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Ecoformación, más allá de la educación ambiental.

Chapter · January 2007

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Joan Mallart Navarra


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ECOFORMACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

Joan Mallart i Navarra

Mallart Navarra, Joan (2007). Ecoformación, más allá de la educación ambiental. En: de la
Torre, Saturnino: Transdisciplinariedad y Ecoformación. Madrid: Universitas, pp. 149-166 (cap.
9)

Resumen:
En este capítulo, el autor pretende situar el nuevo concepto de ecoformación como un
paso más allá de la educación ambiental, en profunda relación con una visión
transdisciplinaria superadora del paradigma ecológico. Una nueva perspectiva, más bien
vinculada a un paradigma emergente en la línea de autores como Morin, de la Torre y
Moraes. La conclusión más importante es la propuesta de una educación para el
compromiso con la Tierra a escala planetaria, en sentido amplio. Una educación para la
superación del punto de vista egocéntrico y erróneo de que aquello que es de todos no es
de nadie. En realidad, lo que es de todos, también es nuestro y debemos conservarlo
para nosotros y sobre todo solidariamente para los que vendrán.
ECOFORMACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
Joan Mallart i Navarra

1. Didáctica y mundialización, educación para sobrevivir en un planeta limitado

Nuestro punto de partida es humanista y altermundialista. Tenemos la convicción de


que otro mundo es posible y deseable. Y estamos convencidos de que será a través de la
educación como se pueden conseguir los avances necesarios en este terreno. El papel de
la UNESCO y de todas las organizaciones no gubernamentales ha sido pionero en este
campo, de un valor inestimable. Pero no suficiente todavía. La situación presente, sea
sostenible o no, dejará de serlo en cualquier momento. Sólo es cuestión de tiempo. Los
escasos recursos naturales son sobreexplotados y muchos de ellos pueden agotarse.
Algunos más difíciles de agotar resultan altamente contaminados, como el mismo aire
que respiramos y el agua que bebemos. El problema más grave se centra en las enormes
diferencias entre personas y pueblos en el acceso a los bienes materiales, incluso
recursos naturales, y en el acceso a la cultura. Los 20 países más ricos han consumido,
durante el siglo XX, más naturaleza –materia prima y energía- que toda la humanidad
en las épocas anteriores.

Ante esta situación se presentan diversas interpretaciones en forma de ideologías como


la conservacionista, la mercantilista, la ambientalista, la ecologista (economía
ecológica), la ecosocialista (marxista), el ecologismo antropocéntrico o humanista
(centrado en el ser humano), el ecologismo ecocéntrico radical (centrado en la
naturaleza, es decir, en la vida). Este último punto de vista, muy corriente en algunas
sociedades mal llamadas primitivas, es muy próximo al panteísmo budista. Vamos a
comparar dos posiciones extremas, la primera tal vez la que domina hoy en la práctica
en la economía occidental, y la segunda, no por utópica menos necesaria, la que debe
ser objeto de la ecoformación.

Industrialismo Ecologismo
Mercantilismo neocapitalista Desarrollo sostenible
1 La naturaleza como fuente ilimitada de recursos 1 La naturaleza como fuente de recursos limitados

2 El ser humano como dueño y explotador de la 2 El ser humano como un elemento más de la
naturaleza naturaleza, que ha de gestionarla respetando sus
(cumpliendo el mandato bíblico de dominar la ciclos
Tierra)
3 Consumismo 3 Respeto a la naturaleza
4 Cantidad 4 Calidad
5 Productividad 5 Sostenibilidad
6 Corto plazo 6 Largo plazo
7 Crecimiento lineal, aparentemente continuo (?) 7 Límites al crecimiento desordenado
8 Optimismo en el futuro (?) 8 Importancia del ciclo

Cuadro 1 Comparación entre dos posiciones enfrentadas: el industrialismo mercantilista y el ecologismo


basado en la sostenibilidad.

Lo cierto es que dependemos de los elementos de la naturaleza mucho más que ellos de
nosotros. Y, sin embargo, en nuestro deseo de dominarlos, no los hemos tenido en
cuenta como se merecen. Solamente se ha priorizado una relación de uso (o abuso). La
naturaleza existe para la sociedad occidental actual, en la medida en que nos es de
utilidad. No hay que extrañarse, pues, del estado deplorable en que se encuentra nuestro
entorno. Hemos roto interesadamente el equilibrio ecológico y la factura quedará
pendiente de pago para las generaciones venideras.

