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“Los niños de la calle y la Beneficencia

Pública (1920-140)”

Herrera Ramírez Marisol

Temas Selectos de Historia social mexicana s. XX

Profesora Abigail Campos Mares.

26 de noviembre 2021.

1
Introducción.

A finales del siglo XIX se tomaron una serie de medidas contra la vagancia y la
mendicidad en la Ciudad de México como prueba de la llegada de la modernidad a
México, en 1861 se creó el sistema de la Beneficencia Pública con el propósito de
atender a la población pobre y desprotegida y así retirarla de las calles, “con la
redacción de la Constitución de 1917, y con el fin de la fase armada de la
Revolución, se estableció la asistencia social como derecho de todos los
ciudadanos”1.

El estado se centró en esta actividad y a partir de 1920 se iniciaron propuestas


donde pedagogos, doctores y funcionarios públicas participaron para intercambiar
ideas de mejoras para los niños, los proyectos que se planearon comenzaron a
materializarse entre 1920 y 1930, durante esto siguió presente la idea de proteger
a los pobres esto permitió que se ampliaran los centros de beneficencia, también
les preocupaba el aumento de niños y adultos en situación de calle.

“La Beneficencia Pública implementó a partir del a década de 1920 un servicio


nocturno que recogía de las calles principalmente a niños y ancianos que “vaga-
ban” y los llevaba a los dormitorios públicos o algún otro establecimiento
asistencia”2 este trabajo busca hablar de cómo era la vida de los infantes y como
las ideas paternalistas del gobierno y la búsqueda de la modernidad llevaron a la
creación de estos lugares.

Este trabajo busca explicar lo que se consideraba moderno en la época y cuáles


fueron las mediadas que se tomaron, sobre todo busca hablar de cómo afectó a
los niños de la Ciudad de México que vivían en las calles, sobre todo
preguntándonos sí ¿La creación de los centros Beneficencia Pública provocaron
un cambio en lo que consideraba era la infancia?, me interesa mostrar cómo
vivían los niños en las calles y cómo se intentó cambiar dentro de las instituciones
públicas.

1
Celia Mercedes Alanís Rufino, “La niñez desvalida y las campañas contra la mendicidad en la ciudad de
México en la década de 1930”, Antropología. Revista Interdisciplinaria Del INAH, 2014, consultada 24 de
octubre 2021, pág. 72, https://revistas.inah.gob.mx/index.php/antropologia/article/view/5402.
2
Ibíd., pág. 74.

2
Durante la época de 1920 a 1940 el gobierno mexicano atravesó por cambios
importantes en su gobierno, la recta final de la revolución dejo el poder del país a
diferentes figuras que lucharon por el reconocimiento internacional así como
causar incertidumbre en el pueblo, la búsqueda de mostrar un país “moderno”
llevó a la búsqueda de eliminar a aquellos que daban la imagen contraria, los
niños fueron uno de ellos, hubo un cambio de lo que se consideraba la infancia,
hubo un cambio entre la vida que llevaban los niños en la calle y pasaron a ser un
grupo que debía ser protegido.

Antecedentes.

Los inicios de la Beneficencia Pública se sitúan en la segunda mitad del siglo XIX,
el entonces presidente Benito Juárez, la Beneficencia se creó en 1861 por la
emisión de un decreto del presidente, su misión era la de “Administrar el
patrimonio para contribuir al bienestar de las personas en situación de
vulnerabilidad en materia de salud.” 3 Esta creación del Instituto respondía a la
búsqueda de aminorar la vagancia y mendicidad en las calles de México. Con la
idea de aminorar la vagancia surgió también la idea de proteger a la “niñez
desvalida”

En las últimas décadas del siglo XIX se evidenció en diversos medios, entre ellos la
prensa, la preocupación de las autoridades por proteger a la “niñez desvalida”, pues
les preocupaba que si no se corregían terminaran siendo unos vagos y, por tanto,
un peligro para la sociedad.4

