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Acceso y Condiciones de la Educación Superior

Históricamente, la educación superior ha sido con frecuencia


inaccesible para grupos como las mujeres, las minorías étnicas y
raciales, las personas con discapacidad y aquellas en situación de
pobreza. El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales, aboga por una educación superior accesible, señalando
que es necesaria para el “desarrollo completo de la personalidad
humana y su sentido de dignidad”. El espíritu del pacto sirve de base a
los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que reconocen que el
acceso a la educación es vital para el aprendizaje vitalicio. El ODS
4 incluye el acceso a la educación superior en su tercer meta: “Para el
2030, asegurar el acceso equitativo para todas las mujeres y hombres
a educación asequible, de calidad, técnica, vocacional y terciaria,
incluyendo universidad”. Esta meta enfatiza que la educación superior
debe ser globalmente accesible para todos y de alta calidad.
Incrementar el acceso a la educación superior le permite a las
personas maximizar su potencial y avanzar en pro del desarrollo
sostenible universal. Siendo los proveedores de educación superior,
las universidades pueden contribuir directamente a la realización del
ODS 4 y de sus metas.

La educación superior permite a los individuos expandir sus


conocimientos y habilidades, expresar de forma clara sus
pensamientos tanto de forma oral como de escrita, entender y dominar
conceptos y teorías abstractas, e incrementar su comprensión acerca
de sus comunidades y del mundo.
También se ha demostrado que la educación superior mejora la
calidad de vida de los individuos; los estudios muestran que
comparados con graduados de educación media superior
(preparatoria), los egresados de universidades tienen una vida útil más
prolongada, un mejor acceso a servicios sanitarios, mejores prácticas
alimentarias y de salud, más estabilidad y seguridad económica, más
empleo estable y satisfacción laboral, menos dependencia en
asistencia gubernamental, mayor comprensión acerca del gobierno,
mayor servicio y liderazgo comunitario, más autoconfianza, y menor
actividad criminal y posibilidad de encarcelamiento. Además, los
egresados universitarios poseen un  mayor índice de acceso a
internet, y más tiempo para dedicar a actividades de ocio,
entretenimiento o artísticas, así como mayores índice de votación.

La educación superior es importante porque genera capacidades,


eleva los ingresos de las personas y ayuda a mejorar los indicadores
sociales. Además, reduce la pobreza, promueve la inclusión social,
garantiza un futuro próspero y contribuye a fortalecer las condiciones
de gobernabilidad y participación democrática. A pesar de todas las
ventajas que implica, en Guatemala aún se necesita alcanzar a más
personas.  

La región centroamericana cuenta con sus propias universidades


desde tiempos de la colonia, como la Universidad Autónoma de
Nicaragua, la primera de la región, que surgió en 1812. Paralelamente
ha vivido el aumento de las instituciones de educación privada,
asociadas con las tecnologías de la comunicación a distancia y virtual. 
Según estimaciones del Banco Mundial, la educación superior en
América Latina aumentó su cobertura un 24% en el 2018, con
respecto a los estudiantes matriculados un año antes. Aun así, en
Guatemala, solo el 2.6% de la población entre 18 a 26 años ha
iniciado sus estudios universitarios (IESALC, 2018). El porcentaje de
estudiantes que completan dos años o más es, incluso, menor. 

En Guatemala existen un total de 16 universidades, de las cuales una


es estatal, 12 son privadas y 3 son indígenas, comunitarias e
interculturales. Actualmente, las universidades privadas en su conjunto
ofrecen el 66% de las carreras de pregrado (técnicos), 73.3% de grado
(licenciatura), 62.4% de las maestrías, 38.7% de las especialidades y
68% de los doctorados. Se espera que en el futuro la cantidad de
estudiantes de universidades privadas aumente. En el país existe un
total de 1,086 carreras de las cuales 729 son ofertas privadas y 357
públicas.  

