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CAPITULO III

EL DESPLAZAMIENTO FORZADO
Y SUS CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR
Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y
JÓVENES EN COLOMBIA
E xiste una tendencia universal a interpretar los efectos
de la violencia política soPre adultos y niños, niñas y
jóvenes, desde un punto de vista fundamentalmente
psicológico o psiquiátrico, enfoque que también se ha
aplicado a las consecuencias del desplazamiento forzado,
La literatura mundial se refiere con más frecuencia a los
refugiaáos que a los Oesplazados internos y abunda en
las nociones de «traumatismo» y «trastorno de estrés
postraumático». Como afirma Cecilio Adorna de UNICEF,
«históricamente, durante los conflictos se ha prestado
mayor atención a la vulnerabilidad física de los niños pero
se ha dado escasa atención a su miedo, a su dolor, a su
angustia y cuando se les ha tratado se lo ha hecho dentro
de un enfoque clínico psiquiátrico».(9) ' ,
Al analizar los relatos de los niños, niñas y jóvenes quisimos
alejarnos de los planteamientos habituales, centrados en
una lectura «clínica» de la guerra y sus efectos, sin desco-
nocer o subvalorar las consecuencias que la violencia
política y el desplazamiento pueden tener en el bienestar
emocional be las personas, Por el contrario, considera-
mos importante destacar otros aspectos del contexto en
el que se producen estas experiencias y que también pue-
den ocasionar sufrimiento, e insistir en que conceptos como
el áe «trastorno de estrés postraumático» o «traumatismo»
no abarcan la amplia gama de experiencias y necesida-
des psicosociales de estas personas(41), , L

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RELATOS DE LA VIOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

En Colombia los niños, niñas y jóvenes, sin excepción, sufren


el impacto be la guerra, crecen en un país atravesado
por una cotidianidad de muerte y arbitrariedad, Sin em-
bargo, aquellos que han sibo desplazados por la violen-
cia son afectados de manera particular pues, a diferen-
cia de los demás, enfrentan situaciones múltiples y simul-
táneas, todas violatorias de sus derechos y padecen las
diversas formas y expresiones de violencia —política, so-
cial e intrafamiliar— en medio de la pobreza y la áespro-
tecclón be las instituciones.
Tres aspectos particulares caracterizan las experiencias de
los niños, niñas y jóvenes en situación de desplazamiento:

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22
CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

1. Han vivido y visto la guerra


Los niños, niñas y
«El día de mercado mi papá sacó lajóvenes han sido
navaja y se la enterró al man hasta
tanto espectadores
decir no más. lo traspasó con la na-
vaja. Lo mató y la navajita quedó de la guerra, como
sus protagonistas,
toda sangradita. Después él me gri-
Saben de la violen-
taba que le sacara la navaja al man,
yo se la saqué de la barriga y me la
cia más de io que
traje, él se fue a tomar otra vez, yo
dicen los noticieros o
me vine a lavarla. No me dio susto,
mi p a p á se sabe defender. A mi
cuentan los vecinos
p a p á no le podían hacer nada porque han crecido
porque don Hugo no dejaba, él era en medio del con-
amigo de los guerrilleros». flicto, Han presen-
Camilo, 9 años c i a d o masacres y
quema de viviendas,
Algunos de sus familiares han sido asesinados; otros han
cometiáo crímenes que han sido presenciados por ellos y
ellas. Han padecido la zozobra de los bombardeos y de
las incursiones armadas.
El haber sibo testigos de estas escenas, que hacen parte
de la realidaá cotiáiana de algunos, es una experiencia
intensamente dolorosa, capaz de deshacer su mundo;
no pueden comprenderlas y carecen de mecanismos
para enfrentarlas
porque todas ellas
exceden los pará- «De pronto ese hombre tiró una
bomba, el guerrillero me empujó al
metros de lo previsi-
andén, yo veía estrellitas, eso explotó
ble^), durísimo, me quedé un poco sorda.
Los relatos espontá- Un policía me ayudó a llegar hasta la
neos e ingenuos de casa, mi papá ya estaba muerto, lo
tenían tapado.»
los niños y niñas que
se exponen en esta Adriana, 15 años

publicación bescri-

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RELATOS DE LA V O L E N C I A • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

ben, en formo escalofriante, la «transición de la violencia


a la barbarie» que vive actualmente Colombia, 1
2. Han sido socializados para sobrevivir en la guerra
Poraue han crecido
en medio de la vio- «Lo guerrilla era buena, cuando Iba
lencia han asumido el ejército nadie decía nada,
preguntaban sí han visto guerrilleros -
estrategias que les
por allá les llaman muchachos- en-
permiten sobreviviría, tonces uno decía «no, por oca no
La población infantil han pasado», después llegaba la
en situación áe áes- guerrilla y p r e g u n t a b a qué les
habíamos dicho a los soldados. A
plazamiento provie-
veces los soldados decían que eran
ne de zonas en las guerrilleros y preguntaban por los
que el conflicto ar- compañeros, pero era para sacar-
mado ha generaliza- nos información».
do la violencia y la Marcos, 12 años
barbarie. Lamenta-
blemente han obser-
vado que la guerra, el asesinato, la violencia intrafamiliar,
el narcotráfico, la mentira y la crueldad son expresiones
legítimas que hacen parte del ser hombre o mujer en este
país. La honestibad, la resolución no violenta áe los conflic-

«...Barbarie es, aún en condiciones de guerra, que no se respeten ni


los mínimos éticos, ni los mínimos humanitarios. Barbarie es que no se
respete en las víctimas ni la edad, ni el sexo y que seamos capaces
de tener el primer récord de asesinato conocido en la historia de la
humanidad: un embrión de seis meses que fue asesinado el 27 de
junio en el útero de su madre en Barranquilla. Es barbarie el que las
organizaciones comprometidas en esta ola de violencia compitan
por la mayor sevicia, por la mayor crueldad, por demostrar quién es
capaz, por ejemplo, de desollar a la víctima.. ,Y finalmente hace parte
de este clima de barbarie la absoluta pasividad de enormes secto-
res de la sociedad que han perdido la capacidad de reacción y
asomPro...» FRANCO AGUDELO, Saúl (1997). «Violencia y Salud en
Colombia», ponencia durante el Foro Nacional El Sector Salud frente
a la Violencia en Colombia.

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CAPÍTUÍO CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

tos, la tolerancia o la ternura son valores y actituáes alejadas


tanto de su realidad como de la necesidad imperante de
sobrevivir,
Las personas desplazaáas, incluida ia población infantil,
han sido víctimas, en mayor o menor grado, de estrate-
gias militares diseñadas para generar miedo o terror y, en
consecuencia, se ven obligados a guardar silencio o a
mentir, Sobrevivir en un escenario de guerra implica cons-
truir visiones particulares de la realidad y aprender actitu-
des y comportamientos basados en:
1. La desconfianza
hacia los demás, ex- «En el pueblo, había mu-
chas muertes, pero uno ya
traños y próximos,
no se asustaba, se acostum-
porque pueden ser braba. Casi no salíamos
posibles agresores o porque daba miedo que vi-
enemigos, niera alguien y nos diera.»

2. Una visión polariza- Danicla, 9 años


da de la realidad
orientada por la lógica áel bueno y el malo, el
amigo y el enemigo,
3. La legitimación del autoritarismo, la fuerza y la ar-
bitrariedad como los únicos mecanismos efica-
ces para vivir en sociedad,
4. La ausencia
«¿o que he querido es meterme a la
de mediaciones ins-
guerrilla, y tener lo que siempre soñé,
titucionales en la re-
ser guerrillero o peliador por la liber-
tad y el poder». solución de los con-
Ernesto, 13 años flictos por lo cual se
apela a la aplica-
ción de justicia por la
propia mano, La Impunidad anima sentimientos
de venganza,

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

5, El uso estratégico de la palabra o del silencio


(mentir o callar),
Los enfrentamientos armados, el porte de armas, la elimi-
nación áel «contrario», la ausencia de mediación de la
justicia estatal y la resolución violenta de los conflictos, entre
otras, son vistas como «las formas naturales» de ser de
una realidad aceptada sin cuestionamiento. Esta realidad
social que rodea al niño significa para él «la única
realidad», o «la realidad por excelencia». «El niño no Inter-
naliza el mundo de sus otros significantes como uno de
los tantos mundos posibles: lo internaliza como el mundo,
el único que existe y que se puede concePir»,(6)
3. Han tenido pérdidas abruptas y significativas
Las perdióos aPruptas de los niños y niñas en situación de
desplazamiento son de diverso oráen:
1, De sus espacios vitales, esto es, de los lugares en
los que han construido sus formas particulares áe
moverse, de usar el
«Cuando nos íbamos a venir mi papá
tiempo y, en gene-
le dio mi caballo a un señor y yo lloré,
a la yegua la dejó en el corral y a los ral, de relacionarse
becerros y las vacas en la casa sola. con el entorno. Los
Yo quería mucho a mi papá pero no animales (que re-
está en la casa desde hace mucho visten un significa-
tiempo y no se dónde esté, mi mamá do especial para
dice que hay uno señores que los iban
los niños), los ríos y
a matar.
ias plantas hacen
Mi mejor amigo era Cisne, mi caba-
parte de su espa-
llo, a veces me sueño con Cisne, que
estamos todavía por allá. Todavía lloro
cio vital, con ellos
cuando me acuerdo» tejen relaciones y
Jaime, 9 años. afectos: quieren a
la tierra, al caballo
y a la quebrada,

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CAPITULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

«Nosotros trajimos la ropa, así lo de


2. De seres queridos
más necesidad, dejamos la cicla —padres, abuelos,
porque no cupo en el bus». amigos, vecinos, her-
César. 11 años manos— por sepa-
ración obligada o
por muerte,
3, De sus pertenencias y sus «señales distintivas»1: la
ropa, los documentos, ios juguetes.

«Nosotros trajimos la ropa, así


lo de más necesidad, aojamos
la cicla porque no cupo en el
bus».
César. 11 años

jfe je.

•/' ' v ' '

Termino acuñado por Erving Goff man (1995)

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

LOS NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES DESPLAZADOS


EN LA CIUDAD:
TRANSFOMACIONES E IMPACTOS

Los niños, niñas y jóvenes en situación de despiazamiento


que llegan a los centros urbanos enfrentan múltiples situa-
ciones que causan un impacto significativo en sus vidas
en general. Algunas de las más importantes son las siguien-
tes:
1. La situación de desplazamiento casi siempre está
asociada con un deterioro grave en la calidad
de vida de los individuos y las familias y con difi-
cultad o imposibilidad para satisfacer necesida-
des humanas fundamentales como las de subsis-
tencia, protección, afecto, participación e iden-
tidad.
La evaluación del impacto del desplazamiento en la vida
de los niños y niñas no puede centrarse exclusivamente
en los acontecimientos violentos o episodios traumáticos
que hayan sufriáo en el pasaáo, Su salud, bienestar inte-
gral y posibilidades de crecimiento y desarrollo personal
dependen también
—y, en ocasiones, «A nosotros no nos gusta vivir acá. En
aún más— de las el Tolima se áan cosas ricas como el
condiciones actua- aguacate, la yuca, el plátano y la na-
les de vida. ranja. En mi pueblo uno podía estar
tranquilo y salir a Jugar pero acá no
«La suposición de nos dejan porque nos puede pasar
que los aconteci- algo.
mientos pasados son Nos sentimos muy aburridos porque
más perturbadores aquí uno aguanta mucña ñambre, alia
que las experiencias uno cogía de la mata y comía, pero
por acá no».
actuales puede ha-
cer ignorar factores Gloria, 10 años.

