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Mallart Navarra, Joan (2007). Ecoformación, más allá de la educación ambiental. En: de la
Torre, Saturnino: Transdisciplinariedad y Ecoformación. Madrid: Universitas, pp. 149-166 (cap.
9)
Resumen:
En este capítulo, el autor pretende situar el nuevo concepto de ecoformación como un
paso más allá de la educación ambiental, en profunda relación con una visión
transdisciplinaria superadora del paradigma ecológico. Una nueva perspectiva, más bien
vinculada a un paradigma emergente en la línea de autores como Morin, de la Torre y
Moraes. La conclusión más importante es la propuesta de una educación para el
compromiso con la Tierra a escala planetaria, en sentido amplio. Una educación para la
superación del punto de vista egocéntrico y erróneo de que aquello que es de todos no es
de nadie. En realidad, lo que es de todos, también es nuestro y debemos conservarlo
para nosotros y sobre todo solidariamente para los que vendrán.
ECOFORMACIÓN, MÁS ALLÁ DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
Joan Mallart i Navarra
Industrialismo Ecologismo
Mercantilismo neocapitalista Desarrollo sostenible
1 La naturaleza como fuente ilimitada de recursos 1 La naturaleza como fuente de recursos limitados
2 El ser humano como dueño y explotador de la 2 El ser humano como un elemento más de la
naturaleza naturaleza, que ha de gestionarla respetando sus
(cumpliendo el mandato bíblico de dominar la ciclos
Tierra)
3 Consumismo 3 Respeto a la naturaleza
4 Cantidad 4 Calidad
5 Productividad 5 Sostenibilidad
6 Corto plazo 6 Largo plazo
7 Crecimiento lineal, aparentemente continuo (?) 7 Límites al crecimiento desordenado
8 Optimismo en el futuro (?) 8 Importancia del ciclo
Lo cierto es que dependemos de los elementos de la naturaleza mucho más que ellos de
nosotros. Y, sin embargo, en nuestro deseo de dominarlos, no los hemos tenido en
cuenta como se merecen. Solamente se ha priorizado una relación de uso (o abuso). La
naturaleza existe para la sociedad occidental actual, en la medida en que nos es de
utilidad. No hay que extrañarse, pues, del estado deplorable en que se encuentra nuestro
entorno. Hemos roto interesadamente el equilibrio ecológico y la factura quedará
pendiente de pago para las generaciones venideras.
2. El concepto de la Ecoformación
La ecología es la ciencia que estudia las relaciones recíprocas entre los organismos y su
medio natural, Biología periférica fue denominada al principio. Ernst H. Haekel, amigo
personal de Charles Darwin, acuñó este término en 1866 y lo definió como el conjunto
de conocimientos que hacen referencia a la economía de la naturaleza, basados en la
investigación de las relaciones totales de los animales y las plantas con su ambiente,
tanto orgánico como inorgánico. No es casual que ecología y economía compartan
etimología ya que ambas ciencias tratan de nuestra casa y su gestión. Entendiendo la
casa en sentido amplio, comprendiendo a la Tierra, como la casa de todos. Las
relaciones entre ambas disciplinas son bastante evidentes. La acción del ser humano
desde el punto de vista de una u otra ciencia, o incluso de las dos a la vez, tiene
repercusiones sobre la calidad de vida de las generaciones presentes y venideras. Este
hecho les da un valor extraordinario que la educación no puede dejar de atender.
Según Leonardo Boff (1993) todo lo que existe coexiste. Nada existe fuera del campo
de las relaciones, no solamente naturales, sino comprendiendo también naturaleza,
mente, cultura y sociedad. De la Torre y Moraes (2005, 138) entienden el medio
ambiente como el conjunto de condiciones e influencias externas que afectan a los
organismos vivos como personas, animales y plantas y también a otros no vivos, como
ríos, mares, montañas, glaciares... Incluyen, como Morin (1998), en un concepto amplio
de ecosistema, tanto el entorno natural, como el familiar, escolar, social con todas sus
relaciones: “Lo físico, lo psíquico, lo espiritual no son tan contrarios como nos han
hecho creer, sino que se complementan” (De la Torre y Moraes, 2005, 139).