Los ingresos económicos y la ubicación son factores que detienen a


muchos jóvenes que desean acceder a educación superior. Es por
esto, que Universidad Da Vinci se propuso llegar a todos los
departamentos, siendo la única universidad del país con cobertura en
toda la Republica. Desde el 2 febrero de 2012, se ha expandido a lo
largo y ancho del territorio para cubrir la carencia de entidades que
imparten educación superior en el interior del país, y así preparar o a
las generaciones del futuro. Con más de 3 mil docentes, 2 campus y
más de 40 sedes, Universidad Da Vinci se ha propuesto elevar las
estadísticas de educación superior en la región.  
República de Guatemala se encuentra en el norte de Centro Amé-rica,
integrada a la región mesoamericana, una de las más diversas del
planeta. En aproximadamente 100 mil km2 posee 14 zonas de vida
diferentes y 6 zonas climáticas. Esta diversidad fisiográfica y biológica
está acompañada de una diversidad cultural ya que en Guate-mala se
hablan 23 idiomas entre mayas, xincas, garífuna y español. La
economía es la más grande de Centroamérica y se sustenta en un
modelo agroexportador cuyos principales productos son de origen
agropecuario, maquilas y una industria pujante. Destacan las remesas
familiares como rubro importante. De acuerdo con el informe local
sobre desarrollo humano rendido por el PNUD en el año 2010, el país
se ubica dentro de las naciones con índices me-dios de desarrollo
humano.

En la lista de países que más avanzaron en el IDH desde 1970,


Guatemala ocupa el primer lugar de América Latina —puesto 22 entre
135 países—, seguido de Bolivia —31— y Brasil —34—. En el año
2000 presentaba un valor de 0.634 y para 2010 el valor fue de 0.704.
En el mismo periodo de análisis, la población creció de 11.2 millones a
14.4, así como la esperanza de vida pasó de 68.9 a 71.4 años.

La población urbana creció de 43% a 57% en estos 10 años, lo cual


significa que cada vez hay más concentración de población en las
ciudades. La tasa de crecimiento natural fue de 2.51, siendo unas de
las sociedades más jóvenes de América Latina con 42% de población
menor de 15 años, es decir, 6 millones de personas que demandan
servicios del Estado como la educación.
La población guatemalteca, como otras de países de América Latina,
convive en un ambiente de inequidad social. El 15% de población —
2.15 millones— se encuentra en extrema pobreza y más de 7 millones
en pobreza total, lo que representa un país con mayoría de población
en pobreza. Según el informe local del PNUD del año 2010, el 87% de
la población económicamente activa tenía salarios que no cubrían la
canasta básica que, para enero de 2010, era de Q$3,536.99,
equivalente a $442.12 dólares, según datos del Instituto Nacional de
Estadística (enero 2011). La educación también refleja esta inequidad.
Para el año en mención se alcanzó una tasa de alfabetismo de 80%
con coberturas que, en el nivel primario, alcanzaron el 95% pero que
en la última fase de la secundaria apenas llegó al 20%. Hay un 80%
de personas que no se están graduando de secundaria y que no
tendrán la oportunidad de demandar servicios de educación superior.

Marco legal de la educación superior en


Guatemala

El marco regulador tiene su base en la Constitución Política de la


República de Guatemala. Se integra con tres leyes aplicables: la Ley
Orgánica de la Universidad de San Carlos de Guatemala, la Ley de
Universidades Privadas y la Ley de Colegiación Profesional. En la
Sección Quinta de la Carta Magna —Universidades— se enuncian los
argumentos jurídicos fundamentales de los cuales se derivan las leyes
específicas supra citadas. Del artículo 82 al 84 se define a la
institución que le da cumplimiento a la política educativa del Estado;
reconoce a la Universidad de San Carlos de Guatemala —USAC

Como la única pública, autónoma, rectora de la educación superior del


Estado, capaz de dictar sus propias normas y reglamentos. Es la única
que puede reconocer títulos o diplomas universitarios extendidos en el
extranjero. Le otorga iniciativa de ley con representación en instancias
del Estado tales como la Corte de Constitucionalidad, Junta Monetaria,
Junta Directiva del Seguro Social, aparte de integrar junto con las
otras universidades del país las Comisiones que postulan a aspirantes
a la Corte Suprema de Justicia, Fiscal General de la Nación,
Defensoría Pública, Contralor General de Cuentas, Procurador de
Derechos Humanos, entre otro conjunto de instituciones en las cuales
ostenta representación. Le asigna no menos del 5% de los ingresos
ordinarios del presupuesto nacional de cada año

