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El documento describe las vestiduras sagradas del sumo sacerdote Aarón descritas en el Libro de Éxodo. Estas vestiduras, como el efod y el pectoral, ilustraban la persona y obra de Cristo y eran usadas por Aarón en el servicio religioso. Cada elemento de las vestiduras tenía un significado simbólico y apuntaba a Cristo como nuestro gran Sumo Sacerdote.
El documento describe las vestiduras sagradas del sumo sacerdote Aarón descritas en el Libro de Éxodo. Estas vestiduras, como el efod y el pectoral, ilustraban la persona y obra de Cristo y eran usadas por Aarón en el servicio religioso. Cada elemento de las vestiduras tenía un significado simbólico y apuntaba a Cristo como nuestro gran Sumo Sacerdote.
El documento describe las vestiduras sagradas del sumo sacerdote Aarón descritas en el Libro de Éxodo. Estas vestiduras, como el efod y el pectoral, ilustraban la persona y obra de Cristo y eran usadas por Aarón en el servicio religioso. Cada elemento de las vestiduras tenía un significado simbólico y apuntaba a Cristo como nuestro gran Sumo Sacerdote.
Tema: el vestuario de los servicios religiosos y las vestiduras
santas; el efod; el pectoral; las túnicas y capas, etc.; todo el vestuario fue examinado y aprobado por Moisés. La primera sección de este capítulo trata sobre Las vestiduras santas del sumo sacerdote Aarón era el sumo sacerdote y todas las vestiduras que llevaba ilustraban la persona y la obra de Cristo. Ya hemos hablado anteriormente del modelo para esas vestiduras. Comencemos nuestra lectura de hoy con los versículos 1 y 2: "Además, de la tela azul, púrpura y escarlata hicieron vestiduras finamente tejidas para ministrar en el lugar santo, y también hicieron las vestiduras sagradas para Aarón, tal como el Señor había mandado a Moisés. También hizo el efod de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido." Las vestiduras eran calificadas como "santas" porque habían sido apartadas para el servicio a Dios. El versículo 5 continúa con la descripción de la ropa del sumo sacerdote: "Y el cinto hábilmente tejido que estaba sobre él, era del mismo material, de la misma hechura: de oro, de tela azul, púrpura y escarlata y de lino fino torcido, tal como el Señor había mandado a Moisés." Se dice del cinto, que había sido "hábilmente tejido", es decir, que había sido tejido de una forma excepcional. El sumo sacerdote utilizaba 8 prendas de vestir. Cuatro de ellas eran similares a las usadas por todos los sacerdotes. Y los otras cuatro eran peculiares y le distinguían de los demás sacerdotes; eran vestiduras hermosas apropiadas para la gloria y belleza de la presencia de Dios. El sumo sacerdote era una figura de nuestro gran Sumo Sacerdote, el Señor Jesucristo, en toda su extraordinaria gracia y gloria. Cada elemento de sus vestiduras tenía un carácter simbólico. En el gran día de la expiación, cuando Aarón llevaba la sangre al Lugar Santísimo, se quitaba todas sus vestiduras que reflejaban aquella belleza y gloria, y se vestía únicamente con las ropas sencillas de lino que utilizaban los demás sacerdotes. Es así que se presentaba en aquel lugar sencillamente, sin adornos, pero puro. El lino blanco utilizado por los sacerdotes nos habla de justicia. En su libro, el profeta Isaías 52:11, escribió lo siguiente, exhortando a sus contemporáneos a abandonar una ciudad caracterizada por la idolatría, apartaos, apartaos, salid de allí, nada inmundo toquéis; salid de en medio de ella, purificaos, vosotros que lleváis las vasijas del Señor." Dios aun habla de esta manera. Yo no creo que El utilice a un creyente que esté pecando, permitiendo en su vida cosas que desagradan a Dios, que se apartan de su carácter y voluntad, no importando los talentos y capacidades que esa persona pueda tener. Es como si tal creyente no estuviese haciendo nada para Dios porque El no acepta esas obras, que son como la madera, heno y paja que, en aquella imagen en la que el apóstol Pablo, en su primera carta a los Corintios 3:12, comparaba con el oro, plata y piedras preciosas de las obras de auténtico valor para el Señor. Debemos revestirnos con la justicia de Cristo y entonces, vivir una vida que la respalde. Esta es, pues, una lección que nos enseñan aquellas vestiduras sencillas y elementales de los sacerdotes. Resulta interesante observar que cuando Aarón entraba en el Lugar Santísimo para ofrecer el sacrificio por los pecados del pueblo, se despojaba de sus hermosas vestiduras de gloria. Cuando el Señor Jesús vino a esta tierra, dejó de lado Su deidad, pero no sus vestiduras de belleza y gloria. El se quitó sus prerrogativas como Dios y de la manifestación visible de la gloria celestial, descendiendo a la tierra como un ser humano. Y nació como un niño, aunque la gente estaba esperando a un rey. Después, se ofreció a Sí mismo como un sacrificio por el pecado y murió por la humanidad. Decir