíciles, tareas imposibles, Derek pudo
con todas
ellas. Le asignó una buena secretaría y luego una
secretaria
muy limitada. Él pudo sacar el mejor provecho de
ambas.

A Aaron le molestaba la estupidez


en cualquiera de sus formas
y, para él, todas las secretarias eran
esencialmente estúpidas.
Eran mujeres más preocupadas por
su pelo que por su trabajo,
pensaba, y tendía a tratar a sus secretarias
con desprecio. Si no
les pagara tan buen sueldo, seguro que rendirían
mucho mejor.

En su primer mes en la compañía,


Derek había visto una sola
cualidad "negativa" o "falla",
si podría así decirse, en el Sr.
Luxford. Y tenía
que ver con su actitud hacia las mujeres del
staff, ya sean secretarias
o capturadoras de datos. Daba la
impresión que le parecían
inútiles, era corto con ellas, muy
exigente y, de hecho, había
permitido que dos de ellas se fueran
ese mismo mes. Hacía ya un
largo tiempo que Derek sólo se
movía entre hombres y por
ese motivo le daban lástima esas
mujeres. Pero esos sentimientos
se desvanecían cuando
notaba el cuidado genuino que Luxford había
demostrado
personalmente hacia él.

Su última secretaria era


tan mala que él se pregunto si no se
estaría poniendo a prueba
su paciencia o sus habilidades. En
vez de enojarse, él tomó
a la mujer, Carol, y trabajó con ella,
insistiendo solamente en
la excelencia de la tarea. Él la elogió,
la mató con
sus buenos modos y en el transcurso de un mes su
productividad mejoró,
se sintió más confiada y segura de sí
misma y, voluntariamente,
trabajaba tiempo extra para
asegurarse que su trabajo estuviese bien hecho.

Derek se sintió bien, no


solamente porque creía que estaba
haciendo muy bien su propio trabajo,
sino porque se sentía
habilitado para inspirar lo mismo en los otros.

"Derek, estoy muy satisfecho


con tu trabajo. Solamente quería
expresarte un pequeño problema"

"Oh, lo siento, Sr. Luxford,


¿De que se trata?"

"Trabajas demasiado. Yo se
que es extraño que un jefe haga
este tipo de comentario a su empleado,
pero estás en camino
de agotarte. Por ese motivo es que instalé
el gimnasio aquí
mismo, para asegurarme que mis empleados cuiden
su cuerpo.
Tendré que volver a insistirte que, si quieres seguir
trabajando
aquí, tienes que hacer tus ejercicios cada día.
Te sorprenderás
de la energía que eso te dará y estoy
seguro que tu
productividad se incrementará."
Derek frunció el entrecejo.
Él nunca había entrenado. Su cuerpo
estaba en forma porque
a él le gustaba mucho caminar, pero la
disciplina del gimnasio nunca
le había importado. No obstante,
amaba su trabajo y el viejo hombre
estaba dándole la
alternativa. "Ciertamente, señor,
si esto es lo que necesito,
puede contar conmigo."

Los primeros seis meses, Derek trabajó


muy duro. Propuso
varias nuevas ideas que fueron integrándose en
la manera de
Luxford de hacer las cosas. El Sr. Luxford habló muy
bien de él
en las reuniones de producción y en las reuniones
de directorio.
En ese corto período de tiempo ya había recibido
dos aumentos.
Se había mantenido muy ocupado, pero nunca se había
sentido
tan bien físicamente como ahora. El gimnasio y la dieta
saludable realmente habían hecho un buen trabajo en su
apariencia
física. Había perdido 15 libras y se notaban los
músculos,
bien marcados en su cuerpo. Y él se sentía realmente
bien.

Su trabajo con su secretaria estaba


rindiendo sus frutos y, para
ese entonces, estaba comenzando a gustarle
la muchacha.
Estuvo tentado una vez de invitarla a salir, pero tuvo miedo
de
deteriorar la relación "jefe-empleada" y temió
lo que los demás
podrían pensar. Tenían una muy buena
relación y trabajaban
como un buen equipo. Apreciaba su creciente
interés en el
trabajo.

