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Ciarlotti, Fabián

Ayurveda y la mente.
1a ed. - Buenos Aires : Universidad Maimónides, 2011.

Ilustracion de Tapa: Dr. Carlos A. Dimare

ISBN 978-987-1699-04-9
1. Religiones Orientales. 2. Medicinas Complementarias.
3. Psicología Práctica. I. Título
Para vos.
Índice
Prólogo, palabras iniciales ....................................... 11
I. El complejo mental ..................................................15
II. Los biotipos ............................................................. 25
III. Las cualidades mentales ..................................... 37
IV. El ego ....................................................................... 51
V. La mente .................................................................. 61
VI. El intelecto ( o la inteligencia) ............................ 85
VII. La conciencia. Las memorias .......................... 103
VIII. Los sentidos ...................................................... 115
IX. El prana ............................................................. 131
X. Los chakras ........................................................ 139
XI. Astrología hindú ................................................. 159
XII. Filosofía y mitología hindú .............................. 171
Póstlogo, palabras finales ..................................... 187
Glosario sánscrito, algunas palabras ................. 191
Prólogo
Primeras Palabras

Este libro es una visión de quien escribe acerca de lo mara-


villoso y terrible a la vez, que es nuestro instrumento men-
tal según el Ayurveda. Visión sazonada con distintas filosofías
hindúes como la Samkhya, las Upanishads, la Bhagavad Gita,
la Vedanta y, como señalé antes, en parte también es la visión
de quien escribe. Como digo siempre, es imposible que uno no
vuelque sus opiniones, elaboraciones personales, favoritismo
por determinadas ideas, comentarios y demás conceptos.
Ayurveda es la completa y milenaria medicina hindú, cuyo vo-
cablo significa “Conocimiento de vida” (ayur: vida; Veda: cono-
cimiento). Su foco es ser ciencia de la vida, a diferencia de la
medicina occidental cuyo foco es ser ciencia de la enfermedad.
He realizado numerosos viajes a la India, (recorriéndola, y digo
esto modestamente, varias veces de norte a sur y de este a
oeste). Allí he realizado cursos que se suman a la convivencia
en pueblos, monasterios, ashrams, universidades, maestros,
lecturas, etc., que me han llevado a comprender algunos as-
pectos acerca de la visión de la mente desde un enfoque hindú
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y de ello se desprende la realización de este libro.
Para el Ayurveda la mayoría de las enfermedades tienen cau-
sas psicológicas (el pobre cuerpo sigue a la mente), a la vez
que todas las enfermedades crónicas tienen profundo impacto
sobre la psique.
El uso de nombres en sánscrito no tiene como finalidad apren-
derlos o memorizarlos, sino servir de guía para quien quiera
profundizar estos conocimientos ampliando su búsqueda en
otros libros o en Internet. Por ejemplo, no es lo mismo inves-
tigar el concepto de buddhi que el concepto de inteligencia,
ya que el enfoque cultural es distinto y como consecuencia el
resultado será distinto.
La psicología Védica tiene en cuenta las cualidades mentales
y el biotipo corporal predominante en cada individuo (veremos
algo de los biotipos a lo largo del libro) e intenta restablecer
así el equilibrio con el macrocosmos.
Ayurveda y la Mente es el tercer libro que escribo para la queri-
da editorial de la Universidad Maimónides que contiene, com-
plementa y sobre todo profundiza los conceptos de mi anterior
libro titulado Ayurveda y Psicología, de Ediciones Lea.
Ampliaremos entonces la visión hindú del instrumento men-
tal, en este texto escrito desde la humilde y cuestionable opi-
nión de la mente de un occidental.
Allá vamos.

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I. El Complejo Mental
“No hay lugar en el cuerpo humano
donde la mente no esté.”

Para el Ayurveda, la mayoría de los problemas derivan del


mal uso de la mente. Si aprendemos a utilizar correctamente
el instrumento mental, viviremos de acuerdo a la verdad de
nuestra existencia: que somos seres espirituales atravesan-
do una corta experiencia en el plano físico.
Según el Ayurveda, la mente es un instrumento que forma par-
te de un complejo mental interno denominado “Antahkarana”,
mientras que el instrumento externo llamado “Bahyakarana”,
se corresponde con los sentidos, como veremos luego.
Antahkarana proviene de la combinación de dos términos en
sánscrito: antash que significa, entre otras cosas, final, in-
terior, mente, etc. y karana, cuya traducción es instrumento.
Este instrumento mental interno engloba cuatro aspectos: la
conciencia, el intelecto, la mente y el ego.
La conciencia es el lugar vibracional donde encontramos el
autoconocimiento del ser, el alma con sus memorias akáshi-
cas (Akasha significa Espacio), los karmas y las tendencias.
El intelecto corresponde a la instancia profunda que se rela-
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ciona con la luz, con la inteligencia y el discernimiento. Para
el Ayurveda, la mente y el intelecto son dos facultades sepa-
radas. Sin discernimiento, los sentidos siempre estarán bus-
cando su satisfacción, sin tener en cuenta las consecuencias
de sus actos, porque “los caminos que transitan son los la-
berintos del deseo”.
El intelecto (o la inteligencia) y la mente cumplen y per-
tenecen a estratos distintos. Cuando la mente se dirige
hacia el interior, se relaciona con los movimientos de los
pensamientos y cuando se dirige hacia el exterior, con sus
emociones y apegos.
Finalmente encontramos al ego, el más denso, concreto,
estático, inmóvil, material y pesado de los componentes
mentales. El ego es la tendencia a identificarse con el
cuerpo: “soy lo que tengo, lo que hago y estoy separado de
todo y todos”.
El estrés no es algo que surge externamente, sino que pro-
viene de una situación creada por lo que mi ego cree que
está pasando, arrastrado por sus pensamientos de Tierra
que lo hacen pesado, terco, comparativo, egoísta, deman-
dante, etc.
Entonces, Antahkarana es traducido como “ser interior”,
ya que es todo el complejo mental interno, y contiene la
conciencia, los arquetipos, las tendencias, los karmas, los
registros akáshicos, el intelecto con su discernimiento, la
mente con sus pensamientos, emociones y pasiones y el
ego con sus demandas, celos e ilusiones.
Las tres capas de la mente son: la profunda o la conciencia,
la intermedia o intelecto y la externa, superficial o mental.
Los dos aspectos del ser son el aspecto externo o el ego (“Yo
tengo, yo hago”) y el aspecto interno o el alma.
Tal como lo mencionara en Ayurveda y Psicología, Antahkara-
na también es un símbolo antiquísimo de sanación y medi-
tación que ha sido usado, además, en el Tíbet, Japón y China
durante miles de años. Este símbolo es un mandala (cerco o
círculo) con un poder energético muy grande, que es utilizado
como yantra (instrumento de contemplación y liberación).
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El símbolo en conjunto representa la idea de interrelación de
los componentes de la mente individual y la necesidad de su
funcionamiento armónico, para que podamos avanzar en el
camino de evolución hacia la dimensión de la conciencia de
pertenencia a la Unidad Cósmica y al amor divino.
Se lo puede ver en dos dimensiones como una rueda o es-
piral, o en tres como un cubo y se dice también, que tiene
dimensiones superiores e invisibles.
El Antahkarana es un símbolo en constante movimiento. Hay
quienes, al observarlo durante unos minutos en meditación
profunda, comienzan a distinguir formas geométricas, figu-
ras, números, letras e infinidad de imágenes o visiones.
Sus tres brazos simbolizan las tres facultades de la mente
individual: el intelecto, la mente y la conciencia unidos en el
centro, que representa al ego.
A continuación veremos una breve descripción de cada uno,
yendo desde lo más denso a lo más sutil, para luego desarro-
llarlos un poco más en los capítulos siguientes.
El ego es llamado ahamkara, que significa precisamente una
fuerte identificación con el “yo”. Cuando el “yo soy” (Aham)
adquiere un nombre o forma se convierte en ego (ahamkara).
En sánscrito significa “yo proceso”.
El ego vive comparando, envidiando, con constantes pre-
juicios, siempre preocupado por el mañana y ocupado con
el ayer. Nunca está en el hoy. El ego es el que crea nuestra
propia imagen, nuestro yo falso o externo y nos dice cómo
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somos. Introduce el principio de división, a través del cual la
conciencia es fragmentada y dirigida hacia fuera.
El ego es el más propenso a dar consejos y realizar críticas,
pero es el que menos los acepta si vienen de parte de otros.
La felicidad para el ego siempre es externa y la codicia es el
hambre del ego; vive envuelto en tradiciones y costumbres
milenarias impuestas por otros egos.
El ego es quien dice: “Esto es mío”. “Yo soy médico”. “¿Cómo
me pasa esto a mí?”. “No me lo merezco ”. “Esta es mi mujer”.
“Yo tengo…”, etc. El “no” y las quejas son también del ego.
Según los Vedas, son cinco las causas de sufrimiento humano:
1. Ignorancia de la naturaleza “no dual” de la realidad.
2. Miedo a la muerte.
3. Atracción hacia objetos de deseo.
4. Repulsión hacia objetos de deseo.
5. Identificación con el ego.
Para el Ayurveda todo y todos estamos compuestos por los
cinco Elementos que veremos en el capítulo de biotipos: Es-
pacio, Aire, Fuego, Agua y Tierra. Para los Vedas todas las co-
sas inertes o vivientes se forman a partir de la teoría de los
cinco Elementos. La metafísica Védica dice que junto con el
Big Bang apareció el Om; el sonido sin sonido; creando el
elemento Espacio, Akasha o Éter. El Espacio es el primer ele-
mento que permite que los demás elementos sucedan.
El Espacio comenzó a moverse y agrandarse por la explo-
sión, creando así el elemento Aire, que es el espacio en ac-
ción. El movimiento produjo fricción y así se generó el calor.
Partículas de calor y energía se unieron para producir luz
intensa y de allí surgió el tercer elemento: el Fuego. Algunos
elementos etéreos se disolvieron y licuaron, lo que originó el
elemento Agua, que al solidificarse formó el elemento Tierra.
De esta manera, tenemos los cinco grandes Elementos con
su representación corporal, cada uno relacionado con un ór-
gano de los sentidos, y su representación mental.
Entonces, el ego está formado por el elemento Tierra, el más
denso, resistente y firme de los cinco.
La mente “manas” es el nivel mental más bajo. Es la mente
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cotidiana con sus pensamientos, deseos, emociones, compa-
raciones, remordimientos, anhelos, temores, reacciones, etc.
Relacionada con el elemento Agua y el elemento Aire, en des-
equilibrio es la mente repetitiva sin conciencia, íntimamente
emparentada con el ego, junto al que forman la raíz de casi
todos nuestros problemas.
No se puede tener una emoción, memoria o imaginación,
sino a través de las ondas de un pensamiento. La emoción es
un pensamiento muy rápido, rapidísimo, pero sigue siendo
una cadena de pensamientos.
Ahora bien… si me doy cuenta de que pienso significa que no
soy mis pensamientos. Entonces, ¿quién es el que piensa?,
¿qué hay detrás de los pensamientos?
La mente genera los pensamientos con tendencia emocional
y sentimental, superficiales y en cantidad, representados por
el elemento Agua e impulsados por el Aire (“el cerebro es
una glándula que segrega pensamientos”).
Por otro lado, cada vez que pensamos es sobre algo que pasó
o que va a pasar. Es decir que agregamos el tiempo. Por eso
el hombre es el único animal que sabe que va a morir.
En los sueños profundos sin imágenes oníricas, es decir
cuando duermo y no estoy soñando, el tiempo no existe pues
no hay mente y, sin embargo, existo. Entonces… ¿quién está
ahí?
Personalidad significa “máscara”. “Per sono” es el lugar por
donde sale el sonido oculto tras la máscara.
Todos nuestros pensamientos se hacen cuerpo, ya que son
sustancias químicas llamadas “neurotransmisores” que son
liberados en la sangre. Es decir, que todo es una unidad cuer-
po-mente y, por supuesto, espíritu.
Vivimos la realidad en una construcción mental que los Vedas
llaman “vikalpa”.
Entonces, la mente está relacionada con los elementos Agua
y Aire. El elemento Agua existe en la mente como naturaleza
emocional, como nuestra habilidad para conectarnos con el
mundo externo. Nos da la capacidad de reunir las impresio-
nes sensoriales y responder a ellas a través de lo que nos
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gusta y lo que nos disgusta, de la atracción y la aversión.
El Agua representa en la mente, la imaginación, el plan y la
construcción de la realidad, pero en su forma desequilibrada
también es apego y avaricia.
El Aire es la base de la voluntad, la motivación y la acción en
el mundo externo. Es la parte de la mente que fluye hacia
fuera por medio de los pensamientos, buscando encarnar en
la materia y acumular para sí las cosas del mundo exterior.
El intelecto es llamado “buddhi” y está relacionado con el
elemento Fuego, la visión en todo sentido, el autoconoci-
miento, la autoindagación, el aprendizaje, la educación, el co-
nocimiento, el juicio, la verdadera inteligencia.
Es el guardián de lo que entra por los sentidos, quien dice lo
que es correcto y lo que no lo es. La elección con el intelecto,
y no con la mente, es el discernimiento o “viveka” hindú. El in-
telecto es también el que digiere las experiencias y emocio-
nes por medio de la aceptación y el desapego del resultado
de sus acciones. Ayuda a convertir las cosas en formas más
sutiles a través de un buen Fuego que las divida, para nutrir
nuestra conciencia y evitar que se haga lenta y pesada como
una indigestión. Digiere nuestros sentimientos, emociones
e impresiones y nos permite extraer conocimiento para la
comprensión de la realidad, que nunca puede estar en un ex-
tremo.
El Fuego existe en el intelecto como racionalidad y discerni-
miento, facultad que nos permite percibir y juzgar cosas, ya
que el Fuego alumbra y nos permite ver. Nuestra determina-
ción profunda de lo que es verdadero y falso, de lo real y lo
irreal, lo bueno y lo malo, lo valorable de lo que no tiene valor,
nos viene de esta capacidad de medir y de evaluar.
Está mediando entre el centro interno de la conciencia y la
mente externa con las funciones sensoriales. Nos permite
saber cuál es el significado profundo de lo percibido y es, a
la vez, la digestión mental de lo que estamos percibiendo. La
inteligencia es la parte de nuestra conciencia que articula la
racionalidad y nos trae la luz, para tomar decisiones y de-
terminaciones correctas (o sea lo más cercano a lo natural).
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La conciencia es la mente profunda relacionada con el ele-
mento Espacio y secundariamente también con el elemento
Aire, pero aquí el movimiento es hacia el corazón del amor y
del saber, las dos fuerzas más integradoras.
Con el elemento Espacio en la conciencia encontramos las
memorias de toda clase, los karmas, los arquetipos, las ten-
dencias (vasanas), las impresiones o surcos (samskaras) y las
memorias akáshicas (del Espacio). Es la memoria en todo
sentido: cósmica, cognitiva y experimental. Solo en el ser hu-
mano está relacionada con el intelecto.
Con los elementos Espacio y Aire encontramos la conciencia,
el conocimiento directo, la intuición, lo atemporal y lo cuán-
tico. Como la llaman en sánscrito: “ananda”, felicidad plena,
incondicionada e ilimitada, felicidad sin causa externa, sim-
plemente por ser.
La conciencia es la vibración más alta, el saber sin pensar, la
intuición, la clarividencia, la telepatía, es la parte del complejo
mental que permite percibir y participar de la existencia sin
las interferencias del ego con sus prejuicios y sus apegos. El
verdadero problema con la mente y el ego no es que existan,
sino que son capaces de hacernos sufrir una identificación
total, hasta el punto de instarnos a ignorar los otros estadios
del complejo mental, el intelecto y la conciencia.
La conciencia no está en el cerebro, sino en el corazón. Es
entonces el estado de conciencia pura sin agregado de mis
pensamientos.
Es muy difícil definir la conciencia. Podemos comprender lo
que es pero no explicarla, ya que es la raíz de todo conoci-
miento. Al nacer somos conciencia pura, sin ideas, religión,
sociedad ni pensamientos. La conciencia es la sabiduría que
se aplica a cualquier situación.
Entonces, recordemos el complejo mental y sus funciones o
estratos para recordar, repetir e integrar:
La conciencia está más allá del intelecto, no necesita pensar
ni saber, no sabe de religión, moral, política o geografía. Es
también la intuición, la telepatía y el sincronismo, todas las
funciones cuánticas que habitan en la conciencia chitta.
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El intelecto (buddhi) es discernimiento, indagación, apren-
dizaje, educación profunda, autoconocimiento y juicio. Es el
guardián de lo que entra por los sentidos y quien profunda-
mente sabe lo que está bien o lo que está mal por medio del
discernimiento.
La mente (manas) es lo más superficial o cotidiano, las órde-
nes y opiniones, es la atracción, el deseo, el trabajo, la imagi-
nación, la comparación, el prejuicio, etc.
El ego (ahamkara), como está compuesto sutilmente por el
elemento Tierra, puede construir una dura y pesada identi-
ficación consigo mismo. Es la noción “ilusión-engaño” de la
realidad a través de los sentidos. Es el que se interpone en la
percepción e impone su propia opinión.
La conciencia es el verdadero Ser que está más allá de la
mente, es el Atman, traducido como alma.
El hombre es superior a los demás animales, entre otras
cosas, por tener raciocinio, libre albedrío, inteligencia y con-
ciencia. Estas herramientas son la llave para manejar nues-
tros actos, nuestras reacciones, nuestros pensamientos y
nuestras emociones.
La conciencia, en realidad, no es una herramienta como la
mente o el intelecto, la conciencia es nuestro propio y real
Ser y expandirla significa reestructurar todo lo que pensa-
mos y sentimos.

A continuación veremos un cuadro como resumen de lo ex-


plicado del Antahkarana o complejo mental interno:

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Funciones &
Nombre Elementos
Características
Mente profunda,
conciencia pura,
mayormente
inconsciente.
Espacio y Aire
La Conciencia Arquetipos, memo-
hacia adentro
rias, archivos akás-
hikos, tendencias
(vasanas) impresio-
nes (samskaras).
Mente intermedia.
Media entre Manas
y Chitta.
El Intelecto Discernimien-
Fuego to (viveka), auto
conocimiento,
juicio, aceptación
(santosha), desape-
go (vairagya).

Mente externa.
Agua hacia dentro: Reúne las impre-
emociones siones sensoriales.
La Mente Aire afuera: Pensamientos,
pensamientos deseos, emociones,
apegos. Atracción-
repulsión.

Auto imagen, auto


identificación con el
cuerpo, principios
Tierra de fragmentación y
El Ego
división, sensación
de separación. De-
pende de lo externo.

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La psicología Ayurveda es autoconocimiento y autotransfor-
mación, ya que una de las causas del sufrimiento humano
se relaciona con lo sometido que se esté a las exigencias y
deseos del ego. Podría decirse que nuestro intelecto es, en
definitiva, lo que entra, lo que digerimos, lo que absorbemos
y lo que sacamos. El estado de conciencia en que vivimos es
el resultado de nuestra propia voluntad. El mundo es como
uno es. Si uno es complicado pues todo se torna complicado.
Si uno es simple, la vida es simple.
En esta era moderna las comodidades y posibilidad de acceso
a bienes materiales están muy aumentadas, sin embargo la
vida individual es más tensa, superficial y desvalida. -
Para cambiar el nivel de conciencia es necesaria una buena
nutrición mental, tal cual sucede en el cuerpo físico con su
alimentación de nutrientes.
La inteligencia alimenta a la conciencia. -
La conciencia alimenta a la inteligencia.

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II. Los Biotipos
“No existe un biotipo mejor que otro.
Todos tenemos todos y los tres son
indispensables para la vida.”

Antes de seguir con la mente, voy a mencionar los tres bioti-


pos o doshas, como se los conoce en Ayurveda, llamados cada
uno “Vata”, “Pitta” y “Kapha”.
Dosha significa desequilibrio, tendencia, falta, vicio, deficien-
cia, carencia, inconveniencia, desventaja, ofensa, transgre-
sión, culpa, delito o crimen. Si bien no tiene una traducción
exacta en nuestro idioma, se refiere a los arquetipos, fuerzas,
vibraciones o energías no visibles, pero cuyas manifestacio-
nes o efectos pueden percibirse como cualidades de los cin-
co Elementos, que para una mejor comprensión los denomi-
naremos “biotipos”.
Al nacer, a todos se nos dota con algo de cada uno de los
biotipos ya que están compuestos, en distintas proporciones,
por los cinco Elementos que contienen a todo y todos. Desde
este punto de vista, es fácil comprender que nunca va a ser
igual una reacción impulsada en nosotros por el elemento
Espacio, en comparación con una reacción impulsada por el
elemento Aire, Fuego, Agua o Tierra.
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Es posible describir a un Vata, un Pitta o un Kapha en estado
puro, si tienen una gran proporción de un mismo biotipo. Sin
embargo, esto ocurre en pocos casos, ya que la mayoría de
las personas constituimos biotipos combinados con el pre-
dominio de uno de los biotipos, aunque no exageradamente.
Como puede leerse en el inicio del capítulo, no existe un bio-
tipo mejor que otro. Cada biotipo es favorecido para distintas
funciones y acciones.
Según el Ayurveda todos (y todo) estamos formados por los
cinco elementos: Espacio, Aire, Fuego, Agua y Tierra, que pro-
vienen a su vez de las gunas (que estudiaremos en los próxi-
mos capítulos).
Los biotipos son a la vez cualidades o propiedades que están
más allá del elemento en sí:
Vata, en sánscrito: , está formado principalmente
por los elementos Espacio y Aire (viento), serán sus cualida-
des ser expansivo, abierto, liviano, móvil, rápido, frío, seco, en
ráfagas, cambiante, sin rumbo fijo, con alternancias, impre-
decible, limpiador o ensuciador, impalpable sin forma, etc.
Pitta , tiene como elementos principales al Fuego y
al Agua, lo que lo hace ácido, caliente, penetrante, preciso,
agudo, energético, cocedor, con poder de digerir y transmu-
tar, iluminador, quemante, etc.
Kapha , con sus elementos Tierra y Agua, es de cua-
lidad estable, resistente, frío, estático, firme, pesado, confia-
ble, duradero, oleoso, no cambiante, tranquilo, etc.
En el Ayurveda, se podría hablar de un aspecto anatómico,
uno fisiológico y uno mental, para el diagnóstico del biotipo
de cada persona.
En cuanto al aspecto anatómico, a quienes les corresponde
el biotipo o dosha Vata (recordemos Espacio y Aire) es útil
pensarlas en comparación con las cualidades del viento, es
decir móvil, liviano, sutil, que seca, etc. Son delgados, altos
o bajos, secos, con articulaciones prominentes y crujientes.
Tienden a ser de piel fría y áspera; uñas y dientes quebradi-
zos y más amarillentos; ojos pequeños y cabellos de marrón
a oscuro. Son móviles, parlanchines y huidizos.
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Los Pitta anatómicamente son de complexión, peso y tamaño
moderados, más rubios, pelirrojos o claros. Tienen tendencia
a la calvicie a causa de la delgadez de su cabello. Son de piel
suave y clara y padecen una profusa transpiración. En gene-
ral, se encuentran en el medio entre Kapha y Vata en cuanto
a sus caracteres, pero sin tener en cuenta la temperatura, ya
que es el único dosha con Fuego.
Kapha (o Kafa) son los más fornidos. Como los elementos
Tierra y Agua, que forman arcilla y barro, tienen la estructura
más sólida y firme de los tres biotipos (es el único dosha con
elemento Tierra), Tienen dientes claros, ojos grandes y oscu-
ros al igual que el pelo, que suele ser grueso y oleoso. Tienen
tendencia al sobrepeso.
En el aspecto fisiológico, las fuerzas dóshicas regulan di-
ferentes funciones. Los Pitta son los que tienen más fuego
digestivo (agni). Los Vata son de digestión irregular (a ve-
ces digieren bien, a veces no) y Kapha son los de digestión
más lenta.
La estructura anatómica (los tejidos, el cuerpo físico, etc.) po-
demos decir que es Kapha, ya que este biotipo está formado
por los elementos Agua y Tierra, y los Kapha tienen tendencia
a tener un cuerpo sólido sin haber hecho mucha gimnasia. La
digestión es Pitta, con sus fuegos enzimáticos y digestivos.
El sistema nervioso y el de transporte y circulación son Vata.
En el aspecto mental, los biotipos están empujados por los
Elementos que los componen y todo pensamiento estará in-
fluenciado por el Elemento predominante, aunque en este
nivel la clasificación ya no se realiza por biotipo sino por las
“gunas”, como veremos en el capítulo correspondiente. Gu-
nas significa cualidades (puro, impuro, pesado, frío, etc.) y las
tres principales (la triguna) son: Sattvas (pureza), Rajas (mo-
vimiento) y Tamas (inercia).
Así, impulsados por sus elementos de Espacio y viento, los
Vata son expansivos, abiertos, rápidos, sin rutina alguna, in-
quietos, de mente liviana, móvil, errática y dispersa. Son an-
siosos, tienen poca paciencia y se fatigan rápido. Retienen
lo aprendido fácilmente, pero lo olvidan fácilmente también.
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Actúan en ráfagas, son creativos, artísticos, innovadores, ale-
gres y entusiastas. Suelen tener el apetito variable y sufrir a
causa de dormir mal, por lo que pueden padecer de insomnio,
ansiedad, intranquilidad, adicciones y alteraciones nerviosas.
Suelen ser muy sensibles, principalmente a los ruidos.
Pitta, por su parte, es de mente caliente, actúa siempre
pensando. Hace todo en orden y siguiendo rutinas. Tiene el
carácter firme y determinante. Son muy razonables, inteli-
gentes y competitivos, pero por ser muy perfeccionistas no
toleran errores y pueden volverse hipercríticos. Tienen
buen apetito y mucha sed, duermen poco y bien. Su forma
de pensamiento es útil para debatir y discutir, pero pueden
adquirir rápidamente estados de ira, enojo y violencia. Son
dominantes.
Kapha con su Tierra y Agua estable es apacible, tranquilo y
amoroso. Suelen ser personas confidentes, tolerantes, fieles,
seguras y de confianza. Tardan en aprender pero lo retienen
para siempre. Son pensativos, pacientes y muy metódicos.
Cuando se desequilibran tienen la tendencia a caer en el ape-
go, la codicia, la avaricia o la depresión. También tienden al
sueño excesivo y a la inactividad.
El apego, que impide el flujo de energía pues bloquea los me-
ridianos sutiles llamados nadis, junto la ansiedad y la angus-
tia, pertenecen al dominio del ego.
Por lo general, todos tenemos biotipos combinados y no exis-
te un biotipo mejor que otro. Lo cierto es que cualquiera sea
el biotipo del que se trate, el estrés no es una imposición
venida desde afuera sino que es una situación creada por
nuestra propia mente.
Conocer el elemento predominante en cada uno de nosotros
nos permite saber cuáles son las estrategias para la vida que
conviene asumir, con el fin de evitar posibles desequilibrios.
Es importante tener en cuenta que lo similar siempre incre-
menta lo similar. Los Elementos que nos componen “tiran
para su lado”, es decir tienden hacia su Elemento constitu-
tivo. De esta manera, por ejemplo si alguien tiene predomi-
nio del dosha de Fuego denominado Pitta, luchará contra el
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Fuego toda su vida dado que ya posee una dosis bastante
importante del elemento y, por lo tanto, deberá evitar los pi-
cantes, la sal, los baños de sol, los fermentados, etc. Tendrá
que intentar sostener posiciones pacíficas, enfriar la mente
y bajar la competitividad. De otro modo, sus desequilibrios
harán que “se incendie”, causándole gastritis, conjuntivitis,
dermatitis, úlceras, ira o problemas en la piel.
Por el contrario, una persona con biotipo Vata (liviano, frío
y seco) necesitará las cualidades opuestas: bajar, calmar,
tonificar, aceitar y calentar. A su vez, deberá evitar comer
alimentos light o verduras crudas y frías (principalmente en
invierno), ya que al ingerirlos incrementa las cualidades que
ya tiene en exceso.
Para el Ayurveda todo es relación de cualidades. Pitta debe
enfriar, no competir, no creerse dueño de la verdad, no de-
mandar y no dominar, mientras que Kapha debe levantar,
soltar, mover, calentar, liberar y entregar.
Al aumentar la fuerza Pitta, la piel toma un aspecto rojizo o
amarillo y la persona puede sufrir diarreas o momentos de
ira. También se pueden presentar signos de mareos y des-
mayos (en participación con Vata).
Disminuido Pitta, la piel se pone pálida, la persona tiene mo-
lestias intestinales y la digestión se hace lenta.
Cuando Vata está exagerado la piel se vuelve áspera, seca y
oscura, el cuerpo adelgaza y pierde calor, la persona sufre de
insomnio, astenia y sus defecaciones son fuertes. Si ocurre
lo contrario y Vata está deprimido, la persona se siente can-
sada y agotada, tiene la respiración entrecortada y pierde el
buen humor y la concentración.
Al aumentar Kapha la sangre no circula bien y se presentan
cansancio y sueño. Las extremidades se vuelven pesadas y
las articulaciones débiles, con frecuentes formaciones de
edemas. Por otro lado, al haber poco Kapha, se produce seque-
dad en la boca, sed y la sensación de vacío en el estómago.
Las articulaciones se vuelven débiles y la persona se siente
sin fuerzas.
La fuerza Kapha aumenta en la niñez (ya que los chicos son
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más Agua) hasta los 15 años, en una primera etapa, y luego
hasta los 20 o 25 años predomina la combinación Kapha-
Pitta. La fuerza Pitta se presenta más fuerte en la adultez,
entre los 25 y los 60 años. Vata aumenta en la vejez (los vie-
jos son más secos) a partir de los 50 o 60 años, según los dife-
rentes autores. A partir de los 75 años vuelve la fuerza Kapha (o
Kapha-Vata), cuando los viejos se vuelven como niños.
Por otro lado, Vata predomina en otoño e invierno. El otoño es
seco y frío como Vata y por lo tanto el macrocosmos puede
influir y tender a desbalancearlo. Lo mismo ocurre con Pitta
durante el verano y la parte final de la primavera y con Kapha
durante el invierno y la parte inicial y media de la primavera.
Un desequilibrio Kapha, como la alergia o el apego, podrá in-
crementarse si se trata de un biotipo Kapha, en edad Kapha
(un niño) y en estación Kapha (primavera). Todos los chicos
son mocosos, pero más lo será un niño Kapha.
Por su parte Charaka, autor de uno de los primeros libros
clásicos del Ayurveda, describe ocho configuraciones corpo-
rales que no pertenecen a ningún biotipo y que son muy di-
fíciles de tratar:
1.- Muy altos.
2.- Muy bajos.
3- Muy obesos.
4.- Muy emaciados.
5.- Muy peludos.
6.- Muy lampiños.
7.- Muy negros.
8.- Muy blancos, albinos.
Susruta, otro de los autores clásicos del Ayurveda, describe
más características, que son complicadas y de difícil trata-
miento. Estas son: curas, monjes, swamis, acharyas o gurús,
los reyes (o similar), los muy pobres o muy ricos, los muy
viejos o muy jóvenes, los sirvientes o esclavos, los débiles,
los violentos, personas con intereses por su enfermedad y
los médicos (no hay peor paciente que un médico).
Siguiendo con los biotipos podríamos decir que Vata se mue-
ve y mueve a todo el cuerpo, Pitta quema y metaboliza y Ka-
30
pha crea estructura, une y estabiliza.
Vata es seco, Pitta caliente y Kapha pesado.
Vata es oído y tacto, Pitta es la visión y Kapha es el gusto y olfato.
Kapha es la base de los otros dos humores, es la estructura
con forma, resistencia, cohesión, tranquilidad y estabilidad.
Pitta es el balance de los otros dos humores, es digestión,
metabolismo, transformación y pensamiento. Vata es el que
mueve a los otros dos humores, es circulación, energía, en-
tusiasmo y creación.
El desequilibrio de Vata se cura con reposo, el desequilibrio de
Kapha empeora con reposo. Pitta cura con inteligencia fría a las
pasiones y pensamientos calientes; así el resultado sale tibio.

Biotipos combinados
La prakriti, palabra sánscrita traducida a veces como natu-
raleza, está compuesta de la raíz “pra” que significa origen,
primero; mientras que “kriti“ deriva de acción. Etimológica-
mente sería el “origen de la acción” o la “primera acción”,
que es nacer. La prakriti conforma nuestro biotipo al nacer.
El biotipo se reconoce a través de cuestionarios específicos.
Por ejemplo, si alguien nace Pitta-Kapha, ese será su biotipo
de nacimiento en estado de equilibrio.
Vikriti (“vi” es desviación, división y circulación) es nuestro
biotipo cuando estamos en desequilibrio; para volver al equi-
librio es menester volver al biotipo natural de nacimiento. Por
ejemplo, si alguien es Pitta-Kapha y está un poco estresado,
angustiado, nervioso y constipado, entonces se alejó de su
biotipo de nacimiento (prakriti) y está en desequilibrio (vikriti),
en este caso Vata-Pitta. Al estar padeciendo un desequilibrio
de fuerza Vata-Pitta, para lograr la salud debe disminuir la
fuerza Vata y volver al biotipo Pitta-Kapha de nacimiento.
En los biotipos combinados se nombra en primer lugar al
dosha más fuerte, que por lo general es el dosha anatómico o
metabólico. Las combinaciones nunca son iguales, varían en
proporción y cualidades. Los doshas combinados no se mez-
clan sino que permanecen cada uno con sus cualidades, y a
veces se debe corregir un dosha a nivel mental y otro total-
31
mente distinto a nivel corporal.
De esta forma, se llama tridóshica a la persona cuya diferen-
cia entre Vata-Pitta-Kapha es menor al 15 %, bidóshica (los
más comunes) cuando la diferencia entre los dos primeros
es menor al 15 % y unidóshica cuando los dos doshas restan-
tes están a más del 15 % del dominante.
Veamos las combinaciones con algunas posibles caracterís-
ticas, ya que estas son innumerables:

Vata-Pitta-Kapha
En algunas pocas personas, los tres humores o fuerzas exis-
ten en, prácticamente, iguales proporciones. Como siempre,
lo primero que se trata es el desequilibrio. Para ello se tende-
rá a rebalancear el dosha disminuido o aumentado.
En equilibro poseen un excelente cuerpo, fuerte, resistente y
ágil a la vez, con una mente que crea, sostiene y finaliza los
proyectos.
En lo que refiere a la digestión, tienen el samaagni o agni
(fuego digestivo) balanceado. Además por lo general gozan
de muy buena circulación.
En cuanto a su psicología, el aspecto mental de un tridosha
tiene incontables posibilidades, ya que pueden poseer cual-
quiera de las particularidades de los tres doshas.
Ante la duda, y como dicen en la India los vaidyas (médicos
ayurvédicos), “Lo primero es equilibrar a Vata”.

Vata-Pitta
Son personas de contextura delgada y movimientos rápidos.
Son los más emprendedores y de intelecto más agudo, sin
ser muy extremistas. Terminan las cosas que comienzan y
pueden focalizar en una dirección con facilidad. Si están des-
equilibrados, alternan el miedo con la ira.
Tienen una digestión más fuerte y mayor resistencia al frío,
al ruido y a las molestias físicas que el Vata exclusivo, aun-
que por lo general su circulación es pobre y el “calor” de
su biotipo no alcanza para compensarlo; por otra parte los
hay también con buena circulación. Necesitan el “lastre” de
32
Kapha: los sabores dulces, ser pacientes y tener un poco más
de estabilidad.
En cuanto a su psicología, son amistosos y conversadores,
aunque en desequilibrio se mueven entre actitudes defensi-
vas y agresivas.

Vata-Kapha
Tiene dificultades para identificarse ya que son signos opues-
tos, bipolares. Suelen ser de contextura delgada, por influen-
cia de Vata, y tienen una fuerte tendencia a detestar el frío.
Por lo general, suelen sufrir digestiones irregulares o lentas,
influenciadas por la falta de calor y poco agni o fuego digestivo.
En lo que refiere a su psicología, sobresale la personalidad
Kapha, lo que los hace estables, humildes y adaptables, aun-
que por ser muy sensibles pueden volverse emocionalmente
inestables. Combinan la velocidad y eficiencia para actuar,
junto con la tendencia a dejar pasar las cosas para otro mo-
mento. Indistintamente, pueden tanto movilizar como activar
la inercia. Aportan creatividad y movimiento a la pesadez y
viscosidad mental, por lo tanto pueden ser tan excitables
como serenos.

Pitta-Vata
Son personas de estructura mediana, más musculosa y fuer-
te que los Vata-Pitta. Realizan movimientos rápidos y de ma-
yor resistencia.
Su digestión es más fuerte y tienen deposiciones más regu-
lares que los grupos anteriores.
Su psicología los hace más obstinados, percibiéndose la
intensidad de Pitta y, en menor grado, la liviandad de Vata.
Enfrentan los desafíos y los problemas con buan predisposi-
ción y con entusiasmo, a veces hasta con agresividad. Ante
la presión tienen tendencia a combinar miedo y enfado, vol-
viéndose tensos, ambiciosos e inseguros.
Las personas con el bidosha Pitta-Vata desequilibrado son
encuadradas dentro de la tipología “Tipo A” de tendencia al
infarto agudo de miocardio.
33
Tres buenos sutras (máxima, axiomas o aforismos) para in-
corporar como tratamiento a este biotipo son:
1.- Responder al día siguiente (para no reaccionar, sino
accionar)
2.- El otro siempre tiene razón (para poner en práctica antes
de discutir y, de esta manera, poder enfriar la situación des-
de el comienzo, al imbuir de inteligencia fría a las pasiones
calientes y tal vez así poder llegar al punto 3).
3.- Aprender es cambiar de opinión.

Pitta-Kapha
Se los reconoce por la intensidad y el activo metabolismo
Pitta, dentro de un potente y sólido cuerpo Kapha. Es un dos-
ha especialmente favorable para los atletas de esfuerzo, ya
que tal vez se trata de la combinación más fuerte.
Tienen una digestión fuerte y alta resistencia corporal, que
les brinda una excelente salud física. Les resulta difícil abs-
tenerse de comer y son dados a la competitividad.
En el aspecto psicológico, su comportamiento muestra la
fuerza y la tendencia al enfado y la crítica, más que la sereni-
dad y estabilidad de Kapha. Aceptan desafíos y son constan-
tes, también suelen elaborar teorías y sostenerlas. En des-
equilibrio pueden ser dominantes, controladores y posesivos.
Es un dosha que se adapta a los cambios a causa del buddhi
de Pitta y la estabilidad de Kapha.

Kapha-Pitta
Más redondos de cara y de cuerpo, por causa de la mayor
proporción de grasa. Tienen movimientos más relajados y
más lentos, a la vez que son los más resistentes y estables.
Se sienten bien si hacen ejercicio regularmente.
Su digestión es más lenta o más débil que cuando existe pre-
dominio de Pitta.
En su psicología combinan la actividad con la inercia y la pe-
reza de Kapha. Además son más lentos y metódicos que las
personas exclusivamente Pitta, aunque intelectualmente son
también más profundos. Combinan mejor el pensamiento
34
con las emociones. En desequilibrio, sufren cierta tendencia
al fanatismo.

Kapha-Vata
Son más corpulentos y atléticos y tienen mayor resistencia.
Además son más inconstantes en su estabilidad que quienes
son solamente Kapha.
Sus digestiones tienen tendencia a ser más irregulares y
suelen no soportar el frío.
Psicológicamente, son más lentos, relajados y estables, lle-
gando a veces a ser estables también en su irregularidad.
Tienen rapidez en la toma de decisiones, son sociables y buenos
comunicadores. Son el grupo con las ideas más organizadas.
Para finalizar este capítulo, recordemos que los doshas son
fuerzas o cualidades. De esta forma la fuerza Vata mueve y
seca, actúa en la constipación, en las alteraciones del oído y
la garganta, el miedo, la ansiedad, el insomnio y las altera-
ciones del sistema nervioso central (SNC) como la esclerosis
múltiple, Guillain Barré, paresias, plejías, epilepsia, Parkin-
son, etc.
La fuerza Pitta, con su calor, puede provocar gastritis, úlce-
ras, dermopatías en general, conjuntivitis, abscesos, infec-
ciones, episodios de ira, competencia, violencia, etc.
La fuerza Kapha puede motivar obesidad, colesterol, diabetes,
edema, congestión, cálculos, piedras, síndrome adiposo genital,
Síndrome de Pickwik y depresión, a causa de su pesadez.
En cuanto al concepto “síndrome”, se lo denomina de esta
manera cuando se trata de un desequilibrio sin causa defini-
da (por ejemplo una gripe). Si existe la causa definida es una
enfermedad, por ejemplo la tuberculosis, cuya causa es el
bacilo de Koch.
En el capítulo próximo veremos las influencias de las gunas,
pero siempre debemos recordar que no existe un dosha me-
jor que otro y que los tres son indispensables para la vida.
La idea es autoconocernos para poder así obrar en conse-
cuencia.
“Conócete a ti mismo”, como diría Sócrates.
35
III. Las Cualidades Mentales
“Pensamos una cosa, pero decimos otra,
y hacemos otra”

De acuerdo al Ayurveda, la naturaleza tiene tres cualidades o


atributos primarios que en sánscrito son llamados “gunas”;
ellos son los principales poderes de la “Inteligencia Cósmica”,
que determinan nuestro crecimiento mental y espiritual.
Guna en realidad significa “que une; hilo, hebra o cuerda”,
porque de alguna manera nos mantienen sujetos al mundo
externo u objetivo.
Todos los objetos en el universo dependen de la variada com-
binación de éstas tres fuerzas sutiles, que inclusive forman a
los cinco Elementos.
Estas tres dimensiones, fuerzas, niveles de desarrollo o cua-
lidades llamadas gunas, interactúan permanentemente entre
sí y llevan como nombre Sattvas (léase satuas), Rajas (ras-
has) y Tamas.
Los Elementos que componen los doshas y, en definitiva, el
“Todo” en sí mismo, también están formados por las gunas
(según el Ayurveda los Elementos están formados por la más
densa de las gunas: Tamas). Son energías que están tanto en
37
la superficie de la mente como en el aspecto más profun-
do de nuestra conciencia. Sattvas, Rajas y Tamas son fuerzas
que están en todas las cosas, ya sean animadas (vida, mente)
como inanimadas (materia).
Sattvas es discernimiento y conciencia pura, amor y paz a
todo y a todos sin condicionamientos.
Rajas es energía, movimiento, transformación, cambio. Tam-
bién puede ser fuente de sufrimiento. Es la única fuerza con
movimiento (Sattvas y Tamas son inertes).
Tamas es materia y estabilidad, genera los cinco grandes
Elementos, pero en desequilibrio es lentitud, oscuridad, iner-
cia y estupidez.
Las tres gunas, al igual que los doshas, van juntas siempre y,
en lo que varían, es en su proporción.
Entonces, tenemos un cruce entre los biotipos y las gunas,
en el que podemos encontrar, por ejemplo, un sujeto Vata
sáttvico, rajásico o tamásico.
Veamos más en detalle cada una de ellas:

Sattvas
Representa la cualidad etérica pura, la mente meditativa. Su
raíz es “sat”, que significa verdad, realidad. Posee los mejores
atributos de Rajas (la energía) y Tamas (la estabilidad).
También es nuestra actitud de vida, lo que hacemos con lo
que nos pasa, la cualidad mental con la que vinimos. Con-
tiene las cualidades de la inteligencia, la virtud, la bondad, la
armonía, el balance, la estabilidad, el servicio, el respeto y la
creación.
Contiene el primer paso o miembro del Raja o Ashtanga Yoga
(Raja: real; ashtanga: ocho miembros). Estos pasos no son
mandamientos ni incluyen la noción de pecado, sino que son
tan solo vibraciones sutiles o densas de acción, llamadas “ya-
mas” y “niyamas sáttvicos”.
Estos son:
1) Yamas: frenar, controlar.
Ahimsa: paz, no violencia.
No violencia no solo de acción, sino también de pensamiento
38
y palabra. Es la más sublime de las yamas.
Es también no violencia en la comida, es decir ser vegetaria-
no y poder convivir con animales mayores, ya que la carne le
comunica la energía de la destrucción a nuestras células, lle-
vando la energía sutil de la muerte a nuestro campo áurico y
reduciendo la cantidad y circulación de nuestro prana. Comer
carne genera tejido tamásico.

