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5 / Dictadores venales y pactos secretos, 1931-1962 321

militares, soldados y policías, desarmados y prisioneros de los apristas, fueron


asesinados. Las tropas del ejército volvieron a tomar la ciudad y masacraron a
muchos militantes y seguidores apristas. Cientos de ellos fueron condenados
a muerte por una apresurada corte marcial, aunque unos cuantos fueron
perdonados después de que sobornaran a los encargados de llevar a cabo las
ejecuciones.21
Tras el atentado, Sánchez Cerro pasó un mes en el hospital curándose las
heridas de bala recibidas en el pecho. Durante su ausencia en el mando se destapó
un escándalo de corrupción ligado a Lanatta, el colaborador político más cercano
y de más confianza del presidente que sería como su primer ministro y ministro
de Hacienda. Tal fue la gravedad de las acusaciones contra Lanatta que Sánchez
Cerro interrumpió su recuperación para supervisar personalmente la renuncia
de Lanatta a su puesto de ministro a comienzos de abril.22 Lanatta, sin embargo,
retuvo su escaño en el congreso constituyente, donde fue rehabilitado con ayuda
de la mayoría sanchezcerrista. Así logró evitar ser acusado formalmente por los
delitos en el cargo, citados en el informe en minoría de una comisión investiga-
dora parlamentaria especial.23 Pero el público se percató plenamente de la grave
responsabilidad del exministro. En consecuencia, las pretensiones de probidad
administrativa de Sánchez Cerro perdieron aún más credibilidad.24

21. William C. Burdett a S. S., Lima, 18 de mayo de 1933, n.° 2830, 823.00/986, box 5697, RG
59, USNA; Acal y Marin a M. E., Lima, 14 de julio y 1 de agosto de 1932, n.os 129 y 147,
leg. R-338, exp. 4, AGMAE; Masterson, Daniel. Militarism and Politics in Latin America: Peru
from Sánchez Cerro to Sendero Luminoso. Westport, Conn.: Greenwood Press, 1991, pp. 48-51;
y Klarén, Peter. Modernization, Dislocation, and Aprismo…, pp. 137-141. El APRA persistió
en su, así llamada lucha armada declarada contra el régimen de Sánchez Cerro. Con la
promesa aprista de respaldo, el teniente coronel Jiménez lideró un levantamiento desde
Cajamarca en marzo de 1933, con el objetivo de tomar Trujillo y ver a toda la región norte
levantarse en rebeldía; su campaña fracasó y Jiménez se suicidó antes que ser tomado pri-
sionero (Basadre, Jorge. Historia de la república…, vol. 14, pp. 246-251; y Antonio Jaén a M.
E., Lima, 7 de abril de 1933, n.° 35, leg. R-338, exp. 4, AGMAE).
22. Dearing a S. S., Lima, 11 de abril de 1932, n.° 1688, confidencial, 823.002/185, pp. 1-2, box
5706, RG 59, USNA: «Lanatta ha resultado ser tan venal y es tal una piedra en el zapato de
la administración pública, que el Presidente se ha visto forzado a cortarlo».
23. Basadre, Jorge. Historia de la república…, vol. 14, pp. 202 y 210-211; y «Venality of Dr. F. R.
Lanatta», Dearing a S. S., Lima, 14 de abril de 1932, n.° 1706, 823.002/189, pp. 2-3, box
5706, RG 59, USNA.
24. Burdett a S. S., Lima, 5 de agosto de 1932, n.° 1981, 823.002/199, pp. 2-3; y Dearing a S.
S., Lima, 14 de abril de 1932, n.° 1706, 823.002/189, box 5706, RG 59, USNA.
322 Alfonso W. Quiroz

Las dimensiones de la corrupción del cuestionado ministro quedan re-


veladas en la correspondencia confidencial de empresarios y diplomáticos
estadounidenses. Lanatta había tratado de dominar el escenario político inme-
diatamente después del atentado contra Sánchez Cerro. El ministro intensificó
su acoso a grandes empresas extranjeras con intenciones de cohecho. Se le co-
nocía como un inescrupuloso abogado que dos décadas antes se había desem-
peñado como uno de los abogados de la Cerro de Pasco Copper Corporation.
Muchos parecían estar al tanto de su turbio proceder, inclusive ciertos grupos
de interés que buscaban sostenerle en un alto cargo político para que así «se
puedan llevar a cabo maniobras cuestionables».25
Al menos diez casos serios de corrupción que implicaban a Lanatta y su
asistente, el señor Botto, se reportaron a la embajada de Estados Unidos. En
primer lugar, estaba la demora en las negociaciones con las corporaciones
Cerro de Pasco y Frederick Snare para la construcción de las nuevas instala-
ciones portuarias en el Callao, con miras a recibir 20.000 soles como «una leve
consideración a su favor». Lanatta también pidió un puesto bien remunerado
en la administración portuaria para el hermano del presidente.26
Otros incidentes incluyeron un pedido de coima para arreglar una deuda de
70.000 soles debida a la International Petroleum Company por combustible su-
ministrado a la marina de guerra peruana y la manipulación de vales de aduanas
por 60.000 soles asignados a la marina (estos últimos designios aparentemente
fueron puestos en conocimiento de Sánchez Cerro); la extorsión de varios co-
merciantes chinos por 10.000 soles; la apropiación de 15.000 soles de subsidios
para la Universidad de San Marcos; un monto desconocido cobrado a Grace &
Co.; y el intento de conseguir un soborno de 30.000 soles de H. J. Gildred &
Co., el contratista para la construcción del Palacio de Justicia.27 La acostumbrada
«comisión» ilegal solicitada por Lanatta fluctuaba entre 45 y 60 por ciento; en
total, es posible que haya recaudado alrededor de un millón de soles con este

25. Dearing a S. S., Lima, 11 de abril de 1932, n.° 1692, 823.002/186, box 5706, RG 59, USNA.
26. Garret Ackerson a S. S., Lima, 18 de abril de 1932, n.° 1713, 823.1561/42, box 5711, RG
59, USNA.
27. Despacho de Julian D. Smith (Assistant Commercial Attaché), Lima, 8 de abril de 1932, n.°
41, pp. 2-3, anexo en 823.002/186, box 5706; y Dearing a S. S., Lima, 6 de abril de 1932, n.°
1671, 823.002/184, box 5706, RG 59, USNA, concerniente al memorando de la entrevista
de Lanatta con Eduardo Pombo, gerente general de la International Petroleum Company.

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