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TEMA 5.

EL ARTE PRERROMÁNICO Y SUS VARIANTES PENINSULARES

Mapa de Europa a comienzos del siglo VI.


El Imperio Romano con su concepción de la ley, el orden y el Derecho había ido ampliando el
grado de ciudadanía a toda una serie de pueblos que ellos llamaban bárbaros (parecido a
cómo interpretaban su lengua) que habían ido ayudando a la causa imperial. Todos estos
pueblos comienzan como aliados de Roma, pero finalmente acabarán con él, disgregando todo
el Imperio Romano Occidental.
El cristianismo, por su parte, frente a este panorama de disgregación, contribuyó a una
conciencia universalista y a la caída de la estructura del Imperio Romano se convirtió en el
verdadero puente entre la civilización clásica y la medieval.

1. EL ARTE PRERROMÁNICO Y SUS FUENTES DE INSPIRACIÓN.


El arte prerrománico (antes del románico) constituye una amalgama de estilos, dada la
amalgama de pueblos que existían. El primer reino nuevo de Occidente será el suevo. Las
fuentes principales de inspiración son:
1) La historia grecorromana y sus aportaciones, sobre todo en arquitectura, concepción
del espacio y también la plástica, el relieve y el mosaico.
2) La aportación cristiana en nuevos temas religiosos del Antiguo y del Nuevo
Testamento.
3) La reinterpretación de antiguos temas clásicos que ahora se cristianizan.

4) El reflejo bizantino llegará sobre todo en conceptos de organización política y


religiosa. En el arte sobre todo se reflejará en el atrezzo, en el lujo bizantino: objetos
suntuarios, orfebrería, marfiles, iconos (que el emperador regalaría a todo Occidente),
las telas, muy características sobre todo desde el punto de vista iconográfico, con
decoración de animales fantásticos de corte oriental y plantas, muy geométrica y
abstracta, organizadas de forma seriada. Estas telas llegaban a la Península Ibérica a
través del Levante y del Atlántico (muchas dentro de los relicarios).

5) Los nuevos elementos decorativos de los pueblos bárbaros, nórdicos o germánicos,


que eran nómadas y guerreros y que van a desarrollar enormemente el arte del
atrezzo, con fíbulas, hebillas de cinturón, collares, coronas, pendientes, arneses de
caballos.

En la Península Ibérica, el periodo del arte prerrománico se divide en tres etapas:

1) Visigótica (Siglos V-VII)


2) Asturiana o ramirense (Siglos VIII-X)

3) Mozárabe (Siglos X-XI)

2. EL ARTE DE LOS VISIGODOS.


A comienzos del siglo V llegan los primeros invasores a
Hispania. Los suevos se van a hacer muy rápido con la Gallaecia.
En el 475, los visigodos atraviesan los Pirineos y se instalan en
la Hispania romana, echando a los bizantinos, creando un reino
uniforme que abarca el Sur de Francia y casi toda la Península
Ibérica. Su capital estará en Toletum, la actual Toledo.
Ruinas de la ciudad de
Recópolis (Guadalajara). El
rey Leovigildo (568-586) en
la 2ª mitad del siglo VI tiene
ya un reino independiente y funda la ciudad de Recópolis
(trasunto de la ciudad de las Blaquernas, ex novo, similar a una
pequeña Constantinopla) en honor a su hijo Recaredo, quien
conseguirá la conversión de los visigodos (arrianos) al cristianismo católico en el III
Concilio de Toledo en el año 589 y la unificación religiosa, lo que contribuirá a la
consolidación del reino.

Conversión de Recaredo, (1888) Muñoz Degraín. III Concilio de Toledo, José Martí y Mansó (1862)

LA TRADICIÓN HISPANORROMANA Y LA IDEA DE RENOVATIO IMPERII: LA


ARQUITECTURA. Los visigodos se consideraban ciudadanos romanos y como tales, sus
monarcas siempre tuvieron ansias de recuperar el esplendor del Antiguo Imperio Romano. Se
instauraron las leyes romanas, buscando imitar los principios económicos y comerciales del
Antiguo Imperio, proceso que finalizará en el 711 con la conquista musulmana.
La arquitectura visigoda utiliza la PIEDRA, muy gruesa y
resistente, labrada en sillares de tamaño considerable y
dispuestos A SOGA (parte larga a la vista) Y TIZÓN (parte
corta metida hacia dentro en el muro), para reforzar la
estructura y atar el muro. Utilizan el ARCO DE HERRADURA,
de influencia tardorromana, utilizado sobre todo en el Norte
de África (no confundir con el musulmán).