“El anfitrión dice:


-Vamos a festejar nuestros 10 años de casamiento con un pavo.
Osho responde:
- ¿Y por qué matar un animal inocente por algo que pasó hace 10 años?”

Es muy importante el satsang o las compañías. No solo se re-


fiere a las compañías físicas (con quién nos juntamos), sino a
las mentales e, inclusive, a las aferencias violentas (ayuno de
noticias). La no violencia abarca nuestra conducta y pensa-
miento con las formas vivientes y también incluye la genera-
ción de polución en el ambiente, la forma en que cerramos la
puerta, si somos egoístas, si gritamos o si no respondemos
cuando nos hablan, si tocamos la bocina del auto sin necesi-
dad, si manejamos mal, si herimos con la palabra, el gesto o
con una omisión, si dañamos animales y plantas, etc.
Satyam: veracidad, no mentir.
No mentir es ser impecable con las palabras. La palabra puede
curar o matar. Todo lo que digamos queda suspendido en el cos-
mos y nos vuelve como un karma. Exagerar, pretender, distor-
sionar, manipular o mentir es ir contra nuestra naturaleza pura.
Un sutra dice: “Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo
que dice”. Pero cuidado, ser sincero no significa no tener tac-
to. La verdad no es una flecha dirigida, sino algo circular y
como tal hay que presentarlo. Hay que decir solo la verdad,
de la forma más amable posible, si nos lo solicitan y sin dañar.
Asteya: honestidad, no robar.
No solo se trata de no robar dinero o bienes materiales, sino
de no robar ideas, no robar tiempo al otro, no robar prana,
etc. El acumular también está relacionado con este aspecto,
39
ya que acumular también es robarle al otro la posibilidad de
que tenga aquello que acumulamos. No robar honores, títu-
los, escrituras, canciones, etc.
La honestidad esta íntimamente relacionada con la concien-
cia. Lo correcto es lo está más próximo a la naturaleza.
Brahmacharya: control de los sentidos.
Incluye pureza en pensamiento, palabra y acción.
También se refiere al celibato, pero no en el sentido de su-
frir la abstinencia sexual, sino en transformar esa poderosa
energía en una energía interna, tal como propone el tantra.
El semen está directamente relacionado con ojas, por lo que
su control y transformación incrementa la presencia de ojas.
Brahmacharya es el control de los sentidos por medio del in-
telecto. En definitiva se trata de trascender el sexo, además
de moderación en nuestras actitudes.
Aparigraha: generosidad, no codiciar.
El acumular esta relacionado con este punto. Acumular tam-
bién es robar al otro la posibilidad de que lo tenga. Todo lo
que no se usó en los últimos seis meses debería ser dona-
do (por supuesto pueden haber algunas excepciones: libros,
cd’s, etc.)
2) Niyamas: observancias.
Saucha: limpieza interna y externa.
Limpieza interna (antara: envidia, odio, temor, egoísmo, re-
sentimiento, remordimiento, comparación) y externa (bajya:
cuerpo en general).
“El cuerpo es el templo del alma”, como dice Stephen Stur-
gess en su libro The Yoga Book. Un templo al que debo man-
tener limpio, ingresándole cosas puras o sáttvicas, ya sea en
materia de aseo o de alimentación. La pureza no se consigue
solo con bañarse diariamente, sino dejando de fumar, no ha-
ciendo uso de estimulantes e intoxicantes, ni de alcohol, no
ingiriendo carnes, etc. La dieta vegetariana ayuda a purificar
cuerpo, mente y alma. El ayuno (dieta líquida) realizado una
vez por semana ayuda aún más.
La limpieza o pureza mental abarca el pensamiento, la
palabra y la acción.
40
Santosha: aceptación, contentamiento.
La aceptación es un estado de balance y alegría que acepta todo
tal cual es y tal cual nos pasa, es decir ser concientes de nuestro
poder y de nuestras limitaciones. Aceptar implica jamás com-
pararnos con otros ni sentir remordimientos. La aceptación es
sinónimo de abundancia y la abundancia no es algo que se ad-
quiere, sino algo con lo que se sintoniza. Todo es mental.
Aceptar quiere decir vivir el momento presente sin cargar
cosas del pasado ni esperar algo del futuro. Es un estado
mental independiente de las circunstancias que nos rodean,
sin depender de un logro o éxito externo. Es dejar que venga
lo que viene y que se vaya lo que se va. No desear, no temer,
tan solo observar lo que acontece. Uno no es lo que acontece,
sino a quien le acontece.
“Si pasó, conviene”, reza un sutra del budismo.
Svadhyaya: autoconocimiento.
No es ganar más conocimiento ni atiborrarnos de datos o teo-
ría, sino detenernos para observarnos con conciencia, criti-
carnos y mejorarnos y estudiar seriamente al que estudia (o
sea, a nosotros mismos). Observar nuestros pensamientos, su
origen, nuestros deseos, etc. Es el autoconocimiento y la auto-
indagación sobre uno mismo. La verdadera felicidad no puede
ser encontrada en cosas que cambian y se desvanecen.
Autoconocimiento significa ser concientes de cada momento
en que vivimos.
Tapas: austeridad.
Austeridad en el sentido de autodisciplina, practicada con inteli-
gencia y discriminación, no torturando al cuerpo y la mente para
adormecer los sentidos. Es el control mental, conjuntamente
con los sentidos, las emociones y las pasiones. Esta disciplina
se dirige a entrenar cuerpo y mente para volverlos balanceados,
armónicos y que ambos fluyan libre y sanamente.
Austeridad es dejar de lado lo innecesario (es oportuno bajar
nuestro umbral de lo que es verdaderamente necesario y lo
que no lo es).
Ishwara Pranidhana: rendir la vida al Señor.
Es vivir constantemente tomando conciencia de la presencia
41
divina o la entrega a la voluntad de Dios, que es uno mismo.
Cuando el ego se rinde, la mente se calla y la entrega es total.
Es difícil llegar a definir a Dios con palabras. Para entenderlo
hay que trascender la mente.
Dios es más sutil que la mente, está detrás de ella y no po-
demos llegar a él tan solo leyendo libros, sino a través de
acciones. Se trata en realidad de devoción no solo a un Dios,
sino a la vida en general.
Todo lo que sabemos sobre la forma de Dios nos fue trans-
mitido por seres humanos y, acorde al lugar donde nacimos,
será pues la descripción del Dios en cuestión.
La profunda meditación es una charla silenciosa con Dios, al
igual que ciertas actitudes como el dar y el amar. El error del
ego (prajna parada) es la no identificación con Dios, Brahman
o Purusha.
Y siguiendo con Sattvas, es de naturaleza liviana y lumino-
sa, y posee un movimiento interno y ascendente causando
el despertar del alma. Sattvas provee felicidad y satisfacción
duradera. Es el principio de la claridad, amplitud, paz, amor,
autocontrol y autoconocimiento. Pureza, veracidad, fe, va-
lentía, devoción, inocencia, humildad y une todas las cosas;
ananda. Es también adaptación, aceptación y discernimiento.
Para el Ayurveda, los atributos en el estado sáttvico son los
que ya hemos enumerado durante el libro: aceptación, au-
toindagación, autoconocimiento, discernimiento y desapego.
Es la naturaleza del placer y la luz, brillo e iluminación. La
manifestación de los objetos en la conciencia, la tendencia de
los sentidos, la mente y el intelecto hacia esta, la claridad de
los sentidos que se mueven en dirección ascendente y el pla-
cer en sus variadas formas de satisfacción; contentamiento,
alegría, felicidad, bienaventuranza, etc.
Veamos ahora algunos aspectos de la fuerza Rajas.

Rajas
Rajas no produce el movimiento, “es el movimiento”. Es el
principio de actividad de las cosas. Es la naturaleza del dolor,
la movilidad y el estímulo. Es el que propaga el Fuego, es el
42
soplo del viento, es quien motiva a los sentidos a seguir los
objetos y hace a la mente inquieta.
Sattvas y Tamas ayudan a inactivarla y aquietarla para que
logre sus funciones. Rajas es la cualidad del cambio, la ac-
tividad y la turbulencia dominada por el ego. Inicia el des-
equilibrio que perturba la armonía existente, puede vérselo
como viento que empuja, mueve, crea y cambia. Rajas está
motivado en la acción misma, siempre buscando una meta o
fin que le dé poder.
A Rajas lo mueve el deseo y a la vez ese deseo mismo es
energía. Es la energía que hace que las cosas se lleven a
cabo, que busca alcanzar, crear y ejecutar. Es la causalidad
del poder terrenal y del impulso sexual, la conquista, la com-
petición y la victoria. Sin embargo, posee también un movi-
miento externo, que conduce a la proyección, fragmentación
y desintegración. A corto plazo es estimulante y placentero,
pero debido a su naturaleza perturbadora intrínseca, rápida-
mente se convierte en dolor y sufrimiento. Es la fuerza de la
pasión que causa aflicción y conflicto.
Los atributos en el estado rajásico son movimiento, energía
(prana), atención, intención y agitación mental.

Tamas
Tamas, por su parte, es la cualidad de la materia, de la es-
tabilidad, la unión, la cohesión, la adhesión y la resistencia.
Es el principio de la pasividad y la negatividad de las cosas.
Opuesto a Sattvas, es pesado y al contrario que Rajas, es re-
primido o contenido.
En desequilibrio produce ignorancia, oscuridad y conduce a
la confusión. Induce al sueño, a la pereza, al adormecimiento
y a un estado de apatía e indiferencia, a causa de la obstruc-
ción del principio de actividad en el cuerpo. Desequilibrado
también genera estupidez, torpeza e inercia.
Crea sueño, falta de atención y motivación (asankalpa). La
energía queda estancada y bloqueada. Tamas es pesada y le-
vanta un velo de obstrucción al actuar. Posee un movimiento
descendente que produce decaimiento y desintegración. Cau-
43
sa ignorancia y delirio en la mente, promueve la insensibilidad
y la pérdida de conciencia. Tamas es apego, materialismo, ba-
jeza, mentiras y violencia. Forma un velo sobre la conciencia a
la que torna lenta, ignorante, perezosa e inconciente.
Tiene cualidades similares al ama (toxinas en el cuerpo): pe-
sada, fría, adherente e inmóvil.
Atributos en el estado tamásico: vicio, ignorancia, apego, imper-
fección, lo que no está cercano a la naturaleza, desunión, etc.
Los alimentos recalentados, procesados y congelados son ta-
másicos, también todas las formas de carne, el alcohol, los fár-
macos y las drogas. Guardar los alimentos cocinados uno o más
días los vuelve tamásicos, por lo que es mejor comerlos inme-
diatamente después de cocinarlos. Cuanto más tiempo se guar-
den más tamásicos se volverán. Los productos que comienzan
a oler fuerte también son tamásicos. El microondas es tamásico
pues destruye el prana o energía sutil de los alimentos.
Todos en ciertas situaciones estamos gobernados por alguna
de las tres gunas, incluyendo a Tamas. Ni siquiera las perso-
nas más espirituales escapan a ello.
El Ayurveda entonces, presenta una clasificación cruzada en
cuanto al cuerpo físico y a la mente. Por un lado habla de
doshas o biotipos corporales, compuestos de dos Elementos
cada uno conocidos como Vata (elementos Espacio y Aire),
Pitta (Fuego y Agua) y Kapha (Agua y Tierra); y por el otro
habla de cualidades, gunas o atributos mentales llamados
Sattvas (pureza), Rajas (movimiento) y Tamas (inercia, bajeza).
La constitución dóshica no se puede cambiar sino equilibrar, pero
en el ámbito mental sí se impone un cambio. Amerita evolucionar
de un estado tamásico a uno rajásico y de éste a uno sáttvico.
De acuerdo al Ayurveda, en la naturaleza estas tres cualida-
des o atributos primarios son los principales poderes de la
Inteligencia Cósmica o Brahman, que determinan nuestro
crecimiento espiritual.
Las gunas están en permanente estado de conflicto y de
cooperación, siempre van juntas y jamás pueden estar se-
paradas una de otra, en un proceso continuo de cambio y
transformación. Están presentes en todos y cada uno de los
44
objetos del mundo, de modo que la naturaleza de las cosas
está determinada por la predominancia de alguna de ellas.
Las gunas son las cualidades más sutiles de la naturaleza
que permanece bajo la materia, la vida y la mente.
En el siguiente cuadro veremos los aspectos mentales con
sus gunas correspondientes:

Guna Sattvas Rajas Tamas


Impresión Calma, pureza, Mezclada, Alterada,
Dominante alegría hacia afuera depresiva
Paz Mental Generalmente Parcial Raramente
Dieta Vegetariana Algún consu- Gran consu-
mo de carne mo de carne
Alcohol, esti- Nunca Ocasional Frecuente
mulantes
Drogas Nunca Ocasional Frecuente
Sueño Poco y pro- Moderado Excesivo
fundo
Actividad Baja Moderada Alta
Sexual
Control de Bueno Moderado Débil
los Sentidos
Habla Calmado y AGitado Apagada
pacífico
Limpieza Alta Moderada Baja
Trabajo Desinteresado Por objetivos Pereza
personales
Irritabilidad Infrecuente A veces Frecuente
Miedo Infrecuente A veces Frecuente
Deseo Poco A veces Mucho
Orgullo Modestia Algo de ego Vanidad
Depresión Nunca A veces Frecuente
Amor Universal Personal Falta de amor
45
Violencia Nunca A veces Frecuente
Apego al Escaso Algo Intenso
Dinero
Aceptación Frecuente Parcial Nunca
Perdón Perdona con Con esfuerzo Rencor
facilidad prolongado
Concentración Buena Moderada Pobre
Memoria Buena Moderada Pobre
Voluntad Fuerte Variable Débil
Veracidad Siempre Generalmente Raramente
Honestidad Siempre Generalmente Raramente
Creatividad Alta Moderada Baja
Estudios o Diarios Ocasionales Nunca
lecturas espi-
rituales
Oración, Diarias Ocasional Nunca
mantra
Meditación Diaria Ocasional Nunca
Servicio Mucho Ocasional Nunca

Según el Ayurveda estos son los tres estadios de curación de la


mente:
Primer estadio: disolviendo Tamas y desarrollando Rajas. Desde
la inercia mental hacia la acción automotivada.
Segundo estadio: calmando Rajas y desarrollando Sattvas. Desde
la acción automotivada hacia el servicio desinteresado.
Tercer estadio: perfeccionando Sattvas. Servicio desinteresado y
meditación. yamas y niyamas.
Rompiendo Tamas se desarrolla Rajas, calmando luego a Rajas se
desarrolla Sattvas.
Por ejemplo, el simple hecho de ir a correr es una gran herra-
mienta rajásica para estados tamásicos del ego como la depresión.
En este mismo ejemplo se utilizarían hierbas picantes, ajo, ce-
46
bolla, etc., como nutrientes vitalizantes y estimulantes naturales.
Según el Ayurveda, a una persona depresiva no se le debe acon-
sejar meditar o realizar acciones sáttvicas de servicio, sin desper-
tarla primero de su sopor y levantar Tamas por medio de Rajas.
En definitiva, para el Ayurveda todos los problemas psicológicos
no son más que un mal manejo del intelecto (pragna aparadha).
Siguiendo con los cuadros, vamos a cruzar ahora los biotipos con
las gunas y ver algunas posibles consecuencias.

Empecemos por el móvil Vata:


Sáttvico Energético, adaptable, flexible, rápido en
comprender, creativo, con entusiasmo, senti-
do de la humanidad, iniciador, emprendedor.
Rajásico Indeciso, poco creíble, fantasioso, ansioso,
hablador, agitado, cansado, superficial.
Tamásico Miedoso, servil, deshonesto, auto destructivo, adic-
ciones, perversiones sexuales, disturbios mentales.

El fogoso Pitta:
Sáttvico Inteligente, claro, preciso, discriminativo, per-
feccionista, guía, líder, corajudo, amigable.
Rajásico Impulsivo, ambicioso, agresivo, controlador,
dominante, hipercrítico, orgulloso, vano
Tamásico Odioso, vil, iracundo, destructivo, psicópata,
criminal, traficante de drogas.

Y el apacible Kapha:
Sáttvico Pacífico, calmo, estable, animoso, contento, tole-
rante, paciente, devoto, receptivo, leal, perdonador.
Rajásico Controlador, apego, orgulloso, testarudo,
materialista, necesidad de seguridad,
búsqueda de confort y lujuria.
Tamásico Apático, depresivo, aletargado, inerte, obtuso,
ladrón, poco comprensivo, insensible.

47
Los doshas vician al cuerpo, Rajas y Tamas vician la mente.
Aquí vimos como se entrecruzan los doshas con las gunas, así
por ejemplo a la fuerza Kapha en la depresión se le suma la
ignorancia y velamiento de Tamas. En la gastritis Pitta y en la
constipación Vata, encontramos la fuerza Rajas, etc.
En el capítulo sobre astrología volveremos a hablar de las
gunas en relación con los signos y los planetas.
Como vimos en los capítulos pasados sobre el complejo
mental, ante una misma situación será muy distinta una res-
puesta Vata, Pitta o Kapha. Del mismo modo, aún dentro de
cada dosha tendremos diferentes actitudes, dependiendo si
se trata de un biotipo sáttvico, rajásico o tamásico.

Dice Nisargadatta Maharaj:


“El Sattvas es siempre puro y fuerte.
Es como el sol.
Puede aparecer oscurecido por nubes y polvo, pero solo desde el
punto de vista del perceptor.
Ocúpese de las causas del oscurecimiento, no del sol.”

La felicidad se relaciona más con una actitud de vida que con


las circunstancias.

48
IV. El Ego
“El ego aparece por una falla del intelecto.”

Para el Ayurveda, todos los problemas psicológicos derivan


del mal uso del pensamiento y del ego; la mayoría de las
enfermedades tienen causas mentales y todas las enferme-
dades crónicas, a la vez, tienen efectos sobre la psique. Si
en este mismo momento parás de pensar... ¿Qué problema
tenés?
El ego se corresponde el elemento Tierra, o sea al más con-
creto y material de los cinco elementos.
El ego es una fuerza que cuando es guiada por la mente en lu-
gar de serlo por el intelecto, su dirección siempre tiende hacia
afuera, motivada por el deseo o la demanda, constituyendo así
la raíz de nuestros problemas personales y sociales.
En equilibrio, el ego permite recibir a través del inconscien-
te información que más tarde se elabora y vuelca al mundo
exterior. Es el cuerpo, el carruaje temporario, el contacto con
el exterior y como tal mantiene un vínculo con lo externo, es
decir con el objeto, a la vez que debe proteger los contenidos
de la psiquis.
51
Cuanto mayor sea la identificación con el ego, menos se
afianzará nuestro yo en contra de las afluencias de compul-
siones internas, o bien en contra de las arremetidas de las
reacciones externas de los demás, debido a nuestras pro-
pias proyecciones hacia ellos. En la vida cotidiana, nosotros
somos afectados por otras personas y a la vez ejercemos
influencia sobre ellas.
Lo primero ante un estado tamásico es reconocerlo como tal.
Un ego desequilibrado rechaza la aceptación y discute con lo
que “es”, pero lo que “es”, es indiscutible, pues ya “es”. Siem-
pre culpa de todo a los otros, siempre es el otro el que lo hace
sufrir. Estos comportamientos se manifiestan por distintos
mecanismos, siendo los más comunes la proyección (en los
sueños o en el otro) y la negación.
Pero cuidado, el ego es necesario, es nuestro carruaje. El proble-
ma es la identificación con el ego, con la mente o con el cuerpo,
con las posesiones, con el nombre, con el trabajo que uno hace,
con el conocimiento, con inclinaciones religiosas, culturales, re-
gionales, nacionales, etc., ya que no somos ninguna de ellas.
El ego guiado por el intelecto, o sea el ego sáttvico, es sublime.
Veamos en cambio algunas características del ego desequi-
librado, tal como mencioné en Ayurveda y Psicología. El ego
intenta fabricar la felicidad con reuniones, juegos, fiestas u
otorgando significado a una fecha determinada, cuando en
realidad ser felices depende más de nosotros mismos que
de los hechos externos. Crea toda una serie de hábitos de los
que a menudo se convierte en esclavo.
El ego cree que se va a completar en el futuro, obteniendo
un puesto en el trabajo o teniendo una pareja, pero como
dice Eckhart Tolle viviendo el momento presente es la única
forma de estar completo, aunque también es el único lugar
donde el ego no buscaría completarse.
El ego también se encuentra poseído por creencias y emite
toda clase de prejuicios, posturas, compulsiones, compara-
ciones, deseos y aversiones que lo mantienen preso de an-
gustia, insatisfacción y toda clase de sufrimientos. Siempre
que expresamos una opinión acerca de algo, lo juzgamos se-
52
gún nuestras creencias y prejuicios.
El ego vive demandando y esperando cosas de los demás.
El ego afecta todas las funciones de la mente y altera la no-
ción de la realidad, interponiéndose en la percepción e impo-
niendo su propia opinión. Es el yo externo, repleto de deseos
y pensamientos, todos ellos cambiantes.
El ego vive en estado de permanente insatisfacción, por lo que
a su vida siempre le falta algo para buscar la salvación en el
momento siguiente. Cree que el futuro es más importante que
el momento presente, ya que el ego es también pensamiento.
El ego y la mente son las causas de la mayoría de nuestras
enfermedades. La mente puede hacer que nos caiga mal cual-
quier comida y, a la vez, hacer de la comida más pesada algo
maravilloso. Si la mente y el ego están controlados o guiados
por el intelecto, es difícil que aparezcan enfermedades.
La vanidad y la soberbia son cualidades del ego desequilibra-
do, como así también pasar la mayor parte de la vida sintién-
dose ofendido por algo o por alguien. También “creérsela”,
identificarse con la propia imagen al punto de sentirse heri-
do si se encuentra con otra persona de mejor aspecto físico
(más guapa), con más dinero o más cultura.
Otras cualidades del ego son la comparación, el remordi-
miento, el miedo, la mitomanía con sus delirios de grandeza,
la egolatría, la paranoia, la sabihondez, la autosuficiencia, el
engreimiento y el creerse infalible.
El ego tamásico no tiene la capacidad de discernir entre lo in-
terno y lo externo, entre sujeto y objeto. En la medida que no
puede integrar los contenidos del inconciente, corre el ries-
go de no salir del estado tamásico o no evolucionar hacia lo
sáttvico, quedándose estancado en Rajas. El ego, a través de
Rajas, deberá reconocer y movilizar la inercia de Tamas, para
luego llevarlo a un estado sáttvico.
Cuando el Ser a través de Sattvas hace sentir su impresio-
nante presencia, dejamos de estar presos en la esfera perso-
nal del ego, adquiriendo, de alguna, manera una visión de la
vida más libre, más amplia, más circunspecta y más objetiva.
Muchos egos religiosos son creyentes teóricos pero ateos prácticos.
53
A veces, en muchas personas, las filosofías espirituales hin-
dúes (Yoga, Samkhya, Vedanta) se tornan palabras huecas
como rezos, mantras, sadhanas, meditación, kriyas, brahma-
charya, tan solo para parecer pero no para ser. Por supues-
to que hay verdaderos y sentidos devotos y religiosos, pero
ellos están más allá de la religión que profesan.
Si hubiera nacido en la India o Arabia tendría otra religión,
otra moral y otras costumbres; en definitiva, tendría otra
mente totalmente distinta.
La mente en su conjunto es un instrumento maravilloso, no
hay duda de ello, pero al creer que la mente lo es todo, se
transforma en un arma letal y, como toda herramienta útil, (la
palabra, el cuchillo, el dinero) tanto puede hacer bien como
puede hacer mal. Muchas veces esa atención e intención que
colocamos en algo, esa voluntad, están distorsionadas por el
ego, con sus deseos, huellas, tendencias y emociones.
Para el Ayurveda, la mente profunda y la conciencia están
en el corazón, no se trata del corazón anatómico sino de su
espacio sutil energético.
El ego se vuelve cada vez más serio, cuanto más crece está
más seguro de que no debe hacer las cosas que hacía tiempo
atrás, cuando en realidad el niño no muere para dar lugar al
joven y este tampoco muere para dar lugar al adulto. Puedo
tener 50 años, pero también tengo 4, 8, 15 y hasta 50. Puedo
tener la edad que quiera, incluso cada vez sentirme más niño
y libre, al ir dejando los preconceptos y mentiras que me in-
culcó la sociedad donde me tocó nacer.
La belleza está adentro, en la inocencia y sencillez, no en el
perfume o la ropa. Uno debería hacer lo correcto más allá del
resultado de la acción. El pensamiento va en una dirección, la
palabra en otra y la acción en otra; ya que cada vez estamos
más fragmentados y nos vamos haciendo pedazos.
Entonces, no es correcto decir que hay enfermedades psico-
somáticas, sino que somos seres psicosomáticos.
Entre el ego y la mente automatizan absolutamente todo: amar,
comer, caminar, trabajar, etc., y lo hacen tan eficientemente que
todo se vuelve algo mecánico, hasta que dejamos de sentir la
54
gran mayoría de las acciones que lleva a cabo nuestro cuerpo.
Entonces, el ego es el falso “yo” repleto de deseos y pen-
samientos, todos ellos cambiantes. Su identificación con el
cuerpo y los pensamientos es lo que promueve el sentimien-
to de “yo soy el hacedor” (recordemos ahamkara).
Dice Sai Baba (que significa mamá papá): “Si el ego desaparece,
la liberación se alcanza. Si alcanzamos la unidad disolviendo nues-
tro ego y su terrible dualidad, no sólo nos sentimos como uno con
los otros seres humanos, sino con todos los seres de la creación, ani-
mados e inanimados. No soy mi cuerpo; estoy en él, es mi vehículo,
pero soy mucho más que él ya que no muero con él”.
La psicología hindú, ya desde la antigüedad, afirma que el
secreto está en la autoindagación, el autoconocimiento, y en
guiar los pensamientos para que actúen como puente hacia
la conciencia y no solo hacia objetos en el exterior. Cuando
nuestra atención e intención es dirigida hacia afuera, enton-
ces la felicidad parecerá depender de lo externo, ya sea dine-
ro, poder, fechas, aniversarios, pareja, posesión o sexo.
El ego trae cosas de afuera, vive de acuerdo a ellas y nos
hace dependientes de ellas; de este modo nuestra alegría y
felicidad dependerán siempre de cosas externas. Lo impor-
tante no es tener o no tener dinero o posesiones, sino el sen-
tido que le damos a esas cosas.
Además, el ego se vive quejando. Mencionamos antes que per-
sona significa máscara, per sono: por donde sale el sonido oculto
tras la máscara. Utilizamos distintas máscaras según con quién y
dónde estemos, nunca llegamos a ser el verdadero actor.
¿Quién soy de todos los que soy? Soy muy distinto cuando me
muestro como hijo, a cuando actúo como amigo, como papá,
como amante o como profesor.
El ego es el causante de la mayoría de nuestros problemas
personales y sociales: “me gusta”, “lo quiero”, “lo odio”, “es
bajo”. A la vez, usa la mente para justificar sus acciones y
para imponer su propia opinión de la verdad.
Cuántas veces aparece el ego con la idea de controlar a los demás e
intentar manejarlos a su gusto o conveniencia. El fracaso al intentarlo
se termina transformando en la causa que alimenta al resentimiento
55
acumulado. La comparación, la envidia y los celos son del ego.
Uno de los mayores problemas al querer librarnos del ego o
de la mente es que muchas veces caemos en la trampa del
mismo ego, actuando, mintiendo y falseando, haciéndose pa-
sar por humilde, meditativo, religioso o espiritual.
Se puede ser altruista y bondadoso únicamente para mos-
trarse ante los demás... y eso también es ego.
Si al ego lo veo y lo puedo manejar y transformar a través
del intelecto, significa que no soy yo. Cuando estoy en sue-
ño profundo, muere mi mente y mi ego, pero yo no muero.
Entonces, ¿quién soy yo?, ¿qué habrá detrás de la mente y
de los pensamientos? Es muy diferente pensar a saber que
se piensa. Cuando comprendemos que estamos pensando,
¿quién piensa?
La conciencia se diferencia de la mente pues tiene una fun-
ción específica y un movimiento sutil. De allí que se dice que
en Oriente se es testigo y en Occidente se analiza.
Ser testigo quiere decir mirar al ego o a la mente desde arri-
ba, antes que interferirlos, pues para interferir hay que se-
pararse de la mente como si fuera otra persona, evaluar y
ser conciente de lo que digo y hago.
Así como hay dos polos en un imán, uno positivo y uno nega-
tivo, las personas también cargamos con dos personajes en
disputa; uno de ellos es el que se afana por el éxito material
y el otro es el que aspira a elevarse espiritualmente.
El ego, como vimos, crea nuestra propia imagen, nuestro fal-
so o externo “yo”, que nos dice cómo somos y nos identifica
con un objeto o una imagen. La felicidad para el ego es ex-
terna, es consumar un deseo o lograr un objetivo, ya sea co-
mida, sexo, fiestas o poder. Se es feliz una vez obtenido todo
esto, por lo tanto debemos seguir haciendo lo mismo para
continuar siendo felices.
El sexo crea celos por el sentido de posesión del ego, ahamka-
ra. El ego del otro integrante de la pareja siente celos como si
no supiera que el sexo y el amor pueden ir separados. El amor
del ego es tan solo una palabra que oculta otra: sexo.
Ego, religión, sociedad, amor, pareja, cultura, moral, ética, tra-
56
dición… Si los involucrados están de acuerdo, ¿por qué no se
puede tener sexo con quién se quiera? (Desde ya, cuidándonos)
Osho decía que todas las religiones del mundo critican al sexo
pues están formadas y creadas por hombres, creyendo que
esa es la única forma de poseer a la mujer. El hombre puede
tener orgasmos unas pocas veces en el día, pero la mujer
puede estar teniendo sexo horas y horas, lo que contribuyó a
que históricamente fueran sometidas. Antes a las adúlteras
se las quemaba vivas, luego se las mataba a pedradas (“el
que esté libre de pecado que tire la primera piedra”). Hasta
hace poco, las mujeres tenían que llegar vírgenes al matri-
monio y permanecer con su marido “hasta que la muerte los
separe” (¿augurio o castigo?) y, aún hoy, en muchas partes de
Oriente los padres le eligen el marido a sus hijas cuando tie-
nen apenas 13 años o incluso antes. El Occidente, en cambio,
parece que ahora se va hacia el otro extremo. Tal vez por los
principios de Hermes de la compensación en el ritmo, para
volver a encontrarse en el medio, en algún momento.
No se puede poseer a nadie, y si uno quiere tener a alguien
debería hacerlo con las manos abiertas.
¡Cuántas barbaridades se hacen en nombre del amor y de Dios!
El ego junto a la mente viven sintiéndose culpables por el
condicionamiento que ellos mismos se impusieron.
El ego también es el que hace un regalo y se enoja si uno
no lo usa, lo cambia o lo vuelve a regalar (“- ¡No me que-
rés más!”). El ego te ata con obsequios y después se queda
demandándole al homenajeado regalos de compensación.
También es el que te pregunta si estás mal tantas veces que,
al final, te acaba poniendo mal, aunque antes estuvieras bien.
Es el que cuando se equivoca dice:
-“Aquel día vos también te equivocaste”
O sino:
-“¿Qué?, ¿vos no te equivocás nunca?”.
O también:
-“¿Acaso yo no puedo equivocarme?”; en lugar de rendirse a
la situación, entregar el ego totalmente y decir tan solo:
-“¡Perdón!”
57
“Por favor, perdón y gracias” reza el título de un cd de León
Gieco, pero esas fuerzas están lejos del ego desequilibrado.
El ego está reflejado en la expresión “yo tengo”, mientras que
el Espíritu lo está en la expresión “yo soy”.
“Yo tengo” significa posesión, control, seguridad, pasión, so-
ledad, envidia, poder, reconocimiento, avaricia y lástima.
“Yo Soy” significa fusión con todo y todos, amor incondicional,
aceptación, confianza y desprendimiento.
El ego sufre las impresiones que dejan su profunda pasión
y apego a lo que sea: pareja, trabajo, deporte, posición, etc.
Repito un cuento que leí una vez, no es de mi autoría pero
sirve de ejemplo:
“En cierta ocasión, durante una elegante recepción de bien-
venida al nuevo Director de Marketing de una importante
compañía londinense, Algunas de las esposas de los restan-
tes directores, queriendo conocer a la esposa del festejado,
le preguntaron con cierto morbo:
-¿Tu marido te hace feliz?
El esposo, quien en ese momento no estaba su lado aunque sí
lo suficientemente cerca para escuchar la pregunta, se puso
a prestar atención a la conversación e irguió ligeramente su
postura, en señal de seguridad, y hasta hinchó un poco el
pecho orgullosamente, pues sabía que su esposa diría que sí,
ya que ella jamás se había quejado durante su matrimonio.
Su ego ahamkara estaba actuando mientras esperaba la
respuesta.
Sin embargo, para sorpresa suya y de todos los demás, la
esposa respondió con un rotundo
 -No, no me hace feliz.
En la sala de golpe se hizo un silencio incómodo, como si to-
dos los presentes hubieran escuchado la respuesta de la mujer.
El marido estaba petrificado. No podía dar crédito a lo que
su esposa decía, menos aún en un momento tan importante
para él.
Ante el asombro del marido y de todos, ella simplemente
acomodó enigmáticamente su elegante chalina de seda ne-
gra sobre su cabeza y continuó:
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- No, él no me hace feliz. ¡Yo soy feliz! El hecho de que yo
sea feliz o no, no depende de él, sino de mí. Yo soy la única
persona de quien depende mi felicidad. Yo determino ser feliz
en cada situación y en cada momento de mi  vida, pues si mi
felicidad dependiera de otra persona, de otra cosa o de algu-
na otra circunstancia sobre la faz de esta tierra, entonces mi
felicidad sería momentánea.”

Ser feliz es una actitud de cada uno ante la vida, depende de


una voluntad interior y no de los estímulos que puedan venir
desde afuera.

Ser feliz es una decisión. (Se viene un nuevo libro con ese título)

