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Ejercicios Cuaresmales 2022.

Tema I: " ¿Qué es el hombre?


a) Una mirada actual al ser humano.
Temario.
1.- Ser empoderado, (modernismo).
2.- Ser líquido, (posmodernismo).

b) Una mirada cristiana sobre el ser humano.


1.- Ser frágil, (creaturalidad).
2.- Ser llamado a la eternidad, (criaturalidad):
alabar, respetar y servir a Dios.

Tema II: " ¿Cómo se comporta el ser humano ante las


demás cosas?
a) El peligro de los ídolos.
1.- Los ídolos en la antigüedad.
2.- Los ídolos en la actualidad.

b) El sentido cristiano de las cosas.


1.- Tratar a las cosas “tanto cuánto”.
2.- Vigilancia cristiana de las cosas.

Tema III: " ¿Hasta qué punto la libertad es buena?


a) Las trampas de la libertad.
1.- Una libertad sin sentido de comunión.

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2.- Una libertad sin límites.

b) La libertad y el discernimiento cristiano.


1.- ¿Qué es el discernimiento cristiano?
2.- ¿Por qué Dios nos dio la libertad?
Temario.
Tema IV: "¿Sólo en Dios
hallaremos nuestra felicidad?".
a) Las concepciones actuales sobre la felicidad.
1.- El ser humano como artífice de su propia felicidad.
2.- La búsqueda de la felicidad fuera del ser humano.

b) Dios quiere que el ser humano sea feliz.


1.- ¿La santidad es la felicidad cristiana?
2.- ¿Se puede ser feliz sin Dios?

Tema V: “Ordenar el corazón, para seguir al Maestro”


(Acto penitencial).
a) Escucha de la Palabra.
1.- Dios nos llama a ser felices.
2.- Dios ama al ser humano.

b) Examen de conciencia.

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1.- ¿Cuáles son mis ídolos en este momento?
2.- ¿Estoy empleando adecuadamente mi libertad?

c) Acción de gracias y peticiones.


1.- Agradecemos por ser llamados a la eternidad.
2.- Pedimos a Dios lo necesario para alabarlo, respetarlo y servirlo.
TEMA I.

"¿Quéeselhombre?".
A. Una mirada actual
al ser humano.
1. Ser empoderado.
Por "empoderamiento" entendemos ese proceso en que el ser humano
se ha definido a sí mismo como un ser capaz de auto-definirse, auto-
regularse y auto-determinarse.
Por una parte, el empoderamiento es positivo cuando ayuda a que el
individuo fortalezca sus capacidades, es decir, adquiera confianza en sí
mismo, logrando así un desarrollo autónomo de su persona. Pero, por
otra parte, es negativo cuando provoca un protagonismo exacerbado,
desajustando otras dimensiones vitales como el social o el
espiritual/trascendente, por mencionar algunos.
De ahí que, en este apartado, hacemos mención de este tipo de
empoderamiento negativo que ha llevado a un desequilibrio del ser
humano, tan difundido en nuestros días, y que parece ser la herencia
de la época moderna que alimentó el ideal de proyectar al ser humano
como un "superman".

2. Ser líquido.
Ante el desencanto por el proyecto moderno que prometió al ser
humano convertirlo en un súper hombre, y por ende alcanzar la
felicidad. La siguientes generaciones optaron por demoler los
principios que se emulaban como cimientos de dicha época. De ahí que

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lo que caracteriza a la era pos-moderna es la inexistencia de un
modelo de hombre a seguirse o por lo menos en este momento.
Esta manera de comprender la vida y el hombre, carente de valores
duraderos, fue descrita por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman,
como una era líquida, pues al igual que la propiedad de los líquidos, la
era presente no conserva una forma constante durante mucho tiempo.
La forma de entenderse a sí mismo el ser humano esta influenciado, en
este momento, por esta forma líquida; incluso las redes sociales se han
encargado de hacer notar parte de estar realidad, al difundir las
características del choque generacional con la mal llamada "generación
de cristal", lo que nos habla de una idea de ser humano sin fortalezas.
B. Una mirada cristiana
sobre el ser humano.
1. Ser frágil.
Una mirada de fe nos ha llevado a reconocer al ser humano como un
ser frágil. La tradición bíblica del antiguo testamento recoge
precisamente esta verdad: "¡Qué frágil es el ser humano! ¡Qué breve es la
vida, tan llena de dificultades! Brotamos como una flor y después nos
marchitamos; desaparecemos como una sombra pasajera." (Job 14,1-2).
Es entendible que la época actual vea con recelo la propuesta cristiana
sobre el ser humano, pues a lo largo de la historia de la Iglesia la
comprensión sobre la fragilidad humana fue, por algunos sectores
cristianos, mal interpretado, al grado de dar entender a Dios como
obstáculo para la realización plena del ser humano.
La pandemia del covid-19 ha puesto nuevamente sobre la mesa el
tema sobre la fragilidad humana, permitiéndonos a todos, pero
especialmente a los discípulos-misioneros, recordar que somos un ser
frágil, una criatura forjada como el crisol por el amor de Dios.

