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Muy Ligera
Fácil de manipular, para poderla adaptar
Total estabilidad dimensional, una vez ajustada
No alergógena
Estética
Durable y resistente a la corrosión
Irrompible
Económica
Reparable
PARÁMETROS DEL MATERIAL IDEAL: PLÁSTICOS La traducción de éstas características se pueden medir
evaluando una serie de propiedades fisicoquímicas directamente relacionadas con éstas características.
Es importante tomar conciencia del orden de magnitud de estos valores con el fin de poder comparar
diversos materiales de manera objetiva.
Densidad
Propiedades Térmicas
Propiedades Mecánicas
Interacción con la piel
Métodos de coloración
Tipos de Reparación
Plastificante
Absorción de Agua
Mecanización
Rentabilidad económica e industrial
Cuanto menor sea este valor menor peso tendrá la montura y por lo tanto proporciona una portabilidad
más cómoda. La densidad debe ser baja, para que el peso sea el menor posible. Para hacernos una idea
del orden de magnitud es útil recordar la densidad del agua (referencia) que es 1 y de los materiales
orgánicos y minerales ya aprendidos en lentes oftálmicas.
Propiedades Térmicas
• T⁰ Conformado
• T⁰ L. de Deformación
• T⁰ Combustión
La temperatura de combustión es muy importante que sea muy elevada por una cuestión de seguridad.
Como ejemplo tenemos la prohibición de utilizar celuloide desde mediados del siglo pasado.
Propiedades Mecánicas
En cuanto a las propiedades mecánicas del material ideal que interesan en el momento del montaje y
adaptación de monturas, la resistencia a la tracción es la resistencia a la ruptura cuando se somete el
material a un esfuerzo de tracción desde el exterior, se expresa en unidades de fuerza por unidad de
superficie, y debe ser elevada a temperatura ambiente. La resistencia al impacto, entendida como la
oposición del material a deteriorarse cuando es sometido a un esfuerzo de compresión en una zona muy
localizada del mismo. Esta especificación es muy importante en las monturas deportivas o de protección
en ambientes industriales.
Los conceptos de elasticidad y plasticidad pueden parecer (y suelen ser) incompatibles pero no
olvidemos que estamos definiendo el material ideal.
El material estará en contacto con la piel humana muchas horas, por lo tanto, se han de tener en cuenta
todas las situaciones y las condiciones de uso posibles.
Teniendo en cuenta que las monturas están en contacto directo con la piel del usuario, deben ser
inertes, no interaccionar con la piel en ningún sentido. Por un lado, no deben provocar irritaciones ni
alergias, lo que limita mucho el espectro de materiales utilizables, que cumplen todas las demás
condiciones, y por otro lado no pueden ser degradadas por las secreciones de la piel, ni por los
cosméticos (ni por supuesto, por las condiciones ambientales).
Coloración
Relacionada con la estética.
Los materiales empleados en la fabricación de monturas deben poder ser coloreados, ya sea en
superficie o masivamente, respondiendo a la necesidad de ofrecer variedad en los diseños, para
satisfacer la función de montura como complemento estético.
Con el fin de adaptarse a las tendencias estéticas de cada momento, es deseable que acepte, con
facilidad, una buena gama de colores y dibujos
Absorción de agua
Existe un parámetro importante a la hora de mantener una correcta adaptación de la montura que es el
grado de absorción de agua del propio material. Cuanto mayor sea éste, peores serán sus propiedades
elásticas. La consecuencia será que se requerirán readaptaciones periódicas dado que perderán su
forma con el uso.
Una baja absorción de agua hará que tenga mejores propiedades elásticas, una alta absorción de agua
hace que se deforme con mayor facilidad.
Necesidad de plastificante
Los plastificantes que se añaden a algunos materiales, como los derivados de la celulosa, con el paso del
tiempo tienden a migrar o evaporarse, haciendo que el material se vuelva frágil y quebradizo, a la vez
que se vuelve amarillento, alterando el coloreado de la montura. Por esta razón, el material debería ser
exento de plastificantes. Un ejemplo cotidiano para ilustrar este hecho lo encontramos cuando un cubo
de plástico lo exponemos a la intemperie durante un largo periodo de tiempo, supongo que más de una
vez nos ha ocurrido que con un pequeño golpe se nos rompe, lo cual no hubiera sucedido cuando era
nuevo.
Su ausencia indica menor envejecimiento del material, dado que los plastificantes suelen evaporarse y
en ese momento el material se vuelve frágil y pierde el color.