59
V. La Mente
“Hay alguien en mi cabeza pero no soy yo”
(Pink Floyd)

La mente es llamada en sánscrito manas, que viene de la raíz


sánscrita “man” y significa pensamiento.
Precisamente, la palabra inglesa “man” deriva también de la
misma raíz, haciéndose la analogía de que el hombre es su
pensamiento, el hombre es su mente.
Para otros autores la mente está relacionada con “medir”,
mientras que para otros con “mentir”. Al parecer, los tres
significados pueden ser posibles, además de muchos otros,
como todas las palabras de origen sánscrito, que pueden
querer decir muchas cosas diferentes, inclusive en aparien-
cia contradictorias entre sí.
Para su comprensión (así vamos yendo de las partes al todo
y del todo a las partes) el Ayurveda sistematiza, a su vez, a
manas en otras tres fuerzas o vibraciones, “pravritta”, “adh-
yatma” y “prabuddha manas”. Haré un breve resumen de las
primeras dos para ampliar la tercera.
Desde ya que toda división es arbitraria, no hay nada que ac-
túe solo y mucho menos en el increíble complejo mental que
61
tenemos los seres humanos.
La mente del sistema nervioso autónomo (SNA) es pravritta
manas (“antes del pensamiento”), o sea, el sistema nervioso
vegetativo o sistema neurovegetativo. Es la mente animal, de
supervivencia y conservación de la especie, la mente secreta
(gupta manas). El SNA regula la actividad de los músculos
lisos, del corazón, las glándulas, los vasos sanguíneos y lin-
fáticos, el ritmo cardiorrespiratorio, etc.
Cuando termino de tragar un alimento ya perdí el control so-
bre él, que quedó en manos del SNA. Recién intervengo nue-
vamente durante la expulsión, mientras tanto ese alimento
se digirió, absorbió y pasó a ser parte de mi cuerpo sin dar-
me cuenta concientemente.
El SNA entonces es sobre todo un sistema eferente e invo-
luntario que transmite impulsos desde el sistema nervioso
central hacia la periferia, estimulando los aparatos y siste-
mas de órganos periféricos.
Estas acciones incluyen el control de la fuerza de contrac-
ción, la frecuencia cardiaca, la contracción y dilatación de
vasos sanguíneos, la contracción y relajación de los múscu-
los lisos en varios órganos, la acomodación visual, el tamaño
pupilar y la secreción de glándulas exocrinas y endocrinas,
regulando funciones tan importantes como la digestión, la
circulación sanguínea, la respiración y el metabolismo.
También el SNA funciona a través de los reflejos viscerales,
es decir, las señales sensoriales que entran en los ganglios
autónomos, la médula espinal, el tallo cerebral o el hipotála-
mo que pueden eventualmente originar respuestas reflejas
adecuadas que son devueltas a los órganos para controlar
su actividad. Reflejos simples terminan en los órganos co-
rrespondientes, sin necesitar subir hacia el cerebro, mien-
tras que reflejos más complejos son controlados por centros
autonómicos superiores en el sistema nervioso central, prin-
cipalmente el hipotálamo.
La mente del SNA es la mente instintiva, animal, carente de
intelecto o raciocino, gobernada por los instintos de supervi-
vencia (alimento) y conservación de la especie (sexo), activi-
62
dades que se corresponden con los dos primeros chakras, los
cuáles explicaremos más adelante.
Pocos seres superan estos dos primeros chakras, que son los
únicos que tienen los animales. Entre los humanos, algunos se
quedan fijados o bloqueados en el alimento, otros con el sexo.
Luego tenemos la mente espiritual o adhyatma manas, (adhy, el
supremo; Atman, el Ser, el alma) pura o sáttvica, la que nos im-
pulsa a realizar la acción correcta de servicio y devoción. Según
maestros védicos, está dormida en la mayoría de nosotros.
El hecho de estudiar profundamente la mente puede hacer
de una persona un psicólogo, pero sigue enrollado en la men-
te. No se le puede ganar a la mente con la mente. La mente
espiritual trasciende a la mente del pensamiento por ser de-
vocional de la vida.
La mente adhyatma es el servicio a la sociedad, a la comuni-
dad, a la vida. No es solamente no tirar la basura al piso sino
incluso recoger alguna que no hayamos tirado, sin esperar
nada a cambio y sin que ni siquiera nos estén viendo. En defi-
nitiva el hombre actual es un ser social que nace, crece, se de-
sarrolla y vive en sociedad, por lo cual retribuirle a la sociedad
con buenas actitudes parte de lo recibido constituye un intento
de mejoría del mismo lugar donde se habita (karma).
Vivimos en una gran familia mundial que ya los Vedas llama-
ban vasudhaiva kutumbakam; se trataba de una sola familia,
un solo país, una gran nación, un mundo. (¿Recuerdan la letra
de Imagine de John Lennon? “Imagina un país sin fronteras,
sin religión. Imagina que no hay posesiones, nada por que
matar o morir”).
Finalmente la que contiene a manas, propiamente dicha, es
prabuddha manas (“antes de la iluminación”), o sea la men-
te con pensamientos que duda, compara, analiza, delibera y
vive en la dualidad, donde la felicidad es condicionada (está
feliz si hay placer o infeliz si hay displacer).
La mente no es un órgano ni una entidad, sino tan solo nues-
tros pensamientos, que van tan rápido que nos parece que hay
continuidad. Según muchos autores, no se pueden parar la
mente o los deseos, pero sí comprenderlos, ir detrás de ellos a
63
buscar al Ser, y desde el Ser, observar y ser testigo de lo que le
pasa al ego sin involucrarse mental o corporalmente.
El Yoga (“unión”) es mucho más una filosofía mental que una
práctica física, como se cree en Occidente. Su principal sutra
o aforismo fue dictado por el sabio Patanjali e indica parar
las ondas o vibraciones mentales (citta vritti nirodhah).
La filosofía Vedanta, por su parte, recomienda separarse de
la mente por medio de la autoindagación (vichara) y autoco-
nocimiento (atma bodha, “conocimiento del alma”).
El elemento Agua existe en manas como naturaleza emo-
cional y el elemento Aire nos brinda nuestra habilidad para
conectarnos con el mundo externo. Ambos elementos nos
dan la capacidad de reunir las impresiones sensoriales y
responder a ellas a través de lo que nos gusta y lo que nos
disgusta, de la atracción y la aversión. Ambos elementos, el
pensamiento y la emoción, también representan en la mente,
el plan y la construcción de la realidad, la base de la voluntad,
la motivación y la acción en el mundo externo. Es la parte
de la mente que fluye hacia fuera buscando encarnarse en
la materia y acumular para sí las cosas del mundo exterior.
Separándonos de nuestra mente y viéndola desde afuera
como una herramienta útil, podemos cambiar absolutamente
todo. Como ya hemos señalado, todo depende del observador.
Por debajo del hombre están los animales, las plantas y los
insectos, ellos son casi autómatas, gobernados por un espí-
ritu superior o espíritu de grupo. Un tigre nace tigre, no tiene
que hacer nada para ser tigre. Los animales, plantas y mi-
croorganismos no se apartan jamás de su principio de vida
y armonía porque sencillamente no pueden, no tienen libre
albedrío.
Por encima del hombre están los maestros ascendidos, los
seres cósmicos, iluminados, dioses y reencarnaciones, quie-
nes tampoco se apartan jamás de sus principios, ya que los
trascendieron, están más allá de ellos.
En el medio estamos los pobres y comunes seres humanos
luchando con nuestra feroz y mentirosa mente. La mente son
los pensamientos y nos identificamos tanto con ellos que se
64
llega al punto de creer que somos nuestros pensamientos,
cuando en definitiva el pensamiento es agregar tiempo y ego.
Pensamos todo el día en cosas que ya pasaron o en cosas que
irán a suceder. Esto significa, por un lado, agregar tiempo y,
por el otro, ver que es el ego el que piensa, no la conciencia o
el intelecto profundo, por lo tanto todo estará formulado sobre
un diagnóstico errado. La mente es la otra cara del tiempo.
Nunca vivimos el momento. Si se vive en el momento no se lo
piensa, pues al pensarlo el momento ya pasó.
Nuestra mente divide todo en períodos exactos: años, meses,
horas y segundos. Trabajar, jugar, reír y comer cuando sea el
momento preciso, amar con un tiempo y un orden establecidos,
divertirnos y hacer regalos solamente con un motivo o una fe-
cha prefijada, adorar a los dioses según lo que nuestra cultura
impone e inclusive rezarles a cierta hora exacta, que obviamen-
te variará según el huso horario donde nos encontremos.
Pareciera que todos nuestros actos ya están preestablecidos
con precisión, orden y según las reglas sociales en cuestión.
El momento se vive con la conciencia y para llegar a ella es
el intelecto quien debe guiar a la mente.
La mente es la que tiene miedo de morir porque no entien-
de donde está su verdadero Ser. Inventa religiones, dioses,
seguros sociales, sociedades, clubes, asociaciones, iglesias,
templos, santuarios, etc., no quiere ni sabe estar sola.
Todas nuestras acciones nacen de pensamientos: rituales,
dogmas, religión, conducta, nacionalidades, moral, tradicio-
nes… ¿No son acaso inventos del pensamiento?
Uno es lo que piensa que es y todo lo que somos es el resul-
tado de lo que hemos pensado.
Los deseos también son un tipo de pensamiento y momen-
to a momento son los que nos guían automáticamente. El
deseo comienza cuando el pensamiento crea la imagen de
lo deseado. ¿Es posible que el pensamiento no intervenga
inmediatamente creando la imagen?
El pensamiento no sabe del momento presente, ni sabe bien
de lo que se está hablando, por esto no se accede a él a tra-
vés del pensamiento, sino a través del no pensamiento.
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El pensamiento no conoce la parte sutil del momento pre-
sente. Como dijo en una conferencia Ekhart Tolle, el presente
es un estado de alerta sin contenido, sin objetos físicos ni
mentales. El ahora es el espacio que está entre los pensa-
mientos. Los pensamientos son útiles para algunas cosas
básicas, pero nada más. La vida está justo ahora, pasado y
futuro son sólo pensamientos.
En sánscrito kal o kala quiere decir tiempo, también significa
muerte. No es que uno mata el tiempo, sino que es el tiempo
quien lo está matando a uno.
El ahora sucede sin la interpretación de la mente, ya volve-
remos a esto cuando veamos sujeto/objeto en el capítulo
correspondiente. Sin pensamiento ocurre el verdadero mo-
mento eterno, sin pasado ni futuro.
En Oriente se es testigo, en Occidente se analiza. Ellos dicen
no interferir con la mente o Antahkarana, sino mirarla desde
arriba, pues para interferir hay que introducirse en la misma
mente y no se le puede ganar a la mente con la mente, pero
sí separarse de ella y, como si perteneciera a otra persona,
evaluarla, criticarla y ser conciente del ahora.
La mente es limitada, pues su existencia pertenece solamen-
te a una porción del tiempo y espacio. Como dice Rudolph
Steiner en un terrible sutra:
“La percepción de algo lo da lo que yo piense de ello.”
La situación es que fuera del pensamiento nada puede ca-
racterizar a la realidad como tal. Motivo e impulso, atención
e intención: sankalpa. El poder y la energía para la acción. El
motivo es la causa determinante y momentánea del querer,
aquello a lo que le preste atención será alimentado y crecerá,
mientras que lo restante se irá marchitando. La intención es
el impulso, un factor determinante permanente del individuo.
Los pensamientos van tan rápidos que nos parece que po-
seen continuidad. Esa unión entre pensamiento y pensamien-
to que los hace parecer continuos pocas veces se detiene:
cuando dormimos sin sueños y, concientemente, en aquellos
momentos sublimes de la vida como llegar a una preciosa
meta, sentir un hermoso orgasmo o ser partícipes de una
66
actitud gloriosa. También ocurre cuando nos adentramos en
cuestiones cuánticas como la telepatía, el sincrodestino, la
intuición y la meditación.
La mente manas automatiza absolutamente todo en la vida: co-
mer, caminar, trabajar... y lo hace tan eficientemente que convier-
te nuestras acciones en algo mecánico, al punto que ya no sen-
timos la gran mayoría de las acciones que hace nuestro cuerpo.
¡Pero atención! No estoy diciendo que la postura sea renun-
ciar a la mente, sino tan solo darle el lugar de herramienta
que le corresponde.
¿Nadie piensa que tal vez los pensamientos puedan apoderarse
de uno? En verdad esto ocurre, ya que si bien se desarrollan en la
mente, pueden tener vida y presencia propia sin nuestro control.
Algunos pensamientos y actitudes son tan repetitivos que los
sabios hindúes explican que trazan una huella en la mente
en la cual se termina cayendo inevitablemente (prejuicios,
ira, adicciones). Una vez afuera de este surco hecho de repe-
ticiones, podemos llegar a darnos cuenta de su existencia y
prometernos nunca más volver a caer en él... promesa válida
obviamente hasta la próxima caída. Mientras no se rellene
ese surco volveremos a caer en él, el relleno está a cargo de
la conciencia y el autoconocimiento.
Las escrituras Védicas llaman samskaras a esas huellas, im-
presiones, surcos o improntas que trazamos a nivel mental
por tanta repetición; literalmente samskara significa “fluir
juntos”. Los samskaras parece que tuvieran vida propia y es
difícil deshacerse de ellos.
Los pensamientos repetidos, la reacción, el cigarrillo, los com-
portamientos automáticos, la ira, son todos samskaras y al querer
dejarlos se lucha contra el impulso de ir hacia esa misma ruta.
Lo que ocurre es que nosotros no utilizamos la mente, sino
que la mente nos utiliza a nosotros. La mente como amo es
una déspota, pero como esclava una gran amiga, al igual que
su contracara el tiempo. El Ayurveda propone ir un paso más
allá del pensamiento cotidiano hasta encontrar la solución
en el buddhi o intelecto, como veremos más adelante.
La mente carece de conciencia si no es despertada por el
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Ser. El Ser es alma y su lenguaje es cuántico: telepatía, intui-
ción, sincronicidad, clarividencia, etc.
Ahora bien, antes mencioné que si sabemos qué pensamos quie-
re decir que nos damos cuenta de ello, por lo tanto significa que
no somos nuestros pensamientos. De lo contrario, no nos da-
ríamos cuenta de que pensamos. Al darnos cuenta de algo que
hacemos, significa que no somos eso. Si nos damos cuenta que
estamos pensando, es que hay algo detrás del pensamiento; es
decir, que hay un sujeto detrás del objeto que es el pensamiento.
No es lo mismo pensar, que saber que se piensa. Yo no soy mis
pensamientos, ni puedo ser nada concreto o abstracto que yo
pueda percibir. En lugar de identificarnos con la mente, po-
demos observarla desde afuera, como el instrumento que es.
La memoria y la imaginación son procesos mentales y con-
forman el denominado tiempo. El tiempo es la mente en pa-
sado y futuro, mientras que la vida es ahora. El único momen-
to donde puede ocurrir un cambio es ahora, ni en el pasado ni
empezando el lunes que viene.
El corazón late lo mismo que la mente. Nuestras iras, peleas, mie-
dos, envidias y rencores salen expulsados del corazón en cada áto-
mo de nuestras células, a quienes enfermamos a continuación.
Le mente no acepta lo que es y una de las definiciones de in-
teligencia, simple y fuerte a la vez, es: la capacidad de adap-
tación (lo que es igual a aceptación, que no debe ser confun-
dida con sumisión o resignación).
La mente nos ha dado tecnología y confort, pero se ha adue-
ñado de nuestro verdadero Ser, somos tan solo nuestros
pensamientos. Nos da alimento y placeres, pero no alegría
per sé, sin nada a cambio.
Por encima de la mente e incluso por encima del corazón,
está el Ser, el verdadero Yo, el Atman hindú, el alma o como
se la quiera llamar.
El Ser es conciente, sencillo e inocente, sabe pero no piensa.
La conciencia no duda ni tiene dualidad, todo lo contrario en
cuanto a la mente que pocas veces se enfoca realmente en lo
que hacemos (hablamos y no escuchamos, comemos viendo
tele, manejando o hablando de negocios: mi cuerpo está acá,
68
mi mente está allá y yo, además, hago otra cosa).
Para los Vedas, el ser humano es ser humano pues tiene la
capacidad de discernir. El tigre no puede elegir, nació tigre y
su dharma o acción correcta es matar para vivir. No me ima-
gino a un tigre de Bengala con esos dientes, deshojando un
alcaucil o rumiando brócoli. Si bien el hombre es omnívoro,
tiene la capacidad de decidir qué es correcto comer, si tiene
que matar animales para vivir o si puede convivir con ellos
sin lastimarlos.
La mente no está sola, sino que se encuentra fundida ener-
géticamente con el cuerpo, el pasado, el futuro, lo transper-
sonal, la memoria, el espíritu, el cosmos y, en definitiva, todo.
El Ser es la conciencia espiritual.
Experiencia viene del latín experientia: conocimiento que se
adquiere gracias a la práctica y la observación. La experien-
cia es la madre de la ciencia y la concentración mental es el
primer poder de la mente.
De allí parte la conciencia, el autocontrol, el autoconocimien-
to, la autoobservación, la autocorrección, todas herramientas
para separarse de la mente. Todo parte del tratamiento de la
situación; lo que importa no es el pensamiento elevado, sino
lo que se hace con él.
No somos la mente ni el cuerpo, somos mucho más que eso.
No estamos en nuestro cuerpo, sino que nuestro cuerpo está
en nosotros, nos es prestado.
Nuestra mente es muy volátil y volátil es el viento, que es su
elemento. La mente no está en movimiento, “es movimiento”
y si no hay movimiento, no hay mente ni pensamiento.
Nuestra realidad se desarrolla acorde hacia donde nuestros
pensamientos están dirigidos. El sufrimiento viene de los pen-
samientos. La emoción no es otra cosa que un pensamiento
muy rápido y reactivo. Cabanis dice que el cerebro secreta pen-
samientos así como las glándulas salivares secretan saliva.
Además, creemos que es verdad cada uno de nuestros pen-
samientos, los asimilamos corporalmente y creamos así un
círculo vicioso. Desde ya que existen también los pensamien-
tos positivos, la oración, el rezo, la palabra bien usada, etc.
69
Pensar es agregar tiempo lineal y ningún animal sabe de
tiempo lineal, sino de estaciones cíclicas, pues carecen de
mente, con su tiempo y sus pensamientos.
El tiempo que vivimos comúnmente es lineal, empieza en el
nacimiento y termina en la muerte. El tiempo circular es el de
las estaciones, otoño-invierno-primavera-verano y de nuevo
el otoño. El tiempo en espiral. Es el de la vida y la naturaleza,
pues en sí mismo es circular pero a la vez es creciente. 
A veces, cuando estamos concentrados en algo (el fuego, la
Luna, algún trabajo placentero, el deporte) el tiempo se de-
tiene. Estamos totalmente en el objeto y sabemos todo lo que
pasa. No necesitamos pensar ya que somos concientes.
Cuando la mente (el pensamiento) calla entonces el tiempo
se detiene. En este momento sin pensar, ¿dónde están el pa-
sado y el futuro? En ninguna parte, sólo existe el momento
presente, lo otro es una mera proyección mental. Así no hay
tiempo, no hay muerte. Ser hijo del momento es ser inmortal.
El hombre es el único animal que sabe que se va a morir
pues tiene mente, pero si esa certeza no es aceptada, aca-
ba transformándose en un problema. Quien tiene miedo de
morir también tiene miedo de vivir, ya que vivir y morir son
inseparables, no existe lo dual.
La memoria es tiempo petrificado, el recuerdo del pasado es
en sí mismo una experiencia presente, sé del pasado sólo en
el presente y como parte de él. Solamente son recuerdos en
una experiencia presente. Asimismo, el futuro o la anticipación
es un hecho presente. La totalidad del tiempo es aquí y ahora.
El ahora no forma parte del pasado ni del futuro, está más allá
del tiempo, es eterno. Este instante en el que estás leyendo este
texto, no forma parte del tiempo. Ahora sí, si lo estás pensando.
Por eso digo que lo que vivimos es en realidad el futuro. El
pasado ya no existe, el presente es atemporal, eterno, se vive,
no se puede hablar ni pensar en él, somos en él, entonces
cada cosa que hacemos, ese es el futuro. Y empieza ya.
Cuando no hay pensamiento no hay fronteras entre el obser-
vador y lo observado. “Estoy” en el presente pero no pienso
en él, pues para pensar se necesita espacio y si estás en el
70
presente, la mente ya no está allí, no puede alterar el pasado
(psicoanálisis o, como sería mejor llamarlo, cronoanálisis) ni
predecir el futuro (astrología). Sin embargo, es lo que hace
constantemente sin parar.
Por su lado las emociones son otra forma de pensamiento.
Si uno observa profundamente se da cuenta que todas las
emociones vienen de la mente y uno se identifica con ellas,
cuando en realidad vistas desde cierta distancia se vuelven
apenas una actividad específica del complejo mental.
Las emociones son tan mentales como los pensamientos y
esa es la razón por la cual uno puede volverse emocional con
mucha facilidad. Las emociones impulsan a reaccionar y no
a responder. La reacción es dominada por la otra persona,
proviene de afuera y está condicionada. Las emociones son
muchas veces la raíz de nuestras dolencias.
La idea del pensamiento hindú no es controlar la ira sino
transformarla. Controlar indica reprimir, pero no se trata de
tener control sobre los sentidos, sino maestría en los sentidos.
Veamos los principios mentales de Hermes (Hermes el Tris-
megisto, “tres veces grande”, 520-415 a.C) que resuenan con
los Vedas (algunos autores señalan a los Vedas como fuente
del conocimiento hermético).
Hermes es considerado Padre de la Sabiduría, fundador de
la astrología y descubridor de la alquimia. Toda su enseñan-
za se mantuvo guardada en forma secreta para la gente co-
mún y únicamente fue revelada a unos pocos elegidos, de allí
proviene el concepto “herméticamente” guardado. Algunos
dicen que vivió más de 300 años y los egipcios hicieron de
Hermes otro de sus dioses, al que llamaron Thot.
Originalmente, todos sus conocimientos se transmitieron de
boca en boca, sin que existiera material escrito alguno, tal
como ocurrió con los Vedas. Luego se inició la recopilación
de estas enseñanzas en un conjunto de sutras y máximas, en
el libro llamado El Kybalión (es una palabra de resonancia
hebrea que significa transmisión y recepción) que fue escrito
por tres iniciados y consta de una serie de máximas que lue-
go eran explicadas y ampliadas.
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Según El Kybalión los principios de la verdad son siete:
1. Principio del mentalismo
2. Principio de correspondencia
3. Principio de vibración
4. Principio de polaridad
5. Principio de ritmo
6. Principio de causa y efecto
7. Principio de generación
El conocimiento y la puesta en práctica de los siete principios
permite ingresar en otra dimensión de vida. Cada problema
surge como resultado de haberse quebrado el cumplimiento
de alguna de las leyes del universo. Estas leyes o principios
se encuentran operando constantemente, seamos concien-
tes de ellas o no.
Entonces, tal como hacen los Vedas, El Kybalión sostiene que
el ser humano sufre por una sola razón: la falta de conoci-
miento. Las personas crean sus problemas por no entender
el funcionamiento de la vida. La falta de información las lleva
a cometer errores que luego se transforman en dificultades.
El Kybalión afirma que “cuando el oído es capaz de oír, enton-
ces aparecen los labios de la Sabiduría” o lo que es lo mismo,
“cuando está preparado el alumno, aparece el maestro”.
Cada uno vive en su propia aura, en la energía que uno mis-
mo genera. Veamos el primer principio:
1. Principio del mentalismo
”El todo es mente; el universo es mental”. La única realidad
que existe y que se oculta detrás de todo, es la mente. El
universo es una creación mental y depende del observador.
Los hindúes dicen que vivimos en vikalpa, una construcción
mental de lo que es la vida.
Uno de los primeros eslabones en la cadena de la naturale-
za para la filosofía Samkhya que veremos luego es la mente
universal (mahat).
A pesar de las grandes diferencias culturales y religiosas que
existen en el mundo, Dios es uno solo y es el mismo para todos. 
De acuerdo con esto, en el universo hay una sola mente y abso-
lutamente todo lo que existe está comprendido dentro de ella.
72
Cada una de las cosas que vivimos depende de nuestro pen-
samiento, la gran diferencia está en nuestra propia mente, en
su manera de percibir el mundo. 
De acuerdo con el principio del mentalismo: “Todo lo que ele-
gimos pensar y creer es lo que se va a manifestar en nuestra
vida”; por lo tanto, debemos ser extremadamente cuidadosos
respecto de lo que aceptamos como una “creencia” y por ello
es importante seleccionar muy bien las fuentes de informa-
ción. “Lo que uno piensa y siente, lo trae a la forma”.
En donde está el pensamiento, ahí va el resto del cuerpo.
Nuestros pensamientos, acciones y conocimientos decidirán
nuestro futuro. No ven nuestros ojos, sino nuestros pensa-
mientos.
Los pensamientos son objeto.
2. Principio de correspondencia
Dice textualmente: “Como arriba es abajo; como abajo es arri-
ba”. Este principio nos permite entender lo que ocurre en el
resto del universo conociendo solamente una de sus partes.
En cada parte está el todo según la teoría cuántica.
Cuando llevamos este principio al nivel humano, podemos
modificar las palabras y decir: “Como adentro es afuera;
como afuera es adentro”. Todo lo que sucede alrededor de
una persona refleja lo que le está ocurriendo por dentro.
Ya desde mucho antes, en los Vedas se decía: “Así como es el
átomo, es el universo, así como es el microcosmos es el macro-
cosmos, así como es la mente humana es la mente cósmica”.
Es menester para nuestro equilibrio que nuestro ritmo inter-
no esté en sincronismo y armonía con el ritmo externo.
Entonces, según este principio, si en un momento determi-
nado se está deprimido, angustiado o preocupado, arreglarse
físicamente o mejorar el aspecto personal externo, inmediata-
mente, influirá en el estado interno. Análogamente, si nuestra
vida es muy caótica y problemática, conviene comenzar por
poner en orden el escritorio, el guardarropas o el dormitorio.
Según este principio, el orden en lo exterior ayudará a en-
contrar el orden en el interior y viceversa. Por eso, los sabios
ya sabían que el camino más corto para la exploración del
73
cosmos era mediante el viaje hacia el interior del hombre:
“Conócete a ti mismo y conocerás el universo”.
Cambia el pensamiento y sanarás tu cuerpo. La mente sigue
al cuerpo, el cuerpo sigue a la mente.
3. Principio de vibración
Todo se encuentra en un continuo movimiento, en una con-
tinua vibración y transformación. En el universo, donde vivi-
mos, no existe nada que esté totalmente firme o estable.
Según este principio, nunca es conveniente aferrarse a una
vivienda, una pareja, un trabajo, una amistad, a cualquier ob-
jeto o circunstancia con el que nos sentimos seguros. Lo más
probable es que tarde o temprano cambie, porque en el uni-
verso no existe nada que se encuentre inmóvil.
Esto no significa alejarse de la casa, familia, trabajo o pareja,
sino más bien estar atento y predispuesto a cambiar y adap-
tarse a una nueva situación si fuera necesario.
El principio de vibración nos enseña la ley universal que
dice que “Las energías iguales se atraen, vibran en resonan-
cia”.  Esto es muy similar también al Ayurveda que dice “lo
similar incrementa lo similar”.
De esta manera, cada uno se rodea de gente y lugares que es-
tán vibrando en la misma frecuencia. Los grados de intensidad
vibratoria resultan del plano en que nos encontramos. Vibra-
ciones bajas para el cuerpo físico, vibraciones medias para el
cuerpo mental y altas para el espiritual. Cuanto más elevado es
el grado de vibración, tanto más elevado es el plano (o cuerpo).
Entonces, en el universo existen tres niveles elementales de
frecuencia: baja, media y alta. Para los hindúes son Tamas,
Rajas y Sattvas (ver el capítulo sobre las gunas).
Las mentiras, las quejas, las críticas, los gritos, las malas pa-
labras, el “no”… inclusive los pensamientos negativos, tienen
una vibración muy baja y afectan tanto al ambiente como a
las personas, ya que somos hologramas y en cada parte está
el todo. Según las sagradas escrituras Vedas, son vibraciones
que permanecen en el espacio y siempre vuelven en alguna
medida (karma). La vibración de una palabra (pensamiento,
acción) nunca muere, recorre todo el espacio rebotando, vol-
74
viendo. La palabra puede curar, crear, pero también dañar.
4. Principio de polaridad
El principio de polaridad dice textualmente: “Todo es doble;
todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos; los semejan-
tes y los antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénti-
cos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se
tocan ya que todo es circular; todas las verdades son semi-
verdades; todas las paradojas pueden reconciliarse”.
La idea es aprender a pararnos en el medio, lo correcto es el
camino del medio, y formar uno solo, sin extremos y esto se
corresponde con las enseñanzas Védicas.
Tal como lo afirma El Kybalión, los opuestos son lo mismo
(cuando amamos, también odiamos). Al armonizar los opues-
tos, encontramos la unidad en todo.
La diferencia que percibimos entre polos opuestos no es real.
Lo que existe en esencia es la unidad.
El amor y el odio no son opuestos sino las caras de la misma
moneda, ambas son energías intercambiables. Lo esencial
es que sin la noche no podríamos llamar día al día. Comprar y
vender son diferentes pero inseparables. De la misma mane-
ra los opuestos comparten una identidad implícita. El opues-
to o tu supuesto enemigo no debe ser negado sino absorbido,
y así estar en armonía, formando parte del todo.
En la teoría de la relatividad los conocidos opuestos (reposo-
movimiento) son indistinguibles. Cada uno es ambos, al igual
que tiempo y espacio, los opuestos se originan simultánea y
recíprocamente. Siempre que pienses en compasión, pensa-
rás en crueldad. No se puede pensar en la no violencia sin
pensar en la violencia, así como no se puede pensar en cas-
tidad sin pensar en el sexo. Docente-alumno, es la misma
cosa, no hay uno sin el otro. Niels Bohr decía que una gran
verdad era aquella cuyo opuesto era asimismo verdad.
De ahí que el principio de polaridad sostiene que todas las
verdades son semiverdades. En pocas palabras, esto signi-
fica que nadie en el planeta Tierra es poseedor de la verdad
completa, sino que todos tenemos nuestra cuota de verdad.
Cuando uno dice “sí”, significa que también hay un “no”, sino,
75
el “sí” no existiría.
Debe existir un equilibrio entre el dar y tomar. Si uno no da
(ciencia, dinero, amor, etc.) se asfixia con lo tomado, si se sus-
pende el dar no hay cabida para ninguna entrada. Se recibe en
la medida que se da. Si no estoy vacío, no puedo recibir nada.
La filosofía Vedanta (tanto dvaita como advaita: dual o no
dual) que veremos luego, habla, precisamente, sobre la dua-
lidad y los polos.
5. Principio del ritmo
El principio del ritmo dice textualmente: “Todo fluye y refluye;
todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende
y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de
su movimiento hacia la derecha es la misma que la de su
movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación”.
Es la inspiración y la espiración, purak y rechak para el Ayurveda.
Inhalar es inspirar (es vida, es lo primero que hacemos al nacer:
“está inspirado”, “tuvo una inspiración”, etc); espirar es exhalar
(el relax, la muerte, lo último que hacemos en nuestra vida).
Todo movimiento participa del ritmo, es inevitable, de un polo luego
va al otro ya que el péndulo universal está siempre en movimiento.
Este principio está muy relacionado con el anterior: el princi-
pio de polaridad. En cada punta del péndulo podemos ubicar
uno de los polos opuestos y así vemos claramente cómo os-
cilamos de un extremo al otro, qué ritmo le damos.
El Kybalión define a este ritmo como compensación “la me-
dida de oscilación hacia la derecha, es la misma que la osci-
lación hacia la izquierda, el ritmo es la compensación, ocurre
en todos los planos. El ritmo puede neutralizarse mediante el
arte de la polarización.”
La naturaleza nos recuerda este movimiento rítmico de mu-
chas maneras: el ritmo de nuestro corazón, la respiración,
las olas del mar, las mareas, el cambio de estaciones, el día
y la noche. En definitiva, la vida misma presenta un ritmo
circadiano (que es un ritmo perteneciente o relativo a un pe-
ríodo de aproximadamente 24 horas y se aplica a los fenó-
menos biológicos que ocurren rítmicamente alrededor de la
misma hora, como la sucesión de vigilia y sueño).
76
El planeta Tierra, como todo en el universo, tiene su ritmo. No
solamente gira en su órbita alrededor del Sol sino que también
gira sobre su propio eje. Además, la Tierra tiene su ritmo inter-
no, su balanceo y su inclinación, que nos da el invierno y verano,
gobernado en gran medida por la influencia de la Luna. En defi-
nitiva, todo el universo tiene su ritmo, su cadencia, su armonía,
su propio ritmo y las actividades, los trabajos, las relaciones…
cuando uno aprende a fluir con ese ritmo, no sufre.
Hay siempre un ritmo que se traduce a una acción y una reac-
ción, un avance y un retroceso, una elevación y un hundimien-
to, un incremento y un decrecimiento manifestados en todas
las partes y fenómenos del universo. Soles, mundos, hombres,
animales, plantas, minerales, fuerzas, energía, mente y mate-
ria, e incluso el espíritu, manifiestan este principio.
Todo lo que tenga contorno y forma, tiene ritmo, oscila de la
acción a la reacción, del nacimiento a la muerte, de la activi-
dad a la inactividad, y entonces de vuelta recomienzan.
El tiempo no es lineal sino que vibra circularmente, verano,
otoño, invierno, primavera y de nuevo el verano.
No hay tal cosa como el reposo absoluto, todo movimiento
participa del ritmo.
Puede ser aplicado a todas las fases de la actividad humana.
Hay siempre oscilación rítmica de un polo al otro.
6. Principio de causa y efecto
El sexto principio metafísico es uno de los más difundidos y
dice textualmente: “Toda causa tiene su efecto, todo efecto
tiene su causa; todo sucede de acuerdo con la ley”.
Ya los hindúes hablaban de karma (la acción y su efecto)
hace miles de años.
Jesús también decía: “uno cosecha lo que siembra”.
Absolutamente todo lo que estamos viviendo en el presente
ha sido generado en algún momento, lo hemos creado ya sea
conciente o inconcientemente en esta o en otra vida, nada
sucede casualmente. Un acontecimiento que sucede, ocurre
como otro acontecimiento anterior.
La suerte es una vana palabra, sin base ni fuerza, existen
muchos planos de causa y efecto, sin tener que entrar en
77
la polaridad del libre albedrío y del determinismo (¿puedo
hacer lo que quiera o lo que hago está subordinado a la vo-
luntad divina?). Cuando decimos que algo nos sucede por
casualidad, sólo estamos refiriéndonos a una ley que desco-
nocemos, pero en realidad era un evento que nos tocaba vivir
porque lo habíamos generado de alguna manera.
El karma es un término sánscrito que significa acción, ya sea
una acción física o mental: el pensamiento es karma mental.
El karma es la suma de nuestras acciones presentes, pasa-
das y futuras y no solo significa acción sino acción más su
consecuencia, el fruto de esa acción.
El karma puede ser cortado con actos espirituales. Cuando
vivimos de acuerdo con los principios espirituales, podemos
disolver los karmas pasados, pero sucede que nuestra mente
busca siempre la felicidad en el exterior, en personas, obje-
tos, fechas o lugares, cuando todo eso es pasajero y la verda-
dera felicidad plena está dentro de nosotros.
En Occidente decimos “es mi destino”; en Oriente “es mi kar-
ma”; el alma registra las experiencias dejando una semilla
de información energética vibratoria, luego deja el cuerpo fí-
sico y regresa con su semilla a otros cuerpos físicos, hasta
que se termina fundiendo en vaya a saber dónde… (nirvana
budista, moksha hindú). Por eso existen abordajes transper-
sonales de vidas pasadas.
7. Principio de generación
El principio de generación dice textualmente: “La generación
existe por doquier. Todo tiene sus principios masculino y femeni-
no.”, que para el Ayurveda se corresponden con purusha y prakriti.
Generación viene de generar, crear, producir; con respecto a
la creatividad, lo que nos dice El Kybalión es que para crear
algo nuevo, es necesaria la conjugación de dos energías: la
masculina y la femenina. Si esta conjugación no se da, enton-
ces no se produce la manifestación.
Este principio está muy relacionado con el de polaridad y
habla de dos energías opuestas, pero se diferencia porque
se refiere exclusivamente al proceso de creación. El hombre
tiene dos lados, dos hemisferios cerebrales, izquierdo y de-
78
recho. Es necesario usar ambos sino estaríamos en un sólo
polo, no en el camino del medio, y el otro se atrofiaría. Este
principio no tiene que ver con el sexo únicamente, el sexo es
una de sus manifestaciones, pero es sólo aplicable al pla-
no físico. Este principio es mucho más que eso, más allá de
nuestro sexo, todos somos portadores de energías masculi-
nas y femeninas y tenemos que lograr la perfecta conjuga-
ción de éstas para estar en armonía con la vida.
Meditación: dhyana
La meditación empieza donde termina la mente.
No es profundizar ni concentrarse en nada, eso es dharana;
meditación es precisamente la ausencia de pensamiento o
agitaciones mentales.
Allí desparece el ego, desaparecen los pensamientos, emo-
ciones, sensaciones, la dualidad sujeto-objeto y en su lugar
está el Purusha, lo no dual o advaita, el silencio cósmico, la
vibración primal AUM (Om), el espíritu, Brahman, Dios.
Allí no hay pensamientos, sólo vacío conectado con el espí-
ritu, es decir con la energía y la inteligencia en un estado
sutil energético de resonancia con el universo. La verdad es
el silencioy nunca el pensamiento.
Es tener la intención y atención orientada a tratar positiva-
mente de sintonizarse con las energías del infinito por medio
del abandono y del no esfuerzo.
Hay tantas definiciones como autores y meditaciones: “la
meditación de la llama” (con ojos abiertos concentrado en
una llama u otra cosa), la “Dinámica” de Osho, la “Catártica”,
la budista “Vipassana” (visión cabal y plena de la mente), la
“Meditación abstracta”, la “Meditación trascendental”, la “Me-
ditación visualización”, etc.
Se puede meditar caminando, comiendo, corriendo, trabajan-
do e incluso procreando (tantra). La meditación permite el
diálogo con la conciencia cósmica, donde la mente está en
libertad y ha trascendido los deseos, ilusiones o engaños.
No muchos años atrás, su práctica no era necesaria. Normal-
mente, durante el día la gente meditaba, no usaba su men-
te. Hasta hace unos 200 años el nieto hacía lo mismo que
79
su abuelo, no había tanta información y existía mucho más
tiempo libre. Se respetaba más al viejo pues podía transmitir
y enseñar siempre. Hoy todo cambia cada día. Se aprende
algo nuevo a cada minuto pero no lo esencial, no lo profun-
do. Conocemos más juegos, Internet y mucha basura virtual.
Antes no hacía falta meditar pues se vivía con la mente en
blanco. Hoy se muere sin jamás haber tenido la mente en
blanco o sin pensar (excepto cuando dormimos).
El cerebro mismo está infinitamente conectado con el uni-
verso, entonces parar los pensamientos (meditar), es escu-
char al universo. Meditación tiene el mismo origen que la
palabra medicina.
El Mandukya Upanishad habla de cuatro estados de conciencia:
Jagrat avastha: estado de vigilia (Vaishvanara).
Swapna avastha: sueño con imágenes (Taijasa).
Sushupti avastha: sueño profundo sin imágenes oníricas (Prajna).
Turiya: samadhi, moksha, nirvana, buddha.

Veamos esta imagen del AUM (leer “om”), sigla que casual-
mente coincide con las iniciales de Ayurveda Universidad
Maimónides (lugar donde co-dirijo el postgrado de Medicina
Ayurveda para profesionales de la salud). La curva superior
izquierda de lo que parece un tres, es la vigilia (jagrat: mente,
cuerpo y alma en acción), la grande de abajo a la izquierda
es el sueño (swapna: mente y alma en acción), la de abajo a
la derecha es el sueño profundo (sushupti: solo el alma), la
rama que se desprende arriba a la derecha es maya, el velo
80
de la ilusión o autoengaño, los deseos y aversiones del ego;
el punto superior es el cuarto estado mental (turiya), que es
la conciencia, el alma, el estado trascendental o de liberación
(samadhi de los yogis, nirvana del budismo, moksha hindú,
buddha o iluminado).
“A” representa el plano físico.
“U” representa el plano mental y los planos astrales, el
mundo de los espíritus, todos los cielos.
“M” representa el estado de sueño profundo, y todo aquello
que es desconocido aún en estado de vigilia, todo aquello
que está más allá del intelecto.
También representa los tres cuerpos, los tres doshas, y
como vimos los tres estados de la mente que deben atra-
vesar los deseos, las ilusiones, las posesiones y el ego para
llegar al turiya o cuarto estado mental.
Para la Vedanta existe un estado más allá del cuarto estado
o turiya, llamado turiyatita, es un quinto estado o no estado
de la conciencia que es el silencio sublime, el abandono
total del cuerpo y la mente a voluntad.
El AUM es la base (semilla o bija) de toda recitación o
mantra y es un mantra en sí mismo ya que al pronunciarlo
vibramos con la frecuencia del espacio. Es el sonido del
universo del que nace la sinfonía de la creación.
Mantra es una palabra de origen sánscrito que está forma-
da por los términos manas y trayate que se traducen como
mente y liberación, de ahí que se dice que un mantra es un
instrumento para liberar la mente del flujo constante de
pensamientos que la confunden.
Lo que hacemos al evocar el AUM, es celebrar un vínculo
forjado a través de generaciones, un vínculo que nos conec-
ta con nuestros primeros ancestros.
Un mantra puede ser una sílaba, una palabra, un sutra (recorde-
mos significa máxima, aforismo) que al ser recitado y repetido,
va llevando a la persona a un estado de profunda absorción.
Aunque también es verdad que el solo hecho de repetirlo,
no hace oírlo y se requiere un estado elevado de vibración,
también es muy lindo repetirlo en silencio.
81
En el sistema yóguico, este poderoso mantra es el estímu-
lo y la semilla de todos los chakras, en especial del sexto y
séptimo. Los mantras transmiten curas sutiles y energéticas,
y el v es el mantra de mayor fuerza, hasta su símbolo trans-
mite sensaciones y vibraciones; los hindúes lo utilizan no solo
como un símbolo de la meditación, sino también como un
símbolo de la paz y del amor. Los símbolos adquieren poder
a medida que uno los conoce. Así nos damos cuenta de que
todos los símbolos sagrados están interconectados.
Si medito hacia adentro, me meto en el “yo sujeto” y dejo
todo objeto afuera, es decir mi mente más aquello que entra
por los sentidos. Alcanzo un estado sin pensamientos con
la mente en blanco (mejor dicho en negro, Espacio). Es un
estado no dual, donde hay sujeto pero no hay objeto alguno.
También puedo realizar una meditación no dual en el objeto
sin sujeto (sin mis pensamientos o mi ego), lo que es similar
a lo que ocurre en el cine con una película que nos atrapa y
nos hace zambullirnos en su trama. Soy conciente de todo
sin tener que pensar. También, así sucede al mirar absortos
el Fuego o los otros elementos Agua, Tierra, Espacio y Aire
(por ejemplo, mirando el paisaje de una montaña con lagos).
La meditación es un estado de atención permanente en una
sola dirección, al que atiende o al que es atendido, al obser-
vador o a lo observado.
La mente vive en la duda y en la dualidad sujeto-objeto. No
ve el objeto tal cual es, sino que le agrega su sujeto, o sea lo
que la mente quiere ver.
Entonces, puede ser hacia el sujeto, por ejemplo al sentarme en
estado de meditación, libre de pensamientos, distracciones, nada
que entre por los sentidos y sin ninguna carga mental propia.
Deja de ser dual, no hay objeto.
La meditación puede ser hacia el objeto, dinámica, en vigilia,
en la acción y también libre de pensamientos, por ejemplo
cuando nos quedamos mirando el fuego, o cuando esta-
mos en el cine absortos en una película. Nos fundimos en
el objeto. No pienso, entonces no hay diferenciación. Estoy
atrapado por las acciones en la pantalla, tan metido dentro
82
de la trama que ni pienso, pero sin embargo tengo concien-
cia de todo lo que pasa en la película, sin agregarle nada
mío. Me concentro en la película y desaparezco. ¿Dónde está
el tiempo?, ¿quién soy?, ¿quién es el que experimenta? Esto
es muy interesante: soy consciente de todo lo que pasa en
la película y sin embargo no pienso en nada.
¿Qué pasaría si pudiéramos ir de un objeto a otro en la vida
cotidiana de la misma forma que cuando estamos absortos
en el cine, sin agregarnos a nosotros sujeto y ser concientes
de todo lo que ocurre?
En el presente sin pensar se diluye la separación del sujeto
con el objeto, el observador con lo observado. El presente
diluye las fronteras y es ilimitado.
No es el presente el que escribe o lee.
Entonces, meditación es estar atento al presente, ya sea
desde el sujeto o el objeto, pero no los dos a la vez.
Meditar no es luchar contra los pensamientos que aparecen
sino ser testigo de ellos, observarlos pasar mientras con los
ojos cerrados sigo atento al aire que entra y sale, contem-
plando ese negro vacío mental de paz y entrega que existe
entre los pensamientos.
La meditación no debe ser forzada sino sentida, tampoco es
solemne. La mejor actitud facial, durante la meditación, para
relajar la musculatura de la cara es insinuando una sonrisa.
Los pensamientos seguirán, pero tarde o temprano se lo-
gran esos momentos de gloria donde no hay nada, tan solo
el vacío mental. Y un buen día, sin esfuerzo, uno permanece
en esos vacíos plenos durante quince minutos o media hora.
Pero ¡cuidado!, el fin de la meditación es transformarla en
un estilo de vida, ya que puedo estar horas en silencio, pero
eso no sirve de nada si en las actividades de mi vida diaria
sigo siendo tan violento o hipercrítico como antes.
Muchos dicen meditar todos los días, hacer Yoga y ser vege-
tarianos, pero en su actitud mental y en la vida cotidiana no
se refleja ningún cambio, entonces… ¿de qué sirve?

