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FACULTAD DE FILOSOFÍA
TESIS DOCTORAL
PRESENTADA POR
Directores
Madrid
Ed. electrónica 2019
Directores:
Ricardo José Campos Marín
José Miguel Marinas Herreras
2018
“¿Qué me está usted haciendo, el psicoanálisis?
¿Soy esquizofrénico o paranoico?”
AGRADECIMIENTOS
Esta tesis ha sido realizada entre cafés, cervezas, risas, amigas, amigos, alegrías
y, como tantas otras, agobios, soledades y tristezas. Se ha enriquecido con las palabras
de mucha gente, sin lugar a dudas mucha más de la que pueda incluir en esta breve nota.
A todas, gracias.
Hay dos personas a las que debo muy especialmente los frutos de este trabajo. A
mi director Ricardo Campos, que confió en mí y acompañó con paciencia cada etapa de
esta tesis, desde el principio; y a Rafael Huertas, que me ofreció siempre su tiempo y
ayuda. A ellos les agradezco haberme enseñado a investigar en y desde la historia.
Llegué con muchas preguntas y me voy con muchas más. Son mis maestros. Gracias
por el tiempo y la amistad.
A Miguel Marinas le agradezco su apoyo, desde hace varios años, y el humor,
tan valioso en la academia.
Agradezco al Instituto de Historia del CSIC que me ha brindado todo lo
necesario para cursar mi contrato de investigación, sobre todo a las personas que lo
integran, en concreto a Paco Pelayo, Loles González-Ripoll, Leida Fernández Prieto,
Consuelo Naranjo, Miguel Ángel Puig-Samper, Juan Pimentel, Leoncio López-Ocón y
Carmen Ortiz.
Al personal de la biblioteca Tomás Navarro Tomás, que siempre me ha
facilitado el acceso a sus fondos; y al personal de la Biblioteca de Catalunya, sobre todo
a las encargadas de la sección de manuscritos donde pasé varios días consultando los
fondos del archivo personal de Ramón Sarró i Burbano. A Betina Riva y Ernesto
Eduardo Domenech que custodian con pasión –y escasos recursos- la Biblioteca José
Peco en el Instituto de Derecho Penal de la Universidad Nacional de la Plata
(Argentina).
En estos casi cinco años, que han significado para mí un cambio de ciudad- de
Granada a Madrid- y de vida, hay gente que me ha acompañado y que ha sido
indispensable en este tránsito. Intentaré nombrar a varias de vosotras.
I
II
conservar. Con la emoción de saber y sentir que, bajo el asfalto, estará la tribu. De
forma muy especial agradezco a las Rudas, Rocío y Giuliana, con quienes aprendo día a
día a vivir en un hogar de cuidados, en femenino. Gracias por aparecer, por quedaros y
por acompañarme en esos momentos de estrés (y por ese “protocolo tesis” en el que,
literalmente, me he sostenido). No me imagino este último año sin vosotras, ni la vida
post-tesis. A Lidia, compañera de ilusiones y fechorías, entre tantas otras cosas, y a
Juanra y la pequeña Julia, que nos enseña que ahora vienen otras etapas en las que
acompañar y aprender sobre la vida y el crecer. A los chicos, Ángel, Jorge y Raúl,
gracias por estar siempre y hacérmelo saber, sois familia. A los carneros, Adrián y
María, que en tan poco tiempo han pasado a ser tan importantes en mi día a día. A Cuty,
a quien le dedico el “a pesar de ti” (jaja), pero sobre todo el contigo, estuviste cuando el
techo se me hacía bajito. A Indra, hermanito de tesis y compañero de hogar. A
Alessandra, brasileña de Madrid y compañera de relatos “que no son de aquí ni son de
allá”, a quien agradezco además haberme enseñado el paraíso boipebano. Y a Óscar, por
ofrecerme siempre su ayuda, además de acompañarme en aventuras y risas por Madrid.
A mi gente de Granada, agradezco a “las niñas”, Aida, Aisha, Ali, Julia, Laura,
Natalia y Sandra amigas de siempre, y a Inés, hermana en todos los sitios y de toda la
vida. En los últimos meses de esta tesis me han recordado hasta qué punto las raíces son
importantes –más allá del tiempo y la distancia- y sobre todo, sanadoras; me siento
afortunada de formar parte de “nosotras”. Y a Isilla, que, junto a Lidia, me abrieron las
puertas de “la casa del amor a cascoporro” y mataron todo mi vinagre. A mis
compañeras de Aderes, Cayetana, Marta, Cristina, Lola, Elena y Tadeo, con quienes he
compartido sábados lacanianos, cervezas psicoanalíticas (¡cómo las echo de menos!),
agotadores campamentos, miércoles clínicos, largas reuniones, supervisiones,
significantes y amistad. Y la ilusión de querer (des) aprender y escuchar eso otro.
A la pandilla de incansables (muchos de vosotros reunidos en la Asamblea de
Solidarios con la Casa del Aire) que se resisten a ver cómo la rentabilidad del ladrillo, el
mercado y los políticos especulan con la vida de las vecinas, no sólo en Granada. En
particular a Álvaro, Javi y Pepa, con quienes siempre he podido contar en mis vueltas al
sur, a pesar del tiempo y la distancia.
En los meses finales de esta tesis descubrí, en una asociación que quizás sólo yo
pueda hacerme, que en determinados pasajes este texto habla de dos mujeres: ma grand-
III
IV
ÍNDICE
Agradecimientos
5
SUMMARY
9
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
LA HISTORIA DEL PSICOANÁLISIS EN ESPAÑA: TRADICIONES
HISTORIOGRÁFICAS Y PROBLEMAS METODOLÓGICOS 13
CAPITULO 1
FREUD, EL PSICOANÁLISIS Y LA HIGIENE MENTAL EN ESPAÑA 45
1
CAPÍTULO 2
PSICOANÁLISIS PARA LA REFORMA SEXUAL 117
CAPITULO 3
LA CRIMINOLOGÍA PSICOANALITICA: UNA NUEVA
COMPRENSIÓN DEL DELITO Y DE LA DELINCUENCIA 167
CAPITULO 4
CIENCIA Y MORAL: LA DEPURACIÓN DOCTRINAL DEL
PSICOANÁLISIS DURANTE EL PRIMER FRANQUISMO 219
2
Clínica, Madrid 1957 234
4. 2.2 La “revolución psicosomática” de la medicina española.
El IV Congreso Internacional de Psicoterapia, Barcelona 1958. 248
4. 2.3. La formulación institucional del psicoanálisis. 258
4. 2.3.1. Barcelona 261
4. 2.3.2. Madrid. 263
CAPITULO 5
CONTINUIDADES Y DISCONTINUIDADES EN LOS USOS DEL
PSICOANÁLISIS DURANTE EL FRANQUISMO. 267
CONCLUSIONES 299
APÉNDICE 369
3
4
SUMMARY
The idea that psychoanalysis was rejected or censored in Spain is questioned via
the analysis of medical and legal texts, congress proceedings, magazines, newspapers,
mail and various popular media. This thesis shows that psychoanalysis constituted a
phenomenon that permeated several spaces and contexts, not without debate, offering
categories with a performative ability to interpret and intervene in the social reality.
This occurred by means of an active process, in which the ideas were not absorbed
passively, but rather subject to diverse adaptations and forms of appropriation. From an
epistemological point of view, the starting point is a broad definition of psychoanalysis.
It is understood as a cultural artefact capable of overcoming national and cultural
borders, and which can be incorporated and adapted according to different agents and to
a local reception context.
Our initial hypothesis has been to consider the circulation of this knowledge
from the field of action of social defense, which is in turn intersected by three cardinal
points that operatively delimit sets of problems: mental hygiene, sexuality and
criminology.
5
The thesis is divided in five chapters. The first three deal with the period prior to
the civil war, and the last two cover the initial years of the Franco regime, additionally
establishing continuities and discontinuities amongst the two periods.
The first chapter analyses the context in which psychoanalysis was received,
discussing the interest that guided the first reads and comments on Freud’s work. We
have additionally addressed the first steps in the implementation and instruction of
psychoanalysis in relation to the movement of mental hygiene, the circulation of
psychoanalytic texts and news on the expansion of psychoanalysis in Europe. In this
context, and thanks to the access to unpublished documents, we dedicate a section to the
figure of the Ramón Sarro, and to the role of Ángel Garma.
6
The fourth chapter focuses on the political and doctrinal cleansing to which
psychoanalysis was subjected during the initial years of the Franco regime. The
criticisms to Freud during the 40s were mainly of political nature, in an atmosphere of
disputes between supporters of the Franco regime and the main personalities of the
republican reforms. Once the political responsibilities of both sides had been cleansed,
several authors suggested reformulating the theory to include the interesting points of
psychoanalysis, mainly in two professional areas: psychotherapy and religion. The
beginning of the Spanish psychoanalytical movement linked to the IPA was tightly
related to this context of doctrinal cleansing. Several of the members of this movement
took part in the debates about the existential and religious reformulation of
psychoanalysis.
The fifth chapter analyzes the main continuities and discontinuities between the
sexual morality and the criminology of the 1920s and 1930s, and the initial years of the
Franco regime. We study the relationship between psychoanalysis and the arrival of
mass capitalism and the spread of a psychological language in terms of consumption, a
process that occurred in an atmosphere of change and economic openness.
The discourses, actions and strategies related to political, social and intellectual
issues we have addressed constitute part of a pool of knowledge directed to guarantee
the health and well-being of the individual, but also to control and regulate certain
population sectors. In this sense, these discourses, actions and strategies are tightly
related to the political powers and are placed within the programs of social defense that
arise in the context of the liberal state. This relationship enables the conceptual path
followed in the present thesis.
7
8
RESUMEN
El psicoanálisis nació en Viena como una teoría psicopatológica, con una técnica
y una práctica terapéutica asociada, y de forma extraordinariamente rápida, se expandió
desbordando sus campos originales de aplicación y uso. Esta tesis analiza las
características de este proceso en el marco de la recepción local de las ideas
psicoanalíticas en España durante la primera mitad del siglo XX.
9
La tesis está dividida en cinco capítulos, de los cuales los tres primeros se
ocupan del período anterior a la guerra civil, y los dos últimos del primer franquismo,
estableciendo las continuidades y discontinuidades entre ambos periodos.
10
forense psicoanalítica y el uso del psicoanálisis en los Tribunales de Justicia.
11
12
INTRODUCCIÓN
1
DAMOUSI, Joy; PLOTKIN, Mariano Ben, (eds.), (2009), The Transnational Unconscious. Essays in
the History of Psychoanalysis and Transnationalism, London, Palgrave Macmillan.
2
PLOTKIN, Mariano Ben, (2003), Freud en las pampas, Buenos Aires, Sudamericana, pp. 19-20.
3
GUTIERREZ TERRAZAS, José, (1984), “Apuntes para un estudio sobre la historia del psicoanálisis en
España” Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 4 (10), pp. 207-221
15
Introducción
16
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
“causa” del movimiento psicoanalítico, frente a las resistencias y el rechazo de una
sociedad reticente a la incorporación del psicoanálisis12. Esta historia, que busca excluir
cualquier desviación de los cánones reconocidos por el movimiento y que se legitima
autorreferencialmente, presenta el psicoanálisis como el resultado de una creación ex-
nihilo, inseparable de la biografía de su creador y de los grandes personajes alrededor de
él.
El elemento central que articula la lógica interna de este relato, se centra en la
existencia de un psicoanálisis legítimo y “verdadero” que funciona como criterio
historiográfico para distinguir entre disidentes y partidarios, y denomina “prehistoria” al
período que abarca todo lo que sucede antes de la llegada de ese psicoanálisis. Así
entendida, la historia del psicoanálisis es la historia del movimiento psicoanalítico y de
las figuras que trabajaron por su causa.
En España son representantes de esta mirada interna a la propia institución
psicoanalítica los trabajos de Mª Luisa Muñoz13, Manuel Pérez-Sánchez14 y Blanca
Anguera15. Sus relatos giran principalmente en torno a la figura de Ángel Garma, primer
psicoanalista español miembro de la Asociación Internacional de Psicoanálisis (IPA), y
los grupos de psicoanálisis formados en Madrid y Barcelona a lo largo de los años 50 y
que en 1959 integraron la primera sociedad psicoanalítica luso-española reconocida por
la IPA. Así mismo los artículos de Pere Bofill, psicoanalista del grupo catalán, forman
parte de este grupo de trabajos16. Según esta tendencia, “el psicoanálisis siempre ha
estado (¿y estará?) condenado a chocar con fuertes resistencias de parte de la sociedad
11
GAY, Peter (1990), Freud. Una vida de nuestro tiempo, Barcelona-Buenos Aires-México, Paidós.
12
También Freud había escrito en 1925 “Las resistencias contra el psicoanálisis” donde afirmaba que la
recepción del psicoanálisis fue especialmente ingrata debido a lo novedoso de sus formulaciones, pero
sobre todo por las verdades que revela sobre las pasiones humanas. FREUD, Sigmund (1981) [1925a],
“Las resistencias contra el psicoanálisis”, en Obras Completas, t. 3, (trad. Luis López Ballesteros),
Madrid, Biblioteca Nueva, pp. 2801-2807.
13
MUÑOZ, Mª Luisa, (1989), “Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico en España:
formación de la Asociación Psicoanalítica de Madrid”, Revista de Psicoanálisis de Madrid, n°
extraordinario, mayo-noviembre, pp. 121-152; también en MUÑOZ, Mª Luisa (1993), “Ángel Garma y la
historia del movimiento psicoanalítico en España”, Papeles del psicólogo, 56.
14
PÉREZ-SÁNCHEZ, Manuel, (1984), “Inicis del moviment psicoanalític a Barcelona”, Revista
Catalana de Psicoanàlisi , 1 (1), pp. 229-246.
15
ANGUERA, Blanca (2011), “Notas históricas de la Sociedad Española de Psicoanálisis: pasado y
presente”, Temas de psicoanálisis, 1; ANGUERA, Blanca, (2010), “Breu historia de la Societat
Espanyola de Psicoanàlisi. 50 anys d´existència a la IPA”, Revista Catalana de Psicoanàlisi, 27, (1), pp.
51-63; ANGUERA, Blanca (1998), “Una contribució a la historia de la psicoanàlisi a Catalunya. La
trajectòria de Júlia Coromines Vigneux” Revista Catalana de Psicoanàlisi. 15 (1), pp. 79-101.
16
BOFILL, Pere, (1987), “Aspectos históricos de la relación entre el psicoanálisis y la psiquiatría en
España hasta 1978”, Informaciones psiquiátricas , (108), 99-108 ; BOFILL, Pere; TIZÓN, Jorge L.
(1994), “Notas históricas sobre el psicoanálisis en el Estado español”, en Qué es el psicoanálisis.
Orígenes, temas e instituciones actuales, Barcelona, Herder, p. 263-269
17
Introducción
18
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
movimiento psicoanalítico. Recibió su impacto pero elaboró sus propios mecanismos de
defensa, que hicieron posible la circulación de una información sobre el Psicoanálisis
sin establecer ninguna relación de compromiso con el mismo”21.
Muñoz, con una lógica similar, describe la situación y las características que
distinguen la práctica psicoanalítica española antes de la guerra civil en los siguientes
términos:
“(…) en 1921, tres psiquiatras: Lafora, Juarros y Mira presentaron en
las publicaciones periódicas españolas varios casos clínicos abordados desde
un enfoque pretendidamente psicoanalítico. Hacia 1923 Fernández Sanz, que
desde 1914 se había opuesto radicalmente a la aplicación del psicoanálisis a
la clínica y que, a pesar de haber moderado algo su postura, en 1921
continuaba excluyendo este procedimiento del conjunto de psicoterapias
eficaces contra la psiconeurosis, inició una campaña de aliento para que se
practicara el psicoanálisis. Esta incitación dio resultados y, hacia 1927, una
buena parte de la psiquiatría española había incorporado a su quehacer
cotidiano procedimientos psicoanalíticos despojados de sus atributos y
características esenciales. Pero hasta la década de los treinta, con la llegada
de Garma, no existió en España una práctica formalizada, ortodoxa, que
pudiera denominarse con propiedad psicoanálisis. Varias son las
características que distinguen la práctica psicoanalítica española en esos
años: En primer lugar la aceptación e incorporación del psicoanálisis como
un método de investigación y un rechazo del mismo como método de
aplicación terapéutica. Como método de investigación, sin embargo, se
entendió de una forma excesivamente simplificada, casi caricaturesca. Una
segunda característica es la utilización de las técnicas psicoanalíticas
desligadas de su marco teórico y adaptadas a otros enfoques del saber
desvirtuando así su esencia, y descuidando o desatendiendo los fenómenos
trascendentales y propios de la cura (resistencia y transferencia). Esto
condujo a intervenciones terapéuticas `silvestres´ más de acuerdo con la
actitud seguida por Freud en los comienzos del psicoanálisis que con la
recomendada por éste a principios de siglo”22
21
CARLES, et al. 2000, p. 81.
22
Carles et al. 2000, p. 179.
23
CORCÉS PANDO, Valentín, (1992), La recepción del psicoanálisis en España. Estudio de su
prehistoria (1893-1936), Madrid, Universidad Complutense, tesis de doctorado.
19
Introducción
20
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Contrario a estas conclusiones, Thomas Glick critica el esquema de Corcés, en el
que se apoyaron autores como Germán García o Christian Delacampagne para afirmar
que en España, a pesar de la traducción de las obras de Freud en 1922 y de lo mucho
que el psicoanálisis fue debatido antes de 1936, no hubo una implantación del
psicoanálisis en sentido estricto, confirmándose, según Delacampagne, “le malentendu
historique entre l´Espagne et la psychoanalyse” 27 . Para Glick, la recepción del
psicoanálisis antes de la guerra civil había estado marcada por la fácil y rápida
incorporación de las ideas de Freud a la doctrina general de la medicina y la psicología,
primero entre los médicos, antes de la traducción de las Obras Completas, y después
entre el publico culto28.
Las diferencias entre estos autores se deben a que entre ellos existen ideas
distintas de recepción29. Carles y Muñoz toman la ortodoxia como norma histórica,
según la cual fijan desviaciones y grados de asimilación del psicoanálisis. Corcés define
él mismo un canon sobre el que distinguir un discurso alrededor de y una verdadera
epistemología psicoanalítica. Glick, en cambio, no toma la ortodoxia como paradigma
desde el que elaborar su análisis, lo que le permite incorporar las críticas al psicoanálisis
o los debates sobre Freud, como elementos favorables en la recepción.
27
DELACAMPAGNE, Christian, (1982), “La psychanalyse dans la Péninsule Ibérique”, en JACCARD,
Roland (ed.), Histoire de la psychanalyse, 2vols, Paris, Hachette, p. 439-452; GARCIA, Germán (1980),
Oscar Massota y el psicoanálisis del castellano, Barcelona, Argonauta; GLICK, 1988, pp. 207-208.
28
GLICK, Thomas F. (1982), “The Naked Science: Psychoanalysis in Spain, 1914-1948”, Comparative
Studies in Society and History, 24 (4), pp. 533-571, p. 536.
29
Druet señala esta idea al comparar las conclusiones del trabajo de Glick con las tesis de Carles y
Muñoz. Druet, sin embargo, retoma la distinción de Corcés sobre el discurso alrededor de para hablar de
psicoanálisis antes de la Guerra Civil (DRUET, Anne-Cécile (2011a), “La psychiatrie espagnole et la
psychanalyse des années 1910 à la guerre civile: de la presse médicale au discours social”, en El
Argonauta Español, 8, DOI : 10.4000/argonauta.142). Estas ideas también están desarrolladas en
DRUET, Anne-Cécile (2007), “La psychanalyse en Espagne: un bilan historiographique”, Mélanges de la
Casa de Velázquez, 37 (2), pp. 223-241. En este último artículo Druet realiza un recorrido por los
principales autores y perspectivas desde las que ha sido abordada la historia del psicoanálisis en España.
También en su tesis doctoral, incluye un apartado en el que detalla toda la bibliografía sobre psicoanálisis
en España elaborada hasta 2006 (DRUET, Anne-Cécile, (2006), La psychanalyse dans l’Espagne post-
franquiste (1975-1985), Paris, Université de Paris IV-Sorbonne, tesis de doctorado, pp. 361-364)
30
CARPINTERO, Helio; MESTRE, María Vicenta, (1984), Freud en España. Un capítulo de la Historia
de las ideas en España, Valencia, Promolibro.
21
Introducción
31
Véase CARPINTERO, Heliodoro (2004), Historia de la Psicología en España, Madrid, Pirámide;
SAÍZ, Mº Dolores; SAÍZ, Milagros, (1996), Personajes para una historia de la psicología en España,
Madrid, Pirámide. También han sido publicados varios trabajos en la Revista de Historia de la Psicología
en los que se configura un panorama amplio de fuentes y autores. Véase: BERMEJO FRÍGOLA, Vicente,
(1991), “La <<primerísima>> traducción de una obra de Freud”, 12 (3-4), pp. 341-344; BERMEJO
FRÍGOLA, Vicente (1992b), “Freud y el psicoanálisis en la Revista de Psicología General y Aplicada
(RPGA) en los años cuarenta”, Revista de Historia de la Psicología”, 13 (2-3), pp. 173-182; BERMEJO
FRÍGOLA, Vicente (1992a), “Sigmund Freud y el psicoanálisis en la revista Psicotecnia”, Revista de
Historia de la Psicología, 13, (2-3), pp. 169-172; BERMEJO FRÍGOLA, Vicente (1993a), “Freud y el
psicoanálisis en la psicología española de los años cincuenta”, Revista de Historia de la Psicología, 14 (3-
4), pp. 255-269; BERMEJO FRÍGOLA, Vicente, (1998), “Pedro Laín Entralgo y la introducción de las
ideas de Sigmund Freud en España”, Revista de Historia de la Psicología, 19 (2-3), pp. 261-276;
BERMEJO FRÍGOLA, Vicente (2000), “Ortega, Freud, El psicoanálisis y la Interpretación de los
sueños” Revista de Historia de la Psicología, 21(2-3), pp. 631-658; BUZZAQUI ECHEVARRIETA,
Adrián; DURO MARTÍNEZ, Juan Carlos (2000), “Angel Garma y el <<retorno>> del psicoanálisis a la
psicología española”, Revista de Historia de la Psicología, 21 (2-3), pp. 659-672; FRUTOS, Ángel
(1994), “Ángel Garma en el Instituto Psicoanalítico de Berlín”, Revista de Historia de la Psicología, 15
(1-2), pp, 199-208; IBARZ, Virgili; VILLEGAS, Manuel, (2002), “Ferenc Olivér Bracchfeld (1908-
1967): un psicólogo húngaro en Barcelona”, Revista de Historia de la Psicología, 23 (3-4), pp. 265-275;
MESTRE, Mª Vicenta; CARPINTERO, Helio (1983), “Enrique Fernández Sanz y la introducción de las
ideas de Freud en España”, Revista de Historia de la Psicología, 4 (1), pp. 69-84; MESTRE, Mª Vicenta;
CARPINTERO, Helio (1989), “Unas notas sobre la entrada de Jung en España”, Revista de Historia de la
Psicología, 10 (1-4), pp. 139-148; MESTRE, Mº Vicenta; BERMEJO, Vicente; TORTOSA, Francisco
(2003), “Entrada y difusión del psicoanálisis en España”, Revista de Historia de la Psicología, 24 (2), pp.
273-289; MESTRE, V; CIVERA, C; TORTOSA, F.; SAMPER, P. (2003), “Evolución de la presencia de
Freud en la psicología durante la segunda mitad del siglo XX”, Revista de Historia de la Psicología, 25
(3-4), pp. 533-544; MUÑOZ, Isabel; QUIÑONES, Elena, (1986), “Evolución de los conceptos
psicoanalíticos en España (1923-1936): un análisis bibliométrico”, Revista de Historia de la Psicología, 7
(3), pp. 55-68; PASTOR-CARBALLO, Rosa; CARPINTERO, Helio, (1980), “Análisis de la <<Revista
de Psicología General y Aplicada>> (años 1946-1970)”, Revista de Historia de la Psicología, 1 (2), pp.
199-214; PÉREZ SALMÓN, Concepción, (2000), “La influencia de Freud en la sociedad española. El
caso de la Ley de Divorcio de 1932”, Revista de Historia de la Psicología, 21 (2-3), pp. 673-680; PÉREZ
SALMÓN, Concepción (2003), “Sanchís Banús y el psicoanálisis: historia de una relación”, Revista de
Historia de la Psicología, 25 (3-4), pp. 519-526; PÉREZ DELGADO, Esteban; MESTRE, MºVicenta;
CARPINTERO, Helio; PEIRO, José M. (1984), “La presencia de Freud en las revistas de ciencias
humanas (1966-1975), Revista de Historia de la Psicología, 5 (3), pp. 37-61; SANCHEZ-BARRANCO
RUIZ, Antonio (1992), “Las aportaciones de Sandor Ferenczi a la técnica psicoanalítica: las medidas
activas y su influencia en la actualidad”, Revista de Historia de la Psicología, 13 (2-3), pp. 161-167;
32
GLICK, Thomas, (1986), Reseña de la obra de CARPINTERO, Helio y MESTRE, María Vicenta,
Freud en España. Un capítulo de la Historia de las ideas en España, Valencia, 1984, en Revista de la
Asociación Española de Neuropsiquiatría, 6 (16), pp. 145-146; CORCÉS 2005, p. 35.
33
MESTRE, María Vicenta, (1981), Freud en España. Un estudio de la recepción de su obra hasta 1936,
Valencia, Universitat de València.
22
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
psicoanálisis antes de la guerra civil, se suman para el período franquista las de censura
y prohibición, en parte motivadas por las publicaciones de dos psiquiatras, ellos mismos
testigos de este período: Carlos Castilla del Pino y Enrique González Duro. En los
últimos años de la dictadura, ambos autores comenzaron a producir varias obras sobre la
historia de la psiquiatría en el franquismo. La marcada finalidad de denuncia y una
interpretación a veces excesivamente ideológica son al mismo tiempo lo que les
confiere su valor como obras de cuño militante y el motivo por el que sus conclusiones
resultan parciales y distorsionadas.
Así, por ejemplo, sobre la relación que el franquismo estableció con el
psicoanálisis, Carlos Castilla del Pino sostiene que:
“La concepción oficialista de la Psiquiatría se autolimitaba hasta marginarse
de cualquier tendencia psiquiátrica de la época. Me refiero a la posible
asunción de la psicología y psicopatología procedentes de la orientación
psicoanalítica. La obra de Freud estuvo prohibida hasta 1949. Luego, se
reimprimieron sus obras. Pero como señala López Ibor en el comentario a
esta reimpresión: <<a Freud no hay que aceptarlo, pero hay que
conocerlo>>. De hecho, cualquier alusión a cualquier corriente
psicoanalítica con carácter positivo ha sido suficiente para la descalificación
de un opositor. Por eso motivo, la Psiquiatría oficial se ha visto obligada a
renunciar a una psicopatología de la motivación, puesto que era inevitable,
en este caso, toparse con lo que de positivo existe en las tesis freudianas.
Puede afirmarse que así como la resistencia al psicoanálisis en la Psiquiatría
de la preguerra civil estaba fundamentada en un cientificismo proveniente de
la investigación positiva, en la postguerra la resistencia anida en los
prejuicios religiosos y políticos, o, mejor, en los religiosos puestos al
servicio de los políticos. Así, se da el caso de que cuando en Francia,
Bélgica, Austria o Suiza existe una poderosa corriente dentro del catolicismo
que acepta buena parte de los principios psicoanalíticos (…), el catolicismo
franquista, el nacional-catolicismo, lo proscribe acudiendo en sustitución a
una <<psicoterapia>> de consuelo, rezo y predicación moralista”34.
34
CASTILLA DEL PINO, Carlos, (1977), “La psiquiatría española (1939-1975)”, en CASTELLET, José
María (ed.) La cultura bajo el franquismo, Barcelona, Anagrama, pp. 79-102, pp. 97-98. En el capítulo
cuarto de esta tesis abordaremos la reformulación del pensamiento de Freud elaborada por un sector del
catolicismo, que lejos de proscribirlo, retomó aquello que consideró de utilidad.
23
Introducción
“Freud fue no sólo proscrito, sino vilipendiado (en Razón y Fe, por ejemplo)
como «israelita notorio» y el psicoanálisis, criticado por ser producto del
pensamiento judío por los mandarines de la psiquiatría oficial como Vallejo
Nájera y López Ibor (los dos habían sido mucho más abiertos a Freud antes
de la guerra”36.
24
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
eugenesia, la higiene mental, la sexualidad, etc. Tomar como punto de partida la
censura o la prohibición distorsiona una realidad mucho más compleja que la que ha
sido abordada por estos autores.
En este punto es donde la investigación de Anne-Cécile Druet supone un gran
aporte historiográfico ya que documenta esta supuesta censura y matiza ampliamente el
relato construido en relación a ella 38 . Druet consulta el expediente abierto por la
censura durante el franquismo sobre la publicación de las Obras Completas de Freud y
constata que éstas no sólo no fueron prohibidas sino que retomaron su edición en 1948,
con la única modificación del prólogo, en el que convenientemente se indicaron las
compatibilidades del pensamiento de Freud con el catolicismo. El único texto de Freud
que se censuró en 1946 fue la edición argentina de Moisés y la religión monoteísta,
publicado por la editorial Losada.
La tesis doctoral de Druet se centra en el periodo de 1975-198539, por lo que
abre un nuevo campo de problemas asociados no sólo a la historia de la transición
española, sino a la construcción institucional del psicoanálisis, ya que la supuesta
definición canónica establecida por el monopolio de la IPA (que de por sí atravesó
numerosas tensiones internas en la custodia de una determinada medida estandarizada
sobre cómo debía ser la teoría y la práctica legítima del psicoanálisis) se vio cuestionada
a partir de los años 60 por el inicio del movimiento lacaniano. La implantación de este
movimiento constituye la parte más importante de su trabajo, que no pierde de vista el
conjunto de lo que denomina “la España freudiana”40, según una metodología que toma
como punto de partida el trabajo de Élisabeth Roudinesco en Francia41. A lo largo de su
trabajo, Druet recoge y analiza la bibliografía que acabamos de comentar,
principalmente los trabajos de Carles y Muñoz, sobre los que ofrece importantes
matices. Sin embargo Druet avanza sobre todo en relación a la tesis de Carmen Llor,
dedicada al período de 1936-1968, complementándola con nuevos documentos y
fuentes orales, principalmente relacionados con el contexto catalán. Aunque la tesis de
Druet, puntualiza sobre la censura y discute, en determinados pasajes, la perspectiva de
la resistencia desde una mirada más crítica que sus antecesores, no llega a abandonarla
38
DRUET, 2006; DRUET, 2007, pp. 226-227.
39
DRUET, 2006.
40
DRUET, 2006, p. 8.
41
Roudinesco, afirma en este sentido que: “Il n´y a donc pas de psychanalyse française, mais un situation
française de la psychanalyse, aussi spécifique que celle des autres pays”. (ROUDINESCO, Élisabeth,
(1994), Histoire de la psychanalyse en France, Paris, Fayard,p. 9.) y, siguiendo esta idea Druet
argumenta que“ (…)la situation espagnole de la psychanalyse n’en offre pas moins des caractéristiques
uniques, en plusieurs étapes de son histoire, dont l’étude est passionnante” (DRUET, 2006, p. 7)
25
Introducción
del todo42.
La tesis de Llor que acabamos de mencionar, fue defendida en 1988 y cierra la
trilogía dirigida por Pedro Marset, compendiadas en la monografía Psicoanálisis en
España (1893-1968)43, que supone, sin lugar a dudas, un antes y un después en la
bibliografía española sobre psicoanálisis. Llor reconstruye las condiciones científicas y
político-sociales del contexto en el que se consolidó el movimiento psicoanalítico
español, e incorpora, bajo la idea de institucionalización del psicoanálisis, experiencias
psicoanalíticas no integradas bajo la custodia de la IPA, como el Instituto Peña Retama.
Consagrada también al período franquista, en 1993 Vicente Bermejo Frigola
defiende su tesis doctoral La institucionalización del psicoanálisis en España en el
marco de la API, dirigida por Helio Carpintero 44 . Bermejo aporta una amplia
documentación y fuentes inéditas sobre la historia del movimiento institucional español,
no obstante su construcción internalista, ofrece un relato poco crítico y cerrado a
elementos discordantes o menos favorables sobre la historia de la ortodoxia.
26
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
A lo largo del siglo XX, las ideas psicoanalíticas han influido enormemente en
46
FREUD, Sigmund, (1981[1913]), “Múltiple interés del psicoanálisis”, en Obras Completas, t. 2, (trad.
Luis López Ballesteros), Madrid, Biblioteca Nueva, pp. 1851-1867.
27
Introducción
los modos de pensar las explicaciones sobre la enfermedad mental, la psique, la vida
interior del individuo, el comportamiento, las relaciones y la personalidad humana, la
sexualidad, las identidades de género, y en general la subjetividad moderna. En todas
estas dimensiones el psicoanálisis ha ofrecido conceptos con capacidad performativa
para interpretar e intervenir en la realidad social, en un proceso activo en el que las
ideas no son absorbidas pasivamente, sino que han vivido diversas adaptaciones y
formas de apropiación. En este sentido, el psicoanálisis convivió con varios modelos
sociales y tradiciones intelectuales, abriendo un amplio campo de líneas de recepción.
En palabras de Zaresky:
“Para ubicar el psicoanálisis históricamente no basta con conocer la
biografía de Freud, o la historia de la psiquiatría, o de Viena, aunque éstas
sean, ciertamente, necesarias. Cualquier historia tendrá que explicar, ante
todo, la intensidad de su atractivo, y la amplitud de su influencia. Pero esa
misma influencia ha dificultado la labor de alcanzar una perspectiva
histórica, perspectiva que requiere distancia”47.
Según Mariano Ben Plotkin el psicoanálisis, aun conviviendo con otras teorías
psicológicas desde finales del siglo XIX, adquirió un alcance social y cultural mayor,
convirtiéndose en un sistema trasnacional de ideas y creencias48. Esto es al mismo
tiempo su especificidad general y lo que pone en relación las diferentes apropiaciones y
versiones locales, como casos de estudio, insertos en una historia de amplias
dimensiones.
La historia del psicoanálisis no puede separarse de la historia de sus múltiples
recepciones y apropiaciones. En consecuencia, para el desarrollo de esta investigación
no partiremos, como ya hemos indicado, de la ortodoxia como criterio y norma histórica
apriorística, según la cual distinguir desviaciones y heterodoxias desde una perspectiva
en la que los agentes locales de recepción son concebidos, tal y como denuncia Mariano
Ruperthuz, como meros “repetidores” o “imitadores” de una supuesta exportación
teórica esencial 49 . De hecho, según defiende este mismo autor, la historia del
psicoanálisis en las diversas latitudes muestra precisamente cómo las ideas freudianas
tuvieron una vida independiente de lo que ocurría en los reductos supuestamente
47
ZARETSKY, Ely, Secretos del alma. Historia social y cultural del psicoanálisis. Madrid, Siglo XXI,
2012, pp. 17-18.
48
DAMOUSI; PLOTKIN, 2009, pp. 2-4. Según Plotkin, un sistema de pensamiento y de ideas
trasnacional ha de cumplir al menos tres requisitos principales: circular a través de fronteras nacionales y
culturales; que sus unidades analíticas trasciendan los limites culturales; y que el centro de producción y
de difusión (y el idioma en que se difunde) cambie con el tiempo, por lo que su desarrollo no esté
vinculado a ningún espacio nacional en particular.
49
RUPERTHUZ, 2015a, pp. 53-54
28
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
“oficiales” del psicoanálisis50.
No estamos interesados en una definición restrictiva del psicoanálisis, sino en un
criterio amplio, que permita entenderlo como un conjunto de ideas divisibles entre sí,
capaces de viajar y transitar por diversos campos de saber, definidas por su capacidad
polisémica para ser reformuladas y apropiadas según un contexto y unos agentes locales
de recepción. Este punto de vista permite incorporar una gran riqueza de fuentes y
documentos de análisis, descentrando el lugar de enunciación del psicoanálisis
ortodoxo, hacía el campo de problemas en el que el psicoanálisis fue recibido, y sobre el
que al mismo tiempo actuó como herramienta interpretativa sujeta a las condiciones
locales de enunciación. Desde nuestro punto de vista, esta forma de abordar la historia
es más fiel a la realidad y refleja mejor la complejidad del proceso, en el que se dan
encuentro múltiples niveles de recepción y producción, diversas intensidades
relacionadas con diferentes momentos históricos, y con factores sociales, culturales,
políticos, económicos e intelectuales.
En España, las categorías psicoanalíticas fueron rechazadas, criticadas,
debatidas, aceptadas, apropiadas, etc. No es posible distinguir una unidad a la hora de
hablar de este proceso, que comenzó en los círculos médicos a finales del siglo XIX y se
expandió a lo largo del siglo XX a través de múltiples canales de circulación.
Coincidimos con Plotkin en su descripción del psicoanálisis como un “artefacto cultural
definido en términos más generales –es decir, como un objeto polisémico– y no sólo
como una teoría psicológica formalizada o una técnica terapéutica”51 . Es decir, no
estamos hablando exclusivamente de una práctica concreta sujeta a una ortodoxia, sino
de un número difuso de prácticas y discursos que se legitiman y reconocen en una
genealogía –real o imaginaria- con las ideas de Freud52.
Es lo que Sherry Turkle ha denominado “cultura psicoanalítica”53, y que se
define por tres condiciones principales: la naturaleza trasnacional, que le hace viajar
50
RUPERTHUZ, 2015a, p. 36.
51
PLOTKIN, Mariano Ben, (2009), “Psicoanálisis y habitus nacional: un enfoque comparativo de la
recepción del psicoanálisis en Argentina y Brasil (1910-1950)”, Memoria y sociedad, 13 (27), pp. 61-85,
p. 62. Una versión en inglés de este artículo está publicada en PLOTKIN, Mariano Ben, (2009b),
“Psychoanalysis, Trasnationalism and National Hábitus: A Comparative Approach to the Reception of
Psychoanalysis in Argentina and Brazil (1910s-1940s)” en DAMOUSI, Joy; PLOTKIN, Mariano Ben,
(eds.), The Transnational Unconscious. Essays in the History of Psychoanalysis and Transnationalism,
London, Palgrave Macmillan.
52
PLOTKIN, Mariano Ben (2001), Freud in the Pampas. The Emergence and Development of a
Psychoanalytic Culture in Argentina, Stanford, Stanford University Press. Existe una traducción al
castellano de este libro: (2003), Freud en las Pampas, Buenos Aires, Sudamericana.
53
TURKLE, Sherry, (1992), Psychoanalytic Politics: Jacques Lacan and Freud´s French Revolution,
New York, Guilford Press; PLOTKIN, 2003.
29
Introducción
30
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
complejo último en el que se originaba toda la conducta delictiva y que denominó
Complejo de Caín, a partir del que propuso reinterpretar todas las figuras de delito del
código penal y civil. Camargo se consideraba de los primeros autores en introducir el
inconsciente en el campo de la justicia, artífice por ello de su propia versión del
psicoanálisis adaptado al derecho y la criminología.
31
Introducción
Trazar la historia desde esta perspectiva nos permite recorrer las diversas
apropiaciones y reformulaciones en las que queda ampliamente cuestionado el supuesto
carácter liberador y emancipador per se del psicoanálisis, o la idea de que el
psicoanálisis sólo podría imponerse bajo condiciones de libertad. Sobre el primer punto,
son interesantes los trabajos de Michel Foucault60 y Robert Castel61, en los que se
abordan las relaciones entre el dispositivo psicoanalítico y su régimen interno de poder.
Respecto a la segunda idea, los estudios históricos del psicoanálisis bajo regímenes
autoritarios muestran hasta qué punto es necesario replantearse buena parte de esta
mitología psicoanalítica, que se transmite de autor en autor, de forma acrítica y sin
cuestionamiento ninguno. Pueden consultarse en este sentido el trabajo de Silvana Veto
para Chile en Psicoanálisis en Estado de Sitio 62 , la recopilación de estudios
comprendidos en Psychoanalysis and Politics. Histories of Psychoanalysis under
Conditions of Restricted Political Freedom63, o los capítulos dedicados al franquismo
dentro de esta misma tesis, a partir de los que se puede concluir que, si el régimen
encontró algo útil en la práctica del psicoanálisis, permitió las circunstancias necesarias
para la difusión de la teoría o la incorporó sin excesivos condicionamientos.
No hay nada en el psicoanálisis que lo defina necesariamente como una teoría o
una praxis antiautoritaria, o que lo relacione con la izquierda emancipadora o la
liberación sexual. Más bien la historia nos muestra hasta qué punto el psicoanálisis
también soporta ciertas apropiaciones en los límites éticos de lo que Freud habría
considerado. Al psicoanalista, convencido de que bajo la teoría y la praxis que él mismo
defiende, no cabrían ciertas formulaciones prácticas, le cuesta en ocasiones asimilar este
punto de la historia de su propia disciplina. No obstante pensamos que conocerla
redundaría precisamente en beneficio de su praxis y en la posibilidad de repensar su
60
Foucault trata la cuestión del psicoanálisis varias veces a lo largo de su obra. Véase por ejemplo
FOUCAULT, Michel, (1980), Historia de la sexualidad. La voluntad de saber, Madrid, Siglo XXI;
FOUCAULT, Michel, (1987a), Historia de la sexualidad. El uso de los placeres, Madrid, Siglo XXI;
FOUCAULT, Michel, (1987b), Historia de la sexualidad. La inquietud de sí, Madrid, Siglo XXI;
FOUCAULT, Michel, (2005), La hermenéutica del sujeto. Curso del Collège de Francia (1982) Madrid,
Akal; BIRMAN, Joël, (2008), Foucault y el psicoanálisis, Buenos Aires, Nueva Visión.
61
CASTEL, Robert, (2014 [1981]), El psicoanalismo. El orden psicoanalítico y el poder, Buenos Aires,
Nueva Visión.
62
VETÖ HONORATO, Silvana, (2013), Psicoanálisis en estado de sitio, Santiago de Chile, FACSO-El
Buen Aire.
63
DAMOUSI, Joy; PLOTKIN, Mariano Ben, (2012), Psychoanalysis and Politics. Histories of
Psychoanalysis under Conditions of Restricted Political Freedom, New York, Oxford University Press.
32
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
ética clínica.
La historia celebratoria, de héroes y personajes luchadores contra la norma de
sus tiempos, ha influido enormemente en la difusión de un imaginario mitificado sobre
la figura del psicoanalista y su supuesta praxis revolucionara. Todo sucede en una
operación que se fundamenta en una genealogía vacía que situaría a Freud y el
descubrimiento del inconsciente en el punto de partida de este relato, repetido a través
de las épocas y de los psicoanalistas, donde se construye una ficción sobre lo que el
psicoanálisis es y sobre lo que el psicoanalista debería ser. No obstante, lo que este
mito de origen oculta es precisamente esa historia que molesta y que cuestiona el lugar
imaginario del psicoanalista. Despojados de este linaje, queda preguntarse por los usos
y los viajes que hizo el psicoanálisis, en los que se cuestiona el lugar del psicoanalista
desde el plano cultural y político de una época concreta, descubriéndonos que, en todo
caso, es el sujeto el que ejerce una praxis más o menos ética, más o menos
revolucionaria, sin que el psicoanálisis le asegure mágicamente nada.
33
Introducción
65
ROSE, Nikolas, (1999a), Powers of Freedom. Reframing Political Thought, Cambridge, Cambridge
University Press; HUERTAS, 2008.
66
Esto es lo que Foucault articula en el paso del poder disciplinario al poder de regularización o biopoder
en FOUCAULT, Michel, (2010), Hay que defender la sociedad. Curso del Collège de France (1975-
1976), Madrid, Akal. También en FOUCAULT, Michel (2008), Seguridad, territorio y población. Curso
del Collège de France, (1977-1978), Madrid, Akal; y FOUCAULT, Michel, (2009), Nacimiento de la
biopolítica. Curso del Collège de France (1978-1979), Madrid, Akal. Véase también FECTEAU, Jean-
34
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
En este contexto, el psicoanálisis facilitó una operación fundamental. Freud
había desdibujado los límites entre lo normal y lo anormal, entre lo normal y lo
patológico, y había proyectado nuevas categorías para nombrar la normalidad y el
germen del peligro dentro de ella. Así entendido, el psicoanálisis no sólo ofrecía
herramientas para operar sobre el desviado, sino que extendía su campo de acción al
conjunto social, a la vida cotidiana. Bajo la fórmula de la pulsión, todos los individuos
son potencialmente peligrosos y al mismo tiempo portadores del mecanismo de
regulación (la represión, la sublimación), lo que supone la interiorización misma de la
tensión entre peligrosidad y seguridad ciudadana, situando en el centro de este campo
de fuerzas al yo y, siguiendo con el argumento, al Estado.
En el proceso de expansión de un lenguaje en clave psicológica,
intrínsecamente ligado a la evolución del estado liberal y al desarrollo de una cultura
moderna67, es donde se enmarca el atractivo del psicoanálisis y adquiere pleno sentido
la hipótesis de partida de este trabajo, esta es, que es en el campo de acción de la
defensa social donde se formulan las principales apropiaciones del psicoanálisis en
España.
Para contrastar esta hipótesis, se considerará la noción de campo, tal y como la
concibe Bourdieu: un espacio dialéctico integrado por los principales agentes que
intervienen en él, en un proceso activo modelado por el habitus que rige su acción, pero
que al mismo tiempo es moldeado en las mismas estructuras del campo68. El habitus no
es un conjunto de propiedades de los agentes, o una serie de características con valor en
sí, sino que es “una matriz de disposiciones que actúan como esquemas organizadores
de la acción y del pensamiento en los agentes sociales considerados. Esas disposiciones
son el resultado de la trayectoria seguida por el agente en el interior de los mundos
sociales que va atravesando, desde el medio familiar y escolar hasta el ámbito de su
actividad profesional o política”69. A través de este concepto, Bourdieu explica las
concordancias entre lo subjetivo y las estructuras objetivas, es decir, el proceso por el
Marie; HARVEY, Janice (2005), La régulation sociale entre l´acteur et l´institution. Pour une
problématique historique de l´interaction, Queébec, Presses de l´Université du Québec.
67
Sobre esta idea, es interesante el trabajo de Eva Illouz en el que formula el surgimiento del homo
sentimentalis y el habitus emocional en el seno de la sociedad capitalista. Ver ILLOUZ, Eva, (2007),
Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo. Buenos Aires, Katz.
68
VAZQUEZ, Francisco, (2009), La filosofía española: herederos y pretendientes. Una lectura
sociológica (1963-1990). Madrid, ABADA Editores, p. 28.
69
VAZQUEZ, 2009, p. 27
35
Introducción
cual lo social se interioriza en los individuos70. Así mismo, el habitus se relaciona con
la noción de capital, que sería un producto del campo, que define posiciones y grados
de fuerza social entre los agentes. En consecuencia podemos considerar que en las
tensiones y las pugnas que estructuraron el campo de acción de la defensa social, en las
que se consolidó la construcción del yo moderno y su concordancia con el Estado y la
estructura social, el psicoanálisis funcionó como capital simbólico, definiendo
relaciones y fuerzas de poder entre los agentes del campo.
70
HUERTAS, 2008, p. 23. Bourdieu define el habitus en varias ocasiones a lo largo de su obra. Una de
las definiciones más extendidas es la que lo define como: “Los acondicionamientos asociados a una clase
particular de condiciones de existencia (…), sistemas de disposiciones duraderas y transferibles,
estructuras estructuradas predispuestas para funcionar como estructuras estructurantes, es decir, como
principios generadores y organizadores de prácticas y representaciones que pueden estar objetivamente
adaptadas a su fin sin suponer la búsqueda consciente de fines y el dominio de las operaciones necesarias
para alcanzarlos, objetivamente “reguladas” y “regulares” sin ser el producto de la obediencia a reglas, y,
a la vez que todo esto, colectivamente orquestadas sin ser producto de la acción organizadora de un
director de orquesta” (BOURDIEU, Pierre, (1991), El sentido práctico, Madrid, Taurus, p. 92) Sobre este
concepto véase MARTÍNEZ GARCIA, José Saturnino, (2017), “El HABITUS. Una revisión analítica”,
Revista Internacional de Sociología, 75 (3), doi:http://dx.doi.org/10.3989/ris.2017.75.3.15.115.
71
Véanse entre otros, HUERTAS, Rafael, (2002a), Organizar y persuadir. Estrategias profesionales y
retóricas de legitimación de la medicina mental española (1875-1936), Madrid, Frenia; HUERTAS,
Rafael(1992), Del manicomio a la salud mental. Para una historia de la psiquiatría pública, Madrid,
Fondo de Investigaciones Sanitarias de la Seguridad Social; HUERTAS, Rafael, (2004), El siglo de la
clínica. Para una teoría de práctica psiquiátrica, Madrid, Frenia; ÁLVAREZ PELÁEZ, Raquel;
HUERTAS GARCÍA-ALEJO, Rafael, (1987), ¿Criminales o locos? Dos peritajes psiquiátricos del Dr.
Gonzalo R. Lafora, Madrid, CSIC; CAMPOS, Ricardo (1997b), Alcoholismo, Medicina y Sociedad en
España (1876-1923), Madrid, CSIC; CAMPOS, Ricardo, (1997a), “Higiene mental y peligrosidad social
en España (1920-1936)” Asclepio, 49(1), pp. 39-59; CAMPOS, Ricardo; HUERTAS, Ricardo (1998),
“Estado y asistencia psiquiátrica en España durante el primer tercio del siglo XX”, Revista de la
Asociación Española de Neurospsiquiatría, 18, pp. 99-108; CAMPOS, Ricardo; MARTÍNEZ, J.;
HUERTAS, Rafael, (2000), Los ilegales de la naturaleza. Medicina y degeneracionismo en la España de
la Restauración (1876-1923), Madrid, CSIC; CAMPOS, Ricardo; HUERTAS, Rafael, (2008), “Los
lugares de la locura: Reflexiones historiográficas en torno a los manicomios y su papel en la génesis y
desarrollo de la psiquiatría”, Arbor, 76, pp. 471-480.
36
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
dentro de la historia política, social y cultural de España 72 . Desde ahí, realizan
importantes contribuciones a la historia cultural de las subjetividades, como el libro de
Campos, El caso Morillo: crimen, locura y subjetividad en la España de la
Restauración73, o las monografías de Huertas Historia cultural de la Psiquiatría74, y la
más reciente Otra historia para otra psiquiatría75. En estos trabajos, la historia es
utilizada como una herramienta epistemológica que nos permite indagar en las
estrategias de regulación social y en la subjetivación de la norma, y nos recuerda que las
enfermedades mentales son construcciones discursivas revisables y sujetas a cambios
sociales y culturales. En consecuencia con este enfoque surge, a nuestro juicio, una de
las principales potencias del trabajo histórico, a saber, su capacidad para pensar el
presente que, en el ámbito de la historia “psi”, se traduce en la posibilidad para repensar
la clínica.
37
Introducción
38
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
sexualidad, criminología e higiene mental, y sus continuidades y discontinuidades entre
la Segunda República y el primer franquismo.
d. Estructura:
Esta tesis está dividida en cinco capítulos. Los tres primeros se corresponden con el
39
Introducción
período anterior a la guerra civil, y los capítulos cuatro y cinco con el primer
franquismo.
En el primer capítulo analizamos el contexto de recepción del psicoanálisis y
discutimos el interés que guió las primeras lecturas y comentarios sobre la obra de
Freud. Se ha abordado, así mismo, el inicio de la práctica y la enseñanza del
psicoanálisis en España en relación al movimiento de higiene mental, el aumento de
obras psicoanalíticas de autoría española y las noticias sobre la expansión del
psicoanálisis en Europa. Dentro de este contexto, y debido al acceso a documentos
inéditos, hemos considerado relevante, dedicar un apartado a la figura de Ramón Sarro
y, en relación a éste, al lugar que ocupó el bilbaíno Ángel Garma76.
El segundo capítulo se centra en las críticas y reformulaciones que vivió la teoría
sexual freudiana en las primeras décadas del siglo XX. Se analiza, en relación a este
proceso, la construcción de una nueva moral sexual sobre bases científicas –con
acciones derivadas del campo pedagógico, jurídico, médico, etc.- y la proliferación de
discursos sobre sexualidad, relacionados con un contexto de cambio social y de
modernización de los núcleos urbanos del país. A partir del análisis de revistas no
especializadas y de difusión masiva, hemos podido estudiar en qué sentido conviven y
se relacionan las ideas de Freud con determinadas ideas revolucionarias, la emergencia
de nuevas identidades de género o el inicio de un cultura erótica en España,
comúnmente denominada sicalipsis.
El capítulo tercero se articula en torno a la construcción de una nueva
comprensión del delito y del delincuente, directamente relacionada con los discursos
sobre higiene mental y peligrosidad social de los años 20 y 30 que enfrentaron a
médicos y juristas a la hora de deliberar sobre la responsabilidad del loco que cometía
un delito. El mecanismo pulsional y la sublimación freudiana fueron en este contexto
herramientas de gran utilidad, que permitían desdibujar los límites entre locura y
delincuencia y justificar la intervención de médicos y psiquiatras en cuestiones de
seguridad. Hemos analizado las propuestas concretas de magistrados y psiquiatras en
relación a las medidas de prevención, rehabilitación y sanción de la peligrosidad y la
delincuencia, donde destacó la figura del magistrado César Camargo y Marín, autor
76
No pretendemos exaltar las biografías, las hazañas o las genialidades de ninguno de estos autores. Más
bien hemos querido trazar cierta trayectoria vital y el papel que ocuparon ambos personajes en su
contexto, por lo que, como consecuencia, se matizan las grandes construcciones biográficas. Una mirada
crítica sobre el enfoque biográfico en historia puede verse en HUERTAS, Rafael (2017d) “El retorno de
lo biográfico en la historia de la psiquiatría”, en MATUSEVICH, Daniel (ed.), ¿Quién hace la historia?
Biografías de psiquiatras Argentinos, Buenos Aires, LetraViva, pp. 9-24.
40
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
poco estudiado por la historiografía española. Así mismo se han abordado las
características de la técnica forense psicoanalítica y el uso del psicoanálisis en los
Tribunales de Justicia.
El capítulo cuarto se centra en la depuración política y doctrinal que vivió el
psicoanálisis a lo largo del primer franquismo. Los argumentos anti-freudianos tuvieron
una dirección principalmente política, relacionada con el escenario de enfrentamientos
entre los partidarios del franquismo y los principales actores de las reformas
republicanas. Se han estudiado las reformulaciones que, una vez depuradas las
responsabilidades políticas, se sucedieron en el plano doctrinal, principalmente en dos
ámbitos profesionales: la psicoterapia y la religión. Así mismo, nos ha parecido
importante dedicar un apartado a la consolidación de la primera sociedad psicoanalítica
miembro de la IPA, y su relación con el paso de la higiene a la salud mental y la
reformulación religiosa de la psicoterapia.
En el capitulo quinto se analizan las principales continuidades y
discontinuidades entre la moral sexual y la criminología de las décadas de 1920 y 1930,
y el primer franquismo. Hemos planteado además la relación entre la entrada en el
capitalismo de masas, la difusión de un lenguaje psicológico en clave de consumo y el
psicoanálisis.
e. Recursos materiales:
A partir del campo metodológico que hemos definido, y que tiene origen en los estudios
sobre historia de la ciencia e historia cultural del psicoanálisis, esta investigación se ha
ido configurando en medio de diversos dominios trasversales (sexualidad, eugenesia,
criminología, medicina, psiquiatría, psicología), cada uno de ellos de gran amplitud
bibliográfica y académica. En este sentido, junto al trabajo de archivo que se detalla al
final de este apartado, ha sido fundamental el contacto con diversos especialistas en
estas áreas, que ha sido posible gracias a las tres estancias realizadas en Paris (2015),
Buenos Aires (2016) y Barcelona (2017), y al contrato de investigación (FPI 2013-
MINECO) que he disfrutado en el Instituto de Historia del CSIC, donde he podido
aprender y discutir sobre todas estas cuestiones, principalmente con Ricardo Campos y
Rafael Huertas.
Así mismo quiero destacar los intercambios que he podido realizar en los
congresos de la Red Iberoamericana de Historia de la Psiquiatría en México 2014 y
Chile 2016, en los que he participado –al igual que en numerosas actividades de carácter
41
Introducción
Todas estas actividades se han ido intercalando y acompañando con una lectura
42
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
continua de bibliografía relativa al marco metodológico y teórico que ha sido descrito,
así como bibliografía secundaria sobre historia de los saberes “psi” y las diversas áreas
que la cruzan, el trabajo de archivo (Biblioteca Nacional de España, Biblioteca de la
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, Biblioteca Tomás Navarro
Tomás, Biblioteca de Catalunya, Bibliothèque nationale de France, Bibliothèque
Sigmund Freud, Biblioteca Pública de la Universidad Nacional de la Plata, Biblioteca
Peco en el Instituto de Derecho Penal de la Universidad Nacional de la Plata, Biblioteca
del Tribunal Oral de La Plata) y el vaciado de revistas especializadas, prensa nacional y
revistas de difusión popular e ilustrada. Así mismo quiero destacar el acceso al archivo
personal de Ramón Sarró, custodiado por la Biblioteca de Catalunya, en el que he
podido relevar importante material inédito. A este respecto, quiero señalar que, debido
al propio volumen del archivo y los objetivos mismos de esta tesis, no se han incluido
gran parte de los resultados de esta consulta, que sin lugar a dudas serán objeto de
futuras investigaciones.
43
Introducción
44
CAPITULO 1
1.1 El regeneracionismo científico de finales del XIX y principios del siglo XX:
un contexto para recibir el psicoanálisis.
España, 1898. La pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, últimas colonias del
Imperio español en América y Asía sume al país en una profunda crisis que fragua
definitivamente el contexto de cambio de siglo1. La caída del mito imperial deja ver la
pobreza y las ruinas de la realidad española: un país dolido que, sin embargo, no quiere
saberse derrotado y busca con empeño su glorioso resurgir como nación.
El despertar y la regeneración del país se fundamentó en la invocación de ese
pasado imperial intentando, en muchos casos, traer al presente las antiguas instituciones
inquisitoriales que aseguraron en su día la potencia de la nación española2. En palabras
del historiador José Álvarez Junco: “Un Estado- o una maquinaria política que aspire a
convertirse en Estado- no puede sobrevivir en hibernación ni justificarse a partir de
glorias pretéritas. Los proyectos nacionales, por mucho que pretendan rendir culto a la
historia y ampararse en ella, sólo tienen viabilidad si sirven a metas políticas actuales,
es decir, de futuro”3. Pero en España, la idealización del pasado fue un elemento
fuertemente enraizado y de difícil dinamización política y social.
1898 supuso entonces el estallido de una crisis generalizada, sin consecuencias
catastróficas a nivel político o económico, pero si en relación a la nación. Fue una crisis
de conciencia, donde lo que estaba en juego era la construcción de la identidad
nacional4. Políticos, periodistas e intelectuales reaccionaron de diversas maneras ante
esta situación, en un intento por determinar y reconstruir simbólica y materialmente los
1
Conocido como el “desastre” del 98, representa el inicio de la crisis de la Restauración española. Para
un análisis de este período en relación a la construcción de la idea de nación en España. Véase
ÁLVAREZ JUNCO, José, (2001), Mater dolorosa. La idea de España en el siglo XIX., Madrid, Taurus;
BAHAMONDE MAGRO, Ángel; MARTÍNEZ MARTÍN, Jesús Antonio, (1994), Historia de España,
siglo XIX, Madrid, Cátedra; BALFOUR, Sebastian, (1997), El fin del Imperio Español (1898-1923),
Barcelona, Crítica.
2
Varios de los promotores de estas ideas, en las que se reflejaron las disputas sobre búsqueda de “la
esencia hispana”, se reunieron en la revista Acción Española. Fundada en 1931, recogía los principios
ideológicos de una corriente de intelectuales de marcado signo monárquico y católico que defendieron la
reconstrucción de la vieja España, a través de las organizaciones monárquicas alfonsinas. Entre sus
integrantes se encontraban autores como Ramiro de Maeztu, miembro de la conocida Generación del 98,
el marqués de Quintanar, Víctor Pradera y José Mª Pemán. Sobre Acción Española véase MORODO,
Raúl (1985), Los orígenes ideológicos del franquismo: Acción Española, Madrid, Alianza Editorial;
también GONZÁLEZ CUEVAS, Pedro (1998), Acción Española. Teología política y nacionalismo
autoritario en España (1913-1936), Madrid, Tecnos. Sobre el concepto de hispanidad véase RUBERT
DE VENTÓS, Xavier (1986), El laberinto de la Hispanidad, Barcelona, Anagrama.
3
ÁLVAREZ JUNCO, 2001, p. 585.
4
ÁLVAREZ JUNCO, 2001, p. 586.
47
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
5
COSTA, Joaquín (1901), Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España:
Urgencia y modo de cambiarla. Madrid: Establecimiento Tipográfico de Fortanet. Véase LÓPEZ
FORJAS, Manuel, (2016), “La revolución española según Joaquín Costa: un concepto entre la historia, la
política y el derecho”, SÉMATA, Ciencias Sociais e Humanidades, 28, pp. 109-134.
6
Sobre la Institución Libre de Enseñanza y el krausismo en España véase GÓMEZ MOLLEDA, M.
Dolores (1981), Los reformadores de la España contemporánea, Madrid, CSIC; JIMÉNEZ-LANDI, A.
(1996), La Institución Libre de Enseñanza y su ambiente, Barcelona, Edicions Universitat de Barcelona;
MOLERO PINTADO, A (1985), La institución Libre de Enseñanza: un proyecto español de renovación
pedagógica, Madrid, Anaya; DIAZ, E. (1989), La filosofía social del Krausismo español, Madrid;
VÁZQUEZ ROMERO, José Manuel (coord.)(2009), Francisco Giner de los Ríos. Actualidad de un
pensador krausista, Madrid, Marcial Pons Historia; LÓPEZ-OCÓN, Leoncio, (1997), “El fomento de la
educación y de la ciencia en la sociedad española del sexenio democrático”, Boletín de la Institución
Libre de Enseñanza, 28-29, pp. 127-148.
7
Véase TUSELL, Javier; MONTERO, Feliciano; MARÍN ARCE, José María (1997), Las derechas en la
España contemporánea, Madrid-Barcelona, Anthropos-Universidad Nacional de Educación a Distancia.
8
Véase LÓPEZ-OCÓN CABRERA, Leoncio, (2007), “La voluntad pedagógica de Cajal, presidente de la
JAE”, Asclepio, 59 (2), pp. 11-36; BARATAS DÍAZ, Alfredo, (2007), “Neurociencias en la Junta para
Ampliación de Estudios”, Asclepio, 59 (2), pp. 115-136.
9
Véase VIDAL PARELLADA, Assumpsió, (2007), Luis Simarro y su tiempo, Madrid, Consejo Superior
de Investigaciones Científicas.
10
Véase REY, Antonio, “Clásicos de la psiquiatría española del siglo XIX: José María Esquerdo y
Zaragoza, 1842-1912, Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, vol. 3, n. 7, 1983. pp. 103-
48
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
estas figuras, y encabezada por nombres como Nicolás Achucarro, José Manuel
Sacristán, José Sanchís Banús, Miguel Prados Such, Gonzalo Rodríguez Lafora,
Enrique Fernández Sanz, César Juarros, Emilio Mira, etc.
Además, junto a la influencia de los laboratorios de Cajal y Simarro en la
introducción de la neurobiología y la psicología experimental respectivamente, en 1907
se creó la Junta de Ampliación de Estudios (JAE), institución de la que Cajal fue
presidente desde su fundación hasta su muerte en 193412. La JAE desempeñó un papel
crucial en la formación de científicos e intelectuales españoles al ofrecerles la
posibilidad de viajar al extranjero y conocer diversas novedades en materia científica.