2. Ser llamado a la eternidad.


El hombre no es un ser errante en la historia, un cometa a la deriva en
el universo. Por el contrario, es un ser con sentido de existencia, tiene
una finalidad que hace claro su para qué en la historia: "ALABAR,
RESPETAR y SERVIR a Dios". El ser humano alcanzará su felicidad sólo si
ordena su vida en ver realizados estos propósitos:
- ALABAR: la necesidad de alabar a Dios, es decir, amarlo; es el camino
seguro que nos llevará a satisfacer nuestro deseo de ser amados. Ya
que tal necesidad, fundamental e irrenunciable, de amar y ser amado,
encontrará sólo en Dios su posibilidad de ser satisfecha.
- RESPETAR: cuando el hombre se vuelca en contra Dios, es más,
cuando se presume así mismo como su propio dios, es precisamente
en ese momento que se altera el orden natural, dando comienzo a un
camino de auto-destrucción.

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- SERVIR: ponernos al servicio de Dios con todas nuestras
capacidades, en miras de instaurar su Reino de Amor, se compone
como el momento crucial donde nuestra existencia adquiere sentido
pleno. La humanidad al servicio de Dios, no es otra cosa, que un
camino de fraternidad y progreso integral, donde el único interés,
personal y comunitario, es hacer que Dios reine en la historia.
El llamado a la eternidad (alabar, respetar y servir) constituye el
camino por el que el hombre ordene su vida, dando con ello sentido a
su existencia. La eternidad no es el premio a una vida que ha cumplido
con estas tareas, sino la consecuencia de una vida que se ha ordenado
a esta gran verdad de fe.
TEMA II.

"¿Cómosecomporta elser
humanoantelasdemáscosas?".
C. El peligro de los ídolos.
1. Los ídolos en la antigüedad.
Unos de los males que ha acompañó al pueblo de Israel desde el
momento de su elección como pueblo elegido por Dios ha sido el tema
de la "idolatría". Este pecado denunciado tanto por patriarcas, jueces y
profetas, ha atentado contra la santa alianza de Dios: "Los tomaré a
ustedes por pueblo Mío, y Yo seré su Dios", (Ex. 6,7).
Una teoría que trata de explicar la razón por la que el pueblo de Israel,
y el ser humano en general, cae en la tentación de crear sus propios
ídolos, parece ser que se encuentra en la necesidad de sentir
seguridad ante los contrariedades de la vida, pues la fe en la
providencia del Dios de Israel, incomoda al hombre que busca
inmediatez a sus problemas. Por lo que la opción de crear sus propios
ídolos ha sido, y lo es en la actualidad, una solución ante la ansiedad de
no poder controlar el porvenir.
2. Los ídolos en la actualidad.
Para sorpresa de muchos escépticos del s. XX que anunciaban el fin de
las religiones, el s. XXI ha significado la consolidación del ser humano
como un ser necesitado de su relación con lo trascendente. En lo que si
acertaron estos teóricos fue en anticipar la crisis de las grandes
religiones y su necesaria revitalización.
El surgimiento de nuevas religiones y sus respectivos ídolos son un
reflejo de ésta urgencia de dar sentido trascendente a la propia viva a

