Está en la página 1de 9

CONCEPTOS Y ESQUEMA BÁSICO DE UN

PROYECTO CULTURAL

Autora: Carmen Muñoz Hurtado

Este documento: “Conceptos y Esquema Básico de un Proyecto Cultural” fue elaborado como
material de apoyo para el taller de: “Evaluación de Proyectos Culturales”, realizado los días 14 y
15 de Julio del 2008 en el Centro Cultural de España, Santiago de Chile; y es complementario al
documento “Evaluación de Proyectos Culturales”.
I. QUÉ ES UN PROYECTO Y PARA QUÉ NOS SIRVE.

Cada día estamos planificando - intuitiva o espontáneamente - nuestras tareas


cotidianas, desde las más básicas tales como a qué hora levantarnos y qué
comer, hasta las más determinantes y complejas, como qué estudiar o dónde
vivir.

Aquello que nos parece natural de ser planificado en la vida diaria, puede
transformarse en la correcta formulación de un proyecto sólo si atendemos
rigurosamente a los pasos que permiten estructurarlo.

Entre los componentes fundamentales que todo proyecto posee están:


- la voluntad de acción y cambio.
- la claridad respecto de los recursos con los que contamos para actuar.

No hay que olvidar que, cada vez que formulamos un proyecto,


intentamos generar un cambio que optimice algún escenario. Por tal
razón, todo proyecto dejará una impronta o tendrá repercusión a nivel
social.
EL PROYECTO CULTURAL

Todo proyecto es una herramienta de trabajo que nos sirve para expresar
nuestras ideas y concretarlas mediante acciones planificadas. En otras
palabras, al llevar a cabo un proyecto estamos materializando una voluntad. En
el caso de los proyectos culturales, dicha voluntad de acción se llama “política
cultural”.

“La política cultural es el conjunto de valores, ideas, orientaciones y directrices


que una organización quiere desarrollar. Para ello es necesario “traducir” las
voluntades y las ideas a acciones concretas, que deben estructurarse de
manera que sea posible lograr, con la máxima eficiencia, la finalidad planteada”.
(Roselló: 2004)

El proyecto cultural es una sucesión ordenada de decisiones respecto de


tareas y recursos, orientada a la consecución de objetivos en condiciones
y contextos determinados.

Las etapas básicas que anteceden la elaboración de un proyecto cultural son:

- Plan: se traza a mediano o largo plazo y está estrechamente relacionado con


la voluntad política y su forma de ver y entender el escenario sociocultural que
va a intervenir. Debe tener una base conceptual sólida que permita responder a
las preguntas: ¿por qué? y ¿para qué?

- Programa: es la primera materialización del plan e implica conjugar las


líneas o directrices políticas dentro de una temática delimitada. Debe
responder a preguntas tales como:
o ¿A qué área cultural se enfocará? (danza, plástica, música, literatura,
etc.).
o ¿A qué grupo social va dirigido? (jóvenes, mujeres, niños, adultos
mayores, etc.).
o ¿Qué función tendrá? (apoyar la creación, capacitar, fomentar la
literatura, etc.)
II. REQUISITOS FUNDAMENTALES PARA EL BUEN DISEÑO DE UN
PROYECTO CULTURAL

- Claridad del texto: como herramienta, todo proyecto debe estar redactado
de manera clara y concisa; pensando en el equipo de trabajo que lo utilizará
y en quienes lo evaluarán en el futuro.

- Posibilidad proyectiva: más allá de que todo proyecto tenga claridad


respecto del contexto en el cual se llevará a cabo, debe estar diseñado de
manera tal que pueda aplicarse a un escenario más amplio tanto espacial
como temporalmente.

- Coherencia interna: al definir un proyecto como una sucesión ordenada de


acciones, también estamos asumiendo que dicho orden no debe ser
arbitrario, sino motivado por un objetivo común. Cuando todas las fases de
un proyecto están orientadas a la consecución de un mismo objetivo,
logramos solidez y coherencia.

- Contextualización: en el diseño de todo proyecto nunca se debe perder de


vista el escenario que será intervenido y los actores que viven en él. El
conocimiento de las necesidades, visiones de mundo, creencias,
costumbres, etc., permitirá que el proyecto posea uno de los valores más
importantes a nivel cultural: la significación.

- Conocimiento de las bases ideológicas: toda institución que va a llevar a


cabo una política cultural posee principios ideológicos. Tener claridad
respecto de éstos, es crucial a la hora de redactar el proyecto, pues la línea
de trabajo estará trazada por tales presupuestos, independiente que el
redactor no los comparta absolutamente.

- Factibilidad del cronograma: la temporalización de las fases de un


proyecto requiere de una mirada realista. Si hay claridad en qué hacer y
cómo hacerlo, habrá claridad en torno a cuánto tiempo tenemos para
destinarle a cada una de las fases.
III. ESQUEMA BÁSICO DE DISEÑO DE UN PROYECTO CULTURAL.

Fase 1 de descripción diagnóstica del contexto. *


Fase 2 de definición del proyecto a partir del diagnóstico surgido en la fase 1.
Fase 3 de producción del proyecto.

