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El documento narra la historia de un cocinero inepto que adoptó a un niño huérfano y lo crió, a pesar de las críticas del niño por no enseñarle a combatir como los demás. Años más tarde, el niño se convirtió en un líder guerrillero que derrocó al tirano, pero durante una epidemia sólo el cocinero, ahora un anciano, se atrevió a alimentar a un bebé abandonado, haciendo que el líder lo reconociera y lo llamara padre.
El documento narra la historia de un cocinero inepto que adoptó a un niño huérfano y lo crió, a pesar de las críticas del niño por no enseñarle a combatir como los demás. Años más tarde, el niño se convirtió en un líder guerrillero que derrocó al tirano, pero durante una epidemia sólo el cocinero, ahora un anciano, se atrevió a alimentar a un bebé abandonado, haciendo que el líder lo reconociera y lo llamara padre.
El documento narra la historia de un cocinero inepto que adoptó a un niño huérfano y lo crió, a pesar de las críticas del niño por no enseñarle a combatir como los demás. Años más tarde, el niño se convirtió en un líder guerrillero que derrocó al tirano, pero durante una epidemia sólo el cocinero, ahora un anciano, se atrevió a alimentar a un bebé abandonado, haciendo que el líder lo reconociera y lo llamara padre.
El tirano masacraba poblaciones enteras. Los que lograban escapar se
hacían guerrilleros. Entre ellos se encontraba un hombre que era incapaz de manejar un arma y se dedicaba a la cocina. Un día encontraron en una aldea devastada a un niño moribundo. Como no tenía padres decidieron abandonarlo allí. El inepto se opuso y quiso adoptarlo. La criatura sobrevivió y fue creciendo. El cocinero le enseñó lo único que sabía hacer, cocinar. Siempre junto al fogón, el muchacho veía a los otros jóvenes aprender con sus padres el manejo de las armas. Acabó por insultar al ignorante: idiota, mira lo que has hecho conmigo: ¡tengo fuerzas para derrocar a diez tiranos y aquí estoy removiendo el cucharón de tu insulsa sopa! ¡Me das vergüenza! Y partió en busca de otros guerrilleros. Aprendió a combatir. Llego a ser jefe. Unió los grupos dispersos. Atacó al tirano y lo decapitó. Vino la paz y junto con ella una epidemia. Al mando de su poderosa armada, recorrió el país quemando las aldeas infectadas. En una de ellas, entre los numerosos cadáveres, gemía un bebé. Nadie quiso acercarse a el por miedo a la peste. De pronto un anciano harapiento saltó por entre las llamas, corrió hacia el niño, se mordió un brazo y lo alimentó con su sangre. El héroe reconoció al idiota de su infancia. Se arrodilló ante el y, por primera vez lo llamó padre.