Estos autores fueron los que encabezaron la ciencia española durante las primeras
décadas del siglo XX, llevándola a su época de mayor esplendor13. Muchos de ellos se
reunieron alrededor de la revista Archivos de Neurobiología, fundada por José Ortega y
Gasset, Gonzalo Rodríguez Lafora y José Miguel Sacristán en el año 1920. Según
indicaban en la editorial del primer número, esta generación de científicos, conocida
como la “Generación de los Archivos de Neurobiología”14, buscaron “consolidar y
organizar este movimiento científico, para recoger la obra de los maestros y de las
nuevas generaciones de investigadores y para dar a conocer en los países progresivos la
labor de los estudiosos españoles” 15 . Fueron estos científicos e intelectuales los
primeros en leer a Freud en España y ofrecer noticias de ello.
El interés por la regeneración del pensamiento español y el empuje aperturista de
la JAE estuvo sin lugar a dudas en el origen de las primeras lecturas e informes de la
115; HUERTAS, Rafael (2002a), Organizar y persuadir. Estrategias profesionales y retóricas de
legitimación de la medicina mental española. Madrid, Frenia, pp. 67 y ss.
11
Véase VILLASANTE, Olga. (2000), La introducción del concepto de «Parálisis General Progresiva»
en la psiquiatría decimonónica española, Asclepio, 52 (1), pp. 53-72.
12
Véase SÁNCHEZ RON, José María (coord.), (1988), 1907-1987. La Junta para Ampliación de
Estudios e Investigaciones Científicas 80 años después. 2 vols. Madrid. CSIC.
13
Véase CAMPOS, Ricardo, VILLASANTE, Olga, HUERTAS, Rafael (Coords.), (2007), De la «Edad
de Plata» al exilio. Construcción y «Reconstrucción» de la psiquiatría española, Madrid, Frenia;
OTERO CARVAJAL, Luis Enrique; LÓPEZ SÁNCHEZ, José María (2012), La lucha por la
modernidad. Las Ciencias Naturales y la Junta para Ampliación de Estudios. Madrid, Residencia de
Estudiantes - CSIC; LÓPEZ SÁNCHEZ, José Manuel (2006), Heterodoxos españoles. El Centro de
Estudios Históricos, 1910-1936, Madrid, Marcial Pons-CSIC; LÓPEZ SÁNCHEZ, José María, (2011),
“Sapientia et Doctrina. Ciencias naturales y poder académico en España durante la Edad de Plata”,
Revista Arbor, 187/752, pp. 1209-1220; LÓPEZ SÁNCHEZ, José María, (2012), “Una escuela, dos
laboratorios: Neurociencias en la Junta para Ampliación de Estudios”, Revista de la Asociación Española
de Neuropsiquiatría, 32/116, pp. 805-825.
14
Véase GRACIA GUILLÉN, Diego, (1971), “Medio siglo de psiquiatría española: 1885-1936”,
en Cuadernos de Historia de la Medicina Española, 10, pp. 305-339; y SÁNCHEZ LÁZARO, José,
(1995), “Archivos de Neurobiología : los setenta y cinco años de la psiquiatría española”, en Archivos de
Neurobiología, 58 (1), pp. 13-30.
15
Archivos de Neurobiología. 1920, tomo 1.
49
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
obra de Freud. En varias ocasiones el análisis inicial de la teoría freudiana pasaba por
un breve examen de “españolidad” que criticaba y adaptaba varias de sus ideas al
anhelado “pensamiento genuinamente español”; en otros casos, estas lecturas
impugnaban el pensamiento de Freud, lo que en cualquier caso servía para informar
sobre las novedades extranjeras, y estimular el debate científico16.
España, decía Ortega y Gasset, es como un “paradójico enfermo”, que no parece
querer salir de su estado de añoranza y anhelo de un pasado triunfal, impidiendo por
ello todo movimiento regenerador y aperturista17. Según el filósofo había que “centrar la
vida del intelecto español en los hábitos críticos” y “enriquecer la conciencia nacional
con el mayor número posible de motivos culturales” para impulsar la revitalización del
pensamiento español mediante un diálogo abierto con el contexto europeo. Una actitud
que le llevó a interesarse por las ideas de Freud, “una serie de doctrinas a mi modo de
ver, más que falsas, no verdaderas, pero científicamente sugestivas”18. Entre 1910 y
1911 publicó algunos textos19, centrándose principalmente en las hipótesis freudianas
sobre histeria e inconsciente, el papel de la cultura y la sociedad en el dinamismo
psíquico, y el estamento científico del psicoanálisis. Ortega será además el impulsor de
16
Se produce en este sentido un cruce entre las ideas y valores representados por los cánones sociales y
culturales de la época, con un discurso “extranjero” que viene desde afuera como “novedad” y que
produce numerosas opiniones y lecturas que lo adaptan, reformulan y critican, se apropian de él, etc.
configurando espacios y canales de recepción y circulación del psicoanálisis. Es en este encuentro de
ideas, tradiciones científicas, ideológicas y culturales en el que se suceden e inscriben las referencias a
Freud. Y es en ese mismo encuentro en el que no sólo se recibe el psicoanálisis sino que se reformula,
actualizando y produciendo nuevos problemas dentro de este contexto de recepción. A este respecto es
interesante el trabajo del historiador argentino Hugo Vezzetti, que plantea estos problemas, en su caso
dentro del contexto de recepción de Freud y el psicoanálisis en Argentina (VEZZETTI, Hugo (1996a),
Freud en Buenos Aires, (1910-1939), Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes; VEZZETTI,
Hugo, (1996b), Aventuras de Freud en el país de los argentinos, Buenos Aires-Barcelona-México,
Paidós)
17
ORTEGA Y GASSET, José, (2004a [1911]), “Psicoanálisis, ciencia problemática”, en Obras
Completas, t.1, Madrid, Taurus, pp. 482-501, p. 484.
18
ORTEGA Y GASSET, (2004a [1911]). p. 484.
19
En 1910 Ortega escribe un ensayo que no publica hasta 1915 titulado “Una primera vista sobre Baroja”
en el que por primera vez aborda el psicoanálisis y propone una comprensión de los rasgos del histerismo
español con la ayuda de la nueva teoría freudiana (ORTEGA Y GASSET, José (1993 [1915]), “Una
primera vista sobre Baroja”, Obras Completas, Madrid, Alianza-Revista de Occidente, t. II, pp. 103-125);
en 1911 publica “Nueva Medicina espiritual” en Argentina, en el diario La prensa de Buenos Aires,
dedicado a las teorías del sueño (ORTEGA Y GASSET, José, (2004c [1911]), “Nueva medicina
espiritual”, en Obras Completas, t. 1, Madrid, Taurus, pp. 473-481). Este trabajo suscitó cierto interés en
el público argentino, de hecho recibirá la carta de unas alumnas pidiendo más información sobre
psicoanálisis (ORTEGA Y GASSET, José, (2004b [1911]) “La interpretación de los sueños. Una
consulta », en Obras Completas, t.1, Madrid, Taurus, pp. 519-520); en España en este mismo año publica
“Psicoanálisis, ciencia problemática” en el diario La Lectura de Madrid, dedicado a realizar una
exposición más sistemática de la teoría de Freud, centrándose principalmente en el contenido de
“Psicopatología de la vida cotidiana” (ORTEGA Y GASSET, José, (2004a [1911]). Su objetivo es el de
presentar la teoría a un publico no médico y estimular el debate científico, punto en el que Ortega
reconoce el psicoanálisis como un motivo cultural sobre el que resulta interesante incentivar una reflexión
intelectual. Véase DRUET, 2011a.
50
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
la traducción de las Obras Completas de Freud, cuya primera edición estuvo lista en
1922.
Informar de lo que ocurría en el extranjero y generar un debate español, fue una
actitud que acompañó las primeras menciones a Freud y al psicoanálisis en la prensa
médica. Estas citas recortaron y comentaron determinados aspectos de la teoría en
función de las preocupaciones médico-psiquiátricas de la época. Eran referencias
breves, incluidas en temáticas más amplias, que fueron progresivamente tejiendo una
red informativa que sirvió de contexto para las primeras elaboraciones amplias,
dedicadas íntegramente a comentar la teoría freudiana, principalmente a partir de la
década de 1910.
Los autores españoles adaptaron y reformularon la teoría según sus intereses y
según las condiciones locales de enunciación, a su vez en un contexto de importantes
cambios político-sociales a lo largo de las primeras décadas del siglo XX. En relación a
este proceso de recepción podemos señalar dos aspectos fundamentales que sirvieron
como foco de atención e hilo conductor del interés por el psicoanálisis: la histeria y la
sexualidad. Es importante pensar estas primeras menciones a Freud desde esta óptica,
ya que nos permite dirigir la mirada hacia un contexto mas amplio y complejo, en el que
el psicoanálisis convivía con otras teorías y autores que igualmente tuvieron un peso
central en la circulación de ideas y problemas científicos.
A principios de siglo, los psiquiatras españoles estaban interesados por las
novedades sobre la etiología y el tratamiento de la histeria, cuadro clínico que adquirió
especial protagonismo en estos años. Freud era un autor que proponía novedades al
respecto, en medio de un debate representado por las disputas entre la Escuela de la
Selpêtrière y la Escuela de Nancy20. No obstante, las hipótesis de Freud contenían una
novedosa concepción, polémica en su controvertida teoría sexual, que para muchos
invalidaba la propuesta freudiana, criticada de teoría pansexualista u omnisexual.21
20
Véase CARROY, J. (1991): L’invention d’un sujet expérimental: hypnose, suggestion et
expérimentation. En Hypnose, suggestion et psychologie. L´invention des sujets, PUF, París; DIÉGUEZ
GÓMEZ, Antonio, (2003), “Hipnotismo y medicina mental en la España del siglo XIX” en Luis Montiel;
Ángel González de Pablo (coords.), En ningún lugar en parte alguna: estudios sobre la historia del
magnetismo animal y del hipnotismo, Madrid, Frenia, pp. 197-224; MONTIEL, Luis,; HUERTAS,
Rafael, (coords), (2010), Dossier: Enfermedad mental y cultura de la subjetividad (siglos XIX y XX).
Frenia, 10(1); CAMPOS, Ricardo (1999), “La teoría de la degeneración y la clínica psiquiátrica en la
España de la Restauración”, DYNAMIS, 19, pp. 429-456.
21
A partir de los años veinte, y sobre todo con la Reforma Sexual sobre bases científicas de la Segunda
República, estás ideas comenzaron a ser vistas como argumentos científicos que permitían legitimar
51
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
determinados discursos y prácticas desde la preocupación por la higiene y la educación sexual. Véase
LÉVY; HUERTAS, 2018.
22
Pueden consultarse FERNÁNDEZ SANZ, Enrique, (1914a), “El psicoanálisis”, en Histerismo: Teoría
y Clínica. Madrid, Beltrán, pp. 189-239; VALLE Y ALDABALDE, Rafael, (1913), “El psicoanálisis de
Freud”, Revista de Medicina y Cirugía Prácticas, 99 (1265-1266), pp. 169-179 y 209-216; o también la
publicación póstuma del manuscrito fechado entre 1913-1922 de GIMENO RIERA, Joaquín (2016), El
psicoanálisis, Madrid, Triacastela.
52
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
posibilitaron un debate en el que los autores españoles retomaron aquello que podía ser
de interés para la profesión del psiquiatra. Visto así se puede plantear la cuestión en los
siguientes términos: en este contexto, la distancia entre el psicoanalista de la IPA y el
psiquiatra español es profesional y no responde a un rechazo de o una defensa frente a
lo otro, sino a una preocupación por la profesión a nivel local. Los psiquiatras españoles
estaban inmersos en su propio proceso de organización de la asistencia y la profesión
psiquiátrica, ocupados en sus problemas locales que nada tenían que ver con la IPA (ni
con sus principios organizativos ni con aquello a lo que se pretendía dar respuesta
mediante su creación). Fue desde este contexto que elaboraron su opinión sobre el
movimiento psicoanalítico.
No será hasta entrados los años veinte que dos españoles expresarán su interés
por seguir una formación psicoanalítica reglamentada. Serán el psiquiatra catalán
Ramón Sarró y el bilbaíno Ángel Garma. El primero se formó en Viena, en el seno del
círculo freudiano, y el segundo junto a Theodor Reik en el Instituto Psicoanalítico de
Berlín. No obstante el desenlace de uno y otro fue muy diferente, profesional y
políticamente: Garma exiliado primero a Francia y luego a Argentina en 1938,
participará en la creación de la Asociación Psicoanalítica Argentina; y Ramón Sarró,
psiquiatra franquista que a su regreso de Viena en 1927, criticó la ortodoxia
psicoanalítica y se ocupó de reformular el psicoanálisis según una concepción
fenomenológica y existencialista más acorde con los ideales del régimen de Franco.
Estos tres elementos: histeria, sexualidad e institucionalización, condicionaron la
forma en la que se dio el proceso de recepción y circulación de las ideas psicoanalíticas
a principios del siglo XX. Fueron los puntos de anclaje de una mirada que legitimó el
psicoanálisis para abordar problemas locales, acercando sus reflexiones a la situación
concreta del país, al mismo tiempo que, en este proceso, las ideas psicoanalíticas
también produjeron y vehiculizaron nuevos problemas, nuevas preguntas médicas, en
una relación retroactiva y bajo el empuje de una generación que pretendió modernizar la
ciencia médica española.
La histeria fue una categoría diagnóstica que cobró especial protagonismo en las
sociedades europeas de finales del siglo XIX. Desconcertaba por la pluralidad de
53
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
síntomas a través de los que se manifestaba y los diferentes orígenes que se le habían
atribuido desde la Antigüedad. No obstante, en este período se sucedieron importantes
cambios que la resignificaron bajo nuevos postulados médicos y en el marco de un
contexto social específico23. La histeria, escribirá Jacques Corraze, “imita todas las
enfermedades, desconcierta al médico, puesto que, atento a seguir el curso de un
padecimiento determinado, cuyos síntomas ha reconocido, los ve evolucionar en forma
diferente, desaparecer brutalmente y ceder su lugar a otros no menos caprichosos”24.
Dentro del cuadro de las neurosis o enfermedades del nerviosismo, fue la que mayor
popularidad adquirió, en parte porque se manifestaba a través de síntomas físicos que no
se correspondían con lesiones anatómicas o neurológicas, por lo que “al poner en duda
el modelo somático, parecía forzar una explicación psicológica”25 . Además, “aunque
no era la única <<neurosis>> que apuntaba hacia la psicología, condensaba las
tensiones culturales de la era finisecular” 26 , destacando la manifestación de una
sexualidad que agitaba los roles de género de una sociedad patriarcal y conservadora,
fuertemente arraigada en la institución político-social del matrimonio y la familia27.
En este sentido, no podemos abordar la evolución de esta categoría sin pensar en
los elementos políticos, culturales y sociológicos concretos que la condicionaron y que
son indispensables para entenderla en toda su complejidad28. La responsabilidad que
tuvieron médicos y psiquiatras a la hora de redescubrir la histeria bajo una nueva
formulación médica fue fundamental. Es importante considerar el papel político que
ejerció el reputado neurólogo francés Jean Martin Charcot en el establecimiento de una
nueva mirada en la que primó la etiología psicológica frente a la orgánica (el origen de
23
HUERTAS, 2004, p. 164.
24
CORRAZE, Jacques, (2000), “La cuestión de la histéria”, en POSTEL, Jacques; QUETEL, Claude:
Nueva historia de la psiquiatría, México, Fondo de Cultura, pp. 271-280, p. 271
25
ZARETSKY, 2012, p. 41.
26
ZARETSKY, 2012, p. 43.
27
Sobre la histeria se desprenden importantes análisis en relación a la evolución de la clínica y el discurso
médico, pero también sobre la sociedad finisecular de finales del siglo XIX, del que resulta indispensable
el enfoque de género que analiza las representaciones de la mujer por la medicina y en la sociedad del
siglo XIX y principios del siglo XX. Sobre estas cuestiones pueden consultarse: EDELMAN, Nicole,
(2003), Les métamorphose de l´hysterique. Du debut du XIXe siècle á la Grande Guerre. Paris, La
Découverte; MICALE, Mark. S., (1990), “Charcot and the idea of Hysteria in the Male: Gender, mental
Science and Medical Diagnosis in Late Nineteenth-Century France”. Medical History, 34, 363-411; y del
mismo autor (1991), “Hysteria Male/Hysteria Female: Reflections on Comparative Gender Construction
in Nineteenth Century France and Britain”, en BENJAMIN, Marina. (ed.), Science and Sensibility:
Gender and Scientific Enquiry, 1780-1945. Cambridge, Basil Blackwell, pp. 200-239; ZANÓN
CUENCA, Mª José; SANTAMARÍA BLASCO, Mº Lourdes, (2015), “Iconografías de la histeria
representaciones de género y cuerpos histéricos en las fotografías de Paul Richer y en las celdas del deseo
de Louise Bourgeois”, Revista Bellas Artes, 13, pp. 137-160; RUIZ SOMAVILLA, Mª José; JIMÉNEZ
LUCENA, Isabel, (2003), “Género, mujeres y psiquiatría: una aproximación crítica” Frenia, III.
28
Para un análisis sobre la construcción cultural de los conceptos psiquiátricos véase HUERTAS, 2012b.
54
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
la histeria había sido atribuido primero el útero femenino, que da origen al término
<<histeria>>, y luego el encéfalo o los nervios), y cuya concepción está ligada a sus
hipótesis sobre la sugestionabilidad de las histéricas, el trauma, la simulación, el
inconsciente o la hipnosis. Las espectaculares lecciones de Charcot en el hospital de la
Salpêtrière de París, inmortalizadas en el conocido cuadro de André Brouillet Une leçon
clinique à la Salpêtrière (1887), en las que se presentaban mujeres en crisis, fueron el
espacio más importante para el estudio de la histeria. Su popularidad hizo que por allí
pasaran médicos, artistas e intelectuales de todo tipo, entre ellos Freud, que en 1885
había recibido una beca para estudiar en Paris29.
Interesado por la histeria, y fuertemente impresionado por las lecciones de
Charcot, Freud escribirá en 1895 junto a su mentor, el médico vienés Joseph Breuer,
Estudios sobre la histeria, recolección de casos a partir de los que plantearon la teoría
del trauma histérico y el método catártico.
Un par de años antes, en enero de 1893, Breuer y Freud ya habían dado a
conocer algunas de estas hipótesis en la “Comunicación preliminar” publicada en la
revista Wiener Medizinische Blätt en las entregas del 19 y 26 de enero. El 10 y 25 de
febrero de ese mismo año, la Revista de Ciencias Médicas de Barcelona publicaba la
traducción anónima de este texto bajo el título “Mecanismo psíquico de los fenómenos
histéricos”30. De forma casi simultánea, aparecía una reproducción en la Gaceta Médica
de Granada31 los días 28 de febrero y 15 de marzo, también anónima. Sobre esta última
publicación es interesante destacar la pregunta que se formula Luis López Ballesteros,
traductor de las Obras Completas de Freud, cuando en nota a pie añade la siguiente
reflexión:
“Cabe aquí una acotación, particularmente destinada a los lectores de habla
castellana, respecto del interés inicialmente despertado por el Psicoanálisis.
La <<Comunicación Preliminar>> de Breuer y Freud fue publicada en la
revista Neurologische Centralblätt en sus entregas del 1 y 15 de enero de
1893. Pues bien: la Gaceta Médica de Granada publicaba la traducción
castellana en febrero y marzo del mismo año (vol. XI, núms 232 y 233, págs.
105-11 y 129-135), con el título Mecanismo Psíquico de los fenómenos
histéricos. Este hecho, cuyo conocimiento debo a una comunicación
personal con James Strachey, me ha intrigado siempre. ¿Quién pudo
interesarse en Granada por un trabajo que, si bien en la perspectiva histórica
puede considerarse como hito inicial del psicoanálisis, pasó inadvertido en
29
ROUDINESCO, 2014, p. 60.
30
BREUER, Josef, FREUD, Sigmund, (1893b), “Mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos”,
Revista de Ciencias Médicas de Barcelona 19, (3-4), pp. 54-59 y 85-89.
31
BREUER, Josef, FREUD, Sigmund, (1893a), “Mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos”,
Gaceta Médica de Granada, 11 (232-233), pp. 105-111 y pp. 129-135.
55
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
56
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
hito pionero en el interés español por el psicoanálisis36. Más bien representa esta actitud
europeísta que pretendía estar al día en las novedades médicas sobre el tratamiento de la
histeria y que, en todo caso, nos indica la preocupación de los médicos españoles por el
progreso de su disciplina.
Como se ha señalado, los primeros comentarios a Freud se insertan en este
campo de recepción de teorías sobre la histeria, a su vez movidas por el afán
regeneracionista y europeísta de estos años. Es desde ahí que podemos pensar este
fenómeno como un proceso en el que, partiendo de la histeria, se irá configurando un
interés propio y específico por el psicoanálisis, potenciado en parte por la inquietud que
provocaba la etiología sexual que Freud situaba en el origen de todas las psiconeurosis.
Las primeras representaciones de Freud en prensa médica, lo situarían entonces,
tal y como lo describe Enrique Fernández Sanz, como el autor de una de las dos teorías
–la otra es la de Berheim- más interesantes sobre histeria, en continuidad y diálogo con
otros autores como Charcot, Babinsky, Janet, etc. 37, todos ellos protagonistas en el
proceso de medicalización y construcción nosográfica del “teatro de la histeria”38.
Además, como se irá viendo, la teoría freudiana de la histeria funcionó como bisagra
entre dos generaciones de psiquiatras39 que protagonizaron el paso entre una concepción
36
CARLES, et al. hablan del “testimonio de precocidad” que supuso esta traducción, de contenido pre-
psicoanalitico (2000, p. 18); Anne-Cécile Druet siguiendo a Bermejo Frígola sostiene que
“L’extraordinaire précocité de cette traduction reste, en l’absence de toute indication sur l’identité du
traducteur et sur ses motivations” (DRUET, 2006, p. 25). Por su parte Bermejo Frígola describe esta
publicación, siguiendo a Strachey, como la “primerísima” traducción de un texto psicológico de Freud en
el mundo, insistiendo en la idea del “hito”. Aunque al mismo tiempo relaciona esta precocidad con la
propia Revista de Ciencias Médicas de Barcelona, cuyos colaboradores formaban parte de esa elite de
médicos interesados en el progreso científico a través del contacto con Europa, donde las traducciones, la
prensa y los viajes fueron elementos de gran relevancia (BERMEJO i FRÍGOLA, 1991). Estamos de
acuerdo en considerar la excepcional rapidez que estas revistas tuvieron en traducir este texto en España
(suceso que consideramos tiene que ver con ésta actitud europeísta y reformadora). No obstante no
estamos de acuerdo en significar este dato como una muestra del precoz interés que supuestamente los
españoles tuvieron por Freud o el psicoanálisis. Hacerlo sería seguir fijándonos en esa historia de relatos
celebratorios, que introduce términos como “pioneros”, “precoces”, “hitos” o dibuja a los psicoanalistas y
a Freud como personajes heroicos que tuvieron que luchar y enfrentarse a las criticas de sus adversarios
en nombre del psicoanálisis. Una construcción mítica que ha permeado en el imaginario actual sobre el
discurso psicoanalítico y la figura del psicoanalista.
37
FERNÁNDEZ SANZ, Enrique, (1914b), “El psicoanálisis”, Los progresos de la clínica 3, pp. 257-283.
38
Sobre la dimensión espectacular de la clínica de la histeria a través del análisis de las imágenes de las
histéricas de la Salpêtrière - la teatralidad de sus cuerpos y la reciprocidad con la mirada médica que
redescubre e inventa la histeria-, véase DIDI-HUBERMAN, Georges, (2007), La invención de la histeria.
Charcot y la iconografía fotográfica de la Salpêtrière. Madrid, Ensayos Arte Cátedra. También
ECHEVERRÍA ALVARADO, Priscilla (2015), La representación de la mujer en la iconografía de la
histeria realizada por Jean Martín Charcot en la clínica de la Salpêtrière: La mirada exaltada del
surrealismo y la apropiación alegórica del arte contemporáneo, Madrid, Universidad Autónoma, tesis de
doctorado.
39
CARLES, et al. periodiza este contexto como “La introducción del psicoanálisis” entre 1893-1922, y
“La incorporación del psicoanálisis” entre 1922 y 1936 con sub-períodos en cada uno de ellos. Aunque
consideramos esta periodización de gran utilidad principalmente a la hora de organizar las fuentes y
57
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
construir una línea temporal que ordene los sucesos más relevantes de la historia del psicoanálisis en
España, -construcción que por lo demás es artificial, más aún si la pensamos en relación a algún tipo
progresión o unidad- en esta investigación hemos optado, como ya se ha señalado en la introducción, por
una elaboración histórica que atienda a los problemas sociales concretos y su relación con las diversas
lecturas y usos del psicoanálisis, donde adquieren protagonismo sucesos a veces tomados como
anecdóticos, pero que sin embargo ofrecen una nueva mirada del contexto y los cambios sociales en los
que el psicoanálisis se inserta, se transforma y donde produce al mismo tiempo nuevos problemas antes
inexistentes.
40
P., “De la parálisis histérica”, El Siglo Médico, 40, 1893, p. 475 y 477.
41
Algunos de estos trabajos son: PULIDO Y FERNÁNDEZ, Ángel, (1888), “El hipnotismo y su empleo
médico”, Siglo Médico, 35, 481-4; PULIDO Y FERNÁNDEZ, Ángel, (1899), “Histerismo e hipnotismo”
Revista de Medicina y Cirugía Prácticas, 45, pp. 88-100; PULIDO Y FERNÁNDEZ, Ángel, (1899a),
“Histerismo sugestión e hipnotismo”, Anuario Real Academia de Medicina de Madrid, 19, 223-5.
42
SÁNCHEZ HERRERO, Abdón, (1889), El hipnotismo y la sugestión, Valladolid, Hijos de J. Pastor.
43
Véase JAGOE, Catherine; BLANCO, Alda; ENRÍQUEZ DE SALAMANCA, Cristina, (1998), La
mujer en los discursos de género: textos y contextos en el siglo XIX; Barcelona, Icaria.
44
PULIDO MARTÍN, Ángel, (1945), El Doctor Pulido y su época, Madrid, Domenech.
45
FREUD, Sigmund, (1981 [1895]) “Estudios sobre la histeria”, Obras Completas, t.1, Madrid,
Biblioteca Nueva, pp. 40-168.
58
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
España gozó de una época de auge que se extenderá hasta aproximadamente 191046.
También Cajal, en su época valenciana como catedrático de la Facultad Medicina
(1883-1887), se había interesado por estos temas, influido por los trabajos de Charcot y
Bernheim, llegando a crear un “comité de investigaciones psicológicas” para estudiar
estas cuestiones. Su investigación le llevará incluso a aplicar la hipnosis a su mujer
durante el parto de su sexto hijo. Los resultados de esta experiencia están publicados en
la Gaceta Médica Catalana47.
En el contexto catalán, fue precisamente esta última revista, junto con la Revista
de Ciencias Médicas de Barcelona, las que publicaron desde finales del siglo XIX
varios trabajos en los se incluían menciones a las ideas psicológicas de Freud48. El
interés de los médicos catalanes por estar al día en las novedades europeas motivó estas
publicaciones, en las que el mecanismo freudiano de producción de la angustia, ligado a
la energía sexual, fueron descritos críticamente.49 En Madrid desde la nota de prensa de
1893, no hubo más referencias hasta 1908 cuando César Juarros50 hizo una breve
alusión en un trabajo sobre el “Concepto clínico del Histerismo”51 y poco después, en
46
Véase GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel, (2008), “La hipnosis médica española y sus contextos (1887-
1934), en MARTÍNEZ PÉREZ, José; ESTÉVEZ, Juan; DEL CURA, Mercedes; VICTOR BLAS, Luis:
La gestión de la locura: conocimientos, prácticas y escenarios (Espala, siglos XIX-XX), Ediciones de la
Universidad de Castilla-La Mancha, Castilla-La Mancha, pp. 485-506.; GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel,
(2003), “El hipnotismo en la España del primer tercio del siglo XX”, en MONTIEL, Luis; GONZÁLEZ
DE PABLO, Ángel, (coords.) En ningún lugar en parte alguna: estudios sobre la historia del
magnetismo animal y del hipnotismo, Madrid, Frenia, pp. 229-297; DIÉGUEZ GÓMEZ, Antonio, (2003),
“Hipnotismo y medicina mental en la España del siglo XIX” en Luis Montiel; Ángel González de Pablo
(coords.), En ningún lugar en parte alguna: estudios sobre la historia del magnetismo animal y del
hipnotismo, Madrid, Frenia, pp.197-224; GONZÁLEZ ORDI, Héctor; CANO SANZ, Antonio J.;
MIGUEL TOBAL, J. José, (1995), “El hipnotismo en España durante el s. XIX: una visión histórica a
través de sus protagonistas”, Revista de Historia de la Psicología, 16, (3-4), pp. 203-216.
47
VIDAL OTERO, Josep. A, (2008), “Freud y Cajal, a finales del siglo XIX: entre el idealismo
neuropsicológico y la búsqueda de un modelo racional” en MARTÍNEZ PÉREZ, José; ESTÉVEZ, Juan;
DEL CURA, Mercedes; VICTOR BLAS, Luis: La gestión de la locura: conocimientos, prácticas y
escenarios (Espala, siglos XIX-XX), Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Castilla-La
Mancha, pp-63-72. p. 66.
48
Junto a la publicación en 1897 de Luis Dolsa, “Psiquismos Histéricos” que ya hemos mencionado, la
Revista de Ciencias Médicas de Barcelona publicó en 1897 “Contribución a la doctrina de los estados
angustiosos neuróticos” de L. Lowenfeld que criticaba las ideas de Freud sobre el concepto de angustia, el
exclusivismo sexual freudiano y la dinámica de las neurosis; también la Gaceta Médica Catalana publicó
el trabajo de Pitres y Regis “La obsesión del rubor (ereutrofobia)” en el que se recoge la teoría freudiana
de la angustia (CARLES, et al. 2000, pp. 17-22)
49
Sobre el contexto de la psiquiatría catalana en este período véase COMELLES, Josep. Mª (1988), La
razón de la sin razón. Asistencia psiquiátrica y desarrollo del Estado en la España contemporánea,
Barcelona, PPU.
50
Juarros será más adelante una importante figura en la difusión del psicoanálisis, pero de momento lo
menciona brevemente.
51
JUARROS, César, (1908a), “Concepto clínico del histerismo”, Clínica Moderna, 7 (86), 499-507.
59
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
190952, en una revisión histórica sobre este fenómeno. También el médico venezolano
Francisco Antonio Rísquez, publicó en la Revista de Especialidades Médicas un
articulo sobre la catarsis, donde refiere al método de Breuer y Freud “que en los
últimos dos o tres años ha llamado la atención del mundo en Europa y en América” y
merece por ello ser examinado para dirimir su valor53.
Será a partir de la década de 1910 que las referencias a Freud comenzaran a ser
más constantes, y dejaran de formar parte de trabajos más generales, para ocupar un
lugar central, con textos dedicados monográficamente a exponer y debatir sus ideas y
las de sus discípulos.
Tal y como sostendría el médico Miguel Gayarre en 190954: “Todas las teorías
propuestas hasta ahora para explicar el histerismo, pretenden reducir sus síntomas á una
formula, considerándolo desde un solo punto de vista, (teorías de Janet, de Möebius, de
Babinski, de Claparéde, etc.) pero ninguna explica satisfactoriamente cómo la
alteración psíquica que es el fundamento de la enfermedad, engendra los innumerables
síntomas de ella. No nos proponemos estudiar aquí más que una de estas hipótesis, la
propuesta por Freud y Breuer, porque tiene transcendencia práctica cada vez mayor”55.
60
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
examinaba la etiología sexual de la histeria y las psiconeurosis a través del caso Dora,
que Gayarre había consultado en el original alemán publicado en 190557. Sobre la
patogenia sexual opinaba que, aunque puede ser cierta en muchos casos, “es imposible
admitirla para todos como pretende Freud y su escuela. Si estos la encuentran en todos
los casos es indudablemente porque la sugieren en el transcurso del largo tratamiento
psicoanalítico (…) Apenas surge una palabra que tenga remotísima significación sexual,
exageran su importancia, hacen ver al paciente que por allí está la clave de la curación y
cultivan la idea erótica con tanta energía que toda la vida anterior del sujeto queda
teñida de perversión sexual”58. No obstante, si se demostrase que Freud y su discípulos
tienen razón, “no habría más remedio, que emplearlo, por penoso que fuera oír tanta y
tan prolija confesión”59. Sin embargo, según afirma, en España no ha se implantado
todavía su práctica, pues aquí “no hay material adecuado. Según se dice, casi todos los
casos de Viena, son judíos en los que, como es sabido, abundan los matrimonios
consanguíneos y en los que, por tanto, se acumulan los estigmas degenerativos y las
neuropatías sexuales”60
Éste texto representa una de las primeras exposiciones un poco más detalladas
de las ideas de Freud y sus discípulos. Gayarre profundiza en varios aspectos
fundamentales del psicoanálisis, pero concluye desestimando la teoría por motivos
ideológicos y racistas a partir de los que podría haberse dado por concluida la relación
entre una teoría de origen judío y su aplicación en un país con una tradición fuertemente
católica.
Conviene en este punto preguntarse por el papel que los “críticos”
desempeñaron en la recepción y difusión de las ideas de Freud y el psicoanálisis. Los
psiquiatras españoles que en estos años van a comentar más extensamente la teoría
trabajo de Gayarre de 1909, pero el debate quedó ahí (CARLES, et al. 2000, p. 25). Es relevante añadir
en este punto que lo que Carles identifica como fracaso en el debate sobre Freud adquiere otro matiz si lo
pensamos desde el papel activo que las críticas al psicoanálisis supusieron para su difusión. Al mismo
tiempo, como se ha indicado, el debate de las ideas freudianas tuvo lugar en medio de otro debate de
mayor alcance, los tratamientos sobre la histeria y las psiconeurosis, donde Freud era ya un autor de
referencia, del que había que dar noticia, más allá de que se estuviese o no de acuerdo con sus
planteamientos. En este sentido la revista habría cumplido con el deber informativo a partir del texto de
Gayarre (que recordemos era redactor jefe de la misma), y el debate sobre histeria y psiconeurosis seguía
su curso a través de otros trabajos.
57
Gayarre cita del alemán los textos de Freud, “Zur Psuchopathologie des Alltagslebens” (1901)
(“Psicopatología de la vida cotidiana”) y “Bruchstück einer Hysterie-Analyse” (1905) (“Fragmento de
análisis de un caso de histeria”), publicados en la revista Monatschrift für Psychiatrie (GAYARRE, 1909,
p. 66).
58
GAYARRE, 1909, p. 70.
59
GAYARRE, 1909, p. 71.
60
GAYARRE, 1909, p. 71
61
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
62
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
patológico. Tal y como lo expresó Ortega “no es propiamente una cuestión de medicina
la que plantean las ideas de Freud; a ser tal yo no podría ocuparme de ellas, sino un
tema de discusión psicológica, más exactamente aún, de lógica. Lo característico de la
psicoanálisis es que, oriunda de una necesidad terapéutica, trasciende, desde luego, los
límites de la consideración psicológica y se planta, de un salto, si no en la metafísica, en
los confines metafísicos de la psicología” 65
En 1913 Misael Bañuelos, médico que a partir de los años treinta escribirá sobre
higiene racial66, publicó “Breve examen y juicio crítico del froidismo” en la Revista de
Especialidades Médicas de Madrid67. Este autor diferenciaba entre el psicoanálisis,
método empleado desde siempre y que resulta “imprescindible no ya en Patología
mental, sino en la vida corriente, ordinaria”68; y froidismo, caracterizado por la teoría
pansexualista, a la que había que poner restricciones. Admitía que la teoría estaba
ganando cada vez más adeptos, lo que significaba que indudablemente “sirve para algo,
aunque este algo no sea tanto como pretenden sus partidarios”69 aunque, al menos en la
casuística de enfermedades propuesta por Freud “es el más racional, y no puede
hacérsele ninguna objeción de importancia”70. Muchos han sido –continuaba Bañuelos-
los que “han puesto dificultades al tratamiento recomendado por Freud, diciendo que es
inmoral, que despierta apetitos y deseos dormidos todavía, que rompe la inocencia de
los jóvenes sobre determinadas cuestiones de la vida sexual, etc., etc.; pero creemos que
un médico, inteligente y prudente, sin ser un psicólogo sagaz, evita fácilmente estos
escollos. Las dificultades de la teoría de Freud para esa práctica son más profundas y
han quedado esbozadas”71
Rafal del Valle y Aldabalde72 era para Bañuelos uno de esos médicos prudentes
que “reputa con justicia” 73 las ideas de Freud o del froidismo, imponiéndole
restricciones. La Revista de Medicina y Cirugía Práctica había publicado poco antes del
65
ORTEGA Y GASSET, 2004a [1911], p. 485.
66
CAMPOS, R. (2016a), “Autoritarismo y eugenesia: higiene racial y nacionalcatolicismo en el
franquismo, 1936-1945”, História, Cièncias, Saúde-Manguinhos, 23, supl., dez, p. 136-139
67
BAÑUELOS, Misael, (1913), “Breve examen y juicio crítico del psicoanálisis y del froidismo”, Revista
de Especialidades Médicas, 18, pp. 745-762.
68
BAÑUELOS, 1913, p. 760.
69
BAÑUELOS, 1913, p. 754.
70
BAÑUELOS, 1913, p. 759.
71
BAÑUELOS, 1913, p. 759.
72
Rafael del Valle y Aldabalde era por esa época profesor de número en el Hospital Provincial de
Madrid, y había sido hasta 1907 profesor de la Facultad de Medicina de Madrid.
73
BAÑUELOS, 1913, p. 755.
63
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
Enrique Fernández Sanz fue el psiquiatra que con más empeño se ocupó de la
propaganda del psicoanálisis en este período. Publicó varios trabajos críticos y a partir
de la década de 1920, defendió ante un público médico algunos casos clínicos tratados
psicoanalíticamente afirmando que era necesario seguir de cerca su desarrollo “y
74
VALLE Y ALDABALDE, Rafael, (1913), “El psicoanálisis de Freud”, Revista de Medicina y Cirugía
Prácticas, 99 (1265-1266), pp. 169-179 y 209-216
75
Valle cita a varios autores desde los textos originales, principalmente en alemán e ingles: Freud, Jones,
Ferenzci, Jung, Gross, Taylor, Bloch, Friedlander, Linder, Sanford Bell. No hay ninguna referencia en
español.
76
ORTEGA Y GASSET, 2004a [1911], p. 485.
64
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
comprobarlo en la práctica, aunque no seamos partidarios de esa escuela, ni aceptemos
como verdaderos sus dogmas”77.
En 1910 Fernández Sanz era ya un reconocido neuropsiquiatra de Madrid que
ejercía su práctica en diversas clínicas de la capital así como en su consultorio privado.
Entre 1903 y 1913 había viajado varias veces al extranjero, donde pudo visitar algunas
clínicas en París, Berlín y Viena, y tener contacto con importantes figuras de la
neuropsiquiatría como Dejerine, Magnan, Babinski, etc78 . Prolífico colaborador de
revistas médicas, cuenta con una amplía producción escrita sobre una gran variedad de
temas79. Su interés por las enfermedades de los nervios80 le llevó a publicar varios casos
clínicos y trabajos sobre histeria, que luego recogerá en la monografía Histerismo.
Teoría y clínica, de 191481. El libro comienza con una revisión histórica sobre el
concepto de histerismo, en la que destaca el lugar que concede a Charcot, al que criticó
en su rígida sistematización, alabando sin embargo su descripción de la mentalidad
77
FERNÁNDEZ SANZ, Enrique, (1923b), “La técnica del psicoanálisis como instrumento terapéutico”,
El Siglo Médico, 71 (3628), pp. 597-601, p. 598
78
MORO, Ana, (2008), “El histerismo en la obra de Enrique Fernández Sanz”, en MARTÍNEZ PÉREZ,
José; ESTÉVEZ, Juan; DEL CURA, Mercedes; VÍCTOR BLAS, Luis (coords.): La gestión de la locura:
conocimiento, prácticas y escenarios (España, siglos XIX-XX), Cuenca, Ediciones de la Universidad de
Castilla-La Mancha, pp. 73-83, p. 74.
79
Los autores del libro Tres siglos de psiquiatría en España (1736-1975), presentan varias tablas en las
que muestran el aumento de publicaciones por revistas médicas y los colaboradores que más contribuyen
en estos datos según los diferentes períodos. Fernández Sanz es siempre de los primeros en los dos
períodos que comprenden su momento de producción teórica, 1869-1918 y 1919-1938, y El Siglo
Médico, es la revista donde más colabora. Además cuenta con un importante número de monografías de
diversos temas psiquiátricos, muchas de ellas de amplia difusión (REY GONZÁLEZ, Antonio; JORDÁ
MOSCARDÓ, Enrique; DUALDE BELTRÁN, Fernando; BERTOLÍN GUILLÉN, José Manuel, (2006),
Tres siglos de psiquiatría en Espala (1736-1975), Madrid, Asociación Española de Neuropsiquiatría)
80
Véase RUIZ, Violeta, (2016), “<<Disciplina de los nervios>> y <<Régimen de salud mental>>:
Neurastenia, higiene mental y tratamiento moral en España, 1890-1921”, Culturas Psi. 7, pp. 69-90.
81
FERNÁNDEZ SANZ, 1914a. Los 18 casos clínicos publicados previamente en revistas científicas son:
(1904), “Dos casos de histerismo infantil”, Revista Iberoamericana de Ciencias Médicas, XII, 1; (1907)
“Un caso de mutismo histero-traumático”, Siglo Médico, LIV, 692; (1908), “Dos nuevos casos de
mutismo histérico”, Siglo Médico, LV, 162; (1909a), “Las supuestas hematemesis histéricas”, Revista
Clínica de Madrid, II, 144; (1909b), “Hemiplegia histerotraumática” Revista Clínica de Madrid, II, 443;
(1909c), “Un caso de hemiplegia histérica”, Revista Clínica de Madrid, I, 374; (1909d), “Diagnóstico
diferencial de las hemiplegias histérica y orgánica”, Revista Clínica de Madrid, I, 464; (1909e), “Un caso
de astasia-abasia periódica”, Revista de Especialidades Médicas, XII, 337; (1910), “Un caso de
pseudoparálisis agitante histérica”, Revista Medicina y Cirugía prácticas, LXXXVIII, 5; (1912a) “Un
caso de paraplegia histérica”, España Médica, 69, 5; (1912b), “Un caso de histerismo masculino”, Clínica
y Laboratorio, VIII, 5; (1912c), “Un caso de narcolepsia histérica”, Siglo Médico, LIX, 765; (1912d),
“Corea histérico y psicosis aguda mortal”, España Médica, II (49), 12; (1912e), “Sobre las psicosis
histéricas”, Revista Clínica de Madrid, VIII, 375; (1912f), “Concepto y diagnóstico de la histero-
epilepsia”, Revista Clínica de Madrid, VII, 463; (1912g) “Pseudoesclerosis en placas e histerismo” Siglo
Médico, LIX, 528; (1913), “Blefaroespasmo histérico intermitente”, Revista Clínica de Madrid, X, 168;
(1914c), “Diseña paroxística histérica”, Siglo Médico, LXI, 98. Véase MORO, 2008, p. 75.
65
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
82
Enrique Fernández Sanz ya había dado noticias sobre psicoanálisis en el Congreso de la Asociación
Española para los progresos de la Ciencia, celebrado en Granada en 1911, pero no será hasta 1914 que
desarrolle un texto más completo.
83
FERNÁNDEZ SANZ, 1914b, p. 274.
84
Sobre la presencia de la teoría de la degeneración en la obra de Fernández Sanz ver MORO, 2008.
85
FERNÁNDEZ SANZ, 1914b
86
CARLES, et al. 2000, p. 39.
66
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Fernández Sanz situaba los orígenes del psicoanálisis en la clínica de la histeria
y en la práctica del hipnotismo de finales del siglo XIX. Había leído las críticas al
psicoanálisis que los franceses Régis y Hernard habían publicado en La Psychoanalyse
des nevrose et des psychoses, obra clave en la introducción del psicoanálisis en
Francia87, y el trabajo de Ernest Jones, a quien reconocía el esfuerzo por compendiar
muchos de los conceptos psicológicos freudianos fundamentales, aunque afirmaba
llegar a conclusiones muy diferentes.
El mismo año de esta publicación, Abdón Sánchez Herrero, director del
Sanatorio del Pilar de Madrid88 publicó en El Siglo Médico un comentario al XVII
Congreso Internacional de Ciencias Médicas que había tenido lugar en Londres del 7 al
12 de agosto de 1913. Este congreso había tenido una importante repercusión
internacional, con un amplio número de asistentes, entre los que se contaban Pierre
Janet, Carl G. Jung (en ese momento presidente de la IPA) y Ernest Jones (futuro
presidente de la IPA). La crítica que Janet realizó en su intervención a las ideas de
Freud fue bastante sonada89, y de la controversia se ocupaba la reseña de Sánchez “Las
objeciones del Sr. Janet al Sr. Freud”90. Sánchez arremetía contra Janet y defendía los
descubrimientos de Freud, desde una reformulación “espiritual” del psicoanálisis que
tendrá amplia vigencia a partir de los años 50, pero que en estos años todavía no tenía
seguidores. El gran mérito de Freud había sido según Sánchez, “haber hecho conocer la
87
Las ideas de Regis y Hernard, y las de Dubois y Dejerine, autores críticos con el psicoanálisis, son
seguidas en el área catalana durante este período. La Revista Frenopática Española, órgano científico del
Manicomio de San Baudilio de Llobregat, publica los comentarios a Belarmino Rodríguez Arias sobre el
Congreso de Alienistas y Neurólogos Franceses celebrado en Túnez en 1912 en el que se menciona a
Freud y su escuela. También la Revista Frenopática de Barcelona publica el discurso de apertura del
XXIII Congreso de Alienistas y Neurólogos de Francia y Países d Lengua Francesa, celebrado en Le Puy
en 1913 en el que se incorpora el psicoanálisis como una importante contribución a la psiquiatría
(CARLES, et al. 2000, p. 37-8)
88
Abdón Sánchez-Herrero era el hijo del catedrático de medicina interna del mismo nombre, fallecido en
1904. Es importante aclarar este dato ya que puede llevar a error y confundir al padre con el hijo (como
sucede en DRUET, 2006, pp. 38). Abdón Sánchez-Herrero padre fue uno de los introductores del
hipnotismo en España y autor del libro El hipnotismo y la sugestión,(1889), obra que contó con varias
reediciones hasta la primera década del siglo XX (Véase DIEGUEZ, 2003); y Abdón Sánchez-Herrero
hijo era médico director del Sanatorio del Pilar de Madrid, institución de beneficencia que atendía a
enfermos pobres (Véase PLUMED DOMINGO, José Javier; ROJO MORENO, Luis Miguel, (2016), “El
tratamiento de la locura entre los siglos XIX y XX: los discursos sobre la cura en la medicina mental
española, 1890-1917”, História, Ciências, Saúde-Manguinhos, 23 (4), pp. 985-1002, p. 991).
89
Sobre el congreso de Londres y la relación entre el pensamiento de Janet y Freud véase, DAGFAL,
Alejandro, (2013), “1913-2013: a un siglo de ‘El Psico-nálisis' según Janet”, Estudos e Pesquisas em
Psicologia, (Rio de Janeiro) 13 (1), pp. 320-376
90
SÁNCHEZ HERRERO, Abdón, (1914), “Las objeciones del Sr. Janet al Sr. Freud”, El Siglo Médico,
61 (3165), pp. 500-501. De este congreso también se hicieron eco la Revista Frenopática de Barcelona,
en la que Belarmino Rodríguez Arías publicó un resumen de las ponencias presentadas por Janet y Jung,
bajo el titulo “El psicoanálisis” (CARLES, et al. 2000, p. 38; RODRIGUEZ ARIAS, Belarmino (1913)
“El psicoanálisis”, Revista Frenopática de Barcelona, pp. 331-334).
67
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
91
SÁNCHEZ-HERRERO, 1914. p. 501.
92
SÁNCHEZ-HERERO, Abdón, (1915), “Las opiniones del Sr. Farez sobre psicoanálisis” El Siglo
Médico, 62 (3221): 566-568.
93
La revista agustina España y América, publicó en 1908 en su sección de noticias extranjeras un artículo
escrito desde Nueva York por el Padre M. Blanco García, sobre la nueva “secta religiosa” que invadía los
Estados Unidos de América y frente a la que el catolicismo era el único remedio para curar de todas sus
aberraciones. Se refería el autor a la “psicoterapia”, de la que, según afirmaba eran representantes autores
como Charcot, Freud o Janet. (BLANCO GARCÍA, M, (1908), “Desde Nueva York”, España y América,
6, (19), pp. 533-536) Durante el franquismo esta crítica al racionalismo psicológico, pasará por fundar
una psicoterapia católica y reformular el pensamiento de Freud según los fundamentos del catolicismo.
68
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
de lo subconsciente, la intervención de los recuerdos infantiles en la vida psíquica, la
realidad de los complejos reprimidos y su exteriorización simbólica en los sueños, actos
impulsivos; chistes, distracciones y en los síntomas psiconeuróticos; pero no admite la
afirmación de que lo sexual invada como único factor causal de todos estos mecanismos
psicológicos: es decir se opone a la teoría psicoanalítica de Freud y su escuela”.94
Conviene decir que durante estos años, Freud había escrito el grueso de su
corpus teórico, con trabajos como La interpretación de los sueños (1900),
Psicopatología de la vida cotidiana (1901), El chiste y su relación con lo inconsciente
(1905) o Tres ensayos para una teoría sexual (1905)95. Su doctrina contaba cada vez
con más seguidores y detractores, y el tratamiento de las psiconeurosis ya no era el
único punto de su teoría que suscitaba los más amplios debates. Al mismo tiempo que
Freud y su escuela se expandían epistemológicamente, sus seguidores se organizaban
profesional e institucionalmente. A lo largo de la primera década se han constituido las
primeras sociedades psicoanalíticas y tiene lugar el primer Congreso Internacional de
Psicoanálisis celebrado en Salzburgo en 1908. Se ha inaugurado el Jahrbuch der
Psychoanalyse, anuario de psicoanálisis creado en Viena en 1909, con el objetivo de
funcionar como publicación periódica sobre temas de psicoanálisis. Además Freud,
Jung y Ferenzci han visitado Estados Unidos en 1909, estableciendo contacto con el
grupo de Putnam y prosiguiendo con la expansión del movimiento de psicoanálisis96.
Mientras, a finales de la década de 1910 el publico español ya cuenta con una
bibliografía especializada y en revistas de difusión popular se debaten diversos temas de
higiene y pedagogía con referencias al psicoanálisis de Freud. Como fundamento y
94
RODRÍGUEZ LAFORA, Gonzalo, (1919), “Concepciones sobre el Histerismo”, El Sol, 19 de julio de
1919. En ese mismo periódico también había publicado “Los misterios de la sexualidad” el 1 de enero de
1918, en el que señalaba la relevancia de la teoría freudiana para comprender qué se esconde detrás del
fenómeno de la sexualidad, indicándonos esta tensión en la que, en relación a los cambios que se estaban
produciendo en la sociedad española, el psicoanálisis se balanceaba constantemente de un lado a otro de
la divisoria entre lo moralmente aceptado y la inmoralidad.
95
FREUD, Sigmund (1981), Obras Completas, t. I-II, Madrid, Biblioteca Nueva, 4º ed.
96
Sobre la historia de la expansión del psicoanálisis en otras latitudes pueden verse, entre otros trabajos:
SCHWARTZ, Joseph (2000), La hija de Casandra. Una historia del psicoanálisis en Europa y América,
Madrid, Editorial Síntesis; ROUDINESCO 1994; OHAYON, Annick, (2006), Psychologie et
psychanalyse en France, Paris, La Découverte; BALBUENA RIVERA, Francisco; SÁNCHEZ-
BARRANCO, Antonio (2004), “Breve historia del psicoanálisis en Rusia”, Revista de la Asociación
Española de Neuropsiquiatría, 90, pp. 145-164; DECKER, H. (1977). Freud in Germany: Revolution and
Reacction in Science (1893-1907). New York, International University Press; PASQUALINI, Mauro,
(2012), The Adventures of the Unconscious: A Cultural History of Psychoanalysis in Italy, 1922-1945,
EEUU, Emory University, tesis de doctorado; VEZZETTI, 1996a, y 1996b; PLOTKIN 2003;
DAMOUSI, PLOTKIN, 2009; RUPERTHUZ, 2015a; GALLO, Rubén (2013), Freud en México, México,
Fondo de Cultura Económica; PLOTKIN, Mariano; RUPERTHUZ, Mariano (2017), Estimado Doctor
Freud. Una historia cultural del psicoanálisis en América Latina, Buenos Aires, Edhasa.
69
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
97
Algunas de estas obras son: MARAÑON, Gregorio, (1916), Las glándulas de secreción interna y las
enfermedades de nutrición, Madrid, 2ªed.; (1922), Problemas actuales de la doctrina de las secreciones
internas, Madrid, Ruiz Hermanos; (1926), Tres ensayos sobre la vida sexual, Madrid, Biblioteca Nueva;
ELLIS, Havellock, (1913), Estudios de psicología sexual. Madrid, Hijos de Reus; FOREL, August,
(1912), La cuestión sexual expuesta a adultos ilustrados, Madrid, Bailly-Baillière.
98
En 1908 se había celebrado en Salzburgo el primer encuentro internacional de partidarios de Freud que
más tarde será conocido como el I Congreso Internacional de Psicoanálisis. La intervención de Ferenzci
en el Congreso de 1910 no menciona estos antecedentes, así como tampoco menciona las reuniones de los
miércoles en el despacho de Freud. Francisco Javier Montejo plantea que Ferenczi se posiciona en su
discurso como “el primer historiador [del psicoanálisis] `revisionista´”, pues de manera interesada `borra´
a la sociedad vienesa y las reuniones de los miércoles”, ambos elementos discordantes para la imagen del
movimiento que se quería construir y divide la historia en un antes y un después de la constitución de la
IPA. Ferenzci inaugura de esta forma, “la creación de una `tradición historiográfica´, que manipula los
hechos para legitimar una situación institucional `actual´” (MONTEJO ALONSO, Francisco Javier, 2009,
El psicoanálisis 1919-1933: consolidación, expansión e institucionalización, Madrid, Universidad
Complutense de Madrid, tesis doctoral, p.175.)
70
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
fundada en 1908 como resultado del grupo inicial originado en torno a Freud en las
famosas reuniones de los miércoles- de la Sociedad Psicoanalítica de Berlín y de la
Sociedad Psicoanalítica de Zúrich. Este encuentro será consagrado por la historia
“oficial” del psicoanálisis como el acto inaugural en el que se constituye formalmente la
Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA) 99.
La expansión teórica, social y geográfica del psicoanálisis estuvo acompañada
de la creación de sociedades que, a partir de ahora, iban a comunicarse y organizarse
entre ellas según unos principios generales de adhesión y formación de miembros. Así
mismo la protección y el control del progreso científico de las ideas psicoanalíticas sería
una de las principales preocupaciones de Freud y sus discípulos, que buscaron custodiar
los limites epistemológicos y prácticos del campo psicoanalítico100.
Para entender este proceso, resulta interesante citar las palabras fundacionales
del psicoanalista húngaro Sándor Ferenzci en su intervención en el citado Congreso de
Núremberg en 1910:
“(…)igual que todos los innovadores y pioneros, nosotros no sólo
debemos trabajar sino también luchar por nuestra causa (…) igual que los
primeros inmigrantes del nuevo continente, hemos tenido que mantener
hasta ahora una guerra de guerrillas. Sin dirección espiritual, sin unidad
táctica, hemos luchado
cada uno sobre la porción de terreno conquistado. Cada cual ha ocupado una
parcela del inmenso territorio según ha creído conveniente, eligiendo los
modos de ataque, defensa y de trabajo que le parecían mejor (…) Sin
embargo, al mismo tiempo que ventajas, la guerra de guerrillas ha supuesto
inconvenientes considerables, debido precisamente a su carácter mal
delimitado.
La ausencia de dirección ha favorecido la proliferación excesiva de las
tendencias individuales y de las posiciones científicas personales aisladas en
algunos “combatientes”, a expensas del interés común, de lo que podríamos
llamar <<las tesis centrales>> (…). Sin embargo, conviene detenerse en el
primer inconveniente: ante la gran mayoría somos unos exaltados sin
organización ni disciplina, y no podemos imponernos de esa manera.
99
Este congreso será instituido como el punto de partida, el inicio de la andadura psicoanalítica,
construyendo una historia en función de una supuesta autoridad interesada en sus propios logros y en la
imagen de movimiento homogéneo que quiere consagrar. El carácter inaugural de la institucionalización
del psicoanálisis y la descripción de todo lo acontecido hasta entonces como “prepsicoanalitico”, son, en
general, rasgos comunes a la historia oficial del psicoanálisis en varios países.
100
La preocupación freudiana a este respecto se centró en la custodia y delimitación de qué era y que no
era el psicoanálisis y, como problema mayor, quién era y quien no era un psicoanalista. Es en estos
momentos que Freud escribe los escritos técnicos y los trabajos sobre metapsicología, quizás en un
intento por sistematizar la técnica, pero insistiendo siempre en la imposibilidad de su praxis sin pasar por
un análisis propio, verdadero núcleo de la formación psicoanalítica freudiana. FREUD, Sigmund (1981
[1915], Trabajos de metapsicología, Obras Completas, Madrid, Biblioteca Nueva, t. 2, pp. 2039-2100.
71
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
101
FERENZCI, Sándor, (1981 [1910]), “Sobre la historia del movimiento psicoanalítico”, Sandor
Ferenzci. Obras Completas, t. 1, Madrid, Espasa-Calpe, p. 180
102
FERENZCI, 1981 [1910], p. 184.
72
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
original de partidarios crece y se convierte en una organización, un `grupo
organizado´”103.
La IPA surgió entonces con un interés social y profesional que buscaba defender
y organizar su teoría y a sus miembros, al mismo tiempo que se creó un programa de
desarrollo y expansión científica que, supervisado originalmente por Freud, llevó el
psicoanálisis más allá de las fronteras geográficas y teóricas en las que había sido
gestado. Los psicoanalistas se agruparon bajo la forma de un “movimiento” que, como
argumenta Montejo, tiene unas características particulares, similares a las de otros
movimientos, como por ejemplo el movimiento obrero, atravesados por un mensaje de
denuncia, lucha y reivindicación social 104 . La imagen que se construye bajo esta
formula produce una identificación que va más allá del simple hecho profesional.
Genera un sello institucional bajo el que custodiar y amplificar un discurso, en origen
médico, involucrando a diversos agentes y traspasando las fronteras y la finalidad de la
disciplina. Como indica el propio Freud: “Además de laborar al servicio de la ciencia
aprovechando la única ocasión de penetrar en los enigmas de la neurosis, y además de
ofrecer a vuestros enfermos el tratamiento más eficaz que por hoy poseemos contra sus
dolencias, cooperáis a aquella ilustración de las masas de la cual esperamos la profilaxis
más fundamental de las enfermedades neurológicas por el camino de la autoridad
social105
El sello institucional de la IPA sirvió además para definir un “afuera” y un
“adentro”, de forma que, a modo de límite, pudiesen alejarse aquellos elementos
discordantes con la imagen unitaria que se pretendía ofrecer. La propia construcción de
la historia del psicoanálisis tiene esta característica en la forma interesada según la cual
se establece un “antes y un después” de 1910: antes, Freud totalmente sólo y heroico,
después, Jung, presidente de la IPA, atrayendo a los nuevos seguidores106.
El estallido de la I Guerra Mundial dificultaría los planes expansivos del
movimiento, que retomaría su actividad en 1918 con los planteamientos freudianos
sobre el malestar de la sociedad y la psicopatología de las masas.
Sobre los elementos que convergen en este proceso, un saber que se
institucionaliza comprende una serie de enunciados aceptados científicamente. La forma
103
MONTEJO ALONSO, 2009, p.59.
104
MONTEJO ALONSO, 2009, p. 60.
105
FREUD, Sigmund, (1981 [1910], “El porvenir de una terapia psicoanalítica”, Obras Completas, t. 2,
Madrid, Biblioteca Nueva, pp. 1564-1570, p. 1570.
106
MONTEJO ALONSO, 2009. p.175.
73
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
74
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
75
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
América aceleró los comentarios y opiniones sobre aquello que ocurría fuera de las
fronteras nacionales y en este sentido es cierto que el éxito de expansión de los
psicoanalistas bajo la IPA, favoreció la legitimidad científica del psicoanálisis en
España –tantos especialistas no podían estar totalmente equivocados- e impulsó el
debate y, en consecuencia, la difusión y la incorporación de algunos de su conceptos
más controvertidos dentro del ámbito español.
La “causa” del movimiento psicoanalítico no tenía nada que ver, ni respondía a
los problemas que preocupaban a los psiquiatras españoles, comprometidos con la
organización de la asistencia psiquiatras del país. El psicoanálisis en España fue
incorporado a otra “causa”, la del movimiento de higiene mental.
La distancia entre la psiquiatría española y el movimiento de psicoanálisis
institucional no se debió, por tanto, a una “mala” o “superficial” comprensión del
psicoanálisis, a una resistencia o a una defensa ante un supuesto peligro111, sino que es
una distancia profesional que, al contrario, impulsó la apropiación de las ideas
psicoanalíticas por el movimiento psiquiátrico español, sufriendo para ello un proceso
activo de reformulación.
En este contexto hemos de situar, por ejemplo, las criticas que en 1914 realiza
Fernández Sanz a la secta de los psicoanalistas que expanden el psicoanálisis, haciendo
de la doctrina freudiana “un sistema psicológico que aspira á dominar, no sólo el total
campo de las psiconeurosis, sino también el de la Psiquiatría y el de la Psicología
normal, y pretende invadir el de otras muchas ciencias, como la Ética, la Sociología, la
Antropología, la Criminología y hasta la Filosofía, la Mitología y la Historia. La
expansión geográfica del freudismo ha sido muy desigual; los dos focos principales
radican en Austria y en Suiza, y una colonia muy próspera existe en la América del
Norte, donde numerosos psicopatólogos canadienses y yanquis practican con fervor el
rito psico-analista. En Alemania ha encontrado esta doctrina una enérgica oposición, y
en los países latinos ha atraído principalmente la atención en el concepto de extraña
aberración científica, pero ni en nuestra patria ni en las naciones de la misma raza
cuenta con apenas prosélitos”112.
111
Las historias del psicoanálisis articuladas desde dentro del propio movimiento psicoanalítico
(MUÑOZ, 1989, 1993; ANGUERA, 1998, 2010, 2011; PÉREZ-SÁNCHEZ, 1984) y las que toman como
lógica histórica y paradigma epistemológico la propia teoría psicoanalítica (BERMEJO, 1993a,
CORCÉS, 1992, CARLES et al. 2000) elaboran este tipo de lecturas, con matices entre ellos. Fuera de
España, esta forma de abordar la historia del psicoanálisis cuenta con una amplia tradición (véase por
ejemplo, GAY 1990, JONES, 1970) que se remonta al propio Freud (1981) [1914])
112
FERNÁNDEZ SANZ, 1914b, p. 262.
76
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Bañuelos también distingue entre froidismo y psicoanálisis, para designar
aquello que rige el movimiento liderado por Freud (y que teóricamente promueve un
influjo de la sexualidad que, como hemos visto, genera numerosas críticas) y lo que
según su opinión, no pertenece al terreno de la teoría freudiana ni de sus seguidores,
sino que ha formado parte del campo del saber sobre la mente desde mucho antes de la
existencia de Freud. Rafael del Valle y Aldabalde dedica igualmente un apartado para
informar sobre la acogida y los planes de expansión de los discípulos de Freud. Y José
María Villaverde, psiquiatra que discute fervientemente todo lo que tiene que ver con
las ideas de Freud y su escuela, dedica en 1923 un artículo completo para criticar el
movimiento psicoanalítico al que tilda de moda pasajera cuya popularidad es debida,
entre otras cosas, a las mentes poco críticas y a su contenido pornográfico y morboso,
que lo hace expandirse como la pólvora113. No obstante las críticas de Villaverde
traslucen otros intereses políticos e ideológicos que analizaremos más adelante.
