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CAUSALIDAD DE LOS DELITOS
CONTRA EL MEDIO AMBIENTE
CAUSALIDAD DE LOS
DELITOS CONTRA EL
MEDIO AMBIENTE
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INDICE
INDICE DE ABREVIATURAS...................................... 13
CAPITULO 1
CAUSALIDAD, PRINCIPIO DE CAUSALIDAD
Y RELACION DE CAUSALIDAD EN EL DE
RECHO PENAL: CUESTIONES GENERALES
1. Introducción........................................................... 15
2. Los conceptos de causa, ley causal y relación de cau
salidad. La recepción y trascendencia en el ámbito
jurídico penal de las formulaciones filosóficas... 30
3. El estado actual de la teoría de la equivalencia de
las condiciones....................................................... 44
CAPITULO II
LA RELACION DE CAUSALIDAD EN LOS
DELITOS DE LESION CONTRA BIENES
INDIVIDUALES MEDIANTE CONDUCTAS
QUE ATENTAN CONTRA EL MEDIO
AMBIENTE
CAPITULO III
DELITOS DE PELIGRO CONCRETO Y
RELACION DE CAUSALIDAD
CAPITULO IV
LA LESION DE OBJETOS
MEDIOAMBIENTALES EN CONCRETO.
ARTICULOS 315 y 316 DEL PROYECTO DE
CODIGO PENAL DE 1992
1. Introducción.............................................................. 135
2. La determinación del resultado típico..................... 138
2.1. La contaminación de las aguas................ 141
3. Sumación, acumulación y combinación de efectos.. 145
4. La estructura típica de los delitos que exigen la le
sión de objetos medioambientales........................ 150
CAPITULO V
DELITOS DE PELIGRO HIPOTETICO Y
RELACION DE CAUSALIDAD
BIBLIOGRAFIA................................................................ 191
ABREVIATURAS
1 .- INTRODUCCION
819 y 820; Muñoz Conde, F., Derecho Penal, Parte Especial, 8 ed., Valenda,
1988, pág. 475; de Vega Ruiz, J.A., «Protección penal del consumidor» en
Poder Judicial, especial VII, págs. 277 a 297; Tiedemann, K„ Poder
económico y delito, Barcelona, 1985, pág. 143. Con doctrina, Cramer, P.,
«Comentario previo al parágrafo 306, número marginal 5 » en Strafgesetzbuch,
Schönke-Schröder (coor.), 23a ed., Munich, 1988. En nuestro ordenamiento,
una conducta será peligrosa para la salud cuando sea posible que de ella se
derive alguna de los resultados descritos en los artículos 418 a420 del Código
Penal. ,
15 Véase en literatura española Roca Juan, J., «Sobre el deber general de respeto
a la persona (Derecho Civil y medio ambiente)» en Anuario de Derecho Civil,
XXXIX (1986), pág. 765; Sánchez-Migallón Parra, M‘.V., «El bien jurídico
protegido en el delito ecológico» en CPC 29 (1986), pág. 338; Rodríguez
Ramos, L., «Instrumentos jurídico preventivos y represivos en la protección del
medio ambiente» en Documentación Administrativa 190 (1981), pág. 461;
Bustos Ramírez, J„ Manual de Derecho Penal. Parte especial, Barcelona,
1986, pág. 352; Rodríguez Ramos, L., «Sobre una inadecuada pretensión de
proteger penalmente el medio ambiente (artículo 323 a 325 del proyecto)» en
La reforma penal ypenitenciaria (1980), pág. 482; Muñoz Conde, F., Derecho
Penal. Parte especial, cit, pág. 510; Prats Canut, J.M., «La protección penal
del medio ambiente» en Propostes pera la reforma, Barcelona, febrero 1991,
(ejemplar dactilografiado); Vázquez de Prada, V., «Medio ambiente y costes
de contaminación» en Documentación Administrativa 178 (1978), pág. 130;
Martínez Rincones, J.F, Delito ecológico, Mérida (Venezuela), 1978 pág. 33;
Peris Riera, J.M., «La primera sentencia por delito ecológico ¿Una resolución
histórica?» en Poder Judicial 11 (1988), pág. 96.
En literatura comparada véase, Rengier,R., «ZurBestimmung undBedeutung
der Rechtsgütter im Umweltstrafrecht» en AUW40 (1990), págs. 2057 y ss;
Dreher, E./ Tröndle, H., «Comentario previo al parágrafo 324, número
marginal 3» en Strafgesetzbuch und Nebengesetze, Munich, 43“ ed., 1986;
Tiedemann, K., Poder económico y delito, cit., pág. 140; Steindorf, J.,
«Comentario previo al parágrafo 324, números marginales 9 a 12» en
Strafgesetzbuch Leipeziger Kommentar, 10ed, de Jescheck, H.H./Rub, W./
Willms, G., (coor.), Berlín-Nueva York, 1985-1989; CRAMER, P., «Co
mentario previo al parágrafo 324, número marginal 8» en Strafgesetzbuch de
Schönke-Schröder (coor.), cit.; BREUER, R., «Umweltchutzrecht» en
Besonderes Verwaltungsrecht, Berlín-Nueva York 1985, pág. 535; Rogall,
K., «Gegenwartsprobleme des Umweltstrafrechts» cit., pág. 509; Horn, E.,
«Comentario previo al parágrafo 324, número marginal 2» en Systematicher
Kommentar Zum StGB, Besonderer Teil, 4“ ed., Frankfurt, 1990; de Klemm,
C., «Les elements de l’environnement» en l’ecologie et la loi. Le Statut
juridique de Venvironnement, Paris, 1989, pág. 15;
20 Paz M. de la Cuesta Aguado
16 Véase en este sentido Padovani, T., «La problemática del bene giuridico e la
scelta delle sanzioni» en Dei delitti e delle pene 2 (1984), pág. 117; Bustos
RamIrez, J., «Los bienes jurídicos colectivos» en Control social y sistema
penal, Barcelona, 1987, pág. 159, también en Revista de la Facultad de
Derecho de la Universidad Complutense. Estudios de Derecho Penal en
homenaje al Profesor Luis Jiménez de Asúa, cit., págs. 147 y ss; Hassemer,
W., «Il bene giuridico nel rapporto di tensione tra costituzione e diritto
naturale. Aspetti giuridici» en Dei delitti e delle pene 2 (1984), pág. 109;
González Rus, J.J., Los intereses económicos de los consumidores. Protec
ción Penal, Madrid, 1986, pág. 32 y 33; 79 y ss. y 100.
17 CarbonellMateu, J.C., «En tomo alos intereses de titularidad colectiva» en
Protección internacional del medio ambiente y Derecho ecológico, Bilbao,
1987, pág. 217.
18 Hassemer, W., «Il bene giuridico nel rapporto di tensione tra costituzione e
diritto naturale. Aspetti giuridici», cit., pág. 110; del mismo, «Lincamientos
de una teoría personal del bien jurídico» en Doctrina Penal, Teoríay práctica
en las Ciencias Penales 46/47 (1989), págs. 276 y ss. y, especialmente 289.
También Horn, E., «Umweltschutz durch Strafrecht» en Natur und Recht 2
(1988), pág. 63; Heine, G./ Albrbcht,H./ Meinberg, V., «Umweltschutz
durch Strafrecht. Empirische und rechtsuergteinchende untersuchungsvor
haben zum Umweltstrafrecht und zur Umweltkriminalitat» en ZStW 96
(1984), pág. 93.
19 Soy partidaria de un concepto personalista y monista de bien jurídico, en el
sentido de que su fin último es la protección de intereses individuales, los
únicos realmente existentes. Para su protección se pueden arbitrar superes
tructuras cuya lesión ya significa un peligro para bienes jurídicos individua
les. Ello no implica que el bien jurídico universal o macrosocial no tenga
carácter autónomo, sino que su creación sólo está justificada desde esta
perspectiva personal que, además, dotará de contenido material el concepto
de bien jurídico. Formalmente se puede admitir un definición social y
constitucionalmente orientada, de forma que el bien jurídico sería una
Causalidad, principio de causalidad y relación... 21
33 Bustos Ramírez, J., «Del estado actual de la teoría del injusto», cit., pág. 17.
34 Bustos Ramírez, J„ «Imputación objetiva. (Cuestiones metodológicas y
sistemáticas)», cit., pág. 144.