Los problemas de higiene que la ciudad de México venía padeciendo desde finales
del porfiriato a causa de la industrialización, la modernización en general y el
aumento de la población, se agravaron durante el movimiento revolucionario.5

3
Administración del Patrimonio de la Beneficencia Pública, “¿Qué hacemos?”, en Gobierno de México,
https://www.gob.mx/salud%7Capbp/que-hacemos, (consultada 20 de noviembre 2021).
4
Luz Elena Galván Lafarga, “La niñez desvalida. El discurso de la prensa infantil del siglo XIX”, en Antonio
Padilla Arroyo y Alcira Soler (coords.), La infancia en los siglos XIX y XX. Discursos e imágenes, espacios y
prácticas, México, Casa Juan Pablos /UAEM, 2008, p.169.
5
Zoila Santiago Antonio, “Cuidar y proteger. Instituciones encargadas de salvaguardar a la niñez en la Ciudad
de México, 1920-1940”, Letras Históricas, 2015, consultado 19 de noviembre 2021,
http://www.letrashistoricas.cucsh.udg.mx/index.php/LH/article/view/2214/1972, pág. 195.

3
Esta se fue acrecentando en lo que transcurría del siglo XIX y principios del XX,
durante la época porfiriana la idea de proteger a los niños llevó a la creación de
diversas instituciones y organismos que se encargaran de proteger a los niños, sin
embargo, la época más importante para la creación de estos fueron los años
veinte, el final de la revolución dejó estragos en la sociedad mexicana, el país
necesitaba una reconstrucción.

 “En la cimentación del Estado posrevolucionario sedaba una nueva configuración


de instituciones sociales, políticas, de protección social, en la que se esperaba que
ciudadanos sanos y trabajadores contribuyeran en esta labor.” 6 La guerra dejó
problemas de abandono y migración, una disminución de la población debido a la
guerra y las epidemias, la muerte de tantas personas también dejó en la orfandad
a los niños.

El gobierno debía ponerse a trabajar en arreglar esos problemas, fue cuando en


1920 se llevaron a cabo diversos planes a favor de los infantes, como campañas y
misiones educativas, la creación de las Casas del Pueblo (1923), la fundación de
la Junta Federal de Protección a la Infancia (1924), la fundación del Departamento
de Psicopedagogía e Higiene Infantil y la cátedra de pediatría en la Escuela
Nacional de Medicina en 1925, entre muchos más. 7

La década de los 30 con el mandato de Lázaro Cárdenas se buscaba transmitir


una imagen de un México en desarrollo y progreso, el desarrollo significaba
modernidad y esta estaba ampliamente ligada con la higiene y la “civilización”,
esta idea de protección de los niños ¿realmente significaba un deseo de
protección o era el intento de controlar y “civilizar” a la población”’.

6
Alanís, op.cit., pág. 73.
7
Susana Luisa Sosenski, “El trabajo infantil en la Ciudad de México, 1920-1934”, Tesis de doctorado, El
Colegio de México, 2008, pág. 31.

4
Los niños de la calle.

Fue durante la década de los veinte que muchos de los proyectos de la


Beneficencia se concretaron, sin embargo, como nos propone Celia Alanís, la
época en que más trabajo tuvo esta institución fue a partir de 1930, “En opinión de
las autoridades esta situación se extendió de forma alarmante, y en 1930 se
calculaba que en un día laboral cualquiera transitaban, sólo por el primer cuadro
de la ciudad, cerca de 500 mendigos”8.

La situación era preocupante, por lo que se retomaron algunas medidas, en los


años 20 se tenía una medida en la que por las noches se recogía de las calles a
persona y niños, se les llevaba a los dormitorios públicos, en el contexto de los
años 30 las brigadas nocturnas se llevaban a cabo en los meses de invierno, pero
debido a la gravedad de la situación se dejaron de manera permanente. Los niños
eran recogidos por autobuses como en el que se muestra en la imagen 1.

(imagen 1)9

Para este punto es importante saber como eran las condiciones en la calle, ¿qué
era lo que la Beneficencia Pública buscaba evitar?