Aaron observaba lo que ocurría


en la oficina de Derek con
interés. Le había asignado la
peor empleada de la compañía y él
la había
transformado en una empleada brillante en un corto
tiempo. Era bueno. Pero
le parecía que estaba tomando un
interés muy grande en ella.
Era muy celoso de sus empleados,
especialmente de aquellos a los que les
había echado el ojo, y
desde ese momento decidió hacerle
la vida un poco más difícil
a la muchacha.
Aaron estaba complacido de que ellos
no estuviesen saliendo -
Derek parecía conocer los límites-
pero uno nunca sabe cuando
la lujuria puede trasponer la puerta. Quizás
era hora de poner
realmente a prueba a Derek.

Y entonces sucedió. En una


reunión de producción, Derek se
atrevió a cuestionar
al Sr. Luxford. Se refería a lo que él sentía
como
un manera antiética de sacar ventaja sobre una compañía
competidora más pequeña. Era algo que Derek pensaba
realmente
y, ahora que era bien visto y respetado, sintió que era
el momento
de poner su grano de arena para tratar de remediar
esa injusticia.

Derek dijo al Directorio que la


manera en que había sido tratado
el dueño de FabCorps, George
Templeton, había sido cruel y
descuidada. La política tomada
contra el empresario iba a
significar que éste en el corto plazo
iba a perder mucho dinero y,
en un futuro próximo, tendría
que resignar a la mitad de su
personal. Ellos no necesitaban recurrir a
tales artilugios y,
después de todo, un poco de competencia podía
resultar más
beneficioso.

Fue como tocarle una herida en carne


viva al Sr. Luxford. Le
recordó, en no muy buenos términos,
quién era el jefe, quién
pagaba su salario y que nadie iba
a decirle a él como manejar
su negocio. No gritó ni montó
en cólera, pero rápidamente sus
palabras se convirtieron
en un cuchillo que se clavó en el pecho
de Derek.

Al principio Derek intentó


defenderse, pero cuando sintió la ira
de Luxford, cedió.
Cuando Luxford dio por terminada la reunión,
las miradas de los
otros y su propia condena al ostracismo le
hicieron saber, rápidamente,
que estaba en problemas.
Derek cayó en la trampa,
pensó Luxford. Un hombre con mucha
moral. Esa podría ser
su perdición, era demasiado ético para los
negocios. Si sientes
compasión con cada pobretón que
conoces, deberías
retirarte del negocio. No. Los negocios son
salvajes y el hombre que maneje
la espada más grande, será el
ganador. Y Luxford pensaba
que ese era él.

Le resultó interesante observar


cómo Derek perdió terreno. Una
ganada por los chicos malos,
pensó. Resultaba penoso ver
como Derek estaba tirando por la borda
un brillante futuro por
una simple cuestión moral. Qué interesante
resultaría poder
cambiar la moral de Derek, amoldarlo al tipo de
persona cruel
que admiraba -en él así como en otros. Amaba
la dureza
masculina....y él haría de Derek una persona dura.

Al día siguiente, cuando


Derek fue llamado a la oficina de
Luxford, éste estaba convencido
que iba a ser despedido. Esa
mañana todos lo habían evitado
o, cuando lo miraban, lo hacían
con el movimiento de cabeza que
se hace por compasión ante
una persona fallecida. Su secretaría,
Carol, que ahora tenía el
mejor de los conceptos, como una gran
trabajadora, apenas
podía mirarlo a la cara. Ella mantuvo la mirada
baja cuando le
comunicó que era requerido en la oficina de Luxford.

El arte de la intimidación,
pensó Luxford. ¿Cómo debería
mostrarme ante
él? Veamos. Él probablemente espera lo peor -
ya me ha visto
destrozar a otros. Quizás hacer todo lo contrario
lo haga bajar
la guardia.