35 Bustos Ramírez, J., «Imputación objetiva (Cuestiones metodológicas y
sistemáticas)», cit., pág. 144.
36 Bustos Ramírez, J., «Del estado actual de la teoría del injusto», cit., págs. 30
y 31.
26 Paz M. de la Cuesta Aguado
46 Aunque no falta quien afirma que «en la etapa actual del postfinalismo
despliega el efecto de un remolino que atrae y ahoga en su seno a todo el tipo
objetivo» (Struensee, E., «Atribución objetiva e imprudencia» en CPC 44
(1991), pág. 449).
47 Rizando el rizo véase la Sentencia de la Sala 2 del Tribunal Supremo de 8 de
abril de 1981 (ponente Sr. Hijas Palacios), que dice: «En la relación de
causalidad pueden distinguirse claramente el aspecto subjetivo o relación del
agente con el resultado, atribución psíquica y moral del resultado a la
culpabilidad del agente, la objetiva material, lógica y física entre la acción del
agente y el resultado directo y adecuado para producir el mismo; y la jurídica
o relevancia de aquella causalidad apreciada, judicialmente, según normas
de experiencia jurídica o de asesoramiento técnico».
48 Pretendo únicamente partir de las bases de lo que la mayor parte de la doctrina
está de acuerdo, aunque no lo esté en la ubicación y contenido de los criterios
sobre el tema de la propia imputación objetiva. Véase Larrauri, E., «Notas
preliminares par una discusión sobre la imputación objetiva», cit., pág. 732;
Horn, E., «Les problèmes de la causalité dans le domaine de la polution de
l’air et de la sûreté des médicaments, en Revue Internationale de Droit Penal
(1987), pág. 168; Gimbernat Ordeig, E., «El sistema de Derecho Penal en la
actualidad» en Estudios de Derecho Penal, 2a ed., Madrid, 1980, pág. 139 y
ss.; Arroyo Zapatero, L., La protección penal de la seguridad en el trabajo,
Madrid, 1981, pág. 190.
30 Paz M. de la Cuesta Aguado
49 Jescheck, H.H., Tratado de Derecho Penal. Parte general, cit., pág. 379,
cuando lo hace se refiere básicamente a supuestos de omisión propia o
comisión por omisión. Quintero Olivares, G., Derecho Penal. Parte gene
ral, Barcelona, 1986, pág. 329, «La causalidad puede, así pues, concurrir
como elemento previo a la imputación objetiva. Pero subsisten situaciones de
imputación en las que la causalidad /u/ru o bien se construye analógicamente»
(cursiva en el original).
50 Gómez Benítez, J.M., Causalidad, imputación y cualificación por el resul
tado, Madrid, 1988, pág. 32. Torío López, A., «Cursos causales no
verificables», cit., pág. 222; Jescheck, H.H., «Comentario al artículo 13 del
Código Penal alemán» en Leipziger Kommentar, número marginal 48.
51 Corcoy Bidasolo, M„ Injusto e imputación objetiva, cit., pág. 705, también,
en El delito imprudente: criterios de imputación del resultado, cit., págs. 421
Causalidad, principio de causalidad y relación... 31
de L’air et de la sûreté des médicaments», cit., pág. 167; Kaufmann, A., «El
delito culposo» en Nuevo Pensamiento Penal (1976), traducción de Moreno
H, M., pág. 476; Lackner, K., «Comentario previo al parágrafo 13, número
marginal 1 c)» en Código Penal comentado, 18 auf., Munich, 1989; Roxin.
K., Strafrecht. Allgemeiner Teil. DerAufbau der Verbrechenslehre, Munich,
1992, pág. 219, número marginal 5.
56 Jescheck, H.H., Tratado de Derecho Penal. Parte general, cit., pág. 378.
57 Glaser,3.,AbhandlungenausdemösterreichischenStrafrecht, Viena, 1858.
58 Von Buri, M., Über Causalität und deren Verantwortung, Leipzig, 1873;
también del mismo. Die Causalität und ihre Strafrechtlichen Beziehungen.
Stuttgart, 1885.
59 Horn, R., Der Causalitätbegriff in der Philosophie und im Strafrechte,
Leipzig, 1893, págs. 6 y 18. Del concepto filosófico de Stuart Mill deriva
la «equivalencia», aunque no coincide con aquélla pues, en palabras de
Antón Oneca, «si así fuese, habría que renunciarse en el Derecho Penal a
exigir toda responsabilidad, ya que nunca pone el sujeto con su acción todos
los fenómenos productores del resultado» (Antón Oneca, J., Derecho Penal,
2a ed., anotada y corregida por Hernández Guijarro y Beneytez Merino,
Madrid, 1986, págs 186 y 187). Pero, lo que es aún más importante, al
conocimiento humano resultaría imposible de determinar cuál fue la verda
dera causa del resultado, con lo cual entraría siempre en aplicación el
principio in dubio pro reo. En este sentido se pronuncia también Gimbernat
Ordeig, E., cuando dice que «la teoría de la condición es falsa, como hemos
visto, en cuanto que pretende fundamentrse en una teoría filosófica de la
causalidad: la de Stuart Mill; pues si causa son todas las condiciones del
resultado en su conjunto, entonces no es posible que cada una de ellas lo sea
también» (Delitos cualificados por el resultado y causalidad, cit., pág. 106).
Causalidad, principio de causalidad y relación... 33
60 Que respondía a las preguntas ¿Quien lo hizo? ¿De qué? ¿Para qué?. Véase
en Díaz Palos, F., La causalidad material en el delito, cit., pág. 17; también
en Koriath, H., Kausalität, Bedingungstheorie und Psychische Kausalität,
Gotinga. 1988, pág. 3.
61 Díaz Palos, F., La causalidad material en el delito, cit., pág. 17; Caballero
Sánchez, S., «Causa», cit., págs. 406; Simón, H.A., «Causalidad», Enciclo
pedia Internacional de las ciencias sociales, tomo II, Madrid, 1974, pág. 225.
62 Luzón Domingo, M., Derecho Penal del Tribunal Supremo I, Barcelona,
1964, pág. 53.
34 Paz M. de la Cuesta Aguado
74 Díaz Palos, P., La causalidad material en el delito, cit., pág. 22; Horn, R.,
Der Causalitatbegriff in der Philosophie und im Strafrechte, cit., pág. 29.
75 Jiménez de Asúa, L., Tratado de Derecho Penal, Tomo III, cit., pág.499,
76 Díaz Palos, F., La causalidad material en el delito, cit., pág. 43.
77 De ahí la primera crítica que realiza Jiménez de Asúa a la teoría de la
causación adecuada: «su más voluminoso error no está sólo en esta impacien
cia antilógica, sino en haber elaborado una doctrina jurídica de la causalidad,
distinta de la física y filosófica» (Jiménez de Asúa, L., Tratado de Derecho
Penal, Tomo III, cit., pág. 569).
78 Aquí se puede apreciar el germen de la distinción entre relación de causalidad
e imputación objetiva mediante criterios normativos. En la misma idea incide
posteriormente Jiménez de Asúa. En 1978 afirma que la más correcta teoría
causal es la de la condición, «pero el error de sus partidarios estriba en creer
Causalidad, principio db causalidad y relación... 39
resultado y causalidad, cit., 545 a 547; del mismo, «La causalidad en Derecho
Penal» en ADPCP XVI (1962), pág. 545, «Causa tiene en el lenguaje comente
un sentido individualizador: con ella se designa siempre la condición más
importante de un evento». «Cuando en los textos se habla de matar, producir,
a consecuencia, etc.., no se está aludiendo para nada a una relación causa
efecto, sino aúna relación puramente material. Este es el verdadero significado
que el legislador confiere, por ejemplo, al verbo incendiar: no que el autor tenga
que ser causa del resultado, sino que el delito ha de ser consumado» (546). Sólo
la constatación de la existencia de la relación entre acción y resultado ha de ser
decidida en el marco del problema causal. Unicamente la cuestión de averiguar
si la acción típica ha causado el resultado cae dentro de la competencia de la
causalidad. Con ello desaparece el concepto de causa del Derecho Penal y se
impide la intromisión de ciencias extrajurídicas (pág. 547).
91 Roxin, K., Strafrecht. Allgemeiner Teil. DerAufbau der Verbrechenslehre,
cit., pág. 219, número marginal 4.
92 Hurtado Pozo, J., Droitpénal. Partie spéciale 1. Infractions contre la vie et
l’integrité corporelle, 2 ed., Friburgo (Suiza) 1991, pág. 148.
