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Sumario: 

1. El problema: una operación bancaria no reconocida. 2.


Actuaciones inmediatas y reclamo ante la entidad bancaria. 3. Postulación
de una denuncia ante el Indecopi. 4. Protección del Consumidor ante
operaciones bancarias fraudulentas.

1. El problema: una operación bancaria no reconocida

Con el inicio de la cuarentena obligatoria a causa de la pandemia de la


covid-19, el mundo digital ha ganado mayor espacio, siendo un hecho que se
ha incrementado las operaciones bancarias por medio de las plataformas
virtuales de las entidades financieras.

Una operación bancaria constituye un hecho jurídico que realiza el cliente


conforme a los derechos y obligaciones regulados en el contrato de
operaciones bancarias celebrado con la entidad bancaria. El no
reconocimiento de dichas operaciones bancarias, sea por una razón
particular, genera que el cliente no acepte la validez de estas, pese a que las
operaciones bancarias surtan efectos inmediatos y supuestamente se haya
cumplido con las medidas de seguridad pertinentes.

Un supuesto de operaciones bancarias no reconocidas constituye la


operación bancaria realizada bajo un supuesto delictivo tipificado como
fraude informático[1] en agravio de la cuenta bancaria del cliente
perteneciente al sistema financiero. Ante el incremento de ciberdelincuencia
surge la ocasión de ofrecer pautas a fin de salvaguardar los intereses y
derechos de los consumidores frente a los servicios financieros por
“operaciones bancarias fraudulentas”, recordando que no se debe compartir
datos bancarios.

2. Actuaciones inmediatas y reclamo ante la entidad bancaria


Ante una operación bancaria no reconocida o fraudulenta, lo inmediato es
bloquear la tarjeta bancaria conforme a los protocolos que el banco
previamente haya determinado por los medios disponibles como son sus
plataformas virtuales y las llamadas a la central telefónica. Asimismo, se
debe procurar, de ser posible, la reversión de las operaciones como sucede
en el caso de los giros bancarios, los cuales pueden ser anulados luego de
su realización cumpliendo ciertos requisitos. Una vez realizado el bloqueo,
corresponde cursar comunicación de dichas operaciones bancarias no
reconocidas ante la entidad bancaria como también la interposición de la
denuncia ante la división especializada de la Policía Nacional del Perú. Estas
actuaciones inmediatas son sumamente importantes para posteriormente
postularlas en un procedimiento administrativo sancionador.

Es un derecho del consumidor de servicios financieros (y cliente del Banco),


interponer un reclamo por operaciones bancarias no reconocidas alegando
los hechos del caso, las circunstancias y razones necesarias a fin de
obtener la reversión de las operaciones bancarias, evitando el perjuicio
económico. El Banco tendrá treinta (30) días calendario para resolver el
reclamo procediendo a notificar válidamente al reclamante la respuesta
positiva o negativa.

Asimismo, constituye un punto muy importante, la recopilación de medios


probatorios como sería el estado de cuenta bancaria, una captura de
pantalla de la plataforma virtual en el momento de los hechos demostrando
que el sistema del banco no fue idónea o no estuvo operativa para el
bloqueo de la tarjeta, una captura de pantalla de celular del momento exacto
de la llamada por motivo de la operación bancaria y que el proveedor nunca
contestó, así como de la grabación de la misma comunicación, el link de
internet en donde figure una página fraudulenta, el historial de internet, la
filmación del momento exacto del “cambiazo” de la tarjeta, la recopilación
de voucher,  y cualquier medio probatorio pertinente para sustentar el caso.

3. Postulación de una denuncia ante el Indecopi


Ante una respuesta negativa de la entidad bancaria y, con ello, la no
reversión de las operaciones bancarias no reconocidas o fraudulentas, será
necesario que se acuda al Instituto Nacional de Defensa de la Competencia
y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) interponiendo la
respectiva denuncia por infracciones incurridas por el proveedor,
aperturándose el respectivo procedimiento administrativo sancionador en
materia de protección al consumidor.