En los artículos 85 y 86 de la misma Carta Magna, se define el papel


de las universidades privadas como instituciones independientes, a
quienes les corresponde organizar la educación superior privada; al
ser autorizadas para funcionar, adquieren personería jurídica y gozan
de libertad para crear sus programas universitarios. Es el único país de
América Latina en que la educación superior funciona en el ámbito
privado y público en total autonomía y sin vinculación orgánica entre
ellas. En el artículo 86 se crea el Consejo de Enseñanza Privada
Superior —CEPS— organismo al que la Constitución le asigna las
funciones de velar porque se mantenga el nivel académico en las
universidades privadas sin menoscabo de su independencia y de
autorizar la creación de nuevas. El CEPS se integra por dos
representantes nombrados por la universidad del Estado, dos por las
universidades privadas en su conjunto, y uno nombrado por la
Asamblea de Presidentes de Colegios Profesionales. Este organismo
solo tiene jurisdicción en la educación superior privada. En la práctica,
ambos sistemas se desenvuelven con absoluta independencia no
habiendo acciones de coordinación de esfuerzos o de vinculación en
que puedan participar formalmente, a no ser un foro que integran los
Rectores de todas las universidades por iniciativa propia, el cual ha
permitido alguna discusión de agendas de interés común y que han
logrado alcanzar acuerdos para ciertas participaciones que el sistema
universitario tiene en organismos del Estado. En nuestro medio actúan
de una forma muy desarticulada, como ha sido documentado por
Cajas (2010). En general, las universidades privadas se muestran
como instituciones muy cerradas y no brindan información básica
sobre matricula, costos y otras particularidades para conocerlas mejor.
Hay excepciones como el caso de la Universidad Rafael Landívar que
cuenta con un centro de información accesible. La mayoría de las
universidades guatemaltecas evidencian influencia de las reformas de
Córdova generadas a principios del siglo XX y, por ello, se organizan
alrededor de las tres funciones básicas difundidas en aquella época
para el sistema universitario, la docencia, la investigación y el servicio
o extensión. Toda universidad del país, pública o privada, tiene el
mandato constitucional de contribuir con el estudio y re-solución de los
problemas nacionales, así como de otorgar títulos o diplomas que
acrediten el dominio de alguna profesión.

la Universidad de San Carlos se regula particularmente por su Ley


Orgánica, la cual fue aprobada por el Congreso de la República bajo la
identificación del decreto ley 325 publicado el 28 de enero de 1947,
fecha en que nace jurídicamente la citada norma. Allí se establece que
el gobierno universitario lo ejerce el Consejo Superior Universitario,
máximo organismo de decisión, presidido por el Rector e integrado por
los decanos de cada una de las facultades
El Estado le otorga su presupuesto anual que representa la mayor
proporción de sus ingresos. Una característica importante propia de la
USAC es que, de acuerdo con el artículo 174 de la Constitución, es
una de las cinco instancias en el país que gozan del privilegio de
Iniciativa de Ley, lo cual le permite canalizar y proponer al Congreso
de la República sus propuestas legislativas. En el caso de las
universidades privadas, los artículos 85 al 87 de la Constitución ya
señalados dan origen a la Ley de Universidades Privadas, decreto del
Congreso No. 82-87 emitido el 21 de noviembre de 1987 y publicado
el 1 de diciembre del mismo año en el Diario Oficial. El Decreto cuenta
con 38 Artículos y establece que son instituciones independientes a
las que corresponde organizar y desarrollar la educación superior
privada de la Nación, crea e in-tegra el Consejo de Enseñanza Privada
Superior —CEPS—, regula la creación de nuevas universidades y
especifica las sanciones en casos de irregularidades, entre otras
cosas. Además, cada universi-dad dispone de su propio Estatuto
aprobado por primera y única vez en el CEPS, ya que una vez son
autorizadas gozan de facultades para hacer las modificaciones que
consideren pertinentes y solo deben de informarlo. Son supervisadas
por este organismo para garantizar la calidad de los programas
ofrecidos, pero esto deben hacerlo sin menoscabo de la
independencia de aquellas. Una vez que el sistema universitario
guatemalteco pone a disposición de la sociedad a los profesionales
que forma, el ejercicio profesional en general es regulado
específicamente por la Ley de Colegiación Profesional Obligatoria y se
sustenta en el Artículo 90 de la Constitución, el cual es el asidero para
el decreto ley No. 72-2001 del Congreso de la República emitido el 30
de noviembre y publicado en el Diario Oficial el 21 de diciembre de
2001, el cual establece que la colegiación de los profesionales
universitarios es obligatoria, tal como lo establece la Constitución
Política de la República y tiene por fines la superación moral,
científica, técnica, cultural, económica y material de las profesiones
universitarias y el control de su ejercicio. Se entiende por colegiación a
la asociación de graduados universitarios de profesiones afines en
entidades gremiales, de conformidad con las disposiciones de esta ley.
Regula todo lo necesario para la organización, función y atribuciones
de los colegios profesionales, Juntas Directivas, Tribunal de Honor,
Tribunal Electoral, derechos y obligaciones de los colegiados,
usurpación de calidad y cooperación con la usurpación, información y
registro de la Asamblea de Presidentes de los Colegios Profesionales,
sus atribuciones, quórum y resoluciones, entre otros temas regulados.
En total, esta ley se integra de 45 artículos.
Sistema de Universidades en Guatemala

