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23-CAS-2003
La Sala conoce del recurso de casación interpuesto en el proceso instruido contra los
imputados JORGE ANTONIO RAMÍREZ RIVERA, CARLOS ALBERTO
VÁSQUEZ VÁSQUEZ y NORMA CECILIA QUINTANILLA GONZÁLEZ,
procesados por el delito de Robo Agravado Art. 213 Nos. 2 y 3 Pn., en perjuicio de
Mauricio Antonio Yanes Morales; según sentencia pronunciada por el Tribunal Segundo
de Sentencia de San Salvador, a las dieciséis horas del cuatro de diciembre de dos mil dos.
RESULTANDO:
I.- Que mediante la sentencia definitiva expresada en el preámbulo, se resolvió: "... POR
TANTO con fundamento en el voto unánime, las razones expuestas, y los Arts.11, 12, 15,
172 y 181 de la Constitución de la República; Art.8.1 de la Convención Americana sobre
los Derechos Humanos; Arts.1, 4, 30 número 2°., 58 numeral 1°., 62, 63, 64, 114, 115, 213
número 2°, y 3°. Y 345 del Código Penal; Art.1, 15,43,53 inciso 1°. No.6°. y 11°., 130,
162, 330, 354, 356, 357, 359, 360 Y 361 del Código Procesal Penal; a nombre de la
república de El Salvador, fallamos: A) CONDENASE a los imputados Jorge Antonio
Ramírez Rivera, Carlos Alberto Vásquez Vásquez y Norma Cecilia Quintanilla González,
cada uno a cumplir la pena de Doce Años de Prisión por el delito de Robo Agravado,
Art.213 número 2°. y 3°. Pn., en perjuicio patrimonial del señor Mauricio Antonio Yanes
Morales; asimismo condénase a dichos imputados a la pérdida de los derechos de
ciudadano por el tiempo en que dure la condena; B) Absuélvase a los imputados Jorge
Antonio Ramírez Rivera, Carlos Alberto Vásquez Vásquez y Norma Cecilia Quintanilla
González, por el delito de Asociaciones Ilícitas, Art.345 Pn., en perjuicio de la Paz Pública,
debiendo ponerse en libertad oportunamente a los mismos por este delito; C) Condénase a
los imputados Jorge Antonio Ramírez Rivera, Carlos Alberto Vásquez Vásquez y Norma
Cecilia Quintanilla González a pagar a la víctima Mauricio Antonio Yanes Morales cada
uno de ellos la cantidad de cinco mil colones, ascendiendo a la suma de quince mil colones
exactos, en concepto de Responsabilidad Civil; D) Absuélvase a los imputados del pago de
Costas Procesales; E) a efecto de fijar con precisión la fecha exacta en que la pena
finalizará y tomando en cuenta que dichos imputados fueron detenidos el día veintinueve de
marzo de dos mil uno, la pena total de doce años de prisión la cumplirán el día veintinueve
de marzo de dos mil trece; y f) Al quedar firme esta sentencia, remítanse las certificaciones
correspondientes al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la Pena
de esta Jurisdicción y a los Centros Penales respectivos. NOTIFIQUESE...".
IV.- El motivo denunciado consiste en la doble persecución de que habrían sido objeto los
imputados, en virtud de que previo a este proceso se tramitó otro contra ellos mismos, por
atribuírseles en aquella oportunidad el delito de Conducción de Mercadería de Dudosa
Procedencia Art. 214- B Pn., al señalar los impugnantes que los objetos incautados
entonces provenían del robo cometido en perjuicio de la perfumería "Maurici’s", propiedad
de la víctima en este proceso Mauricio Antonio Yanes Morales.
El planteamiento anterior constituye la base del motivo, pues en ello hacen residir la
identidad del ilícito acusado en este proceso, Robo Agravado, con el otro delito de
Conducción de Mercadería de dudosa procedencia, el cual fue conocido en audiencia
preliminar el veintinueve de septiembre de dos mil uno, donde el Juez de Instrucción de
Mejicanos pronunció auto de sobreseimiento definitivo.
La identidad de objeto alude a la conducta captada por un dispositivo típico de la ley penal,
donde los elementos concurrentes de cada uno completan o agotan los alcances del injusto;
para el caso, esto implica que en el delito de robo es la disponibilidad el momento preciso
de su perfeccionamiento, de donde resulta que momentos posteriores pueden dar lugar a
ulteriores ilícitos, los que serían objeto, por tanto, de una distinta y legítima persecución, ya
que se trataría de acciones autónomas.
De conformidad con lo expuesto, basta con examinar las respectivas figuras delictivas:
Robo Agravado 213 Pn. y Conducción de Mercadería de Dudosa Procedencia Art. 214- B
Pn., para concluir que no ha existido identidad de objeto en la persecución penal.
»Número de Referencia: 4-CAS-2005
»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO PENAL
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 30/11/2005
»Hora de Resolución: 11:30:00
4-CAS-2005
Este Tribunal conoce del recurso de casación interpuesto por el Licenciado NOE
OSWALDO CASTILLO CORTEZ, contra la resolución dictada por el Tribunal de
Sentencia de Chalatenango, a las nueve horas del día veinticinco de noviembre de dos mil
cuatro, mediante la cual sobresee definitivamente a favor de los imputados ARNOLDO
GEOVANNI MATA, JOHALMO RUBERMAN PORTILLO MORENO Y TOMÁS
AGUILAR MARTÍNEZ, a quienes se les atribuyó la comisión del ilícito penal calificado
como FALSIFICACIÓN DE SEÑAS Y MARCAS, contemplado en el Art. 289-A del
Código Penal, en perjuicio de la FE PÚBLICA.
El libelo recursivo presentado, contiene los motivos de la impugnación, las razones que lo
justifican así como la solución pretendida. Aunado a ello, ha sido interpuesto respetando los
requisitos de impugnabilidad subjetiva y objetiva, consecuentemente y con fundamento en
los Arts. 406, 407, 421, 422 y 423 todos del Código Procesal Penal, ADMÍTESE.
I. RESULTANDO.
II. Inconforme con la resolución dictada, el licenciado NOE OSWALDO
CASTILLO CORTEZ, agente auxiliar del Fiscal General de la República,
interpuso recurso de casación contra el pronunciamiento dictado, alegando
mediante éste, la existencia de dos motivos de casación, a saber.
1. Errónea aplicación de los Arts. 277 Num. 4° en relación con el 282 y 308, todos del
Código Procesal Penal, incurriendo con ello en una resolución viciada por cuanto adolece
de nulidad absoluta, conforme al Art. 224 num. 6° del mismo cuerpo de ley, por haber
resuelto en inobservancia de los principios de IMPARCIALIDAD E INDEPENDENCIA
DE LOS JUECES y JUICIO PREVIO. Tal motivo se justifica en la medida que, los
imputados fueron inicialmente detenidos en flagrancia y presentados a Juez de paz en un
solo requerimiento por los delitos de ASOCIACIONES ILICITAS, FALSIFICACIÓN DE
SEÑAS Y MARCAS Y RECEPTACIÓN, ya que fueron detenidos en momentos que
habían recibido y ocultado vehículos que habían sido hurtados, actuando más de dos
personas en forma organizada y fueron sorprendidos juntos con los vehículos en un taller de
mecánica en el cual estaban alterando y suplantando las señas y marcas de números de
Chasis y VIN así como placas y tarjetas de circulación; siendo el caso que el Juez de Paz
sobresee provisionalmente los delitos de ASOCIACIONES ILÍCITAS Y
FALSIFICACIÓN DE SEÑAS Y MARCAS, Y pasa a instrucción el delito de
RECEPTACIÓN, el cual ya en vista pública es conciliado, siendo en caso que
posteriormente se pide la reapertura del sobreseimiento provisional, solicitando audiencia
especial para continuar persiguiendo el delito de FALSIFICACIÓN DE SEÑAS Y
MARCAS, se reabre y eventualmente va a juicio. Considera que es errónea la aplicación de
la cosa juzgada conforme al Art. 11 de la Constitución, pues para que ésta exista debe
haber IDENTIDAD OBJETIVA Y SUBJETIVA. La primera, "viene representada por la
identidad de hecho punible", por lo que el presente juicio es por un delito diferente. Para el
caso, no es cierto que el juez de instrucción estaba en posibilidad de pasar a juicio por el
delito de RECEPT ACIÓN y FALSIFICACIÓN DE SEÑAS Y MARCAS, porque existía
una regla jurídica que se lo impedía y el del Art. 309 del Código Procesal Penal que exige
que el fiscal previamente debe solicitar a reapertura, indicando en audiencia especial, los
nuevos elementos de convicción que han surgido. Entonces, el objeto de la audiencia
especial de reapertura, que era diferente al objeto de la audiencia preliminar por el delito de
RECEPTACIÓN, el juez de instrucción correctamente al pasar sólo por el delito de
RECEPTACIÓN porque sólo por este se ha acusado; ya que de haber pasado además el
delito de FALSIFICACIÓN DE SEÑAS Y MARCAS, sin haberse solicitado la reapertura
del sobreseimiento provisional y con ello hubiere violentado el principio de defensa por
cuanto a la audiencia preliminar la defensa debía alegar en cuanto al dictamen que será solo
por el delito de RECEPTACIÓN.
Por otro lado, la identidad objetiva, en cuanto a que sea la misma causa se entiende a que
sea el mismo delito, así, no ha existido identidad en el objeto de la perfección por cuanto el
hecho que se juzgó en el proceso 72-9-2002 fue el valor contenido en derecho material o
Código Penal en el Art. 214- A de RECEPTACIÓN por los hechos de recibir u ocultar
bienes provenientes de delitos, y ahora el juzgamiento del presente proceso 109-10-2004 es
distinto por que es una persecución por el valor establecido en el Derecho Material o
Derecho Penal en el Art. 289-A numeral 3 Pn., como delito de FALSIFICACIÓN DE
SEÑAS Y MARCAS por los hechos de haber alterado, sustituido y modificado la
numeración individualizadora de los vehículos que son asignados por razones fiscales y de
seguridad de conformidad a las leyes. En el presente caso se ha actuado parcialmente, ya
que conforme al Art. 279 Pr. Pn., las excepciones deben ser opuestas por las partes, en ese
caso al haberse opuesto oficiosamente el juzgador ha actuado como parte. Finalmente, es
obvio que en el presente caso se ha establecido la existencia de un concurso real de delito,
conforme al Art. 41 Pn., y en este caso SI PUEDE haber persecuciones múltiples, tal como
lo señala JOSE MARÍA CASADO PÉREZ, en su obra Código Penal Comentado, en página
196: "EL CONCURSO REAL O MATERIAL SUPONE DESDE EL PUNTO DE VISTA
MATERIAL LA EXISTENCIA DE HECHOS PUNIBLES DIVERSOS y
CONSIGUIENTEMENTE DESDE EL PUNTO DE VISTA PROCESAL SIGNIFICA LA
POSIBILIDAD DE UNA PERSECUCIÓN PENAL MÚLTIPLE..."
2. Errónea aplicación del Art. 53 inciso último de Código Procesal Penal, por cuanto que la
resolución fue decretada por un Tribunal Unipersonal, cuando conforme a la citada
disposición, el delito de FALSIFICACIÓN DE SEÑAS Y MARCAS, por figurar dentro de
aquellos delitos que protegen la Fe Pública, es de privativo conocimiento del Tribunal de
Sentencia en forma colegiada, es decir, los tres jueces de sentencia. Existe, para la
sistematización de las normas un principio de aplicación en el concurso de Leyes
establecido en el Art. 7 Pn., y es que se debe aplicar el precepto especial al precepto
general. Por lo tanto, si ya especialmente el legislador ha prescrito el conocimiento de los
delitos contra la FE PÚBLICA como el de FALSIFICACIÓN DE SEÑAS Y MARCAS, no
puede el intérprete aplicar la norma general del conocimiento unipersonal de los delitos
menos graves previsto en el Art. 53 inciso final Pr. Pn. Por lo anterior, si según el Art. 1 Pr.