Luxford se sentó en su inmenso


escritorio pero giró su silla, de
manera tal que cuando Derek entrara
viera el respaldo de su
imponente sillón, en vez de su cara.

"Siéntate, Derek"
"Si, señor"

Lentamente la silla fue girando


y los enfrentó: "Derek, parece
que ayer tuvimos un pequeño
malentendido". Sonrió, pero era
una sonrisa forzada.

Derek esperaba que el hacha cayese


sobre él.

"Pero, quiero que sepas que


valoro tu trabajo... y tus opiniones.
Te llamé para decirte que
pienso que es hora de que tomes tus
primeras vacaciones. Estoy haciendo
los arreglos para que
puedas ir a la casa de retiro, por el término
de una semana y
realmente deseo que no guardes ningún rencor por
lo de ayer.
Que tengas una buena semana.", concluyó mientras
hacía girar
la silla nuevamente.

"Ehhh....gracias...ehhh...si
señor.....gracias". Se levantó de su
silla lentamente,
como asustado y se retiró de la oficina. Lo
primero que hizo fue
encontrarse con Carol.

"¿Es todo?, ¿te


despidieron?", preguntó Carol.

"No...ehhh...no. Me está
enviando a la casa de retiro. Me dijo
que valora mi trabajo y mis opiniones."

"Me alegro", dijo Carol


y le sonrió.

"El Dr. William Abenna, por


favor." Una pausa. "William,
encantado de escucharte. Sí,
tengo otro candidato para ti, un
hombre joven, bastante bueno. Pero tú
verás todo lo que puedas
cambiarlo, ¿no es cierto?"

La voz del otro lado del teléfono


rió.
"Es brillante, William. La
compañía lo necesita. Pero yo, por
supuesto, lo necesito
también. Sabes perfectamente lo que
quiero decir....Bien, ¿este
fin de semana, entonces?. Sí, está
todo arreglado. Oh y...Gracias
William".

La siguiente tarde, Derek voló


hacia el Instituto Abenna. Le
parecía que iba a ser una semana excelente.
Le habían
programado una serie de conferencias que le resultaban
intrigantes e interesantes. Tenía su propio lugar para hacer
ejercicios,
su propio sauna, refrigerador, videocasetera, TV, y una
completa biblioteca
de negocios y cintas de entretenimiento.
Todo lo que él podría
desear para una estadía agradable. Su
única tarea era completar
un "inventario personal", un formulario
que él decidió
sacarse de encima inmediatamente.

El inventario era casi como un perfil


psicológico, así como
también una lista sobre qué
cosas le gustaban y cuáles no. Se
sentía un poco incómodo
teniendo que confesar sus gustos
personales, pero pensó que el objetivo
de la misma era adaptar
la estadía a las necesidades de cada persona.
¡Esto tenía que
estar costándole a Luxford mucho dinero!.

Nombre: Derek C. Miles - Ocupación:


Analista y programador de
computadoras - Edad: 29 - Estatura: 1.90 - Peso:
85 - Salud:
Buena - Preferencia sexual: Heterosexual - Estado Civil: Soltero
-
Actividades favoritas: Caminar, operar computadoras, entrenar -
Actividades
que menos le gustan: Bowling, opera, ¿¿¿ballet???

- Comidas favoritas: Pastel de queso,


lasagna, bistec - Comidas
que no le gustan: Nabos, espinacas, coliflor
- ¿Fuma?: No, lo
odio - ¿Bebe alcohol?: Sí - ¿Con
qué frecuencia?: Usualmente,
una cerveza por día. Algunas
veces, vino - ¿Alguna vez en su
vida ha estado utilizando drogas
(no medicinales)?: No
(etc......).
El Dr. Abenna ordenó sobre
un perfil de 6 páginas el
cuestionario respondido por Derek, dándole
prioridad a aquellas
preguntas que permitiesen ahondar su perfil psicológico.
Derek,
de hecho, era una persona polifacética, feliz, con un fuerte
interés en su trabajo, demasiado quizás, probablemente para
mitigar la falta de compañía femenina y de sexo. Sobre el
perfil,
el Dr. Abenna delineó las áreas que mas le interesarían
a Aaron
Luxford y agregó algunas cosas más que podían
resultarle de
utilidad. Aaron estaba en lo cierto. Derek parecía
ser un
espécimen muy fino.