Reparación
Relacionado con el costo de la montura está la posibilidad de reparación de la misma. Las monturas de
precio elevado deben poder ser reparadas en caso de rotura, lo que es equivalente a decir que los
materiales con que se fabrican deben ser solubles en algún disolvente.
No se puede considerar una reparación el pegar dos superficies con un producto genérico, tan solo la
utilización de un disolvente especifico.
De todas formas éste (la reparación) es un aspecto que tiende a perder importancia en nuestro tipo de
sociedad.
Pese a que es un valor en declive, continúa siendo importante. Sobre todo es importante contemplar
esta posibilidad para informar correctamente al paciente.
Mecanización
De todas maneras, no se ha de confundir fresado con bueno y inyectado con malo, puesto que hay
infinidad de materiales que no pueden fresarse y en cambio tienen muy buenas propiedades.
Y por otro lado las nuevas tecnologías en maquinaria de fresado permiten diseños impensables hace
unas décadas.
Las nuevas tendencias de la moda demandan cada vez mayor diversidad y libertad de las formas en el
momento de diseñar los modelos, para que esto sea posible son necesarias unas buenas condiciones de
manipulación del material que permita trabajarlo con facilidad.
Acetato de celulosa
Propionato
Resina Epoxi
Poliamida
Fibra de Carbono
Policarbonato y
Metacrilato
b) Propiedades térmicas: los derivados de la celulosa son termoplásticos, mientras que los otros
plásticos suelen ser termoestables (no se deforman)
c) Sistema de fabricación: los derivados de la celulosa pueden fabricarse por fresado e inyectado,
mientras que los otros plásticos siempre se fabrican por inyectado.
Es el material plástico más utilizado hoy en día para la fabricación de monturas de prescripción
Es el material plástico más utilizado en la fabricación de monturas. Tiene peores propiedades mecánicas
que el celuloide (es el plástico más antiguo y se sustituyó por el acetato de celulosa en 1945), ya que su
contenido en agua es considerable. Su menor elasticidad dificulta el conformado y la adaptación
anatómica al usuario, requiriéndose frecuentes reajustes. Por este motivo, las varillas suelen incorporar
un alma metálica para garantizar la estabilidad del ajuste. Estas monturas son fácilmente reparables, por
el proceso de soldadura, que se consigue disolviendo las partes a soldar en acetona. La mayoría de
monturas de acetato de celulosa se fabrican a partir del fresado de planchas que se obtienen mediante
técnicas de extrusionado, o bien a partir de bloques constituidos por varias planchas de acetato que son
pegadas entre sí. La necesidad de someter la materia prima a varios procesos de transformación previos
a la fabricación de la montura, encarece el material, y por tanto, el producto acabado.
Empleando la técnica de fabricación por inyectado y aun siendo fabricado con la misma materia prima
las propiedades del producto terminado no son exactamente las mismas. La menor concentración de
producto da un resultado menos compacto. Además la gran ventaja de la técnica de fresado permite
una coloración casi sin limites que no se da en estas monturas.
Material muy económico, se utiliza para montura de prescripción barata o destinada a gafa de sol
Desventajas
Este material surgió después del acetato de celulosa, y se emplea principalmente en monturas de sol
económicas. Su proceso de fabricación más común es el inyectado, aunque también se pueden obtener
monturas de propionato por fresado. El margen de conformado es muy estrecho y se sitúa por debajo
de los 60ºC, lo que aconseja ensayar comportamiento térmico en el extremo de la varilla, antes de
proceder al calentamiento de la montura, pues se podría deteriorar irreversiblemente. Como ventajas
cabe destacar su ligereza, y que es muy inerte, no causa alergias ni es atacado por el sudor.
Puede considerarse el material que mejor se ajusta a todos los criterios expuestos en el apartado del
material ideal. Posee muy buenas propiedades mecánicas con una elevada resistencia a la flexión que
permite no tener que introducir alambres en las varillas. Presenta un amplio margen de temperaturas
en las que sus propiedades elásticas son buenas, pues recupera su forma al enfriarse, después de
haberlo sometido a deformación a elevadas temperaturas (efecto memoria). Ofrece, además, la
posibilidad de ser coloreado masivamente o por inmersión, antes de procederse al barnizado de la
montura. La adaptación de la montura al usuario debe hacerse progresivamente, calentándola hasta
obtener unas buenas propiedades plásticas, dejándola enfriar manteniendo la nueva forma y repitiendo
varias veces este proceso para obtener la forma deseada y una adaptación correcta.