En España sólo Ramón Sarró, partió al extranjero con idea de formarse en el
psicoanálisis freudiano –que a veces planteó como una “especialidad” dentro de su
carrera médica-. Ángel Garma en cambio, viajó a Alemania con el propósito de
formarse en neurología y psiquiatría, y fue allí donde surgió su interés por la formación
psicoanalítica, que más adelante difundió en España, entre sus colegas y en numerosos
artículos científicos, para finalmente exiliarse a Argentina al inicio de la guerra civil en
1936.
77
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
regeneración de la asistencia sanitaria del país114. Así lo atestiguan las palabras del
psiquiatra José María Sacristán en el diario El Sol el 19 de julio de 1923:
78
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
y la lucha frente a la precaria asistencia del enfermo mental, vehiculizando nuevas
formas de concebir la salud y la enfermedad más cercanas a los nuevos tiempos
sociales. Sacristán así lo propuso en el “Plan moderno de asistencia a los alienados” que
presentó junto a otros psiquiatras en la primera reunión de la Asociación Española de
Neuropsiquiatras en Barcelona en 1926. El psicoanálisis, según este autor,
“es una ciencia en evolución, y como es de naturaleza propiamente
introspectiva, ha dado y dará, forzosamente lugar a errores
deplorables y a exageraciones a veces ridículas. Pero en todo plan de
asistencia a psicópatas entendemos que no debe despreciarse tal
procedimiento terapéutico, como lo hacen la mayor parte de los que
lo critican sin conocerlo. Un psiquiatra moderno no puede ignorarlo,
y cuando conoce su fundamento y su técnica, se da cuenta de que los
diagnósticos que hace todos los días de demencia precoz, de
paranoia, son diagnósticos groseros detrás de los cuales, se esconden
en realidad, dramas psíquicos pujantes, conflictos indecisos, deseos
insatisfechos”118.
118
SACRISTÁN, José María y otros, (1926), “Plan moderno de asistencia a los alienados”, Archivos de
Neurobiología. 6, pp. 188-218, p. 207.
119
El Siglo Médico publicó varias reflexiones del peruano Honorio Delgado que tuvieron cierta difusión
entre los psiquiatras españoles. Así por ejemplo “El psicoanálisis en la escuela”, publicado en 1919,
contenía una novedosa propuesta, en la que se animaba a los educadores españoles a una reflexión sobre
el desarrollo psíquico infantil y la sexualidad. La misma revista publicó también “Psicología de la locura”
en dos entregas, los días 6 y 13 de septiembre de 1919, donde en general se hace una crítica al
biologicismo de la psiquiatría frente al que se reclama el psicoanálisis y la psicogénesis de la psicosis.
Una idea en la que Honorio Delgado insistirá en “Necesidad de introducir la psicología en la instrucción
médica” El Siglo Médico. Sacristán también escribirá en 1923 “El psicoanálisis como método de
exploración del inconsciente” en la Revista Pedagogía, y el Boletín de la Escuela Libre de Enseñanza,
BILE publicó también varios trabajos en los que se hacían referencias al psicoanálisis. Por ejemplo el
pedagogo Lorenzo Luzuriaga escribe en 1920b “El psicoanálisis y la Coeducación” donde coincide en
parte con las ideas defendidas por Honorio Delgado.
120
Los juristas Quintiliano Saldaña, Luis Jiménez de Asúa o César Camargo y MarÍn tendrán un papel
importante en este ámbito. También los psiquiatras Ruiz Maya, César Juarros o Emilio Mira. Ver LÉVY
LAZCANO, 2016a, 2016b.
121
CARLES, et al. 2000, p. 47.
122
SACRISTÁN, (1918), José María, “Los problemas psiquiátricos de España”, El Sol, 1 de octubre de
1918.
79
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
123
BUSQUET, Tomás, (1920) “Los servicios de dementes en España”El Sol el 4 de mayo de 1920.
124
“RODRIGUEZ LAFORA, Gonzalo, (1918b), ¿Es curable la locura?” El Sol, 16 abril de 1918,
125
Los artículos de Luzuriaga en el diario El Sol son: “El psicoanálisis y la educación” (sección
Pedagogía e Instrucción pública, 3 de marzo de 1919b), “La educación sexual” (el 24 de marzo de
1919a), y “Las relaciones amistosas entre los muchachos de uno y otro sexo”, 10 de junio de 1920a.
126
Véase CAMPOS, Ricardo (2014), “La psiquiatría en la ciudad. Higiene Mental y asistencia
extramanicomial en España en la década de 1920”, Frenia, 4 (1), pp. 101-111.
127
FERNÁNDEZ SANZ, Enrique, (1923a), “Psicoanálisis: un caso de psicastenia fóbica (sesión Real
Academia de Medicina de Madrid), Anales de la Real Academia Nacional de Medicina 43, pp. 408-425,
p. 408.
80
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
creyendo además que éstas se le pegaban en la suela e iba impurificando todos los
lugares por los que pisaba. Como consecuencia de esta preocupación había desarrollado
un estado neurasténico, acompañado de un estado de misantropía por las dificultades
que todo ello le suponía para el desarrollo normal de su vida diaria: “A mi me pareció
éste uno de los casos en los que el psicoanálisis es procedente, aun cuando yo creo que
es un medio de excepción en el tratamiento corriente de las psiconeurosis (…) Pero en
algunos casos graves y rebeldes (…) está justificado el acudir al psicoanálisis, con todos
sus inconvenientes”128
Fernández Sanz ya había publicado en 1921 en los Anales de la Academia de
Medicina el caso de un chico de 14 años que desde niño presentaba un cuadro de
psicastenia compulsiva129. Según el autor el uso de la psicoterapia en los chicos podía
ser “más fácil de llevar a cabo que en las personas adultas, de una parte por esa
simplicidad de la mente infantil (…), de otra parte, porque son mucho más accesibles a
la sugestión, y por esto se dice que los niños son admirables sujetos para la aplicación
de los procedimientos del psicoanálisis”.
Sugestión y transferencia eran para Fernández Sanz los mecanismos por los que
cura el psicoanálisis. Además justificaba la duración de los tratamientos psicoanalíticos
debido a su valor científico “muy superior, por ejemplo, al vulgar hipnotismo, que
practican incluso los artistas de circo (…). El psicoanálisis supone un trabajo enorme
(…) el médico tiene que fijarse en cada cosa, tiene que poner una cantidad de energía
cerebral extraordinaria (…) y por eso el psicoanálisis da resultados muy superiores al
hipnotismo, la sugestión vigil, etc. Con ciertas limitaciones, yo creo que el psicoanálisis
es un método que debe admitirse para el tratamiento de las psiconeurosis”130
Fernández Sanz, que era en estos momentos director del manicomio de Leganés,
había ido poco a poco modulado su postura y ahora legitimaba el uso del psicoanálisis
en determinados casos, siempre y cuando el origen biológico de la dolencia estuviese
descartado y cuándo la gravedad y resistencia a otros procedimientos no ofreciese otra
alternativa. Era seguidor de las novedades psicoanalíticas desde hacía varios años, a las
128
FERNÁNDEZ SANZ, 1923a. p. 410.
129
FERNÁNDEZ SANZ, Enrique, (1921a), “Las psiconeurosis de la infancia”, Anales de la Academia
Nacional de Medicina 41, pp. 287-295.
130
FERNÁNDEZ SANZ, 1923a. p. 418.
81
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
que había hecho sus objeciones131, admitiendo algunas ventajas132. Freud tenía razón,
admitía Fernández Sanz, cuando alegaba “que la mayoría de los que le dirigen
objeciones lo hacen desde el punto de vista teórico, sin practicar su método”133. Hay que
poner en práctica el psicoanálisis para comprender las posibilidades que tiene, su
verdadero alcance y también sus defectos e inconvenientes.134 En España sin embargo,
continuaba diciendo, “se ha practicado y se está practicando muy poco (…) no se le ha
concedido la debida atención, se ha publicado muy poco acerca de él”135 y se está
difundiendo antes por las esferas extramédicas que por los médicos y especialistas “lo
cual no puede ser, porque no podemos consentir los médicos que se nos arrebate el
progreso que representan estas doctrinas, fundamentadas precisamente en necesidades
de orden médico, siendo éste uno de los motivos por los cuales he traído este caso a la
ACADEMIA. ”136
82
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
con el movimiento internacional de psicoanálisis139 y la crítica al factor sexual140.
Segundo porque nos parece significativo el escenario que dibuja: tenemos a Fernández
Sanz, un médico de renombre por esos años, defendiendo e impulsando la práctica
crítica del psicoanálisis, en medio de una sesión de la Real Academia Nacional de
Medicina, institución de peso político-social dentro del ámbito médico de la época.
Además, ese suceso tiene lugar en el inicio de un nuevo período no sólo en lo que
respecta a la difusión del psicoanálisis141, pues pocos meses después tendrá lugar el
Golpe de Estado que pondrá a Primo de Rivera al mando del gobierno del país.
El papel que la Real Academia Nacional de Medicina representó para el
progreso y divulgación de la psiquiatría la convertía en el escenario idóneo para
presentar novedades teórico-prácticas y esgrimir argumentos que presionaran a los
poderes políticos y la administración, con el objetivo de realizar reformas y cambios en
materia de higiene pública y mental. Propuestas reformadoras que, como la creación de
la Liga de Higiene Mental fundada en 1927, estuvieron estrechamente vinculadas a los
avatares políticos de la dictadura de Primo de Rivera. Las iniciales expectativas que
varios profesionales habían puesto en las promesas del gobierno, poco a poco fueron
desapareciendo al comprobar el desinterés y la inoperancia en resolver la caótica
situación sanitaria del país. Un proceso de deslegitimación del gobierno de la dictadura
razas (…) y por ello tenemos que adaptar a las condiciones especiales de nuestros compatriotas”
(FERNÁNDEZ SANZ, 1923a. p. 412), argumento similar al que ya había ofrecido Gayarre en 1909 en
“La génesis sexual del histerismo y de las neurosis en general”. La interpretación de los sueños freudiana
propuesta como la vía regia de acceso al inconsciente no es de su agrado, entre otras cuestiones porque no
le convence el simbolismo sexual. Se muestra en cambio más convencido por el método de las
asociaciones libres o el de las asociaciones verbales “principalmente estudiado por Jung, que forma una
secta aparte dentro del psicoanálisis: es un heterodoxo”. También expone un método mixto, que es el que
utiliza en esta ocasión (FERNÁNDEZ SANZ, 1923a, p. 414).
138
Fernández Sanz argumenta que el psicoanálisis sólo es justificable en casos de extrema urgencia y
cuando el origen biológico esté absolutamente descartado: “(…)la indicación del psicoanálisis en el
tratamiento de las psiconeurosis nos la da la gravedad del proceso y su rebeldía a los procedimientos que
hasta entonces hayamos empleado” (FERNÁNDEZ SANZ, 1923a., p. 410)
139
Como hemos dicho, Fernández Sanz mantiene una distancia teórica, práctica y profesional de lo que
denomina “las sectas del psicoanálisis”.
140
Sobre esta cuestión Fernández Sanz se pronunció en varios textos. En esta ocasión ejemplifica este
rechazo en relación a los casos de neurosis de guerra, en los que está en juego el instinto de conservación
y no el sexual, que los freudianos insisten en anteponer a toda casuística “(…) puesto que se reconoce que
hay complejos no sexuales capaces de determinar psiconeurosis, se verán obligados los mantenedores de
esa teoría a modificar la técnica y a dar entrada al complejo del instinto de conservación. Además de esto,
hay muchos casos de psiconeurosis ordinarias que no se curan con el psicoanálisis, y si con otros
procedimientos” (FERNÁNDEZ SANZ, 1923a, p. 416)
141
Glick señala que hacía 1920 aparece un conjunto de científicos e intelectuales preparados para debatir
el psicoanálisis, una de las tres grandes ideas científicas y “revolucionarias” de la época, junto al
darwinismo y la relatividad. Véase, GLICK, Thomas, (2010), Darwin en España, Valencia, Universitat
de València; GLICK, Thomas, (2005), Einstein y los españoles. Ciencia y sociedad en la España de
entreguerras. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas; GLICK, 1988 y 1993.
83
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
84
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
colegas desafectos al método, sin tener experiencia personal de él”146.
147
También el psiquiatra Gonzalo Rodríguez Lafora publicó “Estudios
psicoanalíticos sobre las obsesiones”, donde exponía dos casos clínicos propios. El
primero de ellos el de una muchacha de 21 años que aparentaba ser “un caso vulgar de
neurosis obsesiva despertada por fatiga emocional, sin embargo, si profundizamos en el
psicoanálisis del caso vemos que como en todas las psiconeurosis el proceso tiene raíces
profundas y antiguas psicogenéticas. El largo diálogo psicoanalítico mantenido con la
enferma nos pone de manifiesto el complejo sexual que ha causado la manifestación
obsesiva actual”. Lafora realizó con esta paciente una especie de interrogatorio sobre
comportamientos y problemas sexuales con los que quiere llegar a la “trabazón lógica”
que ha desencadenado la neurosis y que, una vez hecha consciente, liberará al individuo
de su obsesión148.
En el contexto catalán fue el psiquiatra Emilio Mira el que en estos años puso
en práctica el psicoanálisis149. En 1921 publicó en los Anals de l´Academia i Laboratori
de Ciencies Mediques de Catalunya “Un cas senzill de psicoanalisi” 150 donde exponía
el caso de una muchacha que padecía desde hacía algunos años un síndrome
neurodigestivo poco preciso. En distintas ocasiones había sido tratada como histérica,
psicasténica, neurasténica, hipoovárica, hipoepinefrítica y tuberculosa pulmonar,
habiendo fracasado todos los tratamientos ensayados con ella. Su situación no había
hecho más que empeorar justo en el momento en el que Mira comenzaba el tratamiento
psicoanalítico, con el que afirma conseguir la cura de los síntomas151. Mira realiza un
interrogatorio que acompaña con la “prueba de las asociaciones determinadas” a partir
de la que resuelve el diagnóstico como un caso de neurosis de fijación, provocado por
146
JUARROS, 1921.
147
La formación anatomo-clínica de Lafora no fue necesariamente un impedimento para incorporar el
psicoanálisis, que de hecho, fue también percibido como una doctrina biológica, no sólo psicológica. Al
respecto Glick sostiene que, lo que tienen en común los discípulos de Cajal y Freud, es el darwinismo
(GLICK, 1988). Resulta interesante en este sentido consultar la obra de Sulloway (1992) sobre las
conexiones biológicas del pensamiento freudiano.
148
RODRIGUEZ LAFORA, Gonzalo, (1922) “Estudios psicoanalíticos sobre las obsesiones”Archivos
Medicos de Cirugía y Especialidades, 6 (36), pp. 255-272.
149
Sobre Emilio Mira véase IRUELA, L.M (1988), Vida y obra de Emilio Mira y López, Madrid,
Universidad Complutense de Madrid. Tesis doctoral; IRUELA, L. M. (1993), Dr. Emilio Mira y López.
La vida y la obra. Psiquiatría, psicología y armonía social. Barcelona, Universitat de Barcelona.
ESTARLICH CANET, J.V (1995), Emilio Mira y López: su vida y su obra científica, Valencia,
Universitat de València, Tesis doctoral.
150
MIRA I LÓPEZ, Emilio, (1921), “Un cas senzill de psicoanalisi”, Anals de Ciències Mèdiques,15, pp.
407-413.
151
CARLES, et al. 2000, p. 75.
85
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
86
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
un desarrollo ordenado y pensado para el ejercicio clínico, y no solo como un simple
debate erudito de interés puramente intelectual. El punto central de estos trabajos fue la
traducción de las Obras Completas de Freud, que comenzará a publicar volúmenes a
partir de 1922, antes de que el propio Freud haya concluido su aportación teórica. No
obstante, el primer trabajo que presentó estas características había comenzado a
escribirse algunos años antes.
En 1913 el zaragozano Joaquín Gimeno Riera, inició el proyecto de redactar una
obra titulada El psicoanálisis, con la que quería aportar rigor y exhaustividad en la
comprensión de unos postulados que “malos o buenos (no es la ocasión de juzgarlos ya
que el objeto principal de nuestro trabajo es que el lector los juzgue por sí mismo) son
interesantes”158. Gimeno aportaba una amplia bibliografía crítica y una exposición por
apartados temáticos, en los que compendiaba los principales ítems del pensamiento de
Freud y sus discípulos. Este manuscrito sin embargo, nunca fue publicado159. En 1921
Gimeno abandonó su redacción, un año antes de publicar el artículo “La histeria desde
el punto de vista psicoanalítico”160 en el que presentaba la teoría freudiana de la histeria
como una de las mayores actualidades del psicoanálisis e incluía varias de las ideas
desarrolladas en el manuscrito. No sabemos cuáles fueron las razones que hicieron que
este ejemplar no viese la luz, no obstante pensamos que la aparición del primer volumen
de las Obras Completas de Freud en 1922 pudo influir en el abandono del proyecto, ya
que de alguna forman cubría el objetivo para el que Gimeno había ideado su
manuscrito.
La traducción de las Obras Completas comenzó su elaboración a partir de 1917,
fecha en la que José Ruiz-Castillo Basala inició correspondencia con Freud161. Por
aquella época Ortega, que había recomendado este proyecto a la editorial Biblioteca
Nueva, ya había redactado un texto en el que argumentaba su hipótesis sobre el
158
GIMENRO RIERA, 2016, p.51. El manuscrito está fechado entre 1913 y 1921.
159
Conocemos la existencia de este manuscrito, hasta ahora inédito, gracias a la publicación póstuma que
ha elaborado la editorial Triacastella a cargo de la edición de Miguel Ángel Ferrández Payo, que analiza
los avatares del manuscrito y pone fecha a su proceso de elaboración, convirtiéndose en una de las
primeras monografías de psicoanálisis de autoría española. Veáse LÉVY LAZCANO, Silvia, (2017)
“Una investigación psicológica pura”. La obra inédita de Joaquín Gimeno Riera [reseña a El
psicoanálisis, de Joaquín Gimeno Riera], Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 2017,
37 (131), pp. 299-303, doi: 10.4321/S0211-57352017000100019
160
GIMENO RIERA, Joaquín, (1922), “La histeria desde el punto de vista psicoanalítico”, Arch Ginecop
Obstetr Pediatr, 35, pp. 149-158.
161
RUIZ-CASTILLO BASALA, José, (1972), El apasionante mundo del libro. Memorias de un editor,
Madrid, Agrupación Nacional del Comercio del Libro.
87
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
88
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
económicos168. La traducción estuvo a cargo de Luis López Ballesteros y recibió los
elogios de Freud, que la calificó de “correctísima interpretación de mi pensamiento”169.
El diario El Sol, anunciaba periódicamente los volúmenes que iban apareciendo,
y que estaban teniendo “la suerte poco común de atraer a la masa general de lectores”,
fenómeno que, según el diario, no sólo se explicaba por el contenido psicológico de los
trabajos de Freud, sino que además éste había despertado en el público una curiosidad
que iba más allá, un interés “plenamente justificado por la manera de sistematizar una
serie de fenómenos que en la vida diaria tienen una importancia predominante y que, sin
embargo, están cuidadosamente disimulados, en unos casos, y cubiertos bajo velo de
discreción, en todos”170.
A partir de estos años, el psicoanálisis forma ya parte del saber psiquiátrico y es
de obligada referencia en el tratamiento de las psiconeurosis. Los ambientes
progresistas y liberales de las elites médicas han leído y conocen las principales
hipótesis freudianas, ante las que han podido formarse alguna opinión. Cuentan con
acceso a las Obras Completas de Freud y a los textos de varios psiquiatras españoles. Se
elaboran manuales en los que el psicoanálisis se indexa como herramienta terapéutica, y
varios cursos lo incluyen en sus programas docentes. Es un tema que interesa y que el
diario El Sol publica entre sus páginas. Desde una concepción elástica, de criterios
amplios, el psicoanálisis es una herramienta más entre otras, con un uso reservado para
una casuística concreta, que crítica la exclusividad interpretativa de los psicoanalistas
ortodoxos. Sólo Garma insistirá en lo términos clínicos de la ortodoxia a partir de 1931.
Mientras los españoles estarán más cercanos a las palabras de Lafora:
“Queremos ante todo prevenir de que aunque aceptemos el psicoanálisis
como una nueva ciencia discutible después de ser estudiada seriamente, no
por eso aceptamos el dogma de Freud en toda su integridad, pues
consideramos que la crítica debe expurgarle de numerosas generalizaciones
que la experiencia ulterior ha demostrado no ser constantes. Nuestra posición
respecto a esta cuestión ha de ser crítica pero no iconoclasta. Creemos que la
168
RUIZ-CASTILLO BASALA, 1972, p. 103.
169
Freud escribe una carta en la que aprueba y felicita la correcta traducción de Luis López Ballesteros:
“Siendo yo un joven estudiante, el deseo de leer el inmortal «Don Quijote» en el original cervantino me
llevó a aprender, sin maestros, la bella lengua castellana. Gracias a esta afición juvenil puedo ahora -ya en
edad avanzada- comprobar el acierto de su versión española de mis obras, cuya lectura me produce
siempre un vivo agrado por la correctísima interpretación de mi pensamiento y la elegancia del estilo. Me
admira, sobre todo, cómo no siendo usted médico ni psiquiatra de profesión ha podido alcanzar tan
absoluto y preciso dominio de una materia harto intrincada y a veces oscura” (FREUD, Sigmund, (1923),
“Carta de Luis López Ballesteros, 7 de mayo de 1923”, Obras Completas, t. 4, Madrid, Biblioteca
Nueva)
170
S. (1923,), El Sol, 29 de marzo de 1923, sección Revista de Libros.
89
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
En 1925 el joven Ramón Sarró contaba con 25 años. Había estudiado la carrera
de Medicina en la Universidad de Barcelona y su “vocación por la Psicoterapia y la
Psiquiatría” le llevaron a interesarse por “la Viena de Sigmund Freud, Alfred Adler,
Wagner von Schilder, Karl Buhler, etc.”172.
Tal y como explica en la correspondencia intercambiada con su padre durante
éste período, Sarró partió al extranjero para formarse en una especialidad 173 , el
psicoanálisis, que contaba en España con pocas posibilidades formativas regladas
(existían seminarios y conferencias aisladas, sin solución de continuidad ni programa de
estudios definido), mucho menos de forma oficial, como ocurría en el seno de las
sociedades psicoanalíticas. Según relata el propio Sarró, la lectura de las obras de Freud
le hicieron significar algunos aspectos de su adolescencia desde un punto de vista
psicoanalítico, influyendo en su decisión de partir a Viena para formarse en
psicoanálisis174.
Si pensamos este suceso en términos de difusión y circulación de ideas, adquiere
especial relevancia el hecho de que un joven médico, residente en la Barcelona de los
años 20, considerase el psicoanálisis como opción para la especialización de su carrera
profesional, sabiendo que para ello debía partir al extranjero.
Sarró se trasladó a Viena con el proyecto de convertirse en psicoanalista: “Antes
de mi llegada, ningún catalán y tampoco ningún español había sido recibido por
171
RODRÍGUEZ LAFORA, G. (1923a): “La teoría y los métodos del psicoanálisis” Revista de
Criminología, Psiquiatría y Medicina Legal, 19 (58), pp. 385-408 y El siglo Médico, 26, pp. 721-739.
172
SARRÓ, Ramón, (1978), “Curriculum Vitae (1928-1978)”, Secció de Manuscrits. Fons Ramón Sarró,
Capsa 32, Biblioteca de Catalunya, p. 2
173
SARRÓ, Ramón, (1925-1927), Correspondencia personal con Artur Sarró Bosch, Ms. 9270/1. Capsa
19. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya. Es importante señalar que
la historiografía previa sobre historia del psicoanálisis en España no ha tenido acceso a esta
correspondencia ya que el Fondo Ramón Sarró ingresó en la Biblioteca de Cataluña a finales de julio de
2007, por lo que es posterior a la más reciente tesis doctoral de Druet, fechada en 2006. En este sentido
presentamos un material inédito dentro de este campo de investigación.
174
SARRÓ, Ramón (1986a) “Borrador de <<Mi entrevista con S. Freud>>” para artículo en el diario La
Vanguardia, (Correspondencia corporativa con La Vanguardia, n.57A, Ms. 9270/2. Capsa 29. Secció
Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya.). En la entrevista, finalmente
publicada en 1988, añade que en su época de estudiante circulaba el libro francés de Laforgue y Regis
donde se mencionaba a Freud, pero que fue sobre todo a partir de un artículo de Ortega y Gasset que él
tuvo noticias de Freud. (La Vanguardia, lunes 22 de febrero de 1988 , p.13)
90
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Freud”175. Su interés por el psicoanálisis estuvo fraguado en el contexto catalán, donde
por aquellos años, Mira ya comenzaba a publicar sus primeros textos176 e incorporaba el
psicoanálisis a su docencia177. En este mismo sentido, se puede confirmar la existencia
de canales científicos y formativos de circulación del psicoanálisis que alcanzaron a las
jóvenes generaciones de médicos que, como es el caso de Sarró, se contaron entre el
público lector de las Obras Completas de Freud.
Decidido en su propósito Sarró escribió a Freud solicitándole iniciar un análisis
didáctico en Viena, a lo que Freud respondió en una carta fechada el 10 de septiembre
de 1925:
“Estimado doctor!
En otras circunstancias, me hubiera gustado hacer un análisis didáctico con
usted. Pero se ha inscrito demasiado tarde. Mis horas de trabajo para el
próximo año ya están cubiertas y no puedo añadir nada nuevo. No se deje
disuadir del propósito de hacer un análisis de este tipo y eventualmente venir
a Viena. Si me visita a principios de octubre, me será fácil asignarle a un
excelente analista de entre mis discípulos. Le saluda amistosamente:
Freud”178.
175
SARRÓ, Ramón, (1988), “Profesor Ramón Sarró. Con Freud, en la Viena de mediados de los años
20”, La Vanguardia, lunes 22 de febrero de 1988, p. 13.
176
MIRA, 1921; 1925; 1926a; 1926b; 1927.
177
El 15 de noviembre de 1922 Mira inicia un curso de Psicología Médica en la Academia y Laboratorio
de Ciencias Médicas de Cataluña. En el programa, publicado en los Anals de Ciencies Mediques (16 de
noviembre de 1922), dedica la lección número 22, de 25, al tema “La repressió, l´inconscient y el
psicoanálisis. Concepte modern de les Psiconeurosis” (CARLES, et al. 2000, p. 77)
178
FREUD, Sigmund, (1925), Sèries triades per Ramón Sarró. Cartes exhibides, 10 de septiembre de
1925, Ms. 9270/4.1. Capsa 32. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano, Biblioteca de Catalunya,
Traducción al castellano directamente del original en alemán por Giuliana Zeppegno.
91
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
92
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
A finales de septiembre de 1925, Sarró tomó un tren camino a Viena y por
mediación del compositor catalán Roberto Gerhard, que se encontraba en la ciudad
austriaca para estudiar con Arnold Shönberg, concertó su primera visita con Freud179.
Según escribe Sarró en el borrador de una entrevista que concedería al periódico la
Vanguardia en 1986, finalmente publicada en 1988, Freud le recibió con la mayor
naturalidad, considerando apto su alemán para iniciar una formación psicoanalítica y
haciéndole tres recomendaciones: que no leyera libros de psicoanálisis durante su
análisis didáctico; que ampliara su formación psiquiátrica visitando la Clínica
Universitaria de Neurología y Psiquiatría que dirigía Wagner von Jaureg, psiquiatra de
gran relevancia que obtuvo el premio Nobel durante la estancia de Sarró en Viena; y
que comenzase el análisis didáctico con Helene Deutsch 180 . Sarró, siguiendo sus
recomendaciones, comenzó su análisis con Deutch, “belleza judía, era conocida por su
libro sobre el psicoanálisis de las funciones sexuales femeninas, adhiriéndose a la
concepción freudiana que la sexología actual ha rechazado como aberrante”181.
En el informe de la Asociación Psicoanalítica de Viena, Helene Deutsch certifica
la consecución del análisis didáctico, así como algunas actividades en las que Sarró
participó en Viena, señalando la interrupción de todas ellas en 1927, por una causa
familiar inesperada, que le impidió llegar a completar los tres años reglamentarios del
179
Sobre este primer encuentro Sarró dirá que tanto Freud como él fueron conscientes de lo que
significaba: era, en el orden profesional, el primer contacto del psicoanálisis de Freud, no sólo con España
sino también con Hispanoamérica. (SARRO, 1986a). Sarró de esta forma configura una especie de
genealogía mitificada entre el psicoanálisis de Freud y el mundo hispano, en el que sitúa este suceso
como “el primer encuentro” y a él mismo como el actor principal del mismo. Lugar que reclamará en
numerosas ocasiones, como legítimo conocedor y por ello crítico autorizado de las ideas de Freud y su
escuela. De hecho, en el borrador a una carta con destinatario el periódico La Vanguardia, escrita con
motivo del retraso en la publicación del articulo “Mi entrevista con S. Freud” (finalmente publicado en La
Vanguardia el lunes 22 de febrero 1988) Sarró menciona que suponía que La Vanguardia “recibiría con
alborozo un artículo que se refiere al contacto personal con el hombre más universal de nuestra época,
con razón o sin ella” y que lo publicaría sin demora “comprendiendo plenamente su significación
transcendental” (SARRÓ, Ramón, (1986b), Correspondencia corporativa con La Vanguardia, 3 de
noviembre de 1986, n. 58, Ms. 9270/2. Capsa 29. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano.
Biblioteca de Catalunya). También en esos años, con motivo de la celebración del Congreso Internacional
de Psicoanálisis en Madrid, Sarró escribe a José Germain proponiéndole participar en el mismo con una
intervención titulada “Recuerdos personales sobre Sigmund Freud y el círculo psicoanalítico”, destaca en
esta carta la descripción de sí mismo como “el único superviviente de la época de Freud”, lugar que como
vemos, no sólo no rechaza, sino que hace uso estratégico e interesado del mismo. (SARRÓ, Ramón
(1983), Correspondencia personal con José Germain, 18 de julio de 1983, n. 31, Ms. 9270/1. Capsa 7.
Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya).
180
Las recomendaciones que Freud dio a Sarró en este encuentro no aparecen en la versión final de esta
entrevista (La Vanguardia el 22 de febrero de 1988). Sí lo hacen en cambio, en otra entrevista concedida
a José Sánchez Lázaro en 1985 (SÁNCHEZ LÁZARO, José, (1985), “El Dr. Ramón Sarró y la historia de
la Psiquiatría”, en Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 5 (12) pp. 23-28.
181
SARRÓ, 1986a, p. 3.
93
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
182
DEUTSCH, Helene, (1933), “Lehrauschuβ Wiener Psychoanalitischen Vereinigung”. Certificado de
análisis didáctico y formación psicoanalítica de Ramón Sarró. Sèries triades per Ramón Sarró. Cartes
exhibides, 21 noviembre 1933, Ms. 9270/4.1. Capsa 32. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano,
Biblioteca de Catalunya. Traducción al castellano directamente del original en alemán por Giuliana
Zeppegno.
94
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
95
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
183
La carta de Deutsch a Sarró dice lo siguiente: “Estimado colega. Desde luego tiene que seguir con su
análisis. Trataré de llegar a un acuerdo entre mis peticiones y sus posibilidades de pago. Sólo, me gustaría
saber con tiempo cuándo va Usted a regresar, para poderme organizar. Esto no obstaculizará el plan de
llevar a cabo a parte su pasantía en el policlínico de Berlin. Pero su propio análisis, ya empezado, tendrá
que terminarlo en Viena. Mis mejores saludos, Helene Deutch” (DEUTSCH, Helene, (1926),
Correspondencia personal con Helene Deutsche, 29 de septiembre de 1926, Ms. 9270/1, Capsa 5, Secció
Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano, Biblioteca de Catalunya. Traducción al castellano directamente
del original en alemán por Giuliana Zeppegno). El 31 de mayo de 1927 Sarró le cuenta a su padre que
tanto a sus supervisores clínicos (entre ellos Wilhelm Reich y Hermann Nunberg) como a Deutsh, les
debe dinero “Procuraré arreglar las cosas pagando poco. A la Dra. Deutsch con la cual me conviene estar
muy bien ya me cuidaré de convencerla” (SARRÓ, Ramón, (1927b), Correspondencia personal con
Artur Sarró Bosch, 31 de mayo de 1927, Ms. 9270/1, n.44, Capsa 19. Secció Manuscrits, Fons Ramón
Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya, p. 3)
184
BUQUERAS BACH, Francisco Javier, (2004), “Dels arquetips de Carl Gustav Jung als mitologemes
de Ramón Sarró”, Gimbernat. Revista catalana d´història de la medicina i de la ciència, 42, pp. 377-388,
p. 384. La hermana de Sarró, Lucia, le escribe una tarjeta postal a Viena el 17 de noviembre de 1927 en la
que le informa de que su padre está aún enfermo: “Papá sigue igual muy cansado con menos dolor y todas
las noches tiene fiebre. Aún no visita. Dice el Dr. Mestres que son cálculos. Te abraza tu hermana Lucia”
(SARRÓ BURBANO, Lucia (1927e), Correspondencia personal con Lucía Sarró Burbano, 17,
noviembre de 1927, Ms. 9270/1. Capsa 19, Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca
de Catalunya)
185
DEUTSCH 1926.
186
Su correspondencia es fiel reflejo de esta situación, con intercambios epistolares con autores como
Jacques Lacan, Jacobo Lévy Moreno, Francesc Tosquelles, Ludwig Binswanger, etc., Sarró se
consideraba, tal y como escribe a Carlos Castilla del Pino –con quien, a pesar de las diferencias, dice
tener similitudes teóricas y una relación de cariño y respeto-, de “la familia de los psíquicos” frente a la
orientación biológica y farmacológica que predominó en la psiquiatría a partir de los años 70 y ante la que
sostiene la necesidad de establecer una alianza entre los que son contrarios a ella (SARRÓ, Ramón,
(1972-1984), Correspondencia personal con Carlos Castilla del Pino (1972-1984), Ms. 9270/1, Capsa 3.
Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya)
96
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Sobre el abandono de su formación ortodoxa, Sarró cuenta en una entrevista
concedida a José Sánchez Lázaro en 1985 que tuvo una decepción con el psicoanálisis,
originada inicialmente en su propio análisis con Helene Deutsch quien atribuyó esta
decepción a una resistencia. Sarró quedó desencantado al descubrir que la pretensión
freudiana de recuperar las vivencias infantiles enterradas en el inconsciente, ambición
que él había interpretado de forma literal187, no era posible ya que el niño no posee los
marcos categoriales necesarios para fijar el recuerdo, por lo que la anamnesis
psicoanalítica no era más que un esfuerzo por reconstruir con el analista estos
momentos (lo que fue denominado por Freud, transferencia). Esta constatación estaría,
según relata, en la base del abandono de su análisis didáctico y del psicoanálisis
ortodoxo, orientando toda su formación hacía una nueva psicoterapia, que aprovechase
lo valioso que hay en Freud pero que se emancipase del mismo para adentrarse en
campos que Freud no había explorado188.
Resulta interesante contrastar, y en cualquier caso complementar, este
testimonio, proferido por el Sarró adulto, con algunos acontecimientos y con las
impresiones del joven Sarró, a través de la lectura de su correspondencia personal.
Tal y como redacta en su curriculum vitae, la etapa de Viena “fue decisiva para
su carrera científica”189. Su pensamiento psiquiátrico y psicoanalítico posterior, siempre
en deuda con lo aprendido en su experiencia vienesa, y el entusiasmo que se desprende
de su correspondencia con familiares y amigos durante este periodo, dan cuenta de la
relevancia de este viaje. El tono de las cartas escritas desde Viena es el de un joven
187
Sarró menciona que la pretensión de relacionar causalmente su adolescencia con los primeros
momentos de su infancia, en los que vivió la muerte de su madre y el nuevo matrimonio de su padre con
la hermana de la madre, le llevaron a querer formarse en psicoanálisis (SÁNCHEZ LÁZARO, 1985. p.
24) y añade en la entrevista de la edición impresa de La Vanguardia del lunes 22 de febrero de 1988 que
durante su adolescencia padeció una excesiva timidez en relación al sexo femenino que él atribuyó
psicoanalíticamente a este pasaje con la prematura muerte de su madre y el haber tenido una infancia
criado por su madrastra y tía. (SARRÓ, 1988, p. 13)
188
SÁNCHEZ LÁZARO, 1985, p. 25. En esta misma entrevista Sarró comenta que el hecho de haber
sido discípulo directo de Freud hizo que su propia persona despertase un fuerte interés, sobre todo en
América, aunque él consideraba que sus mayores aportaciones a la psiquiatría venían precisamente de
haberse separado de Freud, para avanzar en el análisis del delirio, tema central a lo largo de toda su obra
psiquiátrica desarrollada en España (p. 24) En una carta de Sarró a José Sánchez Lázaro el 10 de febrero
de 1986, menciona una entrevista que le han hecho para la revista El Médico, publicada en el número 172
de enero de 1986, en la que habían resaltado la siguiente frase: “me gustaría que se me recordara más
como parricida de Freud, que como su alumno”. Esta frase resume bien la contradicción constante en la
postura de Sarró: entre el prestigio de haber sido discípulo directo de Freud –linaje que uso y reivindicó
numerosas veces- y la crítica a Freud, junto a la queja por considerar que en ocasiones había sido más
valorado por haberse formado con Freud que por su propia obra psiquiátrica. (SARRÓ, Ramón (1986c),
Correspondencia personal con José Sánchez Lázaro, 10 de febrero de 1986, Ms. 9270/1, Capsa 18,
Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya).
189
SARRO, 1978, p. 2
97
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
estudiante que está descubriendo con emoción una nueva formación, que considera
relevante para su carrera médica y en general para el futuro de la psiquiatría. Sarró
relata entusiasmado elementos de su propio análisis o cuenta los conocimientos que está
adquiriendo en Viena. Por ejemplo, a Luis Marsillach Burbano190, con quien suele
intercambiar ideas sobre temas de filosofía y literatura, le cuenta en el año 1926 varios
detalles sobre su aprendizaje del psicoanálisis, el estado de su análisis didáctico y, en
general, la emoción que está despertando en él toda esta experiencia:
190
Luis Marsillach Burbano era el primo y hermanastro de Sarró.
191
SARRÓ, Ramón, (1926a), Correspondencia personal con Luis Marsillach Burbano, Enero 2016? [la
carta no indica fecha, alrededor de enero de 2016], Ms. 9270/1, Capsa 11. Secció Manuscrits, Fons
Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya.
98
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
“(…)Ayer estuve invitado a una discusión que excepcionalmente tuvo lugar
en casa de Freud. En total debíamos ser unos 15 metidos en un despacho. El
motivo de la discusión era el problema de la angustia. Yo quería que Freud
manifestase lo que se había propuesto en su ultima [¿charla?],
“Hemmung, Symptom und Angst” [“Inhibición, síntoma y angustia”, texto
de Freud publicado en 1926]. A este fin uno de nosotros hizo un resumen del
libro exponiendo los problemas que no aparecían claros. El principal era
saber si la angustia era el producto de la transformación de la libido o una
señal que el yo producía ante la proximidad de un peligro lo mismo si este es
externo o interno. Si el yo es un juguete sin poder alguno entre los instintos y
las instancias que representan los [¿deberes?,] etc.
Freud habló ayer bastante largamente. A medida que iba hablando fue
aclarándose todo. A parte de las observaciones técnicas que hizo sobre la
materia hizo otras sobre cuestiones más personales. Dijo que uno de los
motivos que le habían impulsado a escribir su obra fue la aparición de otra
de un discípulo Rank titulada el trauma del nacimiento. Cuando apareció
dice todos tuvimos la impresión de que había en ella mucho de cierto pero
que todo no podía serlo. Rank se enamoro de su descubrimiento como de
una mujer, solo vio sus cualidades y no supo ver sus defectos, no vio que era
una contribución parcial, lo tomo por una contribución total y prescindió de
las aportaciones de los demás. Más el trabajo científico no debe erotizarse de
este modo. La ciencia no esta hecha para satisfacer a uno solo. Hay por
decirlo así [que] poseer bastante (Hilflosigkeit) conciencia del propio
desamparo para dejar a los demás su valor.
Gastó algunas sátiras muy finas contra los que le acusan de no cambiar
nunca de opiniones y contra los que le acusan de cambiarlas constantemente.
Así es el tono de un hombre que se siente superior. Sin esfuerzo fue
hablando y derramando luz en torno suyo. Dijo también que los hombres no
saben pensar y que todavía no pueden prescindir del catecismo que les
contestaba todas las pregunta.
Luego nos dieron café y dulces. Me saludo afectuosamente y me preguntó si
iba comprendiendo la Psicoanálisis. Luego continuo la discusión que fue tan
movida como infructuosa hasta que Freud se levantó cansado sin decirlo [¿le
vi disparar al aire?]
Tuve una gran alegría de haber asistido a dicha sesión. Habló naturalmente
mucho más de lo que os he comunicado. Yo soy el encargado de repetirlo en
el seminario de los jóvenes dentro de algunas semanas en que discutiremos
el mismo problema”.192
99
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
Durante estos años Sarró llevó al menos cinco casos clínicos: “Ya os dije que
tenía en tratamiento cinco enfermos. Ahora son cuatro porque a uno de ellos le he dado
el alta curado de una impotencia psíquica, de estreñimiento y de algunas anomalías de
carácter. Todos ellos los analizado bajo control uno con el Dr. Hitsdiman [?] otro con el
Dr. Nunberg y dos con el Dr. Reich.”194
Transmitía con emoción sus logros y defendía la consecución de su formación
en Viena ante los reclamos de su familia que, a través de la pluma del padre Artur Sarró
Bosch, le instaba a regresar a Barcelona por motivos económicos, laborales y
personales. La siguiente carta de Artur Sarró dirigida a su hijo el 29 de marzo de 1926
resume bien los entresijos familiares, constantes a lo largo de toda la correspondencia
entre padre e hijo durante el periodo vienés.
“Cuando te marchaste fue por tres meses, después dijiste 6, los hará el mes
que viene y ahora dices…muchas cosas de las cuales no me convence
ninguna. Yo creo que has ido a Viena a estudiar la parte fundamental y
general de una especialidad, como si dijésemos la [ilegible ¿no el …el caso
particular?]. Esto a lo menos, es lo que han hecho y hacen la mayoría de los
especialistas (…). Por otra parte la situación económica de tu familia no es
lo desahogada que todos desearíamos fuera para continuar viviendo tu en el
extranjero (…). Tu deberías sintetizar los conocimientos adquiridos y tengo
la seguridad encontrarás que con ellos puedes no solo lucir sino brillar, con
luz propia. Es difícil encontrar en España quien haya podido permitirse 6
meses estudiando una especialidad en el extranjero, no hablo de aquellos
cuyos medios les han permitido hacer la carrera allí. En la Mutua llama la
atención el que nada digas de tu regreso y por dos veces han tratado de
presentar médicos por aquello de si tu lo dejabas y no. Ya comprenderás
como yo he rechazado tal suposición.
En fin hijo medita todo lo que te digo, lo que no te digo y después haz un
profundo examen de conciencia (...) Adiós hijo mio, me dijistes un día que
yo debía decírtelo todo tal como lo pensara, pues muy por encima por
encima, ya esta. Tu eres mayor de edad y puedes y debes [¿evaluar?] pero
teniendo en cuanta todos los elementos de juicio y circunstancias que los
condicionan. Te ama con alma i vida, tu padre que estrechamente te
abraza”195 .
rivalidad entre ella y el Dr. Reich-que naturalmente no mencionó me recomendó sin expresarlo
claramente que no fuera al control con él. Yo contesté que ya reflexionaría he hice lo que me pareció más
acertado. Supongo sin embargo que no se molestara en lo más mínimo o por lo menos lo deseo”.
(SARRÓ, 1927b)
194
SARRÓ, 1927b.
195
SARRÓ, Ramón, (1926b), Correspondencia personal con Artur Sarró Bosch, 29 de marzo de 1926,
Ms. 9270/1, ,Capsa, 19. N. 22/32 [esta carta está fechada por error en 1925 (n. 22), se corresponde con el
fragmento que aparece fechado en 1926 (n.33)]. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano.
Biblioteca de Catalunya.
100
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Sarró sin embargo, después de esta carta, estuvo en Viena aún más de un año.
Costeó su estancia inicialmente con una beca de la fundación von Humboldt196 y luego
con el dinero de su familia y la parte que le correspondía de la herencia de su abuelo,
que su padre debía autorizar. El padre le instaba a que ocupase en Barcelona el puesto
de médico en la Mutua reservado para él y el joven Sarró se resistía y ansiaba prolongar
su estancia en Viena, cuna de la cultura europea del momento197. El 8 de junio de 1927,
esta vez en palabras del hermano Alejandro Sarró, la situación seguía siendo
prácticamente la misma: “Ayer leí una carta tuya dirigida a nuestro Padre y de ella
como de costumbre no pude sacar nada en claro, sobre tus determinaciones. Lo que
interesa sobre todo es saber si vendrás aunque solo sea durante el mes de Julio. Papá por
la situación en que se halla con la Mutua no quiere dejar ninguno de los médicos de allí
como sustituto y no podrá por lo tanto veranear si tu no vienes, lo que ocasionaría
graves contratiempos, ya que por otra parte se halla muy necesitado de descanso”198.
El hermano de Sarró añade otro dato muy interesante en esta carta en respuesta
al lugar de autoridad en el campo del psicoanálisis que Sarró podría estar pensando
ocupar a su regreso de Viena. Alejandro Sarró advierte a su hermano sobre la reputación
que otro psiquiatra catalán, Emilio Mira, comenzaba a ocupar por aquel momento:
“Sobre lo de Miras [sic]. Se está haciendo muy popular y Trías de Bes, el médico, me
dijo que en tu lugar y dando por sentado que te hallabas lo suficientemente preparado
(eso tu lo sabrás) se instalaría aquí a bombo y platillo, pues cree que es el momento sin
esperar a que Mira que está muy bien situado desde el Laboratorio de Orientación
Profesional y otros sitios conquistara definitivamente el mercado. Esta es una opinión
suelta que he recogido, la única, mejor dicho y te la comunico por si puede
interesarte”199.
196
En la correspondencia con el padre, el 19 de abril de 1927 Sarró le explica su decisión de renunciar a
la beca de la Fundación Humbolt de Berlín, donde le esperaban en mayo de ese año con una asignación
de 125 marcos mensuales, ya que desea quedarse en Viena –donde acaba de ser invitado a una discusión
en casa de Freud, que tendrá lugar unos días más tarde y que relatará en la carta del 28 de abril de 1927
(SARRÓ, 1927a, y SARRÓ, Ramón, (1927c), Correspondencia personal con Artur Sarró Bosch, 19 de
Abril de 1927, Ms. 9270/1, n. 39, Capsa 19. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca
de Catalunya)
197
El 31 de mayo de 1927 Sarró explica a su padre, en relación al puesto de médico de la Mutua, que
aunque es muy agradable saber que cuando regrese a España cuenta con un sueldo seguro de 200pts, esta
situación sólo la sostendría momentáneamente, ya que no se encuentra entre sus proyectos quedarse en
esa plaza: “Tengo sobrados motivos para [¿creer/crecer todavía poco tiempo?] cómo mi futuro esta
íntimamente enlazado con mi descubrimiento actual en Viena” (SARRO, 1927b)
198
SARRÓ, Ramón, (1927d) Correspondencia personal con Sebastià Sarró Burbano, 8 de junio de 1927,
Ms. 9270/1, Capsa 19. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya
199
SARRÓ, 1927d.
101
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
Emilio Mira era por estos años y sobre todo dentro del contexto catalán, el
principal impulsor del psicoanálisis además de gozar de cierto prestigio en el ámbito de
la psiquiatría catalana. Había publicado varios trabajos psicoanalíticos que acompañaba
con fragmentos de su propia clínica, por lo que era, en este ámbito, una de las figuras
más visibles. Esta situación quizás tensó los deseos de Sarró de ocupar un lugar de
prestigio en “el mercado” de la psiquiatría o la psicoterapia, en su caso a partir de la
formación psicoanalítica (capital simbólico de ambos psiquiatrías, Sarró y Mira) que
estaba cursando en Viena, y que le colocaba en un lugar de exclusividad: el único que se
había formado junto a Freud, lo que, según esa genealogía psicoanalítica “oficial”, le
confería cierta autoridad200. En este sentido, pensamos que la legitimidad a la que Sarró
aspiraba (“conquistar el mercado”, conseguir prestigio en el ámbito español) no requería
necesariamente de un certificado de la IPA, si no que bastaba con el hecho haberse
formado con Freud y su escuela, el grupo “originario” del psicoanálisis. Según el propio
Sarró relató en 1984 “en los años en los que yo estudiaba en Viena con Freud, al final
de la tercera década, se producía una aproximación entre la psiquiatría tradicional y el
psicoanálisis, en la cual, la instancia rectora era la fenomenología. Hombres como
Emilio Mira, yo mismo, encarnábamos esta orientación ”201. Pero, sólo Sarró estuvo en
contacto directo con Freud, lo que a nivel científico-social le daba la autoridad del
“discípulo directo” para divulgarlo y, como finalmente fue su intención, para derrocarlo:
“No quisiera pecar de inmodestia, pero creo que nuestras investigaciones sobre el
análisis temático de los delirios endógenos, constituyen un importante progreso sobre el
pensamiento de Freud, de Jung y de Binswanger”202. Según relató a La Vanguardia, al
regresar de Viena, “participé en congresos y me preparaba la cátedra, pero no como
200
Deseos que no cesaron, pues se reclama como el “psicoanalista español” numerosas veces y, al mismo
tiempo, también se quejará de que se le recuerde más por haber visitado a Freud que por su propia obra
psiquiátrica.
201
SARRÓ, Ramón, (1984), Correspondencia corporativa con El Correo Catalán, borrador entrevista sin
fecha de publicación, 1984?, Ms. 9270/2, Capsa 25. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano.
Biblioteca de Catalunya, p. 2.
202
SARRÓ, 1984, p. 4. Sobre Ludwig Binswanger es interesante la carta que Sarró escribe a su hijo, W.
Binswanger, con motivo de un homenaje al padre, en la que dice: “Je suis persudé que si Freud, au lieu
d´utiliser comme point de départ pour ses recherches la protsiforme et sugestionable histèrie il fut
commencé par les délires, il serait arrivé à des conclusions complètement opposés et il n´aurait proposé
un modèle de personnalité comme “Das Ich und Das Es”. Votre père a voulu combler cette énorme lacune
de la Psychanalyse et aussi de la Psycopathologie classique (qui se satisfait avec les concepts formales
des “perceptions délirantes”). Ce que j´essaie c´est de suivre la voie qu´a ouvert votre père. Il a frayé una
voie nouvelle avec l´analyse du “Dassein psychotique”. Il a montré que l´historicité qu´a étudié Freud,
c´est seulement une dimension d´un champ plus vaste qu´il faut compléter avec l´analyse d´autres
existencielles” (SARRÓ, Ramón (1976?), Correspondencia personal con W. Binswanger (hijo de L.
Binswanger), sin fecha, 1976?, Ms. 9270/1, Capsa 2. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano.
Biblioteca de Catalunya, p. 2-3)
102
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
apóstol del psicoanálisis. Fui, pues, un pionero y comencé trabajando con clientela
general psiquiátrica y realizaba sesiones de psicoanálisis, pero siempre en un sentido
más ecléctico, que luego no tardó en extenderse y difundirse”203.
Apóstol o no del psicoanálisis , reivindicó el papel del pensamiento de Freud en
la psicoterapia y la psiquiatría moderna e hizo gala de su linaje freudiano. En este
sentido, en 1967 en una carta dirigida a su hija Blanca, Sarró le cuenta que en París ha
adquirido dos cartas autógrafas de Charcot dirigidas a Gilles de Lataurette204: “Son muy
interesantes. Una de ellas habla de investigaciones alemanas sobre la orina de los
histéricos que confirman las teorías que en aquella época tenía Charcot. La carta es de
1892; Charcot murió en 1893. En aquellas épocas Breuer y Freud habían superado
radicalmente a Charcot. Convenientemente enmarcadas las pondremos en el servicio
junto con la carta que yo recibí de Freud invitándome a ir a Viena, el Certificado de
Helene Deutsch, y el Certificado de mis trabajos y análisis didácticos. Quizás en el
futuro se les reconocerán un valor histórico en la medida en que se desarrolla el
psicoanálisis. Marcarán el primer contacto de la Psiquiatría Española con el
Psicoanálisis”205. Sarró expuso todas estas cartas en su despacho206.
203
SARRÓ, 1988, p. 13.
204
CHARCOT, Jean-Martín, (1892), Sèries triades per Ramón Sarró. Cartes exhibides, Paris 9 octubre
de 1892, Ms. 9270/4.1, Capsa 32. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano, Biblioteca de
Catalunya. Carta en la que Charcot informa a Gilles de la Tourette de una publicación alemana que incide
en las teorías de Charcot sobre el gran ataque histérico que se presenciaba en el hospital de la Pitié-
Salpetrière.
205
SARRÓ, Ramón, (1967), Correspondencia personal con Blanca Sarró Martin, 7 de septiembre de
1967, Ms. 9270/1, Capsa 20, Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano, Biblioteca de Catalunya,
p. 1-2. En esta carta además Sarró recomienda a su hija que se interese por el movimiento estructuralista
francés, centrado en tres figuras clave: Claude Levi-Strauss, Jacques Lacan y Michel Foucault.
206
Plotkin y Ruperthuz presentan en Estimado doctor Freud (2017) la correspondencia entre Freud y
varios autores latinoamericanos. A partir de este material analizan, siguiendo las ideas de Marcel Mauss
en su conocida obra Ensayo sobre el don, el valor y el significado de los intercambios de fotografías
autógrafas y otros documentos, que frecuentemente, los corresponsales de Freud exponían en lugares
visibles. Siguiendo esta perspectiva, ponemos la atención en el hecho de que Sarró colgase estos
documentos (la carta de Freud y el certificado de Deutsch) en su despacho, haciéndolos funcionar como
marca de su linaje psicoanalítico. Son la prueba de su relación con Freud y con Viena, de su vínculo
familiar.
103
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
104
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Todavía en 1972, con motivo de un homenaje a Mira en el que Sarró participó,
éste le escribía al doctor José Pozuelo contándole lo sucedido, destacando la pretensión
de los participantes de ensalzar a Mira como “el García Lorca de la Psiquiatría”, un
reconocimiento que, según aducían los psiquiatras de otro credo político, no le habrían
otorgado con anterioridad por motivos ideológicos y por envidias. Ante esta situación,
Sarró se alegraba en la carta de haber hecho prevalecer su tesis de que “no solo Mira
sino la generación a la que él pertenecía con Sanchez [sic] Banús, Sacristán y Lafora,
había sido una generación malograda y que Mira era más un psicotécnico que psiquiatra
y que en América no convalidó su título y que salió de España en una etapa todavía
incipiente de su formación psiquiátrica”208
Ramón Sarró, fue catedrático de la Universidad de Barcelona desde 1950, tuvo
una relación con el psicoanálisis de “amour malhereux” o si se quiere ambivalente209.
Dedicó gran parte de su trabajo intelectual a incorporar a la psiquiatría franquista lo que
consideraba valioso de la obra de Freud y otros psicoanalistas210 En concreto propuso el
análisis de los delirios como vía regia de acceso al inconsciente, cuestionando el Edipo
freudiano y el análisis de la neurosis. Facilitó en este sentido la circulación y difusión de
ideas psicoanalíticas desde su lugar de prestigio, tanto en la cátedra como en el
estamento médico afecto al régimen. Su amplia correspondencia con autores de
orientación psicoanalítica es fiel reflejo de este interés, influyendo en los jóvenes
psiquiatras. De hecho fue un discípulo suyo, José Luis Mediavilla211 quien promoverá la
creación en los años 70 del “Circulo psicoanalítico Ramón Sarró”, del que será
208
SARRÓ, Ramón (1972) Correspondencia personal con Dr. José Pozuelo. 15 de junio de 1972, Ms.
9270, Capsa 16 Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya. Secció Manuscrits. Sobre las
enemistades con la generación de Mira, Sarró escribe a López Ibor el 15 de junio de 1965 una carta en la
que le cuenta que se desplazará a Madrid con motivo del homenaje a Lafora en el que va a participar “A
pesar de que yo soy <<el más ofendido>> entre las personas que ha ofendido Lafora en su querellante
vida, le aprecio por diversos conceptos, y, además, porque tengo un concepto hegeliano, no darwinista, de
la amistad. He visto que se ha inscrito al homenaje la Sociedad Española de Psiquiatría, pero no la de
Psicoterapia y Psicosomática; probablemente no han sido invitadas. Una de las razones para participar ha
sido el que no creo conveniente que el grupo Lafora o post-Lafora, que no deja de ser continuación de la
escuela de Cajal, se adjudique con exclusividad una tradición y una escuela importantes. ¿Has pensado si
te conviene enviar tu adhesión?” (SARRO, Ramón (1965), Correspondencia personal con Juan José
López Ibor, 15 de junio de 1965, Ms. 9270/1, n 17, Capsa 10, Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i
Burbano. Biblioteca de Catalunya)
209
SARRÓ, 1978. p. 2
210
Sobre la lectura fenomenológica que Sarró hizo del psicoanálisis véase SARRÓ BURBANO, Ramón,
(1959), “La interpretación del mito de Edipo en Freud y en Heidegger”, Revista de psiquiatría y
psicología médica de Europa y América Latinas 4 (1), pp. 9-14.
211
Sobre Sarró este autor publicará MEDIAVILLA, José Luis, (1980), Conversaciones con Ramón Sarró.
Psicoanálisis y locura, Barcelona, Laboratorios Hoescht; y otra obra sobre la amplia correspondencia que
mantuvieron en MEDIAVILLA, José Luis, (2001), Mito y delirio: cartas de Ramón Sarró, 2001, Oviedo,
KRK.
105
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
106
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
en contacto con el Instituto Psicoanalítico de Berlín, dirigido por Max Eitingon216.
Garma expresó a Eitingon su interés por cursar una formación psicoanalítica y éste le
recomendó iniciar su análisis didáctico con Theodor Reik217, psicoanalista no médico
discípulo de Freud que había emigrado de Viena acusado de ejercer la práctica ilegal de
la medicina. La polémica desatada en relación a este caso hizo a Freud pronunciarse en
defensa de su discípulo y en 1926 publicó “Análisis profano. (Psicoanálisis y
Medicina). Conversaciones con una persona imparcial” donde se mostraba a favor del
ejercicio profano (no médico) del psicoanálisis218.
Entre los años de 1929 y 1931 Garma realizó con éxito su formación
psicoanalítica en Berlín: asistió a seminarios, pronunció conferencias y completó su
análisis didáctico con Theodor Reik. Según el mismo relate “(…)empecé a
psicoanalizarme y me pareció un proceso maravilloso. Para mí el encuentro con el
psicoanálisis fue una cosa maravillosa. Tuve la sensación de que era lo que había estado
buscando toda mi vida, sin saber que lo había estado buscando. Así como con la
psiquiatría había tenido una cierta desilusión, que no percibía conscientemente, pero que
sentía dentro de mí, con el psicoanálisis fue una sensación de maravilla absoluta” 219.
Garma había tenido una infancia difícil. Sus padres habían emigrado a Buenos
Aires en 1908 quedando él junto a su hermano José María al cuidado de sus abuelos.
Durante estos años tuvo lugar un suceso traumático que marcaría la vida de Garma. Su
padre fue encontrado muerto en extrañas circunstancias en el almacén del negocio que
poseía en la ciudad de Buenos Aires220. A los pocos meses de su muerte, la madre de
Garma, Cirila Zubizarreta se casó con Salvador Garma, hermano del difunto padre de
Garma. Fruto de este matrimonio nacieron los que serían sus medio hermanos, medio
primos. El propio Garma señalaría en su edad adulta que su vocación por la psiquiatría
216
HUERTAS, 2002b, p. 65.
217
VERA FERRANDIZ, Juan Antonio, (1996), “El porvenir de una ilusión: Ángel Garma y el
psicoanálisis en España” en SAIZ, Milagros; SAIZ, Dolores (Coords.), Personajes para una historia de
la Psicología en España, Madrid, Pirámide, pp. 423-446. p. 430.
218
FREUD, Sigmund (1981 [1926]), “Análisis profano (Psicoanálisis y Medicina). Conversaciones con
una persona imparcial”, Obras Completas, Madrid, Biblioteca Nueva 4º ed, t. III, pp. 2911-2959. Véase
SÁNCHEZ-BARRANCO RUIZ, Antonio; SÁNCHEZ-BARRANCO VALLEJO, Pablo; BALBUENA
RIVERA, Francisco, (2002), “El análisis no-médico, ¿una controversia superada?, en Revista de la
Asociación Española de Neuropsiquiatría, 82, p. 89-102.
219
MOM, Jorge, M, (1984), “Entrevista a los fundadores (I): Ángel Garma”, Revista de Psicoanálisis
(Asociación Psicoanalítica Argentina), 40 (5-6), pp. 899-914, p. 903
220
MARKEZ, Iñaki, (2006), “El joven Garma: de Berlín y Madrid a la organización del psicoanálisis
argentino” Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 26, (2), pp. 153-186. p. 154-155.
107
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
221
MARKEZ, 2006, p. 155.
222
Iñaki Markez señala que Garma relacionaba su pasión por la investigación psicoanalítica con los
sucesos traumáticos de su infancia (MARKEZ, Iñaki, (2005), El bilbaíno Ángel Garma (1904-1993)
fundador del psicoanálisis argentino, Bilbao, BBK, p 18) Al mismo tiempo Garma menciona en una
entrevista realizada por la Unidad de Historia de la Psicología de la Universidad de Murcia en 1985 que
sus conflictos inconscientes con familiares cercanos “cuyos contenidos descubrí psicoanalíticamente”
estuvieron en el origen de su interés por hacer medicina, y después dedicarse a la psiquiatría y al
psicoanálisis (VERA FERRANDIZ, 1996, p. 443). Por su parte Ramón Sarró relata en una entrevista
concedida a José Sánchez Lázaro que al terminar la carrera había encontrado referencias a Freud en los
textos de Ortega que le llamaron la atención, y entonces “regresando a casa de una farmacia en la que
aprendía el arte de recetar, tuve la vivencia de comprender que los problemas que yo había pasado en la
adolescencia (timidez, etc.) procedían de las circunstancias de mi vida infantil, y esto potenció mi interés
por el psicoanálisis. Años más tarde, leyendo las biografías de los grandes psicoterapeutas, comprobé que
la mayoría habían llegado a la profesión a raíz de la elaboración de sus vivencias personales. En aquel
momento yo consideraba el psicoanálisis como algo extraordinario” (SÁNCHEZ LÁZARO, 1985, p. 23-
24)
223
VERA FERRANDIZ, 1996, p. 430.
224
Se publicó en Archivos de Neurobiología (GARMA, Ángel, (1931a), “La realidad y el ello en la
esquizofrenia”, Archivos de Neurobiología 11(6), pp. 598-616)
108
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
freudianas sobre los fenómenos de la neurosis y la psicosis.225Garma llegó a enviar su
trabajo a Freud, que respondió en una postal fechada el 21 de octubre de 1932:
“Distinguido colega: Le agradezco el envío de sus valiosos trabajos- leo fácilmente
español-. Me dijeron que Ud. Había estado en Wiesbaden (asistiendo al Congreso
Psicoanalítico Internacional). Mis mejores deseos para su éxito en su patria. Suyo
atento, Freud” 226
Garma se convertía de esta forma en “el joven converso, que había ido a
Alemania a estudiar la psiquiatría ortodoxa -la de Kreapelin-” y regresaba a España
siendo el “abanderado de una nueva ortodoxia -la freudiana-, que se empeñó en
practicar y difundir”227
A lo largo de sus años en Berlín pronunció varias conferencias en el Instituto
Psicoanalítico, en las que se basó para publicar varios artículos en la revista Archivos de
Neurobiología, fundada por su maestro Sacristán, junto a Lafora y Ortega y Gasset228.
