Una de las virtudes mas deseadas por la humanidad es LA FELICIDAD, hasta
la actualidad se procura responder ¿EN QUE CONSISTE SER FELIZ? Acaso Ser feliz es autorrealizarse, alcanzar las metas propias de un ser humano, postura defendida por Aristóteles. ... Ser feliz no es acaso experimentar placer intelectual y físico y conseguir evitar el sufrimiento mental y físico o esta en el consumismo la felicidad? A. Cortina se pregunta ¿qué nos hizo creer que el consumo, sin límites es el camino seguro hacia la felicidad? (Pag 84) No hay duda de que una de las motivaciones más poderosas de nuestra vida es el afán de consumo; trabajamos más, hacemos horas extra, sacrificamos el tiempo con nuestros amigos y familiares, el tiempo para nosotros mismos, … todo porque “necesitamos” una casa más grande, un coche mejor, vestir a nuestros hijos a la última (con ropa cara), el nuevo iPhone, etc. Todos somos consumidores. No hay nada malo en el hecho de consumir, para vivir, para satisfacer necesidades o deseos, pero esto ha cambiado a lo largo de la historia hasta el punto de que en el presente podemos afirmar que “vivimos para consumir “una sociedad de consumo, afirma A. Cortina, es aquella en que triunfa el consumo masivo porque conecta con determinados deseos y con determinadas creencias sociales” (2002, 64). Y más adelante afirma que “el marketing sintoniza con un profundo deseo interior, con el perpetuo desajuste entre sueño y realidad” (2002, 86). (Pag 85) “Vivimos en una época en la cual, las cosas innecesarias son nuestra única necesidad” Oscar Wilde Vivimos en una sociedad en la que no nos gusta compararnos con los demás a donde siempre queremos tener lo mejor y mas caro que nuestro vecino aun que no lo necesitemos y lo hacemos acumulando bienes; en la casa podemos carecer de agua e incluso de alimentación adecuada, pero no de Smart tv, más grande y de mejor marca que la del vecino. Hay otro aspecto en que nos gustaría insistir. Aristóteles distinguía entre las cosas que valían en sí mismas y las que valía por otras; de la filosofía, por ejemplo, decía que era la más inútil de las ciencias, en el sentido en que no valía más que para sí misma; en una sociedad de consumo comprar se ha convertido en una actividad que, parece, tiene el fin en sí misma, y en ello reside la clave del consumismo actual, se ha convertido en un pasatiempo un ocio, un escaparate a un problema. La Noción de Ciudadanía Consumir es una acción de relevancia ética, y más cuando en nuestro mundo pasan hambre millones de personas. El consumo como “problema”, o tal vez como protagonista de nuestra realidad social merece cuanto menos una reflexión, que empieza a ser urgente. El problema del consumo en nuestros días no tiene nada que ver con lo se entiende por consumir bienes, productos y servicios para sobrevivir o vivir con dignidad. La definición sin duda ha cambiado. Consumir hoy, supone optar por un estilo de vida determinado que termina configurando nuestra forma de ser y de relacionamos con los demás, y llenando nuestros vacíos. Como señala A. Cortina en su libro, no es lo mismo ir a comprar que “ir de compras”. “en la creencia social de que la acumulación de bienes del mercado es síntoma de éxito personal y promesa de felicidad reside la clave de las sociedades consumistas”. A. Cortina (pag.87) Podemos definir nuestra Sociedad como consumista porque en ella el consumo es la dinámica central de la vida social, y esencialmente el consumo de “cosas” no necesarias para la vida. Si tan solo pudiéramos reflexionar con que realmente es esencial en nuestras vidas nos diéramos cuenta que somos presa fácil del Marketing y esto explica este afán de consumir lo superfluo, al afirmar que tenemos que la creencia que cuanto más consumimos más exitosos somos.
¿Por qué el consumismo no es el problema? La religión y el trabajo remodelan el deseo desde abajo hacia arriba. Concilium 357 (2014): Concilium 357/ Artículo 3 EPUB