La cena era extravagante y durante


la misma, Derek se encontró
con otras personas que seguramente estarían
allí por el mismo
motivo. Todos eran amables, confiables y trabajaban
duro.
Derek se juntó inmediatamente con Eric, un técnico
de
computadoras de Edmonton. Ellos bromearon durante la cena
con el humor
de dos que se conocen desde hace mucho tiempo,
burlándose amablemente
sobre la profesión de cada uno. Derek
deseó tener más
tiempo en la semana para conocer mejor a
Kevin. Hacía mucho tiempo
que él no entablaba una amistad.
Mientras Derek salía con
Peg, ella ocupaba todas sus horas
libres y muchos de sus amistades fueron
quedando de lado.
Sería bueno cultivar una nueva amistad, aunque
en el futuro
tuviesen que comunicarse por e-mail, debido a las distancias
que los separaban.

Después de la larga cena


y de un paseo aún más largo al aire
libre, Derek y Kevin
se dieron las buenas noches y cada uno se
fue a su cuarto. La droga que
le suministraron a Derek hizo
efecto durante la noche, mientras dormía,
y él nunca se
enteraría de lo iba a pasar.

"Derek, estás sumergiéndote


más profundo y más
profundo.....sintiéndote más
y más relajado y confortable. Tu
puedes abrir los ojos y mirar el
cuadro que está frente tuyo.
Cuando tú mires el cuadro, te
sentirás cálido y bien, protegido y
seguro."

Un shock eléctrico inundó


su cerebro y le provocó una erección
instantánea.

"No hay nada que tú


no harías por este hombre. Él es la vida
misma...(shock...shock)
y tú le rendirás culto. La vida sin él es
imposible
(shock...shock...)...tú lo necesitas...lo necesitas
desesperadamente"

Cada noche, durante toda la semana,


los shocks continuaron.

"Yo pienso que ya es hora de


hacer cambios menores en su
personalidad", le dijo el Dr. Abenna a
su personal durante el
tercer día de estadía, "Pongan
en marcha la segunda parte del
plan, creo que él esta listo".

"Dios, hoy tenemos la tarde


libre", pensó Derek. "Serán mis
primeras horas
sin pensar en el trabajo. Sería bueno que Kevin
quiera venir algunas
horas a la ciudad". Derek caminó por el
patio, hacia la habitación
de Kevin, a la hora del desayuno. Lo
había visto en la cena de ayer
pero no tuvo oportunidad de
hablarle, porque el grupo al que lo habían
asignado tenía una
cena de negocios, es decir un ejercicio de capacitación.

Golpeó la puerta de la habitación


y escuchó la voz de Kevin
invitándolo a que pasara. Abrió
la puerta y entró. Al principio no
vio a Kevin, pero luego desde
el baño que se encontraba al final
de la suite, escuchó su
voz y sólo pudo ver una porción de su
cuerpo a través
de la puerta.

"Lo siento, estaba terminando


de arreglarme. Dormí un poco
más de lo esperado. ¿Eres
tú, Derek, no es cierto?"

"Sí"
"Bien, no sea cosa que estuviese
invitando a entrar a un loco
con una navaja de afeitar"

Kevin salió del baño


completamente desnudo. Un cigarro
mediano colgaba de su boca. Derek no
sabía que fumara, él no
se lo dijo la otra noche. Parecía
muy cómodo estando desnudo,
pensó, y Derek no podía
dejar de mirarlo. Estaba tan.... bien...
hermoso. Era la única palabra
que acudía al cerebro de Derek. Y
tan puramente masculino. El cigarro
parecía irradiar poder y
fuerza. Derek sintió crecer su miembro
y se avergonzó, pero no
podía parar de mirarlo. Y no podía
articular palabra.

