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¿Quiénes son ellos?

: un estudio psicoanalítico
sobre El proceso de Kafka

Francisco Martins
Instituto de Psicología, Universidad de Brasilia
Brasilia, Brasil

El texto presenta el análisis y las reflexiones desarrollados en el Laboratorio de


Psicopatología y Psicoanálisis de la Universidad de Brasilia, acerca de la
cuestión de “él” (“ellos”) en El proceso, de Franz Kafka, y en un caso de delirio
de persecución. Fue especialmente investigado el estatuto del pronombre “él” en
la paranoia. El trabajo muestra que la comprensión de “él” (“ellos”) es un
elemento esencial para la elucidación de la cuestión de la extrañeza en la psicosis
y de la construcción de la actividad delirante. A lo largo del texto se señalan
algunas cuestiones y articulaciones entre el análisis procedido, el psicoanálisis,
la fenomenología y la comunicación lingüística, teniendo como hipótesis esencial
que la psicosis consiste en la pérdida y reconstrucción narcisista de la función
referencial del lenguaje.
delirio / lenguaje / referencia / psicosis / pronombres

Who are they?


This study presents analyses and reflections developed in the Laboratory of
Psychopathology and Psychoanalysis of the University of Brasilia concerning the
issue of “he” (“they”) in The Process by Franz Kafka as well as in a case of
persecutory delusion. The role of the pronoun “he” was especially investigated in
the case of paranoia. The present work shows that the comprehension of “he”
(“they”) is a key element in the understanding of strangeness in psychosis and in
the construction of delusional activity. Some issues and articulations about
analysis, psychoanalysis, phenomenology and linguistic communication are
addressed, having as an essential hypothesis that psychosis consists in the loss and
narcisistic reconstruction of the referential’s function of language.
delusion / language / reference / psychosis / pronouns

Traducción del portugués por Mercedes Quihillaborda Mourão.

Dirección del autor: fmartins@unb.br.

Persona 2, 1999, 201-212


Martins

Objets inanimés, avez-vous mente de locos, sino como una posibi-


donc une âme? lidad de todos nosotros.
Lamartine
JOSEF K. Y ÉL (ELLOS)
En la lectura de El proceso no tene-
mos tiempo para una reflexión creado-
Aprendemos con Freud que la extraña ra de una actividad representativa ca-
extrañeza (Das Unheimlich) es un fe- paz de colocarnos en la exterioridad de
nómeno que no pertenece sólo a las va- la vida de Josef K. Somos sorprendidos
riaciones anormales de la vida psíqui- o, más exactamente, lanzados repen-
ca, pues está potencialmente presente tinamente en un mundo extraño, de sú-
en la vida cotidiana de todos nosotros. bito, sin ninguna preparación. Al des-
Está potencializada en todo análisis, ya pertar, Josef K. tiene la nítida impre-
que estamos siempre en este último ca- sión, una certidumbre que se establece
so, en terreno extraño, inusitado, des- paso a paso, de que está siendo calum-
conocido, diferente de lo que nos es fa- niado por alguien. La calumnia, rápida-
miliar. Ello ocurre siempre con algo mente, muy rápidamente, comienza a
que es exterior y extranjero en lo que se efectivarse como una persecución con
refiere a la experiencia consciente. visos de legalidad. La visita sorpresa
Freud mostró que la extraña extrañeza sufrida por Josef K. desencadena una
trae consigo contenidos de orden fami- experiencia de terror. La vivencia cons-
liar que, sin embargo, son relegados al truida a partir del susto, de la falta de
inconsciente. preparación y de la violenta intrusión,
En el Laboratorio de Psicopatología colocan a Josef K. frente a una instan-
y Psicoanálisis hemos trabajado en la cia desconocida. Más allá de la calum-
perspectiva de que todo aquello que es nia, de la violencia, de la agresión gra-
anormal, patológico, alienado, extran- tuita, la ausencia de precisión de ese
jero puede enseñarnos acerca del tor- alguien, ese él incógnito resulta una
narse humano. Es a partir de esta pers- experiencia aterrorizante.
pectiva pathoanalítica, recordando el “Ellos” no pronuncian la acusación.
neologismo schottiano, que iniciamos Su indeterminación y la falta de refe-
el estudio de una de las obras de Franz renciales son los elementos utilizados
Kafka: El proceso. Esta obra tiene un en la narrativa de Kafka para crear la
carácter de universalidad que dispensa atmósfera paranoica. Ese “él” que per-
elogios o afirmaciones de reputación. manece igualmente indeterminado en
Ella afirma y nos introduce en este ex- el singular, pudiendo ser el sistema, la
traño y extrañado mundo de la para- empresa, el Estado, cualquier persona,
noia, no como un mundo exclusiva- un amigo, un enemigo, es profunda-

