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Este documento describe el paradigma del "vivir bien" desde una perspectiva espiritual indígena. Explica que el vivir bien está ligado a mantener el equilibrio entre lo racional y lo espiritual, priorizando una conexión con la naturaleza y lo sagrado. También describe cómo la espiritualidad une a pueblos como el mapuche, permitiéndoles mantener su identidad cultural a pesar de los desafíos. Finalmente, explica que la pérdida de tierras amenaza la espiritualidad mapuche y su conexión
Este documento describe el paradigma del "vivir bien" desde una perspectiva espiritual indígena. Explica que el vivir bien está ligado a mantener el equilibrio entre lo racional y lo espiritual, priorizando una conexión con la naturaleza y lo sagrado. También describe cómo la espiritualidad une a pueblos como el mapuche, permitiéndoles mantener su identidad cultural a pesar de los desafíos. Finalmente, explica que la pérdida de tierras amenaza la espiritualidad mapuche y su conexión
Este documento describe el paradigma del "vivir bien" desde una perspectiva espiritual indígena. Explica que el vivir bien está ligado a mantener el equilibrio entre lo racional y lo espiritual, priorizando una conexión con la naturaleza y lo sagrado. También describe cómo la espiritualidad une a pueblos como el mapuche, permitiéndoles mantener su identidad cultural a pesar de los desafíos. Finalmente, explica que la pérdida de tierras amenaza la espiritualidad mapuche y su conexión
El vivir bien está ligado a la “espiritualidad” y esto emerge de un equilibrio entre el pensar y el sentir. Para este paradigma comunitario es esencial el sentido espiritual de la vida, sin embargo en estas sociedades modernas se ha originado una ruptura entre ambos, priorizando la expresión y comprensión de la vida a partir sólo de la racionalidad.
A través del término espiritualidad podemos dar cuenta de la naturaleza y
la condición de lo espiritual que muestra a algo o alguien, tradicionalmente la espiritualidad se le vincula con la religión, y en el ámbito filosófico se relaciona con la interioridad del ser a su vez también se refiere a la inclinación que un individuo presenta hacia lo espiritual, en este paradigma no es mas que estar en permanente armonía con todo, celebrando los ritos sagrados que continuamente renueva la conexión cósmica con los Dioses. Asimismo, exterioriza relaciones con la Tierra y la Naturaleza, mostrando el sentido profundo del enfoque de sustentabilidad indígena y la vigencia de una espiritualidad centrada en sentir a la Madre Tierra como dadora de vida.
Para que mantengamos el espíritu como la esencia de la vida, el hálito, el
aliento de la vida, que está presente en todo lo que vive, es necesario que el ser humano ame, cuide, proteja, y respete a los demás seres que en ella viven, y es por ello que Vivir Bien está ligado a saber convivir, así que para poder visibilizar, expresar o proyectar se tienen que restablecer las armonías y la conexión a lo espiritual con uno mismo, con la pareja, con la familia, con la comunidad, con los ancestros, con la Madre Tierra y con el Padre Cosmos, y estas armonías se expresan a través del cuidado no porque una norma lo dice, sino porque somos nosotros mismos, el deterioro de ese algo aparentemente externo.
Indudablemente caminar hacia el pueblo y su identidad espiritual. La
identidad del mapuche, que se liga a la tierra y a la naturaleza, se une "hasta confundirse" con lo sagrado a través de sus formas de representación con los antepasados. La machi dentro de este pueblo tiene la gran tarea de ser guía espiritual del grupo y los individuos, mantener el equilibrio entre la comunidad Los ritos permiten revivir el conjunto de tradiciones sagradas y hacen que el pueblo mapuche se mantenga unido.
En medio del fenómeno de la globalización, cuya consecuencia más clara
es la homogeneización, la espiritualidad es lo que une al mapuche y permite a esta cultura mantenerse en pie después de tantos abusos que ha tenido que soportar, una de las luchas más fuertes que haya pasado el pueblo mapuche sea la que en este momento, donde la necesidad de sobrevivencia lo quiere arrastrar a ceder todos sus valores, incluso los más profundos.
La pérdida de sus tierras lo empuja a una pérdida de contacto con la
naturaleza y por lo tanto quebranta el contacto con lo sagrado y la espiritualidad, que es lo que lo mantiene unido como entidad cultural. Conviven en reciprocidad, en una articulación generadora de fuerzas capaces de permitir la vida en naturaleza, vida no tan solo terrenal sino además conectada con espíritus sobrenaturales que pueden o no ayudar al hombre, según sea el caso, en el desempeño de sus labores diarias. Según la cosmovisión mapuche, el mundo está conformado por tres territorios: y uno de ellos el que nos importa y que colocan como principal es el denominado Wenu mapu o tierra de arriba, espacio sagrado en el cual habita la familia divina, los antepasados y los espíritus del bien.