Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Argentina
Del conjunto de leyes y normas que regulan la profesión
académica en la Argentina se distingue (García de Fanelli, 2005):
La Constitución Argentina del año 1853, reformada en
1994
La Ley de Educación Superior (LES) del año 1995
El Decreto 1470 del año 1998
63
Los estatutos, ordenanzas y resoluciones de cada institución
universitaria pública.
La Constitución Argentina reconoce a las universidades
nacionales como instituciones autónomas y autárquicas
administrativamente. Si bien no forman parte del sector de la
administración pública nacional, son consideradas entidades
públicas que dependen para su funcionamiento de fondos
estatales. Por esto, las universidades adoptan una forma particular
en la relación de autonomía-dependencia que establecen con el
estado. Bajo estas circunstancias, aquellos que ejercen como
académicos en las universidades públicas nacionales son
considerados empleados públicos, pero su profesión está regulada
por las normas que establecen los estatutos de cada institución
bajo ciertos lineamientos generales ordenados por la LES 24.521.
De este argumento se sigue que el estudio de la profesión
académica es particularmente complejo. Demanda estudiar a los
docentes como empleados del estado pero que, como tales,
ejercen en instituciones que se autorregulan y son autónomas.
Esto último se expresa en que funcionan según un marco
normativo propio (los estatutos universitarios) y en el contexto de
una autonomía académica e institucional reconocida por la
Constitución Nacional y la LES.
La Constitución Nacional, luego de su reforma de 1957, adoptó
un sistema democrático en el modo de organizar las relaciones del
estado con sus empleados. Estableció como derechos de los
trabajadores públicos la organización sindical libre, el derecho a
huelga y la autonomía colectiva, es decir, la potestad para
producir de manera autorregulada las normas que rigen las
diversas profesiones, mediante convenios colectivos de trabajo 26.
Sin embargo, tal como señala Nagata (1998), una mirada
retrospectiva sobre el modo en que se materializó esta normativa
demuestra que por muchos años estuvo bajo la órbita del estado-
empleador la definición -de manera casi unilateral- del régimen
laboral de los trabajadores públicos, incluyendo en este grupo a
los docentes universitarios.
Fue en el año 1991, y durante toda esa década, que en Argentina
se efectuaron transformaciones substantivas promovidas por el
estado que incentivó la descentralización de la negociación
colectiva, las cuales tuvieron un fuerte impacto en el país, en el
cual había predominado históricamente la negociación por rama
de
64
66
67
68
70
71
72
75
76
77
ellos, se destaca la exigencia de una reactualización del rol
docente, con mayores exigencias de formación, incorporación de
nuevas tecnologías en los procesos de enseñanza, necesidad de
generar resultados mensurables mediante publicaciones,
participación en actividades de la disciplina por fuera de las
instituciones de pertenencia, elaboración de tareas burocráticas,
etc.
Se consideró relevante definir la estructura formal en la que se
enmarcan las condiciones del ejercicio de la docencia
universitaria en la Argentina. En base a ello, se resumió el marco
regulatorio que lo ordena, en los aspectos referidos a los tipos de
contrato, las dedicaciones docentes, las obligaciones y
responsabilidades y las condiciones formales de acceso,
permanencia y promoción a la carrera docente. Se destaca que
más allá de los lineamientos establecidos por el marco regulatorio
nacional, las universidades tienen autonomía para definir y
gestionar sus estructuras académicas. No obstante, el Estado
Nacional, con un rol preponderante en la regulación de las
universidades que dependen para sus ingresos de los fondos
estatales, ha encontrado, mediante la política pública con forma
de “programas”, una manera efectiva de movilizar cambios en el
sistema y “avanzar”, consecuentemente, en la dinámica de las
instituciones y, por ende, en la vida académica.
Para concluir, se pusieron de relieve los resultados de las
entrevistas que agrupan el reclamo docente para conocer cuáles
son los temas en debate vinculados al ejercicio real de la docencia
universitaria en el país. Los gremios demandan capacitación
gratuita vía posgrados, y que se regularicen los cargos de docentes
interinos, para garantizar a todos los docentes el derecho y
obligación de participación política en las universidades públicas.
También consideran que existe un problema de estabilidad laboral
y que el mecanismo de concurso abierto de antecedentes y
oposición es válido para seleccionar candidatos, pero no es
apropiado para evaluar la carrera de los docentes. Por lo mismo,
piden que se apruebe un sistema que garantice la estabilidad del
docente, mediante evaluaciones periódicas de desempeño.