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¿Quiénes son ellos?

mente amenazador. Las preguntas que Él es un delirante en potencia. Hasta el


Josef K. se formula frente al grupo de final de la obra, el genio literario de
desconocidos que lo interpela son sig- Kafka mantiene en suspenso el objeti-
nificativas en la búsqueda de referen- vo del proceso, el nombre de los perse-
ciarse en este extraño y extrañado mun- guidores y sus motivos. Finalmente,
do: ¿qué es esto?, ¿dónde estoy?, ¿en nada sabemos sobre la dimensión ter-
qué momento hice algo equivocado? cera, objeto del discurso de Josef K.
Conjuntamente con otras preguntas, En el habla de nuestros pacientes pa-
como: ¿quién soy yo?, ¿será que yo soy ranoicos encontramos esa misma de-
culpable? Josef K. concentra su angus- molición del proceso de interlocución.
tia en la búsqueda de ese “él” indeter- Ellos hablan mucho de sí y del objeto
minado, impersonal, frente a la instan- de su discurso, generalmente “él”, per-
cia desconocida en la interrogación sona, cosa, objeto. El “tú” tiende a de-
fundamental: ¿Quiénes son ellos? saparecer, en la medida en que no
Definitivamente el mundo está inse- siempre es considerado como digno de
guro, alejado del abrigo cariñoso de los interlocución. Es bien conocida la acti-
que pueden amarlo. Comienza a apare- tud querellante en la paranoia y los
cer una preocupación extrema con “él”, riesgos de que este “tú” pase a ser con-
con la concomitante degradación de la siderado como un adversario. Diferen-
situación de interlocución: todos pue- ciándose de Josef K., los paranoicos
den tornarse “él-ellos”, desapareciendo consiguen especificar quiénes son
así el alocutor. Surge un discurso en el “ellos”, e incluso son capaces de cons-
que “tú”, el sujeto a quien se dirige la truir un saber acerca de una serie de ob-
palabra es virtualmente un “él”, ocu- jetos. En otras palabras, los paranoicos
rriendo por esa razón la demolición de construyen todo un mundo nuevo.
este alocutor, creciendo el “yo” y el Nuestra interrogación acerca de ese
“él”. “él” indeterminado nos conduce nece-
En el libro de Kafka surge una proxi- sariamente a estudiar la denominada
midad con el discurso típicamente pa- función de referenciación del lenguaje,
ranoico, en la medida en que el “yo” es decir la posibilidad que el lenguaje
está expuesto a infinitas posibilidades tiene de enviarnos al mundo extralin-
de ser afectado y de sufrir ataques. A güístico, sea éste real, efectivo, mate-
pesar de que en su discurso, Josef K., rial, imaginario, posible. Este mundo
está sufriendo persecución, averigua- extralingüístico es mediatizado en la
ciones, presentaciones ante un jurado, interlocución principalmente por la re-
en fin, el proceso, no podemos decir ferencia a esa tercera persona, objeto,
que Josef K. está, pura y simplemente, asunto, tema, cosa, excluida general-
sufriendo de un delirio de persecución. mente de la interlocución “yo”-“tú”.