"Hey, ¿qué te
pasa, hombre?. Te ha comido la lengua el gato"

"Ehh...no....sólo que....me
gustaría que vinieras conmigo a la
ciudad esta tarde, eso es todo"

Kevin sonrió y se acercó.


Masticaba su puro y resoplaba. Se
paró directamente frente a Derek
y lo miró fijamente. El humo
del cigarro iba directo a la cara de
Derek y su miembro se
agigantaba cada vez más. Le dolía tenerlo
apretado en sus
pantalones.

Kevin alcanzó con una mano


la nuca de Derek y con la otra se
quitó el cigarro. "¿Estás
seguro que quieres irte de aquí?" Y
acercó la cara de
Derek a la suya y sus labios se encontraron,
sus lenguas se sondearon y
se buscaron.

Derek pudo saborear el tabaco en


su boca y lo notó muy
agradable. Nunca le había gustado antes,
pensó. ¡Y menos de la
boca de un hombre!, y entonces todos
los pensamientos lo
abandonaron cuando la pasión comenzó
a consumirlo. Se tiró
sobre la cama y las manos de Kevin fueron
sobre él,
masajeando suavemente los pelos sobre su pecho y frotando
la
poderosa presencia que existía bajo sus pantalones.
El monitor de televisión
estaba en la posición correcta para que
el Doctor pudiese registrar
bien el resultado de su trabajo.
Después de haberse cogido a Derek,
el Doctor apagó su cigarro
y miró el cuerpo dormido sobre
la cama. Escuchó un ruido que
provenía desde fuera de la
habitación. El Kevin real estaba
llegando antes de lo previsto del
mandado que él le había
encomendado hacer en el pueblo. Suponía
que iba a demorar
por lo menos una hora más.

Desafortunadamente, Kevin abrió


la puerta antes que el Dr.
Abenna pudiese reaccionar y entonces lo encontró
en la
habitación.

"¿Qué carajo
está pasando? ¿Qué está haciendo usted aquí?
¿Quién está en mi cama?....¿Derek?"

"Oh, Kevin, Kevin, Kevin, mi


muchacho. Necesitas dormir"

Inmediatamente Kevin cayó


al suelo en un profundo sueño. "Qué
desgracia que hayas
visto todo esto, Kevin. Hoy, tendremos que
trabajar un poco más
de lo planeado"

Caminó hacia Derek que se


encontraba desnudo sobre la cama:
"Derek...tú olvidarás
todo acerca de tu encuentro con Kevin... de
hecho, estarás muy enojado
con Kevin porque él ha dicho cosas
terribles de tu jefe, el Sr.
Luxford. Es el bastardo más arrogante
que has conocido en tu vida.
Insultó a Luxford y denigró tu
trabajo. Tú le dijiste
que estaba equivocado y que no lo
perdonarías nunca, a menos que
se arrastrara y te pidiera
disculpas. Él se río de tí
y tú lo golpeaste, dejándolo desmayado
en el suelo. Quiero
que te sientas muy orgulloso de haberle
dado su merecido y quiero que vayas
a desayunar pensando
solamente en como él tendrá que arrastrarse
para pedirte una
disculpa y la forma como puedes rebajarlo".
Derek salió de la cama y,
cuando se estaba vistiendo, miró el
cuerpo inmóvil de Kevin
y sonrió. Luego dejó la habitación,
ignorando totalmente
la presencia del Dr. Abenna.

"Ahhh, ahora me iré


a desayunar y miraré este pequeño y amado
video", pensó
Abenna.

Derek se dirigió a la cafetería


y tomó un rico omelette de
vegetales (espinaca y brócoli,
sus favoritos) y ¡casi vomitó
cuando vio que estaban ofreciendo
mini-bistecs para el
desayuno! "Me pregunto que voy a hacer en mi
tarde libre",
pensó.