93 Gómez Benítez, J.M., Causalidad, imputación y cualificación por el resul
tado, cit., pág. 31. «por el contrario, la fundamentación de la vinculación
causal entre una acción y un resultado tiene por objeto la mera manifestación
exterior de un fenómeno; se refiere, pues, indirectamente a una ley causal,
pero su objeto directo de conocimiento es sólo la manifestación exterior de
la misma: éste es, precisamente, el terreno del Derecho Penal y, en concreto,
de la tipicidad penal de un hecho».
42 Paz M. de la Cuesta Aguado
105 En este sentido Jescheck, H.H., Tratado de Derecho Penal. Parte general, cit.,
pág. 384 y Puppe, «Causalidad», cit., pág. 684,nota 5; Roxin, K„ Strafrecht.
Allgemeiner Teil. Der Aufbau der Verbrechenslehre, cit., pág. 219, número
marginal 13; Lenckner, Th., «Comentario previo al parágrafo 13, número
marginal 74» en Schönke-Schröder (coor.), cit. Terminante, véase Gimbernat
Ordeig, E., Delitos cualificados y causalidad, cit., pág. 139.
106 Puppe, I., «Der Erforlg und seine Kausale Erklärung im Strafrecht», cit., pág.
910.
107 Kuhlen, L., Fragen einer strafrechtlichen Produkthaftung, cit., pág. 37.
108 pUPPEt i «Der Erforlg und seine Kausale Erklärung im Strafrecht», cit., pág.
910.
48 Paz M. de la Cuesta Aguado
109 Torio López, A., «Cursos causales no verificables en Derecho Penal», cit.,
pág. 232.
110 Para la correcta comprensión de los términos aquí empleados puede ser muy
interesante la lectura del libro de Atienza, M., Tras la Justicia, Barcelona,
1993, especialmente en sus páginas 119 a 128.
111 Gómez Benitez, J.M., Causalidad, imputación y cualificación por el resul
tado, cit., pág. 27; Kuhlen, L., Fragen einer strafrechtlichen Produkthaftung,
cit., pág. 35.
112 En contra, Cerezo Mir, L, Curso de Derecho Penal español, 3 ed., 1985,
pág.283. Considera este autor que la formula de la conditio sine qua non sólo
falla en los casos en que concurran en la producción de un resultado dos
condiciones que por sí mismas hubieran sido suficientes para causar un
resultado (causalidad cumulativa); en estos supuestos sigue la fórmula de
Welzel, según la cual, «si hay varias condiciones de las que cabe hacer
abstracción de modo alternativo, pero no conjuntamente, sin que deje de
producirse el resultado, cada una de ellas es causal para la producción del
resultado» (pág. 284).
113 Gimbernat Ordeig, E., Delitos cualificados y causalidad, cit., pág. 122;
Torío López, A., Cursos causales no verificables en Derecho Penal, cit., págs.
222 y 228; Jescheck, H.H., Tratado de Derecho Penal. Parte general, cit.,
pág. 384; Gómez Benítez, J.M., Teoría jurídica del delito. Derecho Penal.
Parte general, cit., págs. 174 y 175; del mismo, Causalidad, imputación y
cualificación por el resultado, cit., pág. 28; Larrauri, E„ «Notas prelimina
res para una discusión sobre la imputación objetiva», cit., pág. 721; Samsom,
E„ Hypothetische Kausalverläufe im Strafrecht, cit., pág. 31; Jescheck,
H.H., «Comentario al artículo 13 del Código Penal alemán» en Leipziger
Kommentar, cit., número marginal 51.
114 Engisch, K„ Die Kausalität als Merkmal der strafrechtlichen Tatbestände,
Tubinga, 1931, pág. 21. Véase en Gimbernat Ordeig, E., Delitos cualifica
dos y causalidad, cit., pág. 128.
115 Jescheck, H.H.,Tratado de Derecho Penal. Parte general, cit., pág. 385.
También Puppe, L, «Causalidad», cit., pág. 688. La diferencia entre la
Causalidad, principio de causalidad y relación... 49
ideal o medial, imponiendo para estos casos las reglas del concurso real según
el principio de acumulación. Véase Cuello Contreras, J., «La frontera entre
el concurso de leyes y el concurso ideal de delitos: la función de la normativa
concursa! (I)» en ADPCP (1979), pág. 48.
Se incide así en la gravedad de las penas a fin de, primero, ratificar el enorme
desvalor que para la Ley conlleva la realización de las conductas descritas y,
segundo, evitar agravios comparativos entre la sanción de peligro y del
peligro-lesión, que supondría la aplicación de las reglas del artículo 71.
Véase Muñoz Conde, F., Derecho penal. Parte especial, cit., pág. 516.
125 Véase con carácter general Díez Ripollés, J.L., «Los delitos cualificados por
el resultado y el artículo 3o del proyecto de Código Penal español de 1980»,
primera parte, en ADPCP XXXV (1982), págs. 627 a 649 y segunda parte en
ADPCP XXXVI (1983), págs. 101 a 126; Cardenal Murillo, A., «Natura
leza y límites de los delitos cualificados por el resultado» en ADPCP XLII
(1989), págs. 593 y 631; Córdoba Roda, J., «La producción de un resultado
de muerte en los delitos contra la salud pública» en Libro homenaje al
profesor José Antón Oneca, Salamanca 1982, págs. 673 a 677; Hormazábal
Malaree, H.. «Imputación objetiva y subjetiva en los delitos cualificados por
el resultado» en ADPCP XLII (1989), págs. 1022 a 1024.
126 Sobre el tema Hormazábal Malaree, H., «Imputación objetiva y subjetiva
en los delitos cualificados por el resultado», cit., págs. 1022 a 1024.
127 Ambas posibilidades las admite Jescheck, H.H., Tratado de Derecho Penal.
Parte general, cit., pag 375.
La relación de causalidad en los delitos de... 53
133 Jescheck, H.H., Tratado de Derecho Penal. Parte general, cit., pág. 355.
134 Dannecker, G., «La responsabilité pénale pour les délits d’omission en droit
allemand, notamment dans le domaine de 1 ’ économie et de l’environnement»
en Rev. science crim. (1987), págs. 389 y 394.
135 Schünemann, B., «Cuestiones básicas de dogmática jurídico penal y de
política criminal acerca de la criminalidad de empresa» en ADPCP XLI
(1988), págs. 530 y 531.
56 Paz M. de la Cuesta Aguado
143 Muñoz Conde, F., Derecho Penal. Parte especial, 8 ed., cit., pág. 481.
144 Que ocasiona «muerte», dice el artículo.
145 Gómez Benítez, J.M., Causalidad, imputación y cualificación por el resul
tado, cit., pág. 118; Cantarero Bandrés, R„ «El delito ecológico: análisis
del actual tipo penal y sus antecedentes» en El delito ecológico, cit., pág. 76.
146 Que lleva a algún autor a hablar de la inoportunidad político criminal de la
tipificación de los delitos ecológicos (Rodríguez Ramos, L., «Instrumentos
jurídico-preventivos y represivos en la protección del medio ambiente», cit.,
pág. 461). Véase también del mismo, «Sobre una inadecuada pretensión de
proteger penalmente el medio ambiente», cit., pág. 478. En contra, sin
embargo, la mayoría de la doctrina. Véase por ejemplo, Cantarero Bandrés,
R., «El delito ecológico: Análisis del actual tipo penal y sus antecedentes» en
El delito ecológico, cit., pág. 77; Pierangelli, J.H. «Ecología, polución y
Derecho Penal» en Doctrina Penal 21 (1983), pág. 73, Villagómez, A., «El
delito ecológico» en La Ley 1984-4 págs. 1068 y ss.; Prats Canut, J.M., «La
protección penal del medio ambiente», cit.; Conde Pumfido Touron, C.,
«Protección penal del medio ambiente. Cuestiones generales» en Poder
Judicial, número especial IV (1988), pág. 69.