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Martins

Antes de continuar nuestro estudio, lo a las cosas que se constituyen para el


consideramos de interés realizar algu- sujeto, sino a los objetos que emergen
nas precisiones acerca de la referencia frente al mismo y por consecuencia a
y de los pronombres en acción en la in- su mundo.
terlocución. Un análisis inspirado en Frege nos lle-
varía a elaboraciones de la denominada
¿QUÉ ES “ÉL” EN EL LENGUAJE?: referencia absoluta, es decir, a interro-
LA CUESTIÓN DE LA REFERENCIA garnos sobre si cada lexema envía a un
El concepto de referencia fue defi- determinado objeto existente. En el caso
nido clásicamente por G. Frege, quien de que nos interesemos por la realiza-
afirmó que el referente de una expre- ción no sólo absoluta de la referencia,
sión es el objeto que ella designa. De sino también de la referencia relativa,
esta forma, la concepción fregeana en- somos remitidos a la articulación del
fatiza la distinción existente entre sen- lenguaje, al menos a otras dos dimensio-
tido y referencia. El referente de una nes. La primera de ellas, es la que llama-
expresión está vinculado al objeto refe- remos referencia relativa al contexto
rido, mientras que el sentido de una ex- (exofórica) o deíctica y la segunda es la
presión es la manera específica me- denominada referencia relativa al co-
diante la cual ella conceptualiza un ob- texto (endofórica). Esta última es relati-
jeto determinado. Frege se atiene esen- va no ya a la realidad extralingüística,
cialmente a la realización del análisis sino al propio discurso. El cuadro Nº 1
de enunciados y de proposiciones acer- busca evidenciar el análisis general de la
ca de si las mismas son verdaderas o referencia mostrando las principales im-
falsas. Con el advenimiento de los de- plicaciones con relación a algunas di-
nominados filósofos del lenguaje co- mensiones del lenguaje.
mún, en especial con Austin, se efectuó Considerando la cuestión específica
una profundización del estudio acerca presentada por el mundo de Josef K.,
de la relación entre la interlocución y así como la importancia de la dimen-
los efectos pragmáticos de ésta, evi- sión “él”, nos atendremos específica-
denciando la importancia de la referen- mente a la referencia de tipo exofórica,
cia más allá del análisis fregeano. De la cual es mediada por la deixis. La dei-
esta manera, nuestro estudio no trata de xis involucra necesariamente tres com-
demostrar sólo si el discurso es deliran- ponentes: la persona, el tiempo y el es-
te o no, sino de verificar principalmen- pacio. La definición del término deixis
te cómo el mundo se estructuró para remite al dominio de la subjetividad del
aquel sujeto. Es decir que, mediante el enunciado, evidenciándose así el origen
análisis de los diversos componentes subjetivo de la referenciación y el he-
de la referencia, tenemos acceso no só- cho de que, en el caso de las expresio-

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¿Quiénes son ellos?

Cuadro Nº 1
Los tipos de referencia y sus elementos lingüísticos

Referencia

Absoluta Relativa

a la situación deíctica al co-texto


o o
exofórica endofórica

Los diferentes tipos de referencia interlocución texto e intertexto


involucran el análisis de los componentes del (principalmente deícticos) (términos relacionales y
lenguaje principalmente como glosología representantes)
(lexemas, nombres propios, sintagmas
nominales, expresiones definidas)

nes referenciales deícticas, el contexto Cada vez que la situación de enuncia-


del enunciado no es apenas externo u ción se modifica, la referencia se verá
ontológico. Por el contrario, el contexto igualmente modificada. Sin embargo, la
deíctico focaliza el aquí y ahora del lo- alteración de la situación de enuncia-
cutor. Tal sistema de deixis basado en el ción no altera el significado deíctico
locutor se denomina “sistema egocén- que es constante y reside en la indica-
trico”, noción elaborada a partir de la ción de las relaciones con el contexto
concepción de B. Russell de que los específico del acto discursivo. Tanto la
particulares egocéntricos (aquí, ahora, semántica lógica como la semántica lin-
yo, esto) son palabras cuya denotación güística coinciden en afirmar que sien-
es relativa al locutor. La relación esta- do el dominio (range) referencial de las
blecida entre deixis y referencia remite expresiones referenciales determinado
al hecho de que la referencia no es fija por el sentido que tienen en el idioma,
para algunos vocablos, ya que las coor- su referencia efectiva depende de la va-
denadas espacio-temporales son siem- riedad de los factores contextuales. Pa-
pre relativas y se modifican en función rret (1988), en un análisis preciso, mos-
de la perspectiva adoptada. El objeto tró que la deixis constituye una especie
denotado por las expresiones referen- de triángulo con sus diversos compo-
ciales relativas se define dentro del con- nentes, tal como intentamos explicitar
texto relacional del acto comunicativo. en el cuadro Nº 2.