La noche anterior sometieron a Derek


a varias pruebas y él las
pasó satisfactoriamente. Estaba
autorizado a ir a la ciudad,
donde compró entradas para ver un ballet,
finalmente cenó en
un buen restaurant vegetariano, después
de haber pasado por al
menos diez lugares italianos, donde ni siquiera
podía observar
la comida. Amaba el ballet y estuvo a punto de esperar
en la
puerta del teatro al bailarín principal para demostrarle su
admiración por lo bien que había bailado, pero cambió
de idea y
decidió que era mejor volver a la casa de retiro.

A su regreso, pasó por un


bar que lucía interesante. Entró y pidió
un Bloody
Mary, pero la camarera le trajo un Gin Tonic. Derek le
dijo que se había
equivocado y la señorita lo trató
descortésmente.
Terminó gritándole en la cara. Después de
decirle
todo tipo de obscenidades, fue echado del lugar y estaba
tan disgustado
que entró en otro bar y se tomó seis medidas de
whisky escocés
en no más de veinte minutos. Sintiéndose
mucho mejor, decidió
regresar a su suite.

A su arribo, esperando en la puerta


de su habitación, estaba
Kevin. Viendo llegar a Derek, juntó
sus manos, se arrodilló y le
pidió que lo perdonara. Le dijo
que sería capaz de hacer
cualquier cosa para lograr su perdón.
Derek se puso duro
cuando vio al hombre suplicándole. Llevó
a Kevin dentro del
cuarto y se propuso a encontrar la manera de rebajarlo.
Lo
observó mientras hizo que Kevin se afeitara completamente el
cuerpo, hizo que Kevin comenzara a lamer sus pies y
ocasionalmente le permitió
que chupara la verga. Fue la peor de
las humillaciones.

Derek realmente estaba ansioso de


retornar al trabajo. Había
sido una estadía maravillosa (debía
recordar agradecerle al Sr.
Luxford y al Directorio), pero había
mucho trabajo y mucho
dinero para hacerle ganar a la empresa. Llego a su
trabajo
media hora más temprano que de costumbre y encontró
a Carol
maquillándose en el escritorio.

¡Qué flor de hija de


puta! No había excusa para eso, pensó. A
ella se le pagaba
por trabajar ¡Qué clase de mujer! Le arrebató el
lápiz
de labios de las manos, le gritó que volviera a sus tareas,
quiso
saber porqué su correo no había sido ordenado mejor en
su
ausencia y se encargó de hacerle notar la pobre calidad del
trabajo
que ella realizó mientras él no estaba. Estaba hecho una
furia. Cómo podía ser que había que controlar a todas
esas
mujeres a cada momento, de lo contrario enseguida sacaban
provecho
de la situación.

Aaron observó la riña


con su secretaria a la distancia. Al menos
el muchacho estaba comprendiendo
lo que él sabía de las
mujeres desde hace muchos años.
Se merecen eso y mucho
más. Sonrió y regresó a su
oficina.

Derek se puso a trabajar inmediatamente,


pero al final de la
mañana ya tenía decidido que no podía
continuar trabajando
con Carol -una reverenda puta- así que la despidió
al mediodía.
Fue hasta la computadora y mandó un e-mail al
departamento
de personal comunicando que ella había sido despedida
y
ordenó que se publicara un aviso pidiendo, preferentemente, un
secretario de sexo masculino para comenzar a trabajar
inmediatamente. Luego
llamó a Edmonton y le dijo a Kevin que
necesitaba un secretario
y que él debía aceptar el empleo, algo
más acorde
a su talento.

El Sr. Luxford lo llamó después


del almuerzo. Esta vez, cuando
Derek entró a la oficina de Luxford,
el jefe estaba sentado en la
gran silla observando su ingreso.

"¿Has disfrutado el
retiro, Derek?"

"Oh, sí, señor.


Fue estimulante. Aprecio mucho que me haya
dado la oportunidad y yo intentaré
retribuirle la fe y la confianza
que usted puso en mí".

"Muy bien, Derek. Duerme, por


favor"

"Sí, señor",
los ojos de Derek se vidriaron inmediatamente, pero
no se cerraron, porque
así le había sido ordenado.