8
Alanís, op.cit., pág. 74.
9
“Niños suben al transporte de la Beneficencia Público”, fuente: Fototeca del INAH, Ciudad de México, 1934,
colección Archivo Casasola.

5
 […]en la prensa circulaban noticias con respecto a tres cuestiones que
amenazaban a la infancia primordialmente. En primer lugar, se hablaba de los
accidentes de tránsito por toda la urbe, de los cuales los niños eran víctimas. En
segundo lugar, eran comunes las noticias de los niños extraviados o secuestrados.
Y, en último lugar, era frecuente la información de menores realizando “fechorías”
por las calles […]10

El párrafo anterior de manera superficial nos cuenta las problemáticas por las que
atravesaban los infantes en las calles, eso sin contar a todos aquellos que debido
a la situación económica debían trabajar en las calles para apoyar a sus padres,
Susana Sosenski en su tesis de doctorado nos hace un enlistado detallado de
todos los espacios de trabajo que eran ocupados por infantes, desde talleres hasta
fábricas, muchos de los obreros eran muy jóvenes.

Lamentablemente el crimen también se aprovechó de este grupo social para


usarlos en sus actividades, por lo que aquellos niños que recorrían las calles solos
corrían el peligro de tropezarse con las bandas delictivas, esto era algo que
claramente el gobierno quería detener y su solución era alejar a los niños de esas
calles y ellos encargarse de su cuidado. Algunos de los trabajos que realizaban
era como voceadores de periódico, vendedores ambulantes, u ofrecían algún
servicio cómo se puede observar en las imágenes 1 y 2.

La mayor parte de los trabajadores infantiles manufactureros se encontraban en


talleres. Había consenso en que el trabajo infantil era explotador y nocivo si se
llevaba a cabo en la calle o en espectáculos públicos, si los niños perdían la
oportunidad de asistir a la escuela o si trabajaban largas y extenuantes jornadas en
las modernas fábricas.11

Respecto a las viviendas de algunos de estos niños Zoila Santiago cuenta que
vivían en vecindades, departamentos, aunque muchos solían vivir en las calles,
por las noches dormían en parques, en bancas, se quedaban en hoteles, o a
veces dentro de los mercados, algún dormitorio público, esto explicaría porque las

10
Daniela Lechuga Herrero, “Entre el ocio y el trabajo. La infancia popular en las calles de Ciudad de México,
en la década de 1930”, en Trashumante, Universidad Autónoma Metropolitana, 2021, consultado 20 de
noviembre 2021, https://www.redalyc.org/journal/4556/455667052009/html/.
11
Sosenski, op.cit., pág. 83.

6
brigadas eran por las noches y también nos explica que pese a las medidas de la
Beneficencia no se logró eliminar por completo a los niños de la calle porque no
todos vivían en la calle, algunos sólo salían a trabajar.

(Imagen 2)12 (Imagen 3)13

Los centros.
Los dormitorios públicos se podrían decir fueron el primer centro de la
Beneficencia Pública, fue algo implementado desde finales del siglo XIX, sin
embargo, en estos espacios convivían adultos y niños y fue hasta 1927 que se
hizo la separación, cuando se creó un cuarto para los niños únicamente, los
dormitorios no tuvieron tanto éxito, pues los niños no iban por su cuenta, fueron
las campañas nocturnas lo que los hacía llegar a ellos.

La Beneficencia Pública no sólo era un solo centro, esta se encargó de crear


varios lugares en que se albergaba y se ofrecían diferentes servicios tanto a niños
como adultos, en cuanto a los dedicados a los infantes, el primer centro se creó en
1922, era el Centro de Higiene Infantil Eduardo Liceaga, y este tenía como
objetivo “difundir entre las madres de familia los conocimientos relativos a la
alimentación del niño”14.
12
“Niños voceadores del periódico La Prensa fuera del edificio”, Fuente: Fototeca del INAH, Ciudad de
México, ca. 1930-1935, colección Archivo Casasola.
13
“Niño trabajando en la calle”, Fuente: Fototeca del INAH, Ciudad de México, ca. 1930, colección archivo
Casasola.
14
“El Centro de Higiene Infantil”, El Universal, lunes 12 de enero de 1923, p. 3, referenciado en Santiago
Antonio, op.cit., pág. 202.