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Cuadro Nº 2
El triángulo deíctico

persona tiempo Espacio

yo no-yo Ahora no-ahora aquí no-aquí

tú él nosotros, etc. antes después era una vez ahí allí, allá en otro lugar

El pronombre de tercera persona está nominados de “tercera persona”, cuyo


situado, dentro del triángulo deíctico paradigma es “él”, es una categoría
propuesto por Parret, en el campo del perfectamente diferenciada de los pro-
no-yo y consecuentemente, en oposi- nombres “yo” y “tú”, tanto por su fun-
ción al campo del yo, paradigma del ción como por su naturaleza. En lo re-
demostrativo indicial puro. El pronom- lativo a la función de los pronombres
bre “yo” indica el locus de la enuncia- de tercera persona, ellos sustituyen un
ción. A partir de la organización ego- segmento del enunciado o la totalidad
céntrica formulada por este autor, del mismo, constituyéndose en sustitu-
creador de una teoría de la deixis en la tos abreviativos. De esta manera, el
que todo el dominio de las categorías pronombre “él”, al que Benveniste de-
deícticas se organiza en torno del “yo” nomina “no-persona”, representa el
y a la cual denominó “teoría egocéntri- miembro no marcado de la correlación
ca de la deixis”, es necesario establecer de persona, cuyos paradigmas son “yo”
una distinción entre dos modalidades: y “tú”. A partir de esta definición, el
deícticos puros e impuros. Los prime- autor afirma que la referencia de perso-
ros: yo, tú, aquí, y ahora se refieren a na es una “referencia cero” que perma-
los participantes de la interlocución, nece fuera de la relación “yo”- “tú”.
sin transmitir informaciones adiciona- Lo que caracteriza a los pronombres
les. Por otro lado, los deícticos impu- de la tercera persona, sus rasgos distin-
ros, cuyo paradigma es el pronombre tivos –según el lingüista francés– son
personal “él”, establecen diferenciacio- las siguientes propiedades: a) su capa-
nes basadas en características y propie- cidad de combinarse con cualquier re-
dades del referente que son indepen- ferencia de objeto; b) el hecho de no
dientes de las coordenadas espaciales y ser reflexiva de la instancia del discur-
temporales en que se encuentran el lo- so; c) la posibilidad de involucrar un
cutor y el receptor de un determinado gran número de formas pronominales y
discurso. demostrativas; y d) su incompatibili-
En la concepción de Benveniste dad con términos referenciales tales co-
(1996), la clase de los pronombres de- mo “aquí” y “ahora”, que son expresio-

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¿Quiénes son ellos?

nes deícticas paradigmáticas, ya que LA DEIXIS EN JOSEF K. Y EN EL


expresan las coordenadas determinadas DELIRIO DE PERSECUCIÓN
por el locus espacio-temporal de la En la historia de Josef K. señalamos
enunciación. la aparición de un mundo extremada-
La comunicación impersonalizada mente inseguro. Este clima de inseguri-
privilegiará las posiciones relacionadas dad generalizada puede ser reencontra-
a los términos “él”, “después”, “allí”, do en los tres planos del triángulo deíc-
registrándose un aumento en la distan- tico, al mismo tiempo en que ocurren
cia entre yo (locutor) y el posible tú irrupciones de conflictos en la realidad
(alocutor), terminando por hacer desa- cotidiana de Josef K. Efectivamente,
parecer ese tú y tratando a todos como pensamos que ésta es una demostra-
un él, un objeto exterior a la interlocu- ción del genio de Kafka: conseguir
ción. De esta forma, el discurso para- mantener un clima de indefinición, de
noico acerca de él (ellos) mantiene dis- terror, de aprensión posible y que se va
tancia, cumple la máxima de no entrar realizando a lo largo del proceso, sin
en contacto, de no personalizar. Cuan- especificación final de los referentes.
do esto sucede, eventualmente se trans- Claro que diversos personajes y causas
forma en actitud de querellante y se co- son indicados a lo largo de la narrativa.
rre el riesgo de que seamos considera- Sin embargo, al concluir la lectura, te-
dos como un “él” perseguidor. Pensa- nemos la sensación de absurdo acerca
mos que existe una estrecha relación del mundo vivido por el personaje de
entre la paranoia, y ese mundo imper- Kafka. Podríamos pensar que en un
sonal y frío introducido por el pronom- mundo donde nada es definido, todo se
bre “él”, sin posibilidad de diálogo. La torna posible. Así, con relación a “él”,
constancia del discurso con relación a a pesar del deslizamiento de objetos, fi-
una tercera persona nos lleva a interro- nalmente nos sentimos inseguros en re-
garnos acerca del estatuto específico de lación con el mundo efectivo que se
este denominado pronombre personal. forma: nos interrogamos acerca de lo
Efectivamente, Benveniste nos enseña indefinido, lo que siempre es potencial-
que ese deíctico no es exactamente un mente perturbador.
pronombre personal, sino más bien, un La indefinición desesperante no
pronombre impersonal. Aunque no acontece sólo en relación con lo imper-
concordemos con que “él” es un pro- sonal. Las personas, aun aquéllas más
nombre impersonal, habremos de con- próximas, tienden a transformarse en
cordar que se dirige hacia la dirección alguien indiferente. Pensamos que el
de lo impersonal, de lo no-familiar, de “tú”, donde se sitúa la esencia del polo
lo indiferente, de lo ausente, de la no- interlocutivo tiende a entrar en colapso,
persona, de las cosas. en la medida en que no existe una debi-