83
VI. El Intelecto
“Aprender es cambiar de opinión”

La palabra sánscrita para definir la inteligencia es buddhi,


también traducida entre otras cosas como intelecto y sabidu-
ría. Intelecto viene del latín intus, dentro y legere, leer.
El Fuego es el elemento que está detrás del intelecto como
racionalidad y discernimiento, facultad que nos permite perci-
bir y juzgar cosas. Está mediando entre el centro interno de la
conciencia y la mente externa con sus funciones sensoriales.
El Fuego mental ayuda a digerir las cosas y convertirlas en for-
mas más sutiles para nutrir nuestra conciencia. Digiere nues-
tros pensamientos, sentimientos e impresiones y nos permite
extraer conocimiento para la comprensión de la realidad.
Junto con el ego, la mente crea el proceso de autoidentifica-
ción. Se crea la autoimagen “soy-la-idea-de-cuerpo” y resul-
ta en la sensación de separación del “yo”.
El ego, si no es controlado por el intelecto, introduce el prin-
cipio de división, a través del cual la conciencia es fragmen-
tada. Esto mantiene el aspecto subjetivo de nuestro ser
entrampado en alguna cualidad o forma objetiva, haciendo
85
variar la sensación corporal o el estado mental, en el cual
hay cambio y pena.
El ego afecta todas las funciones de la mente, mientras que
el intelecto es la parte de nuestra conciencia que articula la
racionalidad y nos trae la luz para tomar decisiones y deter-
minaciones. En desequilibrio, el ego es la función primaria de
la conciencia dirigida hacia afuera.
La mente y el ego piensan.
El intelecto toma decisiones, aclara y resuelve dudas.
La conciencia actúa correctamente siempre, no necesita pensar.
El intelecto nos indica qué es vidya, el correcto aprendizaje, y
qué es avidya, el falso aprendizaje.
Relacionado con el Fuego, es autoconocimiento, autoindaga-
ción, aprendizaje, educación, conocimiento y juicio. Está por
ende, relacionado con el Agni y es el guardián de lo que entra
por los sentidos. Es quién dice lo que está bien o lo que está
mal, vinculado con el discernimiento o viveka, la aceptación o
santosha y el desapego o vairagya.
Siempre hay que estar vacío para poder llenarse de nuevo
(“hay que sacarlo todo afuera para que adentro nazcan co-
sas nuevas”) y así volver a vaciarse y vivir en un estado de
movimiento continuo, donde la mente sea poca, no estática y
que permita percibir cada día como único y por lo tanto poder
levantarse feliz simplemente por vivir, que ya es un milagro,
y vestirse distinto, desayunar distinto, pensar distinto, hablar
menos, estar más solo, sentir más, ser conciente de cómo
subo al colectivo sintiendo cada pisada.
Cabe aclarar que no soy maestro, ni gurú, ni swami, ni máster
y mucho menos un iluminado. Como otros, tan solo cumplo
lo mejor que puedo con el rol que me toca vivir. Siempre digo
que estamos todos en el mismo barco y que a cada paso,
momento a momento, hay que guiar a la mente y al ego con
nuestro intelecto para que las cosas salgan mejor.
Apenas nos descuidamos, el ego y la mente se apoderan de
nosotros y empezamos a demandar, quejarnos, angustiar-
nos, malhumorarnos, preocuparnos, etc.
A la mente pertenece al saber o conocimiento inferior (apara
86
vidya), mientras que la conciencia es el saber superior (para
vidya). El intelecto es el camino del discernimiento e inteli-
gencia que sirve de puente entre la mente y la conciencia. El
intelecto es el puente.
Como dije antes, el ego predomina por un mal manejo del
intelecto, ya que si no se lo frena a tiempo se apodera de él.
Luego la realidad que nos rodea es percibida a través del ego
ya totalmente distorsionada.
El ego es por lo general quien aprende y diagnostica, no el
intelecto. Si el diagnóstico desde el principio está mal, pues
todo lo que sigue estará mal, por más que se haya empleado
un tratamiento correcto.
La mente para crear necesita Espacio y, siempre siguiendo al
Ayurveda, el Espacio es el primer elemento, sin él no existe
nada. El Espacio va junto al prana, pero el pobre ser humano
está perdido en el pensamiento, ocupando todo el complejo
mental, no quedando espacio para nada más.
El intelecto es capaz de generar ese espacio gracias a la acep-
tación (“si pasó, conviene”), el discernimiento (elegir con el in-
telecto, natural y correctamente) y el desapasionamiento (ha-
cer lo que corresponde sin medir el resultado), que supone el
desapego mental de todas las conexiones mundanas. Desapa-
sionarse es la ausencia del deseo de gozar de los resultados
de nuestras acciones, ya que se realiza la acción correcta.
El intelecto es el que digiere las experiencias y emociones.
Sin un buen Fuego que divida bien las cosas, la conciencia se
hace lenta y pesada como una indigestión y, como el cuerpo,
la mente debe ser desintoxicada, ya sea por medio del mismo
intelecto, dieta, meditación, Yoga, respiración, relajación, músi-
ca, ayunos nutricionales, de noticias, buenas compañías, etc.
La mente se hace sáttvica (pura, natural, sabia, como explico en
el capítulo sobre las gunas) gobernada por un intelecto hábil,
inquisidor, despierto, discriminador, alerta y vigilante. En el caso
contrario, se convierte en una trampa tamásica (lo más bajo,
inerte, artificial), el mayor enemigo, una gran complicación y la
mayor fuente de todo tipo de problemas y enfermedades.
Cuando a uno se le pide que “siga al maestro”, el “maestro” es
87
su propio intelecto. El Fuego del intelecto existe en la mente
como racionalidad y discernimiento, facultad que nos permi-
te percibir y juzgar cosas.
Cuando se recibe la guía de la voz interna, se puede llegar
a vivir en buenos términos con el mundo externo. Algunas
veces se escucha decir: “Mi conciencia no me lo permite”. La
voz interna, esa es la voz de la conciencia.
El discernimiento del intelecto nos lleva a cambiar y mejorar
hábitos, que de a poco cambiarán nuestro comportamiento,
nuestro carácter y finalmente nuestra personalidad.
Veamos ahora lo que dice el diccionario sobre discernimien-
to. La palabra discernimiento proviene del latín cemere que
significa escoger, en el sentido de seleccionar, separar. El
prefijo “dis” refuerza la idea de división, de escoger. Por lo
tanto discernimiento significa separación, discriminación.
Es el juicio por medio del cual percibimos y declaramos la
diferencia que existe entre varias cosas. Lo que implica tener
“criterio”, es decir una norma, modelo de valores o principios
considerados una autoridad moral (tradiciones, filosofías) o
preceptos (culturales, sociales o religiosos), para conocer la
consecuencia o inconveniencia de las cosas. Se pueden dis-
tinguir dos tipos de discernimiento, el discernimiento bíblico
y el discernimiento filosófico.
El discernimiento bíblico exige tener un modelo de valores
morales, mientras que el discernimiento filosófico puede es-
tablecer de forma arbitraria un patrón de conducta que ayu-
dará a distinguir que es bueno y malo desde el punto de vista
humano prescindiendo de un dios, cuya norma de valores se
basa en la acumulación del conocimiento a partir de la ob-
servación del comportamiento humano, sus motivaciones y
pensamientos; o en la experiencia personal y/o social, a tra-
vés de las fuentes históricas reconocidas como fiables.
Podemos, por consiguiente, ver estos dos aspectos del dis-
cernimiento como aspecto mental y aspecto espiritual.
El primero es una facultad de la mente concreta y se vuelca
hacia el exterior, hacia la personalidad; el segundo también
pertenece a la mente concreta, pero recibe el reflejo de la luz
88
del Yo Superior y se torna hacia el interior, hacia el mundo de
las causas y a veces se eleva hasta el plano de la intuición.
Mientras miremos solo con la mente y los sentidos, no po-
dremos ir más allá de los pensamientos. Es más, conocemos
al mundo y a nuestro cuerpo a través de lo que nos dicen
nuestros sentidos y la mente.
Nuestra determinación de lo que es verdadero y falso, de lo real
y lo irreal, lo bueno y lo malo, lo valorable de lo que no tiene va-
lor, nos viene de esta capacidad profunda de evaluar y de medir.
Los Vedas y los rishis hablan de prajña paradha o error de
base en el intelecto, referido a la creencia en que somos ape-
nas cuerpo físico o mental en vez de identificarnos con el
cuerpo cuántico. Este error de apreciación se debe también
al mal uso de los sentidos, deseos, ignorancias e ilusiones
llamados maya (léase maia), sobre lo cual nos referiremos
más adelante a lo largo del libro. Ilusión, por su lado, según el
diccionario significa “concepto o imagen irreal sugerido por
la imaginación o por engaño de los sentidos”.
El intelecto nos permite saber cuál es el significado de lo que
estamos percibiendo, es quien nos permite correr el velo de
lo que somos en realidad, según afirman los Vedas. Está me-
diando entre el centro interno de la conciencia y la mente
externa con sus funciones sensoriales.
La inteligencia es la parte de nuestra conciencia que articula
la racionalidad y nos trae la luz del discernimiento para to-
mar decisiones y determinaciones.
La diferencia entre la mente y el intelecto es muy sutil, hasta
pareciera que fueran lo mismo, sin embargo se trata de una
diferencia notable.
El intelecto en definitiva es autoconocimiento, conocido como
atma bodha o atma vidya (“conócete a ti mismo”; nosce te ipsum;
decía Sócrates). Va más allá de la persona, el espacio o el tiempo.
El autoconocimiento no está limitado a un maestro, organi-
zación, religión o nivel intelectual, sino que revela la esencia
de las cosas. El autoconocimiento no se obtiene llenándose
de lecturas, sino con la mente en silencio, libre de pasiones,
pensamientos y emociones. El intelecto es la herramienta
89
ideal para abandonar todo condicionamiento impuesto por el
lugar y el tiempo donde nos tocó nacer.
El desapego es otra propiedad del intelecto que conduce fi-
nalmente a la acción correcta. Este intelecto en equilibrio
tiende a hacer lo correcto, o sea lo que está más cerca de
la naturaleza, lo sáttvico. La acción correcta es aquella que
se realiza sin esperar retribuciones, crea armonía en todas
direcciones y fluye con la vida.
Estamos tan condicionados por la mente que no consegui-
mos darnos cuenta, el camino es el autoconocimiento y el
discernimiento. Apenas veo o pasa algo, ya le agrego mi
mente, o sea aquello que yo creo que debería pasar o ser, en
lugar de aquello que es.
Afirman los practicantes del Zen, (meditación en japonés) en alu-
sión a la conciencia, que en el bote hay que remar y guiar conti-
nuamente porque si lo dejamos flotar solo, se irá hacia una orilla.
La Vedanta; tramo final, esencia de los Vedas y parte de la psico-
logía profunda hindú; sobre la que hablaremos en profundidad
en el capítulo sobre filosofía; sostiene que todos los pensamien-
tos tienen origen en la mente del yo o sujeto imaginario.
El propio hecho de percibir muestra que no soy eso que percibo.
El ser humano en lo profundo es conciencia no dual, en rea-
lidad no hay diferencia entre mi mente/cuerpo (sujeto) y el
resto (objeto). Veamos un poco más acerca de la relación
sujeto-objeto (vishayi-vishaya).
Una visión de la Vedanta dice ser advaita, no dual. Creación y
creado son uno, pero al afirmar que hay uno se implica tam-
bién que hay un dos, por eso es no dual. No dos.
Sujeto es mi Ser, mi alma, la conciencia, Yo sin mis pensamien-
tos y sin ninguna aferencia que entre por los sentidos. Yo sin yo.
El objeto a su vez puede ser externo o interno. El objeto ex-
terno es lo que se aprecia por los sentidos (ya sea tacto, vi-
sión, etc.), o sea aquello que veo, escucho, toco, siento o huelo
(todo formado por materia, es decir átomos).
El objeto interno son mis pensamientos, mis emociones, en
definitiva: mi mente. El pensar se produce por intermedio de
neurotransmisores liberados en fórmulas químicas (seroto-
90
nina, adrenalina, endorfinas), que también están formados
por átomos, o sea materia.
Como vimos en el capítulo sobre meditación, pensar sobre
algo agrega el sujeto al objeto y lo hace dual. El pensar, por
su parte, es agregar un objeto (mis apreciaciones, imagina-
ciones, memoria, emociones, etc.) a otro objeto.
Pensar que pensamos es pasado, saber que se piensa nos
lleva al presente.
Volviendo a ese estado de concentración o atención profunda
que tomamos como ejemplo en el cine, donde desaparece-
mos y nos fundimos en la película, estando en el objeto (la
película) pero sin sujeto (mis pensamientos), ¿dónde estoy si
no estoy pensando? O cuando me vuelco al objeto mirando
el fuego, la montaña, etc., en ese momento no hay límites ni
fronteras, es un momento eterno y feliz. En los momentos en
los que me olvido de mí mismo estoy feliz, entonces el verda-
dero momento eterno es el presente con atención profunda,
con concentración.
El presente es una comprensión que se comprende a sí misma.
Cuando uno está compenetrado y concentrado en el deporte
o el trabajo, la situación es distinta en comparación a cuan-
do se está pensando. En el presente sin pensar se diluye la
separación del sujeto con el objeto, el observador con lo ob-
servado. Dice Ken Wilber en La conciencia sin fronteras que el
presente diluye las fronteras y es ilimitado.
Objeto es todo lo que se aprecia por los sentidos más mis
pensamientos.
Sujeto puro es lo que no se aprecia a través de los sentidos,
ya que es mi profundo Yo.
Soy Yo sin pensar, escuchar o sentir, soy ese que está detrás de todo.
Yendo a la sutileza del pensamiento y mucho más allá de lo
que se piense, cuando pensamos agregamos al objeto, pues
dejamos de ser sujetos, en cambio la intuición es puro sujeto,
cuántica, no dual, sin pensamiento u objeto agregado.
Ese es el discernimiento sujeto-objeto, observador-observa-
do, el drg drsya viveka, donde drg es el perceptor, drsya es lo
percibido y viveka el discernimiento, la capacidad de la con-
91
ciencia de distinguir lo correcto de lo incorrecto. También es
conocido como el vyakti, el vyakta, y el avyakta (el observador,
lo observado y el terreno de observación).
Recordemos algunas de las principales características del
intelecto:
- Discriminar entre los objetos y el sujeto u observador.
La primera ilusión a resolver, es la impresión que tenemos
de nosotros mismos, ya que está basada en nuestros pensa-
mientos, por lo tanto en nuestro ego.
- Discriminar al observador de los órganos de los sentidos.
Los sentidos nos llenan de información, pero el observador
detrás de ellos es el mismo. La mente tiende a perseguir de-
seos o a realizar actos buscando resultados.
- Discriminar al observador de los estados mentales.
Los continuos vaivenes de los pensamientos y de estados de
amor o ira, son cambiantes y fluctuantes, pero ¿quién está
detrás de ellos?
- Discriminar al observador del ego.
Aunque se dice que somos el “conocedor” porque conoce-
mos todo, y no lo “conocido” porque no somos conocidos por
ninguna otra cosa, somos el “conocedor” únicamente en re-
lación a los objetos conocidos.
En verdad, lo que se llama “conocido” no está fuera de noso-
tros, en consecuencia somos la realidad que supera a aque-
llos dos (el conocedor y lo conocido). Todas las demás cate-
gorías entran en las clases de conocedor-conocido.
El intelecto nos muestra el camino del autoconocimiento y de
la autoobservación, pero bajo una exquisita y profunda bús-
queda. Se basa en una de las fuerzas del conocimiento que
nos habla de la verdadera realidad del Ser y no de la iden-
tificación con nuestro cuerpo, con nuestro ego, al parecer la
base de todos los problemas.
El creer que somos un nombre, un cuerpo o una profesión,
nos hace poseedores de varias personalidades pero nunca
auténticos. Tenemos una errónea idea de lo que realmente
somos, lo cual termina siendo causa de sufrimiento.
El autoconocimiento no es información externa ni acumula-
92
ción de datos, su esencia libera al hombre, libera el corazón
y nos libera del apego. Como dice Frawley en Astrology of the
Seers, el autoconocimiento trasciende el tiempo, el espacio y
hasta la persona. Es la conciencia que precede toda mani-
festación, ya sea de enseñanza, posesiones, religiones u or-
ganizaciones. Es el conocimiento del verdadero Ser, de quien
realmente somos, que solamente se obtiene cuando la men-
te calla. En el silencio está la verdad.
El intelecto discierne, investiga, busca, analiza profundamen-
te, realiza distinciones entre sujeto y objeto, para luego llegar
a la claridad mental y abandonar todo proceso. Para liberar
a la mente de preconceptos hay que abandonar los pensa-
mientos, ya que nuestros prejuicios manchan nuestra per-
cepción y nuestros pensamientos manchan la acción.
Para el intelecto profundo la apariencia nunca es la realidad
y la realidad nunca aparece. La realidad es una conciencia
interna y nunca un objeto de reexaminación. Para abordarla
hay que transformarse en testigo (sakshin), sin involucrarse en
nada, pues nada es real salvo el conocimiento del propio Ser.
Para los Vedas el verdadero Ser no solo está en uno mismo sino que
ya está presente en el viento, en el fuego, en el Sol, en la Luna. La
persona divina se mueve con todos los pies y ve con todos los ojos.
Sankalpa, recordemos, significa atención e intención, motiva-
ción y voluntad y está referida a manas. Claro que esa aten-
ción mal manejada, o sea, sin intelecto y al comando sólo de
la mente, también es la causante de los huellas cerebrales
en las cuales caemos repetidamente, como la ira, el enojo, el
cigarrillo, el alcohol, la violencia o la reacción.
El intelecto entonces es el camino hacia la autorrealización,
mediante el ejercicio de la comprensión gnóstica (gnosis: co-
nocimiento). Se inclina hacia el estudio de las escrituras, la
razón, el argumento y el debate; concretamente, consiste en
el ejercicio constante de discriminación entre lo irreal y lo
real, entre el sí-mismo y el no-sí-mismo. No hay ningún obje-
to externo que pueda dar la felicidad eterna.
Vimos antes que la expresión real del intelecto toma su sig-
nificado más profundo en la pregunta ¿quién soy? (Yo no soy
93
Fabián, ese es el nombre que me pusieron mis padres. No
soy médico, esa es mi profesión, etc.)
“Es suficiente saber lo que usted no es”, dice Nisargadatta
Maharaj en su libro Yo soy Eso. Dice además:
“Usted no necesita saber lo que usted es. Puesto que, mien-
tras que conocimiento signifique descripción en términos de
lo que ya se conoce, ya sea por percepción, o por conceptua-
lización, no puede haber ninguna cosa tal como conocimien-
to de sí mismo, pues lo que usted es no puede ser descrito,
excepto como negación total. Todo lo que usted puede decir
es: «yo no soy esto, yo no soy eso», usted no puede decir a
sabiendas «esto es lo que yo soy». Eso es una insensatez. Lo
que usted puede señalar como «esto» o «eso» no puede ser
usted mismo. Ciertamente, usted no puede ser otro «algo».
Usted no es nada perceptible o imaginable. Sin embargo, sin
usted no puede haber ni percepción ni imaginación.
Desapéguese de todo lo que torna a su mente inquieta.
Renuncie a todo lo que perturba su paz. Si usted quiere paz,
merézcala. Estudie la prisión que ha construido en torno a
usted mismo, por inadvertencia. Al saber lo que usted no es,
usted llega a conocerse a usted mismo Todo lo que usted
necesita es deshacerse de la tendencia a definirse a usted
mismo. Todas las definiciones se aplican solo a su cuerpo
y a sus expresiones. Una vez que desaparece esta obsesión
con el cuerpo, usted revertirá a su estado natural, espontá-
neamente y sin esfuerzo. La única diferencia entre nosotros
es que yo soy observador de mi estado natural, mientras us-
ted está aturdido. Yo soy real porque yo soy siempre ahora,
en el presente, y lo que está conmigo ahora participa en mi
realidad. El mundo real está más allá del alcance de la men-
te; nosotros lo vemos a través de la red de nuestros deseos,
dividida en placer y dolor, justa e injusta, interior y exterior.
Para ver el universo como es, usted debe ir más allá de la
red que usted mismo se impuso. No es difícil hacerlo, pues la
red está llena de agujeros. Lo que comienza y acaba es mera
apariencia. El mundo se puede decir que aparece, pero no
que es. La apariencia puede durar mucho en alguna escala
94
de tiempo, y ser muy breve en otra, pero finalmente equivale
a lo mismo. Todo lo que está sujeto al tiempo es momentáneo
y no tiene ninguna realidad. Es su mundo lo que usted tiene
en la mente, no el mío ni el de nadie más. La verdadera feli-
cidad no puede ser encontrada en las cosas que cambian y
se desvanecen. El placer y el dolor alternan inexorablemente.
La felicidad viene del sí mismo y sólo puede encontrarse en
el sí mismo. Encuentre su sí mismo real (swarupa) y todo lo
demás vendrá con él. La realidad no es ni subjetiva ni objeti-
va, ni mente ni materia, ni tiempo ni espacio. Estas divisiones
necesitan a alguien a quien acontecer, un centro conciente
separado. Pero la realidad es todo y nada, la totalidad y la
exclusión, la plenitud y la vacuidad, plenamente consistente,
absolutamente paradójica. Usted no puede hablar sobre ella,
usted solo puede perder su sí mismo en ella.”
Nisargadatta Maharaj es uno de los principales seguidores del
Jñana Yoga o Yoga del conocimiento, que enseña el ideal del no
dualismo (relacionado con la Vedanta advaita), donde la realidad
es la unidad y la percepción de incontables fenómenos diferen-
tes es una ilusión básica, como es citado a lo largo del libro.
Los maestros del Jñana Yoga afirman que todas las cosas
son reales en el actual nivel de conciencia, pero en última
instancia no están separadas unas de otras, no hay distinción
entre ellas. Todo es diferente grado de frecuencia, conciencia
o vibración. Soy cuerpo físico, soy célula (unidad consciente
menor de nuestro cuerpo), pero también soy átomo y cuanto,
y a este último nivel todos y todo somos uno y lo mismo.
Por eso el jñani dice no hay que adorar a Dios, ni adorar una
imagen, prenderle velas o lo que sea. Nosotros somos Dios,
yo soy Dios, Yo soy.
Algunas obras, como el brillante comentario de Sankara al
Brahma Sutra, hablan del camino de tres pasos del intelecto,
que consta de:
Sravana: escuchar
Manana: reflexión sobre su mensaje
Nididhyâsana: meditación o contemplación de la verdad, que
es el sí-mismo-esencial (Atman).
95
Nuestros pensamientos se exteriorizan a través de la pala-
bra, por lo que entonces con la práctica del silencio (mauna),
se produce una retroalimentación negativa que tiende a fre-
nar los pensamientos.
El silencio es el gran maestro y el lenguaje del alma es la
intuición (pratibha). Como dice el viejo sutra: “Uno es dueño
de lo que calla y esclavo de lo que dice.”
¿Dónde está el observador o el testigo?
Todo aparece cuando aparece él, todo depende del observador.
Los pensamientos terminan siendo tan solo mediadores quí-
micos y sinapsis, pero, ¿dónde están?, ¿quién los crea?
Volvemos a lo de siempre, entonces no soy mis pensamientos,
hay algo detrás. ¿Quién soy sino soy mis propios pensamientos?
Para el intelecto no hay otro Dios que condene o juzgue, no-
sotros somos y generamos nuestro propio karma y nuestro
propio destino. El intelecto es el camino para llegar a la con-
ciencia y vivir el presente, no recuerdos ni imaginaciones,
ambos productos de la mente.
A mi humilde entender si se vive el ahora, la psicología es in-
necesaria. Si no se vive el ahora, la psicología es incompleta.

“¿Qué entiende usted por ignorancia?”, pregunta el discípulo


(chela) al maestro (acharya) de la filosofía Vedanta:
“- No saber que no sabes. No ver con claridad. Cuando ves
con claridad, no tienes que pensar. Cuando no ves claramen-
te, pones en marcha el pensamiento. Y cuanto más pensa-
mos, más ignorantes somos y más confusión creamos.”

El intelecto se basa en una de las fuerzas del conocimiento o


vidya (la ignorancia es llamada avidya). Vidya nos habla de la
verdadera realidad del Ser, mientras que avidya también signi-
fica la identificación con nuestro cuerpo, con nuestro ego, con
nuestra mente, al parecer la base de todos los problemas. El
creer que somos un nombre, un cuerpo o una profesión, nos
hace ser de varias personalidades pero nunca auténticos.
Tenemos una errónea idea de lo que realmente somos.
Lo primero de todo es hacer un correcto diagnóstico, no con
96
la mente sino con el intelecto; con respecto al tratamiento
vemos que graham chikitsa es una de las ocho ramas del
Ayurveda que se ocupa de la psicología y psiquiatría ayur-
Védica, con la descripción de importantes influencias pla-
netarias (graham significa planetas). A los locos se les dice
chandmara: matados por la luna (chandra significa Luna). En
Buenos Aires se los llama lunáticos (también están aquellos
a quienes se les dice marcianos).
Tradicionalmente a la psiquiatría también se le llama bhu-
ta vidya, con la descripción de importantes influencias de-
moníacas o fantasmales. Esta rama del Ayurveda se ocupa
específicamente de las enfermedades de la mente o condi-
ciones psíquicas, que pueden ser causados por fuerzas na-
turales super poderosas. Diferentes expertos han explicado
la bhuta: Algunos explican que, aparte de Elemento, significa
“fantasmas” o “malos espíritus” que causan condiciones psi-
cológicas anormales. Otros dicen que butha representa a or-
ganismos microscópicos como virus o bacterias que no son
visibles a simple vista.
Además de la palabra y el medicamento, están las hierbas,
la implementación de dietas, el uso de los mantras de Yoga y
terapias como el ejercicio, la meditación y el pranayama para
pacificar los trastornos psicológicos de un paciente.
Como es sabido, el psicoanálisis es el análisis de la mente,
entonces si la mente es el tiempo, el psicoanálisis debería
llamarse cronoanálisis, análisis del tiempo.
El movimiento genera tiempo pero ¿cómo analizar al movimiento?
Cuando lo analizo ya se fue, está en otro momento y lugar. Ana-
lizar el tiempo es desnaturalizarlo, útil para la mente ya que la
mente es el tiempo. Psicoanálisis y mente se llevan bien y hasta
se autoabastecen, pero el intelecto profundo y la conciencia es-
tán más allá del psicoanálisis, pues colapsan el tiempo.
La aceptación y el discernimiento del intelecto de lo que es
real llevan al individuo a vivir constantemente el presente.
Conjuntamente a la psico-filosofía, los otros métodos ayurvédi-
cos tradicionales de tratamiento para enfermedades que afec-
tan a la mente están en su mayoría basados en la utilización
97
de astrología, mantras, tantra (energía y chakras) y arte terapia.
La ideósfera es parte de la noosfera (noos: mente) y correspon-
de a la información vibracional sutil donde los pensamientos,
ideas y teorías son creadas, desarrolladas y evaluadas. A la
ideósfera no se la considera un lugar físico, sino un lugar den-
tro de las mentes de todos los seres humanos en el mundo.
Para lograr espacio en la mente, existe un tratamiento en la
psicología hindú llamado satvajaya, la higiene mental y curativo
espiritual. Satvajaya es un método para mejorar la mente y para
alcanzar un nivel superior de la función mental y espiritual. La
metodología del satvajaya incluye los mantras, terapias del soni-
do que cambian los modelos vibratorios de la mente; los yantras,
que utilizan la concentración en figuras geométricas para llevar
la mente fuera de modos ordinarios del pensamiento; el tantra,
que sirve para dirigir las energías a través del cuerpo; la me-
ditación, que busca alterar los estados del conocimiento; y las
gemas, los metales, los minerales y los cristales.
Este conjunto de métodos, sostienen los hindúes, puede des-
congestionar la mente de modo que nosotros podamos ver
las cosas frescas, como se ven con los ojos de un niño. Las
técnicas de satvajaya nos libran de emociones negativas, de
modelos del pensamiento y de prejuicios, los cuales pueden
llegar a ser tan pesados que condicionen nuestra vida, del
mismo modo que un alimento indigesto puede complicar
nuestra digestión. El alimento espiritual es el amor, hacia mi
mismo, hacia otras personas, hacia la naturaleza y las cosas.
Si alimento es todo aquello que entra por los sentidos, el in-
telecto por su parte es el Fuego que digiere las emociones.
La base del pensamiento hindú es la unificación de todas las
cosas a pesar de su aparente multiplicidad. Esta idea im-
pregna su sociedad, religión y cultura. A un nivel sutil, todos
estamos formados por los mismos Elementos que a su vez
se construyen sobre esa fisiología cuántica oculta y, por aho-
ra, inaccesible al entendimiento.
Volvamos a uno de los principales puntos de la psicología
hindú, es decir la aceptación y el contentamiento. No se tra-
ta solamente de aceptar, sino de celebrar todo lo que nos
98
pasa, tanto sea bueno como malo, pues “es lo que es”. La
aceptación de lo inaceptable es la mayor fuente de gracia
del mundo, como dijo Eckhart Tolle. Recordemos que quien
nunca hace nada incorrecto, nunca crece.
Aceptación no es igual a resignación, aceptación es entender
que “si pasó conviene”.
Cada momento “es”, no se puede hacer otra cosa que acep-
tarlo pues ya pasó, no se puede negar ni discutir con lo que
“es”. La naturaleza no pelea con con lo que “es”. La pelea con-
tra la naturaleza está perdida de antemano y puede desenca-
denar en nosotros ira o depresiones.
Como veremos luego la astrología es muy importante para
la mentalidad hindú y, como expliqué en mi libro Ayurveda y
Astrología, se lo consulta mucho al astrólogo, quien a través
de la carta natal revela el destino de las almas y puede tener
acceso a registros akáshicos que condicionan a la persona.
Actualmente han sido abandonados muchos rituales, como
así también la creencia del poder del sacrificio.
Sólo el verdadero conocimiento libera, a través de herra-
mientas como el autoconocimiento, el discernimiento, la
aceptación, el rendirse y abandonar el ego a los aconteci-
mientos. La comprensión es el secreto de la transformación.

El silencio
Los pensamientos tienen formas, dimensiones, color y peso.
La mente vive en el pasado pues vive del conocimiento y de
las palabras. Las palabras son muy lindas pero no dicen la
verdad, la verdad está en el silencio; en el silencio mental,
pues la verdad no está afuera, sino adentro.
El silencio es comunicación sutil.
Sin el silencio las palabras no podrían ser escuchadas. El
silencio borra todo lo aprendido y acumulado, devuelve la
inocencia y el asombro. El silencio (anhad) cuando se hace
audible es naad (sonido) y para producir naad debe haber un
golpe o una vibración (aghat).
Veamos ahora unos sutras o aforismos acerca del silencio. La
inspiración y la intuición son las acciones del silencio.
99
Hablar poco y comer menos es vivir más y mejor.
La concentración es una gran actividad mental, el silencio de
la mente es la meditación.
La ausencia del habla no es silencio.
El silencio meditativo es una terrible fuerza potencial, diná-
mica y creadora.
La meditación es un viaje eterno.
El silencio es el gran maestro.
El silencio permite al sonido ser, los grandes músicos y ora-
dores componen el silencio.
“Silencio puro en mi corazón” (Dúo Salteño, folklore argentino)
“Yo veo en el silencio” (Luis A. Spinetta, rock argentino)
“Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que dice”, terri-
ble sutra popular.
Terminamos este capítulo leyendo otro fragmento escrito
por el genial Nisargadatta Maharaj:
“La mente moldea el lenguaje y el lenguaje moldea la mente.
Ambas son herramientas, úsalas pero no las mal uses. Las pa-
labras te pueden llevar sólo hasta su propio límite; para ir más
allá, debes abandonarlas. Permanecer como testigo silencioso
únicamente. Las palabras y las preguntas vienen de la mente y
te mantienen allí. Para ir más allá de la mente, tú debes estar
en silencio y tranquilo. Paz y silencio, silencio y paz,  éste es el
camino para ir más allá. Deja de hacerte preguntas.
Las reacciones emocionales nacidas de la ignorancia o de la
inadvertencia nunca están justificadas. Busque una mente
clara y un corazón limpio.
Todo lo que usted necesita es mantenerse tranquilamente
alerta, indagando en la naturaleza real de usted mismo.
Esta es la única vía hacia la paz. ”
Vedanta, Samhkya, Ayurveda, son tan solo caminos para diluci-
dar el sentido del terrible sutra de la mundaka upanishad:

“¿Qué es aquello que una vez conocido hace conocer a todo lo


demás?”

100
VII. La Conciencia,
Las Memorias
“La conciencia no tiene que elegir,
simplemente actúa.”

La conciencia es llamada chittam o chitta, que como ocurre con


las palabras sánscritas puede ser traducida de diferentes formas:
quietud, mente, luminosidad o conciencia individual limitada.
Su raíz es chit, conciencia cósmica “ilimitada”, una instancia
aún superior. Proviene de sat-chit-ananda: Existencia, con-
ciencia, bienaventuranza y plenitud. Chit es la conciencia no
condicionada e ilimitada, es el Ser Supremo, mientras que
chitta es la conciencia individual condicionada por los kar-
mas, los registros akáshicos, la memoria celular, los surcos
o impresiones, las tendencias, el macrocosmos. Aquí se ubi-
can los arquetipos, la memoria entrelazada, lo atemporal, lo
cuántico y el conocimiento directo.
La conciencia se corresponde con los elementos Espacio y Aire.
Recordemos que para la filosofía Samkhya, chitta es la con-
ciencia y el Ser, mientras que para la filosofía Vedanta es
también la memoria. Veremos entonces ambas, primero la
conciencia y luego las memorias, tendencias e impresiones.
El autoconocimiento es la conciencia que precede a toda informa-
103
ción, manifestación, enseñanza, posesión, religión u organización.
La conciencia es el campo de movimiento en la mente donde
están las tendencias e impresiones que empujan a la mente,
por medio de la cual está continuamente pensando. Es tam-
bién la fuerza motivadora detrás de las otras funciones de la
mente, ya que el elemento Aire posee una capacidad para el
movimiento, el cambio y la transformación (para compren-
der este elemento Aire hay que verlo como viento o vayu y
además como prana, que significa energía).
La conciencia es el saber cuántico y el saber del Akasha o Es-
pacio con la conciencia cósmica, sin el soporte físico de la es-
tructura atómica de los neurotransmisores del cerebro. Perte-
nece a un estado relacionado con el alma y es una inteligencia
mucho mayor que la de la mente y el intelecto humanos.
La conciencia es vivir el momento presente y solo viviendo
el presente se puede liberar uno del pasado. Como escuché
decir a Eckhart Tolle “No puedes encontrarte a ti mismo en el
pasado o futuro, el ahora es el único lugar y tiempo.”
La conciencia no pasa por los pensamientos o la razón, sino
que es un proceso que ocurre desde el interior, desde el Ser.
La conciencia chitta no está en el cerebro sino en el cora-
zón, constituyendo el cuerpo causal con residuos kármicos.
Cualquier acción que provenga del cerebro, por muy buena
que sea, no viene desde adentro, es de poco valor. Hay que
controlar al ego y actuar con el corazón, con el Ser.
La mente es quien al casarse promete amor para siempre,
ya que no se da cuenta de que mañana no será la misma. El
intelecto dice que ama hoy, en este momento, y que mañana
será otro día. La conciencia no promete ni habla, solo ama.
La conciencia comprende sin el pensamiento, al igual que
cuando estamos absortos en el cine viendo una película o
nos quedamos contemplando el fuego.
La intuición, por su lado, es mucho más que la mente y el inte-
lecto, no se puede explicar ni razonar. No surge a través de mis
pensamientos, sino que aparece de golpe, como un salto. Atra-
viesa sin dejarse tocar por mis precarios pensamientos, como si
proviniera de una realidad superior, como llegando por un atajo.
104
Recordemos que los chamanes hablan de tres existencias:
lo conocido, lo desconocido y lo incognoscible (lo que nunca
podrá ser conocido) y es allí donde la intuición es la reina, el
saber sin conocer.
Entonces, el instinto es más animal, el intelecto más huma-
no y la intuición más sublime, más sutil. Primero debemos
dejar que el intelecto se encargue y luego que se filtre en la
mente. El intelecto debe actuar como puente entre la men-
te y la conciencia, entonces nuestro complejo Antahkarana
se encontrará en una situación equilibrada. Si la conciencia
actúa, el intelecto no es necesario. Cuando surge el saber, el
pensamiento desaparece.
No todas nuestras tendencias son negativas, también como
veremos, los frutos del karma pueden ser negativos o po-
sitivos. Como dijimos, chitta está en parte condicionada por
las memorias, de las cuales la conciencia constituye el más
profundo de todos los estratos, más que la memoria celu-
lar. Allí se guardan todas las memorias de todas nuestras
experiencias presentes y pasadas, allí también se encuen-
tra la unión con el universo, el AUM y la bienaventuranza.
Es nuestro mundo interior, generalmente inconciente pero
condicionado. Todo lo que percibimos, vemos y oímos queda
registrado en la conciencia.
Debemos entender, entonces, la necesidad de ser selectivos
cerrando las ventanas a los sentidos, no dejando que entren
en la conciencia cosas equivocadas y permitiendo solamente
aquello valioso que pueda ser enriquecedor o sáttvico. Por-
que todo lo que escuchamos o leemos, todo lo sublime, ele-
vado, noble, intuitivo e inspirador es también alimento y se
encuentra almacenado sutilmente en nuestra conciencia, de
la misma forma que todo lo feo, sucio, indecente, bajo y des-
honesto también será almacenado en la conciencia chitta.
Aquello que nos viene de anteriores nacimientos e inclusive
lo que generamos en nuestra propia vida no lo podemos evi-
tar, pero sí modificar.
Según los hindúes, la mayor parte de la conciencia es in-
consciente para la mente ordinaria. Solamente en la persona
105
con un gran desarrollo espiritual el campo de la conciencia
está totalmente conciente. Cuando la conciencia es ilumina-
da podemos trascender las limitaciones externas.
Realizar prácticas espirituales (sadhanas), recibir distintas
energías positivas, llevar a cabo diferentes clases de medi-
taciones y procesos de limpieza de conciencia, nos libera de
estas impresiones negativas que dejan de guiarnos o de ha-
cer uso de nosotros.
La conciencia chitta, como dijimos, no está en el cerebro sino en
el corazón, constituyendo el cuerpo causal con residuos kármi-
cos. Por lo tanto, si queremos cambiar de nivel de conciencia, te-
nemos que cambiar el corazón y reducir la importancia del ego.
La conciencia es el campo de movimiento donde interactúan
con dinamismo las tendencias e impresiones. Por eso decimos
que es una conciencia condicionada y móvil (Espacio y Aire).
La conciencia es el espacio de las cuestiones cuánticas. Ve-
remos algo acerca del “cuanto” (o al menos lo que entiendo
de él) antes de pasar al karma.
Nuestro cuerpo no es independiente del cuerpo del universo
porque a nivel de la mecánica cuántica no existen fronteras
bien definidas. La globalización es el átomo, la materia que
se agranda, y si queremos expandirnos para ir más afuera y
arriba debemos tener raíces más profundas, o sea más indi-
vidualización, más “para adentro”, más “cuanto”.
La conciencia es “todo cuanto” y el cuanto atenta contra el
simple sentido común: se puede manejar el tiempo, todo es
relativo, puede estar en varios lados a la vez, puede no estar,
puede ver vidas pasadas, etc.
Para la visión atómica newtoniana: “El todo es más que la
suma de las partes”. Para la visión cuántica de Plank, Eins-
tein, etc.: “En cada parte está el todo”. Y ambas son verdad.
El tiempo, la verdad, la realidad y el prana, también son todas
cuestiones cuánticas que dependen de quien las ve, ya que
para el cuanto “todo depende del observador”.
Como no hay dos sin tres, veamos los tres mundos que com-
ponen nuestro universo según Deepak Chopra, quien agrega
un universo espiritual.
106
Características del universo cuántico:
• Se manifiesta la creación.
• Existe la energía.
• Empieza el tiempo.
• El espacio se expande desde su origen.
• Los hechos son inciertos.
• Ondas y partículas se alternan unas con otras.
• Solo pueden medirse probabilidades.
• Causa y efecto son fluidas, no se distinguen.
• Nacimiento y muerte suceden a la velocidad de la luz.
• La información está inmersa en energía.
Características del mundo material o universo visible:
• Los acontecimientos están definidos.
• Los objetos tienen límites fijos.
• La materia domina sobre la energía.
• Es tridimensional.
• Perceptible por los cinco sentidos.
• El tiempo fluye en línea recta.
• Cambiable.
• Sujeto a decadencia.
• Los organismos nacen y mueren.
• Es predecible.
• Causas y efectos son fijos.
Características del universo espiritual:
• Sin energía.
• Sin tiempo.
• Ilimitado, cada punto del espacio es cada uno de los otros
puntos.
• El todo existe en cada punto.
• Silencio infinito.
• Dinamismo infinito.
• Correlación infinita.
• Poder infinito de organización.
• Potencial creativo infinito.
• Eterno, inconmensurable, inmortal, más allá de la vida o la
muerte.
• No causal.
107
El ego es la función primaria de la conciencia dirigida exter-
namente y afecta todas las funciones de la mente. Veamos
otro interesante cuadro, recordando las gunas (que vimos en
el capítulo 3), con cada función del complejo mental.