2. El concepto de la Ecoformación

La ecología es la ciencia que estudia las relaciones recíprocas entre los organismos y su
medio natural, Biología periférica fue denominada al principio. Ernst H. Haekel, amigo
personal de Charles Darwin, acuñó este término en 1866 y lo definió como el conjunto
de conocimientos que hacen referencia a la economía de la naturaleza, basados en la
investigación de las relaciones totales de los animales y las plantas con su ambiente,
tanto orgánico como inorgánico. No es casual que ecología y economía compartan
etimología ya que ambas ciencias tratan de nuestra casa y su gestión. Entendiendo la
casa en sentido amplio, comprendiendo a la Tierra, como la casa de todos. Las
relaciones entre ambas disciplinas son bastante evidentes. La acción del ser humano
desde el punto de vista de una u otra ciencia, o incluso de las dos a la vez, tiene
repercusiones sobre la calidad de vida de las generaciones presentes y venideras. Este
hecho les da un valor extraordinario que la educación no puede dejar de atender.

Según Leonardo Boff (1993) todo lo que existe coexiste. Nada existe fuera del campo
de las relaciones, no solamente naturales, sino comprendiendo también naturaleza,
mente, cultura y sociedad. De la Torre y Moraes (2005, 138) entienden el medio
ambiente como el conjunto de condiciones e influencias externas que afectan a los
organismos vivos como personas, animales y plantas y también a otros no vivos, como
ríos, mares, montañas, glaciares... Incluyen, como Morin (1998), en un concepto amplio
de ecosistema, tanto el entorno natural, como el familiar, escolar, social con todas sus
relaciones: “Lo físico, lo psíquico, lo espiritual no son tan contrarios como nos han
hecho creer, sino que se complementan” (De la Torre y Moraes, 2005, 139).

Jean-Jacques Rousseau distinguió tres tipos de entornos o marcos en los que se


desarrolla nuestra vida: el marco físico, el artificial o creado por el ser humano y el
medio social. Más adelante, el mismo autor añade un nuevo marco de tipo interno
personal. La influencia de estos entornos en la formación del ser humano, es muy
considerable. Incluyendo también en el concepto de entorno aquel aspecto interno
personal que un pintor llamaría dintorno y un psicopedagogo relacionaría con el
autoconcepto y la autoformación.

Entorno físico natural Entorno social


 Aire que respiramos -Los demás-
 Alimentos que comemos
 Agua que consumimos

Entorno artificial Dintorno personal


 Arquitectura -Uno mismo-
 Urbanismo -con sus circunstancias
 Arte
Gráfico 1 Tres tipos de entornos externos más uno interno
La ecoformación se inscribe en el concepto mucho más amplio de formación tripolar
enunciado ya por Rousseau. Tres maestros dirigen nuestra educación: los demás
(entorno social), las cosas (entorno artificial y entorno físico o natural) y nuestra propia
naturaleza personal; tres líneas formativas que participan en nuestro desarrollo a lo largo
de la vida: la heteroformación (dominante), la autoformación (en proceso de desarrollo)
y la ecoformación, menos tenida en cuenta hasta ahora.

Así se podría presentar un nuevo esquema parecido al anterior, con un mayor énfasis en
el aspecto personal y en el propio interior de cada uno.

Ecoformación

Medio ambiente global

NOSOTROS
MISMOS

Otras personas Nuestro interior

Heteroformación Autoformación
Gráfico 2 La Ecoformación, al lado de la Autoformación y la Heteroformación
(adaptado de Sandy Parker, en Greig, Pike y Selby, 1991, p. 49)

Al investigar sobre autoformación en la Universidad de Tours, Gaston Pineau presentó


el neologismo ecoformación al principio de la década de 1980. Nosotros hemos
encontrado el término ecoeducación algo antes, incluso en español (Vilanova, 1979).
Vinculado a la educación permanente1, se puede reconocer a la Ecoformación una
estrecha relación con el paradigma ecológico. Al menos en sus inicios. Observando que
la Ecoformación focaliza las relaciones del ser humano con su entorno vital, debe tratar
de las relaciones entre las personas y el mundo, la naturaleza, el hábitat etc.
El enfoque de las historias de vida, ampliamente difundido en la metodología de
investigación del GREF2, grupo de Gaston Pineau, provocó en sus partidarios el efecto
de valorar las experiencias de autoformación en las que la emancipación de la influencia
de otros iba acompañada del descubrimiento y del establecimiento de una relación más
personal con las cosas, con el entorno tanto natural como artificial. Como explica el
grupo mencionado: una corriente de aire, un soplo respiratorio, el agua matutina en el
rostro, la textura, el sabor del pan... todo contribuye a dar forma, a formar. Estas
múltiples experiencias cotidianas aparentemente insignificantes establecen las
relaciones consigo mismo y con el mundo. La toma de conciencia de su realidad
proporciona una nueva unidad ecológica.

