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La mezcla se realiza para extraer lo mejor de todas tus pistas en la mezcla general,
ajustando niveles, orientando y aplicando efectos que juegan con el tiempo (chorus,
reverb, delay). El principal objetivo es esculpir tus arreglos para todas tus pistas se
enlacen de forma coherente entre sí.
Una grabación multipista no es más que un grupo de pistas sonando juntas (también
conocidas como stems). No hay un número de pistas preestablecido. Aunque necesitarás
al menos una. El resultado obtenido a partir de una grabación multipista también es
conocido como como mezcla final. Esta mezcla final es el punto de partida de la
masterización.
Empieza con estos consejos básicos. Te aseguro que convertirán tus mezclas en algo
mucho mejor antes de que profundices más.
Existen muchos programas para elegir. También se les conoce como DAW (Digital
Audio Workstation). Todo depende de cuál se adapte mejor a tus necesidades. Estos son
algunos con los que podrías empezar:
Cakewalk SONAR
Adobe Audition
Logic
Cubase
Pro Tools
Bitwig
Ableton Live
FL Studio 11
Reaper
Studio One 3
Utilizaré Pro Tools como ejemplo, pero todos los conceptos son los mismo, sin importar
dónde los ejecutes.
Por ejemplo, Pro Tools incluye una plantilla llamada “Rock” que abre una sesión
predeterminada con canales para:
Aunque esta es una plantilla simple, puedes elegir entre otras muchas. Si ninguna te
convence, puedes crear una. Crear plantillas es un gran paso para marcar más tu estilo.
Perfecto para encender tu ordenador y empezar desde cero.
Suena sencillo, pero créeme. En tres meses no podrás recordar dónde se encuentra tu
tercer shaker si lo dejas con el nombre “Pista 48”. Si grabas una guitarra, hazte un favor
y nómbrala “Guitarra” antes de presionar el botón de grabar. Así no perderás tiempo en
tus sesiones.
Marca los grupos con colores
Haz honor al arcoíris. Colorea tus pistas. Por ejemplo, podrías hacer tu batería amarilla,
todas las voces azules y las guitarras de color verde.
¿Confundido? Te lo explicaré. ¿Cuáles son las texturas predominantes que quieres para
tu pista? ¿Qué tipo de espacio quieres crear? Con potencia y hacia adelante o alejado y
con reflejos. Trata de sacar todo el potencial de tus sonidos, aunque apenas empieces a
grabar. Imagina tu pista como un cuadro grande y completo siempre que grabes o elijas
un nuevo sonido.
Optimiza tus grabaciones originales tanto como puedas sin agregar un excesivo
procesamiento. Trata de saber desde el primer momento hacia dónde quieres dirigir tu
mezcla. Limítate a utilizar los mejores sonidos desde el principio para evitar un
empalago auditivo más adelante.
Esto es lo que hace el Bus en una mezcla. Al mandar múltiples sonidos a una pista
(Bus) puedes aplicar los mismos procesos a todas esas pistas al mismo tiempo. Es muy
útil. Prueba a usar el Bus con baterías. Te permitirá procesar toda la batería como
unidad. Utiliza la misma cantidad de reverb para que dé la impresión de que toda la
batería se encuentra en el mismo lugar. O inserta un delay o crea un Bus de compresión.
Experimenta con qué sonidos envías al Bus. Te garantizo que obtendrás resultados muy
gratificantes.
CONSEJO IMPORTANTE: Limítate a utilizar los mejores sonidos desde el principio
para evitar un empalago auditivo más adelante.
Es hora de hacerle un corte de pelo a tu mezcla. Un cortesito por aquí, un recorte por
allá. Equilibra los niveles y no tengas miedo de hacer un corte grande. Da más potencia
a tu batería en un solo loop, ponlo encima de toda la voz durante un verso. ¡Suéltate!
Prepara un balance básico antes de volverte loco con los efectos. Ajústalo todo desde el
principio.
Piensa siempre en dejar headroom.
Ten en mente la meta final mientras equilibras tus pistas. Esto te dará una gran idea de
cómo sonarán todas las pistas combinadas al final. El procesamiento pulirá todas tus
ideas iniciales.
Planea el panning
¿Qué es el panning?
¿Qué es la ecualización?