La educación superior del país está en manos de un conjunto de


instituciones universitarias que integran lo que en adelante se
denomina el Sistema Universitario Guatemalteco —aunque en el país
es posible encontrar ofertas educativas provenientes de universidades
extranjeras, a la fecha ninguna de ellas cuenta con autorización para
funcionar legalmente—, el cual está constituido por un conjunto de 12
instituciones privadas y una pública: la Universidad de San Carlos en
Guatemala que data de enero de 1676, mientras que las privadas
comienzan a incorporarse en 1961, fecha en que es autorizada la
primera universidad privada del país: la Universidad Rafael Landívar.
Más tarde le siguieron la Universidad Del Valle, Mariano Gálvez y
Francisco Marroquín, como la primera generación de universidades
privadas del país, hasta 1971. Pasados 24 años de estas
autorizaciones —las cuales antes las hacía el Consejo Superior
Universitario de la universidad estatal— surgen las restantes 8
universidades al amparo de la emergente Ley de Universidades
Privadas, autorizándose la segunda generación de éstas a partir de
1995 en que se crea la Universidad Rural de Guatemala.
Fechas de fundación universidades en Guatemala

La docencia es la actividad más sobresaliente que desarrollan las


instituciones que integran el Sistema Universitario Guatemalteco,
entendiéndose como tal al conjunto de actividades de enseñanza-
aprendizaje que se generan dentro de los programas ofrecidos para
formar profesionales en los niveles de pregrado, grado y posgrado. El
nivel de pregrado es aquel en que se egresa a técnicos en profesiones
cuya duración de carreras no va más allá de los tres años en
promedio, incluyendo en este nivel a los profesorados que se forman
en las Ciencias de la Educación. En el nivel de grado se incluyen a las
carreras universitarias que otorgan el nivel de licenciatura con una
duración de entre 5 y 6 años. El nivel de posgrado es aquel en que se
ofrecen carreras de alta especialización y que demanda como
requisito previo haber egresado de una carrera del nivel de grado.

La segunda función característica de las universidades en Guate-mala


es la investigación, comprendida ésta como el proceso por me-dio del
cual se produce, adapta e innova conocimiento. De acuerdo con los
datos contenidos en la Memoria de Labores de la Secretaría General
de Ciencia y Tecnología (2010), para el año 2008 una buena parte de
los investigadores del país pertenecían a este sector. La tercera
función básica del sistema universitario lo constituye la Extensión
Universitaria o también llamada de Servicios o de Vinculación con la
Sociedad que consiste en desarrollar actividades que beneficien a la
comunidad. Este proceso resulta ser un buen medio por el cual cada
institución universitaria se identifica con algún grupo objetivo y le
brinda beneficios como producto del dominio de un determinado
conocimiento.

Un ejemplo generalizado es el hecho de que las prácticas


profesionales de las distintas carreras se hacen en comunidades,
instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales o en
empresas privadas donde los futuros profesionales encuentran
espacios para ejercitarse con la debida supervisión. Esto ha permitido
crear centros de ayuda como los Bufetes Populares de la Facultad de
Ciencias Jurídicas, accesibles a todos los ciudadanos sin ningún
costo. De igual manera, en el caso de la Universidad de San Carlos de
Guatemala, se desarrollan apoyos con clínicas médicas,
odontológicas, laboratorios clínicos que atienden a personas con
costos muy por debajo de lo usual. En esta función también se
incluyen actividades de difusión de cultura, acceso a bibliotecas,
centros de información y hasta laboratorios especializados que se
vuelven de referencia nacional, como el caso del Laboratorio de
Control de Alimentos de la Facultad de Farmacia o el Laboratorio de
Resistencia de Materiales de la Facultad de Ingeniería, siempre de la
USAC, que certifica la calidad de los materiales que se usan en la
construcción y en Guatemala es de referencia nacional.