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decisivos generadores de tensión en el presente»,(41) El
desplazamiento forzado, con la consecuente pobreza y
falta de oportunidades que lo caracterizan, puede des-
encadenar nuevas condiciones de adversidad y mayor
vulnerabilidad en las personas y familias. Diversos autores
han advertido sobre el efecto acumulativo de la
adversidaá, es áecir, entre más dificultades enfrente un
niño, menos posibilibades tendrá de superar con éxito io
ocurrido.
El deterioro de la calidad de vida de los padres puede
asociarse con los siguientes factores negativos adiciona-
les en la vida de sus hijos:
Vivienda en condiciones de hacinamiento y sanea-
miento ambiental deficiente,
Esta situación au-
«Llegamos primero a una casa donde menta significativa-
nos cobraban arriendo, entonces nos mente la probabili-
tocó irnos para otra, pero allá no lle- dad de sufrir acci-
ga agua. Donáe vivimos hay solo dos dentes en el hogar y
cuartos, una cocina y un baño, somos
de contraer enfer-
papi, mami, mis cinco hermanos, mi
abuela, mis tres tías, con todos mis medades, especial-
primos porque a mis tías les mataron el mente infecciones
marido allá en Rioblanco». respiratorias agudas,
Gloria, 10 años diarreicas y parasitis-
mo intestinal. En con-
diciones de hacinamiento, carencia de espacio suficien-
te y servicios domiciliarios, además, existe una mayor ten-
dencia a la «falta de armonía conyugal, ios problemas
de salud mental y el maltrato infantil»,(29)
Desnutrición y otros problemas de salud,
Asociados con la falta de recursos para comprar alimen-
tos de buena calidad, de educación sobre su valor nutri-
cional y de acceso oportuno a los servicios de salud pre-

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RELATOS DE LA VDLENCLA • IMPACTOS DEÍ DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

ventivos y curativos, La desnutrición puede originar retra-


sos en el crecimiento y desarrollo infantil, aumentar la sus-
ceptibilidad de los niños a las Infecciones e impedir que
se beneficien de la escolaridad por falta de atención y
concentración y por ausentismo frecuente,
• Dificultad para acceder oportunamente a servicios
sociales básicos como eáucación y atención en
salud,
A pesar de las dispo-
" yo no estoy estudiando, mami dice
siciones consigna- que no podemos ir a la escuela con
das en la Ley 387 de hambre".
1997, el problema Gloria, 10 años
del áesplazamiento
en Colombia ha re-
basaba la capacibaá del Estado y sus instituciones para
responder, en forma oportuna y con calidad, a los proble-
mas y necesidades de las personas en situación de
desplazamiento.
Las dificultades educativas de los niños, por ejemplo, son
especialmente críticas, Una investigación reciente realiza-
da por UNICEF, la Universidad del Bosque y CODHES(l 2),
demostró que de casi 32.000 niños desplazados en el úl-
timo año a la ciudad de Bogotá, sólo el 23% estaba
estudiando, De los 24,640 niños y niñas que no asisten al
colegio el 49% informó que no lo hace por PificultaCes
económicas áe los padres, el 25% por falta de cupos, el
9% porque la edad del niño no correspondía a la estable-
cida por la Secretaría de Eáucación dei Distrito y el 1 7%
restante adujo otros problemas, incluidos los de salud, la
falta de óocumentos y el temor al rechazo de los miem-
bros de las comunidades educativas receptoras,
Quienes logran ingresar a instituciones eáucativas corren
el riesgo inminente de desertar porque no alcanzan el ren-

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CAPITULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE ÑIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

dimiento promedio por diferentes factores: la baja cali-


dad de la enseñanza rural; el sistema de enseñanza Es-
cuela Nueva que difiere mucho del urbano; la confusión
emocional producto áel desplazamiento y las demás se-
cuelas que les deja el haber sido víctimas dei conflicto
armado; la imposibilidad de transportarse a las zonas don-
de se encuentran los planteles y la precaria situación eco-
nómica que les impiáe comprar los útiles y uniformes ne-
cesarios, Otros no desean volver a estudiar porque sienten
que ya han perdido mucho tiempo y que debido a su
edad desentonarían en el grupo de condiscípulos. A mu-
chos de estos niños ya se les ha negado el acceso a la
educación en las zonas de conflicto: no pudieron asistir
regularmente a la escuela por temor a los enfrentamien-
tos, por atentados contra la infraestructura o por persecu-
ción política directa contra los maestros,
La presión social y familiar a la que son sometidos quienes
no iniciaron o continuaron su proceso de educación for-
mal, los obliga a entrar a laborar en las mismas condicio-
nes -o, incluso, en circunstancias de mayor riesgo psico-
social- que los niños trabajabores del país, Están expues-
tos a la explotación sexual, o se vinculan a empleos en el
sector informal, el servicio áoméstico, las ventas ambu-
lantes, el reciclaje o la construcción. En muchas de las
actividades disponibles están expuestos a la sobreexplo-
tación por exceso be responsabiliáades, intensidad de las
jornadas, falta de remuneración, maltrato e incumplimien-
to de las obligaciones de seguridad social, También es
posible que no consigan ningún empleo y terminen vin-
culados a actividades ilícitas delinquiendo y enfrentados
a procesos penales,

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RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JLJVENTUD

Deficiencia de espacios de socialización adecua-


dos
Los barrios a los que
«Yo no estoy contento aquí, en la única
r u e d e n llegar las
parte en donde si estaría contento es
familias en situación
en mi pueblo. Aquí no nos dejan salir
de desplazamiento
a jugar al patio o a jugar fútbol. Estoy
todo el día encerrado, no me llevantienen una infraes-
ni a los parques ni nada». tructura precaria, ca-
Ernesto, 13 años recen de programas
y espacios adecua-
dos para la recreación y la socialización: jaráines infanti-
les, parques, equipamentos áeportivos y culturales, etc,
En estas condiciones el encierro o la calle son las únicas
alternativas disponibles. Por la imposibilibad de escoiari-
zación y por el temor que la ciudad les infunde, algunos
padres obligan a sus hijos a permanecer encerrados en
los estrechos cuartos en los que habitan, otros no tienen
más opción que dejarlos expuestos a los riesgos de la calle.
Cambios frecuentes de áomicilio, de colegio, y de
las personas con quienes se convive, en especial
de los aáultos responsables áe brindar afecto y
protección,
Con frecuencia las
«Acó a Soacha llegamos donde mi tía,
familias en situación ella es tía de mi mamá. Luego fuimos
de desplazamiento donde la señora Margoth, a una casa
que llegan a las de solo desplazados, ella no recibía a
grandes ciudades se otros. Como nos sacó nos fuimos a
convierten en nóma- donde doña Bertha, estuvimos un tiem-
p o allá y después nos fuimos para
das en busca de
donde estamos ahora. Ahí me gusta
oportunidades de porque es muy bonito, hay matas, el
subsistencia; otras patio es grande y se juega con los
deben seguir huyen- niños».
áo porque quienes Liliana, 13 años.
los expulsaron aún los

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CAPÍTULO I CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

persiguen o porque aparecen nuevas razones para temer


por su vida o su integridad.
Los adultos arrastran a los niños y los jóvenes de barrio en
barrio o de casa en casa. Recurrentemente los niños pier-
den a los amigos, al grupo de pares, a los maestros -con
quienes quizá ya habían lograáo establecer algún víncu-
lo- y los lugares que comenzaban a volverse familiares en
mebio del exilio,
La inestabilidad aumenta el desarraigo y dificulta el pro-
ceso de coaptación psicosocial. Todos los niños requie-
ren, en mayor o menor grado, ambientes estructurados
cultural y familiarmente mediante normas y límites claros,
horarios y rutinas y fuentes estables de afecto que les ayu-
qen a sentirse seguros y amaáos,
Estigmatización y exclusión: áe ser nosotros, ahora
somos los otros,
Los niños y niñas en
«Cuando llegué a Soacha me sentí
bien porque ya habíamos llegado situación de despla-
acá. Pero no me gusta más que Ura- zamiento pieráen sus
bá, acá no me gusta naáa porque los referencias colec-
niños empiezan a áecirle a uno negra tivas, La ciudad des-
y a mi no me gusta porque yo tengo truye el sentido de
nombre...»
pertenencia, cons-
Danicla, 9 años. truido con relación a
la vereda o el
pueblo, que les permitió identificarse como parte «de» y
decantar ia noción
«Acá casi toáas las personas ricas nos
del «nosotros», En su rechazan c o m o desplazados, les
nueva condición son tienen miedo porque los desplazados
señalados como los no tienen absolutamente nada. Yo me
negros, los del habla- doy cuenta cuando salgo a comprar
do feo, los de la ves- algo y saben que soy desplazado y me
miran con esa cosa».
timenta distinta, los
extraños, los nuevos, Marcos, 12 años.

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RELATOS DE LA VKDLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

En la ciudad son objeto de discriminaciones y señalamien-


tos, son rechazados por su color áe piel, por su apariencia
y por la condición que afrontan,
2. El desplazamiento está invariablemente asocia-
do con fragmentación, destrucción y recomposi-
ción de las redes familiares y sociales de apoyo.
Habitualmente la si-
tuación de desplaza- «Es que yo, con la edad que tengo,
miento origina cam- no tendría que hacer todo lo que hago
bios importantes en trabajar, estudiar, responder por la pla-
ta, como si yo fuera la señora de la
la dinámica familiar
casa. Debo portarme bien, no tener
que, en muchas novio, eso para mí es duro».
ocasiones, inciden
Cristina, 15 años
en el desarrollo de
nuevos problemas
psicosociales, individuales o familiares. Las formas de vida
urbanas y las condiciones particulares de la ciudad exi-
gen cambios y recomposiciones de la familia que, sin
duda, afectan a niños y jóvenes.
En las ciudades y los barrios pobres las jóvenes y mujeres
adultas en situación de desplazamiento tienen mayores
oportunidaáes que los hombres de encontrar empleo en
oficios no calificados como el servicio doméstico o el cui-
dado de los niños. El hecho de que la mujer se convierta
en el principal o único proveedor implica un cambio en
las relaciones de
poder en la pareja,
«En el pueblo mi m a m á no era tan
grosera, ni nos cuidaba tanto. En
Para muchos hom-
cambio acá pelea más, con mi papá bres, acostumbrados
sobre todo. Mis hermanas se levantan a una mujer pasiva y
tarde y pelean mucho más con mi depenáiente, la nue-
papá porque cuando él llega encuen- va condición de sus
tra la casa desordenada».
esposas e hijas repre-
Daniela, 9 años senta una amenaza,

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CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