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da cualificación de lo que el sujeto deíctico “yo”. La solución de Josef K.


(“él”) tiene que decir. Todo lo que Josef es la realización de una especie de lu-
K. dice acaba no siendo considerado, cha, mucho más un debatirse contra la
resultando en la transformación de los intrusión que experimenta como prove-
posibles “tú” en personas no dignas de niente del exterior. Vemos que es con
interlocución . De esta manera, la ten- mucho esfuerzo que Josef K. sostiene
dencia general es el ataque al “tú”, que es él mismo. Esta posición proyec-
transformándolo en objeto de discurso, tiva, que no acepta ninguna predi-
o sea en un “ellos” no-persona. Una di- cación relacionada a sí mismo, lo colo-
mensión esencial que se crea en estos ca en una posición próxima a la para-
estados próximos de la paranoia y si- noia, con la diferencia de que el “yo”
milar a la misma, es la extrema soledad en la paranoia acaba creciendo defensi-
final del locutor. Soledad que se cierra vamente.
más aun por la imposibilidad de confiar De esta manera, en los tres planos
en sus interlocutores inmediatos. A ca- deícticos nos encontramos en la direc-
da nueva persona, todo retorna, ¿será ción de una indefinición angustiante.
que ese “tú” es bueno o malo? La inde- Kafka consigue mantenernos en esta
finición es lógicamente anterior a cual- posición angustiante juntamente con
quier diferenciación. Josef K. Pensamos que debido a esto,
Vivir en un mundo de este tipo, fatal- existe un íntimo parentesco entre esta
mente, nos hace pensar en que existe posición y los momentos anteriores a la
algo en el “yo” del sujeto que promue- constitución de un delirio. Josef K. per-
ve la construcción de tanta indefini- manece en la inseguridad, mientras que
ción. Para que pueda emerger el mundo la paranoia nos coloca casi siempre
humano, mundo de objetos plenos de frente a alguien seguro de sí mismo, en
significación, es necesaria la existencia extremo responsable, como diría Gag-
de un “yo” que se constituya concomi- nepain, y convencido de la persecu-
tantemente. No es sorprendente que el ción, consigue llegar a nombrarlos, tal
personaje de Kafka vuelva una y otra como ocurre en el delirio de perse-
vez a interrogarse sobre el absurdo de cución.
ser tratado como un “yo” que no es él Recordemos un caso, entrevistado
mismo. La interpelación radical sobre por un colega nuestro, para pensar en la
el propio principio de identidad resulta cuestión de los deícticos en las psico-
en la fórmula de la locura en relación sis. Se trata de una entrevista llevada a
con el polo locutivo: ser tomado por cabo en un servicio de emergencia y
otro que el sujeto no es. Trátase de una comandada por la urgencia del respon-
interrogación en el verbo existencial der psiquiátrico. Podrá ser notada una
“ser” que se refleja directamente en el cierta preocupación de nuestro colega

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¿Quiénes son ellos?

