Está en la página 1de 8

SECCIÓN 2: EL CAMINO DE ACCESO A DIOS

2.1. EL FENÓMENO ACTUAL DE LA INCREENCIA

Es una situación cultural concreta que nos condiciona, supone la negación de la posibilidad
de acceso del hombre a Dios y también la negación de la existencia misma del Misterio.
2.1.1. Principales modalidades
1. Ateísmo positivista
Sólo admite el conocimiento científico. La raíz de este cientismo se encuentra en el
orgullo bajo la forma de voluntad de dominio, la pretensión voluntarista de que no exista
más realidad que aquella que se pueda controlar y dominar.

2. Ateísmo humanista
La Gaudium et Spes 20 lo llama ateísmo sistemático. Su principal característica es la
afirmación radical de la autonomía del hombre. Ramificaciones:
a) Existencialismo (ateísmo de la libertad): la libertad absoluta del hombre se vería
anulada por la existencia de Dios. El hombre es el fin de sí mismo.
b) Marxismo: Dios es un condicionamiento social alienante del que hay que
liberarse. El fenómeno religioso no es originario, sino derivado de la cultura social,
política y económica en que se encuentra inmerso el hombre.

3. Ateísmo ético
Ante la percepción del mal el hombre niega la existencia de un Dios bueno y
omnipotente que lo permita.

4. Ateísmo práctico o indefectismo


El problema de Dios no es siquiera un problema. Al ser humano se le ha atrofiado la
dimensión de lo sagrado, del Misterio, del más allá; así, Dios no puede constituir nada para
el hombre. Es el más extendido y el más peligroso: porque no cabe siquiera la pregunta por
Dios (indiferencia religiosa).

Causas:
Internas (culpa personal)
 Autosuficiencia, soberbia: es la afirmación absoluta de la propia autonomía; por
ello, Dios debe ser excluido y negado (ateísmo humanista).
 Voluntad de dominio absoluto por la ciencia (ateísmo cientista).
 Renuncia a lo más profundo del hombre: lo que hay detrás de este ateísmo es
que el hombre quiere suplantar a Dios, excluirlo y autoafirmarse a sí mismo
(Nietzsche).

1
Externas (contexto social ateo)
 Racionalidad instrumental, dominio técnico que insensibiliza al hombre.
 Orientación al tener, consumismo, visión plana del mundo, exclusión del
Misterio.
 Proliferación de ideologías contradictorias: relativismo escepticismo, frag-
mentación, reduccionismo...etc.

Intraeclesiales
 Descuido de la formación religiosa.
 Inadecuada imagen de Dios.
 Falta de testimonio de los creyentes.

2.1.2. Significado para el creyente cristiano, según la doctrina del Concilio


Vaticano II (GS 7,19-21)
 Cambio de mentalidades y estructuras que influyen en la vida religiosa dando
lugar a un espíritu más crítico que se plasma en dos actitudes:
-la adhesión personal a la fe.
-el desentenderse del valor Dios.
 El ateísmo atenta contra la razón más alta de la dignidad humana, que es la
vocación a unirse con Dios.
 Es culpa de los creyentes:
-por descuido en la educación religiosa,
-por exposición deficiente de la doctrina
-por deficiencias en el testimonio de su vida.
 La libertad no consiste en que el hombre sea fin en sí mismo y artífice y creador
en la historia.
 La esperanza en el más allá ha de aumentar la importancia e interés de los de-
beres terrenos.
 La Iglesia debe hacer presente y visible a Dios en su testimonio que mueva a la
justicia, al amor y la caridad fraterna.
 No discriminación, diálogo con el ateísmo.