El conflicto puede empeorar relaciones conyugales ya de-


terioradas o convertirse en una nueva fuente de discordia
o violencia intrafamiliar,
Aún cuando el hombre se integre al mercado laboral y
continúe siendo el único proveedor y jefe del hogar, ocu-
rren transformaciones en la representación e imagen que
ia mujer tiene de sí misma, La vida del barrio le ofrece
nuevas posibilidades de movilidad en el ámbito público,
espacio hasta entonces restringido para ella, «Se hace
fundamental ahora el contacto permanente con vecinos
de otros lugares, el desplazamiento obligabo por las nue-
vas necesiáades que demanáa la gestión doméstica en
ia urbe y de alguna manera la posibilidad de abrirse a lo
público y a las nuevas formas de sociabiliáad propias de
la ciudad».(4)
Las transformaciones familiares también se hacen eviden-
tes en las relaciones parentales. Cuando la mujer óebe
ausentarse áel hogar los hijos, en especial los jóvenes, la
sustituyen en la crianza de los hermanos menores, en la
preparación de alimentos y en ei cuidado de la casa. Las
relaciones de los hijos con los padres se hacen especial-
mente conflictivas porque su ausencia del hogar y lo
novedosa y atractiva que resulta la ciudad, flexibilizan en
gran mebiáa el control y la autoriáaá que los padres ejer-
cían anteriormente,
En las familias con
«Aquí los niños están todo el día en la jefatura femenina,
casa, mis hermanos estudian de no- por desaparición o
che. Mi mamá se va a lavar y le pagan muerte de los espo-
$6000 diarios. Mi hermana también
sos, el papel que
trabaja vendiendo pan, ellos nos
mantienen, mi papá no está hacien- desempeña la mujer
do nada». es agobiante; su co-
Daniela, 9 años
tidianidad se trastor-
na porque ya no

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RELATOS DE LA VKXENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

puede cuidar a sus hijos y buscar el sustento diario en un


mismo espacio como lo hacía en el campo. El no estar,
como antes, al tanto de sus hijos e hijas le genera senti-
mientos de culpabilidad. En estas familias los hijos mayo-
res pasan a desempeñar el papel de cuidadores de sus
otros hermanos o de proveedores económicos los que
apoyan a su madre a través del trabajo en actividades
informales.
A las carencias materiales se suman la desestructuración
y reconstrucción de las tradicionales relaciones familiares,
y la consecuente alteración de las imágenes y represen-
taciones que todos los miembros han construido en este
escenario' •Debido a los cambios en los papeles este pro-
ceso obliga a asumir nuevas formas de actuar en la coti-
dianidad y exige nuevas relaciones, lo cual altera los pa-
rámetros de poder aprendidos, dificulta la comunicación
y recompone ios óróenes de jerarquía existentes, Esto con-
lleva no sólo a una redefinición de los lazos, sino también
a una renegociación permanente áe la forma en que se
asimilan las nuevas identidades que la ciudad propone a
cada uno.

En algunos casos la figura fuerte de! padre se ve disminuida o la


imagen débil y sumisa de la madre fortalecida; en ocasiones se
pasa del padre proveedor al padre dependiente; de la madre en
casa a la madre trabajadora; de ia familia nuclear a la familia ex-
tensa; de la niña ayudante de la mamá a pepueña madre; del niño
aprendiz del papá a proveedor de! hogar,

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CAPÍTULO ¡II " CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

3. El desplazamiento rompe el tejido social y me-


noscaba los valores y las formas tradicionales de
creación, apropiación y transmisión de la cultura.
Además de sus
repercusiones indivi- «La gente de San Isidro es muy noble,
ellos le ayudan a uno. si se les pedía
duales y familiares, la
un favor lo hacen, le regalaban la co-
violencia de los últi- mida, pero aquí no es así».
mos treinta años ha
Gloria, 10 años
lesionado las identi-
dades colectivas, lo
que impilca destruir ias experiencias de cohesión social e
impedir que se transmitan formas de solidaridad social y
de intereses de clase que pudieron existir anteriormente,
Los efectos del desplazamiento son más profundos en la
medida que involucra grupos sociales y culturales especí-
ficos (inOígenas, negros, campesinos, sindicalistas, etc.)
porque al romperse los lazos áe pertenencia social, cultu-
ral, afectiva y territorial se desestructura el tejido social
regional y nacional(35),
La llegada a nuevos lugares, generalmente ciudades gran-
des e intermedias con formas y estilos de vida extraños y
distintos a los acostumbrados, produce impactos en las
identidades personales y sociales de los sujetos afecta-
dos, El éxodo implica la desestructuración de las redes so-
ciales establecidas con familiares, vecinos y amigos en los
lugares de origen, el desarraigo dei entorno querido y con
significado histórico y la pérdiáa áel sentido y de ia forma
particular y aprendida de vivir la cotidianidad,
Estas pérdidas y rup-
«Aquí nadie le fía a uno, si no hay plata turas que inducen los
uno no puede comer mientras que nuevos contextos
allá cogíamos las maticas y
deshacen, confron-
comíamos».
tan y rehacen los re-
Gloria, 10 años ferentes sociales y

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RELATOS DE LA VJOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

simbólicos construi-
«Lo que más me gusta es entrar a los
dos y aprendidos
centros comerciales, a ver la ropa. En
como formas y esti- el campo uno se viste con ropa fea y
los tradicionales de con chanclas. Uno ve aquí esa ropa y
vida, prácticas, como no la había visto nunca pues le
creencias y valores gusta.»
socialmente acepta- Cristina, 15 años
dos y daáos por su-
puestos en las formas
de ser y hacer de cada uno de los sujetos individuales —
niños, niñas, jóvenes, mujeres, hombres, ancianos y an-
cianas— y colectivos, Las familias que se besplazan con
tobos sus miembros sólo sobreviven en los sitios áe llega-
da si aprenden a movilizarse y actuar en el espacio nuevo
y si reacomodan los roles y los procesos de socialización e
¡ q p j n t i r i n r l n l a s ni IOVI-IQ o v i n o n r i n c

Por otra parte, el desplazamiento representa una nueva


confrontación a los valores de ia población infantil, Los
niños y jóvenes en situación de desplazamiento, en su ma-
yoría de origen campesino y despojados de muchos de
los elementos que les conferían identidad, deben apren-
der a sobrevivir a las atracciones y espejismos de la socie-
dad de consumo típica de ias grandes ciudades, casi
siempre inalcanzables para ellos,
El consumo, además de satisfacer un deseo, brinda la
posibilidaá áe accederá espacios de reconocimiento gru-
pal; por lo tanto, no consumir, en ocasiones, significa la
exclusión social. En ei contexto del desplazamiento el con-
sumo no se limita a objetos y bienes sino que incluye servi-
cios propios de la ciudad -electricidad, telefonía, acueduc-
i u y J-IIUI-ÍI ni-iiiiii_iLjej, CJTUUUJUJ^ILJI i, s u i u u y n u i K*\J\J\ re— \ j y x v c;i i c i
campo no son indispensables para sobrevivir.
En la lucha por sobrevivir en la ciudad la vida del campo
ya no es un referente claro para la formación de identl-

138
CAPÍTULO CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EÍ DESARROÍLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

dad e interiorización
«En San Isidro no se robaban los niños,
de valores, Lo que
allá uno puede salir a jugar por donde
sea y no le pasa nada, pero acá no
ofrece la c i u d a d
nos dejan salir porque nos puede pasartambién resulta con-
algo, hay mucho gamín, ellos se em- fuso, ambiguo o ate-
bazucan, se roban los niños. Un día morizante, Para los
doña María avisó por el parlante que jóvenes enfrentar
se estaban robando los niños, se los esta situación es
roban para venderlos o para sacarles
más áifícil que para
los ojos o vender los órganos».
los niños porque el
Gloria, 10 años desarraigo y la nece-
sidad de a d a p t a -
ción al meólo urbano se producen justo en medio de la
crisis propia de la juventud, con su característica búsque-
da de identidaá y necesidad de aceptación,
El alcoholismo, el consumo de sustancias psicoactivas, el
ingreso a pandillas y ia delincuencia son algunos de los
problemas psicosociales prevalecientes en los barrios po-
bres en los que vive la mayoría de desplazados. Estos fe-
nómenos representan situaciones de riesgo para los jóve-
nes de origen campesino que necesitan parecerse a los
de su misma edad, tener amigos y socializar, ocupar el
tiempo libre y encontrar nuevas fuentes de reconocimien-
to social y autoestima,
La pérdida de la cultura tradicional, con toda su riqueza
de costumbres, ritos y relaciones, ha sido comparada con
un verdadero «áuelo cultural»[A2). Este proceso simultá-
neo de duelo cultural y asimilación de nuevos valores y
costumbres puede constituir una fuente adicional de ten-
sión individual y conflicto en las relaciones interpersonales,
dentro y fuera de la familia.
Las transformaciones en ei ámbito familiar y social provo-
can cambios y amenazas para la realidad social y la iden-
tidad de los niños en situación de desplazamiento. En la

139
RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EÑ LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

ciudad se multiplican los referentes simbólicos y cultura-


les, se transforman los roles y se observan nuevas y varia-
das pautas de comportamiento, De la norma y la pauta
se pasa a las normas y las pautas, de la religión a las
religiones, del deber ser de hombre, mujer, niño, niña, a
las múltiples posibilidades de ser, En la ciudad e l mundo
dado por supuesto es cuestionado e interpretado a la luz
de las nuevas realidades,
Esta confrontación «amenaza la realidad subjetiva» be
niños, niñas y jóvenes pues no los enfrenta a las crisis coti-
dianas que posibilitan la dinámica cambiante áe la reali-
dad, sino a transformaciones radicales, a «alternaciones»,
según ei término introducido por Berger y Luckman y que
hace referencia a una revolución social en el ambiente
áel ináiviáuo, Niños, niñas y jóvenes ingresan a espacios
que ofrecen versiones contrastantes de ¡a realidad y per-
mutación de mundos lo cual significa desmantelamiento
y áesintegración áe la anterior estructura nómica áe la
realidad(ó). •
Las nuevas condiciones del entorno, las relaciones que en
él se establecen y la necesidad de sobrevivir alteran de
repente el munáo «normal», Los cambios que toóos se
ven obligabas a asumir confrontan y transforman la ima-
gen trabicional bel
ser paáre, mabre, «Tengo ganas de irme de la casa,
niño, niña, bel bien y conseguir a alguien que me ayude,
cambiar de ambiente, mejor dicho ser
bel mal, e t c , con
una niña como todas las demás,
otras posibles, descansar, pensar que tengo que es-
Los patrones de tudiar y no más. Sentirme un poco libre
crianza, construidos tener amigos, ser una joven como las
demás. Eso quisiera hacer pero se que
según las nociones
no lo pueáo cumplir porque esta mi
aceptadas de auto- papá y todo lo demás».
ridad, de bien y de
Cristina, 15 años
mal, son cuestiona-

140
CAPÍTULO 111 • CONSECUENCIAS SOBRE t i BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

áos no solo por los vecinos sino por la red institucional que,
aunque de manera áeficiente, permea ia vida privada
en la ciudad, Es una transformación radical que pueáe
afectar la identidad de los niños, niñas y jóvenes en tanto
plantea una incoherencia entre la realidad subjetiva y la
realidad objetiva. En ocasiones esta situación se traduce
en inseguriáaá, aislamiento, melancolía y frustración; en
otros casos —y ello áependerá de ia red familiar y social
que soporte estas transformaciones— es la posibilidad de
que los niños y niñas deslegitimen realiáades arbitrarias y
abran el camino para reconstruir su identidad,
Es importante anotar que la confrontación y problemati-
zación áe la realiáad hasta entonces aceptada como
«la realidaá», permite contemplar otras opciones y en este
sentido romper funciones tradicionalmente aceptadas,
cuestionar prohibiciones y, por consiguiente, plantearse
otras posibilidades no solo de estar sino áe ser,
Poáríamos decir que la problematización puede conver-
tirse en la vía para «desnaturalizar lo social» y, en conse-
cuencia, para que niñas y niños asuman un papel más
protagonice y activo,

