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UNA CARTA DEL VERDADERO SALVADOR NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO

Consagración de las gotas de sangre que Nuestro Señor perdió en su camino al Calvario.
Recibe el nombre de: "La Oración" y fue encontrada en el Santo Sepulcro de Jerusalén a finales de 1800. Se
guarda hoy en el Vaticano en una caja de plata desde que el 5 de Abril de 1890 en Roma la recogiera el entonces
Papa León XIII. 
Algunos Santos, Santa Isabel, reina de Hungría, con Santa Matilde y Santa Brígida, con el deseo de saber detalles
concretos de la Pasión de Jesucristo, antes de que le crucificaran, ofrecieron oraciones fervientes y especiales, a
quienes se les apareció Nuestro Señor Jesucristo, hablando de la siguiente manera:
"Descendí del cielo a la tierra para convertiros. En la antigüedad la gente era religiosa y sus cosechas abundantes;
en el tiempo presente, por el contrario, son escasas.
Si queréis cosechar con abundancia no debéis trabajar los Domingos, pues en los Domingos debéis ir a la Iglesia y
rezar para que Dios perdone vuestros pecados. Él os dio seis días para trabajar y uno para el descanso y la
devoción, para ofrecer vuestra ayuda al pobre y asistir a la Iglesia.
Las personas que disputan contra Mi religión o lanzan calumnias sobre esta Carta Sagrada, serán de Mi amparo
abandonadas.
Por el contrario, aquellas que lleven consigo una copia de esta Carta, se librarán de morir por ahogamiento o de
forma repentina; de morir de enfermedades contagiosas o por el rayo; de morir sin confesión, se librarán de sus
enemigos y de la mano de la autoridad injusta, y de todos sus difamadores y falsos testigos.
Las mujeres que en tiempo de parto se hallen en peligro, conservando con ellas esta Oración, superarán la
dificultad inmediatamente. En los hogares donde se guarde esta Oración nunca ocurrirá nada malo, y cuarenta
días antes de la muerte de una persona que posea esta Oración, la Santísima Virgen se le aparecerá. Así lo dijo
San Gregorio.
A todo creyente que recite durante 3 años, cada día, 2 Padres Nuestros, Glorias y Ave Marías, en honor de
las gotas de sangre que perdí, le concederé las cinco gracias siguientes:
1. La indulgencia plenaria y remisión de sus pecados.
2. Estará libre de las penas del Purgatorio.
3. Si debiera morir antes de completar los 3 años señalados, para él será igual que si los hubiera completado.
4. A la hora de su muerte, será como si hubiese derramado toda su sangre por la Santa Fe.
5. Yo mismo, descenderé del cielo para llevar a su alma y la de sus familiares, hasta la cuarta generación.
Que se sepa: el número de soldados armados fue de 150; los que Me arrastraron atado fueron 23. Los verdugos,
83; los golpes recibidos en Mi cabeza, 150; en Mi estómago, 108; las patadas en Mis hombros, 80. Fui, atado,
llevado arrastras por el pelo 24 veces; escupieron sobre Mi rostro 180 veces; fui apaleado 6666 veces en el
cuerpo; 100 veces en la cabeza. Fui brutalmente empujado y a las 12 en punto alzado por el pelo; pinchado con
espinas y tirado de la barba 23 veces; recibí 20 heridas en la cabeza; de púas de cecina, 72; pinchazos de espina en
mi cabeza, 110; espinas mortales en la frente, 3. Después fui azotado y vestido como un rey de burla; las heridas
en el cuerpo, 1000. Los soldados que me llevaron al Calvario fueron 608; me miraron 3, y se burlaron de Mi
1008; las gotas de sangre que perdí fueron 28,430."
Bendecida por SS Papa León XIII, en Roma, 5 abril 1890

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