La relación de causalidad en los delitos de... 59
además, es que la pena del tipo de peligro es insuficiente —y por tanto injusta
(Mapelli Cafearena, B./Terradillos Basoco, J., Las consecuenciasjurídicas
del delito, Madrid, 1990, pág. 36.)— si se aplica a conductas lesivas y como
sólo se recurre al 347 bis cuando ya se ha producido y es constatable un daño
o menoscabo medioambiental, resulta que —de hecho— todas las conductas
que sólo son peligrosas quedan impunes. La práctica nos demuestra que cuando
se han incoado diligencias por aplicación del 347 bis del Código Penal se han
producido ya graves perjuicios medioambientales, es decir, se ha traspasado la
situación de grave riesgo y se ha llegado a la de lesión. Con lo cual resulta que
no se aplican estos tipos penales para lo que debieran, es decir, para castigar
conductas peligrosas. Véase también Peris Riera. J.M., «La primera sentencia
por delito ecológico, ¿una resolución histórica?», cit., pág. 98.
150 En el actual Código Penal, el artículo 347 bis se encuentra enmarcado en la
sección segunda del capítulo II (de los delitos de riesgo en general), bajo el
epígrafe «De los delitos contra la salud pública y el medio ambiente».
151 Sobre el tema véase Jiménez de Asúa, L., «La talidomina y el Derecho Penal»,
en Estudios Penales en Homenaje al R.P. Julián Pereda S.J., Bilbao, 1965,
págs. 425 a 444. También Stella, F., Leggi scientifiche e spiegazone caúsale
nel diritto penale (II nesso di condizionamento fra azione ed evento), cit.,
pág. 33.
La relación de causalidad en los delitos de... 61
154 Véase Fiandaca, G./ Musco, E., Diritto penale. Parte generóle vol I,
Bolonia, 1985, pág. 106.
155 Según Kelsen, en Recasens Siches, L., Panorama del pensamientojurídico
en el siglo XX, cit, pág. 143.
156 Gómez Benítez, J.M., Causalidad, imputación y cualificación por el resul
tado, cit., pág. 28.
157 Escrivá Gregori, J., La puesta en peligro de bienes jurídicos en Derecho
Penal, cit, pág. 76; Gimbernat Ordeig, E., Delitos cualificados por el
resultado y causalidad, cit., págs. 20, 33 y ss.
La relación de causalidad en los delitos de... 63
164 Pues de otro modo, como ya hemos visto, el método del procedimiento
hipotético de la eliminación no aportaría ningún dato.
165 Muñoz Conde, F., Derecho Penal. Parte especial, cit-, pág. 481.
66 Paz M. de la Cuesta Aguado
178 Torío López, «Cursos causales no verificables en Derecho Penal», cit., pág.
233.
179 Fiandaca, G./ Musco, E., Diritto penale. Parte generóle vol I, cit., pág. 107.
180 La descripción de esta postura la realizaremos básicamente sobre la Senten
cia del Tribunal Supremo (Sala II) de 23 de abril 1992, que recoge y recopila
las aportaciones tanto doctrinales como jurisprudenciales en ese sentido
realizadas en España, Alemania e Italia.
La relación de causalidad en los delitos de... 71
184 Sentencia del Tribunal Supremo (Sala II) de 23 de abril 1992. Véase en este
sentido la Sentencia de la misma Sala de 12 de mayo de 1986.
185 Véase Meier, B.D., «Verbraucherschutz durch Strafrecht» en NJW (1992),
pág. 3194.
La relación de causalidad en los delitos de... 73
186 Kuhlen, L., Fragen einer strafrechtlichen Produkthaftung, cit., päg. 67.
187 Kuhlen, L., Fragen einer strafrechtlichen Produkthaftung, ul. loc. cit.
188 Kuhlen, L„ Fragen einer strafrechtlichen Produkthaftung, cit., päg. 69 y ss.
74 Paz M. de la Cuesta Aguado
197 Stella, F., Leggi scientifiche e spiegatone causale nel diritto penale (Il
nesso di condizionamento fra azione ed evento), cit., pàg. 315.
198 Kleine-Cosack, E., Kausalitätsprobleme im Umweltstrafrecht, cit., pàg. 54.
199 Torío López, A., «Cursos causales no verificables en Derecho Penal», cit.,
pág. 223.
200 Véase con carácter general sobre el tema Koriath, H., Kausalität,
Bedingungstheorie und Psychische Kausalität, cit., págs. 141 y ss.
201 «...und wo es deshalb neheliegen könnte, von einem non-kausalen
Verursachungsmodell auszugehen.» Lenckner, Th., «Comentario previo al
parágrafo 13, número marginal 74» en Schönke-Schröder (coor.), cit. Véase
también de Cramer, P., «Comentario al parágrafo 263, número marginal 77»
en Schönke-Schröder (coor.), cit., «puesto que se trata en tal medida de la
comprobación de motivos personales no puede aquí operarse de hecho con
representaciones causales de las ciencias naturales.
La relación de causalidad en los delitos de... 77
213 Cerezo Mir, J., Curso de Derecho Penal español, cit., pág. 284.
86 Paz M. de la Cuesta Aguado
214 En este caso será conveniente distinguir también varios supuestos distintos:
1.- Los autores El, E2 y E3, eran conscientes de la emisión de los otros
emitentes y actuaban sin autorización para realizar la emisión.
2.- Los autores El, E2 y E3, eran conscientes de la emisión de los otros
emitentes pero actuaban con autorización para realizar la emisión. La
cuestión de la consciencia sería indiferente para la relación de causalidad.
215 Winkemann, Th., Probleme der Fahrlessigkeit im Umweltstrafrecht.-Erlautert
anhand des § 324III StGB. Frankfut a. M., 1991, págs. 104 y 105.
La relación de causalidad en los delitos de... 87
229 Gómez Benítez, J.M., Teoría jurídica del delito. Derecho Penal. Parte
general, cit., pág. 167, en los que la relación de causalidad es un elemento del
tipo (págs. 172 y 173.); Mörenschlager, M., «Kausalitätsprobleme im
Umweltstrafrecht», cit., pág. 55; Peris Riera, J.M., «La primera sentencia
por delito ecológico, ¿una resolución histórica?», cit., pág. 97; Barbero
Santos. M., «Contribución al estudio diferencial de los delitos de peligro
abstracto», cit., pág. 486 ; Horn, E., Konkrete Gefährdungsdelikte, Colonia,
1973, pág. 143; deToledo, E.O./Huerta Tocildo, S., Derecho Penal. Parte
general, cit., pág. 365; Terradillos Basoco, J., Delitos de peligro y crimi
nalidad económica, Ejemplar dactilografiado. Jerez de la Frontera, 1985,
pág. 32; Ranieri, S., Manual de Derecho penal. Parte general, Tomo I,
Traducción de la 4a edición italiana por J. Guerrero, Bogotá. 1975, pág. 316;
Tiedemann, K., «Umweltstrafrecht» en Handwörterbuch des
Umweltstrafrechts, Berlín, 1988, Tomo 2, N-Z, pág. 848.
230 El término resultado se utiliza en la doctrina al menos en tres sentidos: 1 .
como manifestación externa de la acción; 2.- como elemento del tipo que se
agrega a la realización de la acción, 3.- como uno de los presupuestos del
juicio de desvalor propio de lo injusto (siguiendo la disertación de Laurenzo
Copello, P., El resultado en Derecho Penal, cit., págs. 129 y ss.). Entre las
diversas corrientes sólo hay un aspecto en el que parece alcanzarse un cierto
consenso y es en la idea de que el resultado típico es un suceso distinto de la
acción y vinculado a ésta por una relación de causalidad y, en su caso,
imputable objetivamente a ella; es decir, que se trata de un efecto típico
separable de la acción. Si bien esta definición no es suficiente para alcanzar
un concepto de resultado estructural, sí que lo es a los efectos de nuestra
investigación y nos ha servido de punto de partida.
231 Véase Terradillos Basoco, J., Delitos de peligro y criminalidad económica,
cit., pág. 28. En contra Rodríguez Ramos, L., «Fraudes alimentarios noci
vos», cit., pág. 819, para quien en los delitos de peligro concreto «no tiene por
qué identificarse la necesidad de verificar la concurrencia de tal peligro con
la configuración del mismo como resultado de la acción, ni, en consecuencia,
estimarse precisa la probanza de un nexo causal entre conducta y peligro para
la salud de los consumidores, porque la salud pública o de los consumidores
es una abstracción con existencia puramente ideal»...«en consecuencia, el
peligro para la salud de los consumidores no es un efecto, sino una nota o
cualidad de la omisión o de la acción»...«cualidad que se predicará tras un
juicio de peligro en un terreno hipotético y no de verificación de una
causalidad real». A continuación, sin embargo, en el mismo volumen, en el
Delitos de peligro concreto y relación de causalidad 95
235 La proliferación de este tipo de delitos, así como la crítica de los delitos de
peligro abstracto y la propia teoría de la imputación objetiva, son manifestacio
nes (según Torio López, A., «Fin de protección y ámbito de prohibición de la
norma», cit., pág. 387,) de la crisis del método teleológico valorativo que en las
últimas décadas estaría siendo sustituido por un modelo objetivo final.