1
También Sureda relaciona la educación ambiental con la educación informal. De la misma forma que
Pineau relaciona ecoformación y autoformación.
2
GREF, Groupe de Recherche en ÉcoFormation, Universidad de París 8 y Universidad François
Rabelais de Tours.
El entorno forma por lo menos tanto como él mismo es formado o deformado. Se dice
que el término ecoformación pretende transmitir esta reciprocidad, en el núcleo mismo
del oikos, del hábitat. Solamente sabiendo como actúa sobre nosotros el entorno
podremos saber cómo formar un entorno sano, viable y sostenible, actuando
preventivamente sobre él si es preciso. Y ejerciendo una acción educativa decidida
sobre los seres humanos con el fin de convencerles de su responsabilidad.

Preocupación: La EA proviene de la demanda sociocultural que, sobre todo,


a partir de la década de los 70, se plantea el grave problema
La calidad del medio ambiente del deterioro del medio.

Meta: La protección y mejora del medio se plantea como objetivo en


la consecución del cual la educación necesariamente
La protección y mejora del medio desempeñará un papel preponderante.

Campo: Los problemas ambientales constituyen el objeto en relación


al cual el hombre debe adquirir nuevas aptitudes, actitudes y
Los problemas ambientales habilidades.

Enfoque: Relación y la interdependencia son características básicas de


todo sistema ecológico. Para entender y luchar contra la
La relación y la interdependencia degradación del medio, sus problemas no pueden plantearse
sino sobre modelos que respondan a las características de la
realidad, la cual es interdependiente.

Medio o instrumento metodológico No es sólo saber, hay que prevenir experimentando las
básico: Ejercitar la toma de consecuencias de nuestros actos.
decisiones

Cuadro 2 Características básicas de la educación ambiental (EA) a partir de las definiciones (Sureda, 1990, p. 16)

En relación con el profundo valor educativo de la ecoformación, se podría afirmar que


su influencia concientiza, en palabras de Freire, participando en la iluminación,
promoción y defensa de los lazos ecológicos que hemos tejido con el entorno físico, y
por tanto, transforma toda la personalidad de los educandos según la bella expresión de
Gaston Pineau, "le rapport d'usage en rapport du sage" («en lugar de la relación de uso,
la relación del sabio»). Podemos concluir que la ecoformación no es un tipo especial de
educación, parcial o unifocal que todo lo ve bajo el prisma de la conservación del
entorno, sino que coincide con la educación global y de una actitud ante la vida y ante
la Tierra imprescindible, actitud que no es nueva y que nunca se debió olvidar.
“Enseñad a vuestros hijos lo que nosotros hemos enseñado a los nuestros: la tierra es
nuestra madre. Lo que afecte a la tierra, afectará también a los hijos de la tierra. Si los
hombres escupen a la tierra, se escupen a si mismos. Porque nosotros sabemos esto: la
tierra no pertenece al hombre, sino el hombre a la tierra. Todo está relacionado como la
sangre que une a una familia”3.

3. Problemas ecológicos de nuestro tiempo

El hombre es la única especie capaz de alterar el equilibrio natural. No sólo es un lobo


para el hombre, sino que puede convertirse en un depredador para toda la naturaleza. A
fin de explorar algunos de los principales problemas, seguiremos la clásica división de
los elementos de la naturaleza.

3
Mensaje del Gran Jefe Seattle al presidente de los Estados Unidos.
Según Aristóteles y Empédocles (s. V aXc) hay 4 elementos que componen la
Seco naturaleza: aire, agua, tierra y fuego. Para los
Aire
chinos (Pinyin Wu Xing), los cinco componentes
básicos del universo físico son: tierra, madera,
Caliente Húmedo metal, fuego y agua. Mientras que en la India, en
el Samkhya-karikas d’Ishvarakrsna (circa s. III
dXc), los cinco elementos básicos eran: espacio,
Fuego Agua aire, fuego, agua y tierra. Igual que en los tipos
de entorno hemos tenido que incluir un factor
Seco Frío interno, también recogemos, además del agua,
aire, fuego y tierra, otro elemento que han
Tierra considerado otros autores también clásicos: el
espíritu.
Gráfico 3: Elementos de la naturaleza

Basándose en estas clasificaciones clásicas y tan antiguas, Gaston Bachelard ha


presentado su análisis de las relaciones entre el ser humano y la materia. Sus trabajos
sobre los cuatro elementos representan una aportación en forma poética, exploran la
realidad ecológica constituida por la relación entre las personas y los elementos. Así
que, siguiendo a Bachelard y a Pineau, mantendremos esta misma ordenación. Al
espíritu le correspondería una redistribución ética que permitiera la equidad en el
acceso a los bienes naturales por parte de todo el mundo. Las principales problemáticas
medioambientales a nivel global se relacionan con estos cuatro elementos.