Con estos trabajos Garma comenzaba una tarea de divulgación del psicoanálisis
ortodoxo en un momento en el que en España sólo Ramón Sarró había mostrado interés
por el mismo y, en esos años, ya había regresado de Viena y no se dedicaba al
apostolado psicoanalítico. En una actitud casi militante, Garma se había propuesto
introducir en España unas ideas que contaban con varios lectores pero que, según los
225
MARKEZ, 2005, p. 37.
226
FREUD, Sigmund, postal dirigida a Ángel Garma, 21 de octubre de 1932, Archivo: Familia Garma.
Buenos Aires. En http://www.psiquifotos.com/2010/05/142-un-album-familiar-el-de-angel-garma.html,
consultado el 24 de abril de 2018.
227
HUERTAS, Rafael, 2002b, p. 67
228
GARMA ZUBIZARRETA, Ángel, (1930a), “Cómo se estudia el psicoanálisis” en Archivos de
Neurobiología, 10 (1), pp. 217-225; GARMA, Ángel, (1930b), “Interpretación psicoanalítica de un gesto
de Santa Teresa” en Archivos de Neurobiología 10 (4), 528-534; GARMA, Ángel, (1931b), “La
transferencia afectiva en el psicoanálisis”, Archivos de Neurobiología, 3, 267-273; GARMA, 1931a.
109
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
El primero de los trabajos que Garma redactó desde Berlín, “Cómo se estudia el
Psicoanálisis”230, establecía una clara diferencia entre psiquiatría y psicoanálisis: “la
psiquiatría y el psicoanálisis están en la misma relación que la Anatomía y la Historia.
Pero al revés de lo que ocurre en estas últimas que se ayudan mutuamente, la psiquiatría
sigue desconociendo al psicoanálisis. La ciencia universitaria no quiere saber nada de
este último, tiene las mismas resistencias para ocuparse de fenómenos del inconsciente
que tiene el enfermo para conocer las causas de su enfermedad”231. Todo aquel que
quisiera dedicarse al psicoanálisis y “conocer el inconsciente de los demás, debe haber
vencido sus propias represiones, debe librarse así de los impedimentos que tiene para el
estudio del enfermo” 232 . Garma insistía en el análisis didáctico, primera etapa
indispensable de toda formación psicoanalítica que “no se puede adquirir en ninguna
clínica psiquiátrica. Hay que hacer notar siempre que la lectura y el estudio de las obras
de Freud y de sus discípulos de ningún modo es lo que basta para llegar a ser
psicoanalista; el análisis propio, muy profundo y que dure mucho tiempo es lo más
importante de la formación. Freud ha dado siempre un gran valor a este análisis propio”.
Además, al igual que hiciera Freud con Sarró, desaconsejaba la lectura de textos
psicoanalíticos durante esta primera etapa, que debía concentrarse en la experiencia
personal del análisis y las resistencias inconscientes. Y, una vez concluida la misma,
comenzada la etapa teórica, para la que Garma recomendaba además de la lectura de la
obra de Freud, estar al día de los avances en psicoanálisis y seguir la formación dentro
de los institutos miembros de la IPA, para lo que adjuntaba el programa del Instituto
Psicoanalítico de Berlín y ofrecía al publico español una opción para cursar un
programa de formación reglado según las pautas oficiales del psicoanálisis. Este trabajo,
229
Druet escribe: “La principale préoccupation de Garma, avant même son retour à Madrid, est d’indiquer
au milieu psychiatrique espagnol qu’il s’est fourvoyé dans son interprétation, et plus encore dans sa
pratique, de la psychanalyse. Son objectif premier est donc de rectifier les erreurs commises par ses
collègues, de signifier à ceux-ci que ni la lecture de la littérature psychanalytique, ni le titre de psychiatre
n’habilitent à pratiquer la psychanalyse, et que la première étape de toute formation doit être
l’incontournable analyse didactique “ (DRUET, 2006, p. 66)
230
GARMA ZUBIZARRETA, 1930a,
231
GARMA ZUBIZARRETA, 1930a, p. 224.
232
GARMA ZUBIZARRETA, 1930a, p. 218.
110
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
se completaba con “La transferencia afectiva en el psicoanálisis”233 publicado en 1931,
que abordaba uno de los elementos centrales de la terapéutica psicoanalítica. Mostrando
una evidente orientación pedagógica, Garma había expuesto en 1931 dos de los pilares
del psicoanálisis dentro de las instituciones: las pautas formativas y la transferencia.234
111
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
239
HUERTAS, 2002b, p. 71.
240
VALENCIANO, Gaya, (1981), “José Germain: genealogía científica y actividades psiquiátrico
psicológicas” Revista de Psicología General y Aplicada, 36 (6): 1153, 1160. p. 1158
241
VERA FERRANDIZ, 1996, p. 427.
112
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
historias clínicas desde un punto de vista psicoanalítico242. Una tarea divulgativa que
tuvo su fruto y en 1933 dos psiquiatras españoles iniciaron un análisis didáctico:
Jerónimo Molina y Mariano Bustamante Solís.
242
GLICK, 1982, p. 549.
243
HUERTAS, 2000b, p. 74.
244
GARMA, Ángel (1933b), (Referencia a Reick. T) El asesino desconocido. Archivos de Neurobiologia,
13, p. 190.
245
GARMA ZUBIZARRETA, Ángel, (1933a), Consideraciones generales sobre el inconsciente en
psiquiatría. Madrid, Suc. de Enrique Teodoro; GARMA, 1932a; GARMA, 1932c; GARMA, 1932b;
GARMA, Ángel (1932d) “Mecanismo de la curación en el psicoanálisis”, Anales de Medicina Intema, 1,
p. 411; GARMA, Ángel, (1933c) “Los restos diurnos y el trabajo en el sueño” en Archivos de
Neurobiología 1933, 13, pp. 769-783.
246
GARMA ZUBIZARRETA, Ángel, (1932), “La higiene mental en la infancia. Consideraciones
psicoanalíticas” en Revista de Pedagogía, 11 (127), pp. 312-320; GARMA, Ángel, (1933d), “Los sueños
de angustia en la infancia (Conferencia en Semanas de Higiene Mental)”, Revista de Pedagogía 12 (139),
pp. 308-315; (1934b), “Psicología de la aclaración de la sexualidad en la infancia”, Revista de Escuelas
Normales, 12 (103), pp. 98-103.
113
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
los trabajos en los que discute las aportaciones de autores y aporta sus propias
elaboraciones, acompañadas con casos clínicos propios 247 . Así mismo en 1936 la
editorial de Archivos de Neurobiología publicó el libro El psicoanálisis, la neurosis y la
sociedad, en el que se recopilaba gran parte de la obra escrita de Garma, dando cuenta
de la amplia aportación doctrinal del bilbaíno. Una carta de su analista Theodor Reik
fechada el 14 de octubre de 1935 sirvió como prólogo a esta obra, y nos describe la
persistencia que caracterizaró al autor en su esfuerzo por introducir las ideas de la
ortodoxia psicoanalítica en España:
114
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Aunque también es cierto que, más adelante ayudaría a Jerónimo Molina y Ramón
Portillo a cursar una formación analítica primero en Argentina y luego en Berlín, donde
conocerían a la psicoanalista Margarita Steinbach que, en la década de 1950 se
instalaría en España para intentar formar un grupo de psicoanalistas, que contó siempre
con el apoyo y colaboración de Garma250
250
DRUET, 2006, pp. 110-130.
115
Capítulo 1. Freud, el psicoanálisis y la higiene mental en España
116
CAPITULO 2
1
Varias de las ideas contenidas en los apartados 1 y 4 de este capítulo han sido publicadas en LÉVY;
HUERTAS, 2018.
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
2
RODRIGUEZ LAFORA, Gonzalo (1918a): “Los misterios de la sexualidad”, El Sol, 1 de enero de 1918.
3
GUEREÑA, Jean Louis (2013): Les Espagnols et le sexe. XIXe - XXe siècles, Rennes, Presses
Universitaires de Rennes.
119
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
19104- Krafft-Ebing, Hirschfeld, o Ivan Bloch, todos ellos miembros del movimiento
sexológico y representantes de una nueva comprensión de la sexualidad, estrechamente
vinculada a la comprensión médica de la perversión y la desviación sexual. Fueron
figuras autorizadas, portadoras de una nueva perspectiva sobre la sexualidad sana y la
patológica, lo que, para el caso de Freud, significaba dotar de legitimidad científica a su
controvertida teoría sexual, hasta la fecha no exenta de duras críticas. Este
reconocimiento facilitó además la lectura y difusión del resto de ideas de la teoría
psicoanalítica, como por ejemplo las consideraciones sobre la interpretación de los
sueños, la metapsicología freudiana, la psicopatología de la vida cotidiana o la
psicología de las masas.
No obstante, en estos años la definición que más peso médico y social tuvo fue
la que equiparaba el psicoanálisis con un saber que se ocupaba de los problemas de la
sexualidad desde un punto de vista científico. Esta interpretación posibilitó un doble
proceso de legitimación: por un lado, la legitimidad del psicoanálisis se defendió en
relación a la mirada médica desde la que partían sus postulados, lo que le confirió un
lugar dentro del ámbito científico y, por otro lado, la adquisición de este estatus
científico-social le sirvió para funcionar él mismo como agente legitimador. Literatura
de temática sexual y difusión popular amparaba su contenido bajo el nombre de Freud y
su psicoanálisis, consiguiendo apuntar hacia una enunciación médica de la sexualidad,
que no coincidía necesariamente con el contenido del ejemplar, pero que de esta forma
generaba sus propias estrategias para franquear la censura de los años de la dictadura de
Primo de Rivera o simplemente relajar las miradas más conservadoras. Sin embargo, a
pesar de esta legitimación, el psicoanálisis no estuvo exento de apasionadas críticas que
insistían en la inmoralidad de sus argumentos y las extravagancias de su autor. Las
divergencias entre unas posturas y otras se movieron entre el escándalo y la norma5 en
4
ELLIS, 1913; FOREL,1912. Carles et al. (2000), sostienen que la traducción de los textos de Forel y
Ellis ejercen una influencia negativa en la recepción del psicoanálisis, ya que ninguno de ellos acepta
plenamente el pensamiento freudiano, e incluso critican su obra, produciendo en sus lectores una
predisposición para descalificar el trabajo del neurólogo vienés (pp. 34-35). Como se ha dicho, en esta
tesis cuestionamos este tipo de interpretaciones, guiadas por una concepción normativa del psicoanálisis.
El interés y el debate por las temáticas sexuales favorecieron, en estos años, un contexto de recepción,
difusión y lectura del psicoanálisis, con posturas más o menos críticas, en las que se irán articulando las
diferentes apropiaciones de la teoría.
5
Hacemos referencia a una lógica de recepción y circulación de las ideas psicoanalíticas que, como
marco general, permitió una difusión amplificada por su contenido sexual. Los diferentes agentes que
recibieron el psicoanálisis emitieron sus juicios y comentarios en relación al contenido sexual del
psicoanálisis moviéndose entre estos dos polos: el escándalo, que llevaría a varios autores a tildar el
psicoanálisis de teoría perversa y peligrosa; o el uso de sus planteamientos como argumento legitimador
en los textos y discursos normativos sobre sexualidad. Con ello insistimos en distanciarnos de la
120
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
relación a la polémica sobre sexualidad, definiendo una lógica que, para la historia de la
circulación de las ideas psicoanalíticas es común a prácticamente cualquier país6.
En líneas generales puede decirse que durante las primeras décadas del siglo XX
se produjo en España un enfrentamiento dialéctico entre las posturas más
conservadoras, defensoras de la moral católica y la norma burguesa, y las posturas más
progresistas, promotoras de una “modernidad” sexual inseparable del necesario cambio
social7. La llamada Reforma Sexual sobre Bases Científicas8 implicaba una serie de
iniciativas de divulgación científica9 y de acción política y social encaminadas a renovar
los postulados sobre la sexualidad 10. Se intentaban integrar ideas, roles y valores
sexuales que hasta el momento habían sido tabú, y que ahora eran incorporados desde
una justificación médica y una preocupación por la salud pública. Asimismo, bajo
criterios eugenésicos sobre defensa social y salud mental, se argumentó también la
necesidad de implantar medidas educativas donde, “no sin debate acerca de su
conveniencia, la sexualidad infantil se convertiría en objeto de la pedagogía, y su
abordaje permitiría tanto el encauzamiento individual del futuro ciudadano, como la
interiorización colectiva de los riesgos que conllevaba la sexualidad”11. Se trató, en
suma, de una reorganización de discursos en los que el psicoanálisis ofreció valiosas
herramientas para comprender e identificar la sexualidad normal y la patológica,
participando de la puesta en marcha de nuevos dispositivos que pretendían prevenir
historiografía que interpreta las críticas al psicoanálisis dentro de un esquema de “rechazo” o “resistencia”
a la teoría, que implicarían un supuesto fracaso en la difusión e implantación del psicoanálisis en España.
Entendemos que las posturas más críticas –a veces también las más apasionadas- con el psicoanálisis
funcionaron como importantes motores de difusión de una versión “escandaliza” de la teoría y sus ideas
sobre sexualidad.
6
Sobre la dimensión trasnacional del psicoanálisis y la historia de sus múltiples recepciones y
apropiaciones ver DAMOUSI; PLOTKIN, 2009.
7
HUERTAS, Rafael; NOVELLA, Enric, (2012): “Sexo y Modernidad en la España de la Segunda
República. Los discursos de la ciencia”, Arbor, 189 (764), a090. doi:
http://dx.doi.org/10.3989/arbor.2013.764n6013. Véase también ARESTI, Nerea (2014), “Sexualité et
progrès en Espagne dans les années 1920 et 1930”, en GUEREÑA, Jean-Louis (ed.): Sexualités
occidentales, Tours, Presses Universitaires François-Rabelais, pp. 47-74.
8
En 1932, se creó la Liga Española para la Reforma Sexual sobre Bases Científicas – filial de la
“Weltliga für Sexualreform” fundada en 1928 en Berlín por Magnus Hirschfeld- véase HUERTAS;
NOVELLA, 2012.
9
ÁLVAREZ, Raquel, (2004), “Publicaciones sobre la sexualidad en la España del primer tercio del siglo
XX: Entre la medicina y la pornografía”. Hispania, 65 (3), pp. 947-960.
10
SINCLAIR, Alison, (2003), “The World League for Sexual Reform in Spain: Founding, Infighting, and
the Role of Hildegart Rodríguez”. Journal of the History of Sexuality, 12 (1), pp. 98-109.
11
DEL CURA, Mercedes; HUERTAS, Rafael, (2004), “Medicina y sexualidad infantil en la España de
los años treinta. La aportación del psicoanálisis a la pedagogía sexual”, Hispania, 64 (218), pp. 987-1002,
p. 989.
121
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
12
Freud redacta en 1908 el texto “La moral sexual <<cultural>> y la nerviosidad moderna” en el
que elabora una historia de la evolución de la pulsión vinculada a las diferentes formas de moral sexual y
cultural, y sus diversos grados de represión sexual a los que cabe atribuir la producción de síntomas
patológicos como formas de sustitución. Así nos dice que “ateniéndonos a estas fases evolutivas del
instinto sexual, podremos distinguir tres grados de cultura: uno, en el cual la actividad del instinto sexual
va libremente más allá de la reproducción; otro, en el que el instinto sexual queda coartado en su
totalidad, salvo en la parte puesta al servicio de la reproducción, y un tercero, en fin, en el cual sólo la
reproducción legítima es considerada y permitida como fin sexual. A este tercer estadio corresponde
nuestra presente moral sexual <<cultural>>”. FREUD, Sigmund (1981 [1908]), “La moral sexual
`cultural´ y la nerviosidad moderna”, en Obras Completas, t. II, Madrid, Biblioteca Nueva, 4º ed., pp.
1249-1276, p. 1253.
13
HUERTAS, Rafael; NOVELLA, Enric (2014): “Wissenschaft, Politik und Wahn. Hildegart Rodriguez
Leben und Tod (1914-1933)“, en DIETZE, Gabriele; DORNHOF, Dorothea (eds.), Metropolenzauber.
Sexuelle Moderne und urbaner Wahn, Colonia, Böhlau Verlag, pp. 197-213.
14
La historiadora Silvana Vetö escribe que “no hay nada esencial en la teoría psicoanalítica que pueda
inclinar la balanza de sus prácticas institucionales definitivamente hacia un lado u otro del espectro
político; de la derecha o de la izquierda, de la elite o de la liberación de los oprimidos, de la democracia o
del autoritarismo, entre otros. La historia del psicoanálisis demuestra bien este punto. Al interior del
psicoanálisis ha habido tendencias teóricas que han alimentado pensamientos y prácticas autoritarias, y
otras que han nutrido pensamientos y praxis de la liberación; instituciones que se han comprometido
contra regímenes dictatoriales y otras que se han acomodado a ellos”, en VETÖ HONORATO, 2013, p.
125.
15
Recordemos que, en lo que respecta al seguimiento del objeto “psicoanálisis”, manejamos una
definición amplia, según la cual psicoanálisis es todo aquello que los autores dicen que es psicoanálisis.
Esta definición “considera al psicoanálisis como un cúmulo de ideas que tiene la propiedad de transitar,
siendo recepcionado y utilizado de distintas formas, llegando inclusive a empapar varias capas de la
sociedad en la que es recibido (…) Está claro que este es un proceso activo donde los distintos agentes, en
122
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
efusividad con la que se debatían sus ideas sin duda facilitó el contexto en el que la
publicación de las Obras Completas de Freud, en 1922, pudo ser vista, como ya hemos
destacado, no solo como un proyecto de interés científico, sino como una empresa
editorial rentable 16 . Muchos fueron los que salieron al encuentro de la teoría
produciendo un verdadero aumento de la literatura psicoanalítica. Contar con un texto
de referencia en castellano orientó el debate y permitió que, junto con las críticas e
improperios que algunos autores dirigían a Freud y a su pensamiento, principalmente en
lo tocante a la “hiperbólica ampliación de la esfera de influjo de la sexualidad”17,
apareciesen elementos útiles a los intereses de la sociedad moderna.
Si el desarrollo de la ciudad moderna traía aparejada la idea de los vicios y
perversiones que suponían un foco de seducción para las mentes menos críticas o la
psicología de algunos individuos, el psicoanálisis, como producto de este contexto, fue
entendido, de forma general, en dos direcciones: como discurso profundamente
perverso e inmoral, “engendro de un cerebro calenturiento”18; o como saber experto
sobre estas cuestiones, incorporando sus formulaciones a la gestión y ordenación de los
males de la ciudad. En general este es el escenario en el que se debatieron las ideas
psicoanalíticas durante los años veinte y treinta.
El punto clave de este debate fueron las ideas que Freud había publicado en
1905 en su obra Tres ensayos para una teoría sexual19. Según el neurólogo vienés, el
desarrollo de la sexualidad incidía de forma determinante en la vida anímica del sujeto.
Freud insistía además en la importancia que tenían las primeras vivencias infantiles en
el origen del desarrollo psicosexual del ser humano a lo largo de cinco etapas (oral,
anal, fálica, de latencia y genital). Su argumento central fue afirmar la sexualidad como
aspecto fundamental de la vida de todos los seres humanos sin ser ésta terreno exclusivo
de la psicología de los adultos. Explicó además las manifestaciones humanas no
vinculadas de forma manifiesta a un fin sexual a través del mecanismo de la
el momento de recepcionar las ideas, también las reinterpretan según las exigencias de la época”.
(RUPERTHUZ, Mariano, (2015b), “El `retorno de lo reprimido´: el papel de la sexualidad en la recepción
del psicoanálisis en el círculo médico chileno, 1910-1940”, História, Ciências, Saúde-Manguinhos, 22 (
4), pp. 1173-1197, p. 1175)
16
RUIZ-CASTILLO BASALA, 1972, p. 103.
17
FERNÁNDEZ SANZ, 1914b, p. 258.
18
VILLAVERDE, José María, (1924a), “Algo sobre el movimiento psicoanalítico en la actualidad”
Medicina Ibera 18, pp. 208-212, p. 208.
19
FREUD, Sigmund, (1981 [1905]), “Tres ensayos para una teoría sexual”, Obras Completas, t. II,
Madrid, Biblioteca Nueva, 4º ed., pp. 1169-1237.
123
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
20
Véanse por ejemplo algunos textos de autores como Lafora, Mira, Garma o Juarros durante estos años:
RODRIGUEZ LAFORA, 1918b, y del mismo autor (1922) “Estudios psicoanalíticos sobre las
obsesiones” Archivos Medicos de Cirugía y Especialidades, 6 (36), pp. 255-272, o la conferencia
impartida en la Facultad de Médicina de la Universidad de Buenos Aires “La frigidez sexual en la mujer”
publicada luego por El Siglo Médico (1923b, 72 (3647), pp. 1053-1057); MIRA I LÓPEZ, Emilio,
(1926a), El psico-análisis, Aplicacions practiques del psico-análisis, Barcelona, Arnau de Vilanova,
Serie Monografies Médiques; JUARROS, César, (1928a), Los horizontes del psicoanálisis, Madrid,
Mundo Latino, pp. 12-13, y (1931), La sexualidad encadenada: ejemplos y consejos, Madrid, Mundo
Latino; GARMA, Ángel (1932), “Consideraciones psicoanalíticas sobre la vida sexual”, Archivos de
Neurobiología, 12 (4), (1932), pp. 543-566.
21
Nos referimos aquí a las lecturas que hicieron algunos psiquiatras como GAYARRE 1909;
BAÑUELOS 1913; VALLE Y ALDABALDE 1913; FERNÁNDEZ SANZ, 1914a, 1914b.
124
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
con la mejor intención, es verdad, pero también partiendo de un supuesto
falso, por su peligrosa exageración”22.
22
VALLE Y ALDABALDE, Rafael (1913), “El psicoanálisis de Freud”, Revista de Medicina y Cirugía
prácticas. 9 (2), pp. 209-216, p. 216.
23
En estos años aparecen los primeros casos clínicos publicados en revistas médicas o actas: JUARROS,
1921; MIRA, 1921; FERNÁNDEZ SANZ 1921a; FERNÁNDEZ SANZ, 1923a; LAFORA 1922;
24
FERNÁNDEZ SANZ, 1923b, p. 597.
125
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
25
ABAUNZA, Antonio, (1930), “Prólogo”, en MARIE, Auguste: La Crisis del Psicoanálisis, Madrid,
Central de Ediciones y Publicaciones, p. VIII.
26
BLEULER, Eugen, (1924) Tratado de Psiquiatría [trad. José María Villaverde], Madrid, Calpe. Véase
GLICK, 1988, p. 215.
27
VILLAVERDE, José María, (1929), “Algo a propósito de la angustia”, La Medicina Ibera, 24, pp. 771-
772.
28
Villaverde escribió varios trabajos dedicados a debatir y criticar el psicoanálisis. VILLAVERDE, José
María, (1924a); (1924c) “Las últimas <<novedades>>en materia de psicoanálisis”, El Siglo Médico, 73,
pp. 35-59; (1924d), “Sobre Psicoanálisis”, El Siglo Médico, 73, pp. 536-54; (1928). Psicoanálisis y
epilepsia. Medicina Ibera 22, pp.303-309
29
VILLAVERDE, 1924a, p. 208.
30
VILLAVERDE, 1924a, p. 208
31
Dos sucesos enfrentaron a Lafora y Villaverde en el ámbito profesional: el primero de ellos la vacante
en la jefatura del servicio de Neuropsiquiatría del Hospital Provincial de Madrid tras la repentina muerte
de Sanchís Banús en 1932; y el otro debido a la disputa por la vacante del sillón que Cajal dejaba en la
Real Academia de Medicina tras su muerte en 1934. Parece claro, en ambos episodios, que lo que se
escenifica es una lucha entre progresistas y conservadores en el seno de la institución médica y
psiquiátrica. Véase HUERTAS, 2002b, pp. 50 y ss. También REY, Antonio; MARTÍ BOSCÀ, José
126
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
interesados por las novedades del psicoanálisis y enfrentados ideológicamente a las
ideas de Villaverde, reconocido partidario de la monarquía32; o como Ortega y Gasset,
que en 1924 había admitido que a pesar de no estar siempre de acuerdo, apoyó el
psicoanálisis porque no hacerlo le habría situado del lado de “gentes de mala
catadura”33.
El peligro principal del psicoanálisis era para Villaverde su pseudo-discurso
cientificista bajo el que, previa justificación médica, se enseñaba “a quien lo ignora del
todo un espléndido programa de refinamientos sexuales, que al aficionado más
inteligente parecerá un poco fuerte”. La creencia de que “siempre que hay angustia
existe algo sexual en su fondo, y buscar una génesis sexual de un modo sistemático”34,
fue denunciada por Villaverde que ridiculizaba burdamente la controvertida teoría de
Freud, recurriendo a un tono moralizante y alejado de cualquier debate médico o
científico:
“Hoy día todo quiere explicarse por el [psicoanálisis], sin fijarse si ello tiene
o no razón de ser, lo que es lo de menos. (…) El dios `Libido´ que vive y
existe en el fondo de todo lo creado, fulminará sus rayos contra los que no
admitan sus dogmas (…) tendría mucha gracia ver a todos estos caballeros
predicadores de la homosexualidad –aunque `sublimada´ conforme a la
religión de Freud –lanzando excomuniones y fundando una ciencia y una
moral sobre la base intangible de que tener tendencias sexuales hacia la
madre o ser homosexual, son dos misterios que hay que aceptar sin discutir,
a pesar de que ello repugne profundamente a todo aquel que tenga algo de
sentido común, aunque la cantidad de él haya sido administrada con
cuentagotas”35.
En respuesta a estas críticas, la revista Medicina Ibera publicaba una breve carta
firmada bajo el pseudónimo “Un médico rural”36. En ella se solicitaba al ilustre Dr.
Villaverde que justificase de forma serena y razonada sus irrespetuosas palabras. El
autor anónimo era Isaac Puente, un joven médico de ideología anarquista que
comenzaba a expresar por esa época algunas de sus ideas más radicales sobre medicina
Vicente, 2007, Un monárquico y un anarquista. Debate sobre el psicoanálisis (1924-1928): José Mª
Villaverde e Isaac Puente, en CAMPOS MARIN, Ricardo; VILLASANTE, Olga; HUERTAS, Rafael,
(eds): De la “Edad de Plata” al exilio. Construcción y “reconstrucción” de la psiquiatría española,
Madrid, Frenia, pp. 73-93.
32
VILLASANTE, Olga; REY, Antonio.; MARTÍ BOSCÀ, José Vicente, (2008), “José Mª Villaverde:
retrato de un desconocido” Medicina e Historia, 1 (4ª época), pp. 1-15.
33
ORTEGA Y GASSET, José, (1988 [1925]) “Vitalidad, alma, espíritu”, Obras Completas, II, p. 453.
Véase GLICK, 1988, p. 215.
34
VILLAVERDE, 1924a, p. 210
35
VILLAVERDE, 1924a, p. 210
36
UN MÉDICO RURAL, (1924), Incitación al Dr. Villaverde, La Medicina Ibera, 18(1), p. 205
(portadas).
127
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
37
REY; MARTÍ BOSCÀ, 2007, pp. 73-93.
38
Véase CLEMINSON, Richard, (2008), Anarquismo y sexualidad (España, 1900-1939), Cádiz, Servicio
de Publicaciones de la Universidad de Cádiz. También NASH, Mary, (1995a), “La reforma sexual en el
anarquismo español”, en HOFMANN, B.; TOUS, P.; TIETZ, M. (eds.), El anarquismo español y sus
tradiciones culturales. Frankfurt-Madrid: Vervuert-Iberoamericana, pp. 281-296.
39
ZUBIAURRE, Maite, (2015): Culturas del erotismo en España 1898-1939. Madrid, Cátedra, p. 17-18.
Zubiaurre encuentra hasta tres formas de describir este concepto, creado, según el Diccionario de uso del
español de María Moliner, “para anunciar una obra pornográfica pensando en las griegas “sykon”, vulva,
y “aleiptikos”, excitante”. La primera definición hace referencia al material o actitud levemente erótica
que progresivamente comenzó a designar también las manifestaciones de todo tipo de gradaciones del
erotismo, y a las mujeres que lo practicaban, “desde el idilio y las coqueteadoras y demi-vierges más
descafeinados, hasta el sexo duro, las prostitutas profesionales y la pornografía más descarnada y
explícita” (p. 17). El segundo significado hace alusión al arte de amar, del encuentro entre amantes en el
que se prolonga el placer y se retrasa el coito. Y el tercer significado refiere a la “invasión erótica”, con la
que se hace “referencia explícita a la súbita proliferación de materiales <<atrevidos>> a partir del Fin de
Siglo, y bien entrados los años treinta del siglo XX” (p. 18). La obra de Zubiaurre, tal y como indica su
autora, se ajusta más bien a la tercera definición de “sicalipsis”. Este volumen es un completo análisis
sobre este fenómeno, que su autora acompaña de un importante volumen de fuentes documentales
procedentes en su mayoría de la cultura visual y que, como la autora denuncia, han sido desatendidas por
la historiografía nacional. En este sentido, este trabajo tiene un valor patrimonial añadido, con el que se
128
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
término científico y fonéticamente parecido al de psicoanálisis (que, como hemos dicho,
fue entendido por muchos como una teoría sexológica), pero que sin embargo tiene su
origen más probable en las tertulias de Madrid de principios de siglo 40 . Con
preeminencia por lo sensual, muchas veces transgresor y exhibicionista, femenino,
divulgador del amor carnal y el placer, el fenómeno de la sicalipsis se valió de novelas
eróticas, revistas picantes, publicaciones nudistas, postales eróticas, cine, teatro, letras
de canciones y cuplés, para representar un estallido de manifestaciones de la sexualidad
que sin duda alguna pusieron en tensión a los sectores más conservadores y
reaccionarios de la Iglesia Católica y a la sociedad burguesa, que vio en el destape y la
libre ilustración sexual del pueblo un foco de perversión e inmoralidad.
Centros urbanos como Madrid y Barcelona experimentaron durante estos años la
entrada de una cultura erótica, de aparente signo extranjero y exótico, en la que
masculinidad y feminidad tensaban sus identificaciones en contraposición con una
supuesta “españolidad” patriótica y viril, orgullosa de su esencia hispana.
Cabarets, tertulias y teatros fueron el escenario de esta “invasión” erótica, fruto
de una modernidad que daba la espalda a la tradición, incapaz de desentenderse de la
exploración autodidacta del pueblo en los placeres del cuerpo 41 . La urgencia del
“problema sexual” preocupó a las élites médicas y a la clase conservadora, como un
asunto que afectaba a la salud y la moral de todo el país, y que tuvo su punto más
dramático en la propagación de la sífilis.42
testimonia el fenómeno al que estamos haciendo referencia, persiguiendo, como la propia autora declara,
“desenterrar una España altamente erótica e irreverente” (p. 48).
40
Véase MIGUEL, Amando de (1999), El sexo de nuestros abuelos, Madrid, Espasa Calpe, p. 219;
ZUBIAURRE, 2015, p. 17.
41
ZUBIAURRE, 2015, p. 30.
42
Véase CASTEJÓN BOLEA, Ramón, (2004), “Las enfermedades venéreas y la regulación de la
sexualidad en la España Contemporánea”, Asclepio, 56 (2), pp. 223-241; CASTEJÓN BOLEA, Ramón
(2001), Moral sexual y enfermedad: La medicina española frente al peligro venéreo (1868-1936),
Granada, Universidad de Granada.
129
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
hombre que no “ha llegado”, sino que “permanece estancado en una de las fases
preliminares de la evolución sexual”43.
43
JUARROS, César (1931), La sexualidad encadenada: ejemplos y consejos, Madrid, Mundo Latino, p.
168.
44
MARAÑON, 1926, Tres ensayos sobre la vida sexual, Madrid, Biblioteca Nueva, pp. 46-48. Sobre el
problema del donjuanismo Marañón por ejemplo escribió “Psicopatología del Donjuanismo” (1924b, El
Siglo Médico, 73, pp. 213-216; 245-248; 272-274) y “Notas para la biología de Don Juan” (1924c,
Archivos de Medicina Cirugía y Especialidades, 14, 321-344). Entre otros autores, también el magistrado
César Camargo dedicó una monografía a esta temática en CAMARGO, César (1934b), Un tríptico sobre
Don Juan, Madrid, Morata.
45
Véase ARESTI, Nerea, (2012), “Masculinidad y nación en la España de los años 1920 y 1930”
Mélanges de la Casa de Velázquez, 42-2, pp. 55-72
46
MARAÑON, 1926, p. 156
47
GUEREÑA, Jean-Louis, (2018), Detrás de la cortina. El sexo en España (1790-1950), Madrid, Cátedra,
p. 534-535.
48
RUIZ-CASTILLO BASALA, 1972, p. 211.
49
FREUD, 1981 [1905]
130
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
el ejemplar freudiano, comprendido en la edición de las Obras Completas de Freud,
como el manual de Marañón, fuesen, en las décadas de 1920 y 1930 los principales
pilares económicos de la editorial Biblioteca Nueva, lo que en palabras del editor “puso
de manifiesto la difusa pero intensa curiosidad del gran público por la sexología”50.
131
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
132
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
había ofrecido una conferencia en Madrid69 y otra en Barcelona, esta última traducida
por Mira para la Revista Médica de Barcelona70, de la que era co-director y en la que
también Brachfeld publicaría sus críticas a Marañón en 193171. Asimismo impartió
varias conferencias, en el Ateneo de Barcelona, en la Universidad Central de Madrid y
en el Ateneo de Madrid y, entre otras actividades, participó en el “11 Club”, en el que se
trataban asiduamente temas de sexualidad junto con otras cuestiones de actualidad,
“raras eran las sesiones en que no se debatían temas revolucionarios, con el peligro de
acabar todos en la cárcel. Siempre se entablaron enormes polémicas –en el terreno
amistoso- entre marxistas y anarquistas”72. Uno de los promotores de estas reuniones
fue Félix Martí Ibáñez, quien sería director general de Sanidad y Asistencia Social del
gobierno de la Generalitat durante la Segunda República, y que fue de hecho el autor
del prólogo del libro de Brachfeld Los sentimientos de inferioridad73 publicado en 1936,
reeditado en 1944 con un nuevo prólogo de Ramón Sarró74, en ese momento, importante
69
La conferencia tuvo lugar el 27 de octubre de 1928 en la Residencia de Estudiantes de Madrid, con el
título “Aprendizaje de la psicoanálisis y transformación psicoanalítica del carácter”, y a la que acudieron
personalidades como los médicos Marañón y Pitaluga, el pedagogo Lorenzo Luzuriaga, asiduo a temas de
psicoanálisis. ABC, 29 de octubre de 1928, p. 30. Sobre la actividad cultural de la Residencia de
Estudiantes de Madrid véase PÉREZ DE AYALA, 1987.
70
Véase MÜLBERGER, Annette; BALLTONDRE, Mònica; MONTERO-PICH, Oscar, (2015): “La
Psicología en la Revista Médica de Barcelona: Psicoterapia, Higiene Mental y Moral”, Nova Època, 8, pp.
57-83, p. 8. doi:10.2436/20.2006.01.190.
71
BRACHFELD, Oliver (1931), “Crítica de las teorías sexuales del Dr. Marañon”, Revista Médica de
Barcelona, 16 (96), pp. 548-561. Es interesante cuestionarse sobre el papel que Mira ejerció como
facilitador del psicoanálisis desde el Instituto Psicotécnico (Instituto de Orientación Laboral) y como
figura relevante en la emigración de autores húngaros judíos, como el psicólogo Werner Wolf, Ferenc
Oliver Brachfeld o Sándor Eiminder. Wolf, llegó a Barcelona en 1933 donde permaneció hasta 1936
acogido por el entorno del Instituto Psicotécnico dirigido por Mira (VALENTIN, 2014; LEÓN, 2012).
Brachfeld, que como hemos dicho, tuvo una relación laboral con el Instituto Psicotécnico, además de
promocionar la introducción de la obra de Adler y Jung en España hizo, desde que se instaló en Barcelona
en 1931, de puente cultural entre Hungría y España y escribió asiduamente sobre escritores españoles en
la revista húngara Nyugat (GUEREÑA, 2018, p. 547. Véase así mismo, las palabras que Brachfeld
escribe en el Mirador setmanari de literatura, art i politica, el 15 de junio de 1933, con motivo de la
muerte de Ferenczi, p. 6). Sándor Eiminder, de formación psicoanalítica, será el analista del catalán
Francesc Tosquelles, discípulo de Mira, con quien colaboraba en el Instituto Pere Mata de Reus (Sobre
Tosquelles véase GARCIA SISO, A., (1993), “El Dr. Francesç Tosquelles i Llauradó”, Revista de la
Asociación Española de Neuropsiquiatría, 13 (46), pp. 195-202). Esta red de intercambios de ideas
psicológicas y psicoanalíticas de la que también formaba parte Ramón Sarró, o instituciones como El
Ateneo Barcelonés o el Ateneo Enciclopédico Popular, dibujan un contexto muy rico en el que se
mezclan diversos sectores de la población y ámbitos de recepción de estas ideas.
72
MARTÍ, IBAÑEZ, (1975), Consultorio psíquico-sexual, [prólogo de Ignacio Vidal] Barcelona,
Tusquets, p. 11
73
BRACHFELD, Oliver, (1936), Los sentimientos de inferioridad,[prologo de F. Martí Ibáñez]
Barcelona, Apolo.
74
BRACHFELD, Oliver, (1944), Los sentimientos de inferioridad, [prólogo de R. Sarró] Barcelona,
Apolo. Esta obra contará con dos reediciones más en 1959 y 1970 en la editorial Luis Miracle. Brachfeld
había regresado a Barcelona en 1941 donde permaneció hasta 1945. Durante este período publicó algunos
trabajos y colaboró con el semanario catalán Destino, con sede en Barcelona, era una revista cultural,
fundada en 1937 y que se editó hasta la mitad de los años 80. En sus páginas no era extraño encontrar
noticias de temática psicoanalítica, en medio de contenidos sobre sociedad, literatura, artes, ciencia, etc.
133
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
figura del estamento catalán de la psiquiatría franquista, lo que no deja de ser una
muestra del complejo escenario existente entre relaciones personales y tensiones
políticas antes y después de la guerra civil.
Sus páginas son un buen reflejo del contexto de la burguesía liberal catalana de esos años. La revista
puede consultarse online en la Biblioteca de Cataluña (http://www.bnc.cat/digital/destino/). Para un
análisis de Destino véase, RIPOLL SINTES, Blanca, (2015), “La revista Destino (1939-1980) y la
reconstrucción de la cultura burguesa en la España de Franco”, Amnis, 14, DOI :10.4000/amnis.2558.
75
BRACHFELD, 1931. El contenido de este artículo había sido publicado previamente en 1930 en una
reseña de la obra de Marañón, Los estados intersexuales en la especie humana (1929b), publicada en
alemán en la revista de sexología Zeitschrift für Sexualwissenschaft und Sexualpolitik, y posteriormente
sirvió de base para un trabajo que Brachfeld presentó al concurso abierto de La Gaceta Literaria en 1930,
del que sería excluido sin motivo aparente. Finalmente fue publicado en la Revista Médica de Barcelona
y en 1932 en El Siglo Médico. Véase GUEREÑA, 2018, p. 542-543.
76
BRACHFELD, Oliver (1932), “Crítica de las teorías sexuales del Dr. Marañón”, El Siglo Médico,89
(4081), pp. 214-221.
77
MARAÑON, Gregorio (1932a) “Acerca del problema de la intersexualidad” (Réplica a un artículo del
dr. Oliver Brachfeld)” Revista Médica de Barcelona, 17 (97), pp. 3-11; y El Siglo Médico, 89 (4082), pp.
243-247.
78
BRACHFELD, Oliver, (1933), Polémica contra Marañón, con una crítica de las teorías sexuales de
Marañón, una réplica del Dr. Gregorio Marañón y un Epílogo, Barcelona, Europa.
79
BRACHFELD, 1933, p. 83-84; GUEREÑA, p. 560.
80
BRACHFELD, 1933, p. 136.
134
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
pasajes, principalmente para Brachfeld, que acusaba a Marañón de traición y de haber
construido una teoría sexual basada en prejuicios, completamente arbitraría, con un
eclecticismo que le había llevado a mezclar “muchísimas teorías desde Mechnikoff
hasta Freud y más allá aún, parece una cosa envejecida. Cansa. No es muestra de un
pensamiento claro, inequívoco, de una rectitud consecuente”81. Marañón no prestaba
para Brachfeld suficiente atención a lo psicológico y lo contextual a la hora de hablar
del comportamiento sexual. Así afirmaba: “El ideal de Marañón sería, hacer una
sexología, una biología y una psicología more physico, si no fuese posible hacerla more
geométrico, construcción evidentemente más sencilla. Para esta concepción de la
biología, cada hombre es un montón más o menos incoherente de instintos, impulsos,
energías físicas (…) Ahora bien: mientras no haga entrar también el aspecto psicológico
en sus exámenes sexológicos, se le escapará siempre una parte de la persona (…) la
conducta sexual no depende únicamente ni de lo mero físico ni de lo mero psíquico,
sino que depende de la persona entera”82. Marañón, concluirá Brachfeld, “nos da buenos
esquemas de las características sexuales, nos hace una clasificación de las anomalías de
la vida sexual, pero todo eso no puede nunca acercarnos a la vida sexual concreta”83 .
También desde un enfoque crítico con Marañón, los cronistas del periódico La
Libertad, César Juarros –quien además de su labor como psiquiatra y político, realizó
varias colaboraciones en prensa- y Rafael Cansino Assens84 publicaron varias reseñas
sobre libros en los que se abordaba el “problema sexual” visto desde diversas
perspectivas. Los comentarios a la teoría de Freud eran bastante frecuentes, en una
actitud de denuncia y ataque a aquellos que criticaban y hablaban mal de “el
psicoanálisis, explorador de los más íntimos recovecos sexuales, no da motivos ni para
reír ni para indignarse; se lo dice sincera y honradamente quien tiene hábito de
manejarlo cotidianamente como herramienta”85
81
BRACHFELD, 1933, p. 58.
82
BRACHFELD, 1933, p. 46-47.
83
BRACHFELD, 1933, p. 53.
84
Rafael Cansino Assens fue un escritor y periodista de Madrid, asiduo colaborador de periódicos como
La Correspondencia de España, El Imparcial, La Libertad, La Tribuna y El País, así como director de la
revista Cervantes desde 1918 hasta 1922. Véase SAIZ, Mº Dolores, (2010), “Rafael Cansino Assens entre
la gloria y el olvido (1912-1916)”, Obra Periodística, 1. También puede consultarse: OTEO SANS, R.
(1996), Cansinos-Assens: entre el modernismo y la vanguardia, Alicante: Editorial Aguaclara;
ESTRELLA CÓZAR, Ernesto (2005), Cansinos Assens y su contexto crítico, Granada: Universidad de
Granada/Diputación de Granada.
85
JUARROS, César (1928b), “Comentario de un médico”, La Libertad, 15 de marzo de 1928.
135
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
“¿Hasta qué punto eran legitimas esas represiones y hasta donde tiene
razón la juventud rebelde? (…) El problema es muy complejo. El aspecto
puramente biológico del hecho sexual rara vez se realiza con esa sencillez
que entre nosotros preconiza el doctor Juarros (…). Convergentes todas
86
CALVERTON, Victor Francis; SCHMALHAUSEN, Samuel Daniel, (1930), Sex in Civilization, Nueva
York, Macaulay Company. La versión castellana se tituló (1930), El sexo en la civilización, Madrid,
Aguilar.
87
MARAÑON, 1929a.
88
CANSINO ASSENS, Rafael (1930), “Crítica literaria”, La libertad, 26 de enero de 1930
89
CANSINO ASSENS, 1930. Ortega y Gasset publicó varios artículos en el diario El Sol que luego
compilaría en el libro La Rebelión de las masas publicado en 1929 (Revista de Occidente, Madrid),
centrado en la idea del “hombre-masa”
90
CANSINO ASSENS, 1930.
136
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
estas causas, crean el ideal erótico social que desfigura el puro concepto
biológico del sexo mediante ese proceso de sublimación definitivamente
estudiado por Freud. El ideal erótico se apoya en una base religiosa u
económica, y es lógico que cambie cuando se alteran los dogmas sociales
que los condicionaron. Ese cambio acaba de producirse en nuestros días, y
de ahí esa actitud insurgida y desorientada de las nuevas generaciones. La
difusión de la cultura ha aumentado el espíritu crítico de las gentes. La
mujer ha conquistado su independencia económica y reivindica el derecho
a vivir su vida propia, sin ser el [sic] comparsa del hombre ni la nodriza
eterna. Quiere controlar su actividad genésica mediante los recursos que la
ciencia le brinda. Se subleva contra el precepto bíblico –refrendado entre
nosotros por el doctor Marañón- (…) Ante el gesto exhibicionista de la
<<american girl>>, que fuma en público y muestra sus labios rojos, no
precisamente como un corazón, interpretan el reclamo de una fuerte
personalidad y sienten lo que habría de profanación en murmurar en sus
oídos frases desalentadoras y falsas. Porque los antiguos tabús y
represiones han perdido su razón de ser, la vieja moral está en crisis y esos
labios rojos se reirían del predicador, que sabe todo eso. Mas bien que
apelar a indignos engaños y a coerciones externas, robustecer el mito de
esa personalidad poderosa. Deserotizar –no deshumanizar- en nombre de la
mayor riqueza de la vida total, que no debe ser absorbida por la libido. No
represión, sino sublimación libremente aceptada”91.
91
CANSINO ASSENS, 1930.
137
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
92
MARINAS, Miguel, (2015), El bazar americano. En las exposiciones universales, Madrid, Biblioteca
Nueva, p. 199.
93
El análisis del comportamiento de la masa, en clave sociológica y psicológica, con origen en autores
como Le Bon, Sieghe, o Freud –en los que se basó Bernays- preocupó a varios autores españoles, como
puede verse en los análisis de Ortega y Gasset (ORTEGA Y GASSET, 1929).
94
Para una lectura más detallada sobre éste episodio y su contexto véase MARINAS, 2015. También el
documental de Adam Curtis The Century of the Self, (2002) traducido al castellano como El siglo del
individualismo, muestra cómo el trabajo de Sigmund Freud, Anna Freud y Edwards Bernays influyó en
las corporaciones y gobiernos para poder analizar y controlar a las personas a través de la psicología de
las masas y la creación de las sociedades de consumo. Puede consultarse on-line
https://www.youtube.com/watch?v=eJ3RzGoQC4s (consultado el 20 de marzo de 2018)
95
Escenas del documental de Adam Curtis The Century of the Self, (2002) traducido al castellano como
El siglo del individualismo, en las que pueden verse dos momentos del desfile de Pascua de Nueva York,
1929 [2.1], [2.2] y una mujer fumando cigarrillo [2.3] Puede consultarte on-line:
https://www.youtube.com/watch?v=eJ3RzGoQC4s (consultado el 20 de marzo de 2018)
96
MARINAS, 2015, p. 199.
138
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Figura 2.1 “Antorchas de la Libertad”, mujer en desfile de Pascual, Nueva York, 1929.
Escena documental [13´14´´], The Century of the Self (2002)
Figura 2.2. Desfile de Pascua, Nueva York, 1929. Figura 2.3 Mujer fumando.
Escena documental [12´05´´], The Century of the Self (2002) Escena documental, [12´43´´], The Century of the Self
(2002)
Y era igualmente esta representación de la mujer moderna, de labios rojos y
cigarro en mano la que reproducía en España la revista satírica Muchas gracias en
139
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
varias de sus portadas [Figura 2.4]97. Con una periodicidad semanal, esta publicación
costaba entre 30 y 50 cents según el número, y contenía en su interior cuentos, noticias
e historias sicalípticas, de contenidos picantes, frívolos y provocadores, en los que el
discurso del hombre de ciencia se trasladaba a un registro de humor. Un ejemplo lo
tenemos en esta escena en la que se describe a los lectores de la revista a Felipe98,
personaje que “disimula con su guasa y su frivolidad una erudición que ya quisieran
muchos académicos para andar por casa. Nada menos que va a darnos ahora una
conferencia sobre Psicoanálisis, ciencia que por estudiar la locura, está llamada a un
gran porvenir”99. Tras un corto diálogo, en el que se recrea el inicio de esta conferencia,
la historieta concluye diciendo: “Perdonen señores abonados la engañifa. Pero, en fin,
este fresco lleva en el pecado la penitencia. Felipe no sabe ni psiquiatría, ni geometría,
ni na. Cierra, pelmazo. Cierra el libro, y cierra la sesión”100.
140
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Código (…). El problema del amor, esa cuestión suprema, es también
problema pedagógico, para cuya resolución el maestro ha de recibir la luz de
los biólogos o de los médicos geniales. Un hombre como Freud, el discutido
creador de la psicoanálisis, con sus sorprendentes interpretaciones de esas
pesadillas eróticas de la raza griega, que vienen a ser sus leyendas y mitos,
se convierte en un educador incomparable, en un alto maestro, cuya
luminosa palabra nos da la clave para evitar las insidias del instinto sexual y
caminar sin peligro por sus laberintos espantables (…) La obra genial de
Freud, traducida a todos los idiomas, divulgada por una legión internacional
de conferenciantes, está influyendo enormemente en el modo de considerar
los misterios de la <<libido>> y, por lo tanto, del amor”102.
141
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
Figura 2.4 Portada de Muchas gracias, 1926, n.119, Figura
2.5
Portada de Muchas gracias, 1927, n. 160,
“En plena primavera” Demetrio. “Morena y jerezana”, Quintanilla
Biblioteca Nacional de España Biblioteca Nacional de España
105
Quintanilla, “Morena y jerezana,” A Virtual Wunderkammer: Early Twentieth Century Erotica in
Spain, accessed September 16, 2018, http://sicalipsis.humnet.ucla.edu/items/show/253.
106
“La voz de su amo” A Virtual Wunderkammer: Early Twentieth Century Erotica in Spain, accessed
September 16, 2018, http://sicalipsis.humnet.ucla.edu/items/show/264.
107
“[Untitled],” A Virtual Wunderkammer: Early Twentieth Century Erotica in Spain, accessed
September 16, 2018, http://sicalipsis.humnet.ucla.edu/items/show/256.
142
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Figura 2.6 Muchas gracias, 1930, n. 329, p. 28. Figura 2.7 Muchas gracias, 1929, n. 149, p. 5,
Plana de Meunier [¿autor?], “La voz de su amo” Biblioteca Nacional de España
Biblioteca Nacional de España
Esta cita es clave en este punto ya que ilustra la efectiva conquista de derechos
que la mujer vivió en estos años y su mayor presencia en la vida pública, política y
cultural del país. No obstante, al mismo tiempo deja ver cómo este fenómeno, la nueva
imagen de la feminidad, también era la construcción de un nuevo objeto de consumo,
108
Muchas gracias, 407, 1931, p. 3.
143
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
En términos generales podemos decir que durante estos años los centros urbanos
como Madrid y Barcelona vivieron el impacto de un nuevo modelo global de feminidad,
que se difundía en los medios de comunicación de masas, en las tiras cómicas del
periódico, en tertulias y espectáculos de cabarets, en fotografías y postales, en revistas
ilustradas110 y en literatura erótica111. Intelectuales, escritores, médicos y público en
general, analizaban este nuevo modelo, debatiendo sobre las posibles consecuencias
sociales, morales y patológicas que podía acarrear su presencia en la vida pública.
Desde el sector médico hubo, en relación a este proceso, una creciente preocupación por
todo lo relacionado con esta nueva condición femenina, que se manifiesta en el peso
central que ocupó en la literatura médica y las revistas de higiene sexual las cuestiones
relacionadas con la psicología de la mujer, la frigidez sexual, la reproducción, el placer
femenino, etc112.
Controlar y disciplinar esta nueva imagen, esta nueva feminidad, fue crucial en
términos de higiene social, pero también en términos políticos, morales e incluso en
términos de mercado. Y veremos que, para todos ellos, el mecanismo de la sublimación
freudiana pudo ser aplicado desde diversas formulaciones: para reconducir la libido
hacía un fin cultural, para emancipar a la mujer obrera de la nueva erótica capitalista,
para proteger la función reproductiva en las mujeres o para elevar el valor moral y ético
109
ARESTI, Nerea, (2007), “La mujer moderna, el tercer sexo y la bohemia en los años veinte”, Dossiers
Feministes, 10, pp. 173-185, p. 176.
110
Sobre la evolución sociocultural y científica de las revistas ilustradas desde el siglo XIX al siglo XX
puede consultarse en SANCHEZ VIGIL, Juan Miguel (2008), Revistas ilustradas en España: del
Romanticismo a la Guerra Civil, Gijón, Trea.
111
PATTISON, Micaela, (2017), “La muchacha moderna: celebridad, sexo y lo privado en público”, en
GALLEGO Henar; GARCIA HERRERO, María del Carmen (eds.), Autoridad, poder e influencia:
Mujeres que hacen Historia, vol. II, Barcelona, Icaria, forthcoming.
112
Véase ARESTI, Nerea (2002), “La nueva mujer sexual y el varón domesticado. El movimiento liberal
para la reforma sexual”, Arenal: Revista de historia de las mujeres, 9 (1), pp. 125-150; aunque se ocupa
de los años previos a la Reforma, es interesante el trabajo de VÁZQUEZ GARCÍA, Francisco (2010),
“Figuras femeninas de la desviación sexual. España, (1850-1920)”, Anuario de Hojas de Warmi, 15.
144
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
de las acciones de origen sexual.
113
Véase CUBERO IZQUIERO, Carmen, (2015), La pérdida del pudor. El naturismo libertario español
(1900-1936), Madrid. LaMalatesta.
114
ZUBIAURRE, 2015, p. 48.
115
Véase MASJUAN, E. (2000), La ecología humana en el anarquismo ibérico: urbanismo “orgánico”
o ecológico, neomaltusianismo y naturalismo social. Barcelona, Icària.
116
Véase SANTOJA, Gonzalo, (1989), La República de los libros. El nuevo libro popular de la II
República, Barcelona, Anthropos, pp. 161-174; CLEMINSON, Richard, (2004), “El libro
Homosexualidad del Dr. Martín de Lucenay: entre el conocimiento cientifico y la recepción pública de la
ciencia sexológica en España a principios del siglo XX” Hispania, 218, pp. 961-986; AMEZÚA, Efigénio,
(1993), “Los hijos de Don Santiago: paseo por el casco antiguo de nuestra sexología”, Revista Española
de Sexología, 59-60 (extra-doble), pp. 97-102; ÁLVAREZ PELÁEZ, Raquel (2011), “Literatura sobre el
sexo en la España de los años veinte y treinta”, GUERREÑA, Jean-Louis (ed.), La sexualidad en la
España contemporánea (1800-1950), Cádiz, Universidad de Cádiz, pp. 149-162.
117
Un estudio detallado de la revista Sexualidad se encuentra en CLEMINSON, Richard, (2000), “The
Review Sexualidad (1925-1928), Social Hygiene and the Pathologisation of Male Homosexuality in
Spain”, Journal of Iberian and Latin American Studies, 6 (2), pp. 119-129; y AMEZÚA, 1993.
145
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
2.8]118 de venta en kioscos y librerías. Esta publicación estaba dirigida por el médico
Antonio Navarro Fernández, conocido por el trabajo La prostitución en la villa de
Madrid publicado en 1909119, en el que trataba la prostitución femenina y en general los
tipos desorientados del amor, y La prostitución en España (1920)120, obra en la que
amplía el estudio de esta temática. El tratamiento científico de la cuestión sexual y la
divulgación de las corrientes sexológicas desde un propósito eugenésico y político era la
guía editorial de la revista, desde la que se pretendió la “regeneración de la raza y de la
cultura española”121. La revista se autodefinía como publicación ilustrada sobre higiene
social con el propósito de preservar “las enfermedades evitables y el desarrollo de la
educación física y moral como salvación de nuestra juventud”122. Se publicó durante el
período de 1925-1928, con un precio de 25 céntimos y una periodicidad semanal. En
sus artículos, el conocimiento científico sobre las perversiones sexuales se combinaba
con el tratamiento social de las mismas, en concreto se insistía en la peligrosidad social
de la homosexualidad y en general de las aberraciones sexuales que estaban en el origen
de la delincuencia.123
118
“Sexualidad,” A Virtual Wunderkammer: Early Twentieth Century Erotica in Spain, accessed
September 17, 2018, http://sicalipsis.humnet.ucla.edu/items/show/151.
119
NAVARRO FERNÁNDEZ, Antonio, (1909), La prostitución en la villa de Madrid, Madrid, Ricardo
Rojas.
120
NAVARRO FERNÁNDEZ, Antonio (1920), La prostitución en España, Madrid, Tipografía Hispana.
121
NAVARRO FERNÁNDEZ, Antonio, (1925), “Al lector”, Sexualidad, 1, p. 2.
122
Esta frase aparecía como subtitulo de la revista.
123
CLEMINSON, Richard; VAZQUEZ, Francisco, (2011), “Los invisibles”: una historia de la
homosexualidad masculina en España, 1850-1939, Granada, Comares, pp. 121.
146
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
124
NAVARRO FERNÁNDEZ, Antonio, (1925), “Hibridismo sexual”, Sexualidad, 30, p. 1-2.
125
ZUBIAURRE, Maite, 2015, p. 27.
147
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
126
DELON, R. (1926), “A propósito del psicoanálisis”, Sexualidad, 78, p. 6-7
127
DELON, 1926, p. 7
128
“[Untitled],” A Virtual Wunderkammer: Early Twentieth Century Erotica in Spain, accessed
September 17, 2018, http://sicalipsis.humnet.ucla.edu/items/show/148.
129
AMEZÚA, 1993, p. 96
148
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
130
Sobre la revista Estudios véase NAVARRO NAVARRO, Francisco Javier, (1997), El paraíso de la
razón. La revista Estudios 1928-1937 y el mundo cultural anarquista. Valencia, Institución Alfonso el
Magnánimo; TABERNERO-HOLGADO, Carlos; JIMÉNEZ LUCENA, Isabel; MOLERO-MESA, Jorge,
(2013), “Movimiento libertario y autogestión del conocimiento en la España del primer tercio del siglo
XX: la sección <<Preguntas y respuestas>> (1930-1937) de la revista Estudios”, Dynamis, 33 (1), pp. 43-
68; CLEMINSON, 2008.
131
NAVARRO NAVARRO, 1997; MOLERO-MESA, Jorge; JIMÉNEZ-LUCENA, Isabel,
TABERNERO-HOLGADO, Carlos, (2018), “Neomalthusianismo y eugenesia en un contexto de lucha
por el significado en la prensa anarquista española, 1900-1936” História, Ciências, Saúde-Manguinhos,
25, pp. 105-124; Véase MASJUAN, 2000.
132
Para profundizar sobre las bases y los planteamientos de la eugenesia en España y sobre las diferentes
formas de la eugenesia anarquista véase ALVAREZ PELÁEZ, Raquel, (1988), “Origen y desarrollo de la
eugenesia en España”, en SANCHEZ RON, José Manuel (ed.), Ciencia y Sociedad en España. De la
Ilustración a la Guerra Civil, Madrid, CSIC/El Arquero, pp. 179-204; y, de la misma autora, (1995),
“Eugenesia y darwinismo social en el pensamiento anarquista”, en HOFMANN, Bert; JOAN I TOUS,
Pere; TIETZ Manfred, (eds.), El anarquismo español: sus tradiciones culturales, Frankfurt/Madrid,
Vervuert/Iberoamericana, p. 29-40. Un debate igualmente interesante sobre esta cuestión y algunos de los
debates historiográficos al respecto se encuentra en CLEMINSON, 2008; MOLERO-MESA et al. 2018.
149
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
En las portadas de la revista, se puede observar esta idea, en las que el desnudo
femenino, alejado del componente sensual y erótico característico de las publicaciones
sicalipticas, se mezcla con símbolos políticos, propagandísticos, con un estilo que
recuerda al realismo soviético. De hecho la revista contó con Renau [Figura 2.9] y
Moleón [Figuras 2.10 y 2. 11] como dos de sus principales cartelistas, destacados por su
militancia en el arte al servicio de la revolución137.
133
CLEMINSON, 2008, p. 95-96; NASH, Mary, (1995b), Defying Male Civilization: Women in the
Spanish Civil War, Denver, Arden Press.
134
NAVARRO NAVARRO, 1997.
135
NAVARRO NAVARRO, Francisco Javier, (2004), A la revolución por la cultura: Prácticas
culturales y sociabilidad libertarias en el Pais Valenciano, 1931-1939. Valencia, Universidad de
Valencia, p. 178; CUBERO IZQUIERDO, 2015.
136
GIRÓN, Álvaro, (1999), “Metáforas finiseculares del declive biológico: degeneración y revolución en
el anarquismo español (1972-1914)”, Asclepio, 51 (1), pp. 247-273.
137
Véase MENDELSON, J, (2007), Revistas y guerra (catálogo de exposición). Madrid, MNCARS;
MOLINA, M.P., ESTEVE, C., MAESTRE, R.,VALOR, R. (2005), Manuel Monleón. Disseny i
avanguarda (catálogo de exposición), Valencia, Biblioteca de Valencia; RENAU, J., (1937), Función
social del cartel publicitario, Valencia, Nueva Cultura; CABAÑAS BRAVO, Miguel (2007), Josep
Renaud. Arte y propaganda en guerra (catálogo de exposición), Madrid, Ministerio de Cultura.
150
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
La “Revolución sexual”, tal y como la definió el médico Félix Martí Ibañez, era
“la obra humilde y silenciosa de una falange de luchadores tenaces, que por el libro, el
artículo, la conferencia y el ejemplo personal, creen, forjen esa cultura sexual que es la
llave de la liberación. Esa es la auténtica revolución” que “se infiltra en todos los
ámbitos de la vida pública, se realiza en cada instante y en cada cosa, como un avance
diario hacía el Ideal”138. Para pensar la forma en la que la teoría de Freud se incorporó
en esta revistas a las filas de la “revolución sexual” -con una mayor presencia a partir de
los años 30, probablemente coincidiendo con la propia evolución de los discursos
reformistas y el protagonismo del psicoanálisis en ellos-, podemos traer dos citas de
A.G. Llauradó en las que, bajo la línea de la reforma eugénica, Freud es tomado como
figura de ciencia que articula lo biológico con lo social.
La primera de ellas forma parte de un artículo titulado “Los reflejos
condicionados y el fetichismo” donde Llauradó sostiene que:
151
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
En esta revista destacan, sin embargo, dos secciones que nos parecen únicas en
contenido y formato: la de Preguntas y respuestas llevada a cabo por el médico
Remartínez; y el Consultorio Psíquico-sexual de Félix Martí Ibáñez142. En ambas los
lectores podían formular sus preguntas e inquietudes sobre temas diversos y los médicos
139
LLAURADÓ, A.G. (1933), “Los reflejos condicionados y el fetichismo”, Estudios, 123, p. 18.
140
LLAURADÓ, A.G, (1934), “Significación social de la Biología”, Estudios, 127, p. 33.
141
ALVAREZ-PELÁEZ, 1995, p. 33.
142
TABERNERO-HOLGADO et al. 2013.
152
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
publicaban sus respuestas configurando una verdadera guía biopolítica sobre aspectos
de la vida sexual, la cultura y la sociedad.
143
“Preguntas y respuestas” (1933), Estudios, n. 123, p. 28.
144
FREUD, Sigmund, (1981 [1932]) “La feminidad” en Obras Completas, t. III, Madrid, Biblioteca
Nueva.