"Derek, me gustaría
ver el resultado de todo el entrenamiento
que has recibido. ¿Te
molestaría quitarte la ropa para mí?"

"No, señor. Como usted


diga señor". Se puso de pie y comenzó
a sacarse la ropa,
apilándola cuidadosamente sobre la mesa
más próxima
a él. Los efectos del trabajo de gimnasio y del
adecuado régimen
de comidas de la última semana, habían
esculpido bellamente
su cuerpo.

"Muy lindo, Derek. Excepto


por tu pelo, demasiado yuppie.
Pienso que me gustaría verle con
menos pelo atrás, pero
mantenga el largo en la parte superior, pienso
que le quedaría
bien con su cara larga y sus pómulos prominentes.
Un aro,
quizás. Y vuélvase rubio. Sí, definitivamente.
¿Lo haría por mí,
Derek?"
"Me haría feliz hacerlo,
señor"

"Sí, le encantará
su look, Derek, estoy seguro. Realmente me
gustan los hombres con el cuerpo
suavemente trabajado. Tú
quieres estar suave y fuerte, ¿no
es cierto?. Eso realmente me
excitará, Derek. Y tú te excitarás
mucho, también, ¿no es
verdad?"

"Oh, sí, señor"

"Ahora, ven aquí, Derek


y muéstrame cuanto apreciaste la
semana que te has tomado. ¿Has
besado a un hombre, Derek -
besado sexualmente, ¿me explico?"

"Sí, señor"

"Bien. Quiero que me beses.


Y cuanto más lo hagas, más te
encontrarás excitado
sexualmente. ¿Es lo que siempre has
estado soñando, ¿no
es así? ¿Siempre has querido besarme?"

"Sí, señor....siempre"

"Bien, entonces ven, no seas


tímido"

"No, señor"

Derek dio la vuelta al escritorio,


puso a Luxford contra la pared y
comenzó a besarlo, lentamente al
principio, su lengua
penetrando la boca de Luxford como un ariete y cuanto
más lo
besaba, más se excitaba, los besos se volvían
más y más
apasionados, intensos y poderosos. Era como si
el sexo le
hubiese sido negado a Derek durante años y ahora, de
repente,
estaba entrando a raudales frente a Luxford.
"El sabor a tabaco en la boca
del Sr. Luxford me enloquece",
pensó. "Qué afortunado
soy de saber que éste sorprendente
hombre gusta de mí. Haría
cualquier cosa por él. ¡Lo amo!"

Luxford estaba disfrutando completamente


la pasión que éste
hombre sentía hacia él.
Las manos de Derek estaban sobre su
cuerpo y sentía una explosión
de placer en cada beso y en cada
abrazo. Detuvo la acción momentáneamente,
simplemente
pidiéndole a Derek que hiciera una pausa, lo llevó
a la cama y lo
hizo caer nuevamente sobre él. En minutos, Derek
le había
quitado la ropa a Luxford y le estaba dando una terrible
chupada
de verga. Parecía totalmente dedicado a satisfacer al objeto
de
su afecto y nada le importaba de él mismo. Finalmente, Luxford
acabó, pero tuvo otra erección de inmediato. Entonces tomó
el
firme culo de Derek, que se lo ofrecía provocativamente, y lo
penetró. Derek gritó un dolor glorioso ya que su amante lo
estaba usando totalmente.

Derek era el tercer empleado que


había sufrido "el retiro".
Luxford realmente no sabía
que podía esperar de este
muchacho. Pero no quería esperar
demasiado para averiguarlo.
Su empresa estaba creciendo ciertamente y este
muchacho
todavía era el más excitante. Había notado
todavía una cierta
resistencia dentro de él, no referida
al sexo, pero sí hacia
algunas estrategias de negocios. Un buen
argumento era
siempre un preludio a un sexo mejor, pensó.

Estando todavía encima de


Derek, le pidió que se vistiera. Le
dijo que estaba muy complacido
con su desempeño y que le
gustaría que fuese a su casa a
cenar. Derek estaba feliz con el
cumplido.