141
RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

FACTORES MODERADORES DE LA RESPUESTA


INDIVIDUAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES
ANTE EL DESPLAZAMIENTO FORZADO
Y OTRAS SITUACIONES DE ADVERSIDAD

El óesplazamiento forzaáo puede ocasionar, directa o in-


directamente, múltipies repercusiones y efectos —negati-
vos casi siempre— a corto, mediano y largo plazo en el
bienestar, la salud física y emocional y ias posibilidades
de desarrollo personal de los niños, niñas y jóvenes en si-
tuación de desplazamiento,
Frente a situaciones como las mencionadas, ia respuesta
humana «normal» se caracteriza por una amplia gama
de manifestaciones emocionales que incluyen tristeza, an-
sieáaá, irritabilidad y síntomas somáticos, entre otras, Sin
embargo, es funáamental abstenerse be patologizar la
respuesta natural be los seres humanos ante las crisis y
diferenciar los casos de verdaderos trastornos o
enfermedades mentales de los síntomas aislados o ma-
nifestaciones de malestar emocional que no constituyen
un trastorno como tal,
Summerfield afirma que en el mundo existe la tendencia
a asumir que «las experiencias de la guerra y la atrocidad
son tan extremas que no sólo causan sufrimiento en gran
escala sino traumatismo»(46), Sin embargo, frente a este
tipo de acontecimientos violentos la respuesta individual
varia dependiendo de diversos aspectos relacionados,
entre otros, con la edad, la presencia o ausencia de fac-
tores de riesgo y protectores y otras que pueden ser de-
terminantes,

142
CAPÍTULO líl • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NINAS Y JÓVENES

1. La edad
La Organización Mundial de la Salud ha establecido las
siguientes manifestaciones como propias del malestar
emocional de los niños refugiados según su edad:
Los niños y las niñas en edad preescolar: Los niños de
muy corta edad son menos conscientes de las implica-
ciones que tienen los acontecimientos que suceden a su
alrededor, pero son muy sensibles a la separación de los
padres y otros adultos conocidos, Pueden expresar su
malestar emocional de diversas maneras(37):
• El niño parece retroceder a una fase anterior de
su áesarrollo; en su forma áe hablar o controlarse
se comporta como un niño áe menor edad
Se chupa el dedo.
Pierde el control de esfínteres,
Pierde el control de la defecación,
Tiene pesadillas o terrores nocturnos.
Siente terror ante objetos reales o imaginarios.
Es hiperactivo o se comporta de una manera que
la familia no puede controlar.
Es agresivo con otras personas,
Se muestra temeroso y desconfiado con los de-
más,
Tiene dificultades para concentrarse,
Es inactivo o no reacciona a los estímulos exter-
nos,
Los niños y las niñas en edad escolar: Los escolares tie-
nen una mayor capacidad que los y las preescolares, para
comprender lo que ocurre a su alreOedor, Son más cons-
cientes de su propia mortalidad y de las implicaciones de
una situación para sí mismos y sus familias. Pueden reco-

143
RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

nocerse como discriminados y sentirse diferentes, espe-


cialmente cuando se enfrentan a expresiones de hostilidad
y rechazo en el colegio, Algunas manifestaciones de
sufrimiento emocional del niño y la niña de esta edad
son(37):'
• Los escolares lloran con mucha frecuencia,
• Tiemblan o parecen atemorizabos,
• Se autoestimulan, por ejemplo, balanceanbo me-
cánicamente el cuerpo o golpeanóo con la ca-
beza.
• Tienen alteraciones del sueño, pesadillas o
insomnio o duermen en exceso,
• Pierden el control de esfínteres,
• Tienen problemas con la comida,
• Tienen molestias o problemas orgánicos como ce-
faleas, mareos, dolores de espalda, fatiga ocular
o molestias gastrointestinales sin una causa apa-
rente.
• Tienen tendencia a la agresión física o a un com-
portamiento muy ruidoso y brusco en el juego,
• Son muy reservabas, tranquilos y modosos, no ex-
presan nunca sus sentimientos y deseos, o se
muestran deprimidos y no reaccionan a los estí-
mulos externos,
• Regresan a comportamientos propios de niños de
menor edad (por ejemplo, pérdida del control de
esfínteres),
• Son inquietos y tienen dificultades para llevar a
término lo que se les encomienda,
• Presentan dificultades para concentrarse o para
recordar cosas en la escuela,

144
CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

• Son irritables y tienen problemas para trabajar con


los bemás,
• Se muestran atemorizados y desconfiados con los
demás,
• Siempre están pensando en futuras desgracias,
Jóvenes: Como ya se mencionó, constituyen un grupo
particularmente vulnerable por los cambios que deben
enfrentar en forma simultánea. La estructura social en la
que ha bebido producirse la etapa de transición hacia la
viáa aáulta ha áesapareciáo por lo cual los jóvenes pue-
den sentirse viviendo en el vacío social, en especial si ca-
recen de orientación y apoyo de ios padres(30); la cir-
cunstancia del desplazamiento los expone a factores de
riesgo psicosocial. Algunos síntomas de malestar
emocional en los jóvenes son(37):
• Retraimiento o comportamiento agresivo.
• Identificación y dependencia excesivas de otras
personas.
• Agitación, desasosiego o incapacidad de per-
manecer quietos o concentrados.
• Depresión extrema; falta de respuesta hasta el
punto de la inmovilidad (catatonía),
• Abatimiento o cambios bruscos de humor y com-
portamiento.
• Síntomas funcionales u orgánicos (como cefaleas
frecuentes) causados por el estrés,
• Alteraciones del sueño,
• Gestos o intentos de suicidio,
En el caso de los y las jóvenes no toóos ios efectos de la
guerra son negativos; enfrentarse a situaciones límite les
permite un replanteamiento de la existencia de cara a un
horizonte nuevo y armados con recursos que no habían

145
RELATOS DE LA V O L E N C A • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

emergido antes, En estas circunstancias empiezan a rom-


perse «las amarras be su enajenamiento sumiso y bepen-
áencia existencial», marcadas por la dinámica y los pa-
trones de crianza de su grupo familiar,
Ei establecimiento de redes de comunicación, sociabili-
dad y transacción permite una vivencia colectiva con el
grupo de pares que obliga al joven a una confrontación
de sí mismo con el accionar de los otros, pero que tras-
cienáe la esfera individual y llega a conflictuar la autori-
dad paterna, las pautas de crianza y los modos de rela-
cionarse estabiecibos en el interior de la dinámica fami-
liar, con los consecuentes conflictos y tensiones intergene-
racionales,
Aunque no es una afirmación generalizable, poáría decir-
se que los jóvenes logran una identificación espontánea
con ia vida urbana que no sólo acelera el proceso óe
adaptación, sino que desdibuja la ibea de retorno a sus
lugares de origen, La ciudad induce cambios profundos
en el proceso de afirmación de la identidad de los jóve-
nes pues ofrece más moáelos de referencia que redefi-
nen el sentido de sus vidas, Algunos de estos jóvenes ex-
perimentan roles y campos de acción que no están rela-
cionados con lo rural ni lo doméstico, lo que trae consigo
una cierta moratoria en la asunción óe compromisos de-
finitivos, posibilidaá que no tenían antes áe llegar a la ciu-
dad,
2. La presencia o ausencia de factores de riesgo y
de factores protectores
Los factores de riegos se refieren a cualquier característi-
ca, cualidad o circunstancia de una persona o comuni-
dad que se sabe está relacionaba con una mayor pro-
babiiibaq be ocasionar efectos negativos en su salud o
bienestar. En el contexto bel desplazamiento forzado los

146
CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

siguientes son algunos ejemplos de factores de riesgo adi-


cionales para los niños, niñas o jóvenes:
• Haber sufrido la pérdida de un padre o de am-
bos.
• Haber sido víctima directa de secuestro, torturas,
lesiones físicas, abuso sexual o amenazas graves
a la vida.
• Estar separado de los padres y haber quedado
al cuidado de otros adultos con quienes no existe
un vínculo afectivo importante,
• No estar escolarizado y no disponer de oportuni-
dades para ocupar el tiempo libre en forma crea-
tiva.
• Ser obligado a trabajar en actividades que no
son adecuadas a la edad o en condiciones de
franca explotación,
• Presentar problemas crónicos áe salud, trastornos
en el desarrollo o discapacidades físicas, senso-
riales o mentales,
Los factores protectores, por el contrario, son las condicio-
nes o entornos capaces de favorecer el desarrollo de in-
dividuos o grupos y, en muchos casos, de reducir los efec-
tos de circunstancias desfavorables. Estos factores pue-
ben ser externos o internos. Los primeros se refieren a con-
diciones del medio que actúan disminuyendo la probabi-
lidad de daños; los segundos están relacionados con atri-
butos de la propia persona(38). Los siguientes son ejem-
plos relativos a la situación áe desplazamiento:
• La presencia de los padres u otros adultos que
brindan apoyo y están enfrentando satisfactoria-
mente la situación,

147
RELATOS DE LA VIOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN I A NIÑEZ Y LA JUVENTUD

• La buena comunicación en la familia: los niños,


niñas y jóvenes reciben información adecuada a
su edad y desarrollo sobre ia situación y lo que
ocurre a su alrededor.
• La oportunidad de compartir sentimientos y ex-
periencias con otros en la misma situación,
• La asistencia a una escuela en donáe sean acep-
tados, reciban apoyo y tengan la oportunidad
de participar en actividades que sean de su
interés,
• Tener buen desempeño académico o éxito en
otras actividades.
3. Otros factores determinantes
Los niños y niñas en situación de desplazamiento están
inscritos en realidades sociales, políticas y culturales hete-
rogéneas y, aún cuando todos están afectados por la vio-
lencia, cada uno vive de manera particular su situación.
En consecuencia, no puede establecerse a priori qué tanto
afecta y qué tan Oolorosa o traumática resulte la expe-
riencia. Para comprenderlo hay que considerar los siguien-
tes aspectos:
• La brusquedad de los hechos referidos, «el monto
de terror, es decir, el calibre del riesgo inminente
de daño emocional o físico atribuido a la expe-
riencia».(45)
• Lo imprevisto del suceso (su naturaleza imprede-
cible o inesperada). Las reacciones de los niños
no socializados en una cotidianidad violenta fren-
te a estos hechos podrán ser «de angustia incon-
tenible, o con alguna forma óe autismo..., es de-
cir, serán formas áe reacción normal ante circuns-
tancias anormales»{3]. Por el contrario, quienes
han creciáo familiarizados con ia violencia tien-