Pn., el juicio previo exige legalidad del tribunal competente, el cual al ser inobservado
como principio supone una causal de nulidad absoluta con base al Art. 224 Num. 6° Pr. Pn.,
ya que causa agravio por no ser conforme a derecho de lo cual es garante la parte fiscal.
III. Dentro del plazo legalmente establecido, fue emplazado el licenciado CARLOS
ANTONIO TORRES, quien actúa en calidad de agente auxiliar del Fiscal General de la
República, y en respuesta al recurso interpuesto, solicitó se declare inadmisible el mismo,
en razón que no existe el vicio alegado.
Concretamente, el numeral 10 del precepto recién mencionado, contempla que los delitos
cuyo bien jurídico tutelado es la FE PÚBLICA -según el Libro II, Título XIII- serán
estudiados por los tres sentenciadores, a pesar que dentro de éstos figuren delitos menos
graves, es decir, que su penalidad oscila de uno a tres años de prisión.
Cabe ahora detenerse frente al reclamo que ha generado el presente recurso, ya que por una
parte señala el impugnante que los delitos contra la Fe Pública se conocerán de forma
colegiada; mientras que según el sentenciador, los delitos menos graves, rubro dentro del
cual puede encajarse concretamente el delito atribuido a los imputados, serán conocidos de
manera unipersonal. De tal suerte que para definir la competencia funcional, es en su
contenido teleológico o fmal, donde debemos buscar la solución para determinar la
voluntad de la norma. Así pues, en atención a que el primer inciso de este precepto, señala
claramente la forma en que están integrados los tribunales de sentencia, es decir, que se
trata de un cuerpo colegiado encargado de la tramitación de la vista pública y cita al efecto
una serie de hechos punibles que serán del conocimiento del pleno. Por otra parte, en su
segundo inciso contempla: "La vista pública será presidida por uno de los jueces del
tribunal de sentencia, en los casos siguientes: a) en las causas instruidas por la comisión de
delitos menos graves". Se establece ante este punto, la modalidad de la vista pública, esto
es, que de manera unipersonal conocerá el sentenciador, entre otros casos, aquellos que
traten sobre delitos menos graves; de tal suerte que, la decisión del juez de sentencia devino
adecuada, por cuanto que tal precepto atribuye y delimita competencia a un sólo juez para
presidir los supuestos de infracciones menos graves, y por consiguiente, al establecer el
delito de FALSIFICACIÓN DE SEÑAS Y MARCAS, una consecuencia jurídica de tal
índole, no se ha violentado garantía constitucional o procesal alguna, por cuanto que el
conocimiento de la causa tuvo lugar ante el juez naturalmente designado por el Art. 53
inciso segundo literal a) del Código Procesal Penal.
Así pues, a la vista de este reclamo planteado, es preciso constatar que el inciso primero del
Art. 11 de la Constitución, acuña un proceso en el que deban ser cumplidas las garantías
establecidas en forma evidente a favor del enjuiciado, y entre éstas, figura aquella que
prohíbe el doble juzgamiento o lo que en doctrina se le denomina ne bis in idem, la cual
también es reconocida por la normativa internacional, verbigracia el Art. 14.7 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y Art. 8.4 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, y finalmente, a nivel interno tiene incidencia en la dimensión procesal
penal(nadie puede ser juzgado de nuevo por una infracción por la cual ya ha sido absuelto o
condenado definitivamente), según lo dispone el Art. 7 de la ley adjetiva.
Si proyectamos sobre el caso concreto las anteriores acepciones, rechaza esta Sala, que se
configure la identidad del objeto y de la causa. En concreto, respecto a la homogeneidad
relativa al objeto, si bien es cierto se está ante la misma plataforma fáctica, se requirió
desde la etapa inicial por un concurso real o material de delitos, es decir, no se consideró
una acción unitaria, sino una pluralidad o concurso de actos o de acciones, con una
pluralidad material y efectiva de delitos. Para el presente caso, en primer término se
verificó la adquisición o recepción de cosas producto de un ilícito previo y además, la
falsificación y alteración en la numeración individualizadora de cada objeto secuestrado,
cada acción perseguía y develaba una intención y resultado propio, provocando de tal suerte
la calificación de las conductas de Receptación y Falsificación de Señas y Marcas; por
tanto, se está ante la presencia de hechos de naturaleza y consecuencias jurídicas distintas y
con una variedad de lesiones a bienes jurídicos y de normas penales, respecto de las cuales,
solamente conoció y pronunció el sentenciador por el ilícito contemplado en el Art. 214-A
del Código Punitivo, quedando pendiente de decidir la conducta desplegada por los
imputados y que se adecuó a la Falsificación de señas y marcas.
Es decir, no se está ante la presencia de una nueva persecución penal por el delito de
Falsificación de Señas y Marcas, sino que el enjuiciamiento de este ilícito atribuido a los
imputados ARNOLDO GEOVANNI MATA, JOHALMO RUBERMAN PORTILLO
MORENO y TOMÁS AGUILAR MARTÍNEZ, es el resultado de la investigación que se
inició desde el año dos mil dos, y que en razón del sobreseimiento provisional dictado por
el Juez Segundo de paz de Nueva Concepción, Chalatenango, quedó su tramitación en
espera, tal como lo dispone el Art. 309 del Código Procesal Penal, de la incorporación de
nuevos elementos de juicio. De tal manera que en el plazo legalmente establecido, se
procuró la recolección de probanzas que permitieron fundamentar la acusación respecto de
este hecho punible y por ello, se continúo con el agotamiento de las fases del proceso penal
hasta llegar a la vista pública, en la cual no era jurídicamente correcto otorgar un
sobreseimiento definitivo, pues el sentenciador innegablemente resolverá la situación
jurídica del imputado mediante una sentencia ya sea condenatoria o absolutoria, luego de
haber inmediado válidamente el conjunto de probanzas ofrecidas en su oportunidad en el
auto de apertura a juicio; aunado a ello, como recién se ha expuesto, no se trata de un nuevo
delito por el cual haya requerido el Ministerio Público Fiscal, sino es la necesaria
continuación de un proceso pendiente, que bajo la estructura de concurso real de delitos, se
conoció en primer término de la receptación y frente al cual hubo un acuerdo conciliatorio,
y actualmente, deberá decidirse respecto de la Falsificación de Señas y Marcas, en vista
pública.
POR TANTO: Sobre la base de las razones expresadas en los acápites precedentes,
disposiciones legales citadas y Arts. 1, 50 Inc. 1, 412, 422 y 427 del Código procesal Penal,
en nombre de la República de El Salvador, esta Sala FALLA:
3. Vuelva el proceso al Tribunal remitente, para que este a su vez lo envíe al
Tribunal de Sentencia de Sensuntepeque, a fin de que este último realice una nueva vista
pública.
»Número de Referencia: 521-CAS-2010
»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO PENAL
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 11/10/2013
»Hora de Resolución: 08:40:00
521-CAS-2010
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a
las ocho horas y cuarenta minutos del día once de octubre de dos mil trece.
El anterior recurso de casación ha sido promovido por la Licenciada Sara Tirsa
Guzmán Zaldaña, en su calidad de Agente Auxiliar del Fiscal General de la República,
contra el Sobreseimiento Definitivo, pronunciado por el Tribunal de Sentencia de
Ahuachapán, a las ocho horas y treinta minutos del día nueve de agosto del año dos mil
diez, en el proceso penal instruido en contra del imputado JOSUÉ ALEXÁNDER G. M.,
por el delito de TRÁFICO ILEGAL DE PERSONAS, Art. 367-A Pn., en perjuicio de la
Humanidad, y subsidiariamente de Ricardo Antonio J. H.
Es preciso advertir, que en la presente sentencia se aplicarán las disposiciones del
Código Procesal Penal derogado (D.L. N° 190, 20/12/06, D. O. N° 13, Tomo 374,
22/01/07; y, D. L. N° 904, 04/12/96, D.O. N° 11, Tomo 334, 30/01/97) por Decreto
Legislativo N° 733, de fecha 22 de Octubre del año 2008, publicado en el Diario Oficial N°
20, Tomo 382, del 30 de Enero del año 2009, el cual entró en vigencia el 1° de Enero de
2011, por así disponerse en el Art. 505 Inc. Final, del mencionado decreto.
Del análisis preliminar al escrito casacional, se tiene, que el impugnante denuncia
como motivo la errónea aplicación de los Arts. 7 Pr. Pn., y 11 de la Constitución de la
República.
En relación al vicio invocado, se determina que se ha dado cumplimiento a las
formalidades exigidas para su presentación, previstas en los Arts. 407, 422 y 423 Pr. Pn., en
consecuencia ADMITASE el mismo, y procédase a pronunciar sentencia, de conformidad
a lo dispuesto en el Art. 427 Pr. Pn.
RESULTANDO:
I) Que mediante Sentencia Definitiva expresada en el preámbulo, se RESOLVIÓ:
"... POR TANTO: ... SOBRESÉESE DEFINITIVAMENTE al acusado JOSUÉ
ALEXÁNDER G. M., procesado por el delito de TRÁFICO ILEGAL DE PERSONAS,
previsto y sancionado en el artículo 367-A Pn., en perjuicio de LA HUMANIDAD, y
subsidiariamente en perjuicio de RICARDO ANTONIO J. H.....".
II) Contra el anterior pronunciamiento la Licenciada Sara Tirsa Guzmán
Zaldaña, en su calidad de Agente Auxiliar del Fiscal General de la República, interpuso
recurso de casación, habiéndosele admitido el motivo alegado relativo a la errónea
aplicación de los Arts. 7 Pr. Pn., y 11 de la Constitución de la República.
III) Por su parte, el Licenciado Gustavo Adolfo Benítez Orellana, en su calidad
de Defensor Particular, omitió contestar el recurso en el término del emplazamiento que le
fue conferido, de conformidad al Art. 406 Pr. Pn.
IV) CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL CASACIONAL.
Del análisis de la sentencia en relación a la denuncia que consta en el recurso, esta
Sala determina:
Que la peticionaria aduce, como motivo lo que en esencia, dice: "... A criterio fiscal
se han aplicado erróneamente los artículos antes mencionados por el Tribunal de Sentencia
de Ahuachapán, debido a que, no obstante, en el Requerimiento presentado inicialmente, se
requirió en contra del imputado Josué Alexander G. M., por el delito de Tráfico Ilegal de
Personas, previsto en el Art. 367-A inciso 2° Pn., en perjuicio de la humanidad y
subsidiariamente en perjuicio ... pero el caso pasó a la etapa de instrucción con detención
provisional, únicamente por el delito cometido en perjuicio de MARICELA CECIBEL A.
DE C., JUAN ÁNGEL Z. M., JOSÉ ALBERTO E. C. Y DELMY YANIRA M. R.;
habiendo sido sobreseído provisionalmente dicho imputado G. M. en la audiencia inicial
por el delito atribuido, en perjuicio de la víctima Ricardo Antonio J. y otros, debido a que
para esa fecha, a criterio de la señora Jueza Segundo de Paz de Ahuachapán, no se contaba
con elementos suficientes para establecer la participación del imputado en el delito
cometido específicamente en perjuicio de la víctima Ricardo Antonio J. H.; habiendo
ordenado que la representación fiscal recabara otros elementos para establecer dicha
participación, ... no constituyendo por lo tanto un mismo hecho, tal como lo ha establecido
el Tribunal de sentencia, sino que fueron hechos distintos los que concretizó el imputado;
denotándose que el imputado incurrió en un concurso real de delitos; una pluralidad de
infracciones penales, tomando en cuenta que si bien es cierto, el bien jurídico afectado es
uno, las personas afectadas fueron varias, no puede ser considerado en conjunto, ya que al
negociar con varias personas efectuó contratos ilícitos diferentes, en horas, días y lugares
diferentes, lo que implica que no se puede hablar de una unidad de actos sino de una
pluralidad de acciones tendientes a realizar el delito, por lo tanto se considerarse que ese
hecho ya fue abarcado dentro de los que ya fueron a juicio porque es una víctima
subsidiaria diferente a las otras. --- Con lo anterior, se establece que no se han dado los tres
elementos para que se configure la garantía del "ne bis in ídem"...".