7
Para 1929 ya se contaba con cinco centros de higiene infantil, el más importante
era el Eduardo Liceaga, este contaba con un museo donde se mostraban
imágenes para explicar a las mamás como alimentar bien a los niños, en estos
centros se atendía a las mujeres embarazadas hasta después del parto, también
atendían niños enfermos, “Además, cuando una mujer embarazada dejaba de
asistir a sus consultas, había enfermeras que la buscaban en su hogar para saber
el motivo de su ausencia y convencerla de regresar.” 15

Los centros de higiene infantil se establecieron en los barrios y colonias más pobres
y densamente poblados de la ciudad de México. Se pretendía que sus funciones
alcanzaran a buena parte de la población; para ello se les dotó de enfermeras
visitadoras. 16

Otra institución importante fue la Asociación Nacional de Protección a la Infancia,


una institución dirigida por mujeres, encargada:

[…] del cuidado de las madres mediante la instalación de casas de maternidad y la


provisión de leche, la protección de los niños con la creación de las escuelas-hogar,
el comedor infantil, la fundación de centros de higiene y la entrega de ropa a madres
e hijos.17

En 1931, el presidente Abelardo Rodríguez dio un informe en que daba cuenta de


la existencia de diez escuelas-hogar, mencionaba que ya se había atendido a
cerca de 1,200 niños de entre dos y seis años, en este informe también se
aseguraba que en la casa de la maternidad se habían atendido más de mil
mujeres embarazadas y todas habían tenido bebés sanos, también se informó que
la Asociación logró su ingreso a la Unión Internacional de Socorro a los Niños.

Dado que el objetivo de la Beneficencia era alejar de la mendicidad y la


delincuencia a los niños, en diferentes establecimientos formaron grupos
escolares que eran repartidos en estos para darles educación académica, además
les daban ropa, calzado y comida, se les daban talleres y se les enseñaba alguna

15
Ibíd.
16
Ibíd., pág. 203.
17
Ibíd., pág. 205.

8
labor, se les trataba de mantener ocupados con ejercicios físicos y juegos
educativos, con esto esperaban “liberar a elementos que pueden y deben ser
útiles para sí mismos y para la sociedad”. 18

Cómo se mencionó anteriormente, los niños no iban por su cuenta, dudaban


mucho en quedarse en los dormitorios por lo que para atraerlos se ofrecían
actividades recreativas como boxeo, conciertos de radio y exhibiciones de cine,
incluso circo que deja como prueba la imagen 4. Algo que les hacía dudar sí
quedarse en los dormitorios eran las reglas que debían seguir.

(imagen 4)19

“De acuerdo con el reglamento del


dormitorio, el establecimiento abría a
partir de las siete de la noche, la
merienda se servía a los ocho, y eran
levantados a las cinco de la mañana en
primavera y a las seis en periodo de
invierno.” 20
Celia Alanís también habla
de estos encuentros recreativos
agregando que las proyecciones
cinematográficas eran dos veces a la semana, sin embargo, también recalca que
para que tuvieran acceso a dichas actividades debían comportarse, mantener el
orden y la disciplina.

“De hecho, el administrador estaba facultado para expulsar a quien no obedeciera


las órdenes de los vigilantes, o cuando escandalizaran; incluso, en caso de faltas
graves debían ser entregados a la policía.” 21

Conclusiones.
18
Rómulo Velasco Ceballos, Asistencia Pública. Un año bajo la administración del presidente Cárdenas,
México, Beneficencia Pública, 1938, p. 285.
19
“Función de circo para los niños de las instalaciones de la Beneficencia Pública”, fuente: Fototeca del
INAH, Ciudad de México, 1934, Colección Archivo
20
Zoila Santiago Antonio, “Los niños y jóvenes infractores de la ciudad de México, 1920-1937”, Secuencia,
2014, consultado 19 de noviembre 2021, https://www.aacademica.org/zoila.santiago/7.pdf, pág. 199.
21
Alanís, op.cit., pág. 77.