La reparación de este tipo de monturas es un problema. Es un material imposible de disolver, hay que
pegarlas con un pegamento acrílico. Estas monturas poseen una capa de barniz en su superficie, y es
fácilmente eliminada de la zona reparada en el momento de alisar la superficie, con lima o pulidora,
cosa que provoca la desaparición del color en dicha zona.
Dentro del grupo de las poliamidas se desarrolló, específicamente para la fabricación de monturas, una
copoliamida amorfa comercializada bajo el nombre SPX. En este grupo se incluyen también las monturas
de nylon. Debido a sus buenas propiedades mecánicas, este material se emplea en monturas de
protección en ambientes industriales o en monturas para el deporte. Su baja densidad permite
aumentar la sección de los aros y el puente sin aumentar excesivamente el peso de la montura, siendo
estas secciones de gran diámetro las responsables de la gran resistencia mecánica. Su comportamiento
térmico no es muy bueno, pero tiene buenas propiedades elásticas a bajas temperaturas, y por esta
razón la introducción de las lentes se consigue sin calentar la montura. Las posibilidades de reparación
son escasas, por las mismas razones que el optyl, pero en el caso de las monturas de protección está
menos justificada la reparación puesto que se debe garantizar en todo momento el mantenimiento de
sus propiedades mecánicas.
Se trata de un material compuesto de resina epoxi con fibra. Las gafas tienen aspecto de metálicas
Las monturas de fibra de carbono presentan muy buenas propiedades mecánicas, debido a la
constitución interna del material, que está formado de una resina epoxi, con fibra de carbono como
material aglomerante. Esto permite fabricar monturas cuyas secciones en aros y puente son muy
reducidas, consiguiéndose monturas extremadamente ligeras, aunque la densidad del material en sí sea
muy elevada Un estrecho margen de temperaturas limita las posibilidades de adaptación de la montura,
y por ello la mayoría de monturas llevan las varillas metálicas lacadas del mismo color del frente. La
posibilidad de reparación de este tipo de monturas es prácticamente nula, pues con un pegado no se
restablecen su resistencia a la tracción, que es su principal ventaja. Por ello, los fabricantes ya prevén la
fácil reposición de los frentes de las mismas.
Policarbonato
Este y otros materiales minoritarios se utilizan para monturas de uso muy especifico, pero no como
montura de prescripción ya que no permiten modificaciones para ajustarlas
Otros materiales como el metacrilato no son útiles para la fabricación de monturas de prescripción pero
si se utilizan testimonialmente para monturas pregraduadas en las que montura y lentes son del mismo
material.
Los materiales que componen las distintas partes de una montura metálica son, en su mayoría,
aleaciones de distintos metales, cuyas propiedades las hacen aptas para la construcción de talones, aros,
varillas, puentes, etc. Se podrían enumerar los principales requerimientos del material ideal:
Debe presentar una elevada resistencia a la corrosión producida principalmente por el sudor corporal,
los agentes atmosféricos y los cosméticos. Su dureza, entendida como la oposición a ser rayada, debe
ser elevada para que la montura mantenga, con el tiempo, su aspecto brillante.
Distintas partes de la montura (aros, codos…) están sometidas a esfuerzos mecánicos de tracción y
compresión importantes que deberá de ser capaz de soportar. A la vez que deberá presentar unas
buenas propiedades elásticas, lo que favorecerá el mantenimiento de la buena adaptación de la
montura al usuario.
Si atendemos al proceso de reparación, tendremos que prever que sea fácilmente manipulable y
soldable.
El usuario agradecerá siempre que el material sea de baja densidad, lo que permite reducir el peso de la
montura y, lógicamente que su costo sea reducido.
En la actualidad no existe un material que cumpla con todos estos requerimientos, razón por la que se
emplean unas determinadas aleaciones para cada uno de los distintos elementos que componen la
montura (aros, codos, varillas, etc.).
En cambio, también se pueden encontrar monturas que estén compuestas por un único metal en todas
sus partes. Tradicionalmente estos metales o aleaciones no contienen cobre en su composición, y han
sido el aluminio, acero inoxidable, y desde hace pocos años, el titanio.