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como dé lugar: la iglesia marodiana (ídolo, Diego Maradona),
Cienciología (ídolo, el hombre sin límites), Raelianos (ídolo,
extraterrestres), Culto a la Santa Muerte, (ídolo, la muerte).
Existen otras realidades que, si bien no son religiones como tal, han
sido idolatradas por el hombre, pues son usados como ídolos con los
que se quiere dar sentido: la ciencia, el poder, el dinero, la pornografía,
el cuidado exagerado del cuerpo, por mencionar sólo algunos.
Una explicación del por qué de esta situación, para ser que se
encuentra en el vacío existencial que experimenta el ser humano. De
esa búsqueda desenfrenada por llenar tal vacío es que se idolatra a
cualquier cosa erróneamente, a sabiendas que nadie puede vivir sin
Dios.
D. El sentido cristiano
de las cosas.
1. Tratar a las cosas "tanto cuanto".
La propuesta cristiana para evitar que la persona desordene su
corazón mediante la idolatría (personas, cosas o circunstancias), es
verlas con la santa y sana indiferencia. Por indiferencia entiéndase esa
disposición interior que nos inclina a agradar a Dios antes que buscar
agradar así mismo o a los demás.
San Ignacio de Loyola señaló la indiferencia como un camino seguro
para encontrar el sentido de nuestra vida e indicó cuatro disyuntivas
que muestran ese camino hacia la sana indiferencia: no buscar
enfermedad ni salud, riqueza o pobreza, honor o deshonor, vida corta
o vida larga.
Saber juzgar nuestra relación con personas, cosas o circunstancias
mediante el "tanto cuanto" será fundamental para llevar una vida
orientada a Dios. Aceptar las cosas "tanto cuanto" me acerquen a Dios
y rechazarlas "tanto cuanto" me alejen de Él, será una ruta segura.

2. Vigilancia cristiana de las cosas.


Las cosas a nuestro alrededor tienen un sentido neutro, es decir, ni son
buenas ni malas. Ya el mismo Señor Jesús lo había declarado: "no es lo
que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la
boca, eso es lo que contamina al hombre" (Mt. 15,11). La vigilancia, por lo
tanto, no debe de estar puesto sólo en lo exterior, sino
preferentemente en lo interior.
El uso cristiano de los bienes debería ser una ocupación de todo
creyente, en repetidas ocasiones el Evangelio advierte sobre este
tema: "No se puede servir a Dios y al dinero", (Lc. 16, 13); "Donde está tu
tesoro allí está tu corazón", (Lc. 12,34); "No acumulen tesoros en la tierra",
(Mt. 6, 19). Difícilmente el discípulo-misionero podrá llevar adelante

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su labor evangelizadora dando un inadecuado uso a los bienes. Es más,
corre peligro no sólo de incumplir su misión, sino además de
desordenar su corazón, de perder el rumbo.
Por ello, como el mismo Evangelio lo pide, se deberá estar en
permanente vigilancia: "Velen y oren para no caer en tentación", (Lc, 21,
36). Las riquezas materiales, junto con los dones y carismas, deberán
ser entendidas como bienes facilitados por Dios para su recta
administración, ordenados para solventar las necesidades de los
hermanos. Ahí está la clave de la vigilancia cristiana, en volver una y
otra vez al interior del ser humano para verificar el recto uso de los
bienes en función del bien mayor: alabar, respetar y servir a Dios.
TEMA III.

"¿Hastaquépunto
lalibertadesbuena?".
E. Las trampas de la libertad.
1. Una libertad sin sentido común.
Uno de los pilares fundamentales de la sociedad moderna es el
reconocimiento de la libertad inherente del ser humano. Sin embargo,
el concepto de libertad nunca ha sido un concepto fácil de definir; hay
quienes hablan de "libertades" para poder dar entender la complejidad
del tema. En nuestro caso, hacemos notar que hoy existe un modo de
privilegiar la libertad dándole una acentuación individualista.
Podemos hablar de la libertad individual como la consecuencia del
valor constitutivo de la persona humana, hasta ahí todo esta bien; el
problema radica en que dicha soberanía se enfatiza al grado que el
individuo entiende sus derechos por encima de sus deberes o, en casos
extremos, pareciera que sus derechos le eximen de sus deberes.
De ahí que hablamos de una libertad sin un sentido comunitario,
peligrosamente radicalizada: "la libertad o es individualista o no lo será".
2. Una libertad sin límites.
Aunque el problema de la libertad humana es muy antiguo, su novedad
en nuestra era radica, como se hizo mención en el apartado anterior,
en haberse absolutizado por encima de cualquier otro valor. Jean Paul
Sartre, desde el s. XX, profetizaba estos tiempos actuales al afirmar
que la libertad no puede tener ningún condicionamiento (ético, social
o racional) pues para ser auténtica libertad deberá ser absoluta.