Piensa en la parte inferior del espectro de frecuencias como Barry White. E imagina las
frecuencias altas como Mariah Carey.
Usa filtros. Ellos se encargarán de limpiar tus frecuencias con precisión quirúrgica.
Los mejores filtros para empezar a corregir con el EQ (ecualizador) son el high-pass y
low-pass. Se parecen a una montaña rusa. Estos filtros ponen un límite a la señal que
quieres dejar pasar, lo demás queda de lado.
Recuerda que cada pista necesita atención especial. Ya que un tom de batería necesita
una ecualización completamente diferente que a la de un piano Rhodes. Escucha y
aprende. Averigua qué ajustes necesitas aplicar.
Tallado a mano
Puede parecer similar al paso anterior. Y lo es. Aunque en este paso corriges las
frecuencias teniendo en cuenta el resto de pistas. Todo empezará a coger más forma.
Las piezas comenzarán a interactuar. Toma las partes que suenen bien y haz que suenen
aún mejor. Puede sonar extraño pero esta etapa puede implicar también eliminar las
buenas partes de una frecuencia.
Pero no te espantes. Hazlo y verás cómo tus pistas se llevarán mejor. Y hay algo aún
más loco, es posible que en esta etapa tus pistas suenen fatal si las escuchas por
separado. No te preocupes. En cuanto empieces a mezclar, todo sonará mejor. Esto se
debe a que has tallado cada pista teniendo en cuenta el resto.
Imagina tu canción como una novela, todas tus pistas no pueden ser el personaje
principal. Tienen que haber diferentes personajes para alimentas la historia. Al detallar
la mezcla estableces un orden para estos personajes. Por ejemplo, el ecualizar
detalladamente te permitirá eliminar los graves de tu piano para que no tapen el kick o
el bajo. Puede que tengas dos elementos que luchan por las mismas frecuencias. Como
las voces y los sintetizadores. Trata de tallar un espacio para cada uno de ellos,
recortando la frecuencia de uno y agregando la misma cantidad a la frecuencia del otro.
Creatividad
Este es el paso final y más creativo del proceso de ecualización. Es aquí donde
transformarás tu pista en lo que realmente quieres oír. Dale personalidad a tus pistas.
Adórnalas bien. Siempre encontrarás un ecualizador para lo que necesitas.
Ésta es la parte en la que haces que tus voces se salgan de los monitores. O que tu
bombo retumbe y tu snare explote. O que las líneas de sintetizador te rompan el
corazón.
Prueba con diferentes ecualizadores. Pon 2 o 3, uno tras el otro. Algunos ecualizadores
son buenos para una cosa e inútiles para otra. Así que saca lo mejor de todos y haz que
actúen juntos. No hay una manera incorrecta de hacerlo. Lo peor que puedes hacer es
dejar de experimentar.
Los sonidos dinámicos tienen un amplio espacio entre lo más tranquilo y lo más
estruendoso. Por ejemplo, imagina el sonido de un snare. Tiene un pico muy rápido que
no dura mucho. Esto quiere decir que tiene un rango dinámico muy amplio. Compara
ese sonido con la nota de un órgano.
Se mantiene en el mismo nivel desde que tocas la nota hasta que la sueltas. Eso es tener
un rango dinámico pequeño.
¿Qué es la compresión?
Los compresores son como cuidadores encargados de tranquilizar a los ruidosos niños
mientras motivan a los niños calmados a sonar más fuerte. Un compresor se determina
por el parámetro de su radio (ratio). Los radios elevados afectan más al rango dinámico.
Es cierto, la dinámica es buena. Pero recuerda que estás tratando de conseguir un sonido
consistente para tu mezcla. Si algún elemento es muy ruidoso será exaltador y
desconcertante. Por el contrario, si es muy calmado se perderá por completo en tu
mezcla. Encontrar el equilibrio perfecto en tu compresión es un arte que requiere de
mucho oído y práctica.
La compresión es muy similar a ajustar los niveles de audio en tu DAW. Eso es lo que
el compresor hace realmente, pero de forma automatizada.
Ten mucho cuidado con no excederte. Aplicar demasiada compresión puede llevarte a
una zona de peligro. Usar solo compresión para balancear tus niveles harán que tengas
una mezcla sin vida, sin fuerza y fatigante. En definitiva, desagradable.