Así se podría presentar un nuevo esquema parecido al anterior, con un mayor énfasis en
el aspecto personal y en el propio interior de cada uno.
Ecoformación
NOSOTROS
MISMOS
Heteroformación Autoformación
Gráfico 2 La Ecoformación, al lado de la Autoformación y la Heteroformación
(adaptado de Sandy Parker, en Greig, Pike y Selby, 1991, p. 49)
1
También Sureda relaciona la educación ambiental con la educación informal. De la misma forma que
Pineau relaciona ecoformación y autoformación.
2
GREF, Groupe de Recherche en ÉcoFormation, Universidad de París 8 y Universidad François
Rabelais de Tours.
El entorno forma por lo menos tanto como él mismo es formado o deformado. Se dice
que el término ecoformación pretende transmitir esta reciprocidad, en el núcleo mismo
del oikos, del hábitat. Solamente sabiendo como actúa sobre nosotros el entorno
podremos saber cómo formar un entorno sano, viable y sostenible, actuando
preventivamente sobre él si es preciso. Y ejerciendo una acción educativa decidida
sobre los seres humanos con el fin de convencerles de su responsabilidad.
Medio o instrumento metodológico No es sólo saber, hay que prevenir experimentando las
básico: Ejercitar la toma de consecuencias de nuestros actos.
decisiones
Cuadro 2 Características básicas de la educación ambiental (EA) a partir de las definiciones (Sureda, 1990, p. 16)
3
Mensaje del Gran Jefe Seattle al presidente de los Estados Unidos.
Según Aristóteles y Empédocles (s. V aXc) hay 4 elementos que componen la
Seco naturaleza: aire, agua, tierra y fuego. Para los
Aire
chinos (Pinyin Wu Xing), los cinco componentes
básicos del universo físico son: tierra, madera,
Caliente Húmedo metal, fuego y agua. Mientras que en la India, en
el Samkhya-karikas d’Ishvarakrsna (circa s. III
dXc), los cinco elementos básicos eran: espacio,
Fuego Agua aire, fuego, agua y tierra. Igual que en los tipos
de entorno hemos tenido que incluir un factor
Seco Frío interno, también recogemos, además del agua,
aire, fuego y tierra, otro elemento que han
Tierra considerado otros autores también clásicos: el
espíritu.
Gráfico 3: Elementos de la naturaleza
Nuestro planeta se llama Tierra, pero su superficie está cubierta por agua en un 70%.
3.2.1 La lluvia ácida ha causado la desaparición de los bosques de países
desarrollados, pero también afecta a zonas alejadas del foco contaminante.
Además de CO2, la industria emite gases del tipo de óxidos de nitrógeno, azufre
y fósforo. En contacto con el agua de la atmósfera, se convierten en ácidos que
son transportados por las lluvias y contaminan los suelos y las aguas de ríos y
lagos.
3.2.2 La contaminación de los mares y de las aguas dulces supone un peligro serio
para todos los seres vivos. Vertidos incontrolados, accidentes como el del
Prestige o el Exon Valdez… petróleo, mercurio, fertilizantes, todo contribuye a
degradar la calidad de un elemento precioso, imprescindible y escaso.
3.2.3 Todo ello exige una adecuada gestión del agua. Con ser un producto natural
abundante en la tierra, la distribución de aguas dulces y potables no es uniforme
en todo el planeta. En países de clima seco es necesario un ahorro de agua. El
consumo de agua potable en los países ricos se ha multiplicado por 500 en el
siglo que acaba de transcurrir debido al uso de electrodomésticos, riego, higiene,
etc. Este nivel no es sostenible. Mientras los más ricos hacen un uso abusivo del
agua, en muchos países no se dispone de ella ni siquiera para beber. En América
del Norte se consumen 2.000 m3 anuales por habitante, mientras en Guinea-
Bissau no llegan a 20 m3. Mil quinientos millones de seres humanos no tienen
acceso a un agua suficientemente potable, lo que causa graves enfermedades con
cifras de 2 a 8 millones de muertos anuales y baja esperanza de vida en estos
países. La agricultura no utiliza todavía sistemas de riego eficaces en nuestro
país y el derroche es desorbitado. España y Portugal han tenido en el año 2006 la
peor sequía de los últimos 60 años.