236 Terradillos Basoco, L, Delitos de peligro y criminalidad económica, cit.,
págs. 28 y ss.; Ranieri, S., Manual de Derecho Penal. Parte general, cit., pág.
319.
237 Véase al respecto Escrivá Gregori, J.M., La puesta en peligro de bienes
jurídicos en Derecho Penal, cit., págs. 69 y ss. Así se habla de peligro
implícito y explícito (según que la exigencia del peligro venga «explicitada»
en la ley o no se requiera «tal explicitación por desprenderse de las propias
palabras de la ley» —pág. 70—); delito de peligro efectivo/concreto y delito
presunto; Nuvolone, PII sistema del diritto penale, Padua, 1975, pág. 225;
Antolisei, F., L’azione el 'evento, Milán, 1928, págs. 141 a 143; Mantovani,
F., «Il principio di offensività del reato nella Costituzione» en Scritti in onore
di C. Mortati, Voi IV, Milán, 1977, págs. 468 y ss.; Pantalano, V.,
Significato e limiti della dogmatica del reato di pericolo, Ñapóles, 1975, pág.
86; Vasalli, G., «Considerazioni sul principio di offensività» en Scritti in
memoria di V. Pioletti, Milán, 1982, págs. 651 y ss.; Véase, en contra de esta
última categoría entre otros, Bustos Ramírez, L, Manual de Derecho Penal
español. Parte general, cit, pág. 165;ReyHuidobro, L., «El delito de tráfico
de estupefacientes (su inserción en el ordenamiento penal español)», Barce
lona, 1987, pág. 88); Gallo, M., «I reati di pericolo» en IIforo penale ( 1969),
pág. 8; Mantovani, F., Diritto Penale. Parte generale, 2a ed., Padua, 1988,
pág. 225; Brehm, W,,ZurDogmatik des abstrakten Gefdhrdungsdelikts, cit.,
pág. 38; Angioni, F., Contenuto e funzioni del concetto di bene giuridico,
Milán, 1983, pág. 108. Se distingue también entre delitos de peligro concreto
y de peligro abstracto. Véase en este sentido Schünemann, B., «Moderne
Tendenzen in der Dogmatik der Fahrlássigkeits und Gefáhrdungsdelikte» en
JA (1975), págs. 792 y ss., o Muñoz Conde, F., Derecho Penal. Parte
especial, cit., pág. 422; Rodríguez Devesa, J.M., Manual de Derecho Penal
español. Parte general, 13 a ed., revisada y puesta al día por A. Serrano
Gómez, Madrid, 1990, pág. 428. O de peligro potencial o peligro presunto (de
Toledo y Ubieto, E.O./ Huerta Tocildo, S., Derecho Penal. Parte general,
2a ed., Madrid, 1986, págs. 364 y ss.; Rey Huidobro, L., El delito de tráfico
Delitos de peligro concreto y relación de causalidad 97
245 En este punto, en que los delitos de peligro concreto son delitos de resultado
(y que por tanto para la consumación es necesario probar la efectividad del
peligro sobre el bien jurídico y la relación causal entre conducta y resultado
peligroso), está de acuerdo la mayoría de la doctrina. Así, Barbero Santos, M.,
«Contribución al estudio diferencial de los delitos de peligro abstracto» en
ADPCP XXVI (1973), pág. 486; de Toledo, E.O./ Huerta Tocildo, S.,
Derecho Penal. Parte general, cit., pág. 365; Terradillos Basoco, J., Delitos
de peligro y criminalidad económica, cit., pág. 32; Peris Riera, J.M., «La
primera sentencia por delito ecológico, ¿una resolución histórica?», cit., págs.
95 y ss.; Horn, E., Konkrete Gefährdungsdelikte, cit., pág. 143; Ranieri, S.,
Manual de Derecho Penal. Parte general, cit., Tomo I, pág. 316; Tiedemann,
K., «Umweltstrafrecht» en Handwörterbuch des Umweltstrafrechts, cit.,
Tomo 2, N-Z, pág. 848; del mismo, «Examensklausur Strafrecht. Fall zu
Fragen des Allgemeinen Teils und des Umweltstrafrechts», JURA (1982),
págs 377 y ss.; Schünemann, B., «Moderne Tendenzen in der Dogmatik der
Fahrlässigkeits und Geiahrdungsdelikte», cit., pág. 793; Lackner, K., Das
Konkrete Gefährdungsdelikte im Verkehrsstrafrecht, Berlin, 1967; Parodi, G.,
I reati di pericolo tra dogmática e politica crimínale, Milán, 1990.
246 Boix Reig, J./ Orts Berenguer, E./ Vives Antón, T.S., La reforma penal de
1989, cit., pág. 81: «Varios factores contribuyen a reforzar esa evolución. De
una parte, el progreso técnico tiene lugar mediante procesos, aparatos e
instalaciones, cuyo funcionamiento comporta riesgos de una gravedad hasta
ahora inimaginable; de otra, el avance del conocimiento proporciona, a la
vez, técnicas de control de las catástrofes; y, finalmente, bajo el Estado social
o Estado de bienestar, se ha desarrollado una demanda de seguridad material
tan fuerte (en ocasiones parece, incluso, excesiva) que obliga a los poderes
públicos a demostrar un interés en la prevención de peligros desconocido
para la mentalidad política del siglo XIX, bajo la que fueron trazadas las
líneas maestras de nuestro Código Penal».
100 Paz M. de la Cuesta Aguado
247 Mir Puig, S., Derecho Penal. Parte general, cit., pág. 224.
248 Sobre la cuestión del criterio de si la lesión o peligro ha de ir referida al bien
jurídico o al objeto de la acción, véase supra.
249 de Toledo y Ubieto, E.O./ Huerta Tocildo, S., Derecho Penal. Parte
general, cit., pág. 365. También Terradillos Basoco, J., Delitos de peligro
y criminalidad económica, cit., pág. 32.
250 Veánse en este sentido, entre otras, Sentencias del Tribunal Supremo (Sala
II) de 20 de junio de 1989yde31 de enero de 1984.También Hurtado Pozo,
J., Droit pénal. Parte spéciale 1, Infractions contre la vie et l’intégrité
corporelle, 2 ed., Friburgo (Suiza) 1991, pág. 145.
251 Muñoz Conde, F., Derecho Penal. Parte especial, cit., pág. 451.
252 Véase en este sentido, Tiedemann, K., Poder económico y delito, cit., págs.
147 y 148; del mismo, «Umweltstrafrecht», cit., pág. 850; del mismo,
Delitos de peligro concreto y relación de causalidad 101
pues en estos casos habrá que definir aún qué criterios deben
manejarse para la determinación de la idoneidad.
Todas estas cuestiones plantean la duda, quizá latente en
la mayor parte de la doctrina, de si en los tipos de peligro la
prueba de la relación causal no impedirá la efectiva protec
ción de los importantes bienes jurídicos que se pretende
proteger por constituir una auténtica «probado diabóli
ca»2^.
III .- La problemática de la causalidad en el medio
ambiente, como ya hemos advertido, no es exclusiva ni
específica de esta materia, pero es que además estos proble
mas, como también destaca Samson258 259, no surgirán para
todos los posibles delitos tipificados en el Derecho Penal del
medio ambiente.
No se plantearán problemas de causalidad cuando los
tipos penales tipifiquen conductas derivadas del incumpli
miento de la autorización o la orden administrativa. En
Alemania en concreto aparecen en la aplicación del artículo
324 del Código Penal alemán, en la de los delitos de peligro
concreto y delitos de peligro abstracto-concreto260 y en la del
258 Mantovani, F., «II principio di offensivitá del reato nella costituzione», cit.,
pág. 470. También en Diritto penale, cit., pág. 226.
259 Samson, E., «Kausalität- und Zurechnungsprobleme im Umweltstrafrecht»,
cit., pág. 620.
260 En concreto los artículos 330 y 325 del Código Penal alemán que dicen:
Artículo 325. contaminación de la atmósfera y producción de ruidos.