2.2. EL CONOCIMIENTO DE DIOS A PARTIR DE LA EXPERIENCIA QUE EL


HOMBRE TIENE DE SÍ MISMO Y DEL MUNDO

2.2.1. Indicaciones de la Escritura


El mundo, en cuanto creado, remite a Dios y es camino de encuentro con Él. La
Sagrada Escritura establece dos modos de manifestación de Dios:

2
a) Vía cosmológica (en y a través de la creación)
Sabiduría 13,1-9 Todo hombre que no se cierre a ello puede alcanzar cierto cono-
cimiento de Dios. No hay que distraerse en sus obras, sino buscar al Creador. En la crea-
ción Dios no manifiesta todo el misterio de su personalidad, voluntad y designios; pero si
manifiesta algo de si mismo (universo y hombre).
Romanos1,18-32 El poder y la divinidad de Dios se conocen por sus obras. Reco-
nocer a Dios como creador invita a transformar la vida y ser agradecidos. El paganismo
degrada al hombre.
b) Vía antropológica (autocomunicación histórica de Cristo)
Rom. 2,12-15 Los preceptos de la ley están escritos en el corazón. Se accede a Dios
como autor de los valores morales. La ley moral brota de la estructura humana, pero la
trasciende.

2.2.2. Doctrina del Vaticano I (Dz 1795-1796)


En la Biblia ya se atestigua que los gentiles pueden conocer a Dios a partir de las
cosas creadas:

“El perpetuo sentir de la Iglesia Católica sostuvo también y sostiene que hay un doble
orden de conocimiento, distinto no sólo por su principio, sino también por su objeto; por su
principio, primeramente, porque en uno conocemos por razón natural, y en otro por fe
divina; por su objeto también, porque aparte aquellas cosas que la razón natural puede
alcanzar, se nos proponen para creer misterios escondidos en Dios de los que, a no haber
sido divinamente revelados, no se pudiera haber tenido noticia.” (Dz 1795).
“La razón, ilustrada por la fe, cuando busca cuidadosa, pía y sobriamente, puede
alcanzar por don de Dios alguna inteligencia, y muy fructuosa, de los misterios, ora por
analogía de lo que naturalmente conoce, ora por la conexión de los misterios mismos entre
sí y con el fin último del hombre; nunca, sin embargo, se vuelve idónea para entenderlos
totalmente, a la manera de las verdades que constituyen su propio objeto. Porque los
misterios divinos, por su propia naturaleza, de tal manera sobrepasan el entendimiento
creado que, aún enseñados por la revelación y aceptados por la fe; siguen, no obstante,
encubiertos por el velo de la misma fe y envueltos de cierta obscuridad...” (Dz 1796).

2.2.3. Reflexión teológica sobre el camino de acceso a Dios desde la realidad creada
La Edad Moderna
Lleva a un giro antropológico:
-El hombre como anhelo de plenitud infinita.
-Se experimenta finito e impotente.
Von Balthasar describe un proceso:
 Experiencia original: El hombre tiene experiencia del amor absoluto; anhelo de
plenitud.

3
 Desengaño fundamental: El hombre no lo encuentra en ninguna experiencia
particular. Nada colma la felicidad absoluta, el hombre experimenta la limita-
ción y finitud de todos sus actos, incluso el amor.
 Alternativa: Realidad del hombre como pasión inútil o abrirse a Dios, que da
sentido a la vida.
Pero el Dios de la creación es insuficiente, hace falta una autorrevelación.

2.3. EL CONOCIMIENTO DE DIOS A PARTIR DE SU AUTORREVELACIÓN


HISTÓRICA

Dios ha decidido libremente entrar en la historia de los hombres, intervenir en ella y


compartir la misma existencia humana en Cristo. Cristo es el momento culminante de su
revelación histórica; es la expresión absoluta e insuperable de la autocomunicación de Dios.

2.3.1. Indicaciones de la Escritura


 Dios se revela en la historia y hace patente su voluntad de salvación del hombre.
 En Cristo, Dios se da a conocer definitivamente, es su rostro concreto:
Heb 1,1-3 “Antes, Dios habló por medio de profetas, ahora lo ha hecho por
su Hijo”
Jn 14, 6-11 “Nadie viene al Padre sino por mí. El que me ha visto a mí, ha
visto al Padre. Yo estoy en el Padre y el Padre en mi”.

2.3.2 Doctrina del Vaticano I (Dz 1785)


 Contra el fideísmo y el racionalismo; Sólo es válido el conocimiento de la re-
velación (Sagrada Escritura).
 A partir de la creación, con la revelación sobrenatural y la gracia; se puede
conocer a Dios con fidelidad, certeza y sin mezcla de error.
 La fe es provocada por la gracia.
 La Revelación no es necesaria, sino sobrenatural (por la gracia).
 Nadie puede conocer a Cristo si el Padre no le concede ese don.