Además de una adecuada gestión del desarrollo sostenible, se impone una ecoformación
que pueda reunir la educación ambiental junto a una educación para el desarrollo
sostenible, o a la educación para los derechos humanos y para la paz. Lo cual pasa por
la educación de la solidaridad, del compromiso con toda la Tierra y con sus habitantes.
Así, la Ecoformación no es solamente educación ambiental, sino una interacción entre la
educación para el entorno, el desarrollo económico y el progreso social.
MEDIO AMBIENTE
Protección del entorno
Defensa de ecosistemas
Reducción del impacto humano
ECONOMÍA Reducción de la contaminación SOCIEDAD
Uso responsable y sostenible de
los recursos naturales
Gráfico 4 La Ecoformación supone un trabajo educativo interrelacionado para conseguir al mismo tiempo los tres
objetivos
4.1 Objetivos educativos
Para la obtención de los cinco objetivos anteriores, se deberá aplicar una metodología
encaminada a la consecución de una verdadera conciencia planetaria, en palabras de
Morin. El planeta Tierra como única comunidad global a la que pertenecemos
solidariamente todos. Y la Tierra como Madre, tal como era considerada en muchas
sociedades, a la vez que la Tierra como organismo vivo y en evolución. Esta
consideración ofrece una nueva conciencia, más sostenible, dotando de pleno sentido a
nuestra existencia.
El mejor camino es el de promover una potente relación de estimación hacia esta casa
de todos, que es nuestro planeta Tierra. Se impone una pedagogía “biófila”, que ame a
la vida y lo demuestre comprometiéndose con ella, comunicando este sentimiento,
compartiendo, problematizando y solucionando constructivamente los problemas
ecológicos, no sólo individualmente, sino con todas nuestras relaciones, con esfuerzo y
entusiasmo. Se trata de basar la actuación en una racionalidad intuitiva, afectiva, no
instrumental. Pero basada científicamente en las aportaciones de las ciencias de la
naturaleza y del espíritu en lo que ya se llama transdisciplinariedad. La nueva cultura de
la justicia, de la paz y de la sostenibilidad se traduce en una conducta basada en
reutilitzar, reciclar, retornar, reparar, reducir el consumo para que lleguen a todos los
bienes que ahora son objeto de una propiedad ilegítima porque deberían ser de todos.
Entre las doce claves para un siglo XXI ecológico (Le Monde, 26 de mayo de 2005)
destacan: pensar la humanidad globalmente en la biosfera, no tirar sin reciclar, llegar a
la salud a través de las plantas, hallar la energía en el mar, potenciar el artesanado y la
agricultura biológica, reemplazar el petróleo, recuperar la bicicleta… todo para hacer la
Tierra más habitable.
Se podría votar, con las modificaciones que se produjeran si hubiera lugar, y aprobarla
como una ley, en una sesión solemne de ejercicio de la democracia (se puede trabajar
sobre una versión reducida y adaptada a la realidad de la escuela). Después de estos
pasos, se trata de hacerla propia, aplicarla a la vida cotidiana, comportándose de acuerdo
con sus principios. También, a través de la escuela puede divulgarse mediante murales
y exposiciones, con trabajos del alumnado, trabajando en grupo.
5. Conclusiones
La Madre Tierra es de todos, también es nuestra y debemos preservarla para los demás y
para los que vendrán. No se debe decir nunca: “Lo que es de todos, no es de nadie. Si no
lo estropeo yo, lo hará otro y él se llevará el beneficio”. Hay que decir, más bien: “Lo
que es de todos, también es mío y debo cuidarlo”.
Nos negamos a aceptar como característica inherente a esta época el narcisismo egoísta
y la incapacidad para el compromiso solidario. Eso sería aceptar implícitamente la idea
expresada por la frase “Después de mi, el diluvio”. Hay que llegar a pasar de la práctica
del reparto del mundo a la del mundo del reparto. Incluso cambiando la teoría de “a
cada cual según su capacidad” por la de “a cada cual según su necesidad”. ¿Qué otro
tipo de educación se puede plantear lealmente hoy día sino una ecoformación que
trascienda el yo y el presente?
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