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HILDA GONZÁLEZ NEIRA

Magistrada ponente

STC3489-2022
Radicación nº 11001-02-04-000-2021-02557-01
(Aprobado en sesión de veintitrés de marzo de dos mil veintidós)

Bogotá, D.C., veinticuatro (24) de marzo de dos mil


veintidós (2022).

Desata la Corte la impugnación del fallo proferido el 25


de enero de 2022 por la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia, en la tutela que Genoveva del Carmen
Carvajal de Padrón le instauró a la Sala de Casación Laboral,
a la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Bogotá, al Juzgado Treinta y Dos Laboral del Circuito de
la misma sede y a la Federación Nacional de Algodoneros en
Liquidación Obligatoria, extensiva a Ofelia Esther Cuello
Garcés y demás intervinientes en el consecutivo 2015-00676.

ANTECEDENTES

1.- La libelista, por intermedio de su agente oficioso,


reclamó la protección de los derechos a «la vida en condiciones
dignas, debido proceso, de las personas de la tercera edad y en
condición de debilidad manifiesta, la seguridad social integral, mínimo
vital, prevalencia del derecho sustancial y acceso a la administración de
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justicia», para que se ordenara a las autoridades querelladas


«dejar sin efectos las sentencias del 20 de abril de 2018 del Juzgado
Treinta y Dos Laboral del Circuito de Bogotá; Sentencia del 25 de julio
[siguiente] de la Sala Laboral del Tribunal Superior de Bogotá y
Sentencia SL 3985-2021 del 2 de agosto de 2021 de la Sala de
Descongestión No. 4 de la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema
de Justicia» y, consecuencialmente, «proferir una nueva sentencia
mediante la cual se condene la Federación Nacional de Algodoneros en
liquidación obligatoria a reconocer y pagar la pensión de sobrevivientes
causada por Octavio Augusto Padrón Martínez en [su] favor».

Subsidiariamente, pidió «estudiar de fondo el recurso


extraordinario de casación presentado (…) tomando en consideración lo
dispuesto en el literal b) inciso tercero del artículo 13 de la Ley 797 de
2003 y que se trata de un adulto mayor sujeto de especial protección
constitucional».

En compendio, adujo que contrajo matrimonio con


Octavio Padrón Martínez el 15 de julio de 1955 y, 34 años
después, disolvieron la sociedad conyugal por mutuo
acuerdo -escritura pública n° 968 de 29 de agosto de 1994 ante la
Notaría Única de Cereté-, sin que el vínculo matrimonial hubiese

culminado, el cual se mantuvo hasta la muerte del primero


de los citados el 7 de marzo de 2010.

Sostuvo que su ex esposo tenía reconocida la pensión


de jubilación por parte de Federación Nacional de
Algodoneros.

Adveró que Ofelia Esther Cuello Garcés promovió


demanda con miras a obtener «el reconocimiento de la sustitución
pensional de Octavio, alegando haber constituido unión marital de hecho

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con el causante, por lo menos durante treinta y cinco años hasta la fecha
en la que aconteció su muerte», pretensiones acogidas por el

Juzgado Treinta y Dos Laboral del Circuito de Bogotá (20 abr.


2018), en determinación que el superior ratificó (25 jul.).

Aseguró que en el recurso extraordinario de casación


(SL3985-2021, 2 ag.), se indicó que «el recurso no podía ser
estudiado de fondo por la existencia de falencias técnicas en su
presentación», por lo que acusó dicha resolución de incurrir en
«un evidente defecto fáctico, por la omisión de apreciación de algunas
pruebas determinantes en el proceso y la valoración de otras de manera
no razonable, toda vez que de las pruebas arrimadas al proceso sí se
acredita el término de convivencia exigido por la norma».

2.- El Juzgado Treinta y Dos Laboral del Circuito de esta


capital relató el rito surtido en el pleito conjurado.

SENTENCIA DE PRIMER GRADO E IMPUGNACIÓN

1.- El a quo negó el resguardo, porque «lo que busca


Carvajal de Padrón es que, por vía de tutela, se sustituya la apreciación
del análisis que al efecto hicieron los jueces designados por el legislador
para tomar la decisión correspondiente. (…) el fundamento de su
solicitud de amparo es el desacuerdo con la determinación adoptada por
las autoridades de instancia y la Sala Homóloga Laboral, que
acertadamente resolvió no casar el fallo proferido en segunda instancia
dentro del proceso ordinario laboral de referencia al determinar que el
Tribunal, no incurrió en los yerros jurídicos endilgados en la demanda
de casación, además, al determinar que el recurso contenía deficiencias
que comprometieron su prosperidad».

