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Registro: 807,117 Tesis aislada Materia(s): Constitucional Séptima

Época Instancia: Sala Auxiliar Fuente: Informes Informe 1970, Parte III
Tesis: Página: 62
PROMULGACION Y PUBLICACION DE LA LEY, AMPARO CONTRA LA. Es
procedente el juicio de garantías contra los actos relativos a la promulgación y
publicación de las leyes. La promulgación de una ley es la autentificación que
hace el titular del Poder Ejecutivo de la Unión, sobre que el proceso
constitucional para su aprobación y expedición ha sido observado por el Poder
Legislativo de la Federación. Por ese acto político constitucional el presidente de
la República admitió igualmente, que la ley que se trata no es contraria a una
disposición de la Carta Magna del país, en cuyo caso puede dejar de promulgarla,
al través del ejercicio del derecho del veto que le otorga el inciso a) del artículo
72 de la Constitución Federal. Por tanto, si la ley promulgada es inconstitucional,
por estar en pugna con alguna de las normas de la Ley Fundamental, también
tienen que serlo los actos relativos a su promulgación y publicación.
Amparos acumulados en revisión 6804/56. Guillermo Kunhardt Remus y otros.
27 de abril de 1970. Cinco votos. Ponente: Luis Felipe Canudas Orezza.

Alegato General:
En efecto, desde el primer momento, la promulgación y publicación de la ley por
el C. Presidente de la República, es contrario a derecho, toda vez que la Carta
Magna, por virtud del Articulo 133 Constitucional (Supremacia de la
Constitución), debe, previmente a la correspondiente promulgacion, verificar
que esta este en concordancia con el texto constitucional y no lo viole o ataque,
toda vez que, de ser así podria vetarlo, regresando su texto para que se revise y
corrija por el legislativo o negarse a publicarlo por adolecer de dicha violación al
texto constitucional la ley a publicarse, empero al promulgarlo, a sabiendas de
dicha contrariedad al texto constitucional [la cual no podrá alegar que la ignora],
vicia de ilegalidad el acto de promulgación, y por ende lo vuelve susceptible de la
protección por medio del amparo, por las conscuencias que, por su ilegalidad
inherente, depare al gobernado al entrar en vigor dicha ley, y el perjuicio que de
ella se derive, siendo en igual medida responsable de tal acto, el Secretario de
Estado que refrende dicha ley para su promulgación y publicación.