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Hans Emil Meyer, también conocido como Hannes Meyer, nací

en Basilea, Suiza, en el año 1889, fui arquitecto y urbanista, que


trabajó como profesor (1927-1928) y luego como director en la
escuela de artes y oficios de la Bauhaus (1928-1930).

Nací en el seno de una familia de arquitectos, recibí formación


técnica y artesanal, estudié en las universidades de Berlín, la
Technische Hoschschule y la Kunstgewerbeschule, y comencé mi
actividad en el mundo de la arquitectura en la I Guerra Mundial.

Para mí la casa, el edificio, era un producto industrial, un trabajo


de especialista. Por ello veía al arquitecto como un artista y un
especialista en la organización.

Siempre combiné mi compromiso social con conceptos radicales


y líricos de base marxista sobre la arquitectura y la teoría de la
creación. Además para mí la arquitectura no constaba solo de
elementos formales y estéticos sino que la forma arquitectónica venía determinada por cálculos basados
en una lógica científica aplicada al dibujo de planos. Por otro lado, también reflejé siempre mi interés por
la estandarización de viviendas organizadas en colectividades.

Mi primer proyecto importante fue la Siedlung (1919-1922) destinada a la Verband Schweizericher


Konsumbereine, una arquitectura sobria pero simbólica de estructura modular basada en la unidad formal.

Entre 1922 y 1926, pasé rápidamente por todas las etapas de los movimientos vanguardistas del momento,
especialmente el constructivismo, y trabajé en diferentes disciplinas: como corrector, colaborador de
revistas teóricas extremadamente combativas, como redactor de manifiestos radicales, como publicista,
organizador y como decorador de exposiciones.

En 1926, fundé un estudio de arquitectos junto con Hans Wittwer (profesor de la Bauhaus por un tiempo),
con quien proyecte la Peterschule en Basilea, y la sede de la Sociedad de las Naciones en Ginebra.

En 1927, Walter Gropius se fijó en mí en la inauguración de la Bauhaus de Dessau, y entusiasmado con


mi fuerte personalidad, mi impetuosidad y mi competencia profesional, pensaron que era el mejor
candidato para profesor por ser un hombre de acción y saber subyugar a los jóvenes. Por ello, me propuso
dirigir la sección de arquitectura y encargarme de una clase magistral. Aunque en la inauguración no me
pareció nada especialmente relevante, acepte el cargo por la interesante charla que mantuve con el propio
Gropius y maestros como Kandinsky, Moholy, Schlemmer y Breuer.

Desde 1927 a 1928, organicé cursos sobre cuestiones de arquitectura generales. Sin embargo, a causa de
la insuficiencia de alumnos, durante este primer año impartí pocas clases, y me dediqué a modificar los
planos de Petersschule y del palacio de la Sociedad de Naciones para publicarlos en la revista Bauhaus.

En abril de 1928, fui nombrado director de la escuela, sustituyendo a Gropius. Dado a la crisis económica
y comercial del momento, intenté vincular la escuela a la industria, para dejar de depender de los
donativos del Estado e introducir a los estudiantes al mercado laboral. Para conseguir esa unión con la
industria, la escuela debía abrirse más a la realidad social, reemplazando las ansias de lujo, por las
necesidades del pueblo y los productos estandarizados de consumo masivo, primando al anonimato y la
colectividad sobre el individualismo.

Por esta razón, ideé un plan de estudios efectivo, rechazando la pura estética, destacando la tecnología y
los materiales, centrándose en la arquitectura y convirtiéndola como final de toda actividad artística. Esta
estructura organizaba la Bauhaus en cuatro departamentos, arquitectura, publicidad, producción y tejidos.

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Durante la fase inicial, la demanda de diseños de la Bauhaus por parte de la industria no dejó de aumentar
y los talleres se convirtieron en una especie de empresa productiva, llegándose a plantear la cuestión de si
la Bauhaus era una escuela o una fábrica.

Los productos creados eran sencillos, sólidos y prácticos, y respondían a necesidades constructivas y
funciones. Y es que mi principal objetivo era acceder a un nuevo mundo en el que estos productos
cumplirían una función, las necesidades del consumidor, y podrían ser adquiridos por un gran número de
personas sin renunciar a aspiraciones artísticas y configurativas. Es un buen ejemplo el papel pintado sin
estampado que tanto éxito tuvo.

Sin embargo, a medida de que la escuela se iba abriendo al exterior, iba cogiendo un estilo cada vez más
politizado ya que potencié las conferencias de personalidades del mundo de la política, las finanzas, la
filosofía y la economía planteando de forma cada vez más insistente cuestiones sociológicas e ideológicas
sobre el marxismo-leninismo y el movimiento obrero.

No todos los maestros estaban de acuerdo con mi ideología, y esto es lo que provocó mi cese.

Mi paso por la escuela Bauhaus, fue ensombrecida por la reputación de Walter Gropius y sé que alguna
vez, Mies van der Rohe, me criticó por débil e inmaduro, inseguro, escandaloso e imprudente y que el
propio Gropius se arrepintió de cederme el puesto ya que opinaba que era una persona con unas tácticas y
estrategias demasiado bonitas y que era un pequeño burgués radical.

Además reconozco que puede que fuese el director más controvertido de la escuela por mis labores,
posturas teóricas y actividades políticas. Sin embargo llegué a realizar grandes logros. Tiene mérito mi
trabajo con los estudiantes de la sección de arquitectura. Además, la reestructuración que realicé triunfó y
impulsé la colaboración del instituto con la industria, es decir abrí la escuela al mundo.

Una vez fuera de la escuela, viajé a la Unión Soviética junto con otros alumnos también expulsados, y
trabaje allí durante cinco años.

Regresé a Suiza, pero solo puede construir una guardería entre los años 1936 y 1939. Este último año
viajé a México, y trabaje allí como profesor y perito hasta 1949.

Por último, volví otra vez a Suiza y dedique mis últimos años a realizar estudios teóricos.

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BIBLIOGRAFÍA

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Dearstyne, Howard. Inside the Bauhaus. New York: David Spaeth, Rizzoli International Publications,
1986.

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Garrido, Alba. “Hannes Meyer”. Arquitectura, disseny i modernitat [blog]. [Consulta: 25 de noviembre
2012]. Disponible en: http://albagarridoperez.blogspot.com.es/

Aranzabal Uriarte, Amaia


GRAU EN ENGINYERIA EN DISSENY INDUSTRIAL
ESTÉTICA Y DISEÑO-1er Curs
Professor: Viñamata Urruela, Águeda

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