Las CUBIERTAS pueden ser DE MADERA, utilizando la bóveda fundamentalmente en espacios


pequeños como los ábsides. Pueden tener COLUMNAS DE EXPOLIO (spolia-spolium), de época
romana (arte de acarreamiento), arrancadas de los monumentos romanos, no sólo por una
cuestión de ahorro económico, sino también como soporte para la nueva arquitectura de la
monarquía visigoda.
Los templos, de reducidas dimensiones, siguen en líneas generales la idea de la BASÍLICA
PALEOCRISTIANA (referencia a la antigüedad), prefiriendo los espacios basilicales, aunque
también se recuperan los planes centrales romanos, sobre todo los CRUCIFORMES. Suelen
tener un PÓRTICO a la entrada que se utilizaba como lugar de reunión.

LA UNIFICACIÓN RELIGIOSA Y LAS GRANDES CONSTRUCCIONES VISIGODAS.


Imagen: Ciudad de Toledo en el códice
Albelandense, s. IX. El periodo propiamente visigodo
se inicia en el 586 con la conversión de Recaredo al
cristianismo católico. La mayoría de los edificios de la
época desaparecieron tras la invasión musulmana y el
resto fueron o bien abandonadas o transformadas. Sólo
nos quedan algunos ejemplos situados sobre todo en
zonas rurales en forma de pequeñas iglesias que
debieron ser originalmente el templo de pequeños monasterios. Es característica su volumetría
compleja.

Planta de las principales iglesias visigodas.


Iglesia de San Juan de Baños, Palencia, 661. Situada al lado del
complejo termal romano (de ahí le viene su nombre). Recaredo se
curó con sus aguas y quiso construir una iglesia dedicada a S. Juan
como ofrenda. Es de planta basilical, con tres naves separadas por
arcos de herradura y columnas corintias, pero su originalidad radica
en la segmentación que hace del espacio en la cabecera original (ha
sido modificada), con una nave
transversal con tres ábsides
cuadrados separados entre sí.
Para hacernos una idea de su estado original, nos
acercamos a la Basílica de Sta. María del Trampal,
Cáceres, s. VII., en la que se realiza una absoluta
compartimentación espacial en
función de la liturgia hispánica mozárabe (que
siguió hasta 1070-1075, fecha en la que se
implantó la romana). Se parecía a la bizantina
(procedente de los territorios ocupados) en que es
absolutamente mistérica: lo sagrado no se puede
ver. ESPACIO SEGMENTADO en función de la
jerarquía: sacerdotes (transepto y sacristías) y
pueblo (nave central). A partir de la zona
congregacional, el espacio se contrae, incluso a
veces tiene un cancel de separación, para cerrar la
vista al acto de consagración (oblatio). Una vez
consagrado el pan y el vino, el sacerdote se acerca para repartirlo. Los dos espacios auxiliares
laterales (precedente bizantino) eran sacristías: PRÓTESIS (donde se preparaban las ofrendas) y
el DIACONICÓN (sacristía actual, donde se guardaban los objetos sagrados).

Reconstrucciones del estado original y actual. En época gótica de las tres naves se hizo una.

Imágenes del interior (al fondo de la dcha., el altar, que permanece iluminado, a diferencia del
resto). Espacio performativo, en el que se utilizan los cinco sentidos.
Iglesia de Sta. María de Quintanilla de las Viñas, Burgos, s. VII. Para animar el muro, a veces
se utilizan cenefas decorativas en el exterior.
Iglesia de S. Pedro de la Nave, Zamora, ca 680-711.
Parece una iglesia de 3 naves, pero realmente es casi un
plan central. En los años 30 una presa la iba a anegar y
se reconstruyó en una cota más alta (con ladrillo, de ahí
su buen estado de conservación).

Los arcos de herradura, que han sido


reconstruidos, nos dan una idea de
la espacialidad. El crucero con 4
ventanas proyectan un potente foco
de luz hacia el centro, quedando las
otras naves casi en penumbra. El
otro punto focal es la ventana del
ábside que ilumina fuerte y
directamente el altar. El espacio se
estrecha mediante las potentes
columnas de mármol, que lo cierran
hacia lo sagrado (sancta sanctorum).
Eran tremendamente incómodas
(sobre todo para la liturgia
posterior), por lo que o bien fueron
destruidas o modificadas. Las alas
laterales eran dos sacristías que se comunican a través de ventanas con el exterior. Conserva
uno de los primeros programas iconográficos del arte altomedieval en sus capiteles.

Capilla de S. Fructuoso de Montelios, Braga, ca 665. (recuerda


al mausoleo de Gala Placidia). S. Fructuoso fue arzobispo de la
ciudad de Braga, metropolitano de Galicia y uno de los padres del
monacato hispánico (regla fructosiana). Murió en el año 665,
encargando ser enterrado en este mausoleo al más puro estilo
bizantino (en un lateral está su tumba, los huesos se llevaron a
Galicia, conflicto). Fue canonizado, convirtiéndose en lugar de
peregrinación (patrón de Braga). Fruto de la influencia bizantina se
hace una versión del mausoleo con brazos cupulados, rodeando
una cúpula central en el crucero. Saben hacer la cúpula de media naranja. Comunican y
segmentan espacios, al igual que en Bizancio

En el exterior se organiza al más puro estilo romano con


frontones triangulares combinados con arcos en mitra
(igual que el de Gala Placidia).
En el interior, vemos el interés por la recuperación del arte romano, mediante
reutilización del algunas de ellas y otras nuevas que imitan a las anteriores,
mediante una serie de capiteles y frisos decorativos en los que se hace un
verdadero esfuerzo por imitar las hojas de acanto del capitel corintio,
generando un fuerte efecto de claroscuro con la luz proyectada en las hojas
hacia fuera

LA DECORACIÓN DE LOS EDIFICIOS: EL RELIEVE DE TALLA A BISEL.