Cabe la posibilidad de interponer conjuntamente una medida cautelar a fin


de tutelar la eficacia de la decisión definitiva con relación al perjuicio
económico emergente.

En este procedimiento administrativo especial, se debe analizar la idoneidad


del servicio financiero ofrecido por la entidad bancaria denunciada, y sí esta
como proveedor cumplió o no con las obligaciones legales reguladas por el
Código de Protección y Defensa del Consumidor (Ley 29571) como también
por el Reglamento de Tarjetas de Crédito y Débito (Resolución SBS 5570-
2019). En este sentido, el consumidor debe alegar la acreditación de un
defecto en el servicio financiero que ocasionó la operación bancaria no
reconocida o fraudulenta, mientras que por parte del proveedor (el banco)
quién se encuentra en una mejor posición en la relación de consumo tendrá
la carga de la prueba para demostrar que la operación bancaria se ejecutó
cumpliendo las medidas de seguridad y que no existió defecto en el servicio
brindado[2].

Se debe ser cuidadoso en la elaboración de la denuncia, la narración de los


hechos y la forma de atribución de las infracciones a los deberes del
proveedor. La diferencia es importante, en tanto que sí existe negligencia e
imprudencia del consumidor (como entregar datos bancarios a personas no
autorizadas) genera razones suficientes para que el Banco alegue el
eximente de responsabilidad al haberse generado una ruptura del nexo
causal de responsabilidad. Un caso muy especial, y que reclama mayor
estudio, es analizar el supuesto en el cual un tercero con conocimientos
especializados y en un accionar doloso obtiene datos bancarios y con ellos
obtiene provecho económico indebido como sucede en el caso del delito de
fraude informático; no obstante, ello no es excusa para no analizar si la
entidad bancaria cumplió con los deberes de seguridad y monitoreo de las
operaciones bancarias.

El punto clave para discernir es el análisis de la idoneidad del servicio


financiero con base a las medidas y protocolos de seguridad bancaria, así
como también del sistema de monitoreo para determinar la validez o no de
la operación bancaria cuestionada. Legalmente[3], las entidades bancarias
tienen el deber de contar con sistemas de monitoreo de operaciones que
sean capaces de detectar operaciones que no corresponden con el
comportamiento habitual de consumo del usuario, sistemas capaces de
generar alertas, las identificaciones de patrones de fraude, así como el
establecimiento de límites y controles de seguridad para mitigar las
pérdidas por fraude. Igualmente, las entidades bancarias deben contar con
mecanismos para la comunicación inmediata al usuario sobre las posibles
operaciones de fraude como las acciones para proceder con el bloque
temporal o definitivo de la tarjeta.

Otro punto importante a analizar es el patrón de consumo y el patrón de


fraude. Por el primero, por medio de los estados de cuenta, se analizará el
comportamiento habitual del cliente de si efectivamente las sumas de
dinero por medio de transacciones y operaciones bancarias son usuales a
su actividad diaria, y es que el patrón de consumo se concretiza al nivel de
consumo del cliente. Por otro lado, el patrón de fraude identifica aquellas
transacciones que se realizan dentro de un parámetro “sospechoso” como
por ejemplo el que se realicen varias transacciones en un mismo momento
o en períodos cortos de tiempo, en diferentes zonas alejadas entre sí, pero
en lapsos cortos de tiempo, en un horario poco habitual, destinadas a
personas en lugares lejanos y cualquier operación que no es habitual en el
consumo personal[4].

Asimismo, corresponde analizar las disposiciones contenidas en el contrato


de operaciones bancarias suscrito al momento que el cliente obtiene una
tarjeta de crédito y/o débito, revisar los términos y condiciones en la cual
aceptamos al momento de crear una cuenta en la plataforma virtual de la
entidad bancaria, así como las medidas de seguridad y recomendaciones
que aparecen al momento de realizar una operación bancaria virtual.