Empero, destacan que los rectores no están dispuestos a discutir
este tema en las mesas de negociación por razones políticas. Este
tema quedará como una hipótesis a constatar en investigaciones
futuras, en cuanto que en esta investigación no se entrevistó a
rectores. No obstante, en el capítulo seis se incorporan las
opiniones docentes respecto de todos los temas trabajados en el
presente.
Marco regulatorio que ordena el ejercicio de la docencia
universitaria en la UBA
El marco regulatorio que ordena el ejercicio de la docencia
universitaria en la Universidad de Buenos Aires se conforma por
la Ley de Educación Superior62, el Estatuto de la UBA y las
Resoluciones del Consejo Superior pertinentes.
La Ley de Educación Superior establece que todos los docentes
universitarios deben ingresar a su cargo mediante el mecanismo
de concurso abierto de antecedentes y oposición. Los docentes
concursados, son denominados profesores regulares.
El artículo 36 del Estatuto de la UBA determina que los
profesores regulares son aquellos que constituirán el principal
núcleo de la enseñanza e investigación dentro de la universidad.
Según la norma “sobre ellos recae la responsabilidad del
cumplimiento de los fines de la Universidad”.
Según las disposiciones reglamentarias de la UBA, el artículo 45
del Estatuto Universitario señala que:
61 La cátedra integrada se da en aquellas materias que demandan la figura de
docentes muy especializados en algún tema, por su complejidad. Están presentes,
por ejemplo, en la Facultad de Odontología de la UBA. Hay una coordinación de
los contenidos, ejercida por uno de los titulares de las cátedras que prestan los
docentes, que rota anualmente (Doberti & Marzoa, 2008).
62 Si bien la Ley de Educación Superior 24.521 está vigente en la Argentina y
regula las actividades del sector, la UBA está eximida de la obligación legal de
aplicarla, amparada por un fallo judicial que entiende que son inconstitucionales
los artículos 29 (autonomía universitaria), 42, 43 (contenidos de los planes de
estudio), 46 (acreditación de carreras de grado) y 50 (ingreso del alumnado).
83
86
87
y por el lapso que reglamenten los Consejos Directivos de las
Facultades.
65
El estatuto aprueba el año sabático para los profesores regulares
de la UBA que revistan con una dedicación exclusiva o semi-
exclusiva. Se denomina año sabático a un período de doce (12)
meses durante el cual un profesor es eximido de toda obligación
en los cargos docentes que tenga, percibiendo de igual modo sus
haberes, para perfeccionarse en estudios de posgrado, trabajar en
tareas de investigación y preparar publicaciones dentro del campo
de su especialidad y de acuerdo con un plan de tareas presentado
66
a la universidad . De acuerdo a la reglamentación, los docentes
pueden solicitar el beneficio del año sabático cada un período de
siete (7) años de labor ininterrumpida y hasta 3 años antes de
cesar en sus funciones.
Todo profesor regular cesa en las funciones para las que ha sido
designado el 1o de marzo del año siguiente a aquél en el que
cumple sesenta y cinco años de edad.
Los profesores pueden ser sometidos a juicio académico. Para que
el juicio se promueva se requiere una acusación fundada de parte
de profesores, graduados o alumnos. Pueden ser causa de este
proceso: el incumplimiento de las obligaciones docentes, la
incompetencia científica o didáctica, la falta de honestidad
intelectual, la participación en actos que afecten a la dignidad y a
la ética universitaria y haber sido pasible de sanciones por parte
de la justicia ordinaria, que afecten a su buen nombre y honor. En
caso de serle desfavorable a un profesor el juicio contra él
entablado, su nombramiento caduca inmediatamente, y se lo
indemniza.
En cuanto a la estructura de gobierno, el Estatuto establece que el
gobierno estará compuesta por: a) la asamblea universitaria, b) el
consejo superior, c) el rector, d) los consejos directivos y e) los
67
decanos.
El consejo superior se compone por el rector, los decanos, cinco
representantes por el claustro de profesores, cinco por el claustro
de graduados y cinco por el claustro de estudiantes.
Los representantes del claustro de profesores deben ser profesores
ordinarios, es decir, sólo pueden participar del gobierno aquellos
profesores que hayan concursado sus cargos. Los representantes
del claustro de profesores se renuevan cada cuatro años, los
65 Estatuto UBA, artículo 50. 66 Resolución CS 4.518/93. 67 Estatuto UBA,
artículo 88.
88