2.3.3. Reflexión teológica (Von Balthasar)


 Potencia Naturalis (naturaleza): Capacidad de ser llamado por Dios. Apertura
al infinito. Amor que capacita a la inteligencia para captar a Dios en la historia.
 Potentia Obediencialis (gracia): Capacidad de responder a la llamada de Dios
en la historia. Reconocer los signos históricos de Dios.
 La revelación no puede deducirse de la creación, es libre. El hombre necesita la
gracia para conocer a Dios. Será siempre un conocimiento analógico, porque
Dios es incomprensible:
-Se afirma una cualidad humana.

4
-Se niega esa cualidad en sentido humano.
-Se proyecta al infinito esa cualidad.
 Desconocemos como se da en Dios.

2.4. LECTURA COMPLEMENTARIA

DEFECTOS EN LA PRESENTACIÓN Y VIVENCIA DE LA FE

Dentro de la crisis general que se vive en la sociedad occidental es fácil detectar la crisis de
la religión y, en concreto, la crisis del cristianismo. Para muchos la cuestión de Dios apenas
atrae o inquieta: sencillamente deja indiferente a un número cada vez mayor de personas.
Dios ha dejado de ser el fundamento del orden social y el principio integrador de la cultura.
De una afirmación social masiva, pública e institucional de Dios se ha ido pasando a una
situación de indiferencia cada vez más generalizada. Esta crisis que también ha permeado
el interior de la Iglesia ha venido generando temores y preocupaciones a nivel eclesial: el
descenso de la práctica religiosa, la disminución de vocaciones para el ministerio
presbiteral y la vida consagrada, el alejamiento masivo de los jóvenes, el envejecimiento de
las comunidades, el ambiente hostil que dificulta el anuncio del Evangelio, etc.

Hay que indicar que el fenómeno del ateísmo, la increencia y la indiferencia religiosa no es
algo actual, ya el Concilio Vaticano II había reflexionado al respecto y señalado las
posibles causas que han facilitado la expansión de dicho fenómeno, y entre las cuestiones
que lo han posibilitado y favorecido, la Constitución Conciliar Gaudium Et Spes, señala la
exposición “inadecuada” de la doctrina cristiana, y “los defectos de la vida religiosa, moral
y social” de los cristianos (GS 19). Es decir, la mala presentación y vivencia de la fe aleja
de la fe y de la comunidad eclesial. Veamos.

1. Defectos en la vida religiosa: ¿Cuáles pueden ser estos defectos? Por ejemplo, cuando se
acentúa el miedo y el temor a la condenación y el difícil acceso a la salvación; cuando el
acento se pone no en lo que Dios quiere del ser humano y prepara para él, sino en las duras
exigencias de un Dios castigador, controlador, autoritario, justiciero, lejano y pendenciero
que está allá arriba en el cielo y que es insensible al dolor y sufrimiento humano. Cuando
presentamos la imagen de un Dios “intervencionista” que cuando más lo necesitamos no
actúa ni resuelve nuestros problemas; o un Dios «aguafiestas» que obstaculiza nuestro
deseo de felicidad. Cuando ofrecemos o imponemos imágenes contrarias al Dios revelado
en Jesucristo, que es amor, ternura, misericordia, entonces tenemos serios “defectos” en
nuestra vida religiosa.

2. Defectos en la vida moral: La auténtica vida cristiana consiste en poner a Cristo como
centro y modelo de las relaciones humanas, que implica libertad y seguimiento. Así lo ha
indicado el Papa Francisco en el Mensaje de la Jornada Mundial de las Misiones que
5
celebramos el pasado 20 de octubre. Sin embargo algunos sectores cristianos se han
quedado con una moral hecha de leyes y preceptos, una moral del miedo y del temor.
Precisamente, cuando predicamos y enseñamos una moral rigorista en vez de una moral de
hijos, que busca conformar nuestra vida con la de Cristo y, en consecuencia, una moral en
la que todo está regulado por el amor, es cuando son notorias las desviaciones en la
vivencia cristiana. Cuando importan más las leyes que el hermano, cuando es el miedo el
que evita el pecado; cuando el castigo al infierno es el argumento principal que empleamos
para exhortar a vivir de otra manera; cuando repetimos lo mucho que se merece Dios y nos
olvidamos de agradecer lo mucho que nos está dando en cada momento, empezando por la
vida, la familia, el trabajo, la salud. Cuando el criterio de actuación es la ley, olvidándonos
de la persona, su dignidad y su felicidad, tenemos serios “defectos” en nuestra vida moral.