En relación a lo señalado, se establece en la sentencia, lo que textualmente se indica:
"... Advirtiendo los suscritos Jueces que no obstante que en la causa número ... se señaló
para la celebración de Audiencia de Vista Pública las ocho horas ... es necesario hacer al
respecto las siguientes consideraciones: ... Luego de valorar la prueba producida en el
Juicio, los suscritos... tuvieron por establecidos los siguientes hechos;... V.- Que en este
Tribunal se recibió el presente caso clasificado al número 66-AP-L-2010-3, en el cual la
Representación Fiscal mediante acusación presentada al Juzgado de Instrucción de esta
ciudad de folios 797 a 811 acusó al señor G. M. por los hechos que textualmente se
detallan: ... A raíz de la mencionada denuncia interpuesta por la señora Zenaida Elizabeth J.
H., a criterio fiscal, se determinó estar ante la presencia de la posible comisión del
delito de Tráfico Ilegal de Personas, ... atribuido al imputado Josué Alexander G. M.,
en perjuicio de la humanidad y subsidiariamente en perjuicio de Ricardo Antonio J.
H., razón por la cual se inició la respectiva investigación, ... VI.- Que el artículo 11 de la
Constitución de la República establece categóricamente que ninguna persona puede ser
enjuiciada dos veces por la misma causa. ... VII.- Tomando en cuenta lo anterior y luego
de realizarse el correspondiente examen del presente caso, los suscritos Jueces advierten
que efectivamente ha ocurrido en el mismo lo proscrito tanto por la Constitución de la
República, la Jurisprudencia sentada por la Sala de lo Penal, los Tratados Internacionales, y
el Código Procesal Penal, ... pues es evidente que en el caso de autos se trata del mismo
acusado a quien este Tribunal tal como se ha dicho juzgó y condenó por la misma base
fáctica que constituye la relación circunstanciada de los hechos que ha relacionado la
Representación Fiscal en su libelo acusatorio y finalmente que es el mismo motivo u
objetivo de persecución penal, de manera tal que sin lugar a dudas, se cumplen los tres
requisitos a los que ha hecho referencia la Sala de lo Penal en la Jurisprudencia anotada,
por lo que en aplicación del Principio del Precedente, en virtud de la Jurisprudencia referida
existe una veda para los suscritos Jueces continuar con el proceso, denunciándose por lo
tanto la excepción de cosa juzgada establecida en el artículo 277 número 4 del Código
Procesal Penal, lo que trae como lógica consecuencia el proveer un sobreseimiento
definitivo...".
De los razonamientos expuestos por los Sentenciadores, esta Sala estima necesario
recordar, que la procedencia del sobreseimiento definitivo en la etapa de juicio, se
constituye como un supuesto excepcional, pues atendiendo a su finalidad, esta figura
procesal es propia de la audiencia inicial o como acto conclusivo de la etapa de instrucción,
salvo cuando radica en la extinción penal, en cuyo caso habilita para que se dicte en la fase
de vista pública.
Es así, que de los razonamientos plasmados, se demuestra la inobservancia a las
formas procesales para la verificación de la audiencia de vista pública y las previstas por el
legislador, para los Jueces de Sentencia, en base al Art. 53 en relación al 372 Pr. Pn., que
los obliga a conocer de la etapa plenaria de los delitos y de la vista pública de las causas
instruidas por la comisión de los ilícitos establecidos en la norma, para culminar con el
pronunciamiento de la sentencia, no estando por ende facultados a resolver la situación
jurídica del encausado por medio de otro tipo de audiencia o resolución que no sea por un
fallo contenido en una sentencia, pues como se indicó, los Juzgadores sí pueden conocer de
las excepciones a la terminación normal del proceso, que sean planteadas por las partes,
siempre y cuando éstas se den antes o durante el juicio, pero previo a los alegatos finales,
tal y como lo prescribe la ley procesal penal aplicable, y en el caso muy particular del
sobreseimiento definitivo, como ya se expresó, éste procederá sólo de manera excepcional,
y frente a una circunstancia de extinción de la responsabilidad penal, ya que de no estar
justificado en alguno de los supuestos regulados en el Art. 31 Pr. Pn., que sería como antes
se dijo, la singularidad que facultaría pronunciarlo en la fase de juicio oral, se estaría
vulnerando la garantía del juicio previo.
Por consiguiente, el sobreseimiento definitivo decretado, no responde al carácter
excepcional arriba comentado, ni tampoco es producto de la petición de alguna de las
partes, por tanto, el análisis de la prueba que efectuaron los Sentenciadores respecto a los
elementos probatorios ofertados para la vista pública, se excede de sus facultades legales
que generaría la infracción de la garantía del juicio previo en su verdadera y completa
expresión, dado que, los Jueces ante las normas de derecho procesal se encuentran en
posición de destinatarios, puesto que se les impone la forma en que han de actuar, la cual
están sometidos a cumplirla.
En consecuencia de lo antes dicho, la resolución mediante la que se decreta el
sobreseimiento definitivo, previo a la realización de la vista pública, adolece de nulidad por
no revestirse de las formas procesales exigidas para su declaratoria, razón por la que,
deberá ordenarse la verificación del juicio por parte de otro Tribunal.
Agregado a ello, cabe recordar, que el principio de única persecución, que se aduce
haber sido quebrantado y que es desarrollado en el Art. 7 Pr. Pn., atiende a que nadie puede
ser perseguido más de una vez por el mismo hecho, lo que implica, la existencia de una
prohibición de aplicar una doble sanción a un mismo caso o de someter a un nuevo
juzgamiento el mismo cuadro fáctico, exigiéndose a efecto de que opere tal garantía, la
presencia de una coincidencia en el sujeto a quien se le atribuye el hecho como al
perjudicado por éste (identidad de sujetos), en la imputación (identidad fáctica) y de la
causa (identidad de pretensiones).
Bajo ese orden de ideas y en atención a que la prueba en un sentido técnico, no es
más que el conjunto de justificaciones que resulta del total de los elementos introducidos al
proceso y que le suministran al Juez el conocimiento respecto a la existencia o inexistencia
de los hechos que conforman el objeto del juicio y sobre el cual tiene que decidir, por ende,
el elemento probatorio sólo es el dato objetivo que se introduce de forma legal al proceso,
capaz de producir una conclusión cierta o probable acerca de los extremos de la imputación
delictiva, lo que implica, que la mera producción de la misma prueba, en dos juicios que en
razón de la materia pretendan esclarecer hechos distintos por ser dirigidas a diferentes
víctimas, no quebranta la garantía establecida en el Art. 7 Pr. Pn.
Por tanto y con base en las consideraciones antes expuestas, disposiciones legales
citadas y Arts.50 Inc.2° No. 1, 57, 362, 421, 422 y 427 Pr. Pn. derogado y aplicable, en
nombre de la República de El Salvador, esta Sala, RESUELVE:
a) DECLÁRASE HA LUGAR A CASAR la sentencia de mérito, por el motivo
examinado.
b) ANÚLASE la misma, así como la vista pública que le dio origen, y ordénase el
reenvío de las actuaciones al tribunal remitente, para que éste las remita al Tribunal
Primero de Sentencia de Santa Ana, a efecto de que realice una nueva vista pública.
c) Notifíquese.
D. L. R. GALINDO---------------R. M. FORTIN H.---------------–M.
TREJO---------------–PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE
LO SUSCRIBEN.-----------------–ILEGIBLE------------–RUBRICADAS.
»Número de Referencia: 370-CAS-2011
»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO PENAL
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 14/05/2014
»Hora de Resolución: 15:00:00
370-CAS-2011
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
quince horas del día catorce de mayo de dos mil catorce.
El anterior recurso de casación ha sido interpuesto por el Licenciado MANUEL
ARMANDO RAMÍREZ RAMÍREZ, en su calidad de Agente Auxiliar del Fiscal General
de la República, impugnando el Sobreseimiento Definitivo, pronunciado por el Tribunal de
Sentencia de Ahuachapán, en auto emitido a las doce horas del día dieciocho de mayo del
año dos mil once, en el proceso penal instruido contra los imputados TITO ALFREDO y
JOEL ambos de apellidos L. C., por el delito de TRÁFICO ILEGAL DE PERSONAS,
previsto y sancionado en el Art. 367-A Inc. 2° del Código Penal, en perjuicio de La
Humanidad, y subsidiariamente en perjuicio de Rudy Fernando S. S.. Déjase constancia que
en dicho proceso penal también se absolvió al encartado RUBÉN EDGARDO L. C., quien
fue procesado por el citado delito, y sobre el cual no se promovió recurso alguno.
Es preciso advertir, que en la presente resolución se aplicarán las disposiciones del
Código Procesal Penal derogado (D.L. N°190, 20/12/06, D.O. N°13, Tomo 374, 22/01/07;
y, D.L. N°904, 04/12/96, D.O. N°11, Tomo 334, 30/01/97) por Decreto Legislativo N° 733,
de fecha 22 de Octubre del año 2008, publicado en el Diario Oficial N°20, Tomo 382, del
30 de Enero del año 2009, el cual entró en vigencia el 1° de Enero del año 2011, por así
disponerse en el artículo 505 Inc. Final del mencionado Decreto.
Habiéndose presentado el libelo recursivo en análisis, dentro del término señalado
por la ley, en las condiciones de forma y con indicación específica de los puntos de
decisión que son impugnados, expresando el motivo de casación y la solución que se
pretende, se verifica el cumplimiento de las formalidades exigidas para la interposición del
mismo, previstas en los Arts. 406, 407, 421, 422, 423 y 427 Pr.Pn., por lo que esta Sala
procede a ADMITIR el libelo en comento y a dictar la sentencia respectiva en los términos
siguientes:
RESULTANDO:
1) La providencia judicial objeto de denuncia, en la parte que nos atañe es del tenor
siguiente: "(...) Por todo lo antes expuesto y con fundamento en los artículos 11 de la
Constitución, 367-A inciso segundo del Código Penal; 7, 73 N° 1, 74, 76 y 130, 277 No. 4,
308 No. 4 y 311 del Código Procesal Penal, los Suscritos Jueces RESUELVEN: a)
SOBRESEESE DEFINITIVAMENTE a los acusados JOEL L. C. y TITO ALFREDO L.
C., por el delito de TRÁFICO ILEGAL DE PERSONAS, previsto y sancionado en el
artículo 67-A del Código Penal, en perjuicio de LA HUMANIDAD, y subsidiariamente en
perjuicio de RUDY FERNANDO S. S.; póngase en inmediata libertad respecto de la
víctima antes relacionada, líbrense las comunicaciones correspondientes.- DÉJESE sin
efecto la fecha para la cual se señaló la realización de la audiencia de vista pública del
presente proceso, respecto de los acusados antes mencionados y manténgase la misma
respecto del acusado Rubén Edgardo L. C..- b) EXCUSARSE los suscritos Jueces de
conocer en la Audiencia de Juicio el proceso penal instruido contra el imputado RUBÉN
EDGARDO L. C., procesado por el delito calificado como TRÁFICO ILEGAL DE
PERSONAS, en perjuicio de La Humanidad, y subsidiariamente en perjuicio de Rudy
Fernando S. S.; SOLICÍTESE a la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia
nombre Jueces Suplentes para conocer del presente proceso penal; gírese el oficio
correspondiente.- NOTIFÍQUESE".