Sattvas Rajas Tamas


Mente - Autocontrol - Fuerte natu- - Dejadez
adecuado raleza sexual - Falta de control
- Control del - Aumento - Influenciable
deseo sexual deseos - Labilidad al dolor
- Resistencia - Competitividad - Hábitos perni-
al dolor - Voluntarismo ciosos, drogas,
- Coherencia - Calculador alcohol, obesidad.
palabra/acción - Agresividad
- Desapego
del cuerpo
Ego - Idea espiri- - Ambición - Idea negativa
tual del ser - Arrogancia de uno mismo
- Entrega - Autopro- - Temor
- Devoción moción - Dependencia
- Autocono- - Manipula- - Deshonestidad
cimiento ción - Identificación
- Respeto - Identificacio- con el propio
por todas las nes fanáticas cuerpo.
criaturas de sobre familia, - Egoísmo,
la naturaleza religión y/o país codicia
Intelecto - Discrimi- - Mente crítica - Falta inteligencia
nación de lo estrecha - Prejuicios
eterno/pasa- - Percepciones fuertes
jero incorrectas - Falta de ética
- Ética fuerte - Cree en - Cree en el
- Honestidad el mundo mundo propio
- Limpieza externo
- No violen-
cia

108
Conciencia - Paz interior - Imaginación - Bloqueos
- Amor hiperreactiva emocionales
universal - Relaciones profundos
- Compasión turbulentas - Atrapados en
- Relaciones - Desconten- viejos moldes
adecuadas to en general - Adicciones
- Depresión
- Fobias
- Relaciones
incorrectas

Karma, las memorias


La palabra sánscrita karma deriva de la raíz verbal kry (ac-
ción, hacer) y se corresponde con el principio o ley universal
de acción y su reacción o consecuencia.
El concepto de karma va unido al de reencarnación, o sea a
la rueda de nacimientos y muertes que los hindúes llaman
samsara (no confundir este término con samskara, impresión
o surco mental).
Así como no recordamos vidas pasadas, tampoco recorda-
mos los primeros años de nuestras vidas y no por eso fue-
ron inexistentes. Al morir los cuerpos físico y mental, existe
una fuerza vital de información vibracional que sobrevive a la
muerte y pasa de cuerpo en cuerpo con sus modificaciones,
hasta alcanzar la liberación o unión con el Yo Superior.
En la mayoría de las diferentes escuelas filosóficas de la India
(que estudiaremos luego) el ciclo interminable de nacimiento,
muerte y re-nacimiento se asume como un hecho irrefutable
de la naturaleza. La mayoría de esas creencias consideran la
rueda del samsara negativamente, sería una posición errónea
de la que hay que escapar y volver al Yo Superior.
Por su parte, en Occidente “metempsicosis” es el término fi-
losófico griego referido a la creencia en la transmigración
del alma de un cuerpo a otro, se refiere especialmente su
reencarnacion posterior a la muerte.
La mayor parte de la conciencia es inconciente para la mente
109
ordinaria. Solamente en la persona con desarrollo espiritual el
campo de la conciencia está totalmente conciente. Cuando la
conciencia es iluminada podemos trascender las limitaciones.
El resultado de nuestra acción es llamada karma phalam (de
phala: fruto). Si la acción dhármica produce frutos positivos se
los denomina punyam, mientras que la mala acción o adharma
generará frutos negativos o papam. A su vez los frutos de esas
acciones pueden ser inmediatos o mediatos, es decir en esta
u otras vidas (de ahí el concepto de malformaciones congéni-
tas). Somos lo que hemos hecho y seremos lo que hagamos.
La mente nace del karma y crea karma. El karma nace de la
mente y crea mente.
Según la religión hindú el karma es la ley fundamental del uni-
verso, una generalización de la ley de la causa y efecto aplica-
da a todos los ámbitos o planos de la existencia. Todo lo que
hacemos nos será devuelto, ya que el karma contiene memo-
ria en forma de información vibracional. El karma no es una
ley de venganza sino de compensaciones. Con respecto a esa
acción, Nisargadatta Maharaj dice: “El rumbo que tomen las
cosas no está en tu poder, pero si la motivación de tus actos.”
El resultado final estará muy sujeto a leyes kármicas, tanto
de quien lo emite como de quien lo recibe. Newton decía que
toda acción genera una reacción en sentido opuesto y de igual
fuerza. De acuerdo con esta idea, nuestras acciones y pensa-
mientos producirán karma y este karma se irá acumulando
o, como dijo Jesús, se estará cosechando lo que uno siembra.
En cada reencarnación estaríamos transportando el karma
producido en esta y en vidas anteriores. Aunque esto nos
condicionaría, no nos predeterminaría absolutamente. Por lo
general, no se acciona sino que se reacciona por influencia
de las tendencias e impresiones samskaras. Es una forma de
comportamiento fragmentario, sin conciencia y sin ser testi-
go. Los samskaras son cicatrices causadas por el karma.
Nuestras acciones pueden reducir o aumentar el karma y
brindar a nuestros deseos de libertad más o menos posibili-
dades de desarrollo. Así pues, dentro de esta forma de pensar,
karma y libre albedrío conviven limitándose el uno al otro.
110
Como veremos en el capítulo correspondiente, la astrología
Jyotisha informa del karma pasado en cada reencarnación,
como así también de las mayores o menores posibilidades
que tenemos en la vida actual de acumular o eliminar karma.
La astrología es una gran ayuda para el hindú en su camino
de perfeccionamiento espiritual, con el fin de poder mejorar
cada vida y finalmente salir de la rueda de reencarnaciones.
Las impresiones mentales no indican determinismo pero si in-
clinación, lo que implica una tendencia. Tenemos la libertad de
hacer lo que nos plazca si tenemos conciencia y amor. Como dice
Sesha las dos fuerzas más integradoras son el saber y el amor.
Las fuentes del karma pueden ser adiatmika (causada por no-
sotros), adibhautika (fenómenos externos como por ejemplo
un tsunami o un terremoto) o adidaivika (influencias astrales).
Los tipos de karma a su vez son:
Karma sanchita (significa acumulado) que sería el depósito de
los frutos de la acción acumulados, ya sean buenos o malos,
Karma prarabda (de la raíz prakk, temprano, antes, y arabda,
comenzado) que es lo que traemos de vidas pasadas. lo que
nos dará nuestra familia, el país en que nacemos y nuestras
vasanas y samskaras (tendencias e impresiones), Karma agami
(venidero) es el que estamos fabricando ahora, para esta vida
y las próximas (que pasará a llamarse entonces prarabda).
Karma pasado y presente van juntos y luego se depositan
en sanchita. Al reencarnar traemos lo que dejamos en ese
depósito sanchita, que a su vez inducirá a producir el karma
que acumulamos en la actualidad.
El karma que generamos en esta vida nos permite corregir
nuestro karma pasado y generar un nuevo destino. Es aquí
donde tenemos el libre albedrío de elegir en que dirección
orientar nuestra vida y sembrar nuestro futuro.
El karma no se agota con el tiempo, a menos que desperte-
mos al complejo mental.
Ni los sabios, videntes o gurús escapan al karma, ellos es-
tán sujetos al karma Katancia, el karma superior. De todas
maneras, las personas que empiezan a elevarse espiritual-
mente comienzan a escapar de los condicionamientos plane-
111
tarios. La vida de los santos y grandes maestros espirituales
está más allá de las influencias astrales.
Podemos controlar la acción, pero no el resultado de la mis-
ma. El karma modela todas las formas del ser.
Se llama dharma a la acción correcta que se acomete sin que
importe el resultado de las acciones, la que no genera karma.
La noción de Sanatana Dharma es una de aquellas leyes (fi-
losofías, escuelas o doctrinas) de las que no existe un equiva-
lente exacto en Occidente, ya que parece imposible encontrar
un término que la exprese claramente y bajo todos sus aspec-
tos. Sana en sánscrito significa eterno, perpetuo y, en efecto,
el término Sanatana implica una idea de duración, es el eterno
orden moral, el sustento de todas las creencias filosóficas.
Para discernir qué es lo correcto, lo natural, lo dhármico de lo
adhármico, está el intelecto. La acción dhármica es la más cer-
cana a la naturaleza, es aquella que no pasa por el pensamiento
de la mente sino por el intelecto o la sabiduría de la conciencia.
El Karma Yoga habla precisamente del discernimiento en la
acción, ya que ubicados en tiempo y espacio muchas veces
no podemos evitar actuar, entonces la propuesta es hacerlo
por la vía correcta, que siempre es la del medio.
El dharma es la otra cara de la moneda del karma, así como
la mente es el anverso del tiempo.
Hay que elegir, eso no es elegible. No es posible “no elegir”,
porque al hacerlo ya estamos eligiendo. Dharma se asocia
con el intelecto y el discernimiento pues no hay chance ni
elección. Hay que elegir. Constantemente estamos eligiendo,
desde que nos levantamos por determinado lado de la cama:
Elegir tiene que ver con la libertad, pero la libertad además
de ser usada, también puede ser abusada o mal usada.
Hay leyes para poder vivir en libertad y no molestar a nadie.
No podemos no elegir, pero para los hindúes debe hacerse a
través del dharma, mediante valores apropiados y para ello
es necesario un profundo intelecto.
Dharma también incluye a las leyes universales: de graVe-
dad, biológicas, fisiológicas, mentales, etc.
La ley del dharma es una escala de valores éticos. Por ejem-
112
plo al cultivar la no violencia mi respuesta siempre será pací-
fica, es decir mi sentido de lo apropiado e inapropiado posará
sobre una matriz de norma de conducta pacífica.
Nuestra vida está condicionada por la atracción/aversión (raga/
dvesha) y no por el dharma, mientras que si cultivamos el dhar-
ma, esa atracción o placer se transforma en raga ennoblecido.
Según el dharma, mis atracciones o aversiones ya no son el fac-
tor decisivo de mi vida, sino que mi elección nace de lo adecua-
do a través de mi entendimiento de las leyes universales.
Los valores del dharma son universales pero no absolutos.
Dependen del contexto, la época, la situación, etc.
Existe el dharma universal (samanya), el dharma de una raza,
de un pueblo y el personal (vishesha). Mi dharma será acorde
al lugar y a la época donde nací, al tipo de familia donde fui
engendrado, a mi situación general, etc.

113
VIII. Los Sentidos
“Alimento es todo lo que entra
por los sentidos”

Así como existe el instrumento mental interno, existe otro exter-


no, de entrada y salida, llamado Bahyakarana, que corresponde a
los órganos de los sentidos conocidos como indriyas. Bahyakara-
na viene del sánscrito bahya que significa, entre otras cosas, ex-
terior, de afuera, externo; y karana, que quiere decir instrumento.
Los sentidos son las herramientas de esa otra herramienta que
es la mente, por eso a la mente se la considera desde la filosofía
hindú como un sentido integrador. La mente trabaja a través de los
órganos de los sentidos, los que no trabajan independientemente.
Para el Ayurveda los sentidos son diez: cinco sentidos de
percepción (oído, tacto, vista, gusto y olfato) que se corres-
ponden con los cinco de acción (voz, manos, pies, genitales
y ano); la mente actuaría como otro sentido, el número once.
La mayor parte de la enfermedades surgen en los cuerpos sutiles
antes de manifestarse en el cuerpo físico, por ello es fundamen-
tal cuidar todo aquello que entra y sale por nuestros sentidos.
Como dice en la frase al inicio de este capítulo, para el Ayurve-
da alimento es todo lo que entra por nuestros sentidos. Todo
115
lo que vemos, tocamos, olemos, oímos y comemos alimenta
nuestra mente. Para cambiar el nivel de conciencia es ne-
cesaria una buena nutrición mental, tal como sucede con la
alimentación del cuerpo físico.
Entonces, a Bahyakarana lo podríamos llamar “sensibilidad
e integración a través de los órganos de los sentidos”. Estos
son propiamente las facultades y no los órganos materiales
respectivos, así hablamos de la facultad de la visión y no del
ojo, o la capacidad de aprehensión y no de la mano.
Los sentidos son el vestíbulo sensorial de la mente, cuya
función consiste en aportar material sensible a Antahkarana,
que es el verdadero constructor del conocimiento.
La filosofía Upanishads grafica al complejo mental como a
un carruaje con cinco caballos con su auriga o cochero. Los
cinco caballos salvajes se corresponden con los cinco sen-
tidos de percepción y con los cinco sentidos de acción (que,
en definitiva, si no son controlados se desbocan), las riendas
corresponden a la mente, el cochero representa al intelecto,
quien maneja las riendas y controla los caballos, o en otras
palabras maneja la mente y controla los sentidos. El carruaje
es el ego y el camino a atravesar es nuestro karma.
Para tener los caballos (sentidos) controlados, la rienda
(mente) debe ser buena, pero el cochero (intelecto) es la pie-
za fundamental. Si así no fuera, los caballos se desbocarían y
entonces uno se iría hacia el alimento, otro hacia el sexo, etc.
Si el intelecto es débil o poco desarrollado, la mente manas,
que es regida por el principio de repulsión y atracción (lo que
la motiva a buscar el placer y evitar el dolor) le entregará las
riendas a los sentidos, que a su vez arrastrarán al cuerpo de
acuerdo con sus impulsos.
Para el Ayurveda se debe elegir con el intelecto, no con la
mente y los sentidos, pero siempre se debe elegir. Incluso
si no se quiere elegir, la elección es no elegir. Por supuesto
que todo depende de cómo se lo enfrente, pero caben pocas
dudas sobre que hay algunas personas a quienes les toca
transitar por un camino más fácil que a otras, llevadas por
caballos más dóciles y guiados por un mejor cochero. Un ca-
116
mino más fácil representa tener menos karma, los caballos y
el cochero perfectos que se corresponden con la conciencia;
karma y conciencia, todo ubicado en chitta.
Los sentidos pueden engañarnos sobre cómo armonizar,
prevenir y curar, pueden causar daño y hasta incluso matar.
Ruidos fuertes, luces intensas, olores ácidos y penetrantes,
sabores extremos o golpes pueden causar daño; por el con-
trario, los aromas, la música, el tacto y los sabores y olores
agradables nos calman.
Los diez sentidos son caballos salvajes que si no son contro-
lados pueden actuar por falta, por exceso o incorrectamente,
considerando a la acción correcta como la más cercana a lo
natural. La ausencia total de los sentidos se da en estados
como el sueño y la meditación (dhyana).
Los diez sentidos o indriyas (en realidad once, si considera-
mos a la mente como sexto sentido integrador) son los cinco
primeros llamados Jñanendriyas o indriya de jñana, “sentidos
del conocimiento”, que son los cinco sentidos aferentes de la
percepción: oído, tacto, vista, gusto y olfato.
Estos luego se corresponden con los sentidos de la acción
o krmendriyas (de Karma, acción), que son las facultades del
sistema nervioso motor: expresión oral, aprehensión, deam-
bulación, procreación y excreción.
Sentidos del conocimiento Sentidos de la acción
Jñanendriyas Karmendriyas
Oído La voz
(hay que escuchar antes de hablar)
Tacto Manos
(percepcióntáctildeentradaysalida)
Visión Pies
(ver donde caminar)
Gusto Órganos genitales
(el agua los une)
Olfato Ano
(el olor los une)

117
Para el Ayurveda no solo recibimos e intercambiamos infor-
mación por medio de los sentidos de percepción y de acción,
sino que estamos también conectados con una red energéti-
ca, invisible, sutil y colectiva, que une a todos y todo. No hay
nada en el intelecto que no haya pasado por los cinco senti-
dos de percepción, salvo el propio intelecto.
El orden de aparición de los sentidos acompaña el orden en
que aparecieron los Elementos con los cuales están relacio-
nados. De esta forma, el primer sentido es el oído, correspon-
diente al elemento Akasha, el Espacio.

El oído
El sonido vibra directamente dentro de nosotros, no preci-
sa de traducciones ni de pensamientos, aunque esto a veces
lleva a automatizar tanto la función auditiva que llegamos a
oír sin escuchar.
Uno no oye sonidos, uno es sonido.
Dice Maharaj: “Que tú oyes es un hecho. Lo que tú oyes no lo
es. Los hechos pueden ser experimentados, y en este sentido
el sonido de una palabra y las ondas mentales que éste cau-
sa son experimentados. No hay otra realidad detrás de esto.”
El oído está relacionado con el elemento Espacio o Akasha y
con el dosha Vata.
La vibración es trasmitida por la membrana del tímpano ha-
cia los huesecillos martillo, yunque y estribo y a través de
ellos continúa hacia el caracol, donde está la vía coclear o
auditiva, para su posterior traducción. Los conductos semi-
circulares, el utrículo y el sáculo corresponden a otra función
del aparato auditivo, que es la vía vestibular o del equilibrio.
En realidad, al principio fue todo sonido, esa vibración/explosión
fue la que creó, expandió y continúa expandiendo al Espacio.
El AUM es el sonido que irrumpe en el Big Bang y no la con-
secuencia del mismo, por eso es la Gran Explosión. Este so-
nido no audible y no producido AUM (léase om) resuena aún
en el espacio expandiendo a todo y a todos.
Como ya fue señalado, el AUM es la base de todo mantra, la se-
milla (bija) y también es un mantra en sí mismo, ya que al pronun-
118
ciarlo vibramos con la frecuencia del espacio (Recordemos que la
sigla AUM significa también, Ayurveda Universidad Maimónides).
Su órgano de acción es la boca con la fonación, el habla, (es-
cuchar antes que hablar); su elemento es el Espacio, su órga-
no de percepción es el oído y el de acción, las cuerdas vocales.
Si bien el sonido vibra directamente dentro de nosotros, por
otro lado seleccionamos los sonidos que oímos. El oído es el
sentido de la percepción de vibraciones del medio que osci-
len entre 20 y 20.000 Hz. Las frecuencias de sonidos audi-
bles son conocidas, cada vibración y frecuencia correspon-
de a una nota musical. Así, si consideramos la nota “la” en
su versión más grave, encontramos que vibra a 55 hz y sus
armónicos serán los múltiplos del sonido original; entonces
tendremos “LA” en 110 hz, 220 hz, 440 hz, 880 hz, etc. resul-
tando en otros “LA” cada vez más agudos. Todo sonido va
acompañado de armónicos, los escuchemos o no.
Uno de los cantos más lindos y terapéuticos que escuché,
fueron cantos armónicos con cuencos tibetanos. Al escuchar
música, en forma tranquila y consciente, rápidamente se per-
cibe que se transmite algo más que predispone a un estado de
ánimo, a una vibración. El sonido tiene mucho poder. La mú-
sica nos influye a todos porque no es necesario saber leer el
pentagrama, poder interpretarla, sacar conclusiones ni tener
que analizarla; simplemente uno la disfruta y se deja llevar.
Entonces, si nuestra mente se alimenta por los órganos de
los sentidos, mejorando la percepción de los mismos, mejo-
ramos también lo que entra y lo que sale.
La sadhana o práctica para el conocimiento dice: “Primero
hay que escuchar.”
Todos hablamos, pero nadie escucha.
Para el Ayurveda existen tres tipos de conjunciones malsa-
nas. La primera es la conjunción insignificante, caracterizada
en este caso por sonidos de bajo volumen o en vibraciones no
perceptibles por el oído humano. Al nivel del comportamien-
to humano se equipara con no escuchar a nadie.
La siguiente es la conjunción pervertida, como malas pala-
bras y agresiones verbales. La palabra puede herir mucho.
119
Por último encontramos a la conjunción excesiva, que son los
ruidos o sonidos fuertes. A nivel del comportamiento equiva-
le a hablar de más.

El tacto (estesia, sensibilidad)


Relacionado con el elemento Aire o Vayu y por lo tanto con el dosha
Vata, al igual que el oído, siendo su órgano de percepción la piel.
Para el Ayurveda la piel es una lengua gigante que absorbe
todo, por lo tanto no deberíamos poner nada sobre la piel
que no se pueda comer. No solo es el órgano sensorial del
tacto, sino que, en general, es el más importante nexo entre
nuestro organismo y el exterior.
La piel es el órgano más extenso del cuerpo humano y está
compuesta por tres capas de tejido que son, de afuera ha-
cia adentro: la epidermis (relacionado con el biotipo Vata), la
dermis (Pitta) y la hipodermis (Kapha). También forman parte
de este órgano los anexos cutáneos: los pelos, las uñas, las
glándulas sebáceas y sudoríparas. Estesia quiere decir: sen-
sibilidad, percepción, tacto a través de la piel, cuyos recep-
tores se ubican en las capas de la piel dermis e hipodermis.
Anestesia precisamente es la falta o ausencia de sensación
o percepción de tacto, presión, dolor, frío o calor.
Ahora sabemos que las células de la piel también están lle-
nas de micro filamentos que se interconectan con la super-
ficie intranuclear y extracelular por medio de las integrinas.
Aparte de las integrins o integrinas, al parecer cada célula se
conecta con la vecina y a distancia por medio de tonofilamen-
tos, hemidesmosomas (desmo quiere decir ligamento, tam-
bién puente, atadura), filamentos de anclaje, conexinas, etc.
La coordinación ocurre en trillones de trillones de puntos y
cada proceso tiene una consecuencia con el todo. Cualquier
estado emocional trae cambios corporales y, en definitiva, en
el todo a través de esta red. Lo que uno toca entonces no es
meramente la piel, sino una red continua e interconectada
por todo el cuerpo y, además, con el universo.
Su órgano de acción son las manos. Quiro es una palabra que
proviene del griego y quiere decir mano, quiropraxia es acción
120
con las manos, quirófano es mostrar las manos (antes las sa-
las de cirugía tenían ventanas para ver), quirología es el estu-
dio de las manos y quirestesia es la sensibilidad en las manos.
Todo pasa, se recibe y se transmite a través de las manos.
Todo lo que pasa a través de ellas, sea nuestra energía, nues-
tros fluidos o nuestras emanaciones, contiene la quintaesen-
cia de nuestro ser. Un verdadero rishi, clarividente o médium
puede conocer cualidades, defectos, estado de salud y acon-
tecimientos de nuestra vida actual y pasada a partir de un
objeto que hayamos tocado.
Las manos son como antenas que atraen y reciben las co-
rrientes de energía del océano cósmico en el cual estamos
inmersos. La mano es el cerebro externo del cuerpo físico. La
aparición filogenética de la oposición del pulgar nos permitió
hacer la pinza para la escritura, la construcción, el uso de
herramientas, la posibilidad de manejar el fuego, etc.
Podemos utilizar la mano en actos hostiles o pacíficos, crean-
do espacios armónicos, amorosos y saludables. Se sabe de
sanaciones y grandes mejorías obtenidas unicamente con la
imposición de las manos. Es a través del saludo como determi-
namos algunos rasgos de la personalidad del otro. Por ejem-
plo si el saludo es un toque leve y lánguido, estamos frente a
alguien desvitalizado o muy lejano. Tendríamos que observar
con más atención nuestras manos, haciendo uso de ellas con
mayor cuidado, decisión, ciencia y, especialmente, amor.
El tacto, la aferencia, lo que se transmite hacia fuera es lo que cuenta.
Hay que tener tacto, sutilmente hablando.
He visto pacientes hemipléjicos que se afeitan solo el lado
sano de la cara pues el otro no lo sienten, sin importar que
se vean en el espejo. Por más que haya motricidad, si no se
tiene sensibilidad, ese segmento no se usa y, subjetivamente,
no existe.
El término namaste (léase namasté, equivalente en el budis-
mo a gassho) se refiere a un gesto manual (mudra) y a la
vez corporal utilizado para saludar: las palmas de las manos
juntas sobre el corazón, los dedos apuntando hacia arriba en
posición de oración, haciendo una leve pero notoria inclina-
121
ción reverencial. Se utiliza en varias tradiciones budistas e
hindúes, así como en numerosas culturas por toda Asia, para
dar las gracias, mostrar respeto y veneración, pedir perdón,
rezar, saludar, pedir alimento y entregar amor.
Como conjunción insignificante podemos citar insuficiente o
ningún uso de aceites medicinales o de combinaciones herba-
rias sobre la piel o protección dermatológica de algún otro tipo.
No accionar con las manos también entra en esta categoría.
Ejemplos de conjunción pervertida pueden ser el contacto dañoso
con veneno, sustancias químicas irritantes o sustancias alérgicas.
En el caso de la conjunción excesiva podemos citar la exposición
excesiva al frío o al calor. Relacionado también con la hiperkinesia.

La visión
Es el sentido que está relacionado con el elemento Fuego o Agni y
por lo tanto con el dosha Pitta. Su órgano de acción son los pies y su
órgano de percepción son los ojos (para ver por donde caminamos).
Es, posiblemente, el sentido más importante de cuantos po-
seemos. Por él penetra en nosotros la mayor parte de infor-
mación para nuestra vida, y posee la capacidad de detectar
dentro del espectro electromagnético a la luz visible e inter-
pretar en el cerebro los estímulos y convertirlos en imáge-
nes. La visión es el sentido que consiste en la habilidad de
detectar la luz y de interpretarla (ver).
La visión es propia de los animales superiores y en realidad
lo que vemos, oímos, olemos, etc. no son más que diferen-
tes frecuencias vibracionales. Por ejemplo, no existe el co-
lor rojo, sino que es la frecuencia vibracional que percibimos
de esa forma. Por su lado, el perro lo ve gris, el murciélago
lo percibirá probablemente como sonido y vaya uno a saber
cómo lo ven las moscas. La mayoría de los animales no dis-
tinguen los colores, ven todo blanco y negro.
Hablando del rojo, para los humanos es el color perceptible
de más baja frecuencia (el infrarrojo ya no se ve) y es el más
denso, correspondiendo al primer chakra. En el otro extremo
del espectro, el violeta es el color de mayor frecuencia (con
correspondencia con el séptimo chakra) y al ultravioleta tam-
122
poco lo podemos ver. El color es un lujo biológico del hombre,
ya que no es necesario para su supervivencia como animal.
El Ayurveda dice que a lo que vemos inmediatamnete le apli-
camos nuestro sexto sentido: la mente. Esto quiere decir que
siempre le agregamos a lo que vemos contenido mental, en
forma de nuestras verdades, demandas, ilusiones, prejuicios,
condicionamientos, etc.
Por ejemplo, según nuestros ojos, la Tierra es plana y el sue-
lo no se mueve. Nunca percibimos nada tal cual es.
Ilusión: engaño de los sentidos

Las lineas horizontales siempre estan bien paralelas entre sí.

Al mirar detenidamente cada círculo, se ve que ellos estan quietos.

Al ver o escuchar algo se lo falsea desde adentro, siendo modi-


ficado a causa de la ideología, la sociedad, la religión o la moral.
“Amigo mío, yo no soy lo que parezco -dijo Khalil Gibrán-, la apa-
123
riencia es una túnica que visto, una túnica muy cuidada que me
protege a mí de tus preguntas y a ti de mi negligencia. Mis pa-
labras no son sino tus pensamientos convertidos en sonidos.”
Hay personas a las que al verle los ojos parecen estar apagados
como si estuvieran muertas, mientras que en otras miradas se
puede leer furia, mentira, bondad, desprecio, paz, alegría o amor.
Entre ambos ojos, en la línea superciliar, se ubica el tercer
ojo, el sexto chakra, lugar de la intuición, la clarividencia y
lo cuántico. En la época Lemuria (Tercera raza metafísica o
Lemur, sobre el continente Mu, en el Océano Pacífico, de 15
millones de años de antigüedad, tal como fuera referido en
mi libro Ayurveda y Metafísica) los habitantes del planeta te-
nían ese único ojo, relacionado con la glándula pineal.
El alcance visual es de unos 10 kilómetros, pero como actúa
la mente, a veces no se consigue ver lo que ocurre a 10 cen-
tímetros: no hay peor ciego que el que no quiere ver.
En cuanto a la vista, la conjunción insignificante es leer con
una luz tenue. Relacionado también con la hipokinesia.
La conjunción pervertida la encontramos al mirar objetos a
corta distancia o larga distancia, al ir por caminos errados de
la vida, contemplar objetos o situaciones temibles u horribles,
observar un eclipse solar con ojos desnudos, etc. Está asocia-
do también con alteraciones de la marcha como el Parkinson.
En el caso de la conjunción excesiva, podemos citar mirar
la televisión o mirar cosas sumamente iluminadas durante
un tiempo largo. También se lo relaciona con la hiperkinesia.

El gusto
Está relacionado con el elemento Agua o Kleda y por lo tanto
con Kapha; su órgano de percepción es la lengua y su órgano
de acción (karmendriya) son los genitales.
La alimentación ayurVédica tiende a incorporar alimentos
cada vez más sanos, siempre acorde al micro y macrocos-
mos, o sea a la persona y su entorno (relacionando dosha,
edad, clima, estación, actividad, deporte, etc.).
Se excluyen los productos envasados, procesados, calenta-
dos en el microondas, recalentados o recocinados y la comi-
124
da chatarra, por haber sido sometidos a procesos que le qui-
tan el prana a los alimentos, sin importar la edad o el dosha
de quien los consuma o clima en el que viva.
A diferencia de muchas escuelas que proclaman la priori-
dad de los alimentos crudos, para el Ayurveda la cocción es
muy importante porque vuelve mucho más fácil la digestión
y absorción, y si es calentado naturalmente (sin usar horno
de microondas por ejemplo) no pierde en absoluto su prana.
Hay una estrecha relación entre el bulbo olfatorio, gusto y
olfato, que se juntan en el hipotálamo y donde la lengua capta
los sabores. Ambos sentidos del cuerpo humano están rela-
cionados con el dosha Kapha.
Es interesantísima la visión del gusto en la medicina de la
India. Para ella, hay tres estadios de gustos: El primero es el
de la boca con impacto mental llamado rasa, que incluye seis
tipos de sabores: amargo, dulce, ácido, salado, picante y as-
tringente. Por ejemplo, el dulce apacigua al sistema nervioso
central y de esta misma manera cada sabor tiene una vibra-
ción o cualidad que influye en todos los cuerpos.
El segundo impacto ocurre en el estómago y es llamado virya,
que refiere a la cualidad energética y puede ser fría o caliente.
Finalmente encontramos a vipaka, la impronta final en los
tejidos, que se reduce a tres sabores: dulce, ácido y picante.
Muchos saben que las grasas saturadas no son buenas y que
tampoco lo son los hidratos de carbono en exceso. Lo que po-
cos conocen es la combinación o armonía de los alimentos.
EL pH es el equilibrio e interacción existente entre lo acre o
ácido y lo salado o alcalino; cada alimento necesita de un pH
especial para poder digerirse. Las proteínas (por ejemplo la
carne) hacen que el pH del estómago sea ácido, mientras que
los hidratos de carbono (por ejemplo el puré de papas) ele-
van el pH y lo vuelven alcalino; al mezclar ambos alimentos
se produce una indigestión. Cada alimento genera el pH que
necesita para absorberse, entonces se inicia una pelea de pH
que no gana nadie y que genera toxinas.
La fruta, por otro lado, no debería comerse como postre, ya
que se absorbe muy rápido impidiendo y molestando la lu-
125
cha para digerir lo que hayamos comido como plato prin-
cipal. La fruta además alcaliniza el medio, entorpeciendo la
digestión si antes se hubieran ingerido proteínas procesadas
en un medio ácido. Las grasas tardan más en digerirse, por
lo que no deben mezclarse con los hidratos de carbono, que
se absorben más rápido. Las proteínas tardan en digerirse
un promedio de dos horas, las carnes magras por lo general
entre tres y cuatro horas y las carnes grasas, como la del
cerdo, entre seis, ocho e incluso más horas.
La solución es una comida simple, hecha con un tipo básico
cada vez, incluyendo todos los sabores y siguiendo las leyes
de la alimentación: calidad, cantidad, armonía y adecuación.
Lo frío no es bueno (“Ice isn’t nice”, como reza el sutra ayur-
védico inglés), porque impide la motilidad gástrica, produce
vasoconstricción de los vasos sanguíneos, perturba el peris-
taltismo, enlentece las secreciones y los jugos gástricos y
cierra los canales físicos y los canales sutiles energéticos... y
tomamos helado como postre…
Algunos ejemplos de conjunción insignificante podrían ser un
bajo consumo de los alimentos requeridos para una alimenta-
ción sana, comer cosas que no proveen al cuerpo componen-
tes esenciales en cantidades suficientes y el hambre más allá
del límite. Se produce una posible falta de atracción sexual.
Como conjunción pervertida podemos citar la comida conta-
minada, adulterada o de mala calidad, los malos hábitos ali-
menticios, la coprofagia y la incompatibilidad de alimentos.
Se favorece la perversión sexual.
La conjunción excesiva, por último, consiste en comer gran-
des cantidades de alimentos que tienen un gusto específico,
lo que puede conducir a enfermedades como la diabetes o la
obesidad. Se tiende a la indulgencia sexual.

El olfato
Está relacionado con el elemento Tierra y con Kapha (el único dos-
ha vinculado con el elemento Tierra). Su órgano de acción es el
126
ano y su órgano de percepción es la nariz. El olfato juega un papel
muy importante junto al gusto, como así también con la visión.
Al nacer, lo primero que hacemos es inspirar y al morir, espi-
rar. Cada vez que respiramos estamos naciendo y muriendo.
Las terapias físicas como la quiropraxia por lo general se apli-
can durante la espiración, que es el momento cuando se produ-
ce una relajación e hipotensión muscular natural generalizada.
La nariz y el cerebro se comunican a través del bulbo olfa-
torio, que apenas recibe la vibración del aroma se comunica
con la glándula pineal o epífisis, con la glándula pituitaria o
hipófisis y con el hipotálamo (el cerebro del cerebro), lo que
genera que todo el cuerpo vibre simpáticamente.
La nariz y el cerebro también se comunican por una circulación
secreta que el Ayurveda llama shringhataka, que corresponde a
las venas faciales con su circulación retrógrada al cerebro, ya
que no tienen válvulas. Esta retro-circulación solo se produce
si la persona está acostada boca arriba (decúbito dorsal), por
eso uno no debería acostarse inmediatamente luego de recibir
cualquier medicamento administrado por la nariz.
El olfato es el sentido encargado de detectar y procesar los
olores, o sea que es un sentido químico, en el que actúan como
estimulante las partículas aromáticas u odoríferas despren-
didas de los cuerpos volátiles, que ingresan por el bulbo ol-
fatorio ubicado en la nariz y son procesadas por el sistema
olfativo. La nariz humana está capacitada para distinguir entre
más de 10.000 aromas diferentes. Es el sentido más pesado y
fuerte al nacer, así reconoce un bebé a su madre.
El aroma es vibración al igual que el sonido y, como tal, re-
suena en nuestras células. El aromaterapia tiene gran poder
en resonancia con la mente. Los olores nos pueden agra-
dar, calmar o excitar. Inciensos y aceites están hechos con
resinas de tronco, por lo tanto por su naturaleza contienen
prana o energía, y a la vez abren los canales sutiles energéti-
cos llamados nadis. Una advertencia muy importante es que
nunca debe ingerirse un aceite aromático, ya que incluso en
pequeñas cantidades pueden provocar agujeros en el estó-
mago, llegando en algunos casos a provocar la muerte. Son
127
volátiles, irritantes y destructivos de la mucosa. También hay
que evitar su contacto con los ojos.
Podríamos citar como conjunción insignificante la anosmia,
imposibilidad de oler y el contacto insuficiente o débil con
olores. El olfato está relacionado con el ano como sentido de
acción, por lo tanto con la constipación y la avaricia.
Como conjunción pervertida encontramos a los olores des-
agradables, la exposición anormal a un olor pútrido, descom-
puesto o venenoso (gas) y olor cadavérico.
Como conjunción excesiva encontramos los olores fuertes
tanto ácidos como álcalinos o una exposición excesiva a olo-
res agudos, intensos y embriagadores.
Las ciencias metafísicas hablan de otros sentidos físicos que
no se conectan con los órganos de los sentidos, entre los que
se encuentran la telepatía, la clarividencia, las percepciones
extrasensoriales y la intuición.
Volviendo al tema “sujeto-objeto”, vemos que el “Yo sujeto” es el
Ser, es “Yo soy” sin ninguna aferencia o eferencia de los sentidos
y sin ningún pensamiento. El sujeto es mi verdadero Ser, sin cuer-
po, ni mente, ni sentidos; su manifestación se produce durante el
sueño profundo, la meditación, la intuición y la conciencia.
Objeto es todo aquello que se aprecia por los sentidos, suma-
do a los pensamientos.
Esto es el drg-drsya-viveka de la Vedanta, el discernimiento o viveka
sobre la naturaleza del drg, el perceptor y de drsya, lo percibido, es
decir del sujeto y objeto. Es la fractura o dilución de las fronteras
si se vive en meditación en el sujeto o en el objeto, pero no en am-
bos. Es ver un objeto sin agregarle ninguna interpretación.
El presente es lo que aquí nos ocurre, lo que aquí leemos o
escuchamos. Si estoy inmerso escuchando las fronteras se
diluyen, no me doy cuenta de que estoy sentado, no pienso
pero sé, soy conciente... no sé de qué, pero soy conciente.
Tengo la misma información pero no interpreto los objetos.
Se puede vivir sin pensar. No desaparece la información pero
sí la diferenciación. En el presente no hay nadie, ni tiempo, ni
fronteras, ni memoria activa. Durante la vigilia se pasa de un
objeto a otro sin interpretar, solo sabiendo.
128
El presente es una comprensión que se comprende a sí mis-
ma y ordena las cosas de por sí, ya volveremos a explayarnos
sobre el asunto sujeto-objeto.
¿Dónde estamos durante el presente si no estamos pensando?

129
IX. El Prana
“Como no sabían que era imposible
lo hicieron“

Prana (pra-ana) quiere decir aire primario, alimento primario y también


fuerza nerviosa. El prefijo “pra” quiere decir delantero, hacia allá o an-
terior y el sufijo “ana” es aire como alimento, rasa y varias cosas más.
El prana es la energía que rige todo el universo, es la fuente de las
funciones mentales que nos permiten caminar, percibir, sentir, pen-
sar. Podríamos decir que prana es igual a energía y es igual a vida.
La vida sería la “información” que tiene el prana dentro de nuestro cuerpo.
El prana se obtiene principalmente a través de la respiración,
del Sol y del alimento.
Los seres vivos además de los cinco elementos que comparti-
mos con todas las cosas, tenemos el prana, o sea la vida. Nada
en el cuerpo está desprovisto de prana, a excepción de las
uñas y el pelo, que no tienen chitta o conciencia.
El prana está relacionado primero con el elemento Akasha,
Éter o Espacio. El Akasha permite al prana tomar forma y en
definitiva la materia es la matriz en donde el prana es creado.
Homologando al yin y yang chino, el prana es considerado po-
sitivo (+) mientras que el Akasha es considerado negativo (-).
131
Los polos son necesarios para que se produzca la electricidad
y la energía en sí. El hombre es considerado más Pitta y un
polo positivo (+), por lo que en consecuencia sufre más ata-
ques cardíacos y gastritis, mientras que la mujer es conside-
rada más Vata-Kafa y un polo negativo (–), por lo tanto es más
propensa a desórdenes nerviosos y a sufrir constipación.
Ki en japonés, Chi en chino, Orgón en Occidente, esta ener-
gía primordial penetra y nutre cada sector del cosmos y del
cuerpo. No solo nutre, sino que guía y controla las funciones
de las células, la corriente eléctrica, el flujo de los diferentes
sistemas y el movimiento en sí.
El prana es absorbido por la respiración, por el sol y por los co-
rrectos alimentos (o sea del cielo y de la tierra), y es influido por
nuestras emociones, nuestra forma de vida, nuestro trabajo, el
clima, los pensamientos de las cosas que propiciemos en nues-
tra cabeza, etc.
El prana se relaciona entonces con el vayu (Aire, Vata) y como
energía universal es llamado lokavayu (loka: mundo, universo).
El lokavayu regula el clima, las nubes, las tormentas, la rota-
ción de los planetas y la expansión del universo. Esa misma
expansión habla de la infinita energía cósmica que rompe la
atracción planetaria y continúa expandiéndose.
El prana de nuestro cuerpo es conocido como shariravayu (sharir:
cuerpo), aquel que se divide en los cinco pranas mayores que ve-
remos más adelante (recordemos que “vayu” se pronuncia “vaiu”).
Volviendo al prana, vemos que es algo más que simple aire u
oxígeno: Se trata de algo mucho más sutil y su energía electro-
magnética es la que hace la diferencia.
En un laboratorio podríamos reproducir cualquier alimento con sus
proteínas, hidratos y grasas e incluso el oxígeno, pero es imposible
mantener una vida por esa vía. Falta la esencia misma de la vida, su
electromagnetismo o energía invisible que todo lo permea y lo une.
Los enlatados y los congelados pierden esa energía sutil, el
microondas la destruye (aunque permanezcan intactas proteí-
nas, grasas e hidratos).
Nos nutrimos de prana a través de los alimentos, la respira-
ción, el Sol y también con la meditación, respiraciones prana-
132
yama y las posturas o asanas; el equilibrio del estado mental
y de la postura favorece y estimula la circulación energética
hacia arriba, hacia los chakras superiores, tal como lo explicara
en mi libro Ayurveda y Terapia Marma.
Las terapias vibracionales ejercen su acción fundamental sobre
el campo de energía, lo que desencadena un efecto secundario
sobre el cuerpo físico. En definitiva todo ocurre primero a nivel
energético, después se producen las manifestaciones físicas. El
prana realiza la interacción entre materia y conciencia.
En la actualidad, de acuerdo con las últimas investigaciones en
medicina energética o vibracional se entiende que “todo elemento
vivo está rodeado por un patrón holográfico de energía que aporta
información codificada para el desarrollo del embrión y posterior-
mente del feto, así como una plantilla para la reparación celular en
caso de daños infligidos al organismo en vías de formación” como
afirma Richard Gerber en su libro La Curación Energética.
El cuerpo físico es muy sensible a los estímulos vibratorios
o lo que es lo mismo a la luz, al color, al sonido, a las formas
y figuras, a los campos electromagnéticos, y a las imágenes
mentales, frente a los cuales reacciona sin necesidad de que
haya un contacto físico directo.
Materia y energía son polos de la misma escala, solo difieren
la velocidad de sus partículas subatómicas y su vibración. Re-
cordemos la fórmula de pasaje de energía a materia de Eins-
tein: E = M. C2 (energía es igual a masa por c2, que es la velo-
cidad de la luz al cuadrado). De todas maneras, si observamos
detenidamente al universo, notamos que el 99,9% es vacío,
mientras que el 0,1% restante está compuesto por materia.
Ahora bien, si estudiamos a la materia a nivel subatómico en-
contramos que la materia también es vacío, energía o prana.
Existen lugares en el cuerpo humano donde se acumula y trabaja
el prana, reservorios de energía formados por pequeños paque-
tes de prana que están unidos a los canales energéticos que con-
trolan las funciones. A esos lugares se los llama puntos marmas
y a los siete puntos marmas mayores se los conoce como chakras.
Todos los puntos marmas están relacionados con tres aspectos
importantes: las artes marciales, la medicina y la vida misma.
133
Vamos a cerrar este capítulo haciendo una clasificación según
las distintas funciones del prana.

Los cinco pranas mayores


1.-Prana vayu (relacionado con el sexto y séptimo chakra)
Mueve el prana (pra-ana, primer aire, primer alimento) hacia
adentro, ubicado entre la laringe y el corazón, aunque centra-
do en la cabeza, controla los músculos respiratorios, cardía-
cos, el habla y la temperatura corporal.
Es el prana que rige la entrada de energía a través de los ali-
mentos, la bebida, el aliento, las impresiones, las emociones,
los pensamientos y la conciencia.
Es el “Guardián de la energía”.
Reside en la cabeza y se mueve hacia adentro y hacia abajo,
permitiendo la recepción de todas las fuentes de energía.
Al respirar no solamente tomamos energía del aire, también
podemos conectarnos con fuentes de energía más sutiles a
través de la conciencia. La respiración conciente (pranayama)
alimenta tanto la energía como la conciencia.
Lo que causa el funcionamiento correcto del prana es la recep-
tividad, la apertura a lo Divino y a la fuerza de vida cósmica. Es
el aire que inspiro el que aporta la energía en general.

2.-Udana vayu (garganta-laringe, quinto chakra)


Mueve el prana hacia arriba, hacia la cabeza y hacia afuera (ud:
arriba, ana: aire alimento).
Ubicado entre la laringe y el tope de la cabeza, controla el siste-
ma nervioso, el balance, la expresión, la memoria y el intelecto.
Mantiene al cuerpo erecto y es el “Guardián de la memoria”.
Se relaciona con la voluntad, la expresión y el entusiasmo.
El udana rige la salida de energía a través de nuestra expre-
sión por medio del habla, el esfuerzo físico, el entusiasmo
emocional y el juicio mental. Es responsable del uso creativo
de nuestra energía y está relacionado con el dedo índice.
Es el resultado, en última instancia, de la nutrición. A partir de
udana ya no hacemos nada conciente con el alimento. Una vez
134
que este pasa por la garganta, perdemos contacto con él hasta
que sale del cuerpo en forma de desecho.
Lo que causa el funcionamiento correcto del udana es la co-
rrecta aspiración en la vida y las acciones correctas o dharma.

3.- Vyana vayu (corazón, cuarto chakra)


Vyana (Vi: difusivo, circulante, ana: aire alimento) es la circulación del
prana hacia los nadis. Es el aura del cuerpo y lo penetra en un todo.
Controla los movimientos en sí. Expande y libera.
Es el “Guardián de la caridad”, ya que circula, permite fluir y da.
Está relacionado con el corazón y la expansión mental. Realiza
movimientos centrípetos.
El vyana rige la circulación de energía a través del sistema circula-
torio del cuerpo físico, pero también a través del aliento, los senti-
dos, las emociones, los pensamientos y la conciencia. Transporta el
prana absorbido a los lugares donde pueda trabajar y expresarse.
Lo que causa el funcionamiento correcto del vyana es la acción en
armonía con nuestros valores y aspiraciones, incluyendo la libre ex-
pansión del pensamiento, la emoción, la percepción y la conciencia.

4.- Samana vayu (estómago, tercer chakra)


El Samana (sama significa equilibrio, regulación, ana: aire-
alimento) realiza una acción de balance sobre el prana. Se
localiza entre el corazón y el ombligo. Regula el sistema ner-
vioso autónomo y la digestión. El samana rige la absorción de
energía a través del sistema digestivo. Si nuestras mentes,
nuestras emociones y todo lo que nos alimente no están en
equilibrio (sama-ana es equilibrio en el alimento), entonces no
podremos absorber nutrientes en ningún nivel.
La paz y el equilibrio causan el funcionamiento correcto del
samana (la armonía y el equilibrio dentro de nosotros mismos
y con nuestro ambiente natural).
Realiza un movimiento hacia adentro, centrípeto, que regula,
mantiene y conserva.
Es el “Guardián del balance”, de la digestión y homeostasis o
equilibrio.