2.- Apeló la accionante iterando los argumentos


inaugurales, aduciendo que «el fallo no realiza una valoración o
análisis ponderado de las mismas, que permita arribar a dicha

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conclusión, y es que la sentencia impugnada se limitó a indicar que las


providencias habían sido proferidas en derecho, sin detenerse si quiera
en el análisis de los cargos, defectos y pruebas presentados en el escrito
de tutela, incumpliendo el deber de motivación de las decisiones
judiciales».

CONSIDERACIONES

1.- Si bien la impugnante atacó también los


pronunciamientos del Juzgado Treinta y Dos Laboral del
Circuito (20 abr. 2018) y del Tribunal Superior de Bogotá (25
jul. 2018), el análisis de esta Corporación se circunscribirá
al expedido por la Sala de Casación Laboral, al cerrar el
debate suscitado.

2.- De la evidencia allegada, muy pronto se anuncia que


el resguardo no tiene vocación de prosperidad y, por ende,
procede la convalidación de lo resuelto en primera instancia,
porque la directriz debatida no fue el resultado de criterios
subjetivos u ostensiblemente alejados del ordenamiento
jurídico o de la realidad procesal.

En efecto, los anhelos de la precursora fueron


desestimados en el escenario natural por la Sala de Casación
Laboral, que se abstuvo de estudiar de fondo el asunto
sometido a su escrutinio y no «casó» la sentencia de segundo
grado (25 jul. 2018) que confirmó el de primera instancia y
«negó» sus aspiraciones.

Para ello, liminarmente advirtió «la existencia de falencias


técnicas en el recurso extraordinario que impid[ieron] un
pronunciamiento de fondo, dada la imposibilidad de subsanar tales
errores, pese a la tendencia a flexibilizar los requisitos de la demanda

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de casación» y, memoró que «existen unas formas propias de la sede


extraordinaria que deben ser respetadas por quien acude a él con la
finalidad de que la sentencia de segunda instancia sea anulada».

A partir de allí, explicó las deficiencias que


comprometieron la prosperidad del recurso, a saber:

i)- La existencia de error en el alcance de la


impugnación, toda vez que la quejosa «solicitó simultáneamente
la casación y la revocatoria de la sentencia de segunda instancia», lo

cual resulta «impropio de la sede extraordinaria, como quiera que,


reiteradamente ha manifestado esta Corporación que la casación recae
sobre el fallo del Tribunal, mientras que la revocatoria, la confirmación o
modificación se hace sobre la sentencia de primera instancia (CSJ
SL3798-2020)».

En tal virtud, puso de relieve que «es obligación del


recurrente explicar ‘lo que pretende con la sentencia acusada, si casarla
total o parcialmente y en este caso, sobre qué puntos debe versar la
anulación del fallo y cuáles deben quedar vigentes; además, qué procura
con la sentencia del juzgado, si confirmarla, modificarla o revocarla y en
los dos últimos casos, cuál debería ser la decisión’ (CSJ SL3309-2020)»,
lo cual no ocurrió en el asunto objetado.

Caviló, entonces, que «la casacionista en las instancias se


limitó a rechazar la prosperidad de las pretensiones de la demandante,
sin que propendiera por demostrar la acreditación de los requisitos
dispuestos para efectos del reconocimiento pensional a su favor».

ii)- Igualmente, evidenció que la impulsora «plantea


pretensiones que no fueron expuestas en la demanda inicial o en su
contestación», lo que significa «una contravención del principio de
congruencia que rige desde el inicio de las actuaciones procesales».

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iii)- La reclamante mezcló las formalidades requeridas


para el planteamiento de las vías directa e indirecta, en razón
a que:

a) «El ataque de la sentencia recurrida se dirige por la vía indirecta


y luego indica, indistintamente, las submodalidades de
interpretación errónea y falta de aplicación respecto de las mismas
disposiciones normativas»;

b) «Incurre en una imprecisión al invocar el concepto de violación


de ‘falta de aplicación’, el cual es inexistente en la casación del
trabajo y en la que solo son admisibles los submotivos de
aplicación indebida, interpretación errónea e infracción directa» y

c) «La sola individualización de los errores de hecho y derecho


evidencia la inapropiada mixtura de vías en la que incurrió la
censura, pues denuncia la comisión de ellos, sin la distinción
requerida cuando se dirige el ataque por la vía indirecta».

iv)- Finalmente, esgrimió que no se atacó «el pilar de la


sentencia recurrida», en atención a que la disconformidad de la

censura radica en que «el Tribunal no le hubiera exigido la


acreditación de los cinco años en cualquier tiempo, sino en los últimos
años de vida del causante y que no los encontrara probados tras el
estudio de las pruebas aportadas en el proceso, tales como el acta de
matrimonio católico, los registros civiles de nacimiento de sus hijos y el
testimonio de su hija Rosa María Padrón».