II) Contra el anterior pronunciamiento, el impetrante ha interpuesto un motivo de
casación relativo a la ERRÓNEA APLICACIÓN DE LOS ARTÍCULOS 308 N° 2 y 333
N° 3 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL, argumentando que el Tribunal A quo aplicó
erróneamente dichos artículos al manifestar que los imputados Joel L. C. y Tito Alfredo L.
C. ya fueron enjuiciados, concluyendo dicho Tribunal "que tal como se desprende de la
lectura de la teoría fáctica acreditada en el proceso número 51 AP-M-2011-2, y de la
declaración rendida por el testigo […], se trata de los mismos hechos y contra la misma
persona, en tanto las víctimas RUDY FERNANDO S. S. y BAUDILIO ALFONSO H. H.,
realizan los mismos viajes juntos ".
El recurrente argumenta que el Tribunal A quo alega que la Constitución de la
República en su artículo 11 prohíbe que a una persona se le enjuicie dos veces por la misma
causa, por lo que en este caso los imputados en mención fueron enjuiciados en el proceso
penal marcado con el número 18-AP-C-2011, que fueron los mismos hechos y la misma
persona; agregando que se encuentran ante una excepción perentoria descrita como cosa
juzgada regulada en el artículo 277 No. 1 CPP, lo que da la pauta para decretar a favor de
los acusados un sobreseimiento definitivo. Asimismo, el impetrante explica en qué consiste
el principio de ne bis in ídem o non bis in ídem o doble juzgamiento; y para fundamentar su
motivo expresó lo siguiente: "(...) Luego de haber analizado los elementos más importantes
que se deben tener en cuenta para aplicar la existencia de doble juzgamiento en este caso,
esta representación fiscal determina que no se configuran todos los requisitos señalados en
la resolución del tribunal en la que favorece a los acusados con un sobreseimiento
definitivo, dado que no obstante existir sentencia firme emitida a favor de los acusados,
tratarse de los mismos imputados, el mismo viaje con destino a los Estados Unidos, el
mismo delito; pero no se trata de la misma víctima, ya que en el proceso penal marcado
con la referencia 18-AP-M-2011-1 la víctima era el señor BAUDILIO ALFONSO H. H., y
en el proceso penal marcado con referencia 54-AP-M-2011-2 la víctima es el señor RUDY
FERNANDO S. S., es evidente que estamos ante víctimas distintas, en la primera
acusación en donde los imputados fueron condenados no figura como víctima el señor
BAUDILIO ALFONSO H. H., quien también fue guiado, transportado y albergado por los
mismos imputados, en tal sentido aunque haya sido el mismo viaje podemos decir que
estamos ante un concurso real de delitos, sí bien es cierto el bien jurídico es el mismo "la
humanidad" pero el sujeto pasivo es otra persona es decir el señor RUDY FERNANDO S.
S., de quien no se ejerció acción penal a su favor en el proceso penal marcado con la
referencia 18-AP-M-2011-1, y por tanto, no era procedente sobreseer definitivamente a los
imputados JOEL L. C. y TITO ALFREDO L. C., debiendo el tribunal celebrar la vista
pública en contra de los referidos imputados. Con lo anterior queda evidenciado que el
Tribunal de Sentencia de Ahuachapán interpretó erróneamente el artículo 308 N° 4 CPP.
Ya que en ese estado del proceso lo que correspondía era celebrar la Audiencia de Juicio
Oral y Público y no una Audiencia Previa a Juicio del Proceso Penal (que dicho sea de
paso no tiene asidero legal) (...) ya que el Juez A quo, no debió dictar el Sobreseimiento
Definitivo sino desarrollar la Vista Pública inmediando la prueba, ya que el vicio alegado
por el tribunal como es que los imputados ya habían sido juzgados y que de hacerlo
nuevamente estarían cayendo en una doble persecución, debió haberse resuelto en el fallo
de la , vista pública y no mediante auto de sobreseimiento definitivo. (...) Considero que el
Juez A quo, se excedió en su competencia funcional dictando una resolución que no
correspondía, ya que el Sobreseimiento Definitivo es un supuesto que procede solo de
forma excepcional en la etapa del juicio y que la oportunidad procesal será la audiencia
inicial o como acto conclusivo de la instrucción, apartándose el Tribunal de Sentencia, al
dictar la resolución de Sobreseimiento Definitivo, de las formas legales establecidas por el
legislador, es decir que el Tribunal debió desarrollar la Vista Pública, y dictar la sentencia
respectiva, a fin de definir el conflicto jurídico objeto del proceso, ya sea condenando o
absolviendo, según correspondía de conformidad al Art. 53 CPP (...)".
Finalmente, el impetrante solicitó que se declare la nulidad de la resolución de
mérito, y se ordene la realización de la Vista Pública por otro Tribunal de Sentencia.
III) CONSIDERACIONES DEL TRIBUNAL DE CASACIÓN.
En el caso objeto de análisis, el impetrante ha denunciado la errónea aplicación de
Arts. 308 N° 2 y 333 N° 3 del Código Procesal Penal, en lo relativo a que en el caso en
concreto no se configuraban los requisitos para la existencia de doble juzgamiento en la que
el Tribunal A quo se basó para favorecer a los acusados; y además, que el tribunal de
mérito dictó un sobreseimiento definitivo cuando éste no estaba legalmente facultado para
realizarlo, pues en su criterio se debió instalar el juicio para valorar el resto de la prueba
admitida por dicho tribunal y luego dictar la sentencia que correspondía.
Con relación al primer punto en lo relativo al doble juzgamiento, es importante
aclarar lo siguiente:
Que nuestro sistema normativo procesal penal protege a la persona de un doble
enjuiciamiento y de la posible doble sanción que pueda derivarse del mismo, así nuestra
Constitución regula en el Art. 11 que: "Ninguna persona puede ser privada del derecho a
la vida, a la libertad, a la propiedad y posesión, ni de cualquier otro de sus derechos sin
ser previamente oída y vencida en juicio con arreglo a las leyes; ni puede ser enjuiciada
dos veces por la misma causa". Una vez aclarada la anterior situación, es decir, que nuestro
sistema procesal penal protege al individuo del doble procesamiento y la doble sanción,
cabe precisar que la prohibición que se analiza tiende a evitar un nuevo proceso sobre una
cuestión ya resuelta en otro anterior, sancionar dos veces un hecho similar o suscitarse dos
procesos simultáneos sobre la misma causa. En tal sentido, la normativa internacional se
pronuncia al respecto, así el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el Art.
14.7 indica que: "Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual haya
sido ya condenado o absuelto por una sentencia firme de acuerdo con la ley y el
procedimiento penal de cada país"; así también, el Art. 8.4 de la Convención Americana
sobre Derechos Humanos o Pacto de San José, establece que: "El inculpado absuelto por
una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos"; y
finalmente, el Art. 7 del Código Procesal Penal derogado, pero aplicable, señala que:
"Nadie será perseguido penalmente más de una vez por el mismo hecho. La sentencia
absolutoria firme dictada en el extranjero sobre hechos que puedan ser conocidos por los
tribunales nacionales producirá el efecto de cosa juzgada".
El principio del non bis in idem constituye "una garantía de no persecución penal
que comprende la prohibición general de perseguir dos veces a un individuo por el mismo
supuesto hecho y por la misma causa". A su vez se califica como un "principio básico y
previo al proceso...Representa no sólo una garantía procesal derivada de la cosa juzgada,
sino un principio de seguridad individual..." (De la Rúa, "Proceso y Justicia", P. 307 y 308).
(Raúl Washington Abalos, "Derecho Procesal Penal, Pags. 219 y 220, Tomo I, Ediciones
Jurídicas Cuyo, Primera Edición, Agosto de 1993)
Este Tribunal de Casación, es del criterio que la prohibición de doble juzgamiento o
ne bis in idem, se refiere a la prohibición de ser enjuiciado dos veces por la misma causa,
entendiendo que "enjuiciado" se refiere a la operación racional y lógica del juzgador a
través de la cual se decide definitivamente el fondo del asunto de que se trate; y la frase
"misma causa" se refiere a la identidad absoluta de pretensiones. Es decir, lo que el
principio ne bis in idem establece es el derecho que tiene toda persona a no ser objeto de
dos decisiones que afecten de modo definitivo su esfera jurídica por una misma causa,
entendiéndose por una misma causa una misma pretensión, lo que es identidad de sujetos,
identidad de objeto e identidad de causa.
Al realizar una aproximación conceptual de tal prohibición constitucional, resulta
que existirá "enjuiciamiento dos veces por la misma causa", precisamente cuando dentro de
la persecución penal —que inicia a partir del momento en el cual una persona es indicada
como autor o partícipe del hecho punible, estando facultado en adelante, para ejercer los
derechos establecidos a su favor- concurra la identidad simultánea de sujetos, objeto y
causa.
La identidad de persona o "eadem persona", indica que el individuo sometido a
juicio, debe ser el mismo que se persiga por segunda vez; es decir, existirá una
correspondencia estrictamente personal. Este requisito refiere que protege sólo a la persona
del imputado sometido a proceso, de suerte que el sobreseimiento dictado a su favor, o la
sentencia absolutoria o condenatoria que se refiera a él, sólo hacen cosa juzgada a su
respecto, y carecen de valor con relación a otras personas. Lo que importa es que la persona
identificada en el primer proceso, sea la misma que se persigue por segunda vez.
La siguiente es la identidad de objeto o "eadem res", revela que la doble persecución
se base en el mismo suceso histórico (no así calificaciones jurídicas), es decir, respecto del
tiempo y el lugar en que aconteció el hecho y que posteriormente formó parte de la
"relación circunstanciada" contenida dentro del requerimiento fiscal. Los hechos objeto del
proceso penal anterior deben ser los mismos que son base del nuevo proceso penal, con
independencia de la calificación jurídica que han merecido en ambas causas. No debe
obviar que un mismo comportamiento humano puede afectar diferentes intereses jurídicos y
generar diversas consecuencias en el ámbito del derecho, sin que pueda afirmarse que ello
vulnera el derecho fundamental a no ser juzgado dos veces por el mismo hecho.
Por último, está la identidad de la causa o "eadem causa pretendi", se refiere a que
debe conocerse el mismo motivo de persecución penal. Por tanto, si concurre esta triple
identidad, está vedado al juzgador continuar en el proceso.
Consecuencia de esto último es que la existencia de una condena anterior o previa,
impide el conocimiento de un nuevo proceso, ya que por elementales razones de seguridad
jurídica, se impide que lo resuelto sea atacado dentro del mismo proceso (cosa juzgada
formal) o en otro proceso (cosa juzgada material). En este último aspecto, el efecto de la
cosa juzgada material se manifiesta fuera del proceso penal, y hacia el futuro, impidiendo la
existencia de un ulterior enjuiciamiento sobre los mismos hechos.
La prohibición del doble juzgamiento por los mismos hechos hace que el conjunto
de las garantías básicas que rodean a la persona a lo largo del proceso penal se
complemente con el principio ne bis in ídem, según el cual no se puede someter a proceso a
un imputado dos veces por el mismo hecho, sea en forma simultánea o sucesiva.
En el presente caso, el reclamo del impugnante, radica básicamente en que el
Tribunal A quo no debió Sobreseer Definitivamente a los imputados en comento, pues en
su criterio no se estaba frente a la figura de doble juzgamiento, pues aunque los hechos y
los imputados eran los mismos, se trataba de diferentes víctimas.