3.1 Problemas relacionados con la litosfera y la biosfera (TIERRA)

3.1.1 Deforestación, progresiva disminución y desaparición de la masa boscosa. La


cuarta parte de la tierra está ocupada por bosques. A menudo se piensa que la
degradación forestal solamente se produce en las selvas tropicales, pero es
porque los países desarrollados ya terminaron antes con sus bosques. El ritmo de
este proceso es muy acelerado: cada año desaparece un bosque tropical de una
extensión superior a la tercera parte de España. A lo largo del siglo XX se ha
perdido el 60 % de la extensión de los bosques tropicales. Y las talas, junto con
los incendios, continúan esta escalada. Las lluvias ácidas indirectamente han
contribuido a la desaparición de los bosques centroeuropeos y norteamericanos.
Efecto de la deforestación es la extinción masiva de especies vivas tanto
vegetales como animales. La única solución pasa por emprender una
reforestación adecuada ya que de lo contrario se avanza en la línea de la
desertización.
3.1.2 Desertización, erosión del suelo y avance de los desiertos. Se trata de un
proceso lento pero irreversible de pérdida del suelo fértil a causa de la erosión
producida por agentes atmosféricos, como la lluvia y el viento, así como por una
acción humana incontrolada de sobreexplotación agraria. La cuarta parte de la
superficie de la tierra, según la Agenda 21 (PNUMA, 1992), está expuesta a este
grave fenómeno. El problema afecta a más de 2.000 millones de personas que
habitan en estas zonas. Les tierras áridas cubren ya el 47% de la superficie
terrestre, según el Atlas Mundial de la Desertificación. El 90% de su población
corresponde a países en vías de desarrollo. La falta de agua y de energía
moderna empeora progresivamente su situación marginal y degradada. Un tercio
de España corre ya grave riesgo de convertirse en desierto. Es el país con mayor
riesgo de Europa.
3.1.3 Drástica reducción de la biodiversidad. Disminución de la diversidad biológica
y de los recursos genéticos, con numerosas especies en peligro de extinción
(oso, lince, gacela... plantas). Se tiene la creencia de que existen entre 5 y 30
millones de especies, aunque sólo se hallan descritas un millón y medio. La
desaparición total de muchas de ellas es un peligro para el futuro, se estima que
en los próximos 30 años puede desaparecer hasta un millón de especies. La
causa principal es la acción del hombre y la deforestación, destrucción y
contaminación de ecosistemas. Guerras y caza no regulada contribuyen a ello.
En toda la historia de la agricultura, de las 80.000 especies vegetales comestibles
identificadas, solamente se han llegado a cultivar 7.000. Debido a la
globalización del comercio mundial, en el pasado siglo XX, de estas 7.000
especies se ha reducido su cultivo a 120. Un 70% de la dieta alimenticia mundial
se concentra en una docena de especies. El 50% de las calorías que consume la
Humanidad proceden únicamente de 4 variedades (trigo, arroz, patata y maíz).
Una aportación muy reciente consiste en la creación de una reserva de semillas
congeladas en alguna zona del Ártico.
3.1.4 Superpoblación o problema del crecimiento demográfico como factor de riesgo
ecológico. En todo el siglo XX, cada año ha aumentado la población y también
ha crecido anualmente el incremento respecto al año anterior. A principios del s.
XIX había 1.000 millones de habitantes en toda la Tierra, al inicio del s. XX ya
eran 2.000 y ahora, al comenzar el s. XXI se ha llegado a 6.000, mientras
algunas previsiones apuntan para el año 2050 una población de 9.000 millones.
Como consecuencia de la superpoblación, se da una insuficiencia de alimentos y
de tierra habitable en algunas zonas, según la Conferencia de Población y
Desarrollo de El Cairo, de 1994. También se da una sobreexplotación del medio
