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sumario administrativo, reclamo, derechos fundamentales

NÚMERO DICTAMEN FECHA DOCUMENTO


084251N13 23-12-2013
NUEVO: REACTIVADO:
SI NO
RECONSIDERADO
RECONSIDERADO: PARCIAL:
NO NO
ACLARADO: ALTERADO:
NO NO
APLICADO: CONFIRMADO:
NO NO
COMPLEMENTADO: CARÁCTER:
NO NNN

DICTAMENES RELACIONADOS

Aplica dictámenes 53401/2013, 9518/2013


Acción Dictamen Año

FUENTES LEGALES

Ley 18834 art/135 ley 17997 art/92 ley 18575 art/3 ley 18575 art/5 ley 18575 art/53 ley
20285 art/primero art/10 cci art/3 inc/2

MATERIA

Cursa resolución N° 16, de 2013, de la Subsecretaría de Previsión Social, que sanciona con
multa a servidor que indica, dado que el acceso de la fiscal del sumario a ciertos e-mails
estaba fundado.

DOCUMENTO COMPLETO

N° 84.251 Fecha: 23-X II-2013

La Subsecretaría de Previsión Social ha remitido a esta Contraloría General, para su toma


de razón, la resolución N° 16, de 2013, mediante la cual se aplica a don Jorge Rozas
Peñaloza, la sanción disciplinaria de multa del 20% de su remuneración mensual al término
del sumario que se indica, incoado con el fin de determinar eventuales responsabilidades
administrativas por difundir a un grupo de funcionarios, desde su casilla institucional, un e-
mail que contenía expresiones inapropiadas.

Por su parte, se ha dirigido a esta Entidad de Control el afectado, denunciando que la fiscal
del proceso sumarial habría excedido sus facultades al obtener varios de los correos
electrónicos que envió a diversos compañeros de trabajo, para utilizarlos como
antecedente a fin de fundar los reproches que se le efectúan, y que posteriormente
incorporó como medios de prueba en la vista fiscal.

Al respecto, cabe anotar que según se desprende del expediente, el acceso a los respaldos
de los correos electrónicos institucionales del inculpado en un período específico, se dispuso
con la finalidad de examinar el envío del e-mail que motivó el sumario y la habitualidad de la
conducta indagada, por considerarse pertinente para acreditar las faltas objeto del
procedimiento.

En ese sentido, es útil indicar que el fiscal posee amplias atribuciones para conducir la
investigación, con el propósito de formarse el convencimiento necesario de la ocurrencia
del actuar reprochado y demás circunstancias que lo rodean, de acuerdo a lo establecido
en el inciso primero del artículo 135 de la ley N° 18.834, y acorde con lo precisado en el
dictamen N° 53.401, de 2013, de este origen.

En todo caso, es menester destacar que si bien los correos cuestionados contribuyeron a
fundamentar las imputaciones segunda y tercera, tales infracciones se encuentran
justificadas no sólo a través de esos instrumentos, sino que también por los demás medios
de prueba allegados al expediente e individualizados tanto en la formulación de cargos
como en la vista fiscal.

En efecto, las diversas gestiones destinadas a establecer la responsabilidad del señor


Rozas Peñaloza, a saber, numerosos testimonios de los servidores de la institución, la
incorporación de varios documentos -entre los que se encuentran los correos electrónicos
del sumariado-, dan cuenta de que existen antecedentes suficientes e idóneos de la
culpabilidad del recurrente, de lo que cabe colegir que las pruebas obtenidas por la
actuación impugnada por éste no constituyen el único medio de convicción para determinar
la procedencia de una sanción.

No obsta a lo señalado, lo concluido por el Tribunal Constitucional en la sentencia Rol N°


2.153, de 2011, o bien por la Corte Suprema en la causa Rol N° 9.563-2012, ambos
fallos aludidos por el peticionario, dado que según se dispone en el inciso segundo del
artículo 3° del Código Civil, las sentencias judiciales sólo producen efectos relativos, lo que
implica que no tienen fuerza obligatoria sino en las causas en que se pronunciaren,
alcanzando únicamente a las partes que litigaron, por lo que no procede que esta Entidad
aplique el criterio de la resolución judicial invocada, a personas diversas de las que
accionaron en el citado proceso.

Por otro lado, es útil destacar que según prevé el artículo 92 de la ley N° 17.997, la
sentencia que declare la inaplicabilidad sólo producirá efectos en el juicio en que se solicite,
como también lo expresó el Tribunal Constitucional en el considerando 7° del mencionado
Rol N° 2.153, al recordar que “las sentencias de inaplicabilidad sólo producen efecto en el
caso en que se dicten, sin perjuicio de que puedan ser consideradas como precedentes
caso en que se dicten, sin perjuicio de que puedan ser consideradas como precedentes
para otros casos futuros semejantes”.