48
CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE ÑIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

den a mostrarse insensibles, la habituación es su


mecanismo de respuesta,
• Las características de estilo (psicológicas) de la
víctima: «capacidad previa para disociar o para
confrontar, capacidad para tolerar estrés sin des-
organizarse», (45)
• Las características del grupo familiar y de sus re-
acciones frente a los hechos (comportamientos
de ios adultos),
• La red social —vecinos, familiares, amigos— con
que se cuenta en los lugares áe origen (qué tan
solos o acompañados enfrentan los hechos),
• Estos dos últimos aspectos -grupo familiar y red
social- son especialmente relevantes si se tiene
en cuenta que los niños apropian la realidad
mediante el proceso de socialización primaria,
lo cual significa que asumen el munOo en el que
viven otros, que se están convirtienáo en miem-
bros de la sociebab, Sin embargo, dicha reali-
dad será «filtrada» por ios otros significantes que,
para el caso, son en primer lugar los miembros
de su familia, La realiáad o el mundo social se
construyen también en virtud de sus «idiosincra-^
sias individuales, biográficamente arraigadas»(6);
por ello la calidad de las relaciones afectivas
dentro del ámbito familiar y vecinal jugará un
papel decisivo en la configuración de la realidad
subjetiva de los niños.
• Las características sociales y culturales del nuevo
entorno, es decir, de la similitud o diferencia de
intereses, hábitos y costumbres que se encuentre
con los miembros be la comunidad y de la posi-
bilidad de establecer relaciones solibarias o ex-
cluyentes,

149
RELATOS DE LA TOLENCW • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y I A JUVENTUD

• Las posibilidades de acceso a nuevos espacios


de socialización en el nuevo entorno, principal-
mente a la escuela y a otras instancias para el
encuentro, la recreación y la educación.
• Las oportunidades que se ofrezcan para romper
el silencio obligado o consentiáo y para acceder
a la palabra, Este último aspecto es relevante pues
si los niños no encuentran posibilidades y estímulos
para «contar sus historias» y expresar sus versiones
de la realidad, acumularán el dolor y las heridas
no sanarán, El cuento, el teatro, el dibujo o el juego
son espacios en los que el niño se siente
escuchaOo y reconocido y en los que, poco a
poco, puede admitir que sintió miedo o puede
permitirse llorar o preguntar.
En todo caso, para evaluar los impactos del desplaza-
miento sobre los niños y las niñas es necesario considerar
las perdióos significativas (afectivas y materiales), los even-
tos vivióos y lo que se áeja atrás y se enfrenta ahora en
términos áe vivencias Calorosas o gratificantes,
Toóos estos aspectos se entrecruzan para áefinir en cada
individuo el tipo de huella que queda y las posibilidades
que se abren. Los niños, niñas y jóvenes en situación de
desplazamiento son muy diversos. Algunos, tal vez la ma-
yoría, son tímidos, inexpresivos, agresivos o ensimismados;
otros son vivaces y creativos; unos recelosos y desconfia-
dos; otros solidarios1 y extrovertidos,
Para evitar las generalizaciones es importante analizar los
factores que influyen en la respuesta individual de la po-
blación infantil y juvenil a estas situaciones de crisis, La ex-
periencia en todas partes del mundo ha demostrado que,

Pues algunos han aprendido tamPién aue la solidaridad es una es-


trategia para soPrevivir en la guerra

150
CAPÍTULO III • CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE ÑIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

incluso sometidos a idénticas condiciones de adversidaá,


no todas ias personas responden de la misma forma, La
investigación más reciente se ha centraóo en tratar de
comprender los mecanismos y factores individuales, fa-
miliares y comunitarios que le permiten a los InOividuos
sobrevivir, o incluso surgir, más allá de la vulnerabilidad,
Desde la década de los años ochenta existe un interés
por tener información acerca de ias personas que desa-
rrollan destrezas a pesar de haber sibo criadas en condi-
ciones adversas, o en circunstancias que aumentan las
posibilidades de desarrollar patologías mentales o socia-
les, Se concluyó que el adjetivo resiliente, tomado del in-
glés resilient, expresaba las características mencionabas
anteriormente y el sustantivo «resiliencia» esa condición,
En español y en francés (resilience) el término se emplea
en metalurgia e ingeniería civil para describir la capaci-
dad de algunos materiales de recobrar su forma original
bespués áe ser sometidos a una presión deformadora,
Así, el término fue adoptado por las ciencias sociales para
caracterizar a aquellos sujetos que a pesar de nacer y vivir
en condiciones de alto riesgo se desarrollan psicológica-
mente sanos y alcanzan a tener éxito en su sociedad(38).
La resiliencia es un conjunto de procesos sociales e in-
trapsíquicos que posibilita una viba «sana» en un meqio
insano, Este proceso se realiza a través del tiempo y de
afortunadas combinaciones entre los atributos áel niño y
su ambiente familiar, social y cultural. La resiliencia no pue-
de pensarse como un atributo con el que nacen los niños
o que adquieren durante su desarrollo; se trata de un
proceso que caracteriza un complejo sistema social, en
un momento determinado del tiempo(44). 7
La resiliencia se funáamenta en la interacción existente
entre la persona y el entorno y es el resultaáo áe un equl-

151
RELATOS DE LA VIOÍENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

librio entre factores áe riesgo, factores protectores y la per-


sonalláaá del ser humano.
¿Cuál es el perfil del niño resiliente?
Se han realizado esfuerzos por identificar, sintetizar y ex-
presar más gráficamente los atributos que caracterizan a
un niño, niña o joven resiliente, En el siguiente perfil se ha
intentado resumirlos;

CARACTERÍSTICA EXPLICACIÓN

Se refiere a la capacidad de responder al con-


tacto con otros seres humanos y dar respuestas
positivas en ellos. Depende de una combina-
Competencia ción de respuestas positivas (como el buen
social sentido del humor, la capaciOad de dar y reci-
bir afecto y la aaaptabilidad ante las situacio-
nes) y destrezas personales como ¡a empatia y
la comunicación interpersonal,

Incluye la habilidad para pensar en abstracto


Resolución reflexiva y flexiblemente y la posibilidad de
de problemas intentar soluciones nuevas para problemas cog-
nitivos y sociales.

Sentido de la propia identidad, habilidad para


poder actuar independientemente y el control
de algunos factores del entorno. Depende tam-
Autonomía bién del desarrollo de algunas destrezas psico-
sociales como el conocimiento de sí mismo,
saber tomar decisiones y el pensamiento críti-
co y creativo.

Continúa...

152
CAPÍTULO I CONSECUENCIAS SOBRE EL BIENESTAR Y EL DESARROLLO INTEGRAL DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES

CARACTERÍSTICA EXPLICACIÓN
Relacionaao con el sentido de autonomía, de
la propia eficacia y de confianza en gue uno
puede tener algún grado de control sobre el
Sentido ambiente. Dentro de esta categoría entran va-
de propósito rias cualiCades repetidamente identificadas en
y de futuro lo publicado sobre la materia como factores
protectores: expectativas saluaables, dirección
por objetivos y orientación hacia su consecu-
ción, motivación para los logros, fe en un futuro
mejor y sentido de la anticipación y ia cohe-
rencia.

La respuesta individual y de adaptación de los niños, ni-


ñas y jóvenes frente al desplazamiento dependerá de una
compleja interacción entre las características de la situa-
ción adversa y factores individuales, familiares y ambien-
tales,
Es be anotar, sin embargo, que las características expre-
sadas por los niños, niñas y jóvenes no son sus marcas
definitivas, pues así como se ha reivindicado que et des-
plazamiento no es un «estado» sino una «situación», por
ende superable, estas características pueden ser poten-
ciadas o transformadas si se brindan las mínimas condi-
ciones requeriqas para ello.
Sin embargo, más allá be las reacciones emocionales in-
mediatas, la preocupación bebe concentrarse en respon-
der preguntas como éstas: ¿cuáles son las consecuen-
cias de que tantos niños, niñas y jóvenes colombianos
estén creciendo en esta cultura de ia violencia, en donáe
la sevicia y la barbarie son formas cotiáianas de resolver
los conflictos? ¿Cuál será, entonces, el efecto sobre las
futuras generaciones?

53
RELATOS DE LA VIOLENCA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

«Siempre soñé ser guerrillero, o


guerrero, peleador, luchador por la
libertad»
0*~% Yo vengo áe un pueblito que se llama El
.i , Dieciocho y queba en el Caquetá, es
F,'T N / un pueblo pequehito que tiene como
^f \ ' veinte casas. Allá había selva, monta-
\ ñas y finquitas. La finca bonáe vivíamos
\] \ quebaba cerca be Valparaíso y óe Flo-
rencia, no íbamos mucho a Florencia
Ernesto, porque mi mamá no nos áejaba.
13 anos ^ Q f e n ¡ a m o s casa, teníamos un ranchi-
ta en una casa áonáe nos baban posa-
ba porque no teníamos plata para comprar una casita.
La posaáa nos la áaba una señora que era muy buena
gente y gue se llamaba boña Ignacio. Lo único gue
teníamos era el televisor, las camltas y las cosas gue usá-
bamos para Jugar.
Nos baban trabajo en fincas para raspar coca. Eso se
hace cuanbo la mata está por caerse, entonces se coge
con cuióaóito, gajo por gajo, se comienza a halar la hoja
yse suelta áespacio. A nosotros nos pagaban a $2.500 el
bía, pero en toba la semana yo me ganaba cincuenta,
treinta, o cuarenta mil pesos. Nos pagaba el Jefe de la
casa, que era el dueño de la finca. Mipaórostro también
trabajaba en fincas pero a veces era perezoso, se hacía
el que tenía bolor áe estómago y mentiras. Él también
raspaba hoja be coca, por allá toáo el munáo vive áe
eso, casi toáo el munáo trabaja en un plante.
Mi m a m á me conseguía trabajo para que yo estuviera
toba la semana en El Dieciocho. Yo no iba al colegio,
primero estubiaba, allá había una escuelita, yo hacía se-
gundo de primaria. A mí la eáucación me parece

154
ERNESTO, 13 AÑOS

Importante para aprenáer muchas cosas, como serpre-


siáente, áoctor ser profesor, ser secretario, empleaáo,
cooráinaáor áe colegio y también ser bueno áe toáo lo
que yo quiera.
A mí me gusta Jugar y también el estuóio. En el pueblo
cuanbo me tocaba estublar, me iba a estubiar, cuanbo
me tocaba trabajar, trabajaba toba la semana, si me
ponía enfermo no trabajaba. Raspanbo coca a uno le
ban mareos o una alergia: el primer bía son unas ranchi-
tas que le salen en el cuerpo y ban piquiña, uno tiene que
echarse una crema para que se le quite. Eso ba cuanáo
fumigan. Un áía me intoxlgué, le estuve ayuáanáo a fumi-
gar o un señor gue pagaba $10.000 por la fumigaba, yo
acabé el plante en bos bías, si la mata no se fumiga no
áa hoja.
El plante pueáe ser granáe, está la coca y matas áe plá-
tano para esconáerla. El laboratorio estaba al otro labo
áel plante, nosotros cargábamos la coca, un muchacho
como yo carga áos o tres arrobas.
Allá tenía amigos, pero también bos enemigos. Había uno
gue me becía marica, gue yo era un rosqueto, entonces,
como yo no iba a áejar que me áijeron marica, le ái en
toáa la jeta.
En El Dieciocho los sábabos y bomingos amanecían muer-
tos, en la noche o en la mañana, un muerto, o tres, o
cuatro. También hubo una huelga. Robaban, cerraban
las tienbas para que nosotros no pubiéramos comer. Esas
cosas las hacían los policías y la gente que es mala. Ce-
rraban la tienba porque éramos raspachines, los policías
nos pegaban. Eso hace años, hace mucho tiempo, la
huelga buró como un mes, toóos los áías se levantaban y
hasta la noche buraban banbo plomo, pata, leño, pe-
braba y lacrimógenos.