Al remitirnos a los diferentes pasajes del proceso, a fin de comprobar la existencia
del vicio que denuncia, este Tribunal puede advertir que los hechos acreditados en el
presente proceso penal, en donde la víctima es Fernando S. S., así como los que se
describen en el proceso número 18-AP-C-2011-1, en el cual la víctima era Baudilio
Alfonso Henríquez H., se trata de idénticos hechos, ya que ambas víctimas realizaron los
mismos viajes juntos, tal como se desprende de Fs.188 al 193 de este proceso penal. Por lo
que, en el caso en concreto se han cumplido las tres identidades que deben darse
simultáneamente para establecer que había un doble juzgamiento, ya que se trata en ambos
procesos de los mismos sujetos - imputados JOEL L. C. y TITO ALFREDO L. C.-; se trata sobre el mismo
objeto -los hechos que describen fueron los viajes que hicieron en los meses de agosto y octubre hacia los
Estados Unidos-, es decir, fue el mismo suceso histórico; y para finalizar se trata de la misma identidad de
causa.
Es importante señalar que dichos imputados, fueron condenados por el mismo
Tribunal el día veintidós de marzo del año dos mil once, por el mismo delito, en perjuicio
de la víctima Baudilio Alfonso H., por lo que ese pronunciamiento por parte de dicho
Tribunal inhibe la nueva persecución penal sobre la base del mismo cuadro fáctico o
histórico y contra los mismos imputados, ya que éste conoció y resolvió el fondo del asunto
y le puso fin a la acción. En consecuencia, y como sabemos para que el principio de ne bis
in ídem pueda invocarse debe existir identidad de sujeto, objeto y de causa, siendo los tres
aspectos los que se cumplen en el presente caso, razones por las que este Tribunal logra
constatar que no ha habido la violación que alega el solicitante.
Asimismo, respecto a que el Tribunal de mérito dictó un sobreseimiento definitivo
cuando éste no estaba legalmente facultado para realizarlo, pues en su criterio se debió
instalar el juicio para valorar el resto de la prueba admitida por dicho tribunal y luego dictar
la sentencia que correspondía, se debe dejar en claro lo que este Tribunal ha establecido en
su jurisprudencia, que a la letra dice: "El sobreseimiento definitivo es entendido como un
acto procesal, emanado del Juez por el cual se pone fin al procedimiento penal,
equiparable en cuanto a sus consecuencias con la sentencia absolutoria, siendo propio de
la etapa instructora, salvo cuando radique en la extinción penal, cuyo supuesto habilita
para que se dicte durante el juicio. Respecto a la oportunidad procesal en que el
sobreseimiento es procedente, para este Tribunal, está claro que será en audiencia inicial
o como acto conclusivo de la instrucción y sólo de forma excepcional en la etapa del juicio
(...) regulado en el Art. 31 CPP., el cual sería como antes se dijo la excepción que habilita
pronunciarlo en la fase de juicio oral, pues al quebrantarse dicha excepción, se está
vulnerando la garantía del juicio en su verdadera y completa expresión, ya que los
sentenciadores ante las normas de derecho procesal se encuentran en posición de
destinatarios, imponiéndoles así el modo de actuar, el cual están sometidos a cumplir".
Caso registrado bajo la referencia número 314-CAS-2005, pronunciada el día veintiocho de
febrero del año dos mil seis. Por otro lado, también se ha sostenido en lo pertinente, lo
siguiente: "(...) El principio de legalidad procesal, le impide al A quo, por seguridad
jurídica, crear procedimientos o modificar la estructura del juicio legalmente previsto, Arts.
15 Cn., 1 y 2 Pr.Pn. (...)". Ref. 281- CAS-2006, de las quince horas del día veintinueve de
mayo del año dos mil siete.
Por lo que, esta Sala advierte que en el caso examinado, el Tribunal de mérito, de
conformidad al artículo 308 N° 4, que literalmente reza: "El Juez podrá dictar el
sobreseimiento definitivo en los casos siguientes... 4) Cuando se ha extinguido la
responsabilidad penal o por la excepción de cosa juzgada"; y al Art. 277 N° 4 que regula:
"A partir de la audiencia inicial, las partes podrán oponer las siguientes excepciones de
previo y especial pronunciamiento: ...4) Cosa Juzgada", tenía toda la facultad para dictar a
favor de los referidos imputados el Sobreseimiento Definitivo, ya que en este caso ha
operado la excepción de cosa juzgada.
Sin perjuicio a lo anterior, cabe agregar que en el delito de Tráfico Ilegal de
Personas el bien jurídico tutelado puede visualizarse en abstracto, pues la afectación
individual es subsidiaria, debiendo considerarse también que este delito puede resultar
pluriofensivo y que no obstante lo expresado previamente al momento de su comisión cabe
la posibilidad de que exista pluralidad y afectación de otros bienes jurídicos tutelados.
POR TANTO: Con base en las razones expresadas en los acápites precedentes, y
de conformidad con lo regulado en los Arts. 50 Inc. 2° N°1, 421, 422 y 427, CPP., en
nombre de la República de El Salvador, esta Sala RESUELVE:
A) DECLÁRASE NO HA LUGAR A CASAR la sentencia de mérito por el
motivo invocado por el Licenciado Manuel Armando Ramírez Ramírez.
B) REMÍTANSE las actuaciones al tribunal de origen, junto con la presente
sentencia.
C) NOTIFÍQUESE.
D. L. R. GALINDO------------- R. M FORTIN H. ---------------S.L.RIV.MARQUEZ-------------
PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.------------------------
ILEGIBLE----------------SRIO--------------RUBRICADAS.
»Número de Referencia: 244-CAS-2011
»Origen: SALAS
»Nombre del Tribunal: SALA DE LO PENAL
»Tipo de Proceso:
»Tipo de Resolución: Sentencias Definitivas
»Fecha de Resolución: 24/09/2014
»Hora de Resolución: 09:00:00
244-CAS-2011
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las
nueve horas del día veinticuatro de septiembre de dos mil catorce.
Se resuelven los recursos interpuestos, el primero por el defensor particular
licenciado Alex Ernesto Quintanilla Linares; el segundo por los defensores particulares
licenciados Luis Ernesto Peña Ortiz y Abdón Rutilio Sorto Castro; y el tercero por el
también defensor particular licenciado Lucio Albino Arias López, todos impugnando la
sentencia condenatoria pronunciada por el Tribunal de Sentencia de Zacatecoluca,
departamento de La Paz, a las ocho horas con treinta minutos del veintitrés de marzo de dos
mil once, en relación a los imputados CARLOS ANTONIO MIRANDA GONZÁLEZ,
LUIS ALONSO LÓPEZ, JUAN FRANCISCO RAMOS ROSALES, ALEJANDRO
CAÑÉNGUEZ, SANTOS RICARDO SORIANO MARTÍNEZ y NICOLÁS
MARTÍNEZ ROQUE, por el delito de SECUESTRO AGRAVADO, de acuerdo a lo
regulado en el art. 150 n° 3 CP, en perjuicio de la libertad personal de la niña Katia Natalia
Miranda Jiménez.
La presente sentencia se pronuncia aplicando disposiciones del Código Procesal
Penal creado mediante Decreto Legislativo número 904 del cuatro de diciembre de mil
novecientos noventa y seis, publicado en el Diario Oficial número once, tomo trescientos
treinta y cuatro, del veinte de enero de mil novecientos noventa y siete; no obstante, que el
referido código fue derogado por el Decreto Legislativo número 733 de fecha veintidós de
octubre de dos mil ocho, publicado en Diario Oficial número 20, tomo 382 del treinta de
enero de dos mil nueve, que contiene la normativa que lo sustituye, la cual entró en
vigencia el uno de enero de dos mil once, en cuyo art. 505 inc.3° regula que el código
derogado continuará rigiendo en los procesos iniciados conforme al mismo, hasta su
finalización.
La parte resolutiva del fallo impugnado en lo pertinente EXPRESA: "DECLÁRASE
A CARLOS ANTONIO MIRANDA GONZÁLEZ penalmente responsable como autor directo
por el delito de SECUESTRO AGRAVADO (art. 150 n°3 Pn en perjuicio de la menor
"Katia Natalia Miranda Jiménez. En consecuencia, CONDÉNASELE a la pena de TRECE
A AÑOS CUATRO MESES DE PRISIÓN (....) se le condena por igual periodo a la pena
accesoria de inhabilitación absoluta en lo que se refiere a la pérdida de los derechos de
ciudadano a la capacidad para obtener toda clase de cargo o empleo público y en
concepto de responsabilidad civil por los daños morales causados al pago de CIEN MIL
DÓLARES y a los señores LUIS ALONSO LÓPEZ, JUAN FRANCISCO RAMOS
ROSALES, ALEJANDRO NICOLÁS MARTÍNEZ ROQUE (...) PENALMENTE
RESPONSABLE en calidad de cómplices necesarios por el delito de SECUESTRO
AGRAVADO (art.150 n°3 Pn.) en perjuicio de la menor Katia Natalia Miranda Jiménez.
En consecuencia, CONDÉNASELE a la pena de OCHO AÑOS DIEZ MESES DE PRISIÓN
(...) asimismo se les condena por igual periodo de la correspondiente pena impuesta a cada
uno de ellos, a la pena accesoria de inhabilitación absoluta en lo que se refiere a la
pérdida de los derechos de ciudadano y a la capacidad para obtener toda clase de cargo o
empleo público y en concepto de responsabilidad civil por los daños morales causados al
pago de VEINTE MIL DÓLARES A CADA UNO".
El primero de los recursos ha sido interpuesto a favor de los procesados Alejandro
Cañénguez y Santos Ricardo Soriano Martínez.; el segundo, de los imputados Miranda
González, López y Ramos Rosales, y el tercero, del acusado Martínez Roque. Los tres
recursos cumplen las condiciones de admisibilidad que exige los arts. 406, 407, 421, 422 y
423 CPP, en consecuencia procede admitirlos.
Los recursos fueron contestados por las agentes fiscales licenciadas Marta Yesenia
Guidos Barrera y Rosa Antonia Lara de Arucha, quienes solicitan que se declaren
inadmisibles, aduciendo que la sentencia impugnada no contiene las infracciones de ley
pretendidas.
CONSIDERANDO:
1- Se resuelve primero el recurso promovido por los defensores particulares
licenciados Luis Ernesto Peña Ortiz y Abdon Rutilio Sorto Castro, a favor de los imputados
Miranda González, López Rodríguez y Ramos Rosales.
En un primer motivo pretenden la errónea aplicación del art. 7 CPP en relación con
el art. 11 CN, alegando que los acusados Miranda González, López Rodríguez y Ramos
Rosales, ya fueron juzgados anteriormente por los mismos hechos por los que se les
persigue penalmente en este proceso. En específico sostienen los impetrantes que los
hechos objeto de este proceso penal son los mismos por los que ya fueron sobreseídos
dichos imputados en el proceso identificado con la referencia 12-2000, ante el Juzgado de
Instrucción de San Luis Talpa. Además, que en la sentencia de instancia se afirma que no se
configura el "doble juzgamiento" alegado por la defensa, pero no está fundamentada esa
decisión, por lo que también se inobservó el art. 130 CPP.
A fin de dar respuesta a este motivo de casación, se hace necesario relacionar la
proposición fáctica acusada en el primer proceso y el hecho probado del segundo.