"Debes despertarte ahora, Derek"


Derek habló: "Realmente
deseo poder tener nuevamente una
oportunidad como ésta, señor,
y anhelo poder mantener su
confianza", dijo, siguiendo la conversación
que había
comenzado un momento antes de que Luxford lo durmiera.

"Escuché que despediste


a alguien hoy"

"Sí, señor, a
una incompetente. No podía permitirle que siga
estafando a esta
compañía. Ya he pedido un secretario -
hombre- para que la
reemplace. Es la única manera de tener un
buen día laboral.
Hay un hombre joven, que conocí en el retiro,
que pienso podría
ser excelente para ese cargo".

"Excelente, mi muchacho. Realmente


debes venir a cenar, esta
noche. Te espero a las siete"

"Muchas gracias, señor".


Cuando Derek dejó la oficina se miró
en el espejo y pensó
que feo y anticuado era su corte de pelo.
Quizás algo más
corto en la parte de atrás y en los lados luciría
mejor.

Derek se preparó durante


la tarde afeitando su cuerpo, algo que
él siempre había querido
hacer y compró un matizador para
aclarar el pelo, haciéndolo
más rubio. Lucía muy bien, pensó,
mirándose
fijamente al espejo.

Cuando Derek llegó a la casa


de Luxford, le sorprendió ver que
uno de sus socios, Philip, le
abría la puerta. Lucía como un
mayordomo, pero sin uniforme.
Philip no pareció reconocerlo
pero se comportó muy profesionalmente,
como un mucamo,
con modales más bien distantes.

Cómo le gustaría vivir


alguna vez en un lugar como éste y estar
cerca todo el tiempo de
semejante hombre como el Sr. Luxford.
Sería fantástico.
"Derek, mi muchacho",
dijo Luxford cuando Derek entró al hall
"Qué bien que
te ves. Duerme. ¿Lo harás?. Tengo un pequeño
trabajo
que necesito que esté hecho antes que nos sentemos a
cenar. Seguramente
recordarás perfectamente al horrible
George Templeton, ese que tú
equivocadamente defendiste
algunas semanas atrás. Él se ha
alejado del pueblo unos días.
Quiero que vayas a su casa y veas
si puedes encontrar los
planos de su nuevo diseño. Le enseñaremos
quién es el jefe.
¿Harías eso por mí, no?"

"Seguro, Sr. Luxford. Me hará


feliz hacerlo"

"Philip te acompañará,
pero me gustaría que tú seas el único
que entra en
la casa. ¿Me harías ese pequeño favor?"

"Seguramente, señor"

"Por supuesto, si fueras atrapado,


dirás que todo esto fue tu
idea y que yo no tengo nada que ver"

"Por supuesto, señor.


Es una idea totalmente mía"

Cuando Derek regresó esa


noche, tuvieron una maravillosa cena
y luego se retiraron al dormitorio,
donde Luxford exhibió las
maravillosas cintas eróticas orientales
que Derek había
estudiado en su semana de retiro. Derek se entregó
a una noche
entera de exquisita y dolorosa pasión.

El siguiente día de trabajo


Derek pareció olvidar todo lo ocurrido
la noche anterior. Toda su
concentración estaba puesta en ser
el mejor empleado. Admiraba la
ética laboral y la astucia de su
jefe y anhelaba el día en
que fuera ascendido en la compañía,
pero por ahora estaba
satisfecho de hacer lo mejor posible todo
lo que le fuera ordenado.
Su nuevo secretario, Kevin, había
agradado al Sr. Luxford, quien
los había invitado a almorzar. Cuando
regresaron a la oficina,
Derek cerró la puerta y se aseguró
que Kevin supiera quién era
el jefe. Acabó tres veces. Luego,
lo envió a la oficina de Luxford,
donde los recientes talentos de
Kevin fueron puestos a prueba,
nuevamente.

Derek se había convertido


en el empleado perfecto de Luxford.

FIN

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