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El control biológico es el manejo de organismos vivos con el objeto de suprimir la población de otros
individuos perjudiciales denominados “plaga”. Con él se pretende disminuir el impacto de una plaga
determinada a niveles económicamente aceptables.
La introducción de organismos de control en un ecosistema permite restablecer el equilibrio ecológico en
ambientes alterados por la sobrepoblación de plagas. Generalmente el incremento de plagas se debe al mal
empleo de prácticas relacionadas con la explotación industrial, forestal o agropecuaria.
Una plaga es toda especie no deseada, ya sea animal o vegetal, que resulta perjudicial para el desarrollo de
la especie autóctona. Las plagas pueden actuar sobre cultivos agrícolas o forestales, productos almacenados,
explotaciones pecuarias, edificaciones y viviendas, incluso al hombre.
El uso de plaguicidas y pesticidas de origen químico es una práctica común en el manejo agronómico de
plagas. De hecho, constituye una de las prácticas que más
incrementan los costos de producción.
Tipos
El control biológico es efectuado a través de la participación y acción de los enemigos naturales de las plagas.
Estos organismos se alimentan y multiplican a expensas de otros organismos que colonizan y destruyen.
Los agentes de control biológico en agricultura generalmente son insectos, hongos o microorganismos que
actúan reduciendo las poblaciones de plagas. Estos enemigos naturales pueden actuar como depredadores,
parasitoides o patógenos.
Depredadores
Son especies de vida libre que se alimentan de otras especies durante su ciclo de vida. Las larvas y adultos de
los depredares buscan y se alimentan de las presas dentro del cultivo.
Parasitoides
Son especies que durante uno de sus estadios de desarrollo tienen la facultad de desarrollarse sobre o dentro
de un huésped. El parasitoide coloca sus huevos sobre o dentro del huésped, la larva crece y se desarrolla, y
termina eliminándolo.
Patógenos
Son especies (bacterias, hongos o virus) causantes de enfermedades a organismos específicos, los debilitan y
destruyen. Los entomopatógenos penetran al huésped a través del tracto digestivo o cutícula del huésped
inoculando la enfermedad y ocasionado la muerte.
Estrategias
En el manejo integral de un cultivo, el control biológico constituye una estrategia que busca reducir la
población de organismos considerados plaga. Existen diversos tipos o estrategias de control biológico,
dependiendo del proceso y el modo de acción empleado.
Clásico
Inoculación
Inundación
Conservación
Control biológico clásico
La estrategia utilizada es la introducción de una especie exótica en un área o cultivo que se desea resguardar.
El objetivo es el establecimiento de un enemigo natural que regule los niveles poblacionales del organismo
plaga.
Este método se emplea en áreas afectadas por una plaga que no presenta enemigos naturales y su
sobrepoblación puede ocasionar daños considerables. Ya que se desea que el agente de control se establezca
en el tiempo, es ideal para cultivos permanentes, como forestales o frutales.
Es una técnica empleada en cultivos de ciclo corto o anuales, ya que el efecto no es permanente. Además, se
emplea como un método de control preventivo, se aplica cuando aún no se han reportan niveles críticos de
daños.
Aplicado de forma eficiente, llega a ser un control similar a la aplicación de pesticidas, por su eficacia y
rapidez. Ejemplos de agentes empleados por inoculación son los hongos patógenos de insectos o
entomopatógenos, usados como microorganismos biocontroladores.
Aspersiones de suspensiones con hongos entomopatógenos sobre un cultivo, permite que el hongo invada el
cuerpo del insecto ocasionándole la muerte. Por ejemplo, en hortalizas la plaga denominada mosca blanca
(Trialeurodes vaporariorum) es controlada por suspensiones del hongo Verticillium lacanii o Lecanicillium
lecanni.
Con esta estrategia se pretende que el agente de control actúe directamente sobre el organismo plaga, no su
descendencia. En ejemplo es el control del taladrador del maíz (Ostrinia nubilalis) mediante liberaciones
masivas y controladas de avispitas del género Trichogramma.
Ventajas
Un plan de control de plagas que incluya un efectivo control biológico tiene muchos beneficios, entre los que
se puede mencionar:
El control biológico permite controlar la plaga sin dejar residuos tóxicos en el ambiente.
A nivel medioambiental es un método seguro que favorece la biodiversidad.
Es especifico. No se presenta ningún efecto perjudicial sobre otras especies que no son
consideradas plagas de determinado cultivo.
No se observa resistencia por parte de las plagas. Por lo que es muy efectivo.
La implementación del control biológico es a largo plazo, y muchas veces permanente.
Su costo es relativamente menor en comparación al uso de pesticidas químicos.
Es un método recomendado para grandes sistemas de producción y en terrenos inaccesibles.
Este tipo de control es considerado como una alternativa eficaz en un programa de manejo integral
de plagas.
Desventajas
Como todo método de control, una deficiente aplicación y seguimiento del control biológico puede acarrear
inconvenientes, entre los que se pueden señalar:
Falta de conocimiento sobre los principios, normas y reglamentos acerca del control biológico.
Escasos recursos económicos para la compra de equipos necesarios para la manipulación de los
organismos controladores.
Disponibilidad de los organismos para el control biológico.
Se requiere personal especializado, lo que incrementa los costos a nivel de adiestramiento y
contratación.
Presencia de enemigos naturales de los organismos controladores.
Disparidad entre el ciclo biológico de los organismos plaga
y los organismos usados para el control.
Ejemplo de depredadores
Ácaros depredadores
Escarabajos depredadores
Las mariquitas son depredadores de pulgones, ácaros y cochinillas en especies naturales y cultivos
comerciales, de allí su importancia económica. Sin embargo, ellos a su vez cuentan con enemigos naturales
como aves, libélulas, arañas y anfibios.
Crisopas
Ejemplo de parasitoides
Avispas parasitoides
Las avispas parasíticas o parasitoides son diversas especies pertenecientes al orden Hymenoptera que
parasitan huevecillos o larvas de otras especies. Son enemigos naturales de orugas de lepidópteros, gusanos
de coleópteros, moscas blancas, ácaros y áfidos.
Su modo de acción consiste en depositar sus huevos sobre o dentro del insecto hospedero, ya sea en estado
de huevo, larva o adulto. El parasitoide se desarrolla dentro o sobre el hospedo, alimentándose de él para
finalmente matarlo.
Estos parasitoides son específicos, se especializan en parasitar un huésped determinado, preferentemente en
sus primeros estadios de vida. Existe una gran variedad de parasitoides, siendo los más comunes las
familias Braconidae, Chalcidoidea, Ichneumonidae, Proctotrupoidea y Stephanoidea.
Moscas parasíticas
Las moscas en general pertenecen al Orden Díptera. Son
insectos considerados parásitos de diferentes plagas
comerciales, aun cuando estas moscas se han convertido en
potenciales transmisores de enfermedades en animales
domésticos y el hombre.
La especie Pseudacteon obtusus es utilizada para controlar poblaciones de hormigas rojas de fuego (Solenopsis
invicta) introducida accidentalmente en los Estados Unidos.
Las moscas depositan sus huevos en la hormiga, desarrollada la larva liberan una sustancia química que
disuelve la membrana del hospedero, eliminándolo.