9
Con la hipótesis que inicié este trabajo es que la creación de la Beneficencia
Pública había cambiado el concepto de infancia de la época, sin embargo, luego
de la investigación concluyó que no la cambió, pues la visión de protección de los
niños venía desde Benito Juárez con tu protección a los grupos vulnerables, sin
embargo, lo que sí hizo la Beneficencia Pública fue actuar sobre esa idea de
protección.

Otro punto que quiero analizar es esa visión de “protección” a los infantes, como
se puede ver, a lo largo de la creación de los centros de Beneficencia México
atravesaba un período de cambio de un período de guerra que fue la revolución al
establecimiento del gobierno, considero que la verdadera visión que se tenía de
los niños no era la de un grupo vulnerable, sino que eran vistos como los futuros
ciudadanos y debían “civilizarlos”, todo esto proveniente de la idea de lo que se
consideraba moderno en el momento.

El disciplinar a aquellos niños “libres” de las calles en sus centros, educarlos y


enseñarles la higiene plantaría en ellos los valores y actitudes que debían seguir
de adultos, además de que mostrar que podían cambiar a quiénes vivían en las
calles y que de alguna manera consideraba eran menos que ello mostraría que el
gobierno tenía el control. También luego de la revolución el reconocimiento
internacional era importante para México, la mendicidad demostraba la pobreza
del país y la crisis, la Beneficencia era un medio para controlarla y desplazar de
las calles a quienes daban mala imagen del país.

Finalmente retomando para dejar clara mi conclusión, concluyó que la


Beneficencia Pública no cambio la visión de la infancia, presentó a los niños como
un grupo vulnerable al cual debía cuidarse, y más aún de aquellos de bajos
recursos, actúo sobre esa visión con la creación de centros donde se ayudaba y
educaba a estos niños, y su propósito más que cuidar y proteger era plantar en la
sociedad mexicana y en los grupos de bajos recursos las ideas de la
modernización por las que atravesaba el país.

Bibliografía.

10
Alanís Rufino, Celia Mercedes, “La niñez desvalida y las campañas contra la
mendicidad en la ciudad de México en la década de 1930”, Antropología. Revista
Interdisciplinaria Del INAH, Instituto Nacional de Antropología e Historia, no. 98,
2014, https://revistas.inah.gob.mx/index.php/antropologia/article/view/5402/5508,
(consultado 20 de noviembre 2021).

Lechuga Herrero, Daniela, “Entre el ocio y el trabajo. La infancia popular en las


calles de Ciudad de México, en la década de 1930”, en Trashumante, Universidad
Autónoma Metropolitana, no. 17, 2021,
https://www.redalyc.org/journal/4556/455667052009/html/. (consultado 20 de
noviembre 2021).

Santiago Antonio, Zoila, “Cuidar y proteger. Instituciones encargadas de


salvaguardar a la niñez en la Ciudad de México, 1920-1940”, Letras Históricas,
No. 11, 2015,
http://www.letrashistoricas.cucsh.udg.mx/index.php/LH/article/view/2214/1972,
(consultado 20 de noviembre 2021).

Santiago Antonio, Zoila, “La Corte de los Milagros". La infancia callejera en la


ciudad de México a finales de los años treinta”, sociedad e infancias, Universidad
Complutense de Madrid, no. 5 (especial), 2021,
https://revistas.ucm.es/index.php/SOCI/article/view/67178, (consultado 20 de
noviembre 2021).

Santiago Antonio, Zoila, “Los niños y jóvenes infractores de la ciudad de México,


1920-1937”, Secuencia, Instituto Mora, No. 88, 2014,
https://www.aacademica.org/zoila.santiago/7.pdf, (consultado 20 de noviembre
2021).

Sosenski, Susana Luisa, “El trabajo infantil en la Ciudad de México, 1920-1934”,


Tesis de doctorado, El Colegio de México, 2008.

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