por definir “aquello de lo que se trata”, curso para tomar en Maringá, en un avión
particular. Sólo que no tiene nada que ver
y consecuentemente la ausencia de casi
con él, con mi trabajo, porque el Dr. Nelson
cualquier silencio. Debido a la exten- Correia de Brandão, que fue quien nos lla-
sión de la entrevista, restringiremos mó allá en Mato Grosso, que es otro her-
nuestra observación al discurso del pa- mano de mi padre. Mi padre que es, que
yo continúo, yo continúo en el cual, y el Dr.
ciente y a las partes referentes a su de-
Elington, que es abogado de Maringá,
lirio. Al serle preguntado cuándo se ini- nuestro, de la familia, que yo continúo pen-
ció la persecución, el paciente co- sando seriamente en comenzar una inves-
mienza a dar informaciones precisas tigación aquí en Brasilia, de quien yo soy
quien es. Yo, cuando fui agarrado para
sobre quién lo persigue, relacionándolo
tener que parar, la primera cosa que yo
al fatídico problema del padre. pensé en hacer aquí, hay sirenas. Me pre-
guntaron aquí fue: “¿de dónde tú vienes?”.
• Psiquiatra, o A: ¿Cuándo falleció su Yo me di vuelta, no, vamos a montar un es-
padre? critorio, pero yo primero y me hicieron tele-
• El paciente o P.: Falleció hace diez años, fonearles, y yo creo que yo hice de tal for-
fue enero del ‘85.
ma que doce tipos me pegaron.
A: Y desde entonces...
P: La persecución anda suelta.
A: ¿Persecución por parte de quién? A pesar de que el discurso esté per-
P: Por parte del hermano de mi madre. meado por muchas interrupciones, im-
A: ¿Del hermano de su madre?
P: Así es, yo sobreviví, ¿verdad?, gracias a
precisiones, algunas frases incompletas
Dios. y redundancias (típicas de una conver-
A: ¿Qué es lo que él ha hecho? sación espontánea), así como dificulta-
P: Ha hecho mucho, de muchas maneras.
des evidentes de traducción, queda en
A: ¿Por ejemplo?
P: Boicoteándome en todo. evidencia el hecho de que el señor P.,
A: Pero,¿qué hizo él? nuestro paciente delirante no está vi-
P: Voy a hacer un negocio, él boicotea, man- viendo en un mundo inseguro. Deno-
da arrestar, pegar, pegar con el cinto. No
quiere pagar, ¿cierto?, quiebra realmente,
minamos paranoia justamente a una
hace el mayor desorden, rompe, que eso, construcción que busca liquidar la si-
que aquello. tuación terrorífica de inseguridad y te-
A: No directamente.
rror mediante la utilización del imagi-
P: No directamente, él dice eso amenazán-
dome. Sólo amenaza. nario, desde un punto de vista narcisis-
A: Dé un ejemplo concreto, bien objetivo, de ta. El delirio se construye como solu-
lo que ya le sucedió. ción a esa gran interrogante que es lo
P: Sucedió estando yo en el hospital, que me
dieran una inyección en la vena; el cora-
indeterminado. Diferentemente de lo
zón vino hasta aquí, casi me muero, hace que sucede con el personaje de Kafka,
dos días. vemos un sujeto lleno de certidumbre
A: Yo digo así, del boicot de él.
y ocupando el lugar del perseguido. Es
P: Entonces, antes de viajar por ahí, si yo pa-
rase, él paraba por causa de aquellas cua- decir, con relación a “ellos”, ocurre la
renta y tres mil hectáreas, ¿verdad?, el re- construcción de un mundo lleno de

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significaciones. Es bien conocido el el asesino de su padre, el usurpador de