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Y efectivamente, eso es lo que hoy podemos ver en el sentir del
corazón humano, una libertad sin límites. Ni siquiera el valor de la vida
esta por encima de ella, los temas de la eutanasia y el aborto, por citar
algunos, denotan esta realidad; para el hombre de nuestros días, la
libertad ocupa la escala máxima de los valores humanos.
La comprensión de una libertad sin límites se ha convertido en una de
las principales trampas que desordenan el corazón del individuo. Bajo
esta libertad absoluta se caerá al sinsentido y el absurdo de la vida.
La escritora de origen judía Hannah Arendt visualizó claramente la
mentira sobre la libertad sin límites al decir: "El hombre no puede ser
libre si no sabe que está sujeto a la necesidad, porque su libertad que ganó
siempre fueron intentos de liberarse de la necesidad".
F. La libertad y el discernimiento
cristiano.
1 ¿Por qué Dios nos dió la libertad?
Sí la libertad, o mejor dicho, su forma de comprenderla, es tan
peligrosa para el ser humano, al grado de llevarlo a su
autodestrucción, ¿no sería mejor que Dios no le diera esa posibilidad a la
persona humana y mejor Él gobernara la voluntad del mismo hombre?
Probablemente para muchas personas esa podría ser la mejor opción,
el hombre bajo el control absoluto de Dios, pero eso no es posible
desde la experiencia de fe en el Dios revelado por Jesucristo.
En los números del Catecismo de la Iglesia Católica del 1743 al 1748
podemos encontrar la razón de por qué Dios le da al hombre el poder
de la libertad: a) Al ser libre puede adherirse más fácilmente a su
Creador, b) siendo libre puede llegar a la perfección, c) la libertad lo
hace un ser responsable de sus actos, d) la libertad dignifica al hombre
y e) la razón por la que Cristo nos liberó, fue para ser libres (Ga. 5,1).

2. ¿Qué es el discernimiento cristiano?


Una vez que se ha dado respuesta al "por qué" Dios nos quiere libre, es
urgente que el ser humano se auto-forme en el buen uso de la
libertad. El discernimiento cristiano aparece como una propuesta
apetecible para que el hombre oriente su vida de tal forma al Creador
que: "nada pueda separarlo del amor de Dios", (Rm 8, 31).
El término discernimiento se forma a través del sufijo latín mentum
que significa “medio o instrumento” y de discernere que expresa
"distinguir o separar". El acto de discernir es el medio por el que la
virtud y el juicio de valor le permite al individuo distinguir si una
acción es buena o mala.
El discernimiento, como juicio de valor, es la habilidad o capacidad que
posee una persona para certificar o negar el valor moral de una
determinada situación.

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De todo esto podemos concluir que el discernimiento, si bien implica
una acción humana donde el individuo se adiestra internamente para
realizar juicios de valor sobre la relación, el uso o el apego a las cosas
que le rodean. Cristianamente hablando, el discernimiento es un don
mediante el cual Dios favorece al individuo a optar por aquello que es
bueno, necesario y útil para alcanzar su realización plena.
Algunos pasos que podrían ayudarnos a realizar un discernimiento
cristiano serían: a) pedir ayuda a Dios, b) amar lo que Dios ama, c)
pedir un buen consejo, d) orientar mis acciones hacia eso que opté y e)
evaluar mis acciones y corregir los errores.
TEMA IV.

"¿SóloenDioshallaremos
nuestrafelicidad?".
G. Concepciones actuales
sobre la felicidad.
1. El ser humano artífice de su propia felicidad.
En nuestros días abundan en las redes sociales materiales, cursos...
que prometen un camino personal para alcanzar "la felicidad". Muchas
de estas ofertas parten de una falsa comprensión de la felicidad como
un mero estado mental, donde los pensamientos ocupan un papel
protagónico, por lo que la felicidad dependería del hombre mismo.
El éxito de estos productos u ofertas radica, primeramente, en la alta
demanda de una humanidad que experimenta un deseo enorme de
felicidad que no ha podido encontrar en su entorno social, religioso y
económico. Seguidamente, en la falsa idea de una felicidad como una
conquista individualista, basada en el éxito financiero o social.
Una comprensión así tan simple de la felicidad, materialista e
individualista, definitivamente no proporcionará ese anhelado estado
de bienestar que el ser humano busca desesperadamente.
2. La búsqueda de la felicidad fuera del ser humano.
Otra manera equivocada de entender la felicidad radica en buscarla
afanosamente fuera de uno mismo. Tendencia tan antigua como la
humanidad misma; el escritor francés del s. XVII François de La
Rochefoucauld lo describe a la perfección al decir: "Cuando no podemos
encontrar felicidad en nosotros mismos, es inútil buscarla en otra parte".
Una felicidad basada en poseer, dominar o experimentar al máximo los