I 55
REIAIOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

En El Dieciocho vivía con mi mamá y mis tres hermanos.


MI abuelo vivía en su casita, era presibente be la Junta
pero se salió. Él era el que manejaba el acueáucto, el
que ayuáaba a arreglarlas tuberías, le colaboraba a tobo
el pueblo, pero había más áe una persona que hablaba
mal be él. Iba a cumplir 62 años cuanáo lo mataron los
paramilitares, ya tiene seis meses áe muerto.
Mi papá también está muerto, lo mató la guerrilla porque
él se entró a un túnel y se robó unas joyas. En ese túnel
trabajaban más personas y tenía contrato con la guerrilla.
Una noche en que no había nabie él entró y lo pescaron,
no alcanzó a esconóerse, le áispararon y le quitaron los
cristales.
Después mi m a m á se Juntó con otra persona, pero le áio
por separarse por culpa mía, porque áon Honorio mante-
nía regañánáome y toáo lo que mi mamá y yo hacía-
mos, toáo lo que teníamos, tenía que aojárselo a él. Don
Honorio es un señor que no hace sino tomar, es toáo malo.
Mi m a m á conoció a mi paárastro en Pauna, Boyacá, o
sea que áe Pauna pasaron a El Dieciocho. Primero vivi-
mos allí, a mí me gustaba Pauna, me gustaba mucho la
misa, el parque y la finca be mi abuelita porque tenía un
lago bonito en el gue nos bañábamos toáo el áía. Cuan-
áo mi m a m á se fue a vivir con mi paárastro no sabía quien
era el papá áe ella. Le áijeron que el nombre be su papá
era áon Carlos Lozaáa, se fue a buscarlo y io encontró en
El Dieciocho.
En el Caquetá hay guerrilla, paramilitares y ejército. Las
FARC mantienen cobranbo impuestos para no quemar
los laboratorios, cabo mes vienen y cobran. Piben un mi-
llón o quinientos mil pesos y hay que pagarles porque si
no estallan los laboratorios. Yo he visto cómo hacen eso

156
ERNESTO, 13 AMOS

en varias partes, en un mismo bía, en una finca, en otra y


en otra, salían unas humarebas granbísimas.
Un muchacho be 14 años me bijo que yo pobía meter-
me a la guerrilla y tener lo gue siempre soñé. Siempre
soñé ser guerrillero, o guerrero, peleabor, luchabor por la
libertaá, tener poáer para que toáo molo vaya a la cár-
cel y para áejar a toáa la gente libre. Los señores que no
pagaban naba, pagan o se van a la cárcel.
Ese muchacho era mi amigo guerrillero, se llamaba Julián,
un bía jugó conmigo, tenía 14 años. Pero se fue y resultó
muerto al otro bía. Pelearon contra los paramilitares, el
paramilitar seguro le apuntó pero no lo mató bien como
quería, quebó heribo y lleganbo al hospital otro lo rema-
tó, se fue en la ambulancia hacienbo gue era un guerri-
llero y lo mató a puñaleóos entre el pecho, le cortó el
guargüero.
Los paramilitares matan, son asesinos, a más áe uno lo
han metiáo a la cárcel por asesino, matan a la guerrilla.
Yo lo único que esperaba era que se estrellaran, porque
para que no los alcanzaran se iban muy rápióo.
El ejército hace lo mismo que la guerrilla: cobrar impues-
tos para no quemar el laboratorio. La biferencia es que
ellos no vienen en un mes, sino en bos y tres meses, abe-
más el ejército no cobra tanto como la guerrilla. Yo pre-
fiero a la guerrilla y al ejército que a los paramilitares, ellos
son asesinos, hicieron masacres en un pueblito que se-
guía, no me acuerbo el sitio, pero be tobas maneras ma-
taron veinte personas. Yo miré por la televisión.
Los paramilitares mataron a mi abuelo porque ellos creían
que él tenía algo con la guerrilla. Llegaron a El
Dieciocho un bomingo áe ramos, venían con la cara ta-
pada. Ese día yo estaba con una amiga, ayudánáole a
vender paletas y helados. Estábamos en una tienba al laCo

157
RELAJOS DE LA VOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

be la carretera, cuanbo pasó el primer carro ella áijo:


«pasaron los paramilitares», ella había escuchaba que iban
o venir. Llegaron con uniforme. Nosotros cogimos ei ter-
mo y lo entramos para la casita. Un señor me bijo: «móni-
ta, hágame un favor», yo le pregunté qué favor, dijo: «se
gana $2.000 si no se deja pillar y agarra un revólver que
está allí», el arma estaba frente a un paramilitar que esta-
ba al pie be la mesa. Fui, lo agarré bespacio para que no
me pillara, lo aventé hacia el otro labe y el bueno lo agarró
y lo metió por óebajo be la cama. Los paramilitares no
entraron a la tienba y yo me gané los áos mil pesos, con
eso compré unos cuaáernos gue necesitaba, porque ese
áía estaba estubianóo.
A nosotros nos amenazaron be muerte porque mi mamá
era la única familiar que le queáaba a mi abuelo. Le áije-
ron a una amiga áe mi mamá, que también era amigo
be los paras, que mejor se fuera, que la iban a matar,
que la tenían amenazaba be muerte y que ¡ban a volver.
A mi m a m á le áio mieáo, no nos óemoramos ni tres áías
en irnos, un sábabo cogimos un carrito y hasta luego.
Yo sentía tristeza porque acabábamos be enterrar a mi
abuelo cuanbo llegó la razón. Ese áía lloré por mi abue-
lo, lo quería harto porque él me baba muchos consejos.
Antes yo le sacaba plata a mi mamá para comprar lo
que quería, gaseosas, buñuelos, empanabas, maáuros
con queso, me la gastaba toba. Él me áijo que no volvie-
ra a hacerlo y yo le prometí que no. No lo he vuelto a
hacer. Mi abuelo estubió hasta sexto, acabó el bachille-
rato, estuvo estubianbo computaboras, estubió muchas
cosas para pober ser el presibente be la Junta. Él no tenía
naáa con la guerrilla, él áijo que no bebía naáa.
Salimos mi mamá, mi hermano, mi paárastro, mi herma-
nitayyo. Acá el único refuerzo que teníamos era áe nues-
tros familiares que vivían en Soacha, en el barrio Puerto

158
ERNESTO, 13 AÑOS

Abril. Mi tío Gerarbo y unos primos por parte be mi pa-


brastro nos bieron posaba.
Antes trabajaba y ahora no, ahora le bebico más al estu-
áio, me gusta estar en este colegio porque no es aburri-
bor Me gusta la Funbación porque es como si fuera una
ciubab, tiene muchos niños, parque, cancha óe balon-
cesto, salones, biscos y muchas cosas. Aquí he aprenbiáo
áivisiones, multiplicaciones, restas y sumas.
Yo no estoy contento en este sitio, en la única parte en
que sí estaría contento es en Pauna, en el pueblo. Aquí no
nos áejan salir a jugar al patio ni a Jugar fútbol. Estoy tobo
el bía en la casa, encerraba, no me llevan a un parque ni
naba. Me gustaría trabajar venbienbo panes o ayubanbo
a venber en un almacén de ropo, juguetes, muchas co-
sas.
Mi mamá está mal porque no tenemos plata para com-
prar lo que necesitamos y porque está en una situación
que no ha pobibo controlar con el esposo, él mantiene
celoso, piensa que mi m a m á tiene mozo, pero son men-
tiras áe él. Cuanóo vivíamos en el Caquetá, él me áijo:
«Dígame la veróaá, ¿usteó sabe si su mamá tiene mozo?»,
y yo le bije: «¿usteó porque cree eso?, ¿usteá cree que mi
mamá le ha sióo infiel o oigo así?», me dijo que tenía una
duáa, que la había visto hablanbo con un señor, pero yo
le bije que le estaba cobranbo una plata que le debía.
Ahora la viba se nos ha complicabo más. En una casa
áonáe vivíamos se perbió un celular y también se perbió
un poco be plata, como treinta mil pesos, tobos áecían
que era culpa mía, hasta el bueno be la casa me echó lo
culpa, mi pabrastro también. Yo he becibo coger mi ca-
mino. No le he bicho a mi mamá que me voy para Pauna,
Boyacá, óonóe está mi tía Alejanóra, ella es la mujer áe
mi tío, áe un hermano áe mi mamá.

159
RELAJOS DE I A VIOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

Lo que más me hace falta bel Caquetá es mi familia,


ellos se queáoron vivienóo en El Dieciocho pero a mí no
me gustaría volver allá, es un pueblo muy aburribo, no
tiene tobo lo gue uno guiere, no tiene canchas be balon-
cesto, no tiene parque y quién sabe si lo habrán arreglaáo.
Yo pienso que ser áesplazaáo es ser pobre, no tener naáa
áe lo que uno ha tenióo. Yo no he tenióo lo que he nece-
sitaáo, ni un muñequito que me haya regalaáo mi pa-
árastro, naáa, la única que me ha áaáo lo que yo nece-
sito es mi mamá. Por eso un áesplazaáo no tiene lo que
los óemás tienen.
Cuanáo esté granbe me gustaría ser alcalbe, o ser pro-
fesor, porque uno le enseña a un niño a no ser grosero, le
enseña muchas cosas como a ser un poguito más gene-
roso. También me gustaría casarme y tener hijos porgue
mi sueño siempre ha sibo tener un niño, un bebé, bos
gemelos, yo quiero que ese sueño se haga realibaá.

60
CRISTINA, l 5 AÑOS

«Mi papó teme que nosotros


nos vayamos para la guerrilla»
Yo vivía en Norcacia, una vereáa áel
Caquetá. Vivía en una finca y estuáiaba , > -v,,
en el pueblo, salía los fines be semana o
mercar y a veces a Florencia. La finca no : i ; \ \ , A '
quebaba en un plan sino en lo alto áe
una montaña, por ahí pasaba una *1
quebraba. Al ¡abo be la casa nacía el
agua áe unas montañas y bajaba en unas
guaduas. Allá se produce plátano, yuca, Cristina,
cebolla larga, tomates, pero pequeñitos, *^ anos
y pasto para las vacas. Tobo eso era be
mi abuelita, nosotros vivíamos con ella, era la bueña be
la finca y nos bio un pebazo be tierra para que viviéramos
ahí.
Yo vivía con mi mamá, mi papá y unos tíos. Mis tíos eran
los que hacían tobo en la finca, los que trabajaban. Lo
que más había era café, se sacaba caáa ocho áías para
vender. Allá se cogía, se pelaba, se ponía a secar y se
sacaba en mulos para el pueblo.
Somos nueve hermanos. Mi hermano mayor tiene 19 años,
él no es hijo be mi mamá, sólo áe mi papá, él es áe la
Guajira. Nosotros no lo conocíamos, mi papá nos había
hablaba áe él toba la viba pero nunca le creímos, nos
becía que tenía un hijo por allá y que se llamaba Joiro. El
año pasabo le manbó una carta y un teléfono, él nos
estuvo llamanóo y bijo que iba a venir, nos preguntaba
cuántos hermanos tenía y toáo eso. Él vino ahora, como
en septiembre. Yo lo conocí cuanbo ya vivíamos en
Soacha.
La casa bonbe vivíamos era be tablas be mabera, las
camas también. Las camas las hacían ellos mismos, po-