145
“Psicología femenina”, (1937), Estudios, n. 160, pp. 47-48
153
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
Estudios, se daban directrices sobre su propia vida sexual146. Al mismo tiempo trasluce
de esta participación la idea de un efectivo fenómeno de transformación de los roles de
género y la sexualidad femenina que, como veremos más adelante, tendrá en el
franquismo una fuerte reorganización político-social147.
146
Sobre el papel de las mujeres en la lucha obrera, en concreto su participación en sindicatos y
movimientos libertarios ver NASCH, Mary, (1981), Mujer y movimiento obrero en España, 1931-1939,
Barcelona, Fontmara; y de la misma autora (1976), Mujeres Libres: España 1936-1939, Barcelona,
Tusquets.
147
OSBORNE, Raquel (dir.) (2012), Mujeres Bajo Sospecha. Memoria y Sexualidad. 1930-1980, Madrid,
Fundamentos.
148
MARTÍ IBÁÑEZ, 1975.
149
En concreto Martí Ibañez dice que Freud es la tercera revolución “al despojar al hombre de su orgullo
de ser consciente y dejarlo reducido a la categoría de marioneta, movida por misteriosas fuerzas
instintivas”, en MARTÍ IBAÑEZ, Félix, (1935), “Psicología del conflicto espiritual”, Estudios, 148, p. 17
150
MARTÍ IBAÑEZ, Félix, (1937), Psicoanálisis de la Revolución Social española, Barcelona, Tierra y
Libertad; Sobre este trabajo véasse, LLAVONA, Rafael, BANDRÉS, Javier, (1998), “Psicología y
anarquismo en la Guerra Civil española: la obra de Félix Martí-Ibáñez”, Psicothema, 10, (3), pp. 669-
678.
154
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Para poder hacernos una idea del tipo de diagnósticos que se ofrecían en el
Consultorio Psíquico-sexual, resulta interesante traer un ejemplo, que hemos
seleccionado por el uso que hace del psicoanálisis:
En el ejemplar del mes de julio de 1936 un lector planteaba “el problema
psicológicosexual” del que había sido protagonista y que desde entonces le obsesionaba,
según refiere, por el remordimiento que le causaba. La situación que describía era la
siguiente: en una de las frecuentes visitas que había realizado a casa de un amigo suyo,
donde también había conocido a la esposa de éste, el amigo se ausenta dejándolo a solas
con su mujer. Ella aprovecha la ocasión para confesarle sobre su insatisfacción sexual y
la práctica del coitus interruptus a que la somete el marido y que le tiene en constante
excitación y nerviosismo. Estos encuentros se siguen produciendo, con la ausencia del
amigo que parece querer favorecerlos. Finalmente el lector y la esposa del amigo
acaban manteniendo relaciones sexuales para remordimiento de éste151.
151
“Consultorio Psíquico-sexual” (1936), Estudios, n. 155, p. 39
152
“Consultorio Psíquico-sexual” (1936), Estudios, n. 155, p. 40
153
SANCHIS BANÚS, José, (1923), “Acerca de los trastornos nerviosos originados en la mujer por la
práctica sistemática del coitus interruptus y su patogenia”, Los progresos de la Clínica, 26, pp. 196-230.
155
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
156
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
junto al pensamiento de otros autores, incorporar al régimen de enunciación y
visibilidad de una época159 todo un conjunto de expresiones y manifestaciones del
erotismo y la sexualidad de diversa gradación, desde el plano ocioso, picante, a veces
pornográfico, a la literatura erótica, la divulgación popular sobre temas de higiene y
pedagogía, o la educación sexual como arma para el cambio político. En este sentido el
pensamiento de Freud sirvió, tanto para las estrategias de mercado y persuasión de las
masas, dentro de la lógica del capitalismo de consumo, como para la crítica de este
proceso, desde los sectores más revolucionarios que defendieron modos de vida
alternativos al progreso y al desarrollismo capitalista, con una fuerte fundamentación
científica.
159
Un análisis sobre la visibilidad y enunciabilidad de las imágenes en relación a una época y el campo de
fuerzas y tensiones que las regulan y atraviesan puede verse en MATEO LEIVA, Lidia; KERANGAT,
Zoé, (2018) “The limits of remembrance during the Spanish Transition: Questioning the `Pact of
Oblivion´through the analysis of a censored film and a mass-grave exhumation”, Memory Studies, 1-22.
160
HUERTAS; NOVELLA, 2012.
161
DAZA, Jesús, (1992), “La ley de divorcio de 1932. Presupuestos ideológicos y significación política”,
Alternativas. Cuadernos de Trabajo Social, 1, pp. 163-175.
157
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
162
La expresión está tomada de la noticia sobre la conferencia que con el título “Igualdad sexual”, César
Juarros pronunció en el Centro de Cigarreras y Tabaqueras y que se publicó en El Sol, 27 de noviembre
de 1927.
163
“Lo que piensan los jóvenes. Opinión de D. Julio Martín de Pereda. Médico. Veintiséis años (Madrid)”
(1930), El Sol, 15 enero 1930.
164
SEOANE, José. B., (2006), El placer y la norma. Genealogía de la educación sexual en la España
contemporánea, Barcelona, Octaedro.
165
FERNÁNDEZ SANZ, Enrique, (1915), “Sobre educación sexual. Su importancia para la profilaxis de
las psicosis y psiconeurosis”, El Siglo Médico, 62, pp. 386-389.
166
VILLAVERDE, 1924a, p. 208.
158
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
permanentemente. En contraposición al discurso de Villaverde, la aportación más
relevante a la discusión sobre la educación sexual desde la órbita del psicoanálisis fue la
llevada a cabo por Ángel Garma. En sus publicaciones, Garma discute el concepto de
“aclaración de la sexualidad” (sexuelle Aufklärung), apuntando que ésta debe ser algo
más que una “explicación intelectual”, ya que es necesario “exponer al niño no
solamente cómo es la sexualidad del adulto, sino también cómo es la sexualidad infantil
y cómo debe manejar sus tendencias sexuales infantiles” 167 . Para este autor, la
educación sexual debe comenzar, pues, desde el primer momento en que el niño
demanda algún tipo de explicación, puesto que, en su opinión, la aclaración hecha en la
pubertad o en época posterior apenas tiene valor e, incluso, puede ser contraproducente,
sobre todo si, hasta ese momento, la educación ha estado ligada a la represión sexual.
De hecho, el adolescente educado para rechazar o negar la sexualidad podría desarrollar
una resistencia frente a esta ilustración tardía, lo que le llevaría a avivar sus represiones
y a desconfiar de las personas de su alrededor.
Para Garma, veracidad y tolerancia son, en definitiva, los dos elementos
fundamentales que el adulto responsable debe tener en cuenta al abordar la sexualidad
infantil desde un punto de vista médico-pedagógico. En cuanto a la tolerancia, la actitud
del adulto –padres o educadores– ante la masturbación es, obviamente, un asunto clave
en este sentido. Para Garma, “el niño satisface sus deseos genitales por medio de la
masturbación”168. Es más, la masturbación es vista como la posibilidad más lógica que
tiene el niño (y la niña) para “descargar” su libido (energía sexual). El consejo de
Garma es, en consecuencia, la tolerancia, esto es, no interferir en lo que forma parte de
la evolución y el desarrollo normal de la sexualidad infantil: “Si se prohíbe [al niño] la
masturbación amenazándole con toda clase de castigos, el niño seguirá masturbándose
secretamente; pero esta masturbación irá acompañada de sentimientos de culpabilidad y
por tanto, de remordimientos y de neurosis”169.
Como puede verse, el objetivo de Garma en relación con la educación sexual no
estaba orientado, al menos de una manera explícita, ni hacia una moral de la conducta ni
hacia la reforma sexual; sus propuestas se encaminaban a conseguir que el niño y el
167
GARMA, Ángel (1936), El psicoanálisis, la neurosis y la sociedad, Madrid, Ediciones de Archivos de
Neurobiología, pp. 118-119. Otras aportaciones de esta autor al tema son GARMA, Ángel (1932c),
“Consideraciones psicoanalíticas sobre la vida sexual”, Archivos de Neurobiología, 12 (4), pp. 543-566; y
GARMA, Ángel, (1934b), “Psicología de la aclaración de la sexualidad en la infancia”, Revista de
Escuelas Normales, 12 (103), pp. 98-103.
168
GARMA, 1936, p. 43.
169
GARMA, 1936, p. 118.
159
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
170
MOLINA NUÑEZ, Jerónimo, (1936), “Higiene mental del niño”, conferencia correspondiente a la
Semana de Higiene Mental pronunciada en Unión Radio, Los progresos de la clínica, 5, p. VII.
171
JUARROS, César, (1928a), Los horizontes del psicoanálisis, Madrid, Mundo Latino, pp. 12-13.
160
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
reformista, pues no en vano era, desde 1922, presidente de la Sociedad de
Abolicionismo de la Prostitución, organización que además de una reforma
abolicionista de la prostitución, abogaba por una amplia campaña de higiene y
educación sexual172, pero era también resultado de la reacción ante la prohibición, en
plena Dictadura de Primo de Rivera, de las Primeras Jornadas Eugénicas, por considerar
que propiciaban el “regodeo pornográfico” 173 . Juarros, quien se contaba entre los
organizadores, afirmaba al respecto:
“los prejuicios constituyen factor esencial. Por extraño que parezca, de
ninguna otra función tiene el vulgo idea tan equivocada como la que posee
respecto a la misión sexual. Desde desconocer la existencia de la sexualidad
infantil, hasta negar categoría fisiológica al deseo. Una gazmoñería costrosa y
miope, dificulta el examen leal de las modalidades del instinto y de sus
objetivaciones (…). Finalmente, en no pocos casos se truena contra el
Psicoanálisis por miedo a que el propio misterio sexual sea descubierto.
Gentes hay que, no ignorando su anormalidad, fingen desconocerla,
temblando horrorizados ante la posibilidad de tener que asomarse a la
dolorosa verdad”174.
172
JUARROS, César, (1925), Normas de Educación Sexual y Física, Madrid, Renacimiento, s.a.
173
BARRACHINA, Marie-Aline, (2004), “Maternidad, feminidad, sexualidad. Algunos aspectos de las
Primeras Jornadas Eugénicas Españolas (Madrid, 1928-Madrid, 1933)”, Hispania, 64 (3), pp. 1003-1026,
1008.
174
JUARROS, 1928a, pp. 12-13. Cursiva en el original
175
SALDAÑA, Quintiliano, (1929), Siete ensayos sobre sociología sexual. Madrid, Mundo Latino, p. 18.
176
SALDAÑA, 1928, p. 22. En las palabras de Saldaña puede identificarse la convivencia que se dio
entre teorías y discursos que hoy día juzgaríamos irreconciliables, y que no obstante mostraron una gran
flexibilidad discursiva pudiendo llegar a ser presentados como complementarios. De esta forma el
psicoanálisis se relacionó con la endocrinología, la psicometría, el positivismo lombrosiano, o incluso, en
el período franquista, el ejercicio de la fe católica. Véase LÉVY LAZCANO, 2016b
161
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
162
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
precauciones que los especialistas esgrimían como formulas médico-morales que
evitarían el desarrollo patológico e inmoral de las sociedades.
163
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
164
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
criminal, denominada por él dolo, y que, a partir del mecanismo de la sublimación
propuesto por el psicoanálisis, puede ser rectificada hacia un fin que se encuentre dentro
de los parámetros del orden público establecidos y amparados bajo el código penal. De
esta forma sostenía que:
“…las leyes reservan sus castigos más severos para el acto sexual normal, y,
en cambio, se olvidan de las formas pervertidas o anormales, a las que deja sin
sanción o les aplican las más leves. Entre los atentados a la moral y a las
costumbres figuran, en primer término, los llamados delitos de escándalo
público. La sanción está justificada, porque ofenden a los sentimientos de la
mayoría de la colectividad y porque excitan las pasiones y pueden dar lugar a
falsas direcciones del impulso libidinoso”189 .
189
CAMARGO, 1931, p. 28. Cursiva en el original.
165
Capítulo 2. Psicoanálisis para la reforma sexual
166
CAPITULO 3
LA CRIMINOLOGÍA PSICOANALÍTICA:
UNA NUEVA COMPRENSIÓN DEL DELITO Y DE LA
DELINCUENCIA1
1
Varias de las ideas contenidas en este capítulo han sido publicadas en LÉVY LAZCANO, 2016a,
2016b.
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Desde finales del siglo XIX y principios del siglo XX la preocupación por la
figura del criminal va a ser uno de los temas centrales en la construcción de las
sociedades modernas. Frente al temor despertado por la peligrosidad que ciertos
individuos representaban para el orden público, la sociedad iba a exigir el
endurecimiento de códigos penales y el establecimiento de medidas de seguridad que
velasen por los intereses de la defensa social2. Como explicación del fenómeno de la
delincuencia, los trabajos de Lombroso, Garófalo y Ferri, todos ellos representantes de
la Scuola Nova italiana3, habían tenido un importante éxito en gran parte de las escuelas
penales de Europa desde las últimas décadas del siglo XIX4. En España fueron los
sectores más progresistas los que con mayor profundidad defendieron y debatieron sus
ideas, frente a los sectores más conservadores apoyados por la Iglesia Católica, que
veían en el positivismo científico una amenaza a sus planteamientos5. Como paradigma
de la modernidad, la escuela italiana proyectaba un ideal de ciudadanía y, en
contrapunto, una solución científica al problema de la degeneración, el vagabundaje y
en definitiva los despojos sociales que la sociedad moderna pretendía erradicar6. La
crisis del modelo penal clásico y la introducción de una corriente más humanista, que
buscó sustituir condenas por tratamientos, propulsó la introducción de nuevos saberes y
técnicas en un proceso en el que las figuras del médico higienista y el jurista quedaron
emparentadas en la lucha por el control y la defensa social.
169
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
desplazamiento del peso de las investigaciones judiciales del delito al delincuente. Las
pesquisas basaron su interés en las características morfológicas y antropológicas del
acusado, introduciendo en la pericia legal una amplitud de herramientas y técnicas
destinadas a este fin8. No obstante, en este proceso se fue dando cada vez más énfasis al
análisis de los procesos mentales, la genealogía familiar y las raíces psicobiográficas del
delincuente que, como sostenían, ejercían una influencia determinante en el desenlace
delictivo, punto en el que las ideas psicoanalíticas tuvieron un interesante foro de
recepción y debate.
Como saber experimental, el psicoanálisis ofreció a este objetivo, una visión más
integradora ya que, frente a la herencia propuesta por la teoría de la degeneración, Freud
hacía recaer un importante peso de la conducta humana en el papel de la psique y la
relación del individuo con la sociedad10. En este sentido algunos iban a leer en el
psicoanálisis una teoría de intervención social y pedagógica, que sin embargo podía ser
considerada como una mirada complementaria a las teorías somáticas e incluso a los
análisis antropométricos. Tal y como sostuvo Ruiz Maya, “podríamos decir que el
psicoanálisis es la fisiopatología del inconsciente”11. La ciencia positiva, decía el jurista
Quintiliano Saldaña, operaba “hacía el exterior-físico y social. Ahora, nueva ciencia
8
CAMPOS, 2013.
9
Véase FOUCAULT, Michel (1986), Vigilar y castigar, Madrid. Siglo XXI.
10
Sobre las relaciones entre el pensamiento de Freud y la teoría de la degeneración véase, VALLEJO,
Mauro (2011), Teorías hereditarias del siglo XIX y el problema de la transmisión intergeneracional.
Psicoanálisis y Biopolítica, La Plata (Argentina), Universidad Nacional de La Plata. Tesis de doctorado;
VALLEJO, Mauro (2008), Los miércoles por la noche alrededor de Freud, Buenos Aires, Letra Viva;
sobre la teoría de la degeneración en España, véase PLUMEN DOMINGO, José Javier; REY
GONZÁLEZ, Antonio (2002), “La introducción de las ideas degeneracionistas en la España del siglo
XIX. Aspectos conceptuales”, Frenia, 2 (1); CAMPOS, Ricardo (1999), “La teoría de la degeneración y
la clínica psiquiátrica en la España de la Restauración”, DYNAMIS, 19, pp. 429-456.
11
RUIZ MAYA , Manuel (1931), Psiquiatría Penal y Civil, Madrid, Plus-Ultra, pp. 83-84.
170
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
indica que la verdad, de retorno, se aposenta “in interiori hominis”. Al Fisioanálisis
viene a completar el Psicoanálisis”12.
12
SALDAÑA, Quintiliano (1929a), “Prólogo”, en CAMARGO, César, Psicoanálisis del sueño profético,
Madrid, M. Aguilar, p. 6; SALDAÑA, Quintiliano, (1929b), Siete ensayos sobre sociología sexual,
Madrid, Mundo Latino, p. 22.
13
BLOCH, Ivan, (1942 [1906]), La vida sexual contemporánea, Buenos Aires, Ediciones Anaconda, p.
568), Ivan Bloch fue un psiquiatra alemán, integrante del movimiento sexológico de los años 20. En
España este trabajo fue traducido al castellano en 1924, publicado por Editorial Internacional en dos
volúmenes y con prólogo de Gregorio Marañón. Importantes psiquiatras de la época, como César Juarros,
Manuel Ruiz Maya o Gonzalo Rodríguez Lafora, se mostraron conocedores de las ideas de Bloch. Fue,
por tanto, un autor de referencia dentro de las lecturas nacionales e internacionales en las que, de forma
cotidiana, se incluían ideas psicoanalíticas como puntos de apoyo y legitimación de la argumentación
científico-sexológica y jurídica.
14
RUIZ MAYA, 1931, p. 65
171
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
Freud sin embargo, mantendría siempre una actitud desconfiada ante el uso
jurídico del psicoanálisis. Así lo expresó en “La indagatoria forense y el psicoanálisis”
(1906)21, texto que era en realidad una conferencia pronunciada en la Universidad de
Viena, invitado por el profesor de jurisprudencia Alex Löffler. En este texto Freud
diferenciaba la praxis del psicoanálisis de la del derecho y alertaba al jurista de los
15
López Ibor por ejemplo, escribiría en 1928 junto a Miguel Ángel García “Endocrinología
criminológica” (Crónica Médica, 32 (3ªep.), pp. 505-515). También Ruiz Maya dedicó un apartado
completo a este saber en Psiquiatría Penal y Civil (1931), y Saldaña destacó la relevancia de los estudios
sobre endocrinología psiquiátrica y criminal en el prólogo a la obra de Camargo Psicoanálisis del sueño
profético (1929a). Así mismo Marañón publicó en 1936 el artículo “Endocrinología y ciencia penal” en la
revista argentina Revista de Psiquiatría y Criminología (n. 35, pp. 113-120). Véase DOVIO, Mariana
Ángela, (2016), “Peligrosidad y endocrinología criminal en Revista de Psiquiatría y Criminología 1936-
1946, Buenos Aires, Argentina”, Revista de Historia de las Prisiones, 3, pp. 150-161.
16
Véase PLOTKIN, 2009.
17
ALEXANDER, Franz; STAUB, Hugo (1935) El delincuente y sus jueces desde el punto de vista
psicoanalítico [trad. W. Goldschmidt y V. Conde], Madrid, Biblioteca Nueva. Este libro verá una
segunda edición en 1961.
18
FERENCZI, Sándor (1981 [1914]), “Psicoanálisis del crimen”, en Obras Completas, t. 2, Madrid,
Espasa Calpe, pp. 211-213; y (1981 [hacia 1928]), “Psicoanálisis y criminología”, en Obras Completas, t.
4, Madrid, Espasa Calpe, pp. 248-265.
19
REIK, Theodor, (1943): El asesino desconocido. Psicoanálisis de los procedimientos criminológicos,
El Ateneo, Buenos Aires.
20
Véase GALLO, Héctor (2007), El sujeto criminal. Una aproximación psicoanalítica al crimen como
objeto social, Colombia, Universidad de Antioquia.
21
FREUD, Sigmund (1981 [1906], “El psicoanálisis y el diagnóstico de los hechos en los procedimientos
judiciales”, en Obras Completas, t. 2, Madrid, Biblioteca Nueva, pp. 1277-1283
172
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
peligros que podía desentrañar una imprudente aplicación de sus ideas en el terreno
judicial22. Se refería concretamente a los experimentos sobre las asociaciones verbales y
el test de las palabras-estímulos que la Escuela de Zúrich, dirigida por Bleuler y Jung,
estaban desarrollando y que tuvo una rápida popularización en el ámbito judicial. De
hecho, a partir de los años 30 prácticamente todos los manuales de psiquiatría jurídica
incluían esta prueba como parte del arsenal forense con el que contaba el perito. A partir
de 1914 Freud se distanció por completo de las ideas de la Escuela de Zúrich, tal y
como sostuvo en “Historia del movimiento psicoanalítico” donde manifestó su ruptura
con Jung y su pensamiento23.
173
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
El trabajo de Emilio Mira, que fue reeditado en 1934, era el resultado del
“cursillo elemental de psicoanálisis” que ofreció “en la Academia y Laboratorio de
Ciencias Médicas en el mes de abril de 1926”28. Se componía de dos volúmenes en los
que, junto a la exposición de la teoría freudiana, añadía las modificaciones de Adler y
Jung en relación a la teoría de la libido y lo que denominaba “técnica general psico-
analítica” a través de la que conocer “el verdadero fondo del espíritu humano, a fin de
conseguir un funcionamiento más perfecto de éste” 29 . En el segundo volumen,
eliminado en la reedición de 1934, ofreció un análisis práctico sobre las aplicaciones del
psicoanálisis a diversos campos de estudio como la medicina, la pedagogía o la
orientación profesional, ámbito en el que destacó como director del Instituto de
Orientación Laboral de Barcelona, donde pudo poner en práctica todas estas ideas30. Su
planteamiento orientaba el psicoanálisis hacia una psicotecnia, en la que todo queda
descrito bajo la fórmula de una prueba: la prueba del interrogatorio “a presión”, la
prueba de las asociaciones determinadas, la prueba de las asociaciones libres, la prueba
de la interpretación de los sueños, etc. Describió un listado de “normas para facilitar la
labor interpretativa de los sueños”, relatando incluso el análisis de un sueño propio, que
señala como su auto-psicoanálisis. Una de las principales aportaciones de Mira al uso
psicotécnico y forense del psicoanálisis, fue su adaptación de la prueba de las
asociaciones determinadas de Jung y Bleuler. En ella retomaba “la lista primitiva de
Jung” que modificó “de acuerdo a las particularidades del idioma inherentes a la
diferente nacionalidad de nuestros pacientes” y la acompañaba con procedimientos
auxiliares como barbitúricos, el test de Rorschach o los aparatos de medición
26
Nos referimos al trabajo de Juarros “Sobre un caso de obsesión por contagio curado por psicoanálisis”
publicado en Los Progresos de la Clínica en 1921, o al de Mira, “Un cas senzill de psicoanálisi”
publicado en 1921 en Annals de l´Academia i Laboratori de Ciències Mèdiques de Catalunya, y “Un nou
métode d´exploració del subconscient” publicado en 1925 en la misma revista y que recoge un caso
resuelto por el método del “onirismo barbitúrico”.
27
CARLES et al., 2000, p. 117
28
MIRA, Emilio, (1926a), El Psico-Análisis, Barcelona, Arnau de Vilanova, p. 9.
29
MIRA, 1926a, p. 55.
30
Véase, KIRCHNER, 1981; SÁNCHEZ LÁZARO, 1986. Ya hemos señalado el lugar que ocupó Mira
desde el Instituto de Orientación Laboral de Barcelona, alrededor del que se formaría un círculo de
autores “psicoanalíticos” entre los que estaban Brachfeld, Tosquelles, Eiminder, Sarró o Wolf.
174
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
psicogalvánica que, según decía, facilitaban el registro objetivo de las reacciones
emocionales y físicas31.
César Juarros por su parte ha de ser considerado uno de los más importantes
divulgadores del psicoanálisis en España32. Dictó varias conferencias en la Facultad de
Medicina de Madrid y en la Academia de Jurisprudencia, las cuales gozaron de una
importante acogida, anunciadas de forma habitual en la prensa diaria. Sus dotes para la
docencia, su vocación periodística y su oratoria como conferenciante33, fueron claves
para la difusión del psicoanálisis en ambientes no especializados, y “es muy posible que
la penetración del psicoanálisis en el área jurídica se debiera en gran parte a su
influencia” 34 . Los horizontes del psicoanálisis (1928) es el compendió de estas
conferencias en las que agradecía al psicoanálisis “éxitos profesionales, que sin su curso
hubieran permanecido fuera de mis alcances”35. La aplicación jurídica del psicoanálisis
había sido mencionada anteriormente por Juarros en el discurso inaugural del curso de
1918 del Instituto Español Criminológico36 , institución de la que fue profesor de
Psiquiatría forense durante 15 cursos consecutivos. En su intervención expuso el influjo
de la sexualidad en la psicología humana desde el pensamiento freudiano, siendo ésta
una de las primeras ocasiones en las que las ideas psicoanalíticas tendrían audiencia en
el marco criminológico español.
31
MIRA, 1926a
32
CARLES et al. 2000, p. 115
33
VALENCIANO GAYA, 1977, p. 85
34
CARLES et al. 2000, p. 122
35
JUARROS, 1928a, pp. 11-12.
36
El contenido de este discurso está publicado en JUARROS, César, (1918) “Motivaciones nacionales del
crimen pasional”, Medicina Ibera, 2([cubiertas]), pp. 30-2; 39-40; 47-8; 53-6; 62-4.
37
FERENCZI, Sándor (1929), “Psicoanálisis y criminología”, Revista Médica de Barcelona, 11, pp. 318-
330. Véase MÜLBERGER; BALLTONDRE; MONTERO-PICH, 2015.
38
MÜLBERGER; BALLTONDRE; MONTERO-PICH, 2015.
175
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
Véanse sino las palabras del médico Manuel Sofocarda en la sesión inaugural de
la Primera Reunión Anual de la Liga Española de Higiene Mental, celebrada en 1927,
cuando señalaba que el objeto de esta organización era:
De hecho, la Liga de Higiene Mental incluyó entre sus secciones una dedicada a
la “prevención de la criminalidad, delincuencia y vagancia”40. Y el mismo Sofocarda,
en una conferencia que dictó junto a T. Busquets en la Primera Reunión de la
Asociación Española de Neuropsiquiatría celebrada en 1926 en Barcelona, abordó las
principales modificaciones que, desde el punto de vista psiquiátrico, debían incorporarse
al Código Penal de 1870, insistiendo en la aplicación de la “doctrina de la Defensa
Social”, frente al postulado de la responsabilidad41.
39
SESIÓN INAUGURAL, Higiene Mental (1928), Boletín de la Liga Española de Higiene Mental, 1, p.
2. Véase, CAMPOS 1997a.
40
SOFOCARDA, Manuel (1932), “Importancia social de las Ligas de Higiene mental”, Annals de
l´Acadèmia de Medicina de Barcelona, pp. 216-224. p. 217.
41
SOFOCARDA, M; BUSQUET, T. (1926), "Necesidad urgente de una revisión total de la legislación
relativa a los alienados" Primera Reunión de la Asociación Española de Neuropsiquiatras, celebrada en
Barcelona los días 21, 22 y 23 de junio de 1926”, Archivos de Neurobiología, VI, pp. 179-188, p. 182;
CAMPOS, 1997a, p. 52.
176
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Fueron muchos los que se lanzaron a la tarea de la prevención, descripción y
catalogación de perfiles sociales desviados, contribuyendo con la creación de medidas
de seguridad que velasen por los intereses de la defensa social. Es el caso de la Ley de
Vagos y Maleantes (1932), que el franquismo mantuvo en vigor hasta 1970, sustituida
entonces por la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social42, o el Código Penal de
1928 promulgado por la dictadura de Primo de Rivera, en el que se incluyeron ciertos
contenidos psiquiátricos como atenuantes o agravantes de la responsabilidad penal del
individuo que cometía un delito. El nuevo Código ofrecía ciertas ventajas ya que incluía
medidas de seguridad post-delictual inexistentes en el Código de 1870, no obstante estas
modificaciones no satisfacían las exigencias de los psiquiatras, que insistían en la
prevención pre-delictual y la peligrosidad social de ciertos individuos43.
42
CAMPOS, R, (2016b) “La construcción psiquiátrica del sujeto peligroso y la Ley de Vagos y
Maleantes en la España franquista (1939-1970)”, Revista Culturas Psi/Psy Cultures, 7, pp. 9-44.
43
CAMPOS 1997; ÁLVAREZ, Raquel; HUERTAS, Rafael, (1987), ¿Criminales o locos?, Madrid,
CSIC.
44
Véase SOFOCARDA, M.; TORRAS, O, (1930), “Comentarios psiquiátricos al nuevo Código Penal
español. Cuarta Reunión Anual de la Asociación Española de Neuropsiquiatras, celebrada en Sevilla el 17
y 19 de diciembre de 1929”, Archivos de Neurobiología, 10, pp. 443-463; RODRÍGUEZ LAFORA, G.
(1929), La psiquiatría en el nuevo código penal español de 1928 (juicio crítico), Madrid, Reus;
JUARROS, C. (1929), La psiquiatría en el nuevo Código Penal, Madrid, Sucesor de E. Teodoro (es
tirada aparte de El Siglo Médico, 3926, 9 de marzo de 1929); VALLEJO-NÁGERA (1929), La psiquiatría
en el nuevo Código Penal. (Discusión de la Memoria presentada a la Academia de Jurisprudencia por el
Académico profesor D. Pedro Mairata), Madrid, Sucesor de E. Teodoro (es tirada aparte de El Siglo
Médico, 3931, 18 de abril de 1929).
45
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis (1943), “El juez penal: su formación y sus funciones (basada en
conferencia pronunciada el 6 de septiembre de 1939 en la Sociedad Criminológica de Buenos Aires)”, en
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis, El Criminalista, Buenos Aires, Editorial La Ley, pp. 94-150, p. 113
177
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
46
POYATOS, Francisco (1931), Diario de Córdoba, sábado 7 de febrero de 1931, portada.
47
RUIZ MAYA, 1931, p. 144
48
En esta revista se publicó un resumen de las conferencias ofrecidas por Ruiz Maya. La primera de ellas
fue dictada en las sesiones de la Academia de Ciencias Médicas de Córdoba el 8 y 14 de mayo de 1924, y
publicadas bajo el título “Técnica del psicoanálisis y su aplicación al tratamiento de algunas neurosis”,
Ideal Médico, 83, (1924), pp.92-93; y la segunda de ellas tuvo lugar en la sesión del 16 de diciembre de
1926, publicada bajo el título “Las neurosis y la psicoanálisis”, Ideal Médico, 114, (1926) 281.
49
RUIZ GARCIA, Carmen, (2007), “Análisis documental de la revista Ideal Médico
(1917-1931). Contenido sobre Enfermedad Mental y Ruiz Maya”, Ámbitos. Revista de Estudios de
Ciencias Sociales y Humanidades, 17, pp. 53-64. p. 55
50
Véase GARGALLO VAAMONDE, Luis “Prisión y cultura punitiva en la Segunda República (1931-
1936), Historia Contemporánea, 44, pp. 307-335.
51
VERDÚ SUÁREZ, A. (1933), “Psicoanálisis”, El Sur, 6 de julio de 1933.
178
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
“-¿Y esto?-preguntó ante una celda herméticamente cerrada.
–Es un castigado-le respondieron.
–Pues ábranla-.Y una vez franqueada la entrada, con sorpresa y temor de
los presentes, adéntrase solo, advirtiendo que cerrasen. El castigado púsose
en pie, ignorando quién lo visitaba.
–¿Quién eres? ¿Por qué estas aquí?-Y a este tenor fue preguntando e
inquiriendo del recluido don Manuel.
-¿Qué me está usted haciendo, el psicoanálisis? ¿Soy esquizofrénico o
paranoico?
-Eres un desgraciado-compadeció don Manuel, que sabe aunar el talento
con la bondad-. Y, persuasivo y elocuente, su elocuencia de siempre habló
al alma del recluso hasta despertar en su atonía moral el germen bueno que
todos los nacidos llevamos en el más hondo repliegue del corazón”52
52
VERDÚ, 1933.
53
Véase ARTIÈRES, Philipe, (2000), Le livre des vies coupables. Autobiographies de criminels (1896-
1909), Paris, Albin Michel; y también CAIMARI, Lila (2012), Apenas un delincuente. Crimen, castigo y
cultura en la Argentina (1880-1995), Buenos Aires, Siglo XXI.
54
MIRA, Emilio, (1932), Manual de Psicología Jurídica, Barcelona, Salvat.
179
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
Destacamos aquí la figura de Luis Jiménez de Asúa, uno de los autores más
influyentes en la criminología y la ciencia penal española durante este período.
Interesado en las aplicaciones de la psicología a la criminología, cuenta con una extensa
producción escrita sobres estas cuestiones. Diputado socialista en las cortes
republicanas, fue también catedrático de Derecho Penal, profesor de la Escuela
55
MIRA, Emilio (1954 [1932]) Manual de Psicología Jurídica, Buenos Aires, El Ateneo, pp. 391-392.
Sobre esta obra existen reediciones hasta los años 80.
56
MESTRE, BERMEJO, TORTOSA, 2003, p. 278
57
MIRA, 1932, p. 2
58
JUARROS, 1928a, p. 14
59
MIRA, 1932, pp. 2-3
180
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Criminológica de Madrid y director del Instituto de Estudios Penales fundado en 1932
durante las reformas penitenciarias llevadas a cabo por Victoria Kent. Formó parte de
las comisiones encargadas de redactar las principales reformas jurídicas de la Segunda
República, como la Constitución de 1931, el proyecto de Código Penal republicano o la
Ley de Vagos y Maleantes de 193260.
60
PUYOL MONTERO, J. Mº; ROLDAN CAÑIZARES, E., Diccionario de catedráticos españoles de
derecho (1847-1943) [en línea]. Universidad Carlos III de Madrid. Instituto Figuerola de Historia y
Ciencias Sociales, 2011. Disponible en: http://www.uc3m.es/diccionariodecatedraticos (consultado el 18
de julio de 2018)
61
El Sol , jueves 23 de abril de 1931, p.9
62
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis (1935a): Valor de la psicología profunda. Psicoanálisis y Psicología
individual en ciencias penales, Reus, Madrid.
63
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis (1940), Psicoanálisis criminal, Buenos Aires, Losada.
181
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
Pero el penalista no sería el único que hiciese una lectura psicoanalítica de éste
caso. Los estudiantes de Derecho Rafael Vázquez Zamora y Manuel Hidalgo, habían
escrito en 1932 Lo inconsciente y el crimen 67, trabajo prologado por Juarros, que
elogiaba la labor de sus autores, haciendo gala de cierta autoridad psicoanalítica como
portavoz y maestro de una generación, sin lugar a dudas marcada por sus enseñanzas. El
diario La Libertad -en el que como hemos dicho Juarros fue un asiduo colaborador-
reseñó el trabajo de Vázquez e Hidalgo que, según decía el diario, estudiaban “la
influencia sexual, que da origen en la mayoría de los casos a crímenes espantosos”
donde uno de ellos era el del Vampiro de Düsseldorf, “tipo de insuficiencia sexual y de
debilidad genital”68. También ECO, Revista de España, de la que Zamora era director
literario, publicó una reseña en 1933, en la que se afirmaba que este trabajo era
revolucionario, ya que “en él se estudia la base psicoanalítica del delito, y adelantemos
que en España es lo más claro y ameno que se ha escrito sobre estas materias”69.
No obstante, el autor que con mayor profundidad trató estos temas fue el
magistrado César Camargo y Marín70. A lo largo de su obra, y en continuidad con el
64
ALEXANDER; STAUB, 1935.
65
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis, Crónica del crimen, (2005[1929]), Argentina, Lexis Nexis, p. 141. Esta
obra tuvo varias reediciones 1929, 1943, 1945, 1950, 1970, 1994 y 2005.
66
JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis, (2005 [1929], p. 141.
67
VÁZQUEZ ZAMORA, R.; HIDALGO, M. (1932), Lo inconsciente y el crimen [pról. César Juarros],
Madrid, José Mº Yagües Editor.
68
R.P.C, La Libertad, 5 de enero de 1933, p. 10
69
CARRASCO, M.V (1933), “En torno a <<Lo inconsciente y el crimen>>, Eco. Revista de España,
Junio de 1933.
70
Sobre la biografía de este autor (1880-1965), disponemos de escasos datos, extraídos principalmente de
los periódicos y publicaciones de la época. Doctor en Derecho, ocupa el cargo de juez en diferentes
provincias del territorio español (Oviedo, Valladolid, Jaén, Cádiz, León, Cáceres, Guadalajara, Albacete y
Segovia). Prosigue su actividad durante el franquismo primero en la Audiencia de Albacete y luego en la
de Segovia, ciudad en la que se jubila en 1955. Participa de forma activa en los debates sobre derecho,
jurisprudencia y psicología, publicando varios artículos desde el inicio de su carrera, periodo en el que
destaca la colaboración con la revista jurídico administrativa El Foro Español, órgano de expresión de la
Federación de Abogados de España. Su interés por la psicología del criminal comienza precisamente en
esta época, pero no será hasta 1929 cuando aparecerá su primera obra de contenido psicoanalítico.
Colabora en varias obras y traducciones con el también jurista Quintiliano Saldaña, a su vez prologuista
de su primer libro sobre psicoanálisis, Psico-análisis del sueño profético (CAMARGO, 1929a).
182
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
trabajo de Franz Alexander y Hugo Staud, Camargo propuso la creación de una
clasificación penal de carácter psicoanalítico fundamentada en el comportamiento de la
psique, para lo que combinaba conceptos freudianos con otras tendencias psicoanalíticas
en las que el papel de la sociedad en las conductas desadaptativas estuviese más
acentuado71. Este autor llevó las propuestas sobre psicoanálisis criminológico más lejos
que el resto de españoles. Entre sus trabajos monográficos se cuentan, Psico-análisis del
sueño profético (1929)72, La esencia del psicoanálisis. Examen crítico de las doctrinas
y métodos de Freud (1932)73, Un tríptico de Don Juan (1934)74 y El psicoanálisis en la
doctrina y en la práctica judicial (1931)75, obra de más de 500 páginas en la que se
proponía realizar una reforma de todo el sistema judicial español bajo la enseñanza del
psicoanálisis. Escribió también varios artículos sobre ésta temática76, en la que seguiría
insistiendo durante el periodo franquista.77 A lo largo de toda su obra mantuvo una
actitud abierta frente a las críticas que la teoría freudiana recibía en España y el
extranjero, pues, como señaló siguiendo al psicoanalista norteamericano Smith Ely
Jelliffe “las imperfecciones que podamos observar en el psicoanálisis, sólo dan motivo
para tratar de mejorarlo, y no indican en modo alguno que sea falso [cursiva del
original]”78. Camargo propuso incorporar el psicoanálisis a la formación de todo el
cuerpo de funcionarios de prisiones, pero sobre todo a jueces, abogados y fiscales,
llegando a plantear la figura del juez-psicoanalista, capaz de identificar los complejos
primitivos inconscientes que se encuentran en la genealogía del delito, para así
71
SAIZ, SAIZ, 1996b, p. 373.
72
CAMARGO Y MARÍN, César (1929a), Psicoanálisis del sueño profético, Madrid, M. Aguilar.
73
CAMARGO Y MARÍN, César (1932a), La esencia del psicoanálisis. Examen crítico de las doctrinas y
métodos de Freud, Madrid, Morata.
74
CAMARGO, César CAMARGO, César (1934a), Un tríptico sobre Don Juan, Madrid, Morata.
75
CAMARGO Y MARÍN, César (1931), El psicoanálisis en la doctrina y en la práctica judicial, Madrid,
M. Aguilar.
76
CAMARGO, César (1927), “Las teorías del profesor Freud ante la Psicología experimental, normal y
onírica”, Revista de los Tribunales, 61; “Sobre la técnica del chiste”, Revista de los Tribunales, 63 (42),
1929b; “Sobre un asunto de actualidad”, Revista de los Tribunales, 46, 1932b; “El <<Complejo de
Guzman>> o la antropología parricida en la antigua legislación española”, Revista de los Tribunales, 68
(2), 1934.
77
Durante el periodo franquista se han encontrado las siguientes obras de Camargo: “La conciencia
onírica y la responsabilidad penal del soñador” Madrid, 1944; “La delincuencia colectiva ante el
psicoanálisis”, Revista de Estudios Penitenciarios, 10, pp. 21-26, 1946; “El concepto psicoanalítico de la
imprudencia”, Anuario de derecho penal y ciencias penales, Madrid, 1950; “El psicoanálisis y la
criminología”, Revista de Estudios Penitenciarios, 71, pp. 87-92, 1951; “El “Complejo de supervivencia”
como principio fundamental de la criminología psicoanalítica” Anuario de derecho penal y ciencias
penales, Madrid, 1956; “Cuestiones penales”, Anuario de derecho penal y ciencias penales, Madrid,
1958.
78
CAMARGO, 1931, p. 10
183
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
“encauzar y reprimir la libido criminosa” de forma que “no pronunciará realmente una
pena, sino que prescribirá un tratamiento”79.
184
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
cometer un delito80. Las opiniones de psiquiatras y jueces se enfrentaban, reclamando
los primeros su papel como centinelas del orden mental y los segundos su poder como
garantes del orden social. En estos debates las fronteras entre locura y delincuencia se
desdibujaron, reuniéndose bajo la categoría de peligrosidad social, en la que las
prácticas de la psiquiatría y el derecho se entrecruzaban configurando un espacio común
en el que era difícil distinguir los límites entre ambas disciplinas81
Jiménez de Asúa por ejemplo, era de la opinión de que casos como los de
“Garayo el Sacamantecas, ajusticiado en Vitoria el año 1881; de Morillo, declarado
`loco epiléptico´ por los doctores Yáñez, Escribano y Escuder, y que, a pesar de ello,
fue condenado, y del cura Galeote, reconocido como demente por los doctores Simarro,
Vera, Bustamante y Escuder”82 habían sido famosos por representar ésta situación, en la
que los jueces habían pasado por alto el informe pericial, declarando la responsabilidad
del reo. Los sectores más progresistas de la psiquiatría criticaron lo que consideraban un
enorme error judicial, reclamando la inclusión de contenidos psiquiátricos en las
consideraciones penales. Para ello, la formación de peritos y jueces en psiquiatría y
criminología era una pieza fundamental, había que dotar “a los jueces de una elemental
cultura psiquiátrica, que les obligue a demandar la prueba mental en los casos
sospechosos y que les permita discernir correctamente los informes de los peritos”83 En
estas actuaciones los peritajes médico-legales tuvieron un importante empuje,
contribuyendo a patologizar al delincuente y a criminalizar la locura84.
80
ÁLVAREZ; HUERTAS, 1987; véase también GONZÁLEZ, Joaquín (1994), La imputabilidad en el
derecho penal español. Imputabilidad y locura en la España del siglo XIX, Granada, Editorial Comares.
81
FOUCAULT, Michel, (2001), Los anormales. Curso del Collège de France (1974-1975), Madrid, Akal;
PESET, 1983; ÁLVAREZ-URÍA, Fernando, (1983), Miserables y locos. Medicina mental y orden social
en la España del siglo XIX, Madrid, Tusquets; ÁLVAREZ, HUERTAS, 1987; CAMPOS, Ricardo
(2007b) “Crimen y locura. La patologización del crimen en la España de la restauración”, Norba, Revista
de Historia, 20, pp. 85-105; CAMPOS, 2013.
82
JIMÉNEZ DE ASÚA, 2005 [1929], pp. 198-199. Estos casos han sido estudiados por varios trabajos
pioneros en España: sobre Garayo, véase ÁLVAREZ-URÍA 1983, y HUERTAS, 2002a; sobre Morillo
véase CAMPOS, 2012; sobre Galeote véase, VARELA, Julia, ÁLVAREZ-URÍA, Fernando. (1979), El
cura Galeote, asesino del obispo de Madrid- Alcalá: proceso médico-legal, Madrid, FCE; CAMPOS,
Ricardo (2003), “Criminalidad y locura en la Restauración: el proceso del cura Galeote (1886-1888),
Frenia, 3, pp. 111-146.
83
JIMÉNEZ DE ASUA, 2005, [1929], p. 199.
84
CAMPOS, Ricardo, (2007a), “Psiquiatría para los ciudadanos o psiquiatría para la represión? El
problema de la peligrosidad del enfermo mental”, en Campos, R., Villasante, O., y Huertas, R. (eds.), De
la <<Edad de Plata>>al exilio. Construcción y <<reconstrucción>> de la psiquiatría española, Frenia,
Madrid, pp. 15-36; CAMPOS, 2007b.
185
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
Frente a la figura del criminal la sociedad iba a responder, tal y como describe
Foucault, de dos modos “uno expiatorio, el otro terapéutico. Pero ambos son los dos
polos de una red continua de instituciones, cuya función en el fondo ¿es responder a
qué? (…) Pues bien al peligro. Este conjunto institucional se dirige al individuo
peligroso, vale decir, ni exactamente enfermo ni, propiamente hablando, criminal”87. El
cruce entre psiquiatría y derecho, dirá Ruiz Maya, resuelve sus discrepancias en la
consideración de “la peligrosidad, del estado peligroso o de peligro social, haciendo
caso omiso de las demás circunstancias del hecho delictivo, ofrece gran número de
ventajas como sistema penal (…) Suprime el arduo, complejo y debatido problema de la
locura moral. Sustituye la pena, arcaica, vejatoria, contraria a los sentimientos de
altruismo, de amor, por el concepto más suave, menos repelente, más noble, de medidas
de seguridad”88. De esta forma el crimen y los perfiles psicológicos asociados, dejaron
de ser cuestiones privadas, tratadas en los consultorios o las salas de juicios, para ser
temas de Estado y orden público, de interés político y social89.
“No olvidaré nunca aquella causa. Una pobre mujer que en un pueblo de la
Sierra arrastraba una mísera vida” cuando una noche “se revolvía en el lecho
porque sentía <<cocer su sangre>> (…) hasta que decidió levantarse y
marchó a la cocina de donde volvió provista de un hacha con la que cortó la
cabeza del marido (…) ¿no es presumible que aquella mujer triste, de tic
85
TRINIDAD, 1991, pp. 246-247.
86
CAMPOS, 2012, p. 36
87
FOUCAULT, 2001, pp. 39-40.
88
RUIZ MAYA, 1931, p. 45
89
CAMPOS 2012.
186
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
nervioso, fuera una enferma, cuya enfermedad latente se manifestó por la
causa ocasional de la terrible emoción que produjo el choque en su cerebro,
que la hizo <<sentir cocer su sangre>>? Porque no se encontró explicación
del móvil de aquel asesinato y es lícito pensar si en vez de delincuente sería
enferma. Por eso repito que médicos y legistas deben preocuparse cada día
más del estudio de los delincuentes ya que no en balde progresa la ciencia y
ya no vivimos en los tiempos de Charcot, Mata y Orfila, ya la neurastenia
pasó de moda, y la Frenología que cambió los conceptos medicoforenses, y
Lombroso, Ferri y Garófalo, adentrándose en la Psiquiatría, no constituyen
novedad como en la época de Ezquerdo [sic] (…) al compás de los tiempos
la anatomía patológica es base y guión de las investigaciones y de la
administración de la masa fosforada, de la medición del cráneo, se ha pasado
a la punción cisternal, al psicoanálisis, a los tratamientos intrarraquídeos. No
lo duden los Tribunales, se impone en ciertas causas gran cautela y detenido
estudio del sujeto activo del delito para convencerse bien de si al delinquir
era un ser anormal o un desgraciado enfermo, digno de compasión y de
lástima, y de ser sometido a un tratamiento en lugar de arrojarle a la prisión
infamante”90
En los debates sobre la responsabilidad del delincuente enajenado, el
psicoanálisis permitía postular el contenido inconsciente como la causa última del
crimen. Freud había dicho que toda la actividad humana está determinada por el
inconsciente91, por lo que, tal y como argumentaron varios psiquiatras y jueces, habría
de ser ahí dónde buscar el motor de la acción delictiva. Así lo anunciaba Juarros cuando
decía que “la clave de la doctrina de Freud radica en el convencimiento de que la gran
mayoría de los procesos mentales considerados conscientes, son efecto de motivos
desconocidos por el sujeto” de cuya polarización “suelen salir mal librados los
conceptos de voluntad, autonomía espiritual, consciencia”92.
Un reflejo de estos debates fue, como ya hemos dicho más arriba, la
promulgación del Código penal de 1928 durante la dictadura de Primo de Rivera. El
nuevo código, incluía importantes contenidos psiquiátricos como agravantes o
atenuantes de los delitos, pero la novedad principal era la introducción de medidas de
seguridad que señalaban el desplazamiento del problema del delito a la doctrina de la
defensa social. Aún así, el código recibió las críticas de los psiquiatras ya que, según
sostenían, no incorporaba la peligrosidad social y la intervención pre-delictual como
criterio para abordar legalmente la enfermedad mental y mantenía por el contrario la
responsabilidad del delincuente como doctrina central93. La verdadera finalidad del
Derecho, sostenían, debía ser la profilaxis de la peligrosidad social, para así desbordar
90
BARRERA (1929), La correspondencia de Valencia, 27 de febrero de 1929.
91
Véase FREUD, Sigmund, (1981 [1915]), “Lo inconsciente”, Obras Completas, Madrid, Biblioteca
Nueva, t. 2 , pp.2061-2090
92
JUARROS, 1928a, pp. 13-14
93
CAMPOS, 2016c, p. 120; ÁLVAREZ, HUERTAS, 1987.
187
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
“el estrecho campo de la acción penal para lanzarse en el fértil terreno de la higiene
social y más concretamente la profilaxis delictiva” 94 . Tras la proclamación de la
Segunda República en 1931, el Código de 1928 fue derogado, volviendo
momentáneamente al de 1870. En la comparación de ambos códigos, decía el psiquiatra
Ruiz Maya, “el de 1928, influido por las modernas teorías jurídicas (…) da entrada, con
amplio margen a la investigación de las circunstancias personales del agente (…)
individualiza en cierta manera la pena y atiende, alguna vez, al porvenir penal del sujeto
de delincuente”, pero aún así “las inspiraciones psiquiátricas no son suficientes,
ponderadamente atendidas o recibidas y, en muchas ocasiones, en la práctica, será aquel
motivo de dificultad de coordinación”. Además, “lo que debe interesar a unos y otros,
psiquiatras y juristas, no es únicamente lo que pudiéramos nombrar peligrosidad en acto
(…). No ha de ser el fin esencial de unos y otros el de poner enmienda a lo
desarreglado, sino prevenir el desarreglo (…) lo que interesa es la peligrosidad en
potencia95.
Los planteamientos sobre la peligrosidad social a priori amplificaban el campo
de intervención jurídico-psiquiátrica a toda la sociedad. La delincuencia y la
enfermedad mental ya no serían el terreno exclusivo de locos y criminales, sino que
cualquier individuo era susceptible de desencadenar una conducta peligrosa y requerir
un tratamiento. Y así lo expresaron también desde el psicoanálisis criminológico, para el
que cualquier persona podía tender, en algún momento de su vida, hacía la acción
criminal96.
94
MIRA, 1932, p. 236.
95
RUIZ MAYA, 1931, p. 53. También RUIZ MAYA, Manuel (1928), “La peligrosidad de los alienados
en sus aspectos teórico y prácticos. Segunda Reunión Anual de la Asociación Española de
Neurosiquiatras, Madrid, 22, 23, 24 de octubre de 1927”, Archivos de Neurobiología, 8, pp. 63-97; y
(1930), “Límite de la peligrosidad en los enfermos mentales y medios para justificar la existencia de las
circunstancias que la determinan”, en Asociación Española de Neuropsiquiatras. Tercera Reunión Anual,
Bilbao, 22, 23, 24 de septiembre de 1928, Barcelona, Tipografía Santiago Vives. En el seno de la
Asociación Española de Neuropsiquiatría y la Liga de Higiene Mental otros autores debatieron sobre
estas cuestiones, véase: SOFOCARDA, BUSQUETS, 1926; SOFOCARDA, TORRAS, 1930.
96
CAMARGO, 1931; MIRA 1932; RUIZ MAYA 1932; JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935a.
97
Hacemos referencia al título de la obra de Freud Psicopatología de la vida cotidiana, que fue traducida
al castellano junto con las Obras Completas de Freud a partir de 1922 (FREUD, Sigmund, 1981 [1901],
Obras Completas, Madrid, Biblioteca Nueva, t. 1, pp. 755-931).
188
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
verdaderamente importante era la capacidad del sujeto y, en su defecto, de los poderes
médico-jurídicos, de inhibir estas tendencias e impedir el desarrollo de una conducta
delictiva. Se apuntó con ello a tres ideas principales: la socialización del germen de la
delincuencia, que ya no sería un terreno exclusivo de los delincuentes, sino que
cualquier individuo es susceptible de desencadenarlo y necesitar un tratamiento; la
justificación del saber psiquiátrico –y del psicoanálisis- en los asuntos de orden público;
y la necesidad de implementar medidas psicoeducativas que asegurasen la capacidad de
auto-inhibición de las tendencias delictivas desde edades muy tempranas. En este punto
los mecanismos psicoanalíticos de la represión y la sublimación, junto con la teoría
sexual infantil tuvieron una amplia circulación, formando parte de los programas de
prevención y profilaxis de la enfermedad y la peligrosidad social de los comités de la
Liga de Higiene Mental98.
3.4. Reeducar el inconsciente: represión y sublimación como tratamiento de la
delincuencia.
189
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
100
JUARROS, 1928a, pp. 16-17
101
FREUD, 1981 [1905]
102
MIRA, 1932, p. 239
103
MIRA, Emilio, (1935): Manual de Psiquiatría, Barcelona, Salvat. p. 385
104
FREUD, 1981, [1910] p. 1559.
105
FREUD, 1918, [1913], p. 1867
106
August Aichhorn fue un reconocido pionero en el abordaje terapéutico de jóvenes delincuentes. Amigo
de Anna Freud, en quien inspiraría gran parte de su obra gracias a sus enseñanzas en pedagogía y
psicoanálisis, fue un profesor que recibió una formación psicoanalítica en los círculos vieneses. Su
empeño por impedir que la disciplina autoritaria rigiera las directrices educativas en los reformatorios
190
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
la labor educativa no debía ser confundida “con la influenciación psicoanalítica ni
sustituido por ella”107. Sobre estos desarrollos recogerá el testigo su hija Anna Freud
quien dedicará buena parte de su obra a la orientación pedagógica del psicoanálisis
infantil protagonizando una conocida polémica con la psicoanalista británica Melanie
Klein, contraria a los planteamientos pedagógicos de la hija de Freud108.
191
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
eso varía con los tiempos, con las regiones, con las edades (…) no es sino un fenómeno
de adaptación”110. Una vez asimilada la pauta normativa de una época, cada individuo
podría asegurarse una moral suficiente como para hacerla ejercer de medida de
autoinhibición o autocastigo frente a la tentación delictiva. Y, si en lugar de esto, un
sujeto alzase una nueva moral “sobre la moral oficial” estaríamos ante un inmoral, y en
el caso de “carecer de ética” estaríamos ante un “enfermo mental” amoral por
definición 111 . Sobre estos conceptos se fundamentaron las acciones legales sobre
responsabilidad, prevención y rehabilitación del delincuente.
110
JUARROS, 1928a, p. 70
111
JUARROS, 1928a, pp. 70-71
112
HUERTAS, 2002b, p. 74.
113
GARMA, Ángel (1934a), “Crimen y castigo. Contribución al estudio de la psicología del psicópata
delincuente”, Archivos de Neurobiología, 14 (4): 579-598, p. 597.
114
REIK, 1943.
115
ARENAL, Concepción, (1894), Obras Completas, Madrid, Librería de Victoriano Suárez.
192
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
suprimir las condenas por “apropiados influjos pedagógico-sociales”116 para lo que
incorporó la psicología individual de Adler, cuyos postulados sobre la psicología del
delito son “infinitamente más certeros y dejan más esperanzas de victoria en la lucha
contra el delito”117. Alfred Adler había centrado su interés en el comportamiento del
individuo en sociedad, relegando a un segundo plano la génesis sexual que caracterizaba
la concepción freudiana y que, como hemos visto, había ocasionado importantes
discrepancias en el contexto español.
Este nuevo marco penal traslucía un nuevo ideal de seguridad ciudadana, que
desplazaba el castigo punitivo sobre el cuerpo –como forma de privación de la libertad-
por una tecnología psicoeducativa a partir de la cual conseguir la interiorización del
funcionamiento de la sociedad desde planteamientos más humanistas, con los que
alcanzar un automatismo punitivo, basado en el autocastigo psicológico (representado
en psicoanálisis por la instancia del superyó) y el sentimiento de responsabilidad ética y
moral (que en términos psicoanalíticos dependería, según estos autores, de la represión
de las pulsiones y, en su defecto, la sublimación)118.
116
JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935a, p. 68
117
JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935a, p. 9
118
Véase HUERTAS, Rafael, (2009), “Medicina social, control social y políticas del cuerpo. La
subjetivización de la norma” en MIRANDA, Marisa; GIRÓN, Álvaro, (coords.) Cuerpo, Biopolítica y
control social. América Latina y Europa en los siglos XIX y XX, Buenos Aires, Siglo XXI.
193
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
119
ROSE, 1999a.
120
SALDAÑA,1929b, p.14.
121
Véase LÉVY, 2016a.
122
CAMARGO, 1931, p. 609
123
La advertencia de Camargo cumplía indirectamente otra función, pues al señalar el advenimiento de la
República como un suceso esperanzador y favorable a la justicia y la sociedad española, orientaba su
propuesta psicoanalítica en favor de estos acontecimientos, vinculando, una vez más, el psicoanálisis con
las políticas y las reformas de izquierda en una construcción artificial, que no depende de la epistemología
psicoanalítica, sino de los sujetos y aquello que quiere decirse mediante su expresión. Ya hemos señalado
que la presencia de las ideas psicoanalíticas en las políticas de modernización del país, lo hicieron
participar de las críticas a la cultura y la moral conservadora, la educación, la situación de la mujer, o el
tratamiento de locos y delincuentes.
124
Tuvo una notable influencia en autores extranjeros, como el médico chileno Juan Marín Rojas, con
quien Camargo mantiene correspondencia, el abogado chileno Manuel Manzano (RUPERTHUZ, 2015a,
p. 168 y 207) el profesor chileno de medicina legal Juan Andueza en la década de 1930 (SÁNCHEZ
DELGADO, Marcelo, (2014), “Itinerario intelectual de un profesor chileno de medicina legal en la
década de 1930”, Revista Historia y Justicia, 2, pp. 1-26) o el juez de menores chileno Samuel Gajardo
194
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
El manual compendiaba varias de las propuestas en materia de higiene y defensa
social elaboradas por juristas como Quintiliano Saldaña, Luis Jiménez de Asúa, o
psiquiatras como César Juarros, Emilio Mira, Gonzalo Rodríguez Lafora, Ruiz Maya o
Ángel Garma, entre otros. Pero, para su estudio, todas ellas eran vistas desde la óptica
del psicoanálisis, con el que perseguía una reinterpretación de todo el derecho penal y
civil y en general de todo el sistema judicial español. El inconsciente, dirá Camargo
“está completamente inexplorado en el Derecho. Es tan extenso que casi toda la
actividad jurídica, como después veremos, se desenvuelve en él, y vamos a explorarlo
quizá por primera vez, a descubrirlo”125.
Según afirmaba Camargo, más allá de “esa criminología psicoanalítica” que
otros autores han trabajado y “en la que incluiremos todo lo relativo a la psicología del
delincuente, como complemento de la Antropología criminal, que sólo nos da a conocer
sus caracteres somáticos (…), con los nuevos datos de los complejos de Edipo y de
Caín, y el desenvolvimiento de la libido (…), hemos de tratar también el concepto
psicoanalítico de la pena, basado en el proceso de sublimación que puede experimentar
el dolo, como la libido y todos los demás instintos, y, en fin, propondremos un nuevo
sistema de reforma de los delincuentes”126
En su propuesta teórica, Camargo criticó duramente el Complejo de Edipo
freudiano, que sustituyó por el Complejo de Caín, origen de la justicia y de todas las
relaciones humanas y del que Edipo sería una consecuencia y no a la inversa.
Freud había propuesto el Complejo de Edipo para hablar del deseo sexual
inconsciente que el niño expresaba hacia sus progenitores. Según el mito griego en el
que Freud se basó, Edipo mató a su padre y contrajo matrimonio con su madre tal y
como predijo el oráculo. En Tótem y tabú127 Freud argumentó la universalidad de este
conflicto –la prohibición del incesto-, situándolo en el origen de la sociedad y de la
entrada del hombre en la cultura.
Pero, para Camargo, Freud se equivocaba ya que no era posible situar un
principio de parricidio y deseo incestuoso como origen del hombre y la cultura, pues
(VETÖ, Silvana (2015)”Psicoanálisis y eugenesia en el campo criminológico chileno de la década de
1930-1940”, Indagaciones a partir de algunos escritos del juez de Menores Samuel Gajardo” en
LEYTON, César; PALACIOS, Cristian; SÁNCHEZ, Marcelo (eds.), El bulevar de los pobres. Racismo
científico, higiene y eugenesia en Chile e Iberoamérica, siglos, XIX, y XX, Santiago, Ocho Libros, pp.
155-185).
125
CAMARGO, 1931, p. 28.
126
CAMARGO, 1931, p. 28, [cursiva del original]
127
FREUD, Sigmund, (1981 [1912-3], “Tótem y Tabú”, Obras Completas, Madrid, Biblioteca Nueva, t.
2, pp. 1745-1850
195
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
ésta no sería la tendencia normal que encontramos en las personas128. Más bien serían
las sociedades corrompidas las que habrían llevado al individuo a plantearse tendencias
de tipo edípico, que el hombre debería de saber reprimir, pero su impulsión original no
sería parricida. El Complejo de Edipo era entonces, en opinión de Camargo, “una
aberración, una anormalidad, quizá frecuente en la primitiva Humanidad o anterior a
ésta; pero aberración al fin y al cabo” 129 . Como ejemplo, Camargo exponía la
prohibición autoritaria que ejercen los padres y la sociedad sobre los niños para que no
se relacionen entre sí. Esta prohibición es la que lleva al niño a desear a sus
progenitores, de lo que se deduce que sería la norma paterna la que habría originado el
conflicto edípico y no a la inversa: “con esto llegamos a una conclusión casi
diametralmente opuesta al freudismo, pues en lugar de reprimir la censura las
tendencias inconscientes del complejo de Edipo, sería la represión de las tendencias
normales las que nos llevaría a él”130.
Mediante el psicoanálisis, el magistrado indagó sobre la tendencia natural del
hombre y la norma original de su comportamiento, para desprender de ahí el momento
en el que ésta se había desviado, originando el primer crimen sobre el que se
fundamentaría la necesidad de la justica y el pacto social. El Complejo de Caín fue el
resultado.
Camargo tomo el Complejo de Caín del psicólogo francés Charles Baudouin,
que lo había desarrollado en su obra L´Âme enfantine et la psychanalyse de 1931131.
Baudouin decía que el niño o hermano mayor reaccionaba ante el nacimiento de un
hermano o hermana menor con unos celos desmedidos, de carácter completamente
animal, que luego subsistían latentes, más o menos bien reprimidos. En consecuencia, la
hostilidad del hermano menor frente al mayor, sería una replica de la primera hostilidad.
Para Camargo la envidia y el deseo de propiedad radicaban en este conflicto, y a
partir de ahí el resto de motivaciones que justificarían la necesidad del contrato social
entre los hombres en sociedad. El Complejo de Caín hundía sus raíces en el relato
bíblico según el cual Caín mató a su hermano Abel, ambos hijos de Adán y Eva, fruto
de la envidia y el deseo de poseer el mismo lugar que ocupaba el hermano. Parece
128
CAMARGO, 1931, p. 36.
129
CAMARGO, 1931, p. 36.