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sentidos, es una clara muestra de una errónea interpretación del ser
humano. Lo que realmente dará felicidad a la humanidad se encuentra
en lograr satisfacer integralmente las necesidades de la persona
humana. Mientras esto se dé parcialmente, difícilmente se podrá
alcanzar la felicidad como tal.
Sin embargo, como podemos observar, la cuestión no radica en optar
por una búsqueda de la felicidad sólo en lo interior o sólo en lo
exterior, sino más bien en la combinación de ambas. La felicidad no es
un sentimiento ni mucho menos un objeto externo capaz de producir
tal efecto. No, la felicidad consiste en que el ser humano vea alcanzado
el fin último de su existencia, de ahí que la actividad interior y exterior
deberá favorecer a lograr ese cometido.
H. Dios quiere que el ser
humano sea feliz.
1 ¿La santidad es la felicidad cristiana?
La propuesta cristiana sobre la felicidad es, como lo afirma el
Catecismo de la Iglesia Católica en el número 1718, un llamamiento de
orden natural, donde Dios mismo ha sido quien lo ha puesto en el
corazón del hombre a fin de atraerlo hacia Él, único capaz de satisfacer
dicha necesidad.
De ahí que, la felicidad es la bienaventuranza que descubre la meta de
la existencia humana, haciendo deseable el fin último de los actos
humanos. Es además , la felicidad, una llamada personal y comunitaria.
La santidad (CEC, n°2013-2016) es el llamado de Dios a vivir el gozo
de las bienaventuranzas, mediante la renuncia, la amistad con Dios y el
servicio a los hermano. La santidad es el camino cristiano que nos
permite encontrar la auténtica felicidad, pues nos hace alcanzar el fin
último del hombre: alabar, respetar y servir a Dios.

2. ¿Se puede ser feliz sin Dios?


No es posible ser plenamente feliz sin Dios. Aunque parece ser una
respuesta religiosa, fácilmente rechazada por los no creyentes, es una
respuesta profunda y una verdad ineludible. San Agustín lo expresó
bellamente de la siguiente forma: “Señor, nos creaste para ti y nuestro
corazón andará siempre inquieto mientras no descanse en ti”.
La razón por la que el ser humano no podrá ser feliz sin Dios radica en
el hecho de que Dios es el centro de nuestra existencia, nuestro
origen y meta, es quien da razón a nuestra vida. ¿Podría acaso un pez
poder sobrevivir fuera del agua? o ¿un ave poder volar sin el aire? Así el ser
humano sin su Creador no podría ser feliz.
Sin importar que sea o no creyente, practique o no alguna religión en

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específico, se manifieste como persona sin religión, ateo o agnóstico, la
persona humana lleva en su ser esa sed de Dios, de trascendencia,de
infinito y no hay nada ni nadie que podrá satisfacer dicha sed sino
únicamente Dios.
Vigilar constantemente nuestro corazón para saber si vamos por el
buen camino hacia la felicidad que Dios nos ofrece será vital: a)
dedicar tiempo a Dios, b) no perder esa conciencia de ser hijos de Dios,
c) orar, d) hacer y soportar todo con amor y e) servir a los demás
desinteresadamente.
TEMA V.