En el sistema privado el comportamiento es similar al ya descrito, tanto


desde las prácticas profesionales en comunidades específicas, como
algunos servicios a la sociedad haciéndolo en nichos muy particulares.
El volumen de actividades de estas funciones está ligado al tamaño de
la institución y, en muchos casos, dando res-puesta a los grupos que
las patrocinan o que les han dado origen. En general, el impacto que
causan las universidades en la sociedad se refleja en desarrollo social
como una manifestación de la calidad de los servicios que presta la
institución en cuestión. Esta es la base de ciertas clasificaciones
mundiales de universidades, las cuales consideran los impactos que
provocan las instituciones en la sociedad. Analistas como Mendoza
(2010) en su blog, han hecho

Inscritos Educación Superior en Guatemala en 17 años


LA INVESTIGACIÓN EN EL SISTEMA UNIVERSITARIO

Como se mencionó antes, la investigación forma parte estructural de


los sistemas universitarios. De las 13 universidades legalmente
autorizadas para funcionar en Guatemala, 8 cuentan con centros de
investigación funcionando como institutos, departamentos, centros,
laboratorios o direcciones. Suma en total 69 centros de investigación
que aporta el sistema universitario, de los cuales 38 —el 55%— se
encuentran en la Universidad de San Carlos, en correspondencia a su
tamaño e inversiones acumuladas. De esos 38 centros nacionales de
investigación, 18 funcionan dentro de unidades académicas con
financiamiento derivado de lo asigna-da a cada una de ellas, 12 en el
interior de país —en las sedes de los centros universitarios— y 8 en
forma descentralizada con financiamiento específico.

En pocos casos se asocia a los estudios de posgrado, aunque en la


mayoría de veces funcionan independientemente de éste. El cuadro
No. 12 evidencia la cantidad de centros de investigación que aporta
para Guatemala el sistema universitario nacional. El 55% de tales
centros están ubicados en la Universidad Nacional, el 16% en la Del
Valle y el 12 % en la Landívar como las tres más importantes en este
tema. La actividad de investigación está asociada al tamaño
institucional y al planteamiento fundamental de la universidad de que
se trate. De acuerdo con la memoria de labores de la Secretaría del
Concejo de Ciencia y Tecnología de Guatemala, CONCYT (2010), de
los 710 investigadores que existían en el país en el año 2008, 455
pertenecían al sistema de investigación de las universidades, es decir,
el 64.08%, reportándose que durante ese mismo año hubo 99
publicaciones en el Science Citation Index —SCI SEARCH—. Sobre
los datos del financiamiento de la investigación, solo existen los de la
Universidad de San Carlos, quien posee un fondo de 12 millones de
quetzales —uno y medio millones de dólares— que se utilizan cada
año para financiar proyectos de investigación por concurso; para el
año 2011 hay 35 proyectos ganadores que concursaron en el 2010 por
ese financiamiento.

A pesar de la gran estructura organizativa y del financiamiento, el


porcentaje que se dedica a la investigación es muy bajo y con
tendencia a disminuir en los últimos 3 años. Muchos de los
investigadores del sistema universitario concursan en las
convocatorias del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología o con
organismos internacionales, tal es el caso del Laboratorio de
Entomología Aplicada y Parasitología,

EL SOSTENIMIENTO FINANCIERO DE LA EDUCACIÓN


SUPERIOR

La Universidad de San Carlos —que se constituye en la única entidad


estatal— recibe del Estado una asignación de recursos que representa
para el año 2011 el 86.33% de sus ingresos, es decir,
Q$1,296,504,301.00 equivalente a USD$162,063,037.63.
Las universidades privadas también reciben apoyos del Estado
guatemalteco cuando son exoneradas de impuestos como el del IVA
—12% del valor de compras— y el impuesto sobre la renta. Solo la
Universidad de San Carlos y la Francisco Marroquín publican datos
relacionados con sus estados financieros, el resto de instituciones
guardan celosamente estos datos. La tasa de crecimiento es muy
variable sin ninguna correspondencia con la del presupuesto de la
nación. Hubo años en donde creció hasta 25.4% —2009— con
respecto al año anterior, en tanto

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