130
CAMARGO, 1931, p. 38-39.
131
BAUDOUIN, Charles. (1931), L´Âme enfantine et la psychanalyse, Neuchâtel-Paris,
Delachaux&Niestlé. Camargo escribe en su manual que ha traducido al castellano la obra de Baudouin
Psychanalyse de l´art (1929), no hemos encontrado ningún ejemplar de esta traducción. El proyecto debió
de quedarse inconcluso ya que, de hecho, el ejemplar aparece indexado en el inicio de El psicoanálisis en
la doctrina y en la práctica judicial como traducción “en preparación” (CAMARGO, 1931, p. 7)
196
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
indiscutible, argumentaba Camargo, “que esta tradición es mucho más antigua que la de
Edipo y, sobre todo, mientras la primera se nos presenta como originaria de la
Humanidad, Edipo aparece como hijo de un rey, esto es, ´formando parte de una
Humanidad ya constituida y organizada´. Luego, no sólo para el cristiano, para quien
tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento contiene la verdad revelada, sino para todo
el que examine la cuestión con imparcialidad y sin prejuicios, es indiscutible que el
complejo primitivo es el de Caín y que, lejos de ser éste una atenuación del de Edipo,
será el último una agravación del primero (…). La historia nos muestra ya las
tendencias exogámicas y las rivalidades entre pueblos y familias distintas y no en el
seno de éstas”132
Freud sostuvo que el relato bíblico de Caín y Abel representaba el origen de la
133
justicia . Sin embargo el vienés localizó esta fórmula como proyección del Complejo
de Edipo, donde el deseo de muerte de Caín hacia Abel era en realidad una proyección
hacia el hermano del odio al padre. Abel posee los atributos que Caín desea, pero no por
ellos mismos, sino por despertar el favor de sus progenitores.
Camargo en cambio entendió que de la envidia infantil surgían, sin una buena
represión, todas las formas de delito penal existentes en la sociedad. El relato de Caín y
Abel fundamentaba así la creación del pacto social, origen de la justicia, el derecho y la
sociedad. La intervención judicial sería, según este esquema, una cuestión de protección
social, que buscaría evitar la mayor corrupción mediante la represión de todos aquellos
elementos que provocarían la satisfacción de las tendencias delictivas en el individuo.
197
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
136
CAMARGO, 1931, p. 15
137
CAMARGO, 1931, p. 11
138
CAMARGO, 1931, p .23
139
TRINIDAD, 1991.
140
CAMARGO, 1931, p. 510
141
Para un estudio sobre la dinámica psíquica y la delincuencia puede consultarse GALLO, 2007, p. 25
142
CAMARGO, 1931, pp. 16-17
143
CAMPOS, 2013.
144
CAMARGO, 1931, p. 17. El anudamiento de saberes comprendidos en la figura del juez-psicoanalista
responde al mismo proceso que Foucault señala en Los anormales para el “médico-juez” donde “el
psiquiatra se convierte efectivamente en juez; hace efectivamente un acta de instrucción, y no en el nivel
de la responsabilidad jurídica de los individuos, sino de su culpabilidad real. Y a la inversa, el juez, por su
198
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
El eje central sobre el que descansa la orientación humanista y correccionalista
de este sistema era, al igual que para el resto de autores, la sublimación psicoanalítica,
sobre la que se edificaron las `condenas terapéuticas´ y la rehabilitación. La conducta
delincuente actuaría, según Camargo, guiada por el deseo de descarga y satisfacción de
la libido criminal, denominada dolo la cual puede ser rectificada mediante el
psicoanálisis. La finalidad última de esta transformación era la descarga del dolo en un
destino apto, ¿para quién?: para el jurista en su interpretación del código penal. De esta
forma, el éxito en la represión del dolo y en la recuperación del delincuente se
correspondería con una conducta guiada por los parámetros de permisividad del poder
judicial.
Para poder llevar a cabo toda esta maquinaria propone sustituir cárceles y
penitenciarías por Reformatorios o Clínicas de Psicoanálisis donde el juez enviaría a los
delincuentes, sustituyendo el ingreso por tiempo determinado, por una condena
terapéutica, de duración indeterminada, hasta conseguir la reintegración en el medio
social o, lo que es lo mismo, hasta conseguir doblegar al inconsciente en sus deseos
criminales145. El juez es quien ha de “descubrir el complejo ordinario causante del
crimen (…) y después encauzar y dirigir esa libido o potencial, transformándola y
sublimándola (…) bajo la vigilancia del mismo juez, como pudiera vigilar a un enfermo
su médico de cabecera”146 El éxito en la ejecución de la condena daría por resultado la
permutación de éste deseo criminal por un deseo hacía el bien en el que el sujeto no
representaría ningún peligro.
Este punto es quizás el más atrevido de su propuesta, ya que la consideración del
inconsciente en este contexto introduce una variable interesante en el desplazamiento de
las deliberaciones judiciales del delito al delincuente. En el examen pericial del
inconsciente se avanzaría un paso más, para pasar de considerar la biografía del
criminal, a investigar sobre su deseo criminal.147. El sujeto puede querer ser o no
parte va a desdoblarse frente al médico. Puesto que a partir del momento en que va a emitir
concretamente su juicio, es decir, su decisión de castigo (…) no sancionará la infracción. Podrá darse el
lujo, la elegancia o la excusa, como lo prefieran, de imponer a un individuo una serie de medidas
correctivas, de medidas de readaptación, de medidas de reinserción. El bajo oficio de castigar se convierte
así en el hermoso oficio de curar. El peritaje psiquiátrico, entre otras cosas, sirve a esta inversión”
(FOUCAULT, 2001,p. 33-34)
145
Sobre la relación entre la pena indeterminada y las consideraciones sobre la peligrosidad social véase,
CAMPOS 2013.
146
CAMARGO, 1931, p. 24, [cursiva del original]
147
Foucault introduce algunos de estos interrogantes en relación a la confesión y el decir verdad en los
Tribunales de justicia cuando aborda el paso de la genealogía del criminal a la genealogía del hombre de
deseo. Este mismo esquema nos sirve para pensar la incorporación del psicoanálisis a la testificación
199
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
criminal, incluso sin saberlo, pues su deseo no siempre es accesible para él. Se suma con
ello otro elemento más, pues el interés pericial por indagar sobre el “deseo de ser
delincuente” socializa el fenómeno, de forma que éste ya no sería terreno exclusivo de
los criminales, sino que cualquier individuo podría ser portador de un deseo
inconsciente tendente hacía el crimen. La pericia entonces procedería contrastando lo
que el sujeto dice y lo que inconscientemente desea –accediendo a ello mediante tests
psicoanalíticos y asociación libre- , de tal forma que, según la adecuación de una cosa a
la otra, el especialista pueda resolver el grado de peligrosidad de su deseo o la pureza
del mismo.
Este proceso de autentificación entre lo que el individuo dice desear y lo que
inconscientemente desea, sería la función más característica del juez-psicoanalista, que
de esta forma podría establecer una sentencia correctiva totalmente individualizada a
cada caso y a cada criminal. Sin embargo esta propuesta nos descubre, como fondo de
las deliberaciones penales, la tendencia hacía el ideal de pureza como valor ético y
moral, que llevaría a Camargo a aspirar a la creencia de que, si los sueños son, tal y
como dice Freud la realización de deseos reprimidos en el inconsciente, entonces “el
hombre de bien es bueno siempre, en la vigilia y en los ensueños, y que quien aspira al
bien, con el bien sueña”148
judicial, y sus relación con el sujeto y la verdad. (FOUCAULT, Michel, (2014), Obrar mal, decir la
verdad. La función de la confesión en la justicia. Curso de Lovaina, 1931, México, Siglo XXI)
148
CAMARGO, 1944), p. 136
200
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
juzgar un delito era necesario, según sostenía Mira, comprenderlo, “pero para esto se
necesita no sólo conocer los antecedentes de la situación, sino el valor de todos los
factores determinantes de la reacción personal que antes hemos estudiado […].
Discuten los penalistas si hay que castigar con arreglo a los resultados o a la intención
del acto delictivo. ¿Por qué no castigar con arreglo a la motivación psicológica de
éste?149
A partir de este objetivo Mira configuró el psicoanálisis como una técnica150
para esclarecer la situación delictiva que, junto con pruebas como el detector de
mentiras de Larson151, el método de la expresión motriz de Luria152, o los métodos para
suprimir la censura inconsciente, componían una conjunto de herramientas forenses más
cercanas a un instrumento de control social que a una herramienta terapéutica.
201
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
154
Este autor fue un neurólogo, psiquiatra y psicoanalista norteamericano, seguidor crítico de Freud, con
quien mantuvo una amplia correspondencia. En Nueva York cofundó en 1913 junto a William A. White
la revista The Psychoanalytic Review que sirvió como órgano de difusión del psicoanálisis en
norteamérica. Jelliffe y White adquirieron un amplio reconocimiento en EEUU debido a su participación
en dos de los juicios más célebres del país: el asesinato de Stanford White en 1906 y el juicio contra
Nathan Loeb y Richard Leopold, celebrado en 1924, acusados de haber tratado de cometer el “crimen
perfecto” al asesinar al hijo de trece años de Bobby Franks. Véase SCHWARTZ, 2000.
155
CAMARGO, 1931, p. 9. En 1929 se había traducido al castellano por Honorio Delgado el libro de
Jellife Técnica del Psicoanálisis (Madrid, Biblioteca Nueva).
156
CAMARGO, 1931, p. 258
157
ÁLVAREZ; HUERTAS, 1987
158
RODRIGUEZ LAFORA, 1929, p. 69.
202
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
también `dinámica´ de la criminalidad en la que la personalidad del delincuente pasa a
primer plano”159.
En el estudio de la personalidad podían entenderse los avatares singulares –e
inconscientes- en los que el delito había tenido lugar. Por lo que la finalidad última de
esta exploración, no era otra que determinar el origen del delito a través del
descubrimiento de su verdadera motivación inconsciente. Si el psicoanálisis freudiano
había desafiado el cartesianismo científico al postular un saber oculto que sin embargo
ejerce una fuerza determinante en la voluntad y la acción, la aplicación judicial a la que
los autores españoles apuntaron, lo reubicaba en una concepción cartesiana –en la línea
de la psiquiatría más tradicional- en la que, admitiendo la estructura dinámica de la
delincuencia, toda verdad oculta podría ser conocida y revelada mediante el uso pericial
del psicoanálisis160.
De este modo, explorar en las profundidades del inconsciente se convirtió en una
atractiva herramienta forense que, sin embargo, tenía que resolver algunas dificultades
propias de la situación judicial en la que tenía lugar y que, de forma evidente,
dificultaba las manifestaciones espontáneas que el planteamiento freudiano solicitaba.
En un contexto en el que las palabras proferidas por el procesado podían ser
determinantes en la sentencia, el control de la veracidad y sinceridad de las mismas era
un objetivo prioritario que debía realizarse, según señalaban, de la forma más objetiva
posible. Como vía de acceso al inconsciente Freud había propuesto la asociación libre
según la cual se le pedía al paciente que dijese lo primero que se le ocurriera, por
absurdo que pareciese161. No obstante la escena terapéutica que Freud describía –diga
usted lo primero que se le ocurra- difícilmente podía reproducirse en la tensión de un
contexto judicial, por lo que en general los peritajes psicoanalíticos optaron por la
prueba de las asociaciones determinadas que la Escuela de Zúrich, con Jung a la cabeza,
estaba desarrollando, y que “representaba una especie de interrogatorio condensado y
disimulado”162.
La prueba de las asociaciones determinadas consistía en una batería de palabras-
estímulo que se ofrecían al interrogado al mismo tiempo que se le solicitaba una
159
HUERTAS, Rafael, (1987a): “Psiquiatría forense”, en HUERTAS, R, ROMERO, A.I., y ÁLVAREZ,
R., Perspectivas psiquiátricas, Madrid, CSIC, p. 173
160
Sobre el desafío del psicoanálisis y la deconstrucción del sujeto cartesiano puede consultarse
VALLAEYS, François (1996), “Las deconstrucciones del sujeto cartesiano”, ARETÉ, revista de filosofía,
8 (2), pp. 309-318.
161
FREUD, Sigmund (1981[1904]) “El método psicoanalítico de Freud”, Obras Completas, t.1, Madrid,
Biblioteca Nueva, pp. 1003-1006.
162
MIRA, 1926a, p. 89.
203
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
163
MIRA, 1932, p. 110.
164
En el contexto de las investigaciones sobre peligrosidad y delincuencia, varios psiquiatras propusieron
la creación de herramientas y técnicas que permitiesen obtener resultados prácticos. Así por ejemplo Mira
realizó, junto a Joaquín Fuster, un conjunto de test que denominó de penalización libre y que pasó a los
reclusos de la Cárcel Modelo de Barcelona y a un grupo de no reclusos de diferentes niveles culturales.
Con el objetivo de esclarecer un perfil potencialmente criminal compararon las respuestas de ambos
204
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
De la misma opinión fue Cesar Juarros, que prefería elaborar su propia lista de
palabras-estímulos en lugar de usar el conjunto pre-definido por Bleuler y Jung165.
El intervencionismo y la pretendida exactitud de ésta prueba fueron además
perfeccionados por Mira166 con aparatos de medición de los “fenómenos somáticos
concomitantes del shock emocional despertado por las palabras-estímulo específicas”
como las alteraciones circulatorias, respiratorias o eléctricas. Según el autor, “un
indiscutible perfeccionamiento introducido en la técnica de la prueba de las
asociaciones determinadas, ha sido el registro objetivo de las reacciones emocionales
del sujeto, recurriendo a diversos dispositivos como, por ejemplo, el pneumógrafo, los
pletismógrafos, oscilógrafos, esfigmógrafos, etc., y últimamente el electrocardiógrafo o
la instalación para la medida y registro del reflejo psicogalvánico […]; utilizando sus
valiosos recursos puede decirse que la caza de los complejos se hace de un modo casi
matemático”167.
grupos para trazar, a partir de ellas, la potencial criminalidad de los no reclusos que respondiesen de
forma similar a los delincuentes (Campos, 2007a, p. 24; Mira, 1932: 245-254). Fuster, por su parte, había
entrado en contacto con el psicoanálisis y utilizó conceptos freudianos de la mano de Mira y los
conceptos psicoanalíticos de Camargo como complejo de castración y complejo de Caín, para deliberar
sobre el diagnóstico criminológico del delincuente a partir de la sexualidad. Véase también MONTERO
PICH, Óscar (2016), “Las investigaciones de Joaquim Fuster sobre la Moral del Delincuente (y su
Sexualidad) en la Prisión Modelo de Barcelona (1929-1935), Revista de Historia de la Psicología, 37 (4),
pp. 19-26; MONTERO PICH, (2014), Óscar Normativització a la presó model de Barcelona abans de
1936, Barcelona, Universitat Autònoma de Barcelona, tesis de doctorado.
165
JUARROS, 1928a, pp. 175-176
166
Mira a lo largo de su obra muestra una preocupación por ofrecer una formula de medición objetiva de
la vida mental y de la personalidad, la cual entiende íntimamente correlacionada con el movimiento
corporal, de ahí que combine técnicas de exploración inconsciente con aparatos de medición de las
reacciones corporales. Su aportación original en este ámbito será el Test de Psicodiagnostico Miokinético,
que gozó de notable fama entre algunos autores. (CARPINTERO, 2004, pp. 193-194)
167
MIRA, 1926a, pp. 85-86
205
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
Figura, 3.2. Dispositivo psicogalvánico de Weschler para el control del grado de emoción con que se hacen las declaraciones (Mira,
1932, p. 137)
Figura 3.3. Gráfica de las alteraciones respiratorias y circulatorias de una exploración psico-analítica en un enfermo de neurosis
compulsiva (Mira, 1926, p. 155).
168
MIRA, 1925.
206
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Mira suma las técnicas de sugestión que Freud había abandonado explícitamente al
demostrar sus limitaciones169.
Quizás esta presentación del psicoanálisis contribuyó a que otros autores, de las
más clásica tradición psiquiátrica, sintonizasen con la prueba de las asociaciones
determinadas descrita por Mira. Sería el caso de Antonio Vallejo Nágera, uno de los
portavoces más representativos de la psiquiatría franquista, para quien el psicoanálisis
no tuvo nunca un lugar de excesivo interés en su obra, pero que reconoció, sin embargo,
haberlo empleado en alguna ocasión170.
Muy temprano en su carrera como médico militar quedó encargado de
desenmascarar a los simuladores que alegaban razones médicas para evitar el servicio
militar 171 . Esta preocupación por la simulación, voluntaria e involuntaria, de
enfermedades, le acompañó el resto de su carrera, dedicando numerosos trabajos a esta
cuestión. En 1926 publicó el texto “Sobre el mecanismo psicológico de la simulación y
las neurosis de deseo”, en el que contaba cómo a partir de un caso que se le resistía,
llegó a emplear la prueba de las asociaciones verbales de Jung, en detrimento de la
asociación libre de Freud que le merecía graves reproches “ya que algunas veces se
comete la torpeza de analizar y rebuscar los complejos con auxilio del enfermo,
recibiendo éste nuevas sugestiones, de las que resulta la producción y presentación de
nuevos síntomas con agravación del estado general” 172 . En este caso el enfermo,
confirmaba Vallejo, “se resiste a toda serie de exploraciones psicológicas, habiendo
tenido necesidad de hacer valer nuestra autoridad para que se someta a la prueba de
Jung para la asociación verbal. Con este motivo provocamos una reacción afectiva y
ante nuestra formal promesa de que nada podrá ocurrirle por ello, obtenemos, al fin, una
confesión escrita”173
El uso que Vallejo hacía de esta técnica presentaba la misma finalidad práctica
que describe Mira: obtener la verdad oculta o desenmascarar la mentira como forma de
simulación. El medio empleado para engañar la voluntad del interrogado tampoco
difería en sus intenciones, y ya fuese mediante farmacología, a través de la falsa
promesa de que nada le ocurrirá, o mediante el uso de aparatos de medición somática
(que recuerdan a planteamientos de tipo lombrosiano), de lo que se trataba en ultimo
169
SÁNCHEZ LÁZARO, 1986, p. 644.
170
VALLEJO, NÁGERA, Antonio (1926): “Sobre el mecanismo psicológico de la simulación y las
neurosis de deseo”, Archivos de Neurobiología, 16, pp. 108-120;
171
HUERTAS, 2002b, pp. 89-90.
172
VALLEJO, 1926, p. 112.
173
VALLEJO, 1926, p. 119
207
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
término era de conseguir alcanzar la certeza y veracidad de sus palabras. Esta práctica
sin embargo, reducía al sujeto a un mero recipiente de verdades ocultas que había que
desvelar, pero no con un fin sanador, sino sancionador. Lo que hay detrás de este
esquema es una correlación entre el núcleo de la personalidad y la reacción corporal
involuntaria del sujeto, al que se le asocia la dinámica consciente-inconsciente del
psicoanálisis, perfeccionando su aplicación a través de una serie de modificaciones
técnicas dispuestas para engañar forzosamente y de la mejor forma posible a la censura
consciente, pervirtiendo el uso terapéutico por una servidumbre al poder judicial y su
aparato de control.
174
Genil Perrín, importante médico alienista francés, debatió sobre el uso criminológico del psicoanálisis.
En 1932 publicó “La psychanalyse en médicine légale” (Paris médical: la semaine du clinicien, 86, pp.
28-41) cuyo contenido estaba basado en su intervención en el XVII Congreso de Medicina Legal en
Lengua Francesa, y en 1934 también publicó Psychanalyse et criminologie, Paris, Librairie Félix Alcan.
Véase GENIL PERRIN, G.P.H, (1913) Histoire des origines et de l´evolution d l´idée de dégenérescence
en médicine mentale, Paris, Alfred Lecrerc Editeur; Véase HUERTAS, Rafael (1987b), Locura y
Degeneración. Psiquiatría y sociedad en el positivismo francés, Madrid, CSIC.
208
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
si esta neurosis determina reacciones antisociales, la causa primera de éstas
es precisamente el rigor de la censura. Y como las reacciones instintivas no
serían imputables, llegan a admitir esta enormidad: que cuanto más rígida
sea la censura, menor será la imputabilidad. Si dejamos a un lado estas
sutilezas escolásticas, ¿qué queda de la cuestión? Que el Psicoanálisis ve en
las reacciones antisociales una operación de psiquismo extraconsciente que,
desviado, encuentra así el medio de satisfacer sus impulsos. De esta forma,
la criminología psicoanalítica aparece, sencillamente, como una encarnación
del determinismo. Esta doctrina, debida en gran parte a la fantasía, que opera
conceptos desprovistos de existencia real, carece todavía de eficacia y valor
suficiente para que pueda ser propuesta a los juristas. Puede explicar algunos
casos de delincuencia, pero no puede constituir el fundamento de una
criminología. El mismo Ferenczi, formuló ya objeciones muy parecidas. Por
otra parte, los psicoanalistas creen poder evitar al magistrado instructor
ciertos procedimientos en la administración de la prueba. Pero, ¿el
psicoanálisis dará mejor resultado que la técnica actual de instrucción?. El
procedimiento es complejo; exige aptitudes que no todos poseen; y sobre
todo depende en gran parte de la interpretación y esta interpretación estará
orientada por el paciente. ¿Esta orientación no será arbitrária? (…) Este
método de investigación resolverá tal vez algunos problemas pero con las
mismas posibilidades y con todas las restricciones de los demás métodos. No
es pues otra cosa que un procedimiento más para buscar la capacidad de
inhibición o de acción. La responsabilidad debe deducirse del estudio total
de la personalidad, y el inconsciente no es más que una parte de la
personalidad. El psicoanálisis nos ayudará a conocer el inconsciente, sin que
esto tenga ninguna consecuencia médico-legal particular”175.
175
“Un médico cordobés ante la opinión extranjera”, El Sur, 29 de julio de 1932, p. 4
176
RUIZ MAYA, 1931, p. 242
209
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
177
RUIZ MAYA, 1931, p. 242
210
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
responde afirmativamente “a condición, naturalmente, que se preste a ello y esté con la
suficiente claridad de juicio para comprender las instrucciones y contestar
adecuadamente a nuestras preguntas”178. La locura de “evidencia psicótica”, como dirá
Jiménez de Asúa 179, no entraría dentro de este supuesto y seguiría formando parte del
campo de la psiquiatría más biologicista, también en su tratamiento forense.
Esta posible orientación de la pericia psicoanalítica, coincidiría con las
objeciones que Sarró hacía del psicoanálisis freudiano cuando, en la entrevista que
Sánchez Lázaro le realiza en 1985, afirmaba que “no prestó mucha atención al campo
de las psicosis, ni conoció a fondo los manicomios (…) Podemos decir que el campo de
la locura salió intacto de manos de Freud, pero ya hizo bastantes aportaciones en el
campo de las neurosis”180. Sarró de hecho, a partir de esta crítica, centró su obra
psiquiátrica en el análisis del delirio psicótico como vía regía de acceso al inconsciente,
reformulando varios de los conceptos del pensamiento freudiano según un
planteamiento fenomenológico.
El uso del psicoanálisis como marco interpretativo puede explicar, tal y como
afirmó Jiménez de Asúa, que “no hay una específica tendencia delictiva, puesto que
todos la tenemos amadrigada en nuestro ello, en nuestra personalidad profunda y
arcaica” 181 . Mediante las pericias judiciales, sostenía Ruiz Maya, siempre podría
resultar interesante alertar sobre “el descubrimiento de un complejo de celos, de
insuficiencia sexual, de homosexualidad; de un complejo de Edipo, de una situación de
inferioridad, etcétera, etcétera”182. El psicoanálisis siempre podría ayudar a explicarnos
situaciones cómo:
“violencias contra el sexo opuesto, ataques al pudor, adulterios, homicidios,
parricidios, etc. Nunca será baldío buscar complejos sexuales de
insuficiencia o de perversión en los delitos contra la honestidad:
exhibicionismo, adulterio, etc., y en los delitos de celos; complejos
homosexuales frente a ciertos homicidios; complejos de Edipo, ante ciertos
parricidios; aberraciones sexuales frente a ciertos delitos de fondo fetichista;
un modo de compensación de patológico sentimiento de inferioridad ante
múltiples crímenes. Y descubierto el origen de la reacción, descubierta la
aberración, la anomalía, el estado o situación patológica, fácil será, luego,
determinar si su naturaleza, el contenido y fuerza de las tendencias, el juego
de los motivos encajaba o no en alguna de las que nombramos circunstancias
psiquiátrico-legales, que es, en definitiva, lo que nos interesa”183
178
MIRA, 1926a, p. 54.
179
JIMÉNEZ DE ASÚA, 2005 [1929], pp. 209-210.
180
SÁNCHEZ LÁZARO, 1985, p. 24.
181
JIMÉNEZ DE ASÚA, 2005 [1929], pp. 120.
182
RUIZ MAYA, 1931, p. 242.
183
RUIZ MAYA, 1931, p. 242.
211
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
Era por tanto una técnica útil para dirimir perfiles y estados de peligrosidad.
Mediante su empleo se podían facilitar datos sobre un amplio número de situaciones, no
necesariamente reducidas a un suceso delictivo. Esta fue su principal ventaja y el
motivo principal por el que los psiquiatras incorporaron varias de sus categorías a los
programas de higiene y profilaxis mental. La teoría psicoanalítica aportaba fórmulas
sobre las que fundamentar la creación de herramientas prácticas que, en la búsqueda de
la potencial peligrosidad, no circunscribían su ámbito de actuación al loco o al
delincuente, sino que extendían la sospecha a toda la sociedad. Y toda la sociedad
tendría que ser capaz de aportar pruebas de su aparente normalidad184.
Por su parte, los trabajos de los juristas César Camargo y Luis Jiménez de Asúa,
en su seguimiento del texto de Franz Alexander y Hugo Stauben en el que se clasifican
tipos de delincuentes según el grado de participación del “yo” en el hecho delictuoso185,
fueron importantes esfuerzos por establecer una nueva codificación penal basada en el
psicoanálisis a partir de la que colegir las consecuencias jurídicas pertinentes –y que
estarían basadas en una exploración del inconsciente-. Pero la universalidad que estos
autores, principalmente Camargo, proponía para su código psicoanalítico-penal, no tuvo
una verdadera representación en el práctica jurídica de estos años, quedando su
propuesta más bien relegada a un marco interpretativo de uso circunstancial y, en la
mayoría de los casos, orientado hacía los supuestos que estamos señalando.
Aun así, dentro de la marginalidad práctica del psicoanálisis en los Tribunales de
Justicia, pensamos que, estas concepciones, que lo describen como un nuevo marco de
saber en lo teórico y como una psicotecnia en la praxis, fueron factores que influyeron
en las decisiones de los expertos para considerarlo como herramienta pericial. De igual
forma, el hecho de que Freud elaborase sus principales hipótesis en el campo de la
neurosis y desde el espacio del consultorio; y que el espacio asilar, de hegemonía
psiquiátrica, no fuese el campo de acción más común del psicoanálisis, probablemente
influyeron en la selección de casos que podían ser objeto de una pericia psicoanalítica.
Aún así, no descartamos, el uso ad hoc, condicionado, eso sí, por la circunstancia
política y psiquiátrico-jurídica que se persiguiese conseguir.
184
CAMPOS, 2007a. Véase nota a pie 164.
185
ALEXANDER 1935.
212
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
El peritaje psiquiátrico, más allá de la intención de los psiquiatras y del discurso
psicopatológico en el que pretendan fundamentar sus conclusiones, es un importante
mecanismo de poder en el que se suceden manipulaciones políticas, ideológicas y
culturales, y en tanto tal, es importante saber que, su contenido científico, nunca estará
exento de esta circunstancia.
El diagnóstico de “paranoia pura” con que se resolvió el examen pericial de
Aurora Rodríguez186 elaborado por los psiquiatras de la defensa, Miguel Prados Such y
José Miguel Sacristán en 1933, “no ofrecía duda alguna”187 y no hizo pensar en la
idoneidad de un diagnóstico psicoanalítico. La psiquiatría de nomenclatura
kreapeliniana sería el paradigma explicativo a partir del cual colegir las conclusiones
forenses, y la mirada psicoanalítica, a pesar de ser una herramienta conocida y descrita
como complementaria, no iba a ser el ángulo más frecuente desde el que afrontar este
tipo de exámenes periciales188.
El caso de Aurora nos parece emblemático ya que concentró importantes debates
y comentarios por parte de varios expertos de la época, todos ellos conocedores del
psicoanálisis. Lafora incluso anotó a mano en el margen del informe pericial de Aurora
–el manuscrito consultado pertenece al archivo personal de Lafora189- “Edipo” en el
momento en el que los psiquiatras relataban la relación de Aurora con su padre190. No
obstante este hecho sólo indica lo que, a opinión de Lafora –y probablemente de
muchos otros- parecía ser terreno descriptivo del psicoanálisis, la relación de una hija/o
con su padre, pero no incide en el diagnóstico ni en el desarrollo general del peritaje.
En relación a los autores de este peritaje psiquiátrico, hay que señalar que Prados
Such era discípulo de Sacristán, perteneciente a una generación de psiquiatras
fuertemente influidos por los estudios neurobiológicos de escuela cajaliana y los
trabajos en psicología experimental del doctor Simarro. Durante estos años tuvo
contacto con la teoría psicoanalítica, aunque es cierto que no manifestó de forma clara
186
Véase SINCLAIR, Alison (2007), Sex and Society in Early Twentieth Century Spain. Hildegart
Rodriguez and the Word League for Sexual Reform, Cardiff, University of Wales Press; DOMINGO,
Carmen, (2008), Mi querida hija Hildegart, Madrid, Destino; RENDUELES, Guillermo, (2007), El
manuscrito encontrado en Ciempozuelos. Análisis de la historia clínica de Aurora Rodriguez, Morata;
ÁLVAREZ; HUERTAS, 1987.
187
JIMÉNEZ DE ASÚA, 2005 [1929], p. 208.
188
Sobre la impronta de la psiquiatría de Kraepelin en la psiquiatría española de los años 20 y 30 véase,
SÁNCHEZ LÁZARO, José (2000), “Historia de la Asociación Española de Neuropsiquiatría (1924-
1999)”, Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 20 (75), pp. 397-515, p. 411 y ss.;
189
ÁLVAREZ; HUERTAS, 1987.
190
SACRISTAN, José Miguel, PRADOS, Miguel, (1933), “Informe sobre el estado psíquico de la
procesada Aurora Rodriguez”, 20 de septiembre. Ejemplar mecanografiado. Archivo Gonzalo Rodríguez
Lafora, p. 5
213
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
su adscripción teórica hasta los años 40, cuando en su exilio a Canadá, desempeñó un
papel relevante en la introducción del psicoanálisis en este país191.
José Miguel Sacristán por su parte, era cofundador, junto a Lafora, de la revista
Archivos de Neurobiología, profesor de Psicopatología del Instituto de Estudio Penales
y miembro, al igual que Prados, del Consejo Superior Psiquiátrico. A lo largo de la
década de los años veinte había publicado algunos trabajos sobre psicoanálisis
advirtiendo de los peligros de una práctica que no contase con una formación
adecuada192. Era un autor sereno y precavido en sus comentarios sobre psicoanálisis, el
que, como ya se ha dicho, propuso incluir como método diagnóstico dentro del “Plan
moderno de asistencia a los alienados”, que presentó junto a otros psiquiatras en la
primera reunión de la Asociación Española de Neuropsiquiatras de Barcelona en
1926193.
Un caso muy distinto al de Aurora Rodríguez, fue el del juicio por los sucesos de
Castilblanco, donde, el abogado de la defensa, Luis Jiménez de Asúa, empleó el
psicoanálisis como enfoque teórico para articular su intervención en el Consejo de
Guerra194.
El 31 de diciembre de 1931, en el pueblo extremeño de Castilblanco, una
manifestación de jornaleros que se enmarcaba dentro de la huelga general promovida
por la Federación Provincial de Trabajadores de la Tierra de Badajoz, se saldó con cinco
muertos: un cabo de la guardia civil, tres agentes y un jornalero de dicha localidad. Los
hechos sucedieron en medio de una “muchedumbre tumultuaria”, según Luís Jiménez
de Asúa, que, “trastornada un instante por el contagio psíquico”, respondió a palos, en
191
ALLODI, Federico (2012) “Historia del psicoanálisis en España y sus contrastes con el mundo
anglófono”, Actas Españolas de Psiquiatría, 40 (supl. 2), pp. 1-9.
192
SACRISTÁN, J. M (1923c), “El psicoanálisis como método de exploración del inconsciente”, Revista
de Pedagogía, 20-21, pp. 321-326; SACRISTAN, J. M. (1923d) “La teoría psicoanalítica de Freud”
Revista de Pedagogía, 18, pp. 201-207; SACRISTÁN, J.M. (1925), “Freud ante sus contradictores”,
Revista de Occidente, VIII, 22, p. 134; SACRISTÁN, J. M. (1929), “Técnica del psicoanálisis infantil”
Revista de Pedagogía, 92, pp. 338-342
193
SACRISTÁN y otros, 1926.
194
Los abogados de la defensa en el Consejo de Guerra celebrado en Badajoz en el verano de 1933 son
Luis Jiménez de Asúa y Juan Simeón Vidarte -importantes dirigentes socialistas- Anselmo Trejo Gallardo
y Antonio Rodríguez Sastre, todos ellos designados por el PSOE ante las posibles repercusiones que estos
sucesos pudiesen tener sobre la política de reforma agraria del Gobierno. Nos centraremos en el informe
de Luis Jiménez de Asúa por dos motivos: el resto de letrados eran discípulos de éste, y en lo fundamental
no modificaron su argumento de defensa; y Luis Jiménez de Asúa será quien exponga con mayor detalle
la psicología de las masas de Freud, eje central de toda la defensa. Para un estudio más detallado sobre
estos sucesos véase JIMÉNEZ DE ASÚA; VIDARTE; RODRÍGUEZ SASTRE; TREJO (2011 [1935]),
Castiblanco, [estudio introductorio y notas por Glicerio Sánchez Recio], Alicante, Publicaciones de la
Universidad de Alicante; y BAUMEISTER, Martin(1998). Castilblanco or the Limits of Democracy –
Rural Protest in Spain from Restoration Monarchy to the Early Second Republic. Contemporary
European History, 7(1), 1-19. doi:10.1017/S0960777300004732
214
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
un acto de legitima defensa ante el inicial disparo realizado por uno de los guardias que
pudo ser el que acabase con la vida del jornalero Hipólito Corral, vecino de
Castilblanco. Para los acusados195 el Fiscal pidió la pena de muerte por asesinato,
posesión de armas y manifestación ilegal. La defensa solicitó la absolución de los
procesados, a los que no consideraba responsables de los sucesos196.
Durante varios meses, la prensa se polarizó en sus opiniones sobre lo
ocurrido197, pero de forma general todas coincidieron en señalar a la “multitud” (ya
fuese la multitud revolucionaria, furiosa, hambrienta, salvaje, ignorante, etc.) como el
escenario en el que pudo tener lugar el trágico desenlace198. En el centro del debate
jurídico estaba el comportamiento de la masa, con los interrogantes que ésta suponía:
¿qué grado de responsabilidad tenía el individuo que supuestamente actuaría bajo la
sugestión o la manipulación de fuerzas colectivas? ¿Era posible hablar de imputabilidad
individual en casos de delitos perpetrados, como era el caso De Castilblanco, por una
entidad colectiva?
En su escrito, Jiménez de Asúa remitió a nociones, ya desarrolladas por la escuela
jurídica italiana, como la sugestionabilidad considerada atenuante del delito, y la
influencia del ambiente.
195
Entre los acusados, Jiménez de Asúa estará a cargo de la defensa de Lucio Bravo Ayuso, Higinio
Bermejo Corral, Wenceslao García Galán y Benigno del Prado Romero. No obstante, en su defensa no
deja de referirse a todos los acusados implicados en los hechos (JIMÉNEZ DE ASÚA, et al. 2011 [1935],
p. 39).
196
JIMÉNEZ DE ASÚA, et al. 2011 [1935],
197
El caso conmocionó a España durante varios años, y todavía durante la dictadura franquista será
motivo de lecturas políticas que lo comparen con los sucesos de Casas viejas de 1933, como forma para
justificar la necesidad del orden golpista ante el “terror rojo”. Eduardo Comín Colomer, policía dedicado
a la represión comunista y la masonería durante el franquismo, publicó en 1954 el trabajo “De
Castilblanco a Casas Viejas” donde insistía en esta idea (Publicaciones Españolas, 89, Madrid, 1954).
Véase CASANOVA, Julián (1997), De la calle al frente. El anarcosindicalismo en España (1931-1936),
Barcelona, Crítica.
198
“Un pueblo entero ha cometido un crimen”, dirá Marañón, comparando Castilblanco con
Fuenteovejuna, “salvo que ahora el pueblo no es un vengador generoso, sino el reo de un delito cruel (…)
un reo alentado y sostenido por cómplices infinitos: todos los españoles”. Toda España es cómplice en “el
abandono, en la miseria moral de esos hermanos desalmados de Castilblanco y de los demás
Castilblancos de España”, cuando “los jueces pregunten que quién mató a los guardias, el pueblo de
Castilblanco podrá contestar, como Fuenteovejuna, que todo él. Cuando nos lo pregunte la Historia, toda
España será Fuenteovejuna”. MARAÑÓN, Gregorio, (1932), “Fuenteovejuna”, El Sol, 5 de enero de
1932, portada.
215
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
Pero estas tendencias eran sólo el primer paso hacía la irresponsabilidad total defendida
por Jiménez de Asúa. Para ello, en su intervención, estas nociones estaban insertas en
una interpretación de la muchedumbre de corte psicológica, articulada sobre todo a
partir del texto de Le Bon Psychologie des foules200 y la “Psicología de las masas y
análisis del yo”201 de Freud, “renovador auténtico de la psicología, que tiene en España
un seguidor nada sospechoso para quien vista toga o quien se siente tras una mesa de
juzgador: el Magistrado C. César Camargo”202”
Nos encontramos, afirma el jurista, “ante una muchedumbre que se defiende o
que delinque, en la que toda prueba de intención individualizada es imposible. Por eso,
este caso no sólo presenta el indeclinable tema jurídico, sino que requiere un previo
estudio de Psicología colectiva, sobre el concepto de la muchedumbre, sus delitos y su
irresponsabilidad”203. La “muchedumbre” se caracteriza, según afirma Jiménez de Asúa,
por su excepcional sugestionabilidad y contagio psicológico, que le otorgaría una
“potencia de perversión sobre el individuo, capaz, en su fascinación terrible y extraña,
de convertir en un asesino al hombre piadoso”204. Y a la pregunta “¿basta el contagio
para hacer a un hombre un asesino?”, el jurista responde según una terminología
abiertamente psicoanalítica: "Sí, porque el inconsciente “ello” ancestral triunfa”205.
Junto Le Bon y Freud, entre otros autores, Jiménez de Asúa cita las obras de
Camargo, El psicoanálisis en la doctrina y en la práctica judicial206 y La esencia del
Psicoanálisis 207, como los fundamentos teóricos para apelar a la psicología de la
199
JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935b, p. 269-270.
200
LE BON, Gustave, (1895), Psychologie des foules, Paris, Félix Alcan.
201
FREUD, Sigmund (1981 [1921]) El texto de Freud es de hecho un completo comentario a las ideas
sobre el comportamiento de la masa de Le Bon, donde el vienés criticará principalmente que aunque Le
Bon sea capaz de explicar el cambio que se produce en el individuo cuando pasa a formar parte de la
masa –que se explica para Le Bon principalmente por la sugestionabilidad- no explica qué es lo que
enlaza a unos con otros en la masa, que sería precisamente lo que la caracteriza. Freud atribuye al
funcionamiento de la masa primero la existencia de un líder o una idea reguladora, que articula lados de
unión con ella y entre todos los participantes. En este sentido sustituye la sugestionabilidad por el lazo
afectivo, la libido, y por la idea del líder (que a nivel colectivo ocuparía el lugar del ideal del yo) al que
Le Bon relega a un segundo plano.
202
JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935b, p, 266
203
JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935b, p. 258.
204
JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935b, p 269.
205
JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935b, p. 265
206
CAMARGO 1931.
207
CAMARGO 1932a.
216
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
muchedumbre y defender la inimputabilidad de un delito perpetrado bajo su
condicionamiento:
“Ya Gustavo Le Bon, desde 1895, en que su obra se imprime, niega que
pueda hablarse de muchedumbre delincuente. <<Las muchedumbres- dice-
que caen después de un período de excitación, en estado de simples
autómatas inconscientes, arrastradas por la sugestión, parece difícil
calificarlas, en caso alguno, de criminales (…) En la actualidad, después de
los estudios de Freud, y de la atribución al inconsciente de los actos
delictivos de los individuos que forman la muchedumbre, ya no puede
dudarse de su irresponsabilidad. (…) En suma: el hombre que delinquió en
tales circunstancias, como parte de la muchedumbre, no es un enajenado,
sino un ser, habitualmente sano de mente, QUE EN AQUEL DRAMÁTICO
Y EXCEPCIONAL INSTANTE SE HALLA EN SITUACIÓN DE
TRASTORNO PSÍQUICO TRANSITORIO (...) Jamás podrá presentarse
caso alguno más característico de un delito perpetrado bajo la sugestión y
contagio de una muchedumbre en tumulto, como este de Castilblanco”208.
208
JIMÉNEZ DE ASÚA, 1935b, p. 278-279. [cursiva del original]
209
JIMÉNEZ DE ASÚA, et al. 2011 [1935],p. 68
217
Capítulo 3. La criminología psicoanalítica: una nueva comprensión del delito y de la delincuencia.
218
CAPITULO 4
CIENCIA Y MORAL:
LA DEPURACIÓN DOCTRINAL DEL PSICOANÁLISIS
DURANTE EL PRIMER FRANQUISMO
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
1
Tosquelles se había analizado antes de la Guerra Civil con el psicoanalista húngaro emigrado a
Cataluña, Sandor Eiminder. Fue militante del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y
participó en la armada republicana. Sobre la trayectoria de Tosquelles, en el contexto catalán y en el
Instituto Pere Mata, así como la elaboración teórica posterior en el Hospital de Saint-Alban (Francia),
véase, ANGOSTO, Tiburcio (1993),« Entrevista al Dr. Francisco Tosquelles », Revista de la Asociación
Española de Neuropsiquiatría , 13 (46), pp. 203-210, p 208; GARCIA SISO, 1993; BERTI, Gabriela;
FORCADELL, Sandra; SERRÁ, Lucía; SOL, Miriam (del Grupo Esquizo Barcelona), (2012), “El
pensamiento desde la frontera: de Tosquelles a Guattari”, en BERTI, Gabriela (Coord. Ed.), Félix
Guattari. Los ecos del pensar. Entre filosofía, arte y clínica, Barcelona, HakaBooks, pp. 47-71.
2
GARCIA GARCIA, Emilio; ARBULU, Lucia; CARPINTERO, Helio, (1992), “Las acusaciones contra
Emilio Mira y López. Un episodio lamentable en la historia de la psicología”, Revista de Historia de la
Psicología , 13 (2-3), pp. 459-470; MÜLBERGER, Annette (2010), “Un psicólogo abandona su mundo:
El exilio de Emilio Mira y López”, en BARONA, J. L, El exilio científico y republicano, Universidad de
Valencia, pp. 157-172.
3
HUERTAS, Rafael (2017a), “En los inicios de la psiquiatría franquista”, Dynamis, 37 (1), pp. 23-43.
4
LÓPEZ IBOR, Juan José (1942), Neurosis de Guerra, (Psicología de guerra), Barcelona-Madrid,
Científico Médica, p. 15.
221
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
222
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
psicoanalistas”10. Por lo que una vez exiliados sus principales defensores, vinculados en
su mayoría a políticas de izquierda, la psiquiatría franquista procedió a depurar la teoría
para conjugar sus ideas con los valores del nacional-catolicismo.
La oposición al psicoanálisis durante el período franquista fue, en líneas
generales, más de forma que de contenido. El psicoanálisis había ocupado para el sector
de psiquiatras afines a la República, un lugar de vanguardia científica principalmente en
sus postulados sobre sexualidad. Las reformas asistenciales llevadas a cabo durante la
República habían incorporado varias de sus ideas más importantes, las cuales habían
pasado a formar parte de la cultura médica del país, por lo que difícilmente podían ser
ignoradas. Pero la impugnación de estas reformas por la psiquiatría franquista pasó
también revista al psicoanálisis, no para “destruirlo, sino expurgarlo de su ciego
11
determinismo y acomodarlo a los conocimientos psicológicos y clínicos” . Se
criticaron sus postulados sobre sexualidad, su mecanicismo y su excesivo materialismo
pero, sobre todo, se arremetió contra sus portavoces. La oposición de la psiquiatría
franquista al psicoanálisis tuvo por objetivo político desprestigiar a los psiquiatras
exiliados – identificados con todo aquello que se quería eliminar de la nueva
configuración social- e imponer su hegemonía política y científica. Esta ruptura
política, que podríamos tachar de personal en tanto que fue en contra de los psiquiatras
republicanos, fue la que guió el enfrentamiento al psicoanálisis en los primeros años del
franquismo, por lo que, una vez depuradas las responsabilidades políticas de estos
psiquiatras, no habría problema en continuar la reformulación de la obra de Freud –
como venía haciéndose desde antes de la guerra civil- y “rescatarlo” mediante los
postulados antropológico-existenciales de la “nueva” psiquiatría, “Actitud que nos dicta
la fidelidad a nuestro propio pasado psicoanalítico” 12.
Se reconoció la herencia psicoanalítica como parte de la psiquiatría franquista y
de la “nueva” psicoterapia, de tintes más filosóficos y religiosos. En este sentido, todos
los esfuerzos se orientaron hacía una construcción que prescindiese de Freud, en un
intento por refundar la medicina mental a través de la antropología existencial. El
objetivo era rescatar la parte del psicoanálisis que mejor podía conjugarse con una
10
LÓPEZ IBOR, Juan José, (1936), Lo vivo y lo muerto del psicoanálisis, Barcelona, L. Miracle, p. 67-
68.
11
VALLEJO NÁGERA, Antonio (1952), “Discurso inaugural”, Libro de Comunicaciones del III
Congreso Nacional de Neuro-Psiquiatría, Galicia, pp. 7-18, p. 12.
12
SARRO, Ramón, (1936) “Valor de las nuevas tendencias antropológicas para la psicoterapia”, Archivos
de Neurobiología, 16, pp. 405-433, p. 426.
223
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
imagen más espiritualizada e integral del hombre13, sin llegar a prescindir por completo
del punto de vista somático del que partían sus argumentos14.
224
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
por el psicólogo e interpretado con un sentido cristiano. Lo mismo que los
escolásticos hicieron de Aristóteles un filósofo cristiano, así, hoy día,
podemos hacer que cuanto hay de útil en la doctrina de Freud sea aplicado con
equilibrada mesura al mejor conocimiento de la mente humana. Con ello
habremos ayudado al progreso de la ciencia y beneficiado al enfermo”20
No por casualidad, poco a poco los autores más citados en materia psicoanalítica
fueron precisamente los discípulos de Freud que se habían separado de la formación
ortodoxa para construir otras escuelas, de sesgo psicoanalítico, pero que incluso habían
renunciado al calificativo de psicoanálisis. Es el caso de la psicología individual de
Adler, o la psicología profunda de Jung, de contenidos más filosóficos y existenciales
que sintonizaban mejor con los postulados de la psiquiatría franquista. Varias de sus
obras fueron traducidas y publicadas en la colección Biblioteca de Psicoanálisis y
Caracterología que Ramón Sarró dirigía con un explícito interés por dar a conocer las
escuelas orientadas hacía el humanismo23.
20
El Editor (1948), « Prólogo » en FREUD, Sigmund, Obras completas, Madrid, Biblioteca Nueva, vol.
I, p. 13-14.
21
Druet, confirma, junto a Bermejo Frígola, (1993b, p. 256.) que la autoría se debe a Germáin, como de
hecho lo indicaría en 1950 la Revista de Psicología General y Aplicada, (5 (14), p. 433), de la que
Germain era director. Ver DRUET, 2006, p. 90-93.
22
DRUET, 2006, p. 91.
23
CARLES et al., 2000, p. 233
225
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
24
LÓPEZ IBOR, 1936, p. 12.
25
PORCEL TORRENS, Andrés, (2012), “Marta y el complejo. La recepción popular del psicoanálisis en
el franquismo”, Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 32 (113), pp. 165-174, p. 169.
26
La crítica al freudismo y al psicoanálisis en Vallejo Nágera, formó parte de la retórica de construcción
de un perfil de enemigo político: “Imputamos al psicoanálisis haber servido de poderosa palanca para
fomentar la revolución mundial marxista, para inmoralizar y destruir la sociedad cristiana, infiltrando
solapadamente sus ideas en los círculos burgueses con deplorables consecuencias para la religión, la
moral, la sociedad, la pedagogía, la criminología e incluso para el arte (…). Despojado de sus
aplicaciones terapéuticas, representa sectarísima doctrina, lanzada con fines políticos de inmensa
trascendencia, propagada por el judaísmo internacional”, en VALLEJO NÁGERA, Antonio, (1941)
Higienización psíquica de las grandes urbes, Bilbao, Instituto Provincial de Sanidad de Vizcaya, p. 49.
27
VALLEJO NÁGERA, Antonio (1938a), Eugamia. Selección de novios. San Sebastían Editorial:
Española S.A, p. 52
28
VALLEJO NÁGERA, 1938a, p. 55.
226
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
XIX había omitido29. Pero, al mismo tiempo, se quedaba en una idea parcial de la
misma, que no contemplaba el problema de la esencia del hombre en su totalidad.
Reconoció por tanto, el valor de Freud y su pensamiento, pero se dedicó a señalar sus
carencias y errores que, según decía, habrían de ser superados a través de los postulados
de la antropología existencial y la fenomenología.
De esta forma varios de los conceptos más representativos de la teoría
psicoanalítica fueron asimilados como parte del arsenal epistemológico de la
psicoterapia y la psiquiatría, sin que su empleo representase una adscripción formal o
profesional al psicoanálisis. Prácticamente ningún autor parecía tener problemas en
suscribir algunas ideas según conveniencia, sin importar mucho su origen o
procedencia. Hubo por tanto, a pesar de las críticas, una manifiesta intención por dar
continuidad al saber psicoanalítico desde los intereses de la nueva psiquiatría, siempre y
cuando el mismo estuviese curado de sus excesos30. Algo que se aseguró mediante el
auxilio a la autoridad eclesiástica y la suscripción oficial al pensamiento de autores
como Jaspers o Binswanger, críticos con el materialismo y el psicoanálisis freudiano31
En cualquier caso, ya fuese por razones profesionales, científicas o ideológicas,
el psicoanálisis, como la psiquiatría, debían adaptarse al nuevo orden, fuertemente
autárquico, nacional y religioso. Vallejo Nágera lo expresaba con claridad en el III
Congreso Nacional de Neuropsiquiatría celebrado en 1952:
“El pueblo español profesa, en su mayoría, el catolicismo y es la primera de las
condiciones de nuestra psicoterapia que no contradiga el dogma y la moral
católicas, si quieren prevenirse transferencias perjudiciales a la salud del
paciente […]. Frente a la decadencia europea del freudismo y métodos afines
destaca el auge del psicoanálisis en los países americanos. El simplismo cultural
del vulgo americano asimila perfectamente la teoría freudiana […] Asimismo ha
influido en la difusión del psicoanálisis el constituir éste un instrumento
fácilmente adaptable a los conceptos de la Medicina psicosomática, y por ello
manejable por el médico general, […]. Enfrentados con las realidades clínicas,
los psiquiatras no podemos eludir la formación psicoanalítica […], aunque no
29
CARLES et al. 2000, p. 163
30
Thomas Glick ha señalado en varias ocasiones la decadencia, la proscripción o la creación de una
escuela de tradición anti-freudiana en la postguerra española, de la que formarían parte autores como
López Ibor, Pedro Laín, Marco Merenciano o Vallejo Nágera. No obstante este inicial anti-freudismo –
que no fue nunca proscrito, aunque sí duramente criticado, como veremos a lo largo de este capítulo- fue
precisamente un motor de difusión y el punto de partida de un diálogo en el que el pensamiento de Freud
fue adaptado a las circunstancias del contexto, y desde el que se propusieron nuevas fórmulas para
comprender al hombre y la enfermedad. Véase, GLICK, Thomas, (1982), “The Naked Science.
Psychoanalysis in Spain 1914-1948”, Comparative Studies in Society and History, Cambridge University
Press, pp. 568-571; también en (1993) “Ciencia, política y discurso civil en la España de Alfonso XIII”,
Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, Hª Contemporánea, t. 6, pp. 81-98, p. 95.
31
GONZÁLEZ DE PABLO, 1987.
227
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
en la forma exigida por los psicoanalistas ortodoxos del previo análisis del
psicoterapeuta”32
228
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
aplicación más extrema, perseguía la obtención de datos inconscientes para el examen
forense, aparecía indexada en manuales y textos de psiquiatría jurídica, principalmente a
partir de los años 50. No obstante, la repetición casi idéntica de un autor a otro, salvo
alguna excepción, sugiere una desconexión entre la teoría y la práctica, motivaba en la
ausencia de interés por reformular la utilidad o renovar los postulados técnicos del
psicoanálisis criminológico. La hipótesis que sostenemos es que, la intención por
“recopilar” técnicas ya aceptadas por el régimen discursivo general y mostrarlas al
público experto, perseguía una finalidad mucho más perversa: componer un muestrario
de herramientas modernas que nada tenían que ver con la práctica judicial y la realidad
del delincuente en España.
La psiquiatría de los años 40´y 50´ tuvo una importante impronta germana,
inicialmente positivista y biologicista, con influencia de Kraepelin – que había sido
traducido en España a principios de siglo35-, luego fenomenológica, con el pensamiento
psiquiátrico de autores como Karl Jaspers y Kurtz Schneider, cuyas obras habían sido
traducidas al castellano entre 1948 y 195136. La psiquiatría oficial del franquismo
necesitaba una “norma” psiquiátrica en la que basarse, que aunara seriedad científica
con conservadurismo socio-político. La obra de Schneider ofrecía un sistema
nosográfico aparentemente aséptico con la ideología del régimen, y Jaspers aportaba el
soporte ideológico, con una postura abiertamente contraria al marxismo y al
psicoanálisis de Freud37. Al mismo tiempo, poco importó que la psiquiatría alemana de
los años 40, afín al régimen de Hitler no viese con muy buenos ojos la raza
mediterránea, pues algunos autores, basándose en la biotipología de psiquiatras
alemanes como Krestchmer, defendieron que la mezcla de elementos nórdicos y
mediterráneos proporcionaba la raza ideal 38 . Basándose en sus concepciones, los
psiquiatras españoles persiguieron la idea de crear una psiquiatría nacional, en la que
conjugar los valores del régimen con la norma científica39.
35
KRAEPELlN, Emil: Introducción a la psiquiatría clínica. Madrid, 1911.
36
La obra de K. Schneider Personalidades Psicopáticas se traduce en 1948, Psicopatología Clínica en
1951, y la obra de Jaspers Psicopatología General en 1951. Véase GONZÁLEZ DE PABLO, 1987.
37
GONZÁLEZ DE PABLO, 1987, p. 642
38
GONZÁLEZ DE PABLO, 1987, p. 637.
39
GONZÁLEZ DE PABLO, 1987, pp. 633-645.
229
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
40
HUERTAS, Rafael (1996), “La psico-biología del marxismo como categoría antropológica en el
ideario fascista español”, Llull, 19, pp. 111-130.
41
PRESAS I PUIG, Albert, (2008), “La inmediata posguerra y la relación científica con Alemania”, en
ROMERO DE PABLOS, Ana; SANTESMASES NAVARRO DE PALENCIA, María Jesús (eds.), Cien
años de política científica en España, Bilbao, Fundación BBVA, p. 173
42
CAMPOS, 2016c, p. 129
43
DRUET, 2006, p. 86-87.
44
ENCINAS COLORADO, Miguel; ROSA RIVERO, Alberto (1990), “El desarrollo institucional de la
psicología española de 1900 a 1968” Revista de Historia de la Psicología, 11 (1-2), pp. 73-121;
CARPINTERO, 2004.
230
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Marañón, y a quien será confiada la dirección del departamento de psicología
experimental del CSIC (1948)45. Asimismo se autorizó a los médicos para que pudiesen
ocuparse de las clases de psicología medica, impartidas hasta entonces por profesores de
filosofía y letras (1951)46. También se produjo el regreso de Lafora a finales de 194747,
la refundación de Liga de Higiene Mental en 1948 y la de la AEN en 1949, bajo la
presidencia de Vallejo Nájera. Un contexto en el que se introdujeron novedades, se
hicieron modificaciones teóricas y se retomó cierto debate científico. No obstante, es
necesario señalar que, al menos de momento, todos estos cambios no tuvieron un
traducción en la asistencia psiquiátrica.
La cátedra de psiquiatría, vacía desde el exilio de Mira tras la guerra civil, fue
ocupada en 1947 por Vallejo Nágera, no sin antes disputársela con López Ibor, que
finalmente ocupó la de Salamanca en 195148. Aún así López Ibor mantendría gran
influencia en Madrid, donde era jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Provincial,
así cómo en el resto del país, salvo en Cataluña, territorio dominado por Ramón Sarró,
catedrático de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona desde 1950. Este control
territorial, ejercido desde la dotación de cátedras, tendrá sus repercusiones en lo relativo
al psicoanálisis, como veremos más adelante.
La desaparición de revistas y órganos de difusión como Archivos de
Neurobiología, que volvería a editarse a partir de 1954, estuvo compensada con la
aparición en la postguerra de nuevos medios como las Actas Luso-Españolas de
Neurología y Psiquiatría, inicialmente titulada Acta Española Neurológica y
Psiquiátrica, fundada en 1940 y dirigida por López Ibor; la Revista de Psicología
General y Aplicada fundada en 1946 y dirigida por José Germain; y la Revista de
Psicología Médica de Europa y América Latina, fundada en 1953 y dirigida por Ramón
45
SIGUÁN, Miguel, (1981), “Testimonio personal”, Revista de Psicología General y Aplicada, 36 (6), p.
1136,
46
CASCO SOLIS, Juan (1999), “Psiquiatría y franquismo. Periodo de institucionalización (1946-1960)”,
con un pórtico y un epílogo como homenaje a Luis Martín –Santos, en FUENTENEBRO, F; BERRIOS,
G.E.; ROMERO, I.; HUERTAS, R. (eds.), Psiquiatría y Cultura en España en un Tiempo de Silencio.
Luis Martín-Santos, Madrid, Necodisne Ediciones, pp. 85-129, p. 107.
47
Véase, MONASTERIO, Fernanda, (1987), “Lafora y los Archivos de Neurobiología”, en HUERTAS,
Rafael; ROMERO, Ana I.; ÁLVAREZ, Raquel, Perspectivas psiquiátricas, Madrid, Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, pp. 231-242.
48
GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel, (2017), “Por la psicopatología hacía Dios: psiquiatría y saber de
salvación”, Dynamis, 37 (1), pp. 45-64, p. 53.
231
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
49
CASCO SOLIS, 1999, pp. 85-129.
50
GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel, (2016), “La teoría psiquiátrica durante el primer franquismo”, en
CAMPOS, Ricardo; GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel (coords), Psiquiatría e higiene mental en el primer
franquismo, Madrid, Catarata, pp. 46-80; Sobre el panorama de las publicaciones psiquiátricas durante el
franquismo véase DUALDE, Fernando, JORDÁ, Enrique., REY, Antonio, (2000), “Estudio descriptivo
de las revistas psiquiátricas españolas” Archivos de Psiquiatría, 63 (1): 57-80.
51
GONZÁLEZ DE PABLO, 2016, p. 47
52
En mayor proporción en las revistas dirigidas por Sarró y Germain, junto con la segunda etapa de
Archivos de Neurobiología, proyecto capitaneado por Lafora. La apertura científica de la Revista de
Psicología General y Aplicada, así como la influencia que las ideas psicoanalíticas habían tenido en la
psicoterapia y la psicología en la etapa precedente -a la que pertenecían varios de lo colaboradores de esta
revista- hicieron que en su primera etapa -1946-1957- fuese un importante órgano de divulgación de ideas
psicoanalíticas, llegando a ser el medio preferido del movimiento psicoanalítico español, en vías de
institucionalización (Véase BERMEJO FRÍGOLA, 1993a); así mismo la Revista de Psicología Médica de
Europa y América Latina, contó con la participación constante de autores del movimiento psicoanalítico
extranjero y español, no obstante su orientación tuvo mucho más presente la reformulación del
psicoanálisis por la antropología existencial. Véase el análisis bibliométrico realizado por José María
Peiro y Helio Carpintero, en el que recogen el número de citas por autor, según revista, y para las tres
revistas que acabamos de mencionar, Freud es efectivamente el autor más citado, en concreto el primero
en la Revista de Psicología Médica de Europa y América Latina y en Archivos de Neurobiología, y el
quinto en la Revista de Psicología General y Aplicada, lo que se explica, en parte, debido a su deriva
cognitivo-conductual a partir de 1957. El análisis bibliométrico se encuentra en PEIRO, José María;
CARPINTERO, Helio, (1981), “Historia de la psicología en España a través de sus revistas
especializadas”, Revista de Historia de la Psicología, 2 (2), pp.143-181
53
Sobre la recepción y apropiación del psicoanálisis por el catolicismo internacional véase
DESMAZIÈRES, 2011
232
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Espiritualidad (1941) a cargo de la orden de los Carmelitas Descalzos, así como
Religión y Cultura, reeditada en 1956, tras su cese debido a la guerra civil.
Con el objetivo de analizar estos dos ámbitos de reformulación
del psicoanálisis
–desde la antropología fenomenológico-existencial y desde el catolicismo- dentro de la
creación de una nueva psiquiatría y psicoterapia, se ha acudido al análisis de dos
congresos, tanto por la documentación que ofrecen como por el lugar que ocuparon
dentro del contexto científico español: el VII Congreso Católico Internacional de
Psicoterapia y Psicología Clínica, celebrado en Madrid del 10 al 15 de septiembre de
1957; y el IV Congreso Internacional de Psicoterapia celebrado en Barcelona del 1 al 7
de septiembre de 1958.
El primero de ellos, menos numeroso que el de Barcelona, estuvo presidido por
Juan José López Ibor, contó con importantes personalidades del mundo católico
especializado en psiquiatría, psicoterapia y filosofía, entre ellos el padre Gemelli como
presidente de honor, junto a los principales nombres de la psiquiatría y la psicoterapia
nacional. Y el segundo, dirigido por Ramón Sarró, contó con la presencia de más de mil
participantes, entre los que se contaba prácticamente toda la élite mundial de la
disciplina.
En ambos congresos, la crítica al pensamiento de Freud y la reformulación del
psicoanálisis fueron puntos cruciales: en el de Madrid, la reformulación venía de la
mano de la filosofía escolástica de Santo Tomas de Aquino, en diálogo con el método
fenomenológico-existencial; y en el de Barcelona la “renovación” pasaba por superar el
materialismo freudiano mediante la fenomenología y el existencialismo, con autores
como Jaspers, Binswanger o Heidegger. Partir de Freud, en cualquiera de los casos, fue
esencial: había que superar el instinto por el espíritu, sin renunciar a la biología ni
rendirse al idealismo dogmático. En general se trató de consolidar una zona de
intersección entre todas estas tendencias: la antropología existencial funcionó como el
telón de fondo, y el método fenomenológico junto a la filosofía tomista, los enfoques en
los que, de una forma u otra, todos los autores se ubicaron, incluso los psiquiatras de
formación freudiana institucional, como veremos a continuación.
Por último, se ha creído importante destacar que, desde el punto de vista
historiográfico y documental, “la celebración de congresos desempeña un papel
fundamental, no sólo como foros de debate científico sino como ámbitos de sociabilidad
y de organización profesional. La documentación generada por los mismos constituye
233
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
54
HUERTAS, 2017a, p. 25.
