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MONASTERIOS MEDIEVALES

Alrededor del año 1000 las diversas corrientes artísticas


prerromanas (aquí, arte visigodo, asturiano y mozárabe)
desembocan en el primer estilo europeo: el románico, cuyo
edificio más paradigmático será el monasterio.

Los monasterios eran centros de trabajo y oración que


seguían la antigua regla benedictina (ora et labora)
impuesta por Carlomagno en todas las fundaciones de su
imperio.

Los monjes y las monjas vivían en conventos y monasterios.


Estos estaban ubicados en lugares aislados, en desiertos
humanos para aislarse del mundo y favorecer la oración y
meditación. Pero los monjes/as también realizaban trabajos
variados, como cultivar el huerto, atender a los pobres y enfermos, dar cobijo a los viajeros y peregrinos, y
ocuparse de tareas más intelectuales como instruir a los futuros religiosos o hijos de familias nobles, así
como estudiar los libros sagrados, o preocuparse por su conservación y difusión, copiándolos a mano e
ilustrándolos con magníficas y coloristas miniaturas. Los monasterios fueron unidades económicas
autónomas, microcosmos organizados para satisfacer las necesidades materiales y espirituales de sus
moradores.

Los monasterios se componen de un conjunto de edificios que se distribuyen en torno a un patio central
que es el claustro, que solía ser un espacio abierto cuadrado (símbolo de lo terrenal y de los cuatro
elementos); tenía un jardín y un pozo, árbol o fuente en el centro (ombligo del mundo y símbolo de vida).
Estaba rodeado de un pórtico desde donde se accedía a las estancias más importantes: iglesia, sala
capitular, refectorio o comedor y las dependencias administrativas. Los dormitorios quedaban en un piso
superior que se comunicaba directamente con el transepto de la iglesia. Además podía haber otras
dependencias a tenor de la importancia y riquezas adquiridas por el monasterio. Los ámbitos de culto y
oración, claustro e iglesia se convertirán en espacios artísticos por excelencia.

Monasterio de Santa María de la Gloria

El monasterio cisterciense femenino de Santa María de la Gloria se sitúa en la villa de Casbas


de Huesca. Junto con los monasterios de santa Cruz de la Serós, Villanueva de Sigena y
Cambrón, configura la nómina de monasterios femeninos de Aragón. Está considerado como el
más importante vestigio arquitectónico cisterciense femenino de Aragón. En 1172, la hija del
Conde de Urgel, reconquistador de estas tierras, Doña Oria o Aurea condesa de Pallars fundó
este monasterio bajo la regla de san Benito (benedictino). A partir de entonces la condensa-
abadesa tuvo la jurisdicción civil y criminal sobre las villas de su señorío (era una señora
feudal) La iglesia estaba ya acabada en el año 1208, pero el claustro alrededor del cual se
organiza todo el monasterio es de siglos XIV-
XV ya en estilo gótico. El Monasterio ocupa
una superficie de 3 has, de las que 10000
metros cuadrados son terreno construido.

Siguiendo estas orientaciones localiza las


estancias en negrita en el plano: La organización
de los monasterios se estructuraba en torno a un
claustro central que servía de distribuidor al que se
le adosaban la iglesia al norte, al este la biblioteca
y la sala capitular, al sur las cocinas y el
refectorio y al oeste los almacenes y bodegas. En
Casbas varía la orientación de la iglesia, que está al
sur del claustro y orientada hacia el este y del
refectorio que se coloca paralelo al claustro y no
perpendicular como en el modelo cisterciense.

El edificio fue declarado Monumento Histórico-Artístico en el año 1979, y, en el año 2004, se declaró Bien de Interés
Cultural, con el objetivo de protegerlo.

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