135
5.-Apana vayu (colon, primero y segundo chakra)
Mueve hacia abajo y hacia afuera (apa: abajo, ana: aire), inter-
viene en la defecación, el parto, la menstruación y la eyacu-
lación. Es la fuerza más potente, pero no la más importante,
lugar que ocupa prana vayu.
Es el “Guardián del vacío”.
El apana rige la eliminación de la energía de desecho prove-
nientes de todas las fuentes de energía. Estas incluyen la ori-
na, la defecación y la exhalación. El apana es como un tapón
sobre la energía del cuerpo. Puede ser abierto para dejar salir
la energía de desecho, pero si se lo deja demasiado abierto,
drenará el prana del cuerpo en su totalidad.
Su lado positivo es que elimina toxinas, apoya a los otros pra-
nas y continúa la vida a través de la reproducción.
Apana ayuda a trascender a todos los deseos y pensamientos
y está relacionado con la inmunidad y la reproducción.
Lo que causa el funcionamiento correcto del apana es, por un
lado, nuestra capacidad de apartar la negatividad y de no res-
ponder a estímulos negativos del mismo modo y, por el otro,
en la acción de dar y desprenderse de las cosas.
El apana en su funcionamiento correcto nos protege del dete-
rioro eliminando las fuerzas que desgastan al cuerpo.
Es la estabilidad y la graVedad el crecimiento. También lleva
a la Kundalini (-) en un movimiento hacia arriba, a través del
sushumna nadi, hasta unirse con el prana de la cabeza (+). Es
el moksha, el nirvana, la liberación, la iluminación.
Los prana son uno con distintas funciones y localizaciones.

136
137
X. Los Chakras
“Todo es tan solo
una diferente vibración”

La palabra en sánscrito “chakra” significa literalmente “rueda”


y hace referencia a centros energéticos en donde se condensa,
circula y gira el prana. Se encuentran en el entrecruzamiento
de los nadis, meridianos o tubos astrales por donde circula la
energía, siendo siete los chakras principales. Tanto los nadis
como los chakras se encuentran a nivel del cuerpo astral en el
plano astral, que es la contraparte sutil del plano físico; o sea,
los chakras son también estados de conciencia.
El cuerpo físico y el astral se encuentran superpuestos e interconectados.
Los siete chakras o centros de energía principales se encuen-
tran ubicados a lo largo del canal central o sushumna nadi,
representando cada uno un estado particular de conciencia.
Están relacionados con los principales plexos nerviosos del
cuerpo físico, con colores, olores, vibraciones, elementos y pla-
netas. Estas usinas son a la vez glándulas con su componente
electromagnético en el exterior del cuerpo.
La energía Kundalini, el Fuego místico del cuerpo sutil, yace
adormecido en el chakra inferior, primer chakra o Muladha-
139
ra, que está situado en la raíz de los genitales. Este chakra
está relacionado con la supervivencia, la alimentación y las
glándulas suprarrenales. Un poco más arriba encontra-
mos al segundo chakra, Svadhistana, donde también bajo
la influencia de Kundalini se activa la energía sexual nece-
saria para la preservación de la especie, relacionado con
los genitales. Muchos opinan que la energía Kundalini (que
representaría la ubicación de nuestra conciencia) se queda
atascada entre estos dos primeros chakras (alimento y sexo). 
La energía en la naturaleza puede ser manifiesta o inmanifiesta.
La Kundalini es una energía inmanifiesta, latente, es la semilla
de nuestra energía total. Su poder es potencial, pues no es nece-
saria para la vida diaria, pero si a esta conciencia la llevamos por
nuestro interior hasta fusionarse con el séptimo chakra, llegare-
mos a la liberación, al samadhi, al turisha, al moksha.
El Yoga tiene como una de sus metas la fusión entre ambas
energías sexual y espiritual con la cósmica, pero normal-
mente ese Fuego energético serpentino (“Kundalini” signi-
fica enroscada) suele fluir hacia abajo, por ejemplo durante
el coito u otras pasiones, en lugar de trascenderlas y de
ascender hacia la pureza y espiritualidad. Sin embargo,
el sexo con conciencia, llevando a cabo ciertos rituales y
acciones espirituales se transforma en una de las formas
de ascender la Kundalini, tal como lo desarrollé en mi libro
Ayurveda y sexo tántrico. Una de las técnicas es evitar la
eyaculación para redireccionar esa fortísima energía en
dirección hacia los chakras superiores. Este sexo tántrico es
llamado maithuna. Es considerado como una forma de me-
ditación donde desaparece el yo. El ascenso de Kundalini se
obtiene a través de la realización de ciertos pasos del Yoga,
tales como tener una buena conducta, la no violencia, la
correcta acción o dharma, una alimentación sáttvica o pura,
pranayama, pratyahara o control de los sentidos, etc.
El tercer chakra, Manipura, está situado en la zona del ombli-
go y es la sede de todo aquello que percibimos, emociones,
pasiones y sentimientos. Rige sobre el hígado, el páncreas,
el bazo, el estómago y el duodeno. Los tres chakras inferiores
140
representan el inconciente y son los chakras del ego.
El cuarto chakra, Anahata, se haya en la zona del corazón (glándu-
la timo), donde al recibir la irradiación de Kundalini brota el amor.
El quinto está en la zona de la garganta, llamado Vishudha,
donde la energía estimula espontáneamente la acción sin
segundas intenciones, más allá de todo interés personal.
Está relacionado con las glándulas tiroides.
El sexto chakra, Ajna, se sitúa en el entrecejo. La concentra-
ción en este centro provoca el centelleo de Kundalini, que
abre el camino de la intuición, la clarividencia y la telepatía.
Está relacionado con la hipófisis.
El último chakra es Sahasrara, la energía positiva que al
unirse con Kundalini produce el despertar total. Al alcanzar
el séptimo chakra, se conoce el estado de éxtasis y total
independencia, más allá de maya o ilusiones y de los deseos
personales. Está relacionado con la glándula pineal.
Los cinco chakras inferiores representan cada sector de la
columna vertebral. Así el primer chakra es el sector coccí-
geo, el segundo es el sacro, el tercero el lumbar, el cuarto
chakra representa el sector dorsal mientras que el quinto
chakra al sector cervical.
Cada órgano en particular y luego el cuerpo todo, tienen una
particular frecuencia vibratoria casi tan característica como
las huellas digitales.
Veremos a cada uno de los chakras con mayor detalle:

Primer chakra: Muladhara.

Chakra raíz o soporte (“mula”: raíz, “adhara”: soporte).


Es el primer chakra, es vertical, inferior y descendente. Al
141
igual que el séptimo chakra, Sahasrara, su vórtice es vertical
y único, al contrario que el resto de los chakras que tienen
vórtice horizontal, con dos caras, anterior y posterior. Se
localiza en el área del cóccix y contiene la energía mística
del Kundalini, compartida en menor grado por el segundo
chakra. Corresponde al planeta Saturno, al elemento Tierra,
su signo es el cuadrado y su deidad es Brahma. El sonido
primordial o semilla (bija) de mantra es el “lam”.
Es el chakra más elemental, regente de la supervivencia y la
alimentación, y es el que se encuentra más abajo, ubicado entre
los genitales y el ano. Representa el nivel más denso de mani-
festación o condensación de la energía cósmica, la materia.
Tiene que ver también con la salud y con la higiene y se
encuentra bloqueado en las personas obesas.
El chakra Muladhara está asociado con las funciones de
supervivencia, con las necesidades físicas, con el placer y la
alimentación. Arraiga la conciencia al plano físico, tanto con
nuestro propio cuerpo como con la Tierra y a su vez está
relacionado con el sentimiento de seguridad y estabilidad.
Este chakra controla las glándulas suprarrenales y secun-
dariamente las gónadas. Las glándulas suprarrenales son
dos glándulas de secreción interna, que están situadas una
a cada lado por encima del polo superior de ambos riñones.
Las hormonas que producen las glándulas suprarrenales
son los glucocorticoides de acción antiinflamatoria, antialér-
gica, antálgica (contra el dolor) y de efectos sobre la presión
arterial, los mineralcorticoides (sistema renina angiotensi-
na-aldosterona) que son hormonas de acción reguladora del
sodio y el potasio, sobre todo a nivel renal, pero también en
las glándulas salivales, sudoríparas y del tramo gastrointes-
tinal. También producen hormonas sexuales elaboradas en
mínimas dosis por la corteza suprarrenal, que son química-
mente iguales y ejercen la misma función biológica que las
elaboradas por las glándulas sexuales.
La DHEA, o dehidroepiandrosterona es una hormona natural
producida por las glándulas suprarrenales a partir del
colesterol. Es una precursora de la síntesis de hormonas
142
como la testosterona, los estrógenos y la progesterona. El
momento de máxima secreción se produce alrededor de los
21 años, con la edad se produce una disminución en la pro-
ducción que llega al 90% a los 75 años. Es una hormona de
rejuvenecimiento ya que fija y reduce los radicales libres de
oxígeno. La DHEA en los huesos lucha contra la osteoporo-
sis mejorando la densidad mineral de los huesos, especial-
mente en las mujeres. En la piel aumenta considerable la
producción de sebo, que tiene por efecto una mejor hidra-
tación, así como una disminución de las manchas. Además
mejora la respuesta en el sistema inmunitario y optimiza el
efecto de las vacunas (sobre todo, la vacuna contra la gripe).
En el cerebro estimula el funcionamiento neurológico, mejora
la memorización y protege de la degeneración de las células
del cerebro. Es probada la acción de la DHEA contra el estrés.
La médula suprarrenal elabora también adrenalina y nora-
drenalina, iguales a los neurotransmisores, pero con la dife-
rencia que los neurotransmisores ejercen su acción bioló-
gica únicamente en el lugar en que son liberadas, mientras
que las de origen suprarrenal son vertidas directamente en
la sangre y actúan a distancia. En la zona suprarrenal se
produce mayor cantidad de adrenalina que de noradrena-
lina, distinto de lo que ocurre en las terminales nerviosas
simpáticas que producen los neurotransmisores.
Gobierna el sistema excretor (en relación con apana vayu),
así como el esqueleto, los dientes, las uñas y los cabellos.
Las partes del cuerpo asociadas a este chakra son los hue-
sos, la estructura ósea y las glándulas suprarrenales.
Se encuentra en estrecha vinculación con los pies, que son
nuestra conexión con la Tierra. Es la base para la existencia
en el mundo material y de la cohesión física. Un bloqueo
en este chakra produce una excesiva identificación con lo
material (obesidad, egoísmo o retención) o, al contrario, una
falta de basamento físico e inestabilidad.
Cuando se halla equilibrado este chakra permite “tener los pies en la
tierra” y mantener la salud del cuerpo, la fuerza física y la vitalidad.
Corresponde al órgano del sentido de la percepción del olfato y su
143
órgano de acción, el ano. Rige sobre la vitalidad y la alimentación.
Se lo vincula a la frecuencia de vibración de 261 Hz, que
corresponde a la nota musical “do” y, como vimos, a una
octava de manifestación más sutil que es el color rojo, el
más pesado para las personas. Representado por un loto
de cuatro pétalos que corresponden a los cuatro principales
nadis a los que está conectado.

Segundo chakra: Svadhistana.

La propia morada (“sva”: lo propio, lo que es, “adhisyana”:


morada, asiento).
Es el segundo chakra ubicado al equivalente del ancho de
cuatro dedos debajo del ombligo (por delante) y de las vérte-
bras sacras (por detrás). Chakra sacro, entre éste y el tercer
chakra se localiza el Hara (japonés) y el Shia Tan Tien (centro
energético clave inferior chino, asociado con los riñones,
glándulas adrenales, intestino bajo y órganos reproductivos).
Actúa sobre los campos de la reproducción, la creatividad, la sexua-
lidad y es dónde se encuentra nuestro depósito de energía vital.
Corresponde al planeta Marte, su elemento es el Agua, su
signo es la Luna creciente, su deidad es Vishnu. La semilla es
“vam”, su color es naranja y está relacionado con los órganos
sexuales, el sexo, la desintoxicación, la pasión y la creación.
Está estrechamente vinculado con los genitales como órga-
nos de sentido de acción y con el sentido de percepción del
gusto, a través de su relación con el elemento Agua (sin agua
o sin saliva en la boca, no podemos sentir el gusto).
Su desequilibrio es causante de diversos desordenes sexuales, así
144
como la falta de creatividad, el dolor, la búsqueda desmedida de
placer, la agresividad y problemas en los órganos abdominales.
Relacionado con las glándulas reproductoras: los testículos y
los ovarios que además de ser, respectivamente, las gónadas
masculinas y femeninas son también glándulas de secreción in-
terna. La función de gónadas se expresa mediante la formación
y maduración de los espermatozoides y óvulos, mientras que la
endocrina o interna, mediante la producción de hormonas.
Las hormonas del ovario son los gestágenos (de gestar,
engendrar) como la progesterona, andrógenos como la
testosterona (que viene de testículo, esterol, y de ona: de
carácter femenino) y los queridos estrógenos (estro: celo,
ardor sexual) como el estradiol y la estrona.
Los estrógenos ejercen su actividad sobre la mucosa útero
vaginal, determinando las variaciones morfológicas del ciclo
menstrual e influyen en el desarrollo de los caracteres sexua-
les secundarios. La principal función de la progesterona es la
de preparar la mucosa del útero para la anidación y nutrición
del huevo fecundado. La testosterona incrementa la líbido.
Las hormonas del testículo son los andrógenos (testosterona)
y estrógenos (estradiol y estrona). La testosterona incremen-
ta la líbido, es responsable del desarrollo de los órganos ge-
nitales masculinos y de los caracteres sexuales secundarios
y es indispensable para los fines de la espermatogénesis.
Como hemos visto, este chakra tiene vórtice anterior y poste-
rior, el anterior está vinculado con el placer sexual y la pasión
que se desprende de ello, la parte posterior del chakra está vin-
culada con la confianza, la comprensión, el cariño y la creación.
Es el centro del cambio, de la creatividad, del impulso y
energía sexual y de los placeres; también se relaciona con
la sociabilidad. Habla de regeneración, reproducción, sexo,
creación e inmunidad. En las enseñanzas hindúes se hace
mucho hincapié en el celibato (brahmacharya), con el pro-
pósito de transmutar la tendencia descendente del impul-
so sexual en energía espiritual (ojas shakti) con tendencia
ascendente. De esta manera la energía asciende por sus-
humna nadi hasta el cerebro, donde permanece acumulada
145
incrementando la conciencia espiritual.
La transformación de la energía sexual es propiamente una
sublimación y luego una mutación, no una represión de las
pulsiones sexuales que pueden llevar a alteraciones psíquicas y
somáticas de diversa índole, como así también a un retorno de
lo reprimido y a etapas cronológicas ya superadas.
Está vinculado a la frecuencia de 294 hz correspondiente a
la nota musical “re”. Representado por seis pétalos corres-
pondientes a sus seis principales nadis. Relacionado con el
instinto de conservación de la especie.
Los animales tienen únicamente estos dos primeros
chakras, que rigen sobre los instintos de supervivencia y
conservación de la especie (alimento y sexo).

Tercer chakra: Manipura.

Ciudad de las joyas, alegría (“pura o pur”: ciudad, “mani”:


joyas, alegría).
Este asiento del prana está localizado en la espina posterior,
entre la séptima y la octava vértebra dorsal y por delante a
la altura del ombligo.
Está relacionado con el poder, el elemento Fuego y la vista.
Corresponde al planeta Júpiter, su signo es el triángulo y su
deidad es Rudra. El sonido bija o semilla es el “ram”. Este enor-
me centro de fuerza energética cuando se encuentra bloquea-
do quema en nuestro interior, produciendo gastritis y úlceras,
además de generar pérdida de energía y desconfianza en uno
mismo. Su color es amarillo y rige el sistema autónomo.
Está íntimamente relacionado con las emociones y sus di-
146
ferentes matices. A ello se deben, según la filosofía oriental,
las sensaciones a la altura de la boca del estómago que nos
acompañan cuando experimentamos una emoción fuerte.
Cualquier problema emocional altera este chakra, por eso
a veces duele el estómago cuando tenemos un problema,
vomitamos ante una percepción desagradable, tenemos
diarrea previa a situaciones estresantes o se nos corta la
digestión ante emociones violentas.
Da el poder de la voluntad, la atención y la intención.
Mientras que Muladhara y Svadhistana tienen un movimiento
descendente, Manipura posee un movimiento ascendente de-
bido a la cualidad del Fuego y del calor. Atravesar este chakra
es atravesar el diafragma para llegar a los chakras superiores.
Es el chakra de la transformación, a través del proceso de
combustión de la digestión y también de la tranformación
de la inercia de la Tierra y del Agua en acción y energía.
En el cuerpo físico se corresponde con el sentido de per-
cepción de la vista y con los pies como el sentido de acción.
“Hay que ver por donde caminamos”.
Manipura desequilibrado queda cargado de emociones negativas
y además acarrea problemas digestivos, úlceras, alergias, intoxi-
caciones, diabetes, hipoglucemia y desórdenes emocionales.
Relacionado con el páncreas, que es una glándula situada
detrás del estómago que tiene una doble función: exócrina
(vierte su elaboración al duodeno) y endocrina (vierte su ela-
boración al torrente sanguíneo). Las hormonas del páncreas
son la insulina, que determina una disminución de la gluco-
sa en sangre acelerando su metabolismo y cuya carencia
determina la diabetes mellitus, y el glucagón, que determina
un aumento en la glucemia o glucosa en sangre, regulando
e interactuando con la insulina.
El vórtice energético anterior de este chakra se vincula con
el manejo mental de las emociones y con utilizar la inteli-
gencia fría cuando aparecen las pasiones excesivas. Así, se
crea un espacio para manifestar las pasiones pero con un
límite para que no se desborden.
Por la parte posterior este chakra se relaciona más directamen-
147
te con el plano mental que con el plano emocional y cuando este
vórtice está abierto incide para que las personas sean adapta-
bles y activas, pero no estresadas sino con control mental.
Relacionado a la frecuencia de 330 hz y a la nota musical
“mi”. Es representado por diez pétalos de loto, relacionando
los nadis principales por los que está conectado.

Cuarto chakra: Anahata

IInvicto. (An: no; ahata: golpeado).


La cara posterior del cuarto chakra se ubica en la espina a
la altura de la cuarta vértebra dorsal, mientras que la cara
anterior se localiza junto al corazón. Corresponde al planeta
Mercurio y su elemento es el Aire. El sonido primordial es
“yam”. Su color es el verde.
Genera emociones como el amor universal, la capacidad de
curación, la poesía, el arte y rige el sistema circulatorio. Su
localización coincide con el Tan Tien medio chino.
Está asociado en el cuerpo físico al sentido del tacto y su órgano
de acción son las manos. Se relaciona con las funciones del
corazón, con la glándula timo (estado anímico es sinónimo de
tímico) y con el sistema circulatorio, por lo cual su desequilibrio
produce problemas circulatorios, cardíacos y respiratorios.
Anahata chakra está situado justo en el medio de la línea de
chakras principales, los tres chakras inferiores por debajo y
los superiores por encima. En este chakra reside la concien-
cia de la individualidad (jivatman), el principio absoluto iden-
tificado con las limitaciones de los sentidos y de la mente.
Tras el despertar de este chakra en su parte anterior hay un
148
cambio profundo en los niveles de conciencia, es un hito que
marca un antes y después. Cuando las aguas de los apegos
emocionales basados en relaciones de placer-displacer se
acallan, se manifiesta el amor universal que no distingue
formas y no se centra en el ego. Precisamente la zona pos-
terior es la relacionada con el abandono del ego y la visuali-
zación del amor universal hacia lo que nos rodea.
La zona anterior se relaciona con amar al otro, la zona
posterior con sentirse amado. No se puede abrir la zona
posterior sin abrir primero la anterior.
Este es el chakra del timo aunque tradicionalmente se
ubicaba a la glándula del timo como sede del chakra del
corazón. No obstante, cada vez son más los autores que
se refieren a este centro como un chakra distinto, que está
activándose en estos momentos de la evolución humana. El
timo es una glándula que esta situada detrás de la porción
superior del esternón, prolongándose a veces hasta la
región baja del cuello. En proporción, el timo está mucho
más desarrollado al nacer que en la edad adulta. Normal-
mente crece hasta la pubertad, época en la cual inicia una
lenta involución y la glándula va siendo sustituida por tejido
adiposo. No obstante, en la edad adulta es posible encontrar
restos funcionales del órgano involucionado.
La hormona tímica tiene una importancia extraordinaria en
el funcionamiento del sistema inmunológico. Se sabe que es
capaz de modificar a los linfocitos procedentes de la médu-
la ósea en linfocitos madurados T, agentes de una variedad
de respuesta inmunológica extraordinariamente eficaz
denominada “respuesta celular”, que el organismo pone en
marcha para luchar contra las enfermedades infecciosas.
En las escrituras orientales Anahata chakra confiere ciertas
cualidades psíquicas, como viajar mentalmente y percibir
lugares y sucesos distantes.
Está relacionado con la Frecuencia de 349 hz y la nota mu-
sical “fa” y es representado por doce pétalos y nadis.

149
Quinto chakra: Vishudha.

El grande, el puro.
Su cara posterior se localiza en la espina a la altura de la
tercera vértebra cervical y su cara anterior en la garganta.
Se corresponde con el plexo laríngeo en el cuerpo físico, su
elemento es el Éter (Akasha) y a la diosa Sarasvati. El sonido
es “ham”, el color azul y está ligado a la garganta, al metabo-
lismo y la tiroides; glándula de donde surgen la inspiración y
expresión creativa; la comunicación, el discernimiento, el es-
tado de alerta y la expresión amorosa que proviene del cuarto
chakra. Está vinculado con el espacio y el sonido. Su órgano
de percepción es el oído y los de acción son la boca y la voz.
Su bloqueo origina apatía, tristeza e incapacidad de expresión.
Por la garganta entra nuestro prana y alimento y sale nuestra
expresión y palabra. Está relacionado con el dar y el recibir y
también con la emoción (“tuve un nudo en la garganta”).
Según las escrituras hindúes, el que activa plenamente este
centro, luego de haber alcanzado el amor universal, alcanza
una gran pureza de expresión, que es lo que le da el nom-
bre a este centro energético. También tiene que ver con las
cualidades expresivas y comunicacionales del ser humano.
Vishudha gobierna las cuerdas vocales, el tubo digestivo,
los pulmones y la audición, por lo que una disfunción en el
genera problemas relacionados con estas zonas.
Vishudha posee la cualidad del Espacio, en donde los otros cuatro
elementos son formados y en donde acabarán fundiéndose, por
lo tanto es la cualidad que está en forma latente detrás de ellos. El
150
Espacio es la condición necesaria para que algo pueda caber en él.
Las hormonas de la tiroides son la tiroxina o T4 y triyodotironina o T3.
Las T3 y T4 circulan a través de todo el cuerpo afectando
a todos los órganos. Regulan el metabolismo, aumentan el
consumo de oxígeno, estimulan la tasa de actividad metabó-
lica, regulan el crecimiento y la maduración de los tejidos del
organismo y actúan sobre el estado de alerta físico y mental.
La tiroides también secreta una hormona denominada calcito-
nina o tirocalcitonina (TCT) que disminuye los niveles de calcio y
fósforo en la sangre e inhibe la reabsorción ósea de estos iones.
Normalmente los humanos tienen otras cuatro glándulas
llamadas paratiroides, dos superiores y dos inferiores, que
se encuentran en la cara de los lóbulos tiroideos de los cua-
les se distinguen por su color más pálido.
Algunas veces su número varía, pueden disminuir reduciéndo-
se a una sola, o bien aumentar hasta ocho. La hormona de las
paratiroides es la paratormona o PTH, que conjuntamente con
la TCT regulan el equilibrio del calcio del organismo. Un déficit
de PTH conduce a un descenso de calcio en la tasa hemática,
con un aumento de fósforo y, en consecuencia de ello, hay una
hiperexcitabilidad nerviosa. La calcemia (calcio en sangre) no
puede variar mucho y el organismo es capaz de quedarse sin
calcio en los huesos, pero mantener la calcemia estable.
Vishudha por su cara anterior se relaciona con la comuni-
cación hacia los demás y la comunicación amorosa, pero ya
que la palabra puede curar o dañar (¡que fácil que es herir!)
se hace recomendable escuchar más de lo que se habla y
evolucionar hacia el silencio cuando este amerita.
Por su zona posterior se relaciona con la vida profesional, la expre-
sión que se obtiene en el trabajo y la vida diaria, el poder creativo, la
adaptación y la tolerancia. Expresión, alerta y discernimiento.
Está vinculado a la frecuencia de 392 Hz y a la nota musical
“sol” y se lo representa con dieciséis pétalos.

151
Sexto Chakra: Ajna

El que dirige.
Su vórtice posterior se sitúa sobre el área posterior de la
nuca a nivel occipitobiparietal y el anterior entre las cejas, el
llamado “tercer ojo”.
Corresponde a la Luna y a todos los Elementos. El sonido
bija es el “Om” y su color es el violeta. Está ligado al intelec-
to y la visión y es el lugar de la clarividencia e intuición.
Se relaciona con la hipófisis, glándula constituida por dos partes
llamadas adenohipófisis y neurohipófisis. Regula el equilibrio
hormonal, elaborando hormonas que vigilan la actividad hormo-
nal de las otras glándulas endocrinas, a la vez que produce otras
hormonas que actúan directamente en el organismo.
Su actividad a su vez está influenciada por sustancias libe-
radoras o RF (releasing factors) elaboradas por el eje hipo-
tálamo-hipofisiario y por las hormonas de otras glándulas
elaboradas bajo su influjo (mecanismo de feed-back).
Las hormonas de la adenohipófisis son la adenocorticotrofina o
ACTH, que estimula las glándulas suprarrenales, la somatotrofi-
na o STH, hormona del crecimiento además de factor diabetóge-
no, la tirotrofina o TSH, hormona que estimula la producción de
hormonas por parte de la tiroides y la folículo estimulante o FSH,
hormona que estimula las glándulas sexuales.
Seguimos con la luteinizante o LH, hormona que provoca la ovu-
lación y prepara la formación del cuerpo lúteo, la luteotropa o LTH,
hormona responsable del mantenimiento del cuerpo lúteo y la
producción de leche por parte de la glándula mamaria y la mela-
152
nocito estimulante o MSH, hormona que estimula los melanóforos
(células de la piel dedicadas a la formación de pigmento).
Las hormonas almacenadas y distribuidas por la neurohi-
pófisis, pero elaboradas en el hipotálamo, son la antidiuré-
tica o ADH, que provoca un aumento en la presión arterial,
regula el balance hidroelectrolítico junto con la aldosterona
de la corteza renal y la ocitocina, hormona que estimula la
contracción muscular uterina y la expulsión de la leche por
parte de la glándula mamaria tras el parto.
La hipófisis induce y a la vez recibe estímulos de las demás
glándulas. Los RF son los factores liberadores que regulan
la producción hormonal de la hipófisis. La glándula hipófisis
como vemos, estimula la liberación de melanina, hormona
luteinizante, hormonas sexuales, somatotrofina, y tirotrofina
entre otras funciones de regulación.
Inclinada a la clarividencia, la telepatía, la intuición, la tele-
kinesis y las cuestiones cuánticas. Su localización coincide
con el Tan Tien superior de la medicina tradicional china.
Es el último de los chakras en tener vórtice anterior y poste-
rior (el primero y el séptimo son únicos y verticales). En su
zona anterior está representado todo el sistema endocrino
corporal, en estrecha relación con la parte emocional y de
empatía con la vida. En su zona posterior se relaciona con la
intuición, con las facultades paranormales, con la hipófisis y
los reflejos carotídeos.
Su frecuencia de vibración es de 440hz y su nota musical es
“la”. Se lo representa con dos pétalos que corresponden a
sus conexiones con los nadis principales.

153
Séptimo chakra: Sahasrara.

Mil pétalos.
Sahasrara es el último chakra, tiene vórtice único y vertical
y su orientación es ascendente. Está ubicado en la coronilla
sobre la cabeza y su bija o semilla mantra también es el
“Om”, al igual que el sexto chakra.
Este chakra asciende la energía concentrada para que se
funda en el cosmos. Es símbolo del infinito, es de color
blanco, y se relaciona con la iluminación que trasciende a
los deseos y a la ilusión.
Es el centro metafórico de la conexión con el infinito y con
la energía cósmica (por eso en la India las cúpulas terminan
en punta y los Hare Krishna se dejan un mechón de cabello
creciendo en esa zona).
Estos seis chakras, por debajo de Sahasrara chakra, son
como flores de loto que al paso de Kundalini se van ilu-
minando y despertando estados profundos de conciencia,
abriéndose paso progresivamente a otras dimensiones del
universo. Kundalini asciende por sushumna hasta Sahasrara
chakra, donde se une con la energía cósmica. El principio
estático (primer chakra) y dinámico (séptimo chakra) se
unen y se funden con el todo. La gota de agua se funde en el
océano, comprendiendo lo que siempre supo.
Sahasrara está muy relacionado con la glándula pineal (tam-
bién llamada epífisis) considerada por los filósofos antiguos
como la sede del alma. Sin embargo a partir del séptimo
año de edad esta glándula sufre una progresiva involución,
154
aunque menor a la sufrida por la glándula timo.
Existen muchos datos que sugieren que la secreción de la
glándula pineal no es constante y que los estímulos ade-
cuados para que se produzca la secreción son los estímulos
luminosos, proporcionando de esta forma un “reloj circu-
lante” al organismo. Se especula que por ello puede cons-
tituir una parte importante de los mecanismos que rigen
las actividades cíclicas (sueño, vigilia, etc.), conocidas como
ritmo circadiano.
Las hormonas de la glándula pineal son la melatonina, que
regula el color de la piel y per se es una hormona antiaging
y rejuvenecedora. También produce la adrenoglomerulotro-
pina, hormona que estimula la secreción de la aldosterona.
La glándula pineal produce melatonina durante la noche
merced a un estímulo nervioso procedente de la retina y
de diferentes núcleos cerebrales (y también gracias a la
meditación).
Mientras que la luz frena la producción de melatonina, la
oscuridad estimula su síntesis en todas las especies animales
incluyendo al ser humano.
La producción de esta hormona llega a su punto máximo
durante la infancia, desciende durante la pubertad y des-
pués continua bajando su producción con el paso de los
años.
La popularidad de la melatonina procede de observaciones
realizadas en situaciones experimentales muy concretas que
han hecho pensar que esta hormona es eficaz para combatir el
envejecimiento, a raíz de los efectos demostrados sobre los radi-
cales libres, que son capaces de lesionar el material genético del
ADN, las membranas lipídicas y las proteínas estructurales.
La DHEA, como vimos anteriormente, es una hormona
natural producida por las glándulas suprarrenales a partir
del colesterol. Es una precursora de la síntesis de hormonas
como la testosterona, los estrógenos y la progesterona. Su
liberación, al parecer, está gobernada por la glándula pineal.
Con el ascenso al séptimo chakra se realiza la no-existencia,
la unión (Yoga) con el prana cósmico. Es volver a casa, don-
155
de no hay observador ni objeto observado.
Sahasrara está vinculado con la frecuencia de 349 hz y su
nota musical es “si”. Se lo representa con un loto de mil
pétalos. Es único y vertical y como vimos su vórtice se abre
hacia arriba para fundirse con la energía cósmica.

Los cinco chakras del tronco están relacionados con los


Elementos (empezando desde el chakra de abajo, los ele-
mentos son: Tierra, Agua, Fuego, Aire, Espacio o Akasha),
mientras que los chakras de la cabeza se relacionan directa-
mente con el prana bioenergético.

Recordemos algunas de las relaciones de los chakras en el


siguiente cuadro.
Chakra Glándula, órga- Función Sentido de
no, color percepción y
acción
1. Muladhara Suprarrena- Centro de la Olfato - Ano
les, color rojo fuerza vital,
y la super-
vivencia
2. Svadhista- Gónadas Sexualidad, Gusto -
na Sexuales, creacitivi- Genitales
naranja dad, pasión,
cambio
3. Manipura Páncreas, bazo, Voluntad, Vista - Pies
hígado, estó- poder, tem-
mago peramento,
amarillo deseos,
pasiones

156
4. Anahata Timo, verde Amor, Tacto - Ma-
transfor- nos
mación y
apertura a
todo
5. Vishudha Tiroides, para- Conoci- Oídos - El
tiroides, azul miento, Habla - La
liberación, Boca
expresión
6. Ajna Pituitaria o hi- Intuición, Intuición,
pófisis, violeta clarividen- telepatía,
cia, telepa- visiones.
tía
7. Sahasrara Pituitaria o Espiritua- Todos, y
hipófisis, lidad y ar- más allá de
Blanco monía con la Mente
el cosmos

El Ayurveda entiende a la intuición como un sentido más que


transmite la verdad y a la mente como el sentido que hace
que los otros sentidos tengan forma y vida.
Al primer chakra (Muladhara) se lo puede describir como el
material, al segundo (Svadhistana) como el sexual, al tercero
(Manipura) como el poder, al cuarto (Anahata) como el amor y
la moral, al quinto (Vishudha) como el religioso, al sexto (Ajna)
como el espiritual y al séptimo (Sahasrara) como el divino.
Este último chakra es asexuado, divino y no dual, es donde
desaparecen las polaridades, las distinciones y los atribu-
tos. La materia ya no es materia y la mente ya no es mente,
se las ha trascendido.

157
XI. La Astrología Hindú
“Nada ocurre en este mundo mental
y material que no esté relacionado
con una posición determinada de
los planetas.”

La astrología Védica, conocida como Jyotisha Shastra, tiene su


origen en la India hace más de 3000 años. Se cree que fue reve-
lada en estado meditativo por sabios rishis, al igual que sucedió
con el Ayurveda, el Bhagavad Gita, el Ramayana y los Vedas.
Jyotisha significa “luz”; por su parte Shastra quiere decir “cien-
cia”. Por lo tanto, podemos concluir que uno de los significados
de este Vedanga (miembro del Veda) es “ciencia de la luz”.
En este capítulo no mencionaré la diferencia entre el zodíaco oc-
cidental (sayana en sánscrito) y el zodíaco oriental (nisayana), ya
que lo desarrollé en mi libro Ayurveda y Astrología, sin embargo
describiré algunos aspectos generales de la astrología hindú.
Para los Vedas el Akasha (Espacio) es el primer elemento que hace
que surjan los demás elementos. Sin él no existiría nada capaz
de expresarse. Espacio es también libertad, ya que cuanto más
espacio se tiene más libre se puede ser. El universo, el cosmos
y nosotros mismos existimos gracias a que existe el elemento
Espacio donde es posible la manifestación de nuestra existencia.
Akash, Akasha, Akasham, Éter o Espacio, no es otra cosa que
159
el infinito en donde se conserva la información y los registros
akáshicos de miles y miles de millones de años, informaciones
vibracionales de karmas, impresiones, arquetipos, almas, ten-
dencias, ruedas de nacimiento y muerte.
Dijimos que el universo sólo es posible gracias a que hay Espa-
cio. Etimológicamente “universo” significa “convertido en uno”.
Esta palabra proviene del latín “universus”, compuesta por unus
(uno) y versus, participio pasado de vertere (girar, hacer girar, con-
vertir). En español, entonces, entendemos que la palabra “uni-
verso” define al conjunto de todas las cosas. Un dato más con
respecto a esta palabra: “universitas” tenía en latín el sentido de
“comunidad”, “gremio” o “colectividad de personas que tienen
algo en común” y este nombre pasó a designar en varias len-
guas a los colegios de altos estudios.
Pero volvamos al universo, es decir, a la unidad de lo diverso.
Como escribí en mi libro Ayurveda y Astrología el macrocosmos se
corresponde con el microcosmos; existe un axioma védico que afir-
ma que nuestra salud depende del equilibrio entre ambos. El Ayur-
veda puede ser comprendido como el puente o camino entre ambos
cosmos, ya que incluye a la naturaleza y sus ciclos astrológicos.
Podemos encontrar en el átomo del microcosmos la analogía
y correspondencia con el sistema solar, el núcleo del átomo
ocupando el lugar del Sol y sus electrones orbitando alrededor
como si fueran los planetas. Del mismo modo, podemos enten-
der que el sistema solar es un organismo vivo que pulsa.
En la India se recurre con frecuencia a la astrología Jyotisha, ya que
en ella se mezclan y entrelazan el Sol y los planetas con la religión,
los mitos, las creencias, las tradiciones y, por ende, la mente.
Además, es el país dónde existen la mayor cantidad de astrólo-
gos del mundo y donde la astrología es estudiada como carrera
universitaria. En la Astrología Védica existen mitos, arquetipos,
símbolos y leyendas que pueden verse de diversos modos, de
acuerdo a cada observador.
La relación con la naturaleza es una de las causas que inician
el estudio de los astros, como una vía para que el hombre fuera
capaz de pronosticar y predecir cataclismos, erupciones, terre-
motos y tormentas. Así, tanto en la India como en muchas otras
160
civilizaciones, existe el dios de la lluvia, de la Tierra, del cielo, del
Sol y de cada planeta y muchas otras deidades como represen-
tación de los elementos del universo.
Cuando nos referimos al estudio de los astros, podemos hablar
sobre un sistema heliocéntrico, propio de la astronomía, en don-
de el Sol se considera el centro; o desde un sistema geocéntrico,
utilizado por la astrología, que coloca a la Tierra en ese sitial.
Existen claras diferencias entre una y otra ciencia. Según el dic-
cionario, “astronomía” viene de la raíz griega astron, que significa
“estrella” y nomos, cuyo significado es “normas”. La astronomía
se ocupa principalmente de las leyes que rigen los movimientos
de los astros, es decir estrellas, planetas y asteroides. Antigua-
mente era conocida como “uranometría”, un término provenien-
te de urano (cielo) y metría (medición).
La astrología, por su parte, es el estudio de la influencia de esos
astros sobre la vida terrestre.
Una definición mucho más poética es la que alguna vez oí en una
de las clases de astrología en Casa XI, donde Eugenio Carutti, su
director, dijo: “La astrología es la música de las esferas”, a lo que
agregó: “No es un saber, sino un ver, un percibir”. En definitiva, al
igual que la música, los astros hablan por medio de la vibración,
la resonancia, la sintonía, los acordes, la frecuencia y la armonía.
La astrología Védica Jyotisha contempla tres grandes aspectos:
Samhita, el estudio astrológico de los asuntos de las grandes co-
lectividades, como naciones, grupos étnicos, cambios de gobier-
no, guerras, predicciones atmosféricas, terremotos, tendencias
del mercado, entre otros. Otra área de estudios es la llamada
Siddhanta, que trata de los aspectos matemáticos y astronómi-
cos de Jyotisha. Por último, encontramos a Hora (se debe leer
“gjora” y significa “tiempo”, al igual que kala), que estudia por un
lado la carta natal o rashi chakra y por otro la parte horaria, dia-
ria o muhurta, que se ocupa de indicar las fechas propicias para
realizar la celebración de matrimonios o la concepción de un
hijo, así como también para llevar a cabo ceremonias, construir
el hogar, abrir un negocio, firmar un contrato, realizar un viaje
o comenzar una campaña militar, entre muchas otras aplica-
ciones. Incluye la astrología natal, el Karma y la reencarnación.
161
Jyotish es la representación matemática de todo el desarrollo
secuencial de la creación. A través de él, los expertos en esta
ciencia, llamados Jyotishis, practican el arte de predecir las ten-
dencias y eventos futuros.
La astrología hindú sigue la “ley de analogía”, con ello nos es-
tamos refiriendo a una comparación o relación entre varias ra-
zones o conceptos llamada también “signatura”. Por ejemplo, la
rama de la consuelda parecería estar pegada a su tronco y la
consuelda sirve para tonificar y unir los huesos; la pulmonaria se
llama así porque parece que tuviera alvéolos pulmonares y sirve
para las patologías pulmonares; la nuez tiene forma de cerebro
y sirve para tratar problemas cerebrales; del mismo modo, todas
las semillas resultan beneficiosas para incrementar la fertilidad,
al igual que los huevos y la leche. Como las plantas y los ali-
mentos, también los planetas y los colores actúan por analogía
o signaturas. Así, Marte es rojo e influye en lo rojo: la sangre, el
hígado, las pasiones, la ira, el calor y la competencia.
Los rishis o sabios videntes eran en su mayoría yoguis que dedi-
caban su vida enteramente a la meditación y a las prácticas es-
pirituales. De estos profundos estados meditativos se dice que
surgió en forma de revelación toda la ciencia de la astrología y del
Ayurveda. Ambas tienen como base las escrituras de los Vedas y,
por lo tanto, están íntimamente relacionadas, al igual que el Yoga.
Para profundizar un poco la Jyotisha, vamos a recordar qué es el
Karma que y como funciona.
El Karma significa “acción” y es el principio o ley universal de
acción y su reacción, o consecuencia de esa acción. Einstein de-
cía: “No pasa nada hasta que algo se mueve”. Según la religión
hindú, el Karma con su contraparte el dharma, son las leyes
fundamentales del universo; de alguna manera pueden enten-
derse como una generalización de la ley de la causa y efecto,
aplicado a todos los ámbitos o planos de la existencia.
Traducido más sencillamente: todo lo que hacemos nos será
devuelto o uno cosecha lo que siembra. Siguiendo la visión hin-
dú esta última frase terminaría “… en esta o en otra vida”.
Todos nosotros somos capaces de controlar la acción pero no
tenemos la posibilidad de controlar el resultado de esa acción.
162
De hecho, el resultado final está sujeto a las leyes kármicas,
tanto de quien lo emite como de quien lo recibe.
El genio científico inglés Isaac Newton (1643-1727) aseguraba
que toda acción genera una reacción en sentido opuesto y de
igual fuerza. De acuerdo con esta idea, nuestras acciones y pen-
samientos producirían karma y este karma se iría acumulando,
de manera que “cosecharemos lo que sembramos”, en esta y en
todas las vidas previas que hayamos tenido.
En cada reencarnación transportamos el Karma producido en
esta vida y en las vidas anteriores. Si bien no nos predetermina
absolutamente, el Karma nos condiciona y se refleja en nues-
tras tendencias e impresiones (vasanas y samskaras). Así, dentro
de esta forma de pensar, Karma y libre albedrío pueden convivir,
limitándose uno al otro. Nuestras acciones pueden reducir o au-
mentar el Karma, dando como resultado más o menos posibili-
dades a nuestros deseos de libertad.
En cada reencarnación, Jyotisham informa sobre el karma acu-
mulado en el pasado, del mismo modo evalúa las mayores o
menores posibilidades que tendremos en la actual vida de acu-
mular o eliminar Karma. Por ese motivo, Jyotisham es de gran
ayuda al hindú en su camino de perfeccionamiento espiritual,
para ser capaz de mejorar en cada vida y, finalmente, salir de la
rueda de reencarnaciones.
Cuando nacemos, no lo hacemos por casualidad en cualquier
lugar y momento, sino que será en aquel lugar y momento
correspondiente, de acuerdo a nuestro karma pasado, donde
continuaremos lo que dejamos pendiente. Cada acción que lle-
vamos a cabo surge a partir del pensamiento o de lo que en
sánscrito se conoce como la creación de un pensamiento, es
decir, la atención e intención que generará un fruto que tarde o
temprano cosecharemos.
Existen también Karmas de familias, pueblos, ciudades y de
nuestro planeta en sí mismo. De acuerdo a los Vedas, los plane-
tas o grahas son los instrumentos mediante los cuales opera la
ley del Karma. En tiempos antiguos, cuando no había relojes ni
calendarios de ningún tipo, los grahas indicaban la venida de las
estaciones, por lo tanto marcaban el paso del tiempo. En sáns-
163
crito, grahas significa “que agarra o que atrapa” en referencia a la
graVedad de los planetas. Ya sean rocosos o gaseosos, los grahas
no tienen luz propia, a diferencia de las estrellas como nuestro
Sol, que con su luz ilumina a los demás astros del sistema solar.
La astrología Védica clásica no toma en cuenta a los planetas
llamados “externos” descubiertos más recientemente, es decir
a Urano, Neptuno y Plutón (que actualmente tampoco es con-
siderado planeta por la Astronomía), pero sí sabían de Rahu y
Ketu, que si bien no son planetas son centros energéticos. De
esta manera se constituyen los nava grahas, los nueve planetas.
A nuestro querido Sol o Surya le siguen los grahas internos Mer-
curio y Venus, luego aparecen la Tierra y también la Luna. Aun-
que el satélite terrestre (la Luna) no es un planeta, se lo consi-
deraba como tal por su tamaño en relación a la Tierra y por su
influencia sobre ella. Cuando se cruza la prolongación media
del horizonte terrestre con la eclíptica u órbita de la Luna, se
forman los chakras energéticos Rahu y Ketu. Si bien no son pla-
netas sino dos centros o chakras pránicos gigantes, Rahu y Ketu
son producidos por el choque energético entre la eclíptica de la
Luna con la de la Tierra. Para la astrología Védica son impor-
tantes a nivel espiritual y tienen que ver, entre otras cosas, con
las sombras inconcientes, el karma y los conflictos sin resolver
provenientes de vidas previas.
Finalmente, tenemos los grahas externos: Marte, Júpiter, Sa-
turno, Urano, Neptuno y Plutón. Los rocosos Mercurio, Venus,
Tierra, Luna y Marte son los más viejos; acumularon tanto polvo
y roca que se hicieron sólidos. Plutón es sólido, pues está com-
puesto por gas congelado.
Cada planeta tiene una correspondiente frecuencia vibratoria,
color, elemento sutil, forma geométrica e incluso una persona-
lidad, con atracciones y repulsiones, amistades y enemistades,
fortalezas y debilidades.
Estamos influenciados por una combinación específica de
planetas y muchas veces nos inclinan con sus características,
atracciones, repulsiones, conducta y personalidad. Es en esta
comprensión en lo que se basa la ciencia de Jyotisha.
Los términos “regente” o “en domicilio” referido a un planeta,
164
significan que está en el signo regido por él. Quiere decir que en
dicha configuración, la energía del planeta armoniza con la del
signo y es, por lo tanto, una cualidad positiva. Cuando hablamos
de “exilio” nos referimos a lo contrario, donde no hay armonía
de energías y surgen la debilidad o el detrimento.
Veamos el cruce de los rashis o signos del zodíaco (que significa
“rueda de animales”) con los doshas.
Los signos Vata son Géminis, Acuario y Libra son los tres del
elemento Aire, a los que se agrega Virgo, que si bien es de Tierra
está relacionado con Vata a través del rápido Mercurio, que es
el regente en Virgo.
Aries, Leo, Sagitario (los tres signos de Fuego) junto con Capri-
cornio, son de naturaleza Pitta. A pesar de ser de Tierra, Capri-
cornio es fuerza Pitta por tener exaltado a Marte (el marcial,
dios de la guerra).
Cáncer, Piscis y Escorpio, los signos del elemento Agua, son de
naturaleza Kapha junto con Tauro que, además de ser de Tie-
rra (elemento de Kapha), tiene en domicilio al caluroso Venus y
exaltada a la Luna.
Algunas veces, parecería que el cosmos puede estar inclinando
la balanza, ya que a raíz de las distintas relaciones entre los ele-
mentos de la astrología Védica se puede “agravar” o disminuir
la fuerza de nuestro dosha. Es decir, un Vata será aún más Vata
si así su macrocosmos lo potencia.
Por otro lado los cruces astrológicos dividen la carta natal en
tres grupos que se denominan “cardinales”, “fijos” y “mutables”.
A cada grupo pertenecen cuatro signos que tienen rasgos co-
munes en lo que se refiere a su modo de actuar, afirmar volun-
tad y perseguir sus metas:
Los signos cardinales son los iniciadores, los que comienzan las
estaciones del año. Ellos son Aries (comienzo del otoño en el he-
misferio sur), Cáncer (invierno), Libra (primavera) y Capricornio
(verano) y representan la facultad de iniciar nuevos procesos y
explorar mundos desconocidos. Las personas que cuentan con
esta fuerza cardinal saben actuar y se destacan por su trabajo
pionero y constructivo. Los signos cardinales son creativos, am-
biciosos y nunca huyen del riesgo, pero deben tener cuidado de
165
no sobrestimar sus fuerzas. Son signos Pitta.