I6l
RELATOS DE LA VIOLENCLA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

nían una estaca y tablas, no había colchón. Cuando no


había camas tenbían una estera en el piso, que era be
tierra. Las parebes también eran be tablas, el comebor
también lo hacían allá: cocinábamos con leña, no había
luz. La casa estaba dividiáa en áos piezas y la cocina pero
ahora la cambiaron otra vez, la remobelaron. Yo volví una
vez a visitar a mi abuelita, a ver cómo estaba, tobo esta-
ba bien.
El clima en Florencia es caliente pero por allá es frío. íba-
mos a bañarnos a la quebraba que quebaba cerquita a
la casa, pescábamos, cogíamos café con mis tíos y pa-
seábamos por el monte para coger gurras, que son ani-
males que se comen. También había zorros que pasaban
por al pie be la casa. Los zorros se comen las gallinas, son
como perros pero no son perros, son negros.
El ejército pasaba y hacía campamentos en lo plano, al
pie be la casa. La guerrilla también. Nosotros hablába-
mos con ellos, nos preguntaban qué hacíamos normal-
mente. Al labo bel pueblo se hacían Juntos, aunque eso
no es un pueblo, es una vereba pues no había hospital
sino un centro be salub, no había policías, allá el parque
era un monte y la iglesia era áe tablas. Nosotros íbamos a
la iglesia los bomingos. A veces mis hermanos no iban,
mis tíos tampoco, mi abuela si. Mi abuelita se venía tobos
las tardes para el pueblo a bonbe un amigo a ver nove-
las, eso besbe hace como biez años.
Yo estubié en un colegio gue quebaba en la misma es-
cuela. Ahí hice toba la primaria, porque aquí fue bonbe
vine a estubiar bachillerato. Me gustaba estudiar. Casi no
había niños, sólo los niños be alrebebor, be las fincas y de
otra vereCa que quedaba más allá. Casi no tenía amigas
porgue yo bajaba a estubiar y volvía y me subía, hablaba
con una niña naba más, tenía pocas amigas. Ella se lla-
maba Naáia, es muy noble, yo la guería mucho, nos te-

162
CRISTINA, 15 AÑOS

níamos mucha confianza, ella me contaba a mí tobo y


yo le contaba tobo a ella. Me contaba lo que le pasaba
con muchachos o lo que le pasaba en la casa. Ella vivía
con la mabrina pero mantenía muy aburriba porque sen-
tía que la trataban mal, vivía con la mabrina, el pabrino y
un hijo be la señora.
Salíamos las bos, nos íbamos a Jugar al río o al bosgue a
pasear. íbamos solas porgue por allá no es peligroso. Ella
no poaía vivir con la mamá porque como no tenía papá,
la mamá no la poáía tener. Ella vivía en esa casa por la
comláa y la óormiáa, hacía los oficios, hacía casi toáo en
la casa porque la maárina tenía un negocio y se ocupa-
ba be eso.
Mi papá también trabajaba en la finca, cogía café y ha-
cía toáo lo que hacían mis tíos. En esa época vivían áos
áe mis tíos con mi abuela pero uno se fue a vivir con una
muchacha. Ella va a quebar sola, pero cuanbo se muera
ahí si van los hijos a reclamar la herencia. Ella tiene harta
tierra. Ella era profesora cuanbo Joven y bictaba las clases
para tobos los cursos.
Lo que más me gustaba era que por la mañana, cuanbo
orbeñaban las vacas, nos tomábamos la espuma be la
leche. Allá nosotros nos acostábamos a las seis áe la tar-
óe y nos parábamos a las cinco áe la mañana. Nos le-
vantábamos tobos, mis tíos se iban a orbeñar las vacas,
nosotros íbamos a ayubar y nos tomábamos la espuma
be la leche que era calientica. Mi abuela hacía el besa-
yuno, hacía unas arepas granbotas y nos poníamos a
hacer oficio, bespués a hacer el almuerzo.
Le llevábamos almuerzo a mi tío que estaba trabajanbo
en la sementera, sementera es como una hectárea be
plátano o óe café o be yuca, nos bajábamos por ahíju-
ganáo al zorro con una hoja y con maíz. Nos íbamos para

63
RELATOS DE LA VIOLENCA • IMPACTOS DEÍ DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

el bosque a coger los güios o los huevos be las gallinas


que ponían en el monte, o nos íbamos a bañar al río. Iba
con mis tíos o con mi m a m á al monte, a Jugar con los
lazos en los palos o a montar a caballo. Abajo be la casa
quebaba un pastal granbe y mi tío montaba, nosotros ¡o
mirábamos o también montábamos.
Cuanbo mis primos pasaban vacaciones montábamos
hasta seis en un caballo, una vez nos montamos cinco y
nos fuimos. El caballo iba pasanbo por en meóio áe uno
cruz que mi abuela siempre ponía y no alcanzó a pasar,
entonces tobos nos fuimos para un lobo y nos caímos,
claro que el caballo era bien manso o si no nos hubiera
machucaba.
Yo no sé por qué mi abuelita ponía esa cruz en mayo, eso
era una costumbre be ella, lo mismo colocar un ramo
con unos maíces y otro poco be cosas. Agüeros que tie-
nen ellas. A veces Jugábamos a los huevos con mi m a m á
y mis tíos en el corral. Jugábamos hartas cosas o nos su-
bíamos para el palo be naranjo. En Invierno se nublaba,
no se miraba naba, entonces no salíamos be la casa.
Cuanbo el ejército hacía campamento iba a la casa y mi
abuelita les baba leche, queso y panela. Iban muchos,
como biez, ella les baba cosas para que comieran y les
llevaran a los otros. Ellos tomaban leche que era lo que
más había allá, habían como veinte vacas, a veces le
baban a mi abuelita vacas para que las mantuviera
comienbo bel pasto be ella.
Cuanbo llegaba la guerrilla ya el ejército se había ido,
nunca se encontraron. Sise encontraban, pero no ahí sino
lejos, se escuchaban los tiros. Cuanbo la guerrilla hacía
campamentos ahí, también hablaba con nosotros. El ejér-
cito y la guerrilla no se quieren y cuanbo se ven con los
paramilitares se matan. Nosotros le preguntábamos a mi

164
CRISTINA, 1 5 AÑOS

m a m á que si en el pueblo ellos se miraban y ella becía


que no porque bajaban besarmabos, cuanbo los soláa-
áos bajaban al pueblo no iban vestibos be militar sino be
civil. Claro que en el pueblo mataban gente también,
gente inocente. El ejército creía gue eran guerrilleros y los
sacaba y los mataba. La guerrilla no mataba la gente así.
La gente bel pueblo se iba más con la guerrilla que con
el ejército porque el ejército mataba más gente Inocente
que la guerrilla. Los paramilitares tienen gobierno porque
están matanáo campesinos óicienáo que son guerrille-
ras,, aunque por allá no se ven paramilitares.
Los guerrilleros se vestían con ropas óe civil y siempre se
tapaban la boca, pero a veces tenían pantalones o ca-
misas bel ejército. Cuanbo iban a acampar eran muchos
y jovencitos. Yo tenía un amigo que se metió a eso, tenía
16 años. Se voló áe la casa porque vivía muy aburribo. En
la casa lo trataban muy mal, él estaba contra el gobier-
no, entonces le gustó eso y se metió. Las niñas también,
las Jovencitos se iban con los novios que se metían a la
guerrilla para hacerles be comer. Yo sí pensé en irme para
allá, pero no, me baba miebo be la guerrilla, abemos
vivía bien en mi casa y no guería bejar a mi mamá ni a
mis hermanos. La mayoría áe los que se meten no salen o
salen muertos porque áicen que se van es a soplar, en-
tonces el que se vaya está áestinaáo a una muerte segu-
ra.
Allá tuve un novio al que quería mucho, Francisco, a mi
m a m á no le gustaba pero be tobas formas nos encon-
trábamos. Yo tenía 12 o 13 años yél16. También tuve otro
novio mientras estaba con Francisco. Este muchacho me
molestaba mucho y me baba regalos. Un bía me bijo
que iba a hablar con mis papas y yo le bije que bueno,
que lo hiciera, pensanbo que ellos no le iban a bar per-
miso. Mí papá no estaba, entonces él habló con mi mamá

165
RELATOS DE LA VIOLENCIA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

/ e//o le áijo que bueno, pero él a mí no me gustaba. Yo


pensé gue iba a estar con él unos bías por borle gusto a
mi mamá pero bespués le Iba a terminar. Cuanbo mi papá
llegó, se áio cuenta y nos hizo terminar. Me quitó ese peso
ue encima.
Amigos hombres casi no tenía, es que allá es muy difícil
que una niña consiga novio porque la mamá es la que
elige o los hombres. Si una muchacha resulta embaraza-
ba y no aparece el papá la ponen en boca be tobos. En
el pueblo había sólo una áiscoteca y casi no iban por eso,
porque cuiban harto a las Jovencitos.
Nosotros nos vinimos porque ahora se está poniendo la
cosa más terrible, hay muchos combates y la situación
está más peligrosa. Mi papá teme gue nosotros nos vaya-
mos para la guerrilla. A mi hermano Víctor le encontró
una vez un arma, entonces mi papá se asustó mucho y
eso lo hizo pensar. Por eso nos vinimos para acá. A noso-
tros no nos amenazaron, ni vimos combates pero sí se
escuchaban. Yo no sé, a mi papá como que le hicieron
un poconón áe cosos y él se asustó mucho, pero nunca
nos áijo naáa.
Empacamos popuita ropa y nos vinimos, sólo traíamos ropa
y casi ni eso. Mi papá nos áijo que nos veníamos para
Bogotá, que acá ayuáaban a los áesplazaáos. Yo le
pregunté que por qué nos veníamos y él me áijo: «nos
vamos a buscar otra manera be vivir», aquí tenemos más
oportuniáaáes be estubiar una carrera que en el campo.
Cuanbo llegamos la viba fue muybura, teníamos gue áor-
mir en la calle. Llegamos al terminal, ahí bormimos bos
noches porque no teníamos a bonbe ir, entonces al ver
toba esa óificultaá nos áevolvimos otra vez y allá áuramos
como áos años más, pero como la situación volvió a
empeorar nos vinimos áe nuevo para acá.

166
CRISTINA, 15 AÑOS

Volvimos a Bogotá y otra vez tuvimos que áormir en la


calle, pero ya había más gente que nos ayuaó con la
comiáa. Fuimos a «La Casa áel Migrante» y allá estuvimos
más o menos bos semanas. Nos bieron para pagar un
mes be arrienbo y nos fuimos para un barrio que se llama
Monte Blanco, pero es muy peligroso, hay mucha belin-
cuencia. Después nos fuimos para otro que se llama
Tintaiito, en ei que buramos como áos meses viviendo en
un solo cuarto para todos nosotros, ya entonces mi papá
consiguió ia escuela áel barrio La Esperanza, habló con
el presidente de la Junta de Acolan Comunal y es ahí
donáe estamos ahora.
En ese tiempo tuve gue trabajar en un restaurante. Noso-
tros llegamos como el 20 be biciembre y trabajé el 24 y el
31 también, era un restaurante por la Aveniba Abastos.
Después no hice naCa porgue estábamos en vacacio-
nes, iba a Abastos porque allá botan comiáa buena, yo
iba con mi hermano y recogía esa comiba y la traía a la
casa. Ese fue mi oficio hasta que entré a estubiar en la
nocturno.
Ahí el cambio es granbe porgue uno estubia con perso-
nas mayores que lo hacen maburar: no me fue muy bien
por los problemas en la casa, no pube terminar be estu-
biar porque cuanbo hubo el paro estuvimos como quin-
ce bías sin clases, entonces me puse a trabajar en un
restaurante y no volví al colegio.
En ese restaurante estuve como tres meses. Fue muy ché-
vere pero ai mismo tiempo muy buró y me beben tobavía
mes y mebio be trabajo. Tuve que ponerle una benuncia
a ese señor y ya llevo más be un mes esperanbo que me
pague y me bice que no tiene plata, que porque el tra-
bajo está muy mal, Me estaba paganCo el mínimo,
$102.000 quincenal.