55
El Consejo Superior de Investigaciones Científicas se creará en el año 1939 como institución sucesora
de la JAE (1907-1938) instalándose en sus edificios. No obstante el talante de ambos es radicalmente
distinto. Mientras la JAE se orientaba hacía el pensamiento liberal de espíritu regeneracionista a través
del contacto con el extranjero y la apuesta por la investigación y la educación, el Consejo se configuró
como un instrumento ideológico más del régimen, con la intención de restaurar “la clásica y cristiana
unidad de las ciencias destruidas en el siglo XVIII (…) las ideas esenciales que han inspirado nuestro
glorioso Movimiento” sustituyendo el espíritu modernizador por una retórica religiosa y militar que
pretendía defender la idea de una ciencia hispánica, más espiritual. En GONZÁLEZ BLASCO, Pedro,
(1980), El investigador científico en España, Madrid, CIS, p. 151, citado por ALCALÁ, Paloma, (2008),
“Avances, rupturas y retrocesos: mujeres en las ciencias experimentales en España, (1907-2005)”, en
ROMERO DE PABLOS, Ana; SANTESMASES, María Jesús (Eds.), (2008): Cien años de política
Científica en España, Bilbao, Fundación BBVA, p. 156. Véase también PUIG-SAMPER, Miguel Ángel
(ed.), (2007), Tiempos de investigación: JAE-CSIC, cien años de ciencia en España, Madrid, Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
56
PÉREZ-DELGADO, Esteban; ZANON, José Luis, (1996), “La psicología experimental de Manuel
Barbado”, en SAIZ, Milagros; SAIZ, Dolores (coords.): Personajes para una historia de la psicología,
Madrid, Pirámide, pp. 355-362, p. 356.
234
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
su Introducción a la Psicología Experimental (1928 y 1943)57, Estudios de Psicología
Experimental (1947)58, y el libro póstumo, El Psicoanálisis (1957)59.
Barbado defendió el estatus científico de la psicología experimental a la que
reconocía como independiente de la filosofía. En este mismo sentido, defendió el
psicoanálisis como una escuela más, en concreto sostuvo que era la última evolución de
la corriente psicológica del asociacionismo60 y, en contra de lo que muchos habían
pensado, no creía que tuviera pretensiones de suplantar a la psicología experimental,
sino que era la ciencia del inconsciente, por lo que su función se limitaba a “explicar la
estructura y el dinamismo del inconsciente y su influencia sobre la vida que se
desarrolla a la vista de la conciencia”61.
Según indicaba Barbado, el propio Freud encontró acertada su exposición62, que
se apoyó principalmente en explicar la influencia de los fenómenos inconscientes sobre
la vida consciente, omitiendo referencias a la evolución de la sexualidad infantil o a los
problemas de orden religioso-moral que el psicoanálisis suscitaba para muchos autores
católicos. Su obra en general era una defensa de la psicología como ciencia
independiente, sin obviar su sustrato filosófico y con fuerte preeminencia del
pensamiento aristotélico-tomista63.
La revista Razón y Fe, órgano de expresión de los jesuitas, fundada en 1901 y de
publicación ininterrumpida desde entonces, también se ocupó de estos temas en
numerosas ocasiones. El Padre Pedro Meseguer fue un asiduo colaborador de la revista,
de la que fue redactor desde 1942 y secretario desde 1943. A lo largo de las décadas de
1940 y 1950 escribió varios trabajos centrados en la crítica y adaptación de las ideas de
Freud, Adler y Jung. Algunos de sus títulos fueron, “Balance de las aportaciones de
57
BARBADO, Manuel, (1928/ 1943) Introducción a la Psicología Experimental, Madrid, Voluntad. Un
estudio sobre el contenido de esta obra puede verse en CARPINTERO, Helio; ZANON, José Luis (1981),
“El Padre Barbado y su ´Introducción a la Psicología Experimental´”, en Revista de Historia de la
Psicología, 3 (2), pp. 189-223.
58
BARBADO, Manuel (vol.1 1947, vol.2 1948) Estudios de Psicología Experimental, CSIC, Madrid.
59
BARBADO, Manuel, (1957), El psicoanálisis, Granada, Biblioteca del Estudiante. El contenido de esta
publicación póstuma es en realidad la reedición del capítulo sobre psicoanálisis del libro Introducción a
la Psicología Experimental (1928), que tuvo una reedición en 1943.
60
En Introducción a la psicología experimental, la obra más conocida y difundida de Barbado, traducida
incluso al francés en 1931 (Introduction à la Psychologie Experimentale,1931, Paris, Lethielleux), dedica
un epígrafe al psicoanálisis ubicándolo dentro de la corriente asociacionista de la psicología, aunque
reconoce sus puntos de divergencia.
61
BARBADO, 1957, p. 19.
62
BARBADO, 1957. p. 25.
63
CARPINTERO; ZANON, 1981
235
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
236
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
supo entender lo espiritual y se quedó anclado en un principio materialista según el cual
todo deriva del instinto sexual. Es por ello que el freudismo ortodoxo sólo podía aportar
buenos efectos en determinados “medios materializados para los cuales no representa un
choque o un descenso el nivel ideológico de Freud, y en especial para ciertos tipos de
personas de sensualidad más predominante”, pero para los cristianos, el freudismo
ortodoxo “es generalmente de efectos deplorables y criminales”, pues se encuentra
alejado del idealismo y del pensamiento escolástico reduciendo la ética y al hombre a la
tensión entre libido e instintos75.
Esta crítica era la que teólogos y psiquiatras católicos compartían en relación al
freudismo y a los psicoanalistas de la IPA. Así lo escribía López Ibor en 1942 cuando
afirmaba que Freud nos había legado “la idea del hombre como puro juego de instintos
viscerales, sin que apareciera por parte alguna la sombra del espíritu” 76.
Para el catolicismo, decía de nuevo Meseguer, es muy difícil aceptar la
afirmación freudiana de que la conducta moral, la cultura y la religión sean el resultado
de la “libido sublimada”77. Según el fundamento de la escuela tomista la causa eficiente
de lo espiritual es siempre superior a su efecto, por lo que ésta no puede ser algo del
orden material. Sería una aberración pensar que de lo sexual se puede pasar a la religión
o que lo sexual pueda ser el origen último y creador de la conducta moral. Polémica que
trascendía al psicoanálisis, y que era la misma que la Iglesia católica mantenía con los
evolucionistas, para quienes en el orden causal de la evolución del hombre el efecto
puede ser de orden superior a la causa que lo crea, algo impensable dentro del
pensamiento tomista78. Pero en lo tocante al psicoanálisis y a la dirección de las
conciencias Meseguer, al igual que otros autores católicos, criticaron este principio
causal evolucionista y lo adaptaron intentando salvar a la religión de su relación con
cualquier forma de neurosis –tal y como Freud había formulado-, y demostrar que en la
relación del hombre consigo mismo y con Dios, medía algo más, que escapa al orden de
la sublimación freudiana.
75
MESEGUER, 1948, p. 563.
76
LÓPEZ IBOR, 1942, p. 6.
77
FREUD había formulado esta idea en el texto “El porvenir de una ilusión”, publicado en 1927
(FREUD, Sigmund, (1981 [1927]), “El porvenir de una ilusión” en Obras Completas, t. 3, (trad. Luis
López Ballesteros), Madrid, Biblioteca Nueva, pp. 2961-2992)
78
Sobre la relación de Freud, el evolucionismo y Darwin, véase GLICK, Thomas, (2005), Einstein y los
españoles. Ciencia y sociedad en la España de entreguerras. Madrid, Consejo Superior de
Investigaciones Científicas; y GLICK 2010. Sobre la continuidad de los discursos sobre la evolución en
el franquismo, véase FLORENSA, Clara, (2017), Els discursos sobre l´evolució en el franquisme (1939-
1967). La Generación del 48 i La evolución sin problema, Barcelona, Universitat Autònoma de
Barcelona, tesis de doctorado.
237
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
79
MESEGUER, 1957, pp. 295-312.
80
MESEGUER, 1957, pp. 308-309.
81
MESEGUER, 1957, p. 312.
82
MESEGUER, 1957, p.310.
83
MESEGUER, 1957, p.312
238
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
El Congreso estaba presidido por López Ibor, junto al padre Gemelli como
presidente honorífico, dos figuras de peso político en las que quedaban representados
dos de los ejes de poder y autoridad más importantes de la dictadura: ciencia y moral
católica. Así mismo, ambos tenían un papel relevante en la circulación de ideas
psicoanalíticas. El primero, catedrático y representante de la psiquiatría oficial del
régimen, desempeñó un papel crítico con las ideas de Freud; y el segundo presidente de
la Academia Pontificia de las Ciencias y rector de la Universidad Católica, era una
autoridad política y religiosa en materia de psicología y catolicismo84 motivo que, como
ya se ha señalado, propició su inclusión en el prólogo que sustituía al de Ortega y
Gasset en la reedición de las Obras Completas de Freud en 1948.
En el discurso inaugural, López Ibor expuso la orientación general que guiaba el
tema del congreso, señalando el papel “bisagra” que ocupaba la obra de Freud y el
psicoanálisis, una cuestión que fue abordada por varias de las ponencias, en el intento
de esclarecer la zona de intersección entre la psicología religiosa, la psicoterapia y el
psicoanálisis. Para López Ibor, tanto la psiquiatría como la psicología habían tenido que
experimentar un giro copernicano, para pasar de ciencias de base natural a ciencias de
base antropológica, en las que poder comprender la esencia del hombre, en la salud y en
la enfermedad, incorporando para ello una interpretación dinámica de la personalidad.
De esta forma, seguía diciendo:
“L. Binswanger ha señalado, con gran acierto, que la concepción
antropológica del hombre en Freud, es la del homo natura. Freud descubre
que el hombre es sólo naturaleza y que las manifestaciones espirituales
resultan por sublimación de las tensiones de la humana naturaleza; pero, por
una de esas extrañas paradojas que fecundan el pensamiento de los genios,
Freud, es al mismo tiempo, el médico que incrusta la historia psicológica en
el estudio de los procesos naturales de la enfermedad. La neurosis, como la
personalidad, se hace, viene a decir”85.
Freud había mostrado que los síntomas neuróticos y la vida psíquica sin aparente
explicación, tenían un sentido oculto, abonando de forma inimaginable el campo de la
medicina psicosomática. No obstante, el psicoanálisis debía someterse igualmente al
“giro copernicano” y frente al homo natura, López Ibor postulaba la unidad originaria
del ser, el homo anthropos, en el que se rescataba al psicoanálisis de su base
materialista.
84
Ver PASQUALINI, 2016.
85
LOPEZ IBOR, Juan José (1957), “Discurso inaugural”, en Conducta religiosa y salud mental. Actas
VII Congreso Católico Internacional de Psicoterapia y Psicología Clínica, 10-15 septiembre, p. 26.
239
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
López Ibor, además de las críticas que había formulado al psicoanálisis en sus
publicaciones86, principalmente en su conocida monografía Lo vivo y lo muerto del
psicoanálisis (1936) reeditada en 1951 bajo el título La agonía del psicoanálisis, había
ofrecido en 1952 un cursillo en el Ateneo de Madrid sobre “El psicoanálisis y la idea
del hombre”, con ocho sesiones repartidas a lo largo de los meses de febrero y marzo87.
En su área de influencia por tanto, este autor divulgó el psicoanálisis, criticó a Freud e
incluso indirectamente, impulsó el interés por la formación psicoanalítica, aunque fuese
por la insistencia en su ataque88.
Al congreso asistieron también los principales nombres de la psiquiatría
española -Ramón Sarró, Antonio Vallejo-Nágera, Emilio Pelaz, Miguel Rojas
Ballesteros- y el grupo compuesto por Juan Rof Carballo, José Ramón de Otaola, Pere
Bofill, secretario del evento, Carolina Zamora y Jesusa Pertejo.
Fue precisamente Carolina Zamora, una de las primeras mujeres psicoanalistas
de España, quién defendió en su ponencia “Fe católica y psicoanálisis” la “absoluta
neutralidad de la técnica analítica clásica, en materia religiosa y de las grandes ventajas
que esa técnica aporta para el desenvolvimiento de unas auténticas creencias . […]. Se
trata aquí por tanto de una defensa del psicoanálisis con su técnica clásica freudiana
para penetrar en lo `profundo´ y de su compatibilidad a la vez con una auténtica Fe. Es
más, se trata de afirmar su aportación positiva hacia el descubrimiento de la Fe, en
86
Véanse por ejemplo sus artículos: (1934) “Exégesis del complejo de Edipo (sobre el psicoanálisis),
Crónica Médica,; (1957) “La verdadera psicología profunda”, Revista de Espiritualidad, XVI,; (1957)
“Fundamentos de la psicoterapia”, Actas Luso-Españolas de Neurología y Psiquiatría, XVI (1); una
reproducción de estos artículo puede consultarse en el monográfico dedicado al estudio de la obra de
López Ibor, en (1996), Actas Luso-Españolas de Neurología, Psiquiatría y Ciencias Afines, 24, supl.2 (1-
6)
87
Las lecciones fueron los días 5, 12, 19 y 26 de febrero y 4, 11, 18 y 25 de marzo, sobre “La psicología
y la medicina en el 1900 y la rebelión psicoanalítica. Su espíritu órfico. Neo-psicoanálisis”, “La
autenticidad de la persona en el psicoanálisis. El problema de la máscara”. “El horizontes sexual”,
“Descubrimiento del cuerpo como intimidad”, “El psicoanálisis como técnica. El hombre-máquina”, “Las
neurosis como fenómeno natural. Lujo y neurosis”, “Del amor a la agresión en el psicoanálisis”,
“Psicoanálisis y existencia: Freud, Kierkegaard, Sartre”, Hoja oficial del lunes, Asociación de la Prensa,
4 de febrero de 1952, n. 672, p. 5.
88
Es interesante contrastar esta idea con los testimonios que CARLES et al. (2000) recogen de
psiquiatras como José Rallo o Antonio de la Nuez, psicoanalistas que en los años 40 se formaron en el
servicio de López Ibor, refiriendo el primero que, el fuerte biologicismo y la desconexión que había entre
la formación y la realidad de los enfermos, le llevó a buscar formación fuera de España, interesándose por
el psicoanálisis; y el segundo refiere que el hecho de que el estamento oficial se mostrase hostil al
psicoanálisis lo hacía más interesante. Insatisfacción teórica y rebeldía que les llevó a formarse en
psicoanálisis (CARLES et al. 2000, p. 234). Es interesante preguntarse sobre el papel que, la formación
psicoanalítica ocupó a partir de los años 60-70, con una nueva generación de médicos críticos con la
dictadura, representada en figuras como Ibor. Véase CASTILLA DEL PINO, (2003), Pretérito
imperfecto. Autobiografía, Madrid, Tusquets.
240
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
muchas casos de aparente falta de Fe debida a una situación neurótica” 89 . El
psicoanálisis, continuará diciendo más adelante, “favorece la exteriorización de la
verdadera fe que puede estar oculta en el alma de todo cristiano”90. Zamora propuso la
colaboración entre la técnica psicoanalítica y la vida religiosa e ilustró este diálogo con
casos clínicos fundamentados teóricamente en la obra de Freud y en la de autores como
Santo Tomás, Fray Luis de Granada o San Pablo.
Resulta además interesante el hecho de que Carolina Zamora dirigiese su
intervención expresamente a dos grupos de personas: los “católicos de buena Fe” que
ven en el psicoanálisis siempre algo peligroso para la religión; y ciertos psicoanalistas
que se creen poseedores de la clave del misterio humano y pretenden acabar con los
sentimientos religiosos en lugar de limitarse a la técnica y teoría científica más fiel a
Freud91. Estas críticas sin embargo, se relacionaban con un debate institucional mayor
sobre la incorporación de un sector de analistas católicos en el seno de las sociedades
psicoanalíticas europeas, lo que impulsó a varios autores a pronunciarse críticamente
sobre el lugar que podía ocupar la religión en la praxis psicoanalítica y viceversa.
Pere Bofill también se pronunció en relación a esta cuestión en su comunicación,
“Agresividad, amor al prójimo y psicoanálisis”. Bofill marcó las diferencias y las
colaboraciones posibles entre los planos religioso y psicológico. En este sentido expuso
las ventajas del psicoanálisis para comprender la génesis inconsciente de los
comportamientos agresivos que no han sido integrados en la estructura de la persona y
que podrían suponer una perturbación de las relaciones de amor con el prójimo, base
esencial de la vida religiosa. Al contrario de lo que muchas personas piensan, advertía
Bofill, el psicoanálisis no se dedica al estudio exclusivo de la sexualidad, si no que,
cada vez más se dedica al estudio del papel de la agresividad inconsciente en los
trastornos psicopatológicos y en la vida de las personas normales: “Es labor del
psicoanálisis descubrir y mostrar estas influencias pero su valoración ética y religiosa,
corresponde al moralista y al teólogo (…) en este sentido el tratamiento psicoanalítico,
ni siquiera técnicamente puede tender a una actitud, a una dirección normativa, ética o
religiosa (…) Su finalidad es la salud psíquica, liberando a la personalidad de sus
89
ZAMORA, Carolina, (1957), “Fe católica y psicoanálisis” Conducta religiosa y salud mental. Actas
VII Congreso Católico Internacional de Psicoterapia y Psicología Clínica, 10-15 septiembre, p. 256.
90
ZAMORA, 1957, p. 258.
91
ZAMORA, 1957, pp. 256-7.
241
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
242
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Laín Entralgo, Sarró y López Ibor. No menciona ninguna de las publicaciones españolas
de psicoanálisis anteriores a la Guerra Civil, salvo la traducción de las Obras Completas
de Luis López Ballesteros. El libro contó además con la recomendación de López Ibor y
el apoyo de la revista Eclessia98 que firmaba una pequeña nota en la solapa interior
animando a los “directores de almas” y en general a todo interesado en la materia a
introducirse “bajo guía segura y ortodoxa, en la ciencia y aplicaciones del psicoanálisis
freudiano”99.
No obstante, nos interesa otro de los objetivos que animan a Vaca a escribir el
manuscrito. Según señala, los “psicoanalistas católicos” estaban ganando territorio fuera
de España, por lo que el autor consideraba importante iniciar también aquí esta
orientación100. Hoy día, dirá Vaca, hasta “el Papa Pio XII ha hablado en dos ocasiones
del psicoanálisis y de algunos de los problemas morales planteados por el mismo. (…)
Pio XII ha llamado la atención, ha condenado ciertas cosas del psicoanálisis; pero ha
dado, sobre todo, una pauta directriz, ajustándose a la cual, ni los investigadores, ni los
médicos, ni los moralistas encontrarán dificultades en sus respectivos campos” 101.
¿Quiénes eran los psicoanalistas católicos a los que Vaca hacía referencia y que
contaban con el beneplácito del Vaticano?
Desde las primeras décadas del siglo XX hubo en Europa varios sectores del
catolicismo social que mostraron un verdadero interés por el psicoanálisis con autores
como la psicoanalista francesa Maryse Choisy102; el filósofo francés Roland Dalbiez103,
autor de una tesis sobre el pensamiento de Freud publicada en 1936, y el psiquiatra-
98
Ecclesia se fundó en 1941 como órgano de la dirección central de Acción Católica Española (ACE), y
gradualmente se fue transformando en portavoz de la Iglesia en España. Sobre esta revista puede
consultarse, VEREDA, Francisco (2001), “Algunas claves para estudiar la revisa Ecclesia entre 1941-
1954” Anuario de Historia de la Iglesia, 10, pp. 95-100.
99
ECCLESSIA, en VACA, 1954, [solapa interior]
100
VACA, 1954. p. 10.
101
VACA, 1954. p. 17. Enrique Miret Magdalena, teólogo seglar, cuenta en 1968 que el Papa Pio XII
había pronunciado en septiembre de 1952 en el I Congreso Internacional de Histopatología del sistema
nervioso, un discurso condenatorio con el pansexualismo psicoanalítico. Con motivo de estas críticas,
hubo un profesor de la Universidad Católica de Lovaina que identificó determinados errores de concepto
en las palabras del Papa Pio XII y así lo comunicó al arzobispo de Malinas quién le solicitó un informe
técnico para enviar al Vaticano, motivando que pocos meses después, en abril de 1953 en el Vº Congreso
Internacional de Psicoterapia católica celebrado en Roma, el Papa pronunciase unas palabras mucho más
matizadas y positivas, aunque con reticencias. Los psicoanalistas católicos Maryse Choisy, P. Gemelli y
el teólogo alemán J. Rudin analizaron las palabras del Papa para corroborar que dejaban la puerta abierta
al estudio sereno y crítico del psicoanálisis de Freud. Ver MIRET MAGDALENA, Enrique (1968), “La
iglesia y el psicoanálisis”, Triunfo, n. 320, XXIII, p. 59. Este episodio de la historia del psicoanálisis
también ha sido estudiado por ROUDINESCO, Elisabeth (1993), La batalla de los cien años. Historia del
psicoanálisis en Francia (1925-1985), Madrid, Fundamentos, vol. 2; OHAYON, Annick, (2006),
Psychologie et psychanalyse en France, Paris, La Découverte; y DESMAZIÈRES, 2011.
102
Ver OHAYON, 2006; ROUDINESCO, 1993, v.2.
103
OHAYON, 2006, pp. 122-123.
243
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
104
ROUDINESCO, 1993, v. 2. p. 196.
105
Roudinesco cuenta que Oraison en su obra aborda los problemas de la castidad, el discernimiento de
las vocaciones o la sexualidad “sin pecado” a la luz de una interpretación freudiana que toma como
referencia la sexología de Hesnard, con la que considera la sexualidad como elemento patógeno
constitutivo a la existencia humana, considerado por ello un pecado venial y no mortal. Distinguirá entre
vocaciones verdaderas y falsas, descansando la primera en la gracia divina y la sublimación, que permite
que el sacerdote pueda escoger libremente, según la ética tomista, su destino de castidad. La vocación
falsa en cambio proviene del miedo a la sexualidad y lleva a una renuncia que acaba en catástrofe. Con
esto Oraison “pone el dedo en la llaga: sin suscribir a los principios del peritaje psiquiátrico, demuestra
que la Iglesia debe eliminar de su seno a los candidatos `peligrosos´ para ellos mismos y para la vida
religiosa: los psicóticos, los perversos y los `enfermos sexuales. Todos estos individuos eligen la religión
para huir de sus locuras y más que integrarse a la vida sacerdotal deberían tratarse. Por otra parte, Oraison
sostiene la necesidad de una orientación en materia de vocación. Se debe ayudar a los candidatos a
escoger una orden que convenga a su personalidad” (ROUDINESCO, 1993, v. 2. p. 201). Esta
formulación a la que, no de forma tan directa, se está apuntando también en España, abre un campo de
análisis muy interesante sobre el uso del psicoanálisis en la selección de candidatos sacerdotes,
conectando con la clasificación de perfiles psicológicos aptos y no según un concepto de peligrosidad
reformulado a partir del estamento sacerdotal.
106
Algunas de estas traducciones son CHOISY, Maryse (1950) Psicoanálisis y Catolicismo, (trad.Oliver
Brachfeld, con estudio preliminar del canónigo F. de Hovre) Barcelona; CARUSO, Igor. A (1954/1958)
Análisis psíquico y síntesis existencial: Relaciones entre el análisis psíquico y los valores de la
existencia, (trad. Pedro Meseguer) Barcelona, Herder; DEMPSEY, Peter (1961), Freud, psicoanálisis,
catolicismo, Barcelona, Herder; PLÉ, Albert (1969/1970), Freud y la religión, (trad. José Luis Legaza
con estudio introductorio de J. Rof Carballo) Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos; ZILBOORG,
Gregory, (1964), Psicoanálisis y religión, Buenos Aires, Troquel, Biblioteca El Tema del Hombre;
STERN, Karl, (1954), El pilar de fuego, Buenos Aires, Criterio; DALBIEZ, Roland (1948), El método
psicoanalítico y la doctrina freudiana, (trad. Haydée Meyer), Buenos Aires, Desclée de Brower, vol 1-2.
107
En la Revista de Historia de la Psicología, hay algunos trabajos en los que se aborda la influencia del
psicoanálisis en la obra de varios teólogos españoles durante los años 40 y 50 (véase por ejemplo,
CARPINTERO, ZANÓN, 1981; PÉREZ DELGADO; ZANON, 1996.). También en el libro de SAIZ,
244
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Igor Carusso por ejemplo, expuso una comunicación “Sur la possibilité des
influences possitives de la psychanalyse sur la vie religieuse” 108 apostando por la
práctica psicoanalítica para liberar al hombre de sus alienaciones y permitirle el
equilibrio de la vida religiosa. El padre Dempsey, habló sobre las etapas del desarrollo
infantil y la instrucción hacía la vida espiritual del adulto109. Los psicoanalistas católicos
Durand y Nodet disertaron sobre “Influence de la phychologie normale et anormale
dans la vie religieuse. Méthodes d´analyse et valoration”110, tema sobre el que también
versó la conferencia de Vallejo-Nágera “Influencia de la psicología normal y anormal
en la vida religiosa”111 , no obstante el español se apartaba de la orientación freudiana,
de la que desconfiaba por haber sido ideada en otra creencia distinta al catolicismo.
El Padre Bruno de Jesús María presentó una comunicación sobre “Mysticisme et
créativité, facteurs d´équilibre” y, el padre Noël Mailloux sobre los “Aspects cliniques
de la tentation morale”. La francesa Maryse Choisy, disertó en “Structure et contenu”112
sobre la evolución del psicoanálisis, defendiendo su capacidad de revisión y exponiendo
el desplazamiento que había vivido desde una comprensión centrada en los impulsos
libidinales al estudio de la agresividad y el contenido reprimido del Yo, coincidiendo en
parte con lo que había planteado Pere Bofill en su intervención.
Maryse Choisy era de hecho la fundadora de los Congresos Internacionales de
Psiquiatras, Psicoterapeutas analíticos y psicopedagogos católicos. Su relación con el
psicoanálisis había tenido varias etapas. En 1925 pasó brevemente por el diván de
Freud, interrumpiendo su análisis hasta mediados de los años 40, cuando lo retomaría
SAIZ,1996. No obstante su foco de atención no está puesto en los canales de circulación intelectual de
este movimiento católico de psicoanálisis, si no en el papel que desempeñaron estos teólogos y
psiquiatras católicos en la consolidación de la psicología en España. Hemos encontrado al mismo tiempo
algunas referencias sobre la recepción de estas ideas en Colombia, por Gustavo Ángel Villegas, miembro
fundador de la Asociación Psicoanalítica Colombiana, lo que nos hace pensar en un campo de análisis
mucho mayor del que aquí podemos desplegar. Véase ÁNGEL VILLEGAS, Gustavo (1956),
“Movimiento psicoanalítico católico”, conferencia pronunciada en el Museo Nacional dentro del ciclo
organizado por la Federación Colombiana de Psicología, 1956. Véase también DESMAZIÈRES, 2011.
108
CARUSO, Igor A. (1957), “Sur la possibilité des influences possitives de la psychanalyse sur la vie
religieuse” Conducta religiosa y salud mental. Actas VII Congreso Católico Internacional de Psicoterapia
y Psicología Clínica, 10-15 septiembre, pp. 181-190.
109
DEMPSEY, Peter (1957), “Child cognition and the invisible reality”,Conducta religiosa y salud
mental. Actas VII Congreso Católico Internacional de Psicoterapia y Psicología Clínica, 10-15
septiembre, pp. 105-111
110
DURAND, Charles; NODET, Charles (1957), “Influences de la psychologie normale et anormale dans
la vie réligieuse. Méthodes d´analyse et valorátions”, Conducta religiosa y salud mental. Actas VII
Congreso Católico Internacional de Psicoterapia y Psicología Clínica, 10-15 septiembre, pp. 217-234.
111
VALLEJO-NÁGERA, Antonio, (1957), “ Influencia de la psicología normal y anormal en la vida
religiosa”, Conducta religiosa y salud mental. Actas VII Congreso Católico Internacional de Psicoterapia
y Psicología Clínica, 10-15 septiembre, pp. 235-241
112
CHOISY, Maryse (1957), “Structure et contenu”, Conducta religiosa y salud mental. Actas VII
Congreso Católico Internacional de Psicoterapia y Psicología Clínica, 10-15 septiembre, pp. 127-140.
245
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
con René Laforgue y Maurice Bouvet. En 1946 fundó la revista Psyché. Revue
Internationale de psychanalyse et des sciences de l´homme, con la que pretendía
competir frente a la Revue Française de Psychanalyse y destronar a la princesa Marie
Bonaparte representante del sector laico del psicoanálisis francés113. Tal y como indica
la historiadora Annick Ohayon “Maryse va véritablement mettre la psychanalyse <<à
toutes les sauces>>, tentant une synthèse entre le freudisme, le jungisme et l´adlerisme.
Elle sera surtout une des combattantes de l´implantation de la psychanalyse dans les
milleux catholiques”114 .
En la primera edición de estos congresos, celebrada en abril de 1949 en Notre-
Dame-du-Bec, Choisy formuló su intención de crear un Instituto de analistas católicos,
donde se pudiesen realizar análisis didácticos con psicoanalistas de reconocimiento por
su labor científica y su catolicismo115. Esta propuesta no fue siempre bien recibida en
medio de las tensiones y disputas institucionales del psicoanálisis francés, que se
debatía sobre la formación que debían tener los analistas –ya que, entre otras cuestiones,
muchos de los analistas católicos no eran médicos de formación-. En el Vº Congreso
Internacional de Psicoterapia que tuvo lugar en Roma en 1953, Choisy buscó
aprovechar la ocasión para conseguir unas palabras del papa Pio XII que permitiesen la
recuperación del movimiento católico de psicoanálisis116 y que matizasen las palabras
de condena que el pontífice había pronunciado en 1952 en el I Congreso Internacional
de Histopatología del sistema nervioso. Pio XII pronunció finalmente estas palabras
ante todos los congresistas, no obstante no fue excesivamente permisivo, lo que sin
duda no favoreció la reputación del movimiento católico de psicoanalistas, ni frente a la
Iglesia, ni frente a los freudianos ortodoxos. Entendemos aquí las palabras de Carolina
Zamora cuando en el congreso de 1957 dirigía su intervención a estos dos sectores; o las
palabras de López Ibor que en el discurso inaugural del congreso de 1957 se refería al
congreso de Roma como la piedra angular del la historia de estos congresos, originados,
según indicaba, en el Congreso de Higiene Mental celebrado en Londres en 1948117. Al
mismo tiempo esta controversia es la que el padre César Vaca refería en el prólogo a la
segunda edición de su ejemplar Psicoanálisis y dirección espiritual y que el teólogo
113
ROUDINESCO, 1993, v. 2. p. 195.
114
OHAYON, 2006, p. 323.
115
OHAYON, 2006, p. 333.
116
OHAYON, 2006, p. 333.
117
LÓPEZ IBOR, Juan José (1957), “Discurso inaugural”, Conducta religiosa y salud mental. Actas VII
Congreso Católico Internacional de Psicoterapia y Psicología Clínica, 10-15 septiembre, p. 25.
246
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Enrique Miret explicaba unos años más tarde en el artículo “Psicoanálisis católico”
publicado en 1968 en la revista Triunfo118.
Estos congresos –no sólo el español- escenificaron un enfrentamiento entre
sotanas y batas médicas en el seno de la psiquiatría y psicoanálisis freudiano. El interés
por incorporar el psicoanálisis en la Iglesia católica topó con varios impedimentos, entre
ellos los propios psicoanalistas, divididos en posturas a favor y en contra –además del
debate interno sobre el análisis lego- y el Vaticano, que no siempre vio esta relación con
buenos ojos, a pesar de los esfuerzos de los religiosos por evangelizar el freudismo y
hacerlo compatible con la espiritualidad católica119.
Ha quedado expuesta lo que consideramos una red de intercambios entre
psicoanalistas, teólogos y psiquiatras dentro y fuera de España, hasta la fecha poco
estudiada por la historiografía española que, para este período, se ha centrado
principalmente en los sucesos que dieron lugar a la institucionalización del
psicoanálisis120. Annick Ohayon señala una situación similar para el caso francés,
probablemente debida a la centralidad que la historiografía gala ha puesto en las figuras
de Freud y Lacan121, éste último contemporáneo de Choisy e involucrado en las disputas
sobre el catolicismo en el seno del psicoanálisis francés. De hecho, la propia Ohayon
indica que el movimiento católico perdió fuerza en Francia eclipsado por el lacanismo a
partir de los años 50122.
En España, después del II Concilio Vaticano anunciado en 1959 y que se
extenderá hasta 1965, queda abierta la pregunta, tal y como la formula el artículo de
Enrique Miret: “¿Qué piensa el catolicismo del psicoanálisis freudiano? (…) Ahora
estamos ya en la época posconciliar, en la que varios obispos (…) solicitaban del
Vaticano II unas palabras de aprobación para el psicoanálisis de Freud” 123
118
MIRET MAGDALENA, 1968 p. 59.
119
ROUDINESCO, 1993, v. 2, p. 199.
120
Carles et al. articulan su análisis de las décadas de 1940 a 1960 en torno al contexto en el que tiene
lugar la constitución del movimiento psicoanalítico en España, (2000, pp. 225-296); BERMEJO,
(1993b), se centra en la marco de la institucionalización del psicoanálisis; y la tesis de DRUET (2006),
aborda, para estos años, el contexto psiquiátrico en relación a la consolidación del movimiento
psicoanalítico ligado a la IPA (pp. 69-148)
121
OHAYON, 2006.
122
OHAYON, 2006.
123
MIRET MAGDALENA, 1968 p. 59. Este mismo autor tratará sobre este tema en la revista Triunfo en
otros trabajos defendiendo la compatibilidad demostrada entre el psicoanálisis freudiano y el catolicismo.
Véase (1968), “Desorden sexual y psicoanálisis”, Triunfo, n. 321, año XXIII, p. 59; (1968)
“Psicoanalistas católicos”, Triunfo, n. 322, año XXIII, p. 59; (1969) “La religión del psicoanálisis”,
Triunfo, n. 352, año XXIII, p. 59: y (1969), “El psicoanálisis y la religión”, Triunfo, n. 353, año XXIII, p.
59.
247
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
124
CONDE OBREGÓN, Ramón, (1958), “La psiquiatría existencial”, nota sobre el IV Congreso de
Psicoterapia, celebrado en Barcelona del 1 al 7 de septiembre de 1958, CONVIVIUM, n. 5-6, pp. 101-106,
p. 101-102.
125
Véase La Vanguardia, 2 de septiembre de 1958, p. 17.
126
DRUET, Anne-Cécile, (2014) «La psiquiatría española y Jacques Lacan antes de 1975». Asclepio 66,
(1), p036, doi: http://dx.doi.org/10.3989/asclepio.2014.10
127
Hubo una alta participación de españoles, entre los que se encontraban Vallejo Nágera, López Ibor,
Pelaz, Ballesteros Rojas, Rof Carballo, Germain, Otaola, Grañem, Folch, Martín Santos, Solé Segarra,
entre otros.
248
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Minkowsky, Medard Boss, Biswanger, Manfred Bleuler, Jores, Erwin W. Strauss, Jacob
Lévy Moreno, Igor Carusso, René Diatkine o Jacques Lacan.
Sarró había coincidido con varios de ellos al menos una vez antes, en el Primer
Congreso Mundial de Psiquiatría, celebrado en Paris en 1950 y que contó igualmente
con una alta participación de especialistas128. De este encuentro en Paris hay varias
cuestiones a destacar. Por un lado, sería la primera vez que los psiquiatras exiliados tras
la Guerra Civil, como es el caso de Emilio Mira o Felix Martí Ibañez, se encontraran
con los psiquiatras del bando contrario, tales como Sarró, López Ibor o Vallejo Nágera,
miembros del comité español enviado a Paris129. De otro lado, fue en esta ocasión que
los futuros psicoanalistas españoles de la IPA se presentaron a la Société
psychanalytique de Paris como candidatos para la formación, lo que llevó al menos a
Bofill a conocer a Lacan y a coincidir con las principales figuras del movimiento
psicoanalítico francés asistente al congreso130.
En la quinta sesión de este congreso titulada <<Evolución y tendencias actuales
del psicoanálisis>>, Sarró declaró que se consideraba suficientemente autorizado en el
tema, debido a su formación en el seno del circulo freudiano y su contacto con Freud,
como para intervenir en la discusión y criticar que en las alocuciones previas (Ana
Freud, Lacan, Alexander, Laforgue, Melanie Klein, etc.), sólo se hubieran realizado
objeciones de detalle al psicoanálisis, sin abordar ninguna de ellas una revisión
integral 131 . Un cometido que, además de ser el que guió gran parte de su obra
psiquiátrica, promovió desde su cátedra de Psiquiatría en la Universidad de Barcelona,
obtenida ese mismo año.
Desde su regreso de Viena en 1927, Sarró había mantenido una relación crítica
con el denominado psicoanálisis ortodoxo en el que, según exponía en 1956 “reina una
singular forma de paralización del pensamiento crítico, uno de cuyos síntomas más
128
Véase JORDÁ MOSCARDÓ, Enrique; REY GONZÁLEZ, Antonio; ANGOSTO SAURA, Tiburcio,
(2007), “La psiquiatría franquista y el exilio en el I Congreso Mundial de Psiquiatría, Paris, 1950”, en
CAMPOS, Ricardo; VILLASANTE, Olga; HUERTAS, Rafael (eds.), De la <<Edad de Plata>> al
exilio. Construcción y <<reconstrucción>> de la psiquiatría española, Madrid, Frenia, pp. 377-394.
129
CONGRESO (1950), Comité español para el primer Congreso Internacional de Psiquiatría, Actas Luso
Españolas de Neurología y Psiquiatría, 9, 60,
130
DRUET, 2006; 2014,
131
JORDÁ MOSCARDÓ; REY GONZÁLEZ; ANGOSTO SAURA, 2007, p. 338; y EY, H.; MARTY,
P.; BOUTONIER, J.; Le MAPPIAN, M. (1952) Psychothérapie- Psychanalyse Médecine Psycho-
Somatique . T V. [Comptes rendus des séances]. Premier Congrès Mondial de Psychiatrie, Coll.
Actualitès Scientifiques et Industrielles (1172), Paris, Hermann et Cie,Editeurs
249
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
250
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
como presidente del comité local, dedicó la conferencia inaugural al tema de “El
ingreso del psicoanálisis en la Universidad Iberoamericana” donde afirmó que éste
“había llegado a una etapa de madurez suficiente para ingresar en la Universidad y
convivir con las demás disciplinas médicas a las que estimula en la necesidad de una
mayor inteligibilidad entre los seres humanos y especialmente entre médico y paciente,
profesor y discípulo (…) el psicoanálisis ha vencido ya muchos recelos y obstáculos, ha
colocado al hombre en el corazón de la psicología, ha obtenido el beneplácito de la
Iglesia, y hasta el reconocimiento de los psiquiatras y de los viejos alienistas”135.
En el congreso se encontraban los psicoanalistas de la sociedad argentina,
Rascowsky, Garma, Abadi, Grimberg, y Tallaferro, invitados por Ramón Portillo,
presidente de la recién creada Asociación Psicoanalítica Española, en 1954136. Este tipo
de encuentros revelan la red colaborativa que existió entre psiquiatras y psicoanalistas,
en la que consolidaron espacios de diálogo entre ambas disciplinas.
En el curso de 1956, con motivo del centenario del nacimiento de Freud, la
cátedra dedicó de nuevo un programa al estudio del psicoanálisis con el título genérico
“Lo vivo y lo muerto de la obra de Freud” publicado íntegramente en dos números de la
Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latina137. A esta
conmemoración también se sumaría la revista de Germain, que ese mismo año rindió
homenaje a Freud en un doble número monográfico138. Y a partir del año 1957, desde
la cátedra se organizaron semanalmente Seminarios de Terapéutica Psicoanalítica139,
abiertos a todos los interesados en la materia e impartidos por Bofill, que ya era
psicoanalista miembro de la Sociedad Suiza de Psicoanálisis.
Junto a la cátedra, la Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y
América Latina fue un importante órgano de difusión de trabajos psicoanalíticos,
aunque ciertamente muchos de ellos estuvieron orientados hacía el debate sobre los
fundamentos de una psicoterapia existencial que debía sus orígenes al psicoanálisis.
Esta revista sería la encargada de publicar las noticias relativas al IV Congreso
135
“Solemne apertura del I Congreso Iberoamericano de Intercambio Médico Psicológico” La
Vanguardia, 5 de agosto de 1955, p. 12.
136
CARLES et al. 2000, p. 259.
137
(1956), Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latinas, 2 (7) y 2 (8).
138
(1957), Revista de Psicología General y Aplicada, 12 (41-42)
139
BOFILL, Pere, (1958), “Psicoanálisis”, Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y
América Latinas 3,(7), pp. 609-610, p. 610.
251
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
140
DRUET, 2014.
141
DRUET, 2014; DRUET, 2006, pp. 179-194.
142
LACAN, Jacques (1992), “El psicoanálisis verdadero y falso”, Freudiana, (4-5), pp. 23-34; DRUET,
2014; DRUET, 2006, pp. 179-194.
143
LACAN, Jacques, (1992), “La psychanalyse vraie et la fausse”, L´Âne, (51), pp. 24-27; LACAN
(2001), Autres écrits, Paris, Seuil; DRUET, 2014; DRUET, 2006, pp. 179-194.
144
DRUET, 2014; DRUET, 2006, pp. 179-194.
145
En el archivo personal de Ramón Sarró custodiado por la Biblioteca de Cataluña se conservan varias
cartas entre Lacan y Sarró. En todas ellas el tono es bastante cercano, de simpatía mutua. Lacan agradece
a la familia Sarró por los días en Barcelona tras su estancia en 1972, y Sarró responde con gran
familiaridad bromeando sobre su nieta, de la que afirma que no debe “ser lacaniana” ya que no muestra
interés por el espejo. Así mismo, Sarró recomienda ir a los seminarios de Lacan a una discípula argentina,
Ana. Ma. Luise, que diligente asiste y relata a Sarró sobre la confluencia de gente y la singular
experiencia que le supone. Sarró a través de su alumna manda un mensaje a su querido amigo Lacan, tal
y como él mismo lo describe, (22 de marzo de 1973), recordándole que tiene pensado viajar a Paris para
ofrecer una conferencia. El catalán escribirá igualmente a Lacan para solicitarle su asistencia a la misma,
ya que aprecia el debate que su presencia pueda aportarle. Por otro lado, Sarró anuncia que enviará a
Lacan su trabajo sobre los delirios y el análisis mitologemático, pues aunque existen diferencias
conceptuales entre ellos, considera que ambos parten del mismo punto: la lectura de Freud. (SARRÓ
BURBANO, Ramón, (1972) Correspondencia personal con Jacques Lacan, Ms. 9270/4.1, Capsa 32.
Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano. Biblioteca de Catalunya)
252
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Tusquets le invitaron de nuevo a Barcelona para dar una conferencia en la Asociación
de Psiquiatría de la Academia de Ciencias Médicas- era de mutua simpatía146.
Donde sí hubo cierto grado de censura, al menos en forma de precaución
política, fue en la organización del congreso –que prudentemente incluyó una mesa de
religión y psicoterapia, que no había existido en las ediciones anteriores del congreso-.
La organización de la sección de psicoanálisis -presidida por Franz Alexander-, estuvo
a cargo de Bofill quien, a petición de Sarró, publicó, en un número de la Revista de
Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latina dedicado a la preparación
del congreso, un estado de la cuestión del psicoanálisis en España147. Bofill omitió
determinados nombres vinculados a las políticas republicanas –salvo el de Ángel
Garma- y en cambio, hizo homenaje al rol que habían jugado personajes como Sarró,
López Ibor, Laín Entralgo y Vallejo Nágera148, seleccionando estratégicamente los
datos del relato.
Diarios como ABC, La Vanguardia o El Correo Catalán siguieron el desarrollo
diario de las ponencias y comunicaciones, también el noticiario del NODO informó
sobre el acto de inauguración149. La prensa tuvo la clara directiva de ensalzar el papel de
la psiquiatría nacional y preservar las garantías morales que un acto de esta envergadura
debía cumplir. Este motivo hizo que, por ejemplo, la conferencia de Lacan, quedase
eclipsada en los periódicos ya que estaba programada el mismo día que la conferencia
del López Ibor y la el padre Milloux, por lo que consecuentemente las noticas dieron
preeminencia a estas dos intervenciones150.
Días después del fin del congreso, seguían apareciendo noticias y reflexiones
sobre lo ocurrido en Barcelona. ABC por ejemplo publicó un artículo del psiquiatra
Alejandro Gallego Meré 151 , donde éste se posicionaba a favor de Freud frente a
Heidegger y la orientación existencial de la psicoterapia:
146
DRUET, 2014; DRUET, 2006, pp. 179-194.
147
DRUET, 2006, p. 96; DRUET, Anne-Cécile, (2011b), “Psychoannalysis in Franco´s Spain (1939-
1975): Crónica de una `agonia´anunciada”, en DAMOUSI, Joy; PLOTKIN, Mariano (coords.),
Psychoanalysis and Authoritarism, Nueva York, Oxford University Pres, pp. 153-194, p. 70.
148
BOFILL, 1958, p. 609.
149
NODO, n.º 818, B, Año XVI, http://www.rtve.es/filmoteca/no-do/not-818/1486168/ [consultado el
28/07/2018]
150
DRUET, 2014.
151
Gallego realizará su formación psicoanalítica en Francia y Suiza, y en 1962 participará, junto a Molina
Núñez en el proyecto del Instituto-Clínica de Psicoterapia Peña Retama, comunidad terapéutica de
régimen abierto para pacientes en tratamiento psicoanalítico, fundada a las afueras de Madrid, pionera en
el trabajo e investigación en psicoterapia de orientación dinámica en España.
https://www.centropsicoanaliticomadrid.com/publicaciones/revista/numero-23/biografia-de-alejandro-
gallego-mere/ [consultado el 10/08/2018]
253
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
“Se ha dicho que la obra de Freud, camino y fuente de un rico contacto con
el enfermo, está superada y desplazada; ¿cuál es, por tanto, la nueva ruta
desde un punto de vista práctico? Consideramos que psicoterapia es tratar al
enfermo por medios psíquicos, es decir, mediante el vehículo fundamental
de la palabra (…) Partiendo de esta base, hemos tratado de encontrar el
camino que nos guiara hacía la verdad de cada enfermo, y ésta sólo puede
surgir de un diálogo en profundidad con el paciente; es decir, el
psicoanálisis. Sabemos que el psicoanálisis ha tenido siempre en España un
ambiente hostil. En el Congreso, determinadas voces, especialmente
españolas, han hablado de él como de una técnica ya pasada y superada; más
yo preguntaría: ¿Cuándo le dieron vigencia? (…) Concebimos la
psicoterapia como una ayuda directa y concreta al enfermo, no como una
simple orientación conceptual. En este sentido preguntaríamos: ¿En qué
forma una orientación `antropológica existencial´ nos puede ayudar?”152
152
GALLEGO MERÉ, Alejando, (1958) “En torno al IV Congreso Internacional de Psicoterapia”, en
ABC jueves 18 de septiembre de 1958.
153
DALMAU CIRIA, Miguel (1958), “El profesor Sarró y el IV Congreso Internacional de
Psicoterapia”, Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latinas 3 (7), pp. 569-
581, p. 580. De la entrevista, resulta interesante igualmente para nuestro desarrollo el siguiente párrafo:
“Según mi criterio, ninguno de los conceptos básicos de FREUD: transferencia, represión, resistencia,
regresión, proyección, sublimación, etc. pueden considerarse superfluos. Pero tampoco creemos que
ninguno, absolutamente ninguno, deba subsistir con el mismo sentido que FREUD les concedió (…). Mi
criterio personal es el de que del contacto de la obra de FREUD con la obra de HEIDEGGER ha de salir
una nueva concepción del hombre, que será, respecto al Psicoanálisis, en parte substitutiva, en parte
renovadora” (p. 576 )
154
Véase La Vanguardia , 2 de septiembre de 1958, p. 17.
254
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
precauciones 155 . La intención de Sarró era, tal y como relató en la mencionada
entrevista realizada con motivo del congreso, proponer esta “revolución” como forma
de denunciar que la misma estaba ausente dentro del ámbito teórico y práctico de la
medicina española156. De hecho, en el plano nacional, la “revolución psicosomática” era
para los organizadores la finalidad principal del encuentro. En el plano internacional, se
trataba de unificar las diferentes concepciones psicoterapéuticas y crear una Federación
Internacional de Psicoterapia, que no estuvo exenta de polémicas en la configuración de
sus estatutos157.
Tras esta presentación, Sarró abordó el tema central de su intervención: “La
interpretación del mito de Edipo en Freud y en Heidegger”. El catalán proponía someter
a evaluación el complejo de Edipo a la luz de la psicología profunda y afirmaba que ni
siquiera el campo del psicoanálisis que se consideraba continuador legítimo de Freud,
mantenía hoy día el Complejo de Edipo en su primitivo significado freudiano158. Su
propuesta consistió en renovar la interpretación de Edipo a través de la antropología
fenomenológico-existencial desde el punto de vista del pensamiento de Heidegger, y así
contraponer el homo natura con el <<Da-sein>>. La pregunta final, con la que cerraba
su intervención era la siguiente: “¿Qué concepción del hombre es la más adecuada para
servir de fundamento a la Psicoterapia?”159:
“Hasta ahora, la orientación antropológica existencial en Psiquiatría se ha
consagrado primordialmente al estudio de las psicosis o a puros aspectos de
psicopatología. Hora es ya de que se analicen las posibilidades de renovar la
Psicoterapia por el pensamiento antropológico, que se vean las respuestas
que puede dar la nueva antropología al problema de la represión, de la
resistencia, de la sublimación, etc. Jamás deben perderse de vista los
fenómenos. Son los valores inconmovibles de la futura Antropología
155
Druet señala las directrices que guiaron las noticias prensa, encargadas de ensalzar el papel de la
psiquiatría nacional y, además de preservar las garantías morales que un acto de esta envergadura debía
cumplir. De esta forma intervenciones como la de Lacan, Biswanger o Henry Ey, quedaron eclipsadas en
los periódicos por la participación española o la glorificación ideológica (DRUET, 2014)
156
DALMAU CIRIA, 1958, p. 571
157
En la correspondencia entre Ramón Sarró y Boss a lo largo de los meses de sep-dic de 1958, ambos
intercambian varias cartas relativas a los estatus de la Federación Internacional de Psicoterapia. Al
parecer el padre Mailloux reclamaba mayor presencia de los psicoterapeutas no-médicos en la
composición de los estatutos, ya que la Federación debía dejar claro que daba cabida a diversos perfiles
entre sus miembros. Este tema, según refiere Sarró, también preocupaba a Lacan, que acababa de regresar
de unas vacaciones en Ibiza pocos días después del congreso de Barcelona. Sarró era de la idea de que
había que crear una federación inclusiva, que diese lugar tanto a médicos como a no médicos
(principalmente religiosos dedicados a la psicoterapia), presionado así mismo por López Ibor desde
Madrid, que temía que la no inclusión de los no médicos diese lugar a la creación de otra sociedad rival,
en la que todos ellos tuvieran cabida. SARRÓ, Ramón, (1958), Correspondencia personal con Medard
Boss, Ms. 9270/1, Capsa 2. Secció Manuscrits, Fons Ramón Sarró i Burbano, Biblioteca de Catalunya
158
SARRO, Ramón (1959), “La interpretación del mito de Edipo en Freud y en Heidegger”, en Revista de
Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latina, 4 (2), pp. 125-141, p. 129
159
SARRÓ, 1959.
255
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
Médica. Y, estos valores, son freudianos. Por esto jamás los médicos, por
mucho que nos alejemos de FREUD, dejaremos de ser sus discípulos.
FREUD es una figura perenne de la Medicina, como HIPÓCRATES.
Descubrió factores permanentes no sólo de la enfermedad humana, sino de la
relación médico-enfermo. HEIDEGGER no representa un segundo FREUD
para la Psiquiatría. FREUD está presente en este Congreso y estará presente
en los venideros”160
160
SARRÓ, 1959, p. 141.
161
Este planteamiento viene además acompañado por el propio desarrollo del pensamiento filosófico
español, de fuerte influencia germana, con autores como Ortega y Gasset, Laín Entralgo o Zubiri, con
influencias filosóficas de origen alemán, relacionadas con el pensamiento psiquiátrico de la Escuela de
Heidelberg.
162
En 1949 publica Patología psicosomática, trabajo de divulgación destinado a los estudiantes de
medicina, en el que expone la enfermedad psicosomática desde diferentes enfoques, incluido el
psicoanálisis, al que caracteriza con elogios. Rof Carballo formará parte del grupo madrileño vinculado a
256
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
su manual de psiquiatría Tratamiento de las enfermedades mentales, publicado en 1940
y que había alcanzado una gran difusión ya que era el texto obligatorio de su cátedra.164.
Junto a estas figuras, la nueva generación de jóvenes psiquiatras, entre los que se
contaba Martín-Santos, Obiols, Ancochea, Irazoqui, S. Montserrat, Castilla del Pino, G.
De Moragas, De la Cruz, Abella, O. Torras, Alberca, Valenciano, etc, representaban el
futuro de esta nueva psiquiatría de sello nacional165.
A lo largo del congreso se destacó en varias ocasiones el concepto de
transferencia en Freud que, según decían, había revolucionado la medicina al poner en
primer plano la vivencia del enfermo y la relación interpersonal con el médico. Rof
Carballo por ejemplo expuso está idea, basándose en Medard Boss y Gustav Bally,
representantes de la moderna psicoterapia caracterizados por defender que el
pensamiento de Heidegger y Freud estaba fundamentado en las mismas bases, por lo
que no era necesario superar o complementar el uno con el otro166. También Igor
Caruso, defendió una idea similar en su intervención, “La técnica analítica como técnica
existencial”, contraponiendo la introspección (en la que el sujeto se abstrae como objeto
de su propia intelección) a la técnica especial del <<transfert>>, “la única que muestra
167
al hombre real en el mundo real” . Luis Martín-Santos presentó “Libertad,
la IPA y será el autor de la introducción de las Obras Completas de Freud reeditadas en 1972, con el que
ponía fin a diversos entuertos sobre la fraudulenta revisión y traducción de Rey Ardid del tercer volumen
(1968) con el que se completaba la segunda edición de 1948, y que éste habría plagiado de la edición
argentina traducida por Ludovico Rosenthal (DRUET, 2006, p. 102-104. )
163
Es interesante señalar que Laín va a ser uno de los primeros autores que en España se cuestionen sobre
el sentido histórico de la subversión freudiana dentro de la historia de la medicina. Al mismo tiempo este
autor coincide con sus contemporáneos en la crítica a la idea del hombre que promueve el psicoanálisis.
Supone un error gnoseológico, dirá, reducir todo lo intencional del hombre a lo puramente instintivo-
libidinoso, interpretado además desde esquemas tomados del positivismo mecánico: “Para operar
científicamente con lo irracional -lo inconsciente, la libido o el `ello´, como quiera decirse- FREUD
emplea los métodos empírico-racionales, causales y atomísticos que le ofrecía la psicología asociacionista
de su tiempo. Es evidente, pues, que el psicoanálisis apela a un método inadecuado al material instintivo,
formalmente irreductible a esquema mecánico, que FREUD mismo ha reincorporado a la Medicina y a la
Antropología. La conducta de FREUD es la típica del hombre de transición: ha descubierto un dominio
nuevo, pero lo explora y domina con instrumentos antiguos”. (LAIN ENTRALGO, Pedro (1943), “La
obra de Segismundo Freud. Meditaciones de un historiador de la medicina sobre algunos temas del
psicoanálisis”, en Estudios de Historia de la Medicina y de la Antropología Médica, Madrid, Ediciones
Escorial, t. 1, pp. 65-280, p. 130). Véase también la entrevista que Carmen Cuñat y María Redondo
realizan a Pedro Laín en CUÑAT, Carmen; REDONDO, María, (1982) “Entrevista a Pedro Laín
Entralgo”, Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría, 2 (5) pp. 43-55; y el trabajo sobre la
influencia de Freud en la obra de Lain, en BERMEJO FRÍGOLA, 1998
164
CARLES, et al. 2000, p. 231
165
SOLÉ-SEGARRA, Josep, (1958), “La psiquiatría clínica frente a la orientación antropológica”, en
Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latina. 3(7), pp. 626-627
166
CARBALLO ROF, Juan (1959) “Transferencia y coexistencia”, Revista de Psiquiatría y Psicología
Médica de Europa y América Latina. 4 (2), pp. 104-124.
167
CARUSO, IGOR A. (1959), “La técnica analítica como técnica existencial”, Revista de Psiquiatría y
Psicología Médica de Europa y América Latina, 4 (3), pp. 171-174
257
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
168
Luis Martín-Santos publicará pocos años después (1964) Libertad, temporalidad y transferencia en el
psicoanálisis existencial. Para una fenomenología de la cura psicoanalítica , Barcelone, Seix Barral,
Sobre el concepto de enfermedad de este autor véase, GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel (1998), “El
sentido de la enfermedad en la obra de Luis Mártín-Santos”, Asclepio, 50, 1, pp. 79-102
169
OTAOLA, José Ramón, (1959), “Fundamentos teoréticos de la psicoterapia profunda. ¿Psicoanálisis
o análisis existencial”, Revista de Psiquiatría y Psicología Médica de Europa y América Latina. 4(3), pp.
205-209.
170
CAMPOS, Ricardo; GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel (2017), “Psiquiatría en el primer franquismo:
saberes y prácticas para un `Nuevo Estado´Dynamis 37 (1), pp. 13-21; COMELLES, 1988.
171
ANGOSTO, 1993; Sobre este período véase HUERTAS, Rafael, (coord.) (2017c), Psiquiatría y
antipsiquiatría en el segundo franquismo y la Transición, Madrid, Catarata.
258
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
esta sociedad representaba para la higiene mental española172. El año 1960 había sido
proclamado “Año Mundial de la Salud Mental” y por este motivo la Liga Española de
Higiene Mental y la Asociación Española de Neuropsiquiatría organizaban en 1959 la
XII Reunión Internacional de la Federación Mundial de Salud Mental, en Barcelona.
Sarró era miembro del consejo ejecutivo de la Federación, lo que significaba una mayor
participación de España en el movimiento internacional de la Salud Mental, que
culminará en 1960 con la primera reunión de la recién creada Asociación de Salud
Mental173.
La introducción en España de un nuevo concepto de salud mental tuvo en la
figura de Sarro, entre otros actores, un impulso importante, en consonancia con la
orientación dinámica de la medicina mental de estos años174.
La historia del movimiento de institucionalización del psicoanálisis en España
está estrechamente vinculada a este contexto de cambio. Contó principalmente con dos
focos intelectuales, Madrid y Barcelona, a su vez relacionados con las sociedades
psicoanalíticas de Argentina, Alemania, Francia y Suiza. Los psiquiatras que arrancaron
con el proyecto lo hicieron primero en el extranjero –exceptuando a Jerónimo Molina,
que inició su formación analítica antes de la guerra, con Garma- y luego en España,
atrayendo a más compañeros y participando, como hemos visto, en los encuentros
científicos que sucedían en el país.
A partir de los años 50, el auge de la psicoterapia, el aperturismo científico y el
contacto con el extranjero, fomentaron un mayor diálogo con el psicoanálisis,
auspiciado por algunas cátedra y el propio desarrollo teórico e institucional de la
profesión. En 1952, Román Alberca, director del Hospital Psiquiátrico de Murcia,
señalaba en el prólogo a la versión castellana del libro del psicoanalista británico James
Arthur Hadfiel, Psychology and Mental Health que la psiquiatría asistía a una notable
mutación por la cual ya no aspiraba a “conducir al hombre a una exacta adaptación a
172
“Sesión de la Sociedad Luso-Española de Psicoanálisis” (1959), Revista de Psiquiatría y Psicología
Médica de Europa y América, 4 (2). p. XXXI
173
CARLES et al. 2000, p.264.
174
Véase NOVELLA, Enric, (2017a) “La psiquiatría franquista y la educación para la salud mental”, en
COMELLES, Josep M; PERDIGUERO-GIL, Enrique (coords.), Educación, Comunicación y Salud.
Perspectivas desde las ciencias humanas y sociales Tarragona, Universitat Rovira i Virgili, pp. 81-104;
NOVELLA, Enric, (2017b), “Psiquiatría, gobierno y medicina social: la higiene mental en España (1917-
1959), en CAMPOS, Ricardo; GONZÁLEZ DE PABLO, Ángel (coords), Psiquiatría e higiene mental en
el primer franquismo, Madrid, Catarata, pp. 81-111; CAMPOS, Ricardo; NOVELLA, Enric, (2017) “La
higiene mental durante el primer franquismo. De la higiene racial a la prevención de la enfermedad
mental (1939-1960), Dynamis, 37 (1), pp. 65-87.
259
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
una norma bajo el signo de lo biológico, lo social o lo ético” sino a “lograr la plena
armonía entre la personalidad y sus fines”175.
En un contexto crítico con el freudismo, los miembros del movimiento
psicoanalítico español participaron en congresos, publicaron en las revistas más
importantes y fueron aceptados como grupo de psicoanálisis (pensemos sino en el lugar
que Sarró reservó a Bofill y otros compañeros en la organización de eventos
psicoanalíticos, o la aceptación en 1954 por parte del Ministerio de Gobernación de la
Asociación Psicoanalítica Española). La creación de una sociedad psicoanalítica no fue
percibida como un peligro por la psiquiatría oficial, que incluso aprovecharía las visitas
de los psicoanalistas extranjeros para invitarlos a participar en las actividades de sus
servicios, como es el caso de López Ibor que invitaría a Laforgue y Diatkine176, o Sarró,
que también aprovechó un viaje de Diatkine para invitarlo a dar una conferencia en su
cátedra y presentar un caso clínico177, o la ya conocida invitación de Lacan a Barcelona,
primero en 1958, y luego en 1972178.
La psiquiatría oficial no se opuso al psicoanálisis, como no se opuso a una nueva
tendencia psicoterápica en la que poco a poco se modernizaban los conceptos y las
prácticas “desde un interés colectivo (y nacional) al bienestar individual, desde lo
biológico a lo psicosocial, desde las psicosis a las neurosis, desde el deber al derecho, y,
en definitiva, desde una definición muy restrictiva a otra muy expansiva con respecto a
sus problemas y atribuciones”179. Aun así, en el nivel asistencial, este cambio no tendría
una traducción inmediata y la realidad asistencial seguía siendo bastante deficiente, a
pesar de algunos proyectos como el PANAP (Patronato Nacional de Asistencia
Psiquiátrica) creado en 1955 con el objetivo de planificar, organizar y coordinar los
servicios psiquiátricos públicos180.
Es importante señalar por tanto que el empuje español por la formación
institucional del psicoanálisis nació en el seno de este cambio psiquiátrico, como el
empeño de un grupo de jóvenes por la búsqueda de alternativas ante una deficiente
175
Alberca, R. (1952) “Prólogo”, en J.A. Hadfield, Psicología e higiene mental, Morata, Madrid, pp. 15,
citado por NOVELLA, 2017b, pp. 102-103.
176
CARLES et al. 2000, p. 254.
177
DIATKINE, (1957), “El psicodrama en el tratamiento de la esquizofrenia”, Revista de Psiquiatría y
Psicología Médica de Europa y América Latina 3 (2).
178
DRUET, 2014.
179
NOVELLA, 2017b, p. 105.
180
Véase CAMPOS; NOVELLA, 2017. Sobre PANAP véase SIMÓN LORDA, David (2017), “El
Patronáto Nacional de Asistencia (PANAP) y sus contradicciones: entre el enfoque psicosocial y el
modelo manicomial”, en HUERTAS, Rafael (coord.), Psiquiatría y antipsiquiatría en el segundo
franquismo y la Transición, Madrid, Catarata, pp. 15-46
260
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
asistencia médica –y una monolítica formación biológica- y en continuidad con el
empuje aperturista de figuras como Garma, Lafora y Sacristán, sin desdeñar el papel
“dialogante” y “facilitador” de Sarró. Los resultados de este proyecto institucional,
exceden los objetivos de esta tesis, y han sido ampliamente detallados por los trabajos
de Vicente Bermejo Frígola181, Carmen Llor182 y Anne-Cécile Druet183. No obstante
hemos querido dejar apuntados algunos datos significativos que, de alguna forma,
complementan las reformulaciones y el espacio de diálogo psicoanalítico sucedido a lo
largo del primer franquismo.