1) Será castigado con privación de libertad de hasta cinco años o con multa
quien con infracción de reglamentos produjera con sus instalaciones, estable
cimiento industrial o maquinaria:
1 .-Modificaciones en la composición natural de la atmósfera, particularmen
te mediante la liberación de polvo, gases, vapores o materias olorosas que
sean apropiadas para causar daño a la salud de las personas o a los animales,
plantas u otros objetos de relevante valor, más allá del ámbito perteneciente
al propio establecimiento.
2.- Causará ruidos apropiados para dañar —más allá del ámbito del estable
cimiento— la salud de otras personas.
104 Paz M. de la Cuesta Aguado
286 para R0DRfGUEZ Devesa, J.M., Derecho Penal español. Parte general, cit.,
pág. 427, el peligro pasado ya no es peligro, pues presupuesto lo que
realmente ha sucedido, nunca «pudo» pasar otra cosa que lo efectivamente
sucedido. En contra, Terradillos Basoco, J., Delitos de peligro y crimina
lidad económica, cit., pág. 26, para quien «en realidad esta observación
crítica está anclada en una noción mecánica de la causalidad y desconoce la
existencia de situaciones de objetivo peligro que bruscamente pueden
transformarse en daños. Cuando el resultado no se produce por la interven
ción, posterior a la acción peligrosa, de factores que neutralizan el peligro, no
por ello ha de negarse la preexistencia de éste y el consiguiente sometimiento
a riesgo del bien jurídico, a no ser, claro está, que la irrupción de esos factores
hubiese sido previsible en las mismas condiciones en que fue previsible el
riesgo. Porque en ese caso la acción carece, en ese contexto, de la nota de
peligrosidad».
287 Así Escrivá Gregori, J.M., La puesta en peligro de bienes jurídicos en
Derecho Penal, cit., págs. 90, 93 y 103.
288 Terradillos Basoco, J., Delitos de peligro y criminalidad económica, cit.,
pág. 26; Mir Puig, S., «La perspectiva ex ante en Derecho Penal» en ADPCP
XXXVI (1983), págs. 5 a 22.
289 En este sentido, Barbero Santos, M., «Contribución al estudio de los delitos
de peligro abstracto», cit., págs. 493.
110 Paz M. de la Cuesta Aguado
293 Otra posibilidad sería considerar «la salud de las personas» como un bien
jurídico de carácter macrosocial equivalente a la salud pública, en base a
criterios sistemáticos (porque se ubica bajo el epígrafe «Delitos contra la
salud pública y el medio ambiente») y porque al tratarse de dos bienes
jurídicos de carácter macrosocial es razonable que la pena impuesta sea la
misma. Ahora bien, contra este argumento cabe reseñar cómo en esta sección
segunda del capítulo II del título V, sólo se hace referencia a la «salud de las
personas» en este artículo 347 bis. Por el contrario, en los artículos 341,324,
344 y 346.2 se habla de «sustancias nocivas para la salud», sin decir «de
quien». Sólo en el artículo 346.1 concreta «la salud de los consumidores», es
decir, evitando igualmente la atribución personalizada. Ello parece querer
indicar alguna diferencia entre los bienes jurídicos protegidos en el artículo
347 bis y los restantes artículos enumerados. Si se hubiera querido proteger
un bien jurídico de carácter macrosocial (salud pública) en el primer inciso
de este artículo 347 bis del Código Penal, se hubiera evitado —como en los
restantes casos— la expresión «de las personas». Se tratará, entonces, de un
bien jurídico de carácter individual donde la indeterminación del sujeto
pasivo deriva de la estructura típica como delito de peligro. La propia
expresión «que pongan en grave peligro la salud de las personas» exige una
concrección difícilmente imaginable en un bien jurídico de carácter
macrosocial.
294 Véase de la Cuesta Arzamendi, J.L., «Protección penal de la ordenación del
territorio y del ambiente», cit., págs. 917 y 912.
295 Se consideran por la doctrina alemana Eignungsdelikte los tipos del parágra
fo 325.1. n° 1, sobre contaminación atmosférica. (Vid. infra nota 31)
O en el parágrafo 326:
112 Paz M. de la Cuesta Aguado
296 Torío López, A., «Los delitos del peligro hipotético. (Contribución al estudio
diferencial de los delitos del peligro abstracto)», cit., pág. 838.
297 En este sentido también, Muñoz Conde, F., Derecho penal. Parte especial,
cit., pág. 423, que sin adoptar la terminología propuesta porToRíoLópez llega
a las mismas consecuencias.
298 Torío López, A., «Los delitos del peligro hipotético. (Contribución al estudio
diferencial de los delitos del peligro abstracto)», cit., págs. 835 a 838.
Recientemente Roxin, C., Strafrecht. Allgemeiner Teil, cit., págs. 262 y ss.,
números marginales 120 a 128, siguiendo las distintas calificaciones
doctrinales que han ido surgiendo para explicar concretos fenómenos delictivos
de la parte especial, distingue dentro de los delitos de peligro abstracto cuatro
subgrupos diferentes:
1.- Los tradicionales delitos de peligro abstracto, que siguen planteando
importantes dudas acerca de su constitucionalidad y ha dado lugar a prolijas
discusiones y propuestas en su afán por hacerlos acordes al principio de
culpabilidad.
2.- Los que denomina delitos en masa o masificados, cuyo ejemplo típico
sería la conducción bajo el efecto de bebidas alcohólicas.
3.- Los delitos con bienesjurídicos intermedios espiritualizados, como serían
los delitos de soborno o falsedades.
4.- Los delitos de idoneidad abstracta, que son aquéllos que nos ocupan
ahora.
Quizá este planteamiento suponga una excesiva atomización de los proble
mas, pero en todo caso ratifica mi afirmación de que, en el ámbito en que nos
encontramos, la doctrina no ha asentado todavía las bases.
299 Torío López, A., «Los delitos del peligro hipotético. (Contribución al estudio
diferencial de los delitos del peligro abstracto)», cit., págs. 828.
114 Paz M. de la Cuesta Aguado
4 .- LA COMPROBACION DE LA RELACION
CAUSAL
307 Por dosis se entenderá la cantidad de sustancia necesaria para obtener una
determinada respuesta. Alvarez García, J„ «Comentario al artículo 10.3» en
Código Penal comentado, de López Barja de Quiroga y Rodríguez Ramos
(coor.), cit.
308 Véase sobre el concepto de veneno y los problemas que plantea, Muñoz
Conde, F., Derecho Penal. Parte Especial, 8 ed. cit., págs. 41 y 42; Cobo del
Rosal; M./ del Rosal Blasco, B., «Comentario al artículo 306» en Código
Penal comentado, de López Barja de Quiroga y Rodríguez Ramos (coor.),
cit.; Mapblli Caffarena, B„ «El dolo eventual en el asesinato», en ADPCP
XLI (1988), págs. 451 a 453; Álvarez García, J., «Comentario al artículo
10.3» en Código Penal comentado, de López Barja de Quiroga y Rodríguez
Ramos (coor.), cit.,
Delitos de peligro concreto y relación de causalidad 119
317 Mir Puig, S., «La perspectiva ex ante en Derecho Penal», cit., pág. 13.
318 Así Kaufmann, Armin, «El delito culposo», cit., pág. 476; Escrivá Gregori,
L, La puesta en peligro de bienes jurídicos en Derecho Penal, cit, págs. 21
y ss. Gómez Benítez, J.M., Teoría jurídica del delito. Derecho Penal. Parte
general, cit., pág. 171; Petrini, D., Reati dipericolo e tutela della salute dei
consumatori, Milán, 1990, pág. 55.
319 Escrivá Gregori, J., La puesta en peligro de bienes jurídicos en Derecho
Penal, cit. pág. 85.
320 Escrivá Gregori, J., La puesta en peligro de bienes jurídicos en Derecho
Penal, cit. pág. 87.
321 Mir Puig, S., «La perspectiva ex ante en Derecho Penal», cit., pág. 15;
Kaufmann, A., «El delito culposo», cit., pág. 478.
Delitos de peligro concreto y relación de causalidad 125
325 En este sentido véase Bustos Ramírez, J., Manual de Derecho penal. Parte
general, cit., pág. 164; Escrivá Gregori, J.M., La puesta en peligro de bienes
jurídicos en Derecho penal, cit., págs. 41 y 42; Mir Puig, S., Derecho penal.