La deficiencia de las medidas de seguridad y del sistema de monitoreo de la


entidad bancaria denunciada, así como los hechos que respaldan los
patrones de consumo y fraude genera que se atribuya la responsabilidad y
con ello se proceda a obtener la medida correctiva solicitada como sería la
reversión de las operaciones bancarias no reconocidas.

4. Protección del Consumidor ante operaciones bancarias fraudulentas

A modo de ejemplo, Indecopi se ha pronunciado respecto a las operaciones


bancarias no reconocidas o fraudulentas como se puede leer en la
Resolución 015-2020/Indecopi-Piu perteneciente al Expediente ORPS 373-
2019/PS0-Indecopi-Piu       por el cual se reconoce cinco puntos importantes
al momento de declarar fundada la denuncia:

a) La valoración de la prueba dinámica al indicar que existen situaciones en


las que el proveedor se encuentra en una mejor posición en la relación de
consumo para probar y demostrar un hecho negativo con relación al servicio
ofrecido. En este caso, la entidad bancaria deberá demostrar que la
operación bancaria no reconocida fue una operación bancaria realizada
conforme las medidas y protocolos de seguridad.

b) Se reconoce como marco normativo de valoración, la Resolución SBS


5570-2019, Reglamento de Crédito y Débito por el cual las entidades
financieras deben cumplir con las obligaciones legales de contar con
procedimientos de aceptación para verificar la validez de la operación,
asimismo el proveedor debe garantizar y asegurar la idoneidad del servicio
financiero en un estándar de calidad y seguridad de las operaciones.
c) La prestación de un servicio idóneo implica un nivel de seguridad
razonable que los proveedores deben garantizar para que se dé un
adecuado cumplimiento de las  prestaciones asumidas. En este sentido, las
instituciones financieras deben encontrarse en capacidad de responder a
los cuestionamientos que puedan eventualmente formular los 
consumidores respecto al procesamiento de las operaciones efectuadas, y
demostrar técnicamente las razones sobre las cuales se sustenta la validez
de las operaciones cuestionadas.

d) Se exime o no de responsabilidad administrativa al proveedor si se


produce una ruptura del nexo causal por imprudencia del propio consumidor
afectado cuando el proveedor acredita y demuestra que el usuario brindo la
clave secreta a terceros. No obstante, con el avance de la ciberdelincuencia,
resulta importante analizar el tipo penal de fraude informático, en el cual el
delincuente obtiene datos bancarios por medio clonación de plataformas
virtuales y demás modalidades de phishing.

e) Se reconoce el valor del patrón de consumo y patrón de fraude junto con


los sistemas de monitoreo y medidas de seguridad de la entidad financiera a
fin de demostrar la idoneidad del servicio frente a las operaciones bancarias
no reconocidas.

Finalmente, a modo de consejo, se recuerda cuidar estrictamente su


información bancaria, no compartir a terceros las contraseñas, número de la
tarjeta, fecha de vencimiento, el CVV de la tarjeta, la clave de internet y
cualquier otro dato importante; de la misma manera cuidar de los ingresos
en las plataformas virtuales en tanto que existe muchas veces
suplantaciones de las páginas webs como resultado de la ciberdelincuencia.

[1] Véase el artículo 8 de la Ley de Delitos Informáticos, Ley 30096.

[2] Véase el f. j. 33 de la Resolución 015-2020/Indecopi-Piu, perteneciente al


Expediente en 373-2019/PS0-Indecopi-Piu.
[3] Véase los artículos 17 y 20 de la Resolución SBS 5570-2019.

[4] Villar, Silvia. Resolución de conflictos sobre operaciones no reconocidas


con tarjetas de crédito y débito desde la perspectiva de Indecopi.  Revista de
estudiantes Ita Ius Esto. 15 de diciembre del 2019. p. 3.

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