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CONCEPTO DE SUSTANCIA EN DESCARTES Y SUS TIPOS

FLORENTINA TEODORA ANGHEL


Como se puede observar en el título de esta redacción "CONCEPTO DE SUSTANCIA EN
DESCARTES Y SUS TIPOS”, vamos a hablar sobre la teoría de la sustancia elaborada por
René Descartes con el fin de explicar los distintos tipos de realidad. ¿Que es real? ¿Qué
soy yo? ¿Las cosas son como se perciben? o lo que es lo mismo, ¿son realmente
extramentales o por el contrario únicamente se encuentran en la mente? A lo largo de esta
redacción se desarrollará la teoría y concepto de sustancia cartesiana a la vez que se irán
respondiendo los interrogantes lanzados.

Descartes defiende la necesidad de crear un método único basado en las matemáticas y


fundamentado sobre la razón para alcanzar la verdad, para ello pone todo en duda y estudia
los distintos modos del saber y cómo dirigir la inteligencia hasta la verdad siguiendo los
cuatro preceptos del método cartesiano. Una vez ideado este método descubre que de lo
único que tiene total certeza es de la existencia del cogito y de su propia existencia, a partir
de esto se encamina hacia demostrar la existencia de la realidad extramental. Con tal fin
elabora su teoría de las ideas. Relaciona las ideas innatas con Dios y con la idea innata de
infinitud. Con esto se encamina hacia la demostración de Dios.

Una vez adquiridos estos conocimientos Descartes conoce con certeza la existencia de
Dios, del alma y del mundo. Y se refiere a estos tres ámbitos con el término sustancia.
Descartes emplea esta palabra para referirse a las cosas o naturalezas que existen por sí
mismas, o por otra parte, que solo necesitan a Dios, para existir. Distingue entre sustancia
infinita (Dios), sustancia pensante (el alma) y sustancia extensa (el mundo). Como se ha
mencionado, la definición de sustancia en sí tan sólo abarcaría a Dios y es por ello que la
extiende a los demás seres percibibles independientemente de cualquier otra cosa (excepto
de Dios, claro). Es decir, a parte de Dios, las sustancias se dividen en dos: res cogitans
(sustancia pensante) y la res extensa (sustancia extensa) los cuales pueden existir con
independencia el uno del otro.

Sin embargo, la mente humana no es capaz de percibir las sustancias y por tanto para
poder saber de su existencia es necesario percibir un atributo.

Los atributos son cualidades o propiedades de la sustancia que no pueden existir por sí
solos, cada sustancia tiene un atributo que conforma su esencia. Por tanto, conocer
correctamente el atributo es esencial para alcanzar la sustancia. El atributo del yo es el
pensamiento y el del mundo (cosas materiales), la extensión.

La extensión o res extensa es según Descartes, real, pues anteriormente se ha demostrado


su existencia. No obstante, el filósofo debe enfrentar la cuestión de saber si dicha realidad
es realmente como se percibe por su atributo o su sustancia es diferente. Para ello, procede
a distinguir dos cualidades: las primarias y las secundarias.

Las cualidades primarias hacen referencia a aquello que tiene realidad objetiva en los
cuerpos, o, con otras palabras, todo aquello que se percibe con claridad y distinción. Estas
cualidades se pueden representar matemáticamente y son el volumen, el movimiento y la
figura. Dichas cualidades existen independientemente del sujeto. Por otra parte se
encuentran las cualidades secundarias. Estas no existen objetivamente en las cosas sino
que son apreciaciones subjetivas. Son por ejemplo el olor, el calor o el sonido. No existen
independientemente de aquello que las produce. Por ejemplo, podemos expresar la
velocidad a la que puede circular cualquier objeto mediante una expresión matemática y sin
conocer con exactitud dicho objeto pero no podemos percibir a qué huele sin él. Es por eso
que Descartes asienta que el verdadero conocimiento sólo está en las cualidades primarias
y que, a partir de ellas se pueden deducir otras ciencias como la física o las leyes del
movimiento. Todo eso mediante una visión mecanicista del mundo (al cual percibe según el
símil del reloj como una gran maquinaria en la que todo está conectado y sometido a
movimientos resultantes de otros movimientos). No cabe, sin embargo, presuponer que
resta importancia a las cualidades secundarias dado que estas son sensaciones subjetivas
con una función imprescindible: Enseñan lo que conviene a las personas y lo que les
perjudica, eso sí, no enseñan la verdad de las cosas en ningún caso.

Concluyendo, Descartes distingue por tanto tres tipos de sustancias: infinita, pensante y
extensa. Conocer estas sustancias por sí mismas es complejo y por tanto se han de percibir
a través de sus atributos. El atributo de las cosas materiales es la res extensa. Dentro de
esta se encuentran dos cualidades: las primarias y las secundarias y mientras que las
primarias son objetivas e independientes al sujeto, las secundarias transmiten sensaciones
que guían hacia el conocimiento de lo que nos conviene o perjudica, pero nunca guiarán a
la verdad, pues no son claras y distintas como las primarias. Sin embargo, se plantea aquí
el problema de la relación mente–cuerpo, es decir, cómo se relacionan en un ser humano
las dos substancias cuyas características esenciales son completamente distintas y así
Descartes desarrolla su teoría del dualismo antropológico.

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