Parte general. Fundamentos y teoría del delito, cit., pág. 222.
326 También en este sentido Escrivá Gregori, J., La puesta en peligro de bienes
jurídicos en Derecho Penal, cit. pág. 43.
Delitos de peligro concreto y relación de causalidad 127
6 .- LA ACCESORIEDAD ADMINISTRATIVA
DEL DERECHO PENAL DEL MEDIO AM
BIENTE
328 Véase Muñoz Conde, F., Derecho Penal. Parte especial, cit., pág. 511;
Rodríguez Devesa, J.M., Derecho Penal español. Parte especial, revisado
y puesto al día por Serrano Gómez, Madrid, 1991, pág. 1105; también la
Sentencia la Sala II del Tribunal Supremo de 11 de marzo de 1992, según la
cual «supone la previa infracción de normas administrativas antes de dar paso
a la sanción penal, que por otra parte supone atentados al medio ambiente de
cierta gravedad». En Alemania expresamente sobre el tema Heine, G.,
«Verwaltungsaccesorität des Umweltstrafrecht», cit, pág. 2429 y ss., consi
dera preferible esta opción porque la remisión se efectúa a un nivel más alto;
sin embargo, la generalidad propia de la ley y las posibilidades de error son
indudablemente mayores. También de Vicente Martínez, R., Responsabili
dad penal del funcionario por delitos contra el medio ambiente, cit., pág.
121.
329 Véase con carácter general Von Lersner, H.F., Verwaltungsrechtliche
instrumente des Umweltschutzes, Berlín, Nueva York, 1983; Ensenbach,
H.P., Probleme der Verwaltungsakzessorietät im Umweltstrafrecht, Frankfurt,
1989; Winkelbauer, W., «Die behördliche Genehmigung im Strafrecht»,
cit., pág. 201; Tiedemann, K., «Relación entre Derecho Penal y autorización
130 Paz M. de la Cuesta Aguado
340 Véase en este sentido Rengier, R., «Zur Bestimung und Bedeutung der
Rechtsgüzer imUmweltstrafrecht», eit, pág. 2515 ; del mismo, «Die öffentlich
rechtl iche Genehmigung im Strafrecht» en ZStW 101(1989), págs. 874 y ss. ;
de la Cuesta Arzamendi, J.L., «La ley alemana de reforma del Código Penal
para la lucha frente a la criminalidad contra el ambiente», cit., págs. 661 y ss;
Tiedemann, K., Lecciones de Derecho Penal Económico (comunitario,
español, alemán), cit., pág. 177.
134 Paz M. de la Cuesta Aguado
341 Véase en este sentido Heine, G., / Catenacci, M., «La tensione tra diritto
penale e diritto amministrativo nel sistema tedesco di tutela dell’ambiente»,
cit., pàg. 935.
Capítulo IV
LA LESION DE OBJETOS
MEDIOAMBIENTALES EN
CONCRETO. ARTICULOS 315
Y 316 DEL PROYECTO DE
CODIGO PENAL DE 1992
1.- INTRODUCCIÓN
342 En este sentido véase Terradillos Basoco, J., «El ilícito ecológico» en El
delito ecológico, cit., págs. 96 y 97.
136 Paz M. de la Cuesta Aguado
343 Véase Rengier, R., «Zur Bestimung und Bedeutung der Rechtsgüter im
Umweltstrafrecht», cit., pägs. 2506 y ss.
344 Heine, G./ Catenacci, M., «La tensione tra diritto penale e diritto
amministrativo nel sistema tedesco di tutela dell’ambiente», cit. päg. 938.
Véase también Fess-Dörr, E./ Prätorius, G./ Steger, U.,
Vmwelthaftungsrecht, Wiesbaden, 1990, pägs 58 y ss.
345 Hassemer, W., «Umweltschutz durch Strafrecht?» en Neue Kriminalpolitik
(1989), pägs. 47 y ss.
La lesión de objetos medioambientales en concreto 137
354 Véase al respecto González Pérez, J./ Toledo, J.Z Arrieta, C., Comentarios
a la Ley de Aguas, Madrid, 1982, pág. 644.
355 Con carácter general sobre el artículo 324 del Código Penal alemán véase:
Papier, H.J., Gewasserverunreinigung Grenzwerfestsetzung und Strafbarkeit,
142 Paz M. de la Cuesta Aguado
Colonia, Bonn, Berlín, 1984; Dahs, H., «Zur strafrechtlichen Haftung des
Gewässerschutzbeauftragten nach § 324 StGB» en NStZ (1986), págs. 97 a
103; Rudolphi, H.J., Schutzgut und Rechtfertigungs probleme der
Gewässerverunrenigung i.S. des paragraph 324 STGB», cit., págs. 197 y ss;
del mismo «Strafrechtliche Verantwortlichkeit von Bediensteten von
Betrieben für Gewässerverunreinigungen und ihre Begrenzung durch den
Einleitungsbeschied» en Festschriftfür Karl Lackner zum 70. Geburstag am
18. Frebuar 1987, Berlín, Nueva York, 1987, págs. 863 y ss.
356 Kuhlen, L., «Der Handlungserfolg der Strafbaren Gewässerverunreinigung
(§ 324 StBG) en GA (1986), pág. 393; Samson, E., «Kausalitäts- und
Zurechnungsprobleme im Umweltstrafrecht», cit., pág. 621.
357 Kuhlen, L., «Zum Umweltstrafrecht in der Bundesrepublik Deutschland»,
cit., pág. 250.
358 González Pérez, J./Toledo, J./ Arrieta, C., Comentarios a la Ley de Aguas,
cit. pág. 649.
359 González Pérez, 3.1 Toledo, 3.1 Arrieta, C., Comentarios a la Ley de Aguas,
cit. pág. 652; Samson, E., «Kausalitäts und Zurechnungsprobleme im
Umweltstrafrecht», cit., 623.
360 González Pérez, 3.1 Toledo, J./ Arrieta, C., Comentarios a la Ley de Aguas,
cit. pág. 647; Kleine-Cosack, E., Kausalitätsprobleme im Umweltstrafrecht,
cit., págs. 85, 90 y ss.
La lesión de objetos medioambientales en concreto 143
361 González Pérez, J./ Toledo, J./ Arrieta, C., Comentarios a la Ley de Aguas,
cit. pág. 652.
362 Son la Ley de Pesca Fluvial de 2 de febrero de 1942 y el Reglamento de 6 de
abril de 1943 quienes se ocupan mas directamente de las distintas formas de
contaminación. González Pérez, 1/ Toledo, J./ Arrieta, C., Comentarios a
la Ley de Aguas, cit. pág. 655.
363 No obstante, en España, será la Ley General de Medio Ambiente y los Planes
Hidrológicos de cuenca los que tendrán la función de fijar las características
básicas de la calidad de las aguas. Esta legislación deberá tener en cuenta la
directiva del Consejo 78/659/CEE de 18 de julio de 1978 relativa ala calidad
de las aguas continentales que requieran protección o mejora para ser aptas
para la fauna acuática. En esta directiva se establecen una serie de indicacio
nes sobre la composición del agua. La propia Ley de Aguas prevé la
posiblidad de la realización de estudios previos de impacto ambiental en
supuestos de concesiones y autorizaciones sobre el dominio público hidráu
lico que pudiera causar riesgos al medio ambiente (artículo 90 de la Ley de
Aguas). Sobre estos estudios de impacto ambiental, véase Jaquenod de
Zsogon, S., El derecho ambiental y sus principios rectores, Madrid, 1991,
144 Paz M. de la Cuesta Aguado
370 Algo similar sucede entre los artículos 312 y 315 ó 316 del Proyecto de
Código Penal.
371 Véase en Kuhlen, L., en «Der Handlungserfolg der Strafbaren
Gewässerverunreinigung (§ 324 StBG), cit., págs. 389 a 408.
372 Kuhlen, L„ en «Der Handlungserfolg der Strafbaren Gewässerverunreinigung
(§ 324 StBG), cit., pág. 399.
150 Paz M. de la Cuesta Aguado
376 Para Corcoy Bidasolo, M., «Resultados de muerte y lesiones como conse
cuencia de un delito contra la salud pública» en ADPCP XLII (1989), pág.