4. 2.3.1 Barcelona
Fundado en 1947, el Centro de Estudios Antropológicos y Humanísticos
Erasmo, reunió a su alrededor a médicos, psiquiatras escritores, etc. interesados en
debatir y profundizar sobre diversos temas culturales. Entre ellos Pere Bofill, Pere
Folch, Enric Grañén, J.R Otaola, Joan Obiols, Josep Miret, R. de la Vega y C. Ballus184.
Fue un grupo muy activo, organizaron conferencias, tertulias, exposiciones, y
publicaron trabajos editados desde el propio centro185. Freud y el psicoanálisis fueron
uno de los temas que más debates generó. En palabras de Bofill:
“El psicoanálisis, que en otras latitudes había llegado a ser una puerta de
entrada a la psiquiatría, entre nosotros representaba, de momento, una puerta
de salida de la atmósfera enrarecida de la clínica psiquiátrica. El psiquiatra
español medio, hasta bien entrada la década de los cincuenta, podía
empaparse en consideraciones recabadas de cierta filosofía de la época, y
ampliar descripciones clásicas con eslóganes fenomenológicos, o
existencialistas, pero todas estas consideraciones estaban tan disociadas de la
práctica cotidiana que al volver al manicomio, el psiquiatra recuperaba todo
su temple reduccionista, y seguía clasificando a sus alienados en electro o
insulinochocables, paludizables, etc., practicando con ellos un conducto
personal veloz para alejarse, y regresar otra vez a su meditación sobre la
vida”186.
Desde el punto de vista cultural todo el grupo compartía el interés por las obras
de Freud, pero fueron principalmente los jóvenes psiquiatras que, después de leerlas en
181
BERMEJO, 1993b.
182
Como hemos mencionado en la introducción, la tesis doctoral de Carmen Llor “El psicoanálisis en
España en el período 1936-1968” (1988), forma parte de la obra colectiva Psicoanálisis en España (1893-
1968), (Madrid, AEN, 2000) en el que también se incluyen las tesis de Francisco Carles, “La introducción
del Psicoanálisis en España (1893-1936)” e Isabel Muñoz “La evolución de los conceptos psicoanalíticos
en España (1923-1936), todas ellas dirigidas por Pedro Marset Campos en la Universidad de Murcia.
183
DRUET, 2006.
184
CARLES et al. 2000, p. 239.
185
CARLES et al. 2000, p. 240.
186
BOFILL,1987, p. 102.
261
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
187
Bofill escribió al psiquiatra chileno Matte Blanco para asesorarse sobre los trámites a seguir. Así
mismo Matte Blanco, en una visita a Madrid, también sugirió a Rof Carballo analizarse (CARLES et al.
2000, p. 242 y 248)
188
CARLES et al. 2000, p. 241.
189
DRUET, 2006.
190
CARLES et al. 2000, p. 257.
191
CARLES et al. 2000, p. 241.
262
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
4. 2.3. 2 Madrid
En 1947 Jerónimo Molina Núñez, antiguo analizante de Ángel Garma, viajó a
Argentina con la idea de retomar su análisis interrumpido por la guerra192. Su doble
interés por el psicoanálisis y la histopatología del sistema nervioso, le hizo dividir su
tiempo entre el laboratorio de anatomía patológica del Hospicio de las Mercedes y el
Instituto de Psicoanálisis193. Recordemos que Molina se había formado en el contexto
psiquiátrico anterior a la guerra, con la influencia de autores como Lafora o Sacristán.
Según refiere el propio Molina, los argentinos no entendieron esta doble vocación, y la
interpretaron como una resistencia al psicoanálisis194. Finalmente Molina regresaría a
España sin concluir su análisis en Argentina.
Los consejos y la más que probable mediación de Garma, hicieron que poco
después Molina decidiese regresar al extranjero para continuar su formación, esta vez en
Berlín con Müller-Braunschweig, presidente de la Sociedad Alemana de Psicoanálisis.
Junto a él viajó el psiquiatría Ramón Portillo, que iniciaría su análisis con otra miembro
de la Sociedad, Margarita Steinbach195
Tras gestionar con el grupo de Müller el viaje de Steimbach a España, ésta se
traslada a Madrid en 1951, con la intención de crear un grupo de psicoanalistas en la
capital. Era la primera vez que un miembro de la IPA residía en España desde antes de
la guerra y de paso, era la primera vez que una mujer tenía un rol de primer plano en el
ámbito político del psicoanálisis196.
En el año 1953, Steinbach envía un informe detallado a Berlín sobre sus
actividades y la situación del psicoanálisis en Madrid:
263
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
197
MUÑOZ, 1989, p. 135.
198
CARLES et al. 2000,
199
CARLES et al. 2000, pp. 248-9.
200
Entrevista a Jesusa Pertejo Seseña (1989) citado por CARLES et al. 2000, p.248
201
CARLES et al. 2000, p. 249-250.
202
Véase CARLES, at al. 2000, p. 277-284
203
BERMEJO, 1993b, p. 204.
264
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Carballo –secretario-, E. Blaise –vocal- , C. Zamora –vocal-, Mª Luisa Herreros –vocal-,
L. Frutos -tesorero-, G. García Ziemsen, H. Restrepo, G. Sánchez Medina –contador-,
Bohdan Cimbalisky, Mª Teresa Ruiz –vocal-)204
La muerte inesperada de Steinbach en 1954 paraliza el proyecto de
reconocimiento internacional, y no será hasta 1957 que se retomen las actividades del
grupo con el matrimonio argentino compuesto por Jaime Tomás y Pola. Mientras Jesusa
Pertejo ha seguido su análisis en Suiza, becada por el Consejo Superior de
Investigaciones Científicas; Corominas y Zamora en París con Bouvet: María Teresa
Ruiz, R. Portillo y Eduardo Blaise han pasado primero por Francia y luego por
Argentina, donde contactan con Garma, Pichón Rivière y León Grinberg205. Al grupo se
suma, José Rallo, médico madrileño alumno de López Ibor que, como el resto de sus
compañeros, estaba desencantado y buscaba alternativas a la práctica psiquiátrica
española206. El resto del grupo, tras la muerte de Steinbach, no siguen su análisis
didáctico.
En el XX Congreso Internacional de la API celebrado en París en 1957 y tras
varios intentos previos, el grupo formado por Bofill, Folch, Alvim, Abelló, Luzes,
Rallo, Pertejo, Eskelinen, Zamora y Corominas, son reconocidos como grupo de
estudio, patrocinados por las Sociedades de París y Suiza, y bajo el nombre de Sociedad
Luso-Española de Psicoanálisis207. En 1958 piden su ingreso en la SLEP Ramón Portillo
y Mª. Teresa Ruiz. En el siguiente congreso internacional, celebrado en Copenhague en
1959, serán aceptados como asociación oficial perteneciente a la API208.
204
MUÑOZ, 1989, 139.
205
CARLES, et al. 2000, p. 252.
206
CARLES, et al. 2000, p. 257.
207
La colaboración con miembros de Portugal, así como la proximidad geográfica que les permitía
regulares contactos hizo que la sociedad portase inicialmente este nombre (CARLES at al. 2000, p. 265-
6)
208
PEREZ SÁNCHEZ, M, 1984, p. 239, citado por CARLES, et al. 2000, p. 266.
265
Capítulo 4. Ciencia y moral: la depuración doctrinal del psicoanálisis durante el primer franquismo
266
CAPITULO 5
CONTINUIDADES Y DISCONTINUIDADES
EN LOS USOS DEL PSICOANÁLISIS DURANTE EL
FRANQUISMO.
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
269
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
1
Véase OTERO, Luis Enrique (dir.), (2006), La destrucción de la ciencia en España: depuración
universitaria en el franquismo. Madrid, Editorial Complutense.
2
ENRIQUEZ DE SALAMANCA, Fernando, (1938) “prólogo” DE SAN ROMÁN, José, Por la Higiene
de la Raza, San Sebastián, Editorial Española, p. V-VI.
3
CAMPOS, Ricardo, (2018), “Entre la ciencia y la doctrina católica: Eugenesia, matrimonio y sexualidad
en el primer franquismo”, Cuadernos de Historia Contemporánea, 40, p. 55
4
VÁZQUEZ, MORENO, 1997, p. 176-77
5
VÁZQUEZ; MORENO, 1997, p. 172-173
270
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
En relación al psicoanálisis Vázquez y Moreno sostienen que a partir del
franquismo se vivió un retroceso de la teoría y una vuelta a la psiquiatría más
kraepeliniana y biologicista, auspiciada por las cátedras de Vallejo-Nágera y López
Ibor6. No obstante estos autores matizan, acertadamente, que a partir de los años 50 este
reflujo del psicoanálisis comienza a cambiar, más todavía en la década de los 60 que
incluso se publicará una edición económica de las obras de Freud7. La ruptura del
período autárquico y la renovación de los códigos teóricos de la psiquiatría en materia
sexual (debilitamiento del organicismo y tendencia hacía nuevas formas de educación
sexual, entrada de la sexología y terapias conductuales, etc) a mediados de los 50
promovieron nuevos foros de discusión en los que poder hablar de sexo, como pudieron
ser los cursillos de formación prematrimonial, los textos sobre vida conyugal sana, el
asesoramiento a parejas, revistas femeninas, consultorios, etc. Iniciativas que en muchos
casos procedían de los sectores más avanzados del catolicismo y que “tienden a
reemplazar los mecanismos disciplinarios por unos dispositivos reguladores centrados
en una canalización adecuada del flujo informativo”8; a lo cual cabría añadir la tensión
cada vez mayor entre el componente tradicional del régimen y la consolidación de
nuevos circuitos de circulación y consumo masivo de la información, en los que destaca
el papel que en ellos tuvo- y tiene hasta hoy día- el discurso experto (principalmente
médico-psicológico) sobre estas cuestiones.9
Como se ha dicho, la psiquiatría oficial del régimen arremetió contra varios
postulados del psicoanálisis. En este sentido, éste perdió fuerza como marco
explicativo, sobre todo en aquellas patologías relacionadas con supuestos trastornos del
desarrollo sexual (perversiones, homosexualidad, histeria, etc.) y como método
terapéutico. No obstante, como ya se ha argumentado en el capítulo anterior, este
enfrentamiento escondía un ataque político y personal contra los defensores del
psicoanálisis identificados con los defensores de la República, y por ende contra todos
los elementos comprendidos en esta identificación: laicismo, materialismo, positivismo
científico, marxismo, degeneración sexual, etc. Las palabras de Vallejo-Nágera eran
claras al respecto: “Rotundamente debemos apartarnos en España de las orientaciones
6
VÁZQUEZ; MORENO, 1997, p. 174.
7
VÁZQUEZ; MORENO, 1997, p. 178
8
VÁZQUEZ; MORENO, 1997, p. 178.
9
Sobre estos circuitos en una perspectiva comparada entre España y Chile puede consultarse una primera
aproximación en RUPERTHUZ HONORATO, Mariano; LÉVY LAZCANO, Silvia, (2017), “`Triunfar
ante la vida relámpago´”: Saberes psi en clave de autoayuda en Chile y España (1940´)”,
Psicoperspectivas, 16 (3), 121-136.
271
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
de la <<Liga Internacional para la Reforma Sexual>>, por ser otra, muy diferente,
nuestra política racial. Circunstancias profesionales nos ilustran a fondo sobre el drama
íntimo de una tristemente célebre propagandística de educación sexual, drama que
invita a la selección cuidadosa de los educadores sexuales, no abandonando la
educación sexual a visionarios y sectarios”10
El organicismo de la psiquiatría de los años 40 no fue lo que impidió incorporar
el psicoanálisis en su reformulación franquista, como tampoco lo había impedido en los
años de la República. Es cierto, en cambio, que tendría mucho menos peso, relegado a
un lugar más descriptivo y filosófico que clínico. Aún así, hubo, como hemos visto,
conferencias médicas, textos psiquiátricos y revistas religiosas que se ocuparon de su
reformulación conceptual, y que tuvieron igualmente su reflejo en publicaciones de
carácter popular. En todas ellas la teoría sexual -tal cual Freud la había formulado-, que
había sido el foco de mayor interés en los años 20 y 30, fue criticada, matizada o
directamente ignorada, dando lugar a un proceso de desplazamiento del psicoanálisis
como un saber que operaba abiertamente sobre la sexualidad y el inconsciente, hacia la
psicología del consejo, la orientación familiar, la higiene en la vida conyugal, la
selección profesional, el descubrimiento vocacional, la autoayuda, etc. Todas estas
publicaciones serían, según se viene anunciando, nuevos foros a través de los que
divulgar los criterios morales de la sexualidad bajo el nuevo Estado, en los que el
psicoanálisis también sirvió como saber a favor de la regeneración y la higiene racial,
siempre y cuando quedasen depuradas sus ideas y desplazada su teoría sexual.
“¿Qué de extraño tiene, pues, que la sexualidad, como uno de los componentes
fundamentales, intervenga en los actos de la conducta humana? 11, se preguntaba López
Ibor en su conocida monografía Lo vivo y lo muerto del psicoanálisis (1936). Según el
psiquiatra, Freud no había descubierto nada nuevo, pero su formulación caía en el error
de considerar el factor sexual desde un único punto de vista, otorgándole el
exclusivismo causal de la conducta humana de forma que todo en ella “tendría su
ultimum movens en la sexualidad; ésta lo impregnaría todo, sería siempre la llama viva
que lanza al hombre a las cumbres espirituales mediante el proceso de transformación
10
VALLEJO NÁGERA, Antonio, (1938b), Política racial del nuevo estado, San Sebastián, Editorial
Española, p. 60-61.
11
LÓPEZ IBOR, 1936, p. 64.
272
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
llamado sublimación, o que le hunde en las más abyectas perversiones”12. El hombre
moderno, le debe a Freud “el haberle enseñado a conocer que en el fondo de sus actos
hay siempre o casi siempre unos recónditos restos sexuales que se oculta a sí mismo. Ha
enseñado al hombre a ser sincero si quiere estar sano. Pero (…) ha olvidado que había
otras cosas en la conducta humana, otros restos recónditos también. En suma, que hay
algo más allá del principio de placer”13 . Este “algo más allá” era, como se ha dicho, el
espíritu, central en la concepción de una nueva psicoterapia.
En 1940 López Ibor publicó en la revista Acta Española de Neurología y
Psiquiatría, “Trastornos de la libido en los traumatismos craneanos”, donde analizaba
dos casos de combatientes de guerra heridos por traumatismo craneal en los que había
una alteración o disminución de la función y el apetito sexual. Distinguía aquí tres
planos desde los que explicar la alteración de la función sexual, el endocrinológico, el
biológico y el psíquico14. Su definición del concepto de libido y sexualidad, se movía
entre estos tres planos, apoyándose también en las teorías de Marañón sobre la función
sexual y su correlato social. No obstante este autor criticaba que Marañón, al igual que
Freud, se habían olvidado de distinguir entre erotismo y sexualidad. Es decir, que lo que
en el mundo cultural corriente había sido denominado afecto erótico era para López Ibor
sexualidad espiritualizada, tendencia libre de caracteres sexuales que pone su acento en
la experiencia psíquica o vivencia estética. Tal sería el caso del vínculo entre madre e
hijo que el psicoanálisis conceptualiza en el complejo de Edipo y que mediante la
técnica de la sublimación puede convertirse en un ideal humano. Esta libido
desexualizada había llegado a ser reconocida por los psicoanalistas, decía López Ibor,15
aunque no por Freud. No obstante este cambio de parecer, continuaba López Ibor, no
debía tomarse como una autorización para “volver a posiciones antiguas y a despreciar
el valor de la sexualidad en la vida humana. En la actividad psicoterapéutica nos
tropezamos una y otra vez con los problemas que arrancan del sexo. Nada debe
extrañarnos esto, si tenemos del hombre la concepción unitaria y totalitaria que es
necesaria y de la que carece el psicoanálisis. Además, como señala Marco Merenciano,
12
LÓPEZ IBOR, 1936, p. 42.
13
LÓPEZ IBOR, 1936, p. 65.
14
LÓPEZ IBOR, Juan José (1940), “Los trastornos de la libido en los traumatismos craneanos” en Acta
Española de Neurología y Psiquiatría,1 (30), pp. 1-6, p. 6.
15
Recordemos la postura que defendían los teólogos interesados en el psicoanálisis cuando afirmaban que
lo que se sublima no es lo sexual (o no es solamente lo sexual), entendido como lo instintivo, sino la
conducta de la persona, originada en lo espiritual, no obstante esto no implica negar la influencia de lo
sexual en el hombre, sino entender que no es nunca causa primera ni exclusiva, que es lo que López Ibor
sostiene en su defensa del hombre como unidad antropológica.
273
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
274
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
“Nadie desconoce los trastornos del psiquismo y las perturbaciones que una
situación prolongada de abstinencia puede llegar a dar lugar. Está
suficientemente comprobado y admitido por la mayoría de los psiquiatras
actuales la primordial influencia del sexo como factor etiológico de las
neurosis, así como también las desviaciones o perversiones del instinto,
consecutivas a insatisfacciones sexuales prolongadas. Se debe al
psicoanálisis el descubrimiento del papel que la sexualidad jugaba en la
etiología de las neurosis. <<El psicoanálisis de los histéricos muestra que la
enfermedad es el resultado de un conflicto entre la libido y la represión
sexual>>, dice FREUD, que viendo siempre en la etiología de la neurosis
una privación sexual, argumentó así: <<Los hombres enferman de neurosis
cuando se ve negada la posibilidad de satisfacer su libido, o sea por
privación, siendo los síntomas neurósicos un sustitutivo de la satisfacción
denegada>>. No quiere esto decir que toda privación de la satisfacción
libidinosa convierta en neurótico al individuo sobre el que recae, pero
FREUD ha comprobado que el factor privación existe en todos los casos por
él analizados”
19
RAMÍREZ DE LUCAS, O, (1937), “El problema de la sexualidad en los frentes de guerra”, La voz de
la sanidad de la XV División, 17 de noviembre de 1937, p. 3-4.
20
Palabras pronunciadas por el ginecólogo V. CONILL-MONTOBBIO en la sesión inaugural del curso
académico de 1951-52 (30 octubre de 1951) de la Academia de Ciencias Médicas de Barcelona. “De la
Psicofísica al psicoanálisis y a la psicosomática. Letamendi, Kraepelin, Dubois, Freud, Weizsaecker”,
Anales de Medicina, 1952. Vol. XXXIX, n. 439. p. 12 .
275
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
276
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
sabemos que los instintos e impulsos del hombre parten de ese inconsciente
y tienden a su satisfacción a fin de conseguir placer. La satisfacción de esa
tendencia se la procuran persiguiendo su fin, con conocimiento o sin
conocimiento de la conciencia. Pero también sabemos que la conciencia, que
los estratos más elevados del alma, con sus facultades superiores,
entendimiento, memoria y voluntad, integran lo más perfecto del ser
humano, le colocan en la condición de racional, y esa razón es la que dirige
y encauza los impulsos y tendencias instintivas”24
El psiquiatra Antonio Vallejo Nágera fue uno de los artífices principales de este
proyecto eugénico. Formaba parte, al igual que Enríquez de Salamanca, del grupo de
colaboradores de Acción Española 28 revista que desde temprano (1931) se había
encargado de divulgar el pensamiento de la ultraderecha española29. Vallejo propugnó
24
DE SAN ROMÁN, 1938, pp. 71-2
25
DE SAN ROMÁN, 1938, p. 73
26
DE SAN ROMÁN, 1938, p. 74
27
DE SAN ROMÁN, 1938, pp. 81-82
28
CAMPOS, 2016a, p.134.
29
HUERTAS, 1998.
277
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
30
HUERTAS, Rafael, (2012a), “De la higiene mental a la higiene de la “raza”. Psiquiatría y eugenesia en
el nacional-catolicismo español y su relación con la Argentina”, en MIRANDA, Marisa; VALLEJO,
Gustavo (dir.), Una historia de la eugenesia. Argentina y las redes biopolíticas internacionales 1912-
1945, Buenos Aires, Biblos, pp. 239-257, p. 244.
31
CAMPOS, 2016a, p.134.
32
HUERTAS, Rafael, (1996), “La psico-biología del marxismo como categoría antropológica en el
ideario fascista español” Llull, 19 (36), pp. 111-120; BANDRES, Javier; LLAVONA, Rafael, (1996),
“La psicología en los campos de concentración de Franco” Psicothema, 1 (8), pp. 1-11.
33
CAMPOS, 2016a, p.134.
34
En España, los trabajos de Ricardo Campos son los que recientemente se han ocupado con mayor
profundidad de documentar las particularidades de la eugenesia en España, véase, CAMPOS, Ricardo,
(2018), “Entre la ciencia y la doctrina católica: Eugenesia, matrimonio y sexualidad en el primer
franquismo”, Cuadernos de Historia Contemporánea, 40, 2018. p. 55; CAMPOS, 2016a; CAMPOS;
NOVELLA, 2017; MIRANDA, Marisa; VALLEJO, Gustavo (comps.) Darwinismo social y eugenesia en
el mundo latino, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005; ÁLVAREZ PELÁEZ, 1988; ÁLVAREZ, Raquel
(2007), Eugenesia y franquismo: una primera aproximación. In: Vallejo, Gustavo; Miranda, Marisa.
Políticas del cuerpo: estrategias modernas de normalización del individuo y la sociedad. Buenos Aires:
Siglo XXI. p.143-168; POLO BLANCO, Antonio. Gobierno de las poblaciones en el primer franquismo
(1939-1945). Cádiz: Universidad de Cádiz. 2007.
278
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Su propuesta era el conocimiento mutuo entre parejas, por supuesto no del orden sexual,
sino temperamental y caracterológico, para “averiguar las taras familiares susceptibles
de transmitirse hereditariamente”35.
La eugamia promovía el consejo prematrimonial, los consultorios prenupciales,
y constituía una garantía para la preservación de la raza, la familia y la sociedad,
fundamentándose no sólo en criterios de selección biológica, sino principalmente en
factores ambientales y culturales, en los que se preservaba la moral y espiritualidad del
pueblo español. Conviene aclarar que, en un complejo maridaje entre biología,
antropología y religión, lo que estos autores llamaron raza hispana, se refería, como
define Vallejo-Nágera, “al genotipo ibérico, que en el momento cronológico presente ha
experimentado las más variadas mezclas a causa del contacto y relación con otros
pueblos. Desde nuestro punto de vista racista, nos interesan más los valores espirituales
de la raza, que nos permitieron civilizar tierras inmensas e influir intelectualmente sobre
el mundo. De aquí que nuestro concepto de raza se confunda con el de “hispanidad”36
Esta compleja combinación de planos a la hora de explicar las cuestiones
raciales, en las que el sexo tenía un papel principal, se nutrió de la obra de autores como
Pende, Kretschmer, o Jung, a partir de cuyos planteamientos se establecieron los
correlatos entre la función biológica y endocrina del sexo, el aspecto psicológico, la
constitución temperamental y el fundamento espiritual.
35
VALLEJO NÁGERA, Antonio, Antes que te cases. Madrid, Plus Ultra, 1946, p. 271.
36
VALLEJO NÁGERA, Antonio, (1937), Eugenesia de la hispanidad y regeneración de la raza. Burgos,
Editorial Española, p. 108.
37
Durante el período franquista Camargo escribió varias obras en estas revistas, véanse: CAMARGO,
1946, 1950, 1951, 1956, 1958.
279
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
38
CAMARGO, 1950, p. 291
39
CASCO SOLÍS, Juan, (1995), “Autarquía y nacional-catolicismo”, en VVAA, Un siglo de psiquiatría
en España, Madrid, Extraeditorial, pp. 197-226.
40
GONZÁLEZ DURO, 1978), p. 52.
41
ARROYO ZAPATERO, L., (1993), Estudios de Criminología I, Cuenca, Universidad de Castilla-La
Mancha, p. 47.
42
CASCO SOLIS, 1999, pp. 85-129.
280
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
concesiones en materia jurídica e institucional43 en las que, entre otras cuestiones, se
retomó la preocupación correccionalista del delincuente.
En 1951 el jurista José María Codón y el psiquiatra Ignacio López Saiz
publicaron el manual de Psiquiatría Jurídica Penal y Civil44 con el objetivo de ahondar
en las relaciones entre Derecho y enfermedad mental y delimitar las funciones de la
psiquiatría jurídica en el Derecho Español. La obra estaba expresamente dirigida a
“interesar al abogado, al notario, al juez y a todos y cada uno de los juristas en los
problemas de la Psiquiatría […] mostrarles la realidad de la enfermedad mental”45. Sus
postulados, atravesados por un fuerte conservadurismo, destilaban un tono patriótico y
moralista característico del nacional-catolicismo46. El psicoanálisis se exponía como
una de las formas posibles de comprender el delito, posiblemente la que “ha intentado
adentrarse con más ahínco en la explicación de los móviles inconscientes, mejor
diríamos subconscientes, del crimen”. Y proseguía reafirmando el indiscutible papel de
Camargo en el estudio de “los múltiples `complejos´ […] y sus relaciones con los
diferentes tipos de delitos” 47 . Pero acto seguido la concepción psicoanalítica era
calificada de “excesivamente teórica” y “determinista en extremo; aboga por la
supresión de la pena” que sustituyen, dicen, por “un tratamiento psicoanalítico y
pedagógico adecuado”48, algo en lo que no parecían estar de acuerdo. Rescataban sin
embargo el pensamiento de Adler quien, separándose de la concepción freudiana, hizo
pasar “a segundo plano los `complejos´ por represión sexual”49. La conclusión final de
Codón y López reconocía la aportación psicoanalítica como “un descubrimiento
psicológico y psicoterápico transcendental” que estaba siendo señalado por los más
“eminentes psiquiatras y pensadores católicos (Vallejo Nágera, López Ibor, Marco
Merenciano, Gemelli, Th. V. Moore)” 50 todos ellos representantes de la élite
psiquiátrica que acabamos de mencionar.
La aparente solidez científica con la que se recogían e indexaban diversas
posturas y orientaciones médicas sobre delincuencia y enfermedad mental, componían
43
MORADIELLOS GARCIA, E., (2000), La España de Franco (1939-1975): política y sociedad,
Madrid, Síntesis.
44
El libro tiene tres ediciones (1951, 1954, 1968-9).
45
CODÓN, José María; LÓPEZ SAIZ, Ignacio, (1954), Psiquiatría Jurídica Penal y civil, Imprensa
Aldecoa, Burgos, 2ed. p. 17.
46
DUALDE BELTRÁN, 2007, p. 102
47
CODÓN; LÓPEZ SAIZ, 1954, pp. 51-52
48
CODÓN; LÓPEZ SAIZ, 1954, p. 52
49
CODÓN; LÓPEZ SAIZ, 1954, p. 52.
50
CODÓN; LÓPEZ SAIZ, 1954, pp. 53-54
281
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
una especie de escaparate teórico que, como fachada al exterior ofrecía muestras de su
profundo conocimiento en la materia. No obstante, poco nos dice de la práctica efectiva
en la asistencia al problema de la delincuencia. De hecho, en última instancia, se
mostraba la verdadera dirección de sus postulados, en los que a pesar de las
consideraciones biológicas, ambientales o sociales defendidas por unas y otras escuelas,
lo importante era la responsabilidad del delincuente. Así, en el prólogo a la edición de
1968, estos autores reconocían: “Se admiten las relaciones de interdependencia de las
tendencias delictivas de la persona, de su resistencia psíquica, de su peculiar situación,
etc. Pero las relaciones de interacción, de signo marcadamente positivista, no derogarán
nunca la base del verdadero Derecho Penal que es la teoría de la causalidad”51
También el catolicismo opinó sobre la relación entre psicoanálisis y
delincuencia. César Vaca, en la conocida monografía Psicoanálisis y dirección
espiritual dedicó un apartado a esta cuestión52. Su critica se centraba en la defensa de la
libertad y el libre albedrio frente al determinismo psicoanalítico, retomando el viejo
debate que había enfrentando a juristas y psiquiatras desde finales del siglo XIX.
Lo que la ciencia jurídica moderna había entendido de ventajoso en el
psicoanálisis, precisamente en sus posibilidades como instrumento de represión y
control social, era considerado por Vaca una aberración. La comprensión mecanicista
del ser humano, según la cual el hombre, delincuente o no, actúa movido por una causa
inconsciente que lo determina en su acción y frente a la que quedaría libre de toda
responsabilidad es impensable para la comprensión del hombre espiritual del
catolicismo. Las consecuencias de esta terrible afirmación psicoanalítica, dirá Vaca,
serían inevitables: “el criminal es irresponsable de su delito y es una crueldad imponerle
sanción alguna” 53 . Identificar al criminal con el neurótico en su supuesto yugo
pulsional, diferenciando a uno del otro, en que el primero resuelve el conflicto mediante
el delito y el segundo mediante el síntoma, era un planteamiento que negaba todas las
prerrogativas del pensamiento cristiano, inaceptable en sus consecuencias.
Pero además Vaca continuaba en su exposición criticando el pensamiento de
Camargo en su conocida monografía El psicoanálisis en la doctrina y en la práctica
judicial (1931). Vaca rechazaba la doctrina de los complejos y su correlato penal que
Camargo estaba presentando en la Revista de la Escuela de Estudios Penitenciarios.
51
CODÓN, José María; LÓPEZ SAIZ, Ignacio, (1968), Psiquiatría Jurídica Penal y Civil, Imprenta
Aldecoa, Burgos, 3º ed, p. 12
52
VACA, 1954, p. 399-418
53
VACA, 1954, p. 404.
282
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Pero sobre todo, continua Vaca, “en lo que nos parece pecar un poco de utópico es en el
criterio de CAMARGO sobre el porvenir del psicoanálisis en la criminología y, sobre
todo, en el tema penitenciario de los delincuentes”54. El religioso rechazaba aquí todas
las propuestas que en el terreno práctico Camargo había incluido en su monografía de
1931: el juez-psicoanalista, los reformatorios o clínicas de psicoanálisis y el sistema
psicoanalítico que sustituía tratamientos por condenas. Esto, dirá Vaca, supone “el
convencimiento de que todo delincuente es, ante todo un enfermo. Y no diré yo que
muchos no lo sean, pero la voluntad, la voluntad y el libre albedrío no se pueden nunca
olvidar ni pretender substituir con ninguna clase de complejos ni de tendencias
morbosas. El criminal lo es precisamente porque quiere serlo, y la sociedad le castiga
porque, pudiendo no haber cometido el delito, libremente lo cometió. Si olvidamos esto
hay que echar abajo hasta el mismo concepto de delito” 55
El positivismo criminológico fue fuertemente criticado en virtud de un
planteamiento existencialista que ponía en primer plano la preocupación por la
espiritualidad del ser, la voluntad y el libre albedrío. El psicoanálisis, entendido bajo
este mismo signo positivista, no tuvo verdaderos visos de puesta en práctica, como
tampoco lo hicieron el resto de teorías que en sus postulados entrasen en contradicción
con los supuestos morales de la sociedad franquista. No obstante hubo concesiones
teóricas (Kretschmer o la nosología kraepeliniana) que, por motivos políticos e
ideológicos, permanecieron como parte del arsenal psiquiátrico en una descarada
connivencia entre ciencia y control social.
Y probablemente con el mismo espíritu con el que se realizaron estas
concesiones, el psicoanálisis pervivió en el ámbito judicial a pesar de su criticado
positivismo materialista que, llegado un momento dado, podría ser ignorado según
interés. Pérez de Petinto así lo señalaba en un trabajo sobre la determinación de la
peligrosidad social y el informe médico-forense, en el que el psicoanálisis se describía
en su utilidad para elaborar el expediente de peligrosidad56. No obstante el autor
señalaba que, a pesar de los loables intentos de las tendencias psicoanalíticas por la
corrección individual del delincuente, mejor era reservarla para casos excepcionales y
dedicar los esfuerzos del saber psiquiátrico en la elaboración del informe de
peligrosidad, del que el juez habría de colegir las correspondientes acciones judiciales.
54
VACA, 1954, p. 407.
55
VACA, 1954, p. 407.
56
PEREZ DE PETINTO, Manuel, (1954), “La calificación de peligrosidad y el informe médico-forense”
Archivos de Neurobiología, 1, pp. 80-103, p. 98
283
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
284
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
más bien estratégico y político, y sin constancia alguna de su efectiva puesta en
práctica.
La prevención y el tratamiento del delito fueron para los psiquiatras de la
Segunda República una preocupación a la que respondieron con estrategias pedagógicas
y psicoterápicas, en un intento por inculcar desde argumentos científicos un sentido de
responsabilidad moral y social. El franquismo en cambio entendió en el castigo la
condición terapéutica suficiente para inhibir las tendencias delictivas por el temor que
despertaba su puesta en práctica. Castigo que también podía sobrevenir en forma de ley
moral (religiosa), articulando un sistema de penas y redenciones, cualitativamente
diferente al de los postulados correccionalistas defendidos por los psiquiatras
republicanos, y más propios de una dictadura que entendió en la violencia, la represión
y el miedo los pilares de su sistema político.
En cualquier caso, los psiquiatras franquistas no mostraron el mismo interés
práctico ni por la criminología psicoanalítica, ni por su descripción como técnica para
desvelar la verdad.º
63
SINOVA, Justino, (1989), La censura de prensa durante el franquismo, Madrid, Espasa-Calpe.
285
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
286
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
“modernización reaccionaria” que nos sirve para describir este proceso como “la
adecuación del sistema a los cambios producidos por la sociedad de masas, pero sin que
ésta marcara los valores, que habrían de ser lo que se mantuviera de la tradición”67. Es
decir, que el empleo de ideas, medios de difusión o tecnologías modernas fueron usadas
como forma de garantizar el status quo vigente, quedando finalmente incorporadas
como parte de la tradición68.
En el año 1938, en la revista Y, publicada periódicamente por la Sección
Femenina de la Falange69 aparecía un artículo del dramaturgo Enrique Jardiel Poncela70
en el que se atacaba virulentamente a las que el autor calificaba como, mujeres verdes,
mujeres rojas, mujeres lilas y mujeres grises, tras las que colegiría, las mujeres azules,
surgida gracias a “las fuerzas inmensas de la raza”. Será ella, la mujer azul la que
comprenda “cuál es la misión del hombre como hombre, la de la mujer como mujer y la
de la mujer como apoyo del hombre”71.
De cada tipo de mujer se ofrecía un perfil detallado en un cuadro sinóptico lleno
de descalificaciones, salvo de las mujeres azules, claro está. De las lilas en concreto, se
decía lo siguiente:
“Estudiantes universitarias de la F.U.E. Muchachas que hablaban de
<<querer vivir su vida>>. Republicanas, por admiración al talento y a la
belleza física de Azaña. Aspirantes a <<estrellas de cine>>. Lectoras de
Freud y preocupadas por la psicoanálisis. Feministas, pedantes, y
marisabidillas de la ciencia y la filosofía. Entusiastas del divorcio por creer
que iban a encontrar un marido mejor. Admiradoras sin saber por qué de
Alberti, Dalí, de todo lo que estuviera torcido o fuera decididamente inferior.
Deportistas por aburrimiento. Muchachas que encontraban cursi todo lo
español y distinguido todo lo extranjero. Espectadoras emocionadas de
<<Nuestra Natacha>>. Etc., etc.”72
67
CAPISTEGUI, Francisco Javier (2012), “Paradójicos reaccionarios: la modernidad contra la República
de la Comunión Tradicionalista” El Argonauta Española, 9, http://dx.doi.org/10.4000/argonauta.1409,
p. 5.
68
LOUZAO VILLAR, Joseba, (2011), Soldados de la fe o amantes del progreso: Catolicismo y
modernidad en Vizcaya (1890-1923), Logroño, Genueve Ediciones.
69
Para un análisis de esta revista y su papel en los discursos visuales y la construcción de identidades de
género véase ROSÓN, 2014.
70
Este autor fue sometido a interrogatorio en una checa acusado de ocultar a un político del bando
nacional. Estuvo por tanto relacionado con el régimen, no obstante tuvo constantes problemas con la
censura franquista, que cuestionó la inmoralidad del contenido de sus dramaturgias y obras literarias, lo
que de nuevo nos señala que, tampoco dentro de las “visibles” filas del franquismo estaban tan claras las
posiciones. Veáse PUEO, Juan Carlos (2017), “La novela de humor y la censura: el caso Jarciel Poncela”,
en Tropelias. Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, número extraordinario 1, pp.
260-267.
71
JARCIEL PONCELA, Enrique, (1938), “Mujeres verdes, mujeres rojas, mujeres lilas, mujeres grises, y
mujeres azules”, Y, n. 6-7, p. 37.
72
JARCIEL PONCELA, 1938, p. 36.
287
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
73
ROSÓN, 2014, pp. 59-60.
74
Pilar Primo de Rivera fue la dirigente máxima de la Sección Femenina, referente ideológico para la
formación de la mujer en este período, en contraposición con el papel que habían representado en las
políticas educativas y emancipadoras de la mujer personajes como Maria de Maeztu, directora de la
Residencia de Señoritas y miembro de la Junta directiva del Instituto-Escuela, organismo dependiente de
la Junta para la Ampliación de Estudios. Véase ALCALÁ, Paloma; MAGALLÓN, Carmen, (2008),
“Avances, rupturas y retrocesos: mujeres en las ciencias experimentales en España. (1907-2005)”, en
ROMERO DE PABLOS, Ana, SANTESMASES NAVARRO DE PALENCIA, María Jesús (eds.), Cien
años de política científica en España, Bilbao, Fundación BBVA, pp. 141-169.
288
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
75
Véase por ejemplo, en este mismo número, la historieta sobre la vida de la mujer buena y la mujer
mala, doce viñetas en las que se ofrece de forma asequible a cualquier nivel educativo, la doctrina moral
de la mujer falangista. Sobre la historieta en España puede consultarse, DE CUENCA, L.A;
CUADRADO, J, (2000), Atlas español de la cultura popular: de la historieta y su uso 1873-2000.
Madrid, Sinsentido, Fundación Germán Sánchez Ruipérez; MARTÍN, Antonio, (2011), “La historieta
española de 1900-1951”, Arbor, 187 (2), pp. 63-128. doi: 10.3989/arbor.2011.2extran2114.
76
Sobre esta revista véase DURÓN MUNIZ, Virginia M., (2015-6), “Aproximación a la revista TERESA
(1954-1975)”, Universidad de Sevilla, Trabajo fin de Grado en Periodismo.
77
Véase MENÉNDEZ, MENÉNDEZ, María Isabel, (2013), “Tipología de la prensa femenina. Una
propuesta de clasificación”, en Estudios sobre el mensaje periodístico, 19 (1), pp. 191-206.
289
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
78
“<<Teresa>>, revista para todas las mujeres”: Diario de Zamora de Falange Española de la J.O.N.S.,
Año XIX, número 5491, 7 de febrero de 1954, p. 3.
79
ZAMORA, Carolina, (1954), “Psicoanálisis Freud, el psicoanálisis y la religión”, Teresa, n. 4, pp. 24-
25.
290
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
hacía los que desprestigiaban el psicoanálisis sin conocer en profundidad sus
posibilidades terapéuticas, también para la vida católica. Hay que añadir sin embargo
que, en este caso, el mensaje tenía como receptor principal ese modelo de mujer católica
lectora de la revista, en el que ella misma se ubicaba mediante el lenguaje inclusivo que,
como hemos dicho caracterizó a la prensa femenina.
El uso del psicoanálisis en estos objetos culturales, en el centro de esta tensión
entre la doctrina más dogmática del régimen y el uso moderno de ideas y medios de
comunicación, pensados para el gran público, nos permite por un lado analizar las
representaciones, valores e imaginarios que las ideas psicoanalíticas vehiculizaron y, al
mismo tiempo, desvela la participación que tuvo en los discursos de modernización y
modernidad del país, como la introducción de cambios tecnológicos, económicos, etc.
Conviene sin embargo apuntar otra cuestión, ya que este uso de las categorías
psicoanalíticas y en general de los saberes psi, apuntan hacía un campo de análisis muy
interesante sobre la evolución de un lenguaje en clave psicológica, que invadió cada vez
más la sociedad y que sirvió para ofrecer nuevas categorías desde las que el individuo
pudiese pensarse a sí mismo, en su intimidad y en su relación con los otros, desarrollo
que excedería los objetivos de este trabajo, pero que considero oportuno dejar
señalado80.
Los principales soportes de divulgación informativa de estas décadas registraron
en algún momento el uso de ideas psicoanalíticas: cine, revistas de humor, historietas,
novelas, anuncios, programas de radio. Todos ellos pensados para la difusión y el
consumo de masas y por tanto accesibles a diversas economías y clases sociales.
Obsérvese por ejemplo, el uso que hizo la empresa Meyba de el “Profesor del
reposo” para anunciar sus pijamas –en este caso en el periódico la Vanguardia del día
29 de noviembre de 1957 -en el que se anunciaban con las siguientes palabras,
acompañadas de una ilustración de Freud [Figura 5.2]:
“Tenaz detective de los sueños, Sigmund Freud descubrió que en ellos reside
la clave de una vida equilibrada y feliz. La acción protectora del reposo que
ejercen los sueños es doblemente necesaria al hombre moderno, cuya intensa
vida es sólo posible con un descanso posible y sin interrupciones.
Colaborando con la defensa natural que nos proporciona el subconsciente,
Meyba encargó a sus técnicos el estudio de una prenda que protegiera el
descanso contra interrupciones originadas por elementos externos al
durmiente. El Ski-Jama, resultado de esta investigación, es completamente
80
Una aproximación a este objetivo, desde una análisis comparado entre Chile-España sobre la
circulación de saberes psi y la construcción de una cultura psicológica puede consultarse en
RUPERTHUZ; LÉVY, 2017.
291
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
292
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
referencias a términos psicoanalíticos o complejos ocultos que determinaban los actos
de los protagonistas del relato en las series de novela económica de género romántico o
policíaco 83. En esta misma línea, durante el franquismo el escritor catalán Jaume
Ministral Macía84 escribió, bajo el pseudónimo de J. Lartsinim , una serie de novela
policiaca85 en la que el protagonista principal era un psicoanalista holandés, Ludwig
Van Zigman, que analizaba mediante la técnica del psicoanálisis la mente del criminal
para resolver los casos. Con un precio de 8 pesetas, formaban parte de la colección
Biblioteca de Oro de la Editorial Molino, conocida por ser la más importe de novela
popular en la postguerra86.
83
PORCEL TORRENS, 2012, pp. 170-171. Sobre la novela policíaca puede consultarse, MARTÍNEZ
ARNALDOS, Manuel (2012), “La novela policíaca de humor española como estrategia paródica (1900-
1936)” Tonos digital, 23.
84
Sobre este autor, puede consultarse el Dossier. MINISTRAL I MASIÀ, Jaume1999, en Revista de
Girona, 194, pp. 56-95.
85
La serie se anunciaba en el primer ejemplar, El caso del psicoanálisis (1949), con las siguientes
palabras: “Con esta obra iniciamos una nueva serie en BIBLIOTECA DE ORO, que suponemos será
acogida con el mayor interés por nuestros lectores. Apartándose del camino trillado de la puramente
policiaco, su autor se adentra decididamente por el terreno casi virgen del relato de intriga que tiene por
tema un problema psicopatológico. El psicoanálisis, como técnica, forma la base de la primera novela de
esta nueva serie. Los estudios sobre el subconsciente, tema tan sugestivo para las nuevas generaciones,
servirán de eje a los relatos que la pluma de este joven autor no tardará en ofrecernos”(nota del editor, p.
3) Los títulos de esta serie son, El caso del psicoanálisis (LARTSINIM, 1949, Barcelona, Molino-
Biblioteca Oro) El Doctor no recibe,(LARTSINIM, 1952, Barcelona, Molino-Biblioteca Oro) La pista de
los actos fallidos (LARTSINIM, 1953, Barcelona, Molino-Biblioteca Oro), El caso de la grafología
(LARTSINIM, 1951, Barcelona, Molino-Biblioteca Oro), La señorita de la mano de
cristal,(LARTSINIM, 1950, Barcelona, Molino-Biblioteca Oro), Sencillamente una cinta de máquina
(LARTSINIM, 1952, Barcelona, Molino-Biblioteca Oro)
86
CORNELLÀ, Jordi, (1999), “El món novelesc de Jaume Ministral”, Revista de Girona, 194, pp. 84-88.
293
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
87
Sobre el papel de las revistas ilustradas en España, como espejo del mundo e instrumento de
transmisión de ideas véase SÁNCHEZ VIGIL, 2008.
88
El número 7, del 11 de mayo de 1929, contenía un artículo firmado por Manuel Abril en el que por
ejemplo se decía: “A este señor Freud le cuenta usted un sueño, o le dice usted un número-14, 113, 8520-
o le enseña usted un cuadro pintado por usted y ¡ya se ha caído usted! Le descubre (…) todos los sueños
de usted y todas las caídas. Es algo prodigioso, prodigioso; descubre incluso aquello que usted no había ni
sospechado que llevara en sí mismo”, (ABRIL, M. “La interview a la esfinge”, (1929), Algo, n. 7, 11 de
mayo de 1929, p. 4-5); en el n. 265 del 8 de septiembre de 1934 en cambio, se trataba de una entrevista a
dos maestros rurales, en la que uno de ellos afirmaba la utilidad del psicoanálisis para el estudio de los
caracteres de niños y niñas. (“Dos ilustres maestros de Madrid nos hablan de la escuela rural”, Algo, n.
265, 8 de septiembre de 1934, p. 10.)
89
En el número 332, del 8 de abril de 1928 se publica el artículo “Lidia de tres toros bravos y otros varios
embolados por el diestro-nuevo en esta plaza-Ignacio Sánchez Mejías (El Psicoanalista chico)” pp. 18-19;
el n. 401 del 4 de agosto de 1929 contenía el artículo “La regeneración es un hecho” que, según
anunciaba el siguiente número -402- del 11 de agosto de 1929, era el primero de una serie en la que
ofrecían a los lectores de Buen Humor: “los cuatro o cinco o seis procedimientos para ponernos como
nuevos en seguida y poder, de la noche a la mañana, convertirnos en seres superiores” (“Empleo del
inconsciente para curar a la gente”, Buen Humor,1929, p. 7-8); en el n. 501 del 9 de agosto de 1931,
también firmado por Manuel Abril, “La tragedia parlamentaria de Rodriguez, pavo ex real” p. 5.
90
“El doctor Mata Seguro”, p. 16. También se hacía alusión en el n. 101, del 11 de mayo de 1929, “Los
escalafones”, firmado por López de Veiga, p. 15-16; o en el n. 138, del 25 de enero de 1930 se informaba
en la sección de “Notas medicales” de la llegada del “notabilísimo libro del doctor Hoffhuskado
<<Clinicología y terapéutica torológica de la psicoanálisis, en la Otorrinolaringología” p. 4; en el n. 200
del 23 de mayo de 1931, “El juicio de salomón” firmado por Santiago Lorenzo p. 8-9; también en el n.
336 del 30 de diciembre de 1933, en una sección donde se ofrecen respuestas a cartas de lectores.
91
Viñeta, Gracia y Justicia. Órgano extremista del humorismo popular 12 de mayo 1934. n. 125.
92
El 27 de agosto de 1931, publican la opinión de varios personajes sobre el acto de la confesión. El
escritor Hilario Ayuso respondía con las siguientes palabras: “Para dar mi opinión en la enquisa (…)
tengo que referir al diálogo que tuve en el Congreso de Ginebra-año 1925- con un discípulo de Freud,
celebérrimo doctor vienés que ha obtenido el máximo provecho de lo que aprendiera en clase de Pierre
Janet durante su estancia en Paris. Le importa mucho al congresista freudiano el éxito que iba teniendo el
psicoanálisis en los países latinos: ponderaba a los italianos y se lamentaba de que en España sólo un
294
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
reducidísimo número de personas se preocupara del asunto…Y es que ignoraba que aquí se emplea el
procedimiento a “su” modo, claro está que sin interés científico alguno- desde hace muchos siglos.
¡Menudo laboratorio es el confesionario! La lástima es que como “Dios da narices al que no tiene
pañuelo”, los “frutos” de la confesión siguen otro derrotero y seguramente nos convenceremos de ello el
día en que, con el voto femenino, pueda “elegir” cada director espiritual de moda doce diputados y treinta
concejales ¡por lo menos!” (“¿Qué opinión inspira a usted el acto de la confesión?”, Fray Lazo.
Semanario anticlerical cortésmente desvergonzado, 27 agosto 1931, n 3); y el 16 de septiembre de 1931,
de nuevo ante la misma pregunta respondía César Juarros, diciendo que consideraba la confesión un
sustitutivo del psicoanálisis, “capaz de rendir grandes beneficios siempre que sea manejada por personas
discretas, conscientes de la calidad del instrumento psicoterápico, que la fe ajena pone a su disposición
(…) Si los directores de nuestro clero fueran más avisados, el estudio de la doctrina de Freud estaría
declarado obligatorio en Seminarios y Conventos” ((“¿Qué opinión inspira a usted el acto de la
confesión?”, Fray Lazo. Semanario anticlerical cortésmente desvergonzado, 27 agosto 1931, n. 6).
93
HERCE, Félix, 1929, Clínica Festiva, Madrid, Luis Lepori. p. 6.
94
Extraemos un párrafo como ejemplo: “La Medicina psiquiátrica- la que estudia las enfermedades de la
débil mariposa del espíritu-anda más loca que sus clientes con el psicoanálisis de Freud, el genial
continuador de Breüer, descubridor de la teoría `de los traumatismos psíquicos´, especie de directos que
nos pega la vida en mitad de la antedicha y débil mariposa, dejándola muchas veces con las alas rotas y
arrastrándose por el fango (…)Y comienza a estudiar la sexualidad infantil, y verdaderamente se queda en
pijama el ilustre psiquiatra al mostrarnos la `libido´. La libido no es ninguna vedette ojerosa y
cocainómana; la libido es la base sexual de todos los deseos y tendencias” (p. 21-22). Y concluye la
primera de las dos lecciones: “Creo que el médico práctico se percatará con estos dos artículos que el
psicoanálisis es algo grande, que no debe faltar en el repertorio moderno, al lado del jarabe de benzoato
de sosa y de los parches anticallicidas” HERCE, Félix, Clínica Festiva, Madrid, Luis Lepori, 1929, p. 25.
295
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
Con todo ello, se apunta aquí una primera aproximación a este recorrido en el
que queda definido una suerte de psicoanálisis “al alcance de todos” que, desde los años
20 y 30 y con un mayor auge a partir de los años 60 y 70, debido al desarrollismo y al
aperturismo económico, -lo que llevó a un incremento editorial de las colecciones de
divulgación de temas generales, las revistas, la literatura de consejos, los manuales de
autoayuda97, o las ediciones económicas de bolsillo98- proporcionó categorías y nuevas
formas de pensar y representar a hombres y mujeres.
La caracterización del psicoanálisis como un saber puente, entre las prácticas
especializadas de la psiquiatría, la neurología, la medicina, la sexología y la cultura alta
y baja, lo convirtió en un lenguaje y en un objeto comercial idóneo para la industria de
producción de masas. No obstante, se trataría además, tal y como adelante Eva Illouz,
de analizar el psicoanálisis dentro en un “conjunto de prácticas culturales que, dada la
extraordinaria situación de que se encontraba inscrita tanto en el ámbito de la
producción científica como en el doble ámbito de la cultura popular y de élite,
95
HERCE, Félix. (Ref. a Freud S.). Dos lecciones de psicoanálisis (Psicopatología de la vida cotidiana y
Totem y Tabú). Arch. Med. Ch: y Esp. 28: V, 1928.
96
RIPOLL GUADAYOL M, Ramy, “Marta y el complejo”, Florita, 1952; 160:10-11; y 161: 10-11.
Porcel indica que la fecha de publicación es aproximada debido a que los habitual en los tebeos era que
no constara fecha de publicación (PORCEL TORRENS, Andrés, “Marta y el complejo. La recepción
popular del Psicoanálisis en el franquismo”, Revista Asociación Española de Neuropsiquiatría, 2012; 32
(113), 165-180. p. 166)
97
Resultan interesantes varios de los títulos publicados por la editorial Iberia, en una línea de literatura de
autoayuda, con traducciones de autores extranjeros. Destacamos la traducción al castellano de Juan
Aguasca del original francés de los doctores P. Oudinot y Paul C. Jagot, El insomnio vencido. El arte de
dormirse fácilmente a pesar del ruido, las preocupaciones o el dolor, (Barcelona 1930), de gran difusión
contó con varias ediciones hasta los años 90 en España y Latinoamérica. Otra obra donde se usan
contenidos psicoanalíticos, ¡Aflojad los nervios!, de David Harold Fink, M.D, 1951, editado por Salvat en
Barcelona-Madrid-Buenos Aires-México y Rio de Janeiro. También en 1957 se publica en España el libro
de la costariquense Lilia Ramos ¿Qué hace usted con sus amarguras? Lecciones de psicoanálisis
aplicables a su vida cotidiana, (Madrid-México-Buenos Aires, Aguilar, 1957), en clara sintonía con la
literatura de autoayuda. Estas publicaciones nos permiten constatar la conformación de una cultura
psicológica en clave de consumo con canales de circulación e intercambio trasnacionales, en los que, a
pesar de las singularidades de cada país, se pueden identificar elementos comunes. Véase RUPERTHUZ
HONORATO; LÉVY LAZCANO, 2017.
98
FREUD, Sigmund, 1981 [1925]; o JONES, Ernest Vida y obra de Sigmund Freud, dos tomos,
Barcelona, Anagrama, 1970-ediciones de bolsillo; LUDWIG, Emil, (1961), Freud, psicoanálisis sexual,
Barcelona, Mateu.
296
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
reorganizaba las ideas del yo, de la vida emocional e incluso de las relaciones
sociales”99
El uso que los medios de difusión hicieron del saber psicológico permitió que
éste permease en la sociedad, haciendo de este formato un objeto consumible de forma
masiva. En este sentido por ejemplo los consultorios psicológicos, que hemos registrado
desde los años 20 en la revista Estudios, y que en el franquismo hemos situado en las
revistas femeninas, o en los consultorios radiofónicos como el Consultorio de Elena
Francis, emitido entre los años 1947 y 1984, fueron presentados al sujeto100 como forma
de conocimiento y autoconocimiento de sus malestares y experiencias, en lo que
finalmente supone una forma de doctrina y sanción de su individualidad, otorgando al
“especialista” el juicio y saber sobre sí. Al mismo tiempo, se ha demostrado a lo largo
de esta tesis que, para poder pensar en la efectividad “terapéutica” o “doctrinal” de una
sección/consultorio que usara el psicoanálisis, éste debía de haber contado con una
amplia trayectoria social y cultural en el país, en la que estuviera comprometida su
legitimidad en tanto saber científico, permitiendo reinterpretaciones en clave de
consumo de masas. En este sentido, son de gran aporte los trabajos de Nikolas Rose
cuando sostiene que el ser humano construye su propia experiencia en relación a
imágenes, valores, creencias, y normas que provienen también del campo de la
psicología, y añadimos del psicoanálisis, como saber experto, y que en este sentido
pueden funcionar como guías o explicaciones sobre sí mismo101. Es desde ahí que se
puede plantear que el psicoanálisis habitó no sólo el saber experto, o el terreno político,
sino que transitó igualmente en el mundo social y cultural, ofreciendo nuevos sentidos y
nuevas relaciones de significado entre los individuos y su contexto. De este modo, se
puede argumentar siguiendo de nuevo a Illouz que el psicoanálisis y los saberes psi
fueron un elemento central para entender el reordenamiento de la vida cotidiana y el
desarrollo de una nueva morfología del yo desde comienzos del siglo XX102
99
ILLOUZ, Eva: Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo, Madrid-Buenos Aires, Katz,
2007, p. 23-4.
100
Principalmente al publico femenino como el principal consumidor de este tipo de producto, aunque no
exclusivo.
101
ROSE, Nikolas, (1998), Invesnting ourselves, Cambridge, Cambridge University Press; ROSE,
Nikolas, (1999b), Governing the soul: the shaping of the private self, London, Free Association Books.
102
ILLOUZ, Eva, (2010), La salvación del alma moderna. Terapia, emociones y la cultura de la
autoayuda, Buenos Aires, Katz.
297
Capítulo 5. Continuidades y discontinuidades en los usos del psicoanálisis durante el franquismo.
298
CONCLUSIONES
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
Esta tesis está articulada en torno a la recepción, los usos y las apropiaciones del
psicoanálisis a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Mediante el análisis de textos
médicos, jurídicos, actas de congresos, revistas, prensa, correspondencia y diversos
medios de divulgación popular, hemos podido demostrar que contrariamente a lo que
hasta ahora había señalado la historiografía, en España no hubo un rechazo o una
censura de este saber. Más bien al contrario, el psicoanálisis fue un fenómeno que
permeó en varios espacios y contextos, no sin debate, y fue utilizado para diversos fines.
Para la consecución de nuestro objetivo hemos manejado una definición amplia de
psicoanálisis en la que éste funciona como un artefacto cultural, capaz de circular por
diversos espacios de saber en un proceso de recepción y reformulación activo. Las
conclusiones que hemos extraído se relacionan con este punto de partida, y sitúan este
trabajo dentro de los estudios sobre historia cultural e historia de la ciencia.
Las primeras lecturas de la obra de Freud en España desde finales del siglo XIX
se enmarcan en un contexto de modernización y renovación de la ciencia española. La
preocupación por la etiología y el tratamiento de la histeria fue el prisma inicial que
articuló el interés por Freud, vehiculando una mirada médica que pasó de una
concepción degeneracionista de la enfermedad mental a otra que ponía más atención en
los aspectos psicológicos y en el ambiente. Hemos podido constatar que las críticas al
pensamiento de Freud no sólo no impidieron la incorporación del psicoanálisis en
España, sino que funcionaron como punto de partida de la adaptación y reformulación
de sus ideas al contexto local y a los intereses sociales, políticos y culturales de los
agentes de recepción. La teoría sexual de Freud fue la que concentró la mayoría de las
críticas, generando una polémica que, lejos de frenar la difusión, funcionó como
catalizador de un debate en el que participaron médicos, maestros, juristas, intelectuales,
pedagogos, religiosos, etc. En este proceso, las ideas de Freud desbordaron los circuitos
de circulación estrictamente médicos para alcanzar diversos ámbitos sociales y
culturales. En este sentido hemos podido demostrar que una de las características más
importantes del psicoanálisis en su recorrido histórico es su plasticidad y su capacidad
301
Conclusiones
para ser apropiado, ofreciendo conceptos con capacidad performativa para interpretar e
intervenir en la realidad social.
2. Psicoanálisis y sexualidad.
302
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
humor y la sátira. Junto a la literatura médica, la incorporación del psicoanálisis a otros
medios de divulgación de masas democratizó sus contenidos al mismo tiempo que fue
generando un lenguaje en clave psicológica, relacionado con las nuevas formas de
consumo y la evolución del Estado liberal.
4. Criminología psicoanalítica.
303
Conclusiones
estas ideas escondía una estrategia política por ofrecer muestras, frente al contexto
internacional, del profundo conocimiento que había en España sobre las modernas
técnicas de la criminología. No obstante, este escaparate teórico no nos dice nada sobre
la realidad del tratamiento de la delincuencia. Y en todo caso nos permite constatar la
distancia entre la teoría y su puesta en práctica.
304
Psicoanálisis y defensa social en España (1923-1959)
origen de importantes desórdenes y patologías, o de que la religión era el resultado de la
sublimación de la libido. Algunos autores apostaron por reformular estos conceptos bajo
los preceptos de la eugenesia católica y la higiene de la raza. Según esta interpretación,
la sublimación fue entendida como una especie de purificación de la condición sexual
del hombre, a partir de la que se rechazaba la sexualidad en su dimensión erótica para
adecuarla a la norma moral del matrimonio, el autocontrol y la castidad.
Hubo además una fuerte corriente internacional de religiosos y psiquiatras que
debatieron las ideas de Freud y presionaron a las esferas vaticanas para que el Papa se
pronunciase en relación al psicoanálisis, lo que sucedió en 1952. Muchos autores
interpretaron las palabras del pontífice como una puerta abierta para incorporar lo que
había de interesante en Freud a la psicología y la psicoterapia de fundamento
escolástico. En España hubo varios teólogos y psiquiatras católicos que reclamaron la
utilidad del psicoanálisis para la dirección espiritual y la psicoterapia religiosa. Para ello
propusieron una lectura en la que se reformulaba el principio causal del psicoanálisis,
emparentado con el evolucionismo, con la filosofía de Santo Tomás de Aquino y la
fenomenología existencial de autores como Jaspers o Binswanger.
305
Conclusiones
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FUENTES Y
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FUENTES PRIMARIAS
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Fuentes y bibliografía
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APÉNDICE
Capítulo 1:
Figura 1.1. Carta de Freud a Ramón Sarró. 10 de septiembre de 1925.
Figura 1.2. Deutsch, Helene, Certificado de análisis didáctico y formación psicoanalítica
de Ramón Sarró. 21 de noviembre de 1933.
Figura 1.3. Carta de Charcot a Gilles de la Tourette, París. 9 octubre 1892.
Figura 1.4. Postal de Freud a Ángel Garma. 21 de octubre de 1932.
Capítulo 2:
Figura 2.1. “Antorchas de la Libertad”, mujer en desfile de Pascual, Nueva York, 1929.
Escena documental [13´14´´], The Century of the Self (2002).
Figura 2.2. Desfile de Pascua, Nueva York, 1929. Escena documental [12´05´´], The
Century of the Self (2002).
Figura 2.3. Mujer fumando. Escena documental [12 ́43 ́ ́], The Century of the Self
(2002).
Figura 2.4. Portada de Muchas gracias, 1926, n. 119, “En plena primavera”. Demetrio,
Biblioteca Nacional.
Figura 2.5. Portada de Muchas gracias, 1927, n. 160, “Morena y jerezana”. Quintanilla,
Biblioteca Nacional.
Figura 2.6. Muchas gracias, 1930, n. 329, p. 28, “La voz de su amo”. Biblioteca
Nacional. Plana de Meunier
Figura 2.7. Muchas gracias, 1929, n. 149, p. 5. Biblioteca Nacional.
Figura 2.8. Portada Sexualidad, 1927, n. 163. Biblioteca Nacional.
Figura 2.9. Portada Estudios, 1935, n. 135. Renau.
Figura 2.10. Portada Estudios, 1936, n. 156. Monleón.
Figura 2.11 Portada Estudios,1937, n. 164, Monleón.
Capítulo 3:
Figura 3.1. Ejemplo de hoja-registro de la prueba de las asociaciones determinadas.
(Mira, 1926a, pp. 66-67)
Figura 3.2. Dispositivo psicogalvánico de Weschler para el control del grado de
emoción con que se hacen las declaraciones (Mira, 1932, p. 137)
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Figura 3.3. Gráfica de las alteraciones respiratorias y circulatorias de una exploración
psico-analítica en un enfermo de neurosis compulsiva (Mira, 1926a, p. 155)
Capítulo 5:
Figura 5.1. Y, n.6-7, “Tenía mucha fe en la Falange y no titubeó un momento en aceptar
la difícil tarea que le confiábamos”
Figura 5.2. “El profesor del reposo”, La Vanguardia, 29 de noviembre de 1957.
Figura 5.3. Lartsinim. Colección Biblioteca de Oro-El Molino. El caso del psicoanálisis
(1949), El Doctor no recibe (1952), La pista de los actos fallidos (1953).
Figura 5.4. Chin, “Para ornato y esplendor”, Gracia y Justicia. Órgano extremist del
humorismo popular, n. 125, 12 de mayo de 1934.
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