El conocimiento de la arquitectura visigótica es muy fragmentario, al igual que pasa con el
relieve. Lo único que queda son los relieves que forman parte de la decoración arquitectónica
de los edificios. Originalmente pintados, tremendamente ricos, al igual que los muebles,
cortinajes, frontales de altar, lámparas, coronas de oro que colgaban encima de los altares, el
atrezzo que hoy día no tienen. El relieve lo podemos encontrar en los frisos decorativos y en los
capiteles. Utilizaban tres técnicas:
1) Modelado, que se aplica generalmente a los elementos vegetales y figura humana.

2) Talla a bisel: que es la más importante, que puede llegar a ser muy profunda, creando
efectos pictóricos muy importantes, sobre todo a través de la luz, generando
muchísimos claroscuros. Se utiliza fundamentalmente para los motivos geométricos.

3) De las incisiones, que se utiliza como complemento para marcar los detalles de las
figuras (plumajes, agua, paños, mismos temas que en las telas).
Los temas iconográficos y el repertorio decorativo proceden sobre todo del mundo bizantino,
particularmente del mundo de los tejidos, que todo apunta a que llegaran a manos de los
escultores a través de los tejidos bizantinos, característicos con tondos con figuras animales
enfrentados. Tenemos noticias textuales de un importante comercio de sedas bizantinas en
Lisboa (antigua Lisipo), que se dedicaban a importar tejidos bizantinos hacia el centro de la
Península. Los conservamos porque se han encontrado en relicarios de los cuerpos santos. Son
representaciones esquemáticas, simétricas y repetitivas.

En la iglesia de Sta. Mª de Quintanilla de las


Viñas, Burgos, s. VII. en uno de los capiteles,
vemos la Apoteosis de Cristo (como la apoteosis
imperial en los arcos de triunfo romanos) escoltado
por ángeles (en vez de victorias aladas).
Se recuperan temas antiguos como las personificaciones del sol y la luna (temas paganos). La
luna con cuernos representa el creciente lunar y el sol como helios con los rayos, que le salen de
la cabeza.
En la iglesia de S. Pedro de la Nave, hay otro gran conjunto
de relieves que combina decoraciones geométricas y
abstractas con una clara funcionalidad decorativa con un
pequeño programa iconográfico en el crucero, uno de los
primeros del arte medieval. En uno de ellos, hay una
representación abstracta y sincopada de la Iglesia (arcos).
En uno de los
capiteles, en el
lugar donde se realiza el sacrificio, se repite
un tema ya visto en época paleocristiana,
Daniel en el foso de los leones (con gesto de
litúrgico de oración), que se presenta como
modelo de fe, que con su fe consigue que los
leones no lo maten, sino que lo
honran y lamen sus pies,
prefiguración de la casta
sacerdotal.

Enfrente, aparece otro tema recurrente, el sacrificio de Isaac por su padre


Abraham (al igual que en S. Vital de Rávena), otra prefiguración del sacrificio
de Cristo sobre un “altare” (altar), ofreciendo el sacrificio de su único hijo a
Dios (su mano aparece para pararlo y señala al cordero entre los matorrales,
remitiendo al sacrificio de su Hijo).

En los laterales, toda una serie de Apóstoles, seguidores de Cristo,


primeros sacerdotes, esculpidos de modo expresionista (no
realistas).

EL AJUAR DE LAS IGLESIAS: LA ORFEBRERÍA.

La orfebrería es un capítulo original del arte visigodo. Es


un arte aplicado de estos pueblos originalmente
nómadas, las artes del metal y decorativas relacionadas con la vestimenta y el atrezzo, fíbulas,
broches, pendientes, collares, arneses de caballos.
Fíbula de Alovera, s. VI. Museo Arqueológico Nacional (imagen).Están realizados con la
técnica del esmalte, con el metal se hacen los alveolos que luego se rellenan con el esmalte, que
es fibra de vidrio líquida y después pulida. El acabado es suntuoso y más económico que las
piedras preciosas. Los diseños son abstractos, estilizados, geometrizados y remiten a la
naturaleza.
Fragmentos de una corona votiva del tesoro de Torredonjimeno, s. VI. En las
iglesias se atesoraban los objetos que ornaban sus interiores como las coronas
votivas, ofrecidas (ex votos) por los reyes, como signo permanente del poder, de
tipo bizantino, muy anchas (no para ponerse), sino que colgaban de unas cadenas
en una barra sobre el altar, con lámparas y cruces. El rey ofrecía la corona a
Jesucristo (Rey de Reyes). Tenían además inscripciones y letras colgadas de la
propia corona con el nombre del rey donante.