Soportó su reflexión en el fallo CSJ SL1136-2020, según


el cual:

«Respecto de las falencias de técnica enrostradas por la oposición,


solo una tiene relevancia, en el sentido de que a través del ataque
por la vía indirecta no puede acusarse la falta de aplicación de una
norma, salvo una excepción, destacada en sentencia CSJ SL
26564, 14 jun. 2006, reiterada en la CSJ SL14329-2017, así:

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Como es sabido, un cargo por la vía indirecta implica siempre la


aplicación indebida de la ley, por lo que no pueden darse ni la
infracción directa ni la interpretación errónea. Sin embargo, se ha
aceptado por esta Sala, la acusación por falta de aplicación de una
norma, como modalidad de aplicación indebida, pero solo en el
entendido que el cargo esté encaminado por la vía indirecta y bajo
el supuesto de que el error manifiesto de hecho atribuido a la
decisión atacada pueda originar que se deje de aplicar la
disposición legal que convenía al caso».

Con todo, coligió que las reflexiones fácticas del


Tribunal estaban amparadas en el Código Procesal del
Trabajo y de la Seguridad Social, que establece que «en los
juicios del trabajo, los juzgadores pueden formar libremente su
convencimiento ‘[…] inspirándose en los principios científicos que
informan la crítica de la prueba y atendiendo a las circunstancias
relevantes del pleito y a la conducta procesal observada por las partes’
(CSJ SL4514-2017)».

De manera que, concluyó:

«El Tribunal fundó la confirmación de la sentencia de primera


instancia al razonar que, en calidad de cónyuge, la litisconsorte
necesaria no acreditó al menos cinco años de convivencia con el
pensionado en cualquier tiempo, y que adicionalmente, no
comprobó ‘[…] que subsistan los deberes de la pareja al margen
de si se allanaron a ellos o no’», lo cual «el fallador tuvo como
sustento de la decisión dos argumentos de naturaleza jurídica y
fáctica, los cuales fueron desconocidos e incuestionados por la
impugnante, ignorando que tenía la obligación de desvirtuar la
presunción de legalidad y acierto que le asiste a la sentencia, por
lo que éste se obliga a exponer el error ostensible que sirvió de
fundamento para la decisión del Tribunal».

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3.- Así las cosas, independientemente que esta Sala


avale o no las disertaciones transcritas, no emerge defecto
alguno que estructure una «vía de hecho» como busca la
sedicente, quien aspira a imponer su propia visión acerca de
la solución que debió dársele a la controversia, sin que tal
propósito se acompase con la finalidad de la vía superlativa,
cuyo objetivo tuitivo no es servir de tercera «instancia» con el
fin de discutir los fundamentos de la «autoridad judicial» en el
ámbito de sus competencias (STC, 6 may. 2011, Rad. 00829-
00; reiterada, entre otras, en STC,9232-2018 y STC2544-
2021).

4.- Corolario de lo discurrido en precedencia, se impone


mantener el fallo refutado, advirtiendo que para la Sala es
procedente el respeto por las «decisiones judiciales, compártase
o no lo solventado por el juez natural, máxime cuando se
trata de organismos de cierre, salvo que «la tutela depend[a] de
la existencia de decisiones alejadas de manera absoluta del
ordenamiento y carentes de fundamento objetivo» (STC13808-2021,

14 oct.).

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia,


en Sala de Casación Civil, administrando justicia en nombre
de la República de Colombia y por autoridad de la
Constitución, CONFIRMA la sentencia de fecha, naturaleza
y procedencia conocida.

Infórmese por el medio más ágil a los interesados y,


oportunamente, remítase el expediente a la Corte
Constitucional para su eventual revisión.

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NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE

HILDA GONZÁLEZ NEIRA


Presidenta de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

MARTHA PATRICIA GUZMÁN ÁLVAREZ

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

(AUSENCIA JUSTIFICADA)
LUIS ALONSO RICO PUERTA

(AUSENCIA JUSTIFICADA)
OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

(AUSENCIA JUSTIFICADA)
FRANCISCO TERNERA BARRIOS

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Firmado electrónicamente por Magistrado(a)(s):

Hilda Gonzalez Neira

Álvaro Fernando García Restrepo

Martha Patricia Guzmán Álvarez

Aroldo Wilson Quiroz Monsalvo

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