El níquel normalmente se utiliza en el recubrimiento de griferías. Para que sea un material duradero en
estos casos, no debe corromperse cuando está en contacto con la humedad. La dificultad para ser
rayados aumenta (mantienen el brillo durante mucho tiempo). Se destinan a utensilios que no deben
deformarse y su temperatura de fusión es elevada.
Aunque podamos pensar que una montura metálica que está fabricada por un tipo de aleación
determinada, ésta sería la que la constituiría en todas sus partes, este hecho no ocurre de esta manera,
ya que depende de las características que precise cada componente de la montura, y por eso, las
propiedades del material que se utilice deben variar.
Es por este motivo, que si miramos la tabla y nos hacemos un esquema mental de qué requerimientos
debe tener cada una de las partes de la montura, podemos deducir qué aleación se emplea para cada
una de ellas.
Los aros de las monturas deben conferir estabilidad al montaje, y no se deben deformar con facilidad,
por tanto, podemos pensar que la aleación ideal para fabricarlos sería el VM níquel. De todas maneras,
todos hemos escuchado alguna vez la alta incidencia de alergias que produce este metal, con lo cual,
muchas veces es necesario realizar recubrimientos superficiales para evitar que el níquel esté en
contacto directo con la piel.
En el caso de las varillas, es interesante que mantengan una cierta rigidez, que proporcione estabilidad
al ajuste de las gafas, pero a su vez debe permitir el propio ajuste anatómico de las mismas. Es por este
motivo que, en la composición del material destinado a la fabricación de varillas, es importante que
exista una proporción más alta de níquel que de cobre, pero éste último también debe estar presente
para proporcionar cierta plasticidad.
Para todos aquellos componentes de la montura que deban ser soldados, necesitamos que la aleación
esté compuesta, en su mayoría, por cobre; y es por este motivo que la alpaca sería un buen material
para todo lo que se refiere a fornitura de las monturas.
MATERIALES METÁLICOS
Titanio
Propiedades:
Muy ligero
Hipoalergénico
Flexible
Muy buenas propiedades mecánicas
Resistente a la corrosión
Soldadura muy compleja (atmósfera neutra)
Es un metal que desde hace pocos años ha irrumpido con éxito en el campo de las monturas debido a su
muy elevada resistencia a la corrosión, baja densidad y muy buenas propiedades mecánicas, gracias a las
que se pueden obtener perfiles de aro y varillas con secciones extremadamente pequeñas.
La posibilidad de alearse con otros metales hace que exista una extensa gama de tonos blancos y
dorados. El principal inconveniente es la dificultad de manipulación que presenta (en concreto, su
soldadura sólo es posible en instalaciones específicas).
Propiedades:
Durante unos años aparecieron en el mercado monturas fabricadas con este material. Su principal
ventaja eran sus muy buenas propiedades mecánicas que permitían que las secciones de aros y varillas
fueran más reducidas, hecho que compensaba el incremento de densidad que presenta respecto a otras
aleaciones. Se empleaba en monturas de niño, y su elevada resistencia a la corrosión permitía además
obtener monturas muy duraderas.
Propiedades:
• Ligero
• Hipoalergénico
• Resistente a la corrosión
• Soldadura compleja
Es un material cuyo principal atractivo es la posibilidad de ser coloreado, por oxidación electroquímica
se puede dar una capa de óxido coloreado. Su densidad es baja y la resistencia al rayado se mejora
considerablemente aleándolo con otros metales. Cabe destacar su elevada maleabilidad y su aceptable
resistencia a la corrosión. Respecto a la maleabilidad obliga a que las secciones sean muy gruesas, pues
en caso contrario no tiene
suficiente estabilidad. El principal
inconveniente es que los procesos
de soldadura que se emplean
tradicionalmente en la fabricación
y reparación de monturas
requieren de experiencia pues la
temperatura a la que se debe
soldar es sumamente crítica.
Normalmente se establece como criterio estético una relación entre la forma facial y la forma de la
montura de manera que se procura que la última no acentúe los rasgos faciales del usuario, sino que se
establezca una armonía entre la combinación de ambos aspectos. Una tipología facial redonda a la que
le adaptamos una montura con la misma forma, hará que la visión de conjunto incremente la sensación
de redondez de la cara; y lo mismo ocurre en el caso de que adaptemos una montura demasiado
angulada en una cara con facciones muy pronunciadas, ya que lo que haremos es potenciar la dureza de
la expresión del rostro. De todas maneras, estos criterios están muy condicionados a la percepción
subjetiva del usuario (sus gustos) y a las tendencias de la moda. En cualquier caso, la función del
profesional es asesorar en ese sentido y combinarlo con los aspectos relacionados con la prescripción,
para encaminar a la elección de la montura adecuada, ya que existen aspectos técnicos que el usuario
desconoce y es necesaria la aportación del
profesional.