que Dios murió en la cruz no sería realmente correcto. Me pregunto qué se entiende o qué significa cuando hablamos de aquella "muerte" en la cruz. Cuando Jesucristo murió en la cruz, fue separado de Dios, y esto es cierto. En la Trinidad hubo como una escisión, se abrió como una brecha, cuando, como dice el apóstol Pablo en su segunda carta a los Corintios 5:19 y 21, Dios trató a Jesús, quien no conoció pecado, como al pecado mismo. Pero, incluso en ese momento, Dios estaba en Cristo reconciliando, poniendo en paz al mundo consigo mismo. Este es, por supuesto, un misterio en el que no podemos penetrar. Y después de haber leído varias obras teológicas, compruebo que otros tampoco han sido capaces de desentrañar este misterio. Aquellas hermosas y gloriosas vestiduras eran realmente atractivas. El sumo sacerdote estaba ricamente ataviado y lleno de colorido. Tenía puesto el efod, que tenía 2 piedras de cornalina, una en cada hombro, con 6 de los nombres de las tribus de Israel en cada una de ellas. Este detalle nos habla de la fuerza y capacidad de nuestro Señor, el gran Pastor de las ovejas. Cuando una de Sus ovejas se pierde, nuestro gran Salvador sale a buscarla, la encuentra, la coloca sobre Sus hombros y la trae de vuelta. Debemos dar gracias a Dios por tener un Pastor dispuesto a llevarnos sobre Sus hombros y traernos con seguridad de regreso al redil. El puede salvar completamente a todos aquellos que vengan hacia Dios a través de El, como dice la carta a los Hebreos 7:25: Por lo cual El también es poderoso para salvar para siempre a los que por medio de El se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para interceder por ellos. El sumo sacerdote también llevaba puesto un pectoral, que era algo parecido a un chaleco y que tenía 12 piedras preciosas, montadas en engaste de filigrana de oro. Era una prenda de gran belleza. Posiblemente tenía una especie de bolsillo donde se guardaban el Urim y el Tumim. No sabemos como funcionaban el Urim y el Tummin tenían algo que ver con las predicciones y el determinar cual era la voluntad de Dios. Las piedras preciosas del pectoral nos hablan del hecho de que Cristo nos lleva hoy en Su corazón, porque El nos ama. Como elocuentemente se declara en el Evangelio de Juan 3:16, Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. Aquellas piedras preciosas, montadas sobre oro, nos describen Su gran amor hacia nosotros. Sobre el borde de la capa del efod estaban, como un adorno más, las campanillas de oro puro y las granadas. De esta manera, cuando el sumo sacerdote estaba de servicio, aquellas campanillas hacían oír su sonido en el momento en que se dirigía hacia el Lugar Santo. La granada simboliza la vida fructífera del creyente y las campanillas nos hablan del testimonio público de esa vida. Cuando el sacerdote se encontraba en el Lugar Santo, los israelitas podían decir: "Bueno, él está allí, en el lugar de la adoración, sirviendo a nuestro favor. Sabemos con certeza que se encuentra allí porque podemos oír el sonido de las campanillas". Esto es, precisamente, lo que la adoración debería significar para nosotros. Nuestro Sumo Sacerdote está representándonos a nosotros en la presencia de Dios. Esta realidad tendría que atraernos hacia la persona de Cristo. En una ocasión, un creyente estaba escuchando a un predicador que exponía la Palabra de Dios y, cuando el sermón terminó, se le acercó y le dijo: "Bien, hoy hizo Ud. sonar la campana" El sermón había sido como cualquier otro, pero el oyente era una persona a la que le encantaba estudiar la Biblia y entonces, al escuchar la proclamación de la Palabra de Dios, sentía que se encontraba en la presencia de Dios. Escuchar, pues, el sonido de las campanillas debió ser una experiencia maravillosa. Considerando en conjunto las vestimentas de los sacerdotes y, en especial, las del sumo sacerdote, vemos que nos ofrecen una imagen majestuosa. Y en la placa de oro puro o diadema, que llevaría sobre la parte delantera de su turbante para que estuviese siempre sobre su frente y que lo consagraba como sacerdote grabaron, a manera de sello, las palabras "SANTIDAD AL SEÑOR", queriendo decir, en realidad, "consagrado al Señor". Esta referencia a la santidad tiene que ver con la vida interior, pero lo importante es que significa que el sumo sacerdote estaba totalmente consagrado al servicio del Señor. Como dijimos al principio, la palabra "santo" implica a cualquier cosa que esté separada, apartada, para ser utilizada por Dios. Tenemos que reconocer que todos aquellos que proclaman o enseñan la Palabra de Dios, en un sentido figurado, es como si llevaran sobre su frente, en el lugar más visible de su cuerpo, aquellas palabras grabadas. El gran significado espiritual de aquel lema, llevado a la práctica en la vida de servicio y obras de los creyentes, hará que todo lo que hagan para Dios sea efectivo y fructífero. Llegamos así a