En cuanto a los hechos acusados en el primero se tiene: "El (...) tres de abril de mil
novecientos noventa y nueve, en horas de la mañana, la menor Katya Natalia, en compañía
de su hermana [...] y su padre Edwin Antonio, fueron a vacacionar a una propiedad
ubicada en la zona costera del Cantón Los Blancos, jurisdicción de San Luis La
Herradura, departamento de La Paz, posteriormente llegó al lugar la madre de la menor,
Hilda María Jiménez en compañía de otros familiares (...) en horas de la tarde la señora
Hilda María se retiró del lugar (...) diciéndoles a sus hijas que se fueran con ella, puesto que no
estaba previsto que ellas se quedaran a dormir en el lugar, además no llevaban la ropa necesaria
para dormir ni para usar el siguiente día, siendo que Edwin Miranda le pidió que le dejara a las niñas,
oponiéndose en principio la señora Jiménez, pero aceptando finalmente que sus hijas se quedaran,
dado que iban a quedar bajo el cuidado y protección del padre, el capitán Edwin Miranda (...) al
término de la tarde, varias personas se retiraron y se quedaron en la propiedad, CARLOS
MIRANDA, su esposa ROSA NATALIA, EDWIN MIRANDA, los mozos JUAN FRANCISCO y LUIS
ALONSO, los esposos GODOFREDO MIRANDA y DORIS DE MIRANDA, TITO RECINOS e ILIAN
YANIRA DE RECINOS, JORGE MIRANDA y entonces su novia IRIS REBECA, KATIA NATALIA y su
hermana […], y otros siete niños entre las edades de dos y doce años de edad (...)
aproximadamente a las nueve de la noche la menor KATIA NATALIA y su hermana [...]se acostaron
en el interior de una tienda de campaña para niños (...) las menores se quedaron solas en la tienda
toda la noche y la madrugada, alrededor de la misma se encontraba su abuela en una cama
pequeña ubicada a la par de la tienda, a unos cinco metros aproximadamente en el rumbo sur
durmió CARLOS MIRANDA en una hamaca; frente a la tienda a bordo de un pick up, durmieron los
ahora esposos JORGE MIRANDA y REBECA DE MIRANDA, más delante de este vehículo se
ubicaron otros dos automóviles, tipo pick up, donde durmieron los señores TITO RECINOS, su
esposa ILIAN YANIRA y sus hijos, en el tercer vehículo GODOFREDO MIRANDA, su esposa IRIS
DE MIRANDA y sus tres hijos. Todas estas personas se ubicaron en un radio de veinte metros
aproximadamente. Los señores JUAN FRANCISCO y LUIS ALONSO, durmieron en una ramada
ubicada a dieciocho metros aproximadamente a la tienda de campaña, y unos ocho metros
aproximados del acceso a la playa. El terreno al cual se ha hecho referencia se describe como de
doscientos metros de longitud y treinta y dos de ancho, es de suelo rústico y arenoso, no tiene
construcciones de viviendas, colinda con el rancho llamado 'Kilo 14' propiedad de la Fuerza Armada
y con el rancho/ perteneciente a la familia Pérez Saleh, al sur con la playa y al norte con la carretera
que conduce a la Costa del Sol. Durante la madrugada nadie salió del terreno, a excepción del
capitán Edwin Miranda, quien según su propia hija […], dijo que él no estuvo en la tienda de
campaña. En ese tiempo nadie se percató que la menor fue sacada y llevada hasta en frente de la
propiedad, abusada sexualmente y asesinada ejerciendo fuerza física en el cuello, ya que según el
informe de medicina legal, la menor murió por asfixia por sofocación, encontrándose en su rostro
varias excoriaciones (...) la primera persona que tuvo conocimiento de la ausencia de la menor en la
tienda de campaña fue el padre de ella, el capitán Edwin Miranda, esto sucedió hasta las cinco de la
mañana aproximadamente, del informe de medicina legal se infiere que la menor murió entre las
doce horas del tres y las dos de la madrugada del cuatro. Es decir que la menor no estuvo en la
tienda de campaña aproximadamente tres horas sin que nadie se haya dado cuenta. El cadáver de
la menor fue encontrado por Comandos de Salvamento de Zacatecoluca, aproximadamente a las
tres horas del cuatro de abril. Familiares de la víctima se acercaron hasta las cinco horas, al lugar
del hallazgo se apersonaron agentes policiales, medicina legal, fiscalía y curiosos del lugar (...) el
cuerpo de la menor fue trasladado por orden de la fiscalía, para su respectiva autopsia, por haberse
detectado signos visibles (sic) de la menor había sido abusada sexualmente. Cuando llegó al lugar
personal de la fiscalía y medicina legal, el cuerpo de la menor había sido removido, también el short
de la menor fue removido, y la ropa interior fue desaparecida, los automóviles del terreno habían
sido retirados y la tienda de campaña fue desarmada; no obstante que la policía tuvo conocimiento
del hecho desde horas de la madrugada, la escena del crimen donde apareció el cadáver, estaba
contaminada".
Mientras que los hechos probados en la sentencia impugnada son esencialmente los
siguientes: 1) El 15 de julio de 1997 Mirna Francisca Burgos de Maradiaga y Doroteo
Maradiaga Benavides ante los oficios notariales del imputado CARLOS ANTONIO
MIRANDA otorgan contrato de mutuo a favor de la señora Silvia Zulema Alami, por la
suma de quinientos mil colones, para un plazo de seis meses al interés del 2 por ciento
mensual, y para garantizar esta deuda se constituyó primera hipoteca sobre inmuebles
ubicados en la hacienda conocida como "Salamar", situada en el Cantón Las Flores, San
Luis Talpa, departamento de La Paz. Los deudores fueron demandados por el imputado en
su carácter de apoderado de la acreedora en juicio ejecutivo ante el Juzgado Quinto de lo
Civil de San Salvador, dictándose sentencia definitiva favorable a la parte demandada la
cual no fue cumplida, según la fiscalía, por la oposición mostrada por el abogado de la
contraparte Luis Jorge Murcia.
2) Que el testigo "Camila" recibió una llamada telefónica de Rafael Mardonio
Baires Minero, convocándolo a una reunión en el lugar denominado "El hospitalito"
ubicado en Zacatecoluca, al llegar, se encontraban el señor Baires Minero y el imputado
Carlos Miranda, le propuso que participara en el secuestro de la niña Katia Miranda a
cambio de 30,000 colones, dicho persona tenía que trasladar a la víctima hacia una
propiedad de Baires en San Miguel.
3) En una segunda reunión en el mismo lugar, además de los sujetos antes
mencionados, se encontraba Rafael Cuenca alías "El Palo", el imputado Carlos Miranda le
dijo que le "cuidara a la cipota", que "El Palo" le entregaría a la niña dormida para que la
trasladara a San Miguel, el señor Baires le entregó la llave del lugar en que estaría en
cautiverio la niña. Camila se hospedo en el hotel "Haydemar" a fin de esperar el momento
en el que se le entregaría la víctima.
4) El 1 de abril de 1999 "Camila" en el hospitalito recibe del señor Baires la suma
de 2,000 colones y el vehículo para trasladar a Katia hacia San Miguel, y además "un
papelito" en el que se leía "Doroteo Maradiaga" manifestándole que ese nombre tenía que
mencionarlo frente a la niña para involucrarlo en el hecho, por la disputa del imputado
Carlos Miranda con esa persona en relación al inmueble hipotecado; y además le mostró el
señor Baires unos frascos en los que se leía HALOTÁN y SEVORÁN, los cuales "serían
utilizados para evitar que las personas del lugar sintieran el momento en que realizaron los
hechos".
5) El Palo le entregó a El canoso "dos envases" o "botella tipo spray", y éste fue
juntamente con CAMILA "al pasaje peatonal que está a la par del kilo 14" y se las entregó
a Luis López.
6) El 3 de abril de 1999 Katya Natalia y [...], ambas de apellidos Miranda Jiménez,
en compañía de su padre Edwin Antonio Miranda Méndez y la abuela materna de ellas,
Rosa Natalia Méndez de Miranda llegaron al lote 152 de la Playa Los Blancos, San Luis La
Herradura, lugar en el que se encontraban el imputado Carlos Antonio Miranda, los mozos
Francisco Ramos y Luis López, Godofredo Miranda junto a su esposa e hijos, y el señor
Tito Livio. Durante el día las personas del sexo masculino antes referidas ingirieron
cervezas y fumaron. En horas de la tarde llegaron Hilda María del Carmen Jiménez, madre
de las niñas antes nombradas; también llegaron Edmundo Jiménez, tío materno de las niña,
su esposa y su hija Alejandra. Alrededor de las dieciocho horas Hilda María solicita a las
niñas que salgan de la piscina y se preparen para regresarse a San Salvador, sin embargo Edwin Antonio
insiste que las niñas se queden a dormir esa noche en ese lugar y la madre accede encomendándole el
cuidado al padre de éstas. Posteriormente, Edwin Miranda y Rosa Natalia, en compañía de las niñas, fueron a
un supermercado a comprar "más bebidas alcohólicas". Al regresar al lote 152, la niña [...]observó que un
hombre que estaba en el lote contiguo propiedad de los señores Pérez Zaleh, conocido como Rancho Gigante
Express, se subió al muro divisorio y luego saltó, al mencionar la niña lo que había visto, manifestó el
imputado Carlos Miranda que quizá era "una persona que se le olvidaron las llaves". Ese mismo día, Palo le
comunica a Camila "que ese día reventaría", y como a las once de la noche lo alerta que "no se fuera a
dormir".
7) En el lote 152, en un vehículo durmieron Jorge Alberto Miranda e Iris Rebeca
García ahora de Miranda; como a doce metros se ubicó la tienda de campaña en la que se
quedaron las niñas Katia Natalia y [...], en compañía de su padre Edwin Miranda, la cual
dejaron abierta. Aproximadamente a unos dos metros de las niñas estaba el imputado Carlos
Miranda en una hamaca, y a un metro en otra tienda de campaña la señora Rosa Natalia. En otro vehículo se
quedaron Godofredo Miranda, su esposa Doris Elizabeth Ríos de Miranda, sus hijos […], de ocho, seis y un
año, respectivamente. Ilian Yanira Miranda Santos de Recinos se quedó en una hamaca, y sus hijos […], de
12 y 7 años respectivamente, se quedaron en un vehículo con su padre Tito Livio. Los mozos Luis López y
Francisco Ramos, estaban en la "ramada cerca de la entrada de la playa". Como a la media noche el señor
Tito Livio "se despertó ya que sintió que le cayó rocío en la cara", se levantó y observó todo normal dentro del
lote, afuera vio personas caminando en la playa.
8) Aproximadamente "un cuarto a la dos de la mañana" Camila esperaba que le
entregaran a Katia Natalia, del lote 152 Francisco Ramos "abrió la talanquera" y salió Luis
López, como a los diez minutos salió el imputado Carlos Miranda González "llevando a la
niña Katia Natalia Miranda Jiménez en brazos y envuelta en una toalla (...) detrás de él iban
Luis López y Francisco Ramos (...) Carlos Miranda se tiró hincado en la arena (...) la menor
Miranda Jiménez continuaba cubierta con la toalla y tenía la cabeza colgada viendo hacia el
suelo". El acusado Carlos Miranda le pidió a Camila que se llevara el supuesto cadáver de
Katia Natalia, lo cual no lo realizó, retirándose del lugar en ese momento Camila, junto con
Nicolás, Canoso. Camila fue a entregar la camioneta al "hospitalito" en Zacatecoluca.
9) "Las únicas personas que se quedaron junto a la menor Katia Natalia (...) fueron los
imputados CARLOS ANTONIO MIRANDA GONZÁLEZ, LUIS ALONSO LÓPEZ y JUAN
FRANCISCO RAMOS ROSALES, quienes con el objeto de encubrir la acción que estaban
cometiendo y pensando que la menor había fallecido, procedieron a desnudar a la menor, quitándole
el short que portaba y colocándolo lejos del lugar donde se encontraba la menor, posteriormente uno
de ellos le introdujo en su vagina un objeto romo, muy probablemente uno o varios dedos de la
mano, provocando que en ese momento se diera un desagarro en el lado derecho de la vagina de la
menor, y que su himen sufriera una desfloración completa, a las seis comparado con la carátula del
reloj, equimosis e inflamación, y en sus labios menores provocara escoriaciones superficiales; la
menor por su parte al sentir la fuerza física producida en contra de ella reaccionó tratando de evitar
el ataque, lo cual provocó que el agresor, procediera con la fuerza física superior a la de la niña,
colocarla de cara contra la arena, por lo que con la misma desesperación de la menor y ante la
fuerza del atacante, se produjo dos estigmas ungueales en su frente, escoriaciones en el ala nasal
derecha, mejilla derecha, pómulo y mejilla izquierda, inflamación y equimosis en labio superior,
logrando finalmente que en su desesperación se introdujera en el cuello faringe de la menor
abundante arena, así como en la laringe, tórax, tráquea y bronquios, lo cual hizo que la
misma falleciera en ese momento asfixiada por sofocación".