3. Defectos en la vida social: El cristianismo es mucho más que una religión, es un estilo de
vida que nos compromete con las realidades temporales, con la construcción de una nueva
humanidad. Sin embargo, muchas veces se ha quedado en una religión individualista,
pasiva, e intimista, donde sólo importa “el alma y Dios”, sin preocuparnos de lo que pueda
ocurrirle a los demás. Hay defectos en la praxis cristiana cuando cerramos los ojos ante las
muchas necesidades de los hermanos; cuando pensamos que las leyes sociales no tienen
nada que ver con la religión y con Dios; cuando sólo importa la piedad y la asistencia a la
Iglesia, pero olvidamos los compromisos sociales y comunitarios; cuando sólo importa lo
espiritual y dejamos de lado lo político, o sea, las necesidades de la sociedad; cuando
somos indiferentes a los problemas que agobian a nuestras comunidades, tenemos serios
“defectos” en nuestra vida social.

Por tanto, para corregir los defectos anteriores y ofrecer el cristianismo como una propuesta
llena de sentido es necesario saber situar las verdades de la fe en el contexto actual de
manera que sean entendidas y vividas. Es tarea de los creyentes manifestar sin miedos ni
vacilaciones el corazón del mensaje cristiano mediante la palabra y el testimonio. Es así
como el Papa Francisco nos anima a no tener “miedo a revisar” lo revisable en pro de una
evangelización más efectiva, tendiendo puentes entre Dios, los hombres y las mujeres.

2.5. TALLER EN GRUPO:

DIOS ESTÁ PRESENTE EN “LO LAICO” Y SE IDENTIFICA CON “LO


ÉTICO”
Desde hace 3 años he estado como docente en la Universidad Católica de Oriente
impartiendo la asignatura de Cristología, materia que hace parte de la ruta humanística y
que todos los estudiantes matriculados en la UCO deben cursar. Y en los distintos grupos
con quienes he compartido la asignatura me he encontrado con estudiantes creyentes, poco
creyentes, y no creyentes, lo que implica ofrecer unos buenos contenidos incluyentes y
propositivos de modo que puedan ser comprendidos, valorados y de este modo, respondan a
los anhelos, ilusiones y deseos personales y profesionales.

6
Lo primero que debemos decir es que el Dios que nos dio a conocer Jesús no es un ser
alejado, apartado, que hace distención de personas o un Dios encerrado en los templos, en
el culto, en las leyes religiosas, distante de las realidades temporales. Ni es dentro de una
religión el único lugar donde lo podemos conocer y encontrar. Los evangelios nos enseñan
que Jesús desplazó el punto de encuentro con Dios. Lo sacó de la religión, de los ritos, del
templo y lo puso en la calle, en lo laico, en la vida, en el centro de la humanidad.

Jesús tampoco explicó la esencia y existencia de Dios con conceptos metafísicos,


filosóficos ni teológicos, o mediante enseñanzas sublimes y nuevas, sino poniendo en
práctica su bondad con los que más sufren en la vida: los enfermos, los pobres, los
maltratados y los excluidos. El Dios de Jesús es el Padre que hace salir el sol y caer la
lluvia sobre buenos y malos, sobre justos e injusto, es el Dios compasivo que quiere
misericordia y no sacrificios, y que ama sus hijos no tanto por sus méritos, o porque son
fieles a unos códigos legales, morales o formales, sino porque es Padre de todos. Así fue
como Jesús nos reveló a Dios.