por el aumento consiguiente de las necesidades, pero hay que decir claramente
que no es el crecimiento de la población la causa de la degradación ambiental,
sino que esta degradación se da por una serie combinada de factores
tecnológicos, sociales, políticos y económicos. Recientemente se ha empezado a
observar cierto proceso de enfriamiento ya que el índice de crecimiento
disminuye ligeramente. La población sigue creciendo, pero ahora algo menos
aceleradamente. El problema empeora con la agrupación de la población en
grandes ciudades.
3.1.5 Grandes concentraciones urbanas. Hemos llegado a una distribución
desequilibrada entre las ciudades y el ámbito rural. A principios del s. XIX sólo
un 5% de la población vivía en ciudades, hoy es un 45% y se espera que en los
próximos 15 años llegue al 55%. Esto es muy grave en países menos
desarrollados donde el crecimiento no va acompañado de los servicios
necesarios. Casi el 20% de la población mundial vive hoy en grandes ciudades
de más de 750.000 habitantes. El impacto ambiental de las ciudades es enorme
por muchos motivos. Se exportan residuos contaminantes del suelo, del agua y
de la atmósfera (coches, fábricas, calefacciones). Las vías de comunicación
fragmentan biotopos y provocan la huída e incluso extinción de especies
animales. La sobreexplotación del entorno se da por las necesidades agrarias y
por el uso de parajes naturales para el ocio. Por último, aumentan los
requerimientos de agua, energía, alimentos y vivienda. La despoblación del
campo llega a límites excesivos, sólo hay que considerar que la mitad del
territorio del estado español ya es un desierto demográfico. Según el informe de
la Fundación BBVA (2006), el 95,9% de la población se concentra en la mitad
del territorio. Las grandes ciudades provocan un efecto de desertización
populacional sobre su zona de influencia. El 80% de la población vive en el 12%
de municipios, según el Perfil Ambiental de España que el Ministerio de Medio
Ambiente ha elaborado en el año 2005. El 40% de los españoles reside en el 1%
del territorio. Esta tendencia tan negativa tendrá consecuencias perjudiciales y
no se puede corregir sin una intervención y planificación decididas. Mientras,
parece que falte voluntad política a la vista de situaciones como los desastres
urbanísticos de Marbella, Alhama, Jumilla y sobre todo el caso de Seseña, donde
estas últimas ciudades van a decuplicar o hasta centuplicar su población en uno
o dos años, sin una seria previsión de los servicios necesarios.
3.1.6 La contaminación terrestre supone la invasión de residuos sólidos procedentes
de la ganadería, la industria, o los deshechos urbanos, que suponían en España
en el año 2003 nada menos que 500 kg por habitante y año. La contaminación se
ha duplicado en sólo 14 años. También se contaminan las aguas y la atmósfera,
pero esta última la trataremos más tarde.
3.1.7 Agotamiento de las reservas naturales no sólo de bosques y suelo fértil sino
también de agua y fuentes de energía. Las energías no renovables van camino de
terminarse, sus fuentes no son ilimitadas. Se trata de los combustibles fósiles
como el carbón mineral, el gas o el petróleo. En su lugar deberán usarse energías
alternativas renovables y no contaminantes ni peligrosas, como la energía
hidroeléctrica, eólica o solar. Se impone asimismo una adecuada gestión del
suelo para evitar la erosión, el abuso de fertilizantes artificiales (nitratos,
fosfatos, potasio) y de productos fitosanitarios altamente contaminantes
(herbicidas, fungicidas, insecticidas). La alternativa clara está en una agricultura
biológica, más tradicional pero necesaria frente a los productos transgénicos que
caen a menudo en una biopiratería. La ciencia nos alerta de los peligros seguros
e inciertos que se menosprecian ante los inmensos beneficios que proporcionan
algunos OGM (organismos genéticamente modificados).

