Está en la página 1de 5

 

 
                                                                                                                                                        

Universidad Autónoma de Nuevo León

Facultad de Psicología

  

Elaboración de Planes y Programas Educativos

Avance 5- PIA.  

Jennifer Villarreal Gutiérrez Elizabeth Aparicio Pacheco


Roberto Carlos Cuevas Garcia Yasslín Cortés Martínez
Gustavo Adrian Casas Mendez Eunice Guadalupe Garza Dávila
Noe Armando Gustamante Bravo
Verónica Alejandra López López
Yotshari Guadalupe Torres
Vázquez
Reina Guadalupe Rivera Luna
Jennifer Villareal Gutiérrez

9ºD
Salón 217

 Monterrey N.L a 24 de septiembre del 2019.


Avance 1. Concepto
Inteligencia emocional: Es un conjunto de habilidades adquiridas mediante un
proceso de evaluación, comprensión, reconocimiento y manejo de las emociones
propias y de otros. Las personas con inteligencia emocional tienen mayor control sobre
sus emociones, se relacionan e interactúan en diferentes ámbitos escolar, familiar,
laboral, personal y social de manera satisfactoria. Es decir llegan a comprender lo que
sienten y regulan las emociones según la situación, para la toma de decisiones,
además establecen motivación, empatía y confianza en sus relaciones personales.

Avance 2, Justificación
Capacidades del manejo de docentes en inteligencia emocional.

La docencia, en cualquier nivel educativo, es una profesión de la cual se requiere un


gran manejo de no sólo las emociones propias, sino que también de los estudiantes, lo
que puede generar un nivel de estrés por ambas partes si no se cuenta con dicha
habilidad. Es importante contar con docentes que hagan uso de las emociones
positivas ya que promueve bienestar, así como el desarrollo de un aprendizaje
satisfactorio (Palomera, Fernández y Bracket, 2008).

Actualmente la inteligencia emocional se trabaja en terapia a nivel individual, en


grupos, además de que se busca el desarrollo en empleados de las empresas y se
capacita a maestros para potenciarla en alumnos; ya que como señala Cury (2010), en
la actual sociedad del bienestar deberíamos tener la generación de jóvenes más felices
y, sin embargo, son más inestables e insatisfechos. El nivel en el que se estaría
trabajando el programa sería en base a maestros y/o docentes.

La inteligencia emocional se adquiere durante nuestra vida, desde la infancia pero


muchas veces no termina por desarrollarse. Actualmente existen muchos libros escritos
por psicólogos que nos definen y explican más del tema. Mismos psicólogos que
imparten conferencias, cursos y talleres para desarrollarla. Los maestros en escuelas
y líderes en empresas también son gestores que se capacitan (Barrio, 2018).

El impacto que genera la inteligencia emocional en el ámbito educativo tanto para el


maestro como el alumno, es realmente significativo. Según Cejudo y López-Delgado
(2017) afirman que con base a evidencia empírica, se concluye que la inteligencia
emocional ayuda a la adaptación personal del maestro y anticipar el burnout que
pudieran presentar. Asimismo, contando los docentes con emociones positivas,
lograrán brindar un entorno donde se facilite la enseñanza.
De igual modo, una inteligencia emocional en ascenso, está vinculada con competencia
tanto emocional como social, y es de esperar que los docentes con una extensa
inteligencia emocional presenten mayor interés en el valor de disponer cualidades
personales concretas en relación a distintos componentes del dominio muestral de la
inteligencia emocional para asegurar el desarrollo de una enseñanza con calidad
(Cejudo y López-Delgado, 2017).
En cuanto a estrategias para capacitar a docentes, se ha llegado a la conclusión que
existen algunas de las dificultades que se han descubierto al momento de implementar
programas de inteligencia emocional en docentes y alumnos son la inexactitud de los
autores para decidir un concepto global de la Inteligencia Emocional y sobre cómo
debería ser evaluada, como ejemplo de lo anterior se han encontrado algunos estudios
tales como el de Chico en 1999 en España  que demuestran que existe una correlación
muy limitada entre el desempeño académico y profesional y la IE.

Además, autores como Mayer, Salovey y Carruso en base al MSCEIT demuestran que
existen resultados positivos entre la IE y el desempeño del aprendizaje. Esto
demuestra que al haber una discrepancia entre distintos autores sobre qué es la IE,
estudios y programas presentan evidencias y resultados muy alejados unos de otros.

Otro aspecto a considerar es que la IE nació hace relativamente poco y diversos


autores han querido desarrollarla desde modelos mixtos de IE y pocos han aportado
bases científicas y empíricas dado que es un constructo que antes de los 90´s no se
tenía contemplado para la implementación y desarrollo de programas educativos.