Algunas de estas medidas son útiles en el proceso de adaptación de monturas y otras son útiles en el
proceso de diseño y fabricación.
El tipo de puente determina la forma como se distribuye el peso de la gafa sobre la cara
Un calibre de puente adecuado hace que el peso se reparta en un área de contacto mayor
El uso de plaquetas permite pequeñas rectificaciones en el centrado
La plaqueta siamesa y el uso de silicona permite una buena sujeción en niños que no tienen
todavía desarrollado el hueso de la nariz
El aspecto de la nariz del usuario cambia entre un puente llave y uno anatómico
sí que es muy importante conocer las características de cada uno, así como en qué casos es interesante
recomendar uno u otro puente.
El hecho de que la selección del puente sea tan importante viene determinada por una cuestión que no
debéis olvidar. Pensad que la mayor parte del peso de las gafas (se entiende
como montura+lentes de prescripción), recae sobre la nariz, por tanto, una
selección correcta del puente garantiza una mayor estabilidad de las gafas,
así como puede proporcionar una mayor comodidad al usuario, el cual
llevará las gafas durante muchas horas al día, apoyadas en una pequeña zona
delimitada por la superficie de contacto del puente sobre la nariz.
La estabilidad de la gafa es
imprescindible en ametropías
elevadas
Las consideraciones que se tienen en cuenta a la hora de diseñar una gafa para uso general no tienen
porqué coincidir con las que se utilizan para el diseño de una gafa que se utilizará para protección
deportiva.
En vuestro caso, y con los conocimientos que hayáis adquirido de los dos temas anteriores (materiales
de monturas plásticas y metálicas), es interesante que hagáis una reflexión acerca de qué materiales
serán recomendables para uso general y para cada uno de los usos específicos que aparecen en la
diapositiva.
La DNP es la distancia entre el centro de la raíz de la nariz y cada una de las pupilas, derecha e izquierda.
La correcta medida de esta distancia es fundamental para la correcta adaptación de las lentes de
prescripción. La DNP se puede medir de diferentes formas. Una de ellas es la que muestra la imagen de
la diapositiva (marcando con rotulador indeleble sobre los talcos de la montura). Si se realiza de esta
forma es imprescindible que la montura esté correctamente adaptada en función de la anatomía facial
del usuario (adaptación anatómica) y que nos coloquemos justo delante de él, ya que ello nos
determinará si la referencia que tomamos para realizar la medida es la correcta o podemos inducir en
un error que nos invalide el posterior montaje y, por supuesto, la adaptación por parte del usuario a las
gafas. Pensad que si se considera este método para medir la distancia naso pupilar, la referencia que
tendréis una vez haya marchado el usuario, será la que hayáis marcado y, por lo tanto, debéis asegurar
muy bien la medida.
Así como la DNP es intrínseca de cada usuario, la altura pupilar no es un parámetro característico de la
persona, ni de la montura. Se trata de una medida que considera siempre al paciente con una montura
determinada bien ajustada. Es un parámetro que sin gafas, el individuo no posee.
Cuando se realiza la adaptación anatómica de las gafas es necesario considerar los puntos principales
que intervienen, y estos son:
Triángulo de ajuste: El peso de las gafas se reparte entre tres puntos, las dos orejas y el tabique nasal. En
posición erecta de la cabeza, dos tercios del peso de las gafas son soportados por la nariz, mientras que
al inclinar la cabeza hacia abajo, el peso se traslada hacia las orejas. De ahí que la selección del puente
sea decisiva para la comodidad del usuario.
Ángulo pantoscópico: Se define como la inclinación del frente con respecto al plano vertical. Permite
acercar el extremo inferior de las lentes a los pómulos, incrementando el campo visual inferior,
aumentando la protección de los ojos y mejorando también el aspecto de las gafas.
Ángulo del talón: es el ángulo (del plano horizontal) que forman el frente y la varilla. Depende de
diversos factores, entre los que destacan el ancho del frente y la anchura de la cabeza del paciente. El
que las dos lentes se encuentren a la misma distancia de las cejas del paciente (lo cual se puede
comprobar con el cabeza del paciente inclinado hacia abajo) depende del ángulo del talón de cada una
de las varillas.