Cruz pectoral de

Torredonjimeno.

Corona de Recesvinto, tesoro de Guarrazar, s. VII.


Seguramente ofrecida a alguna de las iglesias de
Toledo. De tipo bizantino, ancha, con alma de madera y
cubierta de oro del alto quilataje y engarzada de piedras
preciosas, utilizando en los bordes la técnica de la filigrana. De
ella cuelgan las letras de la dedicatoria RECESVINTUS
REX OFERES, realizadas con la técnica del esmalte,
complementada con una serie de pendientes con
piedras semipreciosas.

3. EL ARTE DE LA MONARQUÍA ASTUR.

El año 711 marcó el final del


reino visigodo de Toledo. La
invasión árabe obligó a lo
que quedaba del reino a
refugiarse en las inhóspitas
tierras del norte de la antigua
Gallaecia, detrás de la
Cordillera Cantábrica y de la
actual Serra do Xistral. Desde
allí comenzaron el proceso
de progresiva recuperación
del reino y reconquista de los territorios perdidos. Mapa Reino Galaico Asturiano, con capital en
Oviedo.

NACIMIENTO Y CONSOLIDACIÓN DEL ARTE DE LA MONARQUÍA ASTUR

791-842 REINADO DE ALFONSO II. Durante su reinado asistimos a la consolidación del reino y
un arte propio. Se produce un hecho clave, en torno al año 820, el descubrimiento de los
restos del Apóstol Santiago, lo que se utiliza tanto desde un punto de vista político, como
psicológico, para darle más fuerza al proceso de reconquista (Santiago patrón y matamoros),
como un elemento publicitario de la monarquía y recuperación del Reino visigodo de Toledo,
como una auténtica misión cristiana, una misión espiritual de recuperación de las tierras
islamizadas de los paganos y su símbolo será la cruz triunfante entre dos ángeles, como
signo de protección de los fieles y de vencimiento de los invasores (como la Batalla de Puente
Milvio, que marcó el comienzo de la conversión del emperador romano Constantino al
cristianismo) y su emblema, que sigue siendo el del Principado de Asturias: “Hoc signo tuetur
pius - Hoc signo vincitur inimicus” (con este emblema se defiende al piadoso - con este
emblema se vence al enemigo).

Si quieren recuperar el antiguo reino visigodo, deben convertir Oviedo en una nueva Toledo,
inventándose una nueva sede episcopal, robándole una parte importante de la diócesis de Lugo.
El centro episcopal (poder religioso) y el de poder político estaban así unidos, como en
Toledo, el palacio del rey y la catedral.

Una posible imagen de Oviedo hacia el siglo


XII. Se puede ver el palacio del rey (D) con la
Cámara Santa (A). A su lado, la cabecera de la
primitiva Iglesia de San Salvador (a partir del
XII se levantaría la actual catedral gótica). A
su lado, más pequeña, la Iglesia de Santa
María, que hoy es Panteón Real.

La Capilla palatina o Cámara Santa de Oviedo era


privada y tiene dos plantas, la baja con una bóveda que
nace directamente del suelo y una planta alta formada por
dos partes: una nave donde se situaría la corte y un ábside
más bajo donde se guardaban las principales reliquias del
reino visigodo (arca santa).
S. Julián de los Prados, Oviedo, 791-842. Muy
similar a las iglesias visigodas, volumétricamente
compleja, realizada en sillarejo (sillar pequeño).
Normalmente tienden a la planta basilical, con una cabecera triple. También tienen los
habituales espacios de servicio (sacristías) y por lo general las naves están cubiertas de madera y
sólo se abovedan los ábsides, por lo que los contrafuertes sirven para reforzar el muro, pero no
tienen una verdadera fuerza estructural, teniendo también una función estética (romper con la
rigidez del muro exterior). Las cabeceras son tremendamente características, sobre todo por la
cámara del ábside, a la que sólo se puede acceder por la ventana triple (a la que se le han
atribuido diversas funciones: vivienda de un monje anacoreta, tesoro de la iglesia, etc.),
convirtiéndose las tres arcadas en el símbolo de Asturias.
El interior recuerda a las basílicas paleocristianas. De nuevo nos encontramos con un espacio
compartimentado, en el que se distinguen la zona congregacional de la
litúrgica. Aparecen los comulgatorios. La poética de la luz es similar a la
visigoda con el punto central encima del altar. Se
insiste en la estética interior tremendamente
suntuosa.

Conserva muchísimas pinturas en el interior que


recuerdan mucho a la pintura tardo romana pompeyana: los techos
imitan a los casetones romanos, los colores y la técnica al fresco recuperada de época romana.