Símbolo Signo Fecha Polo Elemento Planeta Dosha


Regente
Aries 20/3 - + Fuego Marte Pitta
18/4
Tauro 19/4 - - Tierra Venus Kapha
19/5
Géminis 20/5 - + Aire Mercurio Vata
20/6 deAgua
Cáncer 21/6 - - Agua Luna Kapha
21/7
Leo 22/7- + Fuego Sol Pitta
21/8
Virgo 22/8- - Tierra Mercurio Vata
21/9 detierra
Libra 22/9- + Aire Venus Vata
22/10
Escorpio 23/10 - - Agua Marte Kapha
20/11 Plutón
Sagitario 21/11- + Fuego Júpiter Pitta
20/12

Capri- 21/12- - Tierra Saturno Pitta


cornio 19/1
Acua- 20/1- + Aire Saturno Vata
rio 18/2 Urano
Piscis 19/2- - Agua Júpiter Kapha
19/3 Neptuno

166
Los signos fijos son Acuario, Escorpio, Leo y Tauro, todos ellos sig-
nos de fuerza Kapha. Estos signos piensan sobre todo en el futuro
y saben que la perseverancia es un valor que los conducirá lejos.
Gustan de profundizar y concentrar sus fuerzas en metas concre-
tas, aunque puedan tener dificultades. A la hora de adaptarse a cir-
cunstancias cambiantes, los signos fijos prefieren trabajar con la
materia que tienen a mano.
Luego los signos mutables son signos de fuerza Vata: Géminis, Sa-
gitario, Piscis y Virgo. Reaccionan con rapidez a los cambios que
se producen en su entorno y, por lo tanto, no tienen dificultad para
adaptarse e integrarse a circunstancias nuevas. Los signos muta-
bles necesitan variedad, buscan retos intelectuales y por otro lado,
abandonan con facilidad y tienden al nerviosismo.
Recordemos ahora a las gunas:
Sattvas (pureza) es una cualidad que da veracidad y pureza.
Rajas (movimiento) es una cualidad que hace a uno energético y
apasionado.
Tamas (estabilidad, oscuridad, inercia) es la cualidad de más
baja vibración, aunque también necesaria para la estabilidad
y la resistencia.
Relacionando entonces a las tres gunas con los cruces astrológicos
tenemos como signos sáttvicos a los cardinales, signos rajásicos a
los mutables y signos tamásicos a los fijos.
La astrología médica se aplica junto a los principios del Ayurveda
para analizar la constitución física individual, así como tipos de tra-
tamientos y los momentos favorables o desfavorables.
Para Jyotisham, es muy importante también la compatibilidad de
relaciones o Kuta. Se trata de un análisis de compatibilidad astro-
lógica para entender las afinidades o dificultades de pareja o en
relaciones de amistad, de trabajo u otras. En la India, así como en
otros países de Oriente, las parejas suelen decidirse teniendo en
cuenta este asesoramiento astrológico.
Como vimos, muhurta es la fecha auspiciosa para elegir el mo-
mento astrológicamente favorable para comenzar una actividad
importante (por ejemplo, inauguraciones, iniciaciones, ceremonias,
matrimonios, cambio de trabajo, viajes, compra o venta de objetos
importantes, mudanzas, etc.). Toda actividad tendrá la energía del
167
momento en que se comienza y ese momento debería estar en
amistad con las posiciones planetarias de la persona que la inicia.
De la carta natal o rashi chakra (literalmente “círculo” o “rueda de
los signos”) se desprende el análisis del karma, las impresiones
o samskaras, las tendencias personales y las predicciones a partir
de la posición planetaria en el momento del nacimiento. Permite
entender las tendencias espirituales previas y la forma principal
de avance espiritual en esta vida. También descubre los talentos
creativos, así como las dificultades o conflictos a resolver; del mis-
mo modo brinda respuestas sobre las relaciones familiares y ma-
ritales, los hijos, la carrera, la vocación y la situación económica, la
constitución física, la salud y las zonas del cuerpo más débiles o
propensas a enfermedades.
Otra característica Jotysh es el prashna o preguntas, es decir res-
ponder un interrogante o duda importante a través del análisis pla-
netario del momento en que se formula la consulta. Una duda o
incertidumbre puede existir en la mente por mucho tiempo, pero
al exteriorizarlo, es decir, en el momento en que se consulta a un
astrólogo, surge algo nuevo, como si fuera un nacimiento, algo que
estaba gestándose y sale a la luz.
El prashna está basado en el principio de que nada ocurre por casua-
lidad, sino que hay una coexistencia de innumerables aspectos de
la naturaleza, fenómeno al cual Jung llamó “sincronicidad”. En otras
palabras, no es por casualidad que salgan tales o cuales cartas en
el tarot, determinadas piedras en las runas o tal cosa en el I Ching.
Existe una sincronización entre nuestro microcosmos o mun-
do personal y el macrocosmos en su totalidad. Sincronicidad es
la existencia simultánea de dos acontecimientos relacionados de
manera significativa pero no fortuita, existiendo una colaboración
entre las dos personas o actos. Estos hechos ya operaban desde el
universo. Cuanto más nos conectamos con la naturaleza y el uni-
verso, más experimentamos ese fenómeno. Detrás de toda forma
existe una fisiología e inteligencia cuántica que forma la sincronía,
la intuición y la clarividencia. No es por casualidad o accidente que
una persona realiza una pregunta en un momento dado, que se
dan ciertas circunstancias o que nos encontramos con alguien.
Resumiendo lo expuesto en este capítulo, podemos afirmar que
168
la astrología es otra herramienta más para utilizar en aspectos
mentales. Es otra posibilidad que sumado a la alimentación (que,
recordamos, es todo lo que entra a través de nuestros sentidos,
o sea: nutrición, dietas, hierbas, aromas, música, arte, tacto, colo-
res, gemas, piedras, cuencos y vibraciones, etc.), el asesoramiento
de un vaidya, rishi o conocedor, el estudio, el autoconocimiento o
atma bodha, el estilo de vida, el recitado de mantras u oraciones,
la práctica del rasayana o técnicas de rejuvenecimiento, son todos
instrumentos complementarios de la herramienta principal llama-
da Graham chikitsa, la rama del Ayurveda que se ocupa de la psi-
cología y psiquiatría y que entiende el aspecto emocional, social y
espiritual de las personas.
Este camino para el Ayurveda es un proceso de aprendizaje que no
tiene un fin o una meta específica. Tan solo el camino es lo impor-
tante.

169
XII. Filosofía & Mitología Hindú
“Está aquel que mira y aquel que ve.”

Empecemos por la filosofía tradicional hindú que utiliza el tér-


mino “darshana” (significa “visión”, proviene de la raíz sánscrita
drik, “ver”), que designa a las corrientes o escuelas de pensa-
miento de la India, divididas en dos grandes grupos.
El primer grupo está compuesto por los seis sistemas lla-
mados ortodoxos, que son aquellos que aceptan y siguen las
escrituras sagradas del hinduismo, como los Vedas, la Vedanta
y las Upanishads.
El segundo grupo reúne a los sistemas heterodoxos que no
aceptan la autoridad de tales escrituras como texto revelado.
Engloban filosofías de todo tipo y entre ellos se encuentran el
budismo, el jainismo y los sistemas materialistas. Por lo tanto,
cuando se habla de filosofía hindú se hace referencia solamen-
te al sistema ortodoxo.
Los sistemas ortodoxos son seis aspectos de una misma tradi-
ción y, aunque en apariencia puedan ser abiertamente con-
tradictorios, debe entendérselos como proyecciones comple-
mentarias de la realidad, intuiciones válidas desde diferentes
171
puntos de vista.
Estos sistemas o puntos de vista sobre la realidad, se pueden
agrupar de dos en dos de acuerdo a su afinidad: Nyaya-Vaishe-
sika, Samkhya-Yoga y Mimansa-Vedanta

ORTODOXOS HETERODOXOS
Vedanta Mimansa Budismo
Yoga Samkhya Jainismo
Nyaya Vaishesika Materialistas

1- Mimansa o purva Mimansa (literalmente “primera interpreta-


ción”, cuyo autor fue el sabio Jaimini) aclara el aspecto litúrgico
de los Vedas; es una ciencia sacerdotal, ritual, expone una filo-
sofía mántrica basada en el sonido y, con el tiempo, fue prácti-
camente absorbida por la Vedanta.
Purva significa “la parte primera”, Mimansa significa “indaga-
ción o “interpretación”, por lo que la traducción completa sería
“una indagación o interpretación de la primera parte de los an-
tiguos Vedas”.
Este sistema investiga primordialmente los ritos védicos y sus
usos. Su principal objetivo es establecer la autoridad de los Ve-
das. Según esta escuela, la liberación de la esclavitud es una li-
beración de la acción actuando en forma desapegada. Predomi-
nan los rituales o acciones adecuadas para alcanzar el objetivo
deseado. En suma, los rituales son las acciones adecuadas para
alcanzar la liberación.
2- Vedanta significa “fin o parte final de los Vedas”, es también
denominado Uttara Mimansa o interpretación posterior, cuyo
autor fue Vyasa.
Según Shankara, el pensador y comentador más conocido de
este sistema, sólo existe lo absoluto, Brahman, y todo lo demás es
ilusión, es decir maya. El propósito es eliminar la ilusión y tomar
conciencia de la identidad entre el espíritu individual y el espíritu
universal. Esta filosofía se divide en tres sistemas autónomos:
a) Vedanta dvaita o dual. Madhva predicó su doctrina dvaita, que
172
acentuaba claramente la naturaleza dual de la realidad: existe
un Dios y existen las entidades vivientes y los dos nunca son
uno. Según esta escuela de filosofía, Dios, el alma y el mundo
están separados y, aunque los tres son reales y eternos, los dos
últimos están subordinados a Dios y dependen de Él.
b) Vedanta advaita o no dual, descripto por Shankara, sería el
sistema monista (mono, uno, no dual) indiferenciado que expli-
caremos detalladamente más adelante.
c) Vedanta advaita vishishtadvaita o kevala es el sistema no dual
diferenciado. Sistema monista diferenciado de Ramanuja (1055-
1137): el principio divino (Brahman) es real e independiente del
mundo y el alma. Es el camino del medio entre Shankara y Mad-
hva. Los tres sistemas vedánticos que integran el sistema Vedan-
ta, valga la redundancia, están de acuerdo en que no se deben
descartar los hallazgos del Samkhya, pero sostienen que hay
solamente una última realidad.
3- Vaishesika (literalmente “excelencia”, “características indi-
viduales”; cuyo autor fue Kanada) es una doctrina atomística,
según la cual los átomos en sí carecen de extensión, pero al
combinarse se vuelven extensos y visibles. Por otro lado, los es-
píritus individuales se unen y se separan de ellos, dando lugar a
la vida y la muerte.
También significa “particularidad” debido al hecho de que este
sistema desarrolla la teoría de la particularidad. Describir esta
teoría excede el nivel trazado en estas páginas. Este punto de
vista (darshana) fue fundado por Kanada y va, prácticamente, de
la mano con el sistema Nyaya. Es un movimiento que en su mo-
mento fue toda una “onda verde” que revolucionó los conceptos
tradicionales.
Es esencialmente ateísta y dualista. Enseña que la realidad está
hecha de alma y materia y que la materia está compuesta de
átomos infinitamente pequeños, eternos e indestructibles, co-
rrespondientes a los elementos: Tierra, Agua, Aire, Fuego y Éter.
Como vimos, además, postulaba sustancias inmateriales como
el Tiempo, Espacio, Alma y Mente.
Sostiene que el mundo existe con independencia de las mentes
pensantes.
173
4- Nyaya (literalmente, “análisis”, “razonamiento lógico”) de Go-
tama o Gautama está basado en la lógica y en el razonamiento
de acuerdo a ciertas normas. Es un sistema de lógica y está in-
teresado en los medios para adquirir el conocimiento correcto.
Sostiene una filosofía de razonamiento lógico.
La gran contribución de esta escuela fue la fabricación de las
herramientas de indagación y su formulación de la técnica de
argumentación.
5- Samkhya, cuyo autor fue Kapila, para algunos autores signi-
fica enumeración, mientras que otros separan el vocablo entre
sat, que significa verdad, existencia y khya, saber. Expone y enu-
mera una teoría evolutiva de la creación a partir de dos principios
eternos y complementarios que son, por un lado la materia, prakriti,
y por otro lado una infinidad de espíritus individuales, purusha.
Este sistema enumera veinticuatro tattvas o categorías de la
manifestación universal, los cuales derivan de purusha y prakriti,
espíritu y materia respectivamente. Samkhya significa también
“conocimiento discriminativo” ya que da el conocimiento nece-
sario para discriminar entre purusha y prakriti. Es un sistema
realista, dualista y pluralista.
6- Yoga (yug, unión) compilado por Patanjali. Ya se ha hablado y
dicho mucho acerca del Yoga (inclusive yo mismo he escrito tres
libros al respecto, dos de ellos en co-autoría) por eso tan solo
menciono que es el aspecto práctico de la doctrina Samkhya,
que insiste en que para liberarse y poder contemplar la realidad
tal como es, resulta primordial la práctica de técnicas especí-
ficas. En Yoga, el interés primario está en los medios a través
de los cuales el individuo puede controlar su mente y, de este
modo, conocer la realidad de su yo por experiencia directa. Se
utilizan para ello múltiples métodos divididos en ocho etapas
(ashtanga Yoga).
Estas son las seis filosofías tradicionales de la India, pero no por
ello son las únicas existentes, pues varias escuelas “no tradicio-
nales” son también muy importantes.
Nos detendremos más adelante a estudiar en detalle el sistema
dualista Samkhya y el no dualista Vedanta, pero antes exami-
naremos una filosofía cuántica poco conocida llamada Sunyata
174
(léase shuniata) que en sánscrito quiere decir “calidad de lo va-
cío”. Es lo carente de realidad, sin entidad, lo que no es, lo insus-
tancial, lo deshabitado, lo vacío, la vacuidad y la vaciedad. Simi-
lar en su base filosófica cuántica al Zen japonés y al Tao Te King
chino de Lao Tsé, Sunyata afirma que no hay nada que posea
una esencia individual y, por lo tanto, que todo está vacío, sin una
realidad independiente. Todo lo que existe está relacionado y es
interdependiente. La aparente pluralidad de individualidades es
un carácter ilusorio de nuestra existencia.
Cabe destacar que el concepto de Sunyata nunca implica que la
realidad no exista, no equivale al cero o a una ausencia total. No
es sinónimo de nihilismo. Este concepto fue muy desarrollado
filosóficamente, a partir de la noción de la no existencia de in-
dividualidad (anatman) y la idea de que toda enseñanza sobre
la naturaleza de la realidad se desarrollará a fin de ayudar a
comprender qué es esa vacuidad.
Volvamos a la escuela no teísta Samkhya desarrollada por el
sabio rishi Kapila, recordemos que su nombre significa “cono-
cer la verdad”, la existencia. Estamos ante un sistema realista,
dualista y pluralista, base del Ayurveda y del Yoga. Es realista
porque reconoce la realidad del mundo externo, es dualista por-
que sostiene que hay dos realidades fundamentales distintas,
a saber el espíritu y la materia y es pluralista porque cree en
una pluralidad de espíritus. El Samkhya clásico es ateo, ya el
sistema Yoga, que está estrechamente vinculado al Samkhya,
introduce la creencia en Dios.
La base doctrinal del Samkhya es la distinción entre dos ele-
mentos básicos en el universo llamados prakriti (materia) y
purusha (alma).
La evolución de la naturaleza se explica por la variable distri-
bución de sus tres cualidades o gunas: la calidad de la luz y el
bien (Sattvas), la cualidad de la oscuridad y la inercia (Tamas) y
la cualidad de la pasión y la energía (Rajas).
El Ayurveda también representa, en muchos aspectos, el lado
práctico o de aplicación del sistema Samkhya.
La fundación del Samkhya se atribuye a Kapila y según esta filo-
sofía el sujeto es llamado purusha y el objeto es llamado prakriti,
175
la naturaleza.
Como veremos luego, según la Vedanta jivatman es el sujeto
y maya el objeto, maya es ilusión (recordamos ilusión: “enga-
ño de nuestros sentidos sobre qué es lo real”). Ese objeto es la
naturaleza misma, resultado de la información vibracional que
es la materia con nombre y forma, y que por lo tanto nace (dios
Brahma, el creador, no confundir con Brahman), se sostiene (dios
Vishnu, el conservador) y perece (dios Shiva, el transformador).
Purusha es lo inmanifiesto que, al igual que el Brahman de la
Vedanta, sólo se lo puede conocer por lo que no es (neti neti, no
tiene nombre, no tiene forma, no tiene cualidades, etc.) y nunca
por lo que es, puesto que si “es” entonces se trata de pakriti, todo
lo manifiesto, o sea la naturaleza. Purusha es el elemento cuántico
e ilimitado donde se desarrolla el mundo físico (pakriti o prakriti).
Purusha está más allá del espacio, del tiempo y de la causalidad.
Purusha existe antes de la creación, es la sopa cuántica energé-
tica que inició todo.
Pakriti es el objeto del conocimiento; cambiante y dinámico, re-
presenta al cuerpo, la mente, los sentidos y a la energía feme-
nina o yin chino.
Purusha y pakriti finalmente forman la triguna de la que ya he-
mos hablado a lo largo del libro:
Sattvas: un modelo de equilibrio o equilibrio en sí mismo.
Rajas: un modelo de expansión o actividad.
Tamas: un modelo de inercia o resistencia a la acción.
A partir del purusha y la pakriti y por intermedio de la triguna
nace el Mahat, “mente universal o cósmica”, para dar lugar a la
“mente individual o Antahkarana”.
Toda la creación utiliza estas plantillas y son veinticuatro princi-
pios que evolucionan en cascada:
Primer principio: Prakriti. La más sutil potencialidad que está
detrás de todo lo que se creó en el universo físico, también lla-
mada “materia primordial”.
Segundo principio: Mahat. Es el primer producto de la evolución
de prakriti, pura potencialidad. Mahat se considera también el
principio responsable de la existencia de buddhi o inteligencia
en los seres vivos.
176
Tercer principio:
Ahamkara. Es el ego o segundo producto de la evolución. Es
responsable de la autonomía en el sentido de los seres vivos.
También es la identificación con el mundo exterior y su conte-
nido.
Principios cuarto a octavo: Los Pancha tanmatra
Son la forma sutil de Pancha maha bhutas (los cinco grandes
Elementos). Cada uno de estos tanmatra están hechos de las
tres gunas.
Noveno principio: Antahkarana, se desarrolla a partir de Pancha
tanmatra.
Principios décimo a décimo cuarto: Pancha jñana indriyas. Los
cinco órganos de los sentidos.
Principios décimo quinto a décimo noveno: Pancha karma indri-
yas. Los cinco órganos de acción.
Principios décimo noveno a vigésimo cuarto: Pancha maha bhuta.
Son los cinco grandes elementos: Éter, Aire, Fuego, Agua y Tierra.

Tal como mencioné en mi libro Ayurveda y Metafísica, purusha


y pakriti son el principio de polaridad, de correspondencia, de
vibración, de ritmo, de causa y efecto, de generación, de menta-
lismo e incluso más.
Son la causa y efecto del espíritu y la materia.
Por otro lado, la filosofía hindú Vedanta es la parte final de los
Vedas (su nombre proviene de Vedas: conocimiento; antash: últi-
mo, esencia, fin). Los Vedas como los cuatro libros más antiguos
que existen en el planeta y constituyen las sagradas escrituras
hindúes; son su esencia o mensaje más importante.
La Vedanta incluye la Bhagavad Gita, los Bramasutras y las Upa-
nishads.
Su visión “no dual” o advaita sostiene que la separación o dife-
renciación entre sujeto y objeto es imaginaria y equivocada.
Para la Vedanta, la conciencia presenta en el ser humano tres
manifestaciones: instinto (que es su aspecto tamásico, semi ani-
mal), experiencia (aspecto rajásico, son tan solo las impresiones
causadas en la mente) y la intuición (aspecto cuántico, sáttvico o
puro, el reflejo más nítido de la verdadera sabiduría del ser, del
177
sí mismo).
El sabio rishi Shankara (VIII d.C. 788-820) autor del Autoconoci-
miento o Atma Bodha, fue el que más revitalizó esta filosofía del
dharma y de la Vedanta. La Vedanta advaita de Shankara no es
una religión, no tiene dioses, templos ni sacerdotes. Afirma que
el universo dual (sujeto-objeto) es cambiante, razón por la cual
nos enfrentamos a diario con la inestabilidad y nos lleva a no
saber quienes somos realmente.
Describen cinco causas o kleshas de sufrimiento humano:
1. Ignorancia de la naturaleza de la realidad “no dual” (prajna
parada).
2. Miedo a la muerte.
3. Atracción hacia objetos de deseo.
4. Repulsión hacia objetos de deseo.
5. Identificación con el Ego.
Esta psicología/filosofía/religión Vedanta sostiene que el in-
dividuo debería realizar un viaje hacia adentro y encontrar la
verdad, en vez de identificarse con un cuerpo, un nombre, una
religión, un país o el pasado.
Las emociones, los remordimientos y las comparaciones pue-
den dañar mucho si son repetitivos, llegando inclusive a modifi-
car absolutamente toda la persona, hasta su conciencia.
Maya, según la filosofía Vedanta, es el objeto, la materia, la na-
turaleza, la idea de que todo lo que perece es irreal, por lo tanto
es creación, conservación y destrucción del universo y de todas
sus cosas. Maya se corresponde con prakriti de la filosofía Sa-
mkhya, mientras que Brahman lo hace con purusha.
Maya tiene dos poderes sobre la mente: el de velar u ocultar
la realidad (avarana shakti) y el de proyectar una falsa realidad
(vikshepa shakti). Ambos poderes descansan en los órganos de
los sentidos que vimos antes, los de percepción (ocultar) y los
de acción (proyectar).
Correr el velo de la ignorancia del maya es la esencia Védica, ya
que oculta la verdad y ve todo como atracción o repulsión de la
mente, es decir, ve todo dual.
Purusha, Brahman, Espíritu, Dios: es “Eso”.
“Eso” es lo único real que no cambia, pues no tiene ni nombre
178
ni forma (nirguna, sin cualidades), por eso el sutra Tat Tuam Asi
(Tú eres Eso) es una de las Mahavakyas (grandes sentencias)
hindúes:
-Tat tuam asi (Tú eres Eso).
-Aham Brahamasmi (Yo soy Brahman).
-Aiam atmaBrahman (Este Atman es Brahman).
-Pragnanam brahaman (El conocimiento- de Atman- es Brah-
man).
-Salvam Kalvidam Brahma (Todo el Universo es Brahman)
Cuando todo es negado (neti neti, no es esto, no es esto otro) lo
que queda es el Ser, cuando el Ser es negado, lo que queda si-
gue siendo el Ser. El Ser conciente del maya o engaño del mun-
do ayuda a discernir lo falso de lo real. La felicidad que viene
de afuera es momentánea y falsa, sujeta a las modificaciones
cotidianas.
Jiva es el individuo en cuerpo y mente. Jivatman es el individuo
y su alma.
Según la Vedanta no tenemos total control sobre toda la mente
y el ego, pero podemos gradualmente aminorar y eliminar todas
sus tendencias no favorables e impresiones sutiles, mediante
el proceso constante de profundo e íntimo autoconocimiento y
purificación.
Para la Vedanta si sacamos todos los límites el jiva se expande
y se funde con Atman (alma), que es Brahman (Espíritu). Todos
somos jiva, Atman y Brahman: So Ham (Yo soy Él). Jiva es como
la ola que se funde en el mar, Atman el mar, Brahman el océano.
En definitiva, cada uno de nosotros es los tres.
En toda su obra Sri Shankaracharya puso énfasis sobre el dis-
cernimiento, la aceptación y el desapego, propuesta que veni-
mos repitiendo a lo largo del libro. Decía: “Si la verdad suprema
se desconoce el estudio de las escrituras es estéril. Si la verdad
suprema se comprende, el estudio de las escrituras es inútil”
Dijo Ramana Maharshi: “Como Sattva-guna (el constituyente de
prakriti que crea la pureza, inteligencia, etc.) es la propia natura-
leza de la mente, y como ésta es pura e impoluta como el éter, lo
que se conoce como mente es, en realidad, la naturaleza del co-
nocimiento. Cuando permanece en ese estado natural (es decir,
179
puro), ni siquiera se le puede llamar «mente». Lo que en reali-
dad se denomina mente no es más que el conocimiento erróneo
que interpreta una cosa como otra. Lo que era (en el origen) la
mente pura Sattvas, cuya esencia es conocimiento puro, olvida
su naturaleza de conocimiento debido a la ignorancia, se trans-
forma en el mundo bajo la influencia de tamo-guna (es decir, el
constituyente de prakriti que crea la ignorancia, inercia, etc.), se
encuentra bajo la influencia de rajo-guna (es decir, el elemento
constituyente de prakriti que genera la actividad, las pasiones,
etc.), e imagina «soy el cuerpo», «el mundo es real», adquiere el
mérito y demérito consecuente a través del apego, la aversión,
etc., y a causa de las impresiones residuales (vasanas) de esto,
sufre el nacimiento y la muerte. Pero aquella mente que se ha
liberado de su contaminación a través de la acción sin apego
llevada a cabo durante muchas vidas pasadas, escucha la ense-
ñanza de la escritura de boca de un verdadero gurú, reflexiona
sobre su significado y medita para alcanzar el estado natural
del aspecto mental de la forma del Ser, es decir, de la forma «Yo
soy Brahman», que es el resultado de la contemplación conti-
nuada de Brahman. De esta manera se elimina la transforma-
ción de la mente en el mundo en su aspecto de tamo-guna, y
también sus andanzas en él, en su aspecto de rajo-guna. Cuando
se produce esta eliminación, la mente se vuelve sutil e inmóvil.
La mente, que es impura y se encuentra bajo la influencia de Ra-
jas y Tamas, es lo único que impide experimentar la realidad (es
decir, el Ser), que es muy sutil e inmutable, de la misma manera
que tampoco se puede coser con un pesado descalzador una
pieza de tela de seda fina, o distinguir detalles de objetos sutiles
con la luz de la llama de una lámpara que parpadea al viento.
Pero en la mente pura que se ha vuelto sutil e inmóvil por la
meditación anteriormente descrita, la bienaventuranza del Ser
se hace manifiesta. Como en ausencia de la mente no puede
haber experiencia, a la mente purificada, dotada con una moda-
lidad extremadamente sutil (vritti), le es posible experimentar la
bienaventuranza del Ser, permaneciendo en esa forma (es decir,
en la forma de Brahman). Entonces, se experimenta claramente
que el ser de uno mismo comparte la naturaleza de Brahman.”
180
Moksha entonces es para el Ayurveda así como el samadhi para
el Yoga, el nirvana para el budismo o el estado de iluminación
(Buddha) para Oriente; es un estado de conciencia pura en la
cual cesa toda agitación mental, se trasciende las limitaciones
de los fenómenos y objetos y se alcanza la unidad permanente
con el cosmos y lo divino. Ya sea que lo llamemos samadhi o
moksha, es el permanente estado de no dualidad, de conciencia
pura e ilimitada, haga lo que haga y en cualquier situación.
Vemos que las gunas pertenecen a la llamada prakriti (según la
filosofía Samkhya) o maya (según la Vedanta), que forma a todos
y todo.
Para la Vedanta, maya significa ilusión, que para el diccionario
es el concepto o imagen irreal sugerida por la imaginación o
por engaño de los sentidos. Maya es la creación, conservación y
destrucción del universo y de todas sus cosas, con sus nama y
rupa (nombres y formas).

La mitología hindú
El hinduismo o Brahmanismo es una tradición religiosa de la
India. En sánscrito se conoce como sanātana dharma (“religión
eterna”). Mucho más que un mito, el hinduismo es una religión/
filosofía profesada por el 80% de la población de la India y Nepal.
Es conveniente recordar que el término “hindú” refiere a quien
profesa esta religión y que no es sinónimo de “indio”, adjetivo
gentilicio usado para designar a personas nacidas en la India.
Por otro lado, mythos en griego significa discurso, palabra na-
rrada o cuento, mientras que logos significa tratado o estudio,
también expresión de los pensamientos, por lo tanto la palabra
“mitología” indica que no cree en el mito, sino que lo estudia.
Los mitos provienen de la tradición oral, ya que se originan en
tiempos anteriores a la invención de la escritura. Aparecen junto
a las creencias, la cultura y los valores.
Para los hinduistas sus tradiciones y textos no son mitología,
del mismo modo que el Antiguo Testamento no es considerado
mitología por judíos y cristianos.
Entre los textos hindúes más importantes se encuentran los
“Puranas”, de los cuales existen dieciocho principales. Purana
181
significa literalmente “antiguo” y es el nombre de un grupo de
géneros relacionados de literatura india; se trata de una colec-
ción enciclopédica de historia, genealogías, tradiciones, mitos,
leyendas y religión, generalmente presentadas a la manera de
historias contadas de una persona a otra, típico de las tradicio-
nes orales.
Otros obras importantes de la bibliografía hindú son las dos
grandes epopeyas: Ramayana, que narra las aventuras del prín-
cipe guerrero Rama para salvar a su amada Sita, y el Mahaba-
rata, compilado por Vyasa, donde encontramos el fragmento lla-
mado Bhagavad Gita (“Canto del Señor”), un diálogo imperdible
entre Krishna y el guerrero Arjuna.
Ambas epopeyas son también escrituras muy religiosas. Sus his-
torias encajan profundamente en la filosofía hindú y sirven como
parábolas y fuentes de devoción para los devotos aún hoy en día.
Más de 1000 millones de personas practican la religión hindú,
cuya doctrina está recogida en cuatro libros: los Vedas. Los hin-
dúes devotos al practicar el bhakti Yoga entregan su ego a los
dioses, gurús y, en definitiva, a la vida toda.
La religión hindú es un conjunto de creencias, sectas y divisio-
nes emanadas de sus libros sagrados: los Vedas (conocimiento).
La flor nacional metafísica de la India es el loto, que además de
ser hermosa y grande, crece desde la suciedad del lodo y el fan-
go para luego elevarse y mantenerse impoluta e intocable, para
crecer hermosa y alta desde lo impuro y fangoso.
Recordemos que los Vedas son las escrituras más antiguas que
se conocen, para algunos tienen más de 5000 años, lo que los
hace indeterminados e inconmensurables.
Brahman (no confundir con Brahma) es el estado inmanifiesto,
ilimitado, sin nombre ni forma, que encarnó en la forma de los
tres dioses a los que se conoce con el nombre de Trimurti hindú;
de ahí que hinduismo o Brahmanismo sean sinónimos.
Trimurti significa tres formas: Brahma “el creador de la natu-
raleza”, Vishnu “el conservador” y Shiva “el destructor o muta-
dor”. Esta tríada simboliza el hecho de que las tres formas son
aspectos de un ser supremo. No se crea, preserva o destruye
nada en el universo sin el acuerdo y la aprobación de los tres as-
182
pectos del supremo, porque están unidos esencialmente para la
producción y la reproducción de todas las formas de vida. Para
crear cosas buenas y nuevas hay que destruir lo viejo y lo malo.
Y luego protegerlo.
Brahma, dios de la creación, surgió del océano primitivo y existía
por sí mismo (swayambhu) y tiene cuatro caras y cuatro manos.
Las cuatro caras de Brahma representan los cuatro vientos, las
cuatro direcciones y los cuatro Vedas. Tuvo de consorte en sus
distintas formas a la diosa Gayatri, Sarasvati y Savitri. El primer
hombre fue Manu, nacido directamente de Brahma. Era herma-
frodita y engendró dos hijos y tres hijas con su mitad femenina.
En el hinduismo, las divinidades tienen parte masculina y feme-
nina, devas y devis. Cuando se desprende la parte femenina son
conocidas como devis, diosas consorte con poder propio.
La deidad que activa la inteligencia y la intuición, por ejemplo
cuando se recita su mantra, es Gayatri, una de las diosas con
mayor número de devotos, superando al mismo Brahma. La
fuerza vital es protegida por la forma de Savitri, que rige y sos-
tiene los cinco pranas, y la deidad que reina sobre el habla toma
la forma de Sarasvati.
Las épocas están divididas en distintas yugas que varían en cientos
de miles de años; para el hinduismo, estamos viviendo en la más
oscura de las yugas, Kali Yuga, que durará 432.000 años.
Shiva (también llamado entre otros nombres Rudra, Mahade-
va), es el dios destructor, pero también el dios del sexo, del Yoga,
del tantra, de la música, de la danza y de la meditación. Es el
consorte de Uma Párvati, la madre de la naturaleza, y tuvieron
un hijo a quien se lo conoce como Ganesha (o Ganapati, señor
de los ganas, los seres sobrenaturales), el dios de la sabiduría,
de los caminos y de las letras.
Cuenta la leyenda que tiene cabeza de elefante pues Shiva es-
taba de viaje y su madre, Uma o Párvati, había salido a bañarse
y le dejó la consigna de que no dejara entrar a nadie. Al regre-
sar después de varios años, Shiva encuentra que su hijo no lo
reconocía y que no lo dejaba entrar a su propia casa, por lo que
montó en cólera y le arrancó la cabeza (Shiva puede ser bueno y
auspicioso, pero a veces también puede ser terrorífico).
183
Al ver esto, Uma increpó seriamente a Shiva y le dijo que le co-
locara inmediatamente una cabeza, entonces Shiva buscó y lo
primero que encontró fue un elefante y en el acto le cortó la
cabeza y se la puso a su propio hijo. Después de todo, el ele-
fante es considerado un animal sabio, de excelente memoria y,
metafóricamente, es el que conoce todo de todos los tiempos y
conoce sobre todas las plantas. Es uno de los pocos animales
que nunca se atasca en el fango o en el lodo, es respetado por
los demás animales y venerado por los hindúes a través de to-
das las épocas, tanto como la vaca.
Shiva es el dios que transforma y destruye; a veces estable,
inerte y totalmente ascético, a veces dinámico, sexual, músico y
en danza eterna. El nombre Shiva, entre otras cosas, significa “el
auspicioso” y es el dios también de los yogis, de los guerreros,
del discernimiento pero, además, de la paradoja y la ambigüe-
dad; se lo describe tanto como el dios erótico, fálico y promiscuo
en la misma medida en que como un yogui célibe que practica
el ascetismo y se retira a la meditación por decenas de años en
el Himalaya. Una de las maneras comunes de representarlo es
con tres ojos, con la luna creciente en la ceja y un tridente. El
tercer ojo representa una conciencia superior, intuición, clarivi-
dencia y telepatía. Es posible encontrar a Shiva en los campos
de batalla y en las zonas dedicadas a la cremación. Es el dios
del tiempo y por lo tanto destruye y crea las cosas. Una de las
representaciones más conocidas es la de Shiva Nataraja, que
significa “el rey de la danza”. Su danza simboliza el eterno mo-
vimiento del universo y el fin del mundo, al término de una era.
La danza también representa la destrucción del mundo ilusorio.
Shiva aparece bailando encima del cuerpo de un demonio ase-
sinado que representa la ignorancia.
Vishnu, el dios protector, tuvo reencarnaciones como Rama,
Krishna o Buda.
También dicen que el dios Dhanvantary, dios médico del Ayurve-
da, es un avatar (descendido, encarnado) de Vishnu.
Es el consorte de Lakshmi, diosa de la abundancia, de la fortuna,
del lujo, de la belleza y de la fertilidad. Vishnu y Lakshmi tuvie-
ron a su hijo Hanuman, el hijo del viento, con cara de mono. El
184
mono es el animal del viento, de Vata: es hiperkinético, curioso,
creativo y liviano, por lo tanto es de esperar que el hijo del viento
tuviera cara de mono.
Se dice que el dios Vishnu vino a la Tierra bajo diez formas dis-
tintas (avatares), para salvar al mundo. Se lo representa fre-
cuentemente de color azul, sosteniendo una concha, un disco,
un mazo y una flor de loto. Su animal es un ave llamada garuda.
Ayana, como suele ocurrir en sánscrito, significa diferentes
cosas: “viaje”, “que existe”, “expansión o expandir”, “el refugio”,
“eterno, sin final”, “solsticio”, “estación del año”, “control”, “au-
mento” y “rejuvenecimiento”.
Ramayana, entonces, es la historia o viaje de Rama. Al dios
Rama y a su esposa Sita los veneran por su sentido del deber
y de la fidelidad. La historia de la vida de Rama se contó por
primera vez en el Ramayana, atribuido a Valmiki, y se ha vuelto
a contar en todas las lenguas de la India desde el año 500 an-
tes de Cristo hasta el día de hoy. Este dios es la imagen de la
conducta correcta. La misión de Rama es restablecer la justi-
cia. Rama se casó con Sita y vivió exiliado en el bosque durante
catorce años. Un demonio llamado Ravana raptó en el bosque
a Sita y se la llevó a la isla de Lanka (actual Sri Lanka). Rama
tuvo que rescatarla, pero para ello fue necesario que venciera
primero a otros demonios.
Para hacerlo obtuvo la ayuda de Hanuman, el dios con cara
de mono, veloz, fuerte y leal como el que más. En una ocasión
Rama le pidió a Hanuman unas hierbas de una montaña para
curar a Sita, entonces Hanuman se fue volando (era el hijo de
Vayu, el dios del viento) pero al llegar no recordó que planta te-
nía que llevar (como le ocurre a un típico Vata) y entonces arran-
có la montaña entera y la llevó.
Krishna (también llamado Govinda y Gopala; de go, vaca, pastor
y cuidador) es el octavo avatar de Vishnu, a quién se le otorga
tanta o más importancia que al mismo dios (similar a lo que
ocurre con Jesús); en el Bhagavad Gita, enseña la grandeza de
la acción desinteresada, de la fe, del amor y de lo divino.
Es una de las deidades más importantes y veneradas de la In-
dia. En sánscrito se escribiría krsna, que significa “azul oscuro“,
185
debido a que según la tradición ese era el color de su piel.
Shiva (cambio-transformación) es el más venerado en el nor-
te de la India; Vishnu (conservación-protección) con sus nueve
reencarnaciones, predomina en el sur. Por supuesto que en di-
ferentes lugares o momentos aparecen miles de versiones dife-
rentes, de las cuales muchas se contradicen entre sí, por lo que
todo debe ser leído como un cuento, ya que en definitiva, todas
las religiones lo son.
Según el lugar donde nacimos nos contaron como debería ser y
así nos moldearon la mente.