3.2 Problemas relacionados con la hidrosfera (AGUA)

Nuestro planeta se llama Tierra, pero su superficie está cubierta por agua en un 70%.
3.2.1 La lluvia ácida ha causado la desaparición de los bosques de países
desarrollados, pero también afecta a zonas alejadas del foco contaminante.
Además de CO2, la industria emite gases del tipo de óxidos de nitrógeno, azufre
y fósforo. En contacto con el agua de la atmósfera, se convierten en ácidos que
son transportados por las lluvias y contaminan los suelos y las aguas de ríos y
lagos.
3.2.2 La contaminación de los mares y de las aguas dulces supone un peligro serio
para todos los seres vivos. Vertidos incontrolados, accidentes como el del
Prestige o el Exon Valdez… petróleo, mercurio, fertilizantes, todo contribuye a
degradar la calidad de un elemento precioso, imprescindible y escaso.
3.2.3 Todo ello exige una adecuada gestión del agua. Con ser un producto natural
abundante en la tierra, la distribución de aguas dulces y potables no es uniforme
en todo el planeta. En países de clima seco es necesario un ahorro de agua. El
consumo de agua potable en los países ricos se ha multiplicado por 500 en el
siglo que acaba de transcurrir debido al uso de electrodomésticos, riego, higiene,
etc. Este nivel no es sostenible. Mientras los más ricos hacen un uso abusivo del
agua, en muchos países no se dispone de ella ni siquiera para beber. En América
del Norte se consumen 2.000 m3 anuales por habitante, mientras en Guinea-
Bissau no llegan a 20 m3. Mil quinientos millones de seres humanos no tienen
acceso a un agua suficientemente potable, lo que causa graves enfermedades con
cifras de 2 a 8 millones de muertos anuales y baja esperanza de vida en estos
países. La agricultura no utiliza todavía sistemas de riego eficaces en nuestro
país y el derroche es desorbitado. España y Portugal han tenido en el año 2006 la
peor sequía de los últimos 60 años.

3.3 Problemas relacionados con la atmósfera (AIRE)

3.3.1 Cambio climático con un calentamiento global de la atmósfera provocado por


la contaminación. Este es el principal problema ecológico, junto con la
desertización y la pérdida de la diversidad biológica. Se trata del problema más
grave, con incidencia en los demás. Se ha comprobado que la acción humana
provoca cambios en la composición de la atmósfera que afectarán al clima en un
futuro muy próximo. La temperatura ha aumentado 1,5º en España en poco más
de un siglo. El promedio de aumento en todo el mundo es de 0,6º en el siglo XX
y continúa subiendo. En los próximos 100 años, se prevé que el aumento puede
ser de 1,4º a 5,8º. Erróneamente, hace 25 años se creía que la tierra se enfriaba,
pero está ocurriendo lo contrario. El refinamiento de los modelos teóricos
aplicados y los avances tecnológicos como la supercomputación, Internet,
satélites, etc. permiten pronosticar un cambio con veranos más calurosos e
inviernos suaves a mayores latitudes incluso. Lo cual pondrá ecosistemas en
peligro y provocará un aumento entre 15 y 95 cm. del nivel del mar al deshelarse
los glaciares. Otras consecuencias pueden ser inundaciones y sequías.
3.3.2 El efecto invernadero, en principio no es negativo. De forma natural, hasta
ahora ha permitido unas condiciones que hacían habitable el planeta,
manteniendo las temperaturas en unos intervalos adecuados. El problema es la
concentración de gases que provocan este efecto invernadero como
consecuencia de la actividad humana, especialmente el aumento de CO2 en la
atmósfera. El efecto invernadero actúa como una trampa que retiene el calor,
recalienta el ambiente al no permitir la salida de los rayos infrarrojos. El
protocolo de Kyoto (1997) propone un control y una reducción global del 5% en
estas emisiones.
3.3.3 La contaminación atmosférica contribuye a reducir la capa de ozono presente
en la estratosfera a una altura de 20 a 40 kilómetros. Sobre la Antártida, aunque
hay otras zonas también, se ha descubierto en 1982, una disminución periódica
de la concentración de ozono en torno al 20% en primavera. Aparte de los
vientos y de la actividad solar, la causa es la acción de gases como los
clorofluocarbonos (CFC) procedentes de aerosoles y refrigeradores. Estos gases
llegan a las capas altas de la atmósfera y allí destruyen el ozono. La capa de
ozono nos protege haciendo función de paraguas frente a radiaciones solares
ultravioladas. El aumento de estas radiaciones tiene efectos muy perjudiciales
como la reducción de la efectividad de nuestro sistema inmunológico, el
incremento del cáncer de piel y enfermedades oculares, la disminución de la
fotosíntesis en las plantas y del fitoplancton marino, así como el desequilibrio de
las cadenas tróficas. También es muy importante reducir la contaminación
atmosférica porque está demostrado que influye en el recalentamiento
planetario.
3.4 Problemas relacionados con el FUEGO

No insistiremos en ellos dada su obviedad. Los principales son:


3.4.1 Incendios forestales, accidentales y provocados. El fuego es el peor enemigo del
bosque al despojarlo de la protección natural que suponen las plantas que
retienen el suelo. Más que la destrucción de la vida actual se destruyen las
condiciones de vida futura.
3.4.2 Energía contaminadora frente a energía renovable, energía obtenida por
combustión. Peligro que suponen las centrales nucleares y la contaminación
radiactiva.
3.4.3 Volcanes, terremotos y desastres naturales.