"Ordenarelcorazón
paraseguiralmaestro".
I. Escucha de la Palabra de Dios.
1. Dios nos llama a ser felices.
PRIMERA LECTURA.
Lectura del libro de los Proverbios (Prov. 16,16-20).
"Adquirir sabiduría, cuánto mejor que el oro; adquirir inteligencia es
preferible a la plata. La calzada de los rectos es apartarse del mal; el que
atiende a su camino, guarda su alma. La arrogancia precede a la ruina; el
espíritu altivo a la caída. Mejor es ser humilde con los pobres que participar
en el botín con los soberbios. El que es atento a la palabra encontrará la
dicha, ¡y feliz el que confía en Dios!".
SALMO RESPONSORIAL.
Salmo 1.
R. Bienaventurados los pobres de Espíritu.
¡Feliz el hombre que no sigue el consejo de los malvados,
ni se detiene en el camino de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los impíos.
sino que se complace en la ley del Señor
y la medita de día y de noche!
R. Bienaventurados los pobres de Espíritu.

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Él es como un árbol
plantado al borde de las aguas,
que produce fruto a su debido tiempo,
y cuyas hojas nunca se marchitan:
todo lo que haga le saldrá bien.
R. Bienaventurados los pobres de Espíritu.
No sucede así con los malvados:
ellos son como paja que se lleva el viento.
Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor cuida el camino de los justos,
pero el camino de los malvados termina mal.
R. Bienaventurados los pobres de Espíritu.
SEGUNDA LECTURA.
Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch. 32,-38).
"Ahora los encomiendo al Señor y a la Palabra de su gracia, que tiene poder
para construir el edificio y darles la parte de la herencia que les
corresponde, con todos los que han sido santificados. En cuanto a mí, no he
deseado ni plata ni oro ni los bienes de nadie. Ustedes saben que con mis
propias manos he atendido a mis necesidades y a las de mis compañeros.
De todas las maneras posibles, les he mostrado que así, trabajando
duramente, se debe ayudar a los débiles, y que es preciso recordar las
palabras del Señor Jesús: «La felicidad está más en dar que en recibir».
Después de decirles esto, se arrodilló y oró junto a ellos. Todos se pusieron a
llorar, abrazaron a Pablo y lo besaron afectuosamente, apenados sobre
todo porque les había dicho que ya no volverían a verlo. Después lo
acompañaron hasta el barco".
PALABRA DE DIOS.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO.

R.- Honor y gloria.


“¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!” (Lc 10,23).

R.- Honor y gloria.


EVANGELIO.
Lectura del Evangelio según San Mateo (Mt. 5,1-12).
"Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se
acercaron a él. Entonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
- Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
- Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
- Felices los afligidos, porque serán consolados.

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- Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
- Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
- Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
- Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
- Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les
pertenece el Reino de los Cielos.
- Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los
calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran
recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que
los precedieron.
PALABRA DEL SEÑOR.
J. Examen de conciencia.
1. ¿Cuáles son mis ídolos en este momento?
Hagamos un examen serio de nuestras vidas para saber si hemos sido
presa de algún tipo de idolatría:
- IDOLATRÍA A MI PERSONA (Vanidad/Envidia):
¿Me he comparado con otros, he tratado de llamar la atención con mi
sabiduría', mi físico, etc.?, ¿desprecio a otros por ser diferentes?, ¿soy
imprudente al dar mi opinión; creo que es la única; creo que sin mi
presencia las cosas no van bien?, ¿reconozco mis errores y pido
perdón?, ¿le doy mucha importancia a mi apariencia física?, ¿siento
celos por habilidades, talentos... de otras personas?, ¿me alegro
cuando a otros les va mal?, ¿me molesta que otros sean felices o
tengan éxitos?, ¿soy envidioso al grado de crear intrigas contra el
otro?, ¿propago chismes?
- IDOLATRÍA AL SEXO (Lujuria):
¿Trato de justificarme cuando doy rienda suelta a mi apetito sexual,
diciéndome que son "necesarios para la salud" o la expresión de mi
individualidad?, ¿tengo una vida sexual no acorde al proyecto de Dios?,
¿he adquirido adicción a la pornografía?, ¿he engañado a mi esposo(a)?,
¿miro a las demás personas con deseo?, ¿le doy rienda suelta a mi
imaginación pensando en cosas impuras?, ¿he mirado malos
programas en la televisión o en el celular, sabiendo que ofendo a
Dios?, ¿cuento chistes colorados, impuros o indecentes?
- IDOLATRÍA A LAS COSAS (Avaricia/Gula):
¿Estoy apegado a las cosas?, ¿sacrifico tiempo, dinero, para darme
gusto solamente a mi?, ¿mal gasto el dinero en cosas irrelevantes?, ¿me
cuesta dar de lo mío a los demás?, ¿como más de lo necesario?, ¿estoy
adicto al alcohol, la droga, cigarros?, ¿acostumbro a comer con
exceso?, ¿he bebido o comido con tal exceso que haya vomitado, para
luego seguir bebiendo o comiendo?