10) El hallazgo del cadáver de Katia Natalia se produjo por personas particulares
aproximadamente entre las dos horas con treinta minutos y las dos horas con cuarenta y
cinco minutos, en la playa, "a la altura del balneario denominado Kilo 14", el cual "estaba
siendo arrastrado por (...) el oleaje del mar (...) vestida solamente con una blusa rosada y en
su parte inferior totalmente desnuda".
2- La prohibición de la persecución penal múltiple es una garantía general del
procedimiento penal que con diversas formulaciones y alcances halla asidero normativo en
la Constitución (art. 11 inc. 1°), el Pacto Internacional de derechos Civiles y Políticos
(art.14.7), la Convención Americana Sobre Derechos Humanos (art. 8.4) y el art. 7 CPP
derogado pero aplicable en la presente causa; la cual supone que frente a un hecho punible
el Estado sólo tiene una oportunidad para ejercer su poder punitivo contra una persona,
protegiendo así al imputado del riesgo de una nueva persecución penal, ya sea ésta
simultánea o sucesiva, por un mismo suceso histórico que se le atribuyó en un proceso
anterior ya fenecido (art. 17 inc.1° Cn).
Para la aplicación de esta garantía es exigible la concurrencia de una triple identidad
entre uno y otro proceso. La primera reclama que se trate del mismo imputado; la segunda
está constituida por una identidad táctica con prescindencia de las calificaciones decididas
en los casos, que tiene lugar cuando exista coincidencia esencial de la estructura básica de
la proposición de hecho que sustenta las respectivas persecuciones penales; y la tercera que
haya identidad de pretensión, que se cumple cuando ambas están dirigidas a la imposición
de una sanción penal.
3- En el presente caso se ha constatado que el primer proceso fue promovido contra
los imputados Carlos Antonio Miranda González, Luis Alonso López y Juan Francisco
Ramos Rosales por hechos que fueron calificados como delitos de Violación, Agresión
Sexual Agravada y Homicidio Agravado, por los que fueron sobreseídos mediante auto
pronunciado por el Juzgado de Instrucción de San Luis Talpa, departamento de La Paz, a
las quince horas y cinco minutos del trece de octubre del año dos mil; resolución que fue
confirmada en apelación por la Cámara de la Tercera Sección del Centro con sede en San
Vicente, a las ocho horas y cuarenta y nueve minutos del siete de noviembre de dos mil.
Ese sobreseimiento provisional fue declarado definitivo, por haber transcurrido el plazo de
un año sin que la Fiscalía General de la República aportara los elementos de convicción que
permitieran superar el estado de insuficiencia que conllevó a la cesación provisional del
caso, por lo que mediante auto de las ocho horas y quince minutos del quince de octubre de
dos mil uno el Juzgado de Instrucción antes referido decretó sobreseimiento definitivo.
En la sentencia de la que ahora se conoce en casación se ha resuelto la situación
jurídica penal de los imputados Carlos Antonio Miranda González, Luis Alonso López,
Juan Francisco Ramos Rosales, Alejandro Cañénguez, Santos Ricardo Soriano Martínez y
Nicolás Martínez Roque, calificándolos como delito de Secuestro Agravado.
Siendo notoria la coincidencia en uno y otro proceso de los sindicados Miranda
González, López y Ramos Rosales, resulta de mayor entidad el análisis comparativo de los
relatos fácticos en cuestión, con absoluta prescindencia de cuál haya sido la calificación
jurídica otorgada a los mismos
Resultando que las acciones reprochadas a esas mismas tres personas acusadas en
este proceso penal, guardan una esencial identidad histórica con las que se les atribuyó en el
primer proceso, de las que fueron sobreseídos provisionalmente (cese procesal que con
posterioridad alcanzó firmeza y definitividad), sin perjuicio que en el segundo proceso la
acusación fiscal abunda en detalles anteriores y concomitantes al hecho, pero que no dejan
de constituir circunstancias del mismo acontecimiento histórico acaecido entre los días tres
y cuatro de abril de mil novecientos noventa y nueve, que produjo los ataques a la
indemnidad sexual y a la vida de la niña víctima, que ya fueron objeto del primer proceso,
con la única variante respecto a la posible motivación- el invocado Secuestro Agravado-.
El anterior supuesto no resiste la más mínima crítica con la simple reminiscencia del
Principio de Consunción estipulado por el Art. 7 N° 3 del Código Penal: si se toma como
cierto que los sujetos activos tenían como propósito secuestrar a la víctima, pero en el iter
criminis se varió a un hecho de naturaleza sexual que culminó con la muerte violenta de la
niña, no se puede desvincular válidamente el presunto motivo original con el resultado
final, porque dichas circunstancias ya son previstas en el Art. 129 N° 1, 2 y 3 en relación
con el Art. 30 N° 1 del Código Penal.
Es decir, que el hecho objeto del primer proceso incorporaba las acciones
constitutivas de la sustracción o desplazamiento físico ejecutadas para conducir a la niña
víctima desde el interior del inmueble cerrado de propiedad privada en el que estaba
pernoctando en compañía de familiares y amigos, hacia la playa pública en la que fue
encontrada sin vida, circunstancia que no puede configurarse como un delito autónomo
contra la libertad personal como se ha venido sosteniendo en la instancia, ya que no soporta
el deslindamiento de los hechos, aun bajo la idea de un Concurso Real de Delitos, por la
misma unicidad del evento y su indisolubilidad subjetivo-temporal.
Ahora bien, debido a que toda imputación alude a una hipótesis sobre el
acaecimiento de un suceso que presenta las características de delictivo, la existencia real del
evento histórico es irrelevante a los fines de la operatividad de la Garantía de Única
Persecución. De modo que no es necesario que el mismo se haya verificado
fehacientemente, su mera atribución como hipótesis acusatoria basta para que en caso de
identidad pueda prohibirse su doble juzgamiento. Como derivación de ello, está vedada la
promoción de una nueva acción penal sobre el mismo hecho con el argumento de que a
pesar de una resolución firme se advierte luego que el mismo supuesto fáctico queda
subsumido en otra figura típica distinta, como en el supuesto advertido del Art 7 N° 3 del
Código Penal, lo mismo en los casos de calificaciones legales alternativas; siendo así que,
lo que interesa es el núcleo del comportamiento primigeniamente ya juzgado, con
independencia de sus circunstancias accidentales.
La prohibida doble persecución se da cuando existe identidad del objeto material del
proceso- la denominada eadem res, entendida como identidad real y no jurídica-. Por lo que
la confrontación que se ha efectuado, lo ha sido entre los supuestos de hecho de cada uno
de los procesos vistos en su materialidad y no en su significación jurídica.
Consecuentemente, la identidad advertida no es de delitos imputados, sino de hechos. En
ese sentido Eduardo M. Jauchen, aludiendo a Núñez, en La Garantía del "Non bis in ídem"
en el Código Procesal de Códoba, sostiene que la identidad del objeto material del proceso
debe referirse al hecho principal, este no se transforma en virtud de modalidades suya
ulteriormente ocurridas o conocidas, siempre que la idea básica del hecho primitivo quede
intacta.
Por tanto, establecida que ha sido entre ambos procesos, la respectiva identidad
personal de los acusados Carlos Antonio Miranda González, Luis Alonso López, Juan
Francisco Ramos Rosales; así como la analogía de la base fáctica de las imputaciones, y la
naturaleza penal de la pretensión, es procedente casar el fallo condenatorio emitido contra
las personas mencionadas, y enmendar directamente la violación de ley mediante
pronunciamiento de un fallo absolutorio. Asimismo, debido la eficacia anulatoria de este
motivo, resulta innecesario emitir pronunciamiento sobre los restantes defectos alegados en
este recurso.
Sin embargo, dichos efectos anulatorios no son extensivos respecto de los encartados
Alejandro Cañénguez, Santos Ricardo Soriano Martínez y Nicolás Martínez Roque, por no
concurrir en ellos los aludidos presupuestos de doble persecución, procediendo por
consiguiente a analizar los recursos interpuestos a su favor.
4. En el libelo interpuesto por el licenciado Quintanilla Linares en representación de los imputados
CAÑÉNGUEZ y SORIANO MARTÍNEZ, se formulan los motivos siguientes: a) Primer motivo: Inobservancia
de los arts. 130, 162 inc.4° y 356 inc.1° CPP en relación con el art. 362 n° 4 CPP, alegando que existe
motivación insuficiente por violación de la sana crítica en la valoración de pruebas decisivas, cuestionando
que no existe base probatoria que sustente la afirmación de que los imputados Cañénguez y Soriano Martínez
"fueran a ubicar el inmueble 'donde se iba a dar el trabajo "; y que el tribunal sentenciador no fue terminante
en su razonamiento sobre la naturaleza de la sustancia suministrada para sedar a las personas que se
encontraban en el mismo inmueble en el que dormía la niña Miranda Jiménez; b) En el segundo motivo se
alega la errónea aplicación de los arts. 149 y 150 CP e inobservancia de los arts. 8CN y 1 CP; aduciendo que
los hechos acreditados no describen acciones ejecutadas por los imputados que sean típicas de complicidad
necesaria en el delito de secuestro.
5. Por su parte, el licenciado Lucio Albino Arias López, defensor particular
del acusado Nicolás Martínez Roque, alega en los motivos que identifica como 1 y 2, la
errónea aplicación del art. 7 CPP en relación con el art. 362 n°5 CPP y 7 n° 3CP,
expresando que a su criterio el hecho acusado en este proceso penal es el mismo por el cual
su defendido ya enfrentó un proceso penal anterior por el delito de Homicidio. En relación
a estos motivos, procede desestimarlos mediante la aplicación de los argumentos expuestos
en los apartados 2 y 3 de esta sentencia, ya que en su caso no se cumple la identidad
subjetiva que exige la aplicación de la garantía que prohibe la doble incriminación, pues él
no fue imputado en el primer proceso penal.
En el tercer motivo se pretende la causal de casación regulada en el art. 362 N° 4
CPP, por violación a la sana crítica en la valoración de prueba de valor decisivo,
afirmándose que el fallo condenatorio se basa en la declaración del testigo "Camila" y que
ésta no está corroborada por otras pruebas. Asimismo, en relación con este motivo se
declara improcedente la incorporación con fines probatorios de la grabación de la vista
pública, por no adecuarse a los supuestos que manda el art. 425 CPP. En el cuarto motivo
pide que se case la condena en responsabilidad civil por haberse dictado sin base
probatoria.
6- Debiendo darle prelación a los motivos de forma, se analiza conjuntamente el
primer motivo del recurso promovido por el licenciado Quintanilla Linares y el único
reparo admitido al licenciado Arias López, dado que convergen en denunciar que la
sentencia condenatoria proferida por el Tribunal de Sentencia de Zacatecoluca, La Paz,
adolece de motivación deficiente por vulneración a las reglas de la Sana Crítica, en tanto
que consideran que la prueba producida en el Juicio no es de suficiente entidad para
establecer fehacientemente la participación de sus patrocinados en el delito investigado,
pues, según su parecer, se ha derivado únicamente de la deposición del testigo "Camila",
sin que se corroborara su declaración con otros elementos de prueba y que los Juzgadores
no han sido concluyentes en lo que respecta a la contribución de los imputados Cañénguez
y Soriano Martínez de ubicación del inmueble donde se perpetró el delito y la naturaleza
de la sustancia suministrada para sedar a las personas que se encontraban en el mismo.