 
Como ejemplos, se toman en cuenta estos programas:
En el programa “Sentir y Pensar” (2018) desarrollado por Petri Ramos Salas se
presentan una serie de ejercicios y explicaciones dirigidos al docente hacia la
aplicación del alumnado referente a la Inteligencia Emocional. Abarcan distintos
contenidos orientados a ayudar a los profesores en la educación de las emociones de
sus alumnos. Presenta fortalezas al utilizar dinámicas y actividades de manera creativa
hacia el aprendizaje. Sin embargo, presenta áreas de oportunidad en el trabajo con los
profesores en el manejo exclusivo hacia el alumno. 

El programa “INTEMO” (2013) formado por Desireé Ruiz Aranda, Rosario Cabello
González,  José Martín Salguero Noguera, Raquel Palomera Martín, Natalio Extremera
Pacheco y Pablo Hernández-Berrocal; muestra contenidos referidos al trabajo hacia
niños y jóvenes, proporcionando un aprendizaje en las habilidades emocionales,
convirtiéndolas en una herramienta para la vida académica y personal. Sin embargo, de
igual manera al programa anterior, dirigido de forma exclusiva hacia el alumnado.

Por supuesto es esencial el trabajo hacia el alumno, no obstante, se considera de igual


manera la importancia en una orientación, manejo y práctica del docente hacia alcanzar
una inteligencia emocional sana consigo mismo para posteriormente transmitirla de
manera clara y objetiva hacia los alumnos, generando así un establecimiento de
aprendizaje de calidad dentro y fuera del aula.
Referencias bibliográficas

Barrio, N. (2018, marzo 23). Revista digital. Retrieved from Inteligencia emocional: ¿por qué
es tan importante entrenarla?: https://revistadigital.inesem.es/educacion-
sociedad/inteligencia-emocional/
Cejudo, J., López-Delgado, M.L. (2017). Importancia de la inteligencia emocional en la
práctica docente: Un estudio con maestros. Psicología Educativa, 23, 29-36.
Chico, E. (1999). Evaluación psicométrica de una escala de Inteligencia emocional. Boletín de
psicología, 62, 65-78.
Cury, A. (2010). Padres brillantes, maestros fascinantes. Barcelona: Planeta.
Palomera, R., Fernández-Berrocal, P., & Brackett, M. A. (2008). La inteligencia emocional
como una competencia básica en la formación inicial de los docentes: algunas
evidencias. Electronic journal of research in educational psychology, 6(2), 437-454.

Avance 3. Constructo
El docente será capaz de analizar, identificar y transmitir de una manera satisfactoria,
las emociones propias; además de reconocer las emociones y necesidades del grupo.
Se fomentarán valores universales a los alumnos que ayuden a una mejor
autoconciencia, manejo y expresión adecuada de las emociones y de una
comunicación clara, con una actitud de compromiso por medio del docente y del
alumno para un desarrollo saludable, propiciando la empatía y responsabilidad en el
crecimiento académico, social y personal.

Avance 4

1.- Bajo: El docente no cuenta con las herramientas necesarias para reconocer y
expresar las emociones dificultando el autoconocimiento y es incapaz de empatizar con
las personas a su alrededor. Presenta dificultades en expresar pensamientos, ideas y/o
órdenes de manera eficaz y clara. Mantiene una actitud de distanciamiento ante las
necesidades de los alumnos, con una falta de empatía y un nulo sentido de la
tolerancia, propiciando así el estrés dentro y fuera del aula

2.- Medio: El docente cuenta con la capacidad de conocer los diversos tipos de
emociones, sus características y como se presentan, generando conocimientos base
que le servirán para un manejo adecuado de las emociones, identificando cuáles son
las necesidades dentro del aula, dando así paso a una comunicación clara que le
ayudara a promover valores fundamentales con una actitud entusiasta. 

3.- Alto: El docente será capaz de identificar sus propias emociones de una manera
eficaz y analítica, logrando autorregular sus acciones, así como la capacidad de
reconocer los niveles de comunicación y la forma correcta de expresión. Promoviendo
con una actitud de compromiso valores de respeto, tolerancia, honestidad, justicia,
entre otros, mediante actividades y tareas diarias desarrollando un mejor aprendizaje.
4.- Especializado: El docente tiene conciencia de sus propias emociones, cuenta con
autocontrol emocional y la habilidad de percibir las emociones de sus alumnos.
Actualiza sus conocimientos en Inteligencia Emocional en sus distintos ámbitos de
aplicación haciendo énfasis en la educación, e integrando medios tecnológicos. Utiliza
estrategias para la resolución de conflictos y la correcta comunicación, desempeñando
sus funciones como docente y orientador con una actitud de servicio, compromiso y
responsabilidad para con la institución y sus educandos, teniendo un sentido de
innovación para poder adecuar la curricula hacia el bienestar de los alumnos.

También podría gustarte