Cruz de los ángeles, Oviedo, 791-842. Alfonso II regaló a la


Catedral de S. Salvador de Oviedo una cruz preciosa, posiblemente
con motivo de su consagración para estar colgada sobre el altar (se
supone porque no tiene hastil), que se conserva todavía en la
Cámara Santa de Oviedo. Sigue la tradición hispano visigoda de la
orfebrería, con hilo de oro, camafeos incrustados de época romana,
que se insertaron en estas obras, invistiendo al objeto del prestigio
del objeto antiguo romano. La inscripción del reverso dice:
"Permanezca en honor de Dios esto, realizado con complacencia.
Alfonso, humilde siervo de Dios, lo ofrenda. Cualquiera que presumiere llevarme fuera de donde mi
buena voluntad la dedicó, perezca espontáneamente con el rayo divino. Esta obra se concluyó en la era
846 (año 808). Con este signo es protegido el piadoso. Con este signo es vencido el enemigo. " (idea
romana de la pervivencia de la memoria).

842-850 REINADO DE RAMIRO I: Es una época de esplendor. Se consolidan las experiencias


de la etapa anterior de Alfonso II y se desarrollan, llevándolas a su madurez. Las estructuras
arquitectónicas se van a hacer más complejas y van a estar mejor articuladas. Se introduce
la escultura en la arquitectura. Hay una recuperación de la plástica monumental
arquitectónica.

El Complejo palatino de Oviedo en el Monte Naranco, a las afueras de Oviedo, en medio de la


naturaleza, es interesante porque remite al pasado visigodo, pero sobre todo a la tradición
romana de las villas en el campo (palacio en contacto con la naturaleza, alejado del centro
urbano, pero en contacto con él). En este complejo palatino hay dos edificios fundamentales:

Capilla palatina: San Miguel de Lillo, de la cual sólo nos queda una parte, el resto colapsó en
los siglos XI ó XII. Es de planta basilical con dos ábsides y las tres sacristías auxiliares. Se trabaja
mucho el tema de la articulación estructural (contrafuerte-pilar-arco). La iglesias está ya
totalmente abovedada. De gran verticalidad, sobre todo en la nave central, que todavía se
aprecia en la pequeña parte que nos resta, que es la entrada a la tribuna regia, con dos
importantes escalinatas de acceso, para que el rey y los miembros cercanos de su corte
siguieran las celebraciones litúrgicas desde lo alto, es un espacio para el poder y se le da el
mismo tratamiento lumínico que los ábsides, donde se sitúa el espacio de lo divino. Hay de
nuevo una utilización teatral de la luz: desde el eje que va de la ventana de la tribuna regia hasta
la ventana del ábside.

Se introduce la escultura en la arquitectura: el capitel


ramirense, de decoración sencilla y efectista. Se
decoran incluso las basas, con el motivo del
sogueado, introduciendo la figuración con una talla
en reserva. Son figuras muy abstractas, que
representan a los Apóstoles (pilares de la Iglesia:
Jesús dice a Pedro: “Tú serás la piedra sobre la que
edificaré mi iglesia”, talla en la basa=piedra).

La otra construcción de este conjunto es


el Aula Regia, el salón del trono, hoy
conocida como Santa María del Naranco. Cuando colapsó San Miguel de Lillo, convirtieron a
este salón en iglesia. Tenemos de nuevo un espacio para el poder de representación del rey. Se
conjuga la relación con la naturaleza y con la ciudad de Oviedo. Desde el punto de vista
estructural, es una arquitectura madura porque hay una correlación directa entre los
contrafuertes y su función: contrafuertes-pilares interiores-arcos fajones, que será habitual en el
arte románico. Consta de dos pisos:
1) Parte baja: sótano abovedado, zona de servicio y de caldera, para calentar el suelo y una
zona de baño, como las villas romanas. Tiene arcos fajones simples.
2) Parte de arriba: gran nave cubierta por bóveda de cañón segmentada y reforzada por
arcos fajones. Además no están dispuestos todos a la misma distancia, sino que se
reduce conforme nos alejamos del centro (corrección óptica o trampantojo al estilo
clásico), porque se está forzando la visión y la perspectiva para ampliar visualmente el
espacio, contando con el punto de vista del espectador, que además accede desde el
centro.
Es importante la relación con la naturaleza, a través de los miradores (típico de las villas
campestres romanas) en los que se recurre a la arcada triple, típicamente asturiana, que aquí se
hace inmensa (símbolo de Asturias).
Se introduce también la escultura puramente ramirense con los sogueados. Tiene medallones en
las enjutas de los arcos, pareciendo una petrificación de las decoraciones en metal o en tela
existentes en las aulas regias romanas (esqueuomorfo), lo que las hace más económicas, con
estandartes de caballeros y motivos heráldicos. Nos refieren a lo clásico en su reinterpretación
del capitel corintio. El cuidado en el tratamiento de la arquitectura escultórica se ve incluso en
los fustes a los que también se les ha aplicado un efectista sogueado que genera unos
interesantes efectos plásticos.