A mayor abundamiento, conviene aclarar, que los aludidos pronunciamientos versan sobre
una materia que, aunque relacionada con correos electrónicos, es diversa al caso que nos
ocupa, puesto que se refieren, cada uno en su ámbito, a un reclamo de ilegalidad deducido
por la Subsecretaría del Interior en contra del Consejo para la Transparencia, seguido ante
la Corte de Apelaciones de Santiago, mediante el cual se impugnó la orden de ese Consejo
de entregar el contenido de correos electrónicos institucionales entre el Subsecretario y el
Gobernador Provincial de Melipilla al Alcalde de esta última comuna.

Pues bien, en la especie no se está en presencia de una solicitud de acceso a la


información pública de un órgano del Estado, materia ligada esencialmente al principio de
publicidad, sino frente a la investigación de un mal uso de bienes fiscales, que atañe al
principio de probidad y, por ende, al interés general, ya que las infracciones a este último
principio pueden afectar tanto el cumplimiento de la finalidad de la Administración, como su
gestión eficiente y eficaz, y la integridad ética y profesional del manejo de los recursos
públicos, todo ello en los términos previstos en los artículos 3°, 5° y 53 de la ley N°
18.575.

De esta manera, dado que los e-mails en cuestión eran relativos a asuntos del servicio,
fueron obtenidos a nivel institucional, en el curso de un sumario, implicando una mínima
intervención, que no fue constante, sino específica y limitada en el tiempo, procurando
velar por el interés general, puesto que se indagaban faltas a la probidad relacionadas con
un eventual mal uso de la casilla de correo en análisis por parte de su titular y que podía
acarrearle responsabilidad administrativa -lo que efectivamente ocurrió-, es dable colegir
que se trató de una actuación que se encontraba fundada en las atribuciones que asisten
al fiscal a este respecto.

Sin perjuicio de lo anterior, es útil aclarar que la publicidad, comunicación o conocimiento de


las expresiones empleadas en los mencionados e-mails puede menoscabar los derechos
del señor Rozas Peñaloza, por lo que deberán arbitrarse las medidas para su resguardo, en
especial, frente a cualquier solicitud del expediente o de aquellos antecedentes en
particular, protección que debe otorgarse en la forma prevista en los artículos 10 y
siguientes de la ley de transparencia de la función pública y de acceso a la información de
la Administración del Estado, aprobada por el artículo primero de la ley N° 20.285.

Acto seguido, el señor Rozas Peñaloza hace presente que no se habría evaluado
debidamente la prueba rendida, respecto de lo cual es dable expresar, en armonía con lo
resuelto por esta Contraloría General, entre otros, en el dictamen N° 9.518, de 2013, que
el valor probatorio que puedan tener los elementos de convicción que consten en la
investigación, es apreciado por quien sustancia el sumario y por la autoridad que ejerce la
potestad disciplinaria, sin que se advierta que el análisis realizado haya transgredido la
preceptiva y jurisprudencia que rige la materia o signifique una arbitrariedad.

Finalmente, el peticionario manifiesta su disconformidad con que los mismos hechos


funden distintas acusaciones, siendo pertinente indicar que de la formulación de cargos
efectuada al inculpado se desprende que éstos comprendieron la contravención de
diversos deberes estatutarios, y que fueron individualizados a fin de que el recurrente
pudiera desplegar adecuadamente su derecho a defensa, sin que dicha actuación conlleve
una violación del principio non bis in idem, puesto que cada uno de los reproches implicó la
comisión de faltas y vulneración de disposiciones diferentes, los cuales sólo se consideraron
en este procedimiento por una única vez, y por todo ello el interesado fue objeto de una
sola sanción, sin que se observe alguna irregularidad en este punto.

En consecuencia, y atendido que del estudio del expediente sumarial de la especie pudo
verificarse que en su tramitación se cauteló el derecho fundamental del afectado a un
debido proceso, quien hizo uso de todas las instancias de defensa que contempla la
normativa, pudiendo constatarse, asimismo, que las imputaciones se encuentran
fehacientemente acreditadas en el ámbito administrativo y que la medida disciplinaria
impuesta guarda correspondencia y proporcionalidad con el número y la gravedad de las
infracciones cometidas, se desestiman las alegaciones expuestas por el solicitante y se
cursa la resolución N° 16, de 2013, de la Subsecretaría de Previsión Social.

Transcríbase al recurrente.

Saluda atentamente a Ud.

Ramiro Mendoza Zúñiga

Contralor General de la República

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