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- IDOLATRÍA A LA TECNOLOGÍA (Pereza):
¿Descuido mis deberes por culpa del celular?, ¿soy rápido a servir aun
cuando no tengo ganas?, ¿descanso más de lo necesario?, ¿dejo las
cosas para más tarde?, ¿soy tibio o descuidado en mis oraciones?,
¿prefiero ver la televisión o el celular que algo que requiera un
esfuerzo mental?
- IDOLATRÍA AL DINERO (Avaricia):
¿Pongo los bienes materiales en primer lugar por encima de Dios, la
familia e incluso mi propia salud?, ¿he tomado cosas por envidia o
ambición sin tener una necesidad real?, ¿siempre busco y quiero tener
más y más cosas?, ¿hago compras cuando no hay necesidad?, ¿tengo
adicción a los juegos de apuestas?
2. ¿Estoy empleando adecuadamente mi libertad?
Se trata de examinar nuestra conciencia con algunas de las
enseñanzas de las bienaventuranzas para pedir perdón a Dios por el
mal uso de nuestra libertad:
DICHOSOS LOS POBRES DE ESPÍRITU:
Por dejarnos llevar por la pasión del dinero y del ansia de ser, poseer y
disfrutar por encima de los demás; por nuestra resistencia a compartir
con los menos favorecidos nuestros bienes de toda clase; dar mucha
importancia al tener, caprichos, enfados cuando las cosas no son como
uno quiere, malgastar, conseguir todo lo que se antoja, esclavizarse a
la comodidad, a la diversión, a la fama o al dinero, faltas de abandono
en las manos de Dios, autosuficiencia, creerse superior…
DICHOSOS LOS MANSOS:
Por nuestras iras y animosidades; nuestra colaboración a mantener los
odios, crear rencillas, alimentar antipatías e intolerancias contra los
que no piensan como nosotros; por nuestros deseos de revancha y
falta de generosidad para olvidar y perdonar de corazón, para
responder al mal con el bien.
DICHOSOS LOS QUE LLORAN:
Por nuestra rebeldía contra el dolor, la enfermedad, las dificultades y
las pruebas y nuestra ceguera para descubrir en ellas la parte que nos
corresponde de la cruz del Señor; por nuestra dureza de corazón para
reconocer nuestros pecados personales y colectivos; por nuestro
resistencia a enfrentarse a los problemas, formas de huída de las
obligaciones, quejarse, sufrir los defectos del prójimo y limitaciones
propias, esforzarse en el trabajo, cargar con la propia cruz…
DICHOSOS LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA:
Por nuestra negligencia respecto a nuestros deberes y compromisos
con Dios, con la iglesia y nuestra conciencia religiosa, personal y
comunitaria; por nuestra pereza en la tares de construir un mundo
nuevo más de acuerdo con el Evangelio; por escamotear nuestro
apoyo moral y efectivo a los marginados y oprimidos o necesitados de
nuestra ayuda; justicia con los padres, con los que tienen algún
derecho sobre mí, mis obligaciones como ciudadano, como miembro
de la Iglesia, desear la justicia, no indiferente ante desigualdades,
ayuda a los necesitados, asistir a los enfermos, pereza…