Santa Cristina de Lena, en Pola de Lena, también en relación con la naturaleza, apunta a que
era capilla palatina de un palacio real en el campo (desaparecido). A pesar de estar sobre un
monte, está bastante abrigada. Es una arquitectura madura, con volúmenes superpuestos y
articulación de los muros a través de los contrafuertes. Parece una planta cruciforme, pero es
una única nave a la que se adosan todos los espacios auxiliares que necesitan estas iglesias en
una composición cruciforme. El pórtico está en la parte occidental y el ábside en la parte
oriental y en los laterales las sacristías, sin continuidad. Las dos puertas de las sacristías
comunican con las escaleras. El espacio congregacional es minúsculo, prácticamente todo es
espacio litúrgico, por eso se sabe que era una capilla palatina. También tiene una
desarrolladísima tribuna regia a los pies, desde donde se tiene una visión privilegiada del
presbiterio, con un iconostasio, que tendría cortinajes para tapar el acto de la consagración (uno
de los pocos y muy bien conservado al encontrarse la iglesia en espacio rural) y al fondo el
ábside fuertemente iluminado. El altar es el punto focal, con la ventana más grande y en el otro
lado la ventana de la tribuna.
En la escultura también vemos las típicas columnas y capiteles con el sogueado fasciculado
característico y muy geometrizados.

866-910 REINADO DE ALFONSO III: Se consolida totalmente el proceso de la reconquista.


Empiezan a convivir en esas zonas los mozárabes (árabes cristianos que vivían en territorio
musulmán) con los cristianos del norte, la tradición musulmana con la cristiana. Empiezan a
aparecer motivos de clara ascendencia musulmana como el arco de herradura (no confundir
con el visigodo) y el alfiz (marco cuadrangular que rodea al arco). La gran novedad por la que
se distingue la arquitectura eclesial de esta época es porque la capilla mayor avanza en planta
con respecto a las laterales, sobresaliendo del muro.

El ejemplo más característico es el de la iglesia de S. Salvador de


Valdedios en Villaviciosa. Se aprecia la gradación de
volúmenes, trasluciendo al exterior la jerarquía espacial del
interior. Al igual que en los ejemplos anteriores son iglesias de
gran verticalidad y con un marcado eje longitudinal que de
nuevo nos vuelve a concretar el ábside como punto focal, que al
igual que en todas las iglesias prerrománicas vistas se estrecha
en la entrada (en relación con la liturgia hispánica, con un
espacio privativo cerrado, también con cortinajes). Eran espacios
tremendamente lujosos, completamente pintados en el interior, imitando mármoles y las
bóvedas imitando casetones. El espacio litúrgico separado por canceles e iconostasios (no se
conservan, pero quedan las marcas en el suelo). Las columnas también de mármol, romanas
reutilizadas y los cortinajes con función litúrgica. Empiezan a aparecer los arquillos de herradura,
en el tema tan asturiano de la arcada triple y con un alfiz enmarcándolos. El ábside sobresale
hacia afuera con respecto a los laterales (otra gran característica que empieza ahora y se hará
más evidente en el románico, con la girola hasta llegar a la catedral gótica, macrocéfala).

En Santiago de Compostela, Alfonso III


reconstruye totalmente el gran santuario del
reino y edifica sobre la tumba del Apóstol
Santiago la basílica más grande del reino. Debía
ser muy parecida a S. Salvador de Valdedios.
Con tres naves separadas por pilares y tres
ábsides y el ábside principal o capilla mayor que
sobresalía mucho respecto de los laterales,
porque en el medio estaba la tumba del
Apóstol, que fue envuelta con el ábside. Al fondo, separado por un iconostasio estaba el edículo
en el altar mayor y debajo la tumba. Sobresalía también el Baptisterio de S. Juan.

Cruz de Alfonso III, original y


réplica (reverso y anverso).
Alfonso III también donó a la
basílica de Santiago una cruz
de oro en el año 874, con
motivo de una peregrinación
que hizo con su esposa
Jimena. Tiene una gran carga simbólica porque suponía el reconocimiento de la monarquía
hacia el santuario del reino. Desgraciadamente fue robada de la catedral en 1906 y sólo nos
quedan fotografías arcaicas, pero a partir de ellas y de las descripciones que conservamos se
pudo reconstruir. Es una cruz típicamente asturiana de brazos iguales, con piedras preciosas y
camafeos incrustados y con toda la superficie de los hastiales trabajada con la técnica de la
filigrana.