Haz uso de la compresión en conjunto con los niveles de volumen (gain) para obtener
mejores resultados
¿Qué es el reverb?
El reverb (reverberación) es el reflejo del sonido. Todo sonido es, en cierto modo, una
reverberación. Y lo mejor de mezclar es que TÚ controlas el reverb. Aborda el reverb
con dos objetivos en mente.
Cualquier cosa suena bien con este efecto. Simplemente úsalo con sonidos agradables.
Aquí es donde inyectas tu estilo en la mezcla. La reverberación artificial te permitirá
crear sonidos que no se pueden encontrar en la vida real.
¿Recuerdas el BUS de reverb del que hablamos antes? Ecualizar atenuando algunas
frecuencias altas y bajas te permitirá asegurarte de que ningún elemento de tu mezcla se
ahogue. No desperdicies el sonido de las maracas sólo porque tu reverberación está
saturada. Experimenta con aplicar ecualizadores antes del reverb. Esto quiere decir que
ecualizarás la señal que pasará a través del efecto reverb. O podrías ecualizar después de
que haya pasado por el efecto. Todo puede funcionar. Ambos métodos te darán
interesantes resultados.
Seguramente no tengas una iglesia a mano, pero quieres que tu canción suene como si
estuviera dentro de ella. No hay problema. Simplemente imita su sonido usando reverb.
Aprovecha el poder del reverb para crear un espacio acústico real para tu sonido.
Utilízalo para darle una tercera dimensión a tu mezcla. No importa si tus sonidos están
separados. Conviértete en un mago del sonido y logra que todas tus pistas suenen en el
mismo espacio.
Ten en mente que es más una técnica sutil que un efecto. Es el momento perfecto para
usar el toque profesional que has desarrollado desde que empezaste a leer éste artículo.
Comienza utilizando el reverb “Small Room” o “Ambiance”, dos de los efectos
predeterminados de tu DAW.
La perspectiva general
Recuerda que todos tus procesos deben ser ejecutados con todo el cuadro visualizado en
tu mente. Ten un sentido bien determinado de hacia dónde va tu pista y haz referencias
continuamente. Optimiza tu mezcla final para la etapa de masterización. La única forma
de conseguir la canción perfecta mezclarla mientras tienes la canción perfecta en mente.
Aunque tu mezcla empiece a sonar bien, seguirás teniendo dudas. ¿Cómo sabes que tu
mezcla está terminada? ¿Se escucha como otras buenas canciones? ¿Está todo bien
alineado? Usa una referencia de mezcla. Hay algunas maneras de hacerlo:
¿Te gustan los Rolling Stones? Inserta Street Fighting Man en la primera pista de tu
sesión y úsala como guía. ¿Tu bombo suena como el suyo? ¿Tu guitarra impacta como
la de Keith?
Exporta tu canción y utiliza LANDR durante tu proceso de mezcla. Toma nota de lo que
suena bien o mal. Regresa a tu mezcla y arréglalo.
Dicen que el último 10% del trabajo es realmente el 90% del esfuerzo. Usa LANDR
para evitar este bloque creativo. La única manera de saber que has terminado es
escuchar tu canción masterizada.
Todos estos procesos no estarán terminados a la primera. Vuelve hacia atrás sin dudarlo
y haz ajustes una y otra vez. Todo estará en pedazos hasta que finalmente quede bien
alineado. Mezclar es como enjabonar, enjuagar y volver a empezar. Así que ponte
manos a la obra y trabaja hasta conseguir la mezcla perfecta.
Cuando hayas aprendido todas las “reglas” sobre mezclar, rómpelas. Bueno, tal vez no
todas. Pero una buena mezcla siempre es creativa. Aprovecha todas las oportunidades
que ofrece tu mezcla. No aprenderás a mezclar de la noche a la mañana con un manual.
Consiste en un equilibrio de conocimiento, instinto y toma de riesgos. Es una de las
etapas creativas más difíciles del proceso. No la desperdicies siguiendo una guía
insípida y obsoleta que dice que sólo hay una forma de hacer las cosas. Si quieres poner
un flanger en tu oboe,¡pon un flanger en tu oboe!