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DICHOSOS LOS MISERICORDIOSOS:
Por nuestra insensibilidad ante los sufrimientos ajenos, nuestra
resistencia para compartirlos, nuestra falta de generosidad para
aliviarlos eficazmente; por nuestra dureza para criticar a los demás,
por nuestros, por nuestros rencores y juicios temerarios; por nuestra
mezquindad de mente y corazón; comprensivo con los demás, siempre
apoya a cualquiera, sin enemigos, perdona y pide perdón, ver lo bueno
de los demás, evitar críticas y murmuraciones, excusar a los otros…
DICHOSOS LOS LIMPIOS DE CORAZÓN:
Por nuestra falta de firmeza para luchar contra el egoísmo propio y
ajeno, las faltas de honestidad personales y comunitarias; aceptar el
amor que Dios me tiene, ver a cada persona como persona, no usar a
nadie, limpio al mirarse también a sí mismo, recto uso de la sexualidad,
jugar limpio, sin engaños, mentiras o trampas, mirar por el bien del
otro y no preferentemente por el interés personal, ostentaciones…
K. Acción de gracias
y peticiones.
1. Agradecimiento por ser llamados a la eternidad.
Gracias Padre bueno por haber puesto en mi corazón este
llamamiento a la eternidad que resuena con fuerte voz: “El Reino de los
cielos, padece violencia y sólo los esforzados lo arrebatan”. ¡No vaciles!
¡Pelea valientemente por seguir el llamamiento de mi Hijo!". Te damos
gracias de corazón:
• Cristo dice ahora: ”te necesito”, ¿cuál sería tu repuesta?
R.- Gracias Señor por tu llamado.
• Cristo ha dejado y sigue dejando huellas profundas en nuestras vidas
para que lo sigamos, ¿has echado de ver sus huellas en tu vida?
R.- Gracias Señor por tu llamado.
• Cristo te llama a extender el Reino de Dios en las almas, ¿te has
sentido afortunado de esta invitación?
R.- Gracias Señor por tu llamado.
• Cristo quiere ganar tu amistad, pues eres importante para Él, ¿te
gustaría tenerlo como amigo?
R.- Gracias Señor por tu llamado.
• Cristo es el único capaz de aliviar todos los sufrimientos humanos,
¿te gustaría ayudarlo?
R.- Gracias Señor por tu llamado.
• Cristo amo su misión al grado de dar su vida hasta en la cruz, ¿te
sientes apasionado de ser parte de la misma misión de Cristo?
R.- Gracias Señor por tu llamado.

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• Cristo, humildemente, se hizo uno como nosotros para enseñarnos
el valor de la vida, ¿podrías ahora tú encarnar el amor de Dios en tu vida?
R.- Gracias Señor por tu llamado.
• Cristo ascendió a la derecha del Padre para mostrarnos el camino
hacia la felicidad, ¿quieres venir detrás de él?
R.- Gracias Señor por tu llamado.
• Cristo mediante su sacrifico en la cruz nos libró para ser libres,
¿quieres vivir en la libertad de los hijos de Dios?
R.- Gracias Señor por tu llamado.
2. Peticiones a Dios para alabarlo, respetarlo y servirlo.

Padre Bueno, te reconocemos como origen y meta de nuestra


existencia. Mira con que facilidad nuestro corazón se desordena y
vagamos sin rumbo por esta vida. Líbranos de caer en la idolatría de
estos tiempo. Te suplicamos que nos dotes de los dones de Tu Espíritu
Santo para poder gustar y amar aquello que nos conduce a Ti. Por eso
te suplicamos:
• Líbranos de caer en el error de creernos seres empoderados,
carentes de sentido comunitario.
R.- Te lo pedimos Señor.
• Concédenos la gracia de ser humildes y reconocer nuestra ser frágil,
pero a la vez dignificados por Tu llamado a la eternidad.
R.- Te lo pedimos Señor.
• Permítenos alabar tu majestad con buenas obras, para que podamos,
al final de nuestra vida, amarte como te lo mereces.
R.- Te lo pedimos Señor.
• Cuídanos de caer en la tentación de poner al centro de nuestra vida
falsos ídolos; queremos respetarte y darte el lugar principal.
R.- Te lo pedimos Señor.
• Líbranos de caer en la idolatría, provocada por la falta de confianza a
tu Providencia y el vacío existencial derivado de una vida alejada de Ti.
R.- Te lo pedimos Señor.
• Favorécenos con un corazón vigilante, capaz de discernir entre
aquello que nos aleja de Ti, de aquello que nos acerca a Tu amor.
R.- Te lo pedimos Señor.
• Cuídanos de no caer a merced de esas ideologías que desorientan

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nuestro corazón prometiéndonos una falsa felicidad.
R.- Te lo pedimos Señor.
• Enciende en nosotros un deseo grande de seguir el camino de la
santidad, camino de perfección, sacrificio y servicio al hermano.
R.- Te lo pedimos Señor.
• Aquieta nuestros corazones, que ansiosos buscan la felicidad lejos
de Ti. Ten misericordia de nuestros errores y llévanos a Tu amor.
R.- Te lo pedimos Señor.

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