Del mismo taller regio salió la Cruz de la Victoria, Oviedo, 908, insignia del
Principado de Asturias, donada por Alfonso III a la Catedral de Oviedo, que
supera con mucho a las otras en riqueza. En este caso, varía ligeramente el
modelo porque es de cruz latina y se sustituye el remate recto por uno
lobulado. Además, toda la superficie está cubierta de esmaltes entre los
cabujones que se multiplican por toda la superficie. Debía tener una función
ceremonial (no estaba colgada). En la parte inferior tiene un vástago,
probablemente para estar colocada en un hastil, por lo que tendría una
función litúrgica procesional. No deja de ser además de un objeto de culto, un atributo del
poder porque se en las procesiones de la basílica también iba el rey.

4. EL ARTE DEL SIGLO X EN LA PENÍNSULA


IBÉRICA. En torno al año 900, la frontera del Reino
Leonés ya alcanza el río Duero. El hijo de Alfonso III,
García, adelanta la capital más al sur, a una posición
más cómoda, a León, a donde pasó la sede regia. En
este momento, lo más importante era repoblar. Esta
repoblación de los territorios conquistados se va a hacer
con gentes del norte, de tierras asturianas y galaicas, con los
propios habitantes de esos territorios, árabes que permanecen y
con los mozárabes (árabes cristianos), que no solo eran los que vivían allí,
sino que se produce un movimiento migratorio desde el sur, desde Córdoba, para estar en
territorios cristianos. Las referencias documentales nos hablan de la reconstrucción de ciudades
enteras, iglesias y monasterios. En este proceso, los repobladores de uno y otro lado de la
frontera van a colaborar en un proceso que podríamos denominar de sincretismo artístico.

ARTE MOZÁRABE. ARTE DE REPOBLACIÓN. ARTE DE FUSIÓN. Desde 1990, se prefiere el


término “arte de repoblación”, porque ya no está tan claro que sólo participaran los mozárabes
y a partir del siglo XXI, se preferirá el término “arte de fusión” porque es claro que se combinaba
la tradición visigoda asturiana cristiana con la de los artífices que conocían a la perfección los
usos y las técnicas árabes. El resultado son edificios que continúan con la tradición
paleocristiana de iglesias con tres naves y tres ábsides, pero con algunas diferencias.

EL MONASTERIO COMO AGENTE REPOBLADOR. Es fundamental la figura de S. Genadio, que


al igual que otros eremitas vivía en cuevas, pero al final acabó convirtiéndose en obispo de León
y caudillo de la repoblación. A través de las fuentes documentales conocemos mucho de estos
monasterios, pero se han conservado muy pocos y de éstos, solo las iglesias.

LOS TEMPLOS Y SU DIVERSIDAD PLANIMÉTRICA. TEMPLOS Y


MONASTERIOS. El resto de las dependencias tenemos que
imaginarlas a partir de estas referencias documentales o incluso
iconográficas, como el Beato de S. Salvador de Távara, Zamora,
968-970, en el que se representa la torre de la iglesia de S. Salvador
de Távara, con el scriptorium adosado, donde trabajaban los
miniaturistas. Se representa la estructura del tejado con los
travesaños, para que no se combase. Al lado, casi no se ve, el
sirviente preparando el papiro con piel de vaca. En el scriptorium se
representan u tal Seniro, el escriba (el que lo escribió) y Emeterius
presbiter (sacerdote), el iluminador (el que lo ilustró). Es curioso que
añadan este autoretrato, describiendo al final del libro cómo se
encontraban durante el proceso de elaboración: “fatigatus”
(cansados).
Aparece el alfil y se recupera el capitel romano corintio,
muy habitual en el arte de expolio. Iglesia de S. Miguel de
la Escalada, León. Es uno de los ejemplos más sugerentes.
Sigue la tipología basilical paleocristiana: con un presbiterio
no marcado en planta (no sobresale). En la parte sur tiene un
pórtico muy desarrollado, que era la verdadera puerta de
entrada. El pórtico está formado por arcos de herradura
cerrados, enmarcados por un alfiz. Se reutilizaron columnas
y capiteles de una villa romana vecina. Hay un interés por
resucitar el mundo romano. Conservaba una lápida
fundacional (hoy desaparecida, cuya transcripción sería
“Este lugar, ya desde antiguo consagrado en honor del
arcángel Miguel, de reducidas dimensiones, caído en ruinas
después, permaneció así durante mucho tiempo; hasta que
el abad Alfonso que venía de Córdoba, su patria, con su
comitiva, levantó las ruinas del edificio bajo el eficaz
patrocinio del rey Alfonso. Como aumentara el número de
los monjes, por fin construyen el presente templo desde
sus cimientos; estas obras se fueron realizando durante
doce meses, en el reinado de García con su esposa
Mumadonna, no por mandato real o valiéndose del sudor
del pueblo, sino por la atenta tenacidad del abad Alfonso y de sus monjes, en la era novecientos
cincuenta y uno. Fue consagrado el templo por el obispo Genadio”. El abad y su comitiva
trajeron de Córdoba el arco de herradura y el alfiz

El espacio congregacional está separado por un


iconostasio, también formado por tres arcos, que
estaría lleno de imágenes y cortinajes y al fondo los tres
ábsides con sus altares de mármol. El altar, bajo la
ventana rasante fuertemente iluminada, brilla, lo que
permite leer las inscripciones de su superficie, que
indica las reliquias que contiene. Es una utilización
teatral de la luz para convertir el altar en el punto focal.