Ese Dios anunciado por Jesús es amigo de la humanidad y habita en todos los lugares
donde se desarrolla la vida en todas sus dimensiones. Ese Dios que no solo está en lo
religioso y sublime es el que debemos anunciar en el contexto actual. De hecho hay dos
relatos que nos ayudan a comprender que el Dios de Jesucristo está más allá de las
creencias, ritos y prácticas de piedad religiosa. Uno de esos relatos son las
Bienaventuranzas y el otro, el Juicio Escatológico. Estos textos evangélicos nos permiten
comprender que a Dios se le puede encontrar en las realidades temporales, en la vida
cotidiana, en los distintos escenarios donde se mueve el ser humano sin restricción alguna.

Con respecto a las Bienaventuranzas es importante notar que en las dos versiones tanto la
de Mateo como la de Lucas, Jesús no menciona ningún término religioso, ni alude a
situación alguna relacionada con la religión. No dice nada de cumplir fielmente con ritos
sagrados, prácticas sacramentales o devociones populares. En las bienaventuranzas Dios se
identifica con los pobres, los que sufren, las personas que viven con mansedumbre, los que
tienen hambre y sed de justicia, los que tienen misericordia, los que tienen un corazón
limpio, los que sufren persecución por defender la dignidad humana y la justicia social, los
que son insultados y calumniados por defender lo que es justo, honrado y verdadero. Sin
lugar a dudas, “la fuerza de las bienaventuranzas no está en su religiosidad, sino en su
bondad”.
En cuanto al relato del “juicio final” o juicio de las naciones (Mt 25,31-46) que para Jesús
es lo decisivo, lo que determina nuestro destino final, el momento culminante de enjuiciar
nuestra vida, en dicho relato no aparecen acciones que tenga que ver directamente con
prácticas rituales. Se trata de situaciones que no se remedian con la religión sino con la
bondad tales como la acogida al desplazado e inmigrante, la solidaridad con el enfermo,
con el que pasa hambre, sed, el que no tiene donde dormir, ni tiene que ponerse, la
situación dura de los que están en los centros de reclusión… Además, en el texto Jesús no
menciona a gente creyente o no creyente, sino a gente necesitada de ayuda, afecto o
respeto, sea cual sea su cualificación religiosa.

7
En esta misma perspectiva cuando Jesús narra las pequeñas historias o parábolas para
explicar cómo debe entenderse el Reino de Dios, no escogió episodios relacionados con la
religión o las prácticas religiosas, sino con las costumbres y tradiciones de la vida cotidiana.
La vida en la que pasamos nuestros días todos los seres humanos: los trabajos del campo y
el mar, la pobreza o la riqueza, la comida y los banquetes, las relaciones de la familia, los
amigos, las cosechas, los negocios, las desgracias que nos preocupan e incluso nos agobian
y desaniman con frecuencia, etc.
Con lo anterior comprendemos que Jesús no quiso fundar una religión más, sino una
manera distinta de ser y de vivir. Por tanto, cuando el cristianismo se ofrece como una
propuesta llena de sentido entonces la asignatura de Cristología deja de ser un relleno ya
que los estudiantes que se han alejado de las prácticas religiosas por diversos motivos o
sencillamente no se identifican con ninguna religión, van a descubrir que en el amor al
prójimo, en la práctica de la justicia y la solidaridad, en el cuidado del medio ambiente, en
los proyectos personales y profesionales, en el anhelo de vida y felicidad, se están
encontrando con el mismo Jesús que les ama y se hace compañero de camino.

Preguntas
1. Si Jesús desplazó el punto de encuentro con Dios. Lo sacó de la religión, de los
ritos, del templo y lo puso en la calle, en lo laico, en la vida, en el centro de la
humanidad. ¿Es posible hablar de la laicidad del Evangelio? Y si es así, ¿se puede
afirmar que el centro de las religiones está en el mundo secular?

2. ¿Es, por tanto, el cristianismo una religión, que, mediante dogmas, normas y ritos
nos lleva a Dios o es una ética que nos enseña a vivir de manera más digna y
dichosa?

3. Si el cristianismo es una ética de vida ¿por qué hay personas que son profundamente
religiosas y a la vez profundamente inhumanas?

4. Si Dios está presente en los diversos espacios donde se desarrolla la vida, ¿qué
medios y acciones se pueden realizar para involucrar y beneficiar a las personas
que no son muy cercanas a lo religioso?

También podría gustarte