3.5 Problemas más actuales relacionados con el ambiente y la acción humana

Recientemente, a partir de 2003 sobre todo, se presentan de manera agudizante:


3.5.1 Terrorismo internacional a gran escala
3.5.2 Graves catástrofes naturales (terremotos, maremotos, tsunamis, huracanes,
erupciones volcánicas…)
3.5.3 Amenaza nuclear (Irán, Corea del Norte)
3.5.4 Epidemias como la de gripe aviar y pandemias como la extensión del SIDA
3.5.5 Encarecimiento del petróleo, agotamiento de las energías fósiles
3.5.6 Inmensas desigualdades en el acceso a los bienes naturales o a su
aprovechamiento...

4. Soluciones aportadas desde la Ecoformación

Además de una adecuada gestión del desarrollo sostenible, se impone una ecoformación
que pueda reunir la educación ambiental junto a una educación para el desarrollo
sostenible, o a la educación para los derechos humanos y para la paz. Lo cual pasa por
la educación de la solidaridad, del compromiso con toda la Tierra y con sus habitantes.
Así, la Ecoformación no es solamente educación ambiental, sino una interacción entre la
educación para el entorno, el desarrollo económico y el progreso social.

MEDIO AMBIENTE
Protección del entorno
Defensa de ecosistemas
Reducción del impacto humano
ECONOMÍA Reducción de la contaminación SOCIEDAD
Uso responsable y sostenible de
los recursos naturales

Desarrollo económico global Progreso social universal


Producción de riqueza para Libertad
todos (alimentos, salud, Igualdad
educación, bienestar…) Justicia
Redistribución equitativa Paz y convivencia
Solidaridad
Cooperación

Gráfico 4 La Ecoformación supone un trabajo educativo interrelacionado para conseguir al mismo tiempo los tres
objetivos
4.1 Objetivos educativos

En Tbilissi (Georgia), en la Conferencia Intergubernamental sobre Educación


Ambiental (Environmental Education) de 1977, se aprobó una Declaración que
proponía cinco grandes objetivos. Estos objetivos ya Conciencia (Awareness) y
sensibilidad hacia el entorno y sus problemas
• Conocimiento (Knowledge) de experiencias y comprensión sobre el entorno y
sus problemas
• Actitudes (Attitudes) y sentimientos encaminados a participar en la mejora y
protección del entorno
• Habilidades (Skills) para identificar y resolver problemas ambientales
• Participación (Participation) e implicación en la labor de resolver los
problemas ambientales
En esta Conferencia se vio la necesidad de introducir, no una asignatura nueva, sino una
“dimensión adicional del proceso educativo: tarea integral de toda una vida que
implique a la sociedad en todo su conjunto”.

4.2 Didáctica de una conciencia planetaria

Para la obtención de los cinco objetivos anteriores, se deberá aplicar una metodología
encaminada a la consecución de una verdadera conciencia planetaria, en palabras de
Morin. El planeta Tierra como única comunidad global a la que pertenecemos
solidariamente todos. Y la Tierra como Madre, tal como era considerada en muchas
sociedades, a la vez que la Tierra como organismo vivo y en evolución. Esta
consideración ofrece una nueva conciencia, más sostenible, dotando de pleno sentido a
nuestra existencia.
El mejor camino es el de promover una potente relación de estimación hacia esta casa
de todos, que es nuestro planeta Tierra. Se impone una pedagogía “biófila”, que ame a
la vida y lo demuestre comprometiéndose con ella, comunicando este sentimiento,
compartiendo, problematizando y solucionando constructivamente los problemas
ecológicos, no sólo individualmente, sino con todas nuestras relaciones, con esfuerzo y
entusiasmo. Se trata de basar la actuación en una racionalidad intuitiva, afectiva, no
instrumental. Pero basada científicamente en las aportaciones de las ciencias de la
naturaleza y del espíritu en lo que ya se llama transdisciplinariedad. La nueva cultura de
la justicia, de la paz y de la sostenibilidad se traduce en una conducta basada en
reutilitzar, reciclar, retornar, reparar, reducir el consumo para que lleguen a todos los
bienes que ahora son objeto de una propiedad ilegítima porque deberían ser de todos.
Entre las doce claves para un siglo XXI ecológico (Le Monde, 26 de mayo de 2005)
destacan: pensar la humanidad globalmente en la biosfera, no tirar sin reciclar, llegar a
la salud a través de las plantas, hallar la energía en el mar, potenciar el artesanado y la
agricultura biológica, reemplazar el petróleo, recuperar la bicicleta… todo para hacer la
Tierra más habitable.