337, los delitos de peligro contra la salud pública no son un mero adelanta
miento de los de lesión, sino que tiene un contenido lesivo y un bien jurídico
propio, independientemente de los de lesión. A mi modo de ver, la técnica de
delitos de peligro sí que supone una técnica de protección adelantada, a la que
en ocasiones, cuando la propia puesta en peligro ya es peligrosa, acude el
legislador para «completar» la protección de determinados bienes jurídicos.
Ahora bien, ello no obsta para que existan supuestos en que la conducta
tipificada en un delito de peligro exceda el desvalor de acción que la simple
puesta en peligro de un bien jurídico individual. En otras ocasiones, cuando
se acude a la protección mediante tipos de peligro de bienes jurídicos
macrosociales o supraindividuales, la construcción típica se puede indepen
dizar del momento de la lesión, realizando una protección autónoma. Es este
último supuesto el que trata la autora y que da pie a su comentario.
377 Véase Polaino Navarrete, M., «Sistema legal de incriminación de los
delitos de incendio en la reforma de 1987. Especial referencia a los incendios
forestales». Comentarios a la legislación penal, Tomo XIII, Madrid, 1991,
pág. 261 y ss.; Bustos Ramírez, J., Manual de Derecho penal. Parte especial.
cit., pág., 289.
378 A sensu contrario, Tiedemann, K., Die Neuordnung des Umweltstrafrechts,
cit., pág., 28; Bajo Fernández, M., Manual de Derecho penal. Parte especial.
Delitos patrimoniales y económicos, Madrid, 1987, pág. 357. Ello no quiere
decir, en modo alguno, que el bien jurídico medio ambiente no sea un bien
jurídico de carácter autónomo, «a proteger penalmente por sí mismo y, no en
función del daño que su perturbación pueda causar a otros, como la vida
humana, la salud pública o individual, la protección de las cosas, animales o
plantas, que ya cuentan con protección específica»; Terradillos Basoco, J„
«El ilícito ecológico» en el delito ecológico, cit., pág. 96, con bibliografía allí
citada.
La lesión de objetos medioambientales en concreto 153
381 Así, entre otros muchos, Jescheck, H.H., Tratado de Derecho Penal, cit.,
pág. 358, o más recientemente Roxin, K., Strafrecht. Allgemeiner Teil. Der
Aufbau der Verbrechenslehre, cit., pág. 210, número marginal 123 y Hoyer,
A., Die Eignungsdelikte, cit, pág. 197.
156 Paz M. de la Cuesta Aguado
383 Véase Tiedemann, K., Poder económico y delito, cit., pág. 145; Reinhardt,
M., Der Strafrechtliche Schutz vor den Gefahren der Kernenergie, cit., pág.
125; Kleine-Cosack, E., Kausalitätsprobleme im Umweltstrafrecht, cit.,
pág. 122.
160 Paz M. de la Cuesta Aguado
404 Torío López, A., «Los delitos del peligro hipotético. (Contribución al estudio
diferencial de los delitos del peligro abstracto)», cit., pág. 843.
405 Torio López, A., «Los delitos del peligro hipotético. (Contribución al estudio
diferencial de los delitos del peligro abstracto)», cit., pág. 844.
406 Tiedemann, K., «Teoría y reforma del derecho penal del ambiente. Estudio
de derecho comparado», cit., pág. 149: «la concreta posibilidad de provoca
ción de daños presupone la existencia de peritajes o experiencias prácticas
que deben extraerse no del caso concreto en cuentión sino de un saber
experimental y de la simulación».
407 Torío López, A., «Los delitos del peligro hipotético. (Contribución al estudio
diferencial de los delitos del peligro abstracto)», cit., pág. 840.
Delitos de peligro hipotético y relación de causalidad 171
424 Tiedemann, K., «Teoría y reforma del derecho penal del medio ambiente.
Estudio de derecho comparado» en Protección internacional del medio
ambiente y derecho ecológico, cit., pág. 148.
Delitos de peligro hipotético y relación de causalidad 177
425 Bajo Fernández, M., «Comentario al artículo 547» en Código Penal comen
tado, de López Batja de Quiroga y Rodríguez Ramos (coor.), cit., pág. 1036.
Delitos de peligro hipotético y relación de causalidad 179
426 Rodríguez Ramos, L., «Comentario al artículo 347 bis del Código Penal» en
Código Penal comentado, de Lopez Barja de Quiroga y Rodríguez Ramos
(coor.), cit., pág. 652; B acigalupo S abater, E., «La instrumentación técnico-
legislativa de la protección penal del medio ambiente», cit., pág. 202. Pese
a las críticas, el Proyecto de Código Penal de 1992 mantiene en similares
términos la redacción del artículo 312 y contra ello no se planteó ninguna
enmienda.
427 En este sentido conviene matizar que algunos autores entienden que «espa
cios naturales» son los «espacios naturales protegidos» del artículo 10 de la
Ley sobre espacios naturales protegidos (Rodas Monsalve, J.C., La protec
ción penal del ambiente natural, cit., pág. 462, siguiendo a Briones Vives).
Creo, sin embargo, que esta restricción no es de recibo.
428 Maiwal, M., Kausalität und Strafrecht, cit., págs. 13 a 28.
429 Así Horn, E., «Comentario al parágrafo 325 del Código Penal alemán,
número marginal 5» en SK; Möhrenschlager, M., «Kausalitätsprobleme im
180 Paz M. de la Cuesta Aguado
436 Tiedemann, K., Poder económico y delito, cit., pág. 147; del mismo, Derecho
penal alemán del medio ambiente: Cuestiones dogmáticas novedosas, Tra
ducción de J.L. de la Cuesta Arzamendi, (ejemplar dactilografiado), cit., pág.
14: «dado que estos últimos no son considerados ley material», dice este
autor. Pero, sin embargo, lo que no serán nunca es ley formal, por ello no cabe
excluir los valores-límite a priori, cuando se encuentren contenidos en un
reglamento, pues al ser de obligatoriedad general también afectan a las
empresas con autorización previa. En todo caso habrá de examinarse supues
to por supuesto sobre la aplicabilidad o no de los reglamentos con valores-
límite. Véase en este sentido Reinhardt, M„ Der Strafrechtliche Schutz vor
den Gefahren der Kemenergie, cit.. pág. 329.
437 Siguiendo aNicKLiscH, F., «Grenswerte und technische Regeln aus rechtlicher
Sicht», cit., págs. 98 y 99. Entiendo que pueden distinguirse tres posibles
supuestos:
1.- La norma penal incorpora la regla técnica, como propia, mediante la
remisión expresa.
2.-La norma penal incorpora la regla técnica mediante la introducción de
cláusulas generales tales como «el estado de la ciencia y de la técnica.
3.- La norma penal no hace referencia alguna a las reglas técnicas, pero por
la propia redacción se considera necesario acudir a ellas para la determina
ción de conceptos.
438 En este sentido la jurisprudencia alemana citada por Horn, E./ Hoyer, A.,
«Rechtsprechungsübersicht zum Umweltstrafrecht», cit., pág. 705.
Delitos de peligro hipotético y relación de causalidad 185
439 Dice el artículo 85.1 de la Ley de Energía Nuclear: «El que intencionadamen
te libere energía nuclear que ponga en peligro la vida o salud de las personas
o sus bienes, aunque no se produzca explosión, será sancionado con la pena
de reclusión mayor». Por su parte, según el artículo 86 de la misma ley, «el
que intencionadamente expusiere a una o varias personas a radiaciones
ionizantes que pongan en peligro su vida, salud o bienes será sancionado con
la pena de reclusión menor». Véase de la Cuesta Aguado, P., Respuesta
Penal al peligro nuclear, Barcelona, 1994.
186 Paz M. de la Cuesta Aguado
económico y delito, cit., pág. 145; Reinhardt, M., Der Strafrechtliche Schutz
vor den Gefahren der Kernenergie, cit., pág. 125; Kleine-Cosack, E.,
Kausalitätsprobleme im Umweltstrafrecht, cit., pág. 122; Lackner, K„
«Comentarios al parágrafo 326, número marginal 17» en Strafgeseztbuch en
Schönke-Schröder (coor.), cit.; Cramer, P.,»comentario previo al parágrafo
324" número marginal 10 en Strafgeseztbuch en Schönke-Schröder (coor.),
cit.
443 Conde Pumpido Touron, C., «Introducción al delito ecológico» en El delito
ecológico, cit., pág. 76.
Delitos de peligro hipotético y relación de causalidad 189