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Basilos Gram Positivos Formadores de Espora
Basilos Gram Positivos Formadores de Espora
Varias enfermedades importantes son causadas por especies anaerobias del género Clostridium
del ambiente o de la microflora normal; a saber: botulismo.
Fisiología y estructura.
C. botulinum, que causa el botulismo. Habita en la tierra y en ocasiones en las heces fecales
de algunos animales. Las variedades de C. botulinum se distinguen por el tipo antigénico de la
toxina que producen. Las esporas de este microorganismo son muy resistentes al calor y soportan
hasta 100°C durante varias horas. Su termorresistencia disminuye con un pH ácido o una
concentración elevada de sal.
Fisiología y estructura
Toxinas.
Patogenia.
A pesar de que algunos casos de infección de heridas y botulismo han sido atribuidos a C.
botulinum tipos A y B, por lo general la enfermedad no es una infección. Por el contrario, es una
intoxicación secundaria a la ingestión de alimentos en los que C. botulinum ha proliferado y
producido toxinas. Las procedencias más frecuentes son alimentos alcalinos condimentados,
ahumados, empacados al vacío o enlatados que se consumen sin cocinar. En estos alimentos
germinan las esporas de C. botulinum; en un ambiente anaerobio, las formas vegetativas
proliferan y producen toxina.
Manifestaciones clínicas.
Los síntomas empiezan entre 18 y 24 horas después de ingerir el alimento tóxico, con
alteraciones visuales (falta de coordinación de los músculos oculares, diplopía), incapacidad para
deglutir y dificultad para hablar. Los signos de parálisis bulbar son progresivos y la muerte es
resultado de parálisis respiratoria o paro cardiaco. Los síntomas digestivos por lo general son
irrelevantes. Tampoco se encuentra fiebre. El paciente permanece consciente hasta poco antes de
morir. La tasa de mortalidad es elevada. Los pacientes que se recuperan no producen antitoxina
en la sangre. En Estados Unidos, el botulismo infantil es tan frecuente o más que la variedad
clásica de botulismo paralítico producido por la ingestión de alimentos contaminados con la
toxina. Los lactantes en los primeros meses de vida manifiestan alimentación deficiente,
debilidad y signos de parálisis (bebé hipotónico). El botulismo infantil en ocasiones es causa de
síndrome de muerte súbita infantil. C. botulinum y la toxina del botulismo se identifican en las
heces fecales, pero no en el suero.
Con frecuencia la toxina se identifica en el suero del paciente y algunas veces en el alimento
sobrante. Los ratones que reciben una inyección intraperitoneal mueren rápidamente. La
variedad antigénica de la toxina se identifica por medio de neutralización con una toxina
específica en ratones. C. botulinum se puede cultivar a partir de los restos del alimento para
probar la producción de toxina, pero rara vez se lleva a cabo y su importancia es cuestionable. En
el botulismo infantil, se puede demostrar la presencia de C. botulinum y toxina en el contenido
intestinal pero no en el suero. La presencia de la toxina se demuestra por medio de
hemaglutinación pasiva o radioinmunoanálisis.
Tratamiento.
Se han preparado antitoxinas potentes contra las tres variedades de toxina botulínica en
caballos. Puesto que por lo general se desconoce la variedad que causa cada caso, es necesario
administrar la antitoxina trivalente (A, B, E) de inmediato por vía intravenosa con las
precauciones acostumbradas. Cuando es necesario, se debe mantener una ventilación adecuada
con un respirador.
Estas medidas han reducido la mortalidad de 65% a menos de 25%. La mayoría de los
lactantes con botulismo se recupera únicamente con medidas paliativas, pero se recomienda el
tratamiento con antitoxinas.
Los pacientes con botulismo necesitan las siguientes medidas terapéuticas: 1) soporte
ventilatorio; 2) eliminación del microorganismo del aparato digestivo mediante el uso de lavados
gástricos y tratamiento con metronidazol o penicilina, y 3) la administración de la antitoxina
botulínica trivalente frente a las toxinas A, B y E para inactivar la toxina libre circulante en el
torrente circulatorio. La ventilación adecuada es muy importante para disminuir la mortalidad.
No se desarrollan concentraciones protectoras de anticuerpos después de la enfermedad, por lo
que los pacientes son vulnerables a múltiples infecciones. La enfermedad se previene mediante la
destrucción de las esporas de los alimentos (casi imposible por razones prácticas), al evitar la
germinación de las esporas (al mantener los alimentos en un pH ácido o almacenados a una
temperatura de 4 °C o menos) o por la destrucción de la toxina preformada (todas las toxinas del
botulismo se inactivan al ser calentadas a una temperatura comprendida entre 60 °C y 100 °C
durante 10 minutos). El botulismo infantil se ha asociado al consumo de miel contaminada por
esporas de C. botulinum, por lo que los niños menores de 1 año no deberían consumir este
producto.