4.3 Didáctica de la Carta de la Tierra y de la Agenda 21

La Carta de la Tierra es un documento iniciado en la Cumbre de la Tierra de Río de


Janeiro en 1992, aunque entonces no se llegó a aprobar. Su divulgación posterior es
extraordinaria y constituye una base fundamental para trabajar este tema. Antes de nada,
el profesorado debería conocerla y compartir su espíritu y su contenido. Nadie puede
dar lo que no tiene. En las aulas, se trata de leerla colectivamente, en la versión más
apropiada a la edad del alumnado. A continuación, comprender la letra y sobre todo el
espíritu que anida en sus líneas. Para poder llegar a captar la importancia mundial y
local. La mejor manera de trabajar el texto es a través de debates y discusiones.

Se podría votar, con las modificaciones que se produjeran si hubiera lugar, y aprobarla
como una ley, en una sesión solemne de ejercicio de la democracia (se puede trabajar
sobre una versión reducida y adaptada a la realidad de la escuela). Después de estos
pasos, se trata de hacerla propia, aplicarla a la vida cotidiana, comportándose de acuerdo
con sus principios. También, a través de la escuela puede divulgarse mediante murales
y exposiciones, con trabajos del alumnado, trabajando en grupo.

La Agenda 21 es otro acuerdo de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro (1992) en la


que se proponía un plan de trabajo para el siglo XXI. En este proyecto se partía del
principio de pensar globalmente y actuar localmente y se hacía un llamamiento a las
ciudades para elaborar su propia Agenda 21 local, con actividades concretas. Desde
entonces, miles de ciudades de todo el mundo se han unido a este proceso participativo.
En el caso de Barcelona, desde julio de 2002, más de 200 escuelas se han implicado
cívicamente en este código de buenas prácticas ambientales, como lo han hecho
escuelas de todas partes del mundo.

5. Conclusiones

Aunque ya antes existía muy enraizado el sentimiento de solidaridad universal, será a


partir de las teorías de Edgar Morin que se hablará con insistencia de Madre-Tierra,
Tierra-Patria o Sociedad-Mundo. En este sentido, la Tierra con todas sus riquezas
naturales es un patrimonio común de toda la humanidad que a todos nos toca preservar.
Utilizarlo en un sentido sostenible supone que «las generaciones actuales son
responsables de este patrimonio ante las futuras» (Bedjaui, 1979, 17). De esta forma se
renuncia a un beneficio inmediato a favor de la supervivencia de la especie. Un
sacrificio que no está muy claro que todo el mundo, sobre todo el primer mundo, esté
dispuesto a realizar. Pero el camino es sustituir el reparto del mundo por el mundo del
reparto, una utopía maravillosa. Así, a las 3Rs de Reducir, Reciclar, Reutilizar
deberemos añadir otra: Redistribuir.

La cooperación solidaria es el único camino para superar la espiral autodestructiva del


mal uso del entorno. La única vía para conseguirlo es la educación integral,
comprometida, solidaria, humanista y altermundialista. Educar para promover el
compromiso solidario y para evitar la desresponsabilización propia del sentimiento de
desvalorización de lo común. Lo común y lo gratuito –como el aire o el agua- no por ser
de todos o por ser gratuito deja de tener un elevado valor o de haber costado un esfuerzo
considerable a muchas personas.

La Tierra es patrimonio común de la humanidad. La tragedia de aquello que es común o


gratuito ha sido expresada por grandes científicos y humanistas (Diamond, 2005;
Bedjaoui, 1979; Sagot-Duvauroux, 2006) pero ha sido Hardin (The tragedy of common,
1968, Science) quien lo ha expresado con mayor claridad.

La Madre Tierra es de todos, también es nuestra y debemos preservarla para los demás y
para los que vendrán. No se debe decir nunca: “Lo que es de todos, no es de nadie. Si no
lo estropeo yo, lo hará otro y él se llevará el beneficio”. Hay que decir, más bien: “Lo
que es de todos, también es mío y debo cuidarlo”.

Nos negamos a aceptar como característica inherente a esta época el narcisismo egoísta
y la incapacidad para el compromiso solidario. Eso sería aceptar implícitamente la idea
expresada por la frase “Después de mi, el diluvio”. Hay que llegar a pasar de la práctica
del reparto del mundo a la del mundo del reparto. Incluso cambiando la teoría de “a
cada cual según su capacidad” por la de “a cada cual según su necesidad”. ¿Qué otro
tipo de educación se puede plantear lealmente hoy día sino una ecoformación que
trascienda el yo y el presente?

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