Existen otros ejemplos como el de la Iglesia de


Santiago de Peñalba, con un mihrab, ábside similar al de la
Mezquita de Córdoba.
En esta iglesia, también tenían una cruz colgada
de latón dorado, versión económica de las
antiguas cruces asturianas.

EL EXPRESIONISMO PICTÓRICO: LA MINIATURA Y LOS BEATOS. Los principales scriptoria


que contribuyeron a la concreción estilística de la miniatura del siglo X se concentraban en
tierras leonesas.

Biblia de la Catedral de León, 920.


Arcángel S. Miguel y tetramorfos.
En esta biblia compuesta por Juan y
Vimara, el estilo ya está
completamente codificado. Son
figuras metálicas, ejecutadas con
unos recursos cromáticos de colores
brillantes intensos, en las que no
existe una tercera dimensión (sólo altura y anchura). Los fondos son lisos o concebidos con
bandas de coores, evitando cualquier tipo de notación paisajística o espacial. Rompen
totalmente con la tradición libraria romana o carolingia. Es un modo de representación cubista,
que sirvió de inspiración a Picasso.

Evangeliario de Ebbo, Francia, 816-835. Representa al evangelista S.


Marcos. Es de lo mejor de la miniatura carolingia, que sigue la tradición
romana. Es impresionista. El personaje está escribiendo, con el cuerpo en
contraposto, reaccionando a las acciones que realiza. La posición de la figura
nos indica de donde procede su inspiración, de arriba, del cielo, de su símbolo
(león) y de ahí le llega a su mano.

Beato de Facundus. La gran prostituta se embriaga con el rey, s. X.


Este beato es el más destacado de toda la producción del siglo X. Son
los beatos, los manuscritos que nos trasmitieron los comentarios al
Apocalipsis de Beato de Liébana, que serván para entender, tratado
para ayudar a sus compañeros de profesión, el texto más difícil de la
biblia. Los manuscritos que conservamos tienen una novedad que es la gran cantidad de
miniaturas que los ilustran, lo que resulta llamativo porque en las biblias contemporáneas y
anteriores, el Apocalipsis nunca se ilustró. El libro del Beato está bien ilustrado. Por las
referencias que hay en el texto, sabemos que Beato concibió su obra para estar ilustrada: texto,
imagen y relación entre texto e imagen, para que se entendiera.

La ilustración onírica, desarrolla la descripción realizada por S. Juan en el capítulo XII del
Apocalipsis en un único espacio-tiempo. El dragón contribuye a dar unidad. No existe una lógica
del color, ni una lógica en la representación de las figuras, ya que únicamente le interesa
representar lo onírico del texto:
“1 aY apareció una gran señal en el cielo: una bmujer vestida del sol, con la luna debajo de sus
pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas.
2 Y estando aencinta, clamaba con dolores de parto y sufría por dar a luz.
3 Y apareció otra señal en el cielo: y he aquí, un gran adragón rojo que tenía siete cabezas y diez
cuernos, y en sus cabezas, siete diademas.
4 Y su cola arrastraba ala tercera parte de las estrellas del cielo, y las arrojó sobre la tierra. Y el
dragón se paró delante de la mujer que había dado a luz, a fin de devorar a su hijo en cuanto
naciese.
5 Y ella dio a luz un hijo varón que había de regir a todas las naciones con avara de hierro; y su
hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
6 Y la amujer huyó al desierto, donde tenía un lugar preparado por Dios, para que allí la
sustentasen durante mil doscientos sesenta días.
7 Y hubo una gran abatalla en el cielo: bMiguel y sus cángeles luchaban contra el dragón; y
luchaban el dragón y sus ángeles,
8 pero no prevalecieron, ani fue hallado más su lugar en el cielo.
9 Y afue lanzado fuera aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama bDiablo y Satanás,
quien engaña a todo el mundo; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.
10 Y oí una gran voz en el cielo que decía: Ahora han venido la salvación, y el poder, y el reino
de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos ha sido
arrojado, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
11 Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra de su testimonio, y
no amaron sus vidas, ni aun hasta sufrir la muerte.
12 Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del
mar!, porque el diablo ha descendido a vosotros, teniendo gran ira, pues sabe que tiene poco
tiempo.
13 Y cuando el dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que había
dado a luz al hijo varón.
14 Y le fueron dadas a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase de la presencia de
la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos y la mitad de
un tiempo.
15 Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, a fin de hacer que fuese
arrastrada por el río.
16 Pero la tierra ayudó a la mujer, y la tierra abrió su boca y tragó el río que el dragón había
arrojado de su boca.
17 Entonces el dragón se enfureció contra la mujer, y se fue a hacer la guerra contra el resto de
la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de
Jesucristo.”

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