Generales de México

Tomás O’horan
General de Brigada

Tomás O'Horán Escudero

Tomás Antonio O'Horán y Argüello (1775–1848) fue un abogado, magistrado y senador
mexicano, residente la mayor parte de su vida en Mérida, Yucatán en México .

Tomás nació en algún lugar de la región de Yucatán , hijo de John O'Horan, natural del
condado de Cork , Irlanda, y María Gertrudis de Argüello y Monte, de Campeche . John
había llegado a la región de Yucatán a través de las Islas Canarias .

Tomás se educó en el Seminario Conciliar de Campeche desde aproximadamente

1794 hasta 1799 y posteriormente fue profesor de derecho allí. Se desempeñó desde
octubre de 1823 hasta abril de 1825 como miembro del Segundo Triunvirato (consejo
de gobierno) de las Provincias Unidas de Centroamérica , sirviendo como Presidente
cada tres meses. Sirvió en el Senado de México representando a Yucatán en 1835.
Posteriormente, también fue magistrado en Mérida.

Tomás se casó con Gertrudis Escudero de la Rocha con quien tuvo varios hijos.

Uno de sus hijos, Tomás O'Horán Escudero (1819–1867) se convirtió en general de las
fuerzas armadas mexicanas que lucharon contra la invasión francesa en 1862 , y fue
nombrado Gobernador y Comandante Militar del Estado de México por Benito Juárez ,
pero luego sirvió como Prefecto del Valle de México bajo los franceses, y fue fusilado
por las fuerzas de Benito Juárez en 1867 después de que retomaran la Ciudad de
México .

Fue General de Brigada desde el 27 de abril de 1867. Asimismo fue Prefecto Político y
Comandante Militar de la Plaza de México, nombrado por el Emperador Maximiliano.
Murió fusilado en la plaza de MixcaIco. en Ia ciudad de México, el 21 de agosto de
1867, por haber defeccionado de los Liberales y servido al Imperio.

Aprehensión

El 19 de julio de 1867, don Francisco Olivares, teniente coronel del cuerpo de caballería
Legión del Norte, recibió órdenes del coronel Manuel F. Loera para partir

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inmediatamente a San Nicolás el Grande, hacienda de la señora Francisca Agüeros,
esposa del general Juan Prim, á practicar un cateo escrupuloso, porque había
sospechas de que allí estaban escondidos los generales Tomás O ’Horán y Leonardo
Márquez.

Salió de Apam y llegó á la hacienda á las tres y media de la mañana, cercó la casa sin
dejar nada al descubierto, hasta las seis en que nombró á tres trozos de su fuerza,
compuesto cada uno de cuatro soldados, un cabo y un oficial para verificar el cateo, Al
hacer éste, presentóse al señor Olivares un dependiente, á decirle:— “ que el
administrador deseaba hablar con él,” Se dirigió entonces á la habitación del
administrador, que era doa Luis Carballeda, después general, quien hablóle así:— “
que ya sabía á io que iba, que allí estaba U ’H orán, que deseaba hablar con él.” El
cateo continuó para ver si también se hallaba á Márquez; y Olivares, Carballeda, un hijo
d e O ’Horán, que era ranchero, y un sargento armado fueron al cuarto que se designó
como escondrijo dé O ’Horán, el cual cuarto era de su hijo. Apenas hallado el general
imperial, manifestó:— “ que deseaba hablar a solas con el teniente coronel Olivares.”
Todos salieron, y quedaron O ’Horán y Olivares. Dijo e! primero:— “ que al ver la fuerza
que sitiaba la hacienda, se había re. suelto á entregarse preso, y que sólo deseaba
saber si llevaba órdenes de fusilarlo allí mismo; y que ¿de quién había recibido la orden
de irlo á aprehender?" Olivares contesto:— “ que solo llevaba orden de aprehenderlo, y
que la había recibido del coronel Loera.”

O’Horán entró en la prisión militar de Santa Brígida, y se le instruyó causa conforme á

la ley de 35 de enero de 1862. El presidente le concedió la gracia especial de que no
fuese identificada su persona, según prevención de la ley.