167
RELATOS DE LA VIOLENCA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

En ese trabajo uno se está movienóo toáo el áía, no áes-


cansa, pero al mismo tiempo es óescansaóo. O sea, al
meáio áía es lo más difícil, cargar los almuerzos. Primero
hubo una temporaba más bien mala en que por la tarbe
no hacíamos nada, pero ya en temporada bueno nos
metíamos tobos a la cocina a hacer oficio. Había veces
en que no besayunábamos y por ahí a las cuatro de ia
tarde podíamos almorzar, otras veces vendían todo y nos
quedábamos sin almuerzo. A esa hora o uno se le quita el
hambre y pasa bías sin comer naáa, trabajanbo no que-
ba tiempo para concentrarse en la comíba.
Yo nunca había trabajabo en eso y los primeros bías me
baba mucho miebo cargar las banbejas, me baba pena
hablarle a la gente, pero mi patrón estuvo conmigo unos
bías y me fue enseñanbo hasta gue me acostumbré y ya
era una be las mejores venbeboras be ese restaurante.
Me becían gue por la forma como venbía yo, que por la
manera be ser. Al comienzo m e bio muy buró porque
tenía que pasar la Décima con tobos esos almuerzos y
entre esos carros y cuanbo uno estaba retarbabo había
que correr. Y por ejemplo, en uno be los centros comer-
cíales, el ascensor se había bahaáo y había que subir to-
bas esas escaleras con esa banbeja. Eso era besesperan-
te, me provocaba tirarla y salir corriendo.
Yo casi no conocía el centro pero después estuve cono-
ciendo, por ahí queda el Ministerio áel Interior la Plaza áe
Bolívar queáan esas oficinas áonáe mi papá va, enton-
ces ya conocía la Décima y la Caracas, trabajanbo se
conoce más.
Lo que más me gustaba era cuanbo entraba a los cen-
tros comerciales, me poma a ver la ropo, o como temo
amigos en los locales entonces me ponía a hablar con
ellos y me cogía el tiempo. Eran muy buena gente con-
migo y en Navibab me regalaron un suéter y una lampa-

168
CRISTINA, 15 ANOS

rita. Cuanbo cumplí los quince años también me regalaron


bos perfumes. Ese día trabajé todo el bía, me regalaron
unos cosas por ahí, mi patrón me invitó a almorzar, me pre-
paró unos camarones y yo apenas probaba porque eso es
muy fuerte y yo tan débil, entonces comía y subaba y me
bio mareo. No pube seguir comienbo.
Uno allá conocía gente áistinta, muchas personas dife-
rentes, tenía la mente más áespejaáa en el centro que
en el barrio, con mi mamá y mis hermanos. Me gustaba
más estar allá que en la casa. En el trabajo aprenbí otro
oficio nuevo, me besperté un poco más. Ya para otro tro
bajo uno sabe cómo es que son las cosas. AprenCÍ a salir
aáelante, a trabajar por mí misma, porque allá el patrón
bialogaba conmigo y él me becía que lo que yo trabaja-
ba siempre era para la casa y que eso no era así, que yo
era la que estaba trabajanbo, lo que me estaba matan-
bo, que yo también tenía derecho o esa plata y eso tam-
bién me bespertó y me volví más abeja para los nego-
cios, en ropa, zapatos.
El primer suelbo se lo bi a mi mamá porque estábamos
en uno situación tenaz. Para el segunáo, fue la vez que
mi mamá y mi papá se separaron y yo le ói a ella plata, le
ayuáaba y le pagué un mes be arrienbo, pero al fin se
salió be ahí y peróí esa plata porque estuvieron separaáos
como una semana no más y mi papá fue y la buscó y se
la llevó. Si iba a ahorrar algo no me bejaban, entonces
me compraba ropa, zapatos o cosas así. Me gusta la ropa
que no me quede ajustaba al cuerpo, los vestibos largos y
la ropa bonita. Porque uno por allá en el campo se viste
con ropa fea y chanclas. Aquí me compraba a mi gusto.
Lo que más extraño óe allá es el campo, montar a caba-
llo, las vacas, la leche, la espuma, toáo. Pero a m i m e ha
gustaCo vivir en la ciudad porque es un ambiente biferen-
te que lo hace a uno biferente, porque la viba le cambia

169
RELATOS DE LA VIOLENCA • IMPACTOS DEL DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

de la ciubab al campo. Al principio se asusta uno be tobo


lo que ve, en el campo nunca miraba cosas extrañas,
esos edificios tan grandes, la gente, la forma de vestir,
esos parques, el Salitre, la Plaza de Bolívar. La manera de
vivir aquí es toda aceleraáo por tantos carros. Es muy ché-
vere aquí. Uno cambia la manera be ser, be hablar, be
expresarse, be vestir, hasta be comer por allá sólo se come
papa y yuca, no más, aquí come uno cosas especiales.
En la casa siguen los problemas. Mi papá nos pega a
caáa rato, tiene unos palos, unas varas, para pegarnos a
mí y a mi otro hermano, a los tres más granóos, pero a ia
que más le pega es a mí, por toáo, a veces no sé ni por
gué. Estaba acostumbraba a que toáo lo que uno traba-
Jaba era para él y ahora que uno creció y cambió no lo
quiere dejar, lo quiere manejar a uno como lo maneja-
ban a él en esa época, él nos bice: «así como me cria-
ron a mí, los voy a criar a ustebes, a garrote». Con mi
mamá un tiempo se pelean y áespués ella vuelve otra vez
a caer en los brazos be él. Esa historia no tiene caso.
Ahora que estubió en la Funbación cambia mi viba otra
vez. Es mebio bía que estoy aquí y no en la casa pelean-
bo; yo quisiera llegar aquí y que se me olvibara tobo. A
veces no me puebo concentrar en el estubió pensanbo
en la casa, tiene uno que ponerse en un punto, pensar
bien las cosas para que se le vuelvan a arreglar.
En esta situación no quisiera conseguir amigos, pienso que
me van a mirar óiferente. Toáo el munáo sobe que uno
está en prevención, ese programa que tiene la Funáa-
ción para los áesplazaáos. Me siento mal porque se que
áicen: «ay esa niña es áesplazaáo, ¿áe dónde será?»,
comienzan a preguntar y uno se siente muy mal. Yo la voy
con Carolina porque ella también es besplazaba y en-
tienbe. Quisiera que no me hablaran, que no m e bijeran
naba.

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CRISTINA, 15 ANOS

Estuáiar en el campo es aferente, aquí en la ciubab en-


señan cosas bistintas a la agricultura y tobo lo bel campo:
la computación, el inglés o la eáucación sexual. Esos te-
mas me llaman mucho la atención porque nunca los
había visto, aquí bicen que soy bespierta para cualquier
activíbab o tema que estén habianbo, si algo me interesa
guiero aprenber ya.
Cuanbo salgo bel colegio le ayuCo a un señor que vive
solo en San Mateo, le arreglo la casa, lavo la ropa, hago
be comer. Él me paga biario y a veces, cuanbo no voy
por ahí bos bías, viene y me llama. Es un señor joven.
Los sábabos y los bomingos mi papá me áice que vaya a
Abastos porque cuanbo yo iba conseguía ñarta comiba,
en cambio mis hermanos casi no traen. Yo peleo por eso,
tengo que ir a estuáiar, a trabajar y encima salir allá a
traer comiáa, mis hermanos estuóian y no hacen naáa
más, a mí me toca lo más áuro. Mi hermano que tiene
doce oños sólo piensa en los amigos y en las máquinas,
no se preocupa por naáa.
Dicen que soy una persona maáura que piensa las cosas
con caPeza fría. Hay niñas que tienen quince años y tie-
nen que hacerles toáo. Me han áicho que he sabibo lle-
var muy bien tobo lo que me está pasanáo ahora. Una
niña a mi ebab estuviera bescontrolaba, en bailes, con
novios para aquí y para allá, a mí me prohiben tobo eso.
Soy una niña joven pero no puebo tener novio, no puebo
tener amigos, no puebo salir, sólo trabajar, responber por
la casa, por mis ñermanos, como si esa fuera mi obliga-
ción. Mi papá áloe que no bebo ser como los bembs que
tienen amigos y no hacen naaa. Los bomingos, que es el
único bía que me queba be bescanso, me invitan a
cíclovía y mi papá tampoco m e beja, tengo que poner-
me a lavar mi ropa o a hacer las tareas. Siempre ha sibo
lo mismo, tobo el bía trabajanbo, áe ocho áe la mañana

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RELATOS DE LA VOLENCLA • IMPACTOS DEI DESPLAZAMIENTO FORZADO EN LA NIÑEZ Y LA JUVENTUD

a cinco áe la toróe, óescansar por la noche y al otro áía


a trabajar.
A veces estoy en un lugar y sé lo que estoy hacienbo, pero
áe pronto la cabeza se me bescontrola y no sé qué ha-
cer, me siento muy cansaba. Es que yo, con ia eaab que
tengo, no tenbría que hacer tobo lo que hago: trabajar,
estubiar, responáer por plata en la casa, como si yo fuera
la señora áe la casa. Debo portarme bien, no tener no-
vio, eso para mí es buró.
Quisiera no estubiar, no trabajar, irme a un lugar a bonbe
estuviera sola y no tuviera por quien preocuparme, no te-
ner las obligaciones que tengo. A veces me van a buscar
a la casa mis amigas bel barrio y mi papá me las prohibe y
me regaña, no le gusta gue traiga amigos.
Yo quisiera irme be la casa. Llegar a un lugar y responber
por el estubió, naáa más, que me ayuóaran con la ropa
porque si yo no la compro naáie me la áa, no cuento con
mi papá ni mi mamá, ellos nunca me han áaáo nada, yo
les doy a ellos. A veces quisiera morirme, o que me maten,
no quisiera seguir viviendo. Sé gue el día áe mañana, cuan-
áo tenga que responáer por mí misma voy a estar cansaáa
áe tanto luchar.
Tengo ganas óe irme óe la casa, conseguir a alguien que
me ayuáe, cambiar be lugar y be ambiente. Mejor bi-
cho, ser una niña como toáas las áemás, óescansar pen-
sar que tengo que estuáiar y no más, sentirme un poco
libre, tener amigos, ser una Joven como las áemás. En el
futuro me gustaría seguir estuáianbo, hacer una carrera,
irme a vivir sola, no tener pareja porgue sería una obliga-
ción más. Ser libre como nunca lo pube ser en mi niñez.

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