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Caliche, como se le conoce a Carlos López, es la mano derecha del Arquitecto Luis
López, quien tiene su propia empresa y licita constantemente en proyectos públicos. En
términos generales se puede decir que Luis es un Arquitecto exitoso, nunca le falta trabajo y
su mayor felicidad es darle trabajo a toda una cuadrilla de hombres fieles e incondicionales
con los que ha podido hacer un capital importante, lo suficiente para vivir bien.
La rutina diaria consistía en pasar a las 7:00 Hrs por Caliche a su casa para llevarlo a
la obra, no sin antes llevar a los hijos de este último al colegio, ruta que estaba en dirección
opuesta. Ante la pregunta de Esteban a Caliche de si esto era parte del trabajo y si Luis
conocía de esta rutina, Caliche contestó que eso era parte de los privilegios señalados en el
contrato, por lo que no debería preocuparse. Esteban quedó tranquilo, pues Caliche
efectivamente gozaba de toda la confianza y todo el aprecio de Don Luis. Sin embargo, cada
semana cuando Luis pagaba los vales de combustible en la estación de servicio, no dejaba de
quejarse por el alto consumo de combustible de la camioneta, lo que claramente estaba
poniendo en riesgo el trabajo de Esteban, ya que por costos estaba siendo poco rentable
para la empresa. Además de estos abusos, Caliche era conocido por conseguir material
ilegalmente y a bajo costo, el cual insistía en llevar en la camioneta de Esteban. Éste último
conociendo la ilegalidad de la situación le exigía la firma de documentación de despacho y
traslados ante los cuales Caliche se oponía y buscaba otra forma de llevar el material. El
problema de esta situación se daba en el momento en que Caliche le llevaba el material a su
jefe, Luis, quien sin consultar la procedencia de los insumos los compraba a muy bajo costo
para aumentar sus ganancias en las obras. De esta manera se iba haciendo cómplice de la
situación, ya que era muy inusual el modo de conseguir los materiales y obviamente
levantaba sospechas. Entre tanto, se hablaba en la obra de la poca transparencia de Caliche,
de alguna forma era un secreto a voces.
Un día, Caliche estaba subiendo una escalera para montar herramientas para realizar
un trabajo y sin más cayó de una minúscula altura con el resultado de varias fracturas y una
licencia de varios meses.
3. Comentario
Conclusión