Dichos señalamientos deben rechazarse, en razón que el Tribunal estableció
claramente las razones por las cuales otorgó credibilidad al deponente "Camila", aún
cuando la Defensa Técnica intentó impugnar a dicho testigo por sus antecedentes penales,
por haber sido procesado anteriormente por falso testimonio y por los beneficios obtenidos
con el criterio de oportunidad, que le fue concedido por la información que ha brindado en
el presente caso, indicando los Juzgadores que constataron otras conductas que dotaban de
confiabilidad su testimonio, como la admisión de participación en el delito, naturalidad,
seguridad y fluidez en la descripción de los eventos, con visos de veracidad en su relato y
no como una versión aprendida o memorística, que descubrió voluntariamente su identidad,
estableciendo contacto visual con el Colegiado y la congruencia de sus manifestaciones.
Asimismo, se ha verificado que los sentenciadores hicieron una valoración integral
de los elementos de prueba incorporados, sustentando que el dicho del referido testigo con
criterio de oportunidad se correspondía con otros medios probatorios, complementándose
con lo declarado por "Capricornio I", Doris Elizabeth Riós de Miranda, Godofredo Alberto
Miranda Martínez, Tito Livio Recinos Escobar, Iris Rebeca García de Miranda y […], en
cuanto a las condiciones espaciales y temporales en que acaecieron los hechos,
estableciendo que información extraída de la prueba pericial también encaja con lo
expresado por "Camila", dándole certeza al Tribunal que el dicente estuvo en lugar de los
hechos y que éste se retiró, desistiendo del traslado de la víctima, al escuchar que la misma
estaba muerta.
Dichos Razonamientos no riñen con los principios lógicos de coherencia y
derivación de los pensamientos, con la experiencia ni con la psicología, por lo que deben
desestimare los planteamientos esgrimidos por los recurrentes en ese sentido.
7. En cuanto al segundo motivo invocado por el licenciado Quintanilla Linares,
sobre la errónea aplicación de los arts. 149 y 150 N° 3 CP, se aplica también en forma
extensiva para resolver la situación jurídica del acusado Martínez Roque, conforme a lo
establecido en el art. 410 CPP, en atención a la eficacia anulatoria del mismo.
El art. 149 CP determina los elementos típicos del delito de secuestro: "El que
privare a otro de su libertad individual, con el propósito de obtener un rescate, el
cumplimiento de determinada condición, o para que la autoridad pública realizare o
dejare de realizar un determinado acto, será sancionado con pena..."
Según la sentencia recurrida, los imputados Cañénguez, Soriano Martínez y
Martínez Roque, fueron condenados a título de cómplices del delito de Secuestro
Agravado, sin embargo, coherentemente con la consideración jurídica expresada arriba en
relación a los hechos objeto de éste y el anterior proceso, se ha concluido ya que el
desplazamiento de la niña Miranda Jiménez del interior del inmueble en el que dormía
hacia la playa en la que fue encontrada muerta, respondía en apariencia al propósito inicial
de privarla de libertad, con el fin de involucrar a Doroteo Maradiaga, por una disputa de
carácter civil entre esta persona y el indiciado Carlos Miranda, como Apoderado de la parte
acreedora, y no precisamente de obtener un rescate o cumplimiento de una condición, esto
según lo declarado por el testigo con criterio de oportunidad denominado "Camila".
Así, de acuerdo a los hechos que el Tribunal sentenciador tuvo por probados, hubo
una planificación y coordinación previa para realizar un Secuestro que finalmente no se
concretó, porque varió el curso de los acontecimientos: El testigo "Camila", fue contactado
por el señor Carlos Miranda y otra persona a la que se refirió como "Doctor Baires", para
que realizara el traslado de la víctima a un inmueble ubicado en San Miguel y la
custodiarla; asimismo, se determinó que la proposición delictiva se hizo extensiva a
lugareños del Cantón San Antonio Los Blancos, San Luis La Herradura, La Paz, entre los
cuales se señala a Rafael Cuenca conocido como "El Palo", quien no fue procesado, así
como los encausados Santos Soriano Martínez, alias "Canoso", Alejandro Cañenguez alias
"Marañon" y Nicolás Martínez Roque alias "Tazmania".
Sobre este punto, el Tribunal sostiene que "Camila" y los sindicados antes reseñados
"durante los días anteriores al hecho (...) aparecen disponibles y dispuestos a realizar las
actividades necesarias para realizarlo". La participación en reuniones previas en las que se
concertó sobre la identificación de la víctima por medio de una fotografía, la logística, el
lugar de cautiverio, medio para transportarla, información de contactos, cuantía de pago,
versa sobre el imputado Miranda González, "Camila" y otras personas cuya situación
jurídica no se ventiló en la presente causa.
A los imputados Nicolás Martínez Roque, Alejandro Cañenguez y Santos Ricardo
Soriano, únicamente se les comprobó que acompañaron al testigo "Camila" en los días
previos al hecho, para que conociera la zona, con diversos desplazamientos y estadías
temporales entre los lugares denominados Hotel Haydee Mar, el "billar de Palo" y
Restaurante San Marcelino; a los sindicados Cañenguez y Soriano, además que fueron
mostrarle al testigo el lote 152 de la playa Los Blancos, donde se ejecutaría la sustracción
de la víctima, y aunque a éste último también se le atribuyó que entregó una botella de
spray al procesado Luis Alonso López, por órdenes de "El Palo", que supuestamente
contenía la sustancia con la que sedaron a las personas que pernoctaron en el mencionado
inmueble, sin embargo el mismo Tribunal consideró que no pudo constatarse la utilización
de los químicos anestésicos Sevorane o Halotan.
Si bien las conductas desplegadas reflejan la acreditada existencia de una
consensuada resolución criminal por parte de los encartados, tales exteriorizaciones de su
voluntad no pueden ser consideradas aún como actos ejecutivos, sino como actos
preparatorios, es decir que, no obstante ser actuaciones concretas orientadas a la posterior
perpetración del delito planificado de Secuestro, no implican aún un principio de ejecución.
Siguiendo a Mir Puig, los actos preparatorios, se encuentran en ese estadio intermedio entre
la fase interna y el inicio de la ejecución, "en el que el sujeto se previene de los medios
necesarios, de los instrumentos, es cuando, por ejemplo, se observa el lugar o las
costumbres de la futura víctima", como en el caso de mérito.
Debe considerarse que, a diferencia de la normativa penal vigente, que ya incluye en
el ámbito de lo punible las deliberaciones previas y los actos preparatorios del delito, en el
momento en que sucedieron los hechos, el legislador no contemplaba la posibilidad de
incriminar ese tipo de conductas, bajo el actual argumento político criminal del peligro de
lesión al bien jurídico protegido, incluso aquellos actos que lindaban con la ejecución.
Por lo que no cabría la subsunción de esos comportamientos en el delito de
Secuestro , ya que las acciones no se adecuan a la exégesis del referido tipo penal, no se
configuran los elementos objetivos del tipo, no se comprobó que la niña víctima h. a sido
reducida a un estado de privación de libertad o cautiverio y que ese estado fáctico estuviera
supeditado al cumplimiento de una determinada condición, tampoco fue acreditado en qué
consistía esa condición, ni a quien se exigiría el cumplimiento de la misma. ‘
Asimismo, por tratarse de una fase anterior a la ejecución, tampoco pueden
reprocharse autónomamente los actos propositivos y preparatorios, por cuanto no puede
aplicarse retroactivamente la actual punición proyectada en el art. 149-A CP., conforme a lo
dispuesto en los arts. 21 Cn. y 14 CP., por cuanto no concurre la excepcional circunstancia
que la nueva ley favorezca a los sindicados. De igual manera, resulta pertinente señalar que
dentro del iter criminis, los actos preparatorios son impunes, excepto que el legislador los
tipifique como delitos autónomos.
Debe considerarse además que en los actos más cercanos al principio de la
ejecución, se da un quiebre en la sucesión de los mismos, ante la noticia de la supuesta
muerte de la víctima que se disponía a trasladar el testigo "Camila", desistiendo de
continuar con su contribución también los imputados Cañénguez, Soriano Martínez y
Martínez Roque, quienes se retiran voluntariamente del lugar; por lo tanto no puede
atribuírseles tampoco colaboración en el ulterior exceso por parte de otro u otros partícipes,
que derivó en las agresiones sexuales y violencia que culminó en la muerte de la víctima,
que ya no se hilvanaba con el plan y la connivencia previa de la que sí habían participado.
En consecuencia, se confirma que el Tribunal incurrió en una errónea aplicación de
los arts. 149 y 150 N° 3 CP., en el sentido que los hechos probados no determinan los
elementos constitutivos del delito de Secuestro Agravado, ni describen acciones de
complicidad necesaria de los imputados Cañénguez, Soriano Martínez y Martínez Roque,
en relación al resultado fatídico de los eventos; por consiguiente, es procedente enmendar
directamente esa violación de ley, mediante el pronunciamiento de un fallo absolutorio.
POR TANTO: Con fundamento en las consideraciones que anteceden,
disposiciones legales citadas y arts. 50 inc.2° n°1, 130, 357, 427 y 429 CPP; en nombre de
la República de El Salvador, esta Sala RESUELVE:
1- ADMÍTESE los recursos de casación interpuestos por los defensores
particulares licenciados Alex Ernesto Quintanilla Linares; Luis Ernesto Peña Ortiz y Abdón
Rutilio Sorto Castro; y Lucio Albino Arias López.
2- CÁSASE el fallo condenatorio emitido contra los imputados, CARLOS
ANTONIO MIRANDA GONZÁLEZ, LUIS ALONSO LÓPEZ, JUAN FRANCISCO
RAMOS ROSALES, ALEJANDRO CAÑÉNGUEZ, SANTOS RICARDO SORIANO
MARTÍNEZ y NICOLÁS MARTÍNEZ ROQUE, por el delito calificado en la instancia
como SECUESTRO AGRAVADO regulado en el art. 150 n° 3 CP en perjuicio de la
libertad personal de la niña Katia Natalia Miranda Jiménez.
3- ABUSÉLVESE a los acusados CARLOS ANTONIO MIRANDA
GONZÁLEZ, LUIS ALONSO LÓPEZ, JUAN FRANCISCO RAMOS ROSALES,
ALEJANDRO CAÑÉNGUEZ, SANTOS RICARDO SORIANO MARTÍNEZ y
NICOLÁS MARTÍNEZ ROQUE, de toda responsabilidad penal y civil del hecho
calificado en la instancia como delito de SECUESTRO AGRAVADO, en perjuicio de la
libertad personal de la niña Katia Natalia Miranda Jiménez.
4- ORDÉNASE LA INMEDIATA LIBERTAD de los acusados CARLOS
ANTONIO MIRANDA GONZÁLEZ, LUIS ALONSO LÓPEZ, JUAN FRANCISCO
RAMOS ROSALES, ALEJANDRO CAÑÉNGUEZ, SANTOS RICARDO SORIANO
MARTÍNEZ y NICOLÁS MARTÍNEZ ROQUE por el delito del que son ahora absueltos
en esta sentencia. Vuelvan las actuaciones del proceso al tribunal de procedencia juntamente con esta
sentencia para su cumplimiento.
NOTIFÍQUESE.
--------------R. ZAMORA------- GARCIA-----------------J.A.D----------------------
PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO
SUSCRIBEN.-----------ILEGIBLE------------RUBRICADAS.