La fase 1 implica el análisis de todos los antecedentes respecto del contexto o


escenario que se va a intervenir. Concluye con un diagnóstico que servirá de
punto de partida de la fase 2. Los antecedentes dicen relación con: cantidad
de población, distribución, categorización socioeconómica, valores culturales
predominantes, participación comunitaria, diversidad cultural del escenario,
inventario de entidades culturales, etc. Tales antecedentes permitirán
determinar:
la finalidad u objetivo general del proyecto. Esta finalidad se redacta con un
verso en infinitivo que exprese de la manera más clara posible qué se pretende
hacer (estudiar, conservar, difundir, fomentar, dotar, etc.).
la justificación y argumentación del proyecto en función de las necesidades o
demandas a cubrir surgidas en el diagnóstico. Las argumentaciones pueden
ser:
- históricas: situaciones del pasado que avalan la ejecución del proyecto.
- sociológicas: estudios sociales previos que sirven de antecedente para
justificar la intervención.
- jurídicas: existencia de un imperativo legal que requiere de un proyecto de
este tipo.
- ideológicas: principios o preceptos ideológicos que justifican la elaboración
del proyecto.
- política-programáticas: justificación del proyecto en el marco de un programa
cultural determinado.
- la situación del proyecto en el marco de las políticas culturales existentes.

* En la redacción de la fase 1 se requiere comenzar con una introducción y resumen del proyecto a fin de interiorizar al
lector respecto de su contenido.
La fase 2 implica definir conceptualmente el contenido de un proyecto;
comprende:
- Explicitación de la temática que trata el proyecto y los destinatarios del
mismo.
- Formulación de los objetivos generales y específicos.
Para la formulación de los objetivos se utilizan los siguientes criterios:
Acción + variable a modificar + condiciones de aplicación.
Ejemplo de un objetivo general formulado con este criterio:
Incrementar + el nivel de lectura + en los adolescentes.
Ejemplo de un objetivo específico formulado con este criterio:
Promover + el uso de la Biblioteca Pública + en los adolescentes de la
población El Cortijo + a través de murales callejeros.
- Metodología: implica determinar qué líneas estratégicas se seguirán para
conseguir los objetivos. En otras palabras, cómo se actuará para lograr lo
propuesto en el proyecto. En el caso del ejemplo anterior, para alcanzar el
objetivo general puedo utilizar múltiples estrategias: de contenido
(acercando a los jóvenes a la lectura a través de textos que los identifiquen);
comunicacional (promoviendo la lectura con una imagen renovada de la
Biblioteca Pública), económica (rebajando el valor de la cuota de inscripción
en talleres de fomento a la lectura), etc.
- Actividades: descripción del conjunto de operaciones o tareas que se
llevarán a cabo para la elaboración del proyecto. Surgen de las decisiones
que se han tomado a fin de alcanzar los objetivos definidos y, por lo mismo,
son acordes a las estrategias planteadas. Implican determinar: espacios,
horarios, recursos, etc.
Para definir las actividades deben considerarse los siguientes criterios:
o Las actividades deben estar ajustadas al contexto y al destinatario del
proyecto.
o Acorde a los recursos.
o Claras y definidas respecto de quién las ejecutará. Esto requiere de la
especificación de las funciones de los integrantes del equipo de trabajo.

La manera clásica para formular las actividades de un proyecto es:


o Nombre que identifique el tipo de actividad.
o Descripción breve de lo que implica la actividad.
o Destinatarios a quienes beneficiará la actividad.
o Lugar de realización.
o Tiempo de realización.
o Recursos humanos que requiere.
o Infraestructura necesaria.
o Requisitos organizativos previos a la actividad.
o Requisitos organizativos durante la actividad.
o Asignación concreta de tareas.
o Presupuesto específico para esta actividad.

Modelo de gestión*: identifica qué agentes administrarán o gestionarán el


proyecto (administración pública, entidades sin fines de lucro, privados,
profesionales, etc.) y especifica qué tipo de gestión se hará (directa o en manos
del titular, indirecta o delegada a una entidad distinta a la titular, mixta, etc.).

La fase 3 comprende la producción del proyecto y requiere:


a) Ordenamiento exhaustivo de cada una de las tareas a realizar. La
planificación de las actividades se especifica mediante un cronograma, una
carta Gantt, diagrama de barras, etc.
b) Descripción de la estructura organizativa y los recursos humanos que
participarán en el proyecto; para lo anterior, se diseña un organigrama que
determina:
o las funciones de cada miembro del equipo.
o las jerarquías presentes en la organización.
o la característica de permanente o temporal en el proyecto de los
recursos humanos.

* Al describir el modelo de gestión deben quedar claras las funciones asignadas a cada agente (políticas,
representativas, coordinadoras, asesoradoras, patrocinadoras, auspiciadoras, etc.) y el modo legal que regulará las
relaciones entre los agentes (contratos, subvenciones, convenios, etc.)
c) Definición del plan de difusión que se realizará para divulgar el proyecto a
una comunidad determinada. En todo plan de difusión deben estar
perfectamente identificados:
o el público o destinatario.
o el mensaje que se quiere transmitir con el proyecto.
o medios o canales pertinentes al mensaje que se emite y al destinatario.
d) Descripción detallada de los factores técnicos e infraestructura que se
requieren para la ejecución del proyecto (espacios, materiales, equipos,
etc.).
e) Descripción detallada del presupuesto que implica la ejecución del proyecto,
tanto en lo que se refiere a los gastos de ejecución como a los ingresos
previstos.
Ingresos: (aportes propios, donaciones de terceros, subvenciones, etc.).
Bibliografía

Ander-Egg, Ezequiel y Aguilar, María José: Cómo elaborar un proyecto.


Lumen/Humanitas: Buenos Aires, 1996.

Bonet, Ll., Castañer, X y Font,J: Gestión de proyectos culturales. Análisis de


casos. Ariel: Barcelona, 1999.

Roselló, David: Diseño y evaluación de proyectos culturales. Ediciones Ariel


Patrimonio: Barcelona, 2004.

También podría gustarte