hecho de que en la psicosis el mundo los bienes de la familia. Sin embargo,
comienza a significar, a indicar causas. no estamos de acuerdo, ni sus familia-
La referencia se opera efectivamente res, de que esto realmente ocurrió. Di-
en el delirio paranoico. Esta afirmación ríamos que aquello que es pura posibi-
es tan verdadera que conseguimos re- lidad lógica, es tomado como realidad
construir el mundo creado por el deli- y verdad por el paranoico.
rante. Diferentemente de la esquizofre- Se instala, principalmente, una oposi-
nia, donde existe un ataque a la noción ción “yo-él”. El “tú”, si es que está ini-
de significación, en el delirio tenemos cialmente en la interlocución, es neutro
conciencia de lo que el sujeto experi- y tiende a ser asimilado por las otras
menta y describe, y por esta razón la dos posiciones. En el transcurso de la
psiquiatría clásica dio nombres a una interlocución paranoica, el “tú” tiende
serie de tipos de delirios diferentes ba- a tornarse un “yo” o un “él”. La instan-
sados en los diversos temas. Si la refe- cia del alocutario reconocido en su al-
rencia opera en el delirio de persecu- teridad tiende a desaparecer en la para-
ción, esto no significa que estemos de noia. Cuando el paranoico consigue
acuerdo con el referente producido, sea afirmar su discurso, su interlocutor es
éste real o imaginario. Una de las ca- colocado, como mínimo, en una posi-
racterísticas esenciales del delirio con ción pasiva. Otras veces puede ocurrir
relación a la producción no delirante es la posibilidad de transformar al “tú” en
la radical producción de referentes discípulo, en seguidor. Es a partir de
acerca de los cuales no estamos de aquí que resulta clásicamente conocida
acuerdo sobre su existencia real o ima- la descualificación del otro en la inter-
ginaria. El delirante está en discordan- locución. Cuando se produce una reac-
cia acerca de los objetos del mundo y ción por parte del alocutor, encontra-
de las explicaciones que sobre ellos mos la posibilidad de la figura discursi-
disponemos. El paranoico crea un va de la querella. Ésta es una de las po-
mundo nuevo a partir de su punto de sibilidades perturbadoras en el contac-
vista y de sus deseos, sin mayores con- to con este tipo de pacientes. Cabe
sideraciones acerca de lo que los otros siempre la posibilidad de que el “tú”,
están pensando. El delirante reconstru- inicialmente neutro o inclusive amado,
ye, tal como diría Freud. se transforme rápidamente en un perse-
Siendo el delirio un discurso acerca guidor y, en consecuencia, alguien de
de las cosas, se hace evidente la impor- quien se habla, pero no alguien a quien
tancia de la categoría deíctica “ellos”. se dirija efectivamente la palabra.
De esta forma, entendemos perfecta- La desaparición del “tú” instala una
mente que el tío de P. es el perseguidor, grave dificultad de comunicación. Sur-

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¿Quiénes son ellos?

ge un sujeto presupuesto como gran- CONCLUSIÓN: LA PSICOSIS ES UN


dioso, pero al mismo tiempo muy soli- DISTURBIO RADICAL DE LA
tario. El paranoico no se queja por ser PERSONALIZACIÓN
muy narcisista, pero siempre tiene la
El presente estudio privilegió la in-
posibilidad de vivir la mayor de las so-
vestigación de la dimensión de la refe-
ledades por la desaparición del polo
rencia deíctica, específicamente con re-
“tú” de interlocución. Señalar la sole-
lación a la categoría persona. Esta di-
dad es muchas veces uno de los pocos
mensión se encuentra perturbada no
caminos que restan al terapeuta para
sólo en lo relativo al “yo”, sino tam-
crear un vínculo que no desemboque en
bién en lo relativo a las dimensiones
una mixtura completa con el alocutor o
del no-yo del triángulo deíctico. Las di-
en una oposición radical.
ficultades relacionadas con la constitu-
Entre el mundo inseguro de Josef K.
ción de la realidad, representada en es-
y el mundo poblado por perseguidores
te estudio principalmente por el pro-
designados por el delirante paranoico
nombre “él”, se muestran articuladas
existen transiciones. En el cuadro bus-
con la subjetivación del sujeto. Enten-
camos mostrar la existencia de una de-
demos que el estudio a través de los
finición a través del delirio que re-
deícticos permitirá que en futuros tra-
suelve el clima de terror, inseguridad y
bajos se establezcan otras relaciones
angustia de Josef K., en las defini-
con la problemática del yo, desde el
ciones delirantes en el caso que presen-
punto de vista psicoanalítico y con la
tamos.
comunicación lingüística, en especial
dentro de la familia. Pensamos haber
indicado, mediante el estudio de los
deícticos y de la referencia, la posibili-
dad de esclarecer algunos aspectos
acerca de la subjetivación y de la inter-
subjetivación en la psicosis.

Josef K. yo tú él
? ? ?
interpelado no confiable, indefinido, en
constantemente, tiende a tornarse él transformación
sufriendo intrusiones, constante
inseguro
Delirio de yo tú él
persecución presupuesto como tendencia a desaparecer Perseguidor
grandioso, narcisista en la interlocución

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REFERENCIAS
Benveniste, E. (1966). Problèmes de lin-
guistique générale. Paris: Galimard.
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Parret, H. (l988). Enunciação e pragmáti-
ca. Campinas: Unicamp.
Schotte, J. (1981). L’analyse du destin
comme patho-analyse. Curso inédito.
Université Louvain la-Neuve.

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