186
Póstlogo
Palabras Finales

Es difícil transmitir en palabras una sensación o una idea; quien


escribe a veces piensa que su explicación no alcanzó o que tal vez
no se interprete la sensación que intentaba transmitir.
Para tocar el tema de la mente según el Ayurveda, no alcanza
con conocer del Ayurveda, sino que también tuve que conocer las
principales filosofías hindúes, su mitología, su religión, su astrolo-
gía, su sociología, sus costumbres, sus tradiciones, su educación,
etc.; cada uno de estos ítems permean y moldean la mente de los
hindúes y, en definitiva, la de todos, dependiendo del lugar donde
nos haya tocado nacer.
Tampoco es lo mismo un indio del norte que del sur, del este que
del oeste. Entre ellos mismos a veces no se entienden, ya que
hablan distintos dialectos y siguen a distintos dioses, por lo que
se desprende que generalizar la visión de la mente es imposible.
Como siempre, todo depende del observador.
Este texto fue una idea, un ensayo, un cuento lindo que tal vez deje
algo o al menos haya entretenido.
En definitiva cuerpo, mente, intelecto, memoria, ego, alma, son
187
una y la misma cosa, tan solo se les adjudica ubicaciones sepa-
radas para su mejor comprensión final. Así, y como dije por ahi,
vamos de las partes al todo y del todo a las partes.
Ninguna palabra puede reemplazar a la práctica, solamente la
práctica puede hacer a las palabras: no se puede aprender a na-
dar en una biblioteca.
En definitiva si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, va-
mos a seguir consiguiendo lo que estamos consiguiendo.
Bueno, gracias por leerme. Me despido entonces, con mucho
amor y poca mente.

Fabián Ciarlotti

Prof. Dr. Fabián Ciarlotti


Director de Lic. Kinesiología y Fisiatría
Co- Director AUM, Ayurveda Universidad Maimónides   
Universidad Maimónides
www.maimonides.edu
Buenos Aires
Argentina
Año 2011

ciarlotti.fabian@maimonides.edu
fabianciarlotti@fibertel.com.ar

188
Glosario
Sánscrito - Español
Glosario, algunos términos sánscritos

Dado que es importante la vibración de la palabra en el idioma de


origen veremos una pequeña guía de pronunciación en sánscrito:
La “y” se pronuncia como “i” (es decir que Ayurveda se pronunciaría
“Aiurveda” y yoga se diría “ioga”).
La “j” como “sh” (tejas se lee y pronuncia “teshas” y ojas se pronuncia
“oshas”, como la palabra Shunko).
Por último, la “h” se pronuncia como una jota más suave, aspirada (So
Ham, se pronunciaría “So Gjam”).

Abhy: en todas las direcciones.


Abhyanga: masaje.
Abhuta: lo no existente.
Abhyasa: ejercicio.
Acharya: maestro.
Achara o charya: conducta, rutinas durante las diferentes estaciones
y épocas o edades de la vida (Rutu y Dynacharya).
Adharma: incorrecto, con karma.
Adhy: supremo.
Adhyatma manas: mente espiritual.
Adhikari: discípulo cualificado para la senda espiritual.
Adhipati: significa “el Señor del todo”. Punto marma del séptimo
chakra.
Adiatmika: causada por nosotros.
Adibhautika: fenómenos externos, por ejemplo: tsunamis o terremo-
tos.
Adidaivika: influencias astrales.
Aditi: ilimitado, energía primordial.
Adma: habitación, alimento.
Advaita: no dual.
Agati: caminos erróneos. Son cuatro: el de la ansiedad, el del odio, el
de la ilusión y el de la cobardía.
Aghat: pecado.
Agni: una de las tres esencias vitales, fuego digestivo.
Agnihotra: adoración por medio del fuego.
Aham: el yo.

191
Ahamkara: el ego, el yo procesador.
Ahara: dieta.
Ahimsa: no violencia.
Ajna: “el que dirige”. Sexto chakra.
Akala: más allá del tiempo.
Akasha: elemento Espacio, también llamado Éter.
Akáshico: referente al Espacio.
Akriti: facie y aspecto general.
Akshi: pestañas.
Ama: toxina en el cuerpo.
Amaroli: orinoterapia. Literalmente, significa inmortal.
Amla: ácido.
Amrita: néctar sagrado de la inmortalidad.
Amsa: hombro.
Amsa palaka: omóplato.
Amasaya: estómago.
Ananda: felicidad per sé, sin causa alguna.
Anga: miembro o parte de algo. También utilizado para designar
técnicas.
Angam: cuerpo.
Anhad: sonido interno, no escuchado.
Anhata: invicto o no golpeado. Cuarto chakra.
Anna: alimento.
Anu: átomo.
Anuloma: eliminar el ama, ya sea con medicinas, ayuno, dietas, pan-
chakarma, respiraciones (anuloma viloma).
Anuvasana Basti: enemas de aceite.
Antahkarana: instrumento mental interno (antah: fin, interno, mental;
karana: instrumento).
Antash: parte final, última.
Anatara: espacio entre dos cosas.
Anumana: conocimiento por inferencia.
Anupana: sustancia que sirve para vehiculizar otras sustancias, por
ejemplo: ghee.
Ap: agua.
Apana: aire o prana hacia abajo.
Apara: inferior.

192
Apara vidya: conocimiento secundario.
Aparigraha: no codiciar.
Artava: tejido o séptimo dhatu reproductor femenino.
Artha: prosperidad.
Arya o aria: noble.
Asana: postura yóguica.
Asankalpa: falta de intención y voluntad.
Ashram: (de ā-śrama: “lo que lleva al esfuerzo”) lugar de retiro, de
meditación y enseñanza hinduista, tanto religiosa como cultural, en
el que los alumnos conviven bajo el mismo techo que sus maestros,
generalmente establecido alrededor de un gurú o sabio.
Astha: ocho.
Ashta Nindita Purusas: ocho configuraciones corporales que no
pertenecen a ningún dosha y que son muy difíciles de tratar, también
llamados “doshas prohibidos”:
1. Muy altos: atidirgha.
2. Muy bajos: atihrsva.
3. Muy obesos: atishula.
4. Muy emaciados: atikrsa.
5. Muy peludos: atiloma.
6. Muy lampiños: aloma.
7. Muy negros: atikrsna.
8. Muy blancos, albinos: atigaura.
Ashtavidya pariksha: ocho puntos o ítems para el examen del paciente:
1. Pulso.
2. Orina.
3. Materia fecal.
4. Lengua.
5. Habla y voz.
6. Tacto.
7. Visión.
8. Facie y aspecto general.
Ashtanga: ocho miembros o partes.
Asthanga Yoga: ocho partes del Yoga Real o Raja Yoga:
1. Yamas.
2. Niyamas.
3. Asana.

193
4. Pranayama.
5. Pratyahara.
6. Dharana.
7. Dhyana.
8. Samadhi.
Ashti: el quinto dhatu, hueso.
Asura: demonio.
Asteya: no robar.
Atma bodha: autoconocimiento.
Atma vichara: autoindagación.
Atman: alma, el verdadero Ser.
AUM: (léase Om) sonido primordial.
Aushadi: tratamiento.
Avatar: descendido, corporización de los dioses (Krishna, Rama,
Jesús).
Avyakta: el terreno de observación. Integra un trígono junto con el
observador y lo observado.
Avidya: falta de conocimiento.
Ayana-ayama: control, incremento, regulación, sendero. También
significa estación del año.
Ayanamsa: diferencia entre los zodiacos occidental o Sayana y el
oriental o Nirayana.
Ayurveda: medicina que significa conocimiento de vida (ayur: vida;
veda: conocimiento) y posee ocho ramas:
1. Kaya chikitsa (medicina interna).
2. Salya Tantra (cirugía).
3. Salakya Tantra (oftalmología y otorrinolaringología).
4. Kumarabhrtya (pediatría, obstetricia y ginecología).
5. Agada Tantra (toxicología).
6. Rasayana (geriatría y rejuvenecimiento).
7. Vajikarana (virilidad).
8. Bhuta Vidya (psiquiatría).
Babana: sentimiento divino.
Baba: papá.
Bahya: externo.
Bahyakarana: los sentidos, instrumento mental externo.
Bala: resistencia, chicos.

194
Balaroga: pediatría.
Bandha: nudo, contracción, encerrar, atrapar.
Basti: vegija, también significa enemas, uno de los panchakarmas.
Bhagavad Gita: significa “La canción de Bhagavān” (dios, en este caso
Krishna), es una parte del gran poema épico hindú escrito por Vyasa
llamado “Mahabarata” (“La gran batalla”) y corresponde al diálogo
entre Krishna (lo Divino) y Arjuna (el ser humano) en medio del campo
de batalla; de hecho, simboliza la lucha interior que tiene todo ser
humano entre su parte material y espiritual. Este texto contiene la
esencia del Dharma, el Yoga y el Vedanta, y ha sido y es la principal
fuente inspiradora de muchos maestros espirituales.
Bhakti: devoto.
Bhakti Yoga: yoga de la devoción y del servicio (seva).
Bhargo: la energía ilimitada, todopoderoso.
Bheda: ver samprapthi.
Bhogi: el implicado en los placeres y pesares mundanos.
Bhumi: tierra.
Bhu,Bhur: la Tierra. Dios en nuestro plano físico.
Bhuta: elementos, fantasmas, demonios. En PanchaMahaBhuta, refie-
re a los cinco grandes elementos: Espacio, Aire, Fuego, Agua y Tierra
(akasha, vayu, agni, jala, pritvhi).
Bhuta vidya: psiquiatría (también llamada Graham Chikitsa).
Bhuva: dios en los planetas, el universo.
Bija: semilla, germen del mantra.
Bindu: gota, semen, átomo, cero.
Brahma: dios manifesto de la creación.
Brahma sutra: los aforismos del dios Brahma.
Brahmacharya: control o maestría de los sentidos.
Brahman: dios inmanifiesto.
Brahmanes: una de las castas hindúes, sacerdote.
Brimhana: fuerza nutriente, que genera anabolismo.
Buddha: iluminado.
Buddhi: intelecto.
Chai: té.
Chakra: rueda, torbellino energético.
Chala: movimiento.
Chandra: Luna.

195
Chandmara: lunático, literalmente “muerto por la luna”.
Charaka: Vaidya autor de uno de los textos clásicos del Ayurveda
(Charaka Samhita).
Chela: discípulo.
Chikitsa: tratamiento.
Chit: conciencia pura incondicionada e ilimitada.
Chitta o Chittam: conciencia personal limitada. Aquí se ubican los
arquetipos, la memoria entrelazada, lo atemporal, lo cuántico, el
conocimiento directo, las tendencias (vasanas) y las impresiones o
surcos (samskaras). Es la memoria en todo sentido: cósmica, cognitiva
y experimental.
Churna: polvos.
Citta Vritti Nirodhah: primer sutra del yoga “parar los pensamientos”.
Dakshina: ofrenda tradicional que se entrega a la persona que dirige
una ceremonia o ritual.
Darshan: significa “ver”, nombre dado a las seis principales filosofías
hindúes ortodoxas: Vaisheshika, Nyaya, Samkhya, Yoga, Mimansa,
Vedanta.
Deha: cuerpo, célula.
Deva: dios.
Devasya: invoca la divinidad interna de uno.
Devi: diosa.
Dhamani: arterias.
Dhanvantari: dios del Ayurveda.
Dhara: derramar, sostén.
Dharana: concentración.
Dharma: ley universal de acción correcta, desapego por el resultado.
Tambien llamada
Sanatana Dharma (sanatana: eterno). Ley que armoniza al individuo
con el todo. Principio de conservación y de estabilidad de los seres
manifestados. Existe el dharma universal o samanya, el dharma de
una raza, de un pueblo y el personal denominado vishesha.
Dhatus: los siete tejidos corporales: rasa (plasma), rakta (sangre),
mamsa (músculo), medas (grasa), ashti (hueso), majja (tejido neural y
relleno óseo), sukra y artava (tejido reproductor masculino y femenino).
Dhimahi: dar lugar a que entre o se exprese nuestra divinidad.
Dhiyo: intelecto.

196
Dhyana: meditación.
Dinacharya: rutina diaria.
Dipana: aumentar el fuego digestivo (agni).
Dosha: equivale a biotipo (Vata, Pitta, Kapha), aunque en realidad
significa desequilibrio, falta, vicio, deficiencia, carencia, inconvenien-
cia, desventaja, ofensa, transgresión, culpa, delito, crimen. Ver: Ashta
Nindita Purusas.
Drg drsya viveka: discriminación entre el sujeto y el objeto.
Drik: visión.
Dukha: dolor.
Durga: significa difícil de acercarse, inalcanzable (dur: “duro”, “difícil”;
gā: “ir”). Es la diosa Parvati cuando simboliza al amor maternal, des-
tructora de demonios.
Dvaita: dual.
Dvesha: displacer, aversión.
Ekagrata: fijeza de mente. Intensa concentración sobre un objeto o
pensamiento
Éter: elemento Espacio, también llamado akasha.
Gagana: cielo.
Gala: faringe.
Ganesha: dios del discernimiento o la sabiduría, con cara y potencia
de elefante, que quita los obstáculos por la fuerza del conocimiento.
Hijo de Shiva y Parvati.
Garbhashaya: útero.
Garbhini: embarazada.
Garbho: feto.
Gati: comprimidos, pastillas. También significa movimiento.
Gayatri: la consorte del dios Brahma. Diosa de la inteligencia e intui-
ción. Gaya: prana, tri (tra): liberación, expansión.
Gavinau: uréteres.
Ghee: manteca clarificada.
Gnana o jnana: conocimiento.
Gopala: otro de los nombres por el que es conocido Krishna.
Gopi: vaca, mujer lechera.
Govinda: otro de los nombres por el que es conocido Krishna.
Graha: planetas.
Graham Chikitsa: rama del Ayurveda versada en psiquiatría.

197
Grahani: intestino delgado.
Guda: ano.
Gulpha: tobillo.
Guna: cualidad en las cosas, ver Sattvas, Rajas y Tamas.
Gupta Manas: mente secreta.
Guru: que disipa la oscuridad. También significa pesado.
Hamsa: cisne.
Hanuman: dios hijo del viento con cara de mono, aliado de Rama.
Hari: sobrenombre de Vishnu, el protector.
Hastina: sabiduría.
Hastinapura: ciudad de la sabiduría.
Hatha: Sol-Luna.
Hatha Yoga: la parte física y respiratoria del Raja Yoga.
Hawa: viento.
Hetu: causa.
Hita: bueno.
Homa: oblación de arroz y manteca hecha en el fuego.
Hotra: adoración por medio del fuego.
Hridayam: corazón.
Ida: canal sutil femenino, enfriante, lado izquierdo.
Indra: el Señor Supremo. Rey del cielo y Señor de los seres celestia-
les.
Indriyas: diez órganos de los sentidos, los cinco de percepción “jña-
nendriyas”, que se corresponden con los cinco de acción “karmendri-
yas”. El oído se corresponde con el habla, el gusto con la reproducción,
el tacto con agarrar, la vista con caminar y el olfato con la deposición
o entrega.
Iswara: el creador de todas las cosas. El dios personal.
Ishwara Pranidhana: rendirse a dios.
Jagat: universo.
Jagrat avastha: estado de vigilia.
Jal o jala: agua.
Janu: rodilla.
Japas: repeticiones, invocación de dios.
Jiva o jivatman: individuo.
Jivha: lengua.
Jnana o gnana: conocimiento.

198
Jñana o Gñana Yoga: yoga del conocimiento. Es el camino del autoco-
nocimiento y de la autoobservación.
Jñanendriyas: sentidos de percepción.
Jñani: yogui que practica Jñana Yoga.
Jyoth: luz.
Jyotisha: astronomía y astrología.
Kaivalya: estado sin forma del Ser. Emancipación. Liberación.
Kal: muerte. También significa negro y tiempo.
Kali: es el aspecto horroroso de la misma divinidad, esposa de Shiva
como diosa de la muerte. Representa la justicia violenta.
Kalpa: período de 4.320.000.000 de años. También significa ayuno.
Kalvidam: universo.
Kama: placer, deseo.
Kandara: tendones.
Kantha: laringe.
Karma: acción y su consecuencia.
Karma agami: (~ venidero) es el karma que estamos fabricando
ahora.
Karma katancia: el karma de los maestros.
Karma phalam: fruto de karma.
Karma prabhaba o prarabda: de la raíz prakk, temprano, antes, y
arabda, comenzado, es el karma que traemos de vidas pasadas, que
se manifestará a través de nuestra familia, del país en que nacemos,
de nuestras vasanas y samskaras (tendencias e impresiones).
Karma sanchita: acumulado, es el depósito de los frutos de la acción
acumulados, ya sean buenos o malos.
Karmendriyas: sentidos de acción.
Kapha: humor o biotipo; significa, flema, moco y abrazo.
Kapila: autor de la filosofía Samkhya.
Karana: instrumento. Causa. Principio lógico.
Karana sharira: cuerpo causal. El Ser, relacionado con el kosha Anan-
da maya.
Karina o karuna: compasión.
Karma: ley de acción y su consecuencia.
Karma yoga: Es el yoga de la acción desinteresada, del servicio, de la
acción sin recompensa.
Karna: oído.

199
Kashaya: astringente. Estado de adormecimiento mental causado por
las impresiones que producen los apegos.
Kati: pelvis.
Katikataruna: cadera.
Katu: picante.
Kavana: causa.
Kaya: cuerpo físico.
Kaya nidada: diagnóstico.
Kesha: cabello.
Khya: saber.
Kirtan: cánticos.
Kleda: agua, agua sucia.
Kleshas: causas del sufrimiento en el ser humano:
1. Ignorancia de la naturaleza de la realidad no dual (Prajna parada).
2. Miedo a la muerte.
3. Atracción hacia objetos de deseo (maya).
4. Repulsión de objetos de deseo (maya, la otra cara de la moneda).
5. Identificación con el Ego (Ahamkara). ”Si uno se queda en la forma,
tan solo vivirá de información”.
Kosha: las cinco envolturas corporales:
1. Anna maya kosha: cuerpo físico denso.
2. Prana maya kosha: cuerpo energético.
3. Mano maya kosha: cuerpo mental.
4. Vijnana maya kosha: sabiduría, intelecto.
5. Ananda maya kosha: bienaventuranza, plenitud.
Krikatika: articulación del cuello.
Krishna: dios avatar o reencarnación de Vishnu.
Kriya: acción, de la misma raíz que karma (kri).
Kriya yoga: es un conjunto de técnicas de meditación, ejercicios y
pranayama.
Kshatriyas: una de las castas hindúes, guerreros.
Kumara: adolescente, puro, inocente. Sabio místico.
Kumarabhrtya: pediatría.
Kumbhak: apnea con pulmones llenos de aire (luego de la inspira-
ción).
Kundalini: significa “enroscada”, poderosa energía potencial latente
ubicada entre los dos primeros chakras.

200
Laghu: liviano.
Lalata: frente.
Lavana: salado.
Laksmi: la consorte del dios Vishnu. Diosa de la fortuna y la belleza.
Langhana: fuerza ayunante, genera catabolismo. Terapia reductora.
Linga: falo.
Loka: mundo, plano. Está asociado a las diferentes regiones del uni-
verso donde la creación tiene asiento.
Madhura: dulce.
Maha: grande, gran.
Mahat: mente universal, colectiva. Conciencia de todo lo creado.
Mahatma: gran alma.
Mahavakyas: grandes sentencias védicas (Ver tat tvam asi).
Manda: lento.
Majja: el sexto dhatu, tejido nervioso, relleno de huesos.
Mala: rosario de rezo.
Malas: los deshechos (materia fecal, orina y sudor).
Mamsa: el tercer dhatu, músculo, carne.
Manana: reflexionar sobre lo escuchado.
Manas: mente.
Mandala: círculo sagrado, cerco.
Mangalam: bendición, cosas buenas.
Manipura: ciudad de las joyas, alegría (pura: ciudad, mani: joyas,
alegría). Tercer chakra.
Manolaya: quietud temporal de la mente (concentración).
Manonasa: muerte de la mente. Destrucción permanente de todo
pensamiento.
Mantra: oraciones (man proveniente de manas: mente, tra: liberación).
Manu: el primer hombre.
Marana: muerte.
Marga: camino.
Marma: vital, sutil, de la guerra.
Masala: mezcla.
Masthulunga: cerebro.
Matra: medida.
Mauna o mouna: silencio que se imponen los yoguis durante algunos
días, semanas o meses.

201
Maya: ilusión.
Medas: el cuarto dhatu, grasa.
Medhram: pene.
Mehana: genitales.
Metta: amor.
Moksha: liberación o iluminación según el Ayurveda.
Mudra: gesto manual.
Muhurta: fecha auspiciosa.
Mukham: boca.
Muladhara: chakra raíz o soporte (mula: raíz, adhara: soporte).
Murti: forma.
Mutra: orina.
Mutra marga: uretra.
Naad: sonido.
Nabhi: ombligo.
Nad: pulso, tubo.
Nadis: canales sutiles energérticos (Ida, Pingala, Sushukma).
Nakha: uñas.
Nama: nombre.
Namaste: saludo, que se utiliza tanto en la llegada como en la despe-
dida.
Nasa: nariz.
Nasya: instilación nasal medicada, uno de los panchakarmas.
Neti: lavado yogui nasal.
Neti neti: “No tiene forma, no tiene nombre, esto no es, esto no es”.
Proceso analítico de negar todos los nombres y formas para llegar a
dios o al profundo ser.
Netra-dik: ojos.
Nididhyasana: experiencia provocada por la meditación profunda.
Nidra: sueño, relax.
Nirama: sin la toxina (ama).
Nirayana: zodíaco que no está basado en las estaciones ni en el sol,
sino en las constelaciones; zodíaco oriental.
Nirguna: sin cualidades ni atributos (dios).
Nirvana: liberación o iluminación según el budismo.
Niyamas: observancias (principios, uno de los pasos del Asthanga
Yoga).

202
Nitamba: nalgas, trasero.
Nyaya: darshana racional, consagrada a la lógica y a la teoría del
conocimiento.
Ojas: una de las tres esencias vitales que da inmunidad y procreación;
se dice existen ocho gotas en el corazón llamadas paraojas, mientras
que el resto (100 ml) es circulante (aparaojas).
Om tat sat: “La verdad es lo que hay”.
Oshta: labios.
Pachana: digerir y liberar el ama sin modificar el agni.
Pada: capítulo, parte de un verso.
Padatala: planta.
Pakwasaya: intestino grueso.
Panchakarma: cinco acciones (vamana, virechana, rakta moksha,
nasya, basti).
Pandit: erudito, sabio.
Panitala: palma.
Papam: resultado negativo.
Paramahamsa: el que se eleva por encima del yo.
Para vidya: conocimiento mayor.
Pariksha: paciente.
Parinama: ley de la evolución que admite el cambio real de la causa
que se transforma en el efecto, contraria a ese respecto a las ense-
ñanzas del Vedanta. Una cosa se transforma realmente en otra.
Parsvasandhi: cintura.
Parvati: la consorte del dios Shiva en su forma de la inteligencia e
intuición. Su nombre significa “hija del monte Pārvata” (siendo párvata
“montaña”), también “arroyo de montaña”.
Patala: bajo mundo.
Patanjali: creador del Asthanga o Raja Yoga.
Pathya: camino, trayecto.
Phala: fruto, resultado.
Phupussa: pulmones.
Pingala: canal sutil masculino, calentante, lado derecho.
Pitta: humor, fuerza o biotipo que significa bilis.
Pleeha: bazo.
Prabuddha mana: mente propiamente dicha.
Prachodayat: es la correcta conducción y dirigir nuestro pensamiento

203
en esa dirección; guiar nuestro intelecto en una dirección.
Prajna paradha: error del intelecto en creer que somos cuerpo o
mente.
Prakopa: ver samprapthi.
Prakriti o prakuti: naturaleza.
Pramana: los medios apropiados para el conocimiento. Evidencia.
Conocimiento correcto.
Prana: significa “primer alimento” (referido al oxígeno, ya que para el
Ayurveda alimento es todo lo que entra por los sentidos); una de las
tres esencias vitales. Energía individual y universal.
Pranayama: ejercicios con control de la respiración y por ende, del
prana.
Prasad: alimento bendecido, ofrenda. Mente sana.
Prasara: ver samprapthi.
Prashna: preguntas.
Prasuti: embarazo.
Prasuti tantra: obstetricia.
Pratibha: intuición, iluminación espontánea.
Pratya: percepción, reconocimiento, control.
Pratyahara: concentración en control de los sentidos. Significa control
de los alimentos o de la dieta (ahara).
Pravriti: manifestación. Acción.
Pravritta manas: mente del sistema nervioso autónomo.
Prema: amor.
Preta: fantasmas. Espectros de los muertos.
Pritvhi, prithui o pritivi: tierra.
Prushtavamsha: columna vertebral.
Puja: ritual, adoración.
Puniam: resultado positivo, virtud.
Pur, pura: ciudad.
Purak: inspirar.
Purana: antiguo, historias.
Purisha: materia fecal.
Purnam: plenitud.
Purusha: lo inmanifesto, también significa individuo.
Purushartas: los cuatro objetivos de la vida: Artha, Kama, Dharma y
Moksha.

204
Raga: emoción, composición musical, deseo, sensación, pasión. Se
refiere también a composiciones musicales acorde al medio exterior
(atardecer, lluvia, etc.).
Raja: real.
Rajas: guna o cualidad que indica movimiento.
Raja Yoga: Yoga Real, también llamado Ashtanga (ocho miembros)
Yoga.
Rakta: el segundo dhatu, sangre.
Rakta moksha: sangrías, cura por sanguijuelas, uno de los panchakar-
mas.
Rama: una de las encarnaciones (avatar) del dios Vishnu, significa
entre otras cosas lo que resplandece dentro de mí.
Ramayana: historia o viaje de Rama, uno de los textos smritis escrito
por Valmiki.
Rashi: signo del Zodiaco.
Ratricharya: rutina durante la noche.
Rasa: sabores: dulce, ácido, salado, picante, amargo, astringente.
También significa
jugo, linfa, emoción, semen, rejuvenecimiento. El primer dhatu: plas-
ma.
Rasayana: rama del Ayurveda que estudia el rejuvenecimiento, longe-
vidad y calidad de vida.
Rechak: espirar.
Rig: antiguo, uno de los Vedas acerca de las estrofas e himnos mági-
cos.
Rishis: sabios, videntes.
Roga: enfermedad.
Rud: gritar.
Rudra: otro de los nombres de Shiva, en su carácter de destructor.
Ruksha: seco.
Rupa: forma.
Rutucharya: rutinas estacionales.
Sabda: voz.
Sadhana: prácticas espirituales.
Sadhu: asceta, santo.
Sahasrara: séptimo chakra, significa loto de mil pétalos.
Sai: mamá.

205
Saka: amigo.
Sakshin: testigo, observador.
Saama: equilibrio, balance.
Sama: con la toxina (ama). Uno de los Vedas.
Samana: prana de circulación centrípeta, regula el aire del estómago
e intestinos.
Samaagni: agni o fuego digestivo balanceado.
Samadhi: liberación o iluminación según el Yoga.
Samhita: compilado.
: una de las darshanas espirituales, base del Yoga y Ayurveda.
Significa enumeración y también conocimiento del Ser (de Sat, el
Ser y Khya, saber); describe veinticinco principios constitutivos de la
manifestación cósmica.
Samprapthi: para el Ayurveda son los seis estadíos de las enfermeda-
des (llamados Shat Kriya kalas): acumulación o sanchaya, exacerba-
ción o prakopa, diseminación o prasara, localización o sthana-samsra-
ya, manifestación o vyakti, especialización o bheda.
Samsara: rueda de muertes y reencarnaciones.
Samsaya: duda.
Samskara: impresiones mentales arquetípicas o kármicas.
Sana: siempre.
Sanatana: eterna. Ver dharma.
Sanchaya: ver samprapthi.
Sandhi: intervalo; articulación.
Sandhikala: la unión de la noche y el amanecer, más el atardecer y la
noche.
Sankalpa: atención e intención.
Sánscrito: lengua clásica de la India, siendo además una de las
lenguas indoeuropeas antiguas más tempranamente documentadas
(junto a la hitita y el griego micénico); entre otras cosas significa
“santa escritura” o “escritura perfecta”. Para otros literalmente quiere
decir “perfectamente hecho”: sam: completamente; kritá: hecho, obra
(de la raíz kri, emparentada con la palabra karma: acción).
Santosha: aceptación; “Si pasó, conviene”.
Sanyasin: alguien que ha renunciado al hogar, bienes y casta en pro-
cura de continuar con su camino espiritual. Renunciante.
Sarasvati: otra consorte del dios Brahma (es en realidad otra forma

206
de la diosa Gayatri), diosa de la sabiduría.
Sarpa: serpiente.
Sarva: universo.
Sarvam: todos los estados posibles, uno y todos.
Sat: puro Ser. Existencia absoluta. Verdad.
Sat-Chit-Ananda: verdad-conciencia-felicidad.
Satsanga: buenas compañías.
Sattvas: guna o cualidad que indica pureza, verdad.
Satvajaya: higiene mental y curativo espiritual.
Satyam: verdad.
Saucha: limpieza del cuerpo.
Savitur: el origen de la luz que da principio a todos.
Savriti: la consorte del dios Brahma, relacionada con la intuición.
Sayana: zodíaco en base a las estaciones. Zodíaco occidental.
Seva: servicio.
Shaktakarma: los seis métodos de acción (limpieza y purificación) del
Yoga:
1. Dhauti o limpieza del tracto.
2. Vasti o limpieza del colon.
3. Neti o limpieza nasal.
4. Tratak o mirar un particular punto fijamente sin parpadear. Aplicado
según la técnica, limpia y fortalece los globos oculares a la vez que
calma la ansiedad, evita el insomnio y ayuda en casos de miopías y
astigmatismo.
5. Nauli o limpieza intestinal, por medio de la contracción muscular
abdominal más la ingesta de ciertos líquidos.
6. Kapalabhati o purificación de los lóbulos frontales cerebrales por
medio de un pranayama específico.
Shakti: poder o energía femenina. El aspecto femenino del Principio
Supremo.
Shamana: método paleativo de tratamiento (snehana, svedana).
Shankara: creador de la filosofía Vedanta Advaita.
Shankha: las sienes, el hueso temporal.
Shanti: paz.
Sharam: agua.
Sharira: cuerpo.
Shira: cabeza.

207
Shiva: dios manifiesto de los yoguis, la música, la transformación y la
muerte.
Shirodhara: masaje hecho con un chorro de aceite aplicado sobre la
frente.
Shita: frío.
Shodhana: método purificador de tratamiento. Panchakarma.
Shudha: puro.
Shukha: placer.
Shukra: tejido o séptimo dhatu reproductor masculino.
Shuniak: apnea con pulmones sin aire (luego de la espiración).
Shutala guda: recto
Sira: venas.
Sloka: párrafo, pasaje.
Smriti: memoria, recuerdo, transmisión oral. Literalmente: “lo que se
recuerda”, textos de autoría humana como el Ramayana o los Puranas,
que antiguamente se transmitían de forma oral.
Snayu: tendones.
Snehana: terapia de oleación, aceites externos (abhyanga) e ingeridos.
Snigdha: aceitoso.
So Ham: Yo soy Él.
Sparsa: tacto.
Sravana: escuchar.
Sri: santo, glorioso.
Srotas: todos los canales corporales, vasos, intestinos, nadis (canales
sutiles).
Sruti: “lo que se escucha” (textos “bajados” desde los dioses, por
ejemplo los Vedas y las Upanishads), textos sagrados revelados.
Sthana-Samsraya: ver samprapthi
Subdoshas: cinco subdivisiones de asiento o lugar proponderantes en
los doshas.
Stanau: mamas.
Sthula sharira: cuerpo físico.
Sudras: casta hindú de los peones y obreros.
Sukshma sharira: cuerpo astral, sutil. Relacionado con los koshas ,
ver prana, mano y
vijñana maya kosha.
Sunyata: vacío.

208
Supta manas: mente oculta.
Surya: Sol.
Surya Namaskar: saludo al sol, serie de posiciones o asanas yóguicas.
Sushruta: vaidya cirujano, autor de uno de los textos clásicos del
Ayurveda.
Sutras: aforismos, máximas.
Sushumna: canal sutil central.
Sushupti avastha: sueño profundo sin imágenes oníricas.
Svadhysthana: la propia morada, segundo chakra (sva: lo propio, lo
que es, natural; adhisyana: morada, asiento).
Svadhyaya: autoconocimiento.
Svah, svaha: más allá.
Svarga: primer cielo. Paraíso inferior. Región de Indra. Lugar de goce.
Svastha: establecido en uno mismo. Salud.
Sveda: sudor.
Svedana: terapia de sudor, ya sea seco o húmedo, total o parcial.
Swami: maestro.
Swapna avastha: estado de sueño con imágenes oníricas.
Swarupa: en su propia forma.
Sweda: sudor.
Tail: aceites.
Taijasa: conciencia cósmica, radiante, luminoso, llameante. Conciencia
que se identifica con cada uno de los cuerpos sutiles.
Tala: ritmo.
Talu: paladar.
Tamas: guna o cualidad que indica inercia, estabilidad.
Tamasi: la noche.
Tanmatras: elementos primigenios o rudimentarios.
Tantra: tan, liberación; tra instrumento. También significa tejido, en el
sentido de continuidad y red. Escuela filosófico-esotérico sistematiza-
da que ha ido conformándose a partir del siglo IV dC. Para el tantra o
tantrismo, el placer es una función natural del ser humano que, bien
encauzada, conduce a la liberación.
Tap: fuego.
Tapas: austeridad.
Tat: aquello, eso.
Tat tvam asi: “Tú eres eso”.

209
Tejas: una de las tres esencias vitales, para muchos sinónimo de agni.
Tikta: amargo.
Tikshna: agudo, elevado.
Trimurti: tres formas, referido a las tres formas de dioses: Brahma,
Vishnu y Shiva, que se corresponden con las fuerzas de creación,
conservación y cambio o destrucción.
Turiya: literalmente “cuarto”, referido al cuarto estado mental.
Turiyatita: lo que trasciende el cuarto estado, más allá del cuarto
estado mental.
Twak: piel.
Udar: abdomen.
Udaka: agua.
Udana: prana hacia arriba.
Udvartana: masaje o abhyanga seco, con polvos.
Uma: nombre de soltera de Parvati, la consorte de Shiva.
Unduk: ciego.
Ushna: calor.
Uttara: último.
Uttara Mimansa: darshana metafísica. También conocido como Ve-
danta, significa “investigación posterior”.
Upadhatu: tejido secundario.
Upadhi: limitación. Agregado limitativo. Vehículo portador de algo más
sutil. Por ejemplo: el cuerpo físico es el upadhi del cuerpo sutil.
Upanishads: traducido como “Permanecer sentado junto, o a los pies
de“. Se refiere a estar en cercanía del gurú para recibir sus enseñan-
zas. Libros sagrados hindúes correspondientes a la Vedanta.
Upasanas: actividades mentales. Meditación, práctica devocional.
Vagbhata: vaidya autor de uno de los textos clásicos del Ayurveda.
Vaidya: médico Ayurveda.
Vaisheshika: doctrina que intentó identificar, inventariar y clasificar
las entidades que se presentan a sí mismas ante la percepción huma-
na, fue fusionada con la escuela Nyāya.
Vairagya: desapego del resultado de la acción. Desapego mental de
las sensaciones que provocan los objetos. Desapasionamiento.
Vaishnava: seguidores de Vishnu.
Vaishvanara: estado de vigilia.
Vajikarana: literalmente “instrumento del caballo”, rama del Ayurveda

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que estudia la procreación y el poder sexual.
Vámana: vómitos terapéuticos, uno de los panchakarmas.
Varna: las cuatro castas hindúes. Los Brahmanes (sacerdotes,
maestros, académicos) son la casta más alta, les siguen los Kshatri-
yas (clase político-militar), los Vayshas (comerciantes, artesanos y
agroganaderos) y los Sudras (siervos y obreros).
Varenyam: compatible y familiar con todos.
Varuna: dios custodio del orden universal y de los ritos sacrificiales
relacionados.
Vasanas: tendencias mentales.
Vastu: cosas. Real.
Vastu didya: arquitectura, similar al feng shui chino.
Vasudhaiva Kutumbakam: significa que el mundo entero es una sola
familia.
Vata: humor, fuerza, dosha o biotipo que significa viento.
Vati: pastillas.
Vayamcharya: rutinas de edad; épocas de vida.
Vayshas: una de las castas hindúes: comerciantes y artesanos.
Vayu: viento.
Vedas: literalmente ”conocimiento”; los cuatro textos más antiguos
conocidos por la humanidad: Rik-Veda (también llamada Rig-Veda)
Sama-Veda, Yajur-Veda y Atharva-Veda.
Vedanta: parte final o esencia de los Vedas, filosofía que comprende
las Upanishads, la Bhagavad Gita y los Brahma Sutra. Sus vertientes
principales son la corriente dual, la no dual y la intermedia.
Védicas: relativo a los Vedas.
Vegas: urgencias naturales. Vómitos. Frecuencia.
Vibhuti: poder sobrenatural. Ceniza.
Vidya: conocimiento real; sabiduría.
Vichara: indagación.
Vihara: conducta, estilos de vida.
Vijnana: conocimiento.
Vikalpa: construcción mental de lo que es la realidad. Fantasía, irrea-
lidad.
Vikriti o Vikruti: desviación de la naturaleza, desequilibrio.
Vipaka: efecto alimentario a largo plazo.
Viréchana: purgas, uno de los panchakarmas.

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Viruddha ahara: incompatibilidad de alimentos.
Vivarta: proceso de manifestación donde el uno se convierte en la
mayoría. Se trata de la esencia de la Vedanta, todo es una ilusión. Es
la transformación de la causa en efecto sin que aquella pierda su
propia naturaleza. Ilusión causada por la ignorancia. También significa
autoalienación, evolución y transfiguración.
Virya: potencia alimentaria fría o caliente.
Vishaya: objeto.
Vishayi: sujeto.
Vishesha: particular.
Vishuda: el grande, el puro. Quinto chakra.
Viveka: discernimiento, elección correcta con el intelecto.
Vritti: pensamiento.
Vrishana: testículos.
Vyakti: sujeto.
Vyakta: objeto.
Vyana: prana circundante.
Viyoga: desunión, separación.
Vritti: pensamiento.
Vyakti: ver samprapthi.
Yagna: ritual del fuego, sacrificio, culto, adoración.
Yajur: canto, himno.
Yakrit: hígado.
Yamas: restricciones, conductas, principios, uno de los pasos del
Asthanga Yoga. La conducta en la vida en relación con los otros.
Yana: sendero, doctrina.
Yantra: visualización (yan: visual; tra: instrumento). Un buen ejemplo
son los mandalas; también la máquina o rueda de alfarero, como
símbolo del rodar continuo de la vida.
Yoga: significa unión; filosofía darshana iniciada por Patanjali.
Yoga marga: caminos del yoga para la liberación: Raja o Asthanga
Yoga,
Karma o Kriya Yoga, Bhakti Yoga, Jñana Yoga.
Yogui: practicante masculino de yoga.
Yajur: uno de los Vedas. Oración. Himno.
Yoguini: practicante femenina de yoga.
Yo Nah: que está dentro nuestro.

212
Yoni: vagina.
Yugas: edades o eras de vida.
Yukta: devoto, piadoso.
Zen: meditación en japonés (dhyana en sánscrito).

Algo de anatomía védica:

Akshi: pestañas.
Akriti: facie y aspecto general.
Amsa: hombro.
Amsa palaka: omóplato.
Amasaya: estómago.
Basti: vejiga urinaria.
Gala: faringe.
Dhamani: arterias.
Drik: visión.
Garbhashaya: útero.
Garbhini: embarazada.
Garbho: feto.
Gñanendriyas: los cinco órganos de percepción.
Grahani: intestino delgado.
Guda: ano.
Gavinau: uréteres.
Gulpha: tobillo.
Hridayam: corazón.
Indriyas: órganos de los sentidos.
Janu: rodilla.
Jivha: lengua.
Kandara: tendones
Kantha: laringe.
Karmendriyas: los órganos de acción.
Karna: oído.
Kati: pelvis.
Katikataruna: cadera.
Kaya: cuerpo físico.
Kesha: cabello.
Krikatika: articulación del cuello.

213
Lalata: frente.
Linga: falo, pene.
Masthulunga: cerebro.
Mehana: genitales.
Medhram: pene.
Mukham: boca.
Mutra: orina.
Mutra marga: uretra.
Nadi: pulso.
Nabhi: ombligo.
Nakha: uñas.
Nasa: nariz.
Netra-dik: ojos.
Nitamba: nalgas, trasero.
Oshta: labios.
Padatala: planta.
Pakwasaya: intestino grueso.
Panitala: palma.
Parsvasandhi: cintura.
Phupussa: pulmones.
Pleeha: bazo.
Prushtavamsha: columna vertebral.
Purisha: materia fecal.
Sabda: voz.
Sandhi: articulación.
Shankha: las sienes, el hueso temporal.
Sharira: cuerpo.
Shira: cabeza.
Sthula sharira: cuerpo físico.
Shutala guda: recto.
Sira: venas.
Snayu: tendones.
Sparsa: tacto.
Stanau: mamas.
Sweda: sudor.
Talu: paladar.
Twak: piel.

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Udar: abdomen.
Unduk: ciego.
Vrishana: testículos.
Yakrit: hígado.
Yoni: vagina.

Los diez primeros números en sánscrito


1. Eka
2. Dva
3. Traya
4. Chatur
5. Pancha
6. Shat
7. Sapta
8. Ashta
9. Nava
